00
PRÓLOGO I GUSTAVO SCHEPS
Este anuario de Proyecto presenta la producción de todos los estudiantes que vienen de culminar, con nosotros, su último curso de Taller. El proyecto final de carrera es a la vez cierre y apertura; es una instancia didáctica, y al mismo tiempo demostrativa. Es la culminación de la etapa de formación de grado -que debe completar- y la apertura hacia la vida profesional, para cuyo desempeño debería probar capacidad. La publicación permite reflexionar acerca de la enseñanza de la arquitectura y en particular, en torno al cierre de la formación de grado del arquitecto.
1. Todo y partes: el Proyecto Complejo
constituir un esquema interpretativo en condición de dar contexto disciplinar estricto a la cuestión teórica, a la praxis y al oficio.
interés vocacional de cada estudiante. La muestra de este anuario debe leerse manteniendo presente estos aspectos
En términos generales, la formación del arquitecto le capacita para entender y aportar decisivamente en la construcción física del hábitat. Esto, que debe entenderse con independencia del tipo de producto que el arquitecto pueda generar, requiere el ejercicio de un pensamiento complejo específico que, en diferentes espacios, plantea y relaciona sistemas de la más diversa naturaleza y escalas, físicas y temporales.
2. Formación como estrategias para operar en la incertidumbre
3. Fronteras inciertas
En su aporte disciplinar, cualquiera sea la faceta de su actividad (proyecto, obra, programación, técnica, teórica, etc.) o la escala de intervención (del objeto al territorio), el arquitecto enlaza relacional y creativamente materias heterogéneas, organizando en diferentes escalas las relaciones entre las partes y el todo con el que opera. Sin embargo, el recorte escalar del espacio esencialmente continuo del hábitat, es una simplificación cultural que facilita su entendimiento. Para mejor operar en la continuidad, aportamos desde el Taller la idea de Proyecto Complejo, que amplía la noción del Todo, y lo propone múltiple y dinámico. Un proyecto es al mismo tiempo muchos proyectos. Su realidad se manifiesta en las varias escalas a las que se integra y modifica. La noción procura ampliar, al mismo tiempo, las variables en juego y su propia conceptualización: la idea de intervenir y organizar el espacio dispara ahora hacia lo infinitesimal y lo enorme, asumiendo la materia arquitectónica como campo que se extiende desde lo pequeñisimo (entendiendo la física y la química de los materiales como un eslabón de la cadena de orden) hasta el territorio global. El proyecto complejo reverbera en diferentes planos escalares y tiempos. En el pensamiento de proyecto el arquitecto ejerce la libertad de definir el ámbito espacial, los rangos escalares y las estrategias para desarrollar su trabajo. El planteo nos resulta preciso y operativo para intervenir con naturalidad en la complejidad. Es además un argumento sugerente y abierto a discursos complementarios en los distintos niveles de diseño del Taller, al valorar y estimular un pensamiento integrador y consistente, responsable y consciente. Y por
El proceso de proyecto arquitectónico pone en interacción saberes y destrezas, razonamientos e intuiciones, sensibilidad y memoria en marcos reflexivos lógicos y analógicos. A partir de estados iniciales más o menos inciertos, hipótesis de creciente definición se perfilan hasta devenir cosa real, eventualmente construida. En dominar con disciplina y rigor el pensamiento que orienta este complejo proceso, específicamente arquitectónico, trabaja en todos sus niveles y con énfasis diferentes, nuestro Taller. La complejidad radica en la multiplicidad de variables involucradas (técnicas y sensibles, culturales, históricas, económicas, sociales y vivenciales) y en la inmensa cantidad de relaciones que pueden establecerse entre ellas, al reconocer y proponer creativamente estructuras no triviales. Ante esto concluimos que la posibilidad de lograr un conocimiento completo es inviable. Nos orientamos, en cambio, a generar herramientas y estrategias que permitan operar en campos de incertidumbre; aprendiendo a pensar y aprender disciplinarmente, junto a la adquisición de los saberes indispensables y el afianzamiento de un sólido compromiso ético serán los principales objetivos de la formación del grado. En este planteo, que asume operar con la incompletitud como uno de sus puntos de partida, es evidente el protagonismo que el estudiante adquiere como gestor consciente de su propia formación. Esto se refuerza con otras dos hipótesis: a) hay muchas formas de acceder a conocimientos equivalentes b) la adquisición del saber arquitectónico en su mayor parte no es lineal ni acumulativa . Los procesos formativos son en buena medida personales. Nuestro rol docente será, sin duda, el de trasmitir saberes; pero, sobre todo, orientar con rigor y apertura mental el avance en la formación, que debería nacer principalmente de la iniciativa y el
El conjunto de (muy) distintos proyectos acá incluidos -todos los entregados este año- pone de manifiesto apenas indirectamente los complejos procesos que los generaron, y la concepción teórica y docente en que se apoyan las instancias de trabajo. El Proyecto Final completa una formación y por tanto, siendo deudora y parte de ella, le pasa revista. Visitamos la integridad de la formación, en cada acto de proyecto, que la invoca, regenera y actualiza. Queremos que esto ocurra intensamente en nuestro curso de Proyecto, y que su proceso -coherente en sí mismoponga en confluencia y reactive tempos distintos, momentos diferentes, saberes diversos, articulándolos y devolviéndoles nueva vigencia. El proyecto se orienta -indefectiblemente- al futuro, desde el presente, donde las memorias devienen imaginación. El Proyecto Final es, también, una confirmación de aptitud. Es un documento; es un indicio en la frontera donde se junta el final de un ciclo con el principio de otro. Certifica que, en opinión de un equipo docente, la formación adquirida que refleja ésta, la última vez que desarrolla un proyecto en la formación de grado, es adecuada para la actividad independiente que pronto habrá de sobrevenir. En este sentido el anuario implica un compromiso. Muestra a quien lee no sólo la producción de un ciclo de trabajo que se ofrece al debate didáctico y arquitectónico contemporáneosino que también expresa y expone una opinión del Taller acerca del futuro, aceptando su responsabilidad en la materia. Es sano que así sea. Es bueno que se sepa que así lo entendemos. Ojalá pronto la frontera que dibuja el Proyecto Final sea cruzada una y otra vez por cada estudiante, de ida y de vuelta, hasta hacerla desaparecer; para que los estudios de grado, evocados y revividos en cada acto arquitectónico en el futuro, se integren con naturalidad y de pleno derecho al proceso de formación y crecimiento que, a lo largo de la vida, nunca se ha de detener. De ser así, se habría cumplido una de nuestras principales metas docentes. Dr. Arq. Gustavo Scheps / Director de Taller
01
“Me acordé de algo que me había sucedido ocho años antes , en junio de 1970. Con poco dinero y sin ninguna perspectiva inmediata para el verano, cogí un empleo temporal como empadronador en Harlem. Había veinte personas en mi grupo, un grupo de trabajadores sobre el terreno contratados para perseguir a las personas que no habían respondido a los cuestionarios enviados por correo. Nos enseñaron durante varios días en una polvorienta buhardilla enfrente del teatro Apolo y luego, cuando dominamos las complejidades de los impresos y las reglas básicas del comportamiento del empadronador, nos dispersamos por el barrio con nuestras bolsas rojas, blancas y azules colgadas del hombro para llamar a las puertas, hacer preguntas y volver con los datos. El primer sitio al que fui resultó ser el cuartel general de una operación de lotería ilegal. La puerta se abrió una rendija, una cabeza asomó por ella (detrás pude ver a una docena de hombres en una habitación vacía escribiendo sobre largas mesas plegables) y me dijo cortesmente que no les interesaba. Eso pareció marcar la pauta. En un apartamento hablé con una mujer medio ciega cuyos padres habían sido esclavos. A los veinte minutos de entrevista, finalmente cayó en la cuenta de que yo no era negro y se echó a reír. Lo había sospechado desde el principio, me dijo, ya que mi voz era rara, pero le costaba creerlo. Era la primera vez que una persona blanca entraba en su casa. En otro apartamento me encontré a once personas, ninguna de las cuales era mayor de veintidós años. Pero en general no había nadie. Y cuando estaban en casa, no querían hablar conmigo ni dejarme entrar. Llegó el verano y las calles se volvieron calurosas y húmedas, intolerables como sólo pueden serlo en Nueva York. Yo empezaba mi ronda temprano, yendo estúpidamente de casa en casa, sintiéndome cada vez más como un hombre recién llegado de la luna. Finalmente hablé con el supervisor (un negro que hablaba muy deprisa y llevaba chalinas de seda y una sortija de zafiro) y le expliqué mi problema. Fue entonces cuando me enteré de lo que realmente se esperaba de mí. A aquel hombre le pagaban cierta cantidad por cada impreso que le entregara un miembro de su equipo. Cuanto mejores fueran nuestros resultados, más
dinero entraría en su bolsillo. -Yo no voy a decirte lo que tienes que hacer –dijo-, pero me parece a mí que si ya lo has intentado honradamente, no deberías sentirte demasiado mal. -¿Por dejarlo? – le pregunté. -Por otra parte –continuó filosóficamente-, el gobierno quiere impresos rellenados. Cuantos más impresos, más contentos se pondrán. Yo sé que tú eres un chico inteligente y sé que no te salen cinco cuando sumas dos y dos. Que una puerta no se abra cuando llamas a ella no quiere decir que no haya nadie dentro. Tienes que utilizar la imaginación amigo mío. Después de todo, no queremos que el gobierno esté descontento, ¿verdad? El trabajo se volvió considerablemente más fácil después de aquello, pero ya no era el mismo. Mi trabajo sobre el terreno se había convertido en un trabajo de mesa, y en lugar de investigador ahora era inventor. Cada dos días pasaba por la oficina a recoger un nuevo paquete de impresos y entregar los que había terminado, pero aparte de eso no tenía necesidad de salir de mi apartamento. No sé cuantas personas me inventé, pero debieron ser cientos, quizás miles. Me sentaba en mi habitación con el ventilador soplándome en la cara y una toalla mojada alrededor del cuello, llenando cuestionarios lo más deprisa que mi mano podía escribir. Me gustaban las familias numerosas-seis, ocho, diez hijos-, y me enorgullecía de perpetrar raras y complicadas redes de parentesco, sirviéndome de todas las combinaciones posibles: padres, hijos, primos, tíos, tías, abuelos cónyuges consensuales, hijastros , hermanastros, hermanastras y amigos. Sobre todo, estaba el placer de inventar nombres. A veces tenía que frenar mi impulso a lo extravagante –lo rabiosamente cómico, el retruécano, las palabras obscenas-, pero en general me conformaba con permanecer dentro de los límites del realismo. Cuando mi imaginación flaqueaba, siempre había ciertos artificios mecánicos a los que recurrir: los colores (Brown, White, Black, Green, Grey, Blue), los presidentes (Washington, Adamas, Jefferson, Fillmore, Pierce), personajes de ficción (Finn, Starbuck, Dimmsdale, Budd). Me gustaban los nombres relaciona-
dos con el cielo (Orville Wright, Amelia Earhart), con el humor del cine mudo (Keaton, Langdon, Lloyd), con el béisbol (Killebrew, Mantle, Mays) y con la música (Schubert, Ives, Armstrong). En ocasiones rastreaba los nombres de parientes lejanos o antiguos compañeros de colegio y una vez incluso utilicé un anagrama de mi propio nombre. Era una actividad infantil, pero yo no tenía remordimientos. Tampoco era difícil de justificar. El supervisor no se opondría. La gente que vivía realmente en las direcciones que aparecían en los impresos no se opondría (no querían que les molestaran, y menos un chico blanco husmeando en sus asuntos personales) y el gobierno no se opondría ya que lo que no sabía no podía hacerle daño, ciertamente no más del que ya se estaba haciendo a sí mismo. Incluso fui lo bastante lejos como para defender mi preferencia por las familias numerosas basándola en razones políticas: cuanto mayor fuese la población pobre, más obligado se sentiría el gobierno a gastar dinero en ella. Éste era el fraude de las almas muertas con un toque americano, y mi conciencia estaba tranquila. Eso era una parte del asunto. En el fondo estaba el simple hecho de que me estaba divirtiendo. Me proporcionaba placer sacarme nombres de la manga, inventar vidas que nunca habían existido, que nunca existirían. No era precisamente como crear los personajes de un relato, sino algo más grandioso, algo mucho más inquietante. Todo el mundo sabe que los relatos son imaginarios. Sea cual sea el efecto que puedan hacernos, sabemos que no son verdad, incluso cuando nos hablan de verdades más importantes que las que podemos encontrar en otra parte. Contrariamente a lo que pasa con el narrador, yo le ofrecía mis creaciones directamente al mundo real, y por lo tanto me parecía posible que pudiesen afectar a ese mundo real de un modo real, que pudiesen finalmente convertirse en parte de la realidad misma. Ningún escritor podía pedir más". Texto extraído del libro “La habitación cerrada” de Paul Auster.
Los proyectos desarrollados en un taller de arquitectura disfrutan y padecen una supuesta libertad que surge del hecho de que nunca serán construidos. Tienen como contrapartida el (inevitable e ingenuo) desafío de abrir algún enfoque que directa o indirectamente implique un nuevo punto de vista que les permita aspirar a incidir de alguna forma sobre el mundo real.
El arquitecto
El arquitecto estratega es aquel diseñador ambiental con la capacidad de conducir el proceso de diseño estableciendo una equilibrada red de relaciones entre los diferentes niveles de condicionamiento, entre los subsistemas concurrentes y entre los diversos actores que intervienen sobre aquello que se pretende construir.
Constructor Construir. “Hacer una cosa juntando los elementos necesarios”.
Los arquitectos operamos bajo el presupuesto de que dar respuesta a una situación o problema planteado solamente entra dentro del campo de nuestra competencia cuando ésta implica el diseño y la construcción de un edificio. La arquitectura (en su condición de artefacto-herramienta) se construye al encuentro de una necesidad y debería resultar evidente que el pensamiento específicamente arquitectónico es protagónico en el tránsito que lleva de dicha necesidad a la definición conceptual de aquella cosa o situación capaz de satisfacerla.
El proyecto de arquitectura es, en términos generales, un ejercicio de integración de variables. En oposición a la tradicional fragmentación de este proceso en “anteproyecto abstracto” y “proyecto construcción”, el arquitecto constructor es aquel que en vez de pensar en la técnica como un impenetrable universo de restricciones, la enfoca como herramienta de la imaginación reconociendo la imprescindible tectonicidad e integralidad de la tarea de proyecto.
Oportunista
Explorador
Oportunismo. “Doctrina, particularmente política y económica, que recomienda acomodarse a las circunstancias, sacando de ellas el mejor partido posible…”
Explorar. “Examinar íntimamente una cosa para ver lo que hay en ella”.
La ciudad, en un sentido amplio, no es simplemente una configuración física, sino que es además la gente y sus situaciones, y son estas situaciones infinitamente cambiantes las que hacen viva a una ciudad. Pensar en el arquitecto como un implementador de situaciones, abre para la arquitectura un vastísimo campo de reflexión y aplicación de pensamiento disciplinar creativo a la vez que establece un vínculo entre arquitecto y mundo real que puede derivar en una práctica abarcativa y comprometida. El arquitecto oportunista es aquel diseñador sensible a las condiciones de contexto (tradicionalmente considerados factores externos a la disciplina) y por lo tanto capaz de detectar y encauzar situaciones propicias a intervenciones de naturaleza arquitectónica.
Estratega Estrategia. “Arte de dirigir un asunto para lograr el objeto deseado”.
Una de las principales fuentes de progreso a lo largo del siglo XX ha sido la transferencia tecnológica y la “aplicación de conocimiento”. El arquitecto explorador es aquel diseñador curioso, investigador y, por lo tanto, capaz de cruzar fronteras para trasladar al campo de la arquitectura enfoques, materiales, métodos y técnicas desde otras zonas del conocimiento y de la producción.
02
EL CURSO PFCTSCH
Visión transversal
Visión vertical 2012
El objetivo del curso es la exploración del binomio proyecto-materia y su relación con los factores internos y externos al interior de procesos multidimensionales consistentes. Conviven en este curso tres capas cuya intensidad relativa depende de los enfoques personales de estudiantes con plena capacidad de perfilar y planificar su trayectoria en relación con sus intereses:
El curso 2012 se construye a partir de un conjunto de líneas argumentales que cortan en sentido vertical los ejercicios propuestos. No pretende ser una guía a seguir con rigor, sino por el contrario una serie de conceptos que enriquecen los proyectos, los procesos de los proyectos, la consistencia de los proyectos. Las líneas argumentales planteadas son:
PROYECTO-PROYECTO: El ejercicio consiste en la integración de las variables internas inherentes al proyecto. Se concentra especialmente en el binomio proyecto-materia. PROYECTO-TESIS: El ejercicio consiste en tomar al proyecto como vehículo de un proceso de “exploración-investigación”. PROYECTO-PLAN: El ejercicio consiste en descubrir, planificar y desarrollar una “oportunidad” para una intervención de naturaleza arquitectónica. Los factores de contexto en un sentido amplio son elementos primarios de esta planificación.
1. EL CARÁCTER EXPERIMENTAL DE LOS PROYECTOS EN SUS ASPECTOS MATERIALES Y CONCEPTUALES 2. PROYECTO Y MÉTODO 3.CUESTIONES OPERATIVAS 1. EL CARÁCTER EXPERIMENTAL DE LOS PROYECTOS EN SUS ASPECTOS MATERIALES Y CONCEPTUALES. La actual avalancha de materiales y técnicas nos aleja de la tradicional visión del arquitecto “especialista” en el arte del buen construir para acercarnos a la situación en la que se encuentran los diseñadores industriales quienes experimentan y diseñan a partir de unos materiales y unas técnicas que no dominan plenamente. Entendiendo que el proyecto es siempre un acto de interpretación de aquella situación a la que éste refiere, es un desafío y un impulso abrir miradas
nuevas sobre asuntos conocidos. La “idea” es, en este sentido, factor fundamental y motor de proyecto. El enfoque conceptual del curso pasa por la mirada del bajo consumo, entendida como una forma de pensar-proyectar-producir arquitectura a favor de las prácticas de preservación del medio ambiente, de la optimización de los recursos materiales, mano de obra y energía de puesta en la ejecución y mantenimiento de un edificio. Es porque decidimos llamarle bajo consumo, a esa forma de operar que toma en cuenta la sustentabilidad en sentido amplio y directo con los materiales y la producción de arquitectura. La actitud de bajo consumo implica tener en cuenta conceptos como: obsolescencia, tiempo de armado, sin desperdicio - con desperdicio, sobre existencia, industrialización y uso de energía solar. A. OBSOLESCENCIA. TEORIA DE LA CONSERVACIÓN DE LA MATERIA Pero hay una manera diferente de ver a los objetos en relación a su vida útil, ya que está claro que un objeto puede ser útil hoy y mañana no servir más, pero, está bien que se transforme obsoleto un edificio y se tenga que reinvertir nuevamente una importante cantidad de dinero(energía y materia) en demolerlo y construir otro más adecuado el que en cierto tiempo volverá a caducar? No se podría pensar en una actitud más conservacionista de los recursos, de manera que asumiendo a priori la posible vida útil de un edificio, se pueda planificar alguna estrategia de obsolescencia que permita reutilizar la masa de energía que representa un edificio construido?. Pensar en esas estrategias posibles es el desafío que plantea esta obstrucción.
B. TIEMPO DE ARMADO ¿Cuánto pesa un edificio, cuánta carga en kilos-metros son capaces de mover dos personas, cuál es la altura máxima de manipulación de objetos con solo una escalera, y en cuánto tiempo es posible construir determinado artefacto-espacio?. ¿Es posible enumerar las herramientas a utilizarse, o por lo menos es posible no ser ajenos a los procesos de producción-construcción-montaje del amado de una pieza determinada?. En determinadas situaciones, puede ser interesante realizar una arquitectura ligera, que se disfrute sólo durante el tiempo que sea necesaria, un diseño con fecha de caducidad. Las ideas de cambio y flexibilidad deben trascender los postulados que confiaban en la adaptabilidad de los edificios mediante partes móviles o complejos sistemas prefabricados, y en arquitectura deben asociarse con estructuras de vida limitada y organizaciones dependientes de su emplazamiento o interacción con otros artefactos. C. SIN DESPERDICIO / CON DESPERDICIO Otra actitud sustentable en términos reales y concretos es el de la manipulación óptima de los recursos materiales, previendo su máximo aprovechamiento de manera de no generar desperdicios, escombros, basura. Implica el conocimiento de los materiales con que se diseña, sus dimensiones, peso, resistencia, reuso y capacidad térmica-acústicahumídica. Pero también es posible partir de aquello que parece inútil, lo descartado, lo obsoleto en su función, que con una mirada original puede transformarse en nuevo material para el desarrollo de arquitectura de bajo costo. D. SOBRE-EXISTENCIA Otra interesante actitud respecto a la explotación óptima de los recursos disponibles es usar el patrimonio construido como soporte de nueva arquitectura. Una visión de la densificación sostenible podría implicar el uso de las azoteas de los edificios como forma de generar nuevo suelo en aquellos lugares bien ubicados en la ciudad y ricos en servicios públicos urbanos (transporte, instalaciones, cableados, oportunidades, etc.). Otra visión es intervenir en las construcciones abandonadas de las ciudades, reinterpretando creativamente uso-contenido-materia, permitiendo todas las posibles formas de propiedad del espacio construido, de sistemas constructivos y de materiales. E. INDUSTRIALIZACIÓN – PRODUCCIÓN Una de las lineas de pensamiento respecto al proyecto es la forma de producirlo. Pensar los objetos arquitectónicos como artefactos utilitarios y no como artesanías nos pone en la obligación de pensar desde la concepción en cómo hacerlo, cómo ejecutarlo racionalizando procesos, optimizando materiales y energías. Esto se hace más relevante cuando pensamos en programas repetitivos como lo son la vivienda de interés social y la vivienda colectiva. El fundir la idea con la producción y la utilidad con la performance como lo
hacen los diseñadores industriales pasa a ser un objetivo técnico relevante. F. 100% SOLAR / SOLAR DECATHLON “Entre arquitectura y energía existe un vínculo fuerte y significativo. El entorno construido de nuestro planeta puede entenderse como el resultado de diferentes formas de energía, tanto naturales como artificiales; al mismo tiempo, a las máquinas y a los edificios vinculados a la producción de energía les corresponden formas de arquitectura muy específicas. La energía está presente en edificios y paisajes como “enargeia”, como Gestalt de fuerzas entrópicas y como trazos de decisiones humanas. Por otra parte, incluso los más pequeños mecanismos generadores de energía tienen una estructura espacial arquitectónica específica. La arquitectura, como lo construido, no es sino un resultado de la energía. La producción de arquitectura en cuanto acto de erigir y construir, así como de planear y proyectar, representa un proceso energético. Vista de este modo, la historia de la arquitectura puede entenderse también como la de los diferentes tipos de energía que la han hecho posible. La arquitectura puede ser entendida, simultánea e indistintamente, como una organización material que regula y ordena los flujos de energía, y como una organización energética que estabiliza y mantiene formas materiales. De este modo, las ciudades y los territorios, los lugares habitados y urbanizados, son palimpsestos de impulsos energéticos sucesivos.” Solar Decathlon resulta ser, más que un concurso convencional, un proyecto en el que compiten equipos multidisciplinarios de estudiantes que trabajan durante dos años en el desarrollo del proyecto de una vivienda que, en base a innovación en diseño y técnica, funcione únicamente con energía solar, es decir que genere suficiente electricidad para abastecer sus necesidades energéticas (iluminación artificial, cocina, lavado de ropa y platos, otros equipos y aparatos electrónicos, bienestar interior y calidad del aire). El planteo que realiza nuestro curso respecto a este tema es que se desarrolle el ejercicio sin la radicalidad que implica el uso de energía solar exclusivamente, porque entendemos que esto nos puede poner sobre hipótesis y tecnologías que no se manejan en nuestro medio, perdiendo de vista el punto principal que tiene que ver con la actitud de bajo consumo enunciada anteriormente. 2. PROYECTO Y MÉTODO La carpeta como ejercicio de proyecto propone el enorme desafío de enfrentar por primera y única vez dentro de la facultad un artefacto que se desarrolla desde la idea hasta el proyecto ejecutivo con la premisa de integración de áreas desde el comienzo. Con la intención de favorecer dicha integración es que se ha pensado en el proceso de generación del producto artefacto hasta su conformación como figuración simple o anteproyecto. Para esto se formula un programa de trabajo, que consta de tres partes: 1. PRIMER FIGURACIÓN / INTEGRACIÓN a. Formulación tema-artefacto. Duración: 4 semanas.
El estudiante asistido por el docente guía formula una idea capaz de transformarse rápidamente en un artefacto arquitectónico. Los componentes básicos que debe incluir son idea en contexto, pre-programa y algunas hipótesis materiales. Se deberán generar gráficos y esquemas en relación a los diferentes componentes estructurales, materiales, técnicos y de instalaciones en el orden de prioridad que cada producto sugiera. La presentación se realizará en formato digital de diapositivas todas las semanas. b. Seminario. Duración: 5 semanas. La idea del seminario está en que el producto desarrollado por el estudiante reciba una serie de comentarios de docentes de las áreas técnicas para lograr un alto nivel de integración inter-áreas. Se propone realizar dos presentaciones en forma de Seminario con la presencia de todo el panel completo de docentes del curso y los docentes invitados. Entre cada uno de estos seminarios existe una semana de trabajo y consulta con el docente guía. El trabajo termina con una entrega de formato a definir. Esta entrega será evaluada y contendrá un producto que se seguirá desarrollando en los términos técnicos y materiales enunciados. 2. FIGURACIÓN COMPLEJA / PROTO CARPETA Duración: hasta la culminación del primer semestre. Con la intención de promover el control del proceso desde el anteproyecto hasta el proyecto ejecutivo, es que se propone como objetivo cerrar el primer semestre con un producto que visualice con claridad el producto final. La protocarpeta es un índice concreto de láminas y a la vez es un enfoque conceptual del artefacto, donde se definen sectores y temas a desarrollar en profundidad. Se entrega al finalizar el primer semestre en formato impreso. 3. PROYECTO EJECUTIVO / PROCESO DE SÍNTESIS A partir del segundo semestre y hasta el final de la carpeta se realiza, dentro del mismo matiz inicial de integración, el desarrollo de las temáticas y/o sectores presentados en la protocarpeta. 3. CUESTIONES OPERATIVAS 1. EL FORMATO DE LA CARPETA FINAL = A3 Se propone como formato de trabajo y entrega la lámina A3 que implica un importante poder de síntesis en la elaboración de las piezas gráficas, y lo que permite poner en relevancia solo lo sustancial y descartar lo superfluo. 2. EL EJERCICIO El ejercicio no prevé ningún tema concreto a desarrollar, cada estudiante será libre de iniciar un producto nuevo.
fachada norte
fachada oeste
fachada sur
fachada este
ACCESO CHORROS
CORREDOR
ACCESO A GRADAS
SPA
Maria JesĂşs Fernandez Maria Soledad Martin