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En Tiempo Real ___________

TEXTOS xA EL MATE

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Diego Barajas (Husos) Husos es una pequeña oficina multimedia de arquitectura y urbanismo comprometida con la preservación de diversas formas de vida relacionadas con modelos plurales de globalización. Está dirigida por Diego Barajas (Bogotá) y Camilo García (Cali). Tiene sede en Madrid y funciona principalmente entre España y Colombia. Diego Barajas. Se gradúa de arquitectura en la Universidad de los Andes en 1999.Después trabaja en proyectos de espacio público en Bogotá. Tras obtener su Maestría en el Berlage Institute en el 2002, trabaja en proyectos de planeación urbana y de transporte en Rótterdam. En 2003 publica Dispersion, A Study of Global Mobility and the Dynamics of a Fictional Urbanism. Ha participado en numerosas exposiciones de arte y arquitectura. Su trabajo se ha presentado en lugares como el Museo de Historia de Rótterdam incluido en la colección permanente, en el Witte de With (Centro de Arte Contemporáneo Holandés), en la bienal Archilab 2004, y con Camilo García en la IV bienal Iberoamericana de Arquitectura en Lima, en Panorama Emergente, y en 2005 en PhotoEspaña. Sus ensayos de investigación en urbanismo se han publicado en diferentes revistas europeas. Ha impartido clases y talleres en instituciones como la Universidad Europea de Madrid, la Academia de Arquitectura de Rótterdam o en el Museo Tamanian en Yereván. Ha sido invitado como conferencista por diferentes instituciones entre ellas el concurso Europan en Hamburgo, AIR Foundation en Rotterdam o la Universidad de Alicante. Actualmente desarrolla su Doctorado en la Universidad Politécnica de Madrid. Radicado en Madrid, trabaja continuamente entre España y Colombia.

Este texto ha sido escrito por Diego Barajas (HUSOS). Para su reproducción total o parcial se deberán citar su autor y se hará únicamente con fines no comerciales. Hace parte del ensayo “Bio-arquiectura y formas de vida cosmopolitas. Inmersiones en la mundialización”, escrito en 2005. Contacto: D. Barajas: diegoba- 15 raja@gmail.comVersión última: 2006_11_10 Versión revisada para la Publicación 2G Dossier. Editorial GG. Barcelona.

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[1] La definición de espacio público en la belhuis se aleja de la defin-ición tradicional que tiende a seguir el esquema ideal del ágora ateniense y está más cercana a la experiencia del public domain descrita por los teóricos Hajer y Reijdorp. En la definición de estos autores, la experiencia de lo público, ocurre en el limite entre fricción (entrar en la esfera de otros, lo no familiar y la confrontación con otras maneras de hacer) y libertad (poder acceder a la esfera dominada por otros y decidir hasta que punto adentrarse en ella). Hajer and Reijdorp, In Search of the New Public Domain, (Rotterdam: NAI Publishers, 2001).

el material tiene como único objetivo la difusión de obras y autores con fines de estudio e investigación, y en ningún caso existen fines de lucro a costa del trabajo de los autores y entidades citadas.

[2] Por medio de los conceptos de primera y segunda modernidad, Ulrich Beck adopta una posición de critica hacia el postmodernismo y las teorías postmodernas que de acuerdo a el, funcionan mas como visiones limitadoras que como posibilitadoras. La primera modernidad que corre-sponde a la industrialización, y que dura hasta poco mas de la mitad del siglo XX es aquella determinada por la producción en serie, una sociedad de masas mas o menos homogéneas, por una división clara de roles entre hombre y mujer, por una estructuración del territorio basada en la nación-estado y por una hegemonía claramente occidental. Aunque radical-mente distinta en estos aspectos, la segunda modernidad caracterizada por los procesos crecientes de globalización e individualización, no se enmarca dentro de una nueva periodización como si lo hace el postmodern-ismo. Esta supone por una parte ruptura, pero también ciertas coinciden-cias importantes que implican por otra parte continuidad con la moderni-dad del siglo XX, (principalmente dada por la lucha por los derechos humanos y cívicos, y los valores de la democracia).Beck, Ulrich. Libertad o capitalismo, (Barcelona: Paidos, 2002) [3] Prada Beverly Hills Epicenter, Icon-magazine, Octubre 2004.


fumar’. La belhuis tiene su zonificación con zonas más o menos restringidas, su propio espacio comercial y de servicios, su zona de administración, una de estancia, zona de transporte (virtual) de la cabina y también sistemas propios de media como la TV especializada y de seguridad con cámaras y alarmas combinadas con el prototípico hombre vigilante. Aquí el diseño interior hace urbanismo.No es lo diáfano lo que constituye este espacio colectivo, sino en cambio un espacio de opacidades (como en la fachada), distorsiones (los relojes) y simulaciones (los papeles de pared con imágenes). Se trata de un espacio ultra diseñado y de carácter específico. La libertad de acción que la belhuis permite a sus usuarios se basa no en lo vacío sino en lo lleno; viene mas bien dada por el cargado carácter de su atmósfera transportadora, por su diversificación programática, por la manera flexible en la que cambia el espacio y los diferentes actores que operan en el a la vez en un sistema abierto y de jerarquías si, pero inestables y cambiantes[1].De la separación radical entre estos lugares y sus entornos inmediatos, es responsable tanto el espacio en sí, como el tiempo, por el desfase entre el huso horario de afuera y los husos horarios extranjeros que coinciden y se superponen en su interior, atraídos por la conectividad de la llamada. Esta separación espacio temporal como condición para lo público, cuestiona la hegemonía del discurso arquitectónico tradicional de fluidez y limites borrosos, del espacio continuo que en la primera modernidad[2] respondía a una sociedad de masas; cuestiona la idea del “cubo abierto” de grandes aperturas o pilotes como garantía para generar ciudad a través de la 14 arquitectura. No se contaba con la efectividad de otras ventanas, como las de los medios de comunicación; las que se abren a través de programas de radio, guías especializadas, paginas Web o simples panfletos, como sucede comúnmente entre servicios para migrantes, que hoy en día conectan de manera eficaz entornos urbanos de muchas subculturas red contemporáneas. Una de las versiones de “cubo abierto” más sonadas dentro de las recientes, es como la belhuis otro local, la tienda Prada de Rodeo Drive en Los Ángeles inaugurada en 2004 y concebida por OMA como un espacio híbrido entre comercial y público[3]. Este sin embargo pone en evidencia los límites de la fluidez física dentro de la ciudad contemporánea, al tratarse de un local en continuidad a una calle que sin embargo funciona de manera casi tan excluyente como el local mismo. En la belhuis en cambio, no es la continuidad con la calle, sino la experiencia de deterritorializarse que ocurre por la acción de la atmósfera sumada a su articulación al espacio de redes superpuestas y en diferentes escalas de aquellos que entran y se comunican a través de las llamadas, lo que las ha convertido en un espacio colectivo a escala global, sin dejar de funcionar a escala local como espacio condensador de los que las visitan.Conectando las ciudades de la dispersión, y de manera opuesta a modelos archiconocidos de la globalización estándar como el MacDonalds, surgen las casas de teléfonos como nuevas interfaces; como tipologías también globales pero basadas en la diferenciación, hibridación, y una revalo-ración de la especificidad local. Estas responden a una nueva temporalidad y territorialidad de lo urbano en donde aparecen estructuras espa-ciales hasta ahora prácticamente inexploradas pero sorprendentemente eficaces al estimular la interacción entre esferas de acción de las personas de procedencia y los estilos de vida más distantes. Las belhuis al negarse de diferentes formas a la calle, logran abrirse a otros exteriores más lejanos. En contraposición a la idea de “cubo abierto” de los primeros modernos son un “cubo cerrado”; o abierto si, pero en escalas que responden a un nuevo sujeto globalizado.

07 INTERVENCIONES PÚBLICAS EN CIUDADES MASIVAS HOY Saskia Sassen

La enormidad de la experiencia urbana, la presencia impresionante de arquitecturas masivas y densas infraestructuras, como también la lógica irresistible de buscar utilidad que organiza gran parte de las inversiones en las ciudades de hoy han producido desplazamiento y distanciamiento entre individuos y comunidades enteras. Estas condiciones perturban las antiguas ideas y experiencias de la ciudad en general y del espacio público en particular. Aunque los espacios públicos monumentalizados de las ciudades europeas siguen siendo sitios espectaculares para rituales y rutinas, manifestaciones y festivales, crece la sensación general de que hemos pasado de un espacio cívico a un espacio urbano politizado, 3 con fragmentaciones y múltiples diferencias. Al mismo tiempo, hay una serie de espacios subutilizados en estas ciudades, a menudo marcados más por la memoria que por su significado en el presente. Estos espacios se vuelven parte de la interioridad de la ciudad, aunque no forman parte de las lógicas guiadas por la utilidad y los marcos espaciales. Son “terrenos baldíos” que permiten a muchos residentes conectarse con la ciudad en la que viven y que cambia muy rápidamente, y dejar de lado, subjetivamente, las masivas infraestructuras que cada vez abarcan más el espacio urbano de sus ciudades. Desde este punto de vista, sería un error abalanzarse sobre estos terrenos baldíos con el fin de maximizar el desarrollo urbanístico. Mantener algo de esta apertura podría tener sentido en términos de tener la posibilidad en el futuro de crear opciones en momentos en que las lógicas de la utilidad cambian tan rápida y violentamente. Uno de los mejores ejemplos es la construcción descontrolada de rascacielos de oficinas. Se genera aquí un dilema en cuanto a las actuales condiciones urbanas, que las conduce más allá de las nociones bastante transparentes de arquitectura relacionadas con alta tecnología, espacios virtuales, simulacros y parques temáticos. Todos éstos son elementos importantes, pero constituyen fragmentos de un rompecabezas incompleto. Hay una condición urbana que habita entre la realidad de las estructuras masivas y la existencia de lugares semiabandonados; considero que es esencial para la experiencia de vivir lo urbano, y que hace legibles las transiciones y desequilibrio de configuraciones espaciotemporales específicas. La arquitectura y el urbanismo pueden también funcionar como prácticas artísticas críticas que nos permiten capturar algo más esquivo que lo que se representa en las nociones de los parques temáticos de las ciudades. En este documento busco analizar estas preguntas a través de la creación de espacio público y a través del cambio en el significado de la condición urbana.


CREACIÓN DE ESPACIO PÚBLICO VERSUS PRIVATIZACIÓN Y USO DEL ESPACIO URBANO COMO ARMA La creación de espacio público aporta un enfoque a este tipo de preguntas. El espacio público está pasando por una especie de crisis debido a la creciente comercialización, la transformación de lo urbano en un parque temático y la privatización del espacio público. Por lo general lo primero que se nos viene a la mente al pensar en el concepto de espacio público, son los grandes espacios públicos de carácter monumental del estado y la corona, especialmente en las antiguas capitales imperiales. Los usuarios los vuelven públicos a través de sus prácticas. Pero, ¿qué pasa con la creación de espacios públicos en estas complejas ciudades a través de intervenciones arquitectónicas y prácticas de los usuarios? La vida entre mega edificios y terrenos baldíos forma parte de la experiencia urbana desde hace mucho. Tanto en el pasado como hoy en día esta realidad sufre transiciones y oposiciones claras. También puede reinsertar la posibilidad de creación urbana en una forma que los proyectos masivos no logran hacerlo. Lo que me interesa aquí es la creación de espacios públicos pequeños, constituídos con las prácticas de personas como base e intervenciones arquitectónicas críticas a escala pequeña o intermedia. No me 4 preocupan aquí los espacios públicos monumentales o los espacios públicos preparados que en el fondo se podrían definir mejor como espacios de acceso público en vez de espacios públicos. La creación de espacios públicos abre el debate en torno a la actual condición urbana que no se aplica a los grandes espacios de la corona y del estado o espacios sobrediseñados de acceso público. El trabajo de capturar esta escurridiza calidad producida por las ciudades en forma comprensible y el trabajo de crear espacios públicos en esta zona intermedia no es sencillo. La lógica empleada desde el punto de vista de la utilidad no es suficiente. No puedo evitar pensar en la creación artística como parte de la respuesta– ya sea ésta presentaciones o montajes públicos puntuales o tipos perennes de escultura correspondiente al arte ubicados en un sitio/comunidad específicos o del tipo itinerante que circula entre localidades. Más aún, las nuevas tecnologías de red amplían mucho la inquietud de la creación en pequeños espacios basándose de las prácticas de la gente. La forma en que urbanizamos los espacios abiertos es una pregunta que podría dilucidar las características esenciales de este proyecto. Las prácticas arquitectónicas, específicamente las que pueden ser empleadas en espacios problemáticos o excepcionales, representan un aspecto esencial en este tema. Esto permite a los arquitectos indagar

08 2am, 12am, 4pm, 11pm corresponden a instantes a lo largo de un día en una belhuis en Rótterdam. Como los locutorios en Chapinero en Bogotá o Lavapíes o Prosperidad en Madrid, las belhuis son la versión holandesa de una variada tipología de casas de teléfonos usadas por comunidades transnacionales de migrantes, que en la última década se han venido multiplicando por todo el mundo como nuevos espacios colectivos tanto a nivel local como global. Estos espacios representan un servicio esencial mediante el cual estas comunidades articulan su territorio transnacio-nal, de manera física con la tienda (en el momentoespacio de espera) y virtual con el teléfono (el momento-espacio de la acción). En Rótterdam como en otras ciudades, además del servicio de llamadas telefónicas, a las belhuis se han agregado usos muy variados, muchos de los cuales pensaríamos como incompatibles con una casa de llamadas como pelu-querías, alquiler de películas, venta de teléfonos móviles, de finca raíz, de alimentación. Aunque la mayoría de sus dueños son pakistaníes y marroquíes, estas congregan a diferentes grupos que entran para hacer llamadas al extranjero de acuerdo a la hora del país de destino. La razón de su eficaz capacidad de reunir a diferentes comunidades es simple: una belhuis dedicada a un solo grupo significaría también reducir su tiempo de operatividad a la franja horaria comúnmente usada por éste y por lo tanto no sería rentable como negocio. Esto las convi-erte en interfases de conexión entre territorios físicamente distantes, pero creando a la vez un nuevo tipo de espacio colectivo dentro de paisajes interiores y artificiales.Esta serie está enmarcada dentro de una investigación que aproximándose a la globalización como experiencia espacial, analiza las 13 transforma-ciones del entorno urbano, de su territorialidad y de su espacio público. Parte de entender estilos de vida transnacionales, muchos de los cuales más que manifestarse en el espacio urbano, construyen uno propio globalmente disperso y artificialmente interconectado. Esta dispersión es un proceso que se manifiesta de manera física y tangible, pero es también una condición mental, y los mecanismos que la activan emplean dispositivos particulares que van desde cámaras web, teléfonos móviles, revistas multinacionales, hasta restaurantes, templos religio-sos, y toda clase de servicios sociales y comerciales. En este marco, frente a la calle o la plaza tradicionalmente reconocidas como espacios públicos de la ciudad, y espacialmente medidas en escalas convenciona-les, aparecen nuevas infraestructuras como las telecomunicaciones y las técnicas atmosféricas interiores.En las cuatro imágenes aparece una de las tantas belhuis donde la baja tecnología del teléfono ha sido reemplazada por alta tecnología de globos teletransportadores free body movement, y ambientes con tele proyecciones en vivo que hacen uso de la estructura social conformada por diferentes comunidades de usuarios que se superponen según los husos horarios de los lugares a los que llaman, como herramienta de diseño para estimular lo que de antemano existía: atmósferas cambiantes a lo largo del día, yendo de mas asiáticas a mas saharianas a mas caribeñas.Tan pronto como el migrante cruza la puerta de entrada se entra en unmundo radicalmente distinto al de la calle donde rigen otras reglas; setrata de otro territorio. El ambiente inmersivo de este espacio actúacomo estimulador de objetos de deseo diferentes a los que se encuentra afuera. Ya no se esta en Holanda. Si la migración ha llevado a la de-territorialización, por medio de la atmósfera que recrea lugares distantes el usuario se re-territorializa en un ambiente de familiaridad y de extrañeza a la vez. Se construye una ciudad dentro de otra ciudad, con reglas definidas, como el ‘no raye las paredes’, ‘no escupa en la bocina’, o ‘prohibido


EL NUEVO ESPACIO PÚBLICO ES GLOCAL Diego Barajas (Husos)

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en distintos tipos de conocimiento para introducir alguna variante arquitectónica en espacios donde el ojo desnudo de la imaginación del ingeniero no logra ver formas, posibilidad de crearlas, infraestructura básica y la utilidad de la misma. Algunos de los tipos de espacio que tengo en mente son, por ejemplo, intersecciones de redes de transporte y comunicaciones múltiples, techos de plantas de reciclaje o de sistemas de tratamiento de aguas, espacios complejos sin uso que han sido olvidados o que no calzan con la planificación desde el punto de vista de utilidad. Otra variante es la de un espacio que requiera el trabajo de elaborar una solución arquitectónica viable en espacios en los que actualmente solo existe silencio o se encuentra emplazada la nada, como es el caso de un terreno baldío que nadie nota, y no un gran terreno abandonado cuya grandeza se manifiesta mediante la decadencia, como en el caso de un viejo puerto industrial o una fábrica de hierro en desuso. Las variantes relativas a este tipo de creación, detección e intervención han sido objeto de reformulación en las últimas dos décadas al ser este un período marcado por el creciente poder / autoridad obtenido por los privados en los espacios otrora considerados públicos. Más aún, el estado ha buscado “armar” espacios urbanos y hacer de estos objetos de vigilancia. Al mismo tiempo, el cada vez más notorio nivel de restricciones, vigilancia y desplazamientos están rigiendo los espacios urbanos. Quizás el aspecto más evidente es el impacto del aburguesamiento de espacios generado por la actividad comercial y residencial lo que produce un desplazamiento que puede justificar la generación de subjetividad política 5 centrada en la oposición más que en un sentido de lo cívico de cualquiera de los dos lados del conflicto. El desplazamiento físico de hogares de bajos ingresos, espacios usados sin fines de lucro o por grupos de pequeñas empresas hace evidente la relación de poder y el control directo de un grupo humano sobre otro como se expresa directamente mediante los desalojos o indirectamente mediante el mercado. La reglamentación de los espacios urbanos y su manifestación también se hace evidente en la proliferación de barreras físicas en los espacios otrora públicos, lo que quizás es más notorio en las ciudades de Estados Unidos, y aún más palpable tras los ataques del 11 de Septiembre de 2001. Las embajadas estadounidenses alrededor del mundo se parecen cada vez más a fortalezas medievales. Es en este contexto que el espacio de acceso público es un enorme recurso y necesitamos un mayor número de ellos. Pero no debemos confundir el concepto de espacios de acceso público con espacios públicos. Estos últimos se deben crear en base a la subjetividad de la gente. Los usuarios son los que terminan determinando el grado de apertura al público de estos espacios a través de sus actividades.iv En resumen, varias tendencias están convergiendo y esto permite la práctica e imaginería sobre la creación, más que el mero acceso de los espacios públicos. Una está relacionada con algunas de las condiciones mencionadas anteriormente, específicamente la generalizada oposición a las antiguas nociones de espacio público. Esta posición proviene de los límites entre creación de espacio público en espacios monumentalizados así como de


los cambios enfocados a la reglamentación de los espacios urbanos y de la debilitada experiencia cívica en las ciudades. Ambas condiciones tienen por resultado una apertura en relación a la experiencia y opciones de creación.

de medios y activistas, siendo estos últimos en su mayoría artistas, se han convertido en actores clave de estos desarrollos, ya sea a través de TacticalMedia, Indymedia, o entidades similares a la encarnación original de Digital City Amsterdam y Transmediale en Berlín.

Una segunda tendencia es la opción de crear pequeños espacios públicos que bien podrían ser esenciales para recuperar la posibilidad de crear espacios públicos. Este tipo de creación era históricamente importante en las ciudades europeas y diverge de la creación de amplios espacios monumentales en cuanto a proyecto se refiere: implicaba situar la creación entre los límites deespacios de la realeza y del estado. Actualmente, la creación se adapta a los límites entre el poder público y privado, agregando una dimensión novedosa: el reposicionamiento de la noción y experiencia de localidad, y por ende de los espacios públicos de pequeña envergadura en las redes potencialmente globales que incluyen varias de estas localidades.

Pero los nuevos artistas de medios también se concentran en problemáticas que no pertenecen al mundo de la tecnología. Quizás no debería sorprendernos que un enfoque clave ha sido el régimen, cada vez más restrictivo, aplicado a las personas que migran y refugiados en un mundo global en el que el capital fluye sin ningún tipo de restricción. Las organizaciones como Nobody is Illegalix, el Mongrel web projectx, Mute Magazinexi, Futuresonicxii en Manchester y el Theater der Weltxiii, en Bonn/Colonia, han realizado proyectos enfocados en la inmigración.

Una tercera tendencia es la delicada negociación entre una renovada valorización de la diversidad, como se ilustra en el multiculturalismo, y los nuevos desafíos que esto plantea en términos de experiencias y nociones de público. 6

LAS CIUDADES COMO ZONAS FRONTERIZAS: LA CREACIÓN DE LA POLÍTICA INFORMAL El otro aspecto de la extensa y compleja ciudad, especialmente en el caso de ciudades globales, es que constituyen una suerte de nueva zona fronteriza en la que converge una enorme mezcla de gente. Aquellos que no tienen poder, aquellos en desventaja, los forasteros, las minorías discriminadas pueden obtener participación en este tipo de ciudades, participación en el poder y participación en su propio grupo. A mi parecer, estos signos representan la posibilidad de un nuevo tipo de política centrada en nuevos tipos de actores políticos. No se trata simplemente de tener poder o no. Existen nuevas bases híbridas desde las cuales actuar. Cuando utilizo el término presencia estoy tratando de capturar algo de esto. Desde el punto de vista político, la noción de espacio de la ciudad es mucho más concreta que desde el punto de vista de nación. Se convierte en un lugar en el que los actores políticos informales pueden ser parte del escenario político, lo que sería más complejo a escala nacional. Desde la perspectiva de nación, la política tiene que pasar por sistemas formales ya existentes, ya sea el sistema político electoral, o el judicial (juicio contra instituciones gubernamentales). Los actores políticos informales se tornan invisibles en el espacio político nacional; el espacio de la ciudad alberga una amplia gama de actividades políticas: ocupación, manifestaciones contra los abusos políticos, lucha por los derechos de los inmigrantes y de los indigentes, la política de cultura e identidad, políticas relacionadas con homosexuales y lesbianas.

En conclusión, tanto el trabajo relativo a la creación de público y la creación de políticas en espacios urbanos, se convierte en un aspecto esencial en un momento que se caracteriza por el aumento de la velocidad, la creciente importancia del proceso y flujo sobre artefactos y permanencia, las estructuras masivas que no son a escala humana, la creación de una imagen como la mediación básica entre individuos y mercados. El trabajo de diseño produce narrativas que dan valor agregado a los contextos ya existentes, y más específicamente, a las lógicas de utilidad del mundo de las corporaciones económicas. Pero también es un trabajo de creación pública que puede producir narrativas contestatarias, haciéndolo 11 mas comprensible para los entes locales y la masa silenciosa. Saskia Sassen (USA) Profesora de Sociología, Universidad de Chicago, EE.UU. Autora de Territory, Authority, Rights: From Medieval to Global Assemblages (Princeton 2006)


MEDIOS DIGITALES Y LA CREACIÓN DE PRESENCIA Los nuevos artistas de medios que usan computadores centrados en redes tecnológicas están representando políticas así como proyectos artísticos en un número creciente de ciudades alrededor del mundo. Lo que quiero capturar aquí es una característica muy específica: la posibilidad de construir formas de globalidad que ni son parte de los medios corporativos globales o empresas de consumidores, ni tampoco parte de los universalismos de elite o culturas de altas esferas. Es la posibilidad de dar presencia a múltiples actores locales, proyectos e imaginerías de modo que puedan constituir globalidades alternativas y de oposición. Estas intervenciones suponen un uso variado de tecnología, desde un uso político a uno lúdico, que pueden subvertir la globalización corporativa. Nosotros estamos siendo testigos de la formación de redes, proyectos y espacios alternativos. La metáfora de “hacking” ha sido, quizás, emblemáticamente separada de su discurso técnico especializado, para formar parte de nuestra vida diaria. Dentro del marco de un régimen depredador de derechos de propiedad intelectual, vemos la actual influencia del movimiento del software gratuito. Estas globalidades alternativas se deben diferenciar de la suposición común que establece que lo global es necesariamente cosmopolita. Los tipos de formas globales que me preocupan son, como una forma de provocación, los que yo llamo formas de globalidad no cosmopolita. Un nuevo tipo de globalidad toma forma cuando iniciativas y proyectos locales pueden 10 formar parte de una red global sin perder el enfoque en lo específicamente local. Por ejemplo, grupos o individuos preocupados por una serie de planteos medioambientales –desde diseño de energía solar hasta materiales arquitectónicos adecuados- pueden formar parte de una red global sin descuidar sus preocupaciones puntuales. Aplico la noción de escenarios anti-globalización en un esfuerzo de sintetizar la diversidad de intervenciones subversivas dentro del espacio de capitalismo global: estas intervenciones son profundamente superpuestas con algunas de las dinámicas más importantes que constituye la globalización corporativa y que sin embargo, no son parte del aparato formal o de los objetivos de este aparato (como lo es la formación de empresas y mercados globales). Estos contraescenarios prosperan en la intensificación de redes transnacionales y translocales, el desarrollo de las tecnologías de comunicación que fácilmente escapan a las prácticas convencionales de vigilancia, etc. Más aún, el fortalecimiento, y en algunos casos la formación de nuevos circuitos globales, son irónicamente posibles o se ven fomentados por la existencia del mismo sistema económico global al que se oponen. Estos escenarios de oposición son dinámicos y cambian sus características a nivel local. Los conceptos de narración forma y presencia, existentes en los ambientes digitalizados suponenun significado muy particular cuando se movilizan para representar / aplicar los específicos locales en un contexto global. Mas allá de los tipos de trabajo en terreno involucrados en estas luchas, los nuevos artistas

Mucho de esto se ve en la calle. Gran parte de la política urbana es concreta, adoptada por la gente más que dependiente de las tecnologías mediáticas masivas. La política a nivel urbano hace posible la aparición de nuevos tipos de sujetos políticos que no tienen que pasar por el sistema político formal. Más aún, mediante las nuevas tecnologías de red, las iniciativas locales se vuelven parte de una red global de activismo sin dejar de centrarse en las luchas específicas locales. Permite un nuevo tipo de activismo político que traspasa fronteras, uno centrado en múltiples localidades que sin mbargo están al mismo tiempo conectadas digitalmente. Esto es, desde mi punto de vista, unade las formas clave de políticas críticas que es posible hacer a través de Internet y otras redes: una política local con una gran diferencia, estas son localidades que están conectadas unas con otras, dentro de una región, un país o el mundo. Que la red sea global no significa que todo tenga que suceder a nivel global. Las redes digitales están contribuyendo a la producción de nuevas formas de interconexiones que subyacen en lo que aparecen como topografías fragmentadas, ya sea a nivel global o local. Los activistas políticos pueden usar redes digitales para transacciones globales o no locales y pueden usarlas para reforzar las comunicaciones locales y operaciones dentro de una ciudad o comunidad rural. La gran ciudad de hoy, especialmente la ciudad global, emerge como un sitio estratégico para estos nuevos tipos de operaciones. Es un sitio estratégico para el capital social global. Pero tambièn es un lugar en 7 el que se materializan y toman forma definida los reclamos de los actores políticos informales.

REPLANTEAMIENTO DE LA NOCIÓN DE LOCALIDAD No tomará mucho tiempo para que muchos de los residentes urbanos comiencen a experimentar lo “local” como un tipo de microclima de envergadura global. Gran parte de lo que seguimos experimentando como algo local, un edificio o lugar urbano, una casa, una organización activista perteneciente a nuestro vecindario, son aspectos que no solamente se encuentran localizados en lugares concretos en los que los podemos ver, sino que también están presentes en redes digitales que llegan al resto del mundo. Están conectados con otros edificios, organizaciones y hogares de su tipo que posiblemente se encuentran en el otro lado del mundo. De hecho, pueden estar más orientados a esas áreas que a su propio entorno. Pensemos en los centros financieros de la ciudad global, o en las oficinas u hogares de los activistas relacionados con medio ambiente y derechos humanos: su actividad se orienta hacia el proceso global y no a lo que los rodea. Categorizo a estas entidades locales como microclimas con efecto global. Hay dos temas que quisiera analizar brevemente. Uno de ellos, es el significado que tiene la presencia de la proliferación de estas


oficinas, hogares y organizaciones locales pero con orientación global para “la ciudad”. Es en este contexto que la ciudad se convierte en la fusión estratégica de múltiples circuitos globales que giran a través de ellos. Debido a que las ciudades y regiones urbanas tienen una presencia cada vez mayor en los circuitos no locales, notablemente en los globales, mucho de lo que experimentamos como local dado que aparece como algo ubicado a nivel local, en realidad es una condición adaptada de la dinámica no local o es una adaptación de procesos globales. Una forma de enfocar esto consiste en situarlo en términos de espacialización de distintos proyectos: económicos, políticos y culturales. Esto genera una serie específica de interacción en la relación de la ciudad con su topografía. La nueva espacialización urbana que se crea de esta manera es parcial en dos sentidos: representa sólo una parte de los sucesos que se producen en la ciudad y refleja sólo una parte de la esencia de la ciudad, y sólo forma una parte de nuestro concepto de espacio en la ciudad ya sea esto entendido como diversidad dentro de un marco de límites administrativos de una ciudad o en el sentido de una amplia gama de imaginería pública que pueda existir en los distintos sectores de la población de una ciudad. Si consideramos los espacios urbanos como productivos, como medios que permitan implementar nuevas reformulaciones, entonces este tipo de desarrollo es un indicador de múltiples posibilidades. El segundo tema que surge de la proliferación de redes digitales que atraviesan ciudades está relaciona8 do con el futuro de las ciudades y un mundo cada vez más globalizado y digitalizado. Aquí, el cúmulo de condiciones y dinámicas que determinan el modelo de ciudad global podría ser un filtro útil para determinar el actual concepto de centralismo de los espacios urbanos en ciudades complejas. Sólo por nombrar una dinámica clave: mientras más globalizadas y digitalizadas sean las operaciones de las empresas y mercados, las funciones de gestión central y coordinación (y las estructuras materiales necesarias) se hacen más estratégicas. La digitalización es precisamente la causa de la diseminación simultánea de operaciones a nivel mundial (ya sea a nivel de fábricas, oficinas o servicios) pudiéndose de esta forma lograr la integración de sistema. Esta combinación es la que precisamente genera la importancia de las funciones centrales. Las ciudades globales son puntos estratégicos para combinar los recursos necesarios en la producción de estas funciones centrales. viPor ende, gran parte de lo que se fusiona y circula en redes digitales y que entra en la categoría de hiper movilidad, es en realidad algo físico, y por lo tanto posiblemente urbano en alguna de sus partes. Sin embargo, al mismo tiempo, lo que es físico ha sufrido un cambio por el hecho de encontrarse representado mediante instrumentos líquidos que circulan en mercados globales. Puede tener la misma apariencia, puede estar construido con los mismos ladrillos y los mismos morteros, puede ser nuevo o antiguo, pero es una entidad modificada. Tomemos el ejemplo de bienes raíces. Las empresas de servicios financieros inventaron instrumen-

tos que fusionan los bienes raíces, lo que facilita la inversión y circulación de estos instrumentos dentro de mercados globales. Sin embargo, una parte de lo que constituye la industria de bienes raíces sigue siendo muy físico; pero el edificio representado por instrumentos financieros que circulan globalmente no es igual a un edificio que no goza de esta ventaja. Es difícil identificar la multivalencia de las nuevas tecnologías mediante categorías convencionales: si es físico es físico; si es líquido, es líquido. De hecho, la representación parcial de los bienes raíces mediante instrumentos financieros líquidos produce una compleja superposición de momentos materiales y digitalizados de lo que seguimos llamando bienes raíces. Por otro lado, la necesidad de los mercados financieros para producir múltiples condiciones materiales en centros financieros físicos sin embargo produce otro tipo de superposición compleja que demuestra que son precisamente estos sectores, que están más globalizados y digitalizados, los que siguen teniendo una dimensión urbana estratégica y afianzada. Normalmente, se considera la hipermovilidad o digitalización como meras funciones propias de las nuevas tecnologías. Este concepto elimina el hecho que es necesario materializar varias condiciones materiales para obtener este resultado. Una vez que reconocemos que se tuvo que generar la hiper movilidad del instrumento o la desmaterialización de la parte real de bienes raíces, introducimos la superposición 9 entre lo material y lo no material. La producción de la movilidad del capital requiere la aplicación de las últimas tendencias del entorno, infraestructura convencional, desde carreteras hasta aeropuertos y líneas férreas, así como también talentos bien afianzados. El conjunto, al menos en parte, es una serie de condiciones relacionadas con la limitación geográfica, a pesar de la naturaleza que caracteriza al lugar como limitado es distinta a lo que era hace 100 años cuando esta misma característica estaba asociada a inmovilidad. Es la limitación geográfica lo que hoy en día modifica e inserta la hiper movilidad de algunos de sus componentes / productos / resultados. Tanto la movilidad como la inmovilidad de capital se encuentran emplazadas en un marco temporal en que la velocidad es consecuente y va en aumento. No se puede describir completamente este tipo de inmovilidad de capital en términos de sus características materiales y locales, como se haría por ejemplo, en una lectura topográfica. La conceptualización de la digitalización y la globalización en base a este análisis genera la apertura operacional y retórica para reconocer la importancia del actual mundo material, incluso en el caso de algunas de las actividades con un alto grado de no materialidad.


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