Año 1, N° 7, octubre de 2008, Magazine , distribución gratuita, Oaxaca, México
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Espiral L
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a espiral no abandona su centro, se aleja de éste pero no lo pierde de vista. Sin retorno al mismo punto, o sí pero del otro lado, quien se mete en una espiral a jugar sabe dónde inicia el camino, está seguro de que saldrá, pero desconoce el afuera, ese comienzo de todo, ese centro donde nada se parece a lo que dejó, donde todo está al revés. Sin ley de no fumar, ni alcoholímetros que detengan el tránsito, los pasos en la espiral se refugian en la distancia, en la posibilidad de enfrentarse a eso que llamamos infinito y que nadie sabe qué es, aunque sospechemos que es el ombligo, o un pueblo habitado sólo por mujeres y niños, o el amor frustrado, o el olvido que afantasma los recuerdos. En la espiral no hay distancias por cubrir, ni puertas de casa que representen el mundo. Simplemente existen veredas que cambian de color, cielos que están por amanecer, evocaciones de largo aliento, palabras y silencio, ansiedades e imaginación. En la espiral todo está permitido, incluyendo el cansancio, la nostalgia y las bicicletas sin frenos, esas que al tomar la velocidad necesaria dan vuelta en la esquina para encontrarse de frente con ese proverbio chino que dice: “El viento se levantó en la noche y lejos llevó nuestros planes”.
Rodolfo Villagómez P. Director general editorial rodolfo@tocatuvida.com Renato Galicia M. Director editorial renato@tocatuvida.com Fabián Aranda Calderón de la Barca COORDINADOR MUST fabian@tocatuvida.com Irma Julieta Jiménez G. María Lu Mendoza Arturo Ríos Alejo Harlen Vega Soria Ivonne Villagómez Equipo editorial Abigail Matías O. Ilustración Carlos Salazar Director Financiero carlos@tocatuvida.com Raúl Jiménez Director de Arte y diseño raul@tocatuvida.com Alberto Vázquez Gerencia planning alberto@tocatuvida.com Javier Villagómez P. Dirección planning México javier@tocatuvida.com Integral Media Arts Comunication Dirección Internacional
Ganadores trivia Putumayo, VIPS, Tangente:
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1 Marianna Meollo 2 Jorge Domínguez 3 Hermilio Bartollo 4 Aristedes Fidel Matías 5 Juan Villegas
Sócrates Hernández -gerente de VIPS-, y Marianna Meollo una de las ganadoras.
Te invitan a la conferencia
Desandar lo conocido, una mirada hacia afuera IESO Dr. José Ramón Ramírez Peña/ Director Académico IESO Periodistas culturales Fortino Torrentera/ Periódico Tiempo de Oaxaca José Luis Pérez/ Periódico El Imparcial
Tangente Rodolfo Villagómez Peñaloza/ Director general editorial Tangente Renato Galicia Miguel/ Director editorial Tangente Fabian Calderón de la Barca/ Coordinador Must Tangente Abigail Matías/ Ilustración Raúl Jímenez/ Director Arte y Diseño Tangente Javier Villagómez P. / Dirección Planning
3 de octubre, 12.30 p.m.
Auditorio IESO Camino Nacional 704, Sta. Rosa Panzacola, Oaxaca, Oax. Entrada Libre
Año 1, N° 7, octubre 2008. Tangente toca tu vida® es una publicación mensual editada y distribuida por Imaginario Colectivo/ Agencia de Comunicación bajo la dirección internacional de Integral Media Arts Comunication para América Latina. Editor responsable Rodolfo Villagómez P. Reservas de derechos al uso exclusivo del título en trámite, Certificado de licitud de título en trámite, Certificado de licitud de contenido en trámite, ante la Comisión Calificadora de Publicaciones y revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. El contenido de los artículos firmados no refleja necesariamente la opinión del editor. Los artículos contenidos en esta publicación, con excepción de las imágenes, podrán ser reproducidas siempre y cuando se cite la fuente, solicitándolo previamente por escrito al editor. Impreso en Oaxaca, México, Formas Continuas España S.A. de C.V. Tangente toca tu vida® no realiza intercambios de publicidad, ni acepta cortesías a cambio de reportajes, garantizando un punto de vista independiente. Tangente toca tu vida® investiga sobre la seriedad de sus anunciantes, pero no se responsabiliza por las ofertas o informaciones expresadas por los mismos. www.tocatuvida.com
Chapulín Pelota del Xitle
Mixteca raza chilanga >>Renato Galicia Miguel
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ué tranza ése, acá en las orillas del Xitle, volcán barrio inmigrante: “Dragón de fuego, piedra, alcohol, activo, mota, lujuria”, como reza la leyenda en la pared frente al patio de pelota mixteca: ollin, hule, movimiento, pasajuego, tlaxtli. Estaban los cuicuilcas desde más de 20 siglos antes de Cristo, se fueron porque ríos de lava cubrieron su círculo ceremonial alrededor del año 400 de nuestra era, ahora todo es piedra volcánica: desde Mixcoac hasta Tlalpan y el Ajusco, asiento del Xitle, barrio y volcán.
Los jefes llegaron en los años setenta, inmigrantes de Guanajuato, Michoacán, Veracruz, Oaxaca, otros estados y barrios del Defe. Compraron lotes de a mil varitos el M2 dentro de ejidos de San Andrés Totoltepec, zona de pueblos de Tlalpan, cuando esto nada era, o sí, puro pedregal. Hoy todo es asfalto, coches, portones, bardas y chingo de raza. Qué onda ése, a güevo, aquí corre el alcohol, la droga y el rocanrol: el “Terma” le pone al activo; el “Pelón”, a la mota; el “Sapo”, a la chela; la banda, a tocho. Pero la cosa va cambiando, el tiro ya es otro: el campo mixteco, por ejemplo, en adelante no sólo será eso, sino también deportivo ecológico en toda forma; mientras, ahí se la vive y chupa “el escuadrón”, el de la cañita, que es también guardián de la zona. Los mixtecos fueron pioneros en el Xitle. En ese tiempo, a Justino Pérez Miguel (qepd), el “Pariente”, oriundo de Jaltepec, mixteca alta oaxaqueña, se le veía cargar en su vieja moto Islo unos extraños guantes de cuero y pelotas de hule macizo, y tomar rumbo desconocido. Atravesaba media ciudad para ir a “la jugada” a Balbuena, cerca de la TAPO, donde está
el decano de los patios en el Defe, el cual data de 1950, aunque la pelota inmigró a la capital del país en 1929, según cuenta el investigador Víctor Inzúa. De ahí anduvo errante: en los años ochenta jugaban en Culhuacán, pero los expulsaron y vinieron a dar al patio del Xitle. También sobrevive uno más en Satélite. En 1989, el “Pariente” y Pablo Sampedro, Pablito, también de Jaltepec, comenzaron a “rebolear” en campos de siembra a orillas del Xitle; poco después se unió Pedro Aparicio, oaxaqueño de Sola de Vega y vecino de Tlalmille, barrio aledaño: es el actual coime del patio. Al espacio lo consolidaron en dos años, de manera tal que ya cumplió su mayoría de edad, si bien formalmente festejan su aniversario a partir del 6 de septiembre de 1991. A los peloteros del Xitle y diversos rumbos de la Ciudad de México ahí se les ve cada fin de semana, sin que falte el puesto del “Güero” y doña Paula, entre encinos y tepozanes, piedra volcánica y el tezontle del patio, mixteca raza chilanga, chelas y mezcales, ritual lúdico sagrado, tlayudas y chile de agua, “qué parió” y un eco en tiempo lejano: “Huuuleee”.
Ollin*
Catarino Pérez Nicolás, el “Oficial”, subteniente retirado del Ejército mexicano, oriundo de Santiago Huaclilla, Nochixtlán: 93 años de edad, jugó hasta los 91, estuvo activo 76. Pelotero de todos los patios de la ciudad de Oaxaca a partir de 1941 –además de Balbuena y otros del Defe--: Los Príncipes; el Marquesado; Seguro Social; “El Cerrito”, en Crespo; San Martín Mexicapan; “El Polvo”, por la Merced; colonia Reforma, junto a la escuela España; Dos de Abril o El Toronjal, entre 20 de Noviembre y J.P. García; donde ahora está el DIF; Xoxo, y el Tecnológico, desde el 12 de marzo de 1972.
>> 1929 y años 30: patios en la calle Tíber y atrás del cine Continental >> Años 40: donde construirían el hospital Rubén Leñero, colonia Espejel y Antigua Escuela de Tiro >> Años 50: en Balbuena, en el deportivo Venustiano Carranza: pervive hasta la fecha >> Años 60: donde erigirían la Alberca Olímpica y adyacente al metro Taxqueña >> Años 70: peregrinaje hacia Culhuacán >> Años 80: en Culhuacán, junto al canal de aguas negras >> Años 90: en el Xitle y Satélite, Estado de México: ambos siguen vivos >> La Asociación Mexicana de Jugadores de Juegos de Origen Prehispánico promovió la declaratoria de las pelotas mixteca y tarasca chilangas, junto con los patios de Balbuena, como Patrimonio Cultural de la Ciudad de México; están en espera de una respuesta satisfactoria del gobierno del Distrito Federal >> Del 28 de octubre al 2 de noviembre, dentro de la fiesta de Día de Muertos, los peloteros de Balbuena jugarán en un patio de pelota prehispánico que será armado en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México * Con datos del libro El juego de pelota prehispánico y sus supervivencias actuales (Ediciones Coyoacán), de Lillian Scheffler, Regina Reynoso y Víctor Inzúa.
>>Fernando el “Loco” Cruz Jiménez, de San José El Mogote.
>>Said la “Culebra” Cruz Cruz, de San Nicolás Quialana, Zimatlán de Álvarez.
>>Efraín Arellanes, uno de los “Gemelos”, del Defe; padres de Miahuatlán de Porfirio Díaz.
>>Alberto Arango, Beto, de Donají.
>>Víctor Lozano, chilango; padre de Jaltepec, Nochixtlán; madre del Estado de México.
Pelota: Hecha de hule vulcanizado a partir de árbol de ulli; antes la elaboraban de manera artesanal Peso: 900 gramos a 1 kilogramo; anteriormente, máximo 400 Guante: Hecho de cuero crudo, decorado con pintura de aceite y en la parte frontal remachado con clavos cabeza de gota Peso: Entre 4 y 6 kilogramos; antes cabían en la bolsa de la camisa: quien es conocido como “el cura de Teozacoalco” fue el primero en hacer uno de 5 kilos
>>Peloteros del Xitle, entre ellos el coime –primero de la izquierda–, Pedro Aparicio.
Fotos: IMACO / F >>Peloteros de Balbuena y Oaxaca, en el patio de los primeros.
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El desierto se desvanece en Las Vegas
CSI >>Harlen Vega Soria
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ienvenido a la tierra del engaño, aquí es a donde vienen los estafadores, dice la criminalista Sara Sidle. Es cierto, este es el escenario de CSI: Las Vegas. En Las Vegas nunca pasa el tiempo, ciudad nocturna, siempre sexual y dadivosa. Todo es diversión y desenfreno. Es un oasis en el desierto. Puedes conducir por la autopista, de un lado a otro, de un casino a otro, pero no caminar. La Strip no es para caminar. Los peatones entorpecen la circulación. Por las aceras se anuncian moteles, capillas nupciales que aceptan tarjetas de crédito, casinos, llenos de luces neón que deslumbran y atraen a conductores y pasajeros a la perdición. Atrás de las monumentales y destellantes construcciones, puro desierto. Ahí no hay nada que vender, ni a quién, no hay necesidad de impresionar a las piedras. Se construyó un paraíso en medio del calor infernal. Cual Sherlock Holmes, el equipo de CSI observa hasta el último detalle. Su instrumento es la ciencia que nunca falla, y su máxima: “La evidencia nunca miente”. Puede ser, pero los humanos sí. Los criminalistas de CSI son excepcionales, pero ríen, lloran, se enamoran y se equivocan. Son de carne y hueso, Sherlock Holmes es perfecto. En su época las leyes eran infalibles; en la actual, no. Hoy en día, la justicia no es justa, quizá nunca lo fue.
En Las Vegas, el orden parece nunca restablecerse. Noche a noche se quiebra la ley, algunas veces resuelven los casos y otras no, los criminalistas tratan de ser ecuánimes, pero… No es fácil ser objetivo, frío y ejemplar cuando la violencia marca tu rutina. El equipo de CSI no puede descansar. Noche a noche aparecen casos extremos, tan extremos como el asesinato de tu propio hijo al dejarlo “olvidado” a más de 40°C en el asiento trasero del carro, o como el productor porno que, al degollarla, fue infectado de sida por su actriz favorita. Uno, diez, cien, tantos, que terminan siendo cotidianos. ¿Qué está ocurriendo en esa ciudad? En Las Vegas todo se confunde, la edad y el sexo, el color y el tamaño, el día y la noche, el dinero también. Es sólo que se construyó un infierno en medio del desierto de Nevada. Y en cuántos lugares más.
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Ganará quien sea más rápido y certero
La cacería comenzó >>Rodolfo Villagómez Peñaloza
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os pactos secretos de Mónica Lavín son con La Sonata del Diablo, de Tartini, una taza roja, Celia Gálvez de Montalbán (personaje entrañable creado por Elena Fortún y protagonista de una saga de cuentos infantiles cuyo fondo es Madrid), Robinson Crusoe y el amanecer, esas horas en que los sueños comienzan a despabilarse y la ciudad abre los ojos para leer las palabras que la construyen. Amante de las historias, bióloga de carrera y escritora desde que el poder de la palabra la cautivó, Mónica Lavín recuerda la mirada atenta con la que Mempo Giardinelli leyó sus primeros textos y el consejo que éste siempre le dio: para ser escritor, primero hay que creérselo. Jurado en el Segundo Virtuality Literario Caza de Letras, la autora de Hotel Limbo, su más reciente novela, habla para Tangente sobre la importancia del concurso-taller dedicado, en esta ocasión, a novela corta: “Como el año pasado, es una aventura cibernética audaz, provocadora y atractiva para tallerandos y escritores que participamos, porque se crea un diálogo involuntario entre nosotros y los concursantes que termina, por supuesto, en una experiencia muy enriquecedora para todos”. Y es que el cíber-taller, además de ser una caza de letras, o casa de letras, que no es lo mismo pero es igual, mantiene vivo aquello de que sólo escribiendo se aprende a escribir. Volverse invisible permite hacer y deshacer a cuenta de lo que sea, de cualquier manera nadie te ve; sin embargo, volverse personaje de uno mismo otorga libertades insospechadas, es allí donde los participan-
Ilustraciones by Nate Williams.
tes del Virtuality comienzan su odisea: son los ex libris los que escriben, no son Juan, ni Pedro, ni María, como seguramente su acta de nacimiento lo certifica; son ellos quienes, a fuerza de palabra, construyen una identidad. Comienza la inventiva: “Como no los ves, empiezas a hacerte una idea de cuántos años tendrán y cómo serán, y cuando los conoces es una sorpresa muy grande, similar a la experiencia de la radio de antes, aquélla en la que con sólo oír la voz del locutor te imaginabas a un galán, aunque después la televisión te concediera o no la razón: cada quien se compone a su personaje”. Resultan divertidas e inadvertidas las ligas afectivas que se dan con los personajes del taller, pero sólo uno terminará por llevarse un monto económico considerable y la publicación de su novela. A diferencia del año pasado, que consistió en ejercicios sueltos de escritura, en esta ocasión la contienda será distinta: “El taller va a tener que ver con el desarrollo de la novela que están metiendo a concursar como un todo; sin duda saldrá algo bueno, aquí el problema es que no se parece a como uno trabaja las novelas en la vida real, pues el proceso será bajo presión y a velocidad, y los participantes tendrán que ser muy rápidos y muy certeros para poder ganar”. Las doce novelas que el comité dictaminador seleccionó irán avanzando o se quedarán en el camino, según sea “la calidad y las posibilidades del mejor”. No obstante, las opiniones de los internautas juegan un papel de suma importancia porque en muchas ocasiones los comentarios presumen de “análisis críticos muy agudos, con opiniones fundamentadas, sólidas y muy bien
Mónica Lavín. Foto: IMACO / F argumentadas”. La posibilidad de estar en continuo diálogo con los participantes le da forma a un concurso-taller que se ha convertido en un certamen literario “donde la palabra y su significado” deciden la permanencia de sus autores.
C’est Instrumenta Contemporánea
Regocijo electroacústico maginen a la Banda Infantil de Santiago Zacatepec tocando no sus “Sones y jarabes mixes”, sino una obra electroacústica de, digamos, Javier Álvarez. ¿Genial, no? Pero primero el reto es vencer prejuicios y estigmas no tanto de los músicos ni del respetable de Oaxaca, sino de las instituciones y promotores culturales, que luego son indulgentes y proyectan y promueven prácticamente sólo lo autóctono. “Las personas menos expuestas a es-
octubre en sedes de la verde Antequera y la Ciudad de México. --¿Por qué música electroacústica? Pablo: “La electroacústica es parte de la música contemporánea, ya no una rareza , ni una cuestión exótica o externa o sólo una herramienta; se inscribe en el lenguaje musical que se maneja hoy y no hay forma de dejarla afuera”. Mauricio: “Dentro de los lenguajes de la música contemporánea, siempre se habían tomado a la acústica y la electroacústica como dos disciplinas disasociadas y jerarquizadas, como si estuvie-
en Guanajuato y Yucatán. Además, añade Pablo Chemor, son muy pocos los compositores en el mundo que no han incursionado en la electroacústica, y en los que lo hicieron y no se dedicaron a ello su lenguaje musical está sumamente informado de aquélla, también de su técnica y de la manera de escuchar y pensar: “Las brechas que abrió han incidido en casi toda la música de la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI”. --La música electroacústica es básicamente para jóvenes?
tigmas de diferentes tipos de música son los que van a escucharnos con los oídos más abiertos”, expone Pablo Chemor, coordinador artístico de Instrumenta Oaxaca, junto con Mauricio Valdés, quien agrega: “Talento hay en el estado; es un semillero… Siempre y cuando se rompan los prejuicios, tanto del público como de los músicos. Pero pienso que el problema más bien está en las instituciones y en los promotores culturales, pues hemos sido indulgentes con las audiencias”. En todo caso, Instrumenta Oaxaca 2008 “apuesta decididamente a la vanguardia y las nuevas tecnologías” e incorpora por primera vez Instrumenta Contemporánea, festival de regocijo que se efectúa del 24 de septiembre al 5 de
ran en pugna: es hora de acabar con tal idea. Por mucho tiempo se consideró a la electroacústica como una postura anárquica ante la música tradicional, pero en realidad entre ésta y aquélla hay muchos puntos de encuentro, las dos provienen de la tradición musical europea”. Dice Mauricio Valdés que prácticamente la situación de la música electroacústica en México está al nivel de la europea: hay igual número de festivales, cinco o seis; gran cantidad de artistas sonoros y compositores que utilizan la tecnología como herramienta artística de forma muy amplia; laboratorios que han existido desde los años cincuenta, si bien no con la continuidad deseada; fecundo quehacer en los estados del país, como
Mauricio: “Aclaro que Instrumenta Contemporánea cierra un ciclo contemplado desde un inicio dentro de Instrumenta Oaxaca, pues la intención siempre ha sido dar espacio a todo tipo de música”. Pablo: “Se trata de crear nuevos públicos. La audiencia es, sí, de jóvenes, pero no porque el objetivo esté dirigido a ellos, sino porque son los que se identifican con la música electroacústica; lo cierto es que busca a todo tipo de público: de hecho, el reto consiste en convocar al que no está acostumbrado a aquélla”.
>>Renato Galicia Miguel
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Super yo “Que el migrante sienta lo que perdió”
Espiral >>Rodolfo Villagómez Peñaloza
Entre Huajuapan de León y la colonia Juárez
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ice Jorge Pérez Solano que la primera película que vio en pantalla grande, en el cine Mariscala de la Ciudad de México, fue Tacos al carbón, un largometraje dirigido por Alejandro Galindo y protagonizado por Vicente Fernández, el mismo que después cantaría “aquí tienes las llaves de mi alma”… Antes de eso, su acercamiento al cine había sido los sábados por la mañana, allá en Huajuapan de León, Oaxaca, lugar donde nació y del que emigró a los nueve años, no sin antes llevarse en su memoria las actuaciones de Javier Solís y Pedro Infante, sumadas a los regaños de su madre por estar tiempo demás frente al televisor: “Jorge, ya levántate, no seas tan flojo, tan huevón”. Después llegaron las butacas del Cinema 1, 2 y 3, de los cines París y
México, esos espacios que estaban en la colonia Juárez de la insustituible región menos transparente del aire y en los cuáles Jorge se emocionó con los trabajos de Galindo, de Gavaldón y de muchos otros que no logra recordar. No lo lamenta, pero lo único que no vio, y eso por no tener la edad suficiente según los mandamientos de la doble moral, fue la desnudez de Sasha Montenegro en Bellas de noche y de muchas otras mujeres que habían convertido a la “fichera” en la nueva diva del cine nacional. Más tarde, recapitulando toda su infancia y juventud en el cinematógrafo, supo que el cine “tiene esa capacidad de meterte en historias que te hacen olvidar el mundo, porque parece que estás viviendo allí, además que despierta sentimientos insospechados”.
Fotos: Cortesía película Espiral.
De la Bolsa Mexicana de Valores al CUEC Abandonar la carrera de Economía para estudiar Comunicación en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) fue el primer paso de Jorge para llegar al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC). El segundo consistió en saber que su solicitud para emplearse en la Bolsa Mexicana de Valores había sido rechazada. Libre el camino, presentó el examen de ingreso a la escuela de cine y tras un viaje a Oaxaca, se enteró que había sido aceptado: “Eso fue en 1989”, recuerda con gusto y confiesa: “Yo llegué al cine por una circunstancia, por una casualidad”. A punto de cumplir las dos décadas de trabajo en
el séptimo arte, Jorge presenta su ópera prima: Espiral. “Recuerdo muy bien el momento en que pensé Espiral: fue en le sótano del Word Trade Center, trabajaba en CNI, Canal 40, y ya estaba tomando forma la idea de escribir una historia de las mujeres en un pueblo; entonces, al ir caminando con alguien, expliqué que todos tenemos “una posibilidad de ir evolucionando, de ir cambiando y que esto no se cierra, continúa: ¿hasta donde?, no lo sé, pero es como la idea de Dios, una idea extraña que no tiene principio ni fin. Para mí tampoco las espirales lo tienen.”
Ópera prima de Jorge Pérez Solano Sexta ópera prima del CUEC Premio: El Ojo, pieza escultórica diseñada por el artista michoacano Javier Marín; un diploma y $100,000 pesos en efectivo.
Jorge Pérez Solano. Foto: IMACO / F
Espiral, dos ausencias, dos regresos Filmada en San Pedro Yodoyuxi, pueblo ubicado en el camino a Tezoatlán, el largometraje narra las peripecias de este lugar habitado sólo por niños y mujeres tras el abandono de los hombres, quienes se han ido al norte en busca de un bienestar económico; no obstante, y sin esperar resultados, son aquéllas quienes comienzan a trabajar para sobrevivir, las que inculcan en sus hijos una nueva forma de vida, a tal grado que cuando vuelven los que un día se fueron, encuentran un sitio distinto al que dejaron, con circunstancias que desconocen y una dinámica a la que ya son ajenos. Sin dinero para la boda, uno de esos hombres decide irse a Estados Unidos para cubrir el gasto. Durante su ausencia, el padre de ella la vende al mejor postor y él no tiene más remedio que aceptar, sin embargo, con el tiempo intenta casarse con la hija de su ex novia. De manera para-
lela, otro de esos pobladores se aleja de su familia y tres años después, por negarse a regresar e intentar tener hijos allá en el gabacho, inventa su muerte. Al no conseguir su propósito, vuelve al pueblo con la esperanza de recuperar lo que perdió, pero a nadie le gusta dormir con muertos. Espiral, dos historias que en palabras de Jorge tienen que ver con “esta situación de que luego nosotros nos negamos a crecer, a pesar de que pasa la vida, de que nos equivocamos muchas veces; no vemos que el tiempo nos hace más maduros y que nos cambia totalmente”. Con música de Pasatono y un coctel que incluye Las Jilguerillas y Las Palomas, “Bonita finca de adobe” y pasito duranguense, Espiral, sexta ópera prima del CUEC, se estrenará en el Festival Internacional de Cine de Morelia, por celebrarse del 4 al 12 de octubre del presente año.
Título. Espiral (México 2008) Director. Jorge Pérez Solano Productor. Armando Casas, Roberto Fiesco Guión. Jorge Pérez Solano Fotografía. César Gutiérrez Miranda Música Original. Rubén Luengas Pérez Reparto. Iazua Larios, Xochiquetzal Rodríguez, Mayra Serbulo, Ángeles Cruz, Harold Torres, Eduardo Santander, Leonardo Alonso, Noé Hernández, Gabriel Pascual, Mayahuel del Monte, Víctor Pérez, Aurora Clavel. Actuaciones especiales: Columba Domínguez y Roberto Sosa Rodríguez Duración. 100 min.
68000 Agarrarse de la tierra, espacio de acordes
Pasatono >>Fabián A randa Calderón de la Barca
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emasiado ocupados en retacarnos las orejas con la música de moda o buscando joyas de lejanas tierras para atesorarlas en nuestras sofisticadas egotecas, suele pasar que olvidemos prestar oídos a lo que suena en rededor. Acostumbrados a que la música esté ahí, vamos borrando de los repertorios las canciones del suelo que nos alimenta. Si bien es cierto que abrir la sensibilidad y la mente a otras manifestaciones enriquece nuestro espíritu, también es cierto que cerrarlas a las expresadas por la gente con la que, por mero azar, compartimos símbolos, tierra, lengua y desgracias, acaba empobreciéndonos. Compartimos aquel viejo secreto que Alfredo le confió a Totó en Cinema Paradiso: para poder regresar primero tiene que partirse, para poder recordar hay que olvidar. Quizá por eso resulta una delicia revisitar las canciones que de pequeños nos obligaban a cantar en la escuela o aquéllas murmuradas por abuelos y abuelas, ajenos al frenesí de las industrias culturales. Relamer bigotes mientras se canta de nuevo “soy un pobre venadito que habita en la serranía”, o “pues desde que te fuiste, no he tenido luz de luna”.
Recuperando raíces
Algunos saben que no basta con recordarlas, pues año con año van perdiendo terreno, marginadas en su propia tierra y condenadas a extinción. Y en nombre de lo que es nuestro y sabe a historia, están los cuerpos de rescate: pandas de soñadores que le devuelven su espacio a los acordes, heroicos pelotones que portan como armas los tradicionales instrumentos: grupos como Pasatono. “Este proyecto empezó en septiembre de 1998, como una necesidad de dos estudiantes migrantes que habíamos dejado nuestras tierras, ella es de la ciudad de Oaxaca y yo de la Mixteca, y que en la gran Ciudad de México teníamos que agarrarnos de algo para sentirnos en la tierra; y bueno, a través de la investigación fuimos conociendo más y más nuestra música, de la que, paradójicamente, casi nada sabíamos y, en general, poco se conoce en la actualidad. Fue una cuestión meramente sentimental acercarnos a nuestra música para tener una pertenencia de nuestra comunidad, de nuestra cultura”, comparte con Tangente Rubén Luengas, fundador de Pasatono.
Rubén Luengas, Patricia García y Edgar Serralde. Fotos: IMACO / F
Pasatono constituye un proyecto muy completo, pues “nosotros hemos tratado todo el tiempo de conjuntar lo que hemos aprendido en los espacios académicos como estudiantes de etnomusicología, con lo que nos han enseñado los maestros de música de los pueblos mixtecos, los músicos activos de la región. Pasatono no es sólo un grupo que ejecuta la música de la región de la mixteca, sino que, además, investiga y difunde. Lo que la gente escucha en un concierto nada más es parte de todo un trasfondo: investigación bibliográfica y de campo; estancias con los músicos en sus pueblos, en sus comunidades, en sus fiestas, donde aprendemos de ellos como sus alumnos, porque tienen infinidad de cosas que enseñarnos”, expone Patricia García López, violinista de la banda.
Reaprender el sureste
Gracias a ese aprendizaje continuo, Pasatono nos envuelve y nos enseña el sonido del sureste. A través de sus palabras y su música podemos replantear la paupérrima visión que se ha creado de esa maravillosa porción de tierra que es la Mixteca. Una región, en palabras de Rubén, muy grande: “Lingüísticamente es de los idiomas indoamericanos que más variantes tiene, eso creó gran cantidad de culturas pequeñas con una base, pero con particularidades propias. A grandes rasgos, la región se divide en tres grandes áreas: Mixteca alta, baja y de la costa, cada cual con sus músicas. “Hay músicas que distinguen a cada una de estas zonas: en la baja, de donde yo soy, domina o dominaba la música de violín con bajoquinto y una percusión. El bajoquinto, el instrumento que toco, fue el clásico y tradicional de la región para acompañar los bailes, las chilenas, los sones, los corridos, las canciones. “En la parte alta se utiliza la música de banjo, el del dixieland de Nueva Orleans que por azares del destino llegó a Oaxaca, a la Mixteca, se metió y se quedó ahí. En San Miguel Piedras, por ejemplo, tocan charleston, swing, foxtrot y música de jazz band; y en la costa, una mezcla interesante de música mestiza, las chilenas, supuestamente originarias de Chile, con música de los pueblos negros que habitan ahí. El distintivo más claro de la región costeña es la chilena, pero dentro de sus músicas e instrumentos hay infinidad más: jarabes, orquestas, duetos, tríos”.
Acordes desde el olvido
Y a pesar de su riqueza y diversidad, continúa Luengas, la música mixteca yace en el olvido, enfrentando los obstáculos con los que generalmente nos topamos “los músicos tradicionales: los relacionados con el mercado y los asuntos económicos de la
música, lo cuales están enfocados a cierto tipo de ella y no le dan espacio a la que nosotros creamos. Vivimos dentro de esta competencia desleal. Sin embargo, hay un movimiento, un mercado interno que es donde nos movemos más: el comunitario, el de los pueblos, quienes sí consumen esta música. Los músicos tradicionales padecen un desplazamiento constante, una marginación, “una vida muy complicada si tomamos en cuenta que en las comunidades es costumbre que la participación del músico sea como un aporte a las fiestas. Son pocos lo que viven de su arte; por lo general, son campesinos o albañiles o comerciantes o carpinteros que asumen la música como una actividad alterna, aunque en el fondo ella sea la esencia de su vida..., tanto que cuando en un pueblo le preguntas a alguien qué es, te responde: ‘Soy músico”, apunta Patricia García.
México también es mundo
Nos preguntamos entonces: ¿por qué no asomarse a la tierra que se supone compartimos para aprender de ella y gozarla? En pleno auge del World Music olvidamos que este país, aunque jodido y bastante maltrecho, también es World, también es mundo y también aporta su grano de sal en el menú de la música mundial. Edgar Serralde, primera voz y percusionista de Pasatono, cree “que ubicar la música mixteca en esta categoría le da un valor mayor que el que le dan sus mismas comunidades, porque como la sienten tan cotidiana incluso pueden percibirla de forma peyorativa, menor respecto de otras”. Pasatono no es un experimento, ni una pose, ni una oportunidad de vender, sino una sincera y espléndida invitación para reconocerse en el llanto de un violín, en el ir y venir de las manos sobre el bajo quinto, dentro del sonoro eco de los cántaros y, por supuesto, en las décimas que retratan un tiempo perdido a fuerza de marketing y superficialidad. Abrámonos un poco a lo nuestro, al sabor de esta tierra y los sones que su hambre, su orgullo, su gente, han creado.
“Así son los tonos, los tonos de la lengua y de la música, los tonos de las nubes. Un día sopló un aire fuerte y llevó una nube grande con gente a México, y una más grande para el Norte, hasta Estados Unidos; ahí los bajó, ellos llevaron sus tonos a esos lugares y trajeron otros a ñuu savi, como la nube que entra el año nuevo por el lado de la montaña o del otro lado, anunciando cómo va a estar ese año, anunciando con tonos de nube.”
Chido Históricamente, un arma de guerra
El miedo al miedo >>María Lu Mendoza
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odos los días encuentro en mi correo electrónico diez o más recomendaciones para no morir a causa del estrés o del cáncer, no sufrir un accidente, secuestro o extorsión, eso sin contar los cuidados y precauciones que los medios audiovisuales o impresos nos aconsejan. Pareciera que el miedo se ha apoderado de la vida, y no es que esto sea una novedad. El miedo se ha acomodado en todos los lugares, culturas y circunstancias; es una experiencia común a todos los hombres, emparentada con el espanto, la fobia, el terror, la angustia, el pavor o el pánico. La imaginación hace de nosotros la presa perfecta, somos artistas de nuestros miedos. Desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte estaremos sujetos a múltiples provocaciones, reales o infundadas, a las que temeremos. La protección que ahora reclamamos no se remonta sólo a miedos naturales frente a lo inmenso o a lo desconocido. Vivimos en una epidemia de miedo, expansiva y vertiginosa que a este paso dominará el cuerpo social en su totalidad. En lo particular, me asombra la intensidad de los miedos y sus variables, algunos tienen sus motivaciones profundas y complejas, otros son implantados mediáticamente, después comercializados hasta resultar terriblemente naturales. Tememos desde los productos tecnológicos que fueron inventados para nuestra supuesta comodidad, hasta terrores inasibles, como guerras bacteriológicas e imaginarios terroristas o extraterrestres. Entre estos extremos hay una gama completa de terrores colectivos e individuales: el eje sin duda es un miedo intrínseco a la muerte abrupta, masiva o extremadamente dolorosa. Estos acontecimientos, reales o ficticios, a veces deformados, con frecuencia exagerados, incluso inventados en su totalidad, pautan la vida de la colectividad. Todos nosotros sabemos que en nuestra mente habita el miedo, podemos identificar cuando emerge un sentimiento desagradable acompañado de angustia, desesperación o ansiedad. El motor que desencadena este efecto es variable, pero la mayoría de las veces es algo interpretado colectivamente como exterminador o implantador de desequilibrio. El temor al que
Foto/ ilustración: Doug Alves.
nos enfrentamos, al menos en las grandes ciudades, es al secuestro, al robo, al cáncer o al desempleo, por nombrar los más reconocidos. Todos ellos son una realidad inmediata; sin embargo, ¿hasta dónde el temor que provocan se debe a un tipo de manipulación que busca crear un ambiente de inseguridad en la psique de los individuos? A lo largo de la historia, el miedo ha sido un arma de guerra. La prueba hoy es la lucha contra el terrorismo operada desde los países más belicosos y ricos del mundo, y más cerca, contra el narcotráfico. Nos resulta obvio que el terrorismo y el narcotráfico son realidades duras, pero la razón de su existencia no debe limitarse a razones unilaterales o la maldad en sí de algunos individuos, hay factores mucho más profundos que operan detrás de estos problemas mundiales. Que tema-
mos o no a estos acontecimientos no cambiará mucho su existencia, pero si provocará que nuestra vida se tambalee al vaivén de intereses ajenos. No hace falta, querido lector, que tenga pesadillas con los secuestros, las radiaciones atómicas, la hambruna mundial, el calentamiento global o las guerras políticas. Estar pasivo ante el miedo sólo beneficia un sistema que nos quiere subyugados y temblorosos. Respire, relájese y comience a pensar qué acciones tomar para vivir en un mundo más justo, libre, equilibrado, natural y benéfico para la mayoría de sus habitantes. El miedo si bien es un mecanismo natural de defensa también es socialmente construido. En todo caso habría que imaginar miedos más creativos en lugar de reciclar viejos miedos controladores de nuestra mente.
Must
Ombligo de tierra fértil
El canto de la papaya >>Fabián A randa Calderón de la Barca
S
i desliza el cuchillo con suavidad a lo largo de su cuerpo, de inmediato podrá percibir el aroma dulzón y sensual, mientras un rocío de jugo va mezclándose con la savia lechosa de su piel. Al correr de un segundo corte se abrirá un breve portal, desde el cual puede admirarse la entraña de un fresco volcán, poblado de diminutos y negros planetas que guardan certeza de vida, textura terrosa y potenciales tallos que un día crecerán para dar luz a una nueva generación de papayas.
La extravagante naturaleza de esta fruta tropical le ha valido obtener los nombres más coloridos, como lechosa, melón de árbol o fruta bomba. Pero hay uno que llama poderosamente la atención: chichihualtzapotl o zapote nodriza. Quizá su provocativa forma o el zumo blanquecino que desprende su cáscara hayan inspirado tal apelativo. Pero también por papaya se entiende el divinísimo rincón que se oculta más abajo del ombligo de las féminas; ya sea por la concupiscencia que despierta una abertura sobre su cuerpo o por la textura de su pulpa, la papaya se ha convertido en guarro sobrenombre y símbolo de sensualidad.
Fotos: Cortesía Papaya Music.
Y qué mejor que la sensualidad para dar nombre a una disquera que inunda oídos con el sabor centroamericano. Nacida en 2003, Papaya Music es una excelente opción para aquellos que buscan redescubrir esa región que a diario se baña con la sal de dos océanos. El germen de este sello se debe a Manuel Obregón, un prolífico pianista cuya creación artística se ha desplegado, además de en la música, en el teatro, el cine y la danza. Luego de una larga trayectoria como músico e investigador, emprendió un ambicioso proyecto que buscaba retomar la música tradicional centroamericana y fusionarla con las corrientes modernas del sonido. El resultado de esto sería la conformación, en 2002, de
La Orquesta de la Papaya, grupo que reúne a intérpretes de los siete países de Centroamérica. Grabado en vivo, el primer material de esta Orquesta, junto con otros nueve títulos, fungirían como apertura oficial de Papaya Music de Centroamérica, en 2003. Algo de lo más rescatable del sello es que funciona como un consorcio integrado ya no por empresarios, sino por músicos, productores y artistas plásticos, cuyas intenciones primordiales son difundir el trabajo de los creadores centroamericanos y garantizarles un pago justo por el trabajo. De tal forma, desde su nacimiento y hasta la fecha, Papaya Music representa una de las mejores opciones para las propuestas más innovadoras.
Camino a Malpaís Para llegar a Malpaís pueden tomarse dos rutas: una baja desde el cielo y rodea la Península de Nicoya, esquiva Bejuco y Jabillo por un lado o Tambor y Paquera por el otro, internándose en un sinfín de caminos polvorientos hasta llegar a ese paraíso donde el mar revienta en gruñidos y carcajadas. La otra ruta, bastante más ardua, se recorre a lomo de discos o montado en bocinas. Basta sentarse y absorber con todos los sentidos las sonrisas y lágrimas arrancadas por la música. O como en sus palabras dicen: Malpaís es nuestra idea de la música: el lugar de encuentro más allá de los caminos. Uno Malpaís 2002 Singular epitafio de un quinteto más que vivo. Otro lugar donde la Chola mira tras el ventanal como un pájaro. Zapateao de muchacha y luna al ritmo de un son inú. Muy útil para bocetar esperanzas y pensar en abril. Historias de nadie Malpaís 2004 Fragmentos que la vieja cuenta sobre la historia de nadie, donde Dámaso y su perro azul habitan más al norte del recuerdo, cantando chao luna porque es tan tarde ya. Ideal para contar lo que tengo y no mientras se repara el portoncito antes del adiós. En Vivo Malpaís 2006 Encrucijada sin Dios ni diablo, donde las almas olvidadas se enamoran y los comerciantes intercambian palanganas retacadas de sal, arena y brisa cálida. Reunión de presagios andariegos y caminos sin destino.
Papayas cantan Cuando la tierra se olvida de las fronteras y de su vientre brotan árboles con fruto humano, las papayas cantan. En su clamor de historias se desdibujan los rencores y las balas, abriendo paso a un río de semillas que bailotean como acordes. Siete países, diecinueve pares de manos oscilando a un solo compás: el de un ombligo de tierra fértil arrullado por el mar. Participan músicos de: Costa Rica, Guatemala. El Salvador, Honduras, Belice, Panamá y Nicaragua
De alguna forma, Papaya Music viene a integrarse a la reciente ola disquera del World Music, a lado de sellos como RealWorld, Putumayo World Music Records, Ziguiriboom o Luaka Bop. La diferencia marcada por esta disquera es que no está impulsada por grandes nombres de la industria mundial como David Byrne o Peter Gabriel, sino por genios musicales de la región. A pesar de poseer por el momento un catálogo reducido, el listado de artistas que auspicia Papaya Music nos permite recorrer palmo a palmo la tradición del suelo centroamericano, así como la vanguardia que en él se genera. Sorprenderá al escucha común la reunión del calypso o las puntas garífunas con el rock o el lounge; de la bomba y la soca con la trova y el blues. Una suerte de fusión donde se recrean todo tipo de temas: desde la crítica agria de Perrozompopo hasta los amorosos boleros de Ray Tico, pasando por la Simbiosis entre naturaleza y piano de Manuel Obregón. Cada disco registrado por Papaya Music es una garantía de deleite, justo como su nombre traducido en el lenguaje de los acordes. Justo como un buen plato de la portentosa fruta servido de mañana, embadurnado de miel y rayos de sol.
Manuel Obregón y la Orquesta de la Papaya La Orquesta de la Papaya 2003 Almácigo de aromas seductores donde nacen los brotes del canto. Parpadeo fugaz para redescubrir la cintura americana que aún se bambolea. Sírvase en cuencos frescos acompañados de sol. Tierra de la Dulce Espera La Orquesta de la Papaya 2004 Espejo que refleja pasado y futuro de una tierra cansada de esperar. Saquito de semillas presentas que se esparcen por el mundo para sembrar latidos. Píquese finamente y saboreé despacio a pies descalzos.
De paso Entonces, ¿como para qué sirve un diccionario?
Deformidades de la academia >>Julieta Jota Ge
A
penas entramos a terrenos alfabetizadores, el maestro en turno sugiere como arma secreta un diccionario (por aquello de las dudas léxicas con las que irremediablemente nos topamos), “subrayen las palabras que no entiendan y las buscan”… Y hacen bien en hacer valer el trabajo de los lexicógrafos (dícese de aquellos seres extraordinarios que viven detrás de las letras en negritas y que dedican sus vidas a traducir los significados de las palabras que decimos). No, si hacer un diccionario no es cosa fácil; investigar el uso, el mal uso y el desuso de las palabras tiene sus bemoles. ¿Y con qué fin, pues? Nada más y nada menos que para la conservación y restitución de la pureza del español. Bueno, de origen, porque como las lenguas son como las mareas, imposibles de aplacar, muy frecuentemente, estos señores estudiosos, verdaderos académicos, tienen que renovar lo que antes dijeron sobre lo que nosotros decimos. Y ahí los ven, discute y discute empedernidamente, sabiamente, concienzudamente y apaciblemente para determinar qué palabras son más usadas, cuáles ya de plano ni los más viejitos pronuncian y, claro, pues qué nos significan. Para muestra basta un botón: según el Diccionario de la Real Academia Española: académico, ca. (Del lat. academĭcus, y éste del gr. ἀκαδημικός). adj. Perteneciente o relativo a las academias.
Foto: Raúl Rodríguez
La pregunta obligada: ¿y qué es la academia? academia. (Del lat. academĭa, y éste del gr. ᾿Ακαδημία). f. Sociedad científica, literaria o artística establecida con autoridad pública. Y ahora, yo me pregunto: ¿por qué hay quienes se empeñan en asumir papeles que no les corresponden? Digo, porque hay algunos, de cuyo nombre no me quiero acordar, que se creen académicos, cuando debieran anteponer el prefijo pseudo a su condición. Y ahora resulta que, como dice un refrán popular, “aunque lo que dicen no es, con que lo aseguren basta”. Si quieren pueden ustedes confirmarlo, no hay más que encender el televisor cada domingo, por ahí de las 7 p.m., y verificar que quienes están ahí, seguro que no pertenecen ni a una sociedad científica, ni literaria, ni artística y mucho menos puede concedérseles autoridad de ningún tipo. Así que sugiero que los ocurrentísimos autores de este asalto al lenguaje usen un diccionario para rectificar su gravísimo error. Porque ahora resulta que un canal televisivo tomó el bastión y asignó un nuevo significado al término “academia”, que consiste en un conjunto de jóvenes imberbes a quienes se les impuso la idea de que exponer su vida privada y ridiculizarla es el mejor camino a la fama; sólo así, pasarán de ser desconocidos cantores de bañera a cantantes de escenarios. Pero bueno, que la cosa no para ahí. Porque esta escuela de minús-
culos cerebros hasta cuenta con el respectivo director, que con muy mala actuación de ogro, regaña a diestra y siniestra nada más para dar show. Obvio, no se puede dejar de mencionar a aquel trío que la hace cada domingo de jurado. Seguro que ellos, si tuvieran noción del correcto uso del término en cuestión, no participarían, porque querría decir que por lo menos no resultaron analfabetas funcionales y entendieron el significado al consultar el diccionario. Pero yo tengo una solución a todo esto (digo, para no alterar eso de la pureza del español): asignar una nueva palabra que englobe todo lo anterior: taradémico, ca. adj. Perteneciente o relativo a las tarademias. La pregunta obligada ¿qué es la tarademia? tarademia. f. Grupo de jóvenes que participan sin sentido en una escuela de cantores imberbes, juzgados por cantantes sin autoridad y que nada tienen que ver con lo científico, lo literario o lo artístico, sino todo lo contrario. Lo ideal sería no que rectifiquen públicamente su equivocación, sino que este neologismo se incluya en la próxima edición del Diccionario de la Real Academia Española; resultaría muy apropiado para definir el boom de esos reality shows que se empeñan en hacer creer que la música y la cantada no son cosa seria.