Año 2, N° 19, NOVIEMBRE de 2009, Magazine DE distribución gratuita,
México
Editorial
noviembre 2009
Todos los días C
omo suelen decir que pasa en el campo, éste gallo triza el sueño para invitarnos al cotidiano arranque de labores. Pero los tiempos no son ya los mismos ni el mismísimo campo ni las enormes ciudades donde los gallos solían invocar al sol. Antecede un estruendo al cantar, una detonación, un plomazo y caite cadáver. Los días en este país dan ahora su comienzo con un asesinato. Poco a poco se viene haciendo costumbre y al matutino rocío súmase una mancha de sangre. Y en el vértigo que acompaña a la historia, la mezcla va más allá: esta nueva tradición se suma a la ya prolongada de celebrar a los muertos. Pero, “¿Por qué entregarse a la Gran Costumbre?”, preguntaría Cortázar. Ajenos al pasmo y la inercia, un grupo de gallos abre el pico para despertarnos, compitiendo contra la muerte el lugar que por derecho le corresponde. Pero no es el suyo un canto invocador de soles y rocío,
sino uno que apela a la conciencia. “Todos los días son Día de Muertos” es el título de una serie por demás corrosiva de carteles elaborada por el Colectivo Pico de Gallo, una panda de inconformes creativos que, en esta ocasión, oscilan entre el folklore tanático del mexican curious, las derivaciones jalogüínescas de lo inocente y la cada vez más notoria presencia de la muerte a manos ajenas. Así es que como decía Tin Tan, “prendan su veladora, señores”, que el Pico abre el mismo para recordarnos que la muerte se celebra, sí que sí, con papel picado, velitas y postres; que a los espantos dulce o truco y disfraces… pero que al asesinato ni qué hacerle y viene el 2, el de noviembre, a adueñarse de todo el calendario para que todos los días sean Día de Muertos. Todos los carteles pertenecen al colectivo Pico de gallo, ni la Tía de las Muchachas les quita sus derechos reservados.
Fotografía “Vela” por Rob Unreall bajo licencia de CC en Flickr.
Poema
noviembre 2009
Una temporada en el Mictlán (Xochicuicatl) Una flor: abierta como una boca diciendo abierta: un canto. Otra flor pero la misma pero marchita: no dos, no tres: sólo un instante, sólo un colibrí dura el hombre aquí en la tierra. Una calavera junto a otra calavera junto a otra calavera sobre otra calavera junto a otra calavera junto a otra calavera sobre otra calavera junto a otra: estrofa-tzomplantli. Una pregunta a los muertos: ¿Al canto le sigue el silencio o le sigue otro canto? Otro canto: el silencio de los muertos: otra flor pero la misma flor pero otra calavera, etcétera. Luis Felipe Fabre
Canción
noviembre 2009
La muerte Viene la Muerte luciendo mil llamativos colores. «Véndeme un beso, Pelona, que ando huérfano de amores.» El mundo es una arenita y el sol es otra chispita, y a mí me encuentran tomando con la Muerte, en las cantinas. No le temo a la muerte: más le temo a la vida. ¡Cómo cuesta morirse cuando el alma anda herida! Dicen que van a asustarme llevándome a tu presencia. Si estás durmiendo en mi vida es natural si despiertas. Se va la muerte cantando por entre la nopalera: «¿En qué quedamos, Pelona, me llevas o no me llevas?» No le temo a la muerte: más le temo a la vida. ¡Cómo cuesta morirse cuando el alma anda herida! Tomás Méndez
Calaverita
noviembre 2009
Gran Baile de Calaveras (1906) Llegó la gran ocasión de divertirse de veras. Van a hacer las calaveras Su fiesta en el Panteón. Las flautas son de canillas. De huesos son los violines. De cráneos los cornetines. Los fagós de rabadillas. Las viuditas relamidas que se precian de virtuosas asistirán ruborosas todas de blanco vestidas. Un militar esforzado Que en todas partes corría La gran cruz de valentía Lucirá muy esforzado. Los sudarios se reforman, se remiendan las mortajas y con las fúnebres cajas estrado y gradas se forman. Bailarán los comerciantes, Los sastres y los cocheros, Los soldados, los pulqueros, Albañiles y estudiantes. Ingenieros y cantores, dependientes y modistas, carretoneros y artistas, lavanderas y pintores. Será una gran igualdad que nivele grande y chico. No habrá ni pobre ni rico en aquella sociedad. El que quiera la función mirar de las calaveras que se muera de deveras y que se vaya al Panteón. Anónimo
Se solicitan lectores con o sin referencias
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