Algarabia

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Ditpí y lgrbí

U

na distopía es una utopía perversa o anómala en donde la realidad transcurre en términos realmente opuestos a los de una sociedad o mundo ideal. El término fue acuñado en el siglo xx por la ciencia ficción

como lo contrario de utopía, un vocablo que a su vez fue creado en el Renacimiento por Tomás Moro en su libro De Optimo Reipublicae Statu deque Nova Insula Utopia, que formó ′ con las raíces griegas οu, ‘no’, y τoπος , ‘lugar’, «lugar que no existe», y este tipo de literatura justo se usa para hacer referencia a una sociedad —frecuentemente emplazada en el futuro cercano— en donde todo funciona mal.

Ese futuro cercano pareciera ser el hoy para muchos de nosotros, porque en él no vemos más que lo contrario a lo que pudiera desearse: el caos, el sinsentido. Para nosotros —los apocalípticos— y también para quienes todo lo ven bonito, que ven el mundo con esperanza, las faltas como oportunidades y que están resueltos a encontrar un futuro mejor —los integrados—, para los dos, va dirigido este número 63 de Algarabía, que despide este 2009. De un lado, los pesimistas se verán recompensados con «Distopía y neuromancia», un artículo ganador de nuestro concurso; con las nuevas adicciones y con los tiquismiquis, aquellos que, como nosotros, a todo le ponen peros; con los lenguajes indescifrables y con El libro rojo, en el que se retrata con sangre acontecimientos violentos de la historia de México; con la Schadenfreude, ese sentimiento tan natural y tan humano; el gerundio, por demás apocalíptico y enredoso, y con una trivia acerca del fársico cine de Fellini. Del otro, los integrados encontrarán el humor de palabras domingueras como encandilar; una anécdota sobre una quinceañera; la historia de nuestro aguinaldo; la cronología del automovilismo; todo lo maravilloso que es el universo fractal, y el relato de cómo al medir sombras Eratóstenes pudo calcular el tamaño de la Tierra. Además encontrarán más vitamina t, esa que a todos nos gusta; lo vanguardista de la arquitectura de Frank Lloyd Wright, la historia de la Nao de China y la primera parte de un precioso artículo de Stendhal sobre el prodigio de Mozart cuando era niño. Así nos despedimos en esta última Algarabía del año no sin desearles lo mejor para el próximo, y anunciarles que para enero sí hay Algarabía, y no sólo eso, sino que aumentaremos nuestro tiraje para que ’ora sí la encuentren en todas partes y que la distopía se pueda convertir en utopía.

María del Pilar Montes de Oca Sicilia



Directri

Dirección general: María del Pilar Montes de Oca Sicilia Dirección editorial: Francisco Masse Dirección comercial: Claudia Martínez Saavedra Dirección de circulación: Jorge A. Romero H. Dirección administrativa: Erika Juárez Jiménez Dirección de arte: Victoria García Jolly *  *  *

Jefe de redacción: Coordinación de diseño: Redacción: Asistencia editorial: Asistencia de diseño: Corrección:

Carlos Bautista Rojas José Luis Azuceno Ramírez Karla Covarrubias Molina Valeria Ramírez de Aguilar Gaudry Andrea Alexandra Briseño González Sergio Moncada Silva Alex Argandona Lazcano Jorge Sánchez y Gándara

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Producción: Lucía Marín Godínez Relaciones públicas: Valeria Posse Suscripciones: Marcela Gutiérrez Circulación y promoción: Pablo Sicilia Miranda Ferias y eventos: Constanza G. González Vázquez Canales propios: Narciso García Supervisión de ventas: Susana Frías de Cristóbal Ventas y publicidad: Claudia Janeth Cárdenas Alvarado Huky Orozco Hernández Sandra Sandoval Sandoval

Colaboradores Carlos Bautista Rojas, José Ángel Blandón Jolly, Jorge F. Camacho, Karla Covarrubias Molina, Dante Escalante, Suemi García, Felipe Garrido, Valeria Gaudry, Juan Jesús Gutiérrez García, Eunice Hernández, Rodrigo López, María del Pilar Montes de Oca Sicilia, Rafael Pérez Vázquez, Gonzalo Ramos, Rosaura Rivera Garza, Armando Sánchez Pérez, Elmer Sosa, Stendhal.

Consejo editorial Manuel Alonso de la Florida Rivero, Eugenia Blandón Jolly, José Ángel Blandón Jolly, Dante Escalante Mendiola, Gabriel García Jolly, Ignacio Gómez Gallegos, Fernando Montes de Oca Monroy, Fernando Montes de Oca Sicilia, Francisco Javier Nuño Morales, Mario Ramos Catalá, Ernesto Sánchez de la Osa, Pilar Sicilia y Sicilia, José Vicente Sicilia Rosado, María Ángeles Soler Arechalde, Alejandro Velázquez, Guillermo Zapata Rodríguez, Mario Zaragoza Ramírez.

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laquiero@algarabia.com 01 800 700 5242 5448 0430 ext. 101 Diciembre 2009, año IX. Algarabía es una revista mensual que genera adicción, editada por Editorial Otras Inquisiciones, S. A. de C. V. Editor responsable: María del Pilar Montes de Oca Sicilia. Número de certificado de reserva: 04-2007-080809372900-102. Certificado de licitud de título núm. 13853 y certificado de licitud de contenido núm. 11426. Pitágoras 736-1, col. Del Valle, C. P. 03100, México, D. F. Impreso por Centro Gráfico Industrial, S. A. de C. V. Miguel Ángel de Quevedo 11440, col. Parque San Andrés, C.P. 04040, México, D. F. Tel. 5549 3160. Tiraje certificado por Lloyd International, S. C., folio 10306, referencia 10107 Lloyd International. Circulación y ventas certificadas por Lloyd International, S. C., folio 10332, referencia 10114 Lloyd International. Perfil del lector certificado por Lloyd International, S. C., folio 10372, referencia 10113 Lloyd International. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida total o parcialmente sin citar la fuente. El contenido de los anuncios es responsabilidad de los anunciantes y no del editor. Editorial Otras Inquisiciones, S. A. de C. V. Pitágoras 736-1, col. Del Valle, C. P. 03100, México, D. F.

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Ídice

Imagen de un fractal de una apófisis.

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Taquitos de lengua

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¿Qué onda con...

...el juramento de Hipócrates?

curiosidades lingüísticas

respuestas sencillas a preguntas inusitadas por Valeria Gaudry

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Concurso

Aquí, allá y en todas partes: los fractales

de algarabiadicto a colaborador por Rosaura Rivera Garza

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Concurso

Distopía, leyenda y neuromancia

de algarabiadicto a colaborador por Gonzalo Ramos

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De dónde viene

Tiquismiquis

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Gastrófilo

Vitamina T3: quesadillas, huaraches, pambazos y lo que usted guste

origen de palabras y frases

del comer y sus alrededores

por Rafael Pérez Vázquez

38

Ideas

El libro rojo

pensamiento sobre todo lo demás por Carlos Bautista Rojas

44

Semblanzas Mozart niño i

vida y milagros de personas y cosas por Stendhal

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7


50

Causas y azares

El aguinaldo

sobre el origen de las cosas por Armando Sánchez Pérez

54

Está en chino

Fuera del diccionario ii

sobre las diferentes formas de hablar por Felipe Garrido

59

¡Eureka!

Sombras nada más

la ciencia platicadita por Eunice Hernández

62

Íconos y grafías

Algunas escrituras indescifrables

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Trivia

signos y otros códigos por descifrar

datos inútiles, pero divertidos

Federico Fellini por Juan María Ordóñez Velasco

70

Para hablar y escribir bien

consejos

Ese oscuro verboide del deseo: el gerundio ii

73

Palabrotas

Schadenfreude

términos rimbombantes y domingueros por María del Pilar Montes de Oca Sicilia

78

Arte

Frank Lloyd Wright

corrientes, creadores y sus obras por José Ángel Blandón Jolly

83

Urbi et orbi

La Nao de China / La Guerra del Peloponeso

8 4

¿Arcaísmo?

Encandilar

86

La cronología

breves notas sobre historia y geografía

palabras que caben en el arcón de la abuelita

recorridos en el tiempo

El automovilismo por Jorge F. Camacho

90

Ideas

Las nuevas adicciones

pensamiento sobre todo lo demás por Karla Covarrubias Molina

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De boca en boca

La quinceañera

anecdotario por Rodrigo López

www.algarabia.com 8


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L lgrbidicci hbl En el artículo «p, ese loco número irracional», se menciona que p es irracional, infinito, aleatorio y sin un patrón definido. p no puede ser infinito porque es menor que 4: un número finito. Decir que p es infinito solamente porque su expresión decimal es infinita sería tanto como decir que 1/3 = 0.3333333... es infinito. En este sentido, decimos que p es un número calculable. Mario Abarca

r

Gracias por brindar una luz en la oscuridad que nos rodea: una inmunda falta de educación, cultura e imaginación. Roberto Téllez

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Quiero felicitarlos por la Algarabía virtual. Me parece genial el diseño, los anuncios virtuales y la música de buen gusto. Me encantó leer sus maravillosos artículos disfrutando la lectura con música que me lleva a un estado de paz. Carolina Esparza Contreras

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¡La culpa es de Robert Louis Stevenson! Por hacerle un poco de caso terminé siendo un adicto de Algarabía. Mire usted: «Está muy bien que roguemos a Dios que no nos deje caer en la tentación; pero no está bien que nos escondamos de las que nos llegan». José Delgado Mendoza

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Algún germen infeccioso pulula por la tinta o el papel con el que hacen su revista, pues resulta que estoy infectado de Algarabiadictus perniciosus y no existe cura alguna para este mal. Juro que no soy adicto a nada... salvo al cigarro y al tequila. Así que a ver cómo le hacen para quitarme esta maligna infección que se acrecienta mes a mes. Carlos Finck Pastrana

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¿Creen que nos vamos a tragar la vergüenza de texto de «Ahí viene el Coco»? ¡Venga, no decaigan! Es difícil mantener el nivel de una publicación después de 60 números, pero ustedes tienen a los mejores y más selectos lectores cautivos que pueda tener cualquier revista en México, por lo que vale el esfuerzo trabajar cada uno de los 30 días que restan antes de volver a las prensas. Omar Joaquín Novelo Hernández 10


Nos hubiera gustado que en el artículo de la vitamina t se hubiera dicho que la torta es un alimento completo, pues contiene los nutrientes que nuestro organismo necesita ¡en un mismo plato!: cereal —en el pan—, leguminosas —en los frijolitos untados—, proteína —en los ingredientes principales y en el queso—, y vegetales —en la cebolla, la lechuga, el jitomate, el aguacate, etcétera—. ¿Qué más puedes pedir en sabor y nutrición? Así, los adoradores de la vitamina t la consumirían con menos culpa que cuando sólo se les dice «no tiene ni un gramo de light». Cristina García Juárez y Enrique Galindo Rodríguez

r

cartas@algarabia.com Nota: en las páginas de Algarabía abreviamos el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española como drae, y a esta última como rae. Fe de erratas del número 62: páginas 78 y 79, dice Jalapa, debe decir Jalpa — y sí se encuentra en el Bajío, en la comunidad de Jalpa de Canovas—; página 64, dice pata de cerdo a la vinagreta, debe decir pata de res a la vinagreta. Por último, es pertinente señalar que existen fuentes que privilegian el uso de la palabra virote, pero preferimos usar birote en atención al uso y a algunos diccionarios de mexicanismos.

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Próximos eventos Ferias de libro: Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2009. Del 28 de noviembre al 6 de diciembre. Centro de Exposiciones Expo Guadalajara. Av. Mariano Otero 1499, col. Verde Valle, Guadalajara, Jalisco. Presentaciones de la revista y los libros: 5 de diciembre a las 5 pm y 5:50 pm, en salón Alfredo R. Plascencia. Feria del Libro de Reforma. Del 12 al 20 de diciembre en Av. Reforma: entre el Ángel de la Independencia y la Diana Cazadora

Televisión: La Sobremesa, por canal 28, de lunes a viernes de 3:30 a 5 pm.

Escúchanos por Internet: Algarabía a cucharadas: martes 1, 15 y 29 de diciembre, por Código DF. Para bajar podcast: www.codigoradio.cultura.df.gob.mx/index.php/programas/44programas/258

Radio en vivo: Hoy por Hoy, en W Radio, 96.9 fm, Cápsulas aleatorias: lunes a viernes de 6 a 10 am. Entrevista con María del Pilar Montes de Oca: viernes de 2 a 4 pm. www.wradio.com.mx. Radio Mexiquense, lunes a las 6:30 pm, en Toluca: 1600 am y Valle de México: 1080 am. La vida sobre ruedas, viernes, 1 pm. El rincón del melómano, viernes 5 pm. Por Internet: rtsp://radiomexiquense.edomexico.gob.mx/broadcast/xetul1080.rm Stereo Joya, 93.7 FM. Cápsulas aleatorias de lunes a domingo: de 6 am a 1 pm. con Mariano Osorio. www.stereojoya.com.mx La Hora Nacional, cada domingo a las 10 pm. Participación de María del Pilar Montes de Oca. Sintonía: en cadena nacional de todo el espectro radioeléctrico de México.

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E el úer 64

En el mes de enero tendremos: • King Kong • Hoy por ser día de tu santo: el santoral • El arte de Toulouse Lautrec • Ironías de un clima cambiático

n Y además, u ra yes pa regalo de Re res. to nuestros lec

¡Espérelo!


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Tqui Ð legu la lengua de nunca acabar

de la lengua y sus hablantes

Lengua y gramática La gramática de una lengua es el conjunto de reglas que los hablantes siguen cuando se expresan en ella. Ésta incluye: 1. reglas acerca de la forma de las palabras, por ejemplo: pfnujd no es una palabra que se Giovanni Benedetto Castiglione, Pirra y Deucalión, 1655. pueda formar en español—; 2. reglas respecto al modo en que se unen unas raíces con otras —por ejemplo, en español el plural se suele formar agregando una s—; 3. reglas en cuanto a la manera de unir palabras con otras para formar enunciados —en español el orden es sustantivo + adjetivo— y, por último, 4. reglas en cuanto a los significados que los hablantes le dan a cada palabra —Las ideas moradas duermen furiosamente, es una oración que en principio no tendría sentido en español—. Tomando en cuenta esto, todas las lenguas del mundo tienen gramática.

de estos lares

—Estado de México, Tlaxcala, Puebla—

sólido, sólida Adjetivo superlativo que se puede interpretar como «extremadamente solo, desolado». «Anoche que salí, estaba bien sólida la carretera.»

…y de otros lares

—Colombia—

guayabo Resaca. Malestar por haber bebido en exceso. En México usamos cruda. «Esta noche no quiero emborracharme porque mañana no puedo amanecer con guayabo; es el día de mi boda.»

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del latín al español

el romanceamiento del mes latín -

absinthium > asenθo > asenzo —absenta—

> ajenzo > ajenjo - español neologismos o palabras nuevas

la lengua fresca

sobreoferta. Exceso de oferta de bienes y servicios. Contexto: Este neologismo encontró protagonismo en los análisis económicos de los medios de comunicación, a partir de la desregulación global de las leyes del mercado —más pronunciada— en este incipiente siglo xxi. Usos: «Sobreoferta del sector inmobiliario», «disminuye la sobreoferta de la moneda en el mercado», «sobreoferta amenaza competitividad». Categoría gramatical: Sustantivo. Tipo de neologismo: Formado por prefijación, es decir, el modo de componer nuevas voces por medio de prefijos. Fuente: Diccionario de Neologismos del Observatorio de Neología, Centro Cervantes Virtual y Universidad Pompeu Fabra.

crítica al drae

la irreal Academia

orgía. f. Festín en que se come y bebe

inmoderadamente y se cometen otros excesos. (Diccionario de la lengua española, 22ª edición.)

¿Cuáles serán esos «otros excesos»? ¿Encender el televisor, a mitad del festín, y sintonizar el canal que en esos momentos transmita La Academia? ¿Presenciar un concierto del reencuentro de Timbiriche, Menudo y Parchís, todos juntos sobre el mismo escenario? ¿Ver un maratón de Ventaneando, con Paty Chapoy? La verdad es que no se nos ocurren peores excesos... William Hogarth, Orgía, 1735.

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¿Qué d c...

…el juramento de Hipócrates? por Valeria Gaudry

L

a historia es un eterno juego de teléfono descompuesto, e intentar aproximarse a la realidad de hace dos milenios puede ser un enredado laberinto. Pero intentémoslo.

Grecia, ca. 460 a.C. Pericles llega al poder en Atenas. Con él da inicio la época dorada de la cultura griega y por esa época nace Hipócrates, el futuro padre de la medicina. Algunos historiadores se niegan a creer que Hipócrates existió, y afirman que en realidad fueron varios médicos los que escribieron el compendio de más de 50 escritos —entre ellos: «De la antigua medicina», «Sobre el aire, el agua y la posición», «Acerca de la enfermedad sagrada», «Sobre la dieta», «Aforismos de Hipócrates» y «Sobre la naturaleza humana»— titulado Corpus Hippocraticum, que podríamos describir como la primera enciclopedia médica de la Antigüedad. Por otro lado, quienes defienden su existencia afirman que nació en la isla de Cos y murió en Larissa —ambas pertenecientes a la actual Grecia—, y le atribuyen el famoso juramento, que, aunque modificado, sirve como precepto ético de la profesión hasta hoy en día. El juramento se hacía por los dioses del Olimpo, y requería comprometerse a cumplir con las siguientes reglas, so pena de atraer la fatalidad y la mala suerte:

ɅɅ Fijar el régimen de los enfermos del modo que le sea más conveniente, evitando todo mal e injusticia.

ɅɅ Aquel que contribuye con la formación del alumno de

medicina, adquiere la misma estimación que sus padres, y a su vez se adquiere el compromiso de enseñar a los hijos del maestro si se le solicita, sin pedir ningún tipo de remuneración —quizá éste sea el origen de la tradición de no cobrar una consulta a ningún familiar de otro doctor.

ɅɅ Se prohíbe otorgar veneno, practicar la eutanasia o no hacer todo lo posible por mejorar la salud del paciente, así como también facilitar el aborto. 16


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ɅɅ Se pide que el médico se abstenga de tener relaciones eróticas con los pacientes y no se deberá revelar de las consultas todo lo que pueda ser vergonzoso si se hiciera público.

ɅɅ Se ejercerá la profesión con inocencia y pureza, fijando el

régimen de los enfermos del modo más conveniente, según las facultades y conocimientos propios, evitando todo mal e injusticia.

Estos puntos ya no se utilizan en la actualidad, ya que en la Declaración de Ginebra de 1948, se realizaron modificaciones al juramento para tomar en cuenta los siguientes aspectos: el médico debe consagrar su vida al servicio de la humanidad, respetar y mostrar gratitud a los maestros, ejercer la profesión a conciencia y dignamente, velar ante todo por la salud de los pacientes, guardar y respetar los secretos confiados en el consultorio, considerar a los colegas como hermanos, ayudar a preservar la salud de los pacientes indiscriminadamente y jamás emplear los conocimientos para contravenir las leyes humanas, incluso bajo amenaza. Esta vez se promete solemne y libremente, bajo palabra de honor. Aunque es un hecho que muchos en la actualidad por razones monetarias y de «prestigio» no cumplen con su juramento. Valeria Gaudry es hija de un médico gastroenterólogo, y aunque eso no le fue de mucha ayuda para escribir este artículo, admira la constancia y la responsabilidad de quienes ejercen esta profesión. Además, admira la belleza de la terminología médica, y ahora se lamenta de haber copiado en todos los exámenes de etimologías en la prepa.

LRll

Sentir que es un soplo la vida que veinte años no es nada, que febril la mirada errante en las sombras te busca y te nombra. Vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo que lloro otra vez. «Volver», Carlos Gardel 18


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segundo lugar

M. C. Escher, Serpientes, 1969.

AquĂ­, allĂĄ y en todas partes: los fractales

por Rosaura Rivera Garza

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E

n mis momentos de ocio —o en mis noches de insomnio—, más de una vez me he sorprendido pensando en mil y una cosas, divagando de aquí para allá y escudriñando innumerables ideas y teorías. Una de las pocas ideas que se ha quedado firme es que hay algo común a todos y a todo, más allá de los compuestos químicos que nos constituyen, una especie de pista sobre la verdadera naturaleza de la realidad. Entonces pienso en los fractales. Quedé prendada del tema y, gracias a su carácter interdisciplinario y versátil, me di cuenta de que se pueden hallar vínculos entre éstos y tantas disciplinas como queramos, incluyendo la literatura y el cine.

¿Q ué es un fractal ? Un fractal es una figura que se encuentra en la naturaleza y se caracteriza por ser autosimilar, o sea, que conserva la misma apariencia en diferentes escalas; otras características son que es irregular y fragmentada, repetitiva e infinita.1 Los fractales pueden verse en todas partes: en la estructura de las galaxias, de las nubes, de los helechos, en nuestro cerebro o en la distribución del sistema circulatorio de cualquier ser vivo. En la década de los años 70, Benoît Mandelbrot acuñó el neologismo fractal para designar figuras que la naturaleza exhibe y que la geometría tradicional euclidiana2 no describe. El término proviene del latín fractus, que significa ‘interrumpido o irregular’. Los fractales, al ser elementos geométricos, han sido estudiados rigurosamente y se ha dado con varias fórmulas matemáticas para definirlos y generarlos. Gracias a ellas ha sido posible encontrar aplicaciones científicas en diversas áreas y disciplinas como en la informática, la Teoría del Caos El álbum Ummagumma, de Pink Floyd.

1  Benoît Mandelbrot, Los objetos fractales, España: Tusquets Editores, 1987. 2  Rama de la geometría propuesta por Euclides en su libro Los elementos; estudia las propiedades de los planos, líneas, puntos y curvas, que son elementos «ideales» creados por el hombre, pero que se alejan de la estructura de los objetos en la naturaleza.

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—en la que es necesario conocer la estructura fractal para describir y predecir sistemas dinámicos—, la meteorología, la demografía, la economía, la geografía —en donde se utilizan para calcular distancias— y la medicina, específicamente en la neurociencia y el estudio del cáncer, donde descubrirlas ha sido determinante.

L os fractales y el arte Como puede verse, los fractales están en todas partes: en la física, la química, la biología, y el arte no es la excepción. Por ejemplo, existen obras musicales que responden a una naturaleza fractal, como Die Kunst der Fuge —El arte de la fuga—, de Johann Sebastian Bach, o algunas piezas de Beethoven y varias sonatas para piano de Mozart. Aunque estos compositores no conocieron el concepto del «fractal», siguieron un método para distribuir el número y la disposición de las diferentes notas que podría compararse con el de una dimensión de este tipo. En la arquitectura, el diseño y la pintura también existen formas fractales en las medidas de proporción; por ejemplo en la sección áurea o «proporción divina».3 Desde Platón, los antiguos griegos buscaron esta proporción en sus creaciones, para que tuvieran equilibrio y pudiesen considerarse como bellas, y esa noción es un fractal que se repite ad infinitum. El ejemplo de arte que recurre a lo fractal por excelencia es el trabajo del artista holandés M. C. Escher, cuyas creaciones han sido calificadas como «arte matemático». Otro artista visual que utiliza el recurso fractal es Alex Grey, pintor psicodélico que explora temas metafísicos, y que ha colaborado con bandas como Tool —10,000 Days y Lateralus—, Beastie Boys —Ill Communication— y artistas como David Byrne —The Visible 3  v. Algarabía 16, noviembre-diciembre 2004, Estructuras: «La Divina Proporción»; pp. 54-57.

asezotafrasezota frezT frasezotafrasezotaf

El mayor peligro de la vida consiste en tomar demasiadas precauciones. Alfred Adler

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Man—. Un fractal clásico que muchos podrán reconocer es el arte de la portada del lp Ummagumma, de Pink Floyd, a cargo del extinto despacho de diseño Hipgnosis, en la que se recurre a la imagen dentro de la imagen para lograr un efecto fractal.

M. C. Escher, El límite del círculo iii, 1959.

La razón por la cual un concepto matemático como el fractal ha traspasado las fronteras de la geometría para abrirse terreno en las artes visuales tiene que ver con el impacto visual que tienen estas figuras que se repiten unas dentro de otras de la misma forma y sin cesar. Hoy en día se crean espectaculares imágenes fractales usando una computadora con softwares especializados, a partir de fórmulas y algoritmos4 definidos; éstas han sido útiles en la creación de efectos visuales para el cine como una alternativa a los escenarios y maquetas, como las creadas para las películas 2001: odisea del espacio (1968) y Star Wars (1977), o para series televisivas como Star Trek.

L os fractales y la filosofía Dentro de la filosofía, el ejemplo de pensamiento fractal más antiguo nos lo brinda Zenón de Elea, quien, en sus paradojas, niega la existencia del movimiento y plantea la unidad del Universo. Un ejemplo concreto es la paradoja de Aquiles y la tortuga: según este argumento, Aquiles, el más rápido de los hombres, no podrá alcanzar nunca al más lento de los animales, la tortuga, si otorga a ésta una ventaja inicial en una carrera; mientras Aquiles, que corre dos veces más rápido que la tortuga, recorre el camino que ésta llevaba por ventaja inicial, la tortuga habrá recorrido otra porción, aunque más pequeña; cuando Aquiles haya llegado a recorrer esta última porción de camino, la tortuga habrá avanzado otra porción más pequeña, y así la tortuga llevará siempre la ventaja hasta espacios infinitamente pequeños, con lo cual Aquiles no podrá alcanzarla nunca. Si bien la paradoja puede refutarse fácilmente, el principio en que se basa es una de las primeras ideas con dejos fractales en Occidente.

L os fractales y la literatura En la literatura, el modelo fractal es útil para acercarse a la estructura de los textos metaficcionales —los que contienen uno o varios relatos dentro de un mismo relato—. La introducción del concepto geométrico en la creación literaria se da gracias a mecanismos como 4  Listas bien definidas, ordenadas y finitas de operaciones que permiten hallar la solución a un problema.

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las tautologías5 y las mise en abyme6 semejantes a las muñecas rusas llamadas matrushkas, que se abren a la mitad y que encierran otra igual pero de menor tamaño, y ésta otra más pequeña y así sucesivamente. Podríamos llamar a un texto «literatura fractal» cuando encontramos referencias a sí mismo, repetición ad infinitum o una descripción que nos acerque a este término, como sucede con el cuento «El Aleph»,7 de Jorge Luis Borges, en el que se describe el fractal en su forma más pura y visual: una pequeña esfera en la que es posible observar la totalidad del Universo, donde el narrador ve el infinito, al lector, y a sí mismo viéndose y viendo todo a la vez. Sin utilizar la reiteración o una estructura lingüística que se refiera a sí misma, Borges nos explica cómo una experiencia infinita no es resumible en un modelo finito de comunicación como lo es el lenguaje.

Fractales podrían, también, considerarse las historias que mediante juegos de palabras se vuelven infinitas, como aquella que dice: «Éste era un gato con la cola de trapo y las patas al revés, ¿quieres que te lo cuente otra vez?»

Otro ejemplo es la obra teatral Esperando a Godot (1952), de Samuel Beckett. La estructura fractal en ésta resulta de la repetición discursiva y de la acción dramática. Los parlamentos son básicos para señalar propiedades fractales: mediante la reiteración de diálogos y acciones, la naturaleza fractal de la obra se encierra en la continua sensación del sinsentido de la existencia humana. La reducción de la acción dramática nos lleva a pensar que no pasa nada, por el hecho de que ocurren

5  Repetición de un mismo pensamiento expresado de distintas maneras; por ejemplo, «una novedosa innovación», que también es un pleonasmo. 6  En español literalmente significa «puesto en el abismo». 7  Álef o aleph es la primera letra del alefato; es decir, la serie de consonantes hebreas, su símbolo es . También se encuentra en el alfabeto fenicio y proviene de la letra alpha, del alfabeto griego.

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En la pág. anterior: Alex Grey, Lateralus y 10,000 Days.

pocas cosas significativas desde una perspectiva narrativa; desde el primer capítulo existe un tono de reiteración y el final se conecta circularmente con el principio de una forma angustiante. La obra es autosimilar, lo que provoca la sensación de que se repite hasta el infinito. Un último ejemplo, pero quizá el más emblemático, es el del cuento «Continuidad de los parques», en el que Julio Cortázar desarrolla un texto metaficcional donde el protagonista se encuentra a sí mismo en el relato que está leyendo, lo que hace posible clasificarla como fractal por la reiterada referencia que hace sobre sí misma. Como puede verse, una forma geométrica que es parte de nuestro Universo primigenio y que se ha descubierto hace relativamente poco, puede ser un común denominador del pensamiento y el sentir humano, y puede estar presente en donde menos lo imaginamos. Rosaura Rivera Garza pertenece a la generación del terremoto: nació en 1985 en la ciudad de México. Actualmente vive en la ciudad de Guadalajara, es egresada de la licenciatura en letras hispánicas de la Universidad de Guadalajara y de la licenciatura en medios audiovisuales del Centro de Arte Audiovisual.

Adivia quié Emperador que estableció la capital en Beijing, completó la conquista de China y abrió su país a la cultura occidental. La primera persona que responda correctamente a partir del 10 de diciembre,* a cartas@algarabia.com, recibirá un par de libros, cortesía de Random House Mondadori.**

Felicitamos a Alma Rosa Ávila Silva, de la ciudad de México, por ser la primera persona en responder acertadamente el Adivina quién de la edición 61. A todos los demás lectores, les agradecemos su animosa participación. La respuesta correcta es: Agustín Víctor Casasola (1874-1938) es el reportero gráfico que en 1912 abrió su propio negocio cuya oferta era: «Tengo o hago la foto que usted necesite».  * Para obtener el premio y no ser descalificado se debe enviar nombre completo, edad, teléfono, e-mail y dirección completa. Limitado a un premio por participante por cada dos números.  ** El nombre del ganador y la respuesta se publicarán en Algarabía 65. El plazo para recoger el premio vence el viernes 29 de enero de 2010.

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tercer lugar

El cielo sobre el puerto tenía el color de un televisor sintonizado en un canal muerto... William Gibson

S

i damos rienda suelta a nuestra imaginación, podremos visualizar un planeta en el que no existen las clases sociales ni la segregación racial, y todo en el mundo es una convivencia armónica en la que los humanos muestran siempre su mejor faceta. A esto le llamamos utopía.

Fue Tomás Moro, con su libro De optima reipublicae statu deque nova insula Utopia (1516), quien acuñó este término ′ —del griego ου’ , ou, ‘no’, y τοπος , tópos, ‘lugar’; «lugar que no existe»— y lo aportó al mundo de las letras con un significado claro: a través de la imagen de una metrópoli inexistente, construye una alegoría de mundo ideal en el que todo es perfecto —el progreso científico, el orden social y político, y la convivencia entre los humanos—, situada en un futuro no siempre muy distante.1 Mucho 1  v. Algarabía 56, mayo 2009, Literatura: «Ciencia ficción i: imaginar el futuro»; pp. 82-86. [Todas las notas son de la edición.]

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Xpsam, Dystopia.


tiempo después, a finales del siglo xix, en contraposición a la utopía, nació la distopía —del griego δυσ, dis, ‘anomalía’, ′ y τοπος , tópos, ‘lugar’; «lugar anómalo»—. Este género surgió como una sátira o reflexión a la realidad social que nos sumerge en perspectivas futuristas de mundos imperfectos en el que la realidad cotidiana ha cambiado gracias a los avances tecnológicos, pero la sociedad no es sino un producto de la animalidad del hombre, y éste, paradójicamente, se ha deshumanizado.

Distopía, leyenda y neuromancia por Gonzalo Ramos

L a distopía en letras e imágenes En la literatura siempre han existido las utopías y las distopías, sociedades de ensueño y paisajes desoladores en los que nadie desearía vivir. Al parecer, el ser humano tiene una tendencia hacia el pesimismo y goza de la morbosa fascinación de imaginar la belleza de un futuro catastróficamente incierto o postapocalíptico en el que los estratos sociales se han polarizado o, bien, se han hecho exageradamente homogéneos y se busca erradicar cualquier rasgo de individualidad; el poder del Estado es absoluto y totalitario, oligarca o fundamentalista, o son megacorporaciones las que han suplantado a los gobiernos en el ejercicio del poder; el equilibrio ecológico ha sido devastado y la migración a otros planetas es una solución obligada. Así, podemos ir de distopía en distopía de la literatura y el cine, desde los pioneros H. G. Wells y La máquina del tiempo (1895), Fritz Lang y su filme Metrópolis (1927), pasando por Aldous Huxley en Un mundo feliz (1932) y Stanley Kubrick con su cinta Naranja mecánica (1971); Do Androids Dream of Electric Sheep? (1968), de Philip K. Dick —y su adaptación cinematográfica, Blade Runner (1982)—, concluyendo con las películas V de venganza (2005), Watchmen (2009) —ambas novelas gráficas en origen— y, por supuesto, la tan criticada trilogía de Matrix. Pero no todas las distopías son trágicas, tal y como nos lo dice Richard Matheson en su libro Soy leyenda (1954) —que sería adaptado a la pantalla grande en diversas ocasiones2—, en voz de Robert Neville, el último hombre sobre la Tierra 2  Entre otras adaptaciones de la novela están The Last Man on Earth (1964), The Omega Man (1971), y la más reciente I Am Legend (2007), dirigida por Francis Lawrence y protagonizada por Will Smith.

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que, luego de luchar contra una nueva raza de humanos vampiros mutantes, al final se da cuenta de que su vida dará de qué hablar, y que ha luchado hasta el límite de su vida por cambiar un futuro indeseable para él, pero promisorio para la «nueva raza humana». Antes de morir, pronuncia unas últimas palabras que sellan la visión de su destino: «[I am] a new superstition entering the unassailable fortress of forever. I am legend».3 Con la llegada de la era de la informática a principios de la década de los 80, las visiones distópicas tomaron un tono distinto, en especial a partir de la aparición de una novela determinante: Neuromante (1984), de William Gibson.

¿Y de qué color es un canal muerto ? Podríamos decir que Neuromante4 marca el inicio del subgénero de la ciencia ficción llamado cyberpunk.5 La palabra, compuesta por el lexema cyber —que deriva del ′ griego κυβερνητης , kubernétes, ‘capitán, timonel’—, que se refiere al mundo de la informática, y la palabra punk, en referencia al movimiento social y musical que surgió a mediados de la década de los 70, que se alzó en contra de la comercialización, la industrialización, la pérdida 3  «[Soy] una nueva superstición entrando en la fortaleza inexpugnable de la eternidad. Soy leyenda.» 4  La palabra neuromante alude a las mancias o métodos de adivinación del futuro; un quiromante, por ejemplo, se dedica a la interpretación profética de las líneas de las manos. Un neuromante, entonces, adivinaría el futuro por medio de las neuronas. 5  v. Algarabía 57, junio 2009, Literatura: «Ciencia ficción ii: el futuro está aquí»; pp. 18-22.

riochingonario chigri chingonariochi ¥ Chingonométricoµ Es el superlativo de la palabra chingón. Cuando algo está o es chingonométrico, quiere decir que ha rebasado el ser simplemente chingón, muy chingón —que no es poca cosa—, chingonsísimo, y ha llegado al nivel último, al máximo, de chingonería. Es una expresión que no se usa frecuentemente, porque pocas cosas chingonométricas hay en el mundo; pero cuando sale a relucir en una conversación es en forma de sentencia lapidaria, contundente, definitiva.   «—¿Cómo está el chamorro que te trajeron de botana? —Chingonométrico. Así nomás.»   «—¿Te gustó el cd que te puse? —Está chingonométrico. Y eso que no me gusta el jazz.»

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de identidad y todas las consecuencias de una sociedad «más avanzada». El término cyberpunk fue acuñado por Bruce Bethke en un cuento corto con ese nombre, publicado en 1983; Bethke explica que su intención fue vincular los avances tecnológicos con todo lo que la palabra punk significa, además de que el título se recordaba con facilidad.

Imagen de Ghost in the Shell.

Teniendo como precedente la novela 1984 (1948), de George Orwell —que en sí misma es una distopía—, el cyberpunk se enfoca en historias futuristas en las que los seres humanos han perdido ciertas cualidades de seres civilizados, lo que ocasiona que se conviertan en un número más dentro de una interminable cadena, como le sucede al protagonista del primer largometraje de George Lucas, thx 1138 (1971), un título que más bien nos podría remitir al sistema de sonido del mismo nombre,6 o a la matrícula de un automóvil. Bruce Sterling comparte con Gibson el crédito del nacimiento de esta corriente, pues ambos autores coincidieron en retratar el lado oscuro y nihilista de la metamorfosis de la sociedad derivada del boom de la informática. Su obra cobró mayor relevancia cuando el cyberpunk dejó de ser sólo un subgénero de ficción y, como una profecía que se autorrealiza, se convirtió en una ideología y una forma de vida para millones de personas cuyo punto de reunión es, precisamente, el ciberespacio y, más allá de la literatura, consumen videojuegos y se divierten con juegos de rol. El cyberpunk, además de haber acuñado términos como ciberespacio —que es una alegoría de Internet—, y de haber introducido a la literatura la jerga propia de los «internautas» —por ejemplo, chat7 y realidad virtual8—, ha servido de pauta a otros autores para que imaginen mundos alternos, caóticos, en los cuales un humano es un ser frágil, víctima de una sociedad injusta que le aprisiona. Esta ideología se reafirma en una frase de Sterling: «Cualquier 6  v. Algarabía 55, abril 2009, Trivia: «Un siglo de siglas»; pp. 24-27. 7  Del inglés chat, «charlar, platicar»; programa para escribir e intercambiar mensajes escritos en línea y en tiempo real, con una o varias personas. 8  Aunque este último término es de uso común en textos de índole científica y cibernética, su origen se remonta al año 1938, en el que Antonin Artaud escribió, en su libro El teatro y su doble, que el teatro era una suerte de «realidad virtual». Muchos años después, fue utilizada en la novela de ciencia ficción The Judas Mandala (1982), de Damien Broderick, y popularizada por la película Brainstorm (1983), dirigida por Douglas Trumbull.

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cosa que se le pueda hacer a una rata, se le puede hacer a un ser humano. Así pues, si quieres saber qué se hará a los humanos en 20 años, observa lo que se está haciendo ahora a las ratas».

Literatura distópica* La máquina del tiempo (1895), de H. G. Wells El talón de hierro (1908), de Jack London R. U. R. —Rossum’s Universal Robots— (1920), de Karel Čapek Un mundo feliz (1932), de Aldous Huxley Rebelión en la granja (1945), de George Orwell 1984 (1948), de George Orwell Fahrenheit 451 (1953), de Ray Bradbury Naranja mecánica (1962), de Anthony Burgess Logan’s Run (1967), de William F. Nolan Do Androids Dream of Electric Sheep? (1968), de Philip K. Dick Crash (1973), de J. G. Ballard Neuromante (1984), de William Gibson

Cine distópico Metrópolis (1927), de Fritz Lang Things to Come (1936), de William Cameron Menzies Naranja mecánica (1968), de Stanley Kubrick thx 1138 (1971), de George Lucas Soylent Green —Cuando el destino nos alcance— (1973), de Richard Fleischer Rollerball (1975), de Norman Jewinson Logan’s Run —Fuga en el siglo xxiii— (1976), de Michael Anderson Mad Max 2: The Road Warrior (1981), de George Miller Blade Runner (1982), de Ridley Scott Videodrome (1983), de David Cronenberg Akira (1988), de Katsuhiro Otomo Gattaca (1997), de Andrew Niccol Matrix (1999), de Andy y Larry Wachowski A Scanner Darkly (2006), de Richad Linklater Children of Men (2006), de Alfonso Cuarón wall-e (2008), de Andrew Stanton

Literatura cyberpunk La trilogía Sprawl: Neuromancer (1984), Count Zero (1986) y Mona Lisa Overdrive (1988), de William Gibson La cuatrilogía Ware: Software (1982), Wetware (1988), Freeware (1997) y Realware (2000), de Rudy Rucker Schismatrix (1985), Island in the Net (1988), Crystal Express (1989), Heavy Weather (1994) y Holy Fire (1996), de Bruce Sterling Patterns (1989) y Fools (1992), de Pat Cadigan When Gravity Fails (1986), de George Alec Effinger The Diamond Age (1995), de Neal Stephenson * Los títulos de estas obras aparecen en inglés o español en función del idioma en que son más comúnmente conocidas.

Gonzalo Ramos es comunicólogo y soñador audiovisual. Está preocupado por que el mundo no se convierta en un lugar distópico, pero no deja de imaginarlo de esa manera. A veces piensa que su vida es una película de ciencia ficción.

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Ð dóde viee

tiquismiquis. Si esta palabra no existiera, ¿cómo describiría yo a mi madre? Cualquier definición se quedaría corta. Usted también la ha oído, sin duda. Y de seguro conoce a algún tiquismiquis, y probablemente lo tenga más cerca de lo que quisiera. Tiquismiquis designa a esa persona quisquillosa y «exquisita» que siempre tiene algo de qué quejarse; alguna minucia que al simple mortal le da igual, el tiquismiquis la rechaza al instante, sobre todo si es especialista en el tema: que si su platillo no está cocinado justo hasta el punto que le gusta, que si la cátsup no es de tal marca mejor ni la prueba, que es incapaz de salir de casa sin ponerse perfume o con la ropa arrugada, que no va a la playa porque le molesta la arena y que, como nunca nada está suficientemente limpio, se lava las manos de modo obsesivo o siempre carga toallitas húmedas.

Esta voz —que Francisco de Quevedo emplea por primera vez en español en 1632— tiene su origen en el latín medieval hispánico, por una alteración vulgar de tichi, ‘para ti’ y michi, ‘para mí’, que debido a una artificial pronunciación donde se adjudicó a la h un sonido gutural, derivó en tibi y michi, literalmente «cositas para ti y para mí». Esta apropiación puede relacionarse también con la frase latina hodie mihi, cras tibi, «hoy por ti, mañana por mí». Según el drae, se refiere a los «escrúpulos o reparos vanos o de poquísima importancia» que hace alguna persona, o a la persona que los hace. Se empleó primeramente con referencia a ciertas discusiones teológicas monacales y también alude a riñas o discusiones promovidas con muy poco motivo, pesadas o frecuentes. Si se encuentra a alguien así, anímese, pronuncie la palabra, y quizá hasta le produzca cosquillitas. 31


Gtrófil

Vitamina T3:

quesadillas, huaraches, pambazos y lo que usted guste por Rafael Pérez Vázquez ilustrado por Elmer Sosa

Y

a taqueamos,1 ya torteamos —con todo respeto, eso sí—, tamaleamos y hasta «tlayudeamos»2… y aún no pasamos de la letra t. ¿Qué nos espera si apenas hemos abarcado una grafía? Pues seguirle, y aunque estoy seguro de que mucho, mucho se nos quedará en el tintero, seguimos con la última parte de este recuento gastronómico, abundante en grasas, pletórico de hidratos de carbono y con el sabor desbordándose por los cuatro costados.

N o hay de qué … so nomás de papa Las quesadillas. Sí, habrá algún purista que diga que son «de queso y nada más; si no, ya no son quesadillas», pero por extensión se le llama así a las dobladas de tortilla con algo adentro. Esta sencilla premisa tiene cuatro variantes: de sartén, que se consumen de noche y se fabrican con tortillas de maíz crudo que se rellenan, se cierran y se sumergen en aceite hirviendo hasta que queden bien doraditas; de comal, con una tortilla también de maíz blanco o azul, hecha a mano en un comal, con o sin grasa, y se consume de día; 1  v. Algarabía 61, octubre 2009, Gastrófilo: «Vitamina t1: breve inventario del taco»; pp. 50-55. 2  v. Algarabía 62, noviembre 2009, Gastrófilo: «Vitamina t2: tortas, tostadas y algo más»; pp. 61-65.

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en ambos casos, las opciones de relleno son prácticamente las mismas —queso, papa sola o con chorizo, flor de calabaza, frijoles con queso, champiñones, sesos, tinga de res o pollo, picadillo, huitlacoche, chicharrón prensado, pancita, etcétera—; la tercera variante es la que se elabora con tortilla de harina de trigo: doblada es quesadilla y una extendida sobre otra —y con una rebanada de jamón en medio— es sincronizada, y son ideales para merendar. La última especie es la que se elabora con la tortilla «hecha» —esto es, de tortillería—, rellena, sellada con un palillo para que no se salga el relleno y sumergida en aceite; así se elaboran unas de papa, de sesos de cerdo y otras de pescado —normalmente cazón, ricamente sazonado— o jaiba. Con frecuencia en los mismos lugares donde se expenden quesadillas existen también las gorditas. En el centro del país son círculos gordos —obviamente— de masa de maíz cruda, rellenos de chicharrón prensado picado, aunque también hay de requesón, nata, frijoles, de carne al pastor y unas dulces que llevan piloncillo. Pueden asarse al calor del comal o, para óptimos resultados, freírse en manteca de cerdo. Se sazonan con salsa verde cruda, cilantro y cebolla picados, y queso rallado. En el norte, en cambio, pueden ser de maíz o trigo, se cuecen al comal, se abren y se rellenan de papa con chorizo, rajas, huevo o chicharrón, y se aderezan con queso, salsa y crema. Y no podemos dejar de mencionar las gorditas de maíz que venden afuera de la Basílica de Guadalupe, que se cocinan al comal con masa de maíz, un toque de piloncillo, tienen un olor delicioso y se venden envueltas en colorido papel de china.

E stos huaraches que tengo yo … Lo que viene no es «enchílame otra gorda». Entramos a los azarosos caminos de las diferencias sutiles, así que iremos con cuidado. Primero, los huaraches: tortillas algo gordas y alargadas, asadas en comal y fritas en manteca o aceite;3 suelen sazonarse con salsa roja o verde, queso rallado y, en el colmo de la glotonería, cubrirse con huevo —estrellado o revuelto—, chorizo, bistec, hígado encebollado o una oronda costilla de res asada. Luego vienen los sopes, que son «una sublimación de la tortilla»: redondos, pellizcaditos en 3  En algunos casos se rellenan de frijoles negros, como los «huaraches aztecas» que se venden en el mercado de Jamaica de la ciudad de México.

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la orilla para contener una camita de frijoles refritos sobre la que se pone salsa, lechuga, queso rallado y, si el hambre es mucha, cubrirse con cualquiera de los rellenos de las quesadillas, sobre todo pollo y chorizo. Y aquí vienen las peligrosas curvas de las variantes: las memelas son similares a los huaraches, sólo que más delgadas y más grandes; se cubren con una ligera capa de frijoles, y encima va lo que usted guste: pollo, pierna, carne asada, barbacoa, queso de hebra o chicharrón; se coronan con cebolla picada, queso rallado y mucha salsa. Similares a los sopes son las picadas veracruzanas, que se pellizcan en las orillas, y se cubren de una salsa roja espesa, carne de res deshebrada —opcional—, cebolla en rodajas y queso añejo. Además, hay que mencionar las chalupitas, oriundas del estado de Puebla, cuyo nombre alude a las embarcaciones que usaban los antiguos mexicas para trasladarse a través de los canales de México-Tenochtitlan; éstas son pequeñas tortillas de maíz fritas en abundante manteca de cerdo, bañadas en salsa verde o roja y con carne de cerdo deshebrada; la variante de la chalupa guerrerense es como una cazuelita a la que se le ponen diversos guisados encima y se usa para acompañar el pozole. Para finalizar, hablemos de la garnacha: «originalmente era una tortilla de masa de maíz de forma redonda y del diámetro de una tlayuda —unos 30 centímetros—, cocida y acompañada con frijoles, queso, lechuga, jitomate y aguacate; pero el término degeneró y ahora designa —por lo menos en la capital— prácticamente a cualquier fritanga, taco o antojito, sobre todo los de los puestos callejeros».4

N o sólo de maíz vive el hombre Más allá de la torta, y alejándonos de los dominios de Centéotl, existe una rica fuente de vitamina t que se elabora con pan de harina de trigo. Para empezar, están los pambazos. Esta pieza de pan francés, lisa y compacta, se rellena de papa con chorizo y se sumerge 4  Dulce Reyes en http://entertothematrix.wordpress.com/2007/11/30/garnacha/

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E Extensiones: el arado, la espada, son extensiones de la mano; el microscopio, de los ojos. Pero un libro es algo más: es una extensión de la memoria.

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en una salsa muy aguada de chile guajillo con jitomate; inmediatamente después se sofríe en una sartén con poco aceite o se asa al comal —con cuidado, porque salpica— y, una vez afuera, se le pone lechuga, queso fresco rallado, crema y salsa verde. También están los consabidos molletes, que se elaboran partiendo por la mitad un bolillo o telera, cubriendo las mitades con frijoles negros refritos y queso oaxaca o manchego, y metiéndolos al horno para que gratinen; se acompañan rigurosamente con salsa pico de gallo. Punto y aparte merecen las cemitas poblanas, que son hermanas de las tortas, primas del pambazo y parientas lejanas del paste y el sándwich, y tienen una historia propia. Aunque la cemita tiene un origen eminentemente ibérico —una fusión de la galleta hueca y del bizcocho de sal elaborado para conservarse durante las largas navegaciones a España—, su nombre tiene relación con el pan sin levadura de origen hebreo —semita— elaborado en España por la población sefardita. En el siglo xix se rellenaban de papa, frijol y nopal; más tarde, surgió una variante: pata de toro a la vinagreta con pápalo, cebolla y chiles en vinagre, al que pronto se le agregó aguacate. Después llegarían los rellenos de res, pollo, queso, quesillo y carnitas que conocemos —y disfrutamos— hoy en día. Y ya que mencionamos al paste, detengámonos un poco en una de las aportaciones más notables del estado de Hidalgo a la gastronomía nacional. Este platillo es una variante del pastel de carne inglés, introducido a México durante la explotación minera por parte de compañías británicas durante el siglo xix. Su autoría, como siempre, es disputada; pero diversas fuentes señalan a Real del Monte como el poblado natal de los pastes —que deriva de la palabra inglesa pastries—. Estos panes son como empanadas individuales, y están hechos de pasta hojaldrada y rellenos de carne picada revuelta con cebolla, papa, poro y perejil; servían para alimentar a los mineros al mediodía en la profundidad de los socavones —de ahí la utilidad de la orilla dura: para poder tomar el pan con la mano sucia. Se acompañan exclusivamente con chiles jalapeños enteros en escabeche.

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Por último, cuando no hay gana de prender el horno, podemos comer marinas de jamón o unas hojaldras de pollo con mole, elaboradas con el pan del mismo nombre.

Para terminar…

Dos platillos emblemáticos de nuestra cocina, que bien podrían ser primos hermanos: los chilaquiles y las enchiladas. Los primeros se elaboran con tortillas cortadas en trozos que se fríen en aceite y se sumergen en salsa verde o roja al gusto; se cubren con crema, queso rallado y aros de cebolla, y son ideales para flanquear a una carne asada o como complemento a un huevo, estrellado o revuelto. Las enchiladas son, básicamente, tortillas ligeramente fritas que envuelven a una ración de pollo desmenuzado, y se cubren de una de tres opciones: a) salsa verde, de chile de árbol —o una variante con chiles poblanos—; b) salsa roja, con jitomate, o c) mole, de preferencia poblano. Las dos primeras se rematan con crema, queso rallado y aros de cebolla —y también podrían cubrirse con rebanadas de queso manchego y gratinarse, lo que las convertiría en enchiladas suizas—; mientras que la segunda sólo aros de cebolla, crema y queso. No debemos dejar de lado las enchiladas potosinas, hechas con masa de nixtamal revuelta con chile guajillo, rellenas de queso y que, semicrudas, se sumergen en una salsa de chile ancho y se fríen. Además están disponibles las enchiladas del Bajío, que se cubren también con salsa de chile ancho, y luego se fríen y se acompañan con papas, ejotes, calabacitas y zanahorias. Finalmente, no haremos menos a las enmoladas y a las enfrijoladas que se cubren —es obvio— de mole y de frijoles con chipotle. Hasta aquí llegamos. Ojalá y el apasionamiento por el sabor de esta trilogía lo haya contagiado, su despreocupación por el conteo calórico lo haya hecho reconsiderar lo ajustado de su régimen —si es el caso—, y que sus desmedidas pretensiones no hayan ofendido a los gastrófilos de México y el mundo. Para Rafael Pérez Vázquez, cocinero e ingeniero en alimentos, la comida es un placer que, como todos los demás, no está exento de nostalgias. Más allá de los sopecitos de su abuela o el bacalao de su abuelo, añora cuando era capaz de zamparse dos huaraches con costilla de 30 centímetros sin pestañear, o de digerir una orden de flautas ahogadas a las tres de la mañana sin mayores estragos. Ni modo, todo por servir se acaba.

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AcerTijo

Cooperando para el vicio por Juan Jesús Gutiérrez García

Cuatro jóvenes algarabiadictos querían comprar la revista, pero no les alcanzaba con lo que cada uno traía, así que reunieron todo el dinero que llevaban. Juntaron una cantidad mayor que el precio de la revista y pagaron hasta con monedas de 50 centavos. Quien más aportó dio la mitad del costo de la revista, mientras Juan apenas pudo dar 4.50 pesos. Después de pagar la revista repartieron el cambio en partes iguales y le tocó un peso a cada uno. Uno de ellos comentó que si no les hubieran regresado el peso y dividieran la revista por las páginas numeradas, a él le habrían tocado exactamente tres veces más páginas que a Juan. ¿Cuánto dio cada uno de ellos? La primera persona que responda correctamente, a partir del 11 de diciembre,* recibirá como premio un paquete de libros.**

 Respuesta al acertijo anterior Felicitamos a Cynthia Berenice Zapata Ramos, de San Luis Potosí, S. L. P., por responder correctamente el Acertijo de la edición 61; agradecemos a los demás lectores su atenta participación.

La respuesta es la siguiente: Dos kilómetros por hora fue la velocidad promedio del joven que remó en el lago.

acertijo@algarabia.com * Para obtener el premio y no ser descalificado se debe enviar nombre completo, edad, teléfono, e-mail y dirección completa. Limitado a un premio por participante por cada dos números. ** El nombre del ganador y la respuesta se publicarán en Algarabía 65. El plazo para recoger el premio vence el viernes 29 de enero de 2010.

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Ide

El libro rojo por Carlos Bautista Rojas

«

Las balas de los cañones y de los arcabuces se incrustaban en una espesa muralla de carne humana, y la sangre corría como el agua de los arroyos. Era una especie de hervor siniestro de combatientes que se alzaban y desaparecían unos bajo los pies de los otros, para convertirse en fango sangriento.» No, este fragmento no pertenece a una novela de guerra ni al guión de una película violenta —de esas que salpican la pantalla—, sino a una publicación de la que, sin exagerar, ha surgido gran parte del imaginario colectivo de los mexicanos sobre varios de los pasajes trágicos y grandilocuentes de nuestra historia: El libro rojo. Para Carlos Montemayor, se trata de «el libro de la muerte que no quedó en los dibujos de Posada ni de Diego Rivera, que no quedó en el azúcar ni en la dulce amarilla harina del pan, sino en la brutalidad, en la cárcel, en la codicia, en la miseria humana que se ha abatido sobre México. En sus páginas se mantiene la memoria de cómo ha sucumbido la vida ante nosotros».1 1  Prólogo a El libro rojo, México: Conaculta, Colección Cien de México, 1989.[Todas las citas textuales están tomadas de esta edición.]

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C uadros para una exposición

Constantino Escalante, Zitácuaro. Batalla del 5 de julio de 1864.

Joaquín Heredia, Viaje de Cortés a Cholula.

El libro rojo —escrito y publicado por Manuel Payno y Vicente Riva Palacio en 1870— comienza con una recreación de los sucesos que rodearon a la caída del Imperio Azteca en tiempos de Moctezuma ii: el cometa que se divisó en 1514 en el Valle de Anáhuac y por el que fueron ejecutados varios sacerdotes al negarse a revelar su catastrófico significado, la llegada de Cortés a Tenochtitlan, la forma en que Moctezuma fue tomado prisionero, la matanza que cometieron los soldados de Pedro de Alvarado en el atrio del Templo Mayor, la ejecución del emperador mexica y los momentos previos a la llamada «Noche Triste». Luego se cuenta el enfrentamiento fallido de Xicoténcatl contra los soldados de Cortés, y cómo el guerrero tlaxcalteca murió ahorcado por su propio ejército. Los pasajes relacionados con la Conquista finalizan con las secuelas que dejó la epidemia de viruela y la suerte que corrieron los últimos tres reyes de la otrora «región más transparente del aire». Aunque estos acontecimientos se ajustan a las antiguas crónicas que tuvieron a su alcance los autores —como la Historia de las Indias de Nueva España, de fray Diego Durán, la Monarquía Indiana, de fray Juan de Torquemada o la Historia de la Conquista, de William Prescott, entre otros documentos como los de fray Bernardino de Sahagún y Bernal Díaz del Castillo—, todos se narran desde la perspectiva del cronista presencial, con profusos detalles del entorno, diálogos intensos e incluso los gestos y estados de ánimo de cada protagonista, como si hubieran sido testigos en cada escena. Estos añadidos, que no existían en documento alguno, son obra de Payno y Riva Palacio, quienes, tres años después de restaurada la República, sintieron la necesidad de poner en perspectiva la historia de México con un elemento en común: «hemos consignado el funesto fin de hombres célebres y distinguidos en las edades de nuestra historia» —declaraban en la semblanza dedicada a Ignacio Comonfort. Payno confirma en su texto sobre Alonso de Ávila la intención que había al momento de redactar esos pasajes de la historia: «[…] en estos estudios no hacemos sino animar a los personajes y ponerlos por un instante de bulto ante el lector, pero conservando en todo la verdad histórica». Es claro que, al recrear los 39


acontecimientos de cada situación anecdótica —entre 1521 y 1867—, más que una simple labor documental, ofrecen una creación literaria sin precedentes.

Frases y escenas « emblemáticas » Algunas frases célebres o actitudes que se atribuyen a los héroes nacionales —o la forma con que perduran en la memoria colectiva— provienen de este libro; el rechazo de Cortés a la hija de Moctezuma ii: «Señor y rey —dijo el capitán inclinándose respetuosamente— mi religión me permite tener una sola mujer y no muchas, y ya soy casado en Cuba»; o la respuesta de Cuauhtémoc al rey de Tacuba cuando a ambos les quemaban los pies, éste le recrimina la tortura a la que es sometido: «¿Estoy acaso en un lecho de rosas?» —cuando no existían rosas en América.

Página siguiente: Primitivo Miranda, Hesiquio Iriarte, «Mina», de El libro rojo, 1870.

Gran parte de la imagen —desproporcionada, casi divina— que se nos ha inculcado de los próceres de la patria desde la infancia, surge de esta publicación. Tomemos por ejemplo la ampulosa descripción del «milagro» acaecido tras la muerte de José María Morelos, en San Cristóbal Ecatepec: «Cuando la sangre de aquel noble mártir regó la tierra, […] pasó una cosa extraña que la ciencia aún no explica satisfactoriamente. Las aguas del lago, tan puras y serenas siempre, comenzaron a encresparse y a crecer, […] avanzaron y avanzaron hasta llegar al lugar del suplicio, lavaron la sangre del mártir y volvieron majestuosamente a su antiguo curso […]. ¡Ahí estaba la mano de Dios!». También de este libro brotaron los apelativos de varios personajes; por ejemplo, Rodrigo de Paz es calificado como «el primer revolucionario de México [...], víctima, como todos, de la ingratitud de los mismos hombres que le debían el poder de que gozaban»; y en consecuencia, los que lo

anaalamexicana  l mexic alamexicanaalam ejemplos de nuestra forma de hablar

Qué o qué Es difícil explicar esta expresión tan chilanga que intercala el nexo que, y que se dice con una entonación de pregunta, siempre como acotación o respuesta a cierto comentario y que además tiene un tono que demerita y es un poco malintencionado: • «—Fíjate que Fulano se compró un tiempo compartido en Vail… —¿Qué, es campeón de esquí? ¿Qué, le encanta la nieve? O qué o qué…» • «—Nos dio de cenar comida libanesa. —¿Qué, es de ascendencia árabe? ¿Qué, tomó clases? O qué o qué…»

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traicionaron —Gonzalo de Salazar y Peralmindes Chirino, de quienes se habla en «Los dos enjaulados»—, se convierten en «los primeros tiranos que tuvo México después de la Conquista» y que al final logran salir impunes de sus crímenes. Ante estos dos relatos —entre otros que plantean el mismo escenario— entonces es fácil comprender por qué en México se perdona al tirano y se sacrifica al héroe.

El libro rojo también incluye pasajes que Virreinato y Santo Oficio se convirtieron en Al periodo virreinal pertenecen los2 relatos como el de Martín Cortés, leyendas populares, que describe la primera conjura para como el relato de independizar a la Nueva España, que partía del sentimiento de «Don Juan Manuel»: propiedad que sentían los hijos de los aquel hombre que conquistadores, mas no de concebir la creación de un país soberano. preguntaba la hora En «El tumulto de 1624» se ilustra antes de matar a sus el viejo antagonismo entre la Iglesia y el Estado, sobre la lucha víctimas

por el poder entre el arzobispado mexicano y el gobierno civil; mientras que en «El licenciado Verdad», se cuenta cómo el arzobispo bendice —después de provocarlos— a los oidores de la audiencia para que asalten con armas el palacio virreinal, aprehendan al virrey Iturrigaray, y finalmente, asesinen al licenciado Primo de Verdad, «el primer republicano de México», a quien Riva Palacio le atribuye la declaración de que la soberanía reside en el pueblo y no en los monarcas. Pero no todo es política y traición en El libro rojo: «La peste» celebra la solidaridad que mostraron las órdenes religiosas durante la epidemia que mató a más de dos millones de personas en 1577. No faltan los relatos de masacres provocadas por el racismo —como en «Los treinta y tres negros»— o por persecución religiosa, como en el caso inquisitorial de «La familia Carbajal», que fue asesinada por ser «observante de la ley de Moisés». Dicho relato ilustra la crueldad y la saña con que fueron humillados y torturados en varias ocasiones los ocho 2  Hijo de Hernán Cortés y «La Malinche», nació en 1523 en la ciudad de México y recibió el nombre del padre del conquistador, al igual que el segundo marqués del Valle —hijo legítimo de Cortés y de Juana de Zúñiga—. Fue llevado a España a la edad de cinco años y regresó a México, junto con su hermano del mismo nombre, y tomó parte de la conjura de 1565. Se le siguió proceso y se le condenó a destierro perpetuo de las Indias.

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integrantes de la familia, aun después de haber confesado todo cuanto se les obligó a declarar y denunciar a otras 121 personas que profesaban el judaísmo.

«E scribir » la historia Contados documentalistas de la historia de México han tenido el privilegio de ser protagonistas de los mismos acontecimientos que luego escribieron. Payno y Riva Palacio tuvieron una notable participación en conflictos bélicos y en la restauración de la República durante el gobierno de Benito Juárez. Cuando se publicó El libro rojo, Manuel Payno (1810-1894) tenía 60 años y ya había sido meritorio3 en la Aduana de México; en 1840 fue secretario del general Mariano Arista y luego jefe de sección en la Secretaría de Guerra. Santa Anna lo envió a Nueva York y a Filadelfia para estudiar su sistema penitenciario, de donde regresó para advertir sobre la inminente expedición militar de Taylor contra México, y estableció entonces un servicio de correo secreto desde el puerto de Veracruz, sitiado por los invasores. En 1850, fue secretario de Hacienda, cargo del que todavía se toman como referencia sus negociaciones para reducir los intereses de la deuda externa. Después de ser desterrado por Santa Anna y, al triunfar del Plan de Ayutla, volvió a ocupar el puesto de secretario de Hacienda de 1855 a 1858. En 1863 fue encarcelado por las fuerzas conservadoras y, a la llegada de Maximiliano, puesto en libertad. A pesar de ser 22 años menor que Payno, Vicente Riva Palacio y Guerrero (1832-1896) —nieto de Vicente Guerrero— también tuvo una enorme experiencia militar y, durante, la lucha contra la intervención estadounidense, organizó varias guerrillas. Fue gobernador del Estado de México, de Michoacán y jefe del Ejército del Centro. Tocó a Riva Palacio conducir prisionero a Maximiliano hasta Querétaro. Restaurada la República volvió a la ciudad de México, donde se dedicó a la investigación documental, que dio origen al diario político El Ahuizote —desde el que se atacó al gobierno de Lerdo de Tejada— y la obra magna de México a través de los siglos, del que escribió el tomo dedicado al Virreinato. 3  Así se llamaba a quienes trabajaban sin sueldo a cambio de aprender un oficio.

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De izquierda a derecha: Constantino Escalante, Acción en las cumbres de Acutzingo. Primitivo Miranda, Santiago Hernández, Miramón y Mejía; y Maximiliano. G. G. Dante Hesiquio Iriarte, Cerro de las campanas.


Tal vez el relato más crudo de todos sea el de la masacre de decenas de civiles y médicos de guerra por parte del ejército conservador —un caso insólito en los registros bélicos de todo el mundo— descrito en «Los mártires de Tacubaya». Hay que destacar que los autores, en su afán de ser incluyentes, dejaron que el último capítulo —dedicado al fusilamiento de Maximiliano de Habsburgo—, fuera escrito por Rafael Martínez de la Torre, uno de sus abogados defensores.

L a historia que falta El libro rojo queda, no sólo como el ejercicio «literario» de dos protagonistas que recopilaron —a su parecer— los capítulos más trágicos de la historia patria, sino como un ejemplo de lo que aún falta por contar de forma detallada y sólo permanece en la memoria colectiva: desde las protestas de los ferrocarrileros de 1958, la masacre de Tlatelolco en 1968, el terremoto de 1985, el levantamiento zapatista de 1994, la masacre de Acteal en 1997, hasta la «guerra contra el narco». Todos ellos acontecimientos en los que hay algo más que sangre de por medio. Carlos Bautista Rojas estudió la primaria en un colegio que tenía en su escudo la efigie de Cuauhtémoc. Tal vez de esta escuela —y sus ampulosos maestros, que hablaban de los próceres de la patria al estilo de Payno y Riva Palacio— le venga la necia idea de que uno, como simple ciudadano, también puede suscitar cambios en la historia nacional... ¿será?

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¿Santa Claus o Santos Reyes? 43


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Mozart niño —primera de dos partes—

por Stendhal

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tendhal es mayormente conocido por sus novelas —Rojo y negro, La cartuja de Parma—, las cuales señalaron la transición entre el realismo y el romanticismo. Pero el escritor francés también fue autor de varios libros de viaje, críticas de arte y literarias, y de algunas biografías, como la de Haydn y la de Mozart, de la cual le presentamos, en forma de artículo, un extracto del primer capítulo.

El padre de Mozart tuvo una gran influencia en el singular destino de su hijo, a quien ayudó en su desarrollo tal vez hasta el grado de modificar sus aptitudes. Por lo tanto, es necesario que desde un inicio mencionemos algunas cuestiones: Leopoldo Mozart1 fue hijo de un encuadernador de Augsburgo; estudió en Salzburgo y, en 1743, se le admitió como músico del príncipe arzobispo de Salzburgo. En 1762 se convirtió en subdirector de la capilla del príncipe. [...] Asimismo, publicó una obra titulada Ensayo sobre la enseñanza razonada del violín, la cual tuvo mucho éxito. Se casó con Ana María Pertl, y como circunstancia particular se ha señalado 1  Leopoldo Mozart nació el 14 de noviembre de 1719. [N. del E.]

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que fue la destacada belleza de Ana la causa del llamado a Salzburgo de aquellos esposos que luego darían vida a un artista tan bien dispuesto para la armonía musical.

E l inicio de un genio De los siete hijos nacidos de ese matrimonio sólo dos sobrevivieron: una hija, María Ana, y un hijo, que es de quien hablaremos. [...] El pequeño Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart nació en Salzburgo el 27 de enero de 1756 y tenía poco más de tres años cuando su padre comenzó a darle clases de clavecín a su hermana, quien para entonces tenía siete. Mozart manifestó en seguida sus impresionantes aptitudes para la música. Su felicidad consistía en buscar las notas terceras sobre el piano, y nada igualaba su alegría cuando encontraba un acorde armonioso. Quiero entrar en los detalles minuciosos que, supongo, podrían interesar al lector.

Ana María Pertl y Leopoldo Mozart.

Cuando tenía cuatro años, su padre comenzó a enseñarle, casi como un juego, algunos minués y otros fragmentos de música [...]. Para aprender un minué, Mozart necesitaba una media hora y apenas el doble para ejecutar un fragmento más extenso. Inmediatamente después los tocaba con la mayor nitidez y precisión. En menos de un año progresó tanto que, a los cinco años, ya había inventado pequeños fragmentos de música que tocaba a su padre. Antes de que al pequeño Mozart le gustara la música, ya le encantaban los juegos propios de su edad, que entretenían un poco a su espíritu y que dejaba a un lado hasta la hora de la comida. Siempre mostró un corazón sensible y un alma amorosa. Preguntaba con frecuencia —hasta diez veces al día— a las personas que se ocupaban de él: «¿Me amas de verdad?». Y cuando lo bromeaban diciendo que no, las lágrimas rodaban por sus ojos. [...]

P rimer concierto para clavecín Durante algunos meses, el gusto por la escuela cobró tanta importancia para Wolfgang, que sacrificó todo, incluso la música. Mientras aprendía a calcular, siempre se veían las mesas, las sillas, las paredes, e incluso el suelo, llenos de cifras que él había escrito con el gis. La vivacidad de su espíritu lo llevaba a encariñarse fácilmente con todos los objetos nuevos que le dieran. Sin embargo, 45


la música volvió a ser el objeto favorito de sus estudios; progresó con tanta rapidez que su padre, aunque estaba siempre con él y era testigo de su avance, cada vez se convencía más de que era un prodigio. La siguiente anécdota, contada por un testigo ocular, comprobará lo anterior. Un día, Mozart padre regresó de la iglesia con uno de sus amigos y encontró a su hijo ocupado en la escritura. —¿Qué haces, mi amigo? —le preguntó.

«Después de Dios, está mi padre»

—Estoy componiendo un concierto para clavecín. Ya casi termino con la primera parte. —Veamos esos bellos garabatos. —No, por favor, todavía no he acabado. No obstante, el padre tomó el papel y mostró a su amigo unas notas garabateadas que apenas se podían descifrar por las manchas de tinta. En un principio, los dos amigos se rieron de buena gana de esos embadurnamientos, pero en seguida, cuando Mozart padre los observó con atención, sus ojos permanecieron fijos sobre el papel durante un largo tiempo y finalmente se llenaron de lágrimas de admiración y de alegría. —Observe, mi amigo —dijo emocionado y sonriente—, vea cómo lo compuso todo de acuerdo con las reglas; es una lástima que no podamos usar este fragmento porque es demasiado difícil y nadie podría tocarlo. [...]

Tocar a ciegas Durante el otoño del año 1762 —luego de una gira por las cortes extranjeras y las de Alemania, y una estancia en Salzburgo—, la familia regresó a Viena y los niños tocaron en la corte. El emperador Francisco i le dijo a Wolfgang a manera de broma: «No es muy difícil tocar con todos los dedos, pero sí con uno solo y sobre un clavecín tan alto, eso sí es digno de admiración». Sin mostrar la menor sorpresa ante ese extraño comentario, el niño se puso a tocar en el acto con un solo dedo, con toda la nitidez y precisión posibles. Pidió que colocaran una tela sobre las teclas del clavecín y continuó tocando de la misma forma, como si lo hubiera practicado así desde tiempo atrás. 46


Desde la más tierna edad, Mozart [...] no se vanagloriaba en lo absoluto de los elogios que recibía de grandes personalidades. No ejecutaba bagatelas ante gente sin conocimiento musical. Por el contrario, tocaba con toda la inspiración y la atención de que era capaz, como si estuviera en presencia de conocedores, y con frecuencia su padre se veía obligado a usar subterfugios y a fingir que los grandes señores delante de los cuales debía presentarse eran conocedores de música. Cuando, a la edad de seis años, el joven Mozart se paró frente al clavecín para tocar ante el emperador Francisco, se dirigió al príncipe diciendo: «¿Se encuentra aquí el Señor Wagensei? Hay que traerlo aquí; él es quien sabe». El emperador mandó llamar a Wagensei y le cedió su asiento cerca del clavecín. «Señor —dijo Mozart al compositor—, yo toco uno de sus conciertos, necesito que usted me volteé las hojas». Hasta ese momento Wolfgang sólo sabía tocar el clavecín, y la habilidad extraordinaria que mostraba en dicho instrumento parecía alejar la idea de que también debía dedicarse a otro. Pero el genio que lo animaba aventajaba por mucho todo lo que se hubiera osado desear: él ya no necesitaba tomar más clases.

E n Viena Al partir de Viena a Salzburgo con sus padres, llevó consigo un pequeño violín que le habían regalado durante su estancia en la capital; él se divertía con este instrumento. Poco tiempo después de su regreso, Wenzl, hábil violinista que comenzaba a componer, fue en busca de Mozart padre para pedirle sus observaciones sobre seis tríos que había escrito durante su estancia en Viena. Schachtner, trompetista del archiduque y una de las personas por las que el joven Mozart sentía más apego, se encontraba en ese momento en la casa de su padre; es a él a quien dejaremos hablar: «El padre —dijo Schachtner— tocaba el bajo; Wenzl, el primer violín, y yo debía tocar el segundo violín. El joven Mozart pidió permiso para tocar esta última parte; pero el padre lo regañó por tan pueril petición, puesto que no había recibido clases regulares de violín y no estaba en condiciones de tocar bien. El hijo contestó que para tocar el segundo violín no le parecía indispensable haber tomado clases. El padre, medio enfadado con semejante respuesta, le dijo que se marchara y que no los interrumpiera. Esto afectó tanto a 47


Wolfgang que rompió en llanto. Como se había ido con su pequeño violín, yo rogaba que le dieran permiso para tocar conmigo. El padre aceptó después de muchas dificultades. Y bien, le dijo a Wolfgang, podrás tocar con el señor Schachtner, pero con la condición de hacerlo tan suavemente que no te escucharemos, si no, haré que salgas en seguida. »Comenzamos a tocar el trío y el pequeño Mozart tocó conmigo: no me tomó mucho tiempo darme cuenta, con el más grande asombro, que lo que yo hacía era totalmente inútil. Sin decir una palabra, dejé mi violín a un lado, observando al padre, a quien esta escena le hizo derramar lágrimas de ternura. El niño tocaba de igual forma los seis tríos. Los elogios que le ofrecimos lo volvieron tan atrevido como para pretender que podría tocar bien el primer violín. Por puro gusto hicimos la prueba, y no pudimos evitar reírnos al escucharlo tocar esta parte de una manera totalmente irregular, es verdad, pero por lo menos de un modo en el que jamás quedó corto».

Tuba mirum Cada día aparecían nuevas pruebas de la gran disposición que tenía Mozart para la música. Sabía distinguir e indicar las más ligeras diferencias entre los sonidos; y cualquier sonido malogrado, o simplemente desafinado, era una tortura para él. Fue así que durante su primera infancia, e incluso hasta la edad de seis años, tuvo un terror invencible al sonido de la trompeta, puesto que sólo servía para acompañar un fragmento de música. Cuando le enseñaron ese instrumento, le provocó una impresión similar a la que produce en otros niños una pistola cargada, apuntándolos en broma. Su padre creyó poder curarlo de ese temor si se tocaba una trompeta en su presencia, a pesar de los ruegos del joven Mozart para que lo protegieran de dicho tormento; con el primer sonido, palideció y cayó sobre el piso. Si no hubieran parado de tocar en el instante, habría tenido convulsiones. Después de hacer pruebas con el violín, utilizaba algunas veces el de Schachtner [...]: él lo había elogiado mucho porque su violín emitía sonidos extremadamente suaves. Un día, Schachtner llegó a casa del joven Mozart al momento en que éste se divertía tocando su propio violín. «¿Qué hace su violín?», fue la pregunta del niño, y después continuó tocando unas fantasías. Finalmente, tras reflexionar algunos instantes, le dijo a Schachtner: «¿Podría dejar su violín afinado como la última vez que lo utilicé? Está medio cuarto 48


arriba del tono que yo tengo». Al principio se rieron de esa exactitud escrupulosa, pero Mozart padre, quien ya había tenido la ocasión de observar varias veces la singular memoria de su hijo para retener los tonos, hizo traer el violín, y para gran sorpresa de todos los asistentes, estaba medio cuarto arriba del tono del que Wolfgang tenía. A pesar de que el niño veía todos los días diferentes pruebas del asombro y la admiración que inspiraba su talento, no se volvió obstinado u orgulloso; hombre en cuanto al talento, en todo lo demás fue siempre el niño más complaciente y dócil. Jamás se mostró disgustado por las órdenes de su padre. Aunque se le reprochara todo el día, continuaba tocando al momento en que su padre lo deseara sin mostrar la más mínima inconformidad. Entendía y obedecía a la menor señal hecha por sus padres. Incluso llevó la obediencia al punto de rechazar dulces mientras no tuviera el permiso de aceptarlos. Continuará… Stendhal fue el nombre de pluma de Henri Beyle, novelista francés nacido en 1783. Formó parte del ejército napoleónico de Italia y de la administración imperial entre 1806 y 1814. Tras la caída de Napoleón se estableció en Milán, pero en 1821 tuvo que regresar a París por sus ideas liberales. Su obra, fundamentalmente romántica, anticipa el realismo de la segunda mitad del siglo xix. Además, fue fanático de la música, en especial de Cimarosa, Rossini y, desde luego, de Mozart.

L dich plbr ¿Qué palabra significa «sustancia viscosa, que se obtiene al disolver materias gomosas en agua»? La primera persona que responda correctamente,* a partir del 11 de diciembre, ganará un par de libros sorpresa.**

cartas@algarabia.com Ahora sí dimos con La dichosa palabra incontestable, ya que ningún participante acertó a la pregunta de las ediciones 60 y 61; agradecemos a todos su participación. La palabra que se aplica «a cualquier lengua extranjera hablada de forma incorrecta» es macarrónico.

* Para obtener el premio y no ser descalificado se debe enviar nombre completo, edad, teléfono, e-mail y dirección completa. Limitado a un premio por participante por cada dos números.  ** El nombre del ganador y la respuesta se publicarán en Algarabía 65. El plazo para recoger el premio vence el viernes 29 de enero de 2010.

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El aguinaldo por Armando Sánchez Pérez ilustrado por Suemi García

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l aguinaldo es uno de los signos del fin de año, junto con el nacimiento —o pesebre, como se le llama en algunos países—, sus peregrinos y el Niño Dios, las posadas con sus piñatas, los villancicos, el arbolito de Navidad y, a últimas fechas, Santa Claus. Pero todo parece indicar que estas festividades cristianas tienen su origen en una remota antigüedad pagana.

L a palabra En cuanto a la etimología de la palabra aguinaldo existen, cuando menos, un par de versiones. Una nos señala que la palabra deriva de una expresión usada por los druidas, sacerdotes de los pueblos celtas que oficiaban en los bosques para encomendar las cosechas a los dioses, y en especial la recolección de los frutos silvestres. En la ceremonia, el druida subía a las ramas de un encino para esparcir sobre las cabezas de la gente las hojas de muérdago, una planta sagrada, mientras entonaba las palabras rituales: «A gui l’an neuf», cuya traducción podría ser «al muérdago el año nuevo». Hay que anotar que en español existe la palabra aguilando, sinónima de aguinaldo y fonéticamente muy próxima al conjuro druida. La otra posible etimología provendría del latín y es la que recoge el académico Gutierre Tibón, quien, en su 50


Diccionario etimológico comparado de los apellidos españoles, hispanoamericanos y filipinos, se refiere a un personaje histórico filipino del siglo xix, Emilio Aguinaldo, y menciona que su apellido tal vez provenga de la frase latina hoc in anno —«en este año»—, que se usaba como estribillo en las canciones populares de Año Nuevo. Hoy en día, el drae acota la palabra aguinaldo como: «regalo que se da en Navidad o en la fiesta de la Epifanía; regalo que se da en alguna otra fiesta u ocasión; villancico de Navidad [en algunos países de Latinoamérica, como Venezuela y Puerto Rico, a los coros navideños se les designa “aguinaldos”]; planta tropical silvestre de la familia de las convolvuláceas, muy común en Cuba y que florece por Pascua de Navidad».

L a costumbre Precisar el origen de la costumbre de intercambiar obsequios como forma de festejar una fecha fausta y manifestar de manera material los buenos augurios, resulta tarea difícil, pero existen fechas en las que parece haber cierta coincidencia. Se le atribuye a Tacio, rey mitológico de los sabinos que compartió con Rómulo —fundador de Roma— el trono y la corona de la Ciudad Eterna, el haber iniciado la costumbre de recoger ramos de verbena el primer día del año en el bosque consagrado a Estrenia —diosa de la salud y el vigor—, para implorar por su divina protección y después obsequiarlos, en un principio a Rómulo, y después a los parientes y amigos. El obsequio de la humilde planta fue pronto remplazado por regalos cada vez más suntuosos que se llamaban strene.1 Por otro lado, muchas culturas de la Antigüedad eligieron el solsticio de invierno —que tiene lugar entre el 21 y el 22 de diciembre— para festejar a alguna de sus deidades. Entre ellas destacan: Mithra, que en sánscrito significa «amigo», que era el dios de la luz solar, objeto de culto en la India y en Persia, y cuya fiesta se celebraba el 25 de diciembre, con la culminación del solsticio invernal; Apolo, dios latino 1  La palabra francesa para aguinaldo es étrennes.

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que correspondía al Helios griego, que era celebrado también el 25 de diciembre en la fiesta del Natalis Solis Invicti o «nacimiento del Sol invicto», y Saturno, dios de la agricultura y de las cosechas, que era celebrado durante las Saturnales —que iniciaban el 17 de diciembre y concluían el 25— de diversas maneras: ofreciendo al público grandes banquetes, dándose obsequios e intercambiando papeles entre amos y sirvientes. La Iglesia católica no sólo adoptó de los paganos la fecha del 25 de diciembre como la del natalicio de Jesús, sino también la costumbre de intercambiar regalos. Éstos no sólo se reparten en la Navidad, sino también en la Epifanía del 6 de enero, que rememora la adoración del Niño por los Magos y de los obsequios simbólicos de oro, incienso y mirra.2 También se adoptó la costumbre de dar los «aguinaldos bautismales», que eran los regalos que se intercambiaban los padrinos con los padres del recién nacido y que han devenido en el llamado «bolo», que ahora se le exige al padrino, a gritos destemplados, en las fiestas de bautizo.

L a bonificación Durante la Edad Media, las monarquías y la aristocracia de los reinos europeos mantuvieron viva la costumbre de los étrennes, aguinaldos y regalos pascuales que, en muchos 2  v. Algarabía 52, diciembre 2008-enero 2009, Ideas: «Notas navideñas»; pp. 74-79.

alacitalacitalacital ciT lacitalacitalacitalaci This is thy hour, O Soul, thy free flight into the wordless, Away from books, away from art, the day erased, the lesson done, Thee fully forth emerging, silent, gazing, pondering the themes thou lovest best. Night, sleep, death, and the stars […]* Walt Whitman

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«Esta hora es la tuya, oh Alma, tu huida libre hacia el silencio; / lejos de los libros, lejos del arte, el día ya cumplido, la lección terminada, / ahora emerges del todo, silenciosa, y observas y consideras los asuntos que amas: / la noche, el sueño, la muerte y las estrellas […]» Traducción de Francisco Alexander.

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casos, se convirtieron en pesados tributos que gravitaban sobre los súbditos. Una bella costumbre perdida que data del medievo europeo, era la de montar, en la noche de san Silvestre —el 31 de diciembre—, a la entrada de las casas, mesas provistas de multitud de viandas y bebidas para que las disfrutaran los viajeros y transeúntes.

De casa ruin nunca buen aguinaldo

La idea de obsequiar con motivo del fin de año se fue fortaleciendo en los países de Occidente. Al mismo tiempo, las familias adoptaron la costumbre de recompensar el buen comportamiento de los hijos pequeños con juguetes que dejaba Santa Claus en la Nochebuena o los Reyes Magos en la noche anterior a la Epifanía. Estas prácticas se vieron entusiastamente estimuladas por los comerciantes y la mercadotecnia.

E l aguinaldo laboral En México, el aguinaldo es también una bonificación monetaria que se otorga a los trabajadores al final de un año de trabajo. Adquirió estatus de obligación laboral en 1970, cuyo pago a trabajadores y empleados ha sido impuesto a los patrones mediante una enmienda a la Ley Federal del Trabajo, que dispone que una cantidad no inferior al monto del sueldo quincenal se les entregue al ser cubierta la primera quincena de diciembre. Además, como muchos recordarán, también son aguinaldos esos que se repartían durante las posadas en bolsas de celofán o canastitas de colores, que incluían colación, frutas de la época —cañas, mandarinas, jícamas—, cacahuates y otros dulces que, si bien hacían las delicias de los niños de antaño, poco a poco cayeron del gusto infantil hasta llegar a un desuso cuya manifestación más clara es el gesto, mitad asombro y mitad repulsión, de cualquier niño actual cuando recibe un aguinaldo de manos de su abuelita. Armando Sánchez Pérez es un abogado setentón, potosino de origen y chilango por naturalización. Es aficionado a la lectura de novelas históricas; además, disfruta del humor de Jorge Ibargüengoitia y de Enrique Jardiel Poncela. Sus mayores intereses son la historia y, en general las humanidades; el menor, el futbol. Su hobby, resolver crucigramas en español y en inglés.

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Fuera del diccionario —segunda de dos partes— por Felipe Garrido

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n el número anterior,1 Felipe Garrido habló de cómo la lectura y el entendimiento no sólo implican la definición de cada palabra de un texto —como en el diccionario—, sino la comprensión, definida como la capacidad de dar sentido a la lectura con nuestro propio conocimiento del mundo. En esta segunda parte, se ahonda en los diversos contextos en que puede suceder este proceso.

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Leemos, casi al azar, un fragmento de «Pueblerina», el delicioso cuento de Juan José Arreola que narra el final de un abogado con cuernos: «Pero la vida tranquila del pueblo tomó a su alrededor un ritmo agobiante de fiesta brava, llena de broncas y herraderos. Y don Fulgencio embestía a diestro y siniestro, contra todos, por quítame allá esas pajas. A decir verdad, nadie le echaba sus cuernos en cara, nadie los veía siquiera. Pero todos aprovechaban la menor distracción para ponerle un par de banderillas; cuando menos, los más tímidos se conformaban con hacerle unos burlescos y floridos galleos. Algunos caballeros de estirpe medieval no desdeñaban la ocasión de colocar a don Fulgencio un buen puyazo, desde sus engreídas y honorables alturas [...].» 1  v. Algarabía 62, noviembre 2009, Está en chino: «Fuera del diccionario i»; pp. 44-47.

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Es posible que para atribuir un significado a ciertos términos —banderillas, galleos, puyazos—, un lector que no conozca nada de la fiesta brava deba acudir al diccionario. Supongamos que consulta la Enciclopedia del idioma, de Martín Alonso. Verá que banderilla es —segunda acepción— un «palo delgado revestido de papeles rizados y con un arponcillo en el extremo, que usan los toreros para clavarlo en el cerviguillo de los toros». Tras la nueva consulta, y una vez averiguado que cerviguillo es la «parte exterior de la cerviz cuando es gruesa y abultada», ¿cuál podrá ser la representación mental que nuestro hipotético lector se haga de lo que dice el cuento? Este lector no puede atribuir suficiente sentido a «Pueblerina»; no está preparado para leerla, su lectura será disparatada o aburrida, o ambas cosas. Difícilmente podrá disfrutarla.

E l caso de A rreola Un segundo lector, que tenga al menos rudimentos del tema, podrá seguir con mayor gozo los varios niveles de la escritura de Arreola. Aunque bien puede ser que al llegar a «llena de broncas y herraderos» tome estas palabras en sus acepciones comunes y no alcance a percibir el significado preciso que tienen en el ámbito taurino, con lo cual creerá que se refieren a pleitos y a la operación de herrar a las reses, y no a las protestas del público y al desorden en la lidia —de alguna manera, no podrá advertir sino parcialmente el mando de Arreola sobre la lengua. Al leer que «algunos caballeros de estirpe medieval no desdeñaban la ocasión de colocar a don Fulgencio un buen puyazo, desde sus engreídas y honorables alturas», es probable que este segundo lector no pueda sentir, como lo hará un tercero, más avezado, la evocación de la historia entera del toreo que Arreola hace con estas palabras, ni verá que las «engreídas y honorables alturas» se refieren lo mismo a la posición social de los vecinos de don Fulgencio que a la posición sobre el caballo de aquellos otros caballeros, efectivamente medievales, que solían correr lanzas para cazar toros. El tercero de estos lectores podrá atribuir las palabras de Arreola, a un mismo tiempo, un mayor número de significados y sentidos; las comprenderá mejor y las gozará más. El segundo tendrá una comprensión más limitada. El primero corre mucho mayor riesgo de entender mal y, en algunos casos, de no entender. Como la mayoría de nosotros frente al párrafo que sigue: «Bij aankomst meldt de kampeerder zich bij de administratie. Na inschrijving plaatst hij sijn tent of caravan op het door de kampbeheerder 55


aangewezen terreingedeelte, zodanig dat anderen geen overlast wordt aangendaan [...]». Frente a una lengua desconocida —en este caso, holandés— no entendemos mal, sino que no entendemos, porque no tenemos manera de atribuir ningún significado a las palabras que vemos. Esto ya lo dije, pero vale la pena repetirlo: entender mal y no entender son dos cuestiones distintas.

M emoria y comprensión No confundamos la memorización con la comprensión. Aprender un texto de memoria —en holandés o en castellano— no significa comprenderlo. Todos los alumnos de quinto y de sexto de primaria en este país, por ejemplo, se saben de memoria el Himno Nacional, pero muy pocos pueden atribuir significado a su letra. Incluso pocos adultos pueden hacerlo. La escuela no fomenta el ejercicio de atribuir significados a los textos, ni a ninguna otra cosa; tampoco es una facultad que se ejercite en las familias. Así pues, ¿qué es «el acero aprestad y el bridón»? ¿Por qué las sienes de la Patria han de ser ceñidas de oliva? ¿Quién es «mas si osare»? Preguntas sin respuesta. Hasta que un día alguien o algo —más vale que sea alguien, porque eso nos ahorra mucho tiempo— nos deja caer encima el relámpago de la revelación: esas palabras tienen significado; todas las palabras, cuando entran en sociedad, se cargan de significado y de sentido; si no lo conoces, si no lo sientes, tienes que dárselo, tienes que tomar conciencia de sus valores y sus texturas. Cada vez que repitas «Ave, María» recuerda que saludas a la Virgen con las palabras del arcángel y siente el peso de dos milenios en esa volátil vibración del aire que son tus palabras. Cada vez que digas: «ruega por nosotros, los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte», convierte esas palabras, desde la certeza de tu fin, en una auténtica imploración. ¿Dónde y cómo se aprende a comprender; es decir, a atribuir un sentido o un significado a la lengua articulada en

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Sí, ya sé que descendemos del mono; pero, ¿para qué andarlo repitiendo? Decir de la tía que de niña le enseñaron lo de Adán y Eva

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un texto? Lo más importante, me parece, es esto que acabo de llamar «la revelación»: descubrir que las palabras de un texto tienen un sentido, un significado en principio preciso, y que es una torpeza seguir adelante cuando no se entiende lo que se está diciendo o leyendo. Hay que ayudar al lector incipiente a poner en las palabras los significados adecuados, para que tome confianza y aprenda a hacerlo por su propio esfuerzo. Si obligamos a un niño a repetir algo que no entiende, lo estamos criminalmente acostumbrando a pasar por alto la importancia del significado, del sentido. Después viene la práctica, la frecuentación, el ejercicio; todo esto con la conciencia de que leer significa no repetir palabras, sino encontrar sentidos y significados. También es muy importante compartir la lectura —con vivos y muertos—; el diálogo, el comentario, la experiencia de quienes van por delante de nosotros. Y que alguien, o algo, nos ayude a obtener conclusiones, a poner en tela de juicio lo que dice el autor, a disentir con él o a respaldarlo con nuevas razones. Porque éstas son las estrategias de la comprensión.

L a especialización Todos sabemos que hace falta repetir la rutina cada vez que nos hallamos ante un código nuevo. Me confieso analfabeto en una infinidad de materias. Si alguien me diese ahora un texto de mercadotecnia, de astronomía o de derecho internacional; una reseña del hipódromo o un diagrama de la instalación eléctrica de este edificio, no podría leerlos, pues no podría cargarlos de significado o de sentido. Para hacerlo, tendría que comenzar a frecuentar, comenzar a apropiarme, esos códigos, por lo pronto tan ajenos a los míos que no exagero al calificarlos de lenguas extranjeras. Todos somos analfabetos especializados. Nadie debería serlo en literatura, porque la literatura explora la vida y ésa es una materia que todos cursamos. Aunque aun allí estamos expuestos a tropezar con códigos desconocidos. Quien jamás se ha acercado a la poesía barroca tropezará con Garcilaso y, con mayor seguridad, con Góngora y Sor Juana. Viajar a otro país, a nuestro alcance en el librero, dentro de la unidad que orgullosamente 57


tenemos a la sombra de nuestras 22 banderas, nos da la oportunidad de sentirnos, no tanto como extranjeros pero sí como fuereños, en nuestra propia lengua. Y una obra, un autor, un género, una época, una literatura que no hemos leído son una calle, un barrio, un pueblo, una ciudad, un país donde nunca hemos estado. Si queremos conocerlos no hay más remedio que visitarlos, recorrerlos, estudiarlos, volver a ellos hasta que nos sean familiares, hasta que podamos darles sentido y significado; es decir, hasta que podamos leerlos. ¿De veras hace falta que todo el mundo lea y escriba? Yo creo que sí. Yo creo que para ser dueños de nuestra lengua, ahora que se nos va acabando el siglo xx,2 tenemos que ser capaces de leer y escribir. Es cierto que la lengua, y también la literatura, nacieron puramente habladas. Es cierto que sobreviven pueblos ágrafos y que en los alfabetizados la oralidad convive con la escritura. Es cierto que eso que escribimos se vivifica, se anima cuando se le presta la voz. Todo es cierto, sí, pero también lo es que nuestra civilización se ha construido con la palabra escrita, que hace varios milenios reventó los límites físicos de la oralidad. En nuestros días, la lengua no está completa si no incluye la escritura y la lectura. En nuestros días, dejar fuera de la lectura y la escritura a una parte de nuestra población es una injusticia, un crimen social. Hoy en día, el lenguaje escrito se nos ha vuelto tan propio, tan entrañable, tan necesario como el lenguaje hablado. Por eso hay un clamor general para acabar con el analfabetismo; por eso tanta gente se esfuerza para que las lenguas indígenas se escriban y tengan un desarrollo cabal. Para terminar, debo repetirlo: hoy en día, nadie es dueño de su voz si no puede ponerla por escrito. 2  Recordemos que «Fuera del diccionario» fue una ponencia que el autor presentó durante el Congreso Internacional de la Lengua, celebrado en Zacatecas, en 1997. [N. del E.] Felipe Garrido ha sido profesor, editor, gerente de producción y director de varios proyectos, como el programa Rincones de Lectura y de Publicaciones del Conaculta. Se le considera uno de los escritores más emblemáticos del cuento corto de Hispanoamérica y un promotor de la lectura de tiempo completo.

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¡Eurek!

Sombras nada más por Eunice Hernández

L

as sombras nos persiguen todo el tiempo. Han consternado a poetas, escritores, artistas, científicos y a personajes de ficción. Para algunos, las sombras representan deseos inconscientes; para otros, la sabia conjunción de éstas con la luz es lo que da equilibrio al alma y al lienzo; para algunos más, la sombra es una juguetona silueta que demanda el ejercicio de su libre albedrío y, finalmente, para unos cuantos, las sombras son elementos para medir al mundo, para conocer algo más de él.

Un ejemplo del último caso es el de Tales de Mileto (ca. 624-546 a.C.), filósofo y matemático originario de la actual Turquía, quien en uno de sus viajes al majestuoso Egipto sorprendió al faraón Amasis y a todo su séquito gracias a este designio de la oscuridad.

A pleno sol La leyenda cuenta que el gran sabio de Grecia fue desafiado a medir la Gran Pirámide de Keops en un solo día y sin la ayuda de instrumentos complejos. Ingenioso y gran observador como era, se le ocurrió una solución: si en algún momento del día su sombra tenía la misma longitud que él, entonces, en ese mismo instante, también la sombra de la pirámide sería igual a su altura y así sería posible medirla. En teoría, la solución parecía fácil, pero llevarla a la práctica supondría un pequeño obstáculo: ¿cómo medir la propia sombra sin que ésta se moviera, perseguida por su propio eje como si fuera la traviesa sombra de Peter Pan? ¿Cómo saber el momento exacto en que tu sombra es igual a tu altura si cualquiera se da cuenta de que las sombras cambian con la hora del día? Bueno, para Tales este obstáculo era «pan comido». Tendido sobre la arena marcó un círculo con un radio igual a su propia estatura y, de pie, se colocó en el centro a esperar a que los rayos de sol proyectaran la sombra ideal. Cuando ésta por fin tocó la 59


circunferencia del círculo —y por ende, la longitud de la sombra era igual a su estatura— corrió a la Gran Pirámide para medir con una cuerda bien tensa la distancia existente entre la punta de la sombra y su base. Así, para sorpresa del pueblo egipcio, se conoció la altura exacta de la Gran Pirámide. Pero Tales de Mileto no fue el único en aprovechar las sombras para fines científicos. Eratóstenes de Cirene (ca. 276-194 a.C.), gran geógrafo y tercer director de la Biblioteca de Alejandría —puesto que ocupó durante 41 años—, también lo haría para medir, nada más y nada menos, que la circunferencia de la Tierra.

M edirse con la T ierra Aunque varios filósofos, escolásticos y navegantes europeos del siglo xv sabían que la Tierra era redonda —al contrario de la idea que se tiene del pensamiento medieval—, el misterio radicaba en desentrañar el tamaño real del planeta —Cristóbal Colón intentó convencer en vano a los cartógrafos de Isabel «La Católica» que las medidas de los griegos eran incorrectas— y en qué tan habitables serían otras latitudes. De ahí que no se aventuraran a explorar otros territorios, pues su temor no era producido por el «fin del mundo» que suponía una «Tierra plana», sino por mitos como el de la zona perusta de Aristóteles, quien consideraba que más allá del ecuador el ambiente era tan seco y caluroso que cualquier tripulación moriría calcinada por el ardor del sol. Para entender el «sombrío» juego de Eratóstenes, es preciso remontarse a la antigua ciudad egipcia de Siena —hoy conocida como Asuán—, en el año 236 a.C. En cierto día del año, justo en el solsticio de verano, en esta localidad se daba un fenómeno peculiar: al mediodía, ni los obeliscos, ni las columnas, ni las varas clavadas sobre la tierra producían sombras. Eratóstenes se dio cuenta que el mismo día en que las sombras eran inexistentes en Siena, en Alejandría se mostraban largas y marcadas. De este modo llegó a una primera conclusión: si la Tierra fuera plana y considerando que el Sol estuviera lo suficientemente lejos para que sus rayos cayeran de forma paralela sobre el planeta, las sombras se proyectarían de la misma forma en todos lados. Pero como no sucedía así, pensó que entonces la Tierra debía ser redonda, y que entre más curva fuera cada zona, mayores serían las diferencias entre las sombras de un lugar a otro. Obviamente, el sabio y culto «Pentatlón» —como le decían a Eratóstenes por practicar cinco disciplinas no precisamente olímpicas: poesía, matemáticas, filosofía, astronomía y geografía—, no se conformó con esa reflexión, y valiéndose de la observación y el razonamiento, formuló un experimento para medir la circunferencia de la Tierra: pensó que si el planeta era redondo 60


como una naranja, bastaría con conocer uno de sus gajos para inferir su medida final, y para lograrlo, al igual que Tales de Mileto, sólo necesitaría de una sombra y una vara. Imaginó una figura redonda y concluyó que el ángulo de la sombra proyectada por una vara en el patio de la Biblioteca de Alejandría, sería igual al ángulo formado por las verticales de las dos ciudades —Alejandría y Siena— si se prolongaran hasta el centro de la Tierra, como una rebanada al interior de un pastel (véase la figura). Luego de realizar su experimento, midió el ángulo que se formaba entre su vara y la sombra, y gracias al Principio de los ángulos alternos internos infirió que si dicho ángulo era de 7.2º y un círculo tenía 360, entonces la parte extraída representaba una cincuentava parte de la Tierra.

P rimero A lejandría , luego la T ierra Ahora sólo faltaba conocer la distancia entre Alejandría y Siena. En aquella época, existían numerosos mapas del Nilo, pero ninguno mostraba distancias reales ni fiables para tal medición. Se dice que Eratóstenes recurrió entonces a las caravanas que iban de una a otra ciudad a lo largo del río Nilo: varios esclavos se encargaron de contar las vueltas que daban las ruedas de los carros, de contar pasos y recurrir a otros métodos de medición que existían en aquella época, para determinar la distancia entre las dos ciudades. Nadie sabe cuántas personas participaron en hacer tal medición, pero sí que Eratóstenes estableció una medida promedio entre ambas ciudades de 5 000 estadios —que hoy serían unos 787.5 kilómetros—. Según su hipótesis, si el gajo entre Alejandría y Siena era una cincuentava parte del mundo, sólo habría que multiplicar 787.5 x 50 para obtener la circunferencia de la Tierra: 39 375 kilómetros. Hoy sabemos que la Tierra tiene una circunferencia de 40 000, lo que significa que Eratóstenes sólo tuvo 1.5% de error. Pero este sorprendente cálculo estuvo a punto de desaparecer de los registros históricos por el funestamente célebre incendio de la Biblioteca de Alejandría, donde desapareció el equivalente a cien mil libros, entre los que se encontraba la Geografiká, obra de Eratóstenes de la que sólo se han encontrado algunos fragmentos dispersos. Es gracias al De Motu circulari corporum caelestium, del astrónomo griego Cleomedes —que apareció unos dos siglos después de la época de Eratóstenes—, que hoy podemos recordar esta hazaña. Estas anécdotas comenzaron por seguir el paso de esas regiones de oscuridad, de esas siluetas negruscas que, a pesar de obstaculizar la luz, sirvieron como rayos de ingenio para encender las mentes que practicaron con maestría el arte tan fructífero de la observación. A Eunice Hernández le divierte jugar con las sombras aunque prefiere el claroscuro como su estado natural. Quizá por ello se dedica a escribir y a retratar escenarios con luz y oscuridad. De profesión, es historiadora, comunicóloga, y actualmente es profesora en la Universidad Iberoamericana.

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Íc y grfí

Escritura rongorongo de la isla de Pascua.

Algunas escrituras indescifrables D

ecían los antiguos que el don de la palabra era propio de los dioses, porque ni las hormigas con sus antenas, ni los pájaros al cortejar a sus hembras, ni los monos más inteligentes poseen la capacidad de hablar, como el hombre.

Antes del amanecer de la historia —contada a partir de la representación gráfica del lenguaje—, los conocimientos y recuerdos de la humanidad tenían que ser transmitidos verbalmente y, por tanto, estaban sometidos a las vaguedades de la memoria humana. Como resultado de tales defectos, quizá debamos resignarnos a que una 62


gran parte de este conocimiento esté irreparablemente perdida. Pero algunos de los sistemas utilizados antiguamente pueden ser comprendidos gracias a jeroglíficos o pictogramas cuya relación con el objeto designado era evidente. Sin embargo, existen otros sistemas escritos que se debilitan irremediablemente y que, a muchos años después de su extinción, sólo pueden ser comprendidos si el material del que se dispone es suficientemente representativo y el número de caracteres da una idea de su naturaleza a los investigadores.

E l lenguaje perdido de los etruscos El disco de Faistos.

Para la humanidad aún existen muchos problemas pendientes, por lo menos en cuanto a escrituras indescifrables se refiere. Por ejemplo, el que presenta la lengua de los etruscos, la cual durante largo tiempo ha desconcertado a los investigadores y cuya solución parece estar todavía muy lejana. Aunque se conoce información específica sobre su sistema —como el hecho de que se escribe de derecha a izquierda—, el significado de las palabras no ha sido descifrado todavía, y sólo se puede aplicar con certeza a ciertos símbolos que se repiten con frecuencia en los textos, sobre todo en los términos de parentesco como ati, ‘madre’, o sec, ‘hija’. También se cree que, junto con otras lenguas menores, el etrusco pertenece a la familia tirsénica o tirrénica, propuesta en 1998 por el lingüista Helmut Rix, quien argumentó que el rético, el leminio y el etrusco son lenguas emparentadas con cierto número de cognados identificables.

E l disco de Faistos Una muestra interesante de escritura indescifrable por efecto de la escasez de signos es el caso del Disco de Faistos, una tablilla de terracota inscrita que el investigador italiano Luigi Pernier descubrió en julio de 1908, en Faistos, Creta. Dicha tablilla tiene forma circular irregular y varias marcas pictográficas que, de un modo original e inusitado, siguen un curso en espiral. Los 63


investigadores supusieron que la escritura progresaba de derecha a izquierda porque los rostros inscritos miraban en ese mismo sentido, aunque éste sigue siendo uno de los clásicos temas de discusión. Otro rasgo especial de su escritura es que los caracteres no se encuentran incisos, sino que fueron estampados sobre el disco con la ayuda de un tipo móvil. Es decir, la inscripción fue realizada mediante presión de sellos jeroglíficos sobre arcilla blanca, y luego cocido a alta temperatura; por esta razón y por sus formas principales, los investigadores pensaron que se trataba de vestigios de una civilización independiente. Algunos dicen que sus 45 misteriosos símbolos integran un poema con 4 000 años de antigüedad, o quizá un texto sagrado. Otros piensan que se trata de una inscripción mágica o de una pieza musical, o el ejemplo mundial más antiguo de puntuación. Sin embargo, todavía se trata de uno de los más famosos misterios arqueológicos no resueltos. Cuando menos, por ahora.

L a isla de Pascua Otro misterioso ejemplo de escritura indescifrable es el descubierto en 1722 por el holandés Jacob Roggeveen, quien encontró varios centenares de figuras de piedra de gran tamaño, en la isla de Pascua, en Polinesia. Tan misteriosas como esas figuras eran unas tablillas de madera, algunas de ellas de casi dos metros de largo, cubiertas de una escritura pictográfica única en su tipo. En dicha escritura se invertía la dirección cada dos líneas y, según la tradición local, había sido traída a la isla por 200 guerreros y sus familias, alrededor del siglo xii, e ideada en principio para ser usada por una especie de juglares que leían las tablillas mientras cantaban.

sedepelícula l fre de pelícl lafrasedepelí Frank Milo (Bill Murray):

Women, you can't live without them and you can't kill 'em. Frank Milo (Bill Murray):

Mujeres: no puedes vivir sin ellas, y tampoco las puedes matar. Tomada de la película Mad Dog and Glory (1993) —Perro bravo y Gloria—, dirigida por John McNaughton y escrita por Richard Price.

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Hasta mediados de los años 60, la escritura maya también se consideraba indescifrable. Hoy día, es posible descifrar hasta 85% de ella1 Inscripciones etruscas en el cippus Perugia.

Sin embargo, los pobladores no conocían a ciencia cierta su significado. Mientras unos decían que se trataban de ideas sobre la fertilidad de los campos, los otros aseguraban que contenían conjuros poderosos, realizados con la intención de provocar la derrota de un enemigo. Los nativos daban a estas tablillas el nombre de Koau-rongorongo, proveniente de koau, como llamaban a la madera con la que fabricaban el casco de las canoas, y rongorongo, que significa «el gran mensaje». Sin embargo, al establecerse una misión en la isla, en 1864, muchos de los textos fueron destruidos a manos de sus poseedores, y hoy en día se conservan sólo unos pocos. Algunos de sus símbolos consisten en representaciones de seres humanos, pájaros, peces y plantas y otros adoptan diseños geométricos; en cuanto a la escritura, los signos son estilizados, tienen casi la misma altura y se alinean sin divisiones aparentes, lo cual denota la ausencia de signos de puntuación —como los textos antiguos de la literatura griega o ciertas muestras del idioma etrusco—. Aunque algunos autores aseguran que esta forma de escritura es la única estructurada que proviene de Oceanía, ha hecho falta un descubrimiento factible para comprobarlo.  1  v. Algarabía 57, junio 2009, Íconos y grafías: «Develando el pasado: la escritura maya i»; pp. 49-53, y Algarabía 58, julio 2009, Íconos y grafías: «Develando el pasado: la escritura maya ii»; pp. 45-48. Gran parte de la información de este artículo se tomó de P. E. Cleator, Los lenguajes perdidos, Barcelona: Ediciones Orbis, 1986. [Originalmente publicado en 1961 como Lost Languages.]

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Tivi

Federico Fellini por Juan María Ordóñez Velasco

A

lgunos diccionarios acotan la palabra felliniesque para referirse a situaciones surreales, absurdas o fantásticas. Este hecho da una idea de la relevancia, la originalidad y el sello que este cineasta italiano logró tatuar, por medio de sus guiones y películas, en las mentes de quienes hemos gozado con su obra. Mucho podría decirse acerca de su técnica, de sus simbolismos, de las características de forma y fondo del neorrealismo italiano —del cual fue un estandarte—; pero ese no es el tema ni el espíritu de esta sección. Por consecuencia, a continuación sÓlo le presentamos una serie de datos triviales sobre el italianísimo director, que le harÁn tener una idea mÁs clara del porquÉ de su importancia.

Nació en Rimini, un pequeño pueblito costero del mar Adriático, el 20 de enero de 1920.

Su padre, Urbano Fellini, tenía una fábrica de pasta.

De chico leía ávidamente una revista llamada Il corriere dei piccoli, que publicaba cómics estadounidenses de Windsor McCay, George McManus y Frederic Burr Opper. Esto influiría posteriormente en su plástica cinematográfica.

Se inscribió en la carrera de Leyes en la Universidad de Roma para complacer a sus padres; sin embargo, algunos de sus biógrafos afirman que no existen registros de que alguna vez haya asistido a clases. 66


De arriba abajo: Marcello Mastroianni, Fellini en el Festival de San Sebastián, Fellini dirigiendo.

Fue caricaturista, publicó su primera caricatura en el semanario 420, en 1938.

Colaboró en la revista humorística Marc’Aurelio, donde escribía una columna llamada «Storielle di Federico». Permaneció ahí de 1939 a 1942, y conoció al futuro director Ettore Scola y a uno de sus guionistas, Bernardino Zapponi.

En 1940, cuando Mussolini declaró la guerra a Francia e Inglaterra, Fellini descubrió la literatura de Kafka, John Steinbeck, Gogol y William Faulkner, así como el cine francés de Marcel Carné, René Clair y Julien Duvivier.

En el otoño de 1942, mientras trabajaba como guionista en una estación de radio, conoció a su futura esposa, Giulietta Masina, que prestaba su voz al personaje de Pallina en el serial escrito por Fellini Cico e Pallina. Después de salir juntos por nueve meses, la pareja contrajo nupcias el 30 de octubre de 1943. En marzo de 1944, Giulietta dio a luz a un hijo, Pierfederico, que murió tres semanas después de encefalitis. La muerte de su único hijo —la pareja jamás volvió a intentar procrear— dejó una profunda huella emocional y artística en el cineasta.

Fue coguionista y asistente de dirección de Roberto Rossellini en Paisá (1946), por la cual estuvo nominado por el Mejor Guión Original en 1950.

Quería contratar a Humphrey Bogart como protagonista de su filme Il Bidone (1955), pero no pudo porque éste ya tenía cáncer de esófago.

Giuletta Massina, su mujer, ganó el premio por mejor actriz en el Festival de Cannes por Las noches de Cabiria, en la que Fellini la dirigió en 1956.

La dolce vita (1960), en origen se llamaba Moraldo en la ciudad. El partido católico Democrazia Cristiana y el Vaticano estuvieron en contra de esta película por el crudo retrato que hacía de la aristocracia —históricamente muy cercana a la Iglesia—. Incluso hubo un artículo llamado «La schifosa vita» —La mugrienta vida—, que quizá fue escrito en 1992 por Oscar Luigi Scalfaro, Presidente de la República. A propósito de esta película: la famosa escena en la Fuente de Trevi 67


fue filmada en marzo, cuando las noches aún eran frías. De acuerdo con Fellini, la sueca Anita Ekberg permaneció en el agua fría con su vestido por varias horas sin ningún problema. Marcello Mastroianni, en cambio, tuvo que usar un traje de buzo bajo su ropa, y ni siquiera eso fue suficiente. Aún temblando, bebió una botella completa de vodka, por lo que estaba totalmente ebrio cuando filmaron la escena.

La película contribuyó con el término paparazzi al lenguaje. Existen dos versiones acerca de su origen: una dice que el término deriva del apellido de un amigo de Mastroianni, llamado Paparazzo —en italiano, paparazzo se refiere a un sustantivo masculino; paparazzi es el plural—; la otra versión apunta a que el término fue sugerido por el amigo y guionista de Federico Fellini, Ennio Flaiano, que aparentemente derivó de una novela del inglés George Gissing, By the Lonian Sea. Se trataba del apellido del propietario de un Hotel en la ciudad italiana de Catanzaro, Calabria, en el sur de Italia, donde Gissing se hospedó.

Se fascinó con las teorías psicológicas de Carl Gustav Jung; después conoció al psicoanalista jungiano Ernst Bernhard. Esto influiría en su periodo neorrealista.

Nino Rota fue su músico de cabecera: salvo su ópera prima Luces de variedad —Luci del varietà— (1950) y hasta la muerte de Rota en 1979, todos sus largometrajes fueron musicalizados por el genial milanés.1

Marcelo Mastroianni, y Anita Ekberg en La dolce vita (1960).

Fellini fue a Disneylandia, su guía fue el propio Walt Disney. Le encantó. 1  v. Algarabía 58, julio 2009, Arte: «El ruidito de fondo: la música en el cine ii»; pp. 78-83.

ncipitincipitincipit iciit incipitincipitincipit I was working the hole with the sailor and we did not do bad. Fifteen cents on an average night boosting the afternoons and shorttiming the dawn we made out from the land of the free. But I was running out of veins.* The Soft Machine, William S. Burroughs *  «Trabajaba en el hoyo con el marinero y no nos iba mal. Sacábamos en promedio quince centavos por noche, apurando la tarde y acortando el amanecer de la tierra de la libertad. Pero a mí se me acababan las venas.»

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Fellini era un amante de la parapsicología, el espiritismo, los médiums y los fenómenos paranormales.   En 1982, inauguró una exposición de 82 de sus dibujos en París, Bruselas y Nueva York.

«No existe un principio. No existe un final. Sólo existe la infinita pasión por la vida»

Fascinado por su libro Las enseñanzas de Don Juan, se hizo amigo del escritor peruano Carlos Castaneda y viajó con él a México con la intención de filmar una cinta sobre su vida.   Fue nombrado Cavaliere di Gran Croce omri.

En abril de 1993, Fellini recibió el Oscar honorario por Federico Fellini Logros de toda una vida «en reconocimiento por sus logros cinematográficos que han emocionado y divertido a las audiencias de todo el mundo». El 28 de junio de ese año, fue sometido a una cirugía del corazón en Zúrich; dos meses después, sufrió un ataque en su natal Rimini. Paralizado parcialmente, fue transferido a Ferrara y luego a Roma, para estar junto a su esposa Giulietta, también hospitalizada.

Fellini sufrió un segundo ataque y entró en coma irreversible. Finalmente murió el 31 de octubre, a la edad de 73 años, un día después de su quincuagésimo aniversario de bodas. Cinco meses después, Giulietta Masina murió de cáncer de pulmón. Los dos fueron sepultados junto a su hijo Pierfederico en el cementerio de Rimini. Poco después, el aeropuerto internacional de este pueblo recibió el nombre del cineasta.

Cineastas de la talla de Woody Allen, Pedro Almodóvar, Tim Burton, Terry Gilliam, Emir Kusturica, David Lynch, David Cronenberg y Martin Scorsese, han confesado abiertamente la clara influencia de Fellini en su obra.

A lo largo de su carrera, estuvo nominado nueve veces al Óscar, y sólo ganó un Premio de la Academia honorario por Logros de toda una vida. Escribió el guión de más de 50 cortos, largometrajes y programas de televisión. Dirigió 21 películas, la última de las cuales fue La voz de la luna, en 1990. José María Ordóñez Velasco es cardiólogo, pero, antes que eso, cinéfilo de corazón. Aunque disfruta mucho el cine de Fellini, recuerda que la primera vez que vio Y la nave va —para quedar bien en una cita—, la tarde no fue propicia y se quedó dormido. Le ha tomado años confesar este oprobio.

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Pra hblr y ecribir bie

Ese oscuro verboide del deseo: el gerundio ii 1

E

l gerundio: ese mal necesario. Pero, ¿es tan malo como parece? He aquí para usted, querido lector, una tabla en la que, por fin, va a encontrar todos los usos del gerundio, los correctos y los incorrectos. Ojalá le sirva:

Dibujo enviado por fax, técnica experimental, p. 3/25, 1990. 1  v. Algarabía 62, noviembre 2009, Para escribir bien / Para hablar mejor: «Ese oscuro verboide del deseo: el gerundio»; pp. 37-39.

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U sos correctos CATEGORÍA TIPOS

EJEMPLOS

Como adverbio —modifica al verbo— en: modo

El profesor habla agitando los brazos.

tiempo

Reinando Felipe ii, se fundó San Cristóbal. = Cuando reinaba…

causa

No teniendo más que decir, se fueron. = Puesto que no tenían…

condición

Comiendo menos, podremos adelgazar. = Si comemos menos…

concesión

Aun pidiéndoselo el profesor, no lo hizo. = Aunque se lo pedía…

Gerundio en perífrasis con verbo —denota una acción en curso—

El alumno está estudiando.

Gerundio de dirección o ubicación relativa

Es la segunda oficina doblando a la derecha. = . . .si se dobla…/ . . .cuando uno dobla…

Gerundio adjunto al objeto directo —denota simultaneidad— Restricción de uso: No puede emplearse como adjetivo modificando a un sustantivo:

Veo un libro estando en el piso.

Con verbos de percepción (mirar, oír, escuchar, notar…)

Veo al alumno estudiando.

Con verbos de representación (dibujar, pintar, imaginar…)

Dibujé un pájaro volando.

En ciertos giros: tener + od + gerundio dejar + od + gerundio

Lo dejé en el café llorando.

Gerundio descriptor de una imagen —denota simultaneidad—

«El rector saludando a una delegación estudiantil». (Pie de una fotografía).

Gerundio que se usa sin mencionar al verbo —resultado de una elipsis— Modal, de simple afirmación

Aquí, estudiando un poco. = Aquí estoy estudiando un poco.

Exclamativo

¡Tú diciendo tales tonterías! = No puedo creer que tú estés diciendo tales tonterías.

De obligación

Tu lugar está aquí, viviendo con tu familia. = Tu lugar está aquí, donde debes permanecer viviendo con tu familia.

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U sos incorrectos CATEGORÍA TIPOS

 EJEMPLOS  MODO DE CORREGIR

Uso del gerundio para describir una acción posterior De mera posterioridad

 Se conocieron en la universidad, casándose después de graduarse.

 Se sustituye por la conjunción y y un verbo: Se conocieron en la universidad y se casaron después de graduarse. De efecto o consecuencia

 El autobús iba sin frenos, volcándose al tomar la curva y estrellándose contra un poste.

 Se sustituye por un conector consecutivo —por lo cual, por tanto, etcétera— + un verbo: …por lo cual se volcó… y se estrelló… Gerundio que lleva sujeto con preposición

 Con el profesor dando clase, no podemos salir del aula.  Se sustituye la construcción por una oración circunstancial: Mientras —Cuando, Como— el profesor da clase… Se usa el gerundio absoluto: Dando clase el profesor… no podemos salir del aula.

Gerundio —que modifica al sustantivo— Como adjetivo o especificativo —modificador directo de un sustantivo—

 Se solicita muchacha de servicio quedándose.  Publicaron el boletín informando los resultados.  Son muchas las llamadas pidiendo la repetición del programa.

 Se debe sustituir el gerundio por una oración especificativa con pronombre relativo —que + verbo en forma personal—: … muchacha… que se quede. … el boletín que informa… …las llamadas que piden…  Sólo se admiten como adjetivos especificativos los gerundios hirviendo y ardiendo: Una olla de agua hirviendo; El niño está ardiendo. Como partitivo —modifica a la parte que se toma o se destaca

 Hay una veintena de países hispanohablantes, siendo

de un todo—

 Se sustituye el gerundio por una expresión partitiva más

México el más poblado. un verbo en forma personal: Hay una veintena de países hispanohablantes, de los cuales México es el más poblado.

 Se sustituye el gerundio por la conjunción y con una expresión partitiva y un verbo: Hay una veintena de países hispanohablantes, y entre ellos México es el más poblado. 

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Schadenfreude

por María del Pilar Montes de Oca Sicilia

Oooh, esos alemanes tienen palabras para todo. Homero J. Simpson

Quizá el bueno de Homero Simpson tenga razón, pero no del todo, porque así como los alemanes tienen palabras para unas cosas, en náhuatl hay palabras para otras y los que hablamos español —y, en específico, español mexicano— también tenemos otras más. Por ejemplo, ¿qué me dicen del tan consabido itacate?, ¿cómo traducírselo a un francés? O, ¿cómo explicarle en dos palabras a un sueco eso de curársela? Es difícil, porque cada lengua tiene su idiosincrasia y hace palabras de los conceptos que considera importantes y que para otras no lo son. Lo que sí es cierto es que los alemanes «se la sacaron» con una palabra genial —que ya se ha importado al inglés y a algunas otras lenguas—: Schadenfreude —en alemán los sustantivos empiezan con mayúscula—, que significa algo así como «sentir felicidad por la desgracia ajena» ya que en ella se conjuntan dos raíces de significado disímbolo: Schaden «adversidad, daño, perjuicio», y Freude «alegría, gusto». 73


Podríamos decir que la Schadenfreude es complementaria a la envidia, que es cuando nos sentimos apesadumbrados o nos enojamos ante la prosperidad o el bien ajeno.1 Como contraparte, hay un concepto budista llamado mudita, que es «alegría ajena» o la «felicidad por el éxito de los otros». Y, para completar, podríamos añadir a este cuarteto de sentimientos la compasión o la empatía o sea «el dolor por la infelicidad o el sufrimiento ajenos». El filósofo y sociólogo Theodor Adorno2 define Schadenfreude como «un deleite esperado, lógico o anticipado ante el sufrimiento y mal ajenos», y nosotros la podríamos describir como «sentir un placer malicioso y perverso frente la desgracia de otros», algo así como un «gozo sádico» o lo que yo llamo una «lastimita bonita» —como cuando en México decimos «lero lero, candelero» o «pa' que se le quite». Se trata de un sentimiento tan común en la naturaleza humana desde tiempos muy antiguos, que ya se reprueba en los Proverbios del Antiguo Testamento: «no te alegres cuando tu enemigo caiga, no dejes que tu corazón se regocije ante su declive, porque el Señor lo verá y lo juzgará». Y en doctrinas de la Iglesia católica medieval, se describe como delectatio morosa —lo que el drae traduce como «complacencia deliberada en un objeto o pensamiento prohibido», algo así como un «deleite mailicioso»— y se considera un gran pecado. A partir del siglo xx, la palabra, y por ende el concepto, ha cobrado relevancia, al punto de que se han hecho estudios de escáner cerebral sobre ella. Uno de ellos, realizado en 2006, arrojó que la Schadenfreude es un fenómeno fisiológico inherente al ser humano y que las mujeres lo sentimos más que los hombres porque en las participantes de sexo femenino se activaron más las áreas cerebrales de placer cuando les informaban que cierta persona que ellas conocían había padecido cierto evento desafortunado que en los de sexo masculino. ¿Será que somos más vengativas, envidiosas o lo que sea? No lo sé. Lo que sí no cabe duda, es que, aunque no tengamos la palabrita, la sensación la hemos experimentado todos. Por ejemplo, cuando te cuentan que tu exnovio, ese que te dejó de mala manera por otra, es completamente infeliz con ella porque le resultó una arpía de siete suelas que sólo quiere su dinero; o cuando ves a la pérfida que te hizo ver tu suerte, caminando cabizbaja y sola por la acera de enfrente, volteando a ver tu ventana; o bien cuando te pide trabajo o ayuda ese cuate que era tan soberbio y sangrón, que tenía muchísima lana y te veía por encima del hombro, en la universidad. , 1  Hay una palabra griega que puede equipararse a ella: επιχαιrεκακια, epicarecacia, compuesta de epi ‘hacia, en relación con’; chaira ‘alegría, caridad, misericordia’; y kakon, ‘maldad’, que Robert Burton en su Anatomía de la melancolía, de 1621 —uno de los primeros tratados sobre la cognición humana— describe como: «[…] una afección compuesta de felicidad y odio, como cuando nos regocijamos del mal y la pena […]». 2  Theodor Adorno, Minima Moralia, 1951.

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Ego

envidia

mudita empatía misericordia compasión solidaridad

Schadenfreude 

Alter

María del Pilar Montes de Oca Sicilia ha sentido Schadenfreude muchísimas veces en su vida y por diversas razones y es un sentimiento del que no se avergüenza —y a últimas fechas aún menos, porque siempre es la misma persona quien se lo despierta.

El prv del dí

Visite nuestra tiendita en www.algarabia.com O de lunes a viernes de 9:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00 horas en la La Tiendita Le mot: Pitágoras 736, col. Del Valle, México, D. F.

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TOne pa’ lO pregunTOne

L

a ópera es algo más que un género musical en el que se pueden conjuntar casi todas las artes. Intentar describirla en un espacio tan nimio como éste sería un insulto. Por ello, mejor apostamos a difundirla un poco por medio de estas humildes preguntas.

La primera persona que responda acertadamente, a partir del 11 de diciembre,* se llevará el libro Manual para conversar i, del Dr. Ian Q. Carrington.**

1. Es considerado el padre de la ópera. ¿Cuál es su obra más relevante? 2. ¿Cómo se le llama y de qué obras consta la tetralogía de Richard Wagner en la que reunió y dotó de un argumento lineal a los mitos germánicos? 3. ¿A qué director de cine se le considera el escenógrafo operístico contemporáneo por antonomasia? 4. ¿Cuál es el cantante de ópera que ha participado en más películas para cine o televisión y cuántas han sido éstas? 5. ¿Cuál es la ópera mexicana que se estrenó en 1995 y en qué libros está basada?

Felicitamos cordialmente a Yolatl Cortés Zaldívar, de la ciudad de México, por haber sido la primera persona en * Para obtener el premio y no ser descalificado se debe enviar nombre completo, edad, teléfono, e-mail y dirección completa. Limitado a un premio por participante por cada dos números. ** El nombre del ganador y la respuesta se publicarán en Algarabía 65. El plazo para recoger el premio vence el viernes 29 de enero de 2010.

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responder acertadamente los Tones de la edición 61. Agradecemos a los demás lectores su animosa participación. Las respuestas correctas son:

1. En 1972, en la ciudad de Madrid, España, se celebró por primera vez el Festival oti. 2. Los hermanos Zavala interpretaban el tema del Festival oti. 3. La canción más celebre que compuso Sergio Andrade se llama «Tiempos mejores». La interpretó Yuri, con la que quedó en tercer lugar, en 1984. 4. Roberto Cantoral es el autor de la canción «Al final», que fue interpretada por Emmanuel. 5. Los mexicanos que ganaron el oti, en orden cronológico, fueron: Imelda Miller con «Qué alegre va María», en 1973; Gualberto Castro con «La felicidad», en 1975; Eugenia León con «El fandango aquí», en 1985; Analí con «Una canción no es suficiente», en 1989; Carlos Cuevas con «Un bolero», en 1990, e Iridian con «Se diga lo que se diga», en 1997.

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« A n d e o m r t u v y p r t q v r l i g s i a e j o s q u i e r e s r c e r d g t k e h g c a l i e n t e , f p l r i n a g f l a s r i k y p r í a s e r c f i g a n o b l a s d e j a n d l s o b f t c r o f s d i q u a n x g i e d k c y a f r s a b b c d e h u m g e n t e . » 77


ARTe

Frank Lloyd Wright por José Ángel Blandón Jolly

I

nfancia es destino, y seguramente la madre de Frank Lloyd Wright lo sabía. Por eso colgó en todos los muros de su casa láminas de catedrales inglesas, y lo hizo jugar con unos bloques geométricos diseñados por el pedagogo Friedrich Fröbel para fomentar su creatividad y su habilidad espacial. Así, Wright comenzó a desarrollar su interés por la arquitectura. Frank Lincoln Wright1 nació en 1867, en Wisconsin, ee. uu. Debido a la inconstancia laboral de su padre, vivió una infancia itinerante en varios estados de la Unión Americana, y finalmente se estableció por un corto periodo en Madison, Wisconsin, donde, sin concluir el bachillerato estudió inglés, francés, matemáticas e ingeniería. Hasta entonces su adolescencia había transcurrido en contacto con la naturaleza, lo que influyó en su posterior perspectiva arquitectónica. A los 19 años, Wright decidió mudarse a Chicago; un año después, Lloyd Wright entró a trabajar al estudio de arquitectura Adler & Sullivan, como aprendiz del afamado arquitecto Louis Sullivan —quien es considerado por muchos «el padre del modernismo» y el creador del concepto del rascacielos. 1  Años después, tras el divorcio de sus padres, cambiaría su nombre a «Lloyd» para honrar el linaje galés de su madre.

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En 1893, tuvo lugar la World’s Columbian Exposition —también llamada Feria Mundial de Chicago—, que fue el escaparate de las tendencias dominantes en la arquitectura estadounidense de la época, una mezcla de estilos eclécticos que miraban a Europa pero que, al mismo tiempo, aspiraban a la creación de un estilo propio. Es decir, había un importante dilema cultural: limitarse al conformismo con los estilos históricos o emprender un viaje hacia la experiencia individual y vanguardista. Lloyd Wright eligió la segunda ruta. La Feria Mundial, además, puso en contacto al joven arquitecto con la arquitectura japonesa. Este episodio tendría una influencia decisiva en la futura obra de Wright: la eliminación de lo superfluo, la exposición franca de la albañilería, la subdivisión del interior mediante mamparas en lugar de muros de tabique, la supresión de todas las molduras esculpidas y la presencia constante de algo que él llamó «humanidad» y que relacionó directamente con la iluminación en su arquitectura. Tras siete años con Sullivan, Wright fue despedido cuando aquél descubrió que construía casas a sus espaldas. Por eso, para 1893, decidió abrir su propio estudio. En la página opuesta: Museo Salomon R. Guggenheim, Nueva York, 1943-59. Izquierda: Chimenea de la Casa Charles Ennis, Los Ángeles, CA, 1923-24. Derecha: Casa Fallingwater, Pennsylvania, 1935-39.

L as «Prairie Houses» Aunque Wright no empleó directamente este término, fue así como se denominó al tipo de casa diseñada por él como el modelo de vivienda más adecuado para la pradera del medio oeste americano. La acentuada horizontalidad, las bajas proporciones, la asimetría, los amplios voladizos de las cubiertas y los techos de ligera pendiente, fueron algunas de sus características externas. Al mismo tiempo, Wright comenzó a gestar un nuevo lenguaje arquitectónico a partir de su aportación más atrevida: la transición fluida de espacios no delimitados por puertas o muros, que a partir de entonces se conoció como «planta abierta». Con esta propuesta se hizo posible la integración del edificio al paisaje, y las ventanas como agujeros en los muros fueron sustituidas por mamparas. Además, apareció una

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arquitectura sin esquinas que logró una continuidad total del espacio interior y exterior, y se destruyó así, la forma de caja y la simplicidad, para privilegiar la sinceridad en el uso y elección de los materiales, exhibiendo la propia naturaleza de los ladrillos, la piedra y la madera de la región.2 En estos años, Frank Lloyd Wright redactó su primer ensayo teórico, «Arte y oficio de la máquina», y construyó la fábrica de jabón Larkin en Buffalo, Nueva York, con instalaciones perfectamente iluminadas y ventiladas mediante una enorme cubierta de cristal. Este edificio fue considerado «el primero en su género» y se convirtió en un antecedente directo del «Open office». En ese momento de crisis entre la cultura clásica y la práctica constructiva, la obra de Lloyd Wright resultó toda una revelación y uno de los factores que dieron un impulso a la formación del Movimiento Moderno en Europa. Entre 1916 y 1922, Wright construyó el Hotel Imperial en Tokio y simultáneamente trabajó en Los Ángeles, donde edificó cuatro casas con un sistema de construcción basado en bloques prefabricados de concreto. Entre 1928 y 1935 publicó más de 30 artículos en distintos periódicos y revistas, dio conferencias, organizó una exposición itinerante, aparecieron retratos suyos en las revistas Time y The New Yorker, y participó en la exposición International Style del Museo de Arte Moderno de Nueva York. Ese mismo año, en 1932, fundó la Taliesin Fellowship, su escuela taller de arquitectura. Sin embargo, hasta 1934, Wright sólo había construido una casa: la de su primo Richard Lloyd Jones.

Fallingwater Fallingwater fue la casa más fotografiada del siglo pasado. Edificada en 1936 sobre una pequeña cascada en un angosto 2  Que culminará con el movimiento holandés De Stijl y en el Pabellón de Barcelona de Mies van der Rhoe (1929).

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Estudio de Frank Lloyd Wright, Oak Park, 1895.


De arriba a abajo: Casa Fallingwater. Fachada de Avery Coonlay Playhouse, Riverside, 1911-12. Fachada de la Casa Charles Ennis.

valle en el sur de Pennsylvania, esta casa fue el ideal de Wright, por tratarse de un hogar fundido en la naturaleza. Edgar Kaufmann, un adinerado propietario de centros comerciales, le había encargado esta construcción, pero cuando volvió a llamar para saber del proyecto, Wright no tenía listo ni un solo trazo. Sin embargo, respondió que la casa estaba lista. En ese instante esbozó mentalmente el proyecto y empezó a trazar el bosquejo de una edificación en tres plantas. Dos horas más tarde, el proyecto estaba listo y encargó a dos de sus aprendices que dibujasen los alzados mientras él recibía al cliente. El resultado fue lo que, en palabras de Bruno Zevi, sería «La Divina Comedia del lenguaje arquitectónico moderno». Es como si aquella casa hubiera nacido de la roca: los elementos verticales o muros de carga se construyeron con piedra gris de la región; los horizontales, con concreto armado, los volados son espectaculares, flotan en el aire; el interior con sus pisos de piedra laja evoca la atmósfera de una cueva.

E l M useo G uggenheim Por esta época también construyó otro edificio de oficinas que rompió todos los moldes: la sede central de la Johnson&Johnson —conocido como Johnson Wax Headquarters—. En esta construcción, a base de hongos de concreto, puso en práctica una audaz inversión de los elementos tradicionales entre las paredes, las cubiertas y la luz; también desarrolló, por primera vez, un contorno de esquinas curvas. La originalidad de sus construcciones hizo de Lloyd Wright un starchitect, y por esta razón, en 1943, Salomon R. Guggenheim lo contactó para que formara parte de un proyecto que lo llevaría al clímax de su etapa final: la construcción del Museo Guggenheim. Aunque la idea estructural y el partido arquitectónico se remontaban al anteproyecto para un planetario de 1925 en forma de zigurat,3 Wright decidió diseñar el 3  Torre escalonada y piramidal, característica de la arquitectura religiosa asiria y caldea.

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En esta página: Aspecto interior de Fallingwater.

museo sobre ese modelo, pero invirtiendo el helicoide para formar una galería interior ascendente y descendente. Al combinar los principios estructurales de la Fallingwater y el espacio iluminado desde el cenit —esto es, desde el punto más alto por encima de la cabeza del observador— del edificio de Johnson Wax, el Museo Guggenheim resultó en sí mismo, una obra de arte. Por tratarse, además, de una anomalía en el contexto de la quinta avenida de Nueva York, el edificio constituyó también un hito urbano. La construcción del Guggenheim se llevó a cabo entre 1956 y 1959, pero Wright falleció seis meses antes de concluirlo, a los 92 años, con más de 70 de carrera y alrededor de 450 edificios ejecutados, en los que demostró una capacidad excepcional para renovarse y un experimentalismo ilimitado, a la par de una invención sistematizada, llena de conceptos espaciales únicos e Lloyd Wright legó innovadores y de propuestas que también ensayos trascendieron el arte americano. Para Lloyd Wright no existía un elemento más precioso de inmortalidad que la luz del hombre que permanece en los otros. Muchas de sus obras fueron demolidas, pero él decía que «aunque los edificios se desmoronen, las ideas son eternas».

sobre urbanismo y arquitectura, como «The Living City», «The Natural House» y «The Future of Architecture»

José Ángel Blandón Jolly es un reconocido arquitecto, lector ávido, insomne irremediable y, desde luego, un estudioso entusiasta del genio de Wisconsin.

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Urbi & rbi

La Nao de China Aunque nao quiere decir «nave», la Nao de China no era Acapulco Manila un barco que Océano Atlántico tocaba puerto Océano en este país, sino Pacífico una línea náutica cuyos galeones eran construidos en Filipinas, y que hizo posible el comercio con el continente americano durante más de 250 años, desde que en 1521 Cortés y Magallanes conquistaron el Imperio mexica y las Filipinas, respectivamente, convirtiéndolos en bastiones del comercio español. Estos barcos llegaban a México desde Manila, donde se embarcaban productos y materias primas de China y Medio Oriente —alfombras persas, algodón, abanicos, porcelana, jade, ámbar y pólvora— y hacían escalas en San José del Cabo; Bahía de Banderas —hoy Puerto Vallarta— y Santiago —hoy Manzanillo—, hasta Acapulco, de donde se exportaban plata o monedas, semillas y granos, vid, tabaco, cacao, cochinilla, camote, garbanzo, sandía e higos, entre otros productos de México. Las peleas de gallos, los rebozos de seda y la famosa china poblana son parte del legado que este recorrido dejó en México. Ruta de la Nao de China Otras rutas coloniales de la época

Cadiz

Golfo de La Habana México

Veracruz

La Guerra del Peloponeso Sabemos de la Guerra del Peloponeso gracias a los ocho libros homónimos de Tucídides. Tuvo lugar entre 431 y 405 a.C., y los bandos contendientes fueron Esparta y Atenas. Fue motivada por la imposibilidad de hallar una fórmula eficaz para un panhelenismo estable, y dio lugar a una violenta competencia cuyo resultado fueron 27 años de lucha, en los que Atenas y Esparta extinguieron el fulgor de la Grecia clásica y volvieron al barro común de los hombres. La lucha se desarrolló en dos fases: la primera inició en 431 a.C. cuando los espartanos invadieron la región del Ática, y sus habitantes se refugiaron tras las murallas de la ciudad —los atenienses jamás imaginaron que Golfo de Corinto Ática la peste acabaría con un cuarto Atenas Olimpia de su población— y concluyó Corinto con la paz de Nicias, en 421  a.C.; Peloponeso rota la tregua por Atenas, la flota ateniense fue vencida en Esparta Sicilia —413 a.C.— y, aunque consiguió algunas victorias, Mar Mediterráneo fue vencida definitivamente en Egospótamos. 83

Mar Egeo


¿Arcís?

encandilar E

ncandilar es un verbo transitivo luminoso. El drae incluye seis acepciones para él, la última de ellas —usada en Cuba y Puerto Rico— como sinónimo de enfadarse. En las cinco primeras se hace referencia al carácter fatuo —es decir, falto de razón o entendimiento, o lleno de presunción infundada y ridícula— del encandilamiento, que consiste en exacerbar las virtudes e intenciones románticas propias o de un tercero para que quien escucha sucumba, con más presteza, a los escarceos amatorios. Para ello reproduzco esta cándida anécdota:

«Teresita era una amiga de mi abuela que la visitaba cada tarde para platicar. Usaba un vestido floreado, untado a su rolliza anatomía, y siempre llevaba chocolatitos. Su cabeza estaba cubierta por moños, y se llenaba de los chismes más frescos durante la jornada, para ir a compartirlos con mi abuela, amiga suya desde que eran niñas. Ante el ojo inexperto, Teresita parecía alegre, pero más bien era ingenua y melancólica. Vivía sola en una casa muy grande y muy antigua, a una cuadra de donde vivían mis abuelos. Aunque se pintaba el pelo y usaba mucho maquillaje, siempre me dio la impresión de tener la misma edad que mi abuela.

getienerazón jrge tiee rz jorgetienerazó frases, citas y retazos de la filosofía desmitificadora de Jorge Ibargüengoitia

Las conversaciones rituales son, como la arterioesclerosis, una característica que se desarrolla con la edad. Las conversaciones rituales de la generación de entre los 40 y 60 años, tienen visos científicos, y tintes hipocondriacos. Algunos de los temas son: la vida, la multiplicación y transmisión de las amibas y sus efectos en los intestinos; la sintomatología es siempre motivo de amena charla; causas y curación de la acidez; la conveniencia de hacer ejercicio todos los días, con un colofón que explica por qué no se hace ejercicio nunca.

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Niña curiosa, un día le pregunté a mi abuela: —¿Por qué Teresita vive sola? —Porque cuando sus papás se murieron y sus hermanos se casaron, ella se quedó con la casa. —¿Y ella nunca se casó? —Casi casi... Tuvo un novio que parecía muy formal, pero nomás la encandiló, y luego se consiguió otra, si no es que ya la tenía. —¿Qué es eso de que “la encandiló”? —Pues que le dijo cosas bonitas, que la quería, que se iba a casar con ella... ve tú a saber. Esas cosas que dicen los hombres. Y además el tipo estaba galán, pero a la hora de la hora, él ya estaba dándole el sí a otra. —¿En serio? Y, ¿qué hizo Teresita? —Llorar. Harto. De eso ya llovió, y se me hace que la pobre Teresita ya se quedó para vestir santos. Yo le quise encandilar a varios galanes, pero nomás no se animaban. Se me hace que sabían que aquélla seguía rete-encandilada por el otro, y que nomás no la iban a poder desencandilar para encandilarla más ellos. Yo les hablaba rebién de ella: que sabe cocinar, que es agradable, y hasta les presumía lo trabajadora que salió, pero iban a dar una vuelta con ella una vez, y luego no la volvían a buscar. Puro candil, esos hombres…». 85


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El automovilismo por Jorge F. Camacho

H

ablar de autos no es materia exclusiva de ingenieros, diseñadores o pilotos. Hace falta un gusto perverso por el olor a gasolina quemada —el deseo irrefrenable de hundir el acelerador y sentir cómo se pegan los riñones al asiento— para saber de autos y corredores. No hay invento o inventor que pueda reclamar para sí el título de único creador del auto; han hecho falta más de 100 000 patentes para que esa bella pieza de ingeniería, uno de los puntos máximos de la cultura industrial de Occidente, abarrote las calles de pueblos y ciudades de todo el mundo. Esta cronología, ante todo, es un tributo a los hombres y las máquinas que hicieron fascinante vivir el siglo xx sobre cuatro ruedas. año

suceso

1769

El inventor francés Nicolas Cugnot construye el primer automóvil autopropulsado, cuya velocidad no supera la del trote de un hombre y transporta hasta cuatro toneladas de carga.

1789

Oliver Evans obtiene en los ee. uu. la primera patente para un vehículo terrestre impulsado por vapor.

1801

El ingeniero inglés Richard Trevithic construye el primer auto de vapor, una «locomotora de caminos» llamada Demonio Bufante, que fue también el primer transporte para pasajeros.

1807

El suizo François Isaac de Rivaz crea un motor de combustión interna que funciona con una mezcla de hidrógeno y oxígeno.

1823

Samuel Brown adapta un viejo motor Newcomen para que use hidrógeno como combustible.

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1832-39

El escocés Robert Anderson inventa el primer carruaje eléctrico.

1858

El belga Jean Joseph Étienne Lenoir desarrolla el primer motor a dos tiempos con gas de carbón como combustible.

1865

Se establecen los primeros límites de velocidad para los vehículos sin caballos: seis kilómetros por hora para campo abierto, y dos en zonas urbanas.

1870

Julius Hock construye el primer motor de combustión interna que usa gasolina líquida como combustible.

1876

El alemán Nikolaus August Otto inventa el Ottociclo, con un motor a vapor.

1878

Sir Douglas Clerk, patenta el primer motor eficaz a dos tiempos en Escocia.

1879

El 21 de agosto se solicita la primera patente estadounidense para un automóvil.

1885

En lugares distintos de Alemania, dos ingenieros desarrollan casi de manera simultánea un motor de combustión interna sumamente eficiente: Gottlieb Daimler y Karl Benz. Sus vehículos funcionan casi como los que conocemos hoy en día.

1886

Henry Ford construye su primer auto, en Michigan.

1889

El inglés René Panhard y el francés Émile Lavassor, dos exoperadores de maquinaria para el corte y procesamiento de madera, montan la primera empresa manufacturera de autos. Se funda Peugeot, armadora de autos francesa.

1890

El ingeniero alemán Wilhelm Maybach construye el primer motor de cuatro cilindros de cuatro tiempos. Tres años más tarde, desarrolla motores de combustión interna ligeros, aptos para el uso en tierra, agua y aire, que luego se convertirían en la base de la tecnología de carburación moderna.

1894

Se registra la primera carrera de autos de París a Rousen, de 126 kilómetros. Gana un vehículo impulsado a vapor construido por Albert De Dion y Georges Bouton.

1896

Ocurre el primer fallecimiento por accidente de tránsito: Bridget Driscoll, de Croydon, Inglaterra, pone el pie equivocado bajo la acera para convertirse en la primera atropellada de la historia. El auto que la arrolla viajaba a seis kilómetros por hora.

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1900

Maybach construye un coche de carreras utilizando metales ligeros y un motor de doble carburador con 353 hp, que llevaba el auto hasta los 64 kilómetros por hora, haciendo trizas el récord mundial de velocidad.

1903

Se funda Ford Motor Company.

1906

El 27 de junio se lleva a cabo el primer Gran Prix en Le Mans. Los participantes recorren 1 250 kilómetros en dos días: dan doce vueltas al circuito triangular de 103 kilómetros.

1908

Arranca la producción del Modelo t, de Ford. Se construyen 10 660 unidades el primer año.

1911

El 30 de mayo se lleva a cabo la primera edición de las 500 Millas de Indianápolis que, junto con Le Mans y Montecarlo, es una de las carreras más relevantes del mundo.

1913

Ford adapta la línea de producción móvil a la manufactura de autos. Este hecho lo convierte en el productor más importante a escala mundial —y posiblemente de la historia.

1914

Se fabrica el primer auto completamente de acero en Budd Company, para Dodge.

1920

El término rally aparece en el panorama automovilístico en enero, cuando se lleva a cabo el primer Rally de Montecarlo.

1923

Los franceses André Lagache y René Leonard, a bordo de un Chenard-Walcker Sport, ganan la primera edición de Las 24 horas de Le Mans.

1926

Francis Wright Davis inventa la dirección hidráulica.

1927

Quince millones de unidades del modelo t de Ford rondan la Tierra. Los trabajadores sólo toman 93 minutos para armar cada auto. Charles Kettering inventa el encendido eléctrico y el motor de arranque o marcha, la suspensión independiente y los frenos en las cuatro ruedas.

1934

Nace el primer auto con tracción delantera —en el que el movimiento del motor sólo se transmite a las ruedas frontales— producido masivamente: el Citroën Traction Avant.

1935

Se usan las primeras luces intermitentes y direccionales.

1939

La compañía automotriz Nash instala el primer sistema de clima artificial en un auto.

1940

Se diseña el primer Jeep.

1946

Se funda la Federación Internacional de Automovilismo —fia.

1950

El doctor en leyes italiano Giuseppe Farina es el primero en ganar el Campeonato Mundial de Pilotos. Se lleva a cabo la primera edición de La Carrera Panamericana.

88


1955

Ocurre en Le Mans el accidente automovilístico más trágico de la historia: el Mercedes de Pierre Levegh choca con el Austin Healey de Lance Macklin, y el motor de aquél sale disparado contra la tribuna de espectadores, arrasa toda la plataforma y provoca la muerte de 83 personas.

1965

Se implementa la primera regulación de emisiones contaminantes en el estado de California, Estados Unidos. También se vuelve obligatorio incluir dispositivos de seguridad en todos los autos.

1973

El embargo petrolero árabe dispara los precios del petróleo. Esto obliga a reducir la cilindrada de los autos en todo el mundo.

1978

Mejora la distancia de frenado y se incrementa la seguridad con la implementación del primer sistema de frenos antibloqueo —abs, por sus siglas en inglés: Anti-lock Brake System— en autos y camiones de la marca Mercedes-Benz.

1994

La tragedia alcanza la Fórmula Uno: durante las pruebas de calificación del Gran Premio de San Marino, muere el piloto brasileño Ayrton Senna, tres veces campeón del mundo, y uno de los más brillantes pilotos que hayan visto las pistas.

1997

Inicia el desarrollo de motores que combinan dos tipos de combustible: la gasolina y la electricidad. Las primeras marcas en comercializarlos en el mercado japonés son Honda y Toyota.

2000

Toyota lanza al mercado estadounidense el Prius, el primer auto híbrido de producción masiva.

2003

Se produce el último de los Volkswagen Sedán en Puebla. El último «Vocho» que salió de la línea de ensamblaje le fue regalado al papa Juan Pablo ii.

2004

bmw presenta, en el salón del auto de París, el auto con el motor de hidrógeno más rápido del mundo, llamado H2R, con una velocidad máxima de 300 kilómetros por hora.

2006

El 10 de septiembre, tras ganar el Gran Premio de Italia, y con siete campeonatos como piloto —cinco de ellos consecutivos—, anuncia su retiro Michael Schumacher, el piloto con mayores triunfos en la Fórmula Uno.

2008

Las grandes firmas automotrices estadounidenses suplican por —y obtienen— ayuda financiera necesaria del gobierno estadounidense para sobrevivir a la crisis económica mundial. Jorge F. Camacho cree que Ayrton Senna da Silva es el mejor piloto de todos los tiempos —pese a la abrumadora superioridad estadística de Michael Schumacher—, y que la experiencia de conducir es algo parcial para quien no se haya puesto tras el volante de un Mustang y le haya sumido el pedal del acelerador a fondo. El rugido, la potencia... Sin palabras.

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Ide

What shall we use to fill the empty spaces? […] Shall we work straight through the night? […] Send flowers by phone? Take to drink? Go to shrinks? Give up meat? Rarely sleep? Keep people as pets?[…] «What Shall We Do Now?», Pink Floyd

H

ay huecos que no se llenan nunca. Espacios vacíos —como los de la canción— que, aunque son invisibles, duelen y se sienten. Nuestros huecos nos determinan, nos hacen humanos, porque un animal no precisa más que su propia existencia para ser feliz. Nosotros, en cambio, sabemos —y ya lo dijo Freud— que somos seres incompletos, que tenemos un vacío existencial, pero uno nunca se acostumbra a vivir con ese hueco. Por lo pronto, probamos mil y una formas de llenarlo —o de ocultarlo. En este momento, necesito otro cigarro para continuar escribiendo. Mis ideas son una mezconlanza que el cerebro se negará a distinguir, una por una, hasta que el humo me 1  «¿Qué haremos ahora para llenar los huecos? [...] ¿Trabajar toda la noche? [...] ¿Enviar flores por teléfono? ¿Ir a beber? ¿Al psicólogo? ¿Casi no dormir?¿Tratar a la gente como mascota? [...]»

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Las nuevas adicciones

—otras formas de tapar el hoyo— por Karla Covarrubias Molina obra plástica de Denis Castellas En la página opuesta: Sin título, óleo sobre tela, 2001.

libere la mente. Por lo pronto, sólo distingo una de ellas: necesito un cigarro antes de continuar. Pienso en el primer día en que tuve el humo dentro de mi boca: tenía como siete años y, a causa de esa bocanada, me dolió la cabeza durante media hora. Pasaron ocho años y nunca más volví a hacerlo. Luego vinieron las fiestas, la universidad, y heme aquí: «Mi nombre es tal, y soy adicta». Es evidente que no somos adictos sólo porque sí. Hay un hueco que se esconde tras cada bachita en el cenicero, tras esas últimas copas de vino, tras cada taza de café que se deja vacía sobre el lavadero, si cualquiera de estas prácticas se han convertido en una compulsión. Bien dicen que lo que se hace una sola vez, puede que nunca se repita. Pero si se hace una segunda, seguramente habrá una tercera. Y de ahí pa’l real: entre el deseo y la solicitud del cuerpo, la voluntad sí que sale perdiendo. Somos lo que hacemos repetidamente, decía Aristóteles. El drae, a su manera, define adicción como un «hábito de quien se deja dominar por el uso de alguna o algunas drogas tóxicas, o por la afición desmedida a ciertos juegos». La verdad es que comparada con tal definición, hasta la reflexión de Aristóteles tiene más vigencia. ¿Pensarán que sólo quienes consumen drogas y quienes practican «ciertos juegos» sin control pueden llegar a ser adictos? Para mí que últimamente no han salido mucho de sus casas.

Viejas tradiciones Es evidente que hablar de nuevas adicciones supone la existencia de algunas más viejas. Esto se debe a que el concepto como tal apareció hasta el siglo xx; antes se hablaba sólo de embriaguez —relacionada con el consumo de alcohol, el opio y otras sustancias depresoras—, luego se incluyeron el tabaco, la cocaína y las anfetaminas, y también se consideró la adicción al poder político y económico. Pero el concepto hoy también hace referencia a la dependencia compulsiva a otro tipo de prácticas. 91


¿Q ué tanto es tantito ? Al ritmo de los cambios sociales y el desarrollo tecnológico, el hombre se ha apropiado de nuevas estrategias para adaptarse a un medio que lo determina. De pronto, casi sin darnos cuenta, ese placer por practicar ciertas actividades, por disfrutar lo que somos —y evadir lo que no hemos llegado a ser—, por estar en contacto con los otros y por presentarnos ante ellos de cierta manera, se transforma en una necesidad imbatible, resultado de una combinación de la influencia externa y la propia motivación de llenar los espacios vacíos de la forma que sea. Es difícil aceptar que, de alguna forma, todos somos adictos a algo. Quizá usted ni siquiera lo había considerado; sin embargo, en mayor o menor medida, todos tenemos comportamientos adictivos arraigados. Lo difícil es distinguir cuándo se ha cruzado la línea del gusto o  el beneficio inmediato, y se ha llegado a exacerbar el placer hasta convertirlo en algo dañino: una adicción Sus características son: dependencia, compulsividad, repetición, angustia, culpa —«no lo vuelvo a hacer»— y, a menudo, síndrome de abstinencia. Entonces uno puede hacerse adicto prácticamente a cualquier cosa: sustancias, prácticas, comportamientos e incluso, personas. Es sólo que algunas de ellas son más aceptadas que otras.

N uevas adicciones Las nuevas tecnologías y otros comportamientos sociales, han puesto sobre la mesa una variedad de opciones que se han ido instalando en nuestras vidas, para convertirse, primero en tendencias y luego, en formas de vida:

u

ciónminificción iificci minificciónminif

El reencuentro

n hombre que hacía mucho tiempo no veía al Sr. K lo saludó con estas palabras: —No ha cambiado usted nada.

—¡Oh! —exclamó el Sr. K palideciendo. Bertolt Brecht, Historias de almanaque

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•  adictos al celular: —o al

Blackberry,2 que además les permite leer sus e-mails en tiempo real y en cualquier parte— aquellos que están tan al pendiente de él que incluso sienten el ring ring o la vibración cuando ni siquiera está sonando. Muchos de ellos no pueden salir de casa sin llevarlo consigo, y si alguna vez lo olvidan en casa, viven el día con la angustia de que «alguien les vaya a llamar»… Ni que fuéramos tan importantes. Sin título, óleo sobre tela, 2001.

•  adictos a Internet: el hastío de la cotidianidad y

nuestros huecos hacen que lo mismo suceda con Internet —ya sea la navegación compulsiva por tiempo indefinido, los sitios de pornografía o los juegos y compras online—, las redes sociales —Facebook, hi5 o Twitter—, el msn y todos los mecanismos informáticos que nos permiten tener «contacto» inmediato con los otros. Hay gente que está más preocupada por actualizar su estatus o por leer las actualizaciones de sus contactos, y pasa más tiempo interactuando socialmente con el mundo virtual, que con la realidad.

•  adictos al sexo: queda claro que las adicciones también

se reflejan en los comportamientos. Por ejemplo, mi primo ha sentido desde el kínder una tentación irrefrenable de perseguir a todas las niñas de la escuela. Esta conducta hoy ha derivado en una grotesca costumbre que le impide mirar a cualquier mujer a los ojos durante más de diez segundos, porque al segundo once ya está clavado en su escote. Lo que es peor, deja de atender a sus palabras porque ya está planeando la estrategia que le ayudará a echársela al plato. No importa lo que pase, no importa lo que diga, ni siquiera si la mujer habla, si le gusta o no. Sus conversaciones conmigo ya no profundizan en ningún otro tema; todas ellas se centran en este verbo y en cualquiera de sus conjugaciones: la que se echó al plato, la que se está echando al plato, la que próximamente se echará al plato, la que no se ha echado al plato y la que, sólo frente alguna emergencia, se echaría al plato. Suena a exageración, pero el hecho es que mi primo es capaz de gastarse la quincena con tal de cumplir el único objetivo que le ronda la mente, en el que empeña todo su tiempo y esfuerzo.

•  adictos a las relaciones interpersonales: hay quienes son adictos a una persona, o adictos a la sensación que les

2  Que ha recibido el mote de «crackberry», aludiendo al poder adictivo del derivado de la cocaína conocido como crack.

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producen ciertos patrones destructivos en una relación. Tengo una amiga que siempre se queja de que los hombres la utilizan o la maltratan, pero sólo elige involucrarse en relaciones conflictivas: triángulos amorosos, hombres celosos, casados, psicóticos, vejestorios. Otra más siente que siempre —literalmente, siempre y en todo momento— tiene que estar enamorada; a esto también se le llama «síndrome de Madame Bovary». Y ellos no están exentos de sentir esa pulsión por el amor romántico —y, muchas veces, estoico, sin sentido y sin posibilidad de dar frutos en la vida real—, sólo que lo suyo recibe el nombre de «síndrome de caballero andante».

•  adictos al trabajo: —o workaholics —. 3

Si lo normal es trabajar para vivir, hay quienes lo entienden al revés; vivir para trabajar es una conducta no poco común, que se relaciona con la búsqueda de seguridad y la sustitución de otras carencias.

•  vigoréxicos: son aquellos como ese cuate que va cuatro

horas diarias al gimnasio —y dos los domingos—, rara vez come algo que no sea lechuga y jitomate, y ni siquiera le dio mordida al pastel que le llevaron de cumpleaños.

•  ortoréxicos: una variante del caso anterior es el de

quienes sólo admiten comer alimentos que consideran «saludables». Aquellos que sistemáticamente rechazan platos que no sean orgánicos, macrobióticos o vegetarianos fácilmente podrían encajar en esta categoría.

•  adictos a las compras: —o shopaholics— son

aquellas personas que tienen las tarjetas hasta el tope —probablemente mañana saquen otra—, y le deben dinero a medio mundo, porque su adicción a las compras las tienen locas: tienen en el armario diez vestidos aún con etiqueta, y 80 pares de zapatos —la mitad sin usar—. En este renglón también existe la lujorexia, que es una compulsión obsesiva por sólo comprar ropa y objetos extremadamente caros.

•  adictos a los videojuegos: en México hay más de un

millón de niños que sufren esta adicción4 —una de cada 350

3  Este término se acuñó en 1968 como una combinación de work —trabajo— y alcoholic, y se reafirmó en 1971 con el libro Confessions of a Workaholic, publicado por el psicólogo Wayne Oates. 4  Fuente: El Universal, «Atiende imss a menores adictos a los videojuegos», 12 de julio de 2009.

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Arriba: Sin título, óleo sobre tela, 2002. Abajo: Sin título, óleo sobre tela, 2000.


consultas al mes en el imss es de niños que padecen este mal —, así que si tu hermanito se la pasa todo el día con los videojuegos, es probable que sea uno de ellos.

•  tanoréxicos: se refiere a hombres y mujeres adictos al

bronceado; aunque saben que esta práctica es perjudicial para su salud, los tanoréxicos suspenden sus actividades para acudir a las salas de bronceado, porque nunca se sienten suficientemente morenos.

C orolario Este tipo de comportamientos no son juzgados de la misma forma que otros, como el alcohol o las drogas. Por eso uno no le dejaría de hablar a la amiga nada más porque desde hace seis años no ha mandado a volar al novio que la maltrata, la menosprecia, y ya ni siquiera le promete que cambiará. Y es que uno puede ser adicto a tantas cosas, que sólo hace falta un pretexto. Siempre es difícil encontrar un punto medio y un equilibrio en esto de rellenar los hoyos. En mayor o menor medida, siempre están ahí. Quizá sea hora de irnos acostumbrando a los nuestros. Karla Covarrubias Molina no se consideraba adicta a nada, hasta antes de escribir este artículo. Gracias a él, lo ha asumido por primera vez y espera, prontamente, liberarse de su adiccion al cigarro y aprender a convivir, cuando menos un poco más, con algunos de sus hoyos.

© Casasola Bazar de Fotografía

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Agustín Víctor Casasola, Francisco Villa, Emiliano Zapata y tropas rumbo a Palacio Nacional, 1914. Los ejércitos de Villa y Zapata entraron a la ciudad de México el 5 de diciembre de 1914. Tras cabalgar por la calle de Plateros —hoy Madero—, Francisco Villa posó para la famosa fotografía en la silla presidencial. Minutos después, ambos generales nombraron presidente a Eulalio Gutiérrez durante el banquete en Palacio Nacional.

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La quinceañera por Rodrigo López ilustrado por Dante Escalante

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n sábado en el que no tenía ningún plan para la noche, les hablé a unos cuates para preguntarles qué iban a hacer. Uno de ellos salió con un plan chino:1 una amiga de su hermanita cumplía quince años y la fiesta iba a ser en un antro en Tecamachalco. Debo aclarar que para entonces yo tenía unos 30 años —es decir, el doble de los joviales concurrentes a la mentada fiesta—, pero como la sed era grande y el dinero poco, acepté gustoso la seudoinvitación. Pasé por dos de mis amigos y llegamos al lugar. Después de varias cubas, me vi en medio de los amigos y

de la propia quinceañera en la mesa principal. La señorita en cuestión era prieta, fea y, sobre todo, muy, muy gorda; encima estaba vestida de «rosa pastel» con tul, sandalias y todo el atuendo obligatorio. En un momento dado, todos los que estaban en la mesa se fueron parando a bailar y de pronto, la quinceañera y yo —que mido 1.95 y entonces pesaba más de 100 kilos— nos quedamos solos en la mesa. Yo me sentí incómodo con la situación: colado, sin conocerla, y viéndola tan desprotegida, le quise hacer plática y de forma por demás torpe le pregunté: —Oye, y tú, ¿cuánto pesas, eh? Ella, en lugar de responder mi pregunta, se me quedó viendo incrédula y estalló en llanto. Al darme cuenta de la estupidez que había hecho, y queriendo componerla, le dije: —No, no, no llores. Perdón, no quise hacerte sentir mal. Veme: yo también estoy hecho un marrano…  1  En algunas partes se le llama «plan chino» a un plan casi siempre familiar que se antoja muy poco atractivo, pero que difícilmente se puede eludir: por ejemplo, una visita a la tía abuela, una excursión con el club de viejitos de mamá o una fiesta infantil de la sobrinita de la novia. Rodrigo López es un personaje de ficción en la vida real, un gran amigo y la persona con más anécdotas del mundo.

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