Nuestras historias de esclavos

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NUESTRAS HISTORIA DE ESCLAVOS

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LA HISTORIA DE AYANA

Ayana tiene 12 años vive con sus padres en una aldea situada en el Golfo de Guinea. Sus padres de la noche a la mañana desaparecieron sin dejar ni rastro. Esperó unos días a ver si volvían, pero no aparecieron por ningún lado. A Ayana se le ocurrió la idea de ir a preguntarle a su tía que vivía a la otra punta del país, en la costa norte. Tardó más de 15 días en llegar a la aldea de su tía , pero cuando llegó a casa vio que todo estaba revuelto y patas arriba. Fue a preguntarle a una vecina, una mujer de media edad, bajita, morena y con los ojos color miel, por si sabía dónde estaba o si le había pasado algo; esta le dijo que le vio salir temprano hacía el puerto e iba acompañada por cuatro hombre altos y robustos. Ayana no sabía muy bien lo que estaba pasando, fue al puerto a buscarla y allí estaba junto a esos cuatro hombres que mencionó la vecina, pero no solo estaba ella sino que había un montón de niños, niñas, mujeres y hombres de todas las edades. Ayana fue corriendo a su tía y vio a sus padres que estaban detrás de ella. Ayana les preguntó que por qué se habían ido sin decirle nada, cuando sus padres le iban a decir que se fuese les mandaron subir al barco y Ayana se fue con ellos. Pasaron tres semanas y llegaron a Puerto Rico donde les obligaron a trabajar en una plantación de algodón de sol a sol con un descanso de 30 minutos para comer. Allí pasaron dos años como esclavos sin parar de trabajar, aun estando enfermos, no les dejaban faltar ni un solo día porque decían que se lo “descontaban” de su sueldo que nunca fue entregado.


Ayana y su familia estaban cansados de ese martirio y planeaban irse de algún modo de ese lugar tan horrible. Al padre de Anaya se le ocurrió la idea de que su hermana lograse salir en uno de los carros que transportaban el algodón y se hiciese pasar por uno de las personas que los conducían, para que así al día siguiente ellos pudiesen meterse en una caja cada uno y a la vez robar ese carro, venderlo con el algodón y ganar dinero para poder irse a Guinea. Y así fue, a la mañana siguiente de idear ese plan la tía de Ayana se metió cuando nadie le veía en uno de los 3 carros que había. Al día siguiente de que se escaparse la tía, volvió pero camuflada como un hombre que llevaba el algodón hasta el puerto. El padre de Ayana comprobó que carro iba su hermana para no cometer el fallo Y así se metieron en el carro que conducía de la tía y lograron escapar felices y contentos. Andrea Sánchez


LA HISTORIA DE BADOU

B

adou Mtube era una niña de 8 años que vivía en una aldea cerca de Mali, ella vivía feliz con su familia hasta que un día la capturaron y se la llevaron a unas plantaciones de algodón. Sufrió un gran abuso físico por parte de sus amos. Un día, Badou intentó escapar, pero la vio un hombre de raza blanca y le tiró un peso de un kilo que le cayó en la cabeza y se quedó inconsciente. El hombre la cogió y la escondió detrás de una planta cerca de las plantaciones. Uno de sus dueños se enteró de que había intentado escapar, salió para buscarla; pero enseguida la vio inconsciente detrás de la planta sangrando, la llevaron a la plantación y la dejaron en el asiento de un telar durante dos días sin tratamiento. Fue enviada a trabajar al campo justo después de eso, por el golpe que le dio ese hombre en la cabeza el día que empezó a trabajar, tuvo convulsiones y se quedó inconsciente sin aviso, de nuevo. Tuvo algo de suerte ya pasaban los días y cada vez estaba más recuperada, además, conoció a un chico llamado Amiri que también trabajaba en el campo. Ellos se hicieron muy amigos, se hacían compañía y los días no se les hacían tan pesados. Al cabo de un año Badou llevaba unos días que no se encontraba nada bien, Amiri estaba con ella casi todas las noches, pero una de ellas Badou murió debido a las secuelas que le quedaron en la cabeza. Amiri le enterró fuera de las plantaciones sin que le viera nadie para que ella pudiera descansar en paz. Silvia Romero


LA HISTORIA DE LAWAL

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awal era un niño de 13 años que vivía en una aldea del Golfo de Guinea. Tenía muchos amigos, pero había uno que le tenía más cariño, digamos que era su mejor amigo. Pero un día ese amigo llamado Deon se “mudó” a Puerto Rico, pero le prometió que volvería en 2 meses. Pasaron casi 7 meses y Deon no volvió ; Lawal decidió ir verlo, no sabía dónde estaba, pero estaba seguro que lo encontraría. El 23 de mayo de 1856 nuestro amigo Lawal cogió un barco para trasladarse a México desde el puerto de Portugal. Nadie le avisó de todas las aventuras y desventuras que le iban a suceder, cuando llegó a México después de 15 días de travesía, un hombre en el puerto le miraba extraño, él no se percató de que un hombre alto, con la mirada malvada, delgado como un palillo, con pómulos marcados y ojeras profundas, lo estaba siguiendo. Giró en la tercera esquina en la derecha y entonces fue cuando sintió que alguien por detrás lo agarraba y le ponía algo en la boca. Lawal, la siguiente imagen que tiene en su memoria es la de estar dentro de un barco con un montón de niños, mujeres y hombres que parecían enfermos y que estaban igual de aturdidos que él.


Llegaron a un recinto que era una plantación de algodón, el hombre que capturó a Lawal y sus compañeros les hizo bajar del carro a la fuerza dándoles latigazos y empujones. Lawal no entendía que era todo eso y fue a preguntarle a otro hombre que estaba con él y le dijo que iban a trabajar como esclavos para todo lo que les quedaba de vida o hasta que consiga salir o escapar. Lawal estuvo encerrado durante 2 años y medio hasta que se le ocurrió escapar y volver a su aldea, eso es lo que intentó durante muchísimas veces, pero siempre fracasaba. Un día estaba pensando en la forma de escaparse y se le vino una idea a su cabeza: amarraría a uno de los vigilantes del turno de noche y se camuflaría con su traje hasta que acabase ese turno. Llegó la noche y fue a hablar con unos de los vigilantes, cuando vio que nadie estaba mirando le dio un golpe tan fuerte en la cabeza que el vigante se cayó al suelo desmayado. Se lo llevó a un lugar donde nadie le viese y allí se cambió la ropa. Oyó que venía alguien, era otro vigilante; pero Lawal se escondió tan bien que el vigilante no logró pillarle, ni siquiera vio al vigilante sin sentido en el suelo. Lawal siguió conforme al plan que había ideado y todo salió como quería, hasta que llegó la mañana siguiente y el dueño de la plantación vio algo extraño en el vigilante por el que se estaba haciendo pasar Lawal, pero pensó que sería cosa de su imaginación y lo dejó ir. Al fin tras casi 3 años de estar encerrado, de trabajar de sol a sol con solo un descanso a comer de 30 minutos logró escapar y volver a su aldea, aunque sin


su amigo o eso creía él. Al llegar vio a alguien que se parecía a Deon y efectivamente Deon había vuelto. Jonathan Gómez


LA HISTORIA DE MAMADÚ

M

amadú fue capturado en el golfo de Guinea, pero él procedía de Camerún. Tenía 21 años, medía 1´83 cm y pesaba 75 kg, era bastante fuerte. Tuvo que dejar a sus familiares y a la que más

quería, a su hermana pequeña. Le pegaron muchos latigazos, hasta llevárselo Josemi, que fue el que más pujo

por él,

45 dólares. Su amo lo trasladó

a

su

país, Brasil y le puso a trabajar

en

los

campos de chocolate día y

noche,

no cobraba nada pero vivía bastante bien ya que hacía todas

las

comidas del día. Lo malo era

que

trabajaba todo el día, acababa a las 12 de la noche y se levantaba a las 8, solo descansaba en cada comida, pero tenía 5 al día. Josema trajo a una chica nueva de 23 años llamada Duna, Mamadú se enamoró de ella y ella de él, estuvieron saliendo durante dos años, pero casi no podían estar juntos porque cada uno trabajaba en una esquina del campo y solo se veían a lo lejos y en las comidas, y también en las noches al dormir, pero claro que las noches estaban más durmiendo que juntos, porque estaban muy cansados. Llegó un día en que sin nadie saber nada, Duna fue vendida por más de lo que la compró Josema, Mamadú se puso muy triste y trabajaba desganado, pasaron dos años, y llego otra chica llamada Kayla, tenía 16 años, eso para Mamadú fue un problema, ya que le sacaba muchos años. Pero aun así ellos sabían que estaban enamorados, Mamadú decía


que no podía ser, que le sacaba muchos años… ella le dijo, claro que puede ser, la edad no importa, y además le dijo que no tenían de qué preocuparse, ya que los dos estaban solos en el mundo. Mamadú se convenció rápidamente, pasaron unos meses y estaban tan enamorados que prepararon una fuga. Kayla descubrió que debajo del grifo de la cocina Josemi guardaba mas de 10.000 dólares, solo tenía que coger un destornillador para sacar todo el dinero de ahí, pasaron dos meses y Kayla intentó cogerlo, Josemi le pilló y le pegó una paliza, al llegar esa noche, Mamadú se enteró de la paliza y decidió ir hacia él con un tubo de hierro que se encontró en la plantación, le dijo: - oye, Josemi. Él se giro y nada más girarse, le dio con el tubo en la cabeza hasta que lo mató. Luego, despertó a Kayla y huyeron. Se fueron andando hasta que se encontraron un carro conducido por un chico, no le gustó nada lo que iba a hacer pero lo hicieron: le robaron el carro. Llegaron hasta Camerún en busca de su familia, no tardó mucho en encontrarla, les presentó a Kayla. Sin embargo, ella se estaba muy triste porque no sabía nada de la suya. Mamadú tuvo empatía y fue en busca de su familia sin que ella supiera nada, se iba por las noches para no levantar sospechas, al final la encontró y se la llevó a Kayla, ella no se lo creía. Al final todos fueron muy felices e intentaron que no hubiera más esclavitud, hablaron con la policía, pusieron carteles, incluso hablaban con muchas de las familias. Consiguieron que no hubiera casi esclavismo. JAVIER ESCOBAR


LA HISTORIA DE LATIF Las materias primas que se transportan de América del sur

a Inglaterra se utilizan para

fabricar productos manufacturados, esos productos son trasladados a África específicamente a la parte del Golfo de Guinea, donde son intercambiados por esclavos. Esta vez han captado a 50 esclavos ya que cada vez hay menos, dentro de todos ellos, está el protagonista de esta historia que se llama Latif. Tiene 23 años y mide 1, 80m, va vestido con una camisa raída, unos pantalones rotos y sin zapatos, parecía que no hubiera comido en unos días, ya que su estómago rugía como un león entonces Abe ,hombre que los va a trasladar a América, le dio algo de comer a Latif y a todos los demás para que no murieran de hambre durante el intenso viaje en el que cruzaban el océano Atlántico para llegar a América al lugar en el que iban a trabajar en campos de cacao sin sueldo, sin descanso y obedeciendo en todo a sus amos. En el viaje fallecieron algunos chicos por falta de espacio en el barco ya que era muy pequeño, llegaron por la mañana y por la tarde empezaron a trabajar, algunos en un campo de cacao, algunas mujeres las vendieron como esclavas

para realizar

tareas del hogar y otras fueron vendidas para la trata de blancas. A Latif no le gustó el trabajo porque era muy duro y sin descanso. Tres días más


tarde de su llegada a América planificó escapar, pero se dio cuenta de que era muy difícil porque su amo Abe siempre estaba vigilando; pero Latif intentó huir por la noche y lo consiguió. Al día siguiente sus compañeros y Abe se dieron cuenta de su fuga y fueron a buscarlo. Lamentablemente en el camino se lo encontraron muerto, parecía que le había atropellado una carreta.

Adeel


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