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El Teatro tejedor de sociedades incluyentes
from 023 / TeatroMyLove!
Por Pilar Boliver*
Existen tres textos dramáticos fundamentales con temática gay y su lucha en diferentes momentos históricos: Los chicos de la banda, Un corazón normal y Ángeles en América. Estos textos brillantes y sus respectivos montajes en todo el mundo, han logrado de manera ejemplar y sin lugar a dudas; despertar mentes y abrir corazones, contribuyendo a sensibilizar a las personas para aceptar y respetar a “Los Otros”, a los “Diferentes”.
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En una mancuerna creativa que ha dado grandes frutos, Horacio Villalobos y una servidora Pilar Boliver, nos dimos a la ardua tarea de llevar a escena dos de estas grandes obras: Un corazón normal, dirección de Ricardo Ramírez Carnero en el 2013 y Los chicos de la banda, dirección de Pilar Boliver en el 2019, interrumpiendo nuestra temporada por la emergencia sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19.
Un corazón normal de Larry Kramer, estrenada en 1985, está basada en el surgimiento del VIH-SIDA en Nueva York a principios de los años ochenta. La historia es vista a través de los ojos del escritor y activista Ned Weeks, quien decide luchar contra esta misteriosa y peligrosa plaga que está matando rápidamente a miles de homosexuales. Ned Weeks crea una de las primeras organizaciones para luchar a favor de los enfermos de este mal. El gobierno del presidente Reagan niega cualquier ayuda económica y los medios masivos de comunicación bloquean toda la información al respecto, provocando que el contagio del VIH-SIDA aumentará exponencialmente, provocando la muerte de millones de personas.
Los chicos de la banda de Mart Crowley estrenada en 1968, es una obra de teatro icónica de la dramaturgia emblemática gay contemporánea. Esta pieza en un acto, aborda de una manera franca y frontal, el estilo de vida y sobre todo el carácter y la personalidad de un grupo de homosexuales de diferentes procedencias culturales, estratos sociales, edades, razas y religiones, a los cuales los une y los reúne, una discordante amistad, determinada por el estigma social que les infringe su preferencia sexual, en el Nueva York de finales de los años sesenta.
Hoy, a muchas décadas de los estrenos de estas dos obras, sus temáticas y sus personajes, siguen causando polémica en nuestras sociedades homófobas en las que a pesar de los grandes logros que se han conseguido gracias a la lucha por la igualdad de género y preferencia sexual, todavía en pleno siglo XXI sigue siendo una terrible problemática que no está de ninguna manera resuelta. Al hablar de las batallas que han entablado estas comunidades, por supuesto que tenemos que pensar en los días de Stonewall, en el político y activista Harvey Milk, el dramaturgo y fundador de ACT UP Larry Kramer, en la activista y directora teatral Nancy Cárdenas, así como en las miles de personas de la diversidad sexual que luchan por conseguir el respeto y los derechos que todo ser humano merece.
El teatro indudablemente ha contribuido en la lucha para lograr la igualdad y aceptación de las personas que viven fuera de la “norma” de lo que se considera “normal”, es un hecho que el teatro es una herramienta fundamental para la reconstrucción del tejido social.