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Y sin embargo se mueven 1980-2020

Ejercicio nemotécnico libre de gluten, sobre los orígenes del Teatro Gay.

Por Tito Vasconcelos*

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In Memoriam: José Antonio Alcaraz, Gustavo Torres Cuesta, Carlota Villagrán, Alberto Labarta y Alicia Urreta que fueron parte de este histórico proyecto.

Conocí a José antonio Alcaraz, alguna tarde-noche del 1969, en el Carmel Restaurant Art, [propiedad del Don Jacobo Glanz, padre de la Doctora Margo Glanz] en el entonces glamuroso Pasaje Jacarandas de la Zona Rosa. Acudí invitado por Mario Lage, compañero de estudios y parte del grupo de teatro de la Prepa 4. En una de sus mesas en diversos momentos departí, aparte de con José Antonio, con Carlos Monsiváis, José Ramón Enríquez, Paco Marín, Olivier Debroise, Xabier Lizarraga, Santiago y Sara Minter, Selva Prieto, Berta Coutiño, y otros fabulosos personajes que poblaban aquella maravillosa Zona Rosa.

📷: Agustín Castro / Y sin embargo se mueven (1980)

Comencé a trabajar como asistente/ secretario/confidente y cómplice de José Antonio, a mediados de los años 70’s. Gracias a esa cercanía fuí parte del Laboratorio de Teatro Vocal de la Casa del Lago, --que entonces dirigía el poeta y gestor cultural Hugo Gutiérrez Vega-- grupo con el que realizamos entre otros montajes, la Cantata Yo Celestina, Puta Vieja, estelarizada por Martha Zavaleta, en la sala Rosario Castellanos y Too Whitman, [Un primer acercamiento a lo que sería algunos años después, Y sin embargo...] que se presentó en un hermoso forito que entonces tenía la Biblioteca Benjamin Franklin. Hicimos con este grupo música para cine y dimos conciertos en el British Council. Mayoritariamente este grupo estaba conformado por hombres gay y mujeres solidarias como Martha Zavaleta, Bertha Coutiño y Alba Zats. En 1976, la Unión de Críticos y Cronistas de Teatro encargó a José Antonio un espectáculo que acompañara la entrega de premios teatrales de ese año, el resultado fué una puesta en escena de las Cartas de ultratumba, con textos de crítica teatral de Don Luis Reyes de la Maza, en este espectáculo incursioné por primera vez el travestí; interpreté a Sarah Bernhardt, y fue un éxito, esa noche, me ‘descubrió’ Nancy Cárdenas. Con ella realicé en la Casa del Lago UNAM, la primera puesta profesional en México, del Misterio Bufo de Darío Fo, en 1977 que fue un enorme éxito.

Se preguntarán a estas alturas ¿Y todo esto qué tiene que ver con el teatro gay? TODO. Tranquilos ya casi llego al tema.

En 77 trabajé con Martha Luna en otra histórica puesta en escena. La ópera de tres centavos, en el Teatro Fru Frú. Descubrí a Kurt Weill, a Brecht, y lo más importante descubrí EL CABARET. Comencé a trabajar en El Café Colón, con un grupo conformado por Lola Solana, René Campero, Rodolfo Rodríguez, Daniel Martín y yo. Entre 1977 y 78, realice con Carlos Téllez dos montajes definitivos para mi carrera: fui La Manuela, en una versión teatral de El lugar sin Límites, una adaptación teatral de la novela de Donoso; y fui Eva Perón, Evita o simplemente Ella, basada en la Eva Perón de Copi, traducida por Luis Zapata; trabajé también en una versión teatral de Pedro Páramo, dirigida por Nancy Cárdenas. En 1979 nuevamente fui convocado por Nancy, como parte del elenco de la comedia musical Claudine en la Escuela, inspirada en la obra de Colette, con música de Denisse de Kalaffe, llevando en el papel protagónico (una lesbiana adolescente) a la ahora impresentable homófoba, Laura Zapata. Aunque usted no lo crea. Participaron en este montaje Chela Nájera, Patricia Reyes Espíndola, Lupita Sandoval, Aida Pierce Raul Boxer y Adrián Cubillas. Hubo mucho drama durante este montaje y temporada. Tal vez algún día lo contaré. Mientras tanto...

El espectáculo anterior que José Antonio había dirigido fueron Las Fábulas de Monterroso, adaptación de textos pertenecientes a La Oveja Negra y otras fábulas, de Tito Monterroso; una vez más acogido por la generosidad y la estupenda gestión de Hugo Gutiérrez Vega, en La Casa Del Lago UNAM. Era un espectáculo alegre chispeante con detalles muy gays. Hugo le lanzó el reto a José Antonio. El siguiente espectáculo tendría que ser definitivamente un teatro gay fuera del clóset.

Retomando el reto de Hugo Gutiérrez Vega, alguna noche mientras cenábamos, tal vez el Vips del Ángel, o tal vez en el Sanborns del Ángel, José Antonio Alcaraz, Fernando López Arriaga y yo, comenzamos a urdir un espectáculo musical de carácter testimonial, en un formato que en ese momento no sabíamos, pero que definitivamente estaba hermanado con la Revista Mexicana, que por esos años estaba siendo revisitada por Juan Ibáñez, en el ex convento de Acolman, Julio Castillo en el Teatro Blanquita, y Enrique Alonso, en el Teatro Coyoacán. Decidimos que abordaríamos el tema desde nuestras experiencias personales como hombres homosexuales de la ciudad de México, abordando las relaciones con la familia, la religión, el estado y también desde la solidaridad de los compañeros de ruta.

El Director de Difusión Cultural de la UNAM, era en ese momento Gerardo Estrada y el jefe del departamento de Teatro Cuauhtémoc Zúñiga (†). Presentamos el proyecto que contó con la inmediata simpatía de Zúñiga y con un ligero escepticismo de Gerardo Estrada. Sin embargo, se aceptó y el trabajo comenzó.

Y sin embargo se mueven y/o Vámonos viniendo juntos, resulta ser el primer espectáculo de teatro mexicano que abordaba tema de la homosexualidad masculina, en la Ciudad de México, con testimonios en primera per sona. El elenco quedó integrado por el que esto escribe, Gustavo Torres cuesta, Fernando López Arriaga, Homero Wilmer, Delia Casanova, y Carlota Villagrán.

“De reventón, en reventón...”

Contamos con la colaboración de muchas personas amorosas y solidarias para llevar a cabo este proyecto. Alicia Urreta, Federico Ibarra, Jorge René González, Consuelo Luna, Margie y Tiki Bermejo, Tere Valenzuela, Juan José Calatayud, Sally Van den Berg, Federico Curiel, Javier Torres, Alberto Labarta, Arcelia de la Peña, Cristina Sauza, y el apoyo incondicional de los técnicos del desaparecido Teatro ‘Arcos Caracol’: Mario Mendoza (†), Norberto García Jiménez, y Jesús Mendoza ‘El Piedra’. El estreno se llevó a cabo el 23 de 1980. Fuimos un escándalo. La crítica especializada se dividió. Para algunos resultaba innecesario el estilo festivo y alegre abordado para hablar de una cosa ‘tan seria’. Acostumbrados a un teatro que abordaba el tema de la homosexualidad de manera sesgada, o tremendista, o como un defecto, como una enfermedad, como algo que debía ser ocultado, nuestra alegre salida del clóset resultaba chocante. Para otros, significó un valiente gesto de rebeldía que merecía ser apoyado. Pero para el público de la vida real, por lo menos para una buena parte de ese público, nuestra audacia esultó catártica. Muchos asistentes regresaban acompañados por sus padres, hermanos, o compañeros de trabajo, y aprovechaban el hecho para hablar finalmente de sus preferencias sexuales. La prensa bautizó el espectáculo como: Teatro Gay.

Lo positivo para la escena nacional, es que nuestro atrevimiento lleno de valor otros creadores teatrales para abrir sus propios armarios y hablar del tema de la homosexualidad desde una dramaturgia nacional.

Fernando López Arriaga, lo recuerda de esta manera:

“…Y Sin embargo se mueven…” 40 Años a la distancia y la nostalgia. Por Fernando López Arriaga

Llegué a comprar pescado al mercado de San Juan. Al pagar, el pescadero, señor maduro muy serio, me dice: No, no es nada joven… -Pero cómo, le digo, ¿por qué? -Ay joven, me dice, no tengo cómo agradecer lo que hicieron ustedes por mí y por mi hijo que también es gay; después de verlos, lo acepto y lo quiero… Hace 41 años estábamos José Antonio Alcaraz, Tito Vasconcelos y yo, tomando café en el Vips del Ángel fraguando nuestro siguiente “golpe”; un espectáculo musical… Más de un año después, se convertiría en “…Y Sin Embargo se Mueven…” Nada en mi vida, nada, ningún proyecto costó tanto trabajo, tanto esfuerzo, sudor y lágrimas, literal… La verdad sea dicha, entre Tito Vasconcelos y yo, -claro José Antonio-, hicimos de todo, escribir, producir, dirigir, la escenografía, el vestuario, la grabación musical, todo… Recurrimos a todo amigo, artista conocido, cuate para que nos ayudaran, para que colaboraran con el proyecto. Y gracias a los dioses, mucho, muchos pusieron su talento, sus ganas, su trabajo… Gracias a todos ellos. Y es que teníamos las ganas, el hambre, la necesidad, el talento, el amor, la pasión y la neurosis necesaria para hacer un espectáculo contestatario, provocador, retador, divertido, testimonial y por qué no, “genial”. Y no fue sino al tercer día que empezó a llenarse el amado teatro Arcos Caracol y el fenómeno de agotados que duró meses. ¡El éxito llegó! Y también la felicidad total, la satisfacción, la fama, el reconocimiento y también las lágrimas… México tuvo su primer espectáculo Gay serio, auspiciado por la UNAM, que causó reacciones que duraron por muchos años. Quedamos en la memoria y en la conciencia de mucha gente, de muchos espectadores. Y les guste o no les guste, estamos en la memoria del teatro mexicano. Tito, lo logramos…”

Durante la década de los 80’s proliferaron las producciones nacionales con personajes gay netamente mexicanos. Hugo Arguelles, Víctor Hugo Rascón Banda, Rodolfo Odi, Jesús Gonzáles Davila, Carlos Olmos y hasta Tomás Urtusástegui estrenaron obras de teatro en donde los personajes gays protagonizaban.

📷: Mariposas (1988)

Una vez comprobado el poder educativo del Teatro para abordar temas de interés social, nunca he dejado de utilizarlo para socializar problemáticas sociales y buscar en conjunto soluciones.

En 1984, estrené mis primeras Mariposas/ Maricosas, revista musical muy gay con un par de sketches que fueron las delicias de los espectadores durante más de 300 representaciones; La Cocina de la

Doctora Tatiana Huicamina, y Mamita

Querida. Este último juguete escénico, sigue representándose en una versión adaptada para el público sonorense, con Manuel Ballesteros y Zaharia Santa Cruz como Joan y Cristina respectivamente. En 1988 hubo una segunda entrega con este formato “A otra cosa Mariposas”. No omito decir que gracias a las primeras ‘Mariposas’, el Foro Shakespeare se salvó de la ruina y se consolidó como espacio teatral independiente.

Entre 86 y 87 fui director de escena de la Kitsch Company, en el mítico bar El Nueve, de Henri Donnadieu. Estrenabamos un espectáculo diferente cada miércoles. Fue otra manera de continuar llevando teatro, cultura y diversión gay, para gays, y para todo público dispuesto a reir con nosotros y no de nosotros. Participaron de esta Compañía: Miguel ángel dela Cueva (†), Sergio Cassani (†), Jaime Vite (†), Sergio Torres Cuesta (†), Alejandra Boge , Terry Holliday, y algunos otros actores que en este momento no vienen a mi memoria. Sorry.

En 1986, otra vez de la mano de Carlos Téllez, llevamos a escena un estupendo texto dramático de Harvey Fierstein (Torch Song Trilogy) que en nuestra versión mexicana Carlos Monsiváis bautizó como ‘Una Canción Apasionada’. Si, Monsi, desde su closet de cristal, siempre estuvo aliado en causas a favor del colectivo sopa de letras.

📷: Keta Macías / Plastic Surgery (1990)

Desde 1984 en que inicié mi carrera de productor he realizado innumerables montajes de teatro y cabaret, siempre apostando por el respeto, la inclusión, la diversidad y denunciando la homofobia y la discriminación cuando es necesario. He realizado cientos de espectáculos de cabaret. Trabajé de 1992 a 1997 con Jesusa Rodríguez en El Hábito, y creamos juntos espectaculos maravillosos.

By the way, en 1990-91 hice Danzón, con María Novaro. Una de las 100 mejores películas mexicanas de todos los tiempos, dicen. Pero, esa es otra historia.

En 1991, tuve el placer y el honor llevar a escena un encantador texto dramático de un joven dramaturgo guerrerense, todo gay él. Afectuosamente su Comadre, en mi versión se llamó “Arcángel”, y tuvo dos exitosas temporadas, una en el Teatro del Museo Tamayo y otra en el Teatro del Museo del Carmen. Gracias José Dimayuga (†), por Vicky La Diabla, que me ha acompañado por muchos años, y gracias a mis comadres Mónica Serna y Maya Ramos. Ese mismo año, llevé a escena Plastic Surgery, de Luis Zapata y Mario de la Garza, muy gays ambos, y el elenco que tuvo varias temporadas en las que participaron Miguel Ángel de la Cueva, Javier Sijé (†), Sergio Torres Cuesta, Luis Esteban Galicia, y Mariano Ruiz, todos rete gays, haciendo Teatro Gay. En 1998, con mi esposo David Rangel, abrimos nuestro primer CabaréTito en Plaza del Ángel, y lo inauguramos con la reposición de un espectáculo que me escribió Margo Su (†) en 1991, y que estrené en el desaparecido teatro Bar Bugambilias, de los hermanos González Guzmán. Flor de Fango, una parodia de la película Aventurera (1950) de Alberto Gout, que le dio la idea a Carmen Salinas para encargarle a Carlos Olmos una adaptación del guión de Alvaro Custodio y que se convirtió en todo un fenómeno de taquilla. En noviembre de 2019, Cabaretito cumplió 21 años.

40 años de Y sin embargo se mueven. El teatro y el cine, y la televisión gay muy saludables y avanzando; y yo... me sigo moviendo.

NOTA: Tal vez cometo algunos errores en algunas fechas, ustedes disculparán; no es mala fe. El asunto es que mi biblioteca y mis archivos están en otra casa, y.... pues la reclusión por la Covid-19; y no todo está en internet. Sorry.

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