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De la esCuela

entrevista a ÍÑIGO GUTIÉRREZ

Íñigo Gutiérrez es ingeniero industrial especializado en electrónica, profesor y director de Desarrollo de Tecnun. Hoy ha dejado que los alumnos lo conozcamos un poco más contándonos sobre su trayectoria en la Escuela, su visión sobre la vida universitaria y algún que otro dato sobre él... «Aquí os puedo dar un titular muy grande», bromeaba en la entrevista

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Fermín Cerezo [4.o Org] Víctor Peñas [3.o Org]

el test de íñigo

Libro favorito. Cuentos de Edgar Alan Poe (y también El Principito de Antoine de Saint-Exupéry). Una película. Brazil de Terry Gilliam (Reino Unido, 1985). Una canción. No me gusta mucho la música, pero… el Asturias, patria querida . Un talento oculto. Me gusta mucho cocinar. ¿La tortilla? Con cebolla. Lugar favorito del campus. Los pasillos, que es mi lugar natural. A mí me gusta pasillear . Actividad de Tecnun. Como alumno, teatro, este club de prensa… Nada deportivo ni musical. Pero por supuesto me apuntaría a Tantaka, la mejor actividad de Tecnun. En tus clases, ¿te quedas con el favorito o el antifavorito? Siempre con el antifavorito . Una anécdota de clase. Hubo un día que cuatro alumnos que siempre iban juntos vinieron vestidos como las fichas del parchís: uno de rojo, uno de verde, uno de amarillo y uno de azul. Les freí a preguntas durante toda la clase y fue bastante divertido. ¿Te estudias las listas de alumnos para tus clases? A eso no voy a contestar. La respuesta está clasificada. Algo sobre lo que te gustaría saber más. De gestión de personas, por ejemplo. La otra opción es la de curar el coronavirus.

”Somos muchos y cada uno desde nuestro lugar aportamos distintas perspectivas para tener un proyecto apasionante que mejore la sociedad

¿Desde siempre habías querido ser profesor universitario?

A mí siempre me había gustado la docencia, pero cuando realmente fui consciente de que era lo que quería fue cuando di mi primera clase. Ahí dije: «Esto es lo que quiero hacer el resto de mi vida». Ocurrió en el año 2000, y la clase era de Electrónica básica.

¿Cómo era Íñigo Gutiérrez durante la carrera?

Yo siempre he sido una persona a la que le ha gustado meterse en movidas: ¿se monta esta actividad? Me gusta. ¿Se organiza esto otro? Me apunto. Por otro lado, me tocó trabajar mucho durante la carrera. Pero siempre intentaba estar activo en la Escuela. Recordaré mi etapa universitaria como unos grandes años en mi vida.

Cuando vienen aquí los futuros alumnos y sus familias, les suelo decir que si buscan un sitio donde se va a clase y después a casa, sin interactuar con la universidad y su gente, la Universidad de Navarra no es su sitio. Creo que la Universidad es un sitio donde desarrollas capacidades a través de actividades, y esa vida universitaria es la que te enriquece: montamos una revista, hacemos obras de teatro, estamos con los amigos, luego quedamos fuera de la Escuela para tomar algo…

¿Recuerdas a algún profesor en especial?

He tenido la suerte de tener muy buenos profesores. Lo que ocurre es que algunos de ellos siguen dando clase y son ahora compañeros. Son todos magníficos, así que los tendría que mencionar a todos. Pero también tuve la suerte de coincidir con dos profesores pioneros en la Universidad: Joaquín Casellas, el primer director de la Escuela, y Manuel de la Morena, profesor de Química y Termodinámica. Y eran espectaculares, como profesores y como personas. Fueron para mí dos referentes. También puedo nombrar a mi asesor, Justino Fernández, otro gran asturiano amigo mío.

¿Qué nunca pensaste que verías en Tecnun?

Es una buena pregunta, pero creo que si hay algo a lo que Tecnun quiera llegar, llegará. Me explico: «Nos gustaría que Tecnun tuviera… mejores instalaciones deportivas», y trabajamos por ello. Yo creo que lo bueno de esta universidad es que siempre quiere más, así que desde un punto de vista positivo no creo que haya cosas que no podamos llegar a ver. Y prefiero quedarme con lo positivo que con lo negativo.

¿Algo importante que te ha aportado la Escuela?

Participar de un proyecto que es espectacular. Es un proyecto donde somos muchos y cada uno desde nuestro lugar vamos aportando distintas perspectivas para tener un proyecto apasionante que quiere mejorar la sociedad. Y dentro de esto están los valores, el contacto humano, el trabajo con compañeros y alumnos… A mí así no me cuesta trabajar; no hay día que no me apetezca venir.

¿Desarrollas además labores de investigación?

Sí, estuve investigando en el departamento de Electrónica hasta hace cuatro años. Además estuve en los comienzos del departamento de Electrónica y Comunicaciones, haciendo la tesis con otros compañeros, y fue muy enriquecedor. Ese trabajo que hicimos permitió comenzar la docencia en Telecomunicaciones. Estoy orgulloso también de haber trabajado en los orígenes del departamento de Ingeniería Biomédica. Ahora, desde que estoy en el equipo de Desarrollo, me dedico más a las relaciones exteriores de la Escuela: alumnos, antiguos alumnos, las relaciones internacionales, con empresas, institucionales…

“Quiero que sea ambicioso. Ahora tiene muchas herramientas para cambiar el mundo. Y esa es también la misión de la Universidad: formar a las personas para que puedan y quieran cambiar el mundo, cada uno aportando su granito de arena

”Durante el confinamiento nos

dijiste que asistías a numerosos webinars e incluso te animabas a jugar a escape rooms virtuales con tus amigos. También nos confesaste (en exclusiva...) que algunos días hacías deporte. ¿Han cambiado esas formas de ocio?

Ahora que ya se ha acabado el confinamiento, ya vuelvo a mis orígenes, que no quiero que se hunda mi prestigio de antideportista. Solo lo veo por la tele. Pero sigo leyendo, viendo series, saliendo cuando se puede a tomar algo con los amigos…

¿Y qué nos puedes contar sobre tus mascarillas personalizadas?

Fue una idea tonta que tuve a principio de curso, cuando vi que me tocaba dar clases con la mascarilla. Entonces se me ocurrió diseñar algunas con elementos representativos de cada uno de los cuatro temas que voy dando. Así procuramos hacer un poco divertido el tema de tener que llevar mascarillas.

¿Hay algún momento a lo largo del año académico que te guste especialmente?

A mí me gusta el día en que termina el Foro del Empleo, un viernes a la tarde, donde estás ayudando a los alumnos, preguntándoles por las empresas que les interesan… Y después de salir del Polideportivo me tengo que ir a la entrada de Ibaeta porque ese viernes por la tarde (y también el sábado) empezamos con los exámenes de admisión del siguiente curso. Es todo el mismo día, y es una mezcla de sensaciones. Por un lado tienes a los alumnos que ya están acabando y van a salir al mundo profesional… y a los dos minutos estás recibiendo a los alumnos que en cuatro años y medio van a estar ahí, en el Foro del Empleo. Es una sensación como de volver a empezar, y me parece bonito.

¿Qué consejo le darías a un alumno de primero?

Le diría que hiciera caso de los instrumentos. ¿Y qué es esto de los instrumentos? Os pongo un ejemplo: antes, cuando los pilotos de cazas salían de la academia de pilotos y se metían en un banco de nubes, muchos salían al revés, porque ellos tenían la sensación de que esa era la posición buena del avión, aunque el instrumento les dijera lo contrario. Así que lo que quiero decir es… que hagáis caso: a vuestros compañeros, a vuestros profesores, asesores, a vuestras familias, y en general a quienes sepan más del tema que vosotros. Esto os va a ayudar a que la experiencia sea buena.

¿Y a uno de cuarto?

Que cambie el mundo. Esto puede sonar un poco pretencioso, pero quiero que sea ambicioso. Ahora tiene muchas herramientas para cambiar el mundo. Y esa es también la misión de la Universidad: formar a las personas para que puedan y quieran cambiar el mundo, cada una aportando su granito de arena. Y, por supuesto, también les diría que Tecnun va a ser la casa de todos ellos, siempre.

Y ya para acabar, ¿te sabes algún chiste de electrónicos?

Sé un chiste que es el mejor chiste del mundo… Aunque no sé si lo podéis poner, porque la gente va a dejar de leer la revista después de esto. Pero allá va: están dos transistores en un bar tomando algo y dice uno: «Me han dicho que te has hecho amigo de un diodo. ¿Qué tal es?». Y responde el otro: «Ah, es majo, mientras le sigas la corriente…».

Muy tuyo este chiste… y tus consejos. Gracias por compartir con todos nosotros tu tiempo y tus palabras, Íñigo. Ahora te conocemos un poco mejor.

Quédate con este nombre: APPLIKA

Applika es un grupo de voluntariado dentro del paraguas de Tantaka-Tecnun, coordinado por Juanfran Carías, doctorando en Organización Industrial

Víctor Peñas [3.o Org] Fátima Villa [PhDC Tel]

Desde el curso pasado, esta iniciativa aplica conocimientos de desarrollo de apps móviles o web para diferentes ONG que lo necesitan. Su principal misión es enseñar a los alumnos a utilizar los distintos recursos informáticos existentes con el fin de prestar ayuda social, al tiempo que aprenden.

Applika surgió con el objetivo de desarrollar un chat para dar una alternativa de comunicación a los jóvenes demasiado tímidos o con reparos para llamar al Teléfono de la Esperanza. Este proyecto, que en la actualidad se ha desmarcado ligeramente de la actividad regular de Applika, ha dado pie a colaboraciones con otras ONG con las que desde Tantaka-Tecnun ya se colaboraba en el ámbito social.

Hoy en día, Applika cuenta con la participación de 8-10 voluntarios de distintos grados en proyectos para tres entidades: Cycling Without Ages, Paliativos Sin Fronteras y el Teléfono de la Esperanza de Gipuzkoa.

¿Qué es el Teléfono de la Esperanza?

El Teléfono de la Esperanza es una ONG internacional dedicada a dar apoyo a todas aquellas personas que no saben a quién acudir cuando están pasando por un mal momento. Cuenta con sedes locales en 29 provincias españolas, contando con la colaboración de Applika en Navarra y en Gipuzkoa.

Gracias a los voluntarios anónimos que descuelgan el teléfono, la gente que llama recibe ayuda psicológica y es redirigida a un especialista si se considera oportuno. ¿El principal motivo de las llamadas? La soledad. La gran parte de las llamadas provienen de personas mayores que viven solas y que echan en falta el contacto humano.

¿Cómo ayuda Applika al Teléfono de la Esperanza de Gipuzkoa?

Applika ha desarrollado y generado una base de datos y su respectiva interfaz para que los voluntarios del Teléfono de la Esperanza introduzcan los datos de los usuarios interesados en recibir información de los servicios de la asociación. Sin embargo, no se trata de un proyecto meramente tecnológico. Es una iniciativa con dos componentes, la social y la académica. La base de datos como tal, cumple su función en la ONG, pero sirve de herramienta de aprendizaje para los estudiantes de Tecnun.

Los proyectos, asegura Juanfran Carías, coordinador de Applika, «generan en el alumno curiosidad, ganas de aprender y ese afán por mejorar lo que ya existe», y describe la relación como «una simbiosis entre las ONG y Applika».

Además, la cooperación de Tantaka-Tecnun con el Teléfono de la Esperanza de Gipuzkoa trasciende a Applika. Se colabora con ellos en voluntarios para actividades más allá de las tecnológicas, se ofrecen prácticas remuneradas a alumnos... incluso quizá se colabore con TantakaPamplona para la comunicación y la presencia en redes sociales.

¿Puedo colaborar?

Las ganas son el único requisito para colaborar. Los conocimientos básicos para desarrollar una web (usando JavaScript y SQL) son asequibles. Es el alumno quien, preguntando o buscando información adicional para los retos que va encontrando, es eventualmente capaz de programar cualquier aplicación web. El mismo Juanfran afirma que es la experiencia, «toparse con más problemas», lo que le ha aportado el conocimiento que tiene ahora.

Hay planes para el futuro

Andrea Piedrahita [Org. 20], ha impulsado fuertemente el proyecto mencionado gracias a su esfuerzo y dedicación en su Proyecto de Fin de Grado. Ha programado la interfaz web para la base de datos, y en la actualidad solamente queda refinarla en un servidor temporal y montarla en la web del Teléfono de la Esperanza de Gipuzkoa.

Una vez acabado este proyecto, Applika valorará otras necesidades tecnológicas que pueda cubrir, ya que desde el Teléfono de la Esperanza se muestran interesados en seguir colaborando. El siguiente paso podría ser automatizar la introducción de información en la base de datos.

Andrea Piedrahita

«Ha sido un orgullo poder trabajar y ayudar en lo posible al Teléfono de la Esperanza de Gipuzkoa. »Este proyecto ha sido toda una experiencia, ya que para llevarlo a cabo hemos tenido que aprender nuevas herramientas. Después de un comienzo un poco tedioso, logramos manipularlas con éxito, lo que ha llevado a finalizar un proyecto que aportará mucho a la sociedad». Juanfran Carías Dos voluntarios de Applika en Tecnun

Si quieres colaborar o más información: jfcarias@tecnun.es

«Es impresionante ver cómo los alumnos se sorprenden de las capacidades que pueden llegar a tener, y de las cosas que pueden llegar a desarrollar, sin ser a veces conscientes de que los conocimientos teóricos son familiares para ellos. Lo satisfactorio no es solamente saber que esto puede ayudar a las personas, sino también que en el fondo ayudas a alumnos a descubrir que, irónicamente, la ingeniería les va a servir más en la vida de lo que creen. »Así, en resumen, en Applika ponemos la ingeniería al servicio de lo social. Y el resultado final es que los alumnos aprenden mucho ayudando a otros en su día a día con conocimientos que ya tengan o puedan adquirir buscando».

Proyecto Grado Curso Acredita con Otros Exigencia Voluntariado Todos Todos 30 h - Baja-media

Alumno interno Todos Desde 2.o 60 h

Media >6.7; no obligatorias pendientes Media

PFG/PFM

Excepto eléctrica, electrónica y mecánica 4.o o máster 300 h Se orientará de forma distinta según el grado Alta

Desde el pasado 20 de noviembre, se animó a los alumnos y al personal del campus a dejar bajo el árbol de Navidad de la Escuela regalos para beneficiarios de las asociaciones guipuzcoanas Cruz Roja Juventud y Cáritas

Balance de la campaña de Navidad

El primer día, el abeto estaba repleto de bolas rojas y azules, en representación de Cruz Roja Juventud y Cáritas, respectivamente. El objetivo era «dejar el árbol sin bolas». ¿Cómo? Paula Berroa, coordinadora de Tantaka-Tecnun, nos ayuda a responder a todas nuestras preguntas.

Bolas rojas

Cada una de las 20 bolas rojas colgadas en el árbol tenía escrito el nombre y la edad de un niño o adolescente y, como añadido al año anterior, se especificaba también una afición suya. De esta forma, todos aquellos que quisieran colaborar, debían coger una bola del árbol e intercambiarla por un regalo personalizado para el destinatario especificado.

Esta iniciativa de Tantaka apoya la campaña Sus derechos en juego de Cruz Roja Juventud, mediante la cual, en estas Navidades tan especiales marcadas por la pandemia de la COVID-19, querían llegar a 1600 niños y niñas de familias vulnerables de Gipuzkoa. Para ello, Cruz Roja pedía la donación de juguetes nuevos no bélicos, no sexistas, preferentemente educativos y comprometidos con el medioambiente. Se recolectaron incluso más regalos que bolas rojas: 22 regalos para Cruz Roja.

Bolas azules

Otras 20 bolas iban destinadas a Cáritas, que servirían de ayuda para personas sin hogar o a familias con pocos recursos. En la parte de atrás de las mismas se indicaba que se necesitaban prendas para el frío, artículos de higiene personal, mascarillas, toallas y calcetines. Algunas personas muy creativas han optado por tejer ellas mismas gorros para regalar, dedicando un tiempo, esfuerzo y cariño especiales para atender las necesidades de niños de familias con pocos recursos. En este caso, también se recolectaron más regalos que bolas azules: 28 regalos para Cáritas.

Una historia tras cada regalo

«Eneko, 14 años. Skate y nuevas tecnologías». Esta fue la bola que los alumnos del Máster en Ingeniería Biomédica utilizaron para comprarle a Eneko un skate entre todos.

por Tantaka-Tecnun

Víctor Peñas [3.o Org] Fátima Villa [PhDC Tel]

Laura también había optado por las nuevas tecnologías, y a través de alguna indagación adicional, un profesor de la Escuela pudo regalarle un cuaderno inteligente, que era lo que a ella más ilusión le hacía y más podía necesitar.

Nuevas iniciativas

Este año se innovó enviando una carta a los antiguos alumnos de Tecnun y a las familias de los alumnos de grado y de máster, en la que se daba a conocer Tantaka y se les animaba a apoyar económicamente la campaña de Navidad o a participar en actividades asistenciales organizadas durante el curso. Así, Tantaka podría comprar en su nombre regalos y artículos tanto para estas dos entidades como para el Banco de Alimentos de Gipuzkoa.

Las cifras hablan por sí solas: se han recaudado 1460 € para Cáritas, 875 € para Cruz Roja y 1130 € para el Banco de Alimentos.

Con ese dinero ha sido posible comprar 44 regalos más para Cruz Roja; 75 botes de gel hidroalcohólico y 6750 mascarillas para Cáritas, y un cheque con los fondos recaudados para el Banco de Alimentos de Gipuzkoa.

El balance

Tantaka-Tecnun hace un balance muy positivo, principalmente por la gran implicación por parte de los alumnos, personal de Tecnun y sus familias, además del añadido de la personalización conseguida este año en los regalos de Cruz Roja.

Este año, los devastadores efectos de la pandemia han cambiado las necesidades a cubrir. Esto se ha visto reflejado en la recogida para Cáritas, donde una gran parte eran mascarillas y gel hidroalcohólico para garantizar la seguridad frente a la COVID-19. Como explica Mabel Cenizo, coordinadora de voluntariado de Cáritas Gipuzkoa, «ha servido para combatir el estigma que se puede crear sobre las personas que no llevan mascarillas, en muchos casos, por falta de medios».

Y aunque en cuanto a cantidad esta campaña ha superado a la anterior, Paula Berroa destaca sobre todo la mejora sustancial de la calidad de los regalos y la gran implicación en Tecnun, incluidas las familias y los antiguos alumnos.

HABLAMOS CON...

Marta Iturriza

Marta Iturriza [PhD Org 20], recientemente doctora, ha impartido clases en Tecnun hasta diciembre. Estudió en la Escuela tanto el grado de Mecánica como el máster de Producción, y defendió la tesis en 2020 en el departamento de Organización Industrial

Fermín Cerezo [4.o Org] Víctor Peñas [3.o Org]

¿En qué ha consistido tu tesis? ¿Qué responsabilidades tenías?

El antiguo profesor José María Sarriegui me presentó un proyecto del departamento de Organización, sobre cómo hacer que las ciudades fueran más resilientes ante cualquier imprevisto que pudiera surgir. En mi caso, cogí ese concepto y lo apliqué al cambio climático: cómo la ciudad tiene que mitigar o adaptarse al cambio climático. Trabajamos sobre todo con los ayuntamientos europeos de Bristol (Reino Unido), Glasgow (Reino Unido), Vejle (Dinamarca), Kristiansand (Noruega), Riga (Letonia) y Roma (Italia): nos movíamos una vez al mes y les planteábamos diferentes propuestas para cubrir sus necesidades. Aunque para mí escribir la tesis era una tarea más dentro del proyecto, igual que dedicar ciertas horas a la docencia era parte de todo el proceso. Y dentro del proyecto yo me centré bastante en concienciación y participación ciudadana, que tiene una componente muy social.

¿Qué problemas afrontaste en la tesis? ¿Qué estrategias seguías para superarlos?

Para mí la mayor dificultad fue al principio, cuando me dijeron que tenía que pasarme un año entero leyendo. Porque, claro, una no puede pretender contribuir sin saber lo que ya se viene haciendo. Otro problema era aprender a adaptarse a la cultura y forma de trabajar de cada sitio al que ayudábamos. No, los alumnos no erais el mayor problema… Y para superar el bloqueo, a mí lo que siempre me funciona es hacer deporte. Disfruto bastante corriendo en el monte y el yoga me pone en paz conmigo misma. Y, por supuesto, estar con mi gente.

¿Qué es lo que más te ha emocionado de tu tesis?

¡Acabar! [Entre risas]. Pero, académicamente, no soy una persona que le dé demasiada importancia a la tesis ni a los títulos. Mi motivación para hacerla no era tener un doctorado, ni me ha cambiado la vida ser doctora. Yo me lo tomé como un proceso de aprendizaje. Entonces quizá lo que más ilusión me ha hecho es ver la ilusión que ha generado en los de mi alrededor, aunque también el ver que he podido aportar algo de valor a la sociedad. Y, sobre todo, que he disfrutado en estos cuatro años de trabajo.

Al ser un trabajo tan técnico, ¿haces alguna otra actividad para compensar?

No corro para compensar, sino porque va en mi estilo de vida. Como venir andando por las mañanas a la universidad: no para desconectar, sino precisamente para conectar y empezar bien el día, aunque suponga levantarme antes. Y aparte, me encanta ir a conciertos, tomar cerveza con mis amigas, ir al cine, leer, conocer gente, viajar… Nada fuera de lo normal.

Al terminar el grado y el máster, querías entrar ya en el mundo laboral, y pudiste conseguir un puesto logístico en una empresa de automoción. ¿Qué te hizo volver a la academia?

Me interesaba mucho la persona y el equipo que me planteaban el proyecto, y el proyecto en sí mismo. Y al interesarme el contenido, los viajes, la docencia, los compañeros… era una fórmula que me cuadraba. ¿Y si además sacaba una tesis? Pues maravilloso, iba dentro del pack. Y aunque sobre todo al principio es un mundo muy solitario, al dedicarse una casi exclusivamente a leer, lo bueno era que el proyecto me permitía estar en contacto con otros grupos, así que he tenido suerte. Pero hay que tener muchas ganas.

¿Qué le dirías a alguien que se está planteando hacer tesis?

Que se lo piense bien [risas]. Pero le tiene que interesar el proyecto. Tres o cuatro años no son tanto tiempo, así que no van a determinar su futuro profesional, pero sí que se va encaminando hacia una temática o interés que tenga. Entonces, si alguien se lo está pensando, le diría que vea bien quién es el grupo con el que va a formarse profesionalmente en sus primeros años y cuál es dicho proyecto.

Eres graduada en Mecánica, y sin embargo la tesis la has realizado en el departamento de Organización, ¿a qué se debe ese cambio de enfoque?

Elegí Mecánica porque era la ingeniería que me aportaba los conocimientos técnicos sobre automoción, que me gusta mucho, pero me di cuenta de que me interesaba la gestión y esa parte más social de la ingeniería. Y de todas las que tenemos aquí, creo que Organización es la que más en contacto te mantiene con las personas. Y me cuadró todo muy bien porque justo al acabar se ofertaba un máster de gestión, y al hacerlo vi que me gustaba incluso más. Así que fue un poco ser sincera conmigo misma.

¿Tienes pensado dedicarte más a un área en concreto o buscarás formas de ir combinando ambas?

Si todo sale bien, la fórmula que quiero buscar es, partiendo de estos temas de sostenibilidad y teniendo como unidad de análisis la ciudad, explorar el machine learning en las smart cities. Esto lo aplicaría para ver cómo está cambiando la ciudad medioambientalmente e ir un poco por delante de ese cambio climático. Así se podrían tomar decisiones antes de que hubiera un oleaje, por ejemplo.

Tanto durante la tesis como en este curso, has impartido clase a algunos alumnos de Tecnun. ¿Qué es lo que más te gusta de ello?

Aunque solo dedico el 25 % de mi tiempo a la docencia, al final es la actividad que tiene un retorno más directo. Me gusta poder guiar a los alumnos en su aprendizaje, y generarles interés en la asignatura que corresponda en ese momento. Con que haya un alumno al que le despierte interés… me vale.

¿Alguna anécdota de clase?

Me gusta reírme de mí misma, creo que es muy sano… Y bueno, algo que siempre cuento es lo que me pasó hace cuatro años en un examen de Informática con los de primero, cuando estaba yo de ayudante. Estaban todos esperando fuera a que termináramos de preparar la sala. Salí un momento a decirles algo y un grupo de alumnas se creyó que yo era alumna y se me puso a preguntar sobre el contenido del examen. Y desde entonces mínimo una vez al año se me confunde con una alumna. Espero que en unos años también me quiten seis o siete…

Bueno, te puedes infiltrar si algún día lo necesitas. Y para aca-

bar… si fueras youtuber, ¿de qué

sería tu canal?

Qué difícil… Me gusta la fotografía, por ejemplo. O quizá haría un mix, sin poner un tema concreto. Pero tengo que responder algo concreto… Ya sé: ¡de tortugas! Soy amante de las tortugas, de hecho tengo una, y hay una necesidad abismal de vídeos al respecto. Así que, sí, de tortugas trataría mi canal.

Desde aquí te animamos a que te lances… y te agradecemos este tiempo con nosotros, en la revista y en la Escuela. ¡Suerte con tus proyectos!

HABLAMOS CON...

Luisa Pareja

Luisa Pareja [Bio 19] estudia el Máster en Ingeniería Biomédica en la Escuela. Hoy hablamos con ella para conocer más sobre su experiencia tanto dentro como fuera de la Universidad

Fermín Cerezo [4.o Org]

¿Qué te hizo elegir la rama bio dentro de las ingenierías?

Elegí la rama bio porque siempre me ha llamado la atención la combinación entre el sector salud/medicina con las distintas tecnologías. Es un área que está en continuo avance, el cual siempre me ha atraído mucho, ya que me parece muy peculiar y, además, aporta mucho a la sociedad.

¿Qué es lo que más te llama la atención de la especialidad que has escogido?

Lo que más me llama la atención es que es un entorno muy amplio y que se encuentra en constante crecimiento. Es un campo muy reciente, que cada vez está más en auge y existen diferentes novedades que nos hacen estar al tanto de ellas. Al final, es lo satisfactorio de esta área, que se vaya innovando con las distintas tecnologías que se presentan.

¿Tienes algún objetivo que te gustaría cumplir este curso que tienes por delante? ¿En qué sector te gustaría trabajar?

Durante el máster la enseñanza es más práctica por lo que se me hace más fácil ver en qué ámbitos se puede poner en práctica todo lo que he aprendido durante el grado. Uno de mis objetivos es terminar de formarme y ver en qué tipo de empresa puedo encajar mejor en el futuro.

Personalmente, siempre me ha gustado mucho el diseño y aplicación de dispositivos biomédicos como sensores, implantes, prótesis… ya que es definitivamente la forma directa que tenemos de ayudar a la sociedad. He descubierto que puede existir una relación muy estrecha entre lo aprendido en torno a la ingeniería biomédica y la gestión de empresas pharma y biotech, donde se podría ayudar al emprendedor a realizar su plan de negocio, estrategia de marketing y analizar las distintas compañías biomédicas. Es un sector en el que me gustaría llegar a trabajar y coger experiencia.

Cuando acabes el máster, ¿te gustaría seguir formándote? ¿Qué crees que te puede faltar después de cinco años en la universidad?

Como he dicho antes, en este mundo tienes que estar incesantemente puesta al día, por lo que es inevitable tener que estar al tanto de los últimos desarrollos y de innovadoras tecnologías que se van presentando. Lo realmente enriquecedor del ambiente biotecnológico es que nos obliga a estar en continua actualización.

Nunca se sabe, depende de cómo quiera cada una enfocar su carrera laboral. Si al final me quiero dedicar a la gestión empresarial podría llegar a plantearme realizar un MBA o algún curso de nuevos modelos de negocio y financiación de empresas biotecnológicas para poder adquirir experiencia en dicho campo. Aunque de momento toca seguir aprendiendo e ir viendo las diferentes oportunidades que se van presentando.

Mirando a largo plazo, 10 años, por ejemplo, ¿qué metas te gustaría conseguir?

Supongo que, como todo el mundo, encontrar un puesto de trabajo que me apasione y en el que me sienta útil y pueda llegar a aportar valor a la sociedad. La ingeniería biomédica está enfocada también a la ciudadanía por lo que me gustaría generar el bienestar de las personas.

¿Qué consejo te darías a ti misma cuando entraste en primero? ¿Qué cosas crees que deberías haber hecho diferente durante estos años?

«Ponle muchas ganas, escucha todos los consejos y acepta el apoyo que te ofrecen». Y, sobre todo, a mi yo de primero le diría que disfrutara todos los momentos al máximo, porque parece que no, pero el tiempo pasa muy rápido. Estos años son muy especiales ya que siempre se van a recordar con mucho aprecio. Además, soy de esas personas que no cambiarían nada porque, si no, no estaría aquí ahora mismo. Pienso que de cada caída existe un aprendizaje y crecimiento, aunque claro está que siempre se puede actuar diferente para mejorar.

Si tu vida fuera una película o un musical, ¿quién compondría la banda sonora?

[Entre risas]. Pues obviamente Ennio Morricone, me encantó la BSO de Érase una vez en América.

MIT: A TOUR ACROSS THE CAMPUS

Fátima Villa [PhDc Tel]

It’s weird. Whenever I write about the Massachusetts Institute of Technology, I’m somewhere else. This time I’m already back in my hometown, Galdakao, a town next to Bilbao, for those of you who didn’t know it. “What am I doing here?”, you’ll wonder. Sadly, last March, like thousands of graduate and undergraduate students at MIT, I had to shorten my visit to the US due to the unstable and uncertain situation of foreigners in the American country. However, I’m not gonna go into more details, as I’m not here to bore you with another virus-related story.

What I feel like telling you today about my experience in this incredible institution in Cambridge, MA, where spent 10 months of my life is… Wait a moment, why would I had to tell you anything if you’re able to see it with your own eyes? Yes, you’ve heard right. You, yourself, the curious reader who’s hopefully paying attention to my words can visit the MIT right now. You’ll be able to walk through some of the corridors and outdoor areas of the campus without lifting your butt from your comfy sofa. Excuse my informal language, but I wanna make you feel like a senior student is giving you a proper virtual tour, as they would do if you were physically there.

How is this possible? Because while they were far from campus due to the pandemic, some MIT students engineered a creative way to stay connected: they replicated MIT in Minecraft. Isn’t this idea pretty cool? Pure MIT spirit!

Related to this, what’s the place of campus that I miss the most? I would talk to you about hundreds of different locations, but let me mention two of them.

The first one: the MIT Hall of Hacks at the Stata building. MIT hacking is legendary. But not in the way you would think; by hacking I mean college pranks.

MIT is distinguished for its talented students and seriousness, but also for its original sense of humor. Hacks at MIT are very well planned anonymous jokes on campus, around Cambridge or further, that are amazing for their creativity, cleverness, and difficulty of execution. They are all documented, and here we show you some of them, so that you can see that imagination and technology have no limits. [1]

My second secret spot are the labyrinthine tunnels. They are not only a quick alternative to the crowded Infinite Corridor and a handy way to run away from bad weather, but also a wall art exhibition of MIT student artists. The walls of the tunnels are painted with murals. Moreover, six of the twenty-six paintings feature augmented reality (AR), so they are interactive through our phones’ cameras, activating digital animations for each. [2]

As you see, the myths about techno geeks are not fake. In fact, they are the awesome ones who made the lockdown more bearable! This said, taking advantage of this edition of No Time for Poetry, the only thing I ask you to do is, scan the QR code on the back and enjoy the views of Killian Court, Memorial Drive and Kresge Auditorium! That’s what I’ve been doing during the last months, not to miss any corner of MIT. [3]

Finally, before I leave, let me ask you some questions that might give you some ideas. Do you like playing video games? Were you bored whilst at home and you were missing our campus in San Sebastian? I’m sure you’re also proud of being at least a bit geek. C’mon! Trust yourself, you’re an engineer!

¿Te acuerdas de lo que estabas haciendo el pasado mes de abril? No le tienes que dar mucho al coco: estabas encerrado en casa. Sin embargo, seguro que no estabas aburrido. Tenías un montón de actividades creativas y culturales al alcance de tu mano. Una de ellas era el I Certamen de Relatos Cortos de Tecnun, dirigido a todos los públicos, cuyo objetivo era reflexionar y escribir un texto relacionado con la cuarentena en euskera o en castellano. Nos sorprendió gratamente la buena acogida de la iniciativa y la alta participación en la misma, aunque no dudábamos del talento de muchos estudiantes de la Escuela. Aquí están las ganadoras de las dos categorías del concurso. Y, recuerda, «Si no leemos, no sabemos escribir, y si no sabemos escribir, no sabemos pensar».

1.er premio, castellano Improrrogable, Eva Sacristán

Al principio, cuando todo empezó, no era muy consciente de lo que estaba pasando. Luego me di cuenta de que iba para largo y decidí tomármelo con calma, e incluso con un poco de humor. Pero ya estoy harto. Quiero salir de aquí. Como sea. Y si tengo que hacerlo un poco antes y todos se alarman, pues que se alarmen, si es que ya me da igual. Porque esto es insoportable, para qué nos vamos a engañar. Todo el día aquí metido sin poder respirar casi y, encima, oyendo cómo los que están fuera disfrutan tanto. Y engordando, claro, que esa es otra, no sé cuántos kilos. Por no hablar de la soledad, ¡menuda faena! Como si nos hubieran preparado para estar solos. ¿Y quién ha dicho que tengo que cumplir a rajatabla los plazos? Bueno, ya, es por precaución, por un tema de salud, y se lleva haciendo así desde el principio de los tiempos. Todo eso lo entiendo. Pero también hay que tener en cuenta que estamos en el siglo xxi y que habrá que encontrar alguna forma de que no pasemos tanto tiempo encerrados. Mucho progreso, mucho progreso, pero así estamos. Si tengo que ser sincero, no sé exactamente cuántos días llevo aquí metido, pero me da la sensación de que han sido años. Quiero comer en condiciones, tomar el aire, mover un poco las piernas. ¿Y quién no? ¿Acaso es mucho pedir? Hombre, que ya vale. Seamos realistas: una vez fuera ya no hay nada que hacer y nadie me lo puede impedir. ¿Qué me van a decir? ¿Que no estoy cumpliendo con la ley establecida? Como mucho se sorprenderán e intentarán retenerme dentro hasta el momento acordado. Así que me da igual lo que digan, voy a salir. —¡Iván! —¿Qué pasa? —¡He roto aguas!

1. saria, euskara Bakardadea lagun artean, Irati Mendia

Gizakion falta dut azken aste hauetan, eguneroko lez itsas ertzera beren bila hurbildu naiz baina ez daude, ez dira ageri. Nire olatuetara igotzea atsegin dut, nirekin jolas dezaten eta nik beraiekin, zipriztintzeak eta elkar bat garela sentitzeak pozten nau. Haize bolada batek gizakiak gaixotzen ari direla esan berri digu eta beren etxeetan giltzaperatzen ari direla. Zer ote?

Egunak aurrera doazen heinean bakardea nagusi da, ez da gizakirik inon ageri. Iluntzeko 20.00ak aldera, zarata batean esnatzen naute, zerbait ospatzen dutela dirudi, baina zergaitia ez dakit. Sirena hots eta zorionak zuri abestiarekin udaltzaingoak aldenik alde dabiltza, itsas ertz ondoko errepidetik gora-behera. Arraroa da, oso arraroa, normalean urtebetetze ospakizunetan jendea lagun artean hondartzara hurbildu ohi da. Gaur berriz, hondarra bai baina basamortua dirudi, ez da gizakirik bertan, haizea eta biok bakar bakarrik. Non dira gure lagunak?

Aspaldiko partez, izurde zein bale kostara gerturatu dira, nire bakardadea nabari eta konpainia egitera etorri direnak. Algara batean datoz, begiak itxita igeri eginez gozaten, txaluparik ez eta ibai ahoak garbi, kostara hurbiltzeko aitzaki paregabea. Ni berriz tristuraz blai, laguntxoen faltan, izugarri maite ditut. Beraiek ere faltan botako al naute? Zergaitik utzi naute? Nitaz ahaztu ote dira?

Hara, gutxinaka hurbiltzen hasi dira, goizean lehen orduan eguzkia ateratzeaz bat edo iluntzean, sartzeaz bat. Hauek bai jakin, naturako elementu guztiak elkarri egun on edo gabon ematean, danok pozik gaudenean gure alde politena erakustean. Gizakiak berriz ederrak dira, baina tapaturik datoz, aurpegia estalirik, edertasuna ikus ezinik. Elkarren artean haserre daudela dirudi, bakoitzak bere bidean dihardu zuzen eta irmo inorekin gelditu gabe. Egunak joan eta egunak etorri, egoera berezi honek diraun. Tristura eta bakardadea geroz eta sakonagoa da, elkarren arteko harremana eta bat garela sentitzearen beharra nabari dut. Non dira nire lagunak? Non dira arrantzaleak? Non dira igerilariak?

Geroz eta hurbilago nabari ditudan arren, ikus ditzazket baina ezin ditut sentitu, botere hori falta zait. Elkar ikustea bizi garenaren seinale da, baina elkar ukitu eta sentitzea beharrezkoa dut, maite ditut eta. Egunak aurrera doazen heinean, orokorrean gizakiak baina gutxi batzuk gehiago nire gertu nahi ditut, nire barnean olatuekin jolasean, elkar laztanduz. Non dira egunero eguerdiko hamabietan puntuan agurtzera etortzen ziren Yolanda eta Juanita? Zer gertatuko ote zitzaien? Peruren falta ere somatzen dut, egunero eguzkia irtetearekin batera txalupan zetorren poz-pozik kantuan. Baina, zer egin ote diet? Zergaitik ez dira hurbiltzen? Badaezpada nire soineko politena jantziko dut, bare-bare eta nire lagun laino, haize, zeruari inoiz baino dotoreago jantz daitezen esango diet, ea horrela gure lagunak hurbiltzen diren.

Gaur Maiatzak 2 Luisa Mar etorri da, kostaldeko sirenatxoa. Normalean zuzenean besarkatzera etortzen da, baina gaur hankarekin kaixo esan eta gutxinaka sartu da. Oso ahul sentitu dut, indar gabe, bare-bare jantzi naiz laguntzeko asmoz. Nire barnean barneratu eta negarrez hasi da, olatuekin besarkatu dut. Zer da baina, lagun zaitzaket? Isiltasun luze eta samin baten ondoren hor hasi da: birus bat azaldu da gizakien osasunaren aurka doana, ez dakigu nola aurre egin, jende ugari hiltzen ari da, eteteko asmoz etxean giltzaperatu gaituzte... Orain ulertzen dut, lagunak beti lagun, urrun edo gertu.

Fernando Ruiz [PhDc Org]

El ágape

Ya estaba casi en la plaza Larga cuando escuchó un suave aullido. Un gato. No. No era frío; era dolorosamente humano. En un quicio ancho, un hombre estaba derrumbado y tiritaba descontroladamente. Tenía una mísera manta llena de agujeros y remiendos que brillaba bajo el relente. No podía parar Prudencio. Nieves tenía que estar preocupada. Llegaba mucho más tarde que de costumbre por el santo del arzobispo. Mientras empezaba un avemaría por el pobre vagabundo, vio a la luna burlona por detrás del cerro de San Miguel. Ella se lo llevaría esa noche, como a tantos otros en la zona más mísera de Granada.

Con un suspiro que se elevó hacia las estrellas, Prudencio dio la vuelta e incorporó al hombre con dificultad. —Hoy duermes en mi casa, ¿me oyes? Venga, arriba. ¿Cómo te llamas? —Rafael.

Prudencio le cubrió con su gastado abrigo hasta que Rafael estuvo en condiciones de seguirle cuesta arriba. Apestaba al olor agrio del humano mugriento, y el samaritano caminaba a una distancia a la cual pudiera respirar. Al llegar a la plaza torció a la izquierda, y metió a Rafael por el laberinto de casas desvencijadas hasta que empujó una puerta y entró al patio que daba acceso a sus dos habitaciones. —Ponte aquí, cerca de la lumbre. —Pruden, ¿quién es este? —Nieves salió de la habitación que utilizaban para dormir los cinco. —Rafael. —Ante la mirada de su mujer tuvo que añadir algo—: Hace demasiado frío.

Con un gesto seco, Nieves le arrancó el pan que traía bajo el brazo y giró con gesto duro. —Nieves, leche, haz el favor de darme un poco de pan para él. —Toma tu mierda de pan y haz sopas en cada sonsí que recojas en la calle. Que eres tonto, Pruden; que tu tontura nos ha perdío a tos en esta casa. Ni con tu hija enferma vas a pedirle na al monseñor, ¡pa qué! Pan. ¡Pan! En el palacio, servidos de todo; al labrador con tres hijos, el pan de ayer. ¡Qué cristiano el Casanova! Pa esta caridad le pido castañas a la Dolores.

Desde el piso superior se escuchó una queja: —¡A mí no me metas en esto, Nieves! ¡Zúrrale si quieres, pero cállate!

La interrupción amainó la furia de la buena mujer, quien volvió sin decir nada al dormitorio. Desde dentro sonaban los silbos del aire entrando a duras penas en el pecho de Aurora, la hija pequeña de Prudencio.

Este quedó la noche velando por Rafael, tras haberle dado un poco de vino que tenía escondido, una manta para pasar la noche y el trozo de pan donado por Nieves. Al rayar el día, cayó en un sueño intranquilo. Cuando abrió los ojos no estaba ni el vino, ni la manta, ni el pobre. Se había llevado hasta los zapatos de Prudencio.

Una semana después, al volver de enterrar a Aurora, Rafael se encontraba en la puerta de la casa con una hogaza y un trozo de bacalao. Abrazó a Prudencio y se marchó, descalzo.

Reseña Green Book

Mr Pink [Club de Cine]

Hoy en día, el racismo es una práctica que consideramos inaceptable. Sin embargo, existe y es parte de nuestra vida. Aunque poco a poco las injusticias se reducen, sigue habiendo personas excluidas por motivos raciales.

Al igual que en la actualidad la mayoría de gente denuncia estas prácticas, no siempre ha sido así. En los años 60, Estados Unidos fue testigo de una ola de exclusión racial que no hacía más que crecer.

La película de Green Book muestra esta realidad a través de Tony Vallelonga (Viggo Mortensen) y Don Shirley (Mahershala Ali). De forma sutil y cómica, la película nos introduce a Tony, un italoestadounidense con una actitud simple y con un gran afán por la comida basura. Inicialmente, el director opta por mostrarnos una faceta negativa de Tony.

Es una persona testaruda que pierde todos los trabajos que tiene, y que muestra una actitud despectiva hacia las personas racializadas. Cuando le dicen que le van a contratar para ser el chófer y guardaespaldas de un doctor, el protagonista no se lo piensa dos veces y acepta el trabajo.

Lo que no se espera es que esta persona es un pianista afroamericano homosexual. Esta historia muestra cómo dos personalidades tan opuestas acaban aprendiendo el uno del otro en una gira por el país. La película nos muestra que los prejuicios no son más que eso, prejuicios, y que si uno quiere acabar con las injusticias lo que hay que hacer es tener la mente abierta a conocer.

El nombre de la película, correctamente escogido, hace referencia a una guía de viajes de la época donde se recogían aquellos hoteles del país que aceptaban a afroamericanos como clientes. A medida que transcurren los dos meses de gira de Shirley y Tony, observamos un proceso de comprensión entre ambos personajes.

Al igual que Don Shirley aprende a confiar y a no vivir bajo la constante tensión de hacerlo todo bien, Tony cambia sus opiniones a medida que es más consciente de la situación en la que su contratador vive.

De forma similar a Don Quijote, observamos cómo el líder del dúo (Don) consigue bajar sus pies más a la tierra y a ser consciente de su propio dolor, mientras que el acompañante (Tony) pierde esa incredulidad inicial y aprende a apreciar el mundo que Don le muestra.

La trama de la película consigue adentrar al espectador en la vida cotidiana del sur de Estados Unidos durante los 60. A medida que transcurre, las emociones que llegan al espectador son cada vez más intensas, comenzando por un humor sutil, pasando por un sentimiento de indignación, la película alcanza su apogeo cuando nos transmite el dolor de aquellas personas que son constantemente excluidas y cuya única alternativa es la resignación.

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