ERNESTO
MEJÍA SANCHEZ
ENSALMOS Y CONJUROS
CUADERNos AMEIcANOS
Mixuco, 1947
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:
.
A
HORA, Cuando una
ausencia
de rigor parece ser la norma y la salvación de muchos, resulta extraordinario encontrar un poeta tan lúcido, tan capaz de elegir la palabra y la forma de su poesía. Aquí está Mejía Sánchez, con sus Ensalmos y conjuros, estrictos y eficaces, donde el idioma se apura hasta los matices
más finos y donde la poesía reside, presa y desnuda, en cláu-
sulas de mágica exactitud. Poesía de rasgos lineales y puros,
geometría profunda que sólo nos entrega lo esencial, para que la imaginación haga caer otras líneas, cruzadas y paralelas, hasta llegar otra vez a la complejidad inicial que fue el estado de alma dei poeta, Los poemas de Mejía Sánchez son al mismo tiempo un punto de partida y una estación final; su aparente sencillez incluye y suscita todas las complicaciones posibles, y ha sido alcanzada por medio de una renuncia sistemática a lo super-
fluo, a lo puramente ornamental. Allí se encuentran, bajo la sobria belleza, innumerables expresiones veladas, sugerencias leves y continuas que solicitan largos desarrollos al espíritu del lector, que convierten las breves estrofas en poemas que cada quien puede ajustar a la medida de su alma.
Amor, soledad y sueño hacen juego de reflejos en el haz de esta poesía
cristalina,
verdadera imagen, en el metódicamente
los
donde el poeta encuentra al fin su
último
poema, después de romper
transitorios y falaces espejos de las metá.
foras cotidianas. Después de leer Ensalmos y conjuros, estamos ciertos de
que ha aparecido un auténtico poeta. Por Ernesto Mejía Sánchez es sabio en palabras,
la poesía le asiste y las cosas del
mundo le obedecen.
JUAN JOSE ARREOLA Suma Bibliográfica, México, febrero de 1948, año II, vol. II1, N° 10, p. 281].
A Carlos Mérida
1
ExNSAYÉla palabra,sumedida, el espacio que ocupa. La tomé de los labios, la puse con cuidado en tu mano. Que no se escape.
jEmpuña!
Cuenta hasta dos [lo más dificil]. Ábrela ahora: una estrella en tu mano.
2 Vo concluía lasnochescon unsueño. Yo conjuraba a alguien en un sitio secreto. Yo
contaba unos números. Y alguien, que no sospechas, nacía entre la sombra, no formaba su cuerpo con lo oscuro; sino que
de aire limpio, separado, se construía. Yo
contaba unos números. Alguien, horadando la sombra, nacía como un ángel de vidrio, como niño vacío.
Se hacía un hueco vivo. Yo seguía contando. Se acercaba a mis labios.
Amorosamente
se adhería a mi carne. La más exacta
piel, la más exacta, me envolvía. Yo seguía contando. Repetía, ahora con su voz las mismas cifras.
Y como cada noche nacía con forma diferente, para no
equivocarme,
yo coloqué a este ángel
en un sitio secreto; y le puse su número.
P
[apaciguar] la soledad, escoge un dia, virgen. Guarda todos tus libros bajo siete llaves. Lleva una manzana bajo el árbol más puro. No temas, no llegará el Maligno. Di estas palabras, como si fuesen verdaderas: Soledad, te amo, creo en ti, no me traiciones.
4 DESPUÉS de la alegria, sea ésta de vino o de mujeres, estoy seguro de verte en los espejos, en las aguas
tranquilas. Antes de entregarte a su deleite
toma un poco de agua con la mano izquierda, acércala a tu boca, dile estas palabras como un beso: Así como el vino y las mujeres me limpiaron la boca de palabras, así,
agua maravillosa, purifica por dentro a mi [cuerpo] invisible.
A
PRENDÍ una oración para decirla
solamente de noche;pacifica el sueño,
transparenta los párpados: Adonais, limpia mis ojos, vélame ahora que me entrego a la muerte
nocturna, a la instantánea muerte.
Suéñame un ángel puro, que me acompañe siempre, y que sea mujer.
6 HAY diaslimpios,construidos por un aire inconsútil. Ni un demonio ni un ángel lo penetran. Ahí la soledad da la batalla.
De nada serviría, amoroso, llamarla. De nada, porque el aire, homogéneo, cerrado, pone plomo a la voz.
Requiérela
al menos,
sin abrir los labios, así:
Compañía adversaria, estoy contigo.
7 HNel lugar en que cité ala luna, ella aparezca. Porque yo repetí hasta cansarme la palabra precisa. Porque dije: Ahí, en el lugar en que cité a la luna, aparezca, blanca, como ella. Que esto se cumpla; que no sea mentira.
8
ALGUNASveces,Ernesto, te he oído decir: Un demonio funesto me ha entrado en el cuerpo.
No hay peligro. Cierra muy bien la puerta y la ventana, oscurece el aire, quédate
inmóvil, dile quedo: Angel, ángel, ángel, tres veces, verás
qué manso se torna, y querrá hablar contigo. Sin que lo note enciende un tabaco oloroso de las Indias,
fabrica tres anillos blancos con el humo, una columna: Aherrójalo ahora.
9
P
Saber el día en que la virgen
ha de llorar feliz la marca de tu sangre, ata con un pañuelo suyo el calendario, no pronuncies palabra, pon en su pecho a diario una azucena blanca: espera
que enrojezca.
10
HAY un demonio malo que te dice al oido: Mira, te engañan, duda
siempre, rompe el círculo. El mejor amuleto está en tu mano. Repite sus palabras: Mira, me engañas, dudo siempre de ti, rompe el círculo.
No volverá su maligna palabra, que lo ahogaste en su propia saliva.
11
P
saber si el fruto de su vientre
ha de ser varón o niña, que tu mano inaugure la sombra de sus ojos, y
que pronuncie un nombre sin recordar la noche de la sangre.
Si ella dice: rueca, o: golondrina, será mujer quien alegre tu casa. Si dice, por ejemplo: amaranto, será varón quien besará a la madre.
Si queda muda,
no te apenes, él hablará por ella; que nacerá un poeta.
12
VINO a mi oscuridad una paloma
ciega. No encendí fuego antes, no recité el ensalmo. Vino para decirme: No es verdad que yo no te ame tanto. Mi madre despertará sobresalte da. La noche es
una estrella grande que se hizo oscura.
Le dije: Paloma ciega de una
ceguera pura. Y recobró la vista. Pero, quién dirá la palabra, ahora que ella está muda
y no puede decirla.
13
Vo decía: la fuente, yo decía: lasaguas. Invoqué a su amistad la necesaria imagen. Creyeron darme gusto y se hicieron espejo. Por eso y con la mano, levanté su cortina,
invisible, impalpable, y ojos para atrás y para adentro, ya en la pared oyendo, oía ecos distantes, desconocidas palabras. También y en su fondo, me engañaba el espejo. Por eso yo decía: Hay que quebrarlo. Dia a día, uno a uno, después del aseo corporal
yo los quebraba; pero joh, fragmentos! me
multiplicaban:
ahi estaba el espejo,
en cada uno, y me engañaba. Yo decia: la luna, las estrellas, la noche grande. Repetía entusiasmado estas palabras, mágicanmente repetía sus nombres, para obtener, siquiera con los labios, un espejo mejor que no engañara. Pronuncié una palabra, una [sola] palabra:
Amor. Ahí estaba el espejo, perfecto ya, imborrable, no en superficie lisa ni en dimensión casual como en el baño, sino de cuerpo entero, de cuerpo con espacio igual al mío, contemporáneo exacto de mi origen:
Narciso diferente nacía en mi costado, naciendo de mí mismo, ya infalible, porque en opuestas aguas
me repetía y completaba.
ESTOS ENSALMOS Y CONJUROS", ESCRITOŠ EN DICIEMBRE DE 1946, SE IMPRIMIERON EN LOS TALLE RES DE LA EDITORIAL CVLTVRA, T. G., S. A. LA EDICIÓN, AL CUID'A-
DO DE JOSE DURAND, CONSTO DE 100 EJEMPLARES NUMERADOS, EN PAPEL ESPECIAL MARCA R. L. CH.,
CON
POR
UN
RETRATO
FRANCISCO
DEL
AUTOR
AMIGHETTI.