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Maridaje
Hay algo mágico sobre el año nuevo.
Aunque sea solamente un día más, de alguna manera parece un nuevo comienzo. El inicio del año crea una sensación de que casi todo es posible con el esfuerzo suficiente, la voluntad, y un poco de esperanza. Y cuando llega el año nuevo reflexionamos sobre cómo podemos ser una mejor persona, generalmente a través de un propósito. Para la mayoría de las personas este propósito es convertirse en un individuo más sano. Una persona segura de su apariencia así como capaz de bailar salsa, correr una milla o simplemente hacer más sin sentirse agotada y sin aliento. Yo, en general soy bastante saludable. Sin embargo, tengo una debilidad que causa que mi salud se pierda en el camino y esa debilidad es el azúcar refinada.
Mi historia con el azúcar es parecida a la de muchas personas. Comenzó cuando era joven. Era una niña ruidosa e inquieta. Era todo un reto para mí poner atención a cualquier cosa por más de unos cuantos minutos, y sentarme por un periodo largo de tiempo era una tarea difícil. Si tenía la disciplina de permanecer sentada en la iglesia y no preguntarle a mi mamá si el sermón había acabado cada dos minutos, mi abuelita me compraba una dona de la pequeña panadería a unas cuantas cuadras de mi casa. Por lo que las golosinas se convirtieron en un mecanismo de recompensa. Ahora cuando recibo un elogio, o logro cualquier tarea siento que debo de ser compensada y esta compensación por lo general toma la forma de algo dulce.
Sin embargo, mi historia con los dulces no termina allí. Mi papá era goloso, y con frecuencia me encontraba compartiendo tiempo con el, con una galleta de azúcar. Fue un tiempo especial para mi toda vez que a mi hermana y a mi mamá no les gustaba lo dulce, así que me permitía tener toda la atención de mi papá aunque fuera solo por unos minutos. Ya que utilizaba el azúcar como una manera de conectar con mi papá, hoy en día lo utilizo para conectar con otras personas. Me encuentro constantemente llevando cosas dulces a la gente. Amigos, compañeros de trabajo, vecinos, todos han probado alguno de mis productos horneados. Es un gesto por el cual soy conocida y ha creado una manera de poder tener una relación estrecha con personas que antes eran desconocidas.
Al reflexionar sobre cómo poner fin al ciclo del azúcar refinada en mi dieta, me doy cuenta que no puedo dejar completamente los dulces. Tendré que encontrar refrigerios alternativos para satisfacer mis antojos. Luego de actuar como un científico loco en mi cocina, finalmente encontré mi postre favorito, una corteza de chocolate. Es una receta que utiliza únicamente ingredientes crudos y de origen vegetal, lo que significa que ¡hasta tus amigos veganos podrán disfrutar contigo!
Corteza de Chocolate
Coloca papel encerado o aluminio sobre una charola para hornear galletas, derrite el aceite de coco a baño María y retíralo del calor una vez que el aceite haya sido totalmente derretido. Bate el cacao en polvo, el jarabe de maple y la miel hasta que sea una mezcla homogénea. Agrega el coco rallado y las fresas deshidratadas y revuelve, cubriendo ligeramente los dos ingredientes. Coloca el chocolate en la charola para hornear. Distribuye uniformemente las frambuesas frescas sobre el chocolate, llévalo al congelador y mantenlo frío hasta servir.
Esta receta se acompaña mejor con un Oporto, que es mi vino favorito para disfrutar junto con la mayoría de los postres. El Oporto es un vino fortificado del Valle Douro de Portugal. La popularidad del Oporto se le puede agradecer no solo a Portugal sino al conflicto entre Gran Bretaña y Francia. Gran Bretaña era conocida por ser amante del vino Francés, sin embargo, boicoteó esta región vinícola durante los siglos XVII y XVIII, lo que condujo a una mayor inversión y valuación de los vinos Portugueses. El Oporto tiene un sabor más dulce lo que hace que combine perfecto con la receta de la corteza de chocolate ya que el chocolate tiene una suave dulzura que no abruma el sabor del vino.
De los tres vinos de Oporto, el Ruby, Tawny y Vintage, esta receta se puede acompañar con el Ruby o Tawny. Si quieres tener un sabor más frutal, y resaltar los sabores de las frambuesas frescas lo mejor sería acompañar este postre con el Ruby. Me gusta enfocarme en el sabor de la fruta deshidratada y la amargura del chocolate lo que me lleva a acompañar esta receta en particular con un Tawny que es el más dulce de los vinos de Oporto.
Una vez que pruebes esta receta se convertirá en algo básico para tu hogar. Fácil de preparar, en general una alternativa saludable a la mayoría de los postres, y simplemente deliciosa.
Ingredientes
• 1 taza de aceite de coco
• 1 taza de cacao en polvo
• 1/2 taza más 2 cdas de jarabe de maple
• 1/3 taza de coco rallado tostado
• 1/2 taza de fresas deshidratadas
• 1/2 taza de frambuesas frescas