RELATOS DE LA ABUELITA En una casa de Zaragoza en el barrio del Actor vive una familia compuesta por un matrimonio una abuela y dos hermanos, Anacleto y Jaime Un día Anacleto fue a ver a su abuela y le dijo: -Abuela, tengo un problema, en mi colegio hay un concurso de bádminton, pero mi oponente está lesionado en un pie y a pesar de esto si quisiera podría jugar con el mañana y seguro ganaría, además el es mejor que yo y si jugáramos el y yo justamente yo perdería además todos mis amigos me apremian para qué juegue ya. -Anacleto cuídate de hacer tales trucos no vaya a ser que te pase como al lobo con el león Anacleto le pidió que le contase aquella historia y su abuela se la dijo así: En la selva se disputaban la supremacía un león y un tigre. Peleaban con furia ante los otros animales que contemplaban de lejos el combate. Unos animaban al león y otros al tigre, solo el zorro y el lobo permanecían circunspectos en silencio, uno al lado del otro, echados sobre la hierba. Los contendores peleaban hasta las últimas consecuencias; aún heridos, persistían en su empeño sin abandonar el campo. El lobo finalmente se dirigió al zorro: - ¿Cuál de los dos crees que vencerá? - El león, claro está –respondió el zorro con seguridad. - Si es así, será mejor que me ponga de su lado. Me gano su favor y no me maltratará. - Ni lo pienses, retrucó el zorro. Conviene que apoyes al tigre, yo te lo aconsejo. - ¡¡Pero el tigre va a perder, ya es un tipo muerto!! –replicó el lobo. - Claro que sí, respondió el zorro-, pero ten en cuenta que cuando dé muerte al tigre quedará muy malherido y cansado. Fácilmente podrías echarte sobre él y derrotarlo. - ¿Y de qué me serviría?- inquirió el lobo, a quien no le disgustó la sugerencia. - Muy claro: estarás vengando la muerte del tigre, lo cual te conseguirá el respeto en la selva. El siguiente paso viene por añadidura: serás reconocido como rey. El lobo no necesitó más para decidirse. Cuando el tigre cayó derrotado se lanzó sobre el león para cogerlo por la garganta. Pero el león todavía tenía fuerzas, y aún con la garganta destrozada por las fauces del lobo, malhirió así atacante hasta dejarlo casi muerto. En ese momento, como un adalid vengador, el zorro se arrojó a la arena de combate y liquidó sin esfuerzo al lobo rompiéndole la garganta. Se irguió frente a los animales de la selva y declaró solemnemente: - El combate entre el rey de la selva y su noble contendor el tigre era justo. El lobo demostró su perfidia al aprovechar la debilidad del león para atacarlo. He hecho justicia, el lobo ha sido castigado por mí. ¡Merezco ser el rey! Así que nieto mío no hagas como el lobo no ataques a los heridos mejores que tu ya que aunque estén heridos son mejores que tu, además cuídate de los amigos picaros ya que si dan consejos traicioneros lo más probable es que te traicionen a ti. Anacleto lo hizo así y le fue bien y como vio que el relato era bueno Jaime lo escribió en su diario, y resumió las enseñanzas así: