Athenea García Vergel, Bachiller 1ºC
Veritas in verbis 10. - Narrador omnisciente. -Un monólogo interior. -Un salto temporal. -Estructura abierta. Sentada en su escritorio junto a su viejo ordenador y escuchando a su ídolo se encontraba. Quería hacer una reflexión crítica de la realidad, una pequeña reflexión, que hiciera que todos aquellos que no se dan cuenta de lo que verdaderamente está pasando sean conscientes de cómo nos mienten en la cara, de cómo nos engañan y manipulan. Sí, señores, pensaba hacer una reflexión crítica de la sociedad de mierda en la que vivimos y que cada día más personas sufren, pero, ¿Por dónde empezar? Quizás se podría empezar por aquellas personas que una vez soñaron con tener una casa digna en una ciudad o un pueblo y que tras una vida de trabajo sin descanso no pueden y deben resignarse a vivir con la casa a cuestas de un lado a otro, incluso hay algunos, que ni siquiera tienen casa. Quizás podría nombrar aquellos niños que son abandonados a su suerte por sus padres porque no tienen nada bueno que darles o podría gritar al viento que el mundo se está volviendo loco y asesinan a niños recién nacidos sin darles apenas una mísera oportunidad de vivir y cambiar este mundo que se muerde la cola. ¿Pero por qué empezar por las consecuencias y no por lo que ha causado que este mundo se descuelgue de su eje? Apenas miro esta civilización pegada a la tecnología que nos domina, que nos atrapa en sus garras y que nos hace parecer verdaderos ineptos, al depender de ella para absolutamente todo. Vivimos en una época de comodidad, y por esta misma, surgen la mayoría de problemas que estamos pagando ahora. ¡Somos unos vagos acostumbrados a que nos lleven en lugar de pensar por nosotros mismos! Por eso hay quien vota a unas mafias que financian campañas electorales que deciden qué es lo mejor, sin contar con la opinión de nadie. ¿Qué se piensan, que les importa mucho si yo duermo en una cama o como todos los días? ¡No os engañéis, lo único que les importa es engordar sus cuentas corrientes para vivir bien en sus casas de lujo, mientras otros nos partimos el lomo para solamente pagar impuestos y que, encima, luego vayan a parar a un banco que está en quiebra! Este mundo se descuelga, se muere y somos nosotros los que lo estamos matando, ya que la codicia, la avaricia, la mentira, el engaño y el egoísmo son verdaderamente nuestros reyes, y como buen séquito que es el ser humano, debe hacerle caso y joder al prójimo para beneficiarse y vivir a costa de los demás. Pero todo esto sin enterarnos, no te cuentan las noticias igual en todas las cadenas, manipulan la televisión para que pienses lo que realmente quieren, pretenden tapar fallos con programas absurdos que básicamente insultan la inteligencia humana para distraernos y que no nos demos cuenta de lo que de verdad quieren: que nos sintamos libres pero sin llegárnoslo a creer, quieren que consumamos y obedezcamos fielmente. Hemos llegado hasta tal punto de sumisión al dinero, que las