recetas nerea

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10. -Narrador omnisciente -Monólogo interior -Salto temporal -Estructura abierta AMOR EN UNA CAJA Sentado en aquel banco se quedó esperando toda la eternidad. ¿Qué hubiera pasado si ella no se hubiera marchado? Eso nadie lo sabe. Pero antes de todo, retrocedamos 15 años atrás. A un 12 de julio de 1998. Jean y Lara eran dos niños de tan sólo 7 años. Ella era un chica pobre de la ciudad, que vivía en un piso compartido con veinte personas más. Y él, era el hijo de un rico gobernante del país. Se conocieron en la escuela y durante muchos días, jugaban, reía, quedaban en el parque... Hasta que un día encontraron un caja, que creía era mágica. Los dos la quería, y fué entonces cuando empezó todo. Jean, que era muy caprichoso, quería quedarse para él la caja mágica. Pero Lara, que era humilde y solidaria, pensó y así le dijo a su buen amigo: - ¿Por qué no jugamos a un juego? Tendremos que hacer pruebas, y la caja será para aquel que se atreva a hacerlas. Y así fue. Jean aceptó el reto. Y durante unos días se gastaron bromas entre ellos, para que el otro perdiera la caja. Primero Lara le dijo: - Hazle la burla al profe de historia. Y Jean lo hizo. Después Jean le propuso hacerse pis en las plantas del despacho del director. Y Lara consiguió la caja tras ganarse una buena bronca. Y así siguieron durante años y años y años... Hasta que el primer día de universidad, era el turno de Jean, y éste ni corto ni perezoso, le hizo ponerse la ropa interior por encima de la ropa. Y entre risas y carcajadas, Lara recuperó la valiosa caja. Pero no todo iba a ser como ellos pensaban. Empezarían la universidad, y entonces se separarían. Jean conocería a otras chicas y Lara haría otras amistades. Lo único que perduraría en ellos, sería la caja y su juego. Hasta el día que Lara viera a Jean besarse con otra chica. Entonces se enfadó tanto, que se dirigió con mucha rabia a él con la caja en la mano y le dijo: - ¿Te atreves a no verme hasta que acabe la universidad? Y Jean confuso, que no entendía nada, tras unos segundos dijo: - Me atrevo. Y así fue. Cuatro largos años les esperarían para volverse a ver. Y aunque la reconciliación sería muy bonita, la larga espera se hizo muy dura. Lara, se olvidó de Jean, o al menos eso creía aparentar ella. Cambió de universidad y casa, pero no de ciudad y Jean no pudo localizarla, después de intentarlo varias veces. Cuando pasaron los cuatro años, Jean todavía conservaba la caja, y pensó muy bien qué prueba le pondría a Lara. Pero ésta se adelantó y fue en busca de Jean a la universidad el día de su graduación. Cuando se vieron, Jean se acercó a ella y susurrando le dijo: - Bésame, ¿te atreves? Y Jean la besó, dándole la caja. - Quiéreme. Dijo Lara, sin ánimo de que fuera un reto. A lo que Jean respondió: - Me atrevo. Y entonces, Lara, decepcionada por la contestación, le replicó: - ¿Para tí esto es un juego? Y tirando la caja al suelo dijo: - No me volverás a ver nunca... ¿te atreves? Y se fue corriendo, dejando a Jean en aquel banco, sólo, con una lágrima entre abierta y triste por su marcha...


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