¿PERO QUÉ DIABLOS QUIERE DECIR ESTA ¡@#*!(")?, por José Antonio Millán Nos rodean materialmente; acechan en cabinas de teléfonos, en los periódicos, en el lavabo y en el ordenador, en los aviones y por la calle, en los electrodomésticos y en las etiquetas de la ropa. Nos lanzan señales cuando entramos en un sitio o cuando queremos salir. Nos prohíben, nos sugieren y nos indican, nos guían y nos advierten. Son los nuevos jeroglíficos. Si transportáramos de repente a la actualidad a una persona de hace unas pocas décadas, se sorprendería de ver que la mayoría de los carteles que aparecían en la calle, la mayor parte de los textos de los envases, de las indicaciones de los lugares públicos, habían desaparecido, reemplazados por dibujos. Estos iconos representan un intento de sustituir a la palabra, y tienen distintos argumentos a su favor: en un mundo internacionalizado, saltan por encima de las barreras de lengua; sirven de comunicación en sociedades analfabetas; en un universo lleno de mensajes, llaman la atención de forma sintética. Pero también tienen inconvenientes: frente a la claridad de una lengua que todos comparten, crean un código nuevo, que no siempre es evidente; contribuyen al ruido visual introduciendo decenas de nuevas imágenes en un ambiente que ya rebosa de ellas. ¿De dónde vienen estos nuevos signos? ¿Adónde van? Su origen más evidente son las señales de circulación. De ellas han tomado su simbología básica, que pronto se ha extendido a otros casos: el «prohibido aparcar» se aplica en el centro comercial para las hamburguesas y en el aeropuerto colombiano para las armas... En otras ocasiones recuerdan los procedimientos de las enseñas medievales, cuando las herramientas del oficio colgaban en las puertas. Pero ya es un sistema complejo que pone en juego recursos muy depurados. Los símbolos están ocupando casi todos los nichos de la comunicación, incluso los más tradicionales, en los universos recién creados, como el mundo de la informática, son el lenguaje dominante. TEXTO 1: Un jeroglífico en el móvil (EL PAÍS: 18/3/01) Por Ana Sánchez Diego, un chaval de 13 años, espera a su madre a la salida del colegio. En 10 minutos, tecleando su móvil como un poseso, ha mandado cinco mensajes a otros tantos amigos. "En clase no nos dejan usar el móvil y tengo que quedar. Así es más rápido, me cuesta menos que llama y mandas un mensaje con el contenido de dos: 'Llgo+ trde. Kdms a Is 6?'(Llego más tarde. ¿Quedamos a las seis?). Las nuevas tecnologías imponen su lenguaje. Primero se trataba de familiarizarse con términos como web, puntocom, chat, e-mail, enlace, arroba o virus. Ahora, un torrente de letras y signos un argot jeroglífico a medio camino entre el telegrama y la taquigrafía se impone en los habitáculos virtuales. Los A2(Adiós), xdon (perdón), Bss (Besos), Ktl (¿Qué tal?) F2T (Free to talk?: ¿Estás libre para hablar?) llegan con fuerza. (…) Una aberración del lenguaje, un tropel de faltas de ortografía para unos, y una divertida manera de comunicarse para otros. Una seña de identidad para sus jóvenes adeptos. Chavales que con 15 años estrenan su segundo móvil "porque el otro estaba viejo y se lo he dado a mi padre". Pero a pesar de lo rápido que se implanta en nuestro país, ésta no es una moda patria. El nuevo argot debe mucho a los informáticos anglosajones, muy acostumbrados a manejarse en el mundo de los tecnicismos abreviados en siglas. De hecho, los acrónimos más populares vienen del inglés: W2tlk? (Want to talk? ¿Quieres hablar?) o Gr8iii (Greati). No se sorprenda por el número de exclamaciones finales. ¿Lo que ahorran en caracteres por un lado lo desperdician por otro? Puede ser, pero así logran algo que, a priori parece imposible: transmitir emociones con tres signos ortográficos. Habla Diego: "Si quieres poner '¿A dónde quieres ir?, escribes A dnd kirsir?". A menos caracteres, más barato. (…) La diferencia entre "qué tal estás" y "kte" ahorra ocho caracteres(…)Hay una interminable lista de tarifas y descuentos que los adolescentes han memorizado sin necesidad de examen. Es un mundo que dominan(…) Beep, beep: mensaje. El botellón del sábado será en la avenida de Brasil y no en la plaza de las Salesas. Respuesta: "Y pso. Tngo mvid fmily sbdo. Bss wps. Kuntam en chat" (Yo paso, tengo movida familiar el sábado. Besos guapos. Cuéntame en el chat). (..). Son útiles para quedar o dar un recado, y, sobre todo, han creado un nuevo modo de relacionarse entre los jóvenes. Una nueva jerga, un signo más de identificación generacional, una frontera lingüística con los