asociación
territorios vivos nº3 Proyecto Ríos Ríos Accesibles Custodia Fluvial Explora Las Vías Pecuarias Cuentos Vivos Bolivia Concurso de Fotografía Visita a Suerte Ampanera La Custodia Agraria Proyecto Anfibios
1. Editorial pág. 4 2. Proyecto Ríos pág. 6 2.1 Ríos Accesibles pág. 6 2.2 Custodia Fluvial. pág. 7 3. Explora las Vías Pecuarias pág. 8 4. Cuentos Vivos pág. 10 5. Bolivia pág. 12 6. Concurso de Fotografía pág. 14 7. Visita a Suerte Ampanera pág. 16 8. La Custodia Agraria pág. 17 9. Proyecto Anfibios pág. 18
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Información de la Asociación Territorios Vivos. Nº3 info@territoriosvivos.org 608185519 Coordinación: Tomás Fdez. Harjanne Textos: Roberto Akerreta, Mario Burgui, Antonio López, Inés Plasencia, Amaya Sánchez, Fernando Saura Imágenes: Marcelo Arze, Roberto Akerreta, Fernando Saura, Pablo Urivelarrea
itorios vivos
EDITORIAL Dicen que ningún viaje deja indiferente. Al regresar no seremos los mismos, porque algo, por sutil que parezca, cambia en nuestro interior para siempre. Aproximarse a la naturaleza y a las gentes que en ella viven también es viajar, frecuentemente en el tiempo, y por eso no nos deja indiferentes. Porque a nuestra admiración se une un vínculo afectivo que es herencia de nuestro propio pasado, de convivencia con la naturaleza, y que vuelve a despertarse. Por eso consideramos tan importante acercar a las nuevas generaciones a la naturaleza y educarlas en el respeto por sus valores; tan importante como seguir apoyando a las comunidades que, lejos de las urbes, interaccionan con la naturaleza persiguiendo algo tan sencillo como vivir, pero tan difícil como respetar el lugar en el que viven. Quienes se acerca a un territorio vivo quedan fascinados por las imágenes que descubren, cuando reflejan equilibrio, armonía y libertad. Así nos lo han mostrado algunos socios que en sus descripciones repiten palabras como arte, fascinación, armonía o idílico. Con este nuevo número queremos acercaros una vez más a la naturaleza y a nuestra forma de trabajar por ella. Admirémosla con respeto.
proyecto ríos Jornada de formación nuevos grupos (1,2,3). Visita a tramo en custodia (4)
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Durante este invierno hemos estado elaborando la Memoria Anual 2011, que pronto publicaremos. Como sabéis corren tiempos difíciles y mantenemos el proyecto de forma voluntaria, por lo que cualquier ayuda es bienvenida, ya sea durante las jornadas de formación, la elaboración de documentos, el apoyo al voluntariado, etc. Por otro lado, el domingo 22 de abril realizamos la formación de primavera para nuevos voluntarios. La jornada fue en el río Guadarrama, a su paso por Galapagar.
proyecto ríos accesible Continuamos adaptando los materiales del Proyecto Ríos para que sean accesibles a personas con discapacidad. Con la ayuda de Aspaym y de ELEA S.L. esperamos poder ofrecer pronto novedades al respecto.
Adelantamos que el proceso incluye la elaboración de un Manual de lectura fácil, un programa para la toma digital de datos y la identificación de tramos de río accesibles.
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custodia fluvial
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Ya está en marcha el proyecto “Custodia fluvial en la Comunidad de Madrid”, impulsado por la asociación Territorios Vivos en el marco del Proyecto Ríos. Se trata de un proyecto pionero a nivel regional y constituye la primera experiencia en custodia del territorio a desarrollarse desde la asociación. El proyecto nace desde el convencimiento de Territorios Vivos del papel esencial de la custodia del territorio como herramienta para la conservación del patrimonio natural y cultural mediante la participación de la sociedad. Asimismo, en su puesta en marcha ha resultado fundamental el alto grado de compromiso de algunos grupos de voluntarios y la detección de necesidades concretas de actuación a partir del trabajo de campo realizado. Los tramos escogidos son el río Guadarrama aguas abajo de Collado Villalba, el Arroyo Tejada y el Arroyo de Valdeurraca, en los cuales se llevarán a cabo las siguientes actividades: firma de acuerdos de custodia, creación de un grupo de trabajo sobre ecosistemas fluviales, jornada de puertas abiertas sobre custodia fluvial, talleres en colegios, actuaciones de limpieza, conservación y restauración fluvial.
explora las vías pecuarias
Ruta en Los Molinos, Madrid
Durante los últimos meses hemos continuado realizando salidas con alumnos de primaria de la Comunidad de Madrid, fomentando el uso y disfrute de las vías pecuarias como espacios públicos de gran valor natural, cultural y paisajístico. Hasta la fecha nos han acompañado más de 350 chicos y chicas de colegios de Colmenar Viejo, Los Molinos, Villanueva del Pardillo, Patones y Valdetorres del Jarama. Aún nos quedan salidas con colegios de Colmenar Viejo, Embajadores y Pelayos de la Presa. Hemos lanzado una página web donde podéis consultar y aportar todo lo relacionado con el proyecto Explora las Vías Pecuarias: http://www.territoriosvivos.org/explora-las-vias-pecuarias/intro Sin duda la Comunidad de Madrid alberga enclaves de gran interés, y las vías pecuarias son espacios privilegiados para su disfrute; cañadas, cordeles, veredas y coladas.. ¡allá vamos!
Ejemplos de los dibujos que se pueden ver y votar en la web del proyecto, ruta en Patones (arriba), ruta en Valdetorres del Jarama (abajo)
“Me han gustado las huellas de ratoncito, el río, una charquita que nos encontramos Candela y yo, la mini familia de cabras y la cría de la mini familia de cabras. No me ha gustado la vaca muerta ni la cabra muerta” Alumna 4º Colegio Divino Maestro de Los Molinos “Me ha gustado estar al aire libre y todo el camino tenía alrededor plantas como las zarzas o las encinas. ¡Ha sido muy divertido!. No me parecía bien que hubiera una carretera por el medio o que había cristales y basura. Y los coches pasaban por una charca y mataban a los anfibios. ¡Qué mal!” Alumno 3º Colegio Antonio Machado de Colmenar Viejo
Y, de hecho, habíamos pasado ya cualquier lugar conocido. Pensé que habíamos caminado demasiado y que estaba haciéndose ligeramente tarde. Sólo quedaba dar la vuelta y caminar hacia atrás, aunque el bosque a nuestras espaldas no parecía estar demasiado de acuerdo con esa idea: la luz de la casa rural ni siquiera se veía desde ahí y nuestras palabras eran a cada paso menos amables. Fue entonces cuando me di cuenta de que ese lugar no era en absoluto oscuro. El camino, los árboles y las piedras estaban iluminadas de manera natural de tal forma que no tenía nada que envidiarle a la contaminación lumínica de las grandes avenidas. Se veía perfectamente. Eso trajo cierta calma y cierta determinación para detenerse, concederse un momento quietos y mirar alrededor con la sensación de ser en realidad unos afortunados que se habían perdido en una de sus primeras incursiones en la naturaleza a cambio de un tiempo de silencio. Aunque sea a pocos kilómetros de casa y pocos días, el viaje es siempre un tema delicado. Nosotros, en efecto, nos habíamos pasado todo el día discrepando sobre las más mínimas cuestiones de supervivencia en el campo: se podría decir que no hacíamos nada de la misma manera y que no sabíamos disfrutar de la naturaleza, al menos no del mismo modo: donde tú te paras a mirar algo, yo continúo caminando sin prestar atención; donde yo me detengo, tú me metes prisa. Éramos dos individuos de ciudad intentando fingir no estar del todo desvinculados de la tierra ni el uno del otro. Y sin embargo, después de todo el único momento del que habíamos dispuesto realmente era ése, inamovible y hasta cierto punto desesperanzado. Porque en ese lugar ya no se veía camino ni se esperaba más ruido que el de algún animal, pero lejos de estar preocupados nos sorprendíamos ante la claridad con la que nos veíamos.
cuentos vivos
-Nunca hubiera dicho que se podía ver tan bien de noche – dijo. Yo sólo respondí que aquella frondosidad me recordaba a algo. Cuando yo era pequeña vi a lo lejos, estando con mis padres, el brillo de un incendio en la montaña. Por alguna razón infantil pensé que era la única persona que lo había visto; creí durante mucho tiempo que había salvado el bosque diciéndole a mi madre que había fuego al otro lado del pueblo donde íbamos por aquel entonces. Creí realmente que había hecho algo grande, algo útil, pero cuando meses después estuvimos paseando por esa zona vi que todo se había quemado esa noche. Quizá antes de que yo avisara; quizá avisé demasiado tarde.
DESHACIENDO UN CAMINO DE PIEDRAS. Por Inés Plasencia Y, de hecho, habíamos pasado ya cualquier lugar conocido. Pensé que habíamos caminado demasiado y que estaba haciéndose ligeramente tarde. Sólo quedaba dar la vuelta y caminar hacia atrás, aunque el bosque a nuestras espaldas no parecía estar demasiado de acuerdo con esa idea: la luz de la casa rural ni siquiera se veía desde ahí y nuestras palabras eran a cada paso menos amables. Fue entonces cuando me di cuenta de que ese lugar no era en absoluto oscuro. El camino, los árboles y las piedras estaban iluminadas de manera natural de tal forma que no tenía nada que envidiarle a la contaminación lumínica de las grandes avenidas. Se veía perfectamente. Eso trajo cierta calma y cierta determinación para detenerse, concederse un momento quietos y mirar alrededor con la sensación de ser en realidad unos afortunados que se habían perdido en una de sus primeras incursiones en la naturaleza a cambio de un tiempo de silencio. Aunque sea a pocos kilómetros de casa y pocos días, el viaje es siempre un tema delicado. Nosotros, en efecto, nos habíamos pasado todo el día discrepando sobre las más mínimas cuestiones de supervivencia en el campo: se podría decir que no hacíamos nada de la misma manera y que no sabíamos disfrutar de la naturaleza, al menos no del mismo modo: donde tú te paras a mirar algo, yo continúo caminando sin prestar atención; donde yo me detengo, tú me metes prisa. Éramos dos individuos de ciudad intentando fingir no estar del todo desvinculados de la tierra ni el uno del otro. Y sin embargo, después de todo el único momento del que habíamos dispuesto realmente era ése, inamovible y hasta cierto punto desesperanzado. Porque en ese lugar ya no se veía camino ni se esperaba más ruido que el de algún animal, pero lejos de estar preocupados nos sorprendíamos ante la claridad con la que nos veíamos. -Nunca hubiera dicho que se podía ver tan bien de noche –dijo. Yo sólo respondí que aquella frondosidad me recordaba a algo. Cuando yo era pequeña vi a lo lejos, estando con mis padres, el brillo de un incendio en la montaña. Por alguna razón infantil pensé que era la única persona que lo había visto; creí durante mucho tiempo que había salvado el bosque diciéndole a mi madre que había fuego al otro lado del pueblo donde íbamos por aquel entonces. Creí realmente que había hecho algo grande, algo útil, pero cuando meses después estuvimos paseando por esa zona vi que todo se había quemado esa noche. Quizá antes de que yo avisara; quizá avisé demasiado tarde. -¿A qué? -A un lugar al que iba hace mucho tiempo con mis padres. Después se quemó y no volvimos.
bolivia
Grupo de meliponicultoras de Kopere Brecha (Isoso)
Interior de una colmena controlada de abeja tapejua o “corta pelo” (Scaptotrigona postica)
Apoyando a la meliponicultura en el Chaco boliviano Abordamos ya la última fase del proyecto que comenzamos en 2011 y que nos ha llevado a recorrer varias comunidades guaraníes y ayoreas del entorno del Parque Nacional Kaa-Iya del Gran Chaco, en Bolivia, con el objetivo de apoyar la meliponicultura -cría controlada de abejas meliponas para la obtención de miel y otros derivados- como vía estable de ingresos familiares. Durante estos meses hemos hecho un especial esfuerzo tanto en la formación de las cerca de 60 mujeres participantes en el proyecto, como en la comercialización, con la realización de un estudio de mercado que nos ha permitido tener un conocimiento extenso del mercado de la miel en Santa Cruz y orientar futuras actuaciones. Como quizá sepáis, las abejas de la subfamilia Meliponidae son propias de las regiones tropicales de América y África, encontrándose 183 de las 270 especies identificadas en el mundo, en Centro y Sudamérica. En Bolivia, las diferentes etnias que usan su miel lo hacen también con fines medicinales, siendo por tanto muy apreciada y demandada. Obtenida directamente de la pequeña abeja llamada “corta pelo” o “tapejua” (Scaptotrigona postica), 100% natural, recogida artesanalmente por mujeres indígenas del Chaco boliviano y procedente de una de las áreas mejor conservadas del país, hacen de esta miel un producto muy especial. Podéis obtener más información en la página web que hemos preparado para explicaros con más detalle esta iniciativa y a la que podéis acceder desde la web de Territorios Vivos (www.territoriosvivos. org).
Análisis del potencial ecoturístico en el Chaco boliviano Desde que desarrollamos nuestro primer proyecto, allá por el año 2005, tenemos la sensación de que la región del Isoso, en los aledaños del inmenso Parque Nacional Kaa-Iya del Gran Chaco, guarda un interesante potencial para el desarrollo de actividades ecoturísticas - sobre todo observación de fauna y de turismo comunitario -, de hecho, algunas comunidades han comenzado a ofrecer servicios de forma incipiente. Sin embargo, antes de potenciar la creación de propuestas y ofertarlas al mercado, debemos estar seguro de que el potencial es real y que, efectivamente, se trataría de propuestas viables en términos de rentabilidad y sostenibles, donde la comunidad local sea capaz de gestionarlas de forma eficiente. Para ello, a finales de 2011 comenzamos una colaboración estratégica con la Fundación de Amigos de la Naturaleza – FAN Bolivia, que cuenta con un potente equipo técnico especializado en este sector, con el fin de que se realicen una serie de visitas de prospección y realizasen un adecuado análisis de los recursos, tanto naturales como técnicos, existentes en el área. El desarrollo del ecoturismo en el Isoso supondría una mayor diversificación de actividades económicas y el desplazamiento de otras prácticas con un mayor impacto ambiental como la caza, reforzando el binomio desarrollo local y conservación. Fotografías: Marcelo Arze
Tamandua (Tamandua tetradactyla)
Peni (Tupinambis rufescens), varano muy abundante en el Isoso
concurso de fotografía Territorios Vivos Desde el 8 al 31 de marzo, en el bar La Piola (Madrid), muchos de vosotros habéis podido disfrutar de la exposición fotográfica que con el título “Naturaleza y Sociedad”, Territorios Vivos organizó a partir de un conjunto de obras realizadas por socios y voluntarios en el marco del primer concurso fotográfico de la organización. La muestra ha recogido diferentes perspectivas de nuestra relación con el medio, desde el uso armónico de los recursos en las salinas de Mara, en Perú, o la recolección de algas para cosmética en una playa de Tanzania, a nuestra relación con la biodiversidad, reflejada en una semilla y la integración de las culturas indígenas en la naturaleza, pasando por llamadas a la reflexión acerca de nuestro modo de vida. A través de esta iniciativa, desde Territorios Vivos hemos querido promover la participación de nuestros socios y voluntarios en torno a los conceptos que sentimos como nuestros y que compartimos con todos vosotros.
Fotografía ganadora: “Terrazas de sal” Autora: Valeria Pugliese
Yendo desde Cuzco hacia Machu Picchu, en el Valle Sagrado de los Incas, nos encontramos con este paisaje maravilloso. Son las salinas de Maras, más de 4.000 pozos llenos de agua que condensada, se transforma en sal: el sustento primordial para los pobladores de esta zona que se dejan la vida extrayendo la sal de manera artesanal tras un duro y penoso trabajo, debido a la orografía del terreno. La sensación al llegar es la de estar frente a una obra de arte y, al mismo tiempo, un ejemplo de simbiosis perfecta entre hombre y naturaleza.
“Entre arrozales” Autor: Jorge Sánchez Cruzado
El arroz es el cultivo tradicional de la etnia Diola que habita la región de Casamance, en el sur de Senegal. Los arrozales configuran el paisaje en torno a las aldeas asentadas en los terrenos localizados entre la multitud de brazos e islas que dibuja el río que da nombre a la región. Combinado con la abundante pesca, el arroz es el alimento básico de la población Diola, aunque severos impactos están poniendo en riesgo esta base nutricional; por un lado, la excesiva explotación pesquera que los barcos europeos desarrollan en la costa está mermando los bancos de peces, que hasta el momento se habían explotado de un modo sostenible, basándose en cubrir las necesidades alimenticias de la población. Por otro lado, la deforestación del manglar está generando el aumento de la salinidad del río, cuyas aguas son las que riegan los arrozales, provocando la salinización de los suelos y la reducción de la productividad agrícola, así que gran parte del arroz que consumen en el momento actual es importado de Tailandia y la India.
“Bouquet” Autora: Carlota Saura
La foto fue hecha tomando la flor por debajo, sin arrancarla, simulando un ramo de flores, o bouquet en francés.
“Vida entre mareas” Autora: Maya Ormazabal
En esta playa de Zanzíbar hay una actividad que sorprende a los que estamos acostumbrados a que sean un lugar de ocio y relajo. Aquí todas las mañanas las mujeres salen a recoger las algas que han quedado atrapadas en los palos que previamente, a modo de cultivo, ellas han puesto en la arena. Pero no son las únicas, cuando baja la marea también les acompañan los pescadores jóvenes que salen en busca de pulpos y erizos, mientras los dows ya han atravesado el arrecife en busca de pesca. Este trajín es fascinante y adquiere su punto álgido en el mercado de pescado que se organiza en la misma playa y tiene lugar cuando la marea vuelve a subir.
“La reina de Orkon” Autora: Amaya Sánchez
Esta foto se tomó en un asentamiento nómada a los pies del río Orkon en la zona central de Mongolia. En él vivían dos familias cuya forma de subsistencia era la ganadería (ovejas, yaks y caballos). El pueblo mongol mantiene una relación muy intensa con la naturaleza, no sólo desde una dimensión espiritual, sino porque su dependencia respecto al medio ambiente es muy estrecha y directa. Tradicionalmente estas tribus ganaderas conviven con su entorno de una manera armoniosa, en gran medida gracias a su condición nómada que no permite que los pastos de los que se alimenta el ganado sean esquilmados o sobrecargados
“Hambre de vida” Autora: Graciela Añívarro La fotografía busca transmitir el vínculo del animal con el hombre y la necesidad de preservar nuestro hábitat. El ave representa libertad y el gesto de alimentarla aviva el pensamiento de seguir cuidando nuestro más preciado tesoro, un territorio vivo, y la vida no se puede dar sin cada una de las especies que la conforman. La foto fue tomada en O Grove, Pontevedra
“Muestreo de mosquitos” Autor: Alberto Hurtado Muestreo de dípteros al anochecer en el Parque Nacional de Doñana, Huelva.
“Futuro” Autor: Pablo Urivelarrea
Tomada el 2 de enero de 2010 unos kilómetros al Norte de Sidi Ifni (Marruecos). La relación hombre-animal que casi se ha perdido en nuestras latitudes se mantiene muy viva en el mundo rural árabe. Aunque en apariencia mucho mas sencillo que un moderno y potente tractor, entenderse con un animal requiere paciencia, confianza y sensibilidad; valores que no se adquieren rápidamente. Parece una postal del pasado, pero es muy presente. De hecho es cada día mas frecuente en aquellas latitudes... y en estas.
“Semillas del futuro” Autor: Martín Venturas
Tres mujeres limpian semillas en el Forestry Research Center de Adis Abeba. Es el centro más importante de Etiopía en cuanto a conservación y estudio de semillas forestales del país.
“I” Autora: Lucía Iglesias
Fotomontajes realizados a partir de un viaje a México en verano de 2011. Rodeada de esa naturaleza salvaje, de esos mitos Mayas, de esa cultura tan rica donde la relación entre hombre y naturaleza es tan intensa, en mi cabeza siempre estuvieron presentes los conceptos de memoria y ser humano y naturaleza; hablo de la relación más salvaje y profunda entre el hombre y la naturaleza al principio de los tiempos y que todavía, aunque algo difusa, forma parte de nuestra memoria colectiva, está en nuestro ADN.
“Puerto de Gunjur, Gambia” Autor: José Santonja Esta foto fue realizada en la costa de Gambia, en 2011. Se trata de la zona donde descargan los barcos pesqueros de la población local.
“Un lugar al que ir” Autora: Maya Ormazabal Escondido entre montañas, volcanes (el Licancabur al fondo), lagunas de colores, géiseres humeantes y a más de 3.000 metros de altitud, estas vías son la invitación a soñar con un viaje. Están en la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa y conectan Uyuni, en Bolivia, con Antofagasta en Chile. Podría ser un trayecto turístico, como el que hace el Orient Expres o el Transiberiano, pero en este caso el tren lleva casi siempre mercancías, minerales que van a embarcarse al Pacífico rumbo a otras tierras. Sin embargo la riqueza de estos paisajes permanece, y una fauna y flora adaptada a condiciones extremas que sorprende, y mucho, ver flamencos en una laguna colorada a esa altitud deja sin habla.
“Secadero forestal” Autor: Martín Venturas
Una mujer voltea las piñas y frutos de eucalipto secados al sol en el vivero forestal del Bosque de Suba (Etiopía). Estas semillas serán plantadas y con ellas se realizarán las plantaciones que proporcionan trabajo y materias primas a la población local.
“Wakanki. Remedio para el amor en el cerrado boliviano” Autora: Silvia Akerreta
Doña Antonia es curandera y como ella dice “hacedora de losas”, es decir, de macetas y cántaros de chicha. Su cuerpo es adorablemente pequeño, pero su sabiduría es inmensa. Todos los días camina 10 kilómetros para llegar a su chaco, la huerta. Pero no le importa, camina por el bosque, que también es su casa y, como vemos, su almacén de remedios. A escondidas me muestra el wakanki, con el que podría atrapar para siempre a “mi enamorado”.
“Siéntate a valorar” Autor: Jorge Fernández
Durante una salida ornitológica por Extremadura encontré una situación idílica y pastoril; la primavera despertaba por doquier, el cielo destilaba azul intenso y el sillón te daba las alas para volar... Deberíamos sentarnos de vez en cuando en lugares así para pensar todo lo que perdemos con el ritmo de vida que llevamos.
“Eucalipto, fuente energética” Autor: Martín Venturas
Una mujer y dos niños recolectan hojarasca y ramas secas caídas en una plantación de eucalipto de Wayu, Tierras Altas de Etiopía. En esta región las plantaciones de eucalipto son esenciales para el sustento y supervivencia de sus habitantes, ya que proporciona madera para la construcción y combustible para cocinar y calentarse. Dada la alta densidad demográfica, la región ha sido deforestada casi en su totalidad y transformada a tierras agrícolas. Las plantaciones de eucaliptos ayudan a evitar la erosión de los suelos y a disminuir la presión sobre los pocos bosques autóctonos que aún persisten.
visita a Suerte Ampanera El sábado 25 de marzo visitamos la finca Suerte Ampanera de ganadería ecológica, que ha sido premiada con el mejor queso de España 2011. Las 25 personas que pudimos ir fuimos recibidas por un rebaño de amistosas cabras, y atendidas con gran simpatía y conocimiento por parte de Cristian, uno de los trabajadores. En un recorrido por la vía pecuaria adyacente a la finca y precedidos por un rebaño de cabras nos contaron cómo tomaron la decisión de producir de forma ecológica, las dificultades que entraña, y las medidas para apoyar la biodiversidad que llevan a cabo. Todo un ejemplo para cualquier explotación ganadera. Niños y adultos disfrutamos de un estupendo día de campo, y aprendimos muchas cosas sobre la producción ecológica. Al terminar, pudimos comprar yogur, quesos y huevos, de la máxima calidad, y por supuesto ecológicos.
Momentos de la visita y productos que se pueden adquirir de la marca Suerte Ampanera.
la Custodia Agraria:
trabajando por una agricultura responsable
Amaya Sánchez Son muchas las entidades de custodia del territorio que desde hace años trabajan con los propietarios, usuarios y gestores de los espacios rurales para materializar acuerdos voluntarios que contribuyan a una agricultura cada vez más responsable con el medio ambiente, con quienes trabajan la tierra y con quienes nos alimentamos y disfrutamos de los servicios que nos ofrecen los agroecosistemas.
en torno a la actividad agrícola que implican técnicas variadas e ideas ingeniosas e innovadoras que responden a múltiples objetivos muy diversos. Probablemente uno de los objetivos más recurrentes en este tipo de iniciativas sea el intento de impulsar y dar apoyo técnico al sector agrario y ganadero y un buen ejemplo de ello es el Acuerdo de Prácticas Agrarias Sostenibles promovido por el GOB Menorca.
Tanto es así que en los últimos años se viene utilizando el concepto de custodia agraria para referirse a aquellas iniciativas de custodia del territorio en las que se combinan objetivos de conservación de nuestro medio rural y natural con la generación de nuevos modelos de gestión de las explotaciones agrarias que pretenden mantener su viabilidad y rendimiento económico.
Este es un acuerdo voluntario entre dos partes, finca agraria y GOB, con el que las dos partes se comprometen a trabajar para intentar lograr el máximo de una serie de medidas que se han identificado como potencialmente beneficiosas, tanto para la viabilidad económica como para la conservación de los valores naturales.
En este contexto, la custodia busca conservar tanto el paisaje como el paisanaje rural creando fórmulas compartidas que intentan dar respuesta a las necesidades de una sociedad cada vez más preocupada por cuestiones complejas como son: la seguridad alimentaria, la insostenibilidad de un sistema productivo que requiere de un desproporcionado consumo de recursos y energía para generar y comercializar los alimentos que llenan nuestros platos, o el desequilibrio que existe entre los precios que el consumidor final paga por un producto y el escaso beneficio económico real que el productor percibe por su trabajo. Es difícil proporcionar datos cuantitativos actualizados sobre el estado de desarrollo de la custodia agraria en nuestro país, pero las diferentes referencias consultadas muestran que en la actualidad existe una proporción muy elevada de acuerdos que se desarrollan
GOB - participación en ferias para promocionar el proyecto y los productos
Se trata, por lo tanto, de acuerdos que se hacen posibles a partir de la convicción de los aspectos positivos que se pueden derivar de una colaboración mutua, y que se formalizan con la firma de un convenio privado, adaptado a cada caso en particular y en función del tipo de gestión de la finca.
Precisamente la promoción y revalorización de los productos agrícolas de las fincas en custodia así como la potenciación del consumo local es otro de los objetivos fundamentales que se persiguen en el marco de los acuerdos de custodia agraria. En este sentido las entidades están poniendo en práctica diferentes fórmulas como son la creación de agrotiendas, la organización de catas de productos, la participación en ferias y mercados, la venta directa, etc. (como hace el GOB en Menorca o IAEDEN en la comarca catalana del Alt Empordà).
(ovino, bovino y gallinas) y de recuperación de variedades locales de uva en fincas en custodia.
Legumbres de la Fundación Global Nature
GOB - grupo de voluntarios/as del proyecto
Otras entidades, han optado por crear empresas que faciliten la producción y comercialización de productos que provienen de espacios en custodia. Es el caso de Riet Vell, la compañía creada por SEO/BirdLife que ofrece a los consumidores productos de agricultura ecológica que ayudan a conservar especies de aves amenazadas y ecosistemas al tiempo que se promueve el desarrollo socioeconómico de áreas rurales con cultivos tradicionales y extensivos. En esta línea, la Fundación Global Nature recientemente ha puesto en marcha una página web a través de la cual comercializa legumbres producidas en fincas palentinas que forman parte de la Red Natura 2000 y que contribuyen a la protección de hábitats y especies amenazadas. Así mismo merece la pena destacar los programas de gestión agroambiental desarrollados por la Fundación Global Nature en Extremadura y Castilla y León para la recuperación de razas de ganado autóctono
Además, y debido a que la custodia agraria trabaja por la supervivencia de los espacios rurales, algunas iniciativas se enmarcan en el objetivo de garantizar el relevo generacional de las fincas y facilitar el acceso a la tierra de personas jóvenes como muestra el Proyecto Grípia, Territorio Ganadero promovido por la Asociación Rurbans del Pirineo catalán que utiliza la custodia agraria como una herramienta de trabajo que interconecta las diferentes líneas de acción del proyecto. Grípia engloba una serie de actuaciones entre las que destaca la Escuela de Agricultores y Pastores y el Banco de Explotaciones y Tierras que pretenden ser una vía para facilitar que aquellas personas que no vienen de tradición agrícola puedan incorporarse a la actividad gracias a la cesión o traspaso de infraes¬tructura, ganado y/o tierras que reciben de ganaderos propietarios que quieren dejar la ganadería por diferentes motivos (como puede ser la jubilación). Mediante el Acuerdo de Custodia Agraria Grípia a tres bandas (propietario, alumno de la escuela, entidad de custodia) se garantiza el uso de los prados de pasto recuperados y salvados del abandono al tiempo que se establecen los derechos y deberes entre los propietarios de una finca y aquellas personas a las que se les cede o traspasa la finca para incorporarse al sector ganadero. En definitiva, el acuerdo materializa un consenso por el cual
todas las partes implicadas pueden alcanzar sus objetivos y se asegura que durante cinco años determinados pastos de montaña de vocación ganadera sean gestionados respondiendo a criterios de sostenibilidad ecológica. Tras este breve recorrido por la custodia agraria, sus técnicas y actores esperamos que sean muchas las conclusiones y reflexiones que se agolpen en vuestras mentes. Por nuestra parte nos quedamos con dos rasgos de la custodia del territorio que consideramos especialmente valiosos: por un lado sitúa en el lugar que se merece a las personas que conviven día a día con los agroecosistemas y que en definitiva los moldean; y, por otro, tiene presente las complejas relaciones que existen entre quienes gestionan los espacios rurales y aquellos que se benefician de los servicios ecológicos que en estos se generan.
en Territorios Vivos apostamos por la custodia, de momento tenemos en marcha el proyecto de custodia fluvial y estamos preparando nuevas líneas de trabajo para los próximos meses, ¿te interesa esta estrategia de conservación y mejora?
¡participa en el Grupo de Custodia de Territorios Vivos! info@territoriosvivos.org
proyecto Anfibios Un total de 301 alumnos/as participaron en los talleres del proyecto Anfibios de la ZEPA nº56, de los encinares del Cofio y el Alberche. Realizamos talleres en Navas del Rey, Cenicientos, Chapinería, Colmenar del Arroyo, Pelayos de la Presa, Villanueva del Perales, Villamantilla, Navalagamella, Valdemaqueda y Las Rozas de Puerto Real. El balance del proyecto es muy positivo, donde los materiales creados para desarrollar las actividades (Caja de los Anfibios con réplicas y juegos) y la aplicación multimedia (http://www.territoriosvivos. org/WEB_RANAS/) han tenido una gran acogida. Después de los talleres, que fueron ejecutados con la colaboración de la cooperativa Educando, los centros recibieron las Cajas en forma de préstamo hasta final de curso, para luego ser rotadas a otros centros y asociaciones. Recordamos que las Cajas estarán disponibles a partir del próximo septiembre para centros educativos, asociaciones y cualquier entidad que quiera utilizarlo para jornadas, talleres, etc. De cara al futuro de esta línea de trabajo, esperamos poder realizar más talleres, así como salidas de campo relacionadas con el sorprendente mundo de los anfibios. ¡Os mantendremos informado/as!
Talleres en Colmenar del Arroyo y Pelayos de la Presa
P贸steres creados para el proyecto
¿Quieres participar en Territorios Vivos? Hay muchas formas de colaborar: · Como voluntario en los proyectos · En la creación de este boletín · Como socio · Como financiador
Para más información: info@territoriosvivos.org 608185519
Nuestros amigos de KUU Video han colaborado con nosotros para realizar un video de presentación. ¿Quieres verlo? http://vimeo.com/39191405
Proyectos desarrollados con el apoyo de: