EN PROFUNDIDAD
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RAMÓN Ejerce en Lorca en la Asesoría que lleva su nombre desde hace más de 25 años. El deporte y los viajes son, junto con el Paso Blanco, dos de sus grandes pasiones. En los últimos meses lo hemos podido ver al frente de las últimas iniciativas del Paso demostrando que no hay pandemia que pueda con el espíritu de superación de esta cofradía. Por delante, muchos retos y la ilusión de que la Semana Santa lorquina llegue cada vez a más y más gente… y eso, a pesar de que la situación no es precisamente la mejor. ~¿CÓMO FUERON LAS ELECCIONES, TENIENDO EN CUENTA QUE SE CELEBRARON EN UN CONTEXTO MUY ESPECIAL? ~Las elecciones fueron atípicas, como todo lo que estamos viviendo desde hace un año. Tendrían que haberse celebrado en junio de 2020, pero dada la situación extraordinaria, se convocaron para agosto. Llegado ese momento, y viendo que la situación no era mejor, por prudencia y responsabilidad, el Paso decidió aplazarlas hasta septiembre. La votación se realizó finalmente el día 6 de ese mes y, por supuesto, todo se hizo de una forma ordenada y con las máximas medidas de seguridad.
~¿CUÁNTOS AÑOS LLEVAS EN EL PASO Y QUE TE LLEVÓ A UNIRTE A ÉL? ~Llevo en el Paso toda mi vida, desde que era muy pequeño, mi padre que es blanco, me llevaba con él a los actos del Paso y, por supuesto, a las procesiones. Una de las grandes pasiones de mi padre son los caballos, y yo tenía la suerte de que me llevara con él a las cuadras del Paso. Así que enseguida empecé a montar y a salir en las procesiones. Siempre estuve involucrado en todo tipo de preparativos, sobre todo en la Nave del Paso. Después, a medida que fui creciendo, fui dándome cuenta de que mis valores y los del Paso eran compartidos: la honestidad, la generosidad, la ayuda al prójimo y, por
~¿CÓMO DECIDES PRESENTARTE A LA ELECCIÓN DE PRESIDENTE? ~En realidad fue algo espontáneo. La idea surgió de forma muy natural mientras estaba colaborando con diferentes comisiones del Paso. A lo largo de los más de 40 años que llevo en el Paso, he tenido todo tipo de responsabilidades y un día… llegó esta. Detrás de aceptarla, está la ilusión por aportar y mejorar nuestra Cofradía, creo que aún nos queda mucho por hacer, que aún tenemos mucho que dar... y eso es lo que pretendo. ~UNA VEZ PRESIDENTE, ¿QUÉ SENTISTE AL SERLO? ~Una ilusión indescriptible… ¡y muchísima responsabilidad!
me acompaña desde que tengo memoria: poder aportar mi visión sobre todo lo que aún podemos hacer y, sobre todo, poder devolver al Paso y a la ciudad de Lorca todo lo que me han dado a mi a lo largo de mi vida, es una suerte enorme. Mi compromiso, te lo aseguro, no puede ser mayor.
~HABLANDO DE PRESIDENTES, LOS QUE LO HAN SIDO HAN IDO DEJANDO EL LISTÓN BASTANTE ALTO, ¿ESPERAS PODER SUPERAR LO HECHO HASTA AHORA? ~Creo que no se trata de superar nada, si por algo se caracteriza el Paso Blanco es porque cada uno de los que estamos involucrados en él tenemos muy claro que venimos a aportar
«Mis valores y los del Paso eran compartidos: la honestidad, la generosidad, la ayuda al prójimo y, por supuesto, la devoción hacia la Virgen de la Amargura» supuesto, la devoción hacia la Virgen de la Amargura. Estar en el Paso Blanco significa ser parte de una gran familia en la que no se deja de aprender: es un modo de vida.
Imagino que desde fuera puede ser difícil de entender, pero para mí este es uno de los mayores honores que tendré en mi vida. La presidencia del Paso es como el broche de oro a una pasión que
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lo mejor de nosotros mismos. Cada persona tiene unas fortalezas (y también unas debilidades) diferentes y se trata de ser capaz de ponerlas al servicio del Paso. El trabajo de mis antecesores ha sido
fundamental para que el Paso Blanco sea lo que es hoy: un referente de la Semana Santa dentro y fuera de nuestras fronteras.
~CUANDO ALGUIEN ES PRESIDENTE TIENE UNOS OBJETIVOS Y UNAS METAS, ¿CUÁLES SERÍAN LAS TUYAS? ~Mi objetivo es poder consolidar este trabajo que mencionábamos hace un momento y dar, si cabe, aún mayor visibilidad al Paso Blanco. Creo que vivimos en una época en la que no se puede ser ajeno a la globalización. Como todos los fenómenos socioeconómicos, esta tiene su parte buena y su parte mala, necesitamos coger la buena y aprovechar esa ruptura de fronteras que propician las nuevas tecnologías para acercar la Semana Santa lorquina a más y más gente fuera de nuestras fronteras. A nivel local, nos quedan muchas cosas por hacer. Si algo tengo muy claro es que ser blanco es un modo de vida. No somos un grupo de personas que se reúne una vez al año para salir en procesión, somos mucho más, somos una gran familia que da soporte a decenas de obras sociales, que apoya la cultura local, que promueve artes ancestrales, que cuida de un legado de valor incalculable, que trabaja por y para su ciudad… y mi objetivo es darle visibilidad a todo esto durante todo
