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ESPACIOS URBANOS

Redescubrir la ciudad

PANORÁMICA PARCIAL del Centro Histórico de Lorca.

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Tras un paréntesis obligado de tres meses, esta sección vuelve a los lectores junto a nuestra revista con más fuerza e ilusión. El coronavirus nos ha azotado de forma despiadada: ha arrancado la vida de muchos miles de compatriotas y ha paralizado la vida económica y social. Cuando se redactan estas líneas, Lorca y la Región de Murcia se encuentran en la Fase II de la desescalada, en el marco de un estado de alarma que viene a definir

ESPACIOS URBANOS

TEXTO Y FOTOSDAVID ROMERA

una situación de total excepcionalidad. Tras muchos días de confinamiento, toca ir restableciendo, con o guardar la distancia de seguridad son nuevos preceptos que hemos de acatar en nuestro «nuevo» día a

Traemos a esta sección una propuesta de Ruta Monumental para realizar paseando por Lorca

responsabilidad, lo que algunos vienen a llamar la «nueva normalidad». Ponerse la mascarilla, lavarse bien las manos, usar gel desinfectante, evitar tocarse la cara día. Se trata de evitar el contagio y salvar vidas.

Afortunadamente, aquella estampa casi onírica de una ciudad de calles y plazas vacías, de tráfico

Redescubrir la ciudad tras el confinamiento

PLAZA de Colón.

ausente, fábricas y comercios cerrados, vecinos confinados en sus viviendas, de economía y vida social paralizada, ha ido desapareciendo en las últimas semanas según vamos atravesando las diferentes fases de la desescalada, aquella vuelta a la «nueva normalidad». Los lorquinos vamos poco a poco tomando nuevamente las calles y plazas, comprando en las tiendas, acudiendo a bares y restaurantes, volviendo al trabajo. Tras muchas semanas encerrados en casa, también surge la oportunidad de redescubrir la ciudad que nos acoge. Es nuestro espacio vivido, que encierra aquí y allá tesoros artísticos que bien merece la pena contemplar con detenimiento, sin prisas, en una tarde de junio. Por eso y tras el confinamiento obligado, traemos a esta sección una propuesta de Ruta Monumental para realizar paseando por Lorca.

ANGELOTE en la calle Álamo.

IGLESIA del Carmen (detalle).

Invitamos al lector, pues, a redescubrir su ciudad tras el confinamiento. Obligatorio: el uso de mascarilla, ropa y calzado cómodo. Podemos iniciar este recorrido por la Lorca Monumental una tarde cualquiera, con la fresca, en el antiguo Convento de La Merced (1546-1729), junto al río, establecimiento desamortizado en su momento del que resta la portada renacentista, frente a la cual Fernando el Católico juró los fueros de Lorca en 1488 antes de partir a la toma de Granada, y el claustro barroco, en torno al cual se estructura la nueva funcionalidad del complejo administrativo y centro de visitantes. En la Edad Media los mercedarios participaban en la redención de los presos, por lo que su primer convento se situó en el interior del Castillo. Inmediata queda parte de la cerca que protegía la ciudad medieval, con sus torreones, apareciendo al final de la Cuesta de San Ginés el Porche de San Antonio, con su puerta ojival, acodada, la única que subsiste en la actualidad y que conduce hacia la parte alta de San Juan da y olvidada. Entre el ha detenido. Allí está el por estrechas callejuevetusto caserío, apareConvento de las Mercelas, herencia del urbanisce la placeta del Ibreño, darias, con tímida portamo islámico. También desprovista de su antida de cantería en la calle podemos dar el salto y guo encanto, y de ahí a Zapatería. El Arco de La cruzar el Guadalentín la Iglesia de Santiago Cava, da paso a la maa través del Puente del (siglo XVIII), sin duda la jestuosa Plaza Mayor, Barrio, de porte monumás desafortunada de de las más hermosas mental, el cual soportó todas: en 1911 sufrió de España, parcialmente la gran riada de Santa un voraz incendio y cien porticada. Configurada Teresa unos meses desaños después quedó en el siglo XVI fuera de pués de ser inaugurado parcialmente destruida las murallas, pronto se en 1879. Nos adentrapor un terremoto. Su convirtió en el centro de mos en el Barrio poder de la ciude San Cristóbal, dad y en torno tradicional núcleo a ella se van a artesano y fabril, ubicar los edifidonde admirar la emblemática Desde La Merced cios más importantes: la magna Fuente de la Estrella (1820), en cuyo interior se consersubimos a la ciudad antigua: La obra de la Colegiata de San Patricio (1533- va un ejemplar de la Constitución de Cava, Zapatería, 1780), de planta catedralicia, con 1812, el Museo de Bordado del Paso Encarnado Gomélez, Moriscos, espectacular fachada prebarroca, torre y Salas o su iglesia parroquial (1744), con Buen Suceso, Capitulares al estilo francés; el portada barroca y airosa torre neoQuinquilleros... bello ejemplar de Ayuntamienclásica. to (1678-1739);

Desde La Merced entorno es un conjunto la Casa del Corregidor subimos a la ciudad anurbano de enorme belle(1750), con los míticos tigua: La Cava, Zapateza y armonía: el Palacio fundadores de Lorca, ría, Gomélez, Moriscos, de Villaescusa, la Casa los príncipes troyanos Buen Suceso, Quinquide los Rubira u otras Elio y Crota, en un esquilleros, Arquillo, Los Tinde los siglos XVIII y XIX nazo; el antiguo Pósito tes... son nombres de son dignas de resaltar. de Panaderos (1553); la calles que evocan otros Subimos a la calle Cava, Cárcel (de 1750-73, que tiempos, otros modos, antiguo foso de la muestá detrás); y el Colegio otras formas de vivir. A ralla, donde la veleta del Universitario de la Puuna ciudad desaparecitiempo parece que se rísima (1779), amén de las numerosas casonas de los siglos XVIII y XIX que están repartidas por la plaza. La reciente restauración de sus edificios permite contemplar desde cualquier rincón magníficas perspectivas de este museo renacentista y barroco al aire libre. Cualquier ciudad envidiaría un enclave como este.

Bajo el Ayuntamiento tomamos Selgas, antigua Calle de las Tiendas, donde el Palacio de los Alburquerque (siglo XVI) es sede del Archivo Municipal. A partir de aquí se muestra otra colección de casonas de los siglos XVIII y XIX que muestran la arquitectura típica de Lorca en este periodo. La gran expansión de la ciudad vació de población y comercios la parte alta; de no actuar con urgencia, los lorquinos perderemos para siempre la que pudo ser una de las calles con más solera. Tras pasar la Casa de los Vallejo, continuamos hasta alcanzar la calle Pío XII, por la que bajamos entre antiguas casonas con ángeles y escudos, y el Edificio Bertrand (1943), el primero que tuvo ascensor

en Lorca. En los Cuatro Cantones cruzamos con la Corredera, calle salón por excelencia y brújula de la ciudad. Giramos a la derecha para admirar la sede de la Comunidad de Regantes (1786), no lejos del antiguo Alporchón, donde las subastas del agua, y más allá la antigua Cámara Agrícola (1910) con fachada modernista. Prolongando nuestro paseo, nos situamos delante de la Iglesia de San Francisco (1560-1694), de magníficos retablos y órgano barrocos, anexo queda el antiguo convento franciscano y hospital que alberga el Museo de Bordados del Paso Azul. Siguiendo por Nogalte, la Casa de las Cariátides y seguidamente la Iglesia del Carmen (1742-1784), la última gran iglesia barroca que se construye en Lorca, con cúpula ondulada y gran portada monumental. Junto a ella el Museo de Bordados del Paso Morado. En la parte alta, sobre singular promontorio, se ubica el complejo religioso del Calvario, que emula al de Jerusalén, con capillas del siglo XVIII.

Por la calle Campoamor descendemos a través de la fuente exótica del Negrito a la plaza de Colón, uno de cuyos lados ocupa el Teatro Guerra (1861), el más antiguo de la Región y expedito de edificaciones. Estamos en el ensanche burgués del siglo XIX urbanizado sobre los huertos desamortizados de antiguos conventos, donde se trazaron calles rectas y plazas amplias. Lope Gisbert es otro museo al aire libre. Pocas calles en la Región concentran tantos edificios de interés histórico-artís

Una joya del Barroco civil español, el Palacio de los Guevara (1690-1705)

tico que nos llevarán al punto de partida. Estos edificios, en el orden en el que están dispuestos, son los siguientes: el Palacio de los Condes de San Julián (siglos XVIIXIX), que queda frente del Casino Artístico-Literario (1885), con su elegante salón de baile (en restauración); la iglesia de San Mateo (siglos XVIII-XIX), proyectada por los jesuitas, con su espectacular cúpula de media naranja; al lado, el Centro de Artesanía para la Región de Murcia y el antiguo Hotel Comercio. A continuación aparece una joya del Barroco civil español, el Palacio de los Guevara (1690- 1705), con amplia portada a modo de retablo (en restauración) y patio interior porticado, conservando todo su mobiliario original. El escudo de armas de los García de Alcaraz (siglo XVII) en la esquina con la calle Álamo, ubicado junto al Palacio de los Musso (1770), constituye un ejemplo más de la relevancia social de estas familias poderosas.

Iniciamos la recta final a partir de la plaza de San Vicente, donde podemos contemplar grandes palacetes renacentistas y barrocos si continuamos por la Corredera en dirección a Santo Domingo (Casa de los Guevara, de los Marín Ponce de León, de los Irurita). Es también recomendable bajar desde esta plaza por Floridablanca para ver el Palacio del Huerto Ruano (1877), icono de la arquitectura burguesa local. Ya en la calle Santo Domingo hallamos el conjunto monumental del mismo nombre, formado por la Capilla del Rosario (1707-1740) en cuyo interior se puede admirar una de las cúpulas más bellas de la Diócesis, y el antiguo Convento de Santo Domingo (1551-1608), convertido en Museo de Bordados del Paso Blanco. En La Alberca, para cerrar esta ruta por nuestra ciudad, se pueden ver las fachadas de otros dos edificios nobles, el Palacio de los Mula (1711) y el Palacio de los Moreno (siglo XVI), Museo

FOTOS de arriba a abajo. San Francisco y calle Nogalte. Fachada de la Colegiata de San Patricio. Calle Cava. Colegio de La Purísima.

Arqueológico de Lorca y uno de los máximos exponentes del Renacimiento italiano en la ciudad.

Si es apetencia del lector, se puede ascender al Castillo, enorme complejo defensivo que alberga edificios que van desde la época islámica hasta el siglo XIX, destacando sus dos grandes torres miliares del siglo XIII (la Alfonsina es el símbolo de la Ciudad) y la judería, cuyo punto central es una Sinagoga excepcional del siglo XV. Las vistas que se tienen desde aquí de la ciudad y su huerta son inmejorables. En los Barrios Altos aparecen las antiguas iglesias medievales de Santa María la Mayor (gótico tardío) y San Pedro, ambas restauradas, así como San Juan, pero con añadidos barrocos. También se puede visitar paseando por las Alamedas y atravesando el Puente de la Torta, el Santuario de la Virgen de las Huertas, Patrona de la Ciudad, donde admirar el mayor conjunto de pinturas murales del siglo XVIII de la Región de Murcia.

Toca disfrutar de Lorca. Toca redescubrir nuestra Ciudad.

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