editorial
A seguir volando, Mariposas! Desde el Espacio de Géneros del Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional, queremos aprovechar para contarles cómo nace nuestro espacio. Nacimos allá entre los años 2002 y 2003, siendo parte de la bronca organizada en lucha de los movimientos de trabajadores desocupadxs y movimientos sociales organizadxs, enfrentando y resistiendo las políticas neoliberales implementadas en nuestro país por esa época. El Puente Pueyrredón nos unifica desde ese lamentable 26 de Junio de 2002, donde a partir del asesinato de Darío y Maxi por el gobierno de Duhalde, comenzamos a encontrarnos cada mes en el pedido de justicia por nuestros compañeros. Las luchadoras de lo que a partir del 2004 sería el FPDS nos fuimos reconociendo y afianzando en cada barrio, en cada asamblea, en cada lucha, conformándonos como Espacio de Mujeres, entendiéndolo como una instancia abierta a todas las compañeras y muy necesaria para construir la organización que soñamos. Hoy desde cada territorio de militancia, movimiento, regional donde estamos organizadas como espacios de mujeres nos vamos empoderando en la participación comunitaria, social y política, en la lucha cotidiana por la igualdad que nos merecemos. En este proceso de años, de encontrarnos, conocernos, discutir, proponer, fuimos visibilizando las condiciones de opresión y discriminación que sufrimos como mujeres, y no sólo como mujeres. Somos mujeres luchadoras, trabajadoras y piqueteras; mujeres por el cambio social; mujeres al frente y en la resistencia. Nos sentimos parte de todxs aquellxs que son oprimidxs en función de los roles que nos asigna el sistema patriarcal, roles de subordinación. Somos también parte del movimiento trans, travesti; somos putos, lesbianas, bisexuales, queers; somos varones antipatriarcales: en fin, somos parte de todo aquello que desafía el lugar del macho dominante que aparece como el centro de la sociedad. En la lucha nos encontramos, desde allí elaborando estrategias comunes para erradicar todas las formas de discriminación y opresión. En este proceso hemos ido cambiándonos a nosotrxs mismxs a partir de nuestras prácticas. Es así que , redoblando la apuesta de la lucha antipatriarcal, decidimos comenzar a no ser solamente un Espacio de Mujeres, para comenzar a identificarnos como Espacio de Géneros, donde todxs estamos invitadxs a participar,
porque creemos que las imposiciones del heteropatriarcado nos afectan a mujeres, varones, trans, queers, y por eso mismo la lucha es también conjunta. Sin dejar de tener espacios específicos donde las mujeres podemos encontrarnos, empoderarnos, cuidarnos entre nosotras, nos abrimos a pensar un desafío mayor, el de construir relaciones entre los géneros que sean liberadoras, que respondan a patrones de cuidado, cariño y empoderamiento entre todxs. Como entendemos que la formación es fundamental para derribar mitos, para entender la complejidad del sistema que combatimos, junto a otras organizaciones anualmente organizamos un campamento de formación en géneros de carácter nacional, y un Encuentro Latinoamericano donde nos encontramos con hermanas luchadoras de todo el continente. Siendo parte de la izquierda independiente, que nace buscando desafiar las viejas lógicas de la izquierda tradicional y construyendo nuevas formas de hacer política, entendemos que como feministas tenemos desafíos importantísimos hacia dentro de nuestras organizaciones. Como FPDS-CN, la definición de ser antipatriarcales nos coloca el horizonte de afrontar debates y tomar definiciones políticas que puedan atravesar la perspectiva de géneros en forma transversal a toda la organización. Sabemos que este desafío es a contracorriente de lo que la sociedad capitalista y patriarcal nos impone, por eso generamos los mecanismos organizativos para que esta dimensión de nuestra política esté presente en todo lo que hagamos. Es así como, en la construcción de valores nuevos, que no reproduzcan relaciones de dominación, concebimos prioritario que las prácticas antipatriarcales sean parte de un proceso inherente a nuestra concepción de poder popular. A la vez, entendiendo que no alcanza con cambiarnos a nosotrxs mismxs ni a nuestra organización, sino que hoy más que nunca el movimiento de mujeres y feminista tiene que estar en las calles peleando lo que es nuestro, en articulación con otras organizaciones sociales, somos parte de las grandes luchas que venimos dando: en contra de todo tipo de violencia de género, por el acceso al aborto legal, seguro y gratuito, para terminar con el flagelo de la trata y la explotación sexual, por el fin de la homolebotransbifobia, etc. -1-
Creemos que en el marco de los desafíos que las organizaciones de la izquierda independiente venimos asumiendo, como delimitar cada vez más claramente y por la propositiva un proyecto de país integral, nuestras demandas ocupan un lugar central en esa agenda de cambio y alternativa a los proyectos hegemónicos actuales, que vamos construyendo de cara a la sociedad. En ese sentido, las conquistas de los últimos años nos alientan a ir por mucho más, y a saber que la soberanía sobre nuestras vidas y nuestros cuerpos será producto de nuestro compromiso en la batalla por un mundo igualitario. Gracias a una historia de lucha del movimiento LGTTTBI se promulgó la Ley de identidad de géneros, que junto con la Ley de Matrimonio Igualitario, reconocemos como logros que deben aportar a cambios concretos en la realidad. Desde el movimiento de mujeres organizado a lo largo y ancho de todo el país, venimos reclamando medidas c o n c r e t a s y p r e s u p u e s t o s r e a l e s p a ra l a implementación de la Ley para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres. Ante un flagelo que no cesa de propagarse, necesitamos políticas activas de prevención y programas que funcionen y den respuesta. Estamos en las calles también para exigir políticas que combatan activamente el negocio de la trata de personas y la explotación sexual de miles de mujeres. No queremos leyes declarativas, sabemos que este negocio tiene en los Gobiernos, en la Justicia y en la Policía a los grandes ganadores y cómplices de esta forma de violencia tan atroz. Ante una problemática tan compleja y terrible, necesitamos medidas claras y tajantes.
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Exigimos la legalización del aborto como parte de una política de salud sexual integral. Queremos que se implemente la ley de educación sexual y que podamos acceder a nuestros derechos sexuales y reproductivos para elegir cómo cuidarnos. El aborto clandestino es una realidad cotidiana, y sus consecuencias las pagamos las mujeres de los sectores populares. No toleramos ni una muerta más, queremos decidir libremente sobre nuestros cuerpos. Este año, con la asunción de Bergoglio como Papa, buscan hacernos retroceder en el reclamo, pero no daremos ni un paso atrás. Todas estas son batallas en las que ponemos el cuerpo y sabemos que este año tenemos que redoblar esfuerzos. Por eso nos van a encontrar: >> En las plazas, en las calles y en todas partes con compañeras que llevan en sus cabezas pañuelos verdes por la libertad de decidir por nuestros cuerpos, por el aborto legal, seguro y gratuito, en el hospital. >> En las marchas por el “Día Internacional de la mujer trabajadora”, de cada 8 marzo, con las mujeres precarizadas, las despedidas, las que recuperan fábricas.... >> Articulando y coordinando movilizaciones por el “Día Internacional de la no violencia hacia las mujeres”, de cada 25 de noviembre. >> En las acciones contra la homo-lesbo-transfobia, porque el disfrute de nuestros cuerpos y sexualidades es una parte importante del mundo que queremos, en las marchas del Orgullo levantando las banderas de la disidencia al heteropatriarcado normativo que nos oprime a todxs.
............................................................................................. >>En cada reclamo de justicia ante la sistemática violencia de género, contra los abusadores y la justicia machista del sistema patriarcal que los defiende y habilita el amparo policial ante las redes de trata. >>Nos encontramos junto a los pueblos originarios, en la defensa de nuestros bienes comunes; por la soberanía sobre nuestros territorios y nuestros cuerpos. >>Nos unimos contra los golpes de Estado, defendiendo y apoyando las autonomías de los pueblos de Nuestra América. >>Y como cada año, nos encontramos miles y miles de compañeras en el Encuentro Nacional de Mujeres y el Encuentro Latinoamericano que llevamos adelante junto a hermanas de distintos países, en una expresión de resistencia, organización y alegre rebeldía latinoamericana.Estos cambios cualitativos son importantes logros, que se dan a partir del encuentro
con otras mujeres, que vivencian situaciones similares y confluyen en la organización de nuestros malestares. En procesos de participación colectivos e individuales vamos cuestionado prácticas, sentidos y representaciones sociales patriarcales, y lo vamos haciendo con la alegría que nos significa transformarnos a nosotrxs mismxs y a nuestras construcciones. Hoy el desafío está en que nuestros cuerpos estén más presentes que nunca en la política emancipatoria de los movimientos sociales. Para ello nos hacemos presentes! Lxs invitamos a seguir construyendo, en este proceso de participación, en el ejercicio de actuar y transformar la realidad desde una praxis liberadora que se proponga no dejar nada como está.
¡Seguiremos luchando hasta que todas seamos libres!
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.............................................................................................................................................. Soberanía de nuestras organizaciones “La despatriarcalización de la Política” Hace pocos meses atrás, un concepto novedoso comenzó a circular entre nosotrxs. Fue en el Campamento Nacional de Formación en Géneros de la COMPA, realizado en septiembre del 2012 en la ciudad de La Plata, cuando por primera vez abordamos colectivamente la idea de la despatriarcalización, en un taller en el que reflexionamos sobre las formas en que la desigualdad de poder entre mujeres y varones se expresa hacia el interior de nuestras organizaciones. Continuamos ese debate en la Escuela Mariátegui desde Nuestramérica, en Febrero del 2013, compartiendo estos interrogantes con otrxs compañerxs de organizaciones de nuestro país y Latinoamérica. Hoy surgen iniciativas en muchas regionales del FPDS-CN para profundizar en esta problematización. Estas reflexiones surgen a 10 años de las primeras asambleas de mujeres realizadas al calor de los piquetes que la Coordinadora Aníbal Verón realizaba sobre el Puente Pueyrredón, en pedido de justicia por los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, caídos en la Masacre de Avellaneda, el 26 de Junio de 2002. Luego de años de lucha y organización, desde el Espacio de Mujeres del Frente Popular Darío Santillán, se instaló la necesidad de que la organización en su conjunto, se informara y debatiera sobre el carácter patriarcal del sistema de dominación, su articulación con el Capitalismo, las consecuencias sobre las vidas de las mujeres, especialmente aquellas de los sectores populares. Un acontecimiento importante en este proceso, fue la incorporación de la lucha antipatriarcal entre los principios político estratégicos del FPDS, definición tomada en el marco de un Plenario Nacional, en el año 2007. El reconocimiento del Patriarcado como sistema de dominación, por parte de organizaciones populares que no han nacido vinculadas a reivindicaciones sexo genéricas, es un proceso incipiente, que ha fortalecido la inclusión de estos ejes en los espacios de formación, en las agendas reivindicativas y movilizaciones callejeras, en las articulaciones políticas con otras organizaciones, en la problematización del lenguaje utilizado en nuestras canciones y consignas. -4-
Aún valorando los grandes avances que todo esto supuso en una organización joven, nos vamos encontrando con ciertas limitaciones para situar los impactos del Patriarcado en las dinámicas más cotidianas de nuestras organizaciones, por lo que muchas veces, las variadas y complejas modalidades que la desigualdad de poder entre mujeres y varones asume, continúan invisibilizadas, naturalizadas, o bien intuitivamente señaladas, pero escasamente problematizadas, y sin pensar y definir políticas colectivas para revertirlas. Frente a esta situación, es que el debate en torno a la “despatriarcalización de nuestras organizaciones”, de nuestra política, ha sido recogido con interés y entusiasmo, pues estira los límites de lo que hasta el momento venimos reflexionando, instalando nuevos e importantes desafíos. ¿Cómo hacer para que la enunciación del antipatriarcado se plasme en nuestras prácticas cotidianas, prefigurando en nuestras organizaciones las relaciones igualitarias que pretendemos para la sociedad futura? ¿En qué aspectos de nuestra política se evidencia el Patriarcado en el cual fuimos socializados mujeres y varones? Con el objetivo de identificar estas problemáticas entre todxs, es que diseñamos esta encuesta, tratando de ubicar algunos indicadores que nos informen sobre las principales problemáticas que encontramos en materia de desigualdad de género, en los distintos espacios de nuestra organización. Las dificultades con las que la mayoría de lxs compañerxs se han encontrado a la hora de responderla, no radican tanto en el desconocimiento de las palabras utilizadas, sino en el hecho de no habernos puesto a pensar en estos temas anteriormente. Precisamente para revertir esta ausencia de problematización al respecto, es que incluimos la encuesta en esta cartilla, invitando a todxs a abordarla con honestidad y compromiso, para que a partir de las respuestas podamos construir un diagnóstico que nos permita avanzar en la definición de líneas de acción que logren revertir las desigualdades de poder entre mujeres y varones, y así hacer del antipatriarcado una práctica cotidiana, y acercarnos todos los días un poco más, a esa sociedad igualitaria que todxs deseamos.
// Encuesta realizada en el I Campamento Nacional de Formación en Géneros – COMPA Soberanía de nuestras organizaciones “La despatriarcalización de la Política” 1 >> ¿ La organización de la que formás parte “es antipatriarcal”? Sí No Otra………………………………………………………………………… 2 >> ¿ Considerás que hay relaciones de desigualdad (inequidad) de género en la organización en la que participás? Sí No Otra………………………………………………………………………… 3 >> ¿En qué aspectos de la política de la organización ubicarías estas desigualdades? (numerar por orden de importancia) (---) División de tareas. (---) Representación por sexo en áreas internas. (---) Representación por sexo en instancias regionales y nacionales de definición. (---) Representación por sexo en instancias de articulación con otras organizaciones. (---) Representación por sexo en instancias de negociación con el Estado. (---) Uso y reconocimiento de la palabra según el sexo del interlocutor/a. Otras:…………………………………………………………………………....................................................................................................... 4 >> ¿Hay tareas de las que dentro de la organización se encargan preferentemente las mujeres y otras los varones?, ¿Cuáles? Mujeres:... Varones:... 5 >> ¿En las reuniones se suelen usar palabras que pueden ser ofensivas en términos de género, raza o preferencia sexual?, ¿cuáles? ............................................................................................................................................................................................. 6 >> ¿ El uso del tiempo para hablar en las reuniones es equitativo entre varones y mujeres? Sí No ¿quién habla más? ………………….. Depende de si son asambleas de base/reuniones de área/ instancias nacionales. ¿En cuáles hablan más las mujeres? ……………………………………. ¿Y los varones? …………………………………………………………………. 7>> ¿ Creés que las intervenciones de mujeres y varones son igualmente valoradas en las reuniones? Sí No ¿A qué factores lo atribuís? 8 >> ¿Cuáles de estos factores sentís que atentan contra la participación de las mujeres en estos espacios? (numerar por orden de importancia) (---) Falta de formación. (---) Baja Autoestima. (---) Subestimación de sus capacidades. -5-
(---) Falta de interés. (---) Desgaste emocional. (---) Incompatibilidad de tiempos y tareas. (Otras)…………………………………………………………………….. ……………………………………………………………………. 9 >> ¿Creés que los varones ejercen/mos prácticas que atentan contra la participación de las mujeres?, (numerar por orden de importancia) (---) Tono de voz. (---) Despliegue físico y uso del espacio. (---) Insistencia en la argumentación. (---) Silencio o enojo ante la crítica. (---) Dispersión cuando las mujeres hacen uso de la palabra. (---) Subestimación de sus aportes y preocupaciones. Otras …………………………………………………………………….. ……………………………………………………………………. 10 >> ¿Son estas problemáticas abordadas colectivamente en tu organización? Sí ¿en qué espacios? No 11 >> ¿Cuáles creés que son los obstáculos para este abordaje? (---) Falta de formación. (---) Falta de interés. (---) Hay cosas más importantes. (---) Resistencia masculina a democratizar el poder. (---) Son temas específicos de las mujeres. (---) Es hilar demasiado fino. 12 >> ¿Hay alguna desigualdad o tipo de desigualdad de género que te moleste particularmente?, ¿Cuál? ................................................................................................................................................................ 13) ¿La organización de la que formás parte “es antipatriarcal”? Sí No Otra………………………………………………………………………… 14 >> Si la organización de la que formas parte no es antipatriarcal, ¿Qué estrategias pensás que podrían darse para avanzar en ese sentido? (---) Se irá dando naturalmente. (---) Establecimiento de cupos para garantizar la presencia de mujeres. (---) Espacios de formación intergéneros. (---) Espacios de formación para cada género. (---) Transversalización de la perspectiva de géneros en áreas y espacios. (---) Diseño de políticas orientadas a democratizar las relaciones de género. 15 >> ¿Creés que las preguntas de esta encuesta pueden ayudar a dar el debate en tu organización? Sí No ¿por qué?................................................................................. 16 >> ¿Te animarías a impulsar ese debate? Sí No ¿por qué? -6-
Copate !! Hacela en tu organización !
8 de marzo
Día Internacional de la Mujer Trabajadora Cada 8 de marzo miles de mujeres de todo el mundo salimos a las calles para luchar y denunciar la vigencia de las opresiones que padecemos las mujeres trabajadoras y el orgullo de estar de pie para construir una sociedad más justa. El 8 de marzo es una fecha marcada por disputas acerca de su sentido. Por un lado, el mercado y los medios de comunicación hegemónicos intentan convertir esta fecha en una celebración comercial, frívola, vaciada de sentido político. Por el otro , las organizaciones y movimientos políticos y sociales decimos “ni flores ni bombones” y reafirmamos el 8 de marzo como lo que realmente es: un día de lucha.
Pero, al final, ¿por qué el 8 de marzo? Año tras año, se divulga la historia de que la fecha fue elegida en función de un incendio en una fábrica textil en Estados Unidos. Algunas notas afirman que el incendio habría ocurrido en 1908, otras en 1910, o aún en 1857. Investigadoras feministas de diversas partes del mundo se han dedicado, en las últimas décadas, a estudiar el origen de las conmemoraciones. Concluyeron que, aunque haya ocurrido un incendio en una fábrica en la cual muchas mujeres murieron (Triangle Shirtwaist Company), éste nunca ocurrió el 8 de marzo, fue un 25 de marzo de 1911, en Nueva York.
cuando en el año 1889 se celebraba el Congreso de la II Internacional. Allí la militante socialdemócrata alemana Clara Zetkin, se manifestó por los derechos de las mujeres trabajadoras y para que éstos fueran incluídos como demanda en el próximo 1º de mayo. En 1910, durante el Encuentro Internacional de Mujeres Socialistas se propuso la celebración de un Día Internacional de la Mujer para el año siguiente. Entonces, en 1911, en el marco de las conmemoraciones europeas por la Comuna de París de 1871, que se realizaban entre el 18 y 28 de marzo, se sumaría a las consignas de la jornada, las demandas por igualdad de derechos sociales y políticos.
Uno de los antecedentes nos lleva hacia París,
Mujer que se organiza no plancha mas camisas -7-
Otra historia que le suma un sentido combativo a esta fecha, nos lleva a la Rusia zarista. El 8 de marzo, según el calendario gregoriano occidental, coincidió con el día en que las trabajadoras rusas empezaron una huelga general en 1917, que marcó el comienzo de las convulsiones sociales dando inicio al proceso revolucionario contra el sistema zarista. Nuestro 8 de marzo era en el calendario ruso el 23 de febrero, fecha en que las mujeres obreras, mayoritariamente, comenzaban las revueltas de lo que meses después sería la Revolución de Octubre. Estos orígenes, que no responden a hechos puntuales, sino a procesos de luchas históricas, fueron de a poco borrados de la Historia, con el objetivo de desvincular esa conmemoración de su carácter revolucionario y comunista. En su lugar, fue puesta una versión menos “roja”, dentro del contexto de la Guerra Fría. Rescatar el sentido del 8 de marzo no es un preciosismo histórico. En la primera versión, fuimos víctimas, quemadas en una fábrica. En la segunda, fuimos sujetas de la Historia, desencadenamos uno de los principales hechos históricos de todos los tiempos, la Revolución Rusa. A más de un siglo, este proceso histórico reivindicado por las mujeres organizadas, aparece ignorado y oculto entre avisos comerciales que subestiman a las mujeres y fomentan el consumo. Nosotras, mujeres, trabajadoras, diversas nos manifestamos para seguir denunciando el sistema patriarcal capitalista y reposicionar al 8 de marzo como un día de lucha.
En todo el mundo, las mujeres y las identidades de género disidentes seguimos sufriendo discriminaciones, violencia psíquica, sexual, física, condiciones de trabajo de superexplotación, somos las víctimas privilegiadas de las redes de trata y explotación sexual, nuestros cuerpos son trofeo de guerra en las zonas de conflicto y los estados y las iglesias definen sobre nuestra sexualidad. Esto significa que la mujer se ve sometida en muchos ámbitos de la vida, que se materializan en las diversas instituciones que reproducen el patriarcado: el trabajo, la justicia, la salud, el hogar, la escuela, la iglesia, los medios de comunicación masiva. En Latinoamérica, estas opresiones del patriarcado capitalista, se combinan con la historia de colonialismo aún vigente, con la presencia de la iglesia católica, queriendo regir nuestras vidas, con las transnacionales saqueando nuestros bienes comunes, empobreciéndonos, reprimiéndonos forzándonos a migrar. A pesar de sufrir en nuestros cuerpos estas múltiples opresiones, en todo el continente somos las mujeres las que encabezamos los procesos de lucha y de organización popular, en el campo, en los barrios, en las universidades, en las comunidades indígenas, en los lugares de trabajo. Las mujeres trabajadoras, indígenas, mestizas, pobres, estamos luchando por mayor protagonismo en los procesos de cambio profundo en Nuestramérica, y pugnando por poner en agenda nuestras reivindicaciones como demandas generales de los movimientos populares.
las niñas buenas
van al cielo nosotras a
todas partes -8-
Mujeres y Dictadura En la Argentina el primer 8 de marzo multitudinario, rememorado de modo público y masivamente, fue el 8 de marzo de 1984. Ese fue en nuestro país, el nacimiento de un Movimiento de Mujeres que es ejemplo en Latinoamérica y en el mundo. Protagonista de los ENM (Encuentros Nacionales de Mujeres) que se realizan todos los años y nos reúnen a miles, de las marchas los 8 de marzo donde las mujeres invaden el espacio público y donde, en muchas ocasiones, se logran unidades impensadas y marchas coloridas, llenas de una rebelión alegre y voluptuosa. Ese primer 8 de marzo y ese Movimiento de Mujeres ejemplar, nació visiblemente de las entrañas de la resistencia a la dictadura. El tema primordial de los primeros Encuentros Nacionales de Mujeres eran los derechos humanos. Y estos Encuentros representaban el intento y la claridad virtuosa de comenzar a reconstruir los lazos sociales desgarrados 1 desde la sororidad. Ser mujer no fue algo indiferente durante la dictadura. Esto habla de que la tortura tomó formas específicas con los cuerpos de las mujeres; que la dictadura secuestró mujeres embarazadas y se estima que se apropió de unos 500 niños y niñas desaparecidos y desaparecidas, muchxs de ellas nacidas en cautiverio, muchxs aún con sus identidades robadas; que la misma iglesia que hoy
A Celina Rodriguez y Nora Ciapponi. Dos luchadoras maravillosas que fueron y son referentes, inspiración y cuerpo vivo de la lucha obrera, popular y feminista. condena el aborto es la que bendijo picanas, violaciones y apropiaciones. Que la tortura sexual fue una constate hacia las presas que desafiaban doblemente los mandatos sociales asignados a la mujer, ya que muchas no eran esposas ni madres ni amas de casa, pero además no sólo desafiaban ese orden privado, sino que lo 2 rebasaban para hacer política. Que de los 30.000, más de 10.000 fueron mujeres, más de un tercio de esa generación arrancada a nuestro pueblo y nuestro suelo, fueron mujeres: combatientes, militantes, guerrilleras, sindicalistas, obreras. Es imprescindible reconocer públicamente que la resistencia a la dictadura fue mujeril, encarnada en Azucena Villaflor, fundadora de Madres de Plaza de Mayo, en las Abuelas que aún hoy buscan a sus nietos y nietas, en las mujeres de sectores populares que ante la prohibición de las actividades sindicales y políticas salieron a reclamar por pan y trabajo. Del exilio, muchas volvieron feministas. Durante el exilio interno, muchas rumiaron sus preocupaciones feministas postergadas en el fragor de la pelea setentista. De esos exilios, esa rumia y de esas resistencias no sólo es preciso hablar, sino que es necesario tomarlas como herencia viva de lucha, desde donde seguir construyendo el movimiento de mujeres y desde donde animarnos -junto a nuestros compañeros-: a despatriarcalizar nuestras organizaciones y el mundo. -9-
............................................................................................................................................. “Nosotras, presas políticas” “Nosotras, presas políticas”, es el título de un libro muy valioso, que relata la vivencia de 112 mujeres presas políticas en distintas cárceles del país entre 1974 y 1983. Valioso por ser un relato colectivo que se constituye así en una foto, en un testimonio de lo que se dio en llamar el exilio interno. Recibe este nombre porque las presas se encontraban sin acceso a ninguna información, a revistas o a diarios, con las visitas recortadas, sin que les permitieran ver a sus abogados o cuando los dejaban entrar las entrevistas eran realizadas a puertas abiertas. Así trataban de borrar su subjetividad, internándolas en una zona que se constituía como un no-lugar, donde vivían ciertamente exiladas del cotidiano, las relaciones, los lazos, los sucesos que habitaban en su país. En estos textos encontramos mujeres, con sus bebes, poblando relatos en los que están sometidas al absoluto control represivo, pero también relatos de una resistencia presente, rebelde, llenos de vitalidad, de sororidad , de valentía infinita, de ternura y humanidad. Por ejemplo, en uno de ellos cuentan como cansadas de denunciar el hacinamiento de 67 mujeres con 12 niños de pecho encerradas en un espacio de 20x9 encontraron una modalidad de protesta. Cuando entraban a contarlas, caminaban sin cesar haciendo la tarea imposible. Tuvo su consecuencia represiva por supuesto. Pero siempre reinventaban su encierro forzado, encontrando modalidades de protesta, venciendo a sus verdugos con alegrías y ternuras. Abriendo grietas a la vida y la sonrisa para no dejar que la libertad se prive. Una anécdota cuenta que montaron una peluquería y un salón clandestino de belleza en una celda donde se hacían la manicure, se depilaban con una pasta inventada que suplantaba la cera y se cortaban el pelo con hojitas de afeitar contrabandeadas. Otro de los relatos cuenta que: “Al empezar la temporada primavera verano del 76 llegaron los uniforme azules de lana áspera gruesísima, tipo gabardina, enormes. Estábamos obligadas a usarlos durante el día y en las celdas de castigo, día y noche. Y con orden expresa de no reformarlos.(…) Las más hábiles para coser hicieron moldes adecuados a todos los talles... Y sobre ellos se rearmaron pantalones y chaquetas. Se acortaron, se achicaron, se descosieron y volvieron a coser con hilos, agujas y hojitas de afeitar escondidas previamente. El resultado fue increíble: quedaron entalladitos y cambiaron mucho con pequeños agregados como cintas hechas con hilos retorcidos o un pequeño bordado; parecían trajecitos -10-
de calle (…) Claro que el “taller de reformas” no pasó inadvertido y entonces nos sancionaron con un parte que decía “Privación de CINCO (5) días de recreos internos y externos (sic) por realizar modificación de uniformes no permitido” (Carlota Marambio, pág. 124). En otro relato Adriana Capelletti narra cómo durante su detención conoció a Brunilda, una mujer que había caído junto a su marido sin ser ella misma una activista y estaba muy resentida. Pero a partir del afecto conquistado en el aprendizaje ese sentimiento se transformó en cariño. La presa llevó adelante un proceso de alfabetización que comenzó, no con palabras, sino con el dibujo de su casa materna. Capelletti narra que tenían historias personales tan diferentes que Brunilda aprendió a leer y escribir, pero Adriana aprendió cómo se vive tan distinto en el mismo país. Brunilda comenzó a escribirle a su hijo, a su familia. La presa maestra narra emocionada cómo después de las requisas q mantenían 15 días incomunicadas a las militantes q participaba de acciones de protesta, Brunilda las esperaba con los papeles de cigarrillo y las biromes de punta fina bien acomodados. Los había salvado para ellas. “Era algo extraordinario sentir -dice Adriana- que ella había pensado en cuidar las cosas que eran importantes para mí, para nosotras y que cuando salió en libertad lo hizo queriéndonos, a pesar de no haber acordado nunca con ninguna medida de resistencia”.
Estos relatos nos tienen que enseñar. Nos imponen que los leamos para librar el mensaje nacido de esa particular apertura, vitalidad y rebeldía que encarnan las mujeres. En una reseña de este libro que hace Aldo Casas para la revista Herramienta, es interpelado por esto y afirma: “No puedo dejar de preguntarme y preguntarles a quienes lean este libro ¿Hemos sido acaso capaces de sacar todas las lecciones y frutos de esta experiencia y esta construcción? ¿Modificó y enriqueció sustancialmente nuestras modalidades y capacidades de acción y construcción política? Dejo las respuestas libradas a la experiencia y opiniones de cada uno. Pero en todo caso, creo que hay temas que han seguido abiertos, o que esta lectura invita a reabrir: Como ya dije, el libro muestra que el Terrorismo de Estado encontró respuesta en una polimorfa práctica y construcción social de las presas, que integró vínculos y solidaridades interpersonales, que mezcló lo lúdico, lo educativo, lo artístico-artesanal, la generación de normas para la cotidianeidad, todo ello como sustrato y condición de posibilidad para otras expresiones y actos abiertamente políticos. Creo que en todo eso hay mucho para aprender y trasladar a nuestra alienada cotidianeidad, porque esa construcción carcelaria supo articular facetas de la personalidad y prácticas que general y lamentablemente suelen aparecer disociadas o incluso enfrentadas”. Muchas mujeres sostuvieron y levantamos el guante de esta tarea, del mensaje que encarna esta vitalidad militante. No es otra la tarea que hoy nombramos bajo el concepto de “despatriarcalizar nuestra política y nuestras organizaciones” sino la de zanjar esa disociación, a la vez que la distancia que por milenios ha separado a varones y mujeres como seres de distinta estatura, y ha negado el reconocimiento y los nombres de las mujeres que hicieron la historia.
Nuestra historia y nuestras reivindicaciones están llenas de nombres de varones y están llenas de olvidos y ninguneos a los nombres de ciertas mujeres. Decimos Tosco; Cook; Roby Santucho. Y todos los conocemos. Pero decimos Marina Vilte, la compañera que nacionalizó el sindicato docente, lo hizo masivo y le dio a los docentes el reconocimiento y la identidad de trabajadores que hasta entonces dudosamente tenían en una tarea que era considerada más “intelectual”. Decimos Norma “La Gaby” Arrostito o Nélida Aguiar –quién escribió un libro sobre el machismo en la organización, pero que no hemos podido encontrar- o Alicia Euguren referente incontestable que brilla con luz propia, con inmensa claridad y capacidad militante, sin quedar bajo la sombra ni siquiera de alguien que tiene una sombra tan gorda. Decimos estos nombres y muchas veces hay que ponerse a explicar quienes fueron y se escucha a alguien decir “la mujer de…”. Queremos contar esta última anécdota de Marina Vilte, que es también un reconocimiento y un homenaje, narrada por Sofía D'Andrea, quien militó junto a Marina en el gremio docente. Marina tenía una compañera embarazada presa, antes de caer presa ella misma. Se ocupaba intensamente de las presas políticas, visitándolas, llevándoles cosas. Cuando llegó el momento del parto y la compañera fue a parir, el hospital se regía por un especial toque de queda. Nadie, ni padres ansiosos, podían entrar ni caminar por los pasillos. Nunca tan silencioso como entonces recibió el hospital a esa niña a la que no dejaron llamarse Libertad, como quería su madre, quien parió sola y sin visitas. Pero entre el cansancio, los esfuerzos y las soledades vio la figura de Marina, quien sabe con qué estrategias logró inmiscuirse con un grandísimo ramo de rosas para bienvenir la vida, en un gesto brutal de libertad y rebeldía poética.
Esta increíble fortaleza y humanidad, esta capacidad para colectivizar y enfrentar los dolores de todos y todas y salir adelante, es una característica maravillosa de muchas de nuestras compañeras militantes, como de tantas mujeres. Esta valentía que envalentona, es una valentía muchas veces, hasta poética.
///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// 1/// Sororidad: Hermandad entre mujeres. Es llamativo que este término sea tan desconocido cuando su par “fraternidad” que significa hermandad entre hombres, sea tan vox-populi. Solo una manifestación más del ninguneo y la invisibilización del amor y la solidaridad entre mujeres. 2/// La violencia sexual fue ejercida contra mujeres y, en menor mediada, también contra algunos varones. Es importante visualizar que en la mujer la violencia sexual es continua, generalizada y sistemática. Para comprender el arraigo cultural y sistémico de la concepción sobre la mujer basta visualizar que la violencia sexual se ejerció contra el conjunto de las mujeres: sean adolescentes, casadas, adultas, con y sin militancia o embarazadas; y que la practicaban: guardias, carceleros, miembros de patota, oficiales, tripulación, comandantes y hasta jueces militares. En los varones, en cambio, fue un método de ciertos torturadores sobre algún varón militante al que deseaban doblegar.
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Muchas mujeres, las mismas luchas… De México a Argentina, de Brasil a Guatemala, pasando por Cuba, Venezuela, Colombia… Las mujeres de América Latina –trabajadoras, campesinas, indígenas, mestizas– compartimos muchas luchas por un mundo más justo e igualitario para todos y todas. A lo largo de la Historia de nuestro continente, de la colonización europea hasta las actuales políticas neoliberales y neodesarrollistas, vivimos las mismas opresiones impuestas por el capitalismo patriarcal. Así, no hay duda de que nuestra lucha, en cada rincón de Nuestramérica, es una sola. Nos espejamos y nos apoyamos en la lucha unas de las otras y estamos convencidas de que las victorias de las mujeres en un determinado país es un paso más en el camino hacia una transformación más profunda en el Continente. En ese sentido, las recientes conquistas del derecho al aborto en Uruguay -aunque con sus contradicciones y limitaciones- nos alegra y a la vez nos anima a seguir luchando para también conquistar el mismo derecho en cada uno de nuestros países. Aunque la opresión patriarcal exista en todo el mundo, en América Latina se hace sentir con muchas contradicciones. Es el continente donde el 40% de las personas hoy son gobernadas por mujeres, y también donde hay altísimas tasas de feminicidos y otros tipos de violencias hacia las mujeres. América Latina también posee una de las legislaciones -12-
más prohibitivas en relación al aborto en el mundo. Con poquísimas excepciones que incluye Cuba, Puerto Rico, Uruguay y México D.F.) las mujeres no tienen ese derecho asegurado, muchas veces ni en casos de un embarazo decurrente de una violación o que represente riesgos a la salud materna, como ocurre en Chile, El Salvador, Nicaragua y República Dominicana. El aborto clandestino e inseguro es la realidad para las más de 4,5 millones de mujeres que anualmente recurren a la práctica en nuestro continente, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El nivel se inseguridad es asombroso. Según un estudio del Instituto Guttmacher, 95% de los abortos son hechos de forma insegura. El resultado es que 12% de las muertes maternas en el continente ocurren luego de un aborto inseguro. La lucha por ese derecho no es sólo una cuestión de salud pública. Pasa también por una cuestión moral. Sabemos que la recusa en la concesión de ese derecho se vincula con la necesidad de imponer a la mujer una moral sexual conservadora. Una moral que también oprime a mujeres y varones de vivir su sexualidad fuera de los ejes de la heterosexualidad. En nuestro Continente, a cada dos días ocurre un crimen fatal de homofobia, de acuerdo con la institución cubana Cenesex. Brasil es el país campeón en crímenes de homofobia.
Si en las últimas décadas muchas mujeres pudieron entrar en el mercado de trabajo y tener acceso a la Educación, eso no se dio en igualdad de condiciones en relación a los varones. De acuerdo con datos de la Organización Internacional del Trabajo, las mujeres latinoamericanas cobran 70% del valor total que cobran los hombres para ejecutar una misma tarea. Además, las transformaciones en el mundo laboral de las últimas décadas afectaron mucho más a las mujeres. Hoy, alrededor de 53% de ellas están insertadas en el mercado de trabajo, pero la mitad de ellas está en situación precarizada. Eso, sumado al trabajo doméstico n o re m u n e ra d o, g e n e ra u n a l t o n i v e l d e superexplotación de las mujeres en nuestro Continente. Los resultados son que la pobreza y la desigualdad social también afecta de manera especial las mujeres. De acuerdo con la Cepal, la pobreza golpea a las mujeres 1,15 más que a los hombres, siendo esa relación más fuerte en Panamá (1,37 veces), Costa Rica (1,30 veces), República Dominicana (1,25 veces), Chile (1,24 veces) y Uruguay (1,21 veces). El mismo estudio revela que esa tendencia está en crecimiento, es decir, la pobreza aumenta cada vez más entre las mujeres.
La violencia contra las mujeres, sea en el hogar, o en la calle tampoco da señales de disminución. De los 12 países con la tasa más alta de feminicidios del mundo, cinco son de América Latina: El Salvador, Guatemala, Honduras, Colombia y Bolivia. Además, más de la mitad de las mujeres de nuestro continente ya sufrieron violencia física y psicológica, donde en la mayoría de los casos el autor es la ex o actual pareja de la mujer. La persistencia de estas tristes estadísticas y números desoladores a lo largo de los años, no han desanimado a las mujeres de nuestro continente. El escenario impone muchos desafíos, pero no desánimos. Es necesario valorar las conquistas que las mujeres lograron alcanzar a lo largo del tiempo, desde el derecho al voto, pasando por el derecho al divorcio, a participar de la política, tornándonos, muchas veces protagonistas de muchas de las luchas sociales en Nuestramérica. En las fábricas, barrios, sindicatos, en las calles… ahí están las mujeres encarando el desafío de transversalizar su lucha antipatriarcal y de mostrar a toda la sociedad que las mujeres merecen vivir en igualdad.
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El patriarcado en la justicia La violencia de género se escabulle entre los mandatos dominantes, siendo el aparato judicial uno de sus principales pilares de reproducción, constituido por prácticas patriarcales fundacionales al propio saber jurídico. Hoy, a la búsqueda de verdad, se le hace indispensable la demanda por la despatriarcalización de la justicia. Durante el año 2012, fuimos testigos de casos emblemáticos de violencia de género que pudieron llegar a los estrados de la justicia. Lejos de establecerse allí un medio para encontrar la verdad, la justicia dio vuelta la cara y atacó con su mandato. Marita Verón, las hermanas Jara, Carla Figueroa, Sandra Ayala Gamboa, son sólo algunos de los innumerables casos que ponen en evidencia que estamos ante una justicia sustentada en una trama de corrupción y machismo.
Casos testigos En diciembre de 2012, el fallo de la Sala II de la Cámara en lo Penal de Tucumán, integrado por los jueces Alberto Piedrabuena, Emilio Herrera Molina y Eduardo Romero, absolvió a los trece acusados por el secuestro y la desaparición de Marita Verón, quien fue vista por última vez en abril de 2002. Durante diez meses, se llevó adelante un juicio que puso en evidencia como cada año miles de mujeres y niñas son sometidas a la esclavitud con fines de explotación sexual. Sin embargo, el vergonzoso y corrupto resultado de este juicio, legitimó -una vez más- la concepción de que las mujeres pueden ser mercancías para el goce masculino. Marita Verón, fue desaparecida, violada y humillada una vez más por estos jueces que desecharon las pruebas obtenidas durante todo este tiempo, los testimonios de otras víctimas de trata, la incansable lucha de su madre Susana Trimarco, de organizaciones sociales y miles de mujeres en busca de justicia. Con este fallo se comprobó la existencia de una justicia cómplice del poder político y policial que encubre y habilita las redes de prostitución entre Tucumán y las provincias aledañas. Durante el mes de octubre de 2012, llegó a juicio la causa por la violación y el femicidio de Sandra Ayala Gamboa, la joven peruana de 21 años, encontrada el 22 de febrero de 2007 sin vida, sobre el piso del ex archivo del Ministerio de Economía de La Plata. -14-
Finalmente, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 5 de dicha ciudad, presidido por la Dra. María Isabel Martiarena, y conformado por el Dr. Horacio Alberto Nardo y la Dra. Carmen Palacios Arias, sentenció a prisión perpetua con reclusión por tiempo indeterminado al único imputado por el femicidio de Sandra, Diego José Cadícamo. En este caso, el tribunal desestimó el pedido del abogado patrocinante de la familia de Sandra, para ampliar la causa e investigar a las personas que entraron a este edificio provincial, antes de que el cuerpo de la víctima fuera hallado. Los distintos elementos presentes en la causa, las irregularidades en el proceso de investigación, y el contexto en que ocurrió el femicidio de Sandra hablan de una trama más compleja, que no agota sus explicaciones en un episodio aislado de violencia sexual. Desde las distintas organizaciones que acompañaron el caso, se ha insistido en que se debía investigar antes del hecho juzgado en este proceso. Asimismo, a lo largo del juicio, hubieron testimonios que confirmaron que Sandra sufría el maltrato por parte de su novio Augusto Minaya, quien sólo fue citado como testigo. La figura del avenimiento, contemplada en el artículo 132 del Código Penal habilitaba la posibilidad de que un tribunal perdonara a un violador: "si la víctima lo requería y se casara con él, siempre que hubiera una relación afectiva previa, cuando la persona abusada no actuara bajo presión y el consentimiento fuera dado de forma libre y plena". El femicidio de Carla Figueroa en diciembre de 2011, oriunda de General Pico, La Pampa, puso en evidencia pública la polémica existencia de este artículo. Marcelo Tomaselli, estuvo preso ocho meses por violar a su ex pareja -Carla-, hasta que la víctima aceptó casarse con su victimario. El pedido de “avenimiento”, estrategia de la defensa de Tomaselli, fue aprobada por el Tribunal que dejó en libertad al violador, sin reparar bajo qué circunstancias Carla Figueroa había aceptado tal petición que la condujo a su muerte. Carlos Flores, uno de los jueces del Tribunal de Impugnación Penal de La Pampa que aprobó el pedido de "avenimiento", dijo que sentía "estupor" al conocer la noticia del homicidio, aunque en el momento adoptó una decisión que le pareció "correcta".
El negligente proceder de la justicia, fundamentado en el articulado penal, derivó en un escándalo mediático que condujo hacia principios del año 2012 a la derogación de la figura del avenimiento contemplada constitucionalmente.
Hacia la despatriarcalización de la justicia
Marina y Ailén Jara (20 y 21), estuvieron privadas de su libertad durante dos años, en la Unidad N°8 de Los Hornos -La Plata-, acusadas de “tentativa de homicidio” a Juan Antonio Leguizamón, quien intentó violarlas, en la localidad de Moreno. Hoy están libres, pero condenadas. El 9 de abril de 2013, Marina y Aylén Jara fueron sentenciadas por el delito de “lesiones graves”, a dos años y un mes de prisión, por el Tribunal Nº 2 de Mercedes, el mismo tiempo que llevaban en prisión preventiva, lo que significó que la pena se computara automáticamente.
La judicialización de la violencia de género se distancia muchas veces del sentido de verdad y justicia esperable por los familiares. La impunidad en este tipo de casos habilita y banaliza la situación de extrema violencia que viven a diario muchas mujeres.
Las víctimas se vuelven victimarias. El acoso en el barrio que sufría Ailén Jara por parte de Leguizamón, data desde que tenía 15 años, según declararon en el informe socioambiental los propios vecinos de las hermanas, aludiendo también que Leguizamón, es un transa que tiene buenos contactos con la Policía Bonaerense. Actualmente, regresaron a su barrio, sin ninguna protección judicial. Las hermanas fueron arrestadas y acusadas de “homicidio en grado de tentativa” y ni la fiscal de instrucción de Moreno, Luisa Pontecorvo, ni el Juzgado de Garantías N°4 de la misma localidad, accedieron al pedido de cambio de calificación, por lesiones graves o leves, ni al pedido de excarcelación. Luego, el Tribunal de Mercedes, presidido por el Dr. Bustos Berrondo, que llevó la causa, continuó denegando la excarcelación y la morigeración de la prisión preventiva.
defensa de las hermanas Jara, continuará trabajando apelando el fallo para su absolución en la Cámara de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires. Pruebas insuficientes, falta de mérito, las distintas interpretaciones de la ley, entre otras figuras que conducen a la desestimación de la justicia en el avance de las investigaciones, son elementos recurrentes que atentan contra la integridad de la mujer y profundizan una condición condenatoria.
Frente a un supuesto avance en materia y reivindicación de los derechos de la mujer, aparece una justicia deshumanizada, que se conforma como una institución más que se resiste a modificar sus procederes ante esta problemática. El reclamo por una justicia que deje de dictar sentencias sustentadas desde una ideología patriarcal y machista, se hace indispensable para la construcción de una sociedad igualitaria, donde la dignidad de las mujeres deje de ser avasallada por las diversas instituciones reproductoras del orden patriarcal.
Desde la Comisión por la Libertad a las hermanas Jara, se denunció que el Tribunal puso en duda el grave problema ginecológico que padece Ailén, y explican cómo son las propias reglas judiciales las que no están para averiguar la verdad, “sino en recabar todos los elementos acusatorios, descartando toda hipótesis defensista. Recordemos: la instrucción penal preparatoria, la investigación previa, la realiza el fiscal que acusa”, explicaron. Una investigación elaborada en base a los testimonios de policías y traficantes de droga del barrio, una situación histórica de acoso sexual ignorada, son parte de una trama que tuvo como única respuesta de la justicia, la espera del juicio, donde nuevamente se enfrentaron a un Tribunal que canonizó esa instancia como el momento “sagrado de la verdad”. "Las mujeres no nos tenemos que callar. Tenemos que seguir en la lucha, hay que aprender a denunciar y no callarnos", destacó Elena Salinas, madre de Aylén y Marina, luego de la sentencia de sus hijas y advirtió que la violencia de género fue ninguneada por la justicia. La -15-
¿Habemus aborto legal?
///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// Después de 30 años de democracia, aún se cuenta, entre las deudas pendientes, la legalización del aborto. La realidad muestra que por año, en nuestro país cerca de 600.000 mujeres deciden interrumpir sus embarazos mientras algo más de 700.000 lo llevan adelante. Es decir, hay casi la misma cantidad de abortos que de nacimientos. Cuando una mujer no quiere tener un hijo, evidentemente, no lo tiene. Al menos esto es así en numerosos casos. Sea o no sea legal. El cuerpo es de la mujer y la decisión es de la mujer, aún cuando los poderes político y religiosos no quieran respetar esa decisión, la ilegalicen, la condenen o la persigan. Según lo registrado en las guardias de los hospitales y en las escasas consultarías de pre y post aborto que hay en el país, los abortos son realizados mayoritariamente por niñas y adolescentes de entre 15 y 20 años. En el 90% de los casos registrados en las consultorías de hospitales de Capital Federal, las chicas usan misoprostol. En otros casos, gente que se presenta como idónea les hacen abortos irregulares que terminan con infecciones severas que pueden llevarlas a la muerte, a la mutilación o a la esterilidad permanente. Unas 60 mil mujeres pobres son hospitalizadas por año por abortos inseguros, de ellas 300 mueren. El aborto ilegal es la principal causa de muerte materna en Argentina. Un informe realizado por el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo) en el 2011 declara que dentro de la región de Latinoamérica y el Caribe, Argentina está entre los países que registran el índice más alto de fallecimientos como consecuencia de interrupciones de embarazos de forma clandestina.
Argentina, el PNUD postuló como uno de los "objetivos del milenio", la tarea de "mejorar la salud materna" en el país. El organismo exhortó a las autoridades Argentinas a reducir en tres cuartas partes la mortalidad materna para el año 2015. “Los datos muestran que la tasa de mortalidad materna no ha descendido significativamente y que las complicaciones relacionadas con el aborto siguen siendo la primera causa de muerte, cerca del 30%", indica el documento. Según advierte el informe, sólo en Jamaica y Trinidad y Tobago, las complicaciones relacionadas con el aborto superan esa cifra. Ya en el 2010 otro organismo internacional, Human Rights Watch, llamó la atención de los funcionarios de la salud argentinos por las consecuencias de abortos clandestinos, es decir, documentados sin causa. En comparación con un estudio realizado en 2005, manifestaron que en la actualidad observaron que "persisten los problemas en el acceso por parte de mujeres a servicios de salud que por derecho les corresponden, incluida la anticoncepción, la esterilización voluntaria, el aborto legal y la atención posterior a un aborto". De hecho, el documento señaló que "el Estado argentino incumple en todos los niveles su obligación de rendir cuentas sobre sus acciones para cumplir con los derechos relacionados con la salud sexual y reproductiva de las mujeres y niñas".
En un documento efectuado especialmente para la
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A pesar de la demanda interna por parte de las organizaciones de mujeres, y la demanda internacional de estos organismos, el proyecto de ley para la Interrupción Voluntaria del Embarazo tuvo idas y venidas, cajoneos y amagues y un 0 % de voluntad política por parte del ejecutivo. Un proyecto que fue ideado y militado desde un amplio arco de organizaciones políticas y sociales, partidos y colectivas feministas, muchas de las cuales nos encontramos en la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Desde este nucleamiento se llevó adelante una militancia, para lograr la firma y el apoyo de diputados/as y legisladores/as de distintos partidos políticos, a la vez que una fuerte presión desde la calle. Una encuesta realizada en el 2012 mostró que la opinión pública está mayoritariamente a favor de la legalización del aborto: para que sea cada mujer la que decida. Pero a su vez, la encuesta mostró que esa mayoría pensaba estar en minoría con su opinión. Se estima que el negocio del aborto clandestino moviliza 1 millón de dólares por día en nuestro país. ¿Quiénes mueven este dinero? Los mismos médicos que se declaran objetores de conciencia en los hospitales públicos frente a los abortos no-punibles y después cobran alrededor de $ 7.000 por un aborto quirúrgico en sus clínicas privadas. ¿A quiénes? A las adolescentes que pueden pagar esas sumas. La militancia de las organizaciones de mujeres: socializando información sobre el aborto químico (realizado con misoprostol, por sus grandes beneficios en relación a otros métodos), haciendo consultorías, acompañamientos y educación sexual en comedores populares y locales partidarios; roba unos cuántos
dólares a ese negocio y unas cuantas mujeres a la muerte. Pero no logra revertir la situación de fondo, ni se logrará, hasta que el aborto sea legal. Por eso, además de esa militancia social, nos nucleamos en la Campaña y salimos a las calles. La pelea por el aborto legal es siempre una pelea por educación sexual, salud pública y anticoncepción. La ley de educación sexual con que contamos en el país, es excelente, de avanzada, pero inaplicada en nuestras escuelas. Queda en letra muerta. Y sin educación sexual, sin formación e información, no hay libertad, ni derechos, no hay posibilidad de elegir. Desde el Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional entendemos que es impostergable la lucha por la legalización del aborto y no únicamente la despenalización (ya que ésta no garantiza el acceso a la salud para las mujeres). Pensamos que la militanciasocial, informativa y de acompañamiento con el misoprostol es positiva pero insuficiente y que de ningún modo reemplaza la necesidad de que el aborto se legalice en nuestro país. Por ello reafirmamos nuestro compromiso de estar en las calles, en los barrios, en las facultades y en los lugares de trabajo, militando y luchando por el aborto legal, ahora más que nunca. Vemos que desde el gobierno no hay muestras de avance en este derecho. A su vez, cabe preguntarse la repercusión que el nombramiento de Bergoglio como mandamás de la institución más retrógrada y misógina del mundo traerá para esta lucha. Pues lamentablemente la Iglesia es una variable que incide en las políticas públicas y el gobierno de todas y todos los argentinos. Y es por esto que reclamamos:
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Las realidades de la mujer trabajadora y los desafíos para un sindicalismo combativo… El crecimiento del PBI de los últimos años no se tradujo en la mejora de las brechas de equidad. Haciendo un análisis estructural podemos decir que el empleo está basado en un comportamiento de dos esferas de trabajo, una división que en la sociedad capitalista industrial responde también a la distinción público/privado: una esfera asociada a la producción con fines de apropiación privada (mercado laboral remunerado) y otra a la reproducción social del trabajo, que es la garantía de posibilidad de que exista mano de obra a quien explotar. Entre esas dos esferas hay jerarquías: la esfera subordinada es la de la reproducción, todo aquel trabajo no remunerado que sostiene las tareas del cuidado de la casa y de las personas durante las diferentes etapas de su vida.
Trabajo invisibilizado y gratuito Además de garantizar la reproducción material de la vida, las mujeres también somos las que brindamos la seguridad emocional, la sustentación de redes sociales, la contención, el acompañamiento en las etapas de mayor vulnerabilidad de la gente que no rodea. Todo esto constituye un trabajo oculto, invisibilizado, pero que genera un “subsidio” permanente al sistema económico; las mujeres asumimos gratuitamente la responsabilidad del cuidado cotidiano. El hecho de tener que garantizar todas esas tareas hacen que las mujeres tengamos que ceder muchos de nuestros derechos a la hora de acceder a empleos, por eso somos empleadas en el trabajos informales, precarizados, que como contraparte de permitir cumplir con todas esas tareas de cuidado, no respetan en muchos casos los derechos conquistados por lxs trabajadorxs.
Elevada desigualdad En el caso de nuestro país, el proceso de recomposición laboral pos-convertibilidad se produjo sosteniendo una elevada desigualdad. Dicha desigualdad no sólo atañe a los tipos de empleo en términos contractuales sino a los segmentos en que se dan esos empleos: cuáles son las áreas en las que somos empleadas las mujeres. - Hasta hace dos años, sólo el 44% de los puestos de trabajo eran ocupados por mujeres. A la vez, diversos estudios revelan que las mujeres contratadas en ramas productivas son empleadas en áreas de apoyo (relación -18-
con el público), y en mucho menos medida se encuentran trabajando en las áreas definitorias de cada industria. - Las mujeres perciben remuneraciones más bajas para el mismo trabajo. Al mismo tiempo, tienen menores requerimientos de calificaciones y por tanto acceden a puestos peores. Cuando se han hecho investigaciones de las trayectorias en los empleos, se evidencia que las mujeres tenemos mucha menos posibilidad de progreso y de movilidad. De cada 10 empleos en blanco, sólo 3 son de mujeres. - El trabajo doméstico representa el 31% del trabajo de mujeres empleadas en sector privado. - El 63% de las mujeres trabajadoras están empleadas en ramas relacionadas con tareas “femeninas”: alimentos, confecciones, productos químicos y textiles. Se reproduce, a la hora de contratar mano de obra, el mismo esquema que a nivel social destina a las mujeres a las tareas de cuidado, limpieza, garantizar la comida, la vestimenta, etc. - Hay muchas mujeres en el sistema de salud en los puestos no jerárquicos, garantizando las tareas de cuidado. - Presencias femeninas analizadas por rama: Servicio doméstico 97%; Enseñanza 77%; Servicios Sociales 70%. Estas tareas más asociadas al cuidado contrastan fuertemente con otras como transporte y comunicación donde las mujeres son el 13% o las actividades primarias, donde representan el 11% de lxs ocupadxs.
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¿Qué pasa con el empleo femenino?
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Y la desocupación en las jóvenes?
centers, etc.
Otro dato central tiene que ver con la desocupación, ya que la tasa para las mujeres duplica la del desempleo general: para mujeres jóvenes, la tasa es del 16%, y a nivel general, de 10% contra el 5,8% de los varones. Si pensamos en cuáles fueron las ramas que se reactivaron en estos años, tenemos la respuesta: construcción, servicios financieros, industrias, todas ramas donde las mujeres están muy sub-representadas.
* También existe el desafío de hacer estudios y análisis serios de las prestaciones de las obras sociales que tenemos las trabajadoras para realizar un diagnóstico sobre intervención y cobertura respecto a salud sexual y reproductiva. Muchas veces demandamos a los hospitales públicos, pero las que tenemos obras sociales exigimos que se cumpla también con las leyes para garantizar el acceso a nuestros derechos.
Maternidad, salario familiar
* Los gremios se deben poner a la cabeza de las exigencias al Estado en relación a los cuidados; recordemos que todo lo que no garantiza el Estado lo garantizamos nosotras, por eso es tan importante arrancar a las patronales los jardines maternales, pensiones y jubilaciones con montos acordes al nivel de inflación y otras demandas históricas , pero que siguen vigentes
En el informe de la OIT del 2007 se establece que si bien ingresan más mujeres al mercado laboral, les cuesta mucho acceder a altos cargos, y a las que más les cuesta es a las que son madres. Maternidad y éxito laboral siguen estando en tensión. Las leyes que establecen las licencias para cuando somos madres están obsoletas: le destinan una diferencia abismal al tiempo de crianza a las madres en relación a los padres, dando por sentado de que son las mujeres quienes se encargan de esa tarea. A la vez, en las familias, el salario familiar sólo es para uno. No está de más recordar que estas leyes laborales sirven sólo cuando el trabajo es en blanco. ¿ Y en los sindicatos, y en las tareas sindicales? También dentro del ámbito sindical nos encontramos permanentemente con otros problemas que nos tocan bien de cerca. Uno de ellos es el de la falta de representación sindical de las mujeres: es notoria la diferencia entre la cantidad de compañeras y compañeros en los espacios de definición de los sindicatos. E incluso cuando hay mujeres, por lo general nos dedicamos a tareas “secundarias”: llevar las actas, la organización de eventos, logísticas. Desafíos para la construcción sindical * En términos generales, debemos decir que es una necesidad el incluir esta mirada de género para llevar adelante procesos de lucha en cada sector. ¿Cómo incluir reivindicaciones específicas en cada negociación, en las paritarias? ¿Cómo tomar en cuenta problemáticas como el acoso, la violencia, a la hora de pensar los traslados, las licencias para trámites en caso de denuncias, etc.? * Otra de las preguntas que debemos hacernos es ¿Cómo nos acercamos a los sectores más castigados y vulnerados cómo el servicio doméstico, las trabajadoras precarizadas de los callcenters, etc? Teniendo en cuenta que muchas son compañeras que vienen de países limítrofes y enfrentan condiciones de trabajo y explotación que a veces están más cerca del trabajo esclavo que del moderno asalariado, es que se hace necesario entender la complejidad de la opresión de clase/etnia/género. También porque muchas jóvenes sobre todo, ven violados explícitamente sus derechos a una salud integral, como sucede en el caso de los Call
* Es necesario repensar como una política sindical clave para avanzar en la igualdad la extensión de las licencias de paternidad, no sólo de maternidad, sino también a los varones; para que sean equitativas y para que haya mayor equidad en la crianza de lxs hijxs de lxs trabajadorxs. * Un desafío importantísimo: romper con la baja representación femenina y con las “tareas femeninas” en los sindicatos; visibilizar, aunque ahora hay más legitimidad, la política de género, que muchas veces se reduce a “temas de las mujeres”, aparece como algo segmentado, aislado del resto de las definiciones. * También tenemos el desafío de mostrar que el sindicato es capaz de proponer políticas que vayan mucho más allá de lo meramente laboral. Por eso es fundamental la participación de los gremios como activistas en las campañas más amplias (por el aborto legal, seguro y gratuito; en contra de la violencia de género, etc.). Si entendemos el sindicato no sólo como una herramienta de lucha por nuestros derechos laborales, sino como generador de otra institucionalidad, como un posible ensayo de otra sociedad, mejor y superadora de la actual, todas estas cosas se tienen que transformar paulatinamente en la práctica, no alcanza con discursos o medidas paliativas, sino que hay que jerarquizar estas políticas en función de crear una nueva sociabilidad.
Las luchas feministas latinoamericanas, los logros que han surgido de esas luchas, nos marcan los desafíos y las posibilidades de construir sociedades igualitarias y justas. En ese camino colectivo andamos.
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“El parto es una cuestión de poder” Por el espacio de salud del FPDS-CN Las mujeres tuvimos y tenemos un rol fundamental en la construcción del tejido social de nuestros pueblos. Fuimos las primeras artesanas y agricultoras, nuestra pasión desarrolló la imaginación y la creatividad para recolectar, hilar, tejer, hacer abrigos, conservar y condimentar alimentos, hacer cacharros con barro, etc. Las mujeres hemos sido comadronas, brujas y enfermeras sanadoras. En años y años de dominación masculina hemos ido perdiendo la confianza en nosotras mismas; hemos ido cediendo el poder sobre nuestros cuerpos a los demás. A la medicina, a la tecnología, al control, convenciéndonos que sus saberes son superiores a los nuestros, que conocen más sobre nosotras mismas. Hemos ido perdiendo poco a poco esa capacidad de intuición, de amar nuestro cuerpo, de conocerlo y respetarlo, como también hemos ido perdiendo la capacidad de crear vida de forma natural, plena y gozosa. A lo largo de nuestras vidas, acudimos a la atención en salud generalmente durante estados saludables como pueden ser el embarazo y la maternidad, donde necesitamos ser escuchadas, acompañadas, y no “intervenidas”. Sin embargo, acostumbramos a ser víctimas de la violencia obstétrica, recurrente no sólo en los hospitales, sino también en todas las esferas de la sociedad. Fernado Daverio es un médico obstetra no intervencionista, a quien tuvimos el gusto de conocer. Muchos caminos nos llevaban a Fernando. Gente que había trabajado con él y estaba chocha con esa experiencia, una amiga que se llenaba la boca hablando de su amigo ginecólogo y obstetra “del palo”, incluso una de nosotras se había atendido con él, y ese encuentro había reforzado su deseo de ser obstetra de otra manera, de un modo distinto al hegemónico. Con él tuvimos un encuentro en el Hospital Cestino de Ensenada, donde trabaja, queríamos que nos cuente cuál era su perspectiva, qué pensaba de la violencia obstétrica y cómo desarrollaba su tarea en el marco de un sistema de salud que consideramos biologicista, machista e intervencionista. Una entiende claramente cuando dice, “violencia -20-
obstétrica es no estar atento a las necesidades de la mujer”. Si uno como médico está pensando en la manera de intervenir, difícilmente esté atento a la necesidad de la mujer. Por otro lado, si vos tenés la convicción de que la mujer no tiene la capacidad completa para llevar el proceso adelante sin tu presencia, también te va a llevar a intervenir”. Ante esto, nos preguntamos: ¿Dónde comienza a ejercerse la violencia obstétrica? “La medicina ejerce violencia en la mujer desde que empieza a buscar el embarazo, porque hay una necesidad de intervenir, transformando a la mujer en enferma. La mujer para poder quedar embarazada, llevar adelante el embarazo con los mejores resultados, para poder parir sin complicaciones, no necesita control en sí, porque el control implica alguna alteración muy pronto. Ese control permanente lleva a un estado de estrés emocional, miedo, ansiedad, y eso genera un estado hormonal que es muy desfavorable para el embarazo”.
Fernando sostiene que el modo en el que pensamos la etapa fértil, la maternidad, el parto, el vínculo madrehijo/a, está muy ligado a lo cultural. Entendemos que no importa solamente cómo lo piensa el médico o la médica que acompaña, sino también cómo lo piensa la mujer, su pareja, su vecina, la psicóloga, etc. Todas y todos jugamos un papel importante, no estamos exentos de reproducir inconscientemente mitos y prejuicios que alimenten la idea de la maternidad y heterosexualidad obligatoria, entre otros mandatos patriarcales. Lo que él remarca es que justamente por ser cultural, es que lo podemos cambiar. “Hay una conceptualización de que si durante el proceso de parto de una mujer no hay quien la controle, la supervise y la asista, hay altas chances de que pase algo grave…y no sólo es una conceptualización de la medicina, es social y cultural. No está aceptado culturalmente que tengas un hijo sola, ni se considera seguro, entonces tenés una carga cultural muy fuerte por sobre tu embarazo, tu fertilidad, tu capacidad para poder quedar embarazada, para poder parir, para poder criar un hijo, entonces ya la mujer está subestimada y ella misma lo cree así. Una mujer que tiene miedo de su embarazo, va a tener un embarazo difícil seguramente. “Lo más importante es que la mujer sienta que tiene capacidades completas para llevar adelante su etapa fértil”. Al pensar cómo titular la nota, nos fuimos comentando la entrevista y surgían, “Empoderarse para parir”; “Poder para el parto”. Esto nos llevó derecho al título de una publicación de Casilda Rodrigáñez: “El parto es una
cuestión de poder”. Allí explica que, “La primera duda sobre el parto, es decir, sobre todo lo que normalmente se asocia a un parto: dolor, dificultades y riesgos diversos, médicos, controles de embarazo, salas de parto, epidurales, llanto y reanimación de bebés, etc., nos alcanzó al darnos cuenta de que la Biblia dice a la mujer 'parirás con dolor', en tiempo futuro; es decir, que de algún modo también se dice que no había sido así en el pasado ni lo era, al menos de forma generalizada. Esa es la verdad histórica que yace oculta en los mitos sobre nuestros orígenes divulgados por las diferentes culturas y religiones. Mitos que en general han manipulado y cambiado el sentido de los grandes cambios sociales, guerras y acontecimientos que tuvieron lugar a lo largo de 3000 años de transición y consolidación de la sociedad patriarcal, con el objetivo de borrar de la memoria y de la imaginación el modo de vida anterior”.
cuidado y acompañamiento que sabíamos propagar y las utilicemos en la construcción de un mundo más justo. Las mujeres somos un eslabón fundamental en el proceso de salud de nuestros pueblos, porque llevamos con nosotras la semilla de la rebelión, de los miles de años de lucha, de la organización. Entendemos la Salud como un Derecho humano y social inalienable, producto de construcciones sociales e históricas donde confluyen aspectos económicos, culturales, biológicos y ambientales que atraviesan a todo nuestro pueblo.
........................................... Legislación en nuestro país: Ley Nacional 25.929 sobre Parto Humanizado, aún no se encuentra reglamentada. Ley Nacional 26.485 sobre de la Violencia Obstétrica. Agradecemos a Fernando Daverio, obstetra no intervencionista del Hospital Cestino de Ensenada. Trabaja el parto desde una perspectiva humanista y asiste partos domiciliarios. >> Compartimos algunos sitios que te pueden interesar: http://www.relacahupan.com.ar/menu.htm Red latinoamericana y del Caribe por la humanización del parto. https://sites.google.com/site/casildarodriganez/ Casilda Rodrigáñez “Pariremos con Placer” www.dandoaluz.org.ar/pdfs/TestdeViolenciaObstetrica .pdf
............................................ Parirás con Placer !!
Por todo esto creemos que es indispensable que todos, pero sobre todo las mujeres, revaloricemos aquellos saberes femeninos ancestrales, aquellas prácticas de
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............................................................................. Ni machxs, Ni Fachxs (O de cómo visibilizar la lucha de las sexualidades disidentes) Por el Colectivo de Varones Antipatriarcales (La Plata) Cada 24 de marzo todas y todos hacemos memoria de los compañerxs que fueron perseguidos, detenidos y desaparecidos por razones políticas en la última dictadura militar. En estos 37 años hemos intentado reconstruir las historias de luchas de todas las organizaciones, más allá de que acordemos o no con su línea ideológica: los 30 mil son nuestros compañerxs y por ellos son nuestros pedidos de Juicio y Castigo. Pero lamentablemente hay un sector y organizaciones que han sido invisibilizadxs al calor de estas reconstrucciones a nivel de la historia oficial. También ha sucedido, lamentablemente, desde las reconstrucciones revisionistas de la historia, desde los relatos de las organizaciones de izquierda, y también desde los organismos de Derechos Humanos. Nos referimos a las organizaciones, activistas y personas que encarnaron la lucha de la disidencia sexual en los años sesenta y setenta en nuestro país.
Nuestro Mundo Así se llamó el primer grupo de Homosexuales varones de Latinoamérica y de nuestro país. Comenzaron a juntarse a finales de los años sesenta en Gerli, en la casilla de Héctor Anabitarte, un militante del Partido Comunista (PC). Este militante trabajaba en la agencia DAN que tenía relación con el PC. En el libro “Fiesta, baños y exilios. Los gays porteños en la última dictadura militar”, de Rapisardi y Modarelli, se relata que el partido había enviado un informe a la agencia de noticias acusándolo a Anabitarte de homosexual. El director de la agencia, un viejo militante de ese partido lo llamó a su despacho y le comentó lo recibido a Anabitarte. Le expresó que “de haberlo sabido antes” (su condición de homosexual) no lo hubiera tomado como trabajador, pero que después de conocerlo “no encontraba un solo argumento” para echarlo. Esta anécdota puede marcar el comienzo de un camino del activismo disidente, ya que la mera acusación de homosexual era razón para quedar cesante en un trabajo, ser expulsado del partido o directamente sospechado de débil. Héctor Anabitarte viajó a Moscú en 1967 con su Partido para conmemorar los 50 años de la revolución y se entrevistó con el sexólogo ruso, el Dr. Fedotov, quien aconsejaba a todos los homosexuales casarse ya que eso los curaría, consejo que también re c i b i ó e l a rg e n t i n o a l c o n ta r l e s o b re s u homosexualidad. -22-
Se tiene registro del boletín llamado Nuestro Mundo que saliera en diciembre del año 1970, donde su editorial afirma que: “Por cuarta vez editamos Nuestro Mundo. Por cuarta vez decimos que vamos a salir regularmente (…) después de tan largo paréntesis desde 1968, queremos decir que nos mantuvimos en el camino que nos habíamos propuesto”. Esto puede confirmar la existencia de este grupo previo a la Revuelta de Stonwell y antes del denominado Gay Power en Estados Unidos. Estos boletines eran mimeografiados en la agencia antes mencionada, y llegaron a ser repartidas 100 copias en diferentes agencias de noticias.
Sabías que? >> El Frente de Liberación Homosexual, fue la primera agrupación gay surgida en América Latina durante los años 70'
De Frente Ya en agosto de 1971 queda constituido el Frente de Liberación Homosexual de Argentina (FLH). Este frente en principio es conformado por el grupo Nuestro Mundo y por un grupo de jóvenes estudiantes venidos de las ciencias sociales. Según el periodista Osvaldo Bazán, en su libro “Historia de la homosexualidad en la Argentina”, la primera reunión tuvo lugar en agosto de 1971 y los fundadores fueron: Juan José Sebreli, Héctor Anabitarte, Manuel Puig, Blas Matamorro y Juan José H e r n á n d e z . R á p i d a m e n t e c o m e n za ro n l o s cuestionamientos a la dirección primera del Frente y se comenzó a propiciar un camino horizontal. Uno de esos activistas que llevara el planteo fue el joven Néstor Perlongher. El FLH lo conformaron los siguiente grupos: Nuestro Mundo con integrantes en su mayoría provenientes del sindicalismo, Grupo Eros al cual pertenecía Néstror Perlongher, Grupo Profesionales dedicado a los estudios académicos, Bandera Negra de tendencia anarquista, el grupo Safo de mujeres, y se dice también que se encontraba un grupo cristiano llamado Emanuel, pero con poco quórum por parte de algunos activistas revisionistas.
Es interesante la historia del Frente de Liberación, ya que estaban inmersos en las discusiones de la época. En la posibilidad de que la izquierda peronista los integre, en hacer masivos sus reclamos a la no discriminación. Existe una famosa fotografía que aquí reproducimos donde el Frente participa de la movilización en la asunción de Cámpora el 25 de mayo de 1973, con una pancarta que reza: “Para que reine en el pueblo el amor y la igualdad, libertad a los presos políticos”. También estuvieron presentes en Ezeiza esperando el regreso del general. Lamentablemente la integración al movimiento político de la época no pudo expresarse en hechos concretos. La experiencia del FLH también fue fundamental ya que pusieron el debate sobre el cuerpo y la sexualidad no heteronormativa en un movimiento setentista muy marcado por el machismo. Es aquí donde nos preguntamos el por qué de esta invisibilización de una lucha, de un movimiento que poco tuvo de minoría, que claramente no fue masivo, pero ocupó un lugar fundamental para la lucha de la disidencia y luego, pos dictadura para los movimientos denominados de la Diversidad Sexual.
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Torta, trava, putx que lucha, vuelve a la historia Seamos claros: no hubiera existido una Ley de Matrimonio igualitario, una Ley de Identidad de Género, organizaciones y colectivxs de la diversidad sexual, sin la experiencia de Frente. Podríamos hacer un juego literario muy básico y decir “la sangre rosa, la sangre multicolor no será derramada en vano”, siempre y cuando no callemos esta parte de la historia y cuando todxs busquemos la verdad, el juicio y castigo también por los desaparecidxs de la disidencia sexual. En el libro anteriormente mencionado “Fiestas, Baños y exilios…”, se menciona la anécdota en donde el Rabino Marshall le confiesa a Carlos Jáuregui, militante en democracia de la diversidad sexual, que “no cupo la menor mención a prácticas de torturas específicas contra gays y lesbianas” respecto de la publicación del Nunca Más en el año 1985, por presiones de la Iglesia Católica. Así fue que no se publicaron los nombres de los desaparecidos homosexuales, lesbianas y ni hablar de las travestis. No podemos dejar de mencionar que no sólo los activistas políticos fueron detenidos desaparecidos por militar la revolución sexual. También fueron perseguidxs, secuetradxs y desaparecidxs las trabajadoras sexuales y travestis en situación de prostitución, y las locas, a quienes se le notaba su andar maricón por las calles del Buenos Aires setentoso. Los edictos policiales, concretamente el 68 inciso 2h., te llevaba preso por HOMOSEXUAL.
lucha no era revolucionarios vs. contrarevolucionarios, era machos contra maricones. Acá los machos no han precisado de una revolución para matar putos. Y hay que decirlo: muchos de esos normales, con sus modales bien educados, blancuzcos, genuflexos, han sido cómplices de esa pesadilla cotidiana, con sus prejuicios, su hipocresía, su recusa a hablar del tema. Recordemos lo que Evita le dice a Paco Jamandreu (quien lo cuenta en sus memorias), cuando éste le pide ayuda desde una comisaría: “jódase por puto”. Esta cita pertenece a la conferencia “El sexo de las locas” dictada en el Centro de Estudios y Asistencia Sexual (CEAS) publicado en el número 28 de la revista El Porteño, en mayo de 1984. De esas personas que pusieron el cuerpo en medio del machismo más encarnizado, como Colectivo de Varones Antipatriarcales rescatamos los planteos de esxs activistas, que nos permiten hoy poner a nosotrxs el cuerpo en la lucha contra el patriarcado. Luchar contra el Patriarcado no sólo significa luchar por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, en contra de toda violencia hacia las mujeres y la comunidad LGTB, sino también contra el machismo en nuestras organizaciones. A despatriarcalizar nuestras prácticas, hoy más que nunca: Ni Machos, Ni Fachos!
Para terminar quisiéramos dejar las palabras del mítico activista del FLH, que fuera también militante del brazo estudiantil de Palabra Obrera, el TERS de la Facultad de Letras de la ciudad de La Plata, me refiero a “la Rosa” como se autonombraba Néstor Perlongher: “Hablar de homosexualidad en Argentina no es sólo hablar de goce sino también de terror. Esos secuestros, torturas, robos, prisiones, escarnios, bochornos, que los sujetos tenidos por 'homosexuales' padecen tradicionalmente en la Argentina –donde agredir putos es un deporte popularanteceden, y tal vez ayuden a explicar, el genocidio de la dictadura. Dice Carlos Franqui que en la Cuba castrista la
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poema de Calderita Barcarola *
Les habla una cocinera que como toda mujer hubo oficios de aprender: hortelana y niñera, madre, nodriza, partera y, como todas, aquí, por las leyes maltratada, pretendo sea respetada nuestra forma de vivir, por ello os he de decir: Un Papa nos extramura, un rey de turno obedece y ordena a sus feligreses ficción de ley con premura: disfrazar la dictadura. El marqués José Vicente sostiene razón prudente: fetismo no es humanismo. Hombre que piensa lo mismo que mujer, es un valiente. Entonces, pues, aclaremos esta fiera confusión este apriete, esta opresión por si alguna vez dudamos; puede que sí pues estamos en tierra tan singular que penaliza abortar cuando la experiencia enseña que la mujer es la dueña de no desear maternar. Sueña la iglesia que sabe, y vive con este engaño mandando, disponiendo y gobernando y a todo mundo prohibe discutir lo que prescribe: qué delicia es permitida, cuál querra es una Cruzada, qué gente es la inadecuada y –vaticana y protegida– cuándo comienza la vida. ¿De qué vida conversamos? Flores, pájaros, verduras, animales de pastura, son vida y no nos culpamos cuando esa vida acabamos. No se tome esto a broma: una pluma no es paloma, la semilla no es zapallo y simiente no es caballo.
Hablemos, pues, de persona. La idealización no evita conocer algo profundo: persona se es en el mundo –aunque sea pequeñita– si en otro cuerpo NO habita. ¿Es lo humano una ilusión, una sombra, una ficción? ¿La raicilla, es rabanito? ¿Es la yema un pollito? ¿Tiene un huevito razón? ¿Es la masa un pan horneado? ¿Un poroto, es un guisado? ¿Es un chocho carbonada o la aceituna empanada? ¿La escama, es un pescado? Tanto ejemplo no es en vano, el semen no es un enano, el óvulo no es doncella, cigoto no es vida bella, EMBRION NO ES SER HUMANO.
*Calderita Barcarola es el seudónimo que utilizó la poeta y ensayista argentina Hilda Rais, para la publicación de este poema que satiriza la posición 'fetista' de los debates sobre el aborto, primero en la Revista Feminaria, (13 de Noviembre 1994), y luego en el libro 'Locas por la cocina', editado en el '98