Importancia de Juan Calvino para la economía contemporánea

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IMPORTANCIA DE JUAN CALVINO PARA LA ECONOMÍA CONTEMPORÁNEA. UN ENFOQUE HERMENÉUTICO

Rodolfo Haan

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2011


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Prefacio Entre el 8 y el 10 de abril de 2010 el Colegio Dordt en Sioux Center, Iowa, en Estados Unidos, celebró su encuentro sobre Calvinism for the 21st Century. Para esta conferencia preparé una presentación intitulada ―Importancia de Calvino para la economía contemporánea. Un enfoque hermenéutico‖. Como el tema me impactó mucho, más que nada por la originalidad de Calvino y su relevancia hermenéutica para nuestro mundo moderno, escribí no sólo un texto para ese simposio, sino al mismo tiempo también el estudio más largo que el lector encuentra aquí a continuación. Agradezco mucho la excelente traducción del inglés al español al teólogo y profesor de inglés Carlos Expósito, en Cuba. Además menciono con gratitud la ayuda recibida de parte de la Iglesia Protestante en Holanda. Me alegro que, gracias a las gestiones del reverendo Leopoldo Cervantes-Ortiz en México, este libro ahora aparezca en forma electrónica para el uso abierto de todos los que estén interesados en los problemas fundamentales de la economía moderna. Rodolfo Haan Utrecht, Países Bajos, noviembre de 2011

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Índice Introducción

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1.

La trivialidad del concepto que Calvino es el ―culpable‖ del capitalismo

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2.

El problema hermenéutico de leer a Calvino cinco siglos después

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3.

La fe cristiana y la sociedad humana

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4.

La economía

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La naturaleza La riqueza La igualdad La propiedad La distribución Los pobres El trabajo La profesión El ingreso El comercio El orden económico El estado La ciencia y la tecnología 5.

El interés: un caso para la hermenéutica económica

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6.

El calvinismo, el neo-calvinismo y el final de la primera modernidad

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7.

La sociedad técnica y la segunda modernidad

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8.

La teología y la economía

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1. No existen atajos 2. La teoría económica (así como la teología) puede servir a otros señores 3. La experiencia cotidiana y la teoría (supuestamente autónoma) 4. Un economista también cree 5. El corazón humano 6. La realidad excluida por la razón 7. La economía positiva versus la normativa 8. El análisis pastoral 9. La intensificación del método económico 10. El respeto al objeto de la investigación 9. La perspectiva calvinista en el siglo XXI

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10. Algunas conclusiones teológicas posteriores

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Bibliografía

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Notas

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…d‘où vient-il que quasi tous s‘adonnent à méchantes pratiques, à fraudes y rapines, sinon qu‘ils attribuent à Satan ce qui était propre à Dieu seul, à savoir d‘enrichir par sa bénédiction ceux qu‘il lui plaît? Il est vrai que de bouche ils demandent bien à Dieu leur pain quotidien, mais ce n‘est que de bouche. Car à vérité par leur procédure ils font à Satan distributeur de toutes les richesses du monde. (…donde es que casi todos recurren a malas prácticas, el fraude, la rapiña, allí, ¿de lo contrario se atribuye a Satanás lo que era propio sólo de Dios, es decir, para enriquecer su bendición por aquellos que le plazca? Es cierto que se requiere mucho a Dios por su pan de cada día, pero es sólo de la boca. Debido a que en verdad son, por su origen, para Satanás, el distribuidor de todas las riquezas del mundo.) JUAN CALVINO, Comentario sobre Mateo 4.8

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Introducción En este ensayo se utilizarán materias económicas como paradigma para leer a Calvino y se lee a Calvino como una ayuda para esclarecer las materias económicas. El gran número de citas literales de Calvino coloca al lector interesado en comunicación directa con el pensamiento económico del reformador. Mi enfoque es hermenéutico, lo que significa que he tratado de comprender el movimiento básico de la teología de Calvino en cuanto a sus implicaciones económicas no solamente para su propia época sino también para nuestro mundo contemporáneo. Siendo economista, solamente puedo hacerle justicia a Calvino considerándolo un teólogo. Pero se planteará que es precisamente de esta manera que la obra de Calvino divulga su significado para la economía sin restarle nada de importancia al desarrollo de una sólida teoría económica en su propia esfera. Citaré extensamente a Calvino, en gran parte sobre la base de la excelente obra preparatoria hecha ya por el ya fallecido profesor André Biéler (1914-2006). El mismo escribió su gran disertación acerca del pensamiento social y económico de Calvino con el fin de sistematizar los escritos de Calvino en este campo para sentar las bases de las posibles exploraciones posteriores tal como el presente estudie intenta ser. El primer capítulo trata solamente de forma breve la afirmación de los que erróneamente creen que Calvino tiene algo que ver con el capitalismo como se presenta en la actualidad. Como puede esclarecerse a partir de los siguientes capítulos, tal tesis sencillamente ha de rechazarse en su totalidad. El segundo capítulo se propone comparar el contexto de la teología de Calvino con el actual. Puede ayudarnos a encontrar el común denominador de ambos mundos que se necesita para demostrar la importancia de Calvino en la actualidad. El común denominador es la fe, no la realidad económica, sino el enfoque que hagamos de ella. El capítulo tercero expone la caracterización que hace Biéler sobre el método socio-teológico de Calvino; la misma se elabora escuetamente. El cuarto capítulo es una investigación de los criterios económicos de Calvino, según se resumen en un número de citas literales tomadas principalmente de comentarios y sermones bíblicos que se reproducen en la antología de Biéler. Parece ser que su observación sagaz y la forma en que enfoca la realidad con los ojos de la fe siguen siendo profundamente válidas a pesar de la diferente estructura económica y el casi completo cambio en la época que indiscutiblemente ha tenido lugar desde entonces. Se delinearán algunos paralelos de la historia económica o la realidad a manera de ilustración. El capítulo 5 es acerca del famoso hito que el pensamiento de Calvino constituyó al presentar el interés sobre los préstamos como algo admisible. La lección a aprender es que Calvino no confiaba en una institución como el interés de forma general y automática pero sí investiga su verdadero efecto económico en cada caso particular manteniendo la responsabilidad discrecional plena de los que hacen uso de dicho recurso financiero. Sin embargo, hay que tener en cuenta la diferencia fundamental entre la Ginebra de Calvino y el auge de los mercados financieros anónimos que se desarrollaron más tarde. Nos hace cuestionar la forma de relacionarnos con nuestro sistema económico circundante en el que los mecanismos de mercado no se encuentran ya incluidos y controlados por la sociedad sino que más bien ellos

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mismos dominan la sociedad. No obstante, en el último capítulo se planteará que el método teológico de Calvino no se detiene ante los retos del siglo XXI. El capítulo 6 es acerca del calvinismo, el neo-calvinismo y el final de la ―primera modernidad‖. Este estudio no se propone exponer el neo-calvinismo de forma extensa. Se plantea la pregunta de hasta qué punto el mismo se asimiló a la mentalidad mercantil circundante, al espíritu del capitalismo y a la política asociada. Como aclara Tawney en su obra clásica sobre la religión y el auge del capitalismo, el protestantismo perdió su originalidad al adaptarse a las circunstancias externas y a los poderes imperiales. Durante los siglos que siguieron a Calvino, el mercado conquistó el mundo mediante la práctica de la esclavitud y el colonialismo en primer lugar. La máquina se convirtió en el motor del mercado. El capìtulo 7 trata acerca de lo que la sociologìa moderna llama ―segunda modernidad‖, en la que la máquina, en el sentido del método técnico generalizado que demanda la solución más eficiente en su propia esfera, ha dominado completamente no solamente el mercado sino la sociedad en su totalidad. El significado de la palabra ―máquina‖ se ha cambiado metafóricamente en ―técnica‖, incluyendo todo tipo de técnica humana y social. La técnica se convirtió en una potencia en sí misma, cruzando las fronteras religiosas, éticas y culturales en todas partes. Jacques Ellul ha acuñado la frase tecnicismo como el denominador de nuestra estructura económica, social y política anónima que se ha impuesto sobre todas las esferas culturales de la sociedad moderna, incluyendo la religión. Los que detentan el poder disponen de inmensos recursos técnicos; los desposeídos ven sus vidas profundamente afectadas por el mismo sistema técnico. En mi visión, Ellul retoma el mismo significado básico del pensamiento de Calvino dentro de esta realidad completamente nueva. ―Uno no puede crear una sociedad justa mediante medios injustos‖.1 El capítulo 8 se detiene a reflexionar sobre la relación entre las dos disciplinas de la teología y la ciencia económica. Afirma que es posible lograr una colaboración profunda con tal que tanto los teólogos como los economistas se aparten de las tradiciones dogmáticas de cada uno que los aíslan entre sí. El capítulo 9 bosqueja algunas implicaciones teológicas para el siglo XXI. Se sugieren conclusiones teológicas en el último capítulo. El comercio económico, de acuerdo con Calvino, es la intercomunicación entre los hombres, no solamente los hombres cristianos. La escatología se colocará al centro de la economía justa y la preocupación de Calvino por la economía mundial en su totalidad se interpretará en términos de la secularización moderna para incluir a todos los hombres como los ―trabajadores de la viña‖. Puede ser conveniente un comentario adicional. El objetivo de este estudio no es canonizar a Calvino, lo que en sí mismo sería contrario a su espíritu. Trataremos de comunicarnos con Calvino investigando su forma de relacionarse con la realidad económica de su época. El único propósito debe ser aprender de su postura en la vida sobre la base de su fe para reflexionar con mayor adecuación sobre nuestra forma de comunicarnos con nuestra propia realidad. Calvino fue un teólogo plenamente contextualizado. Su propósito fue pedagógico. ―La doctrina generalmente formulada no nos mueve‖.2 Calvino ―deseaba ser un teólogo bíblico par excellence y su Institución es como una rueda sin borde, un cubo lleno de radios. Cada tema teológico es forjado a lo largo del radio desde el cubo hasta el fin y algunos radios son más largos que otros. No existe un borde que conecta los extremos de los radios; por lo tanto no hay sistema en el sentido en que nosotros usamos la palabra‖.3 ―La doctrina de Calvino sobre la Escritura tiene algunos rasgos enigmáticos; tratar de armonizarlos sería una distorsión‖.4 Calvino humanizaba la teología y 10


rechazaba la teología sistemática en el sentido tradicional contemporáneo de discurso científico. Se interesaba por la vida y la Escritura. Los cristianos deberían hacer progreso durante toda su vida.5 ―Esto apunta al principio anti-dogmático de Erasmo; la posición de Calvino sugiere la imposibilidad de una teología completada‖. ―No existe una ‗doctrina central‘ en la teologìa de Calvino, sino que todas las doctrinas son ‗centrales‘ en el sentido que desde su punto de vista quieren de forma independiente abarcar la central‖.i 6 Por supuesto, no podemos lograr que Calvino responda preguntas que no se le hicieron en su época. Pero su método es tal que puede ayudarnos, desde nuestro punto de vista, a encontrar el significado central de los pronunciamientos esparcidos por diversas partes de su obra sobre la vida económica que puedan relacionarse con el mensaje del Evangelio en medio de las complejidades del siglo XXI. ―Vista a la luz de su doctrina de la justificación, la bendición de la vida, independientemente de su cualidad existencial histórica, es, para todo propósito e intención, vida escatológica; es decir, una vida que está a nuestro alcance y, sin embargo, más allá de nosotros. La bendición de la vida es, al tomar en consideración toda la teoría de Calvino, vida que refleja la bondad, la justicia y la misericordia de Dios‖.7

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―Es gibt keine ‚Zentrallehre‘ in der Theologie Calvins, sondern alle Lehren sind in dem Sinne ‚Zentrallehren‘, dass sie das Zentrale vom ihrem Standort aus selbständig begreifen wollen‖.

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1 LA TRIVIALIDAD DEL CONCEPTO DE QUE CALVINO ES “CULPABLE” DEL CAPITALISMO Hace unos treinta años, enseñando en el instituto teológico ISEDET en Buenos Aires, dos alumnos que participaban en un curso de historia de la iglesia nos contaron sobre una clase parecida a la que habían asistido en la Universidad de La Plata. El profesor católico romano, al tratar el tema del capitalismo, los señaló diciendo: ―esos protestantes tienen la culpa, todo comenzó con Calvino‖. Ha sido el criterio tìpico de los católicos conservadores, aunque no solamente de ellos. Calvino es el teólogo más citado en la teoría económica, donde recibe muchos créditos por permitir el interés en los préstamos monetarios. Por lo que ambos lados relacionan a Calvino con el capitalismo.i En la biblioteca del instituto teníamos una traducción del famoso libro de Richard Tawney, La religión y el surgimiento del capitalismo (1926).ii Este título había sido traducido al español como ―La religión en el origen del capitalismo‖,8 lo cual es erróneo. ―Y‖ indica yuxtaposición; ―en‖, sin embargo, sugiere el ser parte de algo. Además, ―surgimiento‖ es diferente a ―origen‖ que puede parcial o totalmente constituir el comienzo de un surgimiento, pero debe diferenciarse debidamente del mismo. El traductor hizo algo que algunas veces vemos en las traducciones de la Biblia; proyectó su propio pensamiento en el texto. Verdaderamente el pensamiento popular le atribuye a Calvino el origen del capitalismo. Sin embargo, la imposibilidad de imputarle el capitalismo a la religión ha sido el punto de vista de los pensadores de los siglos XVII y XVIII, que ―dieron por sentado que tenìan que vérselas con el hombre tal como es en la realidad, y para ellos eso quería decir alguien que se ha demostrado que es poco influenciable por los preceptos moralistas y religiosos‖. Con esta valoración pesimistarealista de la naturaleza humana, esos pensadores procedieron a descubrir en el ‗interés‘ un principio que podìa sustituir al ‗amor‘ y a la ‗caridad‘ como la base para una sociedad bien organizada.9 Un estudio de la historia del pensamiento económico señala acertadamente que, contrariamente a la llamada ―tesis de Weber y Tawney‖—que erróneamente los considera juntos10—, otras interpretaciones le dan más importancia al desarrollo del racionalismo, el secularismo y el materialismo como precursores de la economìa moderna‖.11 ―Podrìan señalarse importantes hombres de negocios católicos y sus familias en los siglos XV y XVI cuyos logros económicos, riqueza e influencia no tenìan rivales en su época‖. Sin embargo, el autor no combate la tesis sobre los negociantes puritanos posteriores que ―operaran bajo el fuerte impulso religioso para probar su salvación predestinada en el próximo mundo mediante una carrera i

Estrictamente podemos hablar solamente de la libertad de las transacciones financieras, ya que el ―capitalismo‖ generalizado (la división de clases entre los capitalistas/propietarios de los medios de producción y los asalariados) no evolucionó antes del siglo XIX. El capitalismo comercial, sin embargo, florecía a partir de la baja Edad Media. La palabra ―capital‖ se originó en los siglos XII y XIII con el significado de fondo, stock de mercancias, cantidad de dinero, o dinero que produce interés. Ya en 1283 fue usado en el sentido del activo de una empresa commercial. Muchas veces fue intercambiado por otras palabras -–riqueza, dinero, fondos, bienes, suma principal, propiedad, patrimonio. El primer uso del término capitalismo en el sentido moderno ha sido atribuido a Louis Blanc en 1850 y Pierre-Joseph Proudhon en 1861. Marx y Engels apenas usaban la palabra capitalismo, pero se refirieron al ―sistema capitalista‖ (kapitalistisches System) y al ―modo de producción capitalista‖ (kapitalistische Produktionsform) en El Capital (Das Kapital, 1867). Ver Fernando Braudel, The Wheels of Commerce, Vol. 2, Civilization & Capitalism 15th-18th Century, Los Angeles 1982, capítulo 3. ii Él título ingles es: Religion and the rise of capitalism.

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exitosa en este mundo‖. No obstante, sería muy diferente hacer Calvino responsable de ese comportamiento. Al respecto, Weber estaba bien consciente de la discrepancia entre la realidad y su método del ―tipo ideal‖ que no intenta explicar la realidad sino más bien construir un modelo de ella.12 Al final concuerda con Tawney en que ―el espìritu capitalista es tan antiguo como la historia, y no fue, como se ha planteado a veces, el resultado del Puritanismo. Pero encontró en ciertos aspectos del Puritanismo ulterior una tónica que fortaleció sus energías y fortificó su ya vigoroso temperamento‖.13 No obstante, Tawney examina una cuestión bien diferente: ¿cómo se explica que los protestantes del siglo XVIII fueran tan diferentes como lo fueron de los mismos contemporáneos de Calvino y el propio Calvino? ¿Cómo se adaptaron al comercialismo moral de su propia época? También Max Weber, a quien se le imputa la proposición de la relación causal entre el calvinismo y el capitalismo, hace una clara distinción entre Calvino y la conducta práctica de los puritanos del siglo XVII en Inglaterra y en otras naciones. Por tanto, no parece que valga la pena considerar este asunto tan debatido como tema de esta exposición de nuevo, ya que en este estudio queremos considerar al propio Calvino. Todo lo que podemos tomar de ello es la consciencia de las emociones e ideologías en juego cuando se habla de Calvino y la economía. El periodismo y el lenguaje popular han hecho de Calvino casi lo opuesto de sus propios escritos. En un diario uno podìa leer recientemente acerca de alguien que decìa: ―En nuestro sistema calvinista uno siempre debe colocarse más alto en la escala social‖—queriendo decir con ello: uno debe siempre tratar de ganar la máxima cantidad de dinero.14 Nada puede estar más lejos del propio Calvino, para quien el enriquecimiento como tal nunca es una meta de la vida. Primeramente describiremos el problema hermenéutico que se presenta cuando escuchamos a Calvino y más adelante estudiaremos su relevancia actual al enfocar sus textos con una visión económica moderna.

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2 EL PROBLEMA HERMENÉUTICO DE LEER A CALVINO CINCO SIGLOS DESPUÉS El presente estudio pretende enfocarse específicamente en la perspectiva cristiana de la economía. Muchos economistas cristianos han intentado hacerlo. Generalmente vemos dos tipos de enfoques. El primero es que nuestra mentalidad mercantil moderna se proyecta en el texto bíblico. De esta forma se supone que se encuentra una prueba de la legitimidad del mercado moderno en la propia Biblia. Otra forma es el movimiento opuesto de aplicar lo que se ve como ―economìa bìblica‖; es decir, la economìa durante los tiempos bíblicos, a nuestro propio mundo a pesar de los cambios. A menudo se construyen basamentos comunes para la economía bíblica y la práctica económica moderna mediante el aislamiento de versos bíblicos particulares de su contexto y significado. Un ejemplo bien conocido es la referencia vulgar a la parábola de los talentos en Mateo, y la frase que encontramos en los evangelios sinópticos: ―A quienes tienen, se les dará más, y tendrán en abundancia, pero a aquellos que nada tienen, aun lo que tienen les será quitado‖ (Mateo 13, 12).i Es completamente erróneo tomarlo como una descripción acertada del capitalismo con su crecimiento en ingresos por una parte y lo que Schumpeter ha llamado ―destrucción creativa‖ por la otra.ii La lectura común es: para ganar mucho dinero hay que ―tener‖; si se tiene demasiado poco, aun lo que se tiene se pierde. Tanto el pensamiento común como la teoría económica han mantenido que aspirar a una ventaja económica individual sería para el interés público en general. Se supone que el egoísmo privado automáticamente resulte en beneficio público a través de la mano invisible del mercado. Pero Calvino tenía diferente que enseñar. Señaló ―la asociación del comercio con la prostitución de Isaías porque, aunque es ‗útil y necesario para el bien común‘, demasiado a menudo se ve lastrado por el fraude y la deshonestidad‖.15 Calvino a menudo se refiere a esa parte de la vida económica que es el robo y el pillaje, la violencia y las prácticas maliciosas del comercio (méchantes traffiques).16 ―Consideró que la astucia estaba tan expandida en el comercio que ‗se consideran generalmente bendecidos los que son más eficientes en urdir engaños‘.17 Atacó prácticas comerciales en particular: los cobros excesivos y las tergiversaciones como robo, falsificación de pesas y medidas,18 que socavan la confianza de las que dependen las relaciones humanas‖.19 Aunque no siempre podemos contar con la humanidad de nuestros proveedores, sí tenemos que practicar la humanidad nosotros mismos. Calvino reconoce el significado de los contratos comerciales y la propiedad privada. Hacemos uso de nuestros recursos como dones de Dios. ―Es i

Acerca del malentendido profundo y generalizado del llamado ‗efecto Mateo‘: Rodolfo Haan, La economía del honor. Reflexiones bíblicas sobre dinero y propiedad, Lima 2007, p. 147-153. ii Los empresarios anticuados a quienes falta el espíritu innovador, serán los perdedores de la carrera para la ganancia. Debemos colocar el concepto de Schumpeter en la propia perspectiva que él tenía en mente: ―La apertura de nuevos mercados, exteriores o interiores, y el desarrollo organizativo desde el taller o la fábrica hacia tales grupos de empresas como es U.S. Steel son ilustrativos del mismo proceso de mutación --si puedo usar este término biológico—que sin cesar está revolucionando la estructura económica desde adentro, al crear sin cesar una nueva. Este proceso de Destrucción Creativa forma el hecho esencial acerca del capitalismo. Es lo que forma el capitalismo en cuyo seno cada grupo de empresas debe vivir‖ (J.A. Schumpeter, Capitalism, Socialism and Democracy, Londres 197413, p. 83).

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esencial para el mantenimiento de la sociedad humana que cada persona posea lo que le pertenece; que algunos adquieran propiedades mediante la compra, a otras ha de venirles por derecho hereditario, a otros mediante título de don, que cada uno debe incrementar sus medios mediante su ingenio o su fuerza física u otros dones. En resumen, el orden político requiere que cada uno mantenga lo que le pertenece‖.20 El dinero, para Calvino, no debía utilizarse como medio de acumulación y auto-enriquecimiento, sino ―como medio de comunicación recìproca entre los hombres, principalmente utilizado para comprar y vender mercancìa‖. 21 A diferencia de Adam Smith, o más bien la ideología de mercado que surgió después de él, Calvino no afirmó que perseguir la máxima ganancia resultaría en el máximo bien común; al contrario, cada sujeto económico debìa tener presente primeramente el bien común. ―Es cierto, escribió él, ―que todos los contratos son malvados ante los ojos de Dios si no se realizan de acuerdo con la ley de la caridad‖.22 i Mark Valeri señala de forma acertada: ―Todo el propósito de la actividad económica, de acuerdo con el reformador, era el bien del cuerpo social, del cual era miembro cada campesino, mercader, ciudadano, o refugiado. En su práctica ideal, el comercio facilitaba la armonía social, el intercambio de bienes era en sí mismo una forma de comunicación, relación y urbanidad. En realidad, a esta luz el negocio podía verse como una virtud comparable con la hermandad cristiana‖.23 Cuando buscamos textos bíblicos sobre economía, como hizo Calvino, aunque nunca de forma aislada, debemos estar conscientes de que en los tiempos bíblicos no existía la economía moderna. Pero la pregunta es: ―si en esos tiempos (de la ley judaica) Dios impedìa los fraudes que las personas cometían con pesos y medidas, ¿que pasa con ello ahora?‖ 24 Cuando la Biblia menciona problemas de producción, el remedio en la literatura sapiencial sencillamente es que hay que trabajar, porque ―el camino del holgazán esta plagado de espinas‖. ―Dormir y soñar un poco…, y la pobreza vendrá sobre ti como un ladrón‖.25 En cuanto a la forma en que se desarrolla la actividad económica, el mensaje bíblico acerca de la economía es acerca de la justicia. Por ello hay que tomar en cuenta el contexto económico bíblico para poder escuchar ese mensaje bíblico de justicia económica y descubrir su significado para nuestra época. Este es el problema hermenéutico tanto de la economía como de la teología. La forma en que se enfoca determina el uso que hacemos de los textos bíblicos así como de los escritos de Calvino y el significado que les atribuimos. Ambos surgen a partir de períodos del pasado sin prácticamente ninguna continuidad con el sistema económico actual. Aunque la era de Calvino se considera generalmente el primer siglo de la modernidad, mostraba solamente el comienzo de desarrollos posteriores. Además, estamos ahora viviendo en lo que el sociólogo Ulrich Beck llama la ―segunda modernidad‖, que ha perdido los bien conocidos parámetros del modelo de la ―primera modernidad‖, que incluyen un estado nacional capaz de instrumentar el bienestar económico del pueblo dentro de sus fronteras. David Hume escribe: ―No recuerdo ningún pasaje de un autor de la antigüedad donde el desarrollo de una ciudad se le atribuyera al establecimiento de una producción. El comercio que se dice que florece, es principalmente el intercambio de mercancías, para las cuales son adecuados los diferentes suelos y climas‖.26 No existían ni el mercado mundial global ni los i

El criterio no está en el esquema ―capitalismo‖ versus ―socialismo‖. Podemos referirnos a la historia bíblica de José que dirigió la economía egipcia hacia un gobierno ―socialista‖ para satisfacer las necesidades del pueblo. La lección para el pensamiento reformado es que el estado debe vigilar el uso público del producto nacional y que ―le toca al estado la provisión al futuro ya que las personas privadas solamente se preocupan por sus ganancias inmediatas‖ (Andre Biéler, La pensée économique et sociale de Calvin), Ginebra 1961 (en lo adelante: LP), p. 382).

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mercados globales inestables. Ni había crisis mundiales como la carga permanente de la deuda del Tercer Mundo. No había ni crisis mundial de pobreza masiva, falta de educación y salud, ni crisis de envejecimiento de la población ni escasez estructural de agua, alimento, energía y materias primas, ni un sistema monetario inestable, la influencia política excesiva de las grandes corporaciones, y la criminalidad económica moderna a gran escala, ni la destrucción de las especies, para no mencionar el problema dramático del clima.i Entonces las crisis en la economía no se originaban en la propia economía como sucede en la actualidad. La crisis económica moderna es permanente, debido a su intrínseca inestabilidad monetaria.ii El concepto moderno de ―mercado‖ es un concepto abstracto que en ese sentido, como señala Finley, no puede traducirse al griego o al latìn. Con el ―mercado‖ moderno también se introdujo la crisis económica, no solamente en la forma de ciclo comercial sino también a través de la exclusión estructural de los muchos que no son parte del ―proceso económico‖, a no ser como víctimas condenadas a la necesidad y al hambre. Durante la época pre-capitalista, cuando había crisis en la economía; es decir, en la distribución, en la producción o el consumo, había que atribuírsela a lo que en la actualidad llamamos ―factores externos‖. No podìa atribuirse al funcionamiento del mercado, sino más bien a la inestabilidad política, a la guerra y a los desastres naturales tales como sequías o plagas de langostas. Lo primero que nos viene a la mente cuando consideramos la economía de mercado moderna es el hecho que en el siglo XIX surgió el problema de la división de clases—entre los capitalistas y el proletariado industrial—, o, en términos más generales, ―la cuestión social‖. Este es un problema totalmente nuevo en la historia mundial de la economía: la pobreza como resultado del desarrollo económico, consecuencia del propio sistema.27 Aunque siempre han existido ricos y pobres, opresores y oprimidos, y el ansia por el dinero, la pobreza moderna en general se diferencia de las situaciones anteriores; los pobres modernos en este sentido no son parte de la escena bíblica. Son producto del sistema; son—según las palabras de Keynes— desempleados involuntarios; en otras palabras, sistemáticamente pobres. No obstante, la imagen que el rico mantiene de sì mismo, denominada históricamente ―burgués‖, aún permanece. ―El mecanismo de la justificación es la pieza central del logro burgués, su significado, su motivación. Para llegar allí construye un mundo real, pero a la vez imaginario, que hace prevalecer sobre todos los demás mediante el mecanismo de la falsa conciencia‖. 28 Tiene lo que posee por su propia virtud. Es lo que Tawney ha llamado ―intelecto no sofisticado‖. ―Pocos trucos del intelecto no sofisticado son más curiosos que la psicología ingenua del negociante, que atribuye sus logros a sus propios esfuerzos sin ayuda, en total ignorancia de un orden social sin cuyo continuo apoyo y vigilancia constante se verìa como una oveja en medio del desierto‖. 29 Ahora bien, cuando uno se cree meritorio por el dinero que ha acumulado, el mismo concepto de i

Los pronósticos del business as usual sugieren que la sobrecarga ecológica aumentará desde el 30 % de hoy hasta 100 % hacia 2030. Al mismo tiempo, la ―huella ecológica‖ en la tierra es sumamente desigual, tanto entre los países como (hasta más) dentro de los países. Es sabido demasiado bien: si todos los habitantes del mundo imitaran el modelo de consumo del promedio norteamericano, se necesitarían más de cinco planetas (si la tecnología queda constante). La economía mundial en que los esperados 9 mil millones de gente tendrían el modelo de consumo que el norteamericano en 2050, tendría que ser 15 veces más grande que la economía presente. Tal cosa es biofísicamente imposible (fuente: PALA-Nieuwsbrief (e-bulletin), 1 diciembre, 2009). ii Ver el notable libro que ha sido escrito para el publico general por el especialista monetaria Bernard Lietaer, El futuro del dinero. Cómo crear nueva riqueza, trabajo, y un mundo más sensato, Buenos Aires 2005 (ed. or.: The future of money. Creating new wealth, work and a wiser world, Londres 2001).

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hombre se aplica al prójimo que no tiene dinero: él no vale nada. Calvino, al igual que Tawney, ve el producto económico social como una producción conjunta que—y se aplica aún más en nuestra sociedad tecnológica—trae aparejada consecuencias para nuestra visión de la distribución de los ingresos. La iglesia sirve de modelo: ―El fruto o beneficio mencionado por Cristo es la ganancia o el desarrollo de toda la comunidad de fe en común, para convertirse en la gloria de Dios.30 ―Los avariciosos no tienen en cuenta que no pudieran hacer nada sin la ayuda de los demás y que un hombre separado del resto no es nada‖. …―Nadie que esté en sus cabales desprecia a su prójimo como alguien inútil o dañino‖.31 Dios defenderá la causa del pobre. El ―burgués‖ de la época de Calvino ya sostenìa el criterio que aparentemente es casi inherente al hecho de ser rico: culpaba al pobre por ser pobre,i 32 al igual que los ricos en Corinto.33 En nuestra sociedad moderna el comercio está fuera de control. Estableció su propio campo de juego sin tomar en cuenta el bien común. Se dice que los mercados se autorregulan. En la actualidad, después de la crisis bancaria, más personas que nunca antes están conscientes que, a pesar de todos los posibles modelos hipotéticamente construidos en la teoría económica, eso no es verdad y nunca lo ha sido. Calvino rechazó toda identificación de la religión cristiana con la política. El nacionalismo y la fe cristiana se excluyen entre sí.34 Ello mantiene su vigencia en el siglo XXI.ii Como nos recuerda Bouwsma,35 Calvino detestaba los imperios del mundo; la noción de un imperio mundial es para él ―totalmente absurda‖.36 Compartìa el criterio de Agustìn que ―casi todos los grandes reinos son grandes robos‖.37 Calvino apreciaba el estado y el mercado, pero nunca aceptó el amor individualista de sí mismo. Se sentiría totalmente alienado si experimentara las prácticas del mercado moderno, excepto las que se mantienen dentro de los límites y prescripciones de la solidaridad social. Está claro que la economía mundial moderna monopolizada como sistema tiene muy poco que ver con el concepto de Calvino de comercio como servicio a la sociedad. Podríamos llegar a la conclusión que en la sociedad moderna, Calvino, al pertenecer a un mundo diferente, eminentemente pre-capitalista, ya no tiene nada relevante que decir. Nuestro mundo es diferente. Pero debemos notar que el propio mundo de Calvino estaba ya cambiando rápidamente y diferenciándose de la Edad Media. Enfrentamos un problema similar de cambios rápidos y aun más así.iii Por ende, lo interesante será ir a la búsqueda del enfoque hermenéutico calvinista a las Sagradas Escrituras y a la realidad misma, tomando en consideración el cambio histórico

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―…quand un homme est pauvre, ( ) tout le monde lui en veut‖. Cualquier jefe del estado que exclame ―El que no está conmigo, está contra mì‖ (Mateo 12, 30) es blasfemo. Nos recuerda Sofonías 2, 15: ―Esta es la ciudad alegre que estaba confiada, la que decía en su corazón: Yo, y no más. ¡Cómo fue asoldada, hecha guarida de fieras!‖ Nuevamente, es una explicación bíblica de la realidad moderna. iii Los ―rápidos cambios sociales‖ modernos generalmente han sido aclamados por los cristianos sin espíritu crítico. El pensamiento cristiano, como fue el caso dentro del Consejo Mundial de Iglesias, aceptó las ideologías de moda con entusiasmo. Un conocido hito histórico ha sido el libro de Egbert de Vries, Man in rapid social change, publicado por el CMI en 1961 (trad.: El hombre en los rápidos cambios sociales, México/Buenos Aires 1962). Estaba basada en las muchas conferencias anteriores a partir de 1955 que –como dice el prefacio- trataban ―de que la brújula se mantenga en la dirección del Evangelio en medio de los cambiantes y huracanados ‗Vientos de Cambio‘.‖ Jacques Ellul ha condenado severamente esta imitación ideológica que consideraba naturales a esos vientos de cambio. Terminó por poner fin a su colaboración con el equipo del CMI. De Vries, no obstante, había hecho unas observaciones críticas; los cristianos sólo raramente ―estudiaran con imparcialidad las sociedades no occidentales en relación con el Evangelio‖ (cap. 1). ii

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fundamental. La fe cristiana, dice Calvino, no es acerca de conceptos; ―no es una doctrina de la lengua, sino de la vida‖.38 Al mismo tiempo apreciamos al respecto mucha similitud con nuestro siglo XXI, aparte de la cultura, la escala económica y la naturaleza presente de la ―globalización‖. Asì como en el occidente las personas se quejan acerca de la falta de empleo a medida que las grandes unidades de producción se mueven a Asia o a otras partes del Sur, los nuevos capitalistas comerciales del siglo XVI movían sus fábricas de centros urbanos locales bien organizados hacia el campo europeo para encontrar fuerza de trabajo más barata, dejando detrás las viejas ciudades con tensiones y descontento social. El siglo XVI fue de conflictos y guerras, ―probablemente la mayor convulsión histórica desde las invasiones de los bárbaros‖.39 Otro paralelo entre los siglos XVI y XXI es el uso de la religión por los gobernantes de la época al igual que por las fuerzas políticas que los apoyan. Hasta el poder financiero y militar comenzó a desempeñar un papel decisivo en la política mundial, según se evidenció en la ocasión del nombramiento del emperador Carlos V. Biéler cita a Jacques Pirenne al decir: ―Por primera vez las finanzas decidieron la suerte de Europa‖. La elección habìa sido vigilada por 25000 tropas localizadas alrededor de la ciudad de Frankfurt donde tuvo lugar‖.40 En la escena económica, vemos el alarmante incremento de la desigualdad en los ingresos, con la consecuente rebelión y opresión cruel de los campesinos y los pobres de la ciudad. Las personas comunes se sintieron indignadas por su miseria en comparación con el ostentoso lujo de la iglesia y los soberanos, al igual que la condenación actual de los banqueros, especuladores y los que se enriquecen desmesuradamente mediante el poder económico y monopolizador. Adam Smith en La riqueza de las naciones, al ofrecer una especie de estudio histórico sobre la base de una ―sociologìa de la religión‖ de acuerdo con la vida y la visión del mundo típica de él, observa con razón que la austeridad de los modales de los reformadores ―les dio autoridad con las personas comunes, quienes contrastaban la estricta regularidad de su conducta con las vidas desordenadas de la mayor parte de su clero (católico romano)‖.41 La cultura de los bonus financieros entre los banqueros es un equivalente moderno del ingreso mediante pensiones, simonía, soborno político y el mercado de mercenarios en el mundo de Calvino. Los nuevos grandes banqueros internacionales, como Fugger (como ya lo hizo Jacques Coeur en el siglo XV) socavaron la democracia, como sucede en nuestros días, al sobrepasar el poder de los Estados Generales y adherirse a la monarquía absoluta que ellos financiaban y de la cual también dependían. Una aguda especulación monetaria era la secuela del influjo de grandes cantidades de plata y oro de América Latina, lo que produjo una gran inflación y arruinó a los que dependían de ingresos nominales fijos. Las mercancías, la especulación en tierras y en dinero hicieron su aparición.42 El rápido desarrollo de las operaciones crediticias y las prácticas comerciales derramaron una abundancia cada vez mayor sobre algunos mientras a la vez que otros se empobrecían hasta la miseria extrema como consecuencia del alza del costo de la vida y la exclusión del empleo por los monopolios en manos de los gremios artesanales. 43 Como en nuestros tiempos, hubo un profundo descontento acerca de la forma en que los líderes políticos descuidaban los intereses del pueblo. Y al igual que en nuestros días, hubo fenómenos desastrosos desvergonzadamente explotados por los grandes negocios,44 y hubo Economía de Bandidos.45 El fraude y la corrupción siempre parecen estar dondequiera que haya grandes sumas de dinero en las manos de estados o grandes corporaciones. Los mercados internacionales producen desigualdad, como en los tiempos de Calvino. Por lo que sus palabras aún son válidas: ―No se desanimen los fieles de hoy ante la vista del triste, corrupto y totalmente confuso estado del mundo; sino más bien consideren que deben soportarlo, comprendiendo que su condición es la misma de David en el pasado‖.46 19


Calvino es un teólogo bien entrenado en la literatura y el derecho antiguos y contemporáneos. En primer lugar fue llamado a ser un pastor y un hombre práctico. Quiere iluminar a su pueblo en medio de una sociedad siempre cambiante y desordenada leyendo la experiencia diaria sobre la base del texto bíblico y leyendo la Biblia sobre la base de la experiencia diaria. Ninguna puede separarse de la otra, como tampoco en la actualidad. Si se separan, en lugar de reconocer lo que la Palabra tiene que decir sobre el mundo, limitaríamos su significado al así llamado ámbito ―espiritual‖ del alma separado del cuerpo, y la religión separada de la economìa. Como veremos en el próximo capítulo, la teología calvinista considera la economía como algo totalmente espiritual. Calvino no utiliza la Biblia de forma ―biblicista‖ o ―fundamentalista‖. i El mensaje bíblico ha de ser recibido por el corazón, el mismo centro de la personalidad humana, y es en el propio corazón donde reside la conciencia que toma en cuenta la experiencia diaria. Es allí donde se encuentran la ―teologìa‖ y la ―economìa‖; se refieren a una única realidad. En términos de la filosofía calvinista: la experiencia concreta y los fenómenos concretos tienen un aspecto de fe al igual que un aspecto económico al mismo tiempo.47 Lo que importa son los hechos mismos. Los escritos de Calvino consisten en sermones, comentarios, cartas, tratados, presentaciones universitarias entre las que se encuentran recuentos escritos de presentaciones orales, además de su obra sistemática Institución de la religión cristiana. Sin embargo, no fue un ―pensador sistemático‖ en primer lugar. ―Como teólogo bìblico despreció lo que pasaba por teologìa sistemática en su propia época‖. Siendo parte del gran movimiento humanista fue un gran pedagogo, preocupado por la educación eficiente del pueblo y urgido por ―la crisis de su época que asì lo requerìa‖.48 La ―doctrina de la vida‖ de Calvino no es una doctrina de la teologìa en la forma de un establecimiento académico moderno. ii Es por ello que alguien llamó a la Institución no una Summa Theologiae sino una ―Torah‖. No se trataba de ―la predicación como el instrumento más efectivo para la educación de una comunidad hacia ideas nuevas. La fuerza que mueve el poder de la predicación es teológica. La verdadera razón se halla en el concepto bíblico de la Palabra de Dios‖.49 La religión cristiana en la época de Calvino tenìa que ser ―instituida‖ de nuevo; no solamente la iglesia tenía que reinventarse, sino toda la sociedad, de la cual la iglesia es parte, debía ser reformada también. ¿Sería diferente en nuestros días? T.H.L. Parker dice: Así podemos seguir a Calvino predicando en los domingos con ciento ochenta y nueve sermones sobre los Hechos de los Apóstolos entre 1549 y 1554, a series más breve sobre las epístolas de Pablo entre 1554 y 1558, y sesenta y cinco sobre la armonía de los evangelios entre 1559 y 1564. Durante este período en los días de semana hubo unas series sobre Jeremías y Lamentaciones (hasta 1550), sobre los profetas menores y i

En su trabajo teórico Calvino usaba los principios generales de la hermenéutica humanista, tal como el método de lectura contextual moderno. ―Estaba sentando las bases de la crìtica bìblica que a la vez era docta, responsable y reverente‖ (William J. Bouwsma, John Calvin. A Sixteenth Century Portrait, Nueva York/Oxford 1988, p. 118). Los Evangelios no son anales; ―la mera historia no bastarìa‖, dice Calvino; ―los Evangelistas no simplemente están narrando el hecho que Cristo nació, murió, y conquistó la muerte, sino que al mismo tiempo están explicando para qué fin ha nacido, muerto y resucitado y qué beneficio nos viene por tanto‖. Las diferencias entre los Evangelios no le preocupaban; más bien aumentan la credibilidad del texto (Comentario sobre Mateo 2, 1; ibid., p. 121). ―Al reconocer el decoro de la Escritura, Calvino revelaba una flexibilidad en exegesis que no siempre ha sido conspicua entre sus seguidores‖ (p. 125). ii Calvino ―muchas veces estaba más interesado en cautivar a un público determinado para fines especiales que en alcanzar el ‗equilibrio absoluto‘ de una teologìa desligada y sistemática. Como se preocupaba más por efectuar un cambio de comportamiento que por formular verdades abstractas, sus denuncias de la depravación humana a veces son particularmente desequilibradas. Esto había conducido al punto de vista erróneo que él había pensado que la imagen y semejanza de Dios hubieran sido borradas completamente por la Caída, como también a desacuerdos mayores sobre lo que él creía‖ (Bouwsma, John Calvin, p. 116).

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Daniel (1550-1552), los ciento setenta y cuatro sobre Ezequiel (1552-1554), los ciento cincuenta y nueve sobre Job (1554-1555), los doscientos sobre Deuteronomio (1555-1556), los trescientos cuarenta y dos sobre Isaías (1556-559), ciento veinte tres sobre Génesis, un conjunto breve sobre Jueces (1561), ciento siete sobre I Samuel y ochenta y siete sobre II Samual (1561-1563) y un conjunto sobre I Reyes (1563-1564). Antes de sonreír acerca de una actividad tan inhabitual en el púlpito, el lector haría bien en preguntarse si preferiría escuchar las opiniones de segunda mano sobre una religión de ética social, o la piedad mal digerida presentada en un inglés descuidado que oirá hoy en la mayoría de las iglesias de cualquier denominación en que pueda entrar, o más bien trecientos sermones sobre el Libro del Profeta Isaías, sermones nacidos de una pasión infinita de fe y una ardiente sinceridad, sermones luminosos por su sentido teológico, vivos por su chispa e imaginación, que muestran profundidades de compasión y la inextinguible alegría de la esperanza. Aquella gente en Ginebra que escuchaba domingo a domingo, día a día, y no taparan sus oídos, sino que fueron ‗instruidos, advertidos, exhortados y censurados‘ recibieron un entrenamiento en cristianismo como había impartido a pocas congregaciones en Europa después los dìas de los Padres‖. 50

Calvino no buscaba la novedad, sino recuperar el orden y la vida comunitaria establecidos. En realidad, le temía al cambio.51 Era parte del Renacimiento humanista orientado al pasado para tomar en cuenta el presente. Como explicó Bouwsma: ―Puesto que el discurso abstracto de la filosofía escolástica parecía irrelevante para las necesidades del agitado mundo moderno, los humanistas renacentistas rechazaron la educación escolástica, que dependía fundamentalmente de la lógica, del arte de organizar la verdad en sistemas de pensamiento racionalmente inteligibles, y se volvieron entonces hacia la retórica, el arte de la persuasión. ( ) Dicha preferencia por la persuasión en lugar de la convicción racional estaba asociada al criterio del ser humano como alguien apasionado, activo y social, más bien que intelectual‖.52 Por tanto, podríamos aprender de Calvino lo que significa convicción y persuasión. También en nuestros tiempos prevalece el razonamiento abstracto. Él le concedìa la mayor importancia a la educación. ―Serìa una forma muy fría de enseñar si los maestros no consideraran cuidadosamente las necesidades de los tiempos y lo que es apropiado para las personas, porque en este asunto no hay nada más desequilibrado que un equilibrio absoluto‖.53 Eruditio se subordinaba a persuasio.54 La experiencia de la vida de Calvino resuena con fuerza. Su pedagogía humanista no solamente se dirige a los grands clercs, sino también a las personas comunes.55 Aunque, por supuesto, Calvino no presentó nada parecido a una teoría parcial o general de la economía—hasta el siglo XVIII ―la economìa‖ tenìa que ver con ―la administración de la casa‖— i 56 , tenía una forma clara e incisiva de comprender los fenómenos sociales y económicos de su época. Cuando Calvino habla hoy, es porque sus escritos ―atraviesan los problemas humanos en la misma profundidad en que siempre reaparecen de forma similar‖. ii 57 Es algo diferente de extraer del pensamiento de Calvino cualquier doctrina económica específica que pueda aplicarse directamente a nuestras circunstancias. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es buscar la fuerza que apoya su pensamiento aplicada a su sociedad en particular y traducirla en términos de la ―sociedad riesgo‖ actual. Esto se debe a que Calvino puede ser tomado por el reformador con ―la visión más completa de la universalidad de la Palabra de Dios‖; iii su realismo bíblico teológico i

En las palabras de Calvino: ―la manière de bien gouverner sa maison”. ―…parce qu‟ils abordent des problèmes humains jusqu‟à la profondeur où ils renaissent toujours semblables”. iii Compárese la manera en que Calvino interpreta las leyes de la Tora. A pesar de la diferencia del orden político israelita de antaño, ―no obstante contiene una doctrina que es útil para nosotros‖ (Sermón sobre Deut. 15, 11-15; LP, p. 420). El Sábado pertenecìa a las ―figuras antiguas‖ cuyo sentido ha sido cumplido por Jesucristo; ―pero aquello que desde el principio ha sido mandado al hombre sobre practicar el servicio de Dios justamente debe permanecer hasta el fin del mundo‖ (Com. sobre Génesis 2, 3; LP, p. 394). Lo que se dice sobre el Sábado ―no se limita a un dìa especial, pero tiene que ver con el curso entero de nuestra vida hasta que seamos completamente muertos para ii

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nos permite ―repensar siempre nuestra obediencia concreta al enfrentar situaciones cambiantes, lejos de teorìas abstractas e ideologìas que son ajenas a nuestra fe‖.58 La época de Calvino fue un período de conflicto nacional e internacional, de confusión y ansiedad, como la nuestra en el mundo en general y muchas partes del mundo en particular. La naturaleza abarcadora de la visión y la obra de Juan Calvino, que ante los cambios turbulentos del siglo XVI no aspiraban a otra cosa que una reforma integral de la sociedad, está vigente en la actualidad. Solamente se ha hecho más urgente debido a su escala cada vez mayor y a la estructura poderosa de los problemas económicos. La necesidad de reforma ha tomado formas históricas completamente nuevas. Aunque vivimos en un mundo económico que es casi totalmente diferente de la época de Calvino, su método hermenéutico ha prevalecido a través de la historia y es totalmente válido en la actualidad. Trataremos de arrojar luz sobre la teología y el análisis calvinistas y, por consiguiente, prestar atención a la así llamada primera modernidad, al neo-calvinismo y la ―soberanìa de las esferas‖, volviéndonos finalmente al significado de Calvino en la segunda modernidad actual.

nosotros mismos y seamos llenados por la verdad de Dios. De donde sigue que cualquier atención supersticiosa para días [específicos] tiene que quedar lejos de los cristianos‖ (Com. sobre Génesis 2, 3; I Corintios 16, 2; Gálatas 4, 2; LP, p. 395). Por más que las instituciones puedan cambiar, el desarrollo histórico no nos coloca fuera del alcance de la Palabra, como la teoría económica moderna pretende.

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3 LA FE CRISTIANA Y LA SOCIEDAD HUMANA André Biéler ha destacado la relevancia del método de Calvino para cambiar las circunstancias históricas. Según él, la ética de Calvino se caracteriza por los cuatro elementos siguientes: 1. ―La ética calvinista está firmemente enraizada en la teologìa. Depende totalmente del misterio central de la fe evangélica y de la persona y la obra de Jesucristo. Es una ética teológica cristológica. 2. Parte de un conocimiento riguroso de la revelación bíblica y de una interpretación muy dinámica de la misma. Es una ética bíblica adaptada al dinamismo de la historia. 3. Es actual y concreta en interés del análisis lúcido de transformaciones continuas. Contiene un método racional del análisis de los hechos sociales y económicos. 4. Adquiere una eficacia histórica excepcional porque exige acciones que se adapten a las circunstancias que continuamente se renuevan en contacto con la realidad. Es un método dialéctico para la acción”.59 Por tanto, las implicaciones de la fe calvinista no paran de ser relevantes ante el deslumbrante cambio en el medio económico de nuestro mundo contemporáneo. Pueden hacerse las siguientes observaciones en relación con estos cuatro puntos. En primer lugar, el pensamiento calvinista social parte del misterio central de la fe cristiana. Heiko Oberman ha señalado que ningún reformador del siglo XVI ha utilizado la palabra misterio o secreto tan a menudo y con tanta voluntad como Calvino.60 La economía calvinista no puede basarse en esa otra autoridad que de forma abstracta llamamos ―mercado‖. En lo que respecta a la economía, el capitalismo en su forma ideológica ha sustituido el gobierno de la Palabra de Dios por el gobierno del mercado. En el mercado se supone que los cristianos no tengan ninguna responsabilidad especial en tanto se comporten de acuerdo con las reglas del juego. Su principio guía pudiera ser el auto-interés, la mano invisible del mercado que intenta hacerse responsable de un resultado positivo en términos del interés público. No es solamente Calvino quien critica este criterio feliz del auto-interés. John Kenneth Galbraith ha señalado acertadamente que la única vez que Adam Smith utilizó la frase de la mano invisible en su libro La riqueza de las naciones, era solamente una metáfora en realidad, que posteriormente ha sido convertida en teología por sus seguidores.61 Podemos considerar el hecho que cuando Smith, en el primer capítulo de La riqueza de las naciones, escribía sus famosas sentencias acerca del panadero y el carnicero, no solamente se refería al propio interés de uno, sino más bien al interés del otro.i Por ende, al introducir el i

Adam Smith, La riqueza de las naciones, libro I, cap. 1: ―No es de la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero, de la que esperamos nuestra comida, sino del cuidado que prestan a sus intereses. Nosotros no nos dirigimos a su humanidad, sino a su egoísmo; y no les hablamos de nuestras necesidades, sino siempre de su provecho‖. Notemos que Smith introdujo aquí la noción del interés económico. No se trata solamente del interés de uno mismo; al contrario, lo aplica al otro hombre. El comportamiento en el mercado es un asunto recíproco. No

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concepto de interés económico como tal, estaba pensando en términos de un interés mutuo y común dentro de la sociedad. Se supone que los mercados sean mecanismos auto-reguladores para el bienestar de las personas. Pero aquí la ideología del mercado nos coloca frente a un verdadero problema religioso. En el pensamiento del mercado común, el concepto de justicia económica es sospechoso. Después de todo, la promoción de la justicia como corrección del mercado amenaza con alterar su libre funcionamiento. Los que sostienen tal criterio sobre el mercado aceptan solamente una forma fundamental de justicia económica que es la justicia misma del mercado. El mercado siempre tiene la razón. Una actitud ética puede considerarse solidaria desde el punto de vista humano, pero funciona mal para la sociedad en su conjunto. Este tipo de razonamiento económico ―ortodoxo‖ es muy similar al de Karl Marx. Este último consideraba a los que estaban a favor de acciones específicas de la justicia económica como utópicos. Pueden ser románticos pero no obedecen las leyes históricas racionales. De igual forma, la economía capitalista apela a leyes económicas supuestamente racionales y generalizadas. Es el tipo de leyes que no encontramos en lo profundo de nuestros corazones. El liberalismo (en el sentido europeo de la palabra, que significa la ideología de la sociedad de mercado moderna) resulta en un impasse religioso. Puede decirse que, en este sentido, Emmanuel Levinas coincide con Calvino, pues dentro de ese mercado, que en principio se equipara al orden de la sociedad, se me dice que no soy responsable de lo que dicho mercado no resuelva o proporcione, ni de ningún efecto negativo que mi actividad económica conlleve. Solamente se supone que yo funcione eficientemente. Si hace falta corrección, el mercado se encargará de ella. Ello significa que no solamente he ―delegado‖ mi responsabilidad personal (lo que dejaría la responsabilidad final en su lugar), sino que la he relegado al mecanismo del mercado. Eso es lo que me enseñan los libros de texto sobre economìa. He constreñido mi consciencia; he sido desplazado al ―exterior de lo que soy consciente‖. Ello hace que ―el que comete errores espera que el significado de su ser provenga del exterior‖. Pueden imputársele ciertas faltas, pero, a la vez, ―ya no es un ser humano capaz de confesar sus pecados, sino que solamente puede admitir la acusación‖.62 Por tanto, surge aquí el problema religioso. Se pone en riesgo lo verdaderamente social. El mismo Calvino a menudo utiliza la palabra alienación para describir la relación real del hombre con Dios. Calvino siempre alude al misterio de la fe. ―En la doctrina reformada la riqueza no siempre aparece en primer lugar como el objeto de la moral, sino principalmente como elemento de la existe argumento racional para concluir que el interés propio sea la fuerza propulsora exclusiva en la vida económica; también el altruismo puede funcionar efectivamente como elemento coordinador del mercado. Esto lo reconocen todos aquellos empresarios que en realidad están produciendo en el interés de sus clientes y otros interesados dentro del marco de la Responsabilidad Social Empresarial. Debemos recordar la (muchas veces abusada) síntesis de la ley bíblica, usualmente traducida ―ama a tu próximo como a ti mismo‖, lo que muchas veces es considerado la justificación del ―equilibrio del mercado‖ basado en el egoísmo. Sin embargo, es más bíblico leer: ―amarás a tu próximo, quien es igual que tu‖ (Buber and Rosenzweig: halte lieb dein Genossen, dir gleich). Cuando sigamos el método de Calvino para leer la Biblia, es decir, expliquemos el texto bíblico con el texto bíblico mismo, esta traducción resulta ser conforme Isaías 58, 8: ―…No será que cuando veas a un desnudo le cubras, y de tu propia carne no te apartes?‖ Y también Éxodo 22, 26/27: ―Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás al ponerse el sol‖. Entonces viene un triple aviso: ―…porque con él se abriga; es el vestido de su cuerpo. ¿Sobre qué va a dormir, si no?‘

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vida religiosa‖.63 Como acertadamente señalara Polanyi, el nuevo concepto moderno de ―motivo económico‖ se basa en una falacia. ―Ningún motivo humano es económico en sì mismo‖.64 La vida espiritual, ―por analogìa, tiene que determinar la conducta social que modifica las estructuras”. Este es el mensaje duradero del año sabático y jubilar que tiene que ver con la estructura.65 El mensaje bíblico es un mensaje de fe, no de reglas éticas precisas para la vida social que pudieran formularse de forma legalista y expresarse en fórmulas fijas, como si fueran de naturaleza cuantitativa. ―En todas partes Dios nos ordena satisfacer las necesidades de los hermanos; pero no existe ningún pasaje (bíblico) donde limite la suma, cuánto debemos darles, dividiéndolo entre nosotros y los pobres después de haber calculado nuestra riqueza; de igual forma, Él no nos constriñe a circunstancias precisas, ni de tiempo ni de personas ni de lugar, sino que nos recuerda la regla de la caridad‖.66 Los ricos tienen que dedicar parte de su riqueza a los pobres, ―cada uno de acuerdo con su facultad y su medida‖.67 Ello no contradice que ―cada uno posea lo que tenga y lo disfrute sin restricción‖.68 La decisión sobre cómo vivir la vida cristiana se hace en el mismo centro de la vida que está en el corazón humano. Pero no existen reglas casuìsticas a ―aprender de memoria‖. El corazón es el lugar donde se asienta el misterio de Cristo y se deposita la Palabra. Por ello, la realidad puede interpretarse de forma mucho más radical y creativa que cualquier doctrina moralista.69 i Las reglas prácticas del comportamiento económico se desprenden del análisis de la realidad concreta visto a la luz de la Palabra misma. En segundo lugar, el calvinismo busca la revelación bíblica a la luz de la sociedad histórica real y dinámica. En las historias bíblicas (como lo señala Calvino en relación con Demetrio, que fabricó santuarios de plata de Artemisa y ―les proporcionó un buen negocio a los artesanos de Éfeso‖): ―en esta historia vemos la imagen vìvida de nuestra época‖.70 Era la superstición lo que mantenía las calderas en ebullición. Nuestra turbulenta época de globalización no está exenta de ser el lugar donde la revelación se hace ―relevante‖, se revela a sì misma. El propio Calvino en ese sentido ya estaba familiarizado con los fenómenos del mercado moderno. La suya no era aún la ―Sociedad Económica‖ que en la actualidad depende casi totalmente de las fuerzas del mercado, pero los fenómenos del mercado moderno como tal ya se presentaban, hasta en el mercado mundial y las relaciones financieras. Calvino aplaudía la industria y el comercio, y ciertamente discrepó de las actitudes hipócritas de su época hacia el interés sobre los préstamos. Recibió con beneplácito los contratos y la propiedad privada—esos dos pilares que se supone que el capitalismo moderno tenga en alta estima. Pero el contrato no proporciona una libertad sin riendas. ―Es cierto que todos los contratos son malvados a los ojos de Dios si no se llevan a cabo de acuerdo con la regla de la caridad‖.71 De la misma forma que Calvino consideraba el comercio, por definición, como un asunto social, siempre colocaba el bienestar de la sociedad en su conjunto en primer lugar. Sin la sociedad la existencia humana se diferenciarìa poco ―de la del ganado y las bestias de presa‖. 72 La preocupación por la comunidad siempre fue fundamental en pensamiento social de Calvino. El llamado al amor no se restringe al hogar de uno, la familia, la esposa, hijos o el individuo. ―Eso sería vivir peor que una bestia. Dios nos ha obligado a ayudarnos unos a los otros. Es demasiada crueldad de nuestra parte si vemos un hombre pobre o afligido y en lugar de tratar de ayudarlo le

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―Lo que las iglesias tengan que decirnos ‗cuando hablan de cuestiones económicas‘ ( ) es mucho más importante, mucho más verdaderamente radical, que cualquier mera defensa, por más buena o bien informada que fuera la intención. Simplemente no hay tales cosas como „cuestiones económicas‟ en absoluto‖ (Anthony Waterman).

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damos la espalda‖.73 i ―Todos quieren ser amigos del vecino y considerar ajeno al que es de otro paìs o pueblo‖, pero precisamente Dios protege al extranjero, a la viuda y al huérfano. 74 Zygmunt Bauman observa: muchos sociólogos glorifican nuestra sociedad moderna por haber traído la emancipación. Todo el mundo puede hacer lo que quiera. La posmodernidad corrió a un lado las obligaciones y tradiciones antiguas. Ya no hay costumbres que presionan ni prescripciones éticas. ―El más universal de nuestros eslóganes es ‗sin exceso‘.75 Ya no vivimos más en la presencia de nuestro semejante, sino solamente junto con él en el mismo espacio impersonal, en la sociedad del contrato. Al otro solamente lo ―toleramos‖, la que generalmente y en la práctica sólo es otra palabra para la indiferencia. Por eso el gran filósofo y pensador bíblico Emmanuel Levinas había dicho que ―la tercera persona‖ que queda fuera de la relación contractual bilateral constituye la sociedad – de la cual Calvino había dicho: ―Ninguna vida es más digna de alabanza para Dios que la que es útil a la sociedad de los hombres‖.76 Esta forma de considerar la responsabilidad del cristiano por toda la sociedad no se elimina en la era moderna de globalización. El comercio honesto que tiene en cuenta el interés del otro contribuye al destino del hombre y la comunidad humana.ii Calvino hasta compara el creyente en Cristo con el comerciante. Cuando comenta sobre la parábola de los talentos, toma en cuenta esta índole de parábola de la historia de Jesús de la siguiente forma: ―La vida del hombre de Dios se compara adecuadamente con el negocio, ya que deben tratar unos con otros para mantener la hermandad; y la dedicación con la que cada persona lleva a cabo la encomienda que se le da, y su mismo llamado, la capacidad de hacer lo correcto y sus otros dones, se consideran mercancía, ya que su propósito y uso es facilitar la intercomunicación entre los hombres‖.77 El pensamiento moderno se mueve en dirección opuesta. El mercado es bueno para la sociedad por definición, por lo que todo lo que hagas en el mercado es bueno para la sociedad. El auto-interés el la fuerza motriz, cuyo resultado se supone que sea bueno para el mercado y, por tanto, para la sociedad. Sin embargo, no existe ninguna razón económica racional ni bíblica ni respetable en ese sentido por la que no debamos aplicar el discernimiento de Calvino acerca de la naturaleza de las relaciones económicas a nuestro propio mundo del siglo XXI. Todo depende de los conceptos del hombre y sociedad que nuestra teoría económica decida aplicar. En tercer lugar, Calvino nos enseña un método racional del análisis de los hechos sociales y económicos. Estos hechos no son de naturaleza estática sino que cambian con rapidez. El mensaje bíblico se revela a sí mismo en relación dialéctica con la realidad cotidiana. Aun cuando nuestra realidad económica es diferente de la de lo tiempos bíblicos, se puede lograr una comprensión bìblica de la misma. El texto bìblico contiene una ―reserva de sentido‖ (Severino Croatto) para la comprensión del mundo en que vivimos actualmente. La tradición de la lectura de la Biblia se renueva a sí misma cada vez que se interpreta cuidadosamente, como lo hizo Juan Calvino, más aún cuando el mundo en el que dichos textos se ofrecen efectivamente está en constante cambio. Ello significa que la comprensión del mensaje bíblico requiere una conciencia aguda y un análisis riguroso de este propio mundo cambiante. Algunas personas pudieran objetar que el referirse a i

En Lucas 10 Jesús pregunta: Quién fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Ser prójimo no es una cosa común; no somos prójimos por definición. Tampoco está limitado al ―prójimo‖ en el sentido usual y literal de la palabra, alguien de la vecindad o de la puerta al lado. El Samaritano resultó ser el prójimo, llego a ser un prójimo a la victima. La pregunta no es: quién es mi prójimo (Lucas 10, 29), sino de quién voy a ser yo el prójimo. Volveremos a la parábola del Buen Samaritano para ver otra sorpresa en el capítulo final. ii Ver www.solidaridad.nl sobre las prácticas del comercio justo. La historia de la ONG holandesa Solidaridad se remonta enteramente en la iniciativa eclesiástica ecuménica.

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esos antiguos textos bíblicos ya no tiene mucho sentido, puesto que la era de la economía tradicional terminó hace mucho. La respuesta es que estos textos siempre apuntan al aspecto de la fe; es por eso que, aunque no puedan ofrecer recetas económicas detalladas para el complejo de la sociedad moderna, hacen mucho más que eso: ofrecen una comprensión de la perspectiva económica de nuestros tiempos. Basado en la teología bíblica de Calvino, André Biéler escribe: ―El destino de la riqueza al servicio del otro es el signo verdadero de la fe auténtica‖. 78 También nuestra economía debe preocuparse por la justicia y el cuidado de la creación. En este sentido el cristianismo ha perdido mucho terreno. La intención subjetiva sincera de escuchar el evangelio puede estar allí, pero a menudo está ausente, o al menos sólo superficialmente, el otro polo de la lectura, que es la comprensión analítica de las circunstancias transformadas. ¿Por qué la originalmente fuerte tradición protestante capituló tanto a la cultura económica materialista e individualista que comenzaba a surgir desde el siglo XVII? Richard Tawney ha comentado acerca de la abdicación de la iglesia con relación a la economía de mercado moderna que se desarrollaba en los siglos XVII y XVIII. Llegó a la conclusión que el clero no había sido capaz de traer un mensaje relevante a la pujante sociedad moderna porque ignoraba los desarrollos del sistema monetario y el mercado internacional y, por ende, no podía comprender sus implicaciones. En sus sermones se limitaba a repetir textos bíblicos que tenían que ver con la economía tradicional, y, al no poder analizar los desarrollos modernos, no eran capaces de ir más allá. Tawney escribe: …Este era el problema que enfrentaba la Iglesia. Dado por sentado que debo amar a mi prójimo como a mì mismo, las cuestiones que, bajo las condiciones modernas de la organización a gran escala, quedan sin solucionar son: ¿Quién es exactamente mi prójimo? y, ¿exactamente de qué manera puedo hacer efectivo mi amor por él? La enseñanza convencional religiosa no daba respuestas, porque ni siquiera se había percatado que dichos cuestionamientos pudieran hacerse. Había intentado moralizar las relaciones económicas, tratando cada transacción como un caso de conducta personal, que conllevaba responsabilidad individual. En una era de finanzas impersonales, mercados mundiales y una organización capitalista de la industria, sus doctrinas sociales tradicionales no tenían nada específico que ofrecer, y sencillamente se repetían, cuando, para ser efectivas, deberían repensarse desde el inicio y reformularse en términos nuevos y vivos. Había un esfuerzo por proteger al campesino y al artesano de la opresión del prestamista y el monopolista. Al enfrentarse a los problemas del proletariado asalariado, no podía sino repetir, sin sentido alguno, la historia tradicional de los deberes del amo con el sirviente y del sirviente con el amo. Había insistido en que todos los hombres son hermanos, pero no se le ocurría señalar que, como resultado del nuevo imperialismo que comenzaba a desarrollarse en el siglo XVII, los hermanos del mercader inglés eran los africanos que secuestraba para la esclavitud en América, o los indios americanos que despojaba de sus tierras, o los artesanos indios de quienes compraba las sedas y muselinas a precios miserables. La religión aún no había aprendido a consolarse por la dificultad práctica de aplicar sus principios morales utilizando la cómoda fórmula que no existe principio moral para las transacciones de la vida económica. Pero para los problemas relacionados con la asociación de los hombres para propósitos económicos a gran escala, lo que se hacía cada vez más la regla para el futuro, las doctrinas sociales que se ofrecían desde el púlpito, constituían, en su forma tradicional, una muy pobre guía. Su ineficacia práctica preparaba el camino para su abandono teórico‖. ―La enseñanza social de la Iglesia habìa cesado de tenerse en cuenta, porque la propia Iglesia había dejado de pensar.79 Una institución que no posea una filosofía propia inevitablemente acepta la que predomina en su época.80

Seguir el camino de Calvino para ser realmente eficiente es precisamente ―repensar las doctrinas sociales desde el inicio y formularlas en términos nuevos y vivos‖. En cuarto lugar, el método de Calvino es un método dialéctico para la acción. Tawney se refiere a lo que ahora se denomina ―el proceso económico‖ abstracto y anónimo. Generalmente se nos 27


enseña a acomodarnos al mismo. Sin embargo, el ―proceso‖ produjo el genocidio de los aborígenes en América y los productores indígenas explotados de muselina y seda en la India. En nuestros tiempos ha dejado el planeta con un billón de hambrientos (sin contar los pobres dentro de los países ricos). Calvino reaccionaría a esta realidad recordando la voluntad de Dios en oposición al gran enemigo que es Satanás. Trató de leer dicha voluntad de Dios en sus miles de sermones, cartas, comentarios bíblicos y tratados, al relacionar los textos bíblicos con la vida práctica diaria. Tenía una visión aguda sobre el emergente proceso económico y el acomodo al mismo por los cristianos que pudieran no sentirse responsables de la forma en que trataba a los económicamente débiles y vulnerables. Al comentar las tentaciones de Jesús en el desierto, escribió lo que ha constituido una consigna para este estudio:81 aunque había creyentes que con sus labios piadosamente oraban por el pan diario, sin embargo seguían lo que Calvino con lucidez llama su ―procedimiento‖; es decir, ―la forma en que se realizan las cosas‖, de acuerdo con el proceso económico al que de forma acrítica se asimilan los individuos. No esperan la bendición de Dios, sino que toman ventaja de prácticas malvadas, fraudes y robos, como pudieran legitimarse dentro del ―proceso‖. De esta forma, ―permiten que Satanás sea el que distribuya los bienes económicos del mundo‖. A menudo Calvino se refiere a la figura bíblica de Satanás. En la actualidad está fuera de moda referirse al diablo. Sólo reaparece en la forma de referencias populares triviales, o hasta en ―la religión satánica‖. No tiene nada que ver con el lenguaje bìblico. Las representaciones medievales de Satanás, en ese sentido, como un animal monstruoso (como gato, cabra o murciélago) reaparecen en ocasiones. El clérigo protestante frisio Balthazar Bekker (1634-1698) quiso ponerle fin a esta práctica. Era un luchador contra el engaño popular, tal como la creencia en brujas, con mucho éxito en los Países Bajos y en Alemania. Al morir se acuñó una moneda con la siguiente inscripción en latìn: ―el crédulo es fácilmente engañado‖. Pero en este proceso también revitalizó el uso bíblico de la palabra Satanás.82 Para ello, es mejor referirse a René Girard quien, como especialista moderno no en el campo de la teología sino en el del idioma, la literatura y la cultura, descubre la profunda verdad en la visión bíblica de Satanás. Él está de lleno en la línea de Calvino, para quien servir a Dios es resistir a Satanás. Sorprendentemente, a menudo se refiere a la economìa. ―Para servir bien a Dios y resistir a Satanás, que cada uno de nosotros aprenda a contentarse con su medida, y que los ricos se percaten que tienen una tarea mayor, ya que tendrán que rendir cuentas de los bienes que Dios ha puesto en sus manos‖.83 Lejos de ser folklórico, Girard toma a Satanás bien en serio. Dice Girard que Satanás es el asesino de los hombres y un mentiroso desde el principio. Ser hijos de Satanás equivale a ser hijos de los que han matado a los profetas desde la fundación del mundo (Juan 8, 39-47).84 Existen los peligros de la lectura mitológica al enfrentarse al texto de Juan; con seguridad las personas no se dan cuenta que Satanás es el mecanismo fundacional (de la violencia) en sí mismo. Todos los textos del Nuevo Testamento confirman esta lectura, en particular el de las ―tentaciones‖ que hace de Satanás el príncipe y principal de este mundo, princeps huius mundi. No equivale a una reducción metafísica abstracta, a caer en una polémica superficial o a sucumbir a la superstición que hace de Satanás el verdadero adversario de Jesús. Satanás es el mismo mecanismo circular de la violencia, la prisión de los hombres en los sistemas culturales y filosóficos que confirman su modus vivendi con la violencia. Es por ello que le promete a Jesús el dominio con tal que lo adore. Pero también constituye el skandalon, el obstáculo vivo que hace tropezar a las personas, y el modelo mimético en cuanto se convierte en rival y se coloca a sí mismo en medio de nuestro camino.

Más tarde Girard trata acerca del skandalon en relación con el deseo. Aquí continúa diciendo:

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Satanás es el nombre del proceso mimético en su totalidad; es precisamente por eso que no solamente es fuente de rivalidad y desorden sino de todos los órdenes falsos en que viven los hombres. Es la misma razón por la que es un homicida desde el principio; porque el orden satánico no tiene otro origen que el asesinato y ese asesinato es la mentira. Los hombres son hijos de Satanás porque son los hijos de este asesinato. Por tanto, el asesinato no es un acto cuyas consecuencias puedan borrarse sin salir a la luz y que los hombres realmente lo rechacen. Es un fondo que no se extingue; una fuente trascendental de falsedad que tiene repercusiones en todos los dominios y que estructura todas las cosas a su imagen, tanto así que le impide a los que escuchan a Jesús comprender su palabra. Los hombres siempre extraen nuevas mentiras a partir de este asesinato original, lo que impide que la palabra del Evangelio llegue a ellos. Aun la revelación más explícita es para ello letra muerta.85

Calvino se hubiera sumado a estas palabras del especialista contemporáneo en ciencias sociales René Girard. La actitud dialéctica del pensamiento de Calvino se muestra claramente en sus advertencias con relación al uso de la ley. Como nos damos cuenta más claramente a partir de los escritos de ese gran issue de Calvin, Jacques Ellul (1914-1994),86 la ley del estado es en gran medida parte del sistema. Puede ser que el estado haya sido ordenado por Dios pero en su comportamiento puede muy bien exceder los límites.87 De cualquier forma, quienquiera que defienda su ofensa diciendo que tenía razón porque sencillamente se atenía a los límites de la ley, al igual que lo han hecho nuestros banqueros después de la crisis financiera, según palabras de Calvino, es doblemente culpable.88 Pues existe una diferencia entre el orden político o externo y el gobierno espiritual. La ley del amor es la ley superior. La ley estatal no es la ley suprema; que es la ley de Dios, escrita en el corazón y dada a conocer a través de las Escrituras. Por tanto, en cuanto a los pobres, no podemos contentarnos con delegar su cuidado solamente al estado. Debemos acudir a ayudarlos sin tener en cuenta la política estatal en cuanto a los impuestos.i ―Esta es la igualdad que Dios establece aquì‖. ii 89 Calvino pregunta: ¿Lo que poseo, no es mío? No, está bajo la ley de la caridad: ―¿No está dicha ley más allá de todos los acuerdos polìticos del mundo?‖ iii 90 Por ende, lo que es legítimo de acuerdo con las leyes del estado no necesariamente es lo justo ante los ojos de Dios. Las palabras que siguen pudieran haber sido escritas, desde los tiempos del colonialismo, en relación con los campesinos pobres y sin tierra del mundo actual que son dañados por la legislación de sus naciones: ―Un tipo de robo se ejerce mediante la violencia, cuando por la fuerza y contra la ley los bienes de otros son arrebatados. Otro tipo de robo se produce cuando con mucha malicia y fraude el prójimo es engañado y privado de la posesión de sus bienes. Hay una forma más de hacerlo, con más astucia y refinamiento, cuando bajo la cobertura de la ley y el orden se les roba lo que les pertenece. Además, es con adulación y bajo el título de concesión que las personas obtienen los bienes de otros‖. Calvino señala ―todas las formas y maneras que utilizamos para adquirir las posesiones, las tierras y el dinero del prójimo‖. Es robo; estas lìneas son parte de la explicación de Calvino sobre el octavo mandamiento. ―Pues aunque los que usan tales procedimientos puedan ganar sus causas ante los jueces; no obstante, ante el tribunal de Dios son considerados ladrones. Porque Él ve las trampas mediante las cuales los hombres astutos atrapan a los humildes desde lejos ( ); Él ve los impuestos y extorsiones insoportables con que los poderosos oprimen a los pobres, las adulaciones con que los más astutos preparan sus anzuelos para sorprender a los imprudentes y menos aconsejados. Todo esto permanece oculto‖.91

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―…bien qu‘il n‘y a point ici une taxe, ou quelque impôt‖. ―Voilà donc une équité que Dieu met ici‖. iii ―N‘est-elle point par-dessus toutes les polices du monde?‖ ii

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Calvino nunca escoge un criterio de juicio fundamental desde el interior o de acuerdo con el sistema, hecho por el hombre.i En la actualidad vivimos en un mundo en el que ―pensar se convierte en hacer y fabricar, y la realidad se hace lo que el hombre ha hecho‖.92 La Palabra de Dios nos coloca en una relación dialéctica con el mundo y con nosotros mismos. La antropología bìblica de Calvino, en la que es a partir del corazón que ―fluyen los manantiales de la vida‖ ii y a partir de la cual también la razón recibe su guía, es el gran paso de avance que lo aleja del Escolasticismo, la filosofía especulativa y el racionalismo. Esta visión, nueva en su época pero totalmente bíblica, contiene una crítica fundamental de todo el reduccionismo, el absolutismo y el totalitarismo metódicos, tanto en la teoría como en la práctica.93 Por ello, de acuerdo con Calvino, no debemos acercarnos al desastroso problema ecológico actual del mundo por estar mecánicamente forzados a hacerlo por la fuerza de los límites externos del sistema, sino por la conciencia. El comportamiento económico no dependerá del resultado del debate de los climatólogos acerca de hasta qué punto pueda haber efectos destructivos o no del carbono, sino del tratamiento cuidadoso de la naturaleza como creación de Dios que es. El economista Weisskopf de Chicago estuvo muy en sintonía con Calvino cuando escribió en los inicios de la década de los setenta: La destrucción del ambiente a través del ‗progreso‘ técnico y económico recibe la atención de los medios masivos y el aparente apoyo verbal de los políticos. Es significativo […] que fue necesario el temor al peligro externo para despertar la opinión pública a los peligros del crecimiento económico. No fueron suficientes los peligros internos espirituales, psicológicos, morales, incluyendo la mala distribución de los recursos y la inversión de todas las prioridades morales, para mover la opinión pública.94

Esto significa que en la economía se pone en riesgo nuestra integridad espiritual. El teólogo brasileño Jung Mo Sung no pudiera coincidir más con Calvino cuando dice: ―No se puede anunciar al Dios de Jesucristo sin tomar en cuenta la economìa‖.95 Calvino nos recuerda que debemos tratar la naturaleza como el don de Dios que hay que cuidar, independientemente de cualquier obstáculo externo o impasse que nos obligue a hacerlo de forma mecánica. Lukas Vischer cita a Calvino al decir: ―Aquellos que poseen un campo deben cultivar sus frutos de forma tal que el suelo no sufra daños por negligencia de su parte. Deben traspasar la tierra a sus descendientes como la recibieron a aún en mejor estado…‖; y: ―que prevalezca entre nosotros la responsabilidad y el cuidado hacia todas las buenas cosas que Dios nos da, de manera que todo el mundo se considere mayordomo de Dios. De esta manera nadie se comportará inmoderadamente ni echará a perder mediante el abuso las cosas que Dios quiere preservar‖.96

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―Frente a las palabras ‗en el principio‘ de Génesis 1, está la ‗inauguración‘ (‗Henoc‘) propia de Caín, relatada en Génesis 4. ( ) Caín inicia su propia, ‗anti‘-creación‖ (Haan, La economía del honor, p. 45; del capítulo 4, ―Un sistema de seguridad militar-económico‖; este capìtulo está basada en el notable estudio de Jacques Ellul La ciudad (The Meaning of the City). ii Proverbios 4, 23. La antropología bíblica del corazón humano es la piedra angular de la epistemología y filosofía calvinistas que fue puesto por Herman Dooyeweerd.

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4 LA ECONOMÍA Calvino conecta la teología con la economía. En este capítulo seguiremos de forma sistemática (y al hacerlo le daremos tributo) la gran obra de André Biéler sobre el pensamiento económico de Calvino.97 Muy pocos teólogos han ―relacionado los hechos económicos con el drama cósmico de la redención de forma tan clara como lo hizo Calvino‖.98 La riqueza no es un asunto neutral. Calvino no se limita a proponer la cuestión moral como lo había hecho la Iglesia Católica medieval, sino que propone la perspectiva espiritual. No obstante, es el enfoque moral lo que tienen en común.i El elemento nuevo fue que el asceticismo y la pobreza como tales ya no eran vistos como una virtud religiosa, aunque aún se tenían en estima la sencillez y el sacrificio. Esto se debe al rechazo de Calvino de la oposición ente espíritu y materia. 99 La vida espiritual que no se traduce en acciones materiales es una mentira.100 Por medio de Jesucristo, la restauración del ―orden social primitivo natural‖ sin la fuerza opresora de la riqueza es la prefiguración de la venida del Reino de Dios.101 La riqueza material tiene significado espiritual. La economía es el lugar donde se practica no el interés por uno mismo, sino la libertad cristiana. Nadie puede servir a dos amos. Por ello, en Calvino, ni la afirmación moderna de neutralidad y autonomía ni la obediencia a la hegemonía del sistema pueden permanecer. Más adelante debemos regresar al problema de la sociedad tecnológica. La naturaleza ―Cuando Dios crea el sol no es para que (el sol) se ilumine a sì mismo sino para que seamos iluminados. ( ) Aunque la tierra produzca hierbas para los animales silvestres, todo se relaciona con el hombre y Dios quiere que conozcamos su amor paternal y su amor por nosotros‖. 102 El pecado ha suprimido el señorío del hombre del mundo y lo ha alienado de la naturaleza. Sin embargo, la naturaleza continúa siendo abundante. Está allí para disfrutarla y para cuidarla.ii El desgaste de la misma por el ser humano es otro asunto. Calvino lee en los profetas que ―…Dios no solamente proporciona lo necesario para el hombre dándoles sólo lo suficiente para la vida común, sino que mediante su clemencia lo trata de forma mucho más liberal cuando deleita su corazón con vino y aceite‖.103 Esto nos recuerda el limitado número de economistas sensibles que aun en la actualidad sostienen que los recursos económicos globales son suficientes para alimentar la población mundial en su totalidad, con tal que se usen de forma más eficiente para ese fin. Cuando las instituciones económicas interfieren, son ellas las que crean la escasez y no la providencia de Dios. Dios creó la abundancia, los hombres crearon la escasez. Weisskopf afirma con toda razón: ―(El) continuo incremento tanto en las necesidades como en la producción impide la realización de la abundancia en el sentido de un sobrante de medios de satisfacción en relación i

La Ginebra de Calvino, muchas veces desacreditada por la mente moderna a causa de sus leyes sobre el lujo, más bien debería considerarse un lugar de tolerante clemencia en comparación con las prescripciones sobre los vestidos del parlamento francés y de los demás ciudades, que hasta amenazaban con la pena de muerte. Las reglas contra el lujo eran comunes en todo el país de Francia en aquel entonces, no por último entre las ciudades católicoromanas (Biéler, LP, p. 107). ii Proverbios 12, 10: ―El justo se cuida de su ganado‖; por ende sería una crueldad monstruosa no tratar bien a sus trabajadores, dice Calvino (Com. sobre Deut. 5, 1-11; LP, p. 341). Pero hay algunos ―que piensan que la raza humana ha sido hecha solamente para ellos‖ (Com. sobre Santiago 5, 4; ibid.; también p. 423).

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con las necesidades. Vista a esta luz la abundancia es un ideal que nunca puede ni debe alcanzarse; la suposición básica de la escasez como medio y liberalidad de los fines impide la posibilidad de establecer la abundancia completa”.104 Los economistas pueden atribuirle la escasez a la Caída,i pero la historia del Paraíso tiene como objetivo explicar de dónde vinimos como el lugar en el que la voluntad de Dios se cumple en libertad. Seguimos en ese mismo llamado a cumplir la voluntad de Dios. Hasta la teoría económica moderna admite en su forma de razonamiento formal que el problema del bienestar pudiera resolverse cuando la oferta cumpla cabalmente una demanda que se mantuviera de forma suficiente dentro de ciertos límites. La escasez existe solamente en relación con un uso específico de los recursos. La economìa de la Edad de Piedra, que seguramente existìa ―después de la Caìda‖ era abundante.105 Los indios de Norteamérica vivían en abundancia antes que tuviera lugar su genocidio.106 La explicación de la escasez ya fue sugerida por John Locke quien reconoció ―que en el mundo de esta era habrìa abundancia para todos los hombres, aun para el doble de todos los que viven, ―si no se hubiera inventado el dinero‖.107 Sabemos que no fue solamente el dinero. Aunque Calvino advierte constantemente que nuestro pan diario y el bienestar económico dependen de la bendición y el cuidado de Dios, dicha bendición es inversamente proporcional a ―nuestra falta de firmeza y a nuestra rudeza‖ ii.108 Todo el orden natural es testigo del amor paternal de Dios hacia nosotros, de que él se complace (daigne) en cuidarnos al darnos nuestro pan común‖.109 ―Las perturbaciones de la naturaleza en la actualidad son signos de la amenaza de Dios; esta amenaza que le recuerda el pecado al hombre está destinada a conducirlo, mediante el arrepentimiento, a la nueva vida que Dios le ofrece en Jesucristo‖.110 El profeta habla acerca de provisiones y alimento; ―cuando Dios coloca ciertas marcas de su ira sobre las cosas de la vida común, constituye una estupidez intolerable que no nos percatemos de ello‖.111 ―Cada vez que sintamos inclinación por causar destrucción o daño (a la naturaleza), deberíamos una y otra vez recordar esto: nuestro Señor ha dado abrigo a todas las personas en este mundo, nos ha proporcionado las cosas que sabía que eran útiles para nuestras vidas. Por lo que, cuando quiero privar a la tierra de lo que Dios le ha proporcionado para la alimentación humana, soy yo quien anula la bondad de Dios que ya no se presentará más‖. Dañar los árboles, las tierras arables y asì por el estilo es ―hacerle la guerra a Él, que nos muestra aquì un espejo de su bondad, no hacia un hombre en particular, sino hacia todas las personas entre las cuales estamos incluidos‖.112 La naturaleza es la herencia común de la raza humana. El hombre tiene que cuidar que no se produzca la explotación excesiva ni el desgaste de los recursos naturales. Las palabras de Calvino nunca podían haber sido más impresionantes que durante el desastre ecológico actual. Cuando ya los israelitas no respetaban el Sabbat, Dios mismo pone la tierra a descansar ―cuando haya vomitado sus habitantes‖. iii 113 No atribuyamos la esterilidad y el hambre a ninguna otra causa que i

Por ejemplo el economista bien conocido holandés Arnold Heertje, Echte economie. Een verhandeling over schaarste en welvaart en over het geloof in leermeesters en lernen, Valkhof Pers, 200911, p. 51, 111. Naturalmente Calvino también atribuye el desorden en la economía al pecado, pero al mismo tiempo apunta a la restauración por la imitación de Cristo que conduce a la renovación de los hombres que son llamado a construir un orden social nuevo. ii ―…ce sera selon la mesure de notre infirmité et rudesse…‖. iii Calvino refiere a II Crónicas 36, donde leímos (v. 19-21): ―Incendiaron la Casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén; pegaron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. Y a los que escaparon de la espada los llevó cautivos a Babilonia, donde fueron esclavos de él y de sus hijos hasta e advenimiento del reino de

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nuestros propios vicios y nuestra culpa. Pues no existe una multitud tan grande de personas que la tierra no pudiera alimentar y sostener; pero a causa de nuestros vicios cerramos su matriz, que debería estar abierta para nosotros y proporcionarnos toda clase de frutos de forma tal que fuéramos felices‖.114 La riqueza La teología reformada considera la riqueza como una bendición de Dios.i Ello no quiere decir que los fieles siempre disfruten de la riqueza y los pecadores sufran, sino todo lo contrario. La prosperidad, al igual que los sinsabores ponen a prueba al hombre de fe, como se muestra en el ejemplo bíblico de Job.115 La riqueza puede adquirirse siempre que el otro no salga dañado. 116 Debe estar totalmente dedicada a Dios. Ello significa que debe dedicarse al servicio del prójimo.ii No se condena necesariamente el lujo en sí mismo, sino más bien por su falta de respeto y provocación hacia los pobres.117 Los bienes materiales del mundo deben distribuirse abundantemente entre todos los hombres sin excepción. ―Calvino denunció amargamente el movimiento contemporáneo de cercar las tierras comunes‖.iii 118 los persas; para que se cumpliese la palabra de Yahweh, por boca de Jeremìas: ‗Hasta que el paìs haya pagado sus sábados, descansará de todos los dìas de desolación, hasta que se cumplan los setenta años‘.‖ i Los ricos supuestamente nos mostrarán el ejemplo de la buena vida, una primicia del desarrollo económico sano y regocijante. Cumplen un papel responsable. Sin embargo, John Maynard Keynes quien observaba la perspectiva del crecimiento económico tal como se presentaba durante su vida expresó su desilusión. ―A juzgar por el comportamiento de las clases adineradas en todas partes del mundo !la perspectiva es de lo más deprimente! Porque ellos son, por así decir, nuestra vanguardia –cumpliendo el papel de espías, reconociendo la tierra prometida, para allí montar el campamento. Después de todo, la mayoría de ellos –con ingresos independientes, pero libre de asociaciones, obligaciones o vínculos—ha fallado estrepitosamente, a mi punto de vista, en la solución del problema que se les ha planteado‖ (―Economic Possibilities for Our Grandchildren‖, The Nation and Atheneum, 1930; reimprimido en Essays in Persuasion, New York 1963; esta parte ha sido citada en: Haan, La economía del honor, p. 202). ii Sin entrar ahora en el debate sobre ―capitalismo versus socialismo‖ –lo que es muy otra cosa siendo además una cuestión secundaria-- queda inequívocamente claro que Calvino aquí implica enteramente la cuestión del orden económico contemporáneo. iii Los bienes económicos naturalmente consisten en bienes de producción en primer lugar y bienes de consumo. La propiedad de la tierra es una cuestión fundamental para millones de familias agrícolas. Adam Smith consideraba los latifundios latinoamericanos ―una institución bárbara‖. ―Se basa en la suposición más absurda que existe, de que toda generación sucesiva de seres humanos no tenga un derecho igual a la tierra y a todo lo que lleva (Riqueza de las Naciones, libro III, cap. 2, ―La desanimación de la agricultura‖). ―El pequeño propietario, sin embargo, que conoce cada parte de su pequeño territorio, que lo mira con el afecto que inspira la propiedad, especialmente la pequeña propiedad, y que por esa razón está muy contento no sólo cultivándola sino adornándola, generalmente es el más laborioso de todos los reformadores (improvers), el más inteligente, y el más exitoso‖ (ibid., cap. 4). Esto es conforme la visión de los obispos catolioromanos braileños que llamaron la tierra la terra de trabalho que ha de remplazar la terra de exploração (tierra de la explotación) de los grandes propietarios y los especuladores (Conferência Nacional dos Bispos do Brasil, Igreja e problemas da terra, San Pablo 1980, pp. 29-33). Es interesante que hasta en nuestros días hay jueces brasileños que en algunos casos han basado sus juicios sobre esta visión eclesiástica del uso de la tierra al sentenciar sobre ocupaciones de tierra por campesinos pobres sin tierra. Aquellos que pretenden que el problema alimenticio del mundo solamente pueda ser solucionado por las empresas a gran escala ignoran el hecho de que, a causa de las fuerzas excluyentes, nuestro sistema monopolizado de uso intensivo de capital y técnica, por definición no está en condiciones de incluir a los campesinos del mundo y de proveer a la población rural los debidos empleos e ingresos. Al escribir estas líneas veo que la televisión está mostrando la posibilidad del uso de la palma de azúcar para producir combustibles, lo que podría sustituir la devastación de gran

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Nadie puede juzgarse a sí mismo como un individuo separado.i La riqueza es signo de las cosas que han de venir. Sin embargo, Calvino estaba bien consciente que nunca podemos construir una relación cuantitativa o cualitativa entre la gracia de Dios y el bienestar material. ―En la Biblia nunca existe equivalencia entre riqueza y bendición‖.119 ―…Cuando habla acerca de la bendición del trabajo del fiel y la maldición del trabajo del malvado, nunca avizora una correlación cuantitativa que permita la ecuación errónea que a menudo se le ha imputado al Calvinismo: el éxito material es igual a la bendición y viceversa. De lo que se trata es de una relación establecida en la fe, en el diálogo del Dios viviente con su criatura; la bendición verdadera puede realizarse en la pobreza y el éxito material puede muy bien conllevar una maldición‖.120 Considerar a los pobres y afligidos como desprovistos de la bendición de Dios o hasta culpables de dicha pobreza y aflicción equivaldrìa a ―rebajar a los que trabajan por la cruz al fondo de los abismos‖.121 Pero ―los que obedecen a Dios y no son esclavos de la riqueza pueden utilizarla en la fe‖. 122 ―Cuando tenemos riqueza, no debemos colocar en ella ni nuestro corazón ni nuestra confianza‖. 123 Tanto la riqueza como la pobreza están destinadas a poner a prueba (éprouver) el corazón de los hombres‖.124 En la doctrina reformada ―la riqueza no aparece como un asunto moral en primer lugar, sino más bien, mayor medida, como parte de la vida religiosa. Coloca al hombre ante una selección, una alternativa: o bien la reconoce recibiéndola en la fe, como don de Dios, un signo de su gracia, o bien le atribuye un poder y una eficiencia autónoma, negando de esa forma, de hecho, el señorío de Dios sobre todas las cosas‖.125 La riqueza no es un fin en sì misma, sino ―solamente una ayuda en la vida presente‖.126 Al interpretar la riqueza sin relación con la gracia de Dios, la misma se objetiviza; se convierte en ―una de las más poderosas armas del mal‖. ―El amor a la riqueza toma una forma religiosa‖;127 ―equivale a idolatrìa y alienación‖.128 Calvino extiende el concepto de riqueza de forma tal que incluye esa parte que la teoría moderna económica vino a reconocer como de suma importancia--la riqueza social; es decir, la situación de poder que se desprende no solamente a partir del capital financiero, sino más bien del capital social, cultural y político. La advertencia contra los ricos incluye a todos los que están investidos con honor, nobleza u otras ―cosas externas‖.ii 129 La igualdad No obstante, la imagen del ―burgués” que el hombre rico mantiene de sí mismo aún es de uso común. Tiene lo que tiene por su propia virtud. Eso es lo que Calvino llama ―la imaginación del mérito‖130 y Tawney lo ha llamado el ―intelecto no sofisticado‖. Hemos visto que Calvino ve el producto social económico como una producción conjunta, el resultado del esfuerzo de la comunidad de hombres, lo que trae consecuencias directas para nuestra visión sobre la distribución de los ingresos.131 parte de la isla de Borneo por las plantaciones de palma de aceite. De esta manera no se requieren plantaciones a grande escala que expulsan a los campesinos de sus tierras; los árboles pueden ser plantados en la selva misma. El procesamiento del jugo precisa pequeñinas fábricas en los pueblos solamente. Además la palma está proporcionando muchas otras fuentes de ingreso. i Glorificar a Dios significa ―que nul ne se tienne comme séparé” (sermón sobre Mateo 3, 9-10; LP, p. 315). Por eso Dios ha mezclado ricos y pobres entre sí. ii ―Cette admonition s‘adresse à tous ceux qui ont quelque excellence, soit en honneur, ou noblesse, ou autres choses externes‖.

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El ejemplo bíblico para Calvino es el maná en Éxodo 16. Calvino se refiere a Pablo quien, con relación a los que no tienen, ―por deducción‖ señala que ―en cuanto a la igualdad vuestra abundancia presente debería suplir las necesidades de ellos, de forma tal que la abundancia de ellos pueda suplir vuestra necesidad, y así pueda haber igualdad (2 Cor. 8, 14).132 i Hay que prestar atención aquí al concepto de igualdad, que es radicalmente lo contrario del enfoque moderno matemático y atomista. La igualdad es igualdad en el presente; el resultado económico es cambiable y hasta reversible. En Calvino el desarrollo del proceso económico, como el orden económico mismo, tiene carácter provisional. En la economía del pensamiento bíblico la igualdad no es la precondición (ideológicamente supuesta) de ―sujetos del mercado libre‖, sino la condición para y el resultado de la interacción económica justa. La igualdad viene a la existencia a través de la reciprocidad al tomar en cuenta el interés del otro.ii ―Vea aquì una igualdad que Dios ha establecido: ( ) cuando Dios nos ha dado bienes más que de sobra para nuestro uso, no debemos ser demasiado mezquinos‖ en ponerlos al servicio de los más necesitados. 133 Por tanto, Calvino no dice que los ricos ―deben regalar‖ todas sus riquezas a los pobres para hacerse ―iguales‖ a ellos. Esto serìa una forma ―frenética‖ de razonamiento.134 Al comentar acerca de 2 Cor. 8, 14, escribe que el compartir mutuo ―de acuerdo con los dones y necesidades (existentes), constituye una proporcionalidad adecuada, como una bella armonía, aunque algunos posean más y otros menos y los dones se distribuyan de forma desigual‖. Las diferencias ya no constituyen una fuerza divisoria sino que conducen a una unión que es beneficiosa para todos.135 A menudo Calvino habla acerca de la relación entre el dueño y el empleado. Ciertas jerarquías pertenecen a la sociedad.136 Pero los dueños y los empleados tienen un derecho mutuo, en el que los primeros les deben a los segundos que sean tratados con igualdad, con respecto y amor y viceversa. Los amos son deudores de los siervos (detteurs aux serviteurs).137 Deben poner en práctica la ―igualdad‖ (griego: ìsótès) con sus siervos, ―sabiendo que ellos también tienen un Amo en el cielo‖. (Col. 4, 1).138 La propiedad ―El don de la propiedad no ha sido otorgado al hombre solamente para su beneficio material‖. Este don material ―es el mensajero de otro don, que es la vida eterna; es como un signo destinado a prefigurar el Reino de Dios, que se otorga libremente‖.139 Dios es el dueño de todas las cosas. La Biblia nunca le asigna un significado meramente individual a la propiedad. La responsabilidad para su uso, en realidad, le pertenece al individuo. Pero es como la vida espiritual, que es estrictamente individual y a la vez esencialmente colectiva.140 Ambas apuntan a la misma interdependencia dentro de la comunidad. Es incorrecto reclamar el beneficio para uno mismo, aun cuando el orden político lo apruebe.iii Cuando el propietario no se dedica debidamente al i

Levinas ha observado que el otro se revela a mí desde lo alto y con la autoridad de su rostro. En Filipenses 2, 3/4 Pablo dice: ―consideren cada cual a los demás como superiores a sí mismo, buscando cada cual no su propio interés sino el de los demás‖. La adición errónea en muchas versiones bíblicas ―no solamente su propio interés – sino también el de los demás‖ debe ser omitida. Podemos referir también al comentario de Calvino sobre Mateo 5, 42: Cristo exhorta a sus discípulos a ayudar no solamente a unas pocas personas, ―sino que tienen que dedicarse al hacer bien para todos y nunca dejarlo siempre cuando sigan teniendo los medios‖ (LP, p. 454/455). ii Ver el mensaje de la parábola del ―mayordomo injusto‖ (Lucas 16), quien termina por obedecer a la ley de Dios y por lo tanto al interés de los campesinos haciendo amigos entre ellos ―para que lo reciban en los eternas moradas‖; podríamos decir: atendiéndolo cuando llegue a ser viejo (ver Haan, La economía del honor, cap. 11). iii Hay personas que bajo el pretexto del orden político guardan todo lo que tienen a buen recaudo y escondido (―sous couverture de la police tiennent serré et caché tout ce qu‘ils ont” (Com. sobre Hechos 2, 44; LP, p. 354). Ante la ley

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bienestar de sus prójimos, de hecho estos últimos están siendo robados.141 El cuidado por los pobres es la forma en que se realiza en la actualidad el sacrificio religioso.i El gozo acerca de la bendición de Dios debe compartirse no solamente entre el hombre, la esposa y los hijos, ―sino que debemos atraer a los que parecen estar bien lejos de nosotros y a los desconocidos‖. Debiera ser causa común que incluya a los residentes temporales, las viudas y los huérfanos de modo tal que las ofrendas a Dios se hagan en la comunidad.142 Pero la propiedad hay que mantenerla, cuidarla y ponerla en uso. Calvino concibió la propiedad privada como algo fundamental para el orden social. ―Es vital para el mantenimiento de la sociedad humana que cada persona se haga cargo de lo que posea; que algunos adquieran propiedades mediante la compra, que a otros les venga por derecho hereditario, a otros por donación, de modo que cada cual incremente sus medios mediante su ingenio o su fuerza física u otro don. En resumen, el orden político requiere que cada uno se haga cargo de lo que le pertenece‖.143 ―Debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que lo que cada uno posea esté seguro‖.144 Debe ser legado a los sucesores en buen estado o hasta en un estado superior, sin que se agote. La tierra tiene derecho al Sabbat; debe dejarse descansar periódicamente. Además, no debe alienarse fácilmente.145 El año sabático y el jubileo son testigos de la importancia de corregir la desigualdad extrema y la opresión social que resultan de la presente acumulación por parte de los ricos. La redistribución de la tierra y la liberación de la deuda apuntan al ―origen divino de la propiedad, así como a servir al prójimo sin discriminación racial o social‖.146 La tierra es herencia común, entregada a un pueblo liberado. Todo el mundo debe compartir un cierto estado promedio de bienestar (un état moyen).147 La distribución

Los ricos han recibido su riqueza bajo la condición que sean ―los ministros de los pobres‖ y ―los oficiales de Dios‖.148 Calvino no condena la riqueza como tal. No hay mérito en deshacerse de ella, como Carteas el tebano, que lanzó su dinero al mar. Cuando Jesús le aconsejó al joven en Marcos 10 acerca de cómo heredar la vida eterna no le dijo simplemente que vendiera sus riquezas, sino que las compartiera con los pobres.149 ii La distribución no es sencillamente—como pretende el pensamiento actual—un asunto de repartir bienes de consumo o hasta subsidios de ingresos a los pobres, sino que los ricos son también responsables de la administración de los bienes colectivos; tienen responsabilidades específicas en cuanto a la organización de la sociedad. Podemos referirnos al economista clásico Sismondi (1773-1842) proveniente de una familia de ciudadanos de la alta sociedad ginebrina, quien –―poseìa tanto rango como propiedades, aunque

los pobres pueden ser robados (“sous couleur de droit, on prive quelqu‘un de ses biens”). Aquellos que son ladrones a los ojos de Dios muchas veces ganan sus pleitos en las cortes (Institución, II, viii, 45 ; LP, p. 358). Ver cap. 3. i [Les aumônes] sont les sacrifices que Dieu demande aujourd‘hui‖, “especialmente ya que nuestro Señor no se presenta a nosotros tres veces por año, sino que se manifiesta a nosotros en la persona de su hijo único que vive con nosotros siempre‖. Las ceremonias religiosas no bastan. Jesucristo remplaza el Templo: está vivo en nuestras almas (Sermón sobre Deut. 16, 13-17; LP, p. 364). ii El boletín de la Cruz Roja de mi ciudad (febrero de 2010) reporta que el rico empresario austriaco Karl Rabeder (47) hace una donación de tres millones de euros para los pobres quedándose para sí mismo con un ingreso mensual de € 888. ―El dinero trabaja contraproductivamente‖, dice. Su anterior riqueza ahora está puesta al servicio de unos hogares de huérfanos y otros proyectos en America Latina. ―Llegué a descubrir que no necesito dinero‖.

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el padre era también un pastor (reformado) de aldea‖.i Escribió que la riqueza resultarìa ―en el más alto grado de bienestar para la sociedad, que siempre sea de ventaja mutua de manera que, de acuerdo con la intención de la Providencia, los pobres y los ricos se encuentren‖. 150 Los ricos deben ―usar lo que no consuman para aliviar todas las miserias‖.151 Según el pensamiento moderno, la caridad, por ejemplo la que se pone de manifiesto en la ayuda para el desarrollo, solamente es posible cuando primeramente los ricos experimentan un crecimiento; es a partir de un incremento en el ingreso que pudieran pagarse las obligaciones a los pobres. Calvino—y de hecho Sismondi también, a pesar de la frase ―lo que no consuman‖—lo ve como un asunto más esencial. Los ricos no son ricos ―por sus bellos ojos‖. Pudieran decir ―todo es mìo‖—lo cual constituye el mensaje del individualismo y el capitalismo en nuestros tiempos—pero por el contrario, ―tienen que practicar la humanidad hacia los que sufren necesidades‖.152 La soberanía de Jesús no se detiene ante el capital. Las donaciones no deben ser sólo el resultado de un incremento en los ingresos; los ricos son ricos también por su patrimonio: ―(Jesús) quiso enseñarnos que tenemos que acudir a la ayuda de los pobres no solamente con lo que no utilizamos, sino que no podemos siquiera retener nuestra herencia si no alcanza con nuestros ingresos; como si hubiera dicho: su liberalidad y su caridad se extienden hasta reducir el patrimonio y la alienación de sus tierras‖.153 Cuando los que disfrutan de riquezas y tienen dinero para invertir se preguntan cómo servir los intereses financieros de los ricos, no ofrecen testimonio ni de caridad ni de compasión. El riesgo que deben correr consiste en prestar al pobre libremente. Eso es realmente liberalidad gratuita, ―no solamente porque pone en peligro su capital sino también porque los pobres no tienen nada parecido que devolver‖.ii 154 Esto no significa que los fieles deban ir al extremo de quedarse sin nada.155 La Biblia no da ninguna receta cuantitativa general para la ―intercomunicación mutua de los bienes‖. Pablo dice: No les doy un mandamiento ―pero por su dedicación a los demás quiero probar la autenticidad de su amor‖. El hecho es que ―le debemos a Dios no solamente una parte sino todo lo que somos y lo que tenemos‖. Sin embargo, a nadie puede obligarse a la pobreza absoluta, como reclaman algunos que abogan por un comunismo que constriña. En ese caso nadie podría practicar ya la caridad con la conciencia tranquila.156 Nunca debe promoverse el enriquecimiento al costo de otras personas. 157 Es particularmente cierto ―en el caso de un conflicto social en que los débiles son saqueados por los poderosos, y la ley formal puede estar a favor de los poderosos, pero ello no significa que estos últimos sean justificados ante Dios‖.158 No debe existir una minoría de ricos, ya que ello siempre resulta en la i

―Jean Charles Léonard Simonde de Sismondi nació en Ginebra en el día 9 de mayo de 1773. Provenía de la ilustre familia de los Sismondi. Caídos de su esplendor antiguo los Sismondi de Pisa se habían refugiado en Franca en 1524 junto con el ejército de Frederico Buzzolo, después de la sujeción definitiva de su país. Se establecieron en la Daufiné, donde en el olvido del largo exilio casi habían perdido su apellido, ya pervertido por la pronunciación extranjera contrayéndolo y transformándolo en Simonde. Finalmente, después de haber aceptado con entusiasmo el Protestantismo, fueron forzados a expatriarse por segunda vez, en el período de la revocación del Edicto de Nantes. Buscaron asilo en aquella ciudad de Ginebra a la cual los expulsados de Francia por razones de religión habían otorgado su constitución y grandeza en el siglo XVI, y que devino en el refugio de todos los perseguidos en Europa‖ (Political Economy and the Philosophy of Government. Selections from the Writings of J.C.L. Simonde de Sismondi [1847], ―Historical Notice of the Life and Writings‖ by M. Mignet; Reprints of Economic Classics, Nueva York 1966, p. 2). ii ―…non seulement parce qu‘on hasarde le principal, mais aussi parce qu‘ils n‘ont point de quoi rendre la pareille‖. Ver cap. 5 sobre la cuestión del crédito y del interés.

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opresión de la multitud. Al referirse a dicho peligro, Calvino señala el Jubileo: ―Especialmente cuando se les permite a los ricos un incremento ilimitado en los ingresos, de modo que llegan a dominar de forma tiránica, Dios ha puesto freno a todo poder excesivo por medio de esta ley‖ (mediante el establecimiento de la redistribución periódica de las tierras y la cancelación de las deudas).159 Los pobres Los pobres son pobres ―para que el que posee más pueda proveerle con lo que posee provisionalmente por amor a Dios. Esta interdependencia social expresa concretamente la profunda solidaridad espiritual que unifica la raza humana‖.160 Debe producir equilibrio económico en el sentido material de la palabra. Pero los hombres no confían en la providencia de Dios porque no se aman entre sí. Inmovilizan los bienes destinados a los demás. La pobreza es anarquìa. ―Es de acuerdo con la suerte de los pobres y en su nombre que uno valora la cualidad de una sociedad‖. Calvino dice que los pobres son los abogados de Cristo y los que lo reciben. Son sus mensajeros para poner a prueba la caridad y la fe de los hombres. 161 Siglos antes que lo hicieran la teología de la liberación y el ecumenismo, Calvino señaló a los pobres como los que Cristo nombró sus tenientes, refiriéndose a Mateo 26, 11.i Y con ello Calvino quiere decir los pobres del mundo. ii 162 Ellos son los embajadores y mensajeros de Cristo.163 Es un oficio adecuado de Dios hacer suya la causa de los pobres. 164 Para su sostenimiento Dios ha establecido relaciones mutuas entre los hombres para que la materia sea un vehículo de la gracia.165 Por la visión de los pobres de Calvino como los mensajeros espirituales objetivos de Dios,166 el mismo está muy en sintonía con lo que la teología de la liberación actual llama la ―opción preferencial por los pobres‖. ―Los bellos comentarios casi biográficos de Calvino sobre los salmos (1557) son un ejemplo clásico de la hermenéutica reformada‖ dice el profesor Hans de Wit, quien se especializa en la lectura intercultural de la Biblia en la Universidad Libre en Ámsterdam. Quiere ser una respuesta a la experiencia de extrema violencia y crisis social dentro de la comunidad de la Ginebra de 1550. Puede leerse desde la perspectiva de las teorías modernas del trauma. ―Como teólogo de la liberación avant la lettre Calvino penetra, a través de los salmos, en el corazón de la experiencia traumática misma, preguntándose lo que significa en tal situación de violencia incontrolada el hacer teologìa y creer en Dios‖. Calvino escribe que ―los salmos dotan de nuevo lenguaje al corazón que se ha quedado mudo‖.167 Biéler resume el pensamiento económico de Calvino en la famosa fórmula: ―de cada cual de acuerdo con su capacidad, a cada cual de acuerdo con sus necesidades‖—la misma utilizada por i

La Biblia de Jerusalén dice: ―Porque pobres tendréis siempre con vosotros, pero a mì no me tendréis siempre‖. Otras traducciones lo dicen mejor: ―a los pobres tendréis siempre con vosotros‖. Los pobres no son una categoría anónima, sino que son aquellos que nos hablan a nosotros. Así Calvino nos lo enseña. Encontré su referencia a Mateo 26, 11 en la cita que da Biéler proveniente de la Institución, IV, iii, 1. No la encuentro en otras traducciones (la versión española basada en la traducción de Cipriano de Valera de 1597 publicado por la Editorial Fundación de Literatura Reformada (Feliré) en Rijswijk, Países Bajos, menciona Lucas 10, 16). Pero cuando Calvino aparentemente en algún momento ha mencionado este texto de Mateo en una de las ediciones de la Institución esto es conforme su teología entera. En Mateo 26 Cristo trata del gobierno de la iglesia. Está diciendo que mientras que Él, como jefe de la Iglesia, dejará a sus discípulos, serán los pobres los que se van a quedar en su capacidad de instructores de la iglesia. Puesto que ―ya no podemos escuchar su voluntad de su propia boca, por lo tanto usa el servicio de los hombres haciéndolos sus lugartenientes‖. Calvino frecuentemente cita Mateo 25, 31-46. ii “…les pauvres et disetteux qui sont en la terre‖.

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Karl Marx. 168 No es necesariamente la conducta real de los pobres lo que los convierte en los privilegiados de Dios. El robo por parte de los mismos sería un acto blasfemo; no debe existir desorden o conducta irracional. Además, los pobres son personas que pueden codiciar más allá de la igualdad, ―el vientre no tiene ni ojos ni oìdos‖.169 Pero económicamente hablando, es más bien el estado en que se encuentran lo que hace que la clase media y los ricos sean responsables de ellos. El trabajo ―Calvino, basado en las Escrituras, es uno de los pocos teólogos que, con tanta claridad ha hecho evidente la participación del trabajo humano en la obra de Dios‖.170 Ni el Escolasticismo y mucho menos la Antigüedad le atribuyeron tanta dignidad y valor espiritual al trabajo de nuestras manos (Salmo 90, 17).i ―El hombre ha sido creado para hacer algo‖. 171 ―El que se niega a trabajar desprecia y desperdicia los dones que Dios le ha dado para ese fin‖ y paraliza la comunidad (como se sabía que lo hacían la mayoría de los monjes en los claustros).172 La industria en la que cada uno toma su responsabilidad, el mismo llamado, la destreza mediante la buena conducta, y otras gracias, es como mercancía porque su objetivo y su uso sirven para la comunicación mutua entre los hombres‖.173 Toda actividad económica tiene lugar en medio de la sociedad. Biéler cita la ―oración de Calvino para decirse antes de ponerse a trabajar‖ en la que se le pide a Dios ―que nos asista con su Espíritu Santo para que podamos funcionar en nuestra condición (état) y llamado sin ningún fraude o engaño, sino teniendo cuidado de seguir Sus ordenanzas antes que satisfacer nuestra inclinación a enriquecernos‖, y ―que nos dé el ardor (courage, corazón) de ayudar a los indigentes‖.174 El sostenimiento del prójimo pobre es parte del trabajo, al igual que lo vemos en el comportamiento económico de la ―buena esposa‖ en Proverbios 31: ―Con el fruto de sus manos planta una viña; ella se ciñe de fuerza y fortalece sus brazos. Nota que su ganancia es buena, …extiende su mano al pobre, y alarga su mano al necesitado”.175 Nuestras acciones libres corresponden con lo que el mismo Dios hace libremente; su providencia es el fundamento de la libertad humana.176 ―En él nos movemos y tenemos nuestro ser‖.177 ―Sólo el trabajo humano que Dios acepta y aprueba ( ) se hace útil y eficiente de manera que Dios lo utiliza en el mundo‖.178

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Muy significativa es la etimologìa de la palabra ―negocio‖ mencionada por Jacques Ellul. En la Edad Media los monjes en Europa introdujeron la organización racional del trabajo. El adagio ―el trabajo ennoblece‖ no surge antes del siglo XVII en Inglaterra, las Siete Provincias y Francia. Son los comienzos del sistema generalizado del ―negocio‖ (francés: ―négoce”, comercio). Sin embargo, los romanos todavía lo habían tomado por la negación del uso ideal del tiempo que era el ―tiempo libre‖, el ocio (otium). La negación se ve en la palabra neg-otium. Durante la Edad Media el trabajo era cosa de las clases bajas de la sociedad. ―Otium no implicaba el vacío, sino relaciones humanas, conversación, discusión de los problemas políticos, asistencia en numerosas asambleas, participación en asociaciones y fraternidades, por ende la vida dedicada a las relaciones sociales y la política no siendo absorbida por el trabajo ordinario. Esto sería ―ausencia de vida libre‖ (Jacques Ellul, ―De la Bible à l‘histoire du non-travail‖, Foi & Vie, July 1980, p. 5/6). ―El cristianismo primitivo ya habría traído una primera revolución social mera, al predicar la igualdad fundamental de todos los seres humanos y la dignidad del trabajo manual‖. Jesús estaba con los trabajadores más humildes. La Edad Media introdujo una jerarquía entre la agricultura primero, luego el trabajo de los artesanos y finalmente el comercio. Calvino, contrariamente a Lutero, ya no despreciaba el comercio por ser comercio y tampoco consideraba la industria de menos valor. Fue ―el primero que reconoció la base teológica del comercio, como la expresión de la solidaridad de los hombres y la señal de la comunión espiritual de los hombres entre sí‖ (Biéler, LP, p. 413/414).

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El cuarto mandamiento tiene que ver con el trabajo y el Sabbat al mismo tiempo. Es porque el trabajo se ve a la luz del Sabbat. De esta forma se toman en consideración las relaciones laborales. Los siervos y toda persona colocada bajo el poder de otros hombres tienen que descansar.179 Pero no se trata simplemente de un asunto de ―dìas‖. La implicación es que no debe haber opresión de los trabajadores durante el tiempo de trabajo. El significado íntimo del Sabbat en sí mismo tiene que ver no con un día de la semana sino con toda la semana para que el Señor pueda trabajar en nosotros mediante su Espíritu.180 El Sabbat, lejos de ser un simple día de descanso, es un dìa santo; tiene un significado central que contiene ―un misterio excelente y singular‖.i ―La verdadera violación del Sabbat tiene lugar dondequiera que el hombre se atribuye el mérito de su trabajo‖.181 La profesión André Biéler, al resumir el pensamiento económico de Calvino, incluye con mucha razón un párrafo acerca de la elección del empleo, o, como decimos hoy, la carrera. ―…La palabra vocación es también llamado (appel); Dios ( ) le dice a todos: Quiero que vivas de esta o aquella manera. Por tanto, esto es lo que llamamos oficios (états):ii la cuestión es que no debemos emplearnos en lo que Dios condena por su Palabra‖.182 Pablo, dice Calvino, ―quiere que trabajemos en algo que sea bueno. ( ) Entendamos cuantos empleos existen en el mundo que solamente sirven para la corrupción y no son más que una gallina de los huevos de oro (attrapedeniers) como dice la gente. ( ) Además, los que piensan que no pueden ganarse la vida de otra forma siempre van a inventar algo nuevo para saquear a los tontos y a los que caen en liviandad. ( ) Por eso (los que tienen) empleos (métiers) que solamente sirven como falsa apariencia y pompa y no se sabe qué clase de deleites y engaños y que existen sólo para embaucar a las personas, quieren hacernos creer que no hay nada de eso‖. No es suficiente decir ―Tengo mi empleo‖, sino que ―debemos procurar que sea beneficioso para la comunidad (au commun) y que le sirva al prójimo‖. De lo contrario, serìa inútil. ―Por eso se nos compara con los miembros de un cuerpo‖. Cuando se produce un daño, sufre todo el cuerpo. A los ojos de Dios nuestro trabajo debe tener utilidad para la causa común y resultar beneficioso para todos.183 Así, Calvino reclama la mayor conciencia: ―No hay excusa en lo que es totalmente común”.iii ―La conciencia como elemento básico del concepto de Calvino sobre el conocimiento de Dios es una actividad radical‖. 184 Aun cuando uno se abstenga de cualquier fraude ello no significa que se satisfaga a Dios que ha dispuesto que los hombres estén obligados a ayudarse mutuamente.185 Esto es algo que los padres deben enfatizarles a sus hijos. La cuestión no es ―cuál empleo es el más rentable‖, sino que una manera correcta de ganarse la vida para la familia debe combinarse con la utilidad común para todos.iv Todos están llamados a algún tipo de cargo público.v No existe un estado más digno de alabanza ante Dios que el de los que contribuyen con algún beneficio (apportent quelques profit) a la sociedad común de los hombres‖.186 i

Calvino observa que cuando en Jeremías y Ezequiel Dios se queja sobre su pueblo a causa de las enormidades que ha cometido, apunta a la violación del Sábado ―como si la religión consistiera principalmente en la obediencia a este mandamiento‖ (Com. sobre Éxodo 20, 8-11; LP, p. 396). ii État significa estado, clase, oficio, profesión, estación, posición, el puesto que ocupamos, nuestro lugar en la sociedad. iii ―…on ne se pardonne pas en ce qui est tout accoutumé‖. iv ―…que l‘usage de son art et de son métier revienne au profit commun de tous‖. v ―Ainsi faut-il que selon qu‘un chacun est appelé à quelque charge public, il s‘y emploie comme à sa journée, pour exécuter ce que son office requiert”, Juan 9, 4; LP, p. 407.

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Por supuesto, no todos ocupan los empleos que quisieran desempeñar. En Egipto los israelitas tenìan que hacer ―corvées mecánicos que podían acabar con el vigor del espíritu y de esa forma el pueblo humilde no tenìa forma de aspirar a ninguna ciencia liberal‖. Este es un asunto de oración: ―Señor, permite que haga las cosas que tú mandas, y manda lo que quieres que yo haga‖. 187 Pero Calvino enfatiza además que el trabajo más humilde que se ejecuta con buena fe es precioso ante los ojos de Dios. El ingreso ―Todo lo que aparentemente adquirimos por nuestra dedicación procede de Dios‖.188 La compensación del trabajo, el ingreso, aunque lo ―ganamos‖ no es nuestra ganancia personal, sino el don gratuito (gratuite) de Dios. El pan diario es su don; ―sin embargo, puede llegar a nosotros aun cuando parezca que ha sido adquirido por nuestros esfuerzos‖ (industrie).189 Pero ―esos esfuerzos en sì mismos son un beneficio de Dios‖.190 Por tanto, mi dinero no es ―mi dinero‖ ¡como reclaman tanto los que se quejan de que el estado les exige un impuesto sobre ―mi‖ dinero! ―Debemos trabajar con honestidad para ganarnos la vida y tomar el beneficio que nos llega de la mano de Dios, ( ) pero debemos servir al prójimo con buena conciencia‖.191 Hay que realizar el trabajo sin tener en cuenta el ingreso, no como los incrédulos que o bien muestran una haraganería o un tormento espiritual excesivo,i sino como el siervo inútil de Lucas 17.192 El trabajo que hagamos es el que debe hacerse; generar ingresos no es su principal y mucho menos su único objetivo,ii no importa cuán legítimo o necesario pueda ser. La implicación clara es que el mercado no puede determinar para nosotros lo que constituye el ―verdadero trabajo‖, como si el trabajo solamente contara cuando se paga; tampoco existe nada similar al retiro en el trabajo para Dios. El trabajo a su servicio es ―no solamente para un tiempo‖ (la vida ―económicamente activa‖) ―sino hasta la muerte, y no sólo para vivir sino también para morir en Dios‖. iii 193 ―Dios, no importa el deber que cumplamos, no está obligado a pagarnos salario alguno‖. 194 Todo lo que Él da lo hace libremente, por gracia (gratuitement).iv La condición original del trabajo era el placer; cuando Adán fue colocado en el jardín era para él ―como un juego o pasatiempo‖.195 La corrupción de la raza humana lo convirtió en carga y asunto de mera obediencia. Pero por la clemencia de Dios aún puede aliviarse de modo que no siempre sea desagradable. La indulgencia de Dios repara lo que fue corrompido por Adán. ―les concede el sueño a sus bien amados‖ (Salmo 127).196 El trabajo puede convertirse en signo de gracia. Dios

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―Un tel soin tient le milieu entre une nonchalance lourde et les tourments d‘esprits excessifs, desquels les incrédules se tuent‖, Com. sobre Mateo 4, 25 ; LP, p. 398. ii ―Cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer‖ (Lucas 17, 10). ―No es Dios ni Jesús que emite el juicio de la inutilidad; ( ) … no hace eco de la sentencia si nosotros la hemos pronunciado sobre nosotros mismos. Si (como Cristo lo demanda) de esta manera nos sentenciamos a nosotros mismos habiendo hecho todo lo que hemos podido hacer y aceptado nuestra responsabilidad, si nos mostramos capaces de mirar nuestro trabajo, así como nuestras empresas más entusiastas, con distancia, desapego y humor, de modo que digamos: es inútil‘, entonces, podemos estar seguros de que él contestará: ‗Bien hecho, siervo bueno y fiel‟ (Mateo 25, 21)‖ (Jacques Ellul, The Politics of God and the Politics of Man, Grand Rapids 1972, p. 196. iii “…ce non pas pour un temps, mais jusqu‟à la mort ; et même non seulement pur vivre, mais aussi pour mourir à Dieu”. iv ―Le seul comportement de Dieu est le don” (Jacques Ellul, L‟homme et l‟argent, Lausanne 19793, p. 113).

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suaviza el exilio de Adán preservándole, no obstante, habitación en la tierra; y le asigna una forma de ganarse la vida mediante su trabajo, aunque sea ―con fatiga‖ (Gen. 3, 17).197 Sin embargo, la felicidad no es lo que el mundo quiere decir con ello, ―que consiste en la vida afortunada en forma de ocio, deleites, honores y gran riqueza.i ( ) Tan pronto como se escucha la palabra felicidad, todo el mundo se desborda en intemperancia, siendo tal abismo el anhelo del hombre‖.198 El trabajo no debe ser un obstáculo para la vida espiritual. Vivimos gracias a la bendición de Dios, aunque ―por nuestra malicia podamos rechazarla‖.199 Muchos economistas contemporáneos abogan en la actualidad por un divorcio conceptual de la ―felicidad‖ y la riqueza material como supuestamente se informa en las estadísticas del Producto Nacional. 200 El crecimiento económico no necesariamente aumenta el bienestar; de hecho, puede ser contraproducente en muchos aspectos.ii Calvino no se sorprendería por ello. El comercio ―Cuando las personas ya ni compran ni vendan, la comunidad de los hombres se habrá prácticamente disipado‖.iii 201 Por tanto, Calvino favorece el comercio. Pero todo depende de buenos contratos que no deben falsificarse. ―Todos los contratos (forfaits) que sean contrarios a la integridad y a la buena fe se condenan en general‖.202 Sin embargo, hay negociantes torcidos que se tienen en alta estima aunque a menudo hacen uso de prácticas sucias que destruyen la vida social. Prácticamente cada vez que Calvino habla del comercio y los contratos condena las prácticas destructivas severamente; prácticas como el fraude, el robo y el engaño a las personas humildes. ¡Ciertamente un poco de Calvinismo pudiera haber evitado la crisis económica y social de las hipotecas devaluadas y ciertamente la conducta irresponsable de los banqueros en general! ―Sabemos cuánto ocultan las personas la cobertura de sus contratos y no sólo eso sino que los convierten en elogio bajo una falsa apariencia.iv Toda astucia, engaño y fraude se llama prudencia, todo el que engañe con eficiencia obtiene reputación de ser cuidadoso y discreto; en resumen, hasta el punto que todo el que tiene éxito en atrapar a los sencillos y oprimir a los i

Desde el siglo XVIII en individuo occidental considera que tiene el derecho a la felicidad. Generalmente es igualada al bienestar que a su vez es visto como el confort material y el lujo. Aquí está la justificación de la sociedad tecnicista (société technicienne). Es precisamente la idea del progreso, que se remonta a la Iluminación. Anteriormente ―progreso‖ significaba meramente ―movimiento hacia adelante‖, el aumento de las cosas, tanto en el sentido positivo (bueno) como en el sentido negativo (malo). Ahora, ―la ideologìa de la felicidad surgió como la compensación indispensable de la inmensidad del trabajo que era necesario para el bienestar‖. ―La idea del progreso precede al real desarrollo de la lógica y de la universalidad de la ciencia‖ (Ellul, Métamorphose, el capítulo sobre ―La ideologìa de la felicidad‖, p. 67-108). El sociólogo sudafricano Achille Mbembe denuncia el ―evangelio del desarrollo y de la lucha contra la pobreza‖ que está destruyendo la vida comunal de los africanos. La maquina desarrollista incluyendo la industria de ayuda retumba sobre el continente africano sin tener ningún respeto por las aspiraciones reales de los africanos (ZAM Africa Magazine, 2009, no. 4, p. 54-55). ii El profesor de historia en Princeton Harold James observa que ―somos conducidos al consumo por ser convencidos de que somos más importantes que otra persona. ( ) Los estudios empíricos sobre la felicidad han probado que la satisfacción de la compra de cosas no es más que de índole breve y que por lo tanto necesita la constante repetición. Esto implica un gran despilfarro social, moral y ecológico. Al mismo tiempo las experiencias nuevas procuran una satisfacción mayor y más sostenible. La economía de servicios enfatiza el contacto humano y el intercambio de información, más que el comportamiento individualista de consumo‖ (Het Financieele Dagblad, diciembre 24, 2009, sección Kerstweekend, p. 24). iii ―Quand on ne peut plus acheter ni vendre, la compagnie des hommes est comme dissipée‖. iv ―Nous savons combien les hommes ont de couvertures pour ensevelir leurs forfaits, et non seulement cela, mais comment ils les tournent à louange sous fausses couleurs‖.

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pobres mediante la traición es considerado el más hábil. Tanto así que el mundo considera virtud lo que es vicio y de esta forma todos son lo suficientemente insensatos como para disculparse, pero Dios elimina aquí la falsa apariencia afirmando que existen tantos ladrones como formas inicuas de obtener ganancias‖.203 En particular, Calvino condena la especulación con el precio, aprovechándose del hombre pobre, comprándole a precio irrisorio cuando está en gran necesidad de vender.204 La noción acerca de la división del trabajo precede al concepto más estrecho y explícitamente orientado al mercado de Adam Smith. Dios ha colocado a cada hombre y mujer en su lugar para contribuir mediante sus diferentes trabajos y destrezas al bienestar de la sociedad en su conjunto. La interdependencia en Calvino es la característica más general de la cooperación económica humana. Es el orden natural establecido por Dios.205 El intercambio comercial en particular debe preservar este objetivo, como lo profetiza Isaías con respecto a la conversión de Tiro de su prostitución: su mercancìa ―no se almacenará ni se acaparará, sino que proporcionará alimento abundante y ropa fina para los que habitan ante el Señor‖.206 Pero el comercio injusto daña a la comunidad humana y la ―conversación‖ mutua (intercambio social); un sistema de precios justo y confiable (Levìtico 19, 35: ―medidas de longitud o peso o cantidad‖) es parte del orden económico y político cuya violación es una grave ofensa a Dios.i Los que disfrazados de mercaderes engañan y dañan a otras personas son peores que los ladrones del bosque.207 Esas prácticas impropias ampliamente usadas incluyen el acaparamiento, la manipulación de los precios y la especulación.208 A pesar de que esta visión de Calvino se aplicaba a su época, en la que la economía era aún mayormente local con pequeños mercados separados y yuxtapuestos, se aplica aún más en nuestros días de globalización en los que todo está interrelacionado debido a las relaciones globales intensificadas. El orden económico El plan de Dios para este mundo es la abundancia para todos. El estableció las condiciones en su obra creadora. Una sociedad que puede ser llamada humana es como ―un edificio bien construido‖.209 Esta sociedad se mantiene por el trabajo humano. Una condición previa es la circulación de bienes económicos. ―Parte de estos bienes deben trasmitirse mediante el amor y la caridad, que son los únicos vínculos auténticos en la sociedad, y otra parte a través del comercio legìtimo‖.210 La mayor parte de nuestro trabajo no es pagado. ii Calvino considera la iglesia como la nueva sociedad, ―una comunidad en medio de la cual las relaciones humanas se restauran mediante Jesucristo‖.211 Pero la iglesia no es otra cosa que la comunidad modelo llamada a restaurar la sociedad en su totalidad. No existe dualismo entre iglesia y mundo en lo que se refiere a la soberanìa de Dios y su voluntad en cuanto a la creación entera. ―La caridad de la verdadera iglesia no conoce frontera ni nacional ni internacional‖.212 El hombre ha sido creado en comunidad. Los que disfrutan de las riquezas pueden hacerlo con libertad, siempre que no haya personas en gran necesidad; es un asunto de sinceridad. i

―… connaissons que quiconque viole cet ordre-là, qu‘il offense Dieu tant plus grièvement‖. En una economía de mercado moderna como la holandesa más o menos 60 % de las actividades consiste en trabajo no pagado. La frase ―trabajo voluntario‖ no solamente es muy a-histórica, sino también está lejos de ser adecuada para denominar el actual trabajo-sin-fines-de lucro que se está haciendo en todos los niveles y lugares. Menciónese el libro sobre las transacciones unilaterales fuera del mercado pero dentro de la economía moderna escrito por el economista (cristiano) Kenneth E. Boulding, The Economy of Love and War – A Preface to Grant Economics, Belmont 1973. ii

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El dinero es una ayuda para organizar el orden económico. Calvino dice que Dios a menudo hace uso de esos medios para darles ―ánimo‖ a los hombres que sean perezosos o acomodados. En otras palabras: el dinero, como elemento del orden económico, puede ser un medio práctico y hasta un incentivo para los que son lentos.213 La explotación económica y el abuso del trabajo dependiente son explícita y severamente condenadas. Las relaciones de trabajo deben ser humanas. ―Es un mandamiento político mediante el cual se nos recomiendan la equidad y la humanidad en general‖. 214 Si tenemos que tratar a los animales con humanidad, más aun tenemos que hacerlo con nuestros prójimos. ―Debemos ser humanos con los que Dios nos ha subordinado de modo que no los dominemos con crueldad y los extorsionemos al máximo, sino que debemos ser conscientes y tratarlos como hermanos‖. 215 Su sueldo debe ser una compensación adecuada por su trabajo.216 ―El problema del salario es fundamentalmente un problema espiritual ( ) (debido a) la voluntad de Dios que unifica (a la raza humana) a través de vìnculos comunitarios‖.217 Retener el salario del día de un asalariado o pagarle menos de lo debido es fuertemente condenado por Calvino.218 La solicitud de una legislación de salarios mínimos, eludida a menudo por empleadores tanto en el Sur como en el Norte, no es suficiente. Aun si se pone en práctica, no justificaría necesariamente a dichos empleadores a los ojos de Calvino, como si fuera suficiente solamente por esa razón. ―Aunque no hubiera ninguna ley que nos obligara a cumplir con nuestro deber, debería estar grabado en nuestros corazones‖.219 Aunque ningún juez me condenara o ninguna ley me acusara es mi conciencia la que nos indica qué hacer. Es seguida por una frase tìpica de Calvino: ―no es suficiente que la boca hable, también las manos deben responder en todo tiempo‖. En nuestros días se diría así: no es suficiente adherirse a una teoría políticamente correcta, hay que reformar activamente la propia conducta económica tanto a nivel personal como social (nivel ―macro‖). La ―equidad natural‖ debe tenerse en cuenta al ―no hacer a otros lo que no queremos que otros nos hagan‖. En este caso significa que el empleador debe considerar: si estuviera en el lugar de mi empleado, ¿cómo quisiera que me trataran? Quisiera ser apoyado de manera tal que pudiera disponer de las cosas necesarias para la vida.220 Ello no significa en forma alguna que el estado no deba ocuparse de que exista un nivel adecuado de salarios cuando el desarrollo económico requiera tal política. Calvino y los ministros de Ginebra hicieron muchos esfuerzos para asegurar un ajuste suficiente de salarios, apelando al ayuntamiento cuando la inflación hizo descender el poder adquisitivo del pueblo.221 Pero el orden económico por sí solo nunca determina las reglas de conducta; puede resultar hasta contradictorio. ―Externamente (extérieurement) y hablando con objetividad, las condiciones pudieran ser perfectamente normales y honestas, pero los cristianos deben cuidarse de no dejarse llevar por la ganancia y la avaricia‖. ―Dios quiere que escuchemos al pobre y le hagamos justicia‖. El desorden y las revueltas sociales, todos estos tipos de discordia y confusión son ―los gritos y quejas ante Dios por nuestra causa contra los que no usaron el poder que se les confió‖.222 El desprecio hacia los pobres, la opresión de los débiles, de los que ocupan una condición inferior en la sociedad, de acuerdo con Dios, es desorden social, es el opuesto exacto del orden divino que los cristianos deben hacer respetar‖.223 Calvino condena tanto la explotación de los pobres dentro del proceso económico como la exclusión de los pobres del proceso económico: los ricos a menudo ―están buscando la forma de retener la mitad del salario de las personas pobres mientras que estos últimos no saben 44


dónde encontrar empleo”.224 ―El desempleo es un flagelo que ningún hombre digno de ese nombre debe tolerar‖.225 Cuando el trabajo es arrebatado de las manos de alguien o se le imposibilita realizarlo por falta de medios, se le quita la vida a ese alguien. Por eso el Deuteronomio prohíbe tomar las herramientas de trabajo de una persona como prenda.226 ―Los pobres no piden otra cosa que poder ganarse la vida‖.227 Calvino, debido a su realismo analìtico, puede ciertamente ser llamado ―socialista‖ si no fuera un anacronismo hacerlo, pero no era ―comunista‖. i ―Para que los hombres puedan alimentarse de forma amistosa y adecuada, cada uno debe poseer lo que es suyo, hay que vender y comprar, los herederos sucederán a sus deudos, pueden otorgarse donaciones, todo de acuerdo con la dedicación, el vigor y la destreza de cada cual u otros medios por los que pueda enriquecerse. En resumen, el orden político y económico (la police) requiere que cada cual disfrute de lo que le pertenece‖. ―En la actualidad todos los bienes no se ponen al servicio de la comunidad de acuerdo con la ley que Dios habìa dispuesto para las personas en tiempos antiguos‖. Pero el compartir del maná ―se relaciona adecuadamente con dar limosnas‖.228 No debe existir abundancia para unos y carencias para otros. La solidaridad económica se desprende en primer lugar del orden natural que Dios ha instituido al hacer a todos los hombres miembros de un solo cuerpo. En segundo lugar, es el fruto de la liberación de Cristo de la alienación de Dios; Él nos ha constituido en ciudadanos del reino de los cielos.229 Por eso la diaconía de la iglesia le pertenece a su esencia. 230 En cuanto nos es posible, tenemos que ―procurar serles útiles a nuestros hermanos ni más ni menos que a nosotros mismos‖.231 La comunidad de la iglesia se ocupa de su orden interno de distribución. Es un asunto de organización. No es la propiedad, sino la distribución, lo que constituye un asunto colectivo.232 Naturalmente, Calvino se refiere a la institución de la diaconía en particular. Pero es precisamente la restauración económica de toda la sociedad humana la que forma parte de la misión espiritual de la iglesia.233 La iglesia debe ser el modelo. El ministerio de la diaconía que pertenece directamente al ministerio espiritual de la iglesia abarca la comunidad civil externa. 234 Son los diáconos los que tienen que mantener la disciplina sobre los asuntos materiales dentro del oficio público de la iglesia. Existen diáconos especializados en recopilar cosas, y otros que tienen que distribuir.235 Tienen a su cargo la superintendencia sobre cómo van las cosas; en la iglesia primitiva el obispo—como los presbíteros en la actualidad—delegaban en ellos la

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Los reformadores no rechazaban el régimen comunitario de propiedad que tenían los Hermanos Moravos (Biéler, LP, p. 389). De hecho, lo que condena Calvino es la interpretación espiritualista comunista de Hechos 2, 44, que ―tirarìa abajo todo orden polìtico‖. El otro extremo, es decir la propiedad individualista, lo consideraba una forma de robo. Nadie deberìa retirarse de la comunicación de los bienes materiales, que es ―la réplica exacta de la vida espiritual‖ (LP, p. 354). La profunda penetración en el espíritu de la Biblia se muestra en su comentario sobre la vida monástica contemporánea. Se dice que estaría conforme la comunidad cristiana de Hechos 2. Pero en realidad los monjes daban de comer a si mismos (y más que eso). No vendían cosa alguna para el beneficio de los pobres. La primera comunidad cristiana no se caracterizaba tanto por tener todas las cosas en común, sino que su vida comunitaria aspiraba a la ayuda de los pobres, cada cual en la medida de su necesidad (Com. sobre Hechos 2, 45; LP, p. 355/356). En cuanto al concepto del comunismo es interesante referirse a la antropología económica que nos enseña que tildar de comunismo a la comunidad ―primitiva‖ no sólo es anacrónico sino también totalmente falso en lo que pretende decir. ―Lo que [a la mente moderna] parece ser ―comunismo‖ habitualmente era organizado de tal manera que ningún individuo estaba amenazado de morirse de hambre‖ (Karl Polanyi, ―Our Obsolete Market Mentality‖, en: R.L. Heilbroner & A.M. Ford, Is Economics Relevant? A reader in political economics”, Pacific Palisades 1971, p. 268. Cursivas mías).

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administración tanto de los valores fijos como corrientes, y los ingresos de las limosnas diarias.236 No debe dejarse a ―personas piadosas e incompetentes‖.i El Estado Así como el pecado amenaza la distribución y el destino justo de los bienes dentro de la iglesia y por ello se requiere un orden establecido,237 por la misma razón el estado tiene la responsabilidad institucional de un orden civil pacífico y protector. ―La justicia del Estado, que la iglesia debe recordarle sin cesar, consiste principalmente en la protección y defensa de los débiles‖.238 El estado debe intervenir para evitar el abuso del dinero; las relaciones económicas y comerciales tienen que regularse como parte del orden público moral. Los ricos no deben abusar de su poder mediante el monopolio o a través de prácticas especulativas que se aprovechen de la miseria de otras personas.239 Sin embargo, la propiedad privada es parte del orden civil; el Señor no nos ordena deshacernos de ella, sino que ―solamente nos exhorta a hacer un buen uso de ella. No elimina los contratos humanos o los medios que tiene la sociedad (les contrats humains et moyens politiques) para el uso de la gente entre si al ganarse la vida‖.240 La propiedad tiene un significado colectivo; todo pertenece a Dios. La propiedad es legítima siempre que se adquiera par juste titre. ―Dios no quiere que el orden polìtico se confunda ni que la ley se pervierta‖.241 El orden económico que el estado debe garantizar incluye la provisión de las debidas medidas y pesos y un sistema monetario confiable;ii de lo contrario, es decir, sin confianza, las personas no pueden ya comunicarse; la mercancía sería imposible. Lo mismo es cierto para los límites de la propiedad de tierras.242 Los impuestosiii le permiten al estado desempeñar sus funciones. Pero todo derecho conferido al hombre, sin exceptuar a los que han sido investidos de autoridad, degenera rápidamente a causa del pecado. Calvino advierte contra el abuso de la política fiscal la que, si no se destina al bienestar público,iv fácilmente se convierte en tiranía y saqueo.243 Los príncipes tienen derecho a i

El oficio del diácono puede ser dificultoso (pénible) y ―sujeto a muchos murmullos‖ (Com. sobre Hechos 6, 3; LP, p. 368). Parker, sin embargo, observa: ―Los diáconos [en la Ginebra de Calvino] parecen haber hecho su trabajo concienzudamente; el hecho de que escuchamos tan poco sobre ello sugiere que no hubiera quejas serias en una área en que usualmente se producen quejas (Hechos 6, 1!)‖ (T.H.L. Parker, John Calvin, Londres 1977, p. 150). El oficio de la predicación es una institución separada; la administración de la Palabra tiene que guardarse independiente y libre de la mezclada de intereses. La buena predicación, por otra parte, requiere el tiempo disponible del hombre entero (Com. sobre Hechos 6, 2; LP, p. 369). Los ministros de la Palabra no deberían estar molestados por asuntos de dinero o el manejo de ellos; ―la distribución en la iglesia primitiva era tal que proveía a la alimentación de los ministros sin dejar de alguna manera a los pobres atrás‖ (Institución, IV, iv, 4; LP, p. 371). Además, los bienes económicos de la iglesia servían para el mantenimiento de los edificios y cosas similares como también para la ayuda de los extranjeros y los pobres que pasaban casualmente‖ (ibid., 7). Ningún dinero debería ser gastado para embellecer la iglesia a costa de la atención de los pobres. Los doctores antiguos y los canones enseñaban que todas las posesiones de la iglesia eran patrimonio de los pobres. ii ―Les poids et mesures doivent être recommandées et aussi bien la monnaie‖. ―Si la moneda no es fiable todo será robo y rapiña‖ (si la monnaie n‟est loyale, il faudra que tout soit en volerie, et en brigandage). iii Tailles, impôts, [péages] et autres espèces de tributes. iv Según investigaciones recientes la felicidad (económica) resulta ser lo más alta en los países con los más altos niveles de impuestos. Se puede notar que aquella parte del orden económico que es administrada por el estado, cuando resulta en una provisión adecuada de bienes colectivos y si hay sistemas de jubilación bien organizados, borra el deseo y la necesidad de la carrera para ingresos siempre más elevados. La seguridad económica para la vejez reduce la necesidad de obtener un ingreso siempre mayor y por esta vía mejora la calidad de vida a través del

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su condición lujosa, pero no deben aumentar su riqueza privada. No le compete ni a la iglesia ni a la teología determinar la política fiscal, sino que más bien ellas deben recordarles el destino y los límites de su poder.244 ―El cambio en el pensamiento de Calvino acerca de la sociedad, de un idealismo cósmico a un pensamiento práctico, es notable en su actitud hacia la jerarquía. No la rechazaba, pensaba que era útil para ciertos propósitos y bajo ciertas condiciones. Le atribuía a Dios la elevación de ‗prìncipes, aristócratas, nobles y todos los rangos de magistrados y gobernantes‘, 245 ya que ‗es necesario que exista algún orden entre nosotros‘.246 Pero no veía en la jerarquía una manifestación del Orden en sí mismo; era simplemente un modo posible de organización social. Pertenece a la „police extérieur‟.i Pero ante Dios y en principio todos los seres humanos son iguales. Espiritualmente ‗no existe distinción‘ ( )‖.247 Aunque Calvino se inclinaba por razones prácticas a aceptar las distinciones sociales existentes, no necesariamente las admiraba. Detestaba la esclavitud pero reconocía que los patriarcas y los apóstoles la habían tolerado. 248 De hecho, Calvino de forma tácita socavó la jerarquía social al enfatizar los vicios de los que estaban en las altas esferas; ―la ambición es siempre viciosa, especialmente cuando se une a la ferocidad tiránica y el poderoso menosprecio a los pobres y débiles; entonces la maldad es intolerable‖.249 ii La ciencia y la tecnología El trabajo de los seres humanos es visto por Calvino como algo eminentemente digno. La prudencia, la destreza, la virtud, las habilidades y los medios a emplear, ―¿no los ha puesto Dios en sus manos?‖ Incluyen ―todas las ciencias que se utilizan en la vida comunitaria‖. 250 Calvino alaba el arte mecánico, la filosofìa, el derecho y las ―artes liberales‖, de destrezas e inventos, investigaciones sobre la naturaleza, la medicina, asì como ―l‟art de disputer” todos los cuales son gracias de Dios e inspirados por su Espíritu Santo.251 Ellos testifican sobre la gran obra de la creación y nos mueven a admirar a su Autor.252 Cualquier verdad que pueda encontrarse en ellos se relaciona con su fuente, que es el Espíritu Santo. Los dones de la mente humana proceden del Espìritu Santo ―que los distribuye a quienes bien le parece y para el beneficio del bien común de la raza humana‖.253 La raza humana es generada por Dios ya que representa algo de su divinidad por la excelencia de su naturaleza. ―Las Escrituras nos enseñan que somos creados a imagen y semejanza de Dios‖.254 Calvino tenía en alta estima tanto el trabajo intelectual como la importancia eminente de la educación. Sin embargo, no es necesariamente la ciencia o la técnica como se presentan realmente. El arte y la ciencia son ambiguos; pueden también descarriarse y dañar a la comunidad. El pecado puede destruir su efectividad. Las personas ―tratan de cubrir y ocultar la gloria de Dios, ya sea enseñando la eternidad del mundo o eliminando la memoria de su creación‖. El demonio ha llevado a los más astutos e ingeniosos a ―convertirse a sì mismos en dioses‖.255 Así, los epicúreos ―sustituyeron a Dios por la naturaleza‖, los aristotélicos magnificaron la naturaleza mientras aumento del interés en el trabajo útil más que en el trabajo para el dinero, como puede verse en los países escandinavos, los Países Bajos etc. i De igual manera que para Calvino la relación entre hombre y mujer es arbitraria. Los padres – incluyendo los padres de la iglesia y por lo tanto la tradición – no tienen autoridad por el mero hecho de que son padres. Nadie puede ser llamado padre sino solamente el Padre de Jesucristo. ii Bien podríamos ver aquí la intuición de lo que Ellul ha llamado ―la situación objetivamente revolucionaria‖; cf. Haan, Teología y economía, p. 179-211.

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hacìan desaparecer el nombre de Dios y los espiritualistas ―conversan acerca de una inspiración secreta en el mundo que produce toda vida humana y animal‖ queriendo decir que ―el mundo es su propio creador‖ y todo ―depende de la rueda del Destino‖.256 Dos comentarios acerca de ―la ciencia y la tecnologìa‖ pueden concluir este capítulo. Por supuesto, Calvino fue un hombre muy de su tiempo. No podemos hacerlo responsable por no prever desarrollos científicos ulteriores aun cuando algunas veces fueran ya incipientes durante su vida. André Biéler señala que Calvino, como casi todos sus contemporáneos (y pudiéramos añadir, el pensamiento ―ortodoxo‖ hasta hoy) tomó la historia de la creación como un recuento histórico y cronológico. Pero a la vez consideró que era la Revelación que contenìa ―una verdad histórica espiritual permanente a la que se adhieren los creyentes de todos los tiempos‖.257 Calvino habla el idioma de su época, pero Bieler señala: ―Aunque en la sociologìa y la cosmología de Calvino existen ciertas ingenuidades que el estado de la ciencia de esa época no le permitía descifrar tan fácilmente como lo hacemos en la actualidad, debe reconocerse que este autor se las ha arreglado para extraer de las enseñanzas de las Escrituras una lección teológica sobre el destino del hombre y el misterio de su historia que mantiene íntegramente su valor y su realidad espiritual‖.258 Calvino no negarìa ni desdeñarìa posibles descubrimientos teóricos nuevos o ―revolucionarios‖ o perspectivas nuevas como tales. ―Hay que reconocer que Calvino, aunque reconocìa las discrepancias entre el sistema científico del mundo de su época y los textos bíblicos no repudiaba los resultados de la investigación cientìfica por esa razón‖.259 El profesor Hooykaas ha destacado que Calvino nunca mencionó el nombre de Copérnico. Cuando en un sermón rechaza la idea del movimiento de la tierra ―no lo hizo por su incompatibilidad con las Sagradas Escrituras sino por su conflicto con el sentido común‖.i ―Sobre esto él piensa en el contexto ético, no en el cosmológico‖.260 La ética de Calvino era enteramente parte de su teología. La esencia de su teología, por ende, mantiene todo su sentido y debe interpelar inclusive un mundo que ha cambiado en la actualidad por la ciencia y la tecnología.

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―El pastor reformado Felipe van Lansbergen (1561-1632), que era un calvinista estricto y un famoso astrónomo, era el más celoso propagador del copernicanismo en los Países Bajos. Su visión era que la Escritura no habla de asuntos astronómicos ―conforme la situación real sino según las apariencias‖. El testimonio de la Escritura es la verdad en sí, pero su autoridad ha sido indebidamente aducida para demostrar el movimiento de los cielos; ―La Escritura ha sido dada por la inspiración de Dios, y es provechosa para la doctrina, para la reprimenda, la corrección, la instrucción de la rectitud, pero no es una instrucción de geometría y astronomía‖ (R. Hooykaas, Religion and the rise of modern science, Edinburgo/Londres 1977, p. 123).

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5 EL INTERÉS: UN CASO PARA LA HERMENÉUTICA ECONÓMICA Llegamos ahora al asunto más destacado de la hermenéutica económica calvinista, aunque no necesariamente de la forma que ha sido tratado por los historiadores y economistas que tanto lo han aplaudido por ello. Calvino observa los fenómenos económicos con gran perspicacia, tanto en el contexto bíblico como en el de la realidad. Ello le permite deducir el verdadero significado espiritual de datos bìblicos ―contextuales‖ o ―simplemente históricos‖. Por ejemplo, al escribir sobre el año sabático señala que aparentemente la tierra cananita era muy fértil ya que podía usarse durante seis años sin descanso. Por el contrario, en Europa la tierra debía dejarse descansar cada tres o cuatro años para evitar que se desgaste y pierda su fertilidad. Es decir, se aplica al trigo, a la cebada, la avena, los guisantes, frijoles y vegetales. Los pastos pueden cortarse todos los años sin dañarse y los viñedos tienen que cultivarse necesariamente para mantenerlos en buen estado.261 Aun así, el mensaje no es económico en el reducido sentido de la palabra sino que se refiere al significado central y duradero del mismo Sabbat. El año del jubileo nos recuerda que la tierra le pertenece a Dios, que quiere que se utilice para el beneficio de todos los hombres. En Israel, cada cincuenta años el estado de la economía tenìa que ―reajustarse‖ con miras a los pobres en particular. Y era una cuestión espiritual, lo que significa que tenía que ver con los corazones de las personas y, por consiguiente, su orden social y económico. Aunque Calvino a menudo (y casi sistemáticamente) criticó las malas prácticas comerciales, ya no subestimó, como lo hicieron teólogos de su tiempo, la legitimidad del comercio y las finanzas como tales. Es interesante notar, como lo hace Biéler, que Calvino no le ha dedicado mucha atención a tratados elaborados sobre el precio justo. ―Para el cristiano la medida justa no consiste en alguna norma o regla externa dictada desde afuera o a partir de una moralidad general, sino que viene dada por las relaciones de amor que el Cristo viviente establece entre los hombres‖.262 Ese es el problema mencionado por el economista de Chicago Weisskopf, que se mencionó anteriormente,263 y tiene que ver con la diferencia entre la motivación política externa y la espiritual interna. El comentario de Biéler no podría ser más relevante de lo que lo es en la actualidad: ―la práctica comercial cuando va por debajo de mìnimo de honestidad y confianza pronto se paraliza y toda medida externa de control y lìmite es impotente para restablecerla‖. 264 Nos encontramos aquí en el mismo centro del pensamiento teológico y social de Calvino y me parece que se encuentra aquì lo que Bouwsma ha llamado la ―revolución copernicana‖ de Calvino en el universo moral y social que fue ―aun más inquietante que el desorden que la nueva astronomía habìa introducido recientemente en el cosmos‖.265 Es la pieza central de la economía de Calvino; la única que nos permitirá hablar de un papel relevante y específico que el Calvinismo desempeña hasta en el siglo XXI. El interés del problema puede ilustrarse por Bernard Lietaer: La primera vez que la Iglesia Católica Romana cuestionó la doctrina de la usura fue en 1822. Una mujer de Lyons, Francia, había recibido interés en dinero y se le negó la absolución a menos que devolviera las ganancias mal habidas. El obispo Rhedon pidió una aclaración a Roma, a la cual se respondió: ―Que se le informe a la solicitante que se le dará una respuesta a su pregunta cuando llegue el momento oportuno; ( )

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mientras tanto puede recibir la absolución sacramental si está plenamente preparada a someterse a las instrucciones de la Santa Sede. Se prometió la emisión de una resolución de nuevo en 1830, y del Oficio de Propaganda en 1873. Dicha prometida aclaración nunca llegó. El pecado de la usura nunca se repelió oficialmente, sino que simplemente se olvidó. El derecho canónico de 1917 (Canon No. 1543), que aún está vigente, obliga a los obispos a hacer inversiones. ―Puesto que los administradores están obligados a cumplir su oficio con la solicitud de un buen padre de familia, invertirán el ingreso excedente de la iglesia en beneficio de la iglesia‖. El asunto del interés no se menciona. Más tarde, la usura se redefine como el recargo de un interés excesivo. Estelle y Mario Carota, dos mejicanos católicos, con la esperanza de lograr un alivio para los países latinoamericanos cuando sufrían bajo la crisis de la deuda de los años 80, hicieron una solicitud formal al Vaticano para aclarar su posición en cuanto a la usura. Se les informó, nada menos que por el Oficio de la Congregación para la Doctrina de la Fe, encabezado por el Cardenal Ratzinger, que nunca había existido una nueva definición de la doctrina de la usura, que nunca había existido ningún cambio.266

Es evidente que el uso del interés es el problema estructural abrumador en la economía mundial actual. Sólo habría que mencionar el desastre de la estrangulación del Tercer Mundo por la deuda internacional. Las masas de campesinos desalojados de sus tierras en el Sur por las corporaciones multilaterales que utilizan créditos bancarios para comprar extensas tierras testifican la victimización masiva por el fenómeno del interés. El efecto palanca (leverage effect) del dinero prestado permite a los banqueros inversionistas y a sus clientes comprar firmas comerciales o partes de ellas que después de tomadas quedan con enormes deudas en interés que obtaculizan su desarrollo posterior. En la mayoría de los casos tales operaciones fallan. Se ejecutaron teniendo en cuenta solamente la ganancia a corto plazo de las partes interesadas. La crisis financiera es producida totalmente por el interés. Las destructivas operaciones a manera de palanca de los fondos especulativos (hedge funds) y otros especuladores en el sector financiero son ya bien conocidas. Los bancos no se limitaron a financiar el sector económico real con sólidos préstamos productivos, sino que el sistema bancario se autofinanció utilizando créditos para financiar créditos, y de esa manera producir dinero a partir del dinero. La extrema desigualdad en nuestra economía capitalista ha sido la causa principal de la crisis, ya que los ricos quieren invertir sus inmensos logros financieros para obtener aun más ganancia e hicieron sus inversiones en el sector financiero porque la economía real no podía proporcionarles la ganancia debido a la misma desigualdad que limita el mercado. El propio dinero que se crea para alimentar nuestra economía real a través del sistema monetario es dinero-deuda a pagar con intereses en el momento en que entra en circulación. Ello hace que una crisis financiera no sea sencillamente un suceso accidental sino un síntoma permanente de la inestabilidad sistemática subyacente del sistema. El interés agudiza directamente la competencia por los escasos recursos ya que los deudores tienen que ganar más dinero en el mercado de lo que sería necesario si no hubiera existido el interés para reintegrar los intereses a sus prestamistas. La carga generalizada del interés fuerza a los productores y consumidores a un crecimiento bruto del ingreso para poder pagar el costo del interés de sus deudas. De esta manera nuestra economía está obligada a crecer, lo que significa que el crecimiento no es un ―fin‖ al que se tenga la alternativa de aspirar o no. El crecimiento debe permitir pagar el interés. En general, son los pobres quienes en definitiva pagan los intereses a los ricos, tanto a nivel nacional como internacional. A Calvino le parecería la atrocidad económica mayor que pudiera concebirse. Sin embargo, la prohibición del interés por las religiones más importantes del mundo se descarta como un remanente de la ―oscura Edad Media‖, a pesar de las intuiciones fundamentales que se encuentran en el texto bíblico. Los dos católicos romanos mejicanos que se

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interesaron por el problema de la deuda internacional y sus efectos desastrosos en los países latinoamericanos y le preguntaron a su iglesia acerca de su visión teológica en cuanto al interés fueron completamente ignorados. Sin embargo, el propio sistema utiliza lenguaje religioso. Siempre se nos exhorta a confiar en la economía. Los banqueros más importantes, como sumos sacerdotes de nuestra religión económica sacrificial, son voces del oráculo que no han de cuestionarse. Alan Greenspan, en una sesión de audición ante el Congreso de los EE.UU. pudo decir: ―Si me han comprendido, entonces no debo haber sido claro‖. Un libro sobre la Reserva Federal (el Banco Central de los EE.UU.) expresa: ―Como el templo, la Reserva Federal no respondió al pueblo, sino que le habló. Sus decretos fueron expresados en un lenguaje misterioso que el pueblo no podía comprender, pero ellos sabìan que su voz era poderosa e importante‖.267 El catolicismo escolástico, como todos los contemporáneos teológicos de Calvino, de forma clara y sencilla prohibieron tomar intereses. Sin embargo, durante el siglo XVI, la economía europea sufrió cambios significativos, debidos al descubrimiento de América y el comercio marítimo con lo que ahora llamamos el Tercer Mundo. ―Habìan ampliado considerablemente sus horizontes financieros y producido un influjo extraordinario de productos exóticos y metales preciosos. Todo ello conllevaba un vuelco total de las fortunas y de la jerarquía social, lo que despertó un espíritu de aventura y ganancias sin límites. Un mundo de mercaderes y manufacturas en gran efervescencia se superpuso a la antigua sociedad inmóvil de artesanos y campesinos‖.268 Bajo las nuevas circunstancias vino a la existencia el fenómeno moderno del crédito más generalizado relacionado con el comercio común. Desde inicios del siglo XIV Ginebra había sido uno de los centros comerciales más importantes del continente. Los préstamos con intereses se practicaban a pesar de su prohibición canónica. i El obispo Adhémar Fabri le confirmó a la ciudad de Ginebra el 23 de mayo del año 1387 ―todas las libertades, franquicias, inmunidades, usos y costumbres‖ ya establecidas por la misma ciudad. También le dio apoyo a la práctica del interés como lo hizo el Duque de Savoy. 269 Cuando el papa Felipe V en 1455 abolió los artículos acerca del permiso de la usura que eran parte de la Constitución de Adhémar Fabri, en realidad no cambió nada. Sin embargo, cuando en 1538 el Ayuntamiento se percató del gran incremento en la pobreza que había que atribuirle a la alta tasa de la usura, colocó un límite que fijó la tasa de interés al 5 %, un nivel muy bajo en su tiempo.270 Biéler no sugiere ninguna influencia de Calvino sobre dicha decisión. Pero al regresar a Ginebra después del exilio en 1538, Calvino escribe sus regulaciones acerca de la práctica de la usura por los ministros en las ordenanzas de la Iglesia (adoptadas por el pueblo en 1541). Poco tiempo después las autoridades políticas de la Ciudad fijan de nuevo la tasa de interés a un 5 % (1544). La ética cristiana se tuvo en cuenta en la misma medida que los requisitos para un sistema de i

Ya había sido la práctica desde hace muchos siglos, ya que el elemento de interés había sido cubierto por unas cláusulas como son damnum emergens, lucrum cessans, damnum emergens (LP, 474). Todas estas apuntan a lo que la economía moderna llama costos de oportunidad. Estos casos generalmente eran permitidos por las autoridades de la iglesia. Los comerciantes eran lo bastante astutos para hacer uso de este tipo de escapatoria en todas partes para simplemente cobrar el interés. Calvino rompe con este tipo de ―sutilidades‖ al aducir que no son las palabras las que son importantes sino el contenido y la naturaleza de la transacción económica misma y los intereses mutuos que están atrás de ellas. Ver también la tesis doctoral de P.A. Diepenhorst Calvijn en de economie, presentada a la Universidad Libre en Ámsterdam que había sido preparada bajo la supervisión del profesor D.P.D. Fabius, 1904.

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créditos bien administrado en sí mismo. Esta vez Calvino desempeñó un papel importante como consejero político. En los próximos años el uso del crédito para propósitos productivos se incrementó considerablemente para satisfacer las necesidades de numerosos refugiados y campesinos que se habían mudado a la ciudad. Pero continuaban los excesos. En 1557 la Ciudad estableció una tasa legal de interés de 6 2/3 %. Su objetivo fue el buen funcionamiento del mercado de créditos considerado ahora como una institución económica por derecho propio. ―Parece ser la primera vez en los registros de Ginebra que el pueblo aplicó de forma tan clara un argumento de naturaleza netamente capitalista: la práctica del crédito se considera sin dudas una actividad lucrativa independiente y ya no un servicio económico accesorio‖.271 Los Ayuntamientos se dieron cuenta que de lo contrario se desarrollaría un mercado negro que produciría gran daño. La razón subyacente tenía que ver con la escasez de crédito, tanto a corto plazo como a más largo plazo, y se relacionaba tanto con las necesidades privadas como con las públicas. En 1565 el Ayuntamiento debe de nuevo considerar el problema del crédito. Se remite el asunto a un grupo de especialistas (savants) para su consejo. Recomendaron una tasa de interés del 8 1/3 % y severos castigos para los fraudes. A ello siguieron muchos días de consulta con todos los partidos, especialistas, comerciantes, predicadores y miembros de los Ayuntamientos. Se tomaron plenamente en cuenta tanto la teología como la economía. Finalmente, después de un adecuado análisis económico de los fundamentos del mercado interno y exterior circundante, se mantiene el máximo de un 6 2/3 % en el mercado interno para satisfacer la necesidad de los pequeños negociantes comunes. El mercado del capital internacional en el que tienen lugar operaciones grandes y puramente financieras podría exigir u ofrecer tasas más elevadas según las circunstancias. De esta manera, sin embargo, no podía impedirse el peligro de la fuga de capitales. En poco tiempo el razonamiento capitalista abandona cualquier tutelaje ético o teológico. Hacia finales de la vida de Teodoro Beza los ministros sencillamente repetían los pronunciamientos de Calvino sin aplicar ningún punto de vista actualizado a las circunstancias reales que ya habían cambiado. i De esa forma se produce la ―abdicación‖ de la iglesia mencionada por Tawney unos pocos años después de Calvino en la propia Ginebra.272 ―Los ministros se contentaban demasiado fácilmente con repetir formalmente lo que Calvino había dicho en lugar de aplicar su método de investigación ética a una nueva situación socio-económica que estaba en plena evolución”.273 Habìa surgido la ―ortodoxia‖, en co-existencia con nuevas prácticas profanas. Al igual que Tawney, Biéler concluye que la consecuencia ha sido la asimilación del orden social circundante establecido a los efectos de producir una actitud moral conservadora.274 Habìa nacido el ―espìritu del capitalismo‖. Sin embargo, sigue siendo iluminador investigar la forma en que el Calvino analizó la situación económica de su propia época. Tomó en cuenta las nuevas realidades que se presentaban en forma de transacciones financieras.ii Calvino no aplaudió el fenómeno del interés. Más bien hubiera preferido lo contrario, siendo el abuso una práctica tan generalizada que ―serìa mejor barrer la usura de la faz de la tierra para que ni la palabra misma se conociera. Pero como es i

Por ejemplo, cuando se trataba de crear un banco in Ginebra (Biéler, Calvin, prophète…, p. 51). Según Calvino, el hacerse una profesión regular y especializada de la actividad del prestar habría sido pecaminoso y totalmente intolerable (Com. sobre Ezequiel 18; LP, p. 468). ii Biéler (LP, p. 456) menciona las siguientes fuentes que presentan la visión de Calvino sobre el interés: 1) la carta a Claude de Sachin (1545, publicada por Besa in 1575); 2) comentario sobre Ex. 22, 25; Lev. 25, 35-38 y Deut. 23, 1920 (1554/1555); 3) comentario sobre Salmo 15, 5 (1557); 4) carta a los pastores (1560); 5) otra carta a los pastores (1562); 6) comentario sobre Ezequiel 18, 7 & 17, publicado después de su muerte (1565).

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imposible debemos reconocer la utilidad común‖.i 275 Encontró que Jesús no necesariamente condenó el interés, sino más bien nos ordena prestar al pobre sin tomar interés. Él ―exige de sus seguidores una liberalidad gratuita para que puedan hacer lo posible por ayudar a los pobres de los que no podemos esperar compensación‖.276 Es a los pobres a quienes debemos prestar en primer lugar y de gratis. Esto es diferente a una prohibición general del interés en otros casos posibles.277 Calvino analiza la situación real de las personas. Esos otros casos son oportunidades de negocios que aumentan la producción y por ende han de considerarse como utilidad general. ―Mientras que los préstamos para los pobres no conducen a producción adicional alguna para el deudor y por lo tanto no justifican compensación, el préstamo inversionista para las empresas permite al deudor oportunidades de ganancia adicionales‖.278 Las regulaciones sobre la usura en el Antiguo Testamento deben verse en el contexto del sistema político particular válido entre los judíos de acuerdo con la ley mosaica. Ahora vivimos en otra estructura social (conjonction). Pero Cristo aún enseña el préstamo libre de intereses para los pobres. ―Usualmente buscamos oportunidades de inversión segura en primer lugar. Pero más bien deberìamos ayudar a los pobres para quienes el dinero está en peligro‖.ii 279 Estos pobres están en una necesidad concreta e individual de consumo que es urgente y puede ser cubierta mediante un préstamo desinteresado en dinero o especie. Sin embargo, los préstamos productivos, no pueden considerarse prohibidos por las Escrituras, ―a menos que sean contrarios a la equidad o al amor‖. Hemos visto anteriormente que esta es la regla general para los contratos comerciales.iii El adagio aristotélico ―el dinero no crìa dinero‖ (argentum parere non posset) puede ser una ―sutileza conmovedora‖, pero ―no tiene solidez interior‖. En términos dooyeweerdianosiv i

Sería muy deseable ―que le usures fussent chassées de tout le monde même que le nom en fût inconnu. Mais parce que cela est impossible il faut céder à l‟utilité commune”. ii “Or nous avons de coutume de regarder premièrement là où l‟argent se peut mettre sûrement. Mais plutôt il faillait aider les pauvres vers lesquels l‟argent est en danger”. iii Ver cap. 2: ―todos los contratos son malvados ante los ojos de Dios si no se realizan de acuerdo con la ley de la caridad‖ (Com. sobre Génesis 47:16, 20). iv (Nota a la edición española:) No sólo el presidente de la Academia Real Holandesa de Ciencias, sino también el profesor F. L. R. Sassen de la Universidad de Leiden, gran conocedor de la historia de la filosofía en los Países Bajos, consideraba a Herman Dooyeweerd como el más original de los filósofos holandeses de toda la historia incluyendo a Espinoza. El presidente de la Liga Humanista en los Países Bajos se expresó de manera similar. El pensador italiano Giorgio Delvecchio ve en Dooyeweerd incluso ―el filósofo más profundo, innovador y penetrante después de Kant‖. Hay muchas introducciones al pensamiento de Dooyeweerd (por ejemplo: L. Kalsbeek, Contours of a Christian Philosophy: An Introduction to Herman Dooyeweerd”s Thought, Ámsterdam 1975). Aquí conviene mencionar las dos que son de su propia mano: In the Twilight of Western Thought, una serie de conferencias dadas en los Estados Unidos y Canadá en el año 1959; y el libro Roots of Western Culture. Pagan, Secular and Christian Options, que es una compilación de artículos escritos durante los primeros años después de la Segunda Guerra Mundial en un semanario no científico. Su magnum opus es A New Critique of Theoretical Thought. Una exposición breve (y una de las más articuladas) escribió el filósofo mismo en la revista alemana Archiv für Rechts– und Sozialphilosophie, en dos partes. Una introducción también excelente y muy breve es el texto francés de una conferencia presentada por Dooyeweerd en el Décimo Congreso Internacional de Filosofía que tuvo lugar en Ámsterdam en agosto de 1948. La misma temática fue ampliada en inglés, en un librito con el título Transcendental Problems of Philosophical Thought. En español se hizo una traducción de una conferencia del mismo Dooyeweerd que sirve bien como introducción a su pensamiento: La idea cristiana del Estado (mimeografiado), ISEDET, Buenos Aires 1983, traducido por Guillermo Sabanes, editado por Rodolfo Haan (1ª edición 1978; ed. original en holandés: De Christelijke staatsidee, 1936). En un principio se hablaba de una filosofía calvinista, pero Dooyeweerd dejó de hacerlo por el simple hecho de que el ―motivo religioso‖, que necesariamente es la parte suprateórica de todo pensamiento filosófico, en su caso debe

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podríamos decir: la física y la economía, siendo aspectos modales de la realidad, irreduciblemente separados, se confunden aquí. Cuando el dinero se usa para arrendar tierras o comerciar bienes es el ingreso lo que aumenta, señala Calvino, para el que tanto el trabajo como el uso del dinero han sido instrumentales. Calvino toma en cuenta el verdadero proceso económico. Necesitamos buscar más allá de las palabras e ir a los hechos. Lo decisivo no es ―ni el legalismo bìblico ni el razonamiento filosófico, sino la regla de la justicia‖.280 No obstante, consciente del peligro de un uso oportunista de lo que en la actualidad se ha convertido en la primera teoría teológica moderna del interés, como si la palabra interés por sí misma pudiera autorizar cualquier recargo del interés por el mero hecho de llamarse interés, Calvino procede a analizar diferentes situaciones reales. El reemplazo de la horrible palabra usura por la palabra interés no ayuda (en tiempos de Calvino también se uso la palabra interés para encubrir la usura).281 Él no está de acuerdo con hacer dinero a partir del dinero sin servir a la economía real, y mucho menos con especializarse en el negocio usurero. Además aplica el método general de la teología bíblica que ha formulado en todos sus sermones y tratados. No podemos aislar textos bíblicos específicos de la Revelación en su conjunto. Las transacciones financieras no pueden considerarse fuera del ámbito de la economía o exentas de las normas económico-éticas fundamentales. Calvino parte de dos principios fundamentales de la enseñanza cristiana: primeramente, ―la solidaridad de la raza humana que se expresa mediante la intercomunicación de bienes materiales‖,i y, en segundo lugar, ―la noción cristiana de justicia social en virtud de la cual no es justo solamente lo que está en conformidad con el derecho positivo sino lo que procede de la caridad‖.282 Primeramente resumimos los criterios que Calvino menciona en su carta a Sachin que de forma clara y explicita establece las siguientes condiciones en cuanto al interés: 1. 2. 3.

No debe uno aprovecharse de los pobres y nunca de ninguna situación de indigencia o calamidad. Hay que deducir la parte necesaria para sostener a los pobres de la ganancia financiera. ―Todo lo que quieras que los hombres hagan contigo, hazlo con ellos‖ (Mateo 7, 12). 283

4.

El nivel del interés no debe ser superior a la cantidad más allá de la cual el negocio financiado del que pide prestado constituiría pérdida. (En este sentido el prestamista toma parte del riesgo.)

explicitarse como cristiano en el sentido ecuménico: la fe en Dios Creador, Jesucristo Salvador y el Espíritu Santo. La filosofía de Dooyeweerd fue acogida favorablemente también en círculos católico-romanos (además de ser admirado incluso por varios destacados pensadores no cristianos). El profesor jesuita M. F. J. Marlet se recibió en la Universidad Gregoriana en Roma al aprobarse su tesis sobre la filosofía dooyeweerdiana, intitulada Grundlinien der kalvinistischen “Philosophie des Gesetzesidee” als christliche Tranzendentalphilosophie en el año 1953; el estudio fue publicado en Múnich en 1954. Marlet observa que el pensamiento de Dooyeweerd puede ser visto como ―Philosophia in Ecclesia recepta ac agnita” [Marcel E. Verburg, Herman Dooyeweerd. Grenzen van het theoretisch denken, Baarn 1986, p. 328]. i La diferencia que hace la ley mosaica entre los que pertenecen al pueblo judío y los extranjeros en lo que concierne a la prohibición del interés que era parte del régimen político específicamente judìo ya no existe más; ―tenemos que preservar la substancia espiritual de aquella ley y aplicarla a todos los hombres sin discriminar según raza o nacionalidad‖ (“…nous devons épargner tout le monde sans exception pour n‟oser point d‟usures ni de pilleries et devons garder semblable équité envers tous‖, LP, p. 462/463).

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5. 6.

7.

La norma no es lo que el mundo considera popularmente aceptable. Debemos leer en la Palabra de Dios lo que sería correcto y equitativo. i 284 El interés tiene efecto no solamente sobre las partes contrayentes. Existen efectos públicos externos que hay que reconocer. El que pide prestado paga una ―pensión pública‖; el costo del interés en general produce un aumento en el costo de la vida de las personas que va en detrimento del consumo. “El interés debe estar al servicio de todos en el sentido general‖.285 Debe obedecerse la ley pública, aunque no puede necesariamente considerarse suficiente. Los cristianos deben corregirse en cuanto a lo que la ley pública permita más allá de la equidad.286

Evidentemente no se incluye aún un ―mercado financiero‖ impersonal y anónimo.ii Como se ha mencionado anteriormente, tal desarrollo tuvo lugar en Ginebra y sus alrededores después de la muerte de Calvino.iii Por otra parte, el enunciado sexto de Calvino indica una intuición sorprendente en cuanto a lo que la economìa moderna denomina ―exterioridades‖ y efectos macroeconómicos. La norma de Calvino no es el negocio como de costumbre, según señala el quinto enunciado. Podemos referirnos a Éxodo 23, 2: ―No seguirás a la multitud en hacer el mal‖. La práctica usual, destaca Calvino, es bien diferente de la solidaridad cristiana con los pobres. ―Porque todo hombre que tiene dinero en efectivo, si hay necesidad de préstamos, siempre pretende que será útil para él comprar tierras o mercancías y que no pasa un minuto sin oportunidad de ganar. Por lo tanto, las personas hacen ganancias con los préstamos, porque el prestamista declara que no puede dejar su dinero sin que sufra daño‖.287 De nuevo, Calvino resulta un observador agudo. Pero mientras él advierte contra tal actitud no cristiana, debemos citar a Adam Smith que dos siglos más tarde describe la misma práctica como una cuestión de pura racionalidad. ―En todos los paìses donde existe seguridad tolerable, todos los hombres de entendimiento común se esfuerzan por emplear todas los recursos que puedan en su goce presente o en ganancia futura‖. Continúa diciendo: ―Debe estar totalmente loco el que no emplee toda la riqueza que puede utilizar, ya sea propia o prestada de otros ( )‖.288 Debemos entender lo que significa esto. Ellul ha dicho que nuestra sociedad moderna ha producido la mutación del hombre. Aquì se opone el criterio de ―locura” al de racionalidad. Polanyi observa: El honor y el orgullo, la obligación moral y cívica, aun el respeto a sí mismo y la decencia se consideraban ahora irrelevantes para la producción y de manera significativa se resumìan en la palabra ‗ideal‘. Por ende, se creía que el hombre estaba formado por dos componentes, uno más afín al hambre y a la ganancia, el otro al honor y al poder. Uno era ―material‖, el otro ―ideal‖; uno ―económico‖, el otro ―no económico‖; uno era ―racional‖, el otro ―no racional‖. Los utilitarios llegaron a identificar los dos conjuntos de términos, dotando así el lado económico del carácter del hombre con racionalidad. Al que se negara a imaginar que estaba actuando solamente movido por la ganancia se le consideraba no solamente inmoral, sino también loco.289

i

―…que nous n‘estimions point selon la coutume vulgaire et reçue qu‘est ce qui nous est licite, ou que nous ne mesurions ce qui est droit et équitable par l‘iniquité du monde, mais que nous prenions une règle de la parole de Dieu‖. ii En Ginebra las autoridades civiles y eclesiásticas muchas veces luchaban con el problema de la relación entre la escasez del crédito, la inflación y la tasa oficial de interés. iii Hacia el final de la vida de Teodoro Besa se propuso la creación de un banco ginebrino (Biéler, Calvin, prophète de l‟ère industrielle, p. 51; LP, p. 168).

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En esa época la teologìa protestante ya hacìa tiempo que se habìa asimilado a la ―racionalidad del mercado‖. Lo mismo se dice en una redacción teológica totalmente paralela en la cita que Tawney da de Richard Baxter (1678) al decir: ―Si Dios te muestra una forma en la que legalmente puedes obtener más que de otra forma (sin dañar tu alma o a ningún otro), si lo rechazas, y escoges la vía de menos ganancias, cruzas uno de los extremos de tu Llamado, y te niegas a ser mayordomo de Dios‖. Deberìa evitarse hasta la excesiva devoción a los amigos y familiares. ―Es un acto irracional, y, por ende, no adecuado a una criatura racional, amar a alguien más allá de lo que la razón permita…A menudo se apodera de la mente de los hombres para estorbar el amor a Dios‖ (!).290 Ello equivale a colocar a Calvino de cabeza. Él concluiría que el pecado había sido totalmente obviado en el análisis al otorgarle un significado teológico totalmente diferente, adaptado al mercado autónomo. Ellul ha observado que, cuando se trata del dinero, el lenguaje piadoso (típico del calvinismo y el neo-calvinismo) acerca de ser un mayordomo de Dios—como el de Baxter—se ha puesto de moda. Esta noción de mayordomía se presta fácilmente a la pretensión de un derecho divino al paternalismo. Al igual que Calvino, él señala que lo que fue verdad en la mayordomía de Génesis 2 se ha extendido erróneamente al orden de la Caída.291 El mayordomo injusto de Lucas es llamado injusto porque manejaba un dinero injusto. ―Jesús afirma que el dinero debe emplearse, pero no de acuerdo con su propia lógica‖.292 La parábola se refiere la la misma amistad que Baxter tiene por dañina en nombre de la razón. Calvino no formula ninguna ley nueva en el sentido formal de la palabra. Ante Dios lo que cuenta es la integridad de la fe. Pero es importante distinguir bien las cosas de acuerdo con las diferencias entre los casos económicos que se definan. Lo que importa es la situación subyacente. En primer lugar, cuando un deudor no puede devolver un préstamo cuando expira el plazo el acreedor debe ser compensado. La segunda posibilidad del uso legítimo del interés es verdaderamente la inversión productiva que, en vista del ascenso general del comercio, Calvino percibe que se hace cada vez más frecuente. ―Cada dìa se presentan muchos casos similares en los que desde el punto de vista de la igualdad el interés no es peor que toparse con una ganga en particular.i 293 No existe ningún problema en que un rico le pague interés a su prójimo cuando ha tomado préstamo del mismo. ¿Por qué no debería su prójimo obtener también ganancia de la inversión hecha por quien de cualquier forma es más rico que él? ii Que al rico se le preste con interés, aunque sin usura excesiva ―desde toda arista, en todo, de todas las personas‖.294 Porque las Escrituras no hablan del interés como tal (en soi), sino como explica Biéler el pensamiento de Calvino ―solamente se refiere a la cuestión para mostrar las consecuencias de la caridad en todo detalle para defender a los pobres en toda circunstancia en que generalmente es oprimido‖.295 Por tanto, cuando la Biblia no puede usarse para ―constatar‖ mecánicamente todo tipo de cuestión económica moderna acerca de la cual, por supuesto, no se encuentra nada, no podemos sino concluir que el mensaje de amor y caridad sigue siendo totalmente válido a pesar de los cambios en la estructura económica y debe escribirse en los detalles de los contratos así como en la política económica en general. ―El principio de la equidad es general y se aplica a todas las naciones y a todos los tiempos,iii para que nos guardemos contra el pillaje y contra el atropello de los pobres sobre los i

―…auxquels, touchant l‘équité, l‘usure n‘est pas pire qu‘un achat‖. ―Celui qui emprunte est plus riche que l‘autre…‖, Com. sobre Ezequiel 18, LP, p. 469. iii ―…cette équité est commune et s‖étend à toutes nations et à tous âges‖. ii

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que pesa la indigencia‖.296 Este pillaje se hace evidente cuando no se remunera adecuadamente el obrero. El préstamo no debe compensarse al costo de los asalariados (ni de los comerciantes que trabajan y además se arriesgan) mientras que los que toman el interés ―se recuestan en sus asientos a recibir el tributo del trabajo de otras personas".i Ningún ser humano debe reducirse al desempleo para satisfacer el derecho de un financiero, sin importar cuán legítimos puedan ser sus derechos‖.297 El trabajo prevalece sobre el capital. No significa que Calvino quería favorecer o promover el uso de los préstamos con interés. Estaba bien consciente de los abusos y miserias que generalmente traían como consecuencia. De nuevo escribe que sería deseable que los conceptos de usura, ganancia e interés—que esencialmente tienden a fundirse en lo mismo—―se borraran completamente de la memoria de los hombres‖.ii Solamente quería explicar lo que la Biblia no puede decir en detalles económicos modernos. Lo que importa es el mensaje bíblico central que surge a partir de la fe en Jesucristo y que ciertamente ha de ser traducido en ese detalle. ―La regla de la equidad‖ (ver el punto 3 mencionado antes) ―determina mucho mejor cuando y en qué medida se permite el préstamo con interés que todas las largas disputas en el mundo‖.298 Condenar todas las prácticas del interés en su conjunto equivaldría a fundirlo todo y no distinguir y analizar lo que está por detrás. Los comerciantes honestos se sentirían heridos como si ―siempre hubiera pecado en estos asuntos‖, con el resultado que finalmente pudieran volverse ellos indiferentes también.299 Esta aguda visión de Calvino es muy relevante en nuestros días cuando las personas condenan las actividades económicas modernas por el simple hecho que tienen lugar en el sistema capitalista. La verdadera pregunta es si uno pierde o no toda rienda o distinción al beneficiarse indiscriminadamente de las posibilidades técnicas que el sistema permite, sin preguntarse ya más sobre los efectos negativos que ese beneficio tiene en nuestros prójimos.iii De hecho, ―hay pocos prestamistas que no sean ladrones‖. ―La usura casi siempre tiene dos compañeros inseparables; a saber, la crueldad tiránica y el arte de la estafa‖. 300 Y precisamente ―debido al hecho que el crédito se ha convertido en algo indispensable en la vida económica común, es extremadamente importante cuidarse de qué se permite y hasta dónde‖.iv 301 En todo caso el estado debe regular la política del interés—como otras políticas económicas— para corregir el abuso social. Calvino ciertamente nos suena muy apropiado en nuestros tiempos de ―crisis financiera‖. ―La crueldad tiránica y el arte de la estafa‖ reinan en todas partes. Ello no niega la importancia de sólidos mercados financieros. Sin estos mecanismos anónimos ya no podemos funcionar. Sin embargo, ―las empresas financieras habìan llegado a ver sus negocios un fin en sí mismo y se enorgullecían de su tamaño y rentabilidad. Pero un sistema financiero debe ser un medio para un fin, no un fin en sí mismo. Los lucros de un sector financiero que sea demasiado grande pueden ir i

―… messieurs les usuriers assis sur leur banc sans rien faire reçoivent tribut de labour de tous les autres‖, Com. sobre Salmo 15, 5 ; LP, p. 466. ii ―…il serait à désirer que le nom d‘usure, profit et intérêt fussent complètement abolis de la mémoire des hommes‖, Com. sobre Ezequiel 18 ; LP, p. 469. iii Naturalmente esto implica también que el método de Calvino tendría mucho que decir sobre lo que llamamos el ―sistema capitalista‖. Para esto el enfoque de Calvino de la realidad social debe ser introducido en la teoría económica misma. iv “Attendu que les homes ne peuvent pas autrement trafiquer et négocier les uns avec les autres, il faut toujours prendre garde à ce qui est licite, et jusques où on peut aller”.

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en detrimento de la prosperidad y la eficiencia del resto de la economìa‖.302 Algunos de los banqueros mundiales han reconocido la necesidad de ―regresar a lo básico‖: los servicios financieros deben servir al cliente. Por lo que el razonamiento debe basarse en el bienestar del que toma prestado. Ya el interés es una palabra que no puede barrerse de la faz de la tierra. Los ahorros y las actividades de préstamo son esenciales para el público en general, de la misma manera que un número de otros productos financieros modernos realmente prestan servicio a las necesidades de la administración empresarial. Ningún esquema de pensiones sería posible sin el interés compuesto. La condición esencial para ganar el interés es que el crédito debe brindar un servicio a las prioridades productivas sólidas de la ―economìa real‖. A un gran costo llegamos a reconocerlo de nuevo después de haber colocado nuestra confianza en el ―sistema‖ que se ha descarrilado.

El profesor Johan Graafland, en su ponencia titulada Las restricciones de Calvino sobre el interés: lineamientos para la crisis de los créditos, extrae lecciones de las enseñanzas de Calvino sobre el interés para nuestra crisis financiera actual. Luego de un resumen lúcido acerca de los criterios de Calvino llega a la conclusión de que los actores en el sistema financiero no han tenido en cuenta los lineamientos de Calvino para una economía sana en los siguientes aspectos: 1) No cobren interés a los pobres. Se les ofrecieron a los pobres hipotecas subvaloradas (subprime mortgages) que no podían costear. Hubiera sido preferible ayudar al mercado de la vivienda con una asistencia gubernamental apropiada y con inversionistas que asumieran formas de responsabilidad social que no necesariamente obedecieran a la maximización de la ganancia. i 2) No descuiden el deber de la caridad. Dónde hay que cumplir con necesidades, no debe desviarse el dinero para otras oportunidades de inversión con mayores ganancias. ―Un empresario debe siempre considerar el significado más profundo de hacer negocios‖. 3) Respeten la reciprocidad. Esta es la ―regla de oro‖ de Calvino de acuerdo con la tercera condición mencionada anteriormente. ―Lo que quieras que otros hombres hagan contigo, haz tú con ellos‖ (también en Lucas 6, 31). Los bancos comerciales dañaron los intereses de aquellos a quienes eventualmente se les vendieron las hipotecas por la forma en que sucedió. La información sobre los riesgos fue ocultada deliberadamente a través de la ―valorización‖ (―securitization‖). En segundo lugar, las agencias de créditos ofrecieron clasificaciones de riesgo (―ratings‖) demasiado elevadas sin respetar la autonomìa de sus inversionistas. ―Un tercer ejemplo de falta de reciprocidad tiene que ver con la relación entre los bancos y los depositarios. Si los administradores de activos invierten en los complejos productos financieros sin comprender el perfil de riesgo de dichos productos, juegan con el dinero ajeno. Ello viola el principio de la reciprocidad. Si se hubieran puesto en el lugar de los depositarios que confiaron su dinero al banco, también hubieran preferido una política inversionista menos riesgosa. i

―Un buen producto hipotecario tendrá un costo de transacción bajo y una tasa de interés baja; habría ayudado a la gente a manejar el riesgo de la propiedad de su casa incluyendo una protección para el caso en que sus casas perdieran su valor o que los prestatarios perdieran sus puestos de trabajo. Los dueños de casa también quieren pagos mensuales que sean previsibles, que no vayan por las nubes sin aviso y que no tengan unos costos escondidos. Los mercados financieros norteamericanos no se preocupaban por construir estos productos mejores, aunque en otros países están muy en uso. En vez de esto las empresas de Wall Street estando interesadas en la maximización de sus rendimientos, procuraban hipotecas con costos de transacción altos y tazas de interés variables. Los pagos podían dispararse de repente; sin embargo, no había protección alguna del riesgo de una pérdida en el valor de la casa o del trabajo. Si los diseñadores de estas hipotecas hubieran enfocado la finalidad – aquello lo que estamos exigiendo de nuestro mercado de hipotecas -- más que cómo maximizar sus ingresos, podrían haber concebido productos que permanentemente hubieran aumentado la propiedad de casas. Podrìan haber ―hecho bien al hacer bien‖. En lugar de esto, sus esfuerzos produjeron toda una serie de hipotecas muy complicadas que les procuraron mucho dinero a corto plazo y que condujeron a un aumento de amos de casa temporalmente, pero a unos costos enormes para la sociedad en su conjunto‖ (Joseph E. Stiglitz, Freefall. America, Free Markets, and the Sinking of the World Economy, New York/Londres 2010, p. 5).

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Esto también se aplica a los inversionistas institucionales, como los fondos de pensiones, a quienes los empleados les confiaron sus pensiones‖. En cuarto lugar, cuando los bancos proporcionan créditos a las compañías, normalmente exigen garantías en términos de solvencia mínima y tasas de liquidez. Sin embargo, la crisis de los créditos ha puesto de manifiesto que la solvencia misma de los bancos era extremadamente baja aun para incrementar el apalancamiento y, por tanto, las posibilidades de ganancia de su propio activo. Con tan poca reserva, los bancos entraron en serios problemas de liquidez una vez que se derrumbó el mercado de los préstamos interbancarios como resultado de la desconfianza cada vez mayor entre los bancos. ―Un quinto ejemplo de la falta de reciprocidad es el de los altos bonus recibidos por los administradores de propiedades. La reciprocidad exige que un bonus refleje el valor añadido de los administradores de activos para la compañìa, sus interesados (―stakeholders‖) y para la sociedad en su conjunto. Durante la crisis de los créditos el valor añadido a las políticas de inversiones (a corto plazo) de estos administradores de activos ha sido negativa en un grado devastador. Aun así, muchos administradores continuaron exigiendo bonus. Solamente después de una fuerte presión social algunos de ellos (como los administradores de AIG) moderaron sus exigencias. Además, el alto nivel de los bonus que reciben los administradores de activos parece indicar que han perdido el contacto con la realidad. Si miraran su propia posición desde la perspectiva de los accionistas (que enfrentaron una caída en los valores de las acciones de más de un 50%), se darían cuenta que tales bonus elevados son injustos, porque la única pérdida que enfrentan estos administradores cuando fracasan de la forma que lo hicieron es la pérdida del bonus y no la pérdida de la mayor parte de su riqueza financiera‖. Concluye diciendo Graafland: ―A partir de todos estos ejemplos uno puede llegar a la conclusión de que cuando los partidos comerciales en el sector financiero desarrollan un enfoque demasiado centrado en las ganancias a corto plazo o los intereses propios, tienden a tratar a sus stakeholders como simples instrumentos para incrementar sus propias recompensas financieras. Ello resulta en la falta de respeto a los stakeholders y una ruptura del principio de reciprocidad, pues si se colocaran en la posición de los que comparten los intereses de la compañía financiera (accionistas, depositarios otros clientes y la sociedad en su conjunto), probablemente tampoco desearían ser tratados simplemente como medios para satisfacer la avaricia de los administradores de los bancos. 4) Permitan que los prestamistas saquen tanta o más ganancia del dinero prestado. Graafland piensa que en los Estados Unidos de Norteamérica—que no es el caso de Europa—esta regla se ha cumplido más o menos debido al hecho que ―los dueños de viviendas pueden de forma bastante fácil deshacerse de su hipoteca, con sólo entregar la llave al banco hipotecario. Por consiguiente, los dueños de viviendas que fueron forzados a vender su casa no sufrieron pérdidas sustanciales como resultado de la caída en el precio de su casa. Todos los riesgos que implicaban la caída de los precios de las casas fueron traspasados a los dueños de los derivados de las hipotecas. Por ende, el daño final a las riquezas de los propietarios de viviendas siguió siendo más bien limitado en comparación con el daño financiero a los inversionistas que invirtieron en los derivados basados en la hipoteca‖. 5) Consideren también lo que es conveniente para el público en general. Muchos bancos han descuidado sus responsabilidades económicas fundamentales. La Responsabilidad Social Empresarial ―significa que el negocio debe crear valores en tres dimensiones sociales; a saber: económica (a través de la producción de bienes y servicios y mediante la creación del empleo y fuentes de ingreso); social (una variedad de aspectos que tienen que ver con los efectos para los seres humanos, dentro y fuera de la organización, como las buenas relaciones laborales, la seguridad, etc.) y ecológica (los efectos sobre el medio natural)‖. ―Entre los clientes que se dañaron severamente están las compañías que tuvieron que enfrentar la reducción drástica en las facilidades de créditos, lo que produjo problemas significativos en la liquidez. Además, los depositarios enfrentaban grandes riesgos debido al peligro de la bancarrota de los bancos. Es solamente por la intervención intensiva de los gobiernos que el número de bancos que quebraron se mantuvo bajo. También muchos bancos despidieron a los empleados para reducir los costos, dañando de esa forma severamente los intereses de sus empleados. Finalmente, como la crisis se expandió a otros sectores, las firmas en dichos sectores enfrentaron una caída significativa en la demanda de bienes y servicios, lo que resultó en los despidos de muchos empleados también. Surgieron déficits en los presupuestos gubernamentales, lo que produjo una carga pesada para los futuros pagadores de impuestos, mientras que los fondos de pensiones enfrentaron una caída enorme al cubrir las tasas, obligando a los fondos de pensiones a subir las contribuciones para las pensiones o a reducir los beneficios de las mismas‖. 6) No hagan del trabajo en el banco su verdadera profesión. Graafland traduce la prohibición de Calvino sobre la exclusiva profesión bancaria en términos modernos. ―Aunque la oposición de Calvino a los

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banqueros profesionales parece obsoleta en la economía moderna, su advertencia acerca de los peligros morales de la profesión bancaria también es válida en la crisis actual. En particular, una de las causas del apetito por el riesgo en la conducta inversionista de los bancos es el fuerte enfoque en las ganancias en las riquezas a corto plazo. Aquí resulta especialmente significativo el análisis de Calvino sobre la avaricia, ya que los exorbitantes bonus parecen haber oscurecido la habilidad de los inversionistas bancarios para juzgar acerca de los riesgos con cordura‖. ―Por tanto, el pago de bonus excesivos parece haber ofuscado los valores profesionales intrínsecos que se consideran tradicionalmente de la mayor importancia para el sector bancario, tales como la confiabilidad, la justicia, la redición de cuentas y la disposición de servir al cliente‖. ―La sospecha de Calvino que hacer dinero con el dinero puede resultar en detrimento a las virtudes que se necesitan en el sistema bancario deben, por ende, tomarse aún en serio‖. Los administradores de los bancos ―no son sensibles a los reclamos de las personas que trabajan en otros sectores de la economía y dicen que las recompensas que reciben los banqueros como grupo no están en proporción con el valor añadido que crean en la sociedad. Esto bloquea la autocrítica que se deriva de la función de espectador, según la describe Adam Smith en su Teoría del sentimiento moral”. ―La lección principal que los bancos pueden aprender de las restricciones propuestas por Calvino es que no deben solamente enfocarse en servir sus propios intereses y aquellos de los accionistas con una orientación a corto plazo, sino además considerar los intereses de otros interesados como los socios comerciales, clientes, depositarios, empleados y la sociedad en su conjunto‖.303

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6 EL CALVINISMO, EL NEO-CALVINISMO Y EL FIN DE LA PRIMERA MODERNIDAD Mucho de lo que el público general y la prensa llaman calvinismo tiene muy podo que ver con Calvino como puede apreciarse claramente en los párrafos precedentes cuando los comparamos con lo que generalmente se considera ―calvinista‖. ―El Calvino con el que la mayorìa de nosotros está familiarizado es un principalmente un artefacto del calvinismo posterior‖,304 y aun más de los no-calvinistas posteriores. El calvinismo a menudo ha resultado ser todo lo contrario de Calvino, como lo ha puesto de manifiesto abundantemente el ―calvinismo‖ sudafricano. Se ha puesto al servicio del apartheid y del nacionalismo. En el ―está ausente la radicalidad que forma parte básica de la doctrina calvinista de la justificación‖. Por ello no incluye la noción de un nuevo comienzo y una continuidad. Siendo así, podemos decir que la doctrina de la justificación (del calvinismo sudafricano) excluye la noción de novedad de vida, la verdadera historia y la humanidad‖.305 El propósito de la presente exposición no es abundar en el ―neo-calvinismo‖, puesto que más bien trata de regresar al propio Calvino. Originalmente la frase se emplea para denotar la impresionante renovación social más que nada entre los miembros de la clase baja del pueblo reformado en los Países Bajos, altamente organizada e inspirada por el liderazgo de Abraham Kuyper (1837-1920). Fue un influyente teólogo, predicador, escritor, periodista, profesor académico, orador, organizador y político. Ha sido uno de los más grandes educadores jamás del pueblo común. En su calvinismo quería regresar a las raíces históricas del mismo reflejadas en el ministerio de Calvino en Ginebra. De igual manera la predicación y los accesibles escritos de Kuyper eran una gran fuerza educativa para el beneficio del pueblo. Sobre la gente de Ginebra Parker dice: ―En el nivel más bajo tuvieron que empeñarse en entender – un esfuerzo, como podemos notar de paso, al cual no es improbable que se pueda atribuir mucho de la calidad intelectual entre los hombres comunes que iba a caracterizar los paìses ―calvinistas‖.306 El pueblo calvinista holandés, guiado por Kuyper, encajaba completamente en este cuadro. Él pudiera muy bien compararse con Calvino debido a su reinvención de la organización de la iglesia y gran parte de la sociedad. El movimiento fue tanto social—contra el centralismo jerárquico eclesiástico—, como religioso—contra la teología deísta. Tomó forma en los Países Bajos durante la segunda mitad del siglo XIX y duró hasta la primera mitad del XX. Kuyper deseaba poner el punto de vista original de Calvino sobre el mundo y la vida ―en consonancia con los tiempos‖. Pero todo esto es ahora en su mayoría historia pasada. Los avances modernos posteriores han derogado la mayoría de los logros, instituciones y contenidos del neo-calvinismo. Por tanto, parece que el reto de hacer al calvinismo históricamente relevante de nuevo se presenta con frescor, lo que, por ende, sería algo concordante enteramente con el espíritu de Kuyper, y del mismo Calvino en primer lugar. En gran medida, el calvinismo para el siglo XXI tendrá que redescubrirse y adecuarse de nuevo a los tiempos. Es acerca de ello que se presentan las siguientes observaciones históricas. Generalmente la influencia histórica del calvinismo se ha sobreestimado, lo que no niega su significación considerable. Calvino no es el único padre el calvinismo. Reformadores como

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Zwinglio, Bullinger, Bucer, Beza, Melanchton, de Brès, Knox y muchos otros han conformado lo que llegó a conocerse como la fuerza histórica del calvinismo, aunque una frase mejor debería ser ―cristianismo reformado‖ en general. La influencia calvinista también vino de las congregaciones refugiadas en Londres y Emden. Bullinger se leía aun más que Calvino en los Países Bajos. 307 Pero el ―calvinismo‖ histórico también sufrió desarrollos culturales impuestos desde el exterior. Tanto la tolerancia como el fanatismo formaron parte de la escena. El profesor Hooykaas ha señalado el cambio en la propia creencia en la predestinación que, al perder su carácter de artículo de fe en la salvación, recibió la influencia del principio metodológico científico de la causalidad para convertirse en determinismo y deísmo.308 En el capítulo anterior ya señalamos la llamada ―ética protestante‖ ejemplificada por la cita de Richard Baxter, que de hecho se acomoda totalmente a la conducta de mercado ―racional‖ individualista y materialista. Por tanto, el calvinismo auténtico después de Calvino resulta haber sido un factor histórico con limitada influencia más allá del siglo XVI. Ello es cierto hasta para el propio calvinismo del siglo XVI. En los Países Bajos el protestantismo en el siglo XVI tomó fundamentalmente la forma de menonitismo, a pesar de severas persecuciones.i Además, el movimiento reformador se había puesto en marcha por la devoción moderna (moderne devotie) y el luteranismo.309 Muchas características del carácter nacional holandés, como la frugalidad proverbial atribuida históricamente al calvinismo parten más bien de la mayoría protestante anabaptista en el siglo XVI. Esas cosas, con más razón, pudieran atribuirse quizás al carácter popular holandés en sí mismo.310 Alrededor del año 1600 solamente un 10% de los holandeses eran miembros confesos de la Iglesia Reformada. Aunque en 1651 esta iglesia fue declarada la única legal, muchas otras denominaciones existían entre la cuales la Iglesia Católica Romana contenía la mayoría de los cristianos.311 Sin embargo, la minoría calvinista sí dejó su marca en la sociedad holandesa. Nijenhuis menciona cuatro explicaciones para ello. En primer lugar, los calvinistas eran buenos organizadores. Siendo Calvino teólogo y abogado, había establecido regulaciones transparentes y funcionales para la iglesia en Ginebra que se imitaron no solamente en Francia y Escocia sino también en los Países Bajos. Desde 1578 se estableció un sínodo a nivel nacional que abarcaba las diferentes provincias independientes. En segundo lugar, los calvinistas habían proporcionado el basamento teológico para la revolución contra Felipe II. La famosa constitución revolucionaria Plakkaat van Verlatinge (1581) reproducía de forma directa el criterio de Theodor Beza sobre el derecho a la rebelión. El príncipe sólo podìa serlo debido a sus vasallos y no al contrario como si ellos ―estuvieran sujetos a él en todo lo que ordene sea o no de Dios, justo o injusto‖. En tercer lugar, los calvinistas apoyaban la causa de los reformados perseguidos y oprimidos en el extranjero. Al hacerlo, propagaban la tolerancia, aunque una vez establecidos en el poder en su propio país la práctica era diferente. En cuarto lugar, el gobierno democrático de la iglesia indirectamente tuvo influencia en la democracia y participación en la sociedad en su conjunto. Estaba compuesto tanto por personas profesionales como no profesionales, sin jerarquía predeterminada entre ellos. 312 (La palabra ―laicado‖ es una expresión ciertamente no calvinista). i

Recuerdo cómo en las anteriores Iglesias Refomadas en Holanda (1892-2004), antes de su apertura hacia el ecumenismo a partir de los años 60, los menonitas eran vistos por muchos reformados sencillos como la iglesia hermana de más cerca. Cuando en los lugares de las vacaciones del verano no había iglesia reformada, mis padres preferían asistir al culto de la Doopsgezinde Kerk (Iglesia Menonita) y no al de la Hervormde Kerk (la iglesia calvinista más antigua).

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Acerca de estas dos últimas contribuciones del Calvinismo Heiko Oberman ha hecho dos señalamientos fundamentales. Particularmente Calvino ha sido el reformador de los refugiados. Lutero venía de la vida monástica y se dirigió al Principado territorial. La segunda ola de reformadores estuvo representada por los reformadores de las ciudades, como Estrasburgo, Zúrich y otras más. La ciudad se convirtió en el laboratorio para la reflexión y la aplicación de las consecuencias religiosas, sociales y polìticas de la Reforma ―intramuros‖. Aparte de ser un reformador de ciudad, Calvino se convirtió en el pastor de los refugiados de Europa. Esta ―tercera reforma‖ de los refugiados no fue bien comprendida por los calvinistas posteriores de los Paìses Bajos, Escocia, el Palts alemanes y Norteamérica. La elección y la predestinación son el consuelo y el aliento de Calvino para los exiliados y para los que se arriesgan a ser quemados en la hoguera. Calvino, exiliado él mismo y ministro de una congregación refugiada en Estrasburgo, se convirtió en la inspiración de Ginebra de la iglesia en la diáspora. La iglesia de Cristo era una iglesia perseguida. Ello lo llevó a considerar el Evangelio con nuevos ojos. En la iglesia exiliada Calvino enfatiza que no existe otro refugio que la providencia de Dios; es decir, su mano que bendice y protege. Oberman concluye que, aunque cuando el calvinismo se hace mayoritario no puede gobernar bien un estado libre, su gran contribución a la democracia se deriva de los hugonotes y otros protestantes perseguidos de los siglos XVI al XVIII. ―Siempre que el calvinismo pierde su hegemonía y siempre que es forzado a una coalición u oposición resulta muy fructífero para fortalecer la democracia polìtica y la responsabilidad social hacia los socialmente débiles‖. 313 ―En todos los lugares en que el calvinismo se ha mantenido fiel al principio básico de su fundador, que ordena una renovación continua de la fe, la doctrina y la vida en contacto con las Escrituras, ha sido fértil en producir iniciativas sociales que promueven la restauración del significado y la dignidad del trabajo contra toda forma de alienación y opresión. Por el contrario, cuando el calvinismo se volvió hacia dentro y se transformó en una ortodoxia que encuentra su fe y justificación en sí misma, se identificó con otras fuerzas sociológicas de conservación y trajo consigo un conservadurismo que está en plena contradicción con su dinamismo social original‖.314 Sin duda el neo-calvinismo redescubrió los postulados fundamentales del calvinismo, sobre la base de repensar la iglesia. El principio de ―soberanìa de las esferas‖ (o ―la soberanìa de los aspectos modales‖) se aplica inmediatamente. Es, en realidad, un principio de libertad en la sociedad. Ninguna órbita o poder cultural ha de gobernar sobre otro campo de la vida social. Su relación es de yuxtaposición e interrelación pero no de jerarquía. El significado sociológico de ―soberanìa de la esfera‖ se deriva del principio filosófico según lo desarrolla Herman Dooyeweerd. En la actualidad usualmente se malinterpreta totalmente. El concepto es más profundo y mucho más crìtico que lo que significa la ―autonomìa relativa‖ en la sociología actual cuando se refiere a diferentes niveles de competencia dentro de la sociedad. A menudo se iguala a la pretensión de autonomía por parte de los grupos de presión política. Dentro de la Democracia Cristiana se identifica con demasiada facilidad con el principio católico romano de la subsidiariedad como si no existiera una diferencia radical. (Considera al estado como un todo en el que cada esfera social es una parte; la sociedad no es el entretejido de las esferas de la vida que en principio son ―soberanas‖). Pero es igualmente erróneo relacionar el principio de la ―soberanìa en su propia esfera‖ con el adagio de Kuyper de la ―antìtesis‖ (la oposición entre los cristianos y no cristianos) como si una visión particular de la vida y el mundo o una confesión pudieran reclamar ―soberanìa‖ para sì. Fundamentalmente Kuyper tenìa algo más en mente que

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es relevante para los cristianos y también para los no cristianos. Por ende, alaba a Espinoza porque el mismo viendo lo que vio y de la forma en que lo vio, firmemente se negó a prestarse a la violación de la Soberanía del aprendizaje (wetenschap) en su propia órbita‖. Por tanto, ―con uñas y dientes hay que mantener que la iglesia de Cristo nunca puede forzar su superioridad en el reino del conocimiento (wetenschap)”.315 ( ) ―Porque la más generosa libertad en el campo del conocimiento solamente consiste en una puerta abierta para el que quiera salir, en que nadie sea señor de tu casa, pero además en la libertad de todos para construir equitativamente sobre la base de sus principios en la forma característica de su método para llegar a la cornisa de los resultados que puedan encontrar‖.316 ―El estado que recibió poder para determinar su propia esfera de la ley debe desatar su sandalia antes de pasar este límite para penetrar en el campo del conocimiento descartando una soberanìa que no es adecuada en ese campo‖. ( ) ―De esta forma, siendo libre en medio del pueblo, se encontraron en un tiempo las escuelas de profetas de Israel y las escuelas de Chokma en Jerusalén. Igualmente libres actuaron en su tiempo las escuelas de los filósofos antiguos y las de sus imitadores en Roma. De igual forma aparecieron una vez las primeras escuelas de los sabios cristianos. E igualmente libres eran las universidades de Bologna y Paris. No existían para formar ejecutivos del estado con el objetivo de echar ciencia en ellos, sino que se trataba de la ciencia actuando en la vida y creándose una forma dentro de esa vida.317

La implicación interesante ha sido el reconocimiento del estado en cuanto estado que es algo diferente como estado ―cristiano‖. Dooyeweerd no propagó una idea reaccionaria del estado cristiano; fue la idea cristiana del estado lo que yacía en la base de la gran contribución del pensamiento calvinista sobre el derecho constitucional. La soberanía en cada órbita irreducible es un concepto cosmológico de la libertad. El joven Kuyper derivó esta visión del liberalismo clásico de sus años de juventud. Dooyeweerd encuentra en él el criterio de lo que ha de llamarse progreso en el desarrollo histórico en oposición a la reacción. Implica el principio sociológico de la diferenciación cultural. Vemos que se aduce el mismo principio en todos aquellos lugares en que la libertad de la sociedad esté en riesgo aunque se usen diferentes terminologías, como en la sociología cultural Latinoamericana y en la filosofía de la liberación. Implica una resistencia contra todo absolutismo, en primer lugar del estado absoluto pero además contra todos los otros poderes absolutos. Ese es el poder que no quiere servir y va más allá de los límites de su competencia. Por eso la profunda contribución de Jacques Ellul a la compresión de la sociedad moderna es un complemento tan esencial de la sociología dooyeweerdiana.i Dooyeweerd relaciona la idea de lo Absoluto con la idea de Dios que excede la diversidad de los diferentes aspectos modales del ser. Cuando lo relativo se hace absoluto, surgen los ―-ismos‖. De igual forma Ellul habla del ―tecnicismo‖ que reemplaza a la técnica. Dooyeweerd analiza la cara normativa estructural de la realidad; Ellul señala lo que sucede en lo que Dooyeweerd llama la ―cara sujeto‖ de las esferas de la ley, que es donde tienen lugar los procesos reales. El estado es ―neutro‖. La idea de la soberanìa de la esfera—fundada en la creación— como condición para la libertad en la sociedad no debe confundirse con una interpretación indebidamente teocrática de la idea bíblica de la soberanía de Cristo sobre cada pulgada de la vida. Esta última tiene que ver con el llamado a sus seguidores a la conversión y la imitación de Cristo al actuar en la sociedad de acuerdo con su voluntad. Regresamos aquí a Calvino, quien señaló al mundo entero como el área que habría de ser redimida y restaurada a su estado original i

En mi libro Teología y economía en la era de la globalización. Un aporte al diálogo con la teología latinoamericana (2007) he relacionado la obra de Ellul con la de Herman Dooyeweerd.

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―primitivo‖ bajo el gobierno de la ley de Dios. Los cristianos no deben hacer en este mundo otra cosa que erigir signos de este Reino que ha de venir. ¿Cuál es el recuento que debe hacerse a partir de las contribuciones del calvinismo y el neocalvinismo a un desarrollo sólido de la economía mundial en el que hayan de leerse dichos signos? Usualmente se dice que encontramos la prueba en el desarrollo del capitalismo que surge a partir de las naciones protestantes.318 A partir de nuestro argumento hasta ahora se debe sacar otra conclusión. Usando las palabras del profesor James Bratt, según Kuyper ―la historia había llevado a los europeos protestantes hasta la cúspide de la pirámide global, había dejado a los africanos en el fondo, expulsado a los amerindios hacia la extinción, y dividido el resto en alguna parte intermedia.319 El estado desastroso de las condiciones del mundo actual se fomentó durante los siglos de expansión económica europea tanto en el continente católico romano de América Latina como en esas otras regiones del sur que fueron colonizadas por ―naciones protestantes‖. i La ―soberanía de las esferas‖ se dañó severamente donde quiera que se puso en juego la soberanía de la ganancia monetaria. Y sabemos que generalmente fue así. El motivo de la ganancia y el argumento del poder imperial siempre han estado entrelazados. Como lo dijo Sir Josiah Child (1630-1699): ―el mercado exterior produce riquezas, las riquezas poder, el poder preserva nuestro comercio y nuestra religión‖.320 La religión establecida apareció como algo que había que preservar mediante el poder, al igual que en la actualidad las personas piensan en términos de un ―choque de civilizaciones‖. Ya no era una fuerza espiritual independiente de revelación que podía servir como la verdad fundamental acerca del poder humano y la forma en que debería usarse para el beneficio de lo que Calvino llama la comunidad de los hombres. Por eso es que Galasso Faria podía escribir lo siguiente sobre la presencia presbiteriana en America Latina durante el siglo XIX: Las misiones, apoyadas por los politicos latinoamericanos liberales, se formaron en el contexto ideológico del Destino Manifiesto, que soñaba con extender el American way of life, su cultura y religión al mundo entero‖.321 ―Ese protestantismo era sumamente subjetivo e individualista, se centraba en la santificación y la salvación, y no estaba así en condiciones de estimular en la sociedad latinoamericana el entendimiento estructural de sus problemas. En otras palabras, aunque los historiadores de la iglesia reconocen que las entidades presbiterianas siempre fueron seguidores de Juan Calvino dentro de su sistema de gobierno eclesiástico, lo mismo no era verdad con respecto a las ideas teológicas de Calvino. De modo que no es erróneo decir, como hacía Dietrich Bonhoeffer acerca de los Estados Unidos, que el protestantismo latinoamericano es un protestantismo sin Reforma.322 Hacia fines del siglo XIX las iglesias presbiterianas, junto con otras iglesias de corte principal, manifestaban una fe puritana, caracterizada por una vida familial ejemplar, disciplina, frugalidad, limpieza, honestidad, y el rechazo de adicciones en combinación con ideas pietistas y premilenaristas que la dejaba sin la perspectiva necesaria para enfrontar los problemas sociales y políticos.323 Después la Segunda Guerra Mundial, una nueva ola de estos misionarios influyendo sobre las iglesias de la corriente principal, volvieron a afirmar ‗una ética de separación del mundo junto con un legalismo riguroso cada vez más vinculado con la clases medias‘.324 Consideraban la acción política y social como inaceptable o por lo menos no religioso. Rechazaban el comunismo, el socialismo y cualquier otra posición de izquierda. Su preocupación política se limitaba al apoyo de los partidos liberales que mantendrían la libertad de predicación como lo opuesto de los grupos clericales y conservadores‖.325

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Es honesto hacia Kuyper admitir que veía el ultimo objetivo de la colonización holandesa en la tarea de asistir las colonias en su camino hacia la independencia.

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Con seguridad, dentro de los imperios europeos se han erigido muchos signos del Reino por los ministros de la iglesia y por cristianos individuales y organizaciones cristianas. La historia es ambigua. Sin perder totalmente su originalidad los calvinistas eran miembros confiables de la nueva sociedad racional en primer lugar. Adam Smith escribió: ―quizás resulte difìcil encontrar en toda Europa un conjunto más educado, decente, independiente y respetable de hombres que la mayor parte del clero presbiteriano de Holanda, Ginebra, Suiza y Escocia‖. 326 Pero una crítica verdaderamente calvinista de las estructuras económicas que surgían en el mundo apenas se desarrolló. Muchas veces la causa de Dios se identificó con la causa de la cristiandad en sí. El cambio del calvinismo del siglo XVI en ―calvinismo moderno de mercado‖ puede ilustrarse por lo que ocurrió en la ciudad de Middelburg en 1596. Llegó un buque portugués que había sido capturado con cientos de esclavos a bordo, procedente de Guinea, África Occidental. Cuando fueron puestos a la venta en la plaza central de la ciudad el pueblo se indignó tanto que los africanos fueron liberados de inmediato. Era la primera confrontación directa de los habitantes holandeses con el mercado de esclavos. La decisión formal de la liberación fue iniciativa del alcalde de Middelburg después de apelar a los Estados de Zelanda. Se ordenó que su proclamación se leyera en todos los púlpitos en Zelanda para que los esclavos se liberaran al día siguiente. Sin embargo, durante los próximos dos siglos muchos buques dedicados al comercio de esclavos salieron sin problemas del puerto de Middelburg. La diferencia consistía en que la mayoría del pueblo no se confrontaba ya con la vista de los esclavos africanos debido a que los buques iban directo de África a las Américas. De hecho, ya en 1596 las autoridades consideraban el comercio de esclavos ilícito solamente cuando estaban involucrados esclavos cristianos, y prohibían la esclavitud solamente en su propio territorio holandés. Además, el dueño del buque apeló dos veces al General de los Estados quien finalmente consintió en permitirle hacer lo que ―considerara adecuado‖, por lo que probablemente todos o la mayorìa de los cientos de personas fueron vendidos a Portugal. No fue sino hasta 1863 que los Países Bajos abolieron la esclavitud en Surinam, y hasta el 2002 que se erigió un monumento nacional a la memoria de la esclavitud en Ámsterdam. Por supuesto, siempre ha habido casos aislados de protesta bíblica contra los abusos en los mercados como en el comercio de esclavos. El bien conocido predicador Bernardus Smytegelt que pertenecía al Nadere Reformatie (―Más cerca de la Reforma‖) y fungió como ministro de Middelburg de 1695 a 1735, consideraba el comercio de esclavos como un pecado grave cometido contra el octavo mandamiento, el robo de hombres convertido en trata comercial. Desde este punto de vista fue amenazado de muerte por representantes de los intereses comerciales pero se dice que sobrevivió al atentado contra su vida gracias a dos ángeles que eran vistos en su compañía.327 En el siglo XIX surgió el neo-calvinismo como fuerza cultural con efectos ampliamente beneficiosos para la sociedad en su conjunto en tanto el ―sistema‖ lo permitìa. De hecho, surgió a partir del movimiento de resistencia contra el liberalismo.i Pero históricamente consistió en la construcción del propio grupo en primer lugar. El desarrollo occidental de los últimos 200 años o más trajo consigo el auge del estado nación como nuevo fenómeno histórico. Significaba el poder i

Por ende la ―crìtica arquitectónica‖ de la sociedad por parte de Kuyper. Bratt cita a Kuyper diciendo que ―debemos reconocer valerosa y abiertamente que los demócratas sociales tienen razón‖ al insistir en que ―lo malo … [reside] en la estructura entera de nuestro sistema social‖ (James A. Bratt, ―Abraham Kuyper‘s Calvinism. Society, Economics, and Empire in the Late Nineteenth Centrury‖, in: Edward Dommen & James D. Bratt (eds.), John Calvin Rediscovered. The Impact of His Social and Economic Thought, Princeton Theological Seminary Studies in Reformed Theology and History, Louisville/Londres, 2007, p. 90).

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político nacional dentro de un territorio determinado. Fue el contexto de lo que ahora se conoce como ―primera modernidad‖, en la que el neo-calvinismo se pudo conformar. La democracia europea—fomentada por el calvinismo, como ya vimos—construyó una comunidad moderna con una experiencia común en la que la política gradualmente produjo o acompañó los logros sociales y económicos, tales como los sindicatos, la educación y los servicios sociales como la salud pública y la seguridad social, siendo parte de la economía moldeada por el mercado en todo lo demás. En los Países Bajos, el movimiento neo-calvinista y el movimiento social cristiano más amplio desempeñaron un papel importante en ello, junto con los socialistas, así como la corriente política individualista liberal. La primera ley de seguridad social—acerca del trabajo infantil—se inició en 1874 por un miembro conservador del parlamento. En la práctica el trabajo infantil dejó de existir definitivamente por la introducción de la educación obligatoria en 1900. La vida nacional resultó bien ordenada, segura y, como dicen las personas, civilizada, solamente alterada por la depresión y la guerra. Estos últimos, sin embargo, se consideraban sucesos incidentales no relacionados estructuralmente con la propia economìa de mercado ―armoniosa‖ y al menos susceptibles de ser corregidos mediante la intervención política nacional e internacional. Al mismo tiempo, el Mercado mundial continuaba desarrollándose a un ritmo acelerado, al igual que la ciencia y la tecnología. En el transcurso del siglo XX la nación bien ordenada sufrió cada vez más presión. El desarrollo económico tomó un carácter cada vez más unidimensional. La eficiencia en su forma capitalista resultó ser la fuerza compulsoria que decidía la vía de una sola senda para la cual ―no existe alternativa‖ (―TINA‖ por sus iniciales en inglés: there is no alternative). Los medios técnicos se desarrollaron de forma exponencial. Dichos medios no podían sino ponerse en uso para obtener ganancias. Cuando economistas renombrados como Myrdal328 y Schumacher329 advirtieron contra la confusión de los medios y los fines, los medios económicos, tanto técnicos como financieros, determinaban su propio uso ya que no pueden dejarse ociosos por la firma comercial que tiene que producir ganancias y producirlas al máximo. El establecimiento científico y técnico experimenta su propio desarrollo automático al inventar a un ritmo acelerado, utilizando medios y descubrimientos para producir más medios y descubrimientos que se ponen en uso. El sistema técnico—que es el sistema técnico-económicopolítico—creció aun más allá de los límites que ya había previsto el presidente Eisenhower al hablar del complejo ―industrial-militar‖.330 Ya existían intentos de conceptualizar algo similar al ―complejo industrial-militar‖ moderno antes de la intervención de Eisenhower. En 1956, el sociólogo C. Wright Mills en su libro La élite del poder (The Power Elite) había declarado que una clase de líderes políticos, empresariales y militares, impulsados por intereses mutuos, eran los verdaderos líderes del estado norteamericano y se encontraban efectivamente más allá del control democrático. En nuestros días el economista Joseph Stiglitz puede afirmar que los Estados Unidos de América están gobernados no por la democracia sino por ―el socialismo de los ricos‖.331

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7 La sociedad técnica y la segunda modernidad Jacques Ellul ha explicado ampliamente cómo la técnica se ha transformado en el ―fenómeno tecnicista‖ (le phénomène techniciste). El desarrollo tecnológico se ha vuelto autónomo, de la misma manera que el desarrollo del mercado que es parte del mismo se comporta de manera autónoma. La tecnología se impone como un automatismo, un universal independiente que se auto desarrolla y se torna cada vez más en un complejo monista omniabarcador que convierte a la propia sociedad en una sociedad tecnológica. Las relaciones humanas cada vez más son conformadas por la tecnología. El capitalismo y el socialismo, puesto que han sido desarrollado ambos como industrialismo, están muy relacionados y son muy similares. i La diferencia es gradual, como se ha puesto de manifiesto por las últimas medidas tomadas por los gobiernos capitalistas en su esfuerzo por rescatar el sector financiero y la economía invirtiendo enormes cantidades de dinero. El mercado ―libre‖ norteamericano siempre ha dependido de las decisiones políticas para subsidiar la industria militar y crear empleos a favor de los legisladores políticos locales. La agricultura norteamericana ha sido ―socialista‖ desde hace mucho tiempo. Su desarrollo tecnológico ha sido socializado casi enteramente. 332 El estado y el mercado son parte de un solo sistema tecnológico. En la sociedad moderna el individuo y el colectivo están íntimamente entretejidos. El hecho de elegir políticos alternativos para que estén a cargo de la parte política del sistema no altera al sistema en sí. Es por ello que el presidente Obama tiene grandes dificultades para tener éxito; el poder tecnológico se resiste por ser la estructura misma de la sociedad, el cual, como ha mostrado Ellul, sustituyó la estructura capitalista del siglo XIX. La técnica siempre ha sido parte de la cultura, pero en el pasado estaba imbricada en la sociedad.333 Sin embargo, después de la Revolución Industrial la Máquina tomó el poder. ―El paso que convierte a los mercados aislados en una economía de mercado, a los mercados regulados en un mercado auto-regulador, es verdaderamente crucial. El siglo XIX imaginó ingenuamente que tal desarrollo era el resultado natural de la expansión de los mercados.ii No se percataban de que el engranaje de los mercados en un sistema auto regulador de tremendo poder no era el resultado de ninguna tendencia inherente de los mercados hacia el crecimiento, sino más bien el efecto de estimulantes altamente artificiales administrados por el cuerpo social para enfrentar una situación creada por el fenómeno no menos artificial de la máquina. No se reconocía entonces la naturaleza limitada y poco expansiva del modelo de mercado como tal y, sin embargo, es un hecho que surge con claridad convincente en la investigación moderna‖.334 Ese cuerpo social administró, con seguridad, una dominación férrea y un control social tanto en las metrópolis como en las colonias para ayudar a desarrollar los mercados de forma mucho más i

En Teología y economía (p. 13-50) hice una síntesis de la similitud entre el capitalismo y el socialismo (histórico) apuntando a las características del industrialismo que tienen en común: el productivismo y el crecimiento, la fe en el progreso, la fe en los sacrificios sociales en función del sistema, los mecanismos para controlar la sociedad y la burocracia. Efectivamente los dos emanan de una visión comuna (hobbesiana) de la sociedad. ii Por supuesto esta visión generalmente refería a Adam Smith. Sin embargo, Smith, típicamente analizaba la sociedad europea antes de que los efectos de la Revolución Industrial se habían manifestado – lo que sucedió durante la segunda mitad del siglo XIX. Adam Smith, como también hacía Calvino, describía otro mundo que el nuestro (RH).

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que ‗natural‘. Las necesidades de la máquina eran ilimitadas, por ende las necesidades de salidas para los productos de los mercados eran ilimitadas, supuestamente justificadas por el postulado antropológico del ―motivo económico‖. |(El) fabuloso éxito material (de la Era de la Máquina) se debió a la subordinación del hombre a las necesidades de la máquina con disposición y verdadero entusiasmo. El capitalismo (del Laissez faire) fue, en efecto, la respuesta inicial del hombre a los retos de la Revolución Industrial. Para dejar margen al uso de la maquinaria poderosa y elaborada, transformamos la economía humana en un sistema auto-ajustado de mercados y echamos nuestros pensamientos y valores en el molde de esta innovación única‖. 335 ―…El trabajo y la tierra se convirtieron en mercancías, es decir, se trataban como si se produjeran para la venta. ( ) El verdadero alcance del tal paso puede apreciarse si recordamos el trabajo es otro nombre para el hombre, y la tierra para la naturaleza. ( ) Un mecanismo institucional controlaba a los seres humanos en sus actividades diarias así como los recursos de la naturaleza. Este instrumento de bienestar material estaba bajo el único control de los incentivos del hambre y la ganancia—o, más precisamente, el temor de no contar con lo necesario para vivir, y la expectación de la ganancia‖. Siempre han existido los mercados, ―pero los mercados aislados no se vinculaban en una economía.336

En el transcurso de los siglos XIX y XX, la tecnología—la tecnología económica y la relacionada con ella—tomó una apariencia totalmente diferente. Se convirtió en la Cultura en sí, absorbiendo a la sociedad. La Técnica—Ellul escribe una T mayúscula—no solamente indica la utilidad de la ―máquina‖. La palabra no se usa porque ahora existen tantos aparatos mecánicos o existe tanto desarrollo técnico. No se trata de cantidad sino de calidad. La ―técnica‖ se ha convertido en ―tecnicismo‖. Se ha desarrollado en un sistema autónomo. Entre los años 1000 y 1750, el mundo fue testigo de un desarrollo técnico continuo pero lento, basado en incontables experimentos en todos los campos, en la pequeña industria, en el transporte, en el campo financiero. La sociedad pudo absorber fácilmente estos cambios sin sufrir choques violentos. La violencia del mercado del siglo XIX cambió todo esto. Con el desarraigo del campo inglés y sucesos similares en todas partes, la Técnica fluyó más allá de los límites de la sociedad, ahogando el individuo proletario que fue dejado sin protección contra los ataques de la tecnología y el estado. El resultado fue que las estructuras tradicionales y las tradiciones enraizadas—como se evidencia en la ética cristiana—fueron, a través de la nueva flexibilización social, aplastadas de forma lenta pero segura.337 La Técnica se convirtió en la máquina del progreso.338 El inventor gobernaba. La industria, la clase media, y el estado como cuerpo se esforzaban por encontrar los medios tecnológicos más adecuados a pesar de las demostraciones públicas contra la máquina. Hasta Karl Marx se sumó, proclamando que las ―fuerzas productivas‖ de la técnica en el marco del ―modo de producción capitalista‖ serìan de importancia histórica decisiva, ―transformando toda la estructura económica de la sociedad de forma incomparable con cualquier etapa anterior‖. Después de los años 1850, cuando lentamente la prosperidad de Europa comienza a tocar a la clase obrera, se estableció la creencia que toda la existencia humana sería transformada por el progreso técnico. La creencia en el progreso se hizo universal. Hasta la ―izquierda‖ la abrazó. El factor que transformó la ―técnica‖ en ―Técnica‖ se hizo evidente en la ausencia de obstáculos al desarrollo técnico. La sociedad moderna está totalmente gobernada por la administración técnica. La Tecnología no se juzga por otro criterio que no sea el de la propia Tecnología. Las normas de justicia, la ética, la teología, las consideraciones estéticas, todas, al final, deben, por pura necesidad, sucumbir a la única alternativa óptima: ―la única solución más eficiente, el menor

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de todos los males‖. Hasta la economìa y la polìtica, la psicología y la ciencia de la organización, se han vuelto Técnica, sujetas a lo que Ellul llana el Sistema Técnico o el ―fenómeno tecnicista‖. El individuo moderno tiene que, por así decirlo, convertirse en la materia prima para este desarrollo técnico. El o ella es, predominantemente, observador u observadora e impotente. En su vida personal y social experimentan en todas partes los efectos de tal desarrollo anónimo, contra el que tienen muy poca defensa, pero tienen que adoptar si no quieren perecer o ser excluidos. Ellul traza un cuadro dramático que abarca todos los campos de la cultura. Solamente la técnica puede resultar ser una fortaleza contra la técnica, lo que a su vez refuerza el sistema tecnicista, con sus tendencias totalitarias. Basta con mencionar el desarrollo en la seguridad social. Predomina la consideración de la eficiencia, no el color del partido político en el poder ni el proceso de decisión de los socios. Los referéndums son una ilusión. En Estados Unidos los métodos técnicos de propaganda y el efecto de las inversiones monetarias en la campaña política dominan las elecciones, en lugar del contenido de una plataforma política bien concebida. Lo mismo se aplica al poder militar, donde la violencia técnica enfrenta la violencia técnica. El estado democrático, en su esfuerzo por dominar a la sociedad, utiliza medios que son idénticos a los del estado dictatorial. La red del ―progreso‖ se enreda y se hace irreparable cada vez más. La guerra moderna como tal es un efecto de la ―sociedad tecnológica‖ i y es técnica en sì misma. Ha surgido un ―ambiente Técnico‖ (milieu technique). Se producen también efectos colaterales negativos que a menudo son imprevistos. El remedio es el uso de más técnica. El estado—como parte central del proceso técnico—refuerza el estado de la misma manera que la técnica refuerza la técnica. Aun el estado que desee derogar ciertas regulaciones puede hacerlo solamente sobre la base de su gran influencia técnica. Al matrimoniarse con la Técnica, el mercado tiende a absorber la totalidad de la vida social, incluyendo la salud pública y la educación, que son por naturaleza no comerciales. Estas cada vez son menos dirigidas por sus propias normas intrínsecas, de acuerdo con la soberanía de las esferas, sino que deben obedecer las fórmulas requeridas por la ―sociedad tecnológica‖. Nuestra sociedad está enfocada en objetivos sólo de forma nominal, puesto que está impulsada y constreñida por los medios que son producidos automáticamente por nuestra sociedad técnica y su matrimonio con el motivo de la ganancia. La globalización se ha hecho inevitable ya que es consecuencia del desarrollo de la técnica. Las comunidades tradicionales y las minorías culturales están condenadas. Las técnicas humanas como en el campo de la comunicación, la psicología social y la propaganda son parte del enfoque tecnológico. La soberanía de las esferas ha sido minada casi al punto de la desaparición. Las diferentes órbitas funcionales o esferas de la vida se han convertido en fuerzas competitivas independientes y en gran medida se han asimilado a la ―sociedad tecnológica‖ y se comportan de forma autónoma. La opinión pública es un producto técnico producido por los medios masivos.339 Los grupos profesionales han establecido su dominio sobre un monopolio específico: el derecho, la medicina, i

Ellul nunca usa este término, y en este libro también lo evitamos. La traducción de su libro al inglés [Ellul 1967; también Ellul 1980] lleva este título, pero no cubre el concepto, como lo comprueba el texto del libro mismo. Los norteamericanos no distinguen bien entre ―tecnologìa‖ y ―técnica‖ o ―tecnicidad‖, de ahì la traducción del tìtulo del libro de Ellul: The Technological Society. En Europa pasa a veces lo mismo, aunque en principio se distingue entre ―técnica‖ y ―tecnologìa‖. ―Tecnologìa‖ es el discurso o la teorìa de la técnica. Ellul, en cambio, habla de la ―Técnica‖ misma o del ―fenómeno tecnicista‖ moderno.

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el periodismo, la economía, la tecnología, etc., de forma tal que ―la antigua ‗racionalidad funcional‘ se ha convertido desde hace tiempo en ‗irracionalidad organizada‘.‖ 340 Es así como la sociedad moderna se ha integrado y hasta ―globalizado‖. Ya no existen órbitas separadas como en las sociedades desarrolladas de los siglos XIX y principios del XX, y hasta en las sociedades locales tradicionales. Las esferas sociales que, según el desarrollo histórico sólido deberìan ser ―soberanas en su propia esfera‖ están siendo minadas por doquier. Estos espacios de libertad son los que Ellul tenìa en mente cuando señalaba ―los antiguos lazos involucrados en la moral, la religión tradicional, los grupos humanos a pequeña escala, la razón, la familia, la cultura‖.341 Cada vez se encuentran más a la defensiva, sometidos a la ―sociedad afluente‖ (Galbraith) que, además, crea la pobreza masiva más allá de sus fronteras. Vimos la observación de Keynes acerca de los ricos que ―han fracasado estrepitosamente en su mayoría, ( ) —aquellos que tienen un ingreso independiente pero sin asociaciones o deberes y vínculos”.342 Al mismo tiempo ―es un problema que atemoriza a las personas comunes, sin talentos especiales, en su ocupación, especialmente si ya no tienen raíces en la tierra o en las costumbres o en las apreciadas convenciones de una sociedad tradicional‖.343 El consumismo se ha convertido en el imperativo tecnológico. La religión no se extinguió, más bien cedió mucho terreno a los ―nuevos demonios‖.344 La ideología moderna, como ha dicho Ellul, ataca el corazón del hombre. Vivimos ahora en la ―sociedad de riesgo‖ (Beck), a la que se referìa Segundo cuando dijo que la inseguridad radical arrastra consigo una ―cantidad desproporcionada de ‗positivismo‘ en ciertas actitudes o momentos que sobrepasan la inseguridad‖. Los hombres modernos buscan refugio del medio social hostil y caótico en la superficialidad homogénea de los medios masivos que se convierten en el punto de referencia de la opinión pública y de nuevas relaciones comunitarias de masa virtuales. Éstas, como ha señalado Segundo, están atadas como árboles por sus hojas pero no por sus raíces. Los hombres buscan refugio no solamente en el barrio, la familia y las amistades, sino además y cada vez en mayor grado, en el entusiasmo exuberante por los deportes de los que no entienden las reglas del juego y en los que se pueden perder en conjunción con otros ―en interpretaciones en blanco o negro sin responsabilidades o signos de interrogación‖. 345 La política se ha vuelto un espectáculo muy similar. Calvino analizó los procesos del mercado pero no la ―economìa de mercado‖ en su forma nueva y generalizada que se apoderó de gran parte de la sociedad después de él. No fue testigo aún de la llamada ―Sociedad Económica‖. Hasta ahora hemos visto que el pensamiento calvinista original se distancia al enfrentarse al modernismo del mercado. Puede haber creado instituciones eclesiásticas fuertes y ejercido una influencia democrática profunda y demostrable en la sociedad, pero al enfrentarse con circunstancias económicas totalmente nuevas no fue capaz de ―formular doctrinas sociales en términos nuevos y vivos‖.346 La democracia siguió una mentalidad de mercado general que conquistó al mundo en la que las naciones protestantes ocuparon posiciones de poder imperial. Mientras tanto, la democracia había perdido mucho de su contenido y en gran medida tomó un carácter formal. Se supone que la libertad esté garantizada por las instituciones democráticas en sí mismas,347 sin importar cómo éstas se estructuren, cómo se integren al sistema Técnico o cómo se comporten. El desarrollo económico resultó ser unilateral y extremadamente desigual. Sin dudas trajo aparejado un tremendo desarrollo en la expectativa de vida y las condiciones económicas generales solamente para los de adentro. Sin embargo, las iglesias y los cristianos criticaron el sistema implícitamente sobre todo ejerciendo la caridad a un micro nivel 72


para corregir las situaciones inhumanas, como la falta de salud pública y la educación para los pobres. Si bien la teología económica calvinista durante la primera modernidad permitió que la ética en gran parte fuera determinada por el mecanismo del mercado y la pura ganancia, los retos de nuestra segunda modernidad son de una escala infinitamente mayor. La Sociedad Económica ha pasado a ser la Sociedad Técnica, el complejo industrial-militar ha pasado a ser el complejo tecnicista informático-militar-industrial-político-cultural-psicológico. Sociólogos como Ulrich Beck describen la globalización como una situación nueva que nos plantea preguntas acuciantes para las que el antiguo esquema de la derecha y la izquierda ya no tiene respuestas. 348 En cuanto al tema fundamental de la desigualdad económica planteado por Calvino, Zygmunt Bauman ha destacado que los pobres y los ricos ya no se sientan a la misma mesa. ―Los ricos, que casualmente son los actores con más recursos y mayor poder en la escena política no necesitan de los pobres, ni siquiera para la salvación de sus almas (que, de todos modos, ni creen tener, y cuyo cuidado no considerarían digno de interés) ni para seguir siendo ricos ni para hacerse más ricos aún (cosa que, según creen, sería más fácil si no existiera la exigencia de repartir parte de su riqueza entre los pobres)‖.349 El proceso económico real se oculta detrás de lo que Bauman ha llamado la ―elusiva universalidad‖ que ―socava las prerrogativas morales de las comunidades ahora transformadas en unidades administrativas homogéneas del estado-nación‖.350 ―La homogeneidad interna es esencialmente una creación del control estatal‖;351 influye sobre todas las cosas y todas las personas. Implica la tendencia hacia la erosión de toda soberanía de las esferas en la sociedad. Sin embargo, en la era de la globalización surgen también nuevas posibilidades históricas. Para su supervivencia, los estados tienen que transformarse en ―estados transnacionales‖; es decir, en agentes nuevos y creativos de globalización que reconocen que ―estado‖ y ―sociedad‖ no son idénticos.352 En cuanto a la soberanìa de las esferas, surge actualmente la pregunta: ―¿Qué significa polìtica, derecho, cultura, y sociedad civil en la sociedad mundial transnacional?‖353 Está claro que el concepto neo-calvinista de la soberanìa de las esferas surgió durante la ―primera modernidad‖ en la que la sociedad era esencialmente una sociedad de estado nacional, caracterizada, al menos en los países desarrollados, por el capitalismo y la democracia. Por el contrario, la segunda modernidad significa individualización, crisis ecológica, vulnerabilidad, desempleo, desigualdad extrema, globalización,--consecuencias inmediatas de lo que Ellul ha llamado el fenómeno tecnicista. Muchos sociólogos se preguntan ―si, mediante la globalización, el mundo representacional de los ámbitos parciales dotados de su propia lógica y funcionalmente diferenciados no se ha vuelto en realidad más cuestionable‖.353 Pero el asunto ha de reconsiderarse en nuevos términos. Beck señala que la sociedad mundial remite a una especie de nuevo mundo, una especie de continente no investigado que se abre a una tierra de nadie transnacional, a un espacio intermedio entre los Estados nacionales y las sociedades nacionales. Como consecuencia, se produce una diferencia de poder entre la política del Estado nacional y las posibilidades de acción de las sociedades mundiales. Esto no sólo aparece en la relación de los Estados nacionales para con las empresas multinacionales—esta diferencia de poder aparece aquí con suma claridad—sino que también determina, por ejemplo, la vinculación del derecho transnacional, la persecución de la criminalidad transnacional, las posibilidades de realización de una política cultural transnacional, las posibilidades de acción de movimientos sociales transnacionales, etcétera.354

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Beck ha llamado a la sociedad mundial moderna la sociedad del riesgo. Realmente trae aparejada ―la politización involuntaria de todos los campos de actividad social como resultado de los conflictos de riesgo‖.355 Esta politización tiene lugar como consecuencia de la despolitización del estado.356 En la sociedad del no estado global de la segunda modernización aparecen todo tipo de personas activas, movimientos e instituciones aparte de las corporaciones multinacionales (que controlan más de la mitad del producto mundial). A la vez, el hecho de que los estados no son ya los principales actores no altera el hecho que aún son los coordinadores centrales. Su posición subordinada sigue siendo importante dentro del sistema técnico y con respecto a su territorio nacional. ―El estado (nacional) no soló está anticuado sino que además es irrenunciable; y esto no sólo para garantizar la política interna e internacional, los derechos políticos fundamentales, etcétera, sino también para configurar políticamente el proceso de globalización y regularlo transnacionalmente‖.357 Con respecto al desempleo estructural producido por la tecnología altamente desarrollada de capital intensivo, Beck señala: En el lugar de la figura social del empleado y del trabajador como contrapuestos a capitalistas y empresarios aparece, por una parte, el modelo del trabajador autónomo, y, por otra, la del empresario público. El trabajador autónomo sabe que ya no le es posible por más tiempo continuar contando con un trabajo que otros estén obligados a darle; si no lo tiene en cuenta será él el culpable y no los otros. Sabe, y procede en consecuencia, que ‗su‘ trabajo ha de basarlo y hallarlo en el sentido de un valor de uso ampliado (y ahí están implicados los tres factores, el social, la utilidad y el valor). Ello presupone no sólo una gran identificación con las necesidades ajenas, sino también con el trabajo. El trabajo autónomo siempre conlleva, en este sentido, trabajo en sí mismo y para los demás.358

De nuevo aquí nos encontramos una sorprendente similitud con Calvino, quien en su propia época turbulenta enfatizó la responsabilidad pública de todos.359 Para Beck el estado ya no es el marco de referencia más importante. Para Calvino nunca lo fue. Ya no es ―el contenedor de la sociedad‖ de acuerdo con la filosofìa de la nación-estado del siglo XIX. La globalización, que constituye la sociedad mundial desorganizada, ―significa que surgen oportunidades de poder, espacios de lo social en el quehacer, la vida y la experiencia que destripan y ponen patas arriba la ortodoxia de la polìtica y de la sociedad‖.360 ―Sin seguridad material no puede existir libertad polìtica; ni por tanto democracia alguna‖. 361 En la búsqueda por una alternativa al sistema global actual será necesario no reducirla de forma economicista a su lógica del capital, claramente unidimensional.362 La globalización, con su interacción entre lo ―local‖ y lo ―global‖, debe convertirse en nuestro tema de reflexión ―desde el inicio y en términos nuevos y vivos‖.363 El capitalismo proporciona cada vez menos empleo. En gran medida, el ―desarrollo‖ económico que experimentamos es ―desarrollo sin empleo‖. Como ha expresado Ellul, no es el capitalismo el que destruye el capitalismo—como lo profetizó Marx—sino el Sistema Técnico. En las palabras de Beck, el capitalismo de sólo-y-todavía propietarios que no se propone otra cosa que el aumento de los beneficios y se inhibe respecto a de los trabajadores, del Estado (asistencial) y la democracia, está socavando su propia legitimidad. Mientras crecen los márgenes de beneficios de los empresarios que actúan a nivel global, estos están privando a los Estados desarrollados de puestos de trabajo y contribuciones fiscales, a la vez que cargan sobre las

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espaldas de los demás los costos del paro y de la civilización avanzada. Dos pobres crónicos —el erario público y las cotizaciones de los aún empleados— deben financiar ellos solitos muchas cosas de las que también los ricos disfrutan: el lujo de la segunda modernidad, escuelas y universidades altamente desarrolladas, sistemas viarios y de transporte en perfectas condiciones, protección del agro, seguridad ciudadana, actividades culturales y de ocio…364

Sin embargo, el pensamiento actual, no sólo de los políticos, está aún capturado dentro del esquema de pensamiento de la sociedad industrial que pertenece a la primera modernidad. Charles Hardy, autor de muchos libros sobre administración empresarial, critica con agudeza la enorme desigualdad de ingresos del capitalismo actual. Aunque en la actividad empresarial son las personas quienes se arriesgan, se le da prioridad a los modelos, las cifras y las ganancias. Ningún economista es capaz de explicar teóricamente el valor marginal que supuestamente se produce por los enormes ingresos de los CEOs y otros administradores o banqueros élites. Cuando se dice que esos salarios y estímulos tan altos son necesarios para vincular a esas personas a la corporación para mantenerlas fuera del alcance de los competidores —el famoso argumento acerca de cómo se supone que funcionen los mercados-, la respuesta debería ser: déjenlos ir, el negocio continuará. Precisamente el hecho de que su desempeño produce tan poco valor intrínseco parece ser la explicación de su remuneración extremadamente alta: van a trabajar no por la importancia de su trabajo sino por el dinero. La satisfacción personal en sectores como la educación o la salud pública es mucho mayor debido al significado del trabajo en sí.365 Arthur Levitt, consejero de inversiones especulativas y antiguo presidente de la Security and Exchange Commission de los Estados Unidos, al participar en una reunión en Ámsterdam, comentó sobre la crisis financiera, diciendo que actuaríamos sabiamente si regresáramos a valores tradicionales como la familia y el vecindario. Es el lugar donde los ciudadanos del mundo económicamente activo tienen que vérselas con sus reveses y confrontar la crisis económica. Alguien le preguntó: ¿Cómo, entonces, invertiría Ud. su dinero como inversionista especulador? Después de dudar, respondió: ―serìa mejor hacerlo en la escuela pública del vecindario‖.366 Ulrich Beck, en su discurso sociológico, hace una observación en la que podemos reconocer una analogía teológica.i ―…Los problemas morales nunca se resuelven mediante la violencia y la amenaza. El día en el que Amnistía Internacional adquiera una ametralladora o una bomba atómica, esta organización dejará automáticamente de tener credibilidad y posibilidad de influjo real‖.367 Amnistìa Internacional es ―débil‖ y su fortaleza reside en su debilidad. Nos volvemos ahora a la relación entre teología y economía, relación que generalmente es negada por la economía actual.

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Herman Dooyeweerd apunta a las analogías que los otros aspectos tienen dentro cada aspecto modal de sentido particular de la realidad, lo que muestra la coherencia de sentido entre las ―soberanìas de cada propia órbita‖.

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8 LA TEOLOGÍA Y LA ECONOMÍA Cuando hablamos del calvinismo para el siglo XXI nuestra orientación será de nuevo el propio Calvino. Hemos visto que el calvinismo posterior ha sido en gran medida parte de la sociedad moderna que nos circunda y su moralidad económica implícita. Por ende, parece apropiado después de tratar de comprender el enfoque de Calvino a la vida económica de forma hermenéutica, permitir que nos enseñe de nuevo. Una hermenéutica sólida nos permitirá hacerlo a pesar de circunstancias radicalmente diferentes. Ello es posible considerando el punto de partida igualmente radical del propio Calvino que es la Palabra de Dios. Ellul ha enfatizado el hecho de que la cultura profundamente tecnicista que nos rodea solamente puede enfrentarse por un nivel igualmente profundo de reflexión. El pensamiento calvinista es un pensamiento radical, como ha esclarecido Herman Dooyeweerd al referirse a la radix, la raíz creacional de todas las cosas sobre las que ha de reflexionar el corazón humano. Debemos tener en cuenta, como lo hizo Calvino, los signos de nuestra atribulada era.368 Hemos visto que su propia época no era menos confusa y turbulenta. La tarea consiste en nada menos que repensar la iglesia y la sociedad. En cuanto a la economía, el criterio calvinista sin duda es la suerte de los pobres. De eso se trata la economía. Comienza Calvino, como ya mencionamos,369 a partir de dos principios fundamentales de las enseñanzas cristianas: en primer lugar, ―la solidaridad de la raza humana que se expresa en la intercomunicación de los bienes materiales‖, y, en segundo lugar, ―la noción cristiana de justicia social en virtud de la cual no es justo solamente lo que esté en conformidad con el derecho positivo sino lo que se desprende del amor al prójimo‖. La Reforma del siglo XVI fue en gran medida de la mano con la lucha social activa por la justicia económica como los movimientos de campesinos y obreros con los que la Reforma interactuaba social y teológicamente.370 El pensamiento social cristiano históricamente ha sido una reflexión teológica y teórica sobre la vida práctica en primer lugar. Está en concordancia con el dicho de Calvino que la fe cristiana no es la lengua sino la vida misma. Una de las cosas más asombrosas acerca de la teoría económica es que no tiene que ver directamente con los pobres, que es el problema económico fundamental. Se supone que los pobres saben arreglárselas por medio del mercado, ya sea el mercado ideal casi prefecto o el mercado real, no importa cuán unilateral o monopolizador sea. Basta para el mercado que funcione y todo lo demás es ética, política, filantropía, sociología o periodismo irracional, o hasta extremismo. Ello es muy en contradicción con cualquier visión bíblica sobre la economía. Pocos economistas se han dado cuenta de tan flagrante contradicción. ¿Por qué los médicos sanan a los enfermos y los economistas no se preocupan por la curación de los pobres? No obstante, sí existen dichos economistas. Como ejemplo podemos mencionar a Jeffrey Sachs, quien al confrontar la realidad económica local y concreta gracias a algunos de sus alumnos latinoamericanos se dio cuenta que la economía era acerca de la inclusión, y no la exclusión, de los pobres. ―Me ha tomado veinte años darme cuenta de lo que deberìa ser una buena economìa del desarrollo y aún estoy aprendiendo‖, escribe Sachs. ―Me di cuenta desde el inicio de mi actividad consejera de que mi entrenamiento formal no era adecuado para esa tarea‖. Por tanto propone ―un nuevo método para la economìa del desarrollo, uno que llamo economìa clìnica‖. La

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economìa ―puede mejorar dramáticamente‖ si incluye ―algunas de las lecciones claves de la medicina moderna, tanto en la ciencia subyacente como en la sistematización de la práctica clìnica, el punto en que la ciencia tiene que ver con un paciente en particular‖.371 Fue la realidad económica lo que cambió la orientación de Sachs. Apelar al sufrimiento económico real de las personas es algo que está típicamente alejado del razonamiento económico académico. Este último se satisface con la consistencia de sus modelos y la producción de las teorías dentro de su propia lógica y su propia esfera profesional.372 Una encuesta entre estudiantes norteamericanos de economía en algunas de las más renombradas universidades del país mostró en cierta ocasión que solamente el 3% de ellos se interesaban en la realidad económica. Solamente aspiraban a una carrera dentro del establecimiento económico académico corporativo para el que el uso de los modelos matemáticos les abría un camino.373 Pero si existe una verdad impulsora en el pensamiento calvinista es acerca de la unidad radical—en el sentido dooyeweerdiano—de la experiencia y la teoría. La riqueza económica no es un mundo autónomo en sí mismo. Acerca del economista Sismondi, que es del linaje espiritual de Calvino, se cuenta que en una larga conversación que sostuvo con el economista clásico inglés David Ricardo en Ginebra, poco tiempo antes de la muerte de este escritor inglés, exclamó: ―¿Qué? ¿La riqueza acaso es todo? ¿Y los hombres no son nada?‖ Sismondi halló que sus colegas de la economía clásica ―no tenìan en cuenta la creación de Dios; el hombre, el objeto y fin de toda ciencia; ( ) al dejarse absorber por la búsqueda del bienestar físico, se olvidan tanto de nuestro origen celestial como de nuestras tendencias inmortales‖. En los maestros de la nueva ciencia como en sus discìpulos ―repudiaba la adoración de la materia‖.374 El biógrafo añade algunas líneas que también pudieran escribirse acerca de la vida de Calvin; a saber, que Sismondi soportaba su propio sufrimiento ―con esa firmeza inquebrantable que habìa sido formada en el transcurso de toda su vida. Una religión llena de esperanza y amor, que coloca la oración en las relaciones íntimas de la criatura con su Creador, y en el esfuerzo por conformarse a su misteriosa voluntad, añadía la heroica generosidad de resignación a la fortaleza que se había desarrollado en él, por el constante hábito de hacer que sus acciones coincidieran con sus principios y sus escritos‖.375 Me parece que encontramos aquí la clave de cómo pensar teológicamente acerca de la economía—dos campos del conocimiento que la economía actual considera herméticamente separados entre sí. La teología calvinista, por el contrario, no es un compartimiento separado de la vida; ni lo es la economía. La relación entre el aspecto económico y el de la fe es mutua, porque ambos están enraizados en la creación. La teología tiene que ver con la vida toda y también la economía. La realidad concreta es indivisible; una misma decisión real funciona en todos los ―aspectos modales‖ de la realidad. Se reflejan en el mismo único ―punto de concentración religioso‖ (Dooyeweerd) que es el corazón humano. Por tanto, la experiencia en la vida real no puede divorciarse de la teoría y la teología. Es esto lo que en consecuencia practican con eficiencia los economistas de la vida real. En este sentido hace falta hacer algunas observaciones. 1. No existen atajos La teología no es la economía. A menudo los teólogos buscan atajos fáciles hacia la economía que obstaculizan cualquier comunicación posible entre los dos campos. No solamente la economía, sino también la teología puede comportarse de forma tal que se cierre dogmáticamente en sí misma. Esta ha sido la crítica histórica que la teología de la liberación le ha hecho a la teología liberal académica. Muchas declaraciones eclesiales, principalmente protestantes, se 78


satisfacen con su auto-señalado carácter ―profético‖. El argumento es negativo: cómo no deben hacerse las cosas. Sin embargo, a los economistas les gusta construir, realizar cosas, servir al ―desarrollo‖ positivo. 2. La teoría económica (así como la teología) puede servir a otros señores El estándar del análisis real en la economía mayoritaria está determinado por el establecimiento científico que está íntimamente vinculado con el sistema económico impuesto. Los economistas hacen sus predicciones sobre la base de lo que ya es. Robert Triffin escribió: ―Deploro la tendencia prevaleciente de muchos consejeros económicos de parecer más interesados acerca de ser buenos en el pronóstico que buenos consejeros, y de esa manera alentar a sus clientes a aceptar segundas o terceras soluciones antes que luchar por las mejores. Esto puede ser sabio para los consejeros oficiales, desde el punto de vista de la carrera, pero los expertos académicos y los educadores deben colocar el énfasis principal en educar a los oficiales y a la opinión pública, a riesgo de que sus consejos sean rechazados por los políticos como prematuros, o demasiado difíciles de seguir. La política no es simplemente el arte de lo posible. Debe ser, mucho más que eso, el arte de hace posible mañana lo que parece imposible hoy”.376 Un concepto central en la economìa es la función de utilidad de (los consumidores o los productores). ―Tal conversión forzosa a una visión utilitarista fatalmente distorsionó la comprensión de sí mismo del hombre occidental”.377 De hecho, lo que se practica es—como ha señalado Ellul—la utilidad para el sistema. Es en dicho sistema que los economistas hacen su carrera. El sistema define la dirección de la teoría y la condiciona. 3. La experiencia de la vida diaria y la (supuestamente autónoma) teoría Parece que nunca las dos se encontrarán. Sin embargo, pueden encontrarse efectivamente cuando se basen en lo que tienen en común. Es decir, la vida concreta experimental en primer lugar, en términos de un mundo compartido y una humanidad compartida. La teología y la economía reflexionan sobre la sociedad de la que son parte. No lo hacen de igual manera, pero ambas se encuentran en la faz de los mismos fenómenos. Porque los hechos económicos son hechos. La cuestión es si son prefabricados o deformados o no para ajustarse al modelo teórico para desempeñar su papel como ―variables económicas‖ dentro de un sistema de pensamiento autónomo cuya relación con la vida real está por verse después. Los hechos concretos muestran muchos aspectos. Un economista pretende investigar el aspecto económico; un teólogo arroja luz sobre el aspecto de la fe. Si se encuentran o no depende de la actitud fundamental de ambos, de su compromiso, su vida y su visión del mundo, sus convicciones más profundas, su criterio acerca del hombre, su fe y su sabiduría y visión teóricas. Es solamente a un nivel tan profundo que puede tener lugar la comunicación vital entre estudiantes de diferentes materias. 4. Un economista también cree Hablamos hasta del ―espìritu‖ de un cierto sistema económico. El economista colonial holandés J.H. Boeke (1884-1956) ha explicado el carácter espiritual de la ―economìa oriental‖ como radicalmente diferente del ―espìritu del capitalismo‖. No solamente debemos estar conscientes de la fe explícita o implícita dentro de la economía, también la teología presupone una fe subjetiva. El bien conocido teólogo de la liberación Gustavo Gutiérrez dice: ―El discurso sobre la fe es una segunda etapa en relación con la vida misma de la fe. ( ) Hablar de Dios (teo-logía) viene después del silencio de la oración y después del compromiso‖.378 La implicación es que la teología no puede monopolizar la reflexión acerca de la fe. Esta es una visión calvinista fundamental. Por la misma razón, el teólogo de la liberación brasilero Jung Mo Sung no quiere hablar ya acerca de la 79


teología de la liberación sino acerca del cristianismo de la liberación. 379 En realidad muchos cristianos no solamente actúan sino que también reflexionan acerca de su fe sin ser teólogos, sea o no a través de una formación teórica explícita. Al hacerlo sus ojos se abren también a muchos aliados, cristianos y no cristianos, con quienes pueden entrar en una ―alianza por la justicia‖.i 5. El corazón humano La pregunta acerca de la importancia tanto de la teología como de la economía (y por ende acerca de su relación mutua) está determinada por una pregunta previa: ¿importante con relación a qué o a quién? En otras palabras, ¿como se vinculan la experiencia de mil millones de hambrientos en el mundo y la teoría? De nuevo aparece aquí lo que tienen en común la economía y la teología. Es el centro mismo de la reflexión humana donde ambas se relacionan entre sí. Juan Luis Segundo lo ha llamado la convicción profunda que ha sido expulsada de la sociedad de consumo. Las mayorías de consumo de la sociedad moderna son factores multiplicadores del desarraigo y de la inseguridad porque aun la permanencia prolongada en ella y la preparación o educación para integrarla sólo arraigan a la sociedad lo que el hombre tiene de más superficial‖.380 ―Pedirle a la sociedad moderna que vehicule, a través de su red de comunicaciones masivas, un pensamiento profundo y coherente es pedir peras al olmo‖.381 En la sociedad moderna ―las condiciones para una convicción personal pasan hoy día necesariamente por los criterios de una conciencia social.382

La antropología y las Escrituras cristianas en sí mismas señalan al corazón como el portador de esta convicción personal, ―de donde fluyen las fuentes de la vida‖ (Proverbios 4, 23). Allì, el pensamiento teórico recibe su dirección en la unión del corazón y la mente. ―La fe ( ) no es un órgano o capacidad al lado de y encima de la razón, sino una convicción, una propiedad de la razón misma‖.383 En la Biblia el corazón no es simplemente el asiento de la emoción sino fundamentalmente el asiento de la voluntad, que es una voluntad de la fe. El corazón puede estar abierto o cerrado (ver 1 Juan 4, 20). Bajo circunstancias reales que han de interpretarse, influye la selección de la vida profesional y la forma en que se practica. 6. La realidad excluida por la razón En los cìrculos académicos no es ―adecuado‖ considerar la teorìa económica como responsable de una imagen distorsionada de la realidad concreta. Se considera como parte del juego. El único requisito científico es la consistencia del modelo y la teoría en sí. La teoría se prueba contra la teoría en lugar de tomar en cuenta la vida económica real de las personas. Usualmente no se hace la pregunta sobre de quiénes son los intereses que se arriesgan (el mercado debe encargarse de eso). Sin embargo, de nuevo podemos referirnos al economista clásico—el que acuñó el término ―proletariado‖—quien respondió por su trabajo teórico en términos de una profunda convicción. Al final de su vida Jean-Charles Léonard Simonde de Sismondi confesó: ―He luchado por la verdad y por la humanidad‖. Escribió: ―La cuestión que se presenta (en la ciencia social) es complicada, y muy diferente de todos los problemas presentados por las ciencias naturales; se dirige tanto al corazón como a la razón. El observador científico está llamado a reconocer el sufrimiento injusto que se produce por lo que el hombre está haciendo y del cual el hombre es vìctima‖.384

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Cf. la ―Alianza por la Justicia Económica y la Vida en la Tierra‖, documento de la Alianza Reformada Mundial, Accra, 13 de agosto de 2004.

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La ciencia económica como se configuró en el siglo XIX imitó a la ciencia natural cuyo método adoptó. Sismondi destacó la diferente aunque relegada soberanía de la esfera económica con respecto a las ciencias naturales. Más tarde la economía neoclásica instaló métodos altamente formales de razonamiento. Los modelos económicos pretendían ser perfectamente lógicos, lo que es diferente de ser fieles a la realidad.i Herman Dooyeweerd ha interpretado con agudeza este punto de vista funcional altamente abstracto en el que ciencias sociales especiales diversas refieren el contenido material a otras ciencias que a su vez están igualmente formalizadas. En la economía, el mercado como institución económica específica se confundió con el aspecto modal económico general. Bajo el aspecto de un concepto general de función, se introduce un concepto específico de una estructura típica de la individualidad para nivelar todos las otras diferencias típicas de estructura dentro del aspecto investigado de la realidad. Por consiguiente, el concepto modal supuestamente general de función es en realidad transpuesto a un concepto estructural típico. Bajo el aspecto de un punto de vista abstracto puramente funcional la llamada escuela austrìaca en su ―economìa pura‖ absolutizó las relaciones de mercado a expensas de las otras estructuras típicas de la sociedad, que se manifiestan dentro del aspecto económico de la realidad.385

7. Economía positiva versus economía normativa La teoría económica actual afirma que trata con los hechos, pero por hechos quiere decir hechos físicos, hechos reducidos metódicamente, hechos sin normas. Las normas hay que añadirlas desde fuera, lo que conduce al lenguaje neokantiano de ―normas y valores‖. El enfoque ético involuntariamente fortalece el esquema de pensamiento en términos de ―normatividad‖ versus ciencia positiva. Entonces los economistas afirman estar calificados para ofrecer consejo científico acerca de los medios económicos solamente. Sería un error básico si se expresaran acerca de los fines de la vida económica. Eso no es de su competencia. Se le deja a la ―ética‖ o a la toma de decisiones políticas. Puesto que los teólogos que hablan acerca de la economía usualmente reflexionan principalmente acerca de los fines de la vida económica, ello significa que son descalificados de antemano. El discurso acerca de ―normas y valores‖ sugiere que ellos son un correctivo, algo adicional, que ha de verse como separado de los procesos reales. Tales “normas éticas‖ cuando deben aplicarse a las ―leyes económicas autónomas‖ y en realidad al sistema Técnico en su conjunto, resultan ser, como ha destacado Ellul, una ―fina capa de polvo‖ que se desvanece por el primer pequeño choque.ii Sin embargo, lo fundamentalmente errado aquí es olvidar que un hecho económico es un hecho normativo en sí mismo. No pudiera observarse siquiera sin el punto de vista distintivo económico normativo. Nadie ha visto jamás un balance de pagos pero es un concepto normativo económico relacionado a un análisis adecuado de la posición externa de un país. A pesar de estas verdades básicas, la economía actual relega la ―normatividad‖ a la esfera ―meta económica‖ para mantener i

―La abstracción corriente en la economía está basada en modelos que se basan en el método del ‗tipo ideal‘. Un tipo ideal es una construcción mental que no retrata la realidad sino que se abstrae de ella al exagerar determinados rasgos desatendiendo otros‖ (Spiegel, The Growth of Economic Thought, p. 430). Sobre esta construcción formalista versus una abstracción económica responsable: R.L. Haan, Economie in principe en praktijk, Groningen 1975. ii Acerca de Ellul, quien se convirtió a la fe cristiana al leer a Calvino, se dice que ha leído a Kierkegaard y a Marx en su totalidad. La similitud radical entre Calvino y Kierkegaard es notable. ―Mientras que la gente especulativa adopta una ética contemplativa por su elección de no elegir, el compromiso hermenéutico de Kierkegaard promueve la obediencia como el solo camino apropiado para conocer a Jesucristo‖ (Eliseo Pérez-Álvarez, A Vexing Gadfly. The Late Kierkegaard on Economic Matters, Eugene 2009, p. 179).

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―pura‖ la ciencia económica, con la pretensión de que la economìa tiene que ver solamente con los ―hechos‖. 8. El análisis pastoral Calvino buscaba el orden en la iglesia y en la ciudad. Su motivo era una preocupación pastoral por los oprimidos y los marginalizados. Inevitablemente ello significa la interpretación de lo que está ocurriendo en la economía desde el punto de vista de la justicia y el orden adecuado. Como un ejemplo moderno, ya nos referimos a la conferencia brasilera de obispos,386 que postuló la distinción económica entre la propiedad capitalista y la privada. La última no sirve a la preservación de la estructura existente de poder del monopolio, la especulación y la producción solo por la ganancia, sino que es para el uso del trabajo y la vida de la clase obrera. Es un asunto de análisis económico, los obispos no se limitaron a una reflexión ―ética‖ o ―meta económica‖ sino que partieron de la experiencia concreta de la iglesia. Fue su labor pastoral a través de la cual adquirieron conocimiento de la realidad económica y que les otorgó autoridad para hablar. Resulta que un punto de vista económico independiente de los teólogos sobre la economía no necesita ―mediación‖ por la ciencia social. Por tanto, evita el posible conflicto con la dimensión de la fe imbuida en estas ciencias seculares. 9. La intensificación del método económico Ni la teología ni la economía, cuando descienden a las profundidades de la experiencia compartida y reflexionan sobre ella necesitan hacer el método teórico más extensivo en el sentido de ―multidisciplinario‖. Porque unirse a ramas de la ciencia que son muy afines ideológicamente no añade ninguna nueva perspectiva. Pero ganan en la verdad cuando intensifican su propio método. De esta forma pueden servirse mutuamente con efectividad. El pensamiento calvinista utiliza aquì las palabras ―apertura‖ o ―profundización‖. Para la sociedad tecnicista (Ellul) y la segunda modernidad (Beck) se aplica igualmente lo que ha indicado Tawney en cuanto al papel de la iglesia y la teología con respecto a la incipiente primera modernidad. Después del siglo XVI los predicadores fracasaron en su mensaje social. Se lo achaca al hecho de que el mundo había cambiado a través del desarrollo de las finanzas y el comercio internacional y que los teólogos no lo apreciaron adecuadamente. Seguìan aferrados a su ―lenguaje tradicional‖ mientras que las doctrinas sociales tradicionales ―debieron haber sido repensadas desde el inicio‖.387 10. El respeto al objeto de la investigación La economía pudiera aprender de la teología un asunto bien esencial. Esta última no puede comprender (abarcar) su objeto. Las esferas morales en el sentido dooyeweerdiano no solamente son soberanas en su propia órbita, sino también universales. Aunque son irreducibles entre sí, a pesar de ello ostentan una estructura universal, expresándose analógicamente unas en las otras. Están interrelacionadas y reflexionan sobre la misma realidad. Por tanto, tampoco la economía puede abarcar, ―poseer‖ o construir su objeto. ―Mientras más una ciencia penetra en su objeto‖, dice Herman Bavinck, ―en la misma medida se aproxima al misterio‖.388 ―Es imposible que una ciencia particular comprenda un suceso en su realidad total‖.389 Existe coherencia de sentido (Dooyeweerd) entre el aspecto de la fe y el aspecto económico. ―El sentido es el modo de ser de todo lo creado‖.i 390 Epistemológicamente significa que la economía nunca puede definirse a sí misma herméticamente. El ―núcleo del sentido‖ del modo económico, es decir, lo que define la economía como economía, no puede analizarse más allá, en otras palabras, no puede i

En el holandés original: ―De zin is het zijn van al het creatuurlijk zijnde‖.

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comprobarse por sí mismo ni contra sí mismo. Se presenta dentro de la coherencia y simultaneidad de todos los otros aspectos modales. La teología y la economía son mutuamente relevantes como lo son las demás materias colocadas en el programa de enseñanza de una ―universidad‖.391 En conclusión, la comunicación mutual entre la teología y la economía es posible en virtud de respetar y hacer justicia a la realidad concreta y sobre la base de 1) una convicción profunda congenial, y 2) la profundización del método adecuado tanto de la teología como de la economía cada una en su propia esfera. Para la economía implica que los problemas económicos deben resolverse por la economía, que la ética debe traducirse en economía, y que las prácticas económicas buenas tienen que conquistar el territorio de las prácticas malas, logrando así (en el sentido de Calvino) reformar la economía.

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9 LA PERSPECTIVA CALVINISTA EN EL SIGLO XXI Estamos ahora listos para extraer más conclusiones hermenéuticas a partir de las citas de Calvino en búsqueda de la importancia de su teología para el siglo XXI. La estructura de nuestro mundo moderno abstracto, como ha señalado Ellul, no tiene un común denominador con el siglo XVI. ¿Cómo podemos entonces volver a referirnos a Calvino, que con respecto a la economía enfatizó las implicaciones concretas del mensaje bíblico sin restricción? Existen dos orientaciones básicas preliminares. En primer lugar, en el lenguaje bíblico, Dios se hizo carne, no solamente hombre. La salvación no es algo prometido al creyente individual sino al mundo. Muchos cristianos y denominaciones eclesiales reclaman a Cristo para su propio interés eterno individual u ortodoxia. Sin embargo, ―la creación misma será liberada de su atadura a la decadencia y obtendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios‖. Ha sido ―sujetada en esperanza‖ (Romanos 8, 18-25). Son estas palabras de Pablo las que desempeñaron un papel decisivo en la conversión de Jacques Ellul, quien encontró allí la respuesta a la alienación de los hombres dentro del capitalismo que había sido analizada de forma tan aguda por Karl Marx. La fe cristiana no es sencillamente un asunto de ―inspiración‖ o ―motivación‖, algún tipo de ―espiritualidad‖ que adorna la forma en que las cosas siguen sucediendo, según el lenguaje actual. Es un criterio de la realidad que fluye, no a partir de la piedad individual ni la ―identidad cristiana‖, sino del corazón humano como el asiento de la voluntad y la esperanza. En segundo lugar, la oración, que ocupa un papel central en la teología de Calvino, es una decisión de la voluntad. Ningún reformador presta tanta atención a la oración como Calvino.392 Pero Calvino dejó bien claro que la fe es con obras. Orar es un mandamiento (1 Tesalonicenses 5, 14).393 Ellul, en su libro sobre la oración y el hombre moderno, se refiere al ―admirable capìtulo XX del Libro III de la Institución‖.394 ―Para Calvino, lo que está en juego no es la realidad creada, sino la recreada‖.395 Su discurso no es un discurso piadoso que apela al ―quebranto de este mundo‖ ante el cual tendrìamos que hacer concesiones, sino a Jesucristo como Redentor. Aquí podríamos señalar al propio Jesús cuando explica el Padrenuestro. Es acerca de la impertinencia del hombre que molestó a su amigo que dormía tocando a su puerta por la noche, para obtener lo que quería, no para sí mismo sino para un amigo. El que ora muestra impertinencia. Es acerca de un padre que le da a su hijo un huevo y no un escorpión, sencillamente porque su hijo quiere el huevo (Lucas 11, 1-13). Dios no forma parte de la explicación de esta narrativa, es acerca de la decisión de los hombres. El Padre celestial entra en la escena como el que ―comparte el Espìritu Santo‖ (―cosas buenas‖, Mateo 7, 11) con quienes se lo piden aun cuando hasta aquellos prójimos poco dispuestos conceden lo que se les pide con brutalidad. Es como el caso de la viuda ante el juez de Lucas 18 ―que ni temía a Dios ni consideraba a los hombres‖, pero la viuda tuvo éxito en obtener justicia de él. ―Calvino no se tomaba su tarea en la vida como la exposición de una ‗teologìa‘ para todos los tiempos. Tenìa otros asuntos más urgentes que atender‖.396 Así vemos al mismo Calvino subiendo las escaleras de las casas de los ricos de Ginebra, saltando los escalones de tres en tres para recolectar limosnas de los ginebrinos para ayudar a los sobrevivientes de la masacre de los protestantes en Provence en 1545.397

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Lo que se destaca es el radicalismo y el realismo bíblico de Calvino. No quiere decir que los cristianos deben tomar la iniciativa para erradicar inmediatamente cuánto abuso se encuentren. ―Ningún grito resuena más alto ante Dios que la paciencia‖.398 ―Calvino nunca se sintió muy atraído por la insensatez cristiana ( ) - dicha flexibilidad lo inclinaba a un tipo de realismo burgués que concibió autorizado por las Escrituras‖.399 Bien pudiéramos sustituir la palabra ―burgués‖ de Bouwsma en la frase ―realismo burgués‖ por realismo ―civil‖ y ―fiel‖. ―(Un cristiano) no se despoja de su prudencia y su juicio para ser engañado con mayor facilidad‖, dice Calvino ―ni se olvida de la diferencia entre blanco y negro‖.400 El realismo no altera el punto de vista agudo que el mismo implica. Se trata del don del ―discernimiento de espìritus‖ (1 Corintios 10, 12; Hebreos 5, 14). No significa tampoco que primeramente debamos establecer el ―sistema‖ correcto, por ejemplo capitalismo o socialismo. Ningún ―sistema‖, sea ―capitalista‖ o ―socialista‖ o más adecuadamente descrito como tecnicista tiene una autoridad propia que debería ser confiada en sí misma. La alienación moderna no es solamente económica sino política también. Pero es también teológica puesto que la teología inconscientemente se ha acomodado. No existe ningún sistema omniabarcador que garantice la justicia, no importa cuán democrático pudiera llamarse formalmente. Ellul ha tratado ampliamente las expectativas irrealistas de los hombres modernos del estado o de la revolución de ese estado. Al tratar acerca de Calvino hace treinta años, recuerdo a un estudiante de Buenos Aires que sugirió que el pensamiento social y político de Calvino sería irrelevante para la situación revolucionaria contemporánea latinoamericana, pues Calvino defendía la autoridad del estado y se oponía a la revolución. Por ende, no podía extraerse ninguna conclusión práctica para el presente. Aunque precisamente Calvino reconocía el derecho y la obligación de los magistrados inferiores, así como de los príncipes vecinos,i a defender las libertades del pueblo, no encontramos aquì el argumento estrictamente ―teológico‖. Me parece que ese estudiante soslayó la verdadera interpretación ―teológica‖ de Calvino. La cuestión es, más bien, cómo deberìa interpretarse su teología para encontrar las implicaciones para la vida política y social, entonces y ahora. Ellul ha dicho que el estado puede ser muy criticado, pero todo el mundo espera la corrección de sus errores del mismo estado, o, si no, de la revolución. ―Es el estado el que debe hacer reinar la justicia; no existe otra justicia que la justicia colectiva‖; no se le atribuye ningún significado a lo que la filosofìa del derecho ha enseñado durante siglos, ―ni a la afirmación cristiana que la justicia es la transformación milagrosa del individuo que es justificado por la gracia de Dios‖.401 El énfasis de Calvino en los hechos, no en las palabras, y en la vida, no en la doctrina, es una clave hermenéutica para comprender lo que sucede cuando se apela a las palabras acerca de los i

El caso famoso es el de Guillermo el Taciturno: súbdito del rey Felipe II, pudo asumir, al pedido de la nobleza holandesa, el liderazgo de la resurrección de los Países Bajo contra España, después de que había heredado el pequeño principado de Orange en el sur de Francia. Entonces, podía actuar en capacidad de príncipe extranjero. Permaneciendo católico en los comienzos de la guerra, y rechazando todo conflicto armado religioso, quería proteger a su pueblo contra las violaciones de los derechos humanos por el régimen de Felipe. Más tarde mantenía una larga correspondencia con los teólogos calvinistas de su tiempo. (Sobre Calvino cabe observar que durante sus últimos años de vida, después de que había terminado la última edición de la Institución, consentía la defensa armada contra el gobierno de Francia, por causa de la persecución de los hugonotes).

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―sistemas‖. Lo que hace un padre, dice Calvino, no puede ser correcto solamente por apelar a la institución de la paternidad, ni sería santo automáticamente lo que la iglesia hace; de igual forma, lo que el ―capitalismo‖ hace no puede ser racional automáticamente. En términos de Calvino: no toda toma de interés es adecuada porque se denomine interés. ―Tenemos que recordar que siempre debemos considerar el asunto en sí mismo antes que las palabras, pues los hombres juegan con sus artificios, pero Dios no se involucra en dichos juegos‖.i 402 Los conceptos de mercado libre, capitalismo o socialismo son palabras; Calvino señala a la vida misma, a las cosas detrás de las palabras, a lo que realmente sucede con los hombres de carne y hueso. Para usar el tìtulo del famoso libro sobre economìa de Schumacher, es la economìa ―como si las personas tuvieran importancia‖ (as if people mattered).403 Por eso es que la ilustración de Calvino del problema del interés puede considerarse como el gran ejemplo de la hermenéutica económica. Lo que interesa es sopesar los pros y los contras en términos de los efectos reales implicados. Estos son los intereses de las partes contrayentes y de las terceras partes también. Por supuesto que de ninguna manera puede llamarse a Calvino economista, y menos aún en el sentido moderno de la palabra. Pero si hubiera sido un economista moderno no hubiera alterado su enfoque básico. Podemos darnos cuenta de ello al tomar en cuenta el hecho de que verdaderamente fue un experto formalmente preparado en Derecho.ii No solamente la iglesia sino también las autoridades de la ciudad de Ginebra se beneficiaban de sus consejos políticos y su capacidad negociadora. Desempeñó un papel políticamente exitoso en las relaciones con Berna. Se desempeñó en los más altos niveles políticos en Europa. En la parte final de la Institución Calvino trata acerca de la cuestión práctica del derecho y el gobierno. Por ello pudiera esperarse que él, como teólogo y abogado, formularía criterios específicos sobre cómo deberían conformarse las regulaciones legales haciendo uso de su conocimiento especial del Derecho. Sin embargo, no existe ningún lineamiento político en la Institución que pudiéramos identificar en la actualidad como un curso primario en ―polìtica calvinista‖. A primera vista nada deja entrever, como señala Karl Barth, que las últimas páginas de la Institución hayan sido escritas por el hombre que, no obstante, puede considerarse ―el padre del ideal polìtico y económico de la democracia liberal de Europa Occidental‖. Como dice Barth: ―¡Qué autocontrol se muestra aquì, o, más bien, cuánto más estaba Calvino ‗controlado por otro interés‘!‖ No encontramos bosquejo alguno, ni de una ―teocracia‖iii o del ―cristianismo socialista‖. ―No asistimos a un curso especìfico de polìtica calvinista‖.404 La legislación polìtica debe tener lugar de acuerdo con las ―condiciones y circunstancias de la época, del lugar y de la nación‖. 405 Las propias prescripciones de Calvino para la autoridad pública de Ginebra mostraban sus preocupaciones concretas. Sin embargo, dice Barth, están al nivel de consideraciones relativas y Calvino está consciente de ello. Deben verse como producto de la época. Lo mismo se aplica a la economía. Es precisamente el enfoque de i

―Il nous faut ici avoir souvenance que nous avons à considérer la chose en soi et non point les mots ; car les hommes se jouent avec leurs cavillations, mais Dieu ne prend pas en payement telles finesses”. ii También la Carta al rey Francisco I que forma el prefacio de la Institución ―es un ejemplo brillante y poderoso del arte de derecho. No en balde Calvino había pasado por las escuelas de Orléans y Bourges habiendo dado clases en derecho romano. Alega, no en favor de la merced o la tolerancia, sino a favor de la justicia: ‗Por lo cual, invencible rey, demando con razón que asuma el conocimiento entero de este caso, que hasta ahora ha sido tratado confusamente y sin ningún orden legal, con una pasión incontrolada más que con gravedad judicial.‖ La presuposición del argumento de Calvino es que la religión del estado era la religión cristiana y que la religión cristiana era la adherencia al credo Niceno-Constantinopolitano (Parker, John Calvin, p. 41). iii Barth observa: ―Dios no necesita el estado para protegerlo o para proteger su verdad‖.

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Calvino a los fenómenos económicos de su época como se resumieron en el Capítulo 4, lo que aún tiene tanto que decirnos no solamente acerca de la conducta económica individual en la sociedad sino también acerca de la técnica económica contemporánea y el orden económico por el que el estado es mayormente responsable. ¿No debería ser consecuente el teólogo, al ofrecer prescripciones éticas y aun generales? Barth responde que es verdaderamente protestante decir ―haz esto y no hagas aquello‖, pero este mandamiento solamente puede venir de Dios y a través de su Palabra. Se encuentra aquí el corazón mismo de la Reforma. ―Nos deja en el lugar donde tenemos que dedicarnos a Dios, con nuestra conciencia, nuestras intuiciones y nuestra voluntad. No podemos esperar otra cosas; si lo hiciéramos, no serìa Calvino‖.406 La voluntad y la lucha humanas, aun cuando obedezcan a Dios y especialmente entonces, deben tener un contenido específico. No podemos ser obedientes a Dios sin desear o buscar algo en particular. Pero lo que nosotros los humanos deseamos y luchamos por obtener, aunque sea importante y significativo, aun si fuera la ciudad misma de Dios, siempre se mantiene como tal ante la sombra de la relatividad de todo lo que es humano. No puede ni debe convertirse en el tema de la educación cristiana no sea que adopte la fuerza de una nueva forma de esclavitud de la conciencia. ( ) Cuando Dios en su misericordia lo acepta como algo agradable a Él, es por su propia cuenta. Pero ni podemos ni debemos pensar que vamos a obtenerlo como si fuéramos los que decidiéramos. El no hacer esta distinción es una característica de la teología católica romana.407

Es por ello que Calvino hace silencio acerca de lo que estamos ansiosos por conocer específicamente. La palabra clave es libertad. La libertad cristiana nos proporciona las soluciones más prácticas para lo que hay que hacer. Se coloca el énfasis no en el orden existente, lo que equivaldría a un mero conservadurismo, sino en la voluntad de Dios. Para los cristianos el gobierno y la ley son partes inseparables de la vida, y es el campo en el que ha de practicarse la libertad cristiana. No existe sistema alguno que pueda concebirse como representante del supuesto ―orden mundial totalmente nuevo‖ perfecto, como pretende el radicalismo, tal como el radicalismo del mercado libre. Tanto el gobierno como el derecho, incluyendo el derecho económico, siguen siendo imperfectos. Deben considerarse de acuerdo con las evoluciones que tienen lugar y las situaciones concretas a enfrentar, tomando en cuenta los imperativos de la justicia y la fe, y evitando cualquier dogmatismo polìtico. ―Los cristianos son muy moldeables y flexibles en la polìtica‖.408 Calvino se dirigía no solamente al nivel personal sino al social. Su método era teológico. Pero no se aproximaba a los asuntos económicos ―desde afuera‖. Los tomaba por lo que eran en términos del interés económico de las personas. A menudo los ministros de la iglesia ginebrina intervenían ante las autoridades de la ciudad acerca del empleo y los salarios. 409 En el capítulo anterior he comentado acerca de la legitimidad de hablar teológicamente acerca de la economía sin ignorar las duras realidades. Es muy posible—y necesario—―iluminar nuestra situación socioeconómica y política actual desde el punto de vista teológico‖ de forma adecuada.410 Por supuesto, el economista tiene mayormente la palabra. Es verdaderamente calvinista tomarlo en serio por derecho propio. Y naturalmente, es en el campo económico donde deben resolverse los problemas económicos y tomar las acciones debidas. Pero tanto los hombres de negocio como los

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economistas que les sirven deberían reflexionar acerca de su ―licencia para actuar‖.i De hecho, vemos cada día más de ellos haciéndolo. El Capítulo 4 ha esclarecido que Calvino se expresa con claridad acerca del significado de la vida económica. Es la intercomunicación entre las personas en términos de bienes económicos. El orden económico existente entonces al igual que ahora puede verse profundamente afectado por el pecado, pero ello no impide que los cristianos modelen su vida de acuerdo con el nuevo orden de Cristo que la comunidad eclesial debe representar. El sistema de desarrollo económico en el que el crecimiento del mercado desempeña su papel fundamental no debe nunca ser investido de poder autónomo. El proceso económico, como funciona, no tiene autoridad propia. La medida no es la ética interna del sistema real. El criterio de juicio y de análisis es la justicia económica. Esta no es una norma externa; por el contrario, define el buen funcionamiento del sistema en términos del proceso real. La forma en que está funcionando el orden económico no es normativa en sí. No resulta confiable—como nos lo dicen a diario los banqueros y los gobiernos—sino que debe ser analizada rigurosamente con la inclusión de todos los sujetos económicos, especialmente los débiles. En las palabras de John Perry Barlow: ―La economìa del futuro se basa más en las relaciones que en la posesión‖.411 La acción consciente de la iglesia no se limita a la vida y la organización de la propia iglesia. Los diáconos en la Ginebra de Calvino ―debìan procurar que todos a quienes faltaban los medios de subsistencia aprendieran una profesión y también ayudaran en la búsqueda de puestos de trabajo‖.412 La diaconìa alcanza al mundo. Dice Isaìas 16, 4: ―Que los desterrados de Moab moren entre ustedes‖. Eran de fuera de Israel. Pero al mismo tiempo los cristianos actúan en el mundo. Tienen que ser económicamente activos sin dobleces. La responsabilidad cristiana no abarca solamente la vida personal. La participación en el orden económico y político en sí mismo es un campo de actividad que no hay que dejarle a la lógica intrínseca de business as usual, ―el negocio es el negocio‖. Los capìtulos anteriores esclarecieron de forma inequìvoca el enfoque calvinista. La gracia de Dios se manifiesta tanto de forma particular como general, es decir, en el mundo en su conjunto.413 Todo hombre ha conservado algo de la imagen de Dios.ii 414 Los textos bíblicos no deben usarse de forma mecánica para darle autoridad a nuestros criterios políticos o económicos pre-establecidos. Ni podemos ser dogmáticos e intolerantes a todo tipo de asuntos éticos sobre la base de algún texto aislado. El Capítulo 3 se refirió al respeto de Calvino por el misterio de la fe. La misma se vive no mediante el dogmatismo sino por la vida misma. Aun cuando se trata de un artículo de fe como la trinidad o la predestinación, Calvino dice que ―no debemos preocuparnos por las palabras, cuando se confiesa sin malicia”.iii 415 Es el enfoque cristológico radical de Calvino tanto a las Escrituras como al mundo en que vivimos lo que contiene el secreto de su actitud. Tal actitud nos permite interpretar la Palabra y el mundo como interrelacionados de forma mutua, íntima y dialéctica. Calvin ―no escuchaba simplemente la voz de la Biblia. Mientras que escuchaba el contexto encuestaba el texto inmediato; mientras que escuchaba el texto encuestaba el contexto‖.416 Aunque la estructura económica y política del mundo ha cambiado fundamentalmente, sigue siendo posible leer las implicaciones de la i

En inglés: license to operate, es decir: la legitimidad de la cual la empresa sea consciente a raíz de su función útil para la sociedad. Es un concepto ético clave de la Responsabilidad Social Empresarial. ii “…il y reste toujours quelque trace et image de Dieu”. iii ―Quand cela sera confessé sans astuce, il ne nous doit chaloir des mots”.

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enseñanza bíblica para la realidad diaria. Como ha expresado Ellul en su libro acerca del dinero, dichas implicaciones tienen que ―inscribirse en las cosas del mundo‖.417 El hecho de que el método de Calvino no era dogmático sino que siempre respetaba el misterio de la fe puede ilustrarse en sus escritos acerca de la iglesia. Como han explicado los teólogos y los historiadores, su teología es principalmente ecuménica. La política eclesiástica era un campo para la libertad de decisión. Pero las costumbres locales y la necesidad, la conveniencia y el sentido común desempeñan su papel.418 Las iglesias pueden organizarse de acuerdo con una visión basada en la costumbre y el hábito local. No se puede complacer a todos. 419 No seremos juzgados por apariencias exteriores o ceremonias.420 Más bien tenemos que estar conscientes del motivo básico en el trasfondo de la teología de Calvino que permite la renovación de la interpretación. Como ejemplo, puede traerse a colación la pregunta: ¿podría la teología calvinista en nuestra época oponerse a permitir que las mujeres sean ministras? Podemos con certeza afirmar: de ninguna manera. Pablo se oponía a que los hombres llevaran el pelo largo, lo que consideraba antinatural. Calvino señala que cuando Pablo se refería a lo natural querìa decir ―lo que entonces se aceptaba por consenso y costumbre, al menos entre los griegos‖.421 Las mujeres no son creadas solamente para la reproducción sexual; la mujer es ―una compañera del hombre, no su inferior, en un matrimonio que incluye todas las partes y usos de la vida‖, escribe Calvino acerca de Génesis 2, 18. Corrige a Pablo al decir que la relación de las mujeres con Cristo no pasa a través de la de los hombres: Cristo es ―la cabeza de la mujer y del hombre sin distinción‖. 422 Además, en Calvino no encontramos nada que justifique las ulteriores actitudes negativas de la iglesia hacia la sexualidad humana. El sexo ―le permite al esposo y a la esposa deleitarse mutuamente‖.423 Bouwsma concluye diciendo: ―Todos los aspectos de la sexualidad, para Calvino, eran valiosos y profundamente conmovedores‖. El profundo carácter espiritual de la teología de Calvino nos permite, por ende, confrontar nuestra propia época sin inhibición, temor o mediocridad. Es una teología de la libertad cristiana. En nuestros días está siendo redescubierta en muchos lugares; teólogos de la liberación como Jung Mo Sung y José Comblin han enfatizado que nuestro pensamiento sobre la liberación bíblicamente solamente puede partir de la libertad cristiana ya otorgada en Jesucristo.424 La libertad cristiana es la noción fundamental de Jacques Ellul al enfrentar la alienación de la sociedad tecnicista actual.425 Calvino expresa: ―La libertad cristiana es tal que logra que las conciencias no sirvan ya a la ley como si estuvieran limitadas por la necesidad de la ley; sino siendo liberadas de la ley obedecen libremente la voluntad de Dios‖.426 ―Para el cristiano ya no existe distinción entre vida religiosa y vida secular. La existencia toda es para cumplir la obra de Dios, a través de Jesucristo‖.427 ―No existe nada tan elevado ni tan excelente, sin importar su nombre, que no esté colocado bajo Cristo y sujeto por su majestad. ( ) La excelencia de Cristo no es temporal sino eterna y no está encerrada en el mundo sino que también florece en el Reino de Dios‖.428 Es el comentario de Calvino de Efesios 1 en el que Pablo señala ―todo gobierno y autoridad y dominio‖ y ―todo nombre que es nombrado‖. Incluye el nombre del Capitalismo o del supuesto Mercado Libre. Todo está sujeto a la majestad de Cristo dentro de la cual debe ser probado. Hemos visto que los mecanismos de la sociedad moderna tienden a expulsar forzosamente las tradiciones antiguas de la religión, la ética y la cultura, si no de forma nominal sí en la práctica. En una presentación reciente en Chile el veterano teólogo José Comblin habló acerca de los retos 90


de la teología del siglo XXI bajo las condiciones actuales de un cristianismo desgastado que no ofrece respuestas a la orientación cultural real, excepto en algunos casos aislados del pasado.429 El totalitarismo tecnológico moderno solamente puede ser confrontado espiritualmente por la fe trascendental en Jesucristo como el Recapitulador de la creación. En uno de sus últimos libros titulado Lo que yo creo (What I Believe), Ellul pregunta: ―¿Teologìa clásica y común?‖ La respuesta es ―Seguramente. Pero no existe otra. Cualquier otro discurso teológico será rigurosamente reducido a cero por la Técnica‖, --es decir, por los mecanismos que gobiernan a nuestra sociedad moderna que atacan completamente las mentes y los corazones. ―Sólo lo trascendente puede, por ser exterior e inasimilable, por más grande que pueda ser la extensión del sistema tecnicista, suministrarnos un punto de referencia, un punto de perspectiva, un aparato crítico diferente‖.430 Por lo tanto, pudiéramos aferrarnos a la ortodoxia. Pero debería ser la ortodoxia calvinista, que implica un movimiento continuo entre la interpretación de la realidad y la interpretación de la teología bíblica, y que tiene bases firmes a la vez que se engrana con soltura con los cambios de la época. Sin embargo, debemos darnos cuenta que la situación típica nuestra es bien diferente de la del siglo XVI de Calvino. ¿Podemos apelar a las personas en las iglesias de la forma tan fuerte y exclusiva que lo hizo Calvino? La membresía de las iglesias no abarca ya la totalidad de la sociedad como en aquella Ginebra. El cristianismo es minoritario; y el cristianismo socialmente consciente más aun. No es un asunto de cantidad sino de calidad. Pero eso no altera la predicación de Calvino. En uno de sus sermones dijo: ―Si la iglesia estuviera en paz y el Evangelio fuera recibido sin contradicción y si no hubiera reyes o príncipes que se ( ) opusieran al mismo, pronto nos acostumbraríamos a nuestra tranquilidad y Cristo reinaría como resultado de nuestra creencia y no por su poder‖.431 Se preocupaba por la fidelidad de la iglesia. Calvino ―denunciaba a los que se hablaban demasiado acerca del tamaño de la iglesia‖. ―Siempre queremos una multitud‖, observó él, ―y evaluamos de esa forma la condición de la iglesia. Serìa más deseable para nosotros ser pocos y que la gloria de Dios brillara en todos‖.432 El Reino de Cristo es de una dimensión diferente. La libertad cristiana es más que la libertad política. Esto es dicho por el hombre que sufrió en sí mismo tanto la opresión francesa como las primeras leyes de Ginebra y que, como ningún otro, estuvo familiarizado con las persecuciones de los protestantes en Europa. Son las palabras de uno que no expresa una preferencia inequívoca por la democracia sino que resulta ser el padre de la democracia moderna. El orden del mundo es diferente del Reino y obedece otra lógica, pero la participación en ambos sí coincide en que nuestros esfuerzos por lograr mejores leyes humanas —leyes estatales, leyes de mercado y otras regulaciones que hagan funcionar la sociedad— ―nunca pueden olvidar o desdeñar la ley de Dios que está siempre presente en todas partes‖. No existe contradicción. Oscar Cullmann lo afirma de esta manera.433 ―La cruz de Jesús debe orientar a la iglesia en todas sus deliberaciones que tengan que ver con la relación entre la iglesia y el estado; a saber, no solamente acerca de las relaciones negativas sino en sentido indirecto acerca de las positivas también‖.434 En dependencia de si el estado se limita a sus fronteras como estado o va más allá de sus límites, el cristiano lo considera como siervo de Dios o el instrumento del diablo‖.435 ―El estado totalitario, aun en su forma más ingenua, y el Evangelio, son directamente incompatibles‖.436 Pero los cristianos pueden hasta apreciar el estado, como una ordenanza de Dios, mas que los no cristianos.437 Pablo, en Romanos 13, trata acerca del estado dentro del contexto de su discurso sobre el amor. Precisamente porque el ―políteuma” de los cristianos ―está en el cielo‖ tienen que 91


cumplir la función de vigilancia en asuntos políticos y ser principalmente críticos. El criterio no es la dimensión del estado, como afirma el liberalismo conservador. En nuestras sociedades altamente técnicas y complicadas realmente ningún estado puede permanecer ―pequeño‖. Pero es asunto de calidad, no de cantidad. Como lo ha argumentado ampliamente la filosofía calvinista, el ámbito del estado se encuentra en la ley pública y el bien común. Es un campo realmente importante de responsabilidad de todo el pueblo. Por esa razón, la responsabilidad pública en nuestra sociedad de riesgo, como ha señalado Beck, no se limita al estado. Al enfrentar los fracasos del estado, se requiere cada vez más el servicio público de los individuos y sus alianzas y asociaciones a nivel nacional e internacional. Es lo mismo que Calvino consideraba un asunto de principios.438 El orden civil y económico está sujeto continuamente a reparación y desarrollo. Dentro de esa sociedad somos responsables unos de otros de manera que se fomenten la paz y la tranquilidad. Por tanto, de acuerdo con Calvino, necesitamos ciertos instrumentos sin los cuales, antes de la venida del Reino, nos privaríamos de nuestra humanidad, dándole así rienda suelta al mal. Jacques Ellul nunca lo ha negado. Y añade: ―Siempre he estado convencido de que el hombre permanece libre para comenzar algo diferente de lo que parece fatal‖. 439 Él solamente mostró la extrema dificultad de la participación política dentro del contexto del tecnicismo moderno y los poderes existentes. ¡Nadie debe hacerse ilusiones! Elegir políticos alternativos a cargo de la parte política del sistema no altera el sistema en sí mismo. Es por eso que el presidente Obama tiene grandes dificultades para tener éxito; el sistema Técnico autónomo se resiste porque es la estructura misma de la sociedad, la que, como ha demostrado Ellul, sustituyó la estructura capitalista del siglo XIX de la primera modernidad. Sigue siendo posible la acción consciente, en términos de servir a la sociedad en su conjunto y construir espacios de humanidad en defensa contra el tecnicismo y la extravagancia del estado y el mercado. ¿Realmente estamos obligados por el sistema y porque ―el negocio es el negocio‖? El criterio no es el ―sistema‖, lo que a la vez significa que no todo lo atribuido al sistema estarìa errado. Se trata solamente de que al sistema, que es relativo, no puede atribuirse una autoridad que le pertenece a la Palabra de Dios. Todo depende de lo que esté detrás de las definiciones actuales del sistema y de lo que esté realmente ocurriendo en el proceso económico. El hombre siempre sigue siendo responsable. Aun aquí Calvino tiene algo que decirle a nuestra época moderna: Debemos consentir en el juicio de Dios a través del cual pronuncia que el hombre es tan esclavo del pecado que no produce nada juicioso o íntegro. Aunque también debemos mantener que la falta no es atribuible a Dios. ( ) Bajo el pretexto de esta servidumbre los hombres no son menos culpables ni menos condenables; porque aunque se entreguen completamente al mal, sin embargo no están obligados a ello por fuerza exterior,i sino impulsados por el movimiento de sus propios corazones; en resumen, solamente pecan por su propia voluntad.440

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“…toutefois ils ne sont point forcés extérieurement”. Ver la observación hecha por el economista Weisskopf, en la cita al final del capítulo 3.

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10 ALGUNAS CONSIDERACIONES TEOLÓGICAS POSTERIORES El pensamiento social cristiano se coloca en la tensión entre el Reino ―ya‖ y ―todavìa no‖, que caracteriza totalmente la fe del Nuevo Testamento. Cullmann advierte la total diferencia entre esta fe y la dicotomìa griega de ―aquì y ahora‖ y ―el más allá‖. 441 Biéler resume el criterio de Calvino: ―El orden social en su totalidad, que es relativo y necesario para la conservación de la sociedad, no tiene valor o finalidad en sí mismo, como tampoco la tiene el orden parcialmente restaurado de la iglesia. Ambos existen con vistas a la venida definitiva del Reino de Dios. Por tanto, hasta entonces tienen solamente una existencia provisional; y toda la historia humana se desenvuelve esperando dicho suceso‖.442 Jung Mo Sung concluye su libro acerca de teología y economía diciendo Pensamos que sólo una teología que introduzca explícitamente la cláusula escatológica contra la ilusión transcendental de la modernidad, que se abra a una trascendencia teológica en virtud de la fe en la resurrección de Jesús, una teología que adopte como tarea básica la crítica anti-idólatra de todas las instituciones sacralizadas que requieren sacrificios de vidas humanas—sean capitalistas o socialistas--, es capaz de ocupar un lugar relevante en el mundo moderno y servir de manera efectiva a las luchas por la liberación de los oprimidos sin perder su identidad de discurso teológico‖.443

Las instituciones nunca pueden ser sacralizada; por el contrario, constituyen un área de ardua labor a realizar: corrección, mantenimiento, desarrollo. La fe escatológica (cuando no es escatológica no es cristiana) apunta a la relatividad de todas las instituciones humanas. La fe cristiana implica ―la negación total de la confusión entre el Reino de Dios y cualquier sistema socio-polìtico‖.444 Por tanto, Sung afirma con razón que ―la crítica de los proyectos históricos concretos debe incluir proyectos históricos alternativos”.445 Albert Einstein ha destacado: ―Un problema no puede resolverse con el mismo tipo de pensamiento que lo creó‖.446 Es decir, un mercado mal estructurado debe sustituirse por uno mejor organizado u otro mercado. Un estado opresor o de mal funcionamiento debe sustituirse continuamente por un estado mejor. Una mejor educación debe sustituir a las escuelas que no tienen ni los mínimos requisitos. La educación a todos los niveles es de la mayor importancia. ―Toda la esencia de la educación es que procede con libertad para dar como resultado final productos, que son personas, no tìteres‖. ―Los Evangelios nos dicen que la vida es una escuela, un campo de entrenamiento, por ello, no puede comprenderse en sus propios términos” 447 El criterio para juzgar estos proyectos alternativos es la justicia. Existe una relación íntima entre la injusticia y la falta de fe escatológica: Los atropellos económicos son anti-escatológicos: ―Han acumulado riquezas en estos días que son los últimos‘ (Santiago 5, 3). Si no se espera el Reino venidero, aparecen la codicia y la injusticia. Aquel siervo que se pone a golpear a sus compañeros y se entrega a un consumismo desenfrenado, es un siervo que ya no

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cuenta con la venida del señor; su maldad consiste en decir en su corazón: ‗Mi señor tarda‘ (Mateo 24, 48/49). Eso demuestro que la Biblia, en vez de ser un libro ético, es ante todo un libro de fe. La ética es el resultado de la comprensión. Se trata de la sabiduría, del conocimiento, de la fe. El pecado de los que crucifican a Jesús es que ‗no saben lo que hacen‘ (Lucas 23, 34)‖.448

Para comprender cuáles alternativas deben desarrollarse, la realidad para la que la alternativa ha de ser una alternativa debe comprenderse profundamente en primer lugar. Es un esfuerzo de estar conscientes (lo que los latinoamericanos llaman concienciación), sobre la base de un análisis riguroso, de los factores opresivos que estén visibles o encubiertos. Sin embargo, por la fuerza de su carácter alienador, esta realidad a menudo no se siente como opresión, ni por los pobres ni por los ricos. El mensaje bíblico rompe la alienación, dando lugar a una nueva audacia y creatividad. La teología y la economía se dan la mano para el beneficio de los pobres. Calvino expresa en estas palabras la independencia de los cristianos que conlleva la libertad cristiana: La prudencia natural es un don de Dios‖ como lo son la ciencia y la tecnología (les arts libéraux et toutes les sciences). Se colige de ello que deben comportarse como amas de llaves y no como señoras ( ). Si se oponen a Cristo, deben considerarse plagas peligrosas; y si por todos los medios desean atribuirse algo para sí mismas, son un gran impedimento y de temer. Por eso es que la sabiduría del mundo usurpa el dominio y no se deja gobernar u ordenar por la Palabra de Dios para someterse enteramente a Él. Es la razón por la que el hombre siempre será sabio de acuerdo con el mundo y tonto delante de Dios, hasta que alcance el punto de no saber nada sino lo que ha aprendido de Dios, y renuncie a su propia razón completamente resignándose a la sola guía y vía (la seule adresse et conduite) de Cristo‖.449

En nuestro orden económico mundial fundamentalmente alterado, no se cuestiona que Calvino siga sosteniendo la conclusión que extrae de las Escrituras: “Dios ha querido poner en movimiento a toda la humanidad hacia los pobres”.450 La equidad no era solamente un asunto de los judìos, sino que se ―aplica a todas las naciones todo el tiempo‖.451 Aún leería la Biblia interpretando ―el filo del texto”.i 452 Calvino fue un verdadero padre de la iglesia católica; le interesaba la verdad para el mundo entero. El mundo es el dominio de la gracia general en el que la voluntad de Dios puede realizarse; además, está escrito en los corazones de las personas. Estas no son solamente personas cristianas. ―No se nos permite pretender dar una opinión acerca de si muchos o pocos son elegidos, porque Dios lo ha sellado; por así decirlo, Él nos lo ha ocultado. Cuando solamente Dios sabe los que son sus hijos, no debe sorprendernos que un gran número de ellos permanezcan ocultos…‖.453 La Reforma llegó a distinguir entre la institución visible de la iglesia y la iglesia invisible. El criterio de los adversarios era que la iglesia debería tener una forma visible y que la forma visible consistía en la jerarquía en comunión con el Papa. Contra esto, Calvino, argumentando de la realidad a la posibilidad, insistía que la iglesia podía no tener una forma visible. Carecía de ella en los días de Elías que, al no ver a nadie con mente parecida a la suya en Israel, creyó que quedaba él solo, mientras el Señor conocía los siete mil invisibles que no habían doblado la rodilla ante Baal. Además, la iglesia es visible no por la existencia de una jerarquía o de una institución, sino por la actividad que corresponde a su ser—es decir, por su proclamación del evangelio y su administración de los sacramentos de forma consistente con su naturaleza y propósito.454 i

“…ce qui se voit par le fil du texte”.

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Por tanto, ―acerca de la elección de otros no podemos preguntar, pues este conocimiento le pertenece a Dios‖. ―Debemos considerar a los demás como quienes ‗todavìa no‘ son miembros de la iglesia‖.455 Al leer los signos de nuestro propio tiempo, se abrirán nuevos caminos para la teología calvinista. En el último capítulo señalamos el hecho de que ya la sociedad y la iglesia no coinciden como en la Ginebra de Calvino, en la que a pesar de estar institucionalmente separadas, tenían casi la misma membresía. En 1537 fue el Ayuntamiento de Ginebra el que adoptó las regulaciones de la iglesia, que estipulaban que todos los ciudadanos que desearan permanecer en la ciudad tenían que confesar públicamente su fe ante la iglesia.456 En contraste, en la actualidad ―somos una nación de cristianos y musulmanes, judìos e hindúes—y no creyentes‖, como dijo el presidente Obama en su discurso inaugural, ―estamos conformados por todos los idiomas y culturas, traídos de todos los confines de esta tierra‖.457 Esto es cierto para el mundo en su conjunto, incluyendo todas las otrora ―naciones cristianas‖. La teología calvinista no desdeña este mundo. Al contrario, es el objeto mismo del amor y la providencia de Dios. Sin embargo, en el presente hemos aprendido a repensar la omnipotencia de Dios. Ellul escribe, al igual que Calvino, que la felicidad consiste en el temor de Dios, ―porque es este mismo temor el que es la presencia de Dios, ese temor mismo es la presencia de Dios‖.458 Como ha enfatizado Girard, ―Dios no gobierna el mundo: Él lo hará. Él ya gobierna en aquellos que lo han recibido‖.459 Por eso oramos: ―Venga tu Reino‖. Vendrá cuando el Todopoderoso finalmente asuma su Reino.i ―Dios se hará de nuevo omnipotente cuando su Reino venga, cuando la Creación se complete. En los dos libros, el Génesis y el Apocalipsis, Dios como Creador y Recapitulador es soberano en su libertad que está condicionada solamente por su amor‖.460 Los himnos al Todopoderoso son canciones de alabanza por su Creación. Creó al hombre a su imagen y semejanza en libertad y responsabilidad. Este poder de Dios es diferente al poder humano. El poder humano crea dependencia de ese poder. El poder de Dios es capaz de traer a la existencia algo que está fuera de Él. Sólo la omnipotencia puede otorgar independencia y traer a la existencia ex nihilo ―lo que toma existencia interior a medida que la omnipotencia constantemente se eleva a sì misma‖. En 1992 tuvo lugar en Berlín un simposio en honor del filósofo judío Hans Jonas, de casi 90 años de edad. Su madre había muerto en Auschwitz. Desde entonces, durante toda su vida había luchado con el problema del poder de Dios. Llegó a la conclusión de que la omnipotencia de Dios implica que en Auschwitz Él era impotente. Hacia el final de la conferencia alguien en la sala mencionó estas palabras de Kierkegaard que han acabado de ser citadas: ―Sólo la omnipotencia puede otorgar independencia y traer a la existencia ex nihilo lo que toma existencia interior a medida que la omnipotencia constantemente se eleva a sì misma‖. El anciano Jonas escuchó y luego dijo: ―Esto es inmejorable. Propongo que cerremos nuestro encuentro con estas palabras‖.461 El hombre es responsable. Vive con la libertad creada por Dios. Esa es la constitución de cooperación entre Dios y el hombre establecida desde la fundación de la tierra. ―Dios crea al retirarse Él mismo‖.462

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Apocalipsis 19, 6 tiene la forma griega aorista: “Aleluya. ¡Ha empezado a reinar el Señor nuestro Dios, soberano de todo! (Nueva Biblia Española. Edición Latinoamericana, Madrid 1976). Similarmente el Nuevo Testamento holandés traducido por el profesor A.M. Brouwer (Leiden 1948): “Halleluja. Want koning is geworden de Heer, onze God, de heerscher van het heelal!‖ (―El Señor nuestro Dios, el gobernador del universo, ha llegado a ser rey‖).

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―Eso es algo que solamente la omnipotencia es capaz de hacer: retirarse mediante el autosacrificio. Precisamente esta situación conlleva la independencia del hombre que es favorecido por la omnipotencia de Dios. Por tanto, la omnipotencia de Dios es su bondad.i Es como los padres que aspiran a la independencia de sus hijos. Pero, podríamos preguntar, ¿no es Dios el Padre en quien podemos confiarnos en medio de la maldad de este mundo y a quien oramos en el Padrenuestro? Dios es el padre: el mismo de la parábola del hijo pródigo ―que es impotente porque ama y sufre en tanto su hijo no responda a su amor‖.463 Dios abrió espacio para su creación. Es ése su acto de omnipotencia. Esa omnipotencia, esta auto-humillación que es amor ―ha alcanzado su punto culminante en la cruz de Jesucristo‖.464 Está expresado en el antiguo himno cristiano citado en Filipenses: ―Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz‖. (Filipenses 2, 5-8).465 Calvino coloca un gran énfasis en la elección de Dios. Ellul, en su comentario sobre el libro de Jonás, estaba en gran sintonìa con Calvino al escribir: ―Cuando Dios escoge a una persona entonces esto ocurre porque él o ella será útil en la empresa de Dios. ( ) La selección de Dios al elegir a esa persona no es simplemente el anuncio de la elección, de ser separado, con nuestra seguridad personal como objetivo, o para mayor gozo o edificación de nuestra propia alma, para que podamos tener paz con el resultado. No, las Escrituras nunca mencionan algo como un llamado místico puro. Ser escogido por Dios no es un asunto de conocer la voluntad general de Dios sino que consiste en estar implicado en la acción concreta, en una cierta empresa‖. Esto sólo significa que el calvinismo, siendo en la actualidad una minoría en el mundo, incluyendo al mundo ―cristiano‖, no ha perdido nada de su vigor. ―El cristiano no es sólo aquel que ha sido salvado por Cristo, sino el humano –hombre o mujer-- del cual se sirve Dios en beneficio de otros, a través de Cristo. Cuando Yahvéh se dirige a Jonás, notificándole su misión, y cuando de hecho es salvado, es en bien de los otros. A partir del momento en que la fe se va instalando en nosotros, somos penetrados de esta convicción de que si nosotros hemos recibido la gracia de Dios, es en primer lugar para los otros. Nunca es para satisfacción de nosotros mismos. Nuestra salvación, nuestra aventura, son funciones de la salvación y la aventura de los que nos rodean, y, en último lugar, del mundo‖.466 El calvinismo se define como ―intramundano‖. Ellul ha destacado que el pensamiento utópico actual ha ―transformado la escatologìa de la salvación en la creencia en un progreso histórico y los efectos de la tecnología en la vida económica y social‖.467 Por el contrario, el Reino de Dios no puede ser identificado con ninguna utopía proyectada o real, lo que estaría en contradicción con la radicalidad de la Biblia. Podemos utilizar de nuevo las palabras de Jung Mo Sung: Ser radical en un momento como éste [frente a la grave crisis social que vivimos] no es apegarse a slogans aparentemente radicales, perto que ya no movilizan la población; un proponer proyectos bonitos que no son viables históricamente. Ser radical es asumir la historia y mantenerse fiel a la causa de los pobres. Es aprender del pasado y luchar para construir un mañana mejor para todos, reconociendo los límites que el actual momento histórico y la propia historia humana nos impone. Asumir y luchar por nuestros sueños, reconociendo al mismo tiempo los límites de la historia es entender lo que significa decir que ‗Dios se hizo carne y habitó con nosotros‘, el misterio de la encarnación de Dios en la historia humana: uno de los pilares de la fe cristiana. Es asumir que Dios nos llama a construir una i

―Tú, que eres bueno y bienhechor, enséñame tus preceptos‖, Salmo 119, 68.

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sociedad más humana, al mismo tiempo que reconocemos que ciertos sueños no son posibles plenamente en nuestra historia. Es reconocer que nosotros solos podemos construir sociedades más humanas que sean señales del Reino de Dios en la historia. Y que el Reino de Dios o el Reino de la Libertad en plenitud es objeto de la esperanza escatológica. Esperanza que expresamos en la liturgia y en las celebraciones a través de lenguajes simbólicos.468

El triunfalismo neo-calvinista ya no tiene un camino fácil. Se hace más duro el reto o, más bien, el sentido de llamado que podemos leer en lo que Calvino sin duda describiría como el estado dramático del mundo y de la sociedad humana que los cristianos enfrentan en la actualidad. Hoy se hace más claro que nunca lo que sucede cuando los hombres le permiten ―a Satanás ser el distribuidor de los bienes económicos del mundo‖. Ser fiel a Calvino no significa ―una aplicación facilista de su doctrina a nuevas situaciones históricas‖.469 Lo que continúa siendo relevante hoy, como lo expresa Biéler, es el humanismo calvinista, que es integral, ecuménico y universal. Al igual que Ellul, Biéler destaca que en la actualidad ―nos encontramos ante un concepto del hombre que es totalmente cientìfico y técnico, y que cada dìa nos aprisiona más‖. Se supone que sólo tengamos cualidades objetivas que sean numerables y medibles. El hombre se ha convertido en una entidad abstracta, separada del misterio de Dios que le otorga vida y originalidad. Las iglesias parecen responder por una parte con complejo de inferioridad y por el otro con acomodamiento e imitación. Muchos se refugian en un individualismo religioso y político, a manera de compensación, retirándose en una liturgia introvertida que refuerza el aislamiento dramático de las masas y el apartamiento de los problemas políticos.470 En oposición a la complejidad moderna, Calvino continúa enseñando un humanismo que toma en consideración a la persona íntegra, sin desdeñar la ciencia ni descuidar la revelación divina.471 Ninguno de los reformadores ―quiso establecer algo llamado Protestantismo para su uso eterno. Calvino nunca quiso el calvinismo. ( ) Es solamente un episodio en la historia del cristianismo, y, a su vez, esta historia es sólo un aspecto de la historia universal‖. Calvino rechazaba todo confesionalismo. La verdadera unidad está en Cristo, quien ―es el único Salvador de todos los hombres en la tierra que comparecerán ante Él al final de la historia‖. La iglesia no posee la verdad. ―El humanismo de Calvino no tiene fronteras religiosas‖. ―En Cristo, los lìmites nacionales, ideológicos, y raciales han sido abolidos‖.472 Aunque las instituciones eclesiales históricas están disminuyendo (aunque no desapareciendo), el mundo en el que los cristianos están colocados continúa. La fe cristiana debe distinguirse claramente de la nación y la política. Cullmann nos recuerda que el origen histórico del cristianismo está en el conflicto mismo con el Estado y se menciona a Pilato en las confesiones de fe más antiguas.473 Calvino detestaba el nacionalismo religioso. Ningún clan, ningún pueblo, ninguna nación puede divinizarse. Se incurre en el peligro de ejercer violencia sobre otros. ―La iglesia cristiana, cuando es fiel a Cristo, quien nos libera de los demonios, es la única fuerza de combate contra este flagelo permanente‖. 474 La iglesia tiene que orientarse hacia los primeros tres siglos, cuando mantenìa ―consciencia de su originalidad con respecto a todos los tipos de religión natural y mística oficial‖.i El cristianismo posterior llegó a i

Los cristianos se negaban a tomar las armas. En La pensée sociale et économique de Calvin Biéler subraya la reticencia de Calvino – igual que Zwinglio -- referente a las armas y sus juicios severos sobre el militarismo y sobre la práctica de los mercenarios. Por lo que a esto respecta estaba muy cerca de los anabaptistas. La guerra, dice Calvino, solamente está permitida si es movida por el gobierno para proteger su territorio y sin destruir las tierras de cultivo. A la pregunta de Biéler de que si los medios modernos de destrucción todavía guardaran alguna relación con

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considerar la guerra un acto religioso y ―el heroìsmo religioso glorificado por el paganismo se añadió a las virtudes exaltadas por la iglesia‖.475 La Reforma, que se originó a principios del nacionalismo europeo y del que, realmente, en cierta medida, fue su expresión, no escapó de dicho peligro y restableció los tabúes de la religión natural. Calvino lanzó una dura batalla contra el nacionalismo ginebrino, en la que finalmente tuvo éxito. Biéler ve aquí una explicación de la rápida expansión del calvinismo más allá de las fronteras nacionales y regionales. Sin embargo, en siglos posteriores, también los calvinistas perdieron su conciencia de ―ser miembros del único cuerpo de Cristo cósmico‖. Se fundaron iglesias nacionales oficiales. En la actualidad, en los continentes del Occidente la ideologìa es aun más fuerte que el nacionalismo. Es ―la forma moderna laical del paganismo natural. Es un misticismo profano, una forma secularizada de religiosidad humana producida por la mentalidad científica, racional y ateísta de nuestra era tecnológica‖.476 Todo ello está fuertemente respaldado por la propaganda política, militar y comercial, vocera del sistema Técnico. Los ciudadanos cristianos deberían abstenerse de mistificaciones ideológicas escogiendo ―un patriotismo que sea objetivo, positivo y constructivo‖.477 Biéler pregunta: ¿Acaso los medios modernos de destrucción tienen algo en común con las circunstancias de las palabras de Pablo en Romanos 13? Tenemos que recordar que Ellul dijo que el tecnicismo moderno no tiene ningún denominador común con los tiempos anteriores. Los científicos declaran que el ecosistema en el que se encuentra la Tierra es un estado no análogo.478 Significa que ni la rapidez ni el volumen ni la escala espacial de las alteraciones producidas por el ser humano tienen precedente en la historia del planeta, por lo que ya no existe caso ―análogo‖ al que pudiera compararse el tiempo presente. Pero la respuesta no es un radicalismo el términos del ―sistema‖. Nadie rinde cuentas; no existe una oficina central a la cual dirigirnos para solicitar un vuelco de la estructura económica mundial. Se detecta que muchos casos de justicia económica y solidaridad tienen lugar a pesar del sistema, en virtud del sistema, o sin tener en cuenta el sistema. La medida para el progreso histórico no es el desarrollo material, ni el económico en un sentido más amplio como usualmente lo definimos tal cual es, sino la liberación y la justicia y el desarrollo auténtico de las ―esferas soberanas‖ y las instituciones libres. En ese tipo de desarrollo económico todo el mundo puede dedicar sus esfuerzos a algo ―de acuerdo con sus facultades y alcances‖, 479 ocupando el ―estado‖ en que se encuentra. Tanto los pobres como los ricos pueden actuar de acuerdo con originalidad,i responsabilidad y creatividad, como ya de hecho el ojo fiel observa que lo hacen en las circunstancias bajo las que Pablo ha escrito Romanos 13, Calvino seguramente hubiera contestado en forma negativa tomando en cuenta todo lo que ha escrito sobre la creación, el hombre y la naturaleza. ¿No tendría que revisar la iglesia actual enteramente su posición acerca del uso de armas con la misma audacia que tenían los reformadores respecto a las tradiciones sagradas de su tiempo, tal como han hecho con respecto a la esclavitud, el racismo y el antisemitismo? (Biéler, El humanismo social, p. 88/9). i ¿Dónde está, en medio de nuestra crisis de desempleo masivo, la originalidad del ser humano? En los Estados Unidos durante los años 30 del siglo pasado miles de iniciativas locales se originaron para remplazar el inefectivo dólar por monedas locales ―sociales‖. Pues, los desempleados todavía tenían sus capacidades para ofrecer y sus necesidades económicas por satisfacer. Esto lo hacían a través de la organización discrecional de mercados locales por medio de trueque o intercambio monetario. Hacia el año 2002, en medio de la profunda crisis bancaria en Argentina tales redes de moneda alternativa según los informes abarcaron en su punto máximo no menos de 7 o 8 millones de personas. En los EE.UU. ―los powers that be‖ pusieron un fin temprano a las iniciativas similares que podrían haber terminado la Gran Depresión ―dentro de tres semanas‖, creando empleo al conectar la demanda y la oferta de las necesidades básicas de la gente. El famoso economista Irving Fisher de Yale jugaba un papel asesor

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incontables lugares. Tanto pobres como ricos pueden concertar alianzas transversales en la sociedad.480 De esta forma pueden establecer alianzas que reparen y construyan una globalización más humana desde la base. En nuestra era de secularización el humanismo social consecuente de Calvino resulta extraordinariamente relevante, pues la fidelidad a las enseñanzas de las Escrituras abre los ojos a descubrir y reconocer la justicia social y la acción económica desinteresada donde quiera tenga lugar. La fe cristiana detecta signos abundantes del Reino que no forman parte de las noticias de primera plana de los medios masivos. Reconoce a otras personas que se involucran de igual forma o hasta con mayor éxito en el mantenimiento y desarrollo de las relaciones sociales humanas inclusivas en lugar de excluyentes. Hace que las personas se sensibilicen hacia la cooperación en lugar de la competencia en todas partes, sin importar la religión, la raza o la desigualdad. El rey de Arabia del Norte, Lemuel, toma parte en la sabiduría bíblica: él tiene que ―mantener los derechos de los pobres y los necesitados‖. (Proverbios 31, 1-9). Además, fue el Señor quien ―movió el corazón de Ciro, rey de Persia‖ (Esdras 1, 1). Lo que vamos descubriendo es que no son solamente los que reciben la ayuda a que indiscriminadamente reconocemos como son nuestros próximos, sino también a los mismos dadores y obreros ―no cristianos‖. Cuando el intérprete de la Ley en Lucas 10 le pregunta a Jesús: ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? (en nuestros términos: ¿qué haré para hacerme un buen cristiano?), la respuesta señala a uno que no es miembro del pueblo judío, al ―que no es miembro de la iglesia‖. Es el ―Buen Samaritano” que ejemplifica ciertamente lo que se necesita para la vida eterna.i Mateo 25 no habla de ―cristianos‖ o ―calvinistas‖, sino de todos los que dan de comer al hambriento, de beber al sediento, que visitan al extranjero, al enfermo, al prisionero, y visten al desnudo. El mensaje es inclusivo. Hemos citado a Calvino cuando dice que con nuestra riqueza ―debemos atraer a los que parecen lejanos y desconocidos para nosotros‖. 481 Al comentar la historia del Buen Samaritano él declara: ―La raza humana está unida por un vínculo sagrado de comunidad. Todos los hombres son prójimos entre sí. Para que alguien sea nuestro prójimo basta que sea humano; pues no nos cuadra a nosotros eliminar la naturaleza común‖.482 Ahora que ―el muro divisorio de la hostilidad se ha derrumbado (Efesios 2, 14) y en virtud de ello la alianza de vida y salvación es ahora común para todos (les uns et les autres) [Pablo] dice que no debemos considerar extranjeros a los que participan en la adopción divina; ( ) la alianza de vida eterna ha comenzado a ser igualmente común para todos‖.483 La discontinuidad de la recreación en la teologìa de la salvación de Calvino ―abre de par en par las puertas para la totalidad de la raza humana‖.484 ii Implica a todos los que se preocupan por una economía justa. para una gran cantidad de comunidades que estaban estableciendo tal economía local. Sin embargo, el presidente Roosevelt prohibió las ―monedas de emergencia‖ a favor de lo que iba a conocerse como el New Deal (Lietaer, El futuro del dinero, p. 271-274). También en Austria y en Alemania (nazi), el estado y las autoridades monetarias pusieron fin a estas amenazas exitosas de su poder monopolista de crear dinero. Aquì se ve cómo el ―sistema‖ se impone sobre el comportamiento libre y creativo de los sujetos económicos. i Él acude en ayuda de la víctima. El profesor C.W. Mönnich (1915-1994) escribió: ―La venida del mundo nuevo tarda mucho y en el viejo está tumbado en el suelo, al lado del camino, el hombre que ha caído en manos de los ladrones. () El hecho [económico] más próximo es su necesidad‖ (Fragmenten. Achtergronden bij een hedendaagse theologie, Baarn 1972, p. 99). ii La cita entera es la siguiente: ―El ‗Calvinismo‘ [calvinismo de hecho, calvinismo sudafricano, RH] ( ) es una tradición teológica que desconoce la ruptura entre la creación y la recreación. Por lo tanto, apenas hay espacio alguno

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Pueden ser los ―obreros de la hora undécima‖ (Mateo 20, 9). Habrá una multitud de ―no cristianos‖ acerca de los que Cristo dirá que efectivamente han hecho ―la voluntad de mi Padre que está en el cielo‖ (Mateo 7, 21). La lógica del Reino no solamente alimentará la fe escatológica, sino además permitirá descubrir y reconocer estas multitudes de aliados potenciales para la justicia. Una actividad económica saludable está movida por el ―amor justo, ágape ( ), el amor que da sin calcular la recompensa, que desea la existencia y el logro de otros seres— (y) este amor se manifiesta de manera incontable‖.485 ―Existen varias cualidades que muchas de estas personas comparten, pero dos de las más notables son el carácter inclusivo y radical de su amor por los demás‖.486 ―Estas vidas revelan una vez más el amor inclusivo, no jerárquico de Dios y lo hacen con la pasión e intensidad de los que encuentran a los demás, a todos los demás, valiosos y dignos‖.487 Sally McFague confirma: ―Tal trabajo no ha de verse necesariamente como especial o religiosa; más bien, es el trabajo común secular orientado a sanar las divisiones en el mundo y a liberar a los oprimidos del mundo‖.488 Ella se sentiría feliz de saber que tampoco Calvino opera con las líneas divisorias de ―lo secular‖ y ―lo cristiano‖. El ser uno de todos que tienen a un solo Padre en Jesucristo, como dice Calvino, ―no puede ser disturbado por algún predestinarianismo que dudaría si un miembro sea elegido, de modo que, si no fuera así, quedáramos absueltos de compartir nuestros bienes con él‖.489 Es verdad que Calvino escribe aquí sobre el cuerpo de Cristo que es la iglesia que está confesando a Cristo. Pero es la iglesia invisible. Dios es el dador de su gracia a todos los hombres. Notemos la forma en que Calvino usa la palabra ―no creyente‖. ―Nadie tiene más hambre o mayor necesidad que los no creyentes cuya paz es destruida por el ansia de posesiones‖.490 Por tanto, la no creencia se identifica con la avaricia. En vista de esta similitud entre la no creencia y la avaricia, ¿qué pasaría si invirtiéramos la afirmación? ¿Acerca de los que ―son benditos porque tienen la intención de ser pobres, ya que tienen a Dios como Rey? (El suyo es el reino de los cielos).i Ello no niega que la justificación permanece en manos de Dios. ―Como es bien sabido por experiencia que los vestigios del pecado siempre permanecen en los justos, su justificación debe ser bien diferente de la reforma en la novedad de vida‖. 491 Pero no tenemos conocimiento de la adopción justificadora de Dios de la obra de nuestras manos ni de la de otras personas que pertenecen a ―otras ovejas que no son de este rebaño‖ (Juan 10, 16). El Espíritu produce signos del Reino independientemente del autor humano a través del cual opera. Los cristianos están conscientes de que su perspectiva es la fe en Jesucristo. Jacques Ellul, al comentar las parábolas de las Vírgenes y de los Talentos, dice: ―Existe una implicación mucho mayor que lo que ha sido tradicionalmente formulado como la fe que se expresa en obras. La epístola de Santiago lo sugiere muy claramente al decir que no hay fe sin obras. Las dos no pueden ser disociadas y esto conduce a errores serios. Por ejemplo, la iglesia Católica enseñaba que todo fuera probado por las obras, a lo que Lutero contestó que todo era asunto de fe – y para un comienzo nuevo o una ruptura en la historia – la discontinuidad. Según nuestra evaluación del ‗calvinismo‘ la idea de una ruptura en la historia es una amenaza. Amenaza la continuidad de la alianza - la relación entre Dios y hombre. Considerando el hecho de que el hombre ( ) es entendido predominantemente como siendo el africano (Afrikaner), el ejecutor del plan de Dios, la discontinuidad llega a ser el momento en que el africano pierda su función de ejecutor del plan de Dios. Entonces perdería su sentido de vocación que para él es naturalista-nacionalista. Perdería también su sensación de haber sido elegido. La discontinuidad es una amenaza para el ‗calvinismo‘ porque abre de par en par las puertas para la totalidad de la raza humana‖. i La Nueva Biblia Española traduce Mateo 5, 1: “Dichosos los que eligen ser pobres, porque ésos tienen a Dios por Rey”.

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estaba equivocado. Todo no es asunto de fe porque no hay fe si no hay obras. En cierto sentido se puede hacer una comparación con la cuestión infinitamente discutida de que ¿existe primero el pensamiento que a continuación es expresado por la lengua? Ahora se acepta que existe una interpenetración radical entre los dos. Creo que la relación entre la fe y las obras es similar. La fe no puede existir sin las obras y viceversa. Una praxis sin fe no existe. Las dos parábolas revelan este relación fundamental‖.492 Este tipo de obra real no parte de ningún principio económico ontológico de la escasez, sino del conocimiento de la abundancia que procede de la abundancia de la gracia. ―Sigan firmes e intransigentes, siempre abundantes en la obra del Señor, sabiendo que su trabajo no es vano en el Señor‖ I Cor. 15, 58). ―Las maneras en que puede llevarse a cabo dicha obra son ilimitadas‖, afirma McFague; y ―la necesidad de tal obra es igualmente ilimitada‖. 493 Sin embargo, ―no existe solución fácil ni cura milagrosa, y a menudo los sanadores saldrán heridos en su trabajo‖. 494 Pero se dejarán huellas en esta vida concreta producida por el estancado mundo de la ciencia, la técnica, la razón autónoma y el auto-interés tan de moda en la actualidad. ―En nuestra sociedad caracterizada por perseguir el éxito como vìa de ‗justificación‘ de la existencia humana, el reconocimiento gratuito entre las personas en la relación de sujeto a sujeto y cara a cara es una experiencia verdaderamente espiritual de la gracia y la justificación por la fe‖.495

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Notas LP = André Biéler, La pensée économique et sociale de Calvin, Ginebra 1961 Institución = Juan Calvino, Institución de la religión cristiana (ed. 1559), varias ediciones 1

Patrick Chastenet, Entretiens avec Jacques Ellul, Paris 1994, p. 52. Comentario sobre Jeremás 18, 11; William J. Bouwsma, John Calvin. A Sixteenth-Century Portrait, Nueva York/Oxford 1988, p. 115 . 3 Bouwsma, John Calvin, p. 160, n100; cita de John Dillenberger, Contours of Faith: Changing Forms of Christian Thought, Nashville/Nueva York, 1969, p. 39. 4 T.H.L. Parker, John Calvin, Londres 1977, p. 94. 5 Comentario sobre Heb. 8, 11; cf. Institución II, iii, 4; Bouwsma, John Calvin, p. 187. 6 L.R. Lekula Ntoane, A Cry for Life. An interpretation of “Calvinism” and Calvin, Kampen 1983, p. 226; cita de W. Niesel, Die Theologie Calvins, München 1957, p. 18. 7 Ntoane, A Cry for Life, p. 249. 8 La religión en el origen del capitalismo, Buenos Aires 1959. 9 Albert O. Hirschman, ―Rival Interpretations of Market Society: Civilizing, Destructive, or Feeble?‖, Journal of Economic Literature, diciembre de 1982, p. 1467. 10 Ver mi artìculo ―Calvinisme en kapitalisme: Weber of Tawney?‖ en: Internationale Spectator, marzo de 1982, p. 117-123, reproducido en R.L. Haan, Reformatie en Revolutie. Over het “nochtans” in het nucleaire tijdperk, Kampen 1984 (Conferencias Kuyper en la Universidad Libre de Ámsterdam 1982/1983), p. 236-249. 11 Henry W. Spiegel, The Growth of Economic Thought, New Jersey 1971, p. 80. 12 Ver la nota de pie en la sección 6 del capítulo 8. 13 Citado por Spiegel, The Growth of Economic Thought, p. 684. 14 Het Financieele Dagblad, cuaderno Persoonlijk, 24-10-2009, p. 19. 15 Comentario sobre Isaías 23, 15; citado en Bouwsma, John Calvin. p. 56. 16 Sermón sobre Deuteronomio 14, 21-28; citado en André Biéler, La pensée économique et sociale de Calvin, Ginebra 1961 (abajo: LP), p. 363 y muchos otros lugares. 17 Com. sobre Mateo 5, 8. 18 Com. sobre Levítico 9, 35; LP 384. 19 Bouwsma, John Calvin, p. 56. 20 Com. sobre Éxodo 16, 17; citado por Bouwsma, John Calvin, p. 197. 21 Com. sobre Génesis 23, 16; ibid. 22 Com. sobre Génesis 47:16, 20; ibid., p. 285. 23 Mark Valeri, ―Religion, Discipline, and the Economy in Calvin‘s Geneva‖, Sixteenth Century Journal, XXVIII/1 (1997), p. 134. 24 Com. sobre Deuteronomio 25, 13-19; LP, p. 451. Cursivas mías. 25 Proverbios 24, 33-34. 26 David Hume, ―Of the Populousness of Ancient Nations‖, Essays, Londres, 1903, p. 415, citado por M.I. Finley, The Ancient Economy, Londres 1973, p. 22. 27 Varios casos contemporáneos específicos acerca de la producción de la pobreza son elaborados en: Álvarez Leguizamón, Sonia (comp.), 2005, Trabajo y producción de la pobreza en Latinoamérica y el Caribe, CLACSO/CROP, Buenos Aires/Bergen (Noruega). 28 Jacques Ellul, Métamorphose du bourgeois, Paris 1967, p. 40. Cursivas mías. 29 R.H. Tawney, Religion and the rise of capitalism, Pelican Book, 1977 (ed. or. 1926), p. 264 30 Com. sobre Mateo 25, 20; LP, p. 454. Cursivas mías. 31 Com. sobre Isaías 5, 8; LP, p. 339. 32 Sermón sobre la armonía del Evangelio; LP, p. 334. 33 Com. sobre I Corintios 11, 22; LP, p. 349. 34 LP, p. 104-110. 35 Bouwsma, John Calvin, p. 208. 36 Institución, IV, iv, 8/9; ibid. 37 Com. sobre Isaías 47, 10; ibid. 2

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Institución, III, vi, 4. Institución, III, vi, 4. 40 Institución, III, vi, 4. 41 Adam Smith, An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations, 1776, Book V, Chapter I, Part III, Article III. 42 LP, p. 145. 43 LP, p. 388. 44 Naomi Klein, The Shock Doctrine. The Rise of Disaster Capitalism, Londres 2007. 45 Loretta Napoleoni, Rogue Economics. Capitalism‟s New Reality, Nueva York 2008. 46 Com. sobre Salmos 12, 1-2; citado por Bouwsma, John Calvin, p. 91. 47 Herman Dooyeweerd, A New Critique of Theoretical Thought, Vol. I-IV, Ámsterdam/Philadelphia 1953-1958. 48 Bouwsma, John Calvin, p. 5. 49 Parker, John Calvin, p. 106. 50 Ibid., p. 109/110. 51 Bouwsma, John Calvin. 52 Ibid., p. 113/114. 53 Com. sobre Mateo 3, 7, citado por Bouwsma, John Calvin, p. 115. 54 Bouwsma, John Calvin, p. 122. 55 Ibid., p. 124. 56 LP, p. 438. 57 LP, p. xi. 58 LP, p. xii. 59 André Biéler, Calvin, prophète de l‟ère industrielle. Fondements et méthode de l‟éthique calvinienne de la société, Ginebra 1964, p. 12/13 (cursivas en el original). 60 Heiko A. Oberman. De erfenis van Calvijn. Grootheid en grenzen, Kampen 1988, p. 19. 61 John Kenneth Galbraith, Historia de la economía, Barcelona 19988, p. 78 (edición original: Economics in perspective. A critical history, Houghton Mifflin Company 1987; ver el capìtulo 6 sobre ―el nuevo mundo de Adam Smith‖). 62 Emmanuel Levinas, ―Le Moi et la Totalité‖, Revue de Métaphysique et de Morale, 1953, p. 264-272 (trad. al holandés por Ad Peperzak, Het menselijk gelaat. Essays van Emmanuel Levinas, Bilthoven 19753, p. 108-135; citas de la p. 119). 63 LP, p. 316. 64 Ver el artículo famoso y muchas veces reproducido de Karl Polanyi, ―Our Obsolete Market Mentality‖, in: R.L. Heilbroner & A.M. Ford, Is Economics Relevant? A reader in political economics”, Pacific Palisades 1971, p. 268. Apareció originalmente en Commentary, February 1947, Nueva York, p.109-117. 65 Ibid., p. 382; cursivas mías. 66 Sermón sobre II Corintios 8, 8; LP p. 350, 362/363. 67 Sermón sobre Deuteronomio 23, 24-25 y 24, 1-4; LP, p. 380/381. 68 LP, p. 381. 69 Anthony Waterman, ―Should we listen to the Churches when they speak in economic issues?‖, Agenda, vol. 10, no. 3, p. 27. 70 Com. sobre Hechos 19, 23; LP, p. 377. 71 Com. sobre Génesis 47, 16, 20 (citado por Bouwsma, John Calvin, p. 285). 72 Com. sobre Isaías 24, 2 (ibid., p. 192). 73 Com. sobre Mateo 14, 6 (ibid., p. 201). 74 Sermón sobre Deuteronomio 27, 16-23; LP, p. 412. 75 Zygmunt Bauman, Ética posmoderna, Buenos Aires 2004, p. 9 (edición original: Postmodern ethics, 1993). 76 Com. sobre Mateo 25, 24 (ibid., p. 210). 77 Com. sobre Mateo 25, 20 (ibid., p. 197/198). 78 LP, p. 322. 79 Tawney, Religion, p. 188. 80 Ibid., p. 192. 81 El comentario de Calvino sobre Mateo 4, 8; LP, p. 242n. 39

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El diario Trouw, diciembre 7, 2009, p. 24/25. El artículo trata de la disertación escrita por by Annemarie Nooijen, Unserm grossen Bekker ein Denkmal? Balthasar Dekkers Betoverde Wereld in den deutschen Landen zwischen Orthodoxie und Aufklärung, Münster 2009. 83 Sermón sobre Mateo 4, 8-11; Marcos 1, 13; Lucas 4, 3-13; LP, p. 325/326. 84 René Girard, Des choses cachées depuis le fondation du monde, kekrummena apo katabolès (Matthieu 13, 35), recherches avec J.M. Oughourlian et Guy Lefort, Paris 1978, p. 184. 85 Ibid., p. 185. 86 Menciónense sus libros The Technological Society, Nueva York 1967; The Political Illusion, Nueva York 1967, 1972; The Technological System, Nueva York 1980. De sus muchos escritos sobre teología bíblica: The Meaning of the City, Grand Rapids 1970 y Cumbria 1997. Un póstumo texto nuevo y extraordinario apareció en 2010: On freedom, love and and power, compiled, edited and translated by Willem H. VanderBurg, Toronto 2010. Ver los títulos traducidos al español en la lista de referencias. 87 Ver especialmente el pequeño libro extraordinario de Oscar Cullmann, Der Staat im Neuen Testament, Tübingen 1961. Observaciones adicionales serán hechas en el capítulo 9. 88 Com. sobre Mateo 19, 7, citado en LP, p. 277. Ver también p. 358. 89 Sermón sobre Deuteronomio 8, 15; LP, p. 323. 90 Sermón sobre Deuteronomio 24, 19-22; LP, p. 325. 91 Institución, II, viii, 45. 92 Walter A. Weisskopf, Alienation and economics, Nueva York 1973, p. 127. 93 Roelf Haan, ―Hoe calvinistisch was Calvijn?‖, VolZin, 2 de octubre de, 2009, p. 33. 94 .Weisskopf, Alienation and economics, p. 167. Cursivas mías. 95 . Jung Mo Sung, ―Teologìa y economìa. Una introducción‖, Fe y Pueblo (La Paz), diciembre de 2005, p. 25. 96 Lukas Vischer, Calvino y la responsabilidad frente a la creación de Dios, Jubileocalvino.blogspot.com. 97 LP, p. 306ss. 98 LP, p. 343. 99 LP, p. 344. 100 LP, p. 346. 101 LP, p. 345. 102 Sermón sobre Deuteronomio 25, 1-4; LP, p. 432. 103 Com. sobre Salmos 104, 15; Leçons et expositions sur les douze petits prophètes (Hosea 2, 8), citado en LP, p. 233. 104 Weisskopf, Alienation and economics, p. 178. 105 Marshall Sahlins, Stone Age Economics, Londres 1974. 106 Cf. Richard G. Wilkinson, Poverty and Progress, Londres 1973. 107 Hans Achterhuis, Het rijk van de schaarste. Van Thomas Hobbes tot Michel Foucault, Baarn 1988, p. 38. 108 Leçons…., com. sobre Joel 3, 18); LP, p. 310. 109 Com. sobre Salmos 65, 11; LP, p. 426. 110 LP, p. 426. 111 Leçons…, com. sobre Ageo 2, 19-20; LP, p. 429. 112 Sermón sobre Deuteronomio 20, 16-20; LP, p. 434/435. Cursivas mías. 113 Com. sobre Éxodo 23, 10; LP, p. 435. 114 Com. sobre Isaías 30, 23; LP, p. 427. 115 LP, p. 430/431. 116 Sermón sobre la armonía del Evangelio, Mateo 4, 8-11; Marcos 1, 13; Lucas 4, 5-13; LP, p. 326. 117 LP, p. 159. 118 Bouwsma, John Calvin, p. 54; Sermón No. 39 sobre Deuteronomio. 119 LP, p. 310. 120 LP, p. 403. 121 Com. sobre Salmos 41, 1; (LP, p. 311. 122 Com. sobre II Timoteo 6, 7; Sermón sobre I Timoteo 6, 3-7; LP, p. 313. 123 Contre la secte des libertins; LP, p. 386. 124 LP, p. 314. 125 LP, p. 316/317. 126 Com. sobre Lucas 12, 15; LP, p. 317. 127 LP, p. 317/318.

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LP, p. 319/320. Com. sobre Santiago 1, 9-10 ; LP, p. 331. 130 Com. sobre Lucas 17, 7; LP, p. 415. 131 Ver capítulo 3. 132 Com. sobre Éxodo 16, 13-18; LP, p. 336. Énfasis mío. Ver también p. 379. 133 Sermón sobre Deuteronomio 24, 19-22; LP, p. 323. 134 Sermón sobre Hechos 4, 32; LP, p. 380. 135 LP, p. 348/349. 136 Ver Biéler, LP, pp. 234, 253, 261 and 325. 137 Com. sobre Efesios 6, 9, cf. Colosenses 4, 1; LP, p. 263. 138 Com. sobre II Corintios 8, 13; LP, p. 349. 139 LP, p. 352. 140 LP, p. 354. 141 LP, p. 358. 142 Sermón sobre Deuteronomio 16, 13-17; LP, p. 365. 143 Com. sobre Éxodo 16, 17; Bouwsma, John Calvin, p. 197. 144 Com. sobre Éxodo 20, 1; LP, p. 411. 145 LP, p. 355. 146 LP, p. 381. 147 Sermón sobre Deuteronomio 15, 1; LP, p. 381. 148 Com. sobre Hechos 11, 29 y Sermón sobre Deuteronomio 24, 19-22; LP, p. 323. 149 Com. sobre Marcos 10, 20 (LP, p. 322). 150 J.C.L. Simonde de Sismondi, Études sur l‟économie politique. Tome premier, Paris 1837, p. vii/viii. 151 Ibid., p. 10. 152 Sermón sobre Deuteronomio 24, 19-22; LP, p. 325. 153 Com. sobre Mateo 6, 19; LP, p. 333. 154 Com. sobre Éxodo 22, 25; LP, p. 462. 155 Com. sobre II Corintios 8, 13; LP, p. 350/351. 156 LP, p. 350, 362/363; sermón de Calvino sobre II Corintios 8, 8. 157 Institución, II, viii, 45; LP, p. 358. 158 LP, p. 358. 159 Com. sobre Deuteronomio 5, 1-16; LP, p. 340/341. 160 LP, p. 326. 161 LP, p. 327. 162 Sermón sobre Deuteronomio 15, 11-15 ; LP, p. 328. 163 LP, p. 349. 164 Com. sobre the Salmos, Ps. 140, 13; LP, p. 331. 165 LP, p. 332. 166 LP, p. 333. 167 Tomado de: Haan, ―Was Calvijn calvinistisch?‖, p. 33; la cita de Hans de Wit viene del artículo ―Het gelaat van de Messiaanse gemeenschap. Psalmen multicultureel gelezen‖, Interpretatie 13/1 (2005), p. 4-7. 168 LP, p. 337. 169 Com. sobre Hechos 19, 25; LP, p. 423. 170 LP, p. 413. 171 Com. sobre II Tesalonicenses 3, 10; LP, p. 407. 172 LP, p. 408. 173 Com. sobre Mateo 25, 24; LP, p. 411. 174 Oraisons; LP, p. 391. 175 Rodolfo Haan, La economía del honor, Reflexiones bíblicas sobre dinero y propiedad, Lima 2007, p. 174ss. 176 LP, p. 392. 177 Cita de Hechos 17, 28 en el comentario de Calvino sobre Juan 5, 17; LP, p. 392. 178 LP; cursivas mías. 179 Institución, II, viii, 28; LP, p. 395. 180 Catéchisme 1537; LP p. 395/396. 181 LP, p. 397. 129

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Sermón sobre Mateo 3, 11-12; LP, p. 404. Sermón sobre Efesios 4, 26-28; LP, p. 404/405. 184 Ntoane, A Cry for Life, p. 253. 185 Com. sobre Éxodo 20, 15; LP, p. 411. 186 Com. sobre Mateo 25, 24; LP, p. 411. 187 Com. sobre Éxodo 31, 2; LP, p. 406. 188 Com. sobre Mateo 6, 11; LP, p. 353. Cursivas mías. 189 Catéchisme 1537; LP, p. 398. 190 Com. sobre Éxodo 31, 2; LP, p. 400. 191 Contre la secte des libertins, LP, p. 386/387. 192 Com. sobre Lucas 17, 7-10; LP, p. 399. 193 Com. sobre Mateo 17, 7-10 ; LP, p. 399. 194 Com. sobre Lucas 17, 7; LP, p. 415. 195 Com. sobre Génesis 3, 17; LP, p. 401. 196 Com. sobre Génesis 3, 19; LP, p. 401. 197 Com. sobre Génesis 3, 23; LP, p. 402. 198 Com. sobre Salmo 128, 2; LP, p. 402. 199 Leçons…, com. sobre Isaías 17, 11; LP, p. 403. 200 Compárese: Joseph E. Stiglitz, Amartya Sen & Jean-Paul Fitoussi, Report by the Commission on the Measurement of Economic Performance and Social Progress, 2009. 201 Com. sobre Levítico 19, 35 ; LP, p. 384. 202 Ibid. 203 Com. sobre Éxodo 20, 15; LP, p. 410/411. 204 Sermón sobre Deuteronomio 24, 14-18; LP, p. 421. 205 LP, p. 449. 206 Com. sobre Isaías 23, 17/18; LP, p. 449. 207 Sermón sobre Deuteronomio 25, 13-19; LP, p. 450/451. 208 LP, p. 340, 342, 451. 209 Com. sobre I Pedro 2, 13; LP, p. 234. 210 LP, P. 335. 211 LP, p. 251. 212 LP, p. 350. 213 Leçons…, com. sobre Ageo 2, 20; LP, p. 310, 431. 214 Com. sobre I Timoteo 5, 18; LP, p. 411. Cursivas más. 215 Sermón sobre Deuteronomio 15, 16-23; LP, p. 255. 216 Sermón sobre Deuteronomio 25, 1-4; LP, p. 412. 217 LP, p. 418. 218 Ibid. 219 Sermón sobre Deuteronomio 15, 16-23; LP, p. 418. 220 Sermón sobre Deuteronomio 15, 11-15; LP, p. 419/420. 221 LP, p. 158. 222 Ibid.; cursivas mías. 223 LP, p. 413. 224 Sermón sobre Deuteronomio 24, 14-18; LP, p. 420. Cursivas mías. 225 LP, p. 408. 226 Sermón sobre Deuteronomio 24, 6; LP, p. 410. 227 Sermón sobre Deuteronomio 24, 14-18; LP, p. 420. 228 Com. sobre Éxodo 16, 13-18; LP, p. 336. 229 LP, p. 337. 230 Com. sobre II Corintios 8, 13; LP, p. 337. 231 Com. sobre Éxodo 20, 15; LP, p. 353. 232 Sermón sobre Hechos 6, 1; LP, p. 366. 233 LP, p. 365. 234 LP, p. 369. 235 Institución, IV, iii, 9; LP, p. 366. 183

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Ibid., IV, iv, 5; LP, p. 366. LP, p. 365. 238 LP, p. 297. 239 LP, p. 378/379. 240 Contre la secte des libertins; LP, p. 380. 241 Sermón sobre Hechos 24, 19-22; LP, p. 381. 242 Sermón sobre Hechos 19, 14-15; LP, p. 383. 243 Institución IV, xx , 13; LP, p. 385. 244 LP, p. 386; Sermón sobre Romanos 13, 6. 245 Com. sobre Isaías 23, 9; Bouwsma, John Calvin, p. 194. 246 Sermón No. 11 sobre I Corintios; ibid. 247 Bouwsma, John Calvin, p. 194. 248 Com. sobre Jeremás 34, 8-17; ibid., p. 194/195. 249 Com. sobre Génesis 6, 4; ibid., p. 195. 250 Com. sobre Éxodo 31, 2; LP, p. 400. 251 LP, p. 443. 252 Institución. I, v, 2; LP, p. 441. 253 Institución, II, ii, 13-15; LP, p. 438/439. 254 Com. sobre Hechos 17, 28; LP, p. 444. 255 Com. sobre Génesis 2, 3; LP, p. 441. 256 Calvin, citado en LP, p. 442. 257 LP, p. 186n. Cursivas mías. 258 LP, p. 223. 259 R. Hooykaas, Religion and the rise of modern science, Edimburgo/Londres 1977, p. 120. 260 Hooykaas, Religion, p. 154 (nota 27 del cap. V). El sermón de Calvino mencionado trata de I Corintios 10, 19-24. 261 Com. sobre Éxodo 23, 10; LP, p. 433. 262 LP, p. 452. 263 Al final del cap. 3. 264 LP, p. 453. 265 Bouwsma, John Calvin, p. 144. 266 Bernard Lietaer, The Future of Money. Creating New Wealth, Work and a Wiser World, Londres 2001, p. 48. 267 William Greider, The secrets of the Temple, Nueva York 1987, p. 240 (citado por Lietaer, The Future of Money, p. 38). 268 Biéler, Calvin, prophète de l‟ère industrielle, p. 11. 269 Ibid., p. 41. 270 Ibid., p. 42. 271 Ibid., p. 44/5. 272 Ibid., p. 51. 273 Ibid. Cursivas mías. 274 Ibid., p. 52. 275 Ibid., p. 52. 276 Com. sobre Mateo 5, 42 y Lucas 6, 34; LP, p. 455. 277 LP, p. 457. 278 Johan J. Graafland, Calvin‟s restrictions sobre interest: guidelines for the credit crisis, European Banking Discussion Paper No. 2009-22, CentER, Tilburg University 2009, p. 3. 279 Ibid. 280 LP, p. 459. 281 LP, p. 463. 282 LP, p. 461. 283 También Lucas 6, 31. 284 LP, p. 460. 285 Graafland, Calvin‟s restrictions sobre interest, p. 4. 286 Summary of the points made by Calvin in his letter to Claude de Sachin (1545); LP, p. 459-461. 287 Com. sobre Éxodo 22, 25 etc.; LP, p. 464. 288 Smith, Wealth of Nations, book II, chapter 2. Cursivas mías. 237

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Polanyi, ―Our Obsolete Market Mentality‖, p. 270. Richard Baxter, Christian Directory, 1678, I, p. 378, y IV, p. 235a, citado por Tawney, Religion, p. 214/242. 291 Ellul, L‟homme et l‟argent, p. 34/35. 292 Haan, The Economics, p. 60. 293 LP, p. 464. 294 LP, p. 464. 295 LP, p. 465. 296 Com. sobre Salmo 15, 5; LP, p. 467. 297 LP, p. 470. 298 Com. sobre Éxodo 22, 25 etc.; LP, p. 465. 299 Com. sobre Salmo 15, 5; LP, p. 466. 300 Letter to Sachin, LP, p. 457. 301 Com. sobre Ezequiel 18; LP, p. 469. 302 Joseph E. Stiglitz, Freefall. America, Free Markets, and the Sinking of the World Economy, New York/Londres 2010, p. 36. 303 Graafland, Calvin‟s restrictions sobre interest, p. 7-13. 304 Bouwsma, John Calvin, p. 2. 305 Ntoane, A Cry for Life, p. 247. The author refers to J.A. Heyns, Dogmatiek, Pretoria 1978. 306 Parker, John Calvin, p. 113. 307 W. Nijenhuis, Hoe Calvinistisch zijn wij Nederlanders?, Ámsterdam 2009, p. 38/39. 308 Hooykaas, Religion, p. 109. 309 Hooykaas, Religion, p. 109. 310 Nijenhuis, Hoe Calvinistisch zijn wij Nederlanders?, p. 35/36. 311 Ibid., p. 40. 312 Ibid., p. 40. 313 Oberman, De erfenis van Calvijn, p. 32. 314 LP, p. 414. 315 A. Kuyper, Soevereiniteit in eigen kring. Rede ter inwijding van de Vrije Universiteit, Ámsterdam 1880, p. 23 316 Ibid., p. 33. 317 Ibid., p. 24. 318 Cf. A. Kuyper, Calvinism. Six Stone-lectures, Ámsterdam/Nueva York etc. 1898, p. 44 y 92. 319 James A. Bratt, ―Abraham Kuyper‘s Calvinism. Society, Economics, and Empire in the Late Nineteenth Centrury‖, en: Edward Dommen & James D. Bratt (eds.), John Calvin Rediscovered. The Impact of His Social and Economic Thought, Princeton Theological Seminary Studies in Reformed Theology and History, Louisville/Londres, 2007, p. 85. 320 Joseph A. Schumpeter, History of Economic Analysis, Londres 19676, p. 347. 321 Eduardo Galasso Faria, ―Calvin and Reformed Social Thought in Latin America‖, en: Dommen & Bratt, John Calvin Rediscovered, p. 94. 322 Ibid., p. 95. 323 Ibid., p. 97. 324 El autor se refiere a José Miguez Bonino, Rostros del Protestantismo Latinoamericano, Buenos Aires 1995. 325 Galasso Faria, ―Calvin and Reformed Social Thought‖, p. 97. 326 Smith, Wealth of Nations, Book V, chapter I, Part III, Article III. 327 Smith, Wealth of Nations, Book V, chapter I, Part III, Article III. 328 Gunnar Myrdal, Value in Social Theory. A Selection of Essays on Methodology, ed. por Paul Streeten, Londres 1958. 329 E. F. Schumacher, Small is Beautiful. Economics as if People Mattered, Nueva York, etc. 1973. 330 President Dwight D. Eisenhower, Farewell Address to the Nation, 17 de enero de 1961. 331 Joseph Stiglitz, ―America‘s socialism for the rich‖, The Guardian, 12 de junio de 2009. 332 John Kenneth Galbraith, El capitalismo americano. El concepto del poder compensador, Barcelona 19725, p. 150 (American Capitalism. The concept of countervailing power, 1952). 333 Parte de los párrafos siguientes está basada en Haan, La economía del honor, cap. 15. 334 Karl Polanyi, The Great Transformation. The Political and Economic Origins of our Time, Boston, 1957, p. 57 (edición original 1944). 335 Polanyi, ―Our Obsolete Market Mentality‖, p. 265. 290

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Ibid., p. 267, Jacques Ellul, The Technological Society, Nueva York 1967. 338 Ver Polanyi, ―Our Obsolete Market Mentality‖. 339 Ellul, The political illusion. 340 Beck, ¿Qué es la globalización?, p. 150. 341 Jacques Ellul, Autopsie de la révolution, París 1969, p. 303. 342 Cursivas mías. Ver la cita anterior en cap. 4, La riqueza, nota de pie. 343 Keynes, ―Economic Possibilities for Our Grandchildren‖, p. 368. 344 Cf. Jacques Ellul, The New Demons, Nueva York 1975 y Londres 1975. 345 Segundo, Acción pastoral latinoamericana, p. 14/15. 346 Cap. 3. 347 Ver Ellul, Autopsie de la révolution. 348 Ulrich Beck, ¿Qué es la globalización? Falacias del globalismo, respuestas a la globalización, Barcelona 1998 (edición original alemán 1997), p. 15. 349 Cita en Beck, ¿Qué es la globalización?, p. 90. 350 Zygmunt Bauman, Ética posmoderna, Buenos Aires 2004, p. 49 (edición original: Postmodern ethics, 1993). 351 Beck, ¿Qué es la globalización?, p. 47. 352 Beck, ¿Qué es la globalización?, p. 152-159. Sobre la relación entre la Técnica y la sociedad, ver Ellul, Le système technicien, p. 25/26. 353 Ibid., p. 151. 354 Ibid., p. 152. 355 Ibíd., 70. 356 Ibíd., 147. 357 Ibíd., 153. 358 Ibíd., p. 206/207. 359 Ver el cap. 4 de este libro, La profesión y otros párrafos. 360 Beck, ¿Qué es la globalización?, p. 100. 361 Ibid., p. 98. 362 Ibid., p. 80. 363 Ver cap. 3, bajo En tercer lugar. 364 Beck, ¿Qué es la globalización?, p. 97. 365 Charles Handy, ―Leiderschap is niet te leren‖, interview in Het Financieele Dagblad, 7 de enero de 2010, p. 7. 366 Het Financieele Dagblad, December 20, 2008, p. 3. 367 Beck, ¿Qué es la globalización?, p. 108. 368 Cf. Bob Goudzwaard, Mark Vander Vennen & David Van Heemst, Hope in Troubled Times. A New Vision for Confronting Global Crises, Grand Rapids 2007. 369 Cap. 5. 370 LP, p. 3-81. 371 Jeffrey Sachs, The End of Poverty. How we can Make it Happen in our Lifetime, Penguin Books 2005, p. 74/75. 372 Ver cap. 7 sobre la ―irracionalidad organizada‖. 373 La encuesta ha sido publicada en: Argo Klamer & David Colander, The Making of an Economist, Boulder/San Francisco/Londres 1990 y fue mencionada en: Henk Tieleman, In het teken van de economie. Over de wisselwerking van economie an cultuur, Baarn 1991, p. 120. 374 ―Historical Notice of the Life and Writings‖ by M. Mignet, en: Political Economy and the Philosophy of Government. Selections from the Writings of J.C.L. Simonde de Sismondi [1847], p. 43, 44. 375 Ibid., p. 46. 376 Robert Triffin, ―The Use of SDR Finance for Collectively Agreed Purpose‖, Banca Nazionale del Lavoro Quartely Review, marzo 1971, p. 7/8. 377 Polanyi, Our Obsolete Market Mentality, p. 268. 378 Gustavo Gutiérrez, We Drink from Our Own Wells. The Spiritual Journey of a People, Londres 1984, p. 136. 379 Jung Mo Sung, Cristianismo de liberación: fracaso de una utopía? (internet). Este texto ha sido reproducido como capítulo 6 en: Jung Mo Sung, Desire, Market and Religion, Londres 2007. 380 Juan Luis Segundo, Acción pastoral latinoamericana. Sus motivos ocultos, Buenos Aires 1972, p. 19/20. 381 Ibid., p. 21/22. 382 Ibid., p. 48. 337

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H. Bavinck, Gereformeerde Dogmatiek, Kampen 19284, vol. I, p. 585/586. Jean-Charles Léonard Simonde de Sismondi, Nouveaux principes d‟économie politique, Paris 1971 (edición original 1837), p. 57. Cursivas mías. 385 Herman Dooyeweerd, A New Critique of Theoretical Thought, volume I, The necessary presuppositions of philosophy, Ámsterdam/Philadelphia, p. 555. 386 Ver el cap. 4, la sección sobre La riqueza (nota de pie). 387 Ver la cita de Tawney en cap. 3 388 Bavinck, Gereformeerde Dogmatiek, p. 589. 389 Dooyeweerd, A New Critique, I, p. 562. 390 Ibid., p. 4. 391 En mi libro, Economie in principe en praktijk (Groningen 1975) he tratado de desarrollar un enfoque dooyeweerdiano de la economía. 392 Oberman, De erfenis van Calvijn, p. 20. 393 Jacques Ellul, L‟impossible prière, Paris 1977, p. 114 (Prayer and modern man, New York 1970). 394 Ibid., p. 9. 395 S. van der Linde, Opgang en voortgang der Reformatie, Amsterdam 1976, p. 59; citado en: Ntoane, A Cry for Life, p. 234. 396 Bouwsma, John Calvin, p. 191. 397 LP, p. 160. 398 Com. sobre Deuteronomio 24, 14; LP, p. 422. 399 Bouwsma, John Calvin, p. 192/193. 400 Com. sobre I Corintios13, 7; ibid., p. 193; cursivas mías. 401 Ellul, L‟illusion politique, Paris 19772, p. 30 (The political illusion, 1972). 402 Com. sobre Ezequiel 18, 8 & 17 ; LP, p. 468. 403 Schumacher, Small is beautiful. 404 Karl Barth, ―El gobierno y la polìtica‖, pp. 283-291 en: Leopoldo Cervantes-Ortiz (ed.), Juan Calvino. Su vida y obra a 500 años de su nacimiento, Barcelona 2009, p. 285. Traducción de Karl Barth, ―The government and politics‖, The theology of John Calvin, Grand Rapids 1995. Debo al profesor M.E. Brinkman la fuente original: Karl Barth-Gesamtausgabe, series II: Akademische Werke, Bd.23, p. 272-279, en la parte titulada ―Die Theologie Calvins 1922‖. 405 Institución, IV, xx, 16; LP, p. 222. 406 Barth, ―El gobierno y la polìtica‖, p. 286. 407 Ibid. 408 LP, p. 390. 409 Ver Biéler, LP, p. 152-166 sobre la preocupación de Calvino por la actividad social de la iglesia y las condiciones del trabajo. 410 Eliseo Pérez-Álvarez, A Vexing Gadfly. The Late Kierkegaard on Economic Matters, Eugene 2009, p. xviii/xix. 411 Citado por Bernard Lietaer, The future of money, p. 179. 412 Graafland, Calvin‟s restrictions on interest, p. 2. 413 LP, p. 190, 226. 414 Sermón sobre Efesios 5, 31-33; LP, p. 226. 415 Institución I, xiii, 5; LP, p. 199n. 416 Parker, John Calvin, p. 92. 417 Ellul, L‟homme et l‟argent, p. 125. Cursivas mías. 418 Bouwsma, John Calvin, p. 223, n. 8. 419 Ibid.; Institución IV, x, 31. 420 Ibid., p. 224. 421 Ibid., p. 121; com. sobre I Corintios 11, 12. 422 Ibid., p. 138; com. sobre 1 Corintios 11:3. 423 Ibid., p. 137, n. 66; com. sobre Deuteronomio 24, 5 424 Por ejemplo: Jung Mo Sung, ―Novas formas de legitimação da economia: desafios para ética e teologia‖, Revista de Estudos da Religião, No. 3, 2001, p. 93-113; J. Comblin, Cristãos rumo ao século XXI: Nova caminhada de libertação, São Paulo 1996. 425 Jacques Ellul, Éthique de la liberté, vol. I, II y III, Ginebra 1973, 1974, 1984 (The Ethics of Freedom, vol. I y II, Grand Rapids 1976; Londres 1976). . 384

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Institución, III, xix, 4; LP, p. 214. LP, p. 213/214. 428 Com. sobre Efesios 1, 20/21; LP, p. 247/248. 429 José Comblin, Los retos de la teología en el siglo XXI, December 19, 2009. 430 Jacques Ellul, Ce que je crois, Paris 1987, p. 243. 431 Sermón no. 12 sobre II Samuël; Bouwsma, John Calvin, p. 175. 432 Com. sobre Isaías 4, 3; ibid., p. 217. 433 Las siguientes páginas se derivan mayormente de mi libro Teología y economía. 434 Cullmann, Der Staat, p. 4. 435 Ibid., p. 63. 436 Ibid., p. 66. 437 Ibid., p. 65. 438 Ver el cap. 4, la sección sobre La profesión. 439 Chastenet, Entretiens, p. 51. 440 Com. sobre Génesis 8, 21; LP, p. 437. 441 Cullmann, Der Staat, p. 65. 442 LP, p. 266. 443 Sung, Economía, p. 208. 444 Ellul, Apocalipse, p. 58. 445 Sung, Economía, p. 203. 446 Tomado de Lietaer, The Future of Money, p. 299. 447 E.F. Schumacher , Good Work, New York 1979, p. 23. Cursivas mías. 448 Haan, La economía, p. 120. 449 Com. sobre I Corintios 3, 18-19; LP, p. 438. 450 Sermón sobre Deuteronomio 24, 14-18; LP, p. 420. 451 Com. sobre Salmo 15; LP, p. 467. 452 Sermón sobre Deuteronomio 24, 6; LP, p. 410. 453 Calvino citado por Oberman, De erfenis van Calvijn, p. 46 (CR [Corpus Reformatorum] 80, 370). 454 Parker, John Calvin, p. 42/43. 455 Ibid., p. 48. 456 W.F. Dankbaar, Calvijn. Zijn weg en werk, Nijkerk 1982, p. 48. 457 President Obama, Inaugural Address, January 20, 2009. 458 Jacques Ellul, La raison d‟être. Méditation sur l‟Ecclésiaste , Paris 1987, p. 262 (Reason for being. A meditation on Ecclesiastes, Grand Rapids 1990) 459 René Girard, De aloude weg der boosdoeners, Kampen 1987, p. 188 (Job, the victim of his people, 1987) 460 Jacques Ellul, Apocalipse. Arquitetura em movimento, São Paulo 1979, p. 63. 461 Günther Schiwy, Afscheid van de almachtige God, Baarn 1996, p. 111/112 (Abschied vom allmächtigen Gott, München 1995). 462 Rodolfo Haan, Teología y economía en la era de la globalización. Un aporte al diálogo con la teología latinoamericana, Buenos Aires 2007, p. 400/401. 463 J.B.Brantschen, citado en Schiwy, Afscheid van de almachtige God, p. 64. 464 J. Moltmann, Gott in der Schöpfung. Ökologische Schöpfungslehre, p. 100ff, citado en Schiwy, Afscheid van de almachtige God, p. 41. 465 Haan, Economía y teología, p. 400ss. 466 Jacques Ellul, Le livre de Jonas, Paris 1952, p. 17/18; 88 (citado por Haan, La economía del honor, p. 172/173). 467 Jacques Ellul, Los nuevos poseídos, Caracas 1978, p. (ed. original 1973), p. 166 (The New Demons, 1975). 468 Jung Mo Sung, ―Teologìa y economìa‖, p. 30/31. 469 André Biéler, El humanismo social de Calvino, Buenos Aires 1973, p. 73 (L‟Humanisme Social de Calvin, Ginebra 1961). 470 Ibid., p. 75. 471 Ibid., p. 74/75. 472 Ibid., p. 78-81. 473 Cullmann, Der Staat. 474 Ibid., p. 82. 475 Ibid., p. 83. 427

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Ibid., p. 85. Ibid., p. 86. 478 Investigadores del International Geosphere Biosphere Program. 479 Ver la cita en cap. 3 (sermón sobre Deuteronomio 23, 24-25 & 1-4; LP, p. 380). 480 José Luis Coraggio, De la emergencia a la estrategia. Más allá del “alivio de la pobreza”, Buenos Aires 2004 481 Cap., 4, La propiedad. 482 Com. sobre Lucas 10, 30; LP, p. 234. 483 Com. sobre Hechos 10, 28 & 34; LP, p. 255. 484 Ntoane, A Cry for Life, p. 251. 485 Ann Loades (ed.), Feminist theology. A reader, Londres/Louisville 1990, p. 260. La cita viene de Sallie McFague, Models of God: Theology for an ecological, nuclear age (Londres/Minneapolis/ Augsburg 1987). 486 Ibid., p. 265. 487 Ibid., p. 266. 488 Ibid., p. 267. 489 Parker, John Calvin, p. 159. 490 Com. II Corintios 9, 11; Bouwsma, John Calvin, p. 38. 491 Institución, III, xi, 11. 492 Jacues Ellul, On freedom, love and power, compilado, editado y traducido por Willem H. VanderBurg, Toronto 2011, p. 200/201. 493 Institución, III, xi, 11. 494 Ibid., p. 261. 495 Jung Mo Sung, ―The Human Being as Subject. Defending the Victims‖, Ivan Petrella (ed.), Latin American Liberation Theology. The Next Generation, Nueva York 2005, pp.1-19, p. 5. 477

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