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LA PRENSA VIERNES 22 DE NOVIEMBRE DE 2013
AFP
AL CUMPLIRSE 50 AÑOS DEL ASESINATO DE JOHN F. KENNEDY, LA CIA AÚN ESCONDE UN SECRETO
LA VERDAD SIGUE OCULTA Por lo menos mil 100 documentos relacionados con los hechos del 22 de noviembre de 1963 permanecen ‘clasificados’ y por tanto inaccesibles en el Archivo Nacional de College Park, Maryland. AP. WASHINGTON, EU
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lasificados, fuera del alcance del público, permanecen desde hace 50 años poco más de un millar de documentos que, a decir de veteranos periodistas y expertos investigadores, esconden la verdad detrás del asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy. Pese a los muchos esfuerzos para lograr la desclasificación de esos
documentos, entre estos los llevados a cabo desde hace más de una década por Jefferson Morley, reportero retirado del diario Washington Post, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés) ha logrado mantener el sello de los archivos y con ello alimentado las innumerables hipótesis que atribuyen el crimen a un complot. Se trata de mil 100 registros que,
En 1992, presionado por el filme de Oliver Stone ‘JFK’, el Congreso estadounidense autorizó la desclasificación de unas cinco millones de páginas.
según se especula, contienen información sobre fuentes de inteligencia de la CIA, métodos empleados por la agencia o que tienen implicaciones para la seguridad nacional del país. Y mientras llega la fecha estipulada para su apertura, el año 2017, los documentos permanecen en el Archivo Nacional de College Park, en Maryland, dentro de un salón acondicionado para su preservación.
LEE HARVEY OSWALD, UN ENIGMÁTICO
UN ÍDOLO PARA LOS AFRODESCENDIENTES
Vivió en más de 20 casas, fue marine y desertó de la Unión Soviética. PÁG. 4
Analistas atribuyen su victoria electoral, en 1960, a la llamada que hizo a Coretta King. PÁG. 12
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La administración de JFK, juvenil y fotogénica, fue llamada la administración de ‘Camelot’ en alusión a la leyenda de un mundo maravilloso pero fugaz. AP
UN AÑO DE CAMBIOS
1963 será recordado no solo por Kennedy La lucha por el reconocimiento de los derechos civiles, la Guerra de Vietnam, la penetración de la música y el feminismo, entre otros movimientos, marcaron el año en que JFK fue asesinado. AP. WASHINGTON, EU
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ecién comenzaba el año, un año que sería extraordinario, en el que tantas cosas cambiarían. Fue hace medio siglo, el 14 de enero de 1963, cuando George Wallace ascendió al podio para dar su discurso inicial como gobernador de Alabama. Pronunció unas palabras que comprendían un intenso desafío al movimiento de los derechos civiles, que comenzaba a cobrar fuerza. “Aquí marco la línea y lanzo el reto ante la tiranía: ¡la segregación hoy, la segregación mañana, la segregación para siempre!”, exclamó. Cincuenta años después, las palabras aún asombran. En cursos universitarios como “Los años sesenta en la historia y el recuerdo”, muchos estudiantes reaccionan atónitos. Pero si ellos ven sus libros de texto, verán que apenas siete meses después ocurre otra alocución histórica. Sucedió a los pies del Monumento a Lincoln en Washington y fue pronunciada por Martin Luther King Jr. El líder de los derechos civiles ofreció una visión de “el día en que todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, podrán darse la mano y cantar el verso antiguo: ‘¡Libres al fin, libres al fin, gracias a Dios Todopoderoso, libres al fin! “Los estudiantes sienten escalofríos al escuchar las palabras, y reflexionan sobre los acontecimientos contradictorios de 1963. Constantemente, les enfatizamos a los alumnos que ese año ocurrieron todas estas cosas tan variadas”, dijo Donald Spivey, profesor del curso de los 60 en la Universidad de Miami. ¿Cuáles cosas? En medio de las
tensiones de la Guerra Fría, 1963 fue el año en que Estados Unidos y la Unión Soviética firmaron un tratado de prohibición de pruebas nucleares. En junio acordaron establecer una línea telefónica de emergencia, para garantizar que no estallara una guerra nuclear por accidente. Fue el año también del umbral del feminismo. Se publicó The Feminine Mystique, un libro que animó a muchas mujeres a luchar por sus derechos. Fue un año definitivo para la generación de la posguerra, conocida como los baby boomers. Eran apenas adolescentes en ese entonces, pero ya empezaban a darse cuenta de lo que querían hacer, de lo que querían creer, de lo que querían comprar. La música que escuchaban transmitía un mensaje muy distinto al conformismo que prevalecía en los años 50. Bob Dylan cantaba que “la respuesta sopla en el viento”. Surgió el movimiento rítmico de Motown. Y pronto llegaron los Beatles, con pelo largo y actitud rebelde, como vanguardia de un contingente de grupos de rock que suministraron el tema musical de esa generación. En el medio de todo estaba la administración Kennedy, juvenil y fotogénica, que en inglés suele conocerse como Camelot, la leyenda mítica de un mundo maravilloso que duró “un instante fugaz pero brillante”. Y fue en noviembre de ese año, súbitamente, que unos disparos en Dallas segaron ese instante. Las repercusiones de ese sismo histórico se siguen sintiendo hoy. “Pasaron tantas cosas en los 60 que cada año tiene su propio carácter y 1963 ciertamente tiene el suyo”, declaró Jeremy
PRESIDENTE Luis Navarro Linares
DIRECTOR ASOCIADO Rolando Rodríguez B.
DIRECTORA Lourdes de Obaldía
SUBDIRECTOR Y EDITOR EJECUTIVO Fernán Molinos Delaswsky
Con la frase ‘el nuevo horizonte’, ligada con la carrera por conquistar el espacio, Kennedy dio paso a una era, que dejó atrás las películas de vaqueros.
JEFATURA DE INFORMACIÓN Mónica Palm EDITOR Rafael Luna CORRECCIÓN Departamento de Corrección
Varon, profesor de historia de la New School de Nueva York y coeditor de la revista académica The Sixties (Los Sesenta). Los cambios suscitados en esa década tuvieron repercusión mucho después, afirmó Varon. Ocurrió “la revolución en las relaciones entre razas”; el conflicto de Vietnam y las divisiones que creó en el país; la experimentación con drogas entre los jóvenes, la revolución sexual, el énfasis social en la cultura joven. “Todo esto fue vivido como si fuera una crisis”, puntualizó Varon, aunque agregó que “fue también una época sumamente divertida”. Desde ese entonces, “los gustos populares se definen a raíz de lo que desean los jóvenes”, declaró, y hasta el día de hoy las agencias de mercadeo y publicidad se afanan por atraer la atención del grupo demográfico que está entre los 18 y los 35 años de edad. “Ser joven en los 60 sigue siendo el arquetipo de la juventud”, expresó Varon, y los primeros años de esa década contribuyeron a definir eso. “Kennedy le dio a la generación joven esa misión de definir lo que es la fortaleza y las virtudes del pueblo estadounidense”. Y los alumnos de hoy aprecian eso, aun cuando saben que Kennedy y King pertenecen a un pasado lejano. Debido a que muchos de ellos crecieron en la era de la lucha contra el terrorismo, muchos no saben “lo que es vivir en una cultura de optimismo”. “Lo que más destaca es cuando los alumnos quedan impresionados al ver una época en la historia en que los jóvenes sentían que tenían un propósito en la vida”, dijo Varon. El historiador Thomas Hine califica a los jóvenes de los 60 como
EDITOR GENERAL GRÁFICO Ricardo J. Bermúdez DISEÑO EDITORIAL Tury Efraín Gálvez Vega Reynaldo Pérez
“la generación más afortunada”. El sentido de propósito coincidió con un auge económico que venía impulsando al país desde el final de la Segunda Guerra Mundial, y la idea de progreso se exhibía en la publicidad; todo se vendía como “lo más nuevo y mejorado”. Imperaba la frase de Kennedy sobre la exploración espacial “El nuevo horizonte”. “Eso de ‘el nuevo horizonte’ realmente fue muy astuto, pues en esa época lo más popular eran las películas y programas de televisión de vaqueros y del oeste, y el nuevo horizonte era el espacio”, explicó Hine, autor de Populuxe, un estudio sobre las ideas que dominaron en los años 50 y 60. Una tira cómica muy popular en esa época era la de los Jetson, una familia del futuro que vivía flotando en una casa en el espacio, pero que contaba con los artefactos de uso doméstico y tenía la misma composición que la típica familia suburbana norteamericana. La idea prevaleciente en los medios de comunicación, acotó Hine, era que “el mundo podía ser manejado (...) que podíamos tomar control de nuestras vidas”. Así como la generación de hoy se vio estremecida por los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el recuerdo de los sucesos del 22 de noviembre de 1963 permanece fresco en la memoria colectiva e, inevitablemente, se ha convertido en un artículo de enseñanza. “Hasta ese momento, había una creencia de que el gobierno, las empresas, el mundo académico nos llevarían a un mejor futuro. El asesinato de Kennedy no revocó eso completamente, pero nos enseñó que algunas cosas son más frágiles de lo que pensamos”, reflexionó Hine.
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MILLONES DE DÓLARES DANZAN DETRÁS DE LA MUERTE DEL PRESIDENTE
El negocio del complot Cientos de libros y películas para el cine y la televisión se han escrito y transmitido a partir del asesinato de JFK. Ahora, una nueva generación se apresta a sacar réditos. AP. WASHINGTON, EU
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l día en que murió John F. Kennedy nació una industria, y 50 años y cientos de millones de dólares después, sigue vigente. ¿Su producto? La “verdad” sobre el asesinato del presidente. “En la noche del 22 de noviembre de 1963 me sentí atraído al caso”, expresó el comerciante de Los Ángeles Ray Marcus en Addendum B, una de sus varias monografías sobre el crimen. Para él, las autoridades se apresuraron en llegar a una conclusión. “El Gobierno decía que hubo un solo asesino, que no hubo conspiración. Es obvio que, incluso si esto resultó cierto, no había forma de saberlo entonces”, indicó. La mayoría de los escépticos, incluido Marcus, no se hicieron ricos publicando sus teorías, y algunos, de hecho, se fueron a la quiebra tratando de demostrarlas. Pero otros hicieron buen dinero manteniendo la controversia. Hay libros y películas que generaron grandes ganancias. Y ahora, en el 50 aniversario del atentado, una nueva generación se apresta a sacar provecho. La Comisión Warren concluyó en 1964 que Lee Harvey Oswald actuó solo, pero su informe no puso fin a la polémica. Desde entonces, hasta los investigadores del Gobierno se apartaron de la tesis de que Oswald no tuvo cómplices. En 1978, una comisión de la Cámara de Representantes concluyó una larga investigación diciendo que Kennedy “probablemente fue asesinado a
sólidas, o incluso más flojas que las pruebas que descartó”. Su libro ha vendido millones de ejemplares. Desde entonces, decenas de libros con títulos como La mejor prueba, Presunción de inocencia, Alta traición y Golpe de Estado en Estados Unidos: La CIA y el asesinato de John F. Kennedy han tratado de responsabilizar del asesinato a las esferas más altas del Gobierno estadounidense. El periodista británico Anthony Summers, autor de un documental para la BBC que dio lugar al libro Conspiración en 1980, afirma que entre los promotores de las teorías de una conspiración “hay estudiantes y académicos destacados, y también algunos individuos que están más locos que una cabra y que piensan que fue obra de hombres de Marte”. A diferencia de lo ocurrido con Watergate (1972), no hubo periodistas como Bob Woodward y Carl Bernstein, del Washington Post, a quienes sus editores les dijeron “averigüen qué pasó”, indicó Summers, cuyo trabajo se concentró en personas y episodios que fueron ignorados en la investigación oficial. “Nadie hizo una investigación a fondo y las llamadas telefónicas que se supone debemos hacer”, asegura. Para mucha gente adivinar quién mató a Kennedy es una especie de juego. “Dicen ‘fue la mafia’ o ‘fue la KGB’ sin avergonzarse”, expresó Gerald Posner, cuyo libro Caso cerrado de 1993 concluyó que la Comisión Warren había llegado a la conclusión correcta. Posner dijo que su intención inicial no era defender a la comisión. Sí fue, en cambio, lo que motivó a Vincent Bugliosi, autor de Recuperando la historia: El asesinato del presidente John F. Kennedy, de 2007. Bugliosi produjo un mamotreto de mil 650 páginas, acompañadas de un CD, en el que trató de desvirtuar todas las teorías de conspiración. “Es un pozo sin fondo”, comentó. “No se acaba nunca”. A Lamar Waldron no le sorprende el éxito de gente como Bugliosi o Posner. “Los que más dinero ganaron son los autores (...) que dicen que hicieron bien las cosas en 1964 y que desde entonces no pasó nada”, opinó Waldron, coautor de dos libros sobre el asesinato. “Quienes estudian millones de páginas de archivos e investigan por años, no se llevan mucho”. En El gran sacrificio y Un legado de secretos, Waldron y Thom Hartmann usaron documentos desclasificados de la CIA para argüir que Kennedy, y posteriormente su hermano Robert, fueron asesinados por sus planes de derrocar a Fidel Castro y por la infiltración de la mafia en esa operación. Los dos libros vendieron en total 85 mil ejemplares, pero Un legado de secretos está a punto de ser llevada al cine, con Leonardo DiCaprio y Robert de Niro como protagonistas. Marcia Gay Harden y Billy Bob Thornton, por su parte, filmarán Parkland, una cinta producida por Tom Hanks, cuyo título alude al hospital donde fue llevado Kennedy. Se basa en partes del libro de Bugliosi. Se filma también una película para la televisión basada en el libro
Las teorías de que el crimen fue producto de una conspiración alimentan la industria causa de una conspiración”. “No se pudo identificar al otro individuo armado ni la magnitud de la conspiración”, aclaró, pero sobran las personas que ofrecen sus teorías. Que exiliados cubanos molestos por el fiasco de Bahía de Cochinos. Que mafiosos furiosos por la campaña del secretario de Justicia Robert Kennedy contra el crimen organizado. Que el “complejo militar-industrial”, alarmado por la revisión que hacía Kennedy de la política hacia la guerra de Vietnam. Hubo todo tipo de teorías, incluida una según la cual el chofer de la limusina de Kennedy mató al mandatario como parte de un esfuerzo por encubrir una invasión de extraterrestres. Todo el mundo, menos Oswald, estuvo en el sitio indicado, en el momento indicado, con un motivo y una oportunidad de llevar a cabo uno de los crímenes más audaces en la historia de Estados Unidos. INTERÉS PÚBLICO
Desde el comienzo, el caso cautivó a la población. Al ser publicado, el informe de la Comisión Warren debutó en el séptimo lugar en la lista de libros más vendidos del New York Times. Dos años después, Rush to Judgment, del abogado Mark Lane, encabezó esa lista. La Comisión Warren, según Lane, “con frecuencia prefirió aceptar evidencias que no eran
Desde el mismo 22 de noviembre de 1963, el crimen despertó el interés de los medios de comunicación y del público en general. AP
Las teorías de la conspiración han alimentado la producción de decenas de libros en todo Estudiantes, académicos y hasta chiflados han escrito el mundo. AP sobre el tema en los últimos 50 años. AP
La película ‘JFK’ del cineasta estadounidense Oliver Stone, estrenada en 1991, recaudó desde entonces unos 250 millones de dólares en todo el mundo.
Matando a Kennedy, escrito por Martin Dugard y el popular periodista Bill O'Reilly, que vendió un millón de copias en cuatro meses cuando fue publicado en octubre del año pasado. “No apoyamos las teorías de una conspiración, pero planteamos algunos interrogantes en torno a lo que no se sabe y a algunas contradicciones”, dijo. Muchos expertos coinciden en que si hay algo que alimentó las teorías de una conspiración es la película de Oliver Stone JFK, de 1991. “Hizo que estas teorías sobre una conspiración pareciesen respetables”, dijo Arthur Goldwag, autor de Cultos, conspiraciones y sociedades secretas. La cinta cuenta la historia del fiscal de distrito de Nueva Orleans
Jim Garrison, quien es interpretado por Kevin Costner. Garrison es el único fiscal que llevó a alguien a juicio en conexión con una supuesta conspiración para matar a Kennedy. La película es “una letanía notable de falsedades, tergiversaciones, exageraciones y omisiones”, afirma Possner. “La razón por la que soy tan duro con Stone es porque es un cineasta tan bueno. Si fuese un cineasta malo, no importaría”. El publicista de Stone dijo que el cineasta había “preferido no hacer comentarios”. JFK recaudó más de 250 millones de dólares, casi dos tercios de ellos en el exterior, y millones más en derechos televisivos y otras formas de distribución.
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PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE EL ASESINO DE KENNEDY
Oswald, personaje enigmático Vivió en más de 20 casas, fue ‘marine’, desertó a la Unión Soviética y luego regresó a EU. AP. WASHINGTON, EU
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oras después del asesinato del presidente John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963, la mayoría de los estadounidenses sabía quién era Lee Harvey Oswald. Ciertas imágenes suyas –la foto posando con un rifle, el momento en que Jack Ruby le pega un tiro– han quedado grabadas en la memoria de toda la nación. Oswald, no obstante, sigue siendo un enigma. A continuación, algunas de las preguntas en torno a este personaje, y las respuestas: >>>¿Oswald mató a Kennedy? ¿Actuó por su cuenta o tuvo cómplices? La Comisión Warren, creada por el presidente Lyndon Johnson para investigar el asesinato, llegó a la conclusión en 1964 de que Oswald actuó por su cuenta, que hizo tres disparos desde una ventana en el sitio donde trabajaba en Dallas, el Depósito de Textos Escolares de Texas. Muchos han cuestionado esa conclusión y en 1978 la comisión de la cámara baja sobre asesinatos hizo su propia investigación y dijo que Kennedy “probablemente fue asesinado como resultado de una conspiración”. >>>¿Cómo fue la infancia de Oswald? Inestable. A los 17 años, cuando se enroló en los marines, había vivido en más de 20 casas y asistido a una docena de escuelas. Nació en Nueva Orleáns el 18 de octubre de 1939, dos meses después de que su padre falleciera de un paro cardíaco. A los tres años estuvo en un orfanato y en 1944 fue a vivir con su familia. Junto con su madre se mudó a Nueva York en 1952, tuvo peleas con autoridades escolares y fue colocado bajo observación psiquiátrica. Dos años después regresaron a Nueva Orleáns >>>¿Cómo le fue con los marines? Más o menos. Al principio recibió buenas calificaciones y fue seleccionado como francotirador. Pero fue sometido dos veces a cortes marciales en Japón, primero por lastimarse con una pistola que no estaba autorizado a usar y luego por una pelea en un bar. Intentó aprender ruso por su cuenta y, en medio de la Guerra Fría, de vez en cuando hablaba bien del marxismo y de la Unión Soviética. >>>¿Intentó desertar e irse a Rusia? Sí. Fue dado de baja antes de tiempo por los marines y en 1959 viajó a Finlandia y tomó un tren que iba a Moscú. A su llegada, le dijo a su guía que quería desertar. Las autoridades rusas al principio lo rechazaron y él se cortó una muñeca, pero posteriormente le permitieron quedarse y lo mandaron a la ciudad de Minsk a que trabajase en una fábrica de artículos electrónicos. En marzo de 1961 conoció a Marina Prusakova, una estudiante de farmacología de 19 años. Se casaron en seis semanas y tuvieron un hijo en febrero de 1962. En mayo, luego de mostrarse
Con tan solo 24 años de edad, Lee Harvey Oswald fue fichado como el asesino de JFK y con ello se convertiría en el homicida más famoso de EU. REUTERS
Oswald conoció a Marina Prusakova Cuando fue fichado por la policía de Dallas, los medios de comunicación de en marzo de 1961. AP casi todo el país ya conocían parte de su historia. AP
La carabina Carcano modelo 91/38, calibre 6.5 milímetros, que usó Oswald en el crimen. EFE
En este cine de Dallas fue apresado Oswald tan solo un par de horas después de que asesinara al presidente Kennedy, según consta en los registros de la Comisión Warren. AP decepcionado de la vida en Rusia, Oswald y su esposa se presentaron a la Embajada de Estados Unidos en Moscú y pidieron papeles para viajar a ese país como inmigrantes. Ese año se radicaron en Dallas. >>>¿Estuvo Oswald vinculado a otro asesinato? El 10 de abril de 1963 un individuo le disparó al mayor general Edwin Walker, un fervoroso anticomunista y segregacionista, a través de la ventana de su casa, y le produjo heridas leves. La Comisión Warren llegó a la conclusión de que Oswald fue el autor del atentado. >>>¿Cuál es la conexión cubana de Oswald? A fines de abril de 1963, pocos días después del atentado contra Walker, Oswald se fue a Nueva Orleáns y pasó allí todo el verano. Imprimió y distribuyó folletos a favor de Fidel Castro y se peleó a puños en la calle con manifestantes anticastristas. Los folletos, no obstante, tenían una dirección de una operación anticastrista local vinculada con un exagente del FBI. En septiembre de ese año,
Oswald viajó en autobús a la ciudad de México y visitó las embajadas de Cuba y la Unión Soviética, en un esfuerzo infructuoso por conseguir permiso para viajar a Rusia a través de Cuba. >>>¿Cómo se produjo su arresto el 22 de noviembre? La Comisión Warren dijo que Oswald salió del depósito de textos escolares poco después de hacer los disparos desde el sexto piso y se fue a su vivienda en autobús y taxi. Luego volvió a salir y se topó con un policía que lo identificó a partir de las descripciones del sospechoso. Según la comisión, Oswald hirió de muerte al agente J.D. Tippit con una pistola y se escondió en un cine vecino, donde poco después fue arrestado. >>>¿Quién era Jack Ruby? El propietario de un nightclub de Dallas. Cuando Oswald estaba siendo trasladado de una comisaría a una cárcel el 24 de noviembre, Ruby le disparó en el pecho desde cerca, causándole la muerte. Fue hallado culpable de asesinato y condenado a muerte. Pre-
Su tumba se halla en el cementerio de Rose Hill, en el condado de Tarrant, Texas. EFE sentó una apelación y se dispuso un nuevo juicio, pero falleció de cáncer en los pulmones antes de que se fijase una fecha para el proceso. Ruby dijo que le molestó mucho el asesinato de Kennedy y quería evitar que la primera dama Jacqueline Kennedy tuviese que soportar el juicio de Oswald. Hay quienes dicen que Ruby tenía contactos con el bajo mundo y que probablemente fue parte de una conspiración. >>>¿La Comisión Warren dio un motivo para que Oswald matase a Kenneyd? No. El informe dice que Oswald “actuó impulsado por su gran hostilidad hacia su medio ambiente”.
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Dos días después de ser arrestado como el asesino del Presidente, Oswald fue ultimado de un disparo en el pecho cuando era trasladado de una comisaría a la cárcel.
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‘LA CIUDAD DEL ODIO’
El estigma de Dallas Incluso mucho antes del asesinato, la ciudad era reconocida por su rechazo a JFK. Hoy se le asocia más con la serie de TV y con el equipo de fútbol americano los Cowboys. AP. WASHINGTON, EU
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a ira es evidente en la carta enviada a la municipalidad de Dallas el 23 de noviembre de 1963, un día después del crimen. Esta ciudad, dice, “virtualmente invitó al pobre diablo que acabó con la vida del presidente Kennedy a hacerlo en Dallas”. Y agrega, “Dallas, la ciudad del odio; Dallas, la ciudad de la vergüenza”. La carta, una de las muchas que recibió la municipalidad después del asesinato, demuestra que la ciudad se convirtió en el blanco de la furia, el resentimiento y la confusión generados por el episodio, actitudes que han acosado a Dallas en las décadas subsiguientes. Había una profunda hostilidad hacia Kennedy y su política por parte de los residentes de Dallas, que expresaron en varios incidentes antes del asesinato. Eso provocó el malestar contra la ciudad. Pero, han transcurrido cinco décadas y los residentes ya no son mal vistos cuando dicen que son de allí, como ocurría en el pasado. Una década después del asesinato, un gobernante le preguntó al alcalde Wes Wise qué se sentía ser el líder de “la ciudad que mató a Kennedy”. A Dallas le costó hacer frente a ese legado y sus dilemas se vieron reflejados en el debate sobre la clausura del Almacén de Libros Escolares de Texas, desde donde Lee Harvey Oswald le disparó a la caravana presidencial. El edificio del antiguo almacén pudo haber sido destruido, pero ahora es el local del Museo del Sexto Piso en la plaza Dealey, dedicado a contar la historia de lo que sucedió, que “también es la historia de Dallas”, según Stephen Fagin, curador adjunto. ANTECEDENTES
“Bienvenido a Dallas, señor Kennedy” era el titular de un aviso pagado en el diario The Dallas Morning News el 22 de noviembre de 1963, mientras el Presidente viajaba a la ciudad para reparar rencillas políticas. Estaba claro que el aviso era sarcástico: incluía una serie de preguntas hostiles que dejaban entrever que era un simpatizante del comunismo. Unas semanas antes, su embajador ante Naciones Unidas, Adlai Stevenson, había sido interrumpido por arengas de un grupo de ultraconservadores mientras pronunciaba un discurso. “Estuvo en los titulares de todo el país”, recordó Darwin Payne, catedrático emérito de comunicaciones de la Universidad Metodista del Sur, que era periodista del diario Dallas Times Herald en 1963. Tres años antes, durante la campaña presidencial de 1960, los manifestantes acosaron al candidato a la vicepresidencia de Kennedy, Lyndon B. Johnson, y a su esposa Lady Bird mientras cruzaban una calle céntrica de Dallas. En un banquete en la Casa Blanca en 1961, el director del Dallas Morning News, Ted Dealey, le dijo a Kennedy que se necesitaba un “hombre a caballo” para dirigir la nación, no alguien que “monta la bicicleta de Caroline”, haciendo referencia a su pequeña hija. James F. Chambers, del diario rival Dallas Times Herald, se puso de pie y le dijo a Kennedy que las opiniones de Dealey no representaban a todos en Dallas. Luego vino una guerra de editoriales. Días antes de la visita de Kennedy aparecieron en las calles volantes que simulaban ser carteles policiales sobre un prófugo de la justicia con la foto del mandatario y el aviso “Se busca”. “Dallas comenzó a ser llamada
A pesar de la animadversión de los ciudadanos de Dallas, el 22 de noviembre de 1963 colmaron las calles durante su visita. Poco después de que se tomara esta foto, el Presidente fue asesinado. AFP a Cabell como alcalde, anunció su iniciativa “Objetivos para Dallas”, que reportó el nuevo aeropuerto Dallas-Fort Worth, jardines de infantes en las escuelas públicas y otros cambios.
‘Ciudad del Odio’, debido a los conservadores extremistas, los ultraderechistas”, destacó Gary Mack, curador del Museo del Sexto Piso. Pero cuando Kennedy y la primera dama llegaron a Dallas un numeroso público los recibió. Se calcula que había unas 200 mil personas, cerca de un tercio de la población de la ciudad. Wise, el futuro alcalde que era un reportero de la radio y TV KRLD, coincidió: “había un público tan animado que mis temores casi se disiparon”. Casi al final de su ruta, la primera dama de Texas, Nellie Connally, sentada junto a su esposo frente a los Kennedy en la limusina, recordó que le dijo: “Señor Presidente, con certeza no puede decir que Dallas no le quiere”. Luego se oyeron los disparos.
UN MUSEO
CORRESPONDENCIA
Al alcalde Earl Cabell le llovieron cartas de todo el mundo con críticas a Dallas, que ahora forman parte de los documentos guardados por la Universidad Metodista del Sur. Una persona afirmó en una carta que el hecho ocurrió por la “demencia” que predominaba en la ciudad y su política, mientras que otra expresó incredulidad de que el mismo Oswald hubiese sido baleado mientras era escoltado por la policía. Algunas cartas enviadas al municipio expresaban condolencias y apoyo, y los líderes comenzaron a contemplar cómo sobreponerse. Stanley Marcus, que dirigió la tienda Neiman Marcus, escribió un editorial pagado en el año nuevo de 1964, en el que exhortó a erradicar el “espíritu absolutista” de la ciudad. J. Erik Jonsson, cofundador de la firma Texas Instruments, que sucedió
Pese a las manifestaciones adversas anteriores, el día de su llegada a Dallas, el 22 de noviembre de 1963, JFK y su esposa fueron recibidos calurosamente.
Una docena de años después del asesinato, cuando Lindalyn Adams fue nombrada presidenta de la Comisión Histórica de Dallas, comenzó a visitar los edificios adyacentes a la plaza Dealey y notó que mucha gente quería visitar el lugar desde donde el presidente fue asesinado. En 1970, el Almacén de Libros Escolares de Texas, el recuerdo más visible del asesinato, seguía vacío después de que la compañía de libros cambió de local. Un pequeño grupo pidió comprar el edificio y derribarlo, pero el Consejo Municipal aprobó una orden en 1972 que prohibía su demolición. Finalmente, el condado compró el edificio en 1977 y abrió oficinas allí en 1981, pero el sexto y séptimo pisos continuaron vacíos. Pronto, Adams se embarcó en una misión de convencer a los residentes de Dallas de que algo se debería hacer en el lugar para explicar lo que sucedió ahí ante el gran interés que mostraban los visitantes. Estaba claro que se trataba de determinar cuál era el significado de este lugar. Por un lado, dijo Fagin, estaban los visitantes de afuera, “que querían tener a dónde ir para vivir una experiencia del evento” y por el otro “la gente de Dallas, que temía que el edificio se convirtiese en una especie de santuario a Oswald, o aún más, en una mayor vergüenza para la ciudad”. El sexto piso fue finalmente abier-
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to al público en el año de 1989. HOY EN DÍA
En los últimos años, Dallas ha sido más asociada con los Cowboys, el equipo de fútbol americano, y con la serie de televisión Dallas. Pero el 50 aniversario ha provocado una reflexión en la ciudad. Con el fin de contrarrestar el apodo de la “Ciudad de Odio”, una organización sin fines de lucro, 29 Pieces, se ha unido con otras agrupaciones para impulsar el Proyecto Dallas AMOR, en el cual los participantes aprenden sobre el legado de Kennedy y crean obras de arte para expresar el “amor que hay en Dallas”. El Museo de Arte de Dallas inauguró una exhibición conmemorativa que reúne las obras que los residentes de Fort Worth prestaron para decorar el cuarto de hotel de los Kennedy la noche que se quedaban en la ciudad. El Centro de Escultura Nasher realizará un concierto, en el cual se estrenará una composición comisionada para la ocasión. El Museo del Sexto Piso realizará una serie de charlas con personas que tengan algún tipo de relación con el 22 de noviembre. La municipalidad conmemorará la fecha con una solemne ceremonia en la plaza Dealey, durante la cual habrá tañidos de campanas, un momento de silencio y lecturas del historiador David McCullough de los discursos de Kennedy. “Deseamos ser muy respetuosos”, dijo el alcalde Rawlings. “Deseamos ser lúgubres, porque este es un momento lúgubre y proyectar una sensación de sobriedad, algo que esta ciudad exhibe en sus mejores momentos”.
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Kennedy despacha desde el Salón Oval de la Casa Blanca, tras ganar la presidencia en unas reñidas elecciones contra Nixon. THE NEW YORK TIMES
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A su llegada a Dallas, el 22 de noviembre, la pareja presidencial fue recibida calurosamente en el aeropuerto. AP
Instantes después del tiroteo, Jackie intentó abandonar el vehículo donde yacía su marido con un disparo mortal en la cabeza. AP
El caos en la Plaza Dealey, en la ciudad de Dallas, instantes despues del tiroteo. AP
50 AÑOS DESPUÉS, EL MISTERIO CONTINÚA
Los hermanos Kennedy, Robert, Edward y John, Con apenas dos años en la presidencia, JFK decidió viajar a Dallas para triunfantes en la Casa Blanca. AP resolver problemas políticos con su partido. THE NEW YORK TIMES
Mil 100 archivos secretos sobre el crimen de JFK
La noticia sobre el asesinato se extendió por todo el país y el mundo. THE NEW YORK TIMES
2017 está supuesto como el año en que serán desclasificados todos los documentos, pero no se sabe si la CIA volverá a oponerse a ello. AP. WASHINGTON, EU
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inco décadas después que el presidente John F. Kennedy falleciera como víctima de un fatal tiroteo y mucho después de que las investigaciones oficiales terminaran, miles de documentos sobre la investigación del asesinato permanecen clasificados y fuera del alcance del público. El contenido de estos archivos, que solo se conocen parcialmente, ha generado bastante intriga, y quienes aman las teorías de la conspiración no son los únicos que han intentado hacerlos públicos para estudiarlos de cerca. Algunos investigadores reconocidos por su seriedad creen que estos archivos son importantes, porque podrían arrojar luz sobre los misterios que aún persisten sobre el asesinato, incluyendo lo que agencias de inteligencia estadounidenses sabían sobre quien fue acusado como el autor material del asesinato, Lee Harvey Oswald, antes de la fecha del magnicidio: el 22 de noviembre 1963. Resulta que los centenares de documentos clasificados se refieren a un agente de la CIA que ya falleció, George Joannides, cuyas actividades justo antes del asesinato han intrigado a los investigadores. Dichas actividades van hasta un año después de que la investigación del Gobierno por el magnicidio comenzara. “Esto (la desclasificación de documentos) no se trata de una conspiración, se trata de un acto de transparencia”, dijo Jefferson Morley, exreportero del Washington Post, escritor y quien se encuentra involucrado en una demanda contra la CIA que data ya de una década y que busca la desclasificación de los documentos. “Creo que la CIA debe obedecer la ley. No creo que la mayoría de la gente piensa que es una locura”. El esfuerzo de Morley ha sido emulado por otros, incluyendo a G. Robert Blakey, asesor principal de una investigación sobre el asesinato de JFK por parte de la Casa Blanca en la década de los 70.
Los documentos se encuentran físicamente en un edificio del Archivo Nacional en el poblado de College Park, Maryland. Otros dicen que el mantener en secreto documentos que ya tienen 50 años de edad genera preguntas innecesarias en la mente del público y propicia la formulación de teorías conspirativas. “No hay duda de que en varios aspectos la CIA ha buscado generar ofuscación, pero puede ser que esté protegiendo operaciones que eran justificables, benignas, que no tienen absolutamente nada que ver con el asesinato de Kennedy”, dijo Anthony Summers, un escritor británico que ha escrito prolíficamente sobre el caso JFK. “Pero después de 50 años, no se me ocurre ninguna razón para que este tipo de operaciones deban ser ocultadas”, dijo Summers. “Por retener el material del agente Joannides, la CIA continúa alentando al público a creer que están encubriendo algo más siniestro”. EL CONTEXTO
Para entender la atención que han generado los archivos secretos sobre Joannides es necesario remontarse a 1963 y revisar lo que se conocía de Oswald y que lo puso en el radar de la CIA. También es importante recordar las diferentes conclusiones que arrojaron las dos investigaciones oficiales sobre el asesinato de JFK: una que negó que se tratara de una conspiración y la otra que sospecha que hubo una. Y la mucha o poca colaboración que los investigadores recibieron de funcionarios de la CIA, entre ellos Joannides. Oswald era un hombre solitario y, a la vez, un enigma; incluso para quienes eran más cercanos a él. Era “tan difícil de comprender como nadie que yo haya estudiado en 35 años como historiador profesional”, dijo David Kaiser, cuyo libro publicado en 2008 y titulado El camino a Dallas: El asesinato de John F. Kennedy, se basó en decenas de miles de los documentos que fueron publicados en la década de 1990.
La información según la cual Lee Harvey Oswald era un desconocido para la CIA es falsa y en los documentos archivados hay suficientes pruebas de ello.
Aun así, mucho se aprendió sobre Oswald después del tiroteo en Dallas. Y, ahora es claro, que él no era desconocido para el Gobierno de Estados Unidos antes del magnicidio. Los investigadores del asesinato se enteraron de que Oswald había formado un grupo en Nueva Orleans en el verano de 1963, que, supuestamente, apoyaba al líder cubano Fidel Castro —Oswald era el único miembro local— y estuvo involucrado en un altercado callejero con manifestantes anticastristas, que fue capturado por las cámaras de una televisora local. Panfletos que Oswald tenía llevaban a una dirección de una casa donde se realizaba una operación anticastrista que tenía como contacto a un exagente del FBI con vínculos con el crimen organizado, según los investigadores. Esa y otras informaciones han llevado a los investigadores a creer que Oswald pudo haber sido parte de una operación de contrainteligencia para desacreditar al grupo al que se había unido, el Fair Play For Cuba Committee, y que el altercado en la calle no era más que una trampa. Si es así, ¿quién habría supervisado esa operación? Documentos desclasificados muestran que Joannides, cuando estaba basado en Miami, fue el oficial de la CIA encargado del caso del grupo anticastrista Directorio Revolucionario Estudiantil, que estuvo involucrado en el altercado callejero contra Oswald. ¿Qué significa todo esto? Las investigaciones oficiales del asesinato de Kennedy no ofrecieron respuestas completas. La Comisión Warren, que concluyó en 1964 que Oswald actuó solo y que no era parte de una conspiración, nunca fue advertida de las actividades anticastristas de la CIA, a pesar de que el exdirector de la entidad en esa época, Allen Dulles, era miembro de la comisión. Burt Griffin, asesor de la Comisión Warren y ahora juez jubilado, cree que ese fue “un acto de mala fe” Continúa en página 8
La casi inmediata detención de Oswald en este cine llama la atención de quienes buscan la verdad de los hechos. AP
M.N. McDonald, el policía de Dallas que capturó a Lee Harvey Oswald poco después del asesinato. AP
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de la CIA. “Creo que tenían la obligación de decirle al presidente de la Corte Suprema (Earl Warren, que era el presidente de la Comisión Warren) sobre eso, y después cualquier decisión sobre lo que había que hacer hubiera sido suya o de la comisión”, dijo Griffin. Tanto Griffin como su compañero en esa comisión, David Slawson, apoyaron las conclusiones a las que llegó la Comisión Warren, en entrevistas realizadas con The Associated Press y que fueron hechas de manera separada. Ambos dijeron que el móvil del crimen tuvo que ver con el hecho de que Oswald padeció varios rechazos a proyectos de su vida personal: semanas después de que hizo un intento fallido en ciudad de México para obtener una visa para Cuba, su esposa Marina no quiso reconciliarse con él y continuar con su inestable matrimonio. Fue durante la visita de Oswald a un suburbio de Dallas, donde su esposa y sus dos hijas vivían, la noche antes del magnicidio, cuando empacó su rifle Mannlicher-Carcano, que había desarmado antes, para llevarlo al trabajo al día siguiente, según determinó la Comisión Warren. La mañana siguiente, él se quitó el anillo de bodas, dejó el dinero que tenía a su mujer, y se dirigió a consumar el asesinato. “Si ella lo hubiera aceptado”, dijo Slawson, “él no habría cometido el asesinato”. Otras teorías más complejas y siniestras sobre las motivaciones de Oswald han aparecido a partir de la desclasificación de documentos en 1990 y de otras informaciones divulgadas previamente. El historiador Kaiser ha postulado una teoría que dice que Oswald, siempre visto como un devoto militante de izquierda, fue mani-
de la Cámara, algunos de los que eran de la CIA. El funcionario que era enlace entre la CIA y la comisión de la Cámara no era otro que George Joannides, quien entonces se había retirado de la agencia. Blakey, asesor principal de la comisión, recordó cómo la CIA postuló a Joannides para que actuara como enlace y ayudara a hacer las solicitudes de documentos requeridos por los investigadores. “Él fue puesto ahí para editar todo lo que nos dieran antes de que nos fuera dado”, dijo Blakey. Blakey no sabía nada acerca del pasado de Joannides hasta que Morley publicó el contenido de archivos que fueron desclasificados años después. “Si hubiera sabido que Joannides era el agente que manejaba el caso del grupo anticastrista Directorio Revolucionario Estudiantil, no podía haber sido el enlace, sino que habría sido un testigo”, dijo Blakey a The Associated Press. “¿Si creo que jugaron conmigo al igual que con la comisión de la Cámara? Sí”, acotó. UN MILLAR
Todo esto nos lleva de nuevo a los archivos secretos sobre la investigación del asesinato de Kennedy: unas 300 páginas que se refieren a Joannides. Pero antes, algunos antecedentes: algunos archivos en poder de la Comisión Warren y del comité de la Cámara fueron declarados como secretos, por razones de privacidad, seguridad y otros, hasta bien entrado el siglo XXI. Pasaron décadas antes de que la presión pública generada en 1991 por la película de Oliver Stone JFK cambiara el tema. En 1992, el Congreso aprobó una ley llamada Los archivos del Asesinato de John F. Kennedy, que creó una junta de revisión de los archivos para que desclasificaran los documentos. Como resultado, cerca de 5 millones de páginas fueron liberadas al público y están disponibles en el edificio del Archivo Nacional en Maryland. Pero esa junta acordó mantener clasificados unos mil 100 registros, cada uno de entre una y 20 páginas, que se cree que contienen información sobre fuentes de inteligencia de la CIA, métodos empleados por la agencia o que tienen implicaciones para la seguridad nacional del país. La Ley JFK requería que todos los registros se hicieran públicos en 2017, pero dejó un margen de maniobra para que las agencias de seguridad no divulgaran documentos que comprometan la “defensa militar del país, las operaciones de inteligencia, las funciones de policía o las relaciones internacionales”. Se desconoce si la CIA tratará de mantener algunos documentos clasificados después de 2017 y, si lo hace, ello solo va a aumentar la determinación de Morley por hacerlos públicos. “Hay que preguntarse qué cosa tan importante tiene un documento de 50 años de edad”, dijo Morley. “He llegado a la conclusión de que están protegiendo algo grande, y eso ha fortalecido mi determinación”, añadió. Un portavoz de la CIA, Ned Price, dijo que la agencia ha cumplido con los términos de la ley y que el archivo en Maryland “tiene todos los documentos y archivos de la agencia sobre el asesinato de Kennedy”. Price rehusó comentar sobre el material relacionado con Joannides, específicamente citando la demanda de Morley sobre el tema. “La información confidencial contenida en los archivos sigue estando sujeta a disposiciones de no desclasificación establecidas en la ley”, dijo. Mientras tanto, los documentos se encuentran guardados en cajas de metal en los estantes de “una gran habitación que tiene temperatura y la humedad controlada”,
Jackie, con el traje ensangrentado, presencia el traslado del cadáver de su marido, instantes después de ser baleado en Dallas. AP
Cinco millones de páginas fueron abiertas en 1992, pero falta revelar archivos clave pulado por la derecha y la mafia en sus últimos meses de vida y que su visita a las embajadas de Cuba y la Unión Soviética, en la ciudad de México en otoño de 1963, fue parte de un intento para poder arribar a Cuba y matar a Castro. La publicación de los documentos en poder de los gobiernos podría resultar revelador, dijo Kaiser. Por el momento, una comisión de la Cámara de Representantes que investiga asesinatos, convocada a mediados de 1970 para que indagara los de Kennedy y Martin Luther King Jr., así como otras investigaciones del Congreso, habían expuesto las actividades de la CIA en la década de 1960, incluyendo planes para asesinar a Castro. Esas revelaciones sobre Oswald serían eclipsadas, no obstante, por la conclusión de esa comisión sobre el asesinato de JFK: que hay sonidos grabados por un micrófono de un oficial de la policía de Dallas desde el tristemente célebre “montículo de hierba” en Dealey Plaza, que indican que Oswald no estaba disparando solo desde una ventana de un edificio adyacente, sino que había otro pistolero. El informe final de esa comisión, en un lenguaje cuidadosamente elaborado, dijo que Kennedy fue “probablemente asesinado como resultado de una conspiración, [aunque] el comité no puede identificar al otro pistolero o el alcance de la conspiración”. Análisis posteriores han puesto en duda la evidencia acústica, y la cuestión sigue sin resolverse. Esta pieza de evidencia fue, por supuesto, solo una pequeña parte de los cerros de material que fueron tomados en cuenta por la comisión
Miles de personas asistieron a las honras fúnebres en Washington. AP
George Joannides, el agente de la CIA que lideró la operación anticastrista, fue el enlace de la agencia de inteligencia con la comisión de la cámara.
El hijo menor del Kennedy saluda en el funeral. La imagen quedó grabada en la historia AP
dijo Martha Murphy, jefe de acceso especial y de peticiones basadas en la ley de Libertad de Información y de Acceso a Archivos. En esas cajas están los archivos de Joannides. Un índice creado por la CIA y proporcionado a The Associated Press por Morley describe muchos de los archivos que contienen información sobre este exagente de la CIA fallecido: ‘viajes, capacitación y evaluaciones del personal, así como notas relativas a interacciones de la CIA con la comisión de la Cámara’. El interés de Morley en el tema se remonta a la década de 1990 cuando cubría la recién formada comisión de la Cámara que investigaba los magnicidios de JFK y del doctor Martin Luther King Jr. Él interpuso una demanda exigiendo los documentos relacionados con Joannides en 2003 y que, desde entonces, ha logrado hacer públicos cientos de archivos con mucho esfuerzo. Un juez federal desestimó el caso en 2010. Pero en junio, un tribunal federal de apelaciones revocó una decisión de un tribunal de menor rango que había denegado la solicitud de Morley de que los honorarios de sus abogados fueran reembolsados. “Los registros sobre las personas supuestamente implicadas en el asesinato
del presidente Kennedy son de interés público”, dijo la decisión. Morley no sugiere que los archivos sobre Joannides apunten a que la CIA participó en el asesinato en sí y que es más probable que la difusión de estos documentos pudiera mostrar que la agencia ha tratado de mantener en secreto su deficiente desempeño antes del asesinato de Kennedy. “La idea de que Lee Harvey Oswald era un desconocido para una cierta cantidad de agentes de la CIA es falsa”, dijo Morley. “Había una enorme atención, de alto nivel, sobre Oswald en la víspera del asesinato”. Suponiendo que Oswald disparó el tiro que mató a JFK, dijo Morley, “estos altos oficiales de la CIA son culpables por negligencia”. Blakey no cree que vaya a obtener todos los documentos que tiene la agencia de inteligencia. “Mantuvieron en secreto cosas a la Comisión Warren, a nosotros, a la comisión de la Cámara”, dijo. “Son tres a las agencias a las que se supone que deben ser totalmente sinceros. Y ahora están tomando la posición de que algunos de estos documentos no pueden ser publicados hoy en día”. “¿Por qué siguen luchando, con uñas y dientes, para evitar hacer algo que ellos habían prometido hacer?”.
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59% de los estadounidenses cree que el asesinato de Kennedy fue obra de una conspiración, según una encuesta AP-GfK de abril de este año. AP
RESULTADOS DE LA ENCUESTA DE ASSOCIATED PRESS-GFK
La suposición perdura Cinco décadas después del magnicidio, la mayoría de los estadounidenses sigue pensando que el crimen fue la consecuencia directa de un complot. AP. WASHINGTON, EU
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na amplia mayoría de los estadounidenses sigue creyendo que el asesinato del presidente John F. Kennedy fue obra de una conspiración, pero el porcentaje que cree que Lee Harvey Oswald actuó por su cuenta está en su nivel más alto desde los años inmediatamente después del crimen, según una reciente encuesta de Associated Press-GfK. Cheryl Casati, de 62 años de edad y quien está jubilada después de trabajar 20 años para la Fuerza Aérea, vio los sucesos por televisión aquel día de noviembre de 1963. Se expresó “sumamente confiada” en que se trató de una conjura, en parte por el insólito asesinato de Oswald justo después del magnicidio. “Las explicaciones oficiales tienen demasiadas deficiencias”, relató Casati, quien vive en la zona de Phoenix. “Eso simplemente no pudo ocurrir así en ese entonces, y no es posible que (Jack) Ruby lo matara (a Oswald) así de fácil”, apuntó. Pat Sicinski no está de acuerdo. Ella y su esposo recientemente visitaron el Depósito de Libros Escolares de Dallas. Tras ver por la misma ventana desde la cual Oswald supuestamente disparó contra el Presidente, quedó convencida de que la Comisión Warren, que investigó el caso, tenía razón al decir que Oswald actuó solo. “Está bien ser un poco escéptico, pero hay gente que lo lleva a extremos”, señaló Sicinski, una exempleada escolar de 68 años de edad. Según la encuesta AP-GfK, realizada en abril de este año, 59% de los estadounidenses cree que el asesinato de Kennedy fue obra de una conspiración, mientras 24% presume que Oswald actuó por su cuenta, y 16% no está seguro. En 2003, de acuerdo con una encuesta de Gallup, el porcentaje de estadounidenses que creía que el asesinato de Kennedy fue una conjura era de 75%. La cifra actual de personas que
Esta foto fue tomada poco antes de que Oswald fuera ultimado tras dos días del crimen del Presidente, hecho que sustenta las suposiciones de la gente. AP 24% de las personas entrevistadas en todo el país está convencido de que Lee Harvey Oswald actuó solo aquel 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas.
24% de los entrevistados supone que Oswald actuó solo y mató a JFK con el rifle que aparece en la imagen. AP suponen que Oswald actuó por su cuenta es la más alta desde la época tres años después del homicidio, cuando el 36% de la gente opinaba
que fue obra de una sola persona. Robert Mawyer, de Blairsville, Georgia, es una de esas personas. El experto en ventas de
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productos tecnológicos, de 44 años de edad, recientemente se leyó Killing Kennedy, del periodista de derecha Bill O'Reilly. Si todo lo que el libro dice es cierto, Mawyer no tiene objeción a la hipótesis de que Oswald actuó por su cuenta. “La Comisión Warren dijo que eso fue lo que sucedió, así que me inclino a creerlo”, aunque “supongo que es imposible saberlo a ciencia cierta”, reconoció. Jon Genova está convencido de que un asesinato de tal magnitud no pudo haber sido obra de una persona solitaria. “Hay una serie de factores que, a mi parecer, no tienen sentido”, dijo Genova, un ingeniero mecánico de Denver de 46 años de edad. “Hay pruebas que al parecer fueron tapadas y hay documentos que se calificaron como secretos por un montón de años. Y además, me parece que a nivel político todo cambió después del asesinato de Kennedy, como si él había sido un obstáculo para los que vinieron después”, opinó. Los resultados son casi iguales para los que eran adultos y los que eran jóvenes en 1963. De hecho, 55% de los adultos cree que se trató de una conspiración, comparado con 55% para los que eran jóvenes en esa época. En cuanto a quién sería el responsable de tal conspiración, Genova sospecha que fue la CIA. Casati, quien se negó a divulgar su rango o especialidad militar, no está tan segura. “Lo que sé es que Kennedy era muy independiente, tomaba decisiones que no eran muy populares en ciertos círculos”, admitió. La encuesta AP-GfK fue realizada entre el 11 y 15 de abril de 2013 por GfK Roper Public Affairs y Corporate Communications. Se hizo mediante llamadas telefónicas domiciliares o por teléfono celular, con mil cuatro adultos a lo largo y ancho del país. Los resultados para la totalidad de la muestra cargan con un margen de error de 3.9 puntos porcentuales; para subgrupos el margen es mayor.
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En una gala en 1962, Marilyn Monroe susurró a Kennedy el ‘Happy Birthday, Mr. President’, que más tarde pasó a la historia. THE NEW YORK TIMES
KENNEDY Y SU RELACIÓN CON LAS MUJERES
La bella Jackie y ‘las otras’ Además del amorío con Marilyn Monroe, JFK habría tenido relaciones extramaritales con muchas otras chicas. AFP. WASHINGTON, EU
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uchas mujeres marcaron la vida de John F. Kennedy: su esposa, la radiante e impecable Jackie; su madre Rose, que alimentó sus ambiciones presidenciales; y todas las otras: una estrella de cine, una joven becaria, una amante vinculada con la mafia e innumerables prostitutas. El Presidente estadounidense mantuvo una complicada relación con las mujeres, tanto con las que le sirvieron en su carrera hacia la Casa Blanca, como con las que solo buscaba saciar una libido incontrolable. “Dependía de qué mujer se tratara”, dijo Larry Sabato, autor de un nuevo libro sobre JFK, The Kennedy Half-Century: The Presidency, Assassination and Lasting Legacy of John F. Kennedy. “Podía ser encantador y respetuoso con las mujeres con poder, con las que tenían influencia”, agregó el director del Centro de Política de la Universidad de Virginia. “Pero JFK tenía también un apetito sexual casi inextinguible y hoy se diría que trataba a las mujeres jóvenes y lindas como objetos sexuales”. La historia de John F. Kennedy no se puede disociar de la de Jackie, la joven Jacqueline Bouvier nacida en julio de 1929 en el seno de una familia acomodada y sinónimo de refinamiento y elegancia. La aprendiz de periodista de 24 años y el senador de 36 recién elegido se casaron en 1953. Jackie alentó a su esposo a escribir Perfiles de coraje, un libro ganador del premio Pulitzer sobre la valentía política de ocho senadores, cuando el futuro Presidente se encontraba convaleciente de una operación de espalda. También enfrentó a su lado la
campaña electoral que lo opuso al asegura haber tenido una relación republicano Richard Nixon. de dos años con Kennedy al mismo En la Casa Blanca, Jackie se tiempo que mantenía un amorío dedicó a las artes y la cultura, con un capo del crimen organizado ofreció prestigiosas recepciones y de Chicago. se encargó de la educación de los El vínculo con esta mujer, que dos hijos de la pareja: Caroline y murió en 1999 a los 65 años, es John-John. considerado creíble por los histoDurante las horas que siguie- riadores. ron al asesinato de su marido, JacY también estaba Mimi Beardskie, que estaba sentada a su lado ley, una becaria de 19 años de edad en la limusina presidencial, se ne- que fue amante de JFK durante 18 gó ostensiblemente a quitarse su meses, según ella misma contó en traje Chanel rosado manchado de sus memorias, publicadas en 2012 y sangre. en las que evocó cómo perdió la vir“Quiero que se vea lo que le hi- ginidad en la cama de Jackie y cómo cieron a Jack”, dijo. jugaba con patos de plástico en la Jackie Kennedy, que se bañera del Presidente. casó en segundas nup“No me arrepiento En 1961, cias con el multimide lo que hice. Era joKennedy se llonario armador ven y me dejé llevar, convirtió en naviero griego y no puedo camel segundo Aristóteles Onasbiar eso”, escribió presidente mas sis, murió en 1994 en su autobiograa los 64 años. fía Once Upon a joven de En público, los Secret: My Affair Estados Unidos; Kennedy eran la pawith President Jotenía 43 años hn F. Kennedy and reja estadounidense modelo. En privado, Jack its Aftermath. no lo era tanto. Por otra parte, nadie sabe Su aventura con Marilyn Mon- con exactitud cuántas prostitutas roe fue la más célebre, y el famoso invitó Kennedy a la Casa Blanca, “Happy Birthday, Mr. President”, pero sí se tiene la certeza de que susurrado sensualmente por la fueron suficientes como para preoactriz durante una gala en 1962, cupar al servicio secreto, temeroso ha quedado grabado en la memoria de que en plena Guerra Fría el de todos. mandatario estadounidense fuese Jackie no solamente estaba objeto de espionaje o chantaje. al tanto de esa relación, sino que “Era extremadamente impruhabía invitado a Monroe a tomar dente”, dijo Sabato a la agencia de su lugar, según un reciente libro del noticias AFP. periodista Christopher Anderson “JFK arriesgó su Presidencia y sobre la pareja Kennedy (These su familia una y otra vez (...) Es casi Precious Few Days: The Final seguro que los organismos de inYear of Jack with Jackie). teligencia extranjeros estaban “Múdese a la Casa Blanca, asu- al tanto de su comportamiento”, ma las responsabilidades de pri- afirmó el escritor mera dama, yo me iré y sobre usted También lo estaba su madre, recaerán todos los problemas”, le Rose Kennedy, responsable de habría dicho Jackie a Marilyn. inculcar en sus hijos el amor por Entre estos “problemas” figura- la política nacional y el servicio ba Judith Campbell Exner, quien público.
Nacida en julio de 1929, Jacqueline Bouvier, Jackie, se casó con JFK en 1953. AP
Rose Kennedy alimentó las ambiciones presidenciales de su hijo John. THE NEW YORK TIMES Como Jackie con Marilyn Monroe, Rose toleró la relación sentimental que su esposo, el patriarca Joseph Kennedy, mantuvo durante tres largos años con la estrella de los años 1920 Gloria Swanson.
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Cientos de afroamericanos asistieron a las honras fúnebres de JFK. AP
Ya en la presidencia, Kennedy apoyó el movimiento en pro de los derechos civiles. En esta foto aparece en la Casa Blanca con el reverendo King (cuarto a la izquierda) y otros dirigentes. AFP
Mientras King estaba preso, Kennedy debatía con Nixon en la televisión. AP
JFK, UNA PARTE DE LA TRINIDAD POPULAR
Un ídolo para los afrodescendientes Para algunos, su participación en la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos fue decisiva; para otros, no hizo lo suficiente. Pero aun así lo amaban. AP. WASHINGTON, EU
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ace unos años, en muchos hogares de personas afrodescendientes de Estados Unidos colgaban tres retratos: Jesucristo, Martin Luther King Jr. y John F. Kennedy. Incluir a Kennedy en esa trinidad podría parecer extraño. Pero si examinamos las razones por las que mucho afroamericanos lo consideraban como un ídolo, veremos que 50 años después de su muerte sigue ocupando un lugar importante aunque complicado en la historia de la raza negra. “Todavía estamos tratando de explicarlo”, dijo John Mack, activista por los derechos civiles que luchaba contra la segregación en Atlanta cuando Kennedy fue elegido presidente en 1960. A juicio de Mack solo podemos especular sobre qué hubiera hecho el presidente a favor de los derechos civiles, si no hubiera sido asesinado. Para muchos afroestadounidenses de la generación anterior, Kennedy fue el presidente que más simpatizó con la lucha por sus derechos, mucho más que cualquiera de sus predecesores. Recuerdan cómo habló con elocuencia contra la segregación, a pesar de la resistencia de racistas sureños en su propio Partido Demócrata. Algunos, incluso, conjeturan que fue su apoyo a la lucha por los derechos civiles lo que llevó a que lo mataran. Muchos negros veteranos reconocen que Kennedy pudo haber hecho más y que posiblemente sus motivos eran más políticos que morales, pero aun así destacan lo que hizo a favor de la causa. “Hay gente que dice que él pudo haberse movido más rápido, pero él murió por la velocidad en que se movió”, indicó Shirley Jordan, una reverenda de Virginia. Jordan tenía 13 años cuando Kennedy fue asesinado. Se enteró en su escuela, pero el impacto lo sintió al llegar a casa: “Mi mamá estaba llorando como si hubiera muerto su propio hijo. Ese era el tono, el aura que Kennedy tenía en esa época”, narró. Poco después, los padres de Jordan colgaron el retrato de Kennedy en la sala de su apartamento, uno similar al que también colgaba en la casa del reverendo Charles Booth, quien se crió en Baltimore. “Siempre estaban esos retratos: Jesucristo, Kennedy y King”, comentó Booth, hoy en día un cura en la comunidad de Columbus, Ohio.
Analistas atribuyen su reñida victoria electoral a la llamada que hizo a la esposa de King. MATICES
Una de las razones de eso, admitió, fue la relación entre Kennedy y King, aunque incluso esta era complicada. Se conocieron en junio de 1960. Kennedy, entonces senador por Massachusetts, pronto ganaría la nominación del Partido Demócrata para candidato presidencial. King se había convertido en una figura nacional al encabezar el boicot de autobuses de Montgomery, Alabama, que detonó el movimiento por los derechos civiles. Como demócrata y compitiendo contra el republicano Richard Nixon, Kennedy tenía un difícil reto político y debía hacer concesiones hacia los votantes blancos. El sur de Estados Unidos, donde a los afroamericanos se les mantenía como ciudadanos de segunda clase, era dominado por demócratas. Para ganar la presidencia, Kennedy necesitaba a los demócratas blancos del sur, que odiaban a King. Sin embargo, en un discurso poco después de conocer a King, Kennedy habló de los “conmovedores ejemplos de coraje moral” realizados por los activistas de los derechos civiles. Sus manifestaciones pacíficas, declaró, “no deben ser lamentadas, sino que son indicio de gran responsabilidad cívica”. Pero había otra faceta de la posición de Kennedy. En privado, sus asesores le imploraban a King que pusiera fin a sus protestas, según narró el historiador Taylor Branch en su libro Partiendo las aguas. Debido a que las protestas eran reprimidas por demócratas, le complicaban a Kennedy conseguir votos en el norte. Pero si Kennedy criticaba la represión, perdía el voto blanco en el sur. King se negó a seguir los consejos de los hombres de Kennedy y continuó con sus protestas. Fue arrestado con un grupo de estudiantes en Atlanta el 19 de octubre de 1960, días antes de las elecciones, y se
negó a pagar fianza, por lo que siguió tras las rejas mientras el Ku Klux Klan marchaba por Atlanta y la televisión transmitía el debate entre Kennedy y Nixon. Las autoridades consiguieron una multa de tránsito que databa de cinco meses atrás y provenía de otro condado, y la usaron para sentenciar a King a cuatro meses de trabajo forzado. Al día siguiente, lo enviaron a una cárcel de máxima seguridad y se temía que sería asesinado. Haciendo a un lado las objeciones de su hermano Robert, quien quería distanciarse del asunto, un asistente convenció a Kennedy para que llamara a la esposa de King, Coretta, y se solidarizara con ella. La noticia fue filtrada a la prensa, pero King seguía en la cárcel, hasta que Robert llamó al juez. Súbitamente, la fianza fue pagada y King salió libre. El papel de los Kennedy en el asunto fue anunciado en la prensa en toda la nación. King agradeció al senador en un comunicado, pero permaneció neutro en las elecciones. La campaña de Kennedy difundió panfletos sobre el episodio, especialmente en las iglesias de feligresía afro, el domingo antes de las elecciones. Al final, Kennedy recibió 78% del voto afroamericano y ganó las elecciones por uno de los menores márgenes en la historia de Estados Unidos. “En unas elecciones tan reñidas, se podría argumentar que la llamada a Coretta fue lo que marcó la diferencia”, comentó el profesor David Barrett, de la Villanova University. CONTRASTES
Como presidente, la máxima prioridad para Kennedy era la política exterior. Pero a nivel nacional, la lucha por los derechos civiles estaba en pleno apogeo. A pesar del derramamiento de sangre, Kennedy avanzó lentamente hacia la aprobación de las leyes de derechos civiles. En público, su gobierno estaba re-
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nuente a intervenir en la situación en el sur a menos de que se violaran leyes federales. En privado, sus asesores imploraban a los líderes de las protestas que apaciguaran los ánimos. Muchos opinaron que el Gobierno era indiferente o incluso incapaz, sobre todo cuando Kennedy rechazó propuestas que habían sido incluidas en la plataforma de la campaña de 1960. Pero en medio de la frustración había también el reconocimiento de que Kennedy tenía limitaciones a nivel político. “Él tenía que lidiar con segregacionistas”, reconoció Mack. “Los derechos civiles, simplemente, no eran la máxima prioridad”, acotó Barrett. Pero los derechos civiles sí fueron prioridad para el director del FBI en ese entonces, J. Edgar Hoover, aunque de una manera muy distinta. Hoover creía que el movimiento había sido infiltrado por comunistas y presentaba una amenaza a la seguridad nacional, por lo que vigiló de cerca a King y a otros dirigentes. Aun así, Kennedy trabajaba junto a King. En junio de 1963, ambos tuvieron un encuentro privado en la Casa Blanca, y al caminar por el Jardín de las Rosas el Presidente le avisó al reverendo que era vigilado. Poco después del encuentro privado, los dos se reunieron con otros dirigentes. Ya se había anunciado la marcha sobre Washington, con la que Kennedy no estaba de acuerdo. “Lo que queremos es que las reformas sean aprobadas por el Congreso, no un espectáculo en el Capitolio”, afirmó el Presidente en aquella reunión, según el libro de Branch. Al final, la marcha se realizó y se convirtió en un momento histórico. Y aunque se mantuvo cauto respecto a la ley, en sus discursos públicos hablaba cada vez más sobre la necesidad de justicia social. LaTrice Washington, profesora del Otterbein College en Ohio, recordó unas palabras que dio a los graduados del San Diego State College el 11 de junio de 1963: “Nuestra meta debe ser un sistema educativo que cumpla el espíritu de la declaración de independencia, en que todos sean tratados como iguales...”. En esa época, esas eran palabras peligrosas, aseguró Washington. “Fue algo que lo colocó en el frente de batalla y no solo a riesgo de represalias políticas, sino a riesgo de muerte”, indicó.