VERANO 2019
Cultura y arte De Corea
rePortaJe eSPeCIal
CoMIDa Del teMPlo
apartar el deseo y las falsas ilusiones Comida que suprime la codicia; una comunión con todos los seres vivos; Comida que apacigua el alma y evoca el hogar; eres lo que comes; el ‘camino del té’ de un monje
Comida del templo
TOMO 28, Nº- 2
ISSN 1225-4606
Imagen de corea
Maridaje perfecto Kim Hwa-young
CrĂtico literario; Miembro de la Academia Nacional de las Artes.
© News1
L
os coreanos son, para bien o para mal, unos de los mayores bebedores del mundo, y la comida va inevitablemente acompañada en la mesa de latas y botellas de licor. El makgeolli, un vino de arroz lechoso, exige una ración de panqueques de frijol mungo. El soju, un licor transparente, destilado, acompaña mejor con panceta de cerdo a la parrilla. Para el pollo frito, cualquier otra cosa que no sea cerveza es prácticamente impensable. De hecho el término chimaek, vocablo que mezcla las palabras pollo(chicken) en inglés y cerveza(maekju) en coreano, está totalmente arraigado en el léxico cotidiano. La historia del chimaek es relativamente breve. En los años posteriores a la Guerra de Corea, hasta un huevo frito era algo poco habitual, y mucho menos lo era un pollo frito. Posteriormente, a finales de la década de 1960, apareció una versión incipiente del chimaek en el Centro de Nutrición, un restaurante en Myeong-dong, en el centro de Seúl. Servía pollo asado y cerveza de barril. Por aquel entonces, comenzaron a importar pienso y también razas de pollos de Estados Unidos y, años más tarde, surgieron las granjas avícolas con pollos en jaulas. Mientras, la manteca vegetal, el aceite de cocina y la harina se producían en masa. Cuando todos esos ingredientes alcanzaron una masa crítica, Lim´s Chicken, la primera cadena de pollo frito coreana, abrió sus puertas en 1977 en el sótano de la tienda del departamento comercial Shinsegae, un centro de alimentos preparados en el centro de Seúl. Siete años más tarde, la primera tienda de pollo frito de Kentucky abrió en las cercanías de Jongno. Pero el archiconocido maridaje actual del chimaek surgió en 2002, cuando Corea organizó la final de la Copa del Mundo con Japón. El equipo coreano, en principio menos favorito, obtuvo un recorrido sorprendente hasta llegar a semifinales, llevando a todo el país al frenesí. Así, excitados fans se reunían frente a pantallas en plazas, restaurantes, pubs y bares y ordenaban chimaek mientras veían los partidos. Posteriormente, impulsado por una serie coreana de televisión que lo ensalzaba, el chimaek se extendió a otros países asiáticos. Sin embargo, también presenta “un lado oscuro”. El aceite de cocina hirviendo, la masa con alto contenido calórico y el elevado nivel de sodio, además de recuerdos alegres, se asocia con obesidad, gota, enfermedades cardíacas y patologías hepáticas. En cualquier rincón del país, una llamada telefónica puede llevar a tu casa a “esa popular pareja” y abrir las puertas al “cielo del chimaek”.
Carta de la Editora
Director
Lee Sihyung
Dieta saludable para cuerpo y mente
Editor Ejecutivo
Kim Seong-in
Editora Jefe
Kim Un Kyung
Junto con las estancias en el templo (Temple Stay), la comida del templo está de moda estos días. Como aspecto integral de la tradición monástica del budismo coreano, la antigua dieta vegetariana de los monjes atrae cada vez más a aquellos conscientes de la salud. En consecuencia, los restaurantes que sirven comida al estilo del templo han incrementado su popularidad, al igual que las clases y demostraciones de cocina del templo. Cuando fueron incluidos siete monasterios budistas de montaña del país en el Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2017, la Administración del Patrimonio Cultural explicó que son centros vivos de fe religiosa, práctica espiritual y vida cotidiana de monjes y de creyentes laicos. La vida cotidiana en los templos y monasterios budistas implica, de forma prominente, mantener la vestimenta y las costumbres alimentarias transmitidas durante más de mil años. Koreana analiza las tradiciones dietéticas de los templos budistas coreanos en el reportaje especial de este número, “Comida del templo: apartar el deseo y las falsas ilusiones”, en un intento por mostrar la esencia de la comida del templo de Corea, más allá de la moda actual. Los templos y los monjes que les presentamos, así como los autores de este reportaje, han sido cuidadosamente seleccionados. Así, la cobertura se remonta a la historia de la comida budista, cuya raíz proviene del budismo temprano de India, posteriormente transmitido a otras zonas de Asia, y refleja fielmente cómo se preparan y consumen esos platos en la actualidad. Resulta gratificante presentar a nuestros lectores la esencia de la comida del templo coreana, y no solo sus recetas y sabores, sino también su relevancia en el mundo actual. “Recetas simples crean una vida simple”, afirma la Venerable Gyeho, la abadesa del Templo Jinkwan [pág. 27]. Esperamos que esos alimentos simples ayuden a liberar nuestras mentes del sufrimiento y también a salvar nuestro planeta, en peligro de extinción.
Consejo Editorial
Han Kyung-koo
Benjamin Joinau
Jung Duk-hyun
Kim Hwa-young
Kim Young-na
Koh Mi-seok
Charles La Shure
Song Hye-jin
Song Young-man
Yoon Se-young
Director Creativo
Kim Sam
EDITORES
Ji Geun-hwa, Noh Yoon-young
Director Artístico
Kim Ji-yeon
Diseñadores
Kim Eun-hye, Kim Nam-hyung,
Yeob Lan-kyeong
Composición y Diseño Kim’s Communication Associates
44 Yanghwa-ro 7-gil, Mapo-gu
Seoul 04035, Korea
www.gegd.co.kr
Tel: 82-2-335-4741
Fax: 82-2-335-4743
Traductores
Kim Un Kyung, Raimon Blancafort,
Atahualpa Amerise, Joo Hasun
SUSCRIPCIÓN/CORRESPONDENCIA Precio por número en Corea ₩6.000 Resto del mundo US$9 Para conocer el precio en detalle de las suscripciones, lea por favor la página 88 de Koreana.
Kim Un Kyung Editora-jefe
Impresa en Verano 2019 Samsung Moonwha Printing Co. 10 Achasan-ro 11-gil, Seongdong-gu, Seoul 04796, Corea
Cultura y arte de Corea Verano 2019
Tel: 82-2-468-0361/5 © Fundación Corea 2019 Todos los derechos reservados. Esta publicación no admite reproducciones totales ni parciales sin el permiso de la Fundación Corea.
Una publicación trimestral de la Fundación Corea 2558 Nambusunhwan-ro, Seocho-gu Seoul 06750, Korea http://www.koreana.or.kr
Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente representan a los editores de Koreana o a la Fundación Corea. Koreana, está registrada como revista trimestral en el Ministerio de Cultura, Deporte y Turismo (número de registro
“Cause – Zona de Laxitud Temporal” Choi Seung-mi 2016. Tinta y color sobre papel de arroz grueso, 45.5 × 27.3 cm.
Ba-1003 con fecha 8 de agosto de 1987). También se publica en alemán, árabe, chino, francés, indonesio, inglés, japonés y ruso.
reportaje especial
comida del templo: apartar el deseo y las falsas ilusiones 04
REPORTAJE ESPECIAL 1
Comida que suprime la codicia Mun Tae-jun
08
14
REPORTAJE ESPECIAL 3
Comida que apacigua el alma y evoca el hogar
28
REPORTAJE ESPECIAL 5
El ‘camino del té’ de un monje Park Hee-june
Baek Young-ok
REPORTAJE ESPECIAL 2
Una comunión con todos los seres vivos
22
REPORTAJE ESPECIAL 4
Eres lo que comes
Kong Man-shik
Park Mee-hyang
34
50
FOCO
Ssireum: patrimonio inmaterial de la UNESCO
GUARDIÁN DEL PATRIMONIO
Herrero forja homi con fuego, aire y agua
Park Hong-soon
Kang Shin-jae
38
56
ENTREVISTA
EN EL CAMINO
El hombre que fue “las manos de Paik Nam June”
Tres senderos de montaña en Mungyeong
Lim Hee-yun
Lee Chang-guy
44
64
CRÍTICA DE ARTE
Organismo estético de hormigón Lim Jin-young
UN DÍA CUALQUIERA
La felicidad de una juventud ‘afortunada’ Kim Heung-sook
68
OPINIÓN DESDE LA LEJANÍA
Vivir Corea, amar Corea Javier Castañeda
70
INGREDIENTES ESENCIALES
La hora de la calabaza Jeong Jae-hoon
74
JORNADAS DE LITERATURA COREANA
Intervalo de tiempo ético tras pérdidas irremediables Choi Jae-bong
La utilidad del paisaje Kim Ae-ran
REPORTAJE ESPECIAL 1
Comida del templo: apartar el deseo y las falsas ilusiones
Comida que suprime la codicia En los templos budistas de Corea la comida se concibe como un medio para limpiar la mente. A través de los alimentos, uno busca aumentar la paz mental abandonando los deseos y posesiones materiales. Por tanto, comer en un templo se considera una práctica espiritual para alcanzar una mente pura. Mun Tae-jun Poeta Ahn Hong-beom Fotógrafo
4 Koreana Verano 2019
C
uando era niño acompañaba a mi madre a un templo a una hora de camino de casa. En aquellas ocasiones mi madre llevaba granos cultivados en los campos por ella misma para entregar una ofrenda a Buda. En los tres días previos a la cita, ella elegía con cuidado todo lo que comía y excluía todo tipo de carne. Cuando finalmente llegaba el día, se despertaba al amanecer, se lavaba el pelo y se bañaba. Era muy meticulosa en ese proceso, como si tratara de expulsar toda la energía negativa adherida a su cuerpo y a su mente. Ya en el templo, se postraba ante el Buda y susurraba sus deseos. Aunque por aquel entonces yo era muy joven, no me suponía un trastorno despertarme al amanecer y prepararme. El motivo era en parte la comida del templo. El primer sabor que recuerdo es el de las gachas de judías rojas. El patjuk, elaborado con arroz cocido en el líquido de los frijoles rojos que habían sido hervidos, triturados y colados, estaba delicioso. También eran bonitas y sabrosas las bolas de arroz pegajosas en forma de huevos de ave, hechas de masa de arroz glutinoso, que llevaba ese plato. El recuerdo de recibir un bol con estas gachas y comerlo sentado junto a mi madre todavía permanece relativamente claro en mi mente. Las gachas de judías rojas se comen en los templos porque se cree que el color rojizo repele los espíritus malignos y la energía negativa, además de brindar protección contra desastres inesperados. Aparte de esta receta, a veces comíamos fideos (guksu) o arroz al vapor caliente mezclado con varias verduras (bibimbap). No obstante, para mi paladar infantil la comida del templo se quedaba, en general, corta de sabor. No había carne y los ingredientes no eran ni dulces ni salados ni picantes, por lo que el tiempo que dedicábamos a comer se me hacía largo y la comida bastante tediosa. Pasó mucho tiempo antes de que desarrollara el gusto por esa comida tan suave.
Simplicidad extrema
Como adulto acabé acudiendo a los templos por muchas razones. A veces era para hablar con los monjes ancianos o para escribir un artículo en un periódico sobre un determinado templo, y otras simplemente para hacer un receso de
la vida cotidiana y relajar mi cuerpo y mi mente. Al regresar de esos lugares siempre sentía que tanto mi cuerpo como mi mente estaban más limpios, mi pensamiento se había expandido y mis deseos mundanos mermaban. A medida que las visitas se hacían más frecuentes, me di cuenta de que el mantenimiento de cualquier templo requiere un buen número de tareas que se dividen entre los monjes. Uno de ellos se encarga de gestionar la limpieza general, otro elabora té y los demás monjes cultivan la huerta, atienden el agua potable, encienden fogatas o cocinan. Entre todos realizan estas y muchas otras tareas de forma ordenada. En cuanto a la comida, los templos son casi autosuficientes. Prácticamente todo se obtiene del trabajo de los monjes. “Un día sin trabajo es un día sin comida” es un dicho que se transmite en los templos budistas coreanos. En una de mis visitas a uno de ellos encontré a todos los monjes con las mangas enrolladas haciendo kimchi. Otro día estaban machacando semillas de soja hervidas a las que daban forma de bloques, que luego colgaban para fermentar y secar. Recuerdo lo sorprendido que quedé después de leer un artículo sobre las salas de meditación que usan los monjes para concentrarse en la práctica espiritual. Me reproché a mí mismo al pensar en la desproporcionada escala y alcance de mis posesiones. Cada verano e invierno los monjes coreanos se reúnen para un retiro de tres meses en los centros de meditación de los templos, llamados seonwon. Durante el retiro, en los templos se presta especial atención a garantizar que los monjes puedan dedicarse por completo a la práctica espiritual. Según el citado artículo, las reglas estipulan que la cabeza ha de mantenerse fresca y los pies calientes, así como consumir alimentos hasta que el comensal solo esté satisfecho en un 80%, nunca completamente lleno. Me asombró la escasa cantidad de comida que consumen: en el caso del grano básico solo llega a un tazón, o aproximadamente 425 gramos por persona y día. Comen gachas para el desayuno, arroz cocinado para el almuerzo y arroz de grano mixto en la cena. En el caso de los platos acompañantes, en su mayoría toman verduras y ocasionalmente disfrutan de una porción de cuajada de frijoles, algas o wakame. Es una dieta extremadamente simple. Además, mantienen el ayuno entre comidas.
Una mente despojada de codicia Participantes del programa Estancia en el Templo (Temple Stay) Naeso del condado de Buan, provincia de Jeolla del Norte, degustan una comida monástica formal. Unos 130 templos budistas en todo el país participan en el programa Temple Stay, que ofrece al público la oportunidad de experimentar la vida cotidiana de los monjes.
Uno de los monjes budistas más respetados por el pueblo coreano fue el Venerable Seongcheol (1912–1993). Las frases que dejó para la posteridad, como “Mírate bien”, “Ayuda a los demás sin que otros lo sepan” o “Reza por los demás” son claras, simples y de profunda resonancia. Durante ocho años se involucró en la práctica meditativa conocida como
Cultura y arte de Corea 5
“estar sentado por mucho tiempo sin recostarse”, lo que significa que nunca se echaba a dormir, y no abandonó el recinto de su templo durante 10 años. Cuando murió todo lo que dejó atrás fue su túnica monástica, gastada y remendada una y otra vez, un par de zapatos de goma negros y un bastón. Su dieta reflejaba su vida. Un compañero de Seongcheol que pasó mucho tiempo con él describía su forma de comer de la siguiente manera: “El Venerable Seongcheol comía cosas muy simples. Seguía una dieta sin sal, por lo que no había necesidad de esforzarse por sazonar adecuadamente los alimentos. Las únicas guarniciones que tomaba eran cinco o seis ramitas de artemisa, cinco rodajas de zanahoria de 1 a 3 mm de grosor y una cucharada de frijoles hervidos en salsa de soja. El plato principal de la comida era una porción pequeña, como para un niño, de arroz y sopa que contenía patatas y zanahorias cortadas en juliana. Para el desayuno ingería medio tazón de gachas de arroz”. En resumen, las comidas diarias del Venerable Seongcheol respondían al concepto de minimizar. Aunque comía las hojas, los tallos y los frutos de las plantas, limitaba la cantidad y nunca ingería lo suficiente como para sentirse lleno. Uno se pregunta si la cantidad de alimentos que tomaba era suficiente como para mantenerse sano. Trataba cada comida como una medicina para la práctica espiritual y sólo comía lo suficiente para mantener su cuerpo. Creía que desear la comida era pensar como un ladrón. Además, como el deseo de comer conduce a la pereza, también estaba atento a no caer en esa tentación. En la mayoría de los templos, el pilar de la entrada delantera tiene la siguiente inscripción: “Cuando entres al templo por esta puerta, deshazte de todo lo que sabes”. Se trata de un mandato para dejar de lado toda discriminación, vanidad y malos sentimientos. Los templos budistas son lugares para limpiar la mente. De ser así, ¿cómo se ve la mente después de limpiarla? ¿Qué le ocurre a una mente invertida cuando se corrige? Se transforma en una mente amplia, limpia, veraz, respetuosa con otras formas de vida, generosa y libre de deseo. Para lograr esto debemos simplificar todo lo relacionado con nuestra comida, alojamiento y ropa. Esta tradición se ha mantenido a lo largo de los siglos y, siempre que se ha enfrentado al peligro de deterioro o colapso, los monjes se han movilizado y dado una respuesta. Para restaurar la comunidad monástica a un estado de limpieza se han comprometido con la auto-purificación. La extracción de agua, el corte de la leña y la siembra de semillas en los campos para garantizar la autosuficiencia de los templos son tareas fundamentales para esta auto-purificación.
6 Koreana Verano 2019
Una mañana en la que el frío del invierno azotaba con violencia mi cuerpo, comí arroz y unos pocos platos acompañantes en silencio total. Me concentré en comer y vi mi cuerpo desnudo y mi mente limpia, masticando y aceptando la comida. Las reglas de las comidas
Existen ciertas reglas que rigen las comidas en los templos donde, por norma, los ingredientes son limitados y las porciones pequeñas. Las comidas se deben disfrutar en silencio, de modo que no se permite hablar en vano. Todo se enfoca en el acto de comer. En esta línea, resultaron una experiencia muy especial las comidas de la mañana que tomé en el Templo de Woljeong en el monte Odae de la provincia de Gangwon y en el templo Hwaeom en el monte Jiri de la provincia de Jeolla del Sur. Una mañana en la que el frío del invierno azotaba con violencia mi cuerpo, comí arroz y unos pocos platos acompañantes en silencio total. Me concentré en comer y vi mi cuerpo desnudo y mi mente limpia masticando y aceptando la comida. De pronto, pensé: “¿cuál es para mí el sentido de nacer y vivir en este mundo?” Las lágrimas brotaron de mis ojos. ‘Admoniciones para nuevos monjes’ (Gye chosim hagin mun) es un libro del monje Jinul de la era de Goryeo (1158– 1210) que aporta a los religiosos instrucciones sobre la vida en el monasterio. En él se mencionan las normas de la comida: “No hagas ruido mientras bebes y masticas tus alimentos durante las comidas. Al recoger y dejar la comida asegúrate de hacerlo con cuidado. No levantes la cabeza ni mires a tu alrededor. No establezcas preferencias entre los alimentos sabrosos y los alimentos que no lo son o no te gustan. Come en silencio sin hablar y sin dejar que los pensamientos ociosos entren en tu cabeza y, date cuenta de que recibir comida y comerla es la forma de evitar que tu cuerpo se desperdicie y de lograr el despertar”. De vez en cuando los templos preparan comida especial para los monjes. He tenido la suerte de probar esas delicias en varias ocasiones. En los días más calurosos de verano esos platos incluyen fideos o copos de masa en sopa (sujebi)
hecha con patatas, así como arroz glutinoso cocido y pegajoso (chapssalbap). De las recetas de templo que he probado, recuerdo en particular por su buen sabor los rábanos sazonados en otoño, recogidos en un día de verano y mojados con un poco de agua fría (jjanji); el estofado de pasta de soja hecho con hojas de calabaza recolectadas antes de la primera helada (hobangnip doenjang guk); las guarniciones elaboradas a base de rábano seco; y las raíces de loto y bardana fritas o hervidas en salsa de soja.
El espíritu de la comida
Además de la comida me gusta el té que sirven los monjes. Un día de primavera de hace unos años, cuando visité el templo de Silsang en Namwon, en la provincia de Jeolla del Norte, un monje que trabajaba en el campo me saludó efusivamente y me ofreció una taza de té verde con un pequeño capullo de flor de
Una parte esencial de los programas Temple Stay es la ceremonia budista del té. Consiste en degustar té mientras se escucha un sermón, al que sigue un debate. Es una singular ocasión para la gente común de entrar en contacto con los monjes que habitan en templos de montaña.
ciruelo flotando encima. El olor de aquel té aún me acompaña. La comida del templo se está volviendo cada vez más popular a día de hoy. Es bueno que la gente intente no comer en exceso y resistirse a los antojos de alimentos procesados. También es bueno observar que en el centro de las ciudades surgen restaurantes que sirven comida de templo, y que las personas están aprendiendo a cocinar este tipo de recetas e incluso han comenzado a prepararlas en casa. Una comida en un templo es básicamente un plato en el que los ingredientes se obtienen de otros seres vivos, pero de forma que les perjudique lo menos posible. Es por eso que la carne está prohibida. Está escrito en los sutras que “toda la tierra y el agua son mis cuerpos pasados, y mi sustancia es el fuego y el viento”. A partir de esa premisa se puede intuir la visión budista de los alimentos que comemos. En ocasiones, cuando siento mi ser interior como un espejo cubierto de polvo, o cuando percibo que mis deseos se vuelven demasiado grandes e insaciables, viajo a un templo en las montañas para meditar. Frente a una comida plana y sencilla observo arrepentido mis pensamientos codiciosos y mundanos, que se extienden frente a mí como una enredadera. Cuando me siento en un lugar limpio en un templo y medito con calma, acabo desterrando la locura del deseo.
Cultura y arte de Corea 7
REPORTAJE ESPECIAL 2
Comida del templo: apartar el deseo y las falsas ilusiones
Una comunión con todos los seres vivos Para los monjes budistas, ingerir alimentos tiene como objetivo principal compartir su despertar con todos los seres del mundo y del más allá a través de la nutrición. Por tanto, comer no solo busca dar placer a las papilas gustativas o saciar el apetito; comer es en esencia parte de la práctica espiritual que se realiza a través de la pobreza y la alimentación monástica. Kong Man-shik Investigador del Instituto para el Estudio de la Orden Jogye. Universidad Dongguk Ahn Hong-beom Fotógrafo
E
n los tiempos de Sakyamuni, el histórico Buda cuyas enseñanzas sentaron las bases para la fundación del budismo, los seguidores de esta doctrina tenían una visión moderada de la comida en la que no renunciaban al consumo razonable de alimentos ni a la búsqueda del buen sabor. Esto difería de otras religiones nativas de la India, como el brahmanismo, que predicaba la abstinencia extrema en la ingesta y el disfrute de la comida, y el jainismo, que imponía la práctica de estrictas austeridades y la autoflagelación. Aun así, en la tradición budista primitiva, a los monjes se les prohibía comer después del mediodía, lo que los llevaba a pasar hambre y planteaba el riesgo constante de violar los preceptos. Para hacer frente a este problema, los religiosos practicaban la mendicidad y otros rituales de alimentación.
Las primeras normas
Los monjes budistas indios, que dependían de las limosnas para comer cada día, aceptaban todo lo que los donantes laicos les pudieran dar. Este método para obtener alimentos les
8 Koreana Verano 2019
ayudaba a resistir su deseo por comer. Pero los monjes también tenían sus propias reglas para controlar el consumo de alimentos. “Ronda de limosnas y recibir comidas”, uno de los 13 preceptos en el código de conducta para los varones ordenados monjes, o bhikkhus, estipulaba que debían dejar de comer después de ingerir un tazón o una comida al día. Cuando pedían limosna, tenían que aceptar lo que les ofrecieran en la primera casa que encontraran, ya fuera un hogar de gente rica o de gente pobre. Para los monjes también suponía incumplir los preceptos pedir un alimento concreto para satisfacer sus gustos, así como recibir comida más de una vez al día o en cantidades excesivas. Creían que la disciplina mental era la clave para liberarse de la codicia y que esa disciplina no debía centrarse en el objeto -la comida- sino en controlar los sentidos y
Una comida monástica formal consiste en arroz, sopa, algunos platos acompañantes simples y agua. Se dispone en cuatro cuencos de madera sobre un paño cuadrado.
Cultura y arte de Corea 9
1. Cuando no se usan, los tazones de cada monje se ordenan sobre los estantes. 2. Las monjas del templo Bongnyeong en Suwon, provincia de Gyeonggi, cantan sus votos antes de comenzar a comer. A lo largo de la comida, recitan tres versos más para compartir su alimento con todos los seres vivos de este mundo y del más allá.
1 © Jeondeungsa
la conciencia de lo que provocaba su deseo de comer. La versión más conocida de esta disciplina a día de hoy sería “comer conscientemente”, doctrina que propone el monje zen vietnamita Thich Nhat Hanh.
El trabajo de los monjes
La visión de la comida en el budismo zen de Asia oriental es diferente en comparación con la del primer budismo indio, que prohibía todas las actividades de producción de alimentos por parte de los monjes, incluida la agricultura, con el argumento de que podría provocar la pérdida de vidas. En esta línea, tampoco se permitía cocinar ni almacenar alimentos. El budismo zen, por el contrario, considera el trabajo productivo parte de la disciplina de los monjes, tal y como indica el lema “un día sin trabajo es un día sin comida”. Almacenar alimentos también está permitido y los monjes preparan sus propias recetas. Con base en estos principios el vegetarianismo monástico de China (sucai), la cocina devocional de Japón (shojin ryori) y la comida de templo de Corea (sachal eumsik) han conformado diversos elementos de la cultura budista de Asia oriental. Al ser una rama de esta tradición, el budismo Seon (Zen) de Corea tiene una visión similar de la alimentación. Reconoce la importancia tanto del sabor como de la cantidad de comida como nutrición para el cuerpo y la mente, una actitud que se refleja en los conceptos de las “tres virtudes de los alimentos” y los “seis sabores de los alimentos”. El concepto de las “tres virtudes” mantiene que los alimentos deben ser: 1) saludables, que estimulen las funciones corporales sanas; 2) limpios en términos de higiene y aptitud para ser consumi-
10 Koreana Verano 2019
dos; y 3) acordes con la ley budista, que prohíbe el consumo de carne y las cinco verduras picantes: ajo, cebolletas, cebolletas silvestres, allium y asafétida. Este concepto, que expresa un punto de vista positivo de la cocina y un enfoque realista sobre los productos alimenticios, sirve como referencia práctica en el caso de la comida de los templos coreanos. El concepto de los “seis sabores” significa que todos los alimentos se clasifican en una de las seis categorías de sabor: salado, dulce, ácido, amargo, picante e insípido. En otras culturas se establecen categorías similares, incluidos los cuatro gustos identificados por Aristóteles: dulce, ácido, salado y amargo, y los cinco sabores de la cocina tradicional china: dulce, salado, ácido, amargo y picante. Si bien estas clasificaciones asumen que cada uno de los sabores tiene el mismo estatus, el budismo Seon coreano da más peso a lo insípido, un factor fundamental que abarca las cualidades individuales de todos los diferentes gustos de los ingredientes, para componer un paladar adecuadamente equilibrado. La comida que se prepara de acuerdo con estas reglas se consume en el ritual del baru gongyang o comida monástica formal. Al ser un banquete colectivo, los platos servidos no satisfacen las preferencias individuales de los monjes, sino que se preparan de manera uniforme con los ingredientes disponibles según la temporada, las circunstancias y las citadas normas sobre virtudes y gustos. De este modo, si bien para los monjes puede resultar difícil satisfacer su propio gusto personal, pueden disfrutar en compañía de los sabores naturales de alimentos elaborados con productos de temporada, cultivados en un entorno donde el aire y el agua están limpios.
2
Cultura y arte de Corea 11
El camino hacia el despertar
Cada vez que llega la hora de la comida, el ritual comienza sirviendo la cantidad correcta de alimentos en el tazón de cada individuo. Una vez servido el plato, los monjes pueden pedir más o vaciar un poco sus tazones, dependiendo de cuánto puedan comer. Consumir toda la comida en el tazón sin dejar siquiera un grano de arroz o una mota de pimienta roja en polvo es una de las normas. Al hacerlo, los monjes controlan sus deseos en cuanto a la cantidad o el sabor de la comida. Al practicarse como rutina diaria y también como ritual religioso, esta costumbre gastronómica se realiza cotidianamente en las comunidades budistas de Asia oriental, pero la versión coreana incorpora sus propias ideas y reglas en cuanto al contenido y la práctica. Baru es patra en sánscrito, palabra que alude a los tazones de madera utilizados en el ritual de la comida. La leyenda budista dice que los Cuatro Reyes Celestiales obsequiaron con el patra al Buda Sakyamuni cuando vieron que no tenía dónde poner la comida ofrecida por dos mercaderes después de haber alcanzado la iluminación. Desde entonces, los monjes budistas han usado el patra como un bol para pedir limosna y para comer. A día de hoy, bajo la doctrina del budismo theravada, en el sudeste asiático se usa un solo bol para cada comida, pero en Corea se emplea un juego de cuatro tazones: uno para el arroz cocido, otro para la sopa, un tercero para el agua y un cuarto para los platos acompañantes. Están hechos de metal, cerámica o madera, aunque en Corea se usan sobre todo los de madera. Es una costumbre proveniente del budismo indio que los monjes novatos preparen sus propias túnicas monásticas (kasaya) y también sus propios patra, pero en el budismo zen de Asia oriental estos utensilios pasan de los patriarcas a sus discípulos, a los que se reconoce como sus sucesores del Dharma. El canto de antes de comer, llamado “Las cinco estrofas de la percepción” (Ogwange), demuestra que el baru gongyang no es solo una forma de comer, sino uno de los más importantes rituales monásticos:
Al reflexionar sobre el esfuerzo que supuso hacer esta comida siento que no soy lo suficientemente virtuoso para tomar estos alimentos. Dejando a un lado el deseo y las falsas ilusiones considerándola como una medicina para el cuerpo. y trabajando para alcanzar el despertar, acepto esta comida.
Una comida comunitaria
La comida que se ofrece a los monjes no se hace solo para ellos. Así, después de recitar el canto previo a la comida, sacan siete granos de arroz de sus tazones para las bestias, las aves y los insectos. Esto significa que ingerir una comida no es para los monjes una tarea individual, sino un evento en comunión con otros seres vivos. Asimismo, la comida no solo se comparte con seres terrenales, como humanos y animales, sino también con seres “del otro mundo”, incluidos los padres, abuelos y otros parientes fallecidos. Esta idea se expresa recitando durante la comida tres versos diferentes (gatha) para los muertos. Los alimentos se comparten recordando a todos los seres vivos en el reino del deseo sensorial, incluidos los humanos, los animales y los habitantes del inframundo, e invocando los nombres de los diez Budas y Bodhisattvas que habitan en los reinos superiores. Al terminar cada comida se lavan los tazones con agua sin dejar un solo resto de alimentos, excepto un poco de agua que se recolecta en un bol colectivo para los fantasmas hambrientos (agwi). Según las creencias budistas, los fantasmas padecen hambre y sed de forma permanente pero sus gargantas son tan estrechas, más estrechas que el ojo de una aguja, que ni siquiera son capaces de tragar un grano de arroz o de pimienta roja. Además de dejar algunas gotas de agua para esas pobres criaturas, el baru gongyang concluye tras consumir todos y cada uno de los alimentos recibidos.
Consumir toda la comida del bol sin dejar siquiera un grano de arroz o una mota de pimienta roja en polvo es una de las normas. Al hacerlo, los monjes controlan sus deseos en cuanto a la cantidad o el sabor de la comida. 12 Koreana Verano 2019
DespuĂŠs de terminar la comida y enjuagar los tazones, los monjes limpian los boles, cucharas y palillos con un paĂąo de cocina y los atan con una banda de tela con un nudo vertical.
Cultura y arte de Corea 13
rePorTaJe eSPecIaL 3
Comida del templo: apartar el deseo y las falsas ilusiones
Comida que apacigua el alma y evoca el hogar Las monjas de la ermita de la montaña prepararon una comida sencilla para los visitantes, que consistía en unos platos acompañantes hechos con verduras frescas recolectadas de las colinas adyacentes. La ermita de Yunpil en Mungyeong, provincia de Gyeongsang del Norte, es conocida desde hace tiempo por la humilde comida del templo, similar a las comidas caseras. En primavera fui invitado a una comida allí que calmó mi alma. Baek Young-ok Novelista Ahn Hong-beom Fotógrafo
Comida para los visitantes preparada por las monjas de la ermita de Yunpil en Mungyeong, provincia de Gyeongsang del Norte. Básicamente consiste en verduras silvestres y sazonadas, incluyendo artemisa, gota de agua, colza y bolso de pastor, recogidos de las montañas cercanas o comprados en el mercado local.
14 Koreana Verano 2019
Cultura y arte de Corea 15
1
16 Koreana Verano 2019
C
ada año, cuando las flores brotan en primavera, leo “Viajes en bicicleta”, una colección de ensayos de viaje del novelista Kim Hoon. Lo he releído tantas veces que algunas de sus frases emergen como un paisaje repleto de flores tras la ventana. “Las magnolias florecen repentinamente como una lámpara que se enciende. En el apogeo de su floración, las camelias encuentran su repentina desaparición como el antiguo Reino Baekje”. Los pasajes del libro no son más que palabras impresas, pero casi los siento como parte de mi cuerpo. Así, resultó natural que mientras admiraba las flores abrirse en la ermita de Yunpil, una frase del libro viniera a mi mente: “Las flores de Cornalina brotan como un espejismo brillante”. Eso sucede cada vez que siento la primavera en el aire. Ya sean Cornalinas, flores de cerezo o flores de ciruelo, no me parecen flores reales, sino un sueño del árbol que ha soportado el frío del invierno. De hecho, la primavera cobraba vida en el patio de la ermita. Las flores de ciruelo florecían alrededor de los cuartos de las monjas, al igual que el ojo del faisán amarillo y la hoja púrpura de la Jeffersonia asiática. Cuando abrí la puerta de la sala de meditación, una monja budista preparaba café y molía los granos en un mortero. Ese café fue más rico y sabroso que cualquier otro que hubiera probado antes. Tenía curiosidad por conocer la variedad de esos granos, pero la monja dijo que no eran nada especial. Tras observar todo el proceso de preparación, comprendí el secreto de su sabor singular. La monja colocaba una generosa cantidad de café molido en el filtro, pero solo pasaba una pequeña cantidad de agua a través de ellos. Cada gota de café caía en dos o tres segundos, por lo que tardaba unos 30 minutos en llenar una taza. El método de elaboración destilado era similar al del café holandés. Voluntariamente, ella se ofreció a dedicar su tiempo para agasajar a los invitados con una taza de café especial.
Bulliciosa sala de cocina
Wondu alude al monje designado como responsable de la
1. La Venerable Gonggok, la monja principal de la ermita Yunpil, arranca gomchwi (Ligularia fischeri) en la montaña de atrás del templo, una verdura silvestre conocida por su aroma acre y su sabor distintivo. El gomchwi se puede comer crudo o escabechado en salsa de soja. 2. La ermita Yunpil es un monasterio para monjas establecido en 1380 al pie del monte Sabul. La imagen a la derecha es Sabuljeon (Salón de los Cuatro Budas). No posee una estatua de Buda consagrada, pero durante la adoración, los monjes se ubican frente al Buda de piedra a los cuatro lados en la cima del monte Sabul, que puede verse desde un gran ventanal.
2
granja, y se encarga de cultivar verduras, como pimientos rojos, lechuga, pepinos, espinacas, girasoles, calabazas y acelgas, y proporcionarlos a la cocina del templo. El capítulo de “Miscelánea” en “Las Reglas Monásticas Zen de Baizhang” (Chixiu Baizhang qinggui), un texto budista de la Dinastía Yuan que define los códigos monásticos, afirma: “El responsable de la granja [yuantou en chino] toma la delantera sin vacilar ante el trabajo físico pesado. Cultiva la tierra, siembra semillas para plantar hortalizas, riega los campos cuando es necesario, y proporciona suministro constante de verduras frescas a la cocina todo el año”. “Prefiero hacer las cosas de forma cómoda y natural”, me dijo la monja. “Complicado y difícil no es mi estilo. Duermo mucho y no me gusta cumplir con las convenciones. No creo que sentarse en estricto silencio sea la única forma de práctica meditativa. Poner a tu corazón a cocinar una buena comida y preparar té para otros también puede considerarse una práctica espiritual. Todo lo que hago con la esperanza de que quien coma mi comida y beba mi té se mantenga saludable y encuentre consuelo forma parte de mi práctica espiritual”. La monja, cuyo nombre budista es Gonggok, era como un granjero, una madre y un chef, todo en uno. Junto con la ermita de Gyeonseong en el templo Sudeok y la ermita de Jijang en el monte Odae, la ermita de Yunpil, bajo la jurisdicción del Templo Daeseung, es uno de los tres principales centros budistas de Seon (Zen) para mujeres de vida monacal. Es un lugar que cuida las mentes y los cuerpos de las monjas que se han comprometido con un período de intensa práctica espiritual. La cocina con luz natural de la ermita, cuyas paredes estaban decoradas con bonitas sombras proyectadas por el sol, bullía de actividad durante todo el día. En cada comida deben prepararse abundantes cantidades de arroz, sopa y acompañantes como para alimentar a decenas de personas. Suelen estar más ocupados en torno al cumpleaños de Buda, cuando acuden más personas a la ermita. La cocina era un lugar dinámico repleto de constantes sonidos de golpes, y del
Cultura y arte de Corea 17
ruido de triturar y mezclar. Las cestas estaban llenas hasta el borde con verduras de primavera, como artemisa, bolsa de pastor, colza o pechuga de mantequilla, recogidas en los jardines traseros o compradas en el mercado local, que abre cada cinco días. El caldo para fideos cocía a fuego lento en una gran olla. Se dice que la sopa de artemisa sabe mejor en torno al 20 de marzo, cuando las hojas son pequeñas y suaves. La monja prepara té de artemisa con las hojas recogidas en esa época, y hace jabón con las sobrantes. No solo la artemisa, sino todas las plantas silvestres que crecen en las montañas son excelentes ingredientes. Moras, dientes de león, cáscaras de mandarina o la cáscara interna de las castañas pueden usarse para hacer té o jabón. Pueden comerse o aplicarse sobre la piel. Sonreí cuando la monja me contó cómo una noche, mientras contemplaba la luna brillante, le entró una urgencia desesperada por comprobar si algún pepino habría madurado. Encontró un montón de pepinos gordos que colgaban de la mata, y recogió unos 200 para hacer kimchi de pepino relleno picante. Me pregunté qué tipo de vida era una vida en la que la luz de la luna invita a pensar en la madurez de las hortalizas. La monja tardó un tiempo en preparar la comida, princi-
palmente porque preparaba los fideos a mano, lo que implicaba extender la masa de trigo y cortarla en tiras largas y delgadas con un cuchillo. Cuando por fin llegó con la comida, ya pasaba la hora del almuerzo y yo tenía hambre. En la sopa, junto a los fideos, había una torta de arroz de artemisa, un bolso de pastor y hojas secas de rábano, sazonadas con salsa de soja o pasta de soja fermentada. El estofado de pasta de soja que junto al tazón de arroz mezclado con frijoles negros y habas de hoja ancha me trajo a la mente una frase del libro de Kim Hoon: “El caldo estofado de pasta de soja, bolsa del pastor y el comensal forman un triángulo de amor perpetuo”. Pero esta es una historia de amor donde uno abraza a los otros dos. Por tanto, es pacífica. Quizá por esa razón comer estofado de pasta de soja, o tan solo sopa ayuda a calmar el malestar estomacal. Probé la ensalada de colza y las tortitas de artemisa. Las hojas de colza transmiten la energía fresca de la primavera. La masa para el panqueque de artemisa fue extendida lo más finamente posible para resaltar el distintivo y picante sabor de las hierbas. Curiosamente, las hojas de agua fueron servidas como envoltorio, en vez de usar hojas de lechuga o de perilla. Había escuchado a la monja decir: “Tengo que mostrar a los habitantes de la ciudad a qué sabe la gota de agua”, y pensé que las gotas de agua de manantial serían nutritivas. Tomé una hoja, coloqué una pequeña porción de arroz con una cucharada de pasta picante, lo envolví y me lo llevé a la boca. Incluso antes de masticarlo, el olor ya penetraba en mi boca. El plato acompañante de nueces y almendras ligeramente tostadas en salsa de soja era casi como un bocadillo y no podía dejar de comerlo. Entonces me llevé una ciruela amarilla en vinagre a la boca. Su textura crujiente y su dulce sabor, me abrieron el apetito.
Recetas de monasterio
Cuando era periodista y cubría el sector de los restaurantes, obtuve algunos secretos de los chefs. Uno es servir comida caliente, templada y fría. Incluso las comidas de los vuelos, difíciles de preparar y casi imposibles de saborear a una altitud de 30.000 pies, pueden parecer más sabrosas siguiendo este principio: servir ensaladas frías, pan templado y café caliente. Arroz humeante recién cocido, estofado de pasta de soja servido bien caliente en un cuenco de barro, verduras frescas recién sazonadas: en la ermita Yunpil puede llevar mucho tiempo preparar los ingredientes, pero lleva poco La Venerable Gonggok mezcla brotes jóvenes de artemisa con harina de arroz antes de cocer la mezcla al vapor. La torta de arroz de artemisa es una delicia popular en primavera.
18 Koreana Verano 2019
1
2
Una comida saludable y económica Este es un lugar que podría provenir
bolleta silvestre, allium y asafétida),
de los documentos de viaje de Ha-
así como cualquier potenciador del
ruki Murakami en ‘Fronteras lejanas,
sabor artificial. Su menú vegetariano
fronteras cercanas’, un restaurante
también excluye cualquier tipo de
cuyo dueño al escuchar, “Señor, a
carne y pescado, ya sea fresco o en
este plato le faltan cebolletas”, diría:
escabeche.
“Hay muchas en la parte de atrás.
Este restaurante solo utiliza in-
Coja todas las que desee comer”.
gredientes de temporada de origen
Está ubicado en un pueblo aislado,
local recogidos a diario, para apreciar
el último lugar donde uno esperaría
plenamente su sabor fresco y natu-
encontrar un restaurante, en Yeoju,
ral. La comida está ligeramente sazo-
provincia de Gyeonggi. Sin embargo,
nada, y da un respiro a los habituales
Geolgujaengine [Geol-gu-jaeng-i-ne],
sabores salados, dulces y picantes.
que sirve comida del templo desde
Mastiqué lentamente, saboreando
hace 25 años, se llena de clientes
cada bocado, y pronto me sentí
desde las nueve de la mañana hasta
bastante lleno pese a que no había
las nueve de la noche.
comido mucho.
1. Menú basado en platos de vegetales sazonados en Geolgujaengine [Geol-gujaeng-i-ne], un restaurante de comida del templo en Yeoju, provincia de Gyeonggi. La comida hecha sin saborizantes artificiales es aclamada por su paladar fresco y natural. 2. Aperitivo de panqueque del restaurante. Plato tipo crepé hecho de vegetales de temporada, picados y envueltos en una fina lámina de masa de harina de bellota, frita en aceite y cortada en pequeños trozos.
ras sazonadas, arroz cocido con cardo (gondeure namul bap) y sopa de pasta de soja con napa de col. Nada lujoso, solo comida para el alma… como la comida casera de una madre preparada con mucho cariño. El arroz de cardo es una delicia que por sí sola merecería una visita, y el té de crisantemo que se sirve como postre es fragante. Después de aparecer en un programa de televisión en 2012, el restaurante experimentó un auge de clientes y un conocido sugirió abrir un segundo restaurante en Seúl. Pero con el progresivo aumento del coste de los ingredientes y con las
“Nuestro enfoque no es necesa-
La comida se sirve en dos par-
dificultades para obtener productos
riamente la comida del templo, sino
tes. La primera parte incluye tofu al
frescos de calidad, cerró después de
una comida casera nutritiva”, afirma
vapor, ensalada y fideos kimchi fríos
un año.
el propietario. El restaurante, sin em-
con finas rodajas de raíz de loto;
bargo, es estricto al no usar los cinco
mientras que la segunda parte ofre-
comida del templo a un precio ase-
vegetales picantes (ajo, cebolleta, ce-
ce una variedad de platos de verdu-
quible. Cada comida cuesta 15.000
Mastiqué lentamente, saboreando cada bocado, y pronto me sentí bastante lleno pese a que no había comido mucho.
Este restaurante sirve excelente
won por persona. A solo una hora en auto de Seúl, puede combinarlo con un viaje al cercano templo Silleuk.
Cultura y arte de Corea 19
Si uno dijera: “Estamos comiendo la esencia de la primavera”, a la vista de la comida dispuesta sobre la mesa, no sería una metáfora poética sino una expresión literal. da encarnaba la temporada, la energía fresca de la primavera brotaba después de soportar el intenso frío del invierno. No fue solo la comida, sino la medicina lo que curó mi cuerpo.
Un refugio para el alma
La Venerable Gonggok coloca una fina lámina de masa de harina enrollada para cortarla en tiras largas y delgadas con un cuchillo. La sopa de fideos casera es un manjar para los monjes.
cocinarlos. En resumen, la comida aquí se basa en los principios básicos de la cocina. Esto no está relacionado con el motivo por el que la Venerable Gonggok decía que todo el proceso de recolección, tostado y fermentación de las hojas de té podría considerarse una forma de práctica espiritual. Los capullos de flores cosechadas se secan a la sombra durante días y las hojas jóvenes unidas al capullo se eliminan una por una para quitar el sabor a hierba. Coloca los capullos de flores en agua caliente durante unos minutos y tendrás una buena taza de té de azahar. Comer en la ermita fue un descubrimiento tanto de la forma original de los ingredientes como de sus limitaciones. Fue una experiencia completamente distinta a la de comer sin pensar, simplemente por saciar el hambre. De hecho, fue algo más que la experiencia del visitante; sentía como si participara en un ritual. Si uno dijera: “Estamos comiendo la esencia de la primavera”, a la vista de la comida dispuesta sobre la mesa, no sería una metáfora poética sino una expresión literal. La comi-
20 Koreana Verano 2019
Tengo predilección por las historias que comienzan en invierno y terminan en primavera. Esto podría estar conectado con un doloroso recuerdo de mi juventud. Cuando estuve en Benarés, India, sufrí diarrea severa. Era 22 de febrero de 2005, el día en que la actriz Lee Eun-ju se suicidó. La muerte de una actriz que me gustaba me dejó aturdido. Por algún motivo desconcertante me levanté reuniendo hasta el último ápice de energía que quedaba en mi cuerpo, tomé un rickshaw y me dirigí a un templo coreano llamado Nogyawon (Monasterio de Deer Park) en Sarnath, a unos 10 kilómetros de Benarés. Cristiano de nacimiento, me sorprendió la repentina idea de ir a un templo budista porque recordé que otro viajero me dijo que allí podía tomar comida casera. Respetando la hospitalidad del templo, devoré el kimchi y la sopa de pasta de soja. Ese día experimenté de primera mano los poderes curativos de la comida. A veces, me gustaría poder ahogar esa voz que resuena fuerte en mi cabeza y prestar atención a lo que dice mi cuerpo… Mi estómago, mi nariz y mi lengua susurran que mi estómago gruñe. El olor al arroz cociéndose es muy tentador, el arroz sabe muy dulce. Un día, mientras comía, con los ojos hinchados, comprendí que la ciudad natal es más que un lugar, al igual que el hambre puede significar más que una necesidad física o el mero deseo de comer. Un grano de arroz puede saber más dulce cuanto más se mastique, o la sopa de pasta de soja con bolso del pastor puede hacerte sentir como en casa. La Venerable Gonggok sonrió cuando dijo: “Las montañas son nuestros jardines del templo”. Todos necesitamos un hogar al que poder regresar, un refugio seguro donde reposar nuestra alma cansada. Creo que la ermita de Yunpil permanecerá en mi corazón como ese lugar.
Cocina del templo en su máxima expresión tos con jarabe de arroz y pasta de chile rojo de tres años, llamado “modeum boseot gangjeong”, es a la vez dulce y picante y posee una textura carnosa que seguramente atraerá a los amantes de la carne y también a los vegetarianos. Los distintos tipos de kimchi sin ajo tienen un sabor final refrescante y una textura crujiente. El restaurante también utiliza ingredientes raros y singulares como ajenjo ribereño, kumquat, perejil de vaca y alcachofas chinas. En el primer piso del edificio del restaurante se encuentra el Korean Temple Food Center, donde impar-
1
Balwoo Gongyang, ubicado al otro
150.000 won).
lado de la calle del templo Jogye,
Algunos de los ingredientes,
en el centro de Seúl, fue el primer
como la salsa de soja, la pasta de
restaurante en Asia sobre cocina del
soja, el vinagre de arroz integral,
templo en recibir una estrella Mi-
el nopal y el tofu, se elaboran en el
chelin, galardón que ha mantenido
Templo de Tongdo, en Yangsan, pro-
durante tres años consecutivos des-
vincia de Gyeongsang del Sur, decla-
de 2017. Habiendo sido presentado
rado Patrimonio de la Humanidad
en el extranjero en varias ocasiones,
por la UNESCO. Los barú (cuencos
aproximadamente el 35 por ciento
monásticos de madera) hechos de
de sus clientes son extranjeros, de
madera de ginkgo y recubiertos con
Europa, de América, de China, de
nueve capas de laca, le añaden un
Hong Kong y de Taiwán. A menudo
toque refinado.
es difícil conseguir una mesa a la
Los aspectos más destacados
hora del almuerzo sin reserva previa.
del menú Won son el plato de fi-
El restaurante ofrece cuatro
deos fríos con champiñones shiitake
menús: Seon (Meditación: 30.000
picantes y peras coreanas, al que acompaña un puré de masa rellena con diferentes verduras, vegetales y
Maeum (Mind: 65.000 won), Hee
nueces. El plato principal del restau-
(Joy: 95.000 won) y Beop (Dharma:
rante, los champiñones fritos cubier-
1. Raíz de loto en escabeche, bardana marinada a la parrilla, champiñones fritos con salsa de chile rojo y panqueques de frijol mungo (en el sentido de las agujas del reloj desde la parte superior izquierda). Estos platos, después del aperitivo, ofrecen un sabor sano y ligero. Son parte del menú fijo que sirven en Balwoo Gongyang, restaurante de cocina del templo dirigido por la Orden Budista Coreana Jogye, frente al templo de Jogye, en el centro de Seúl.
ticipantes pueden aprender no solo sobre los diversos ingredientes y las recetas tradicionales, sino también sobre las raíces de la cocina de los templos coreanos, que datan de hace 1.700 años, y sobre cómo desarrollar una actitud consciente hacia la comida.
2. Interior moderno de Balwoo Gongyang, restaurante de una estrella Michelin que ofrece una selección de menús del templo.
Los distintos tipos de kimchi sin ajo tienen un sabor final refrescante y una textura crujiente.
© Balwoo Gongyang
won), que solo se sirve a la hora del almuerzo, Won (Vow: 45.000 won),
ten clases de comida del templo. Enseñados por los monjes, los par-
2
Cultura y arte de Corea 21
REPORTAJE ESPECIAL 4
Comida del templo: apartar el deseo y las falsas ilusiones
1
Eres lo que comes Situado a los pies del monte Bukhan, en el extremo norte de Seúl, el Templo Jinkwan es famoso por ser el hogar de la auténtica cocina coreana. Esa tradición culinaria la mantiene la Venerable Gyeho, abadesa del templo, donde hace cientos de años se llevaban a cabo las ceremonias reales de la corte de Joseon. Park Mee-hyang Periodista de Cultura gastronómica, The Hankyoreh Ahn Hong-beom Fotógrafo
22 Koreana Verano 2019
E
l 19 de abril, el sendero de la montaña que conduce al templo de Jinkwan se hallaba repleto de flores silvestres que desprendían el dulce aroma de la primavera. Bajo la jurisdicción del Templo Jogye, la sede de la Primera Diócesis de la Orden Budista Coreana Jogye, fue establecido el Templo Jinkwan hace más de mil años. Incluso durante la dinastía Joseon de orientación confuciana, cuando se suprimió el budismo, el templo era visitado con frecuencia por los reyes. El rey Taejo (r. 1392–1398), fundador de Joseon, habilitó una oficina estatal dentro del templo para llevar a cabo el Suryukjae, el Rito para liberar a las criaturas del Agua y la Tierra. Dedicado a los espíritus solitarios y fantasmas hambrientos que vagan por este mundo tras la muerte, ese rito buscaba consolar sus almas con un banquete de comida y las enseñanzas de Buda. Taejo usó este rito para orar por las innumerables almas de aquellos que habían muerto durante el establecimiento del reinado de Joseon. Transmitido hasta entonces de forma tradicional en el templo de Jinkwan, el rito fue designado como Patrimonio Cultural Nacional Intangible en 2013. El Templo de Jinkwan fue destruido casi por completo por el fuego durante la Guerra de Corea. En 1963, la Venerable Jinkwan (1928– 2016), respetada líder entre las monjas, se dispuso a reconstruir el templo, que eventualmente obtuvo la distinción de ser monasterio principal para las bhikkhuni, monjas ordenadas como tal. Sirviendo como su abadesa por más de 40 años, la Venerable Jinkwan preservó y modernizó la tradición culinaria de los Suryukjae, y las recetas de comida del templo pasaron a su sucesora, la Venerable Gyeho.
2
3
Ingredientes naturales
La brillante luz del sol de primavera inunda el alféizar de la ventana del estudio de cocina en el Instituto de Cocina del Templo de Jinkwan, y lo que parecía ser el sonido de un cencerro de madera atrajo a los visitantes hasta la sala. Pero el sonido no provenía de un moktak, sino del cuchillo en la mano de la Venerable Gyeho, que cortaba un rábano en una mesa de entre siete y ocho metros de largo. Después de unos minutos, el rábano, originalmente con forma de palo corto, fue cortado como en un objeto de aspecto curioso que simulaba un sello con un mango. La Venerable Gyeho lo llamó “mano aceitosa de rábano”. Sumergir el rábano en aceite de sésamo y frotarlo después sobre la sartén es una eficiente forma de untar el aceite, y un truco que aprendió de su madre cuando era niña. La abadesa, ahora con 70 años, nació en Mukho (hoy Donghae), un lugar de la costa este en la provincia de Gangwon. Su madre y su abuela materna eran devotas budistas y excelentes cocineras. Durante su infancia, paseaba por la cocina y observaba a su madre cocinar cosas básicas como estofado de pasta de soja (doenjang jjigae) o crepes de alforfón rellenos (memil jeonbyeong). Esa niña era elogiada cada vez que cocinaba con las habilidades aprendidas de observar a su madre. Se sintió atraída por el budismo cuando estudiaba secundaria, al
4
1. La Venerable Gyeho (a la derecha), la abadesa y otras monjas del Templo Jinkwan, cubren los brotes de toon rojo con pasta de arroz para hacer chips. Es una tarea conjunta que debe hacerse rápidamente y en un día soleado. 2, 3, 4. Los brotes de toon rojo y las hojas recubiertas con pasta de arroz se expanden en una bandeja de mimbre y se dejan secar en la soleada y ventosa terraza. Tras la puesta del sol, se ubican en una habitación con calefacción radial hasta secarse por completo.
Cultura y arte de Corea 23
sentir su corazón latir con fuerza mientras escuchaba un sermón del Venerable Tanheo (1913–1983). Este preeminente monje, que se dedicó a traducir la Tripitaka Koreana, el canon budista del siglo XIII tallado en unos 80.000 bloques de madera, fue famoso por su amplio conocimiento de la filosofía oriental. Aunque su familia intentó detenerla, esa chica de 18 años dejó la vida secular y se unió a la orden monástica en el Templo Jinkwan en 1968. Su maestra, la Venerable Jinkwan, fue su guía en la práctica espiritual.
Plato esencial del templo
“El sol está brillando. ¿Salimos?” Preguntó la abadesa. Apenas lo dijo, varios devotos del estudio de cocina la siguieron al patio. En frente de la gran terraza, donde se ubican cientos de frascos de cerámica con salsas y pastas tradicionales ordenados en fila, había una mesa larga cubierta con un mantel de plástico, muy parecida a la de la película ‘El festín de Babette’. Sobre la mesa había unas cuantas bandejas de mimbre de unos dos metros de diámetro y cuencos de pasta de arroz hechos de una mezcla de arroz normal y pegajoso. Diez o más monjas, incluyendo algunas bastante jóvenes, salieron a hacer chips de patatas fritas (bugak) con los brotes jóvenes y hojas de toon rojo (Toona sinensis).
24 Koreana Verano 2019
A principios de la primavera, los toons rojos crecen con brotes de color verde violáceo (arriba). En los templos budistas coreanos, se comen frescos con condimentos simples, o se conservan en chips o encurtidos en salsa de soja. Cuando los brotes se mezclan en una masa de harina, sal y agua con rodajas de pimiento rojo y se fríen en una sartén, aumenta su aroma singular (abajo).
Fácilmente disponibles en primavera, las hojas de diente de león mezcladas con salsa de soja, extracto de semilla de ciruela, sal de bambú, aceite de sésamo y semillas de sésamo tostadas y saladas, conforman una ensalada agridulce de textura crujiente (arriba). Se sabe que el diente de león reenfoca la energía vital y es eficaz para aliviar la inflamación (abajo).
De pie, a ambos lados de la mesa, las monjas comenzaron a cubrir los brotes con pasta de arroz, siguiendo las instrucciones de la Venerable Gyeho. Teñidos de marrón claro, la temporada de los brotes toon rojos es marzo y abril. Antiguamente, difícilmente muchos lo considerarían un vegetal, pero con la creciente popularidad de la comida del templo, el toon rojo ha sido recientemente ensalzado. Desde tiempos remotos, los brotes de toon rojo fueron ampliamente consumidos en los templos budistas. Preparado en primavera para ser frito y comido durante todo el año, hasta el final del invierno, fue el aperitivo y el acompañante favorito de los monjes. Así, los chips hechos con vegetales secos o algas cubiertas con pasta de arroz son un alimento del templo por excelencia. Estos chips solo pueden hacerse en un día fresco y soleado. “Tan pronto como se cubren con pasta de arroz, los brotes deben colocarse al sol para que se sequen”, explica la abadesa. “Precisarán más tiempo si el sol no es muy fuerte. Tras la puesta del sol, se colocan en una habitación caliente, con calefacción radial en el suelo, para secarlas más. Los brotes deben secarse mientras estén frescos, para que los chips queden sabrosos y no pierdan su color”. Cubiertos con pasta de arroz y completamente secos, los brotes se almacenan en un almacén o refrigerador a baja temperatura antes de que
Cultura y arte de Corea 25
se enfríen. Los chips así hechos quedan crujientes y sutilmente sabrosos, como si estuvieran recubiertos con mantequilla de buena calidad. No tienen un sabor intenso que satisfaga el paladar al instante, pero sí un delicado atractivo que invita a desear más. Al comer este platillo calmante , sientes que te has convertido en mejor persona sin darte cuenta. “El acto de comer está relacionado con la vida, la armonía, la virtud y la compasión. Lo que comes conforma tu cuerpo y tu personalidad”, explica la abadesa. Sus chips de toon rojo son bien conocidos tanto dentro como fuera de Corea. Su fama se debe en parte al actor estadounidense Richard Gere, quien quedó especialmente fascinado con este plato cuando visitó este templo y la abadesa preparó la comida.
Recetas sin excesos
1
También es un acto de autodisciplina usar el mínimo de condimentos pues equivale a renunciar al deseo de hacer el plato más delicioso.
26 Koreana Verano 2019
A continuación, la Venerable Gyeho hizo una ensalada de diente de león. Es conocido que el diente de león reenfoca la energía vital y es eficaz para aliviar la inflamación. Es una buena fuente alimenticia y crece bien en cualquier lugar, ya sea en los campos o en los caminos. La abadesa aseguró que comer diente de león que ha sobrevivido al invierno nos daría fuerzas, y sus hojas son las que más se utilizan en la cocina. Sirvió las hojas con salsa de soja y extracto de semilla de ciruela fermentado durante años en el templo. La ensalada tenía un regusto agradablemente dulce, cuyo secreto es el jugo de pera, pues ella usa jugo de pera en vez de azúcar, y extracto de semilla de ciruela en vez de vinagre. Las recetas de la Venerable Gyeho son simples pero tienen un sabor rico y denso. Tal vez para aprender el secreto de ese sabor famosos chefs de otros países viajaron hasta el templo para reunirse con ella. Entre ellos se encuentra Sam Kass, ex chef de la Casa Blanca que también fue asesor principal del presidente Obama en materia de nutrición, así como el famoso chef francés Éric Ripert. El pasado marzo, la reina Mathilde de Bélgica también la visitó para hablar de la importancia de llevar una dieta sana para la salud mental de los niños. Al preguntarle sobre sus reuniones con estos visitantes extranjeros, la abadesa respondió: “Ya sean del este o del oeste, los cocineros que piensan en el bienestar tienen una opinión similar sobre la comida: buscan un sabor natural”. Esta premisa se alinea con el auge del veganismo en Estados Unidos y Europa, y la comida del templo coreano podría desempeñar un papel en esta tendencia. La comida del templo ofrece tantos platos de diversos vegetales como plantas en las montañas. Los brotes de las ramas de castor aralia (Kalopanax pictus) son un manjar de primavera para los monjes. La Venerable Gyeho los incluye entre los tres mejores vegetales de primavera, junto con los
brotes de angélica coreana (Aralia elata) y de artemisa. Llamados gaedureup en coreano, los brotes de árbol de angélica son especialmente buenos para tratar problemas estomacales ya que favorecen la digestión y estimulan el apetito. Ricos en hierro y aminoácidos, también ayudan a mantener saludables las articulaciones de la rodilla. Aparte de los ingredientes frescos, se precisa un aderezo adecuado para preparar un plato sabroso. La abadesa utiliza solo tres tipos de condimentos: salsa de soja fermentada de tres a cinco años, aceite de sésamo y semillas de sésamo tostadas y molidas mezcladas con sal. Su receta también es muy sencilla. Los brotes simplemente se limpian, se escaldan y luego se sazonan con esos tres condimentos. Las recetas simples hacen una vida simple, explica, mientras que los alimentos cocinados con recetas elaboradas y extravagantes complican la vida. También es un acto de autodisciplina usar el mínimo de condimentos, porque equivale a renunciar al deseo de hacer el plato más delicioso. Sin embargo, hay algo a tener en cuenta. “Cuando hierves las verduras [jorim] o [jangajji] en salsa de soja u otros condimentos, agrega el aceite de sésamo al final, pero cuando prepares ensaladas o verduras [namul], échalo antes de añadir otros condimentos”, aconseja. En la vida, a veces nos tambaleamos entre un mar del dolor, heridos por las ásperas palabras de los demás o frustrados por nuestros propios fracasos. En esas ocasiones, tendemos a recurrir a la comida para consolar a nuestros corazones rotos y recuperarnos. Como practicante religioso, ¿la Venerable Gyeho también tendrá un plato así? La abadesa recuerda que a veces piensa en el estofado de pasta de soja que su madre cocinaba para ella cuando era una niña. Hecho con soja fermentada, ese plato es un alimento que apacigua el alma, no solo para ella, sino para todos los coreanos.
2
Alimentos reconfortantes
3
“Hablando de eso, ¿preparamos el guiso?” Pregunta la abadesa. Los devotos allí reunidos se animaron con sus palabras. Tras haber probado su ensalada de diente de león, sus brotes de arándanos sazonados y sus crujientes chips de toon rojo, probablemente sintieron que el estudio de cocina era un paraíso. “¿Te gusta este guiso? Usé pasta de soja fermentada durante cinco años en el templo”, explicó la abadesa. Su estofado de pasta de soja no era tan salado como muchos otros, y su sabor tenía una ligereza atractiva, al igual que el naengmyeon (fideos de alforfón fríos) estilo Pyongyang. La conversación entre la abadesa y los devotos me recordó al diálogo entre Buda y sus discípulos.
© Jinkwan Temple
1. La Venerable Gyeho cocina un guiso de verduras con pasta de soja fermentada durante cinco años en el templo. Ella heredó las auténticas recetas de comida del templo de su maestro, el Venerable Jinkwan, quien preservó y modernizó la tradición culinaria de los ritos del templo. 2, 3. Suryukjae, o Rito para la Liberación de las criaturas del Agua y la Tierra, en los terrenos del Templo Jinkwan. Durante la Dinastía Joseon (1392–1910), el templo realizaba este rito con patrocinio de la casa real. Este rito tradicional ha sido designado como bien cultural nacional intangible.
Cultura y arte de Corea 27
rePorTaJe eSPecIaL 5
Comida del templo: apartar el deseo y las falsas ilusiones
El ‘camino del té’ de un monje Desde antaño, la palabra coreana “dabansa” ha sido usada en los templos budistas en alusión a beber té con la comida. En su uso común significa “algo cotidiano” o “lugar común”. Como sugiere, beber té formaba parte integral de la vida monástica diaria, al igual que comer. Park Hee-june Presidente, Asociación Coreana de Cultura del Té Ahn Hong-beom Fotógrafo
Los monjes recogen hojas de té en el campo del Templo Seonam, ubicado al pie del monte. Jogye en Suncheon, provincia de Jeolla del Sur. Este templo es uno de los pocos en Corea que mantiene el método tradicional de cultivo del té.
28 Koreana Verano 2019
Cultura y arte de Corea 29
1
E
n los templos budistas, hay ciertas reglas que los monjes deben observar para suavizar los inconvenientes que conlleva la vida comunitaria. En los templos budistas coreanos tradicionales, que dan importancia a la meditación Seon (Zen) como camino hacia el despertar, el té es la parte central de todos los rituales monásticos. Los monjes beben té antes de comenzar el servicio de la mañana y honran a los patriarcas en el aniversario de su muerte con una taza de té. El monje a cargo de preparar el té es conocido como “dadu” o “dagak”, pues “da” significa “té”. La sala del té se llama “dadang”, y el tambor que suena para anunciar el momento de tomar el té, “dago”. “Tomar el té se ha convertido en una parte importante de los rituales monásticos, y no solo porque los monjes lo disfrutan”. El reino espiritual de la meditación Seon, se encuentra con el reino físico de beber té, lo que lleva a otro mundo espiritual donde el Seon y el té son uno. La esencia budista del
30 Koreana Verano 2019
2
té encarna la amplitud y profundidad de la vida en el disfrute rutinario de una taza de té.
epicentro de la cultura del té coreano
Cuando un ave voladora quiere descansar, una sola rama de árbol será suficiente. El nombre de la ermita Ilji en el templo Daeheung tiene ese significado. Situado en las laderas del monte Duryun, en el condado de Haenam, en la provincia de Jeolla del Sur, en el extremo sur de la península coreana, la ermita es el lugar donde vivió el Maestro Seon Choui (1786–1866), conocido como el “padre del té coreano” hace 150 años. Un día, en la primavera de 1830, Choui estaba hirviendo agua para el té en un brasero cuando un monje novato le preguntó cuál era la esencia del té. Citando su libro ‘Crónica del espíritu del té’ (Dasinjeon), Choui dijo: "El té se prepara con cuidado y dedicación, se almacena en seco y se elabora de forma limpia. El proceso de preparación del té se completa en la búsqueda de ese cuidado, sequedad y pureza”. Compuesto de extractos del libro de té de ‘Compendios de los tesoros comprensivos’ (Wanbao quanshu), un texto chino compilado por Mao Huanwen de la Dinastía Qing, el libro de Choui abarca todo sobre el té coreano, desde la recolección de las hojas hasta la higiene en el procesamiento del té. En el verano de 1837, otra persona le hizo a Choui una pregunta sobre la esencia del té. Era Hong Hyeon-ju (1793–1865), yerno del rey Jeongjo
3
1. El Venerable Yeoyeon (derecha) y su discípulo, el Venerable Bomyeong, recogen hojas de té en la plantación de Banya del condado de Haenam, provincia de Jeolla del Sur. Heredan el espíritu y el método del maestro Seon Choui, quien estableció la forma coreana de recolectar el té a finales de la dinastía Joseon. 2, 3, 4. Las hojas de té verde recién cosechadas se clasifican, se tuestan en un caldero de hierro y se frotan. Ese proceso se repite dos o tres veces. El Venerable Yeoyeon (derecha) y sus discípulos, procesan hojas de té recogidas de la plantación de Banya, ubicada cerca del Templo Daeheung, declarado como Patrimonio Mundial de la UNESCO.
4
de la dinastía Joseon. En respuesta, Choui compuso el poema ‘Oda al té coreano’ (Dongdasong), donde alababa el té cultivado en Corea por combinar el sabor y las propiedades medicinales del té chino. Choui agregó: “El camino del té es lograr la armonía entre el té y el agua, lo que conduce al camino hacia la justicia y la rectitud”. La ermita Ilji construida por Choui en 1824, que luego resultó ser su hogar durante 40 años, fue destruida por un incendio después de su muerte. No fue hasta 1980, cuando ya pocos recordaban ese lugar, que la ermita fue restaurada por completo. Siguiendo los pasos de Choui, el Venerable Yeoyeon se dedicó a cultivar y a preparar té en la ermita durante 18 años. Primero aprendió sobre las formas del té en el templo de Haein, donde ingresó al sacerdocio, y junto con maestros de té como el artista Heo Baek-ryeon y el luchador y monje independiente Choe Beom-sul, pertenece a la primera generación de teístas modernos en Corea. Choe llamó al té hecho por Yeoyeon “Banya Tea”, siendo banya la transliteración coreana de prajna, concepto budista que significa sabiduría o perspicacia. La mayoría de los libros sobre el té afirman que el mejor momento para recolectar el té es sobre el 20 de abril, mientras que Choui asegura que el mejor momento es en torno al 5 de mayo, Corea está en una latitud más elevada que las principales regiones productoras de té de China. Siguiendo su consejo, Yeoyeon comienza la primera cosecha después de abril en la plantación de té Banya, en las laderas medias del monte Duryun.
Cultura y arte de Corea 31
“Si el té es el corazón, entonces el tazón del té es el recipiente que lo contiene. Cuando tomo lentamente la taza de té, que brilla con la bruma de primavera en mis labios, su exuberante aroma agita mi corazón como un bosque de bambú bajo un cielo despejado”. 1. Un monje sirve el té en la ermita Ilji del Templo Daeheung, según la tradición del té de Seon Master Choui. Hervir agua limpia, preparar té a la temperatura óptima del agua y luego verter el té en una taza es un proceso que requiere gran atención y concentración. 1
Comunidad del té de Banya
En el invierno de 1996, los activistas sociales del condado de Haenam formaron un grupo llamado Namcheon Dahoe para aprender sobre el té de Yeoyeon. Continuaron con una comunidad de cultura del té que se reunía para las ceremonias del té y la práctica espiritual con Yeoyeon y, en 1997 comenzaron a cultivar un campo de té, que más tarde se convertiría en la plantación de té de Banya. El primer Dasinje, un ritual para la cosecha de té, se llevó a cabo en 2004 con el primer cultivo, pero continúa hasta el día de hoy. Es idóneo para apreciar y comprender mediante una taza de té que los cielos y la tierra, los seres humanos y todos los seres vivos están interconectados. El procesamiento de las hojas de té verde implica tostar, frotar y secar. Se sabe que Choui hacía cinco tipos de té, incluido el té de hojas sueltas y té comprimido con forma de galleta (caked tea). Yeoyeon también hace diversos tipos de té en base a la calidad de las hojas. Destaca la importancia de diferenciar los métodos de producción según el clima en el momento de la cosecha y la humedad de las hojas de
32 Koreana Verano 2019
2. Participantes de Temple Stay en el condado de Buan, provincia de Jeolla del Sur, beben té.
té, elementos básicos a considerar en el tostado, en vez de la temperatura del caldero. Principalmente produce té de hojas y té tostado, asado en un caldero de hierro sobre un fuego de leña. Con la experiencia adquirida al visitar muchos sitios nacionales y extranjeros de producción de té, su habilidad para controlar la intensidad del fuego y el tiempo de tostado en función de la calidad de las hojas de té supera la media. Después de tostar las hojas, Yeoyeon las enfría rápido y las frota ligeramente. El té elaborado con hojas rápidamente enfriadas mantiene un tono más verde. Con las hojas que se frotan ligeramente, el sabor sale más despacio para que el té pueda ser disfrutado durante más tiempo. Por otro lado, si las hojas se frotan con demasiada fuerza, los compuestos naturales se liberan al mismo tiempo, lo que produce un sabor más intenso y dificulta beber más de una taza. Yeoyeon sostiene que frotar las hojas con demasiada fuerza es el vicio de la producción de té en Corea. “El método de cocer al vapor y secar las hojas nueve veces se remonta al siglo XIX, cuando se usaba para hacer té caliente. Pero no es correcto para hacer té de hojas”, recuerda enfáticamente, explicando que no es el método tradicional de producción de té de los templos budistas. También subraya que las hojas de té deben secarse naturalmente. Yeoyeon es conocido por su lengua afilada al preparar té y en las reuniones de té. Recurre a extremas y severas advertencias, pues considera que sin una auto-reflexión completa, no podrá echar raíces una cultura de té adecuada. Afronta las dificultades y no se guarda las críticas, mostrando un lado áspero que contrasta con el sabor suave y profundo del té que prepara. Cuando Yeoyeon toma muestras de té recién cosechado, pone las
hojas de té en una taza pequeña, vierte agua caliente sobre ellas y espera unos minutos antes de tomar un sorbo. Este es el llamado “té lagrimal”. A medida que las hojas de té se mezclan con el agua y se vuelven suaves, el aroma fragante y el color verde se esparcen por la taza. Ese aroma recuerda el olor dulce de un bebé recién nacido, su color es un amarillo verdoso claro y su sabor suave y refrescante. El dulce sabor que emana hace que cierres los ojos con suavidad y disfrutes del cálido sol de primavera que llena tu boca y envuelve tu cuerpo. Los amantes del té definen ese estado como “los 84.000 poros que se sienten renovados”, que más efusivamente alude a “sentir alas bajo los brazos”.
El té conduce a la amistad
Durante más de 40 años, cada primavera he corrido a los campos de té, anhelando escuchar noticias de la primera cosecha. Los monjes vestidos con túnicas grises sobre el caldero caliente tostando hojas de té, poniendo su corazón y su alma en esa tarea, son siempre una perspectiva hermosa y reverente. Un año, cuando estaba visitando la plantación de té Daehan en Boseong, vi a un monje tostando las hojas de té junto al estanque, donde al final del día revoloteaban en el viento dos flores de cerezo. Era el Venerable Yeoyeon. La imagen del monje tostando las hojas de té lavadas con rocío al amanecer, me dejó un pensamiento profundo. Quería vivir como él. El aroma fragante que envolvía mi cuerpo cuando arrancaba las hojas, las ponía en el caldero y las tostaba, así como al entrar en la habitación donde se secaban, me hizo soñar con dedicarme a hacer té. Así que, inclu-
so a día de hoy, invariablemente me dirijo a los campos de té cuando abren las flores dobles de cerezo. De no haber sido por el té, nuestros caminos nunca se habrían cruzado. El té me ha permitido reflexionar sobre mí mismo, detenerme, y tomar un respiro de vez en cuando. ¿No es esto el prajna que ofrece el té? El té Banya de Yeoyeon nos hace reflexionar: ¿qué significa llevar una vida plena, disfrutar de una comida y saborear una taza de buen té? En 2017, cuando Yeoyeon cumplió 70 años, realizó una exposición con sus utensilios de té. En el prefacio del catálogo, escribió: “Si el té es el corazón, entonces el tazón de té es el recipiente que lo contiene. Cuando hiervo el agua, escucho el susurro del viento entre los pinos en la montaña iluminada por la luna, y cuando sirvo el té, mi corazón se pasea por el pequeño arroyo antes de asentarse en una roca. Cuando tomo lentamente la taza de té que brilla con la bruma de primavera en mis labios, su aroma exuberante agita mi corazón como un bosque de bambú bajo un cielo despejado”.
2
Cultura y arte de Corea 33
FOCO
1 Cortesía de Park Hong-soon
Ssireum: patrimonio inmaterial de la UNESCO En una solicitud conjunta sin precedentes, las dos Coreas lograron la inclusión del ssireum, un deporte tradicional común, en la representativa Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. Este esfuerzo intercoreano eleva la esperanza de mejorar las relaciones entre el Norte y el Sur. Park Hong-soon escritor independiente
34 Koreana Verano 2019
S
conocida como Gakjeochong, o “Tumba de los luchadores”, ubicada en la provincia de Jilin, al noreste de China. Los atletas allí representados tienen sus hombros juntos, y están ligeramente agachados a la altura de la cintura, en una posición idéntica a la del ssireum actual. No se sabe exactamente cuándo comenzó este deporte, pero el hecho de que ocupe parte sustancial de un mural de una tumba pintada en la primera parte del siglo V, deja entrever que surgió mucho antes. Ese mural indica que el ssireum tenía un significado más profundo que el de un mero deporte en la antigua sociedad coreana. El árbol que aparece en el lado izquierdo de la pintura es un “árbol sagrado”, como el que fue ampliamente adorado en las primeras civilizaciones en muchas partes
1. Escena de un mural de Gakjeochong (Tumba de los luchadores), que data de principios del siglo V durante el Reino de Goguryeo. Es el registro más antiguo conocido de ssireum, pero la posición de los luchadores es igual a la de hoy. Cortesía de Park Hong-soon 2. “Ssireum” del “Álbum de pinturas de género de Danwon” por Kim Hong-do (1745 – c. 1806). SXVIII. Tinta y color claro sobre papel, 26.9 x 22.2 cm. Esta famosa pintura de Kim Hong-do, pintor de la corte en la última dinastía Joseon, muestra a nobles, plebeyos y niños disfrutando de un combate. Tiene una composición circular equilibrada, y nítida expresión en rostros y movimientos.
Antigua evidencia
La evidencia más antigua del ssireum es un mural en una antigua tumba del Reino de Goguryeo (37 a. C. – 668 d. C.),
2
© Museo Nacional de Corea
sireum es un antiguo estilo de lucha coreano y un deporte tradicional. Una tela, llamada satba, se envuelve alrededor de la cintura y el muslo de los luchadores, que se aferran al cinturón de tela del otro. En cada combate hay que conseguir que cualquier parte del cuerpo del oponente por encima de la rodilla toque el suelo, y el primero en lograrlo puntúa como victoria. Los campeonatos de ssireum, que tienen lugar en un pequeño ring de arena, requieren reacciones rápidas, resistencia y una hábil coordinación de todo el cuerpo, especialmente manos, pies y espalda, además de gran resistencia física y mental. Pero para los coreanos, el ssireum es algo más que un deporte popular. Las competiciones han sido durante mucho tiempo parte integral de cada día especial en el calendario lunar, anunciando el comienzo de un festival o de una celebración festiva. En los viejos tiempos, todos en una aldea participaban, como competidores o espectadores. En muchos sentidos, el ssireum también ha tenido un significado social y comunitario que trascendió el talento y los intereses personales. Por eso se mantuvo incluso durante la primera parte del siglo XX, cuando Corea perdió su soberanía y gemía bajo la opresión colonial. En todo el país se organizaban competiciones durante un mes, y jugaba un importante papel a la hora de mantener la identidad étnica y cultural de los coreanos. Finalmente, hacia el fin del gobierno colonial, Japón prohibió este deporte por completo. La liberación y la consiguiente división territorial no disminuyeron la estatura del ssireum como legado común del pueblo coreano. En el sur, incluso antes de que fuera fundado el Gobierno de la República de Corea, fue seleccionado como parte permanente del festival deportivo nacional anual, y hubo competiciones a gran escala a nivel regional y nacional. Actualmente, aunque no está tan extendido como antes, muchas escuelas en todo el país todavía tienen equipos de ssireum, y los más entusiastas crean equipos a nivel privado que representan a regiones y corporaciones. De forma similar, en Corea del Norte, el ssireum sigue ocupando un relevante lugar como deporte y como importante pasatiempo nacional. Cada otoño, durante el periodo de vacaciones de Chuseok, celebran una competición nacional, mientras que las comunidades organizan combates en Dano o Día del Doble Cinco, en el mes de mayo. En tanto, en el Día Internacional del Niño, que se celebra el 1 de junio, programan otra competición nacional exclusiva para jóvenes atletas.
Cultura y arte de Corea 35
La inscripción conjunta de ssireum como patrimonio de la humanidad puede convertirse en un proceso real de reconciliación y unidad. del mundo. Ese árbol representaba el origen de la vida y un enlace que conectaba el cielo y la tierra. Las aves aposentadas sobre sus ramas simbolizaban un ser mediador entre este mundo y el otro. Obviamente, un combate de ssireum en curso junto a un árbol divino no era solo un evento deportivo, sino un ritual social. Además, un oso y un tigre se apoyan contra el tronco del árbol, y esos animales son símbolos primarios del mito fundador del primer reino coreano. El ssireum también aparece en muchos otros murales de tumbas antiguas. Por tanto, se asume que era popular entre los escalafones más altos de la sociedad, incluidas realeza y la nobleza, pero eso no significa que solo lo disfrutara una clase concreta. No hay detalles particulares en la ropa o en los peinados de los luchadores representados en los murales como para denotar un alto estatus social, por lo que parece
que también fue muy apreciado por la gente común. El libro ‘Historia de los Tres Reinos’ (Samguk sagi), una importante fuente histórica que data de 1145, describe que en Silla, un rival de Goguryeo, el heredero real Kim Chun-chu y el noble Kim Yu-sin mantuvieron un encuentro de ssireum, donde el primero terminó con la camisa-corbata arrancada. Según la “Historia de Goryeo” (Goryeosa), otra fuente importante que data de 1451, explica que a principios del siglo XIV el ssireum era disfrutado por todos, desde el rey hasta cualquier estrato de la escala social, incluidos cortesanos y guerreros. En ese momento, Goryeo estaba bajo dominio del Imperio mongol, lo que sugiere que los autores intentaron enfatizar el esfuerzo del pueblo coreano por consolidar su unidad e identidad internas mediante este deporte tradicional.
Solidaridad comunal
Una pintura de género llamada “Ssireum” de Kim Hong-do, artista de la era Joseon en el siglo XVIII, también muestra la función social de este deporte al unir a integrantes de todas las clases sociales y grupos de edad. Considerada como la pintura antigua más conocida sobre ssireum que se conserva en la actualidad, capta nítidamente el momento decisivo en que la victoria y la derrota están en juego. El luchador del fondo usa una técnica de mano para agarrar la pierna de su oponente, tratando de vencerle, mientras que el luchador en primer plano tuerce y levanta el cuerpo de su oponente con
1
1. Jo Myong-jin celebra su victoria en el XII Torneo Nacional Ssireum del Premio Grand Bull celebrado en septiembre de 2015 en el Ring de Lucha Coreana de Rungrado, Pyongyang. Un toro es el premio tradicional en los torneos ssireum. 2. Dos luchadores intentan derrotarse mutuamente en el Festival Open Ssireum de Corea celebrado en el gimnasio Andong, el 26 de noviembre de 2018. Ese día la UNESCO aprobó una solicitud conjunta sin precedentes de Corea del Sur y del Norte, para inscribir la lucha tradicional coreana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
© Noticias Yonhap
36 Koreana Verano 2019
2 © Noticias Yonhap
toda la fuerza su espalda en un intento por derribarlo. En una época en que se impuso un estricto sistema de clases, la vista de nobles y plebeyos, o de adultos y niños, todos juntos para disfrutar del combate, es realmente inusual. Bajo el nombre de “Lucha tradicional coreana (Ssirum / Ssireum)”, el ssireum fue incluido en la representativa Lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO el 26 de noviembre de 2018. Los 24 estados integrantes apoyaron por unanimidad su inscripción durante la 13ª sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, celebrada en Port Louis, Mauricio. La nominación conjunta de las dos Coreas resultó ser algo sin precedentes. El comité de la UNESCO reconoció la importancia social de este deporte y el hecho de que se haya mantenido vivo y sin cambios durante unos 1.600 años, tanto en el Norte como en el Sur de la península coreana. “Algunas regiones han desarrollado variantes, pero todas comparten la función social común del ssireum: mejorar la solidaridad y colabora-
ción de la comunidad”, observó el comité; al tiempo de resaltar que “esa inscripción conjunta marca un paso altamente simbólico en el camino hacia la reconciliación intercoreana”.
Un paso simbólico
Durante las últimas siete décadas, Corea del Sur y Corea del Norte han establecido diferentes sistemas sociales y han participado en enfrentamientos políticos y militares. En este contexto, la inscripción conjunta del ssireum como patrimonio intangible de la humanidad puede convertirse en una oportunidad práctica para avanzar más allá del vago sentido de una identidad compartida, hacia un proceso real de reconciliación y unidad. Equipos intercoreanos conjuntos ya han competido en eventos internacionales de deportes como tenis de mesa, fútbol juvenil y hockey sobre hielo, pero en su mayoría fueron eventos aislados. Si son capaces de programar competiciones regularmente, lograrán dar un gran paso hacia la paz y la reconciliación.
Cultura y arte de Corea 37
ENTREVISTA
Lee Jung-sung, ingeniero de instalaciones del artista de video Paik Nam June, posa frente al “M200” exhibido en el Tri-Bowl en Songdo Central Park, Incheon, en 2010. El trabajo de 1991 es un video-wall compuesto por 94 monitores. Tiene 3,3m de ancho y 9,6m de alto. © Noticias Bank
38 Koreana Verano 2019
El hombre que fue “las manos de Paik Nam June” Lee Jung-sung regentaba una tienda de electrónica en Seúl en 1988 cuando conoció a Paik Nam June, el padre del videoarte. Desde entonces y durante casi dos décadas, Lee fue el técnico de los proyectos de Paik y su principal colaborador. Estos días todavía se dedica a repasar el legado del difunto creador, cuyos trabajos preserva y restaura. Lim Hee-yun Periodista de Cultura, The Dong-a Ilbo Heo Dong-wuk Fotógrafo
E
n la sombra de Paik Nam June, el más célebre vídeoartista de la historia, estaba Lee Jung-sung. Su primer trabajo de colaboración consistió en una torre de 1.003 televisores titulada “Cuantos más, mejor” (Dadaikseon, 1988). En los siguientes 18 años Lee fue el encargado de instalar las obras de arte de Paik y, a medida que ambos recorrían juntos el mundo, se convirtió en su colaborador más cercano y en fuente de ideas del artista. Se podría decir que el cerebro de Paik Nam June se elevó junto con las manos de Lee Jung-sung, o que las manos de Lee Jung-sung lograron crear cosas increíbles gracias al cerebro de Paik Nam June. Lee vive a día de hoy en un estudio ubicado en un sexto piso en Sewoon Sangga, un vecindario cercano al arroyo Cheonggye de Seúl y a la rambla peatonal paralela que atraviesa el centro del distrito de Jongno. Su escritorio se encuentra al final de un abultado espacio repleto de estantes llenos de televisores viejos, piezas electrónicas y libros sobre Paik Nam June. Las manos que otrora dieron forma a “Cuantos más, mejor” estrechan cálidamente las mías.
Sembrar confianza
Lim Hee-yun: ¿Cuándo comenzó a trabajar aquí en Sewoon Sangga? Lee Jung-sung: Mi edificio en este complejo comercial se completó en 1968, pero yo llevaba viviendo en el barrio desde 1961. En aquel entonces había tiendas y talleres donde se vendían chatarra y piezas electrónicas, agrupados en edificaciones temporales que formaban una línea desde el área
de Jongmyo (el Santuario Real Ancestral) hasta la calle de Toegyero. Comencé a trabajar con la electrónica gracias a una radio a válvulas que tenía uno de mis hermanos mayores cuando vivíamos en Busan. Lim: ¿De una radio a todos esos televisores? ¿Cuándo vino a Seúl? Lee: Yo era joven y estaba realmente obsesionado con la radio de mi hermano. La escondía debajo de las sábanas y la dejaba puesta toda la noche mientras dormía. No podíamos permitirnos comprar pilas nuevas todo el tiempo, así que mi hermano siempre me regañaba por usarla. Esa radio era para mí tan mágica que al final me decidí a abrirla y observar todas sus piezas. Me gustaba tanto que le dije a mi familia: “esto es lo que voy a estudiar”. Mi hermana mayor vivía en una pequeña habitación alquilada en el barrio de Yeongdeungpo, en los suburbios de Seúl. Le dije: “no me importa si tengo que dormir junto a la puerta, por favor, solo dame techo y algo de comer”, y así terminé quedándome con ella. Debía tener unos 18 años cuando comencé a estudiar en el Instituto de Televisión Gukje en el barrio de Euljiro 2-ga. Después de terminar mis estudios en aquel centro llegué a Sewoon Sangga y conseguí trabajo. En aquel momento no era normal que la gente tuviera un televisor en casa. Era antes incluso de que existiera la cadena nacional de televisión KBS. La gente que podía permitírselo compraba un televisor para ver las transmisiones del Ejército estadounidense. Comencé instalando y arreglando estos televisores. Lim: Entonces, ¿cómo conoció a Paik Nam June? Lee: Tengo que explicar primero el contexto. En 1986
Cultura y arte de Corea 39
tuvo lugar la primera feria comercial de electrodomésticos de Corea. La Feria Internacional de Comercio de Seúl se inauguró en lo que hoy es el Centro de Convenciones COEX, en el barrio de Samseong-dong, y la competencia entre Samsung y LG era realmente intensa. Ambas corporaciones se medían en una batalla de ideas, bajo el más estricto secreto, para ofrecer la exhibición más innovadora en la gran inauguración. Samsung me encargó la instalación de un “muro de televisores”. Logré construir un muro con 528 de estos aparatos en poco tiempo, de modo que luego me encargaron hacer todas las pantallas para las principales tiendas de electrónica de Samsung en Seúl. Y luego llegó el año 1988. El Sr. Paik estaba buscando un técnico para que le ayudara a construir “Cuantos más, mejor” y acabó poniéndose en contacto conmigo, porque ya hacía ese trabajo para Samsung. Me preguntó: “¿Puedes hacerme uno con 1.003?” y por supuesto dije: “sí, lo puedo hacer”. Solo pensaba: “hice uno con 528, así que no tiene que ser una tarea imposible duplicar ese número”. En aquel momento no tenía ni la más mínima idea de lo importante que era Paik Nam June, ni de la vergüenza que supondría no poder lograrlo de cara a la comunidad artística internacional. La gente dice que la ignorancia es atrevida, ¿verdad? Lim: ¿Llevó a cabo sin complicaciones la tarea de “Cuantos más, mejor”? Lee: El Sr. Paik me encargó instalar los 1,003 televisores, y después se fue a Estados Unidos. Tan solo me dijo: “haz un
buen trabajo”. Era el tipo de persona que, si confiaba en ti, lo hacía al cien por cien. En aquel momento el mayor desafío a la hora de instalar televisores a tan gran escala era cómo gestionar la transmisión de video. Incluso en Japón solo había un dispositivo capaz de distribuir video para un total de seis televisores simultáneamente, y cada uno de esos aparatos valía 500 dólares. Era demasiado caro. Así que empecé a hacer el mío propio desde cero. Al final los 1.003 televisores funcionaron perfectamente en la fecha prevista para la transmisión en vivo. Aquella fue la mejor sensación que tuve, y creo que el señor Paik también estaba muy sorprendido. Más tarde, de vuelta en Corea, me confesó: “Si te soy sincero, pensé que habría sido un gran logro aunque solo hubieran funcionado la mitad”. Y luego me solicitó: “tengo que hacer otro trabajo en Nueva York. ¿Podrías hacerlo?” Y respondí: “claro que sí, ¿por qué no? El trabajo era concretamente “Fin de Siècle II”, una instalación para el Museo Whitney en 1989. Después de aquel trabajo el Sr. Paik me envió a Suiza, donde ni siquiera podía hablar el idioma. Tuve que instalar 80 televisores en una semana y, por culpa de mi enorme equipaje, repleto de piezas y herramientas de televisores, terminé atrapado en la aduana del aeropuerto de Zúrich. Discutí con el oficial de aduanas, hablando en coreano y haciendo señas con las manos y los pies. Terminé el trabajo en menos de cinco días y hasta pude salir y hacer un poco de turismo. Fue entonces cuando el Sr. Paik realmente llegó a creer en mi agilidad y capacidad de adaptación.
1
2
3
40 Koreana Verano 2019
4
Intercambio de ideas
Lim: Paik Nam June era artista y usted técnico. ¿Había algún problema de comunicación a la hora de trabajar Lee: Cuando trabajaba con el Sr. Paik, nunca tuvimos que usar nada parecido a un esquema oficial. Pasábamos mucho tiempo juntos en restaurantes y cafeterías. Donde quiera que viajáramos en el mundo, nos sentábamos durante horas discutiendo cosas y dibujando ideas en servilletas de restaurantes y manteles de papel. A veces incluso dibujábamos en los estuches de las cintas de vídeo y hasta en los paquetes de tabaco. Los diagramas y explicaciones que garabateábamos parecían las tablas de dígitos aleatorios que los espías usan en las películas, pero no había problema porque en realidad yo era el único que necesitaba entenderlos. Muchas obras de arte comenzaban con el Sr. Paik diciendo: “¿recuerdas lo que hablamos en aquella cafetería en Francia? ¿Podemos hacer algo de eso?” o, “lo que habíamos comentado en Nueva York, ¡probémoslo!”. La idea de “Megatron/Matrix” (1995), que incluía imágenes animadas con pantallas de video, surgió así. Un día acababa de terminar una exposición en el Centro Pompidou en París y hubo una recepción. Los dos nos inventamos una excusa, le dijimos al director del centro que no nos sentíamos bien y salimos. Fuimos directamente a un café cerca de la estación de Montparnasse y nos sentamos en el mejor lugar. Desde nuestra mesa había una vista directa de lo que entonces era la pantalla publicitaria de neón más grande de Europa. Era una
5 Cortesía de Lee Jung-sung
1. En esta foto de 1994, Paik Nam June y Lee Jung-sung prueban una versión previa de “Megatron / Matrix” en la oficina de Paik en Seúl. 2. Diagrama de las obras de Paik Nam June presentadas en la Bienal de Venecia de 1993. Paik representó a Alemania en la bienal de arte y recibió el León de Oro. 3. Dibujo de Paik Nam June como regalo para Lee Jung-sung. 4. Resumen del concepto de “Megatron/Matrix” (1995) dibujado por Paik Nam June en un mantel de papel de una cafetería junto a la estación Montparnasse de París. El primer “Megatron/Matrix” es propiedad de Smithsonian American Art Museum en Washington, DC, el segundo del Museo de Arte de Seúl y el tercero del Museo de Arte Olímpico de Seúl. 5. “Torre” (2001) expuesta en “LETTRES DU VOYANT: Joseph Beuys x Paik Nam June” en HOW Art Museum, Shanghái, en 2018. Lee Jung-sung pasó dos semanas instalando las obras de Paik para esa exposición. Cortesía de Lee Jung-sung.
mesa en la ventana que solo se podía conseguir pagando por adelantado, incluyendo una generosa propina al camarero. Allí nos sentamos a mirar por la ventana y creamos el plan para esa obra de arte. Lim: Cuando empezó usted era un técnico. ¿Cómo logró entender el mundo creativo de Paik Nam June, cuando ni siquiera la gente en el ámbito del arte de aquel momento lograba comprenderlo del todo. Lee: Voy a darle la vuelta a la pregunta. ¿Usted entiende las pinturas de Picasso? No existe una respuesta correcta a la hora de apreciar las obras de arte. Solo es necesario sentirlas uno mismo, como “eso es divertido” o “eso se ve bien”. Al principio yo hacía de forma pasiva lo que el Sr. Paik me pedía que hiciera, pero a partir de cierto momento empecé a proponer mis ideas con franqueza. Si tenía que decir: “creo que sería bueno si agregáramos algo como esto, ¿qué piensas?”, él respondía: “oye, amigo, deberías haberlo dicho desde el principio”. Y entonces comprendí: “ah, si sugiero
Cultura y arte de Corea 41
mis ideas de antemano él puede decidir si aplicarlas o no”. Y así fue. Al intercambiar opiniones así tan libremente, también me sumergí con él en su mundo artístico. Cuando salíamos juntos al extranjero nos quedábamos despiertos hablando toda la noche. Cuando fuimos al barrio coreano en Nueva York, él reservaba una mesa para seis personas en un restaurante. Íbamos los dos, pedíamos lo suficiente para seis u ocho personas y charlábamos hasta las 4 o las 5 de la mañana. El Sr. Paik generalmente se levantaba a mediodía y para él era una rutina trabajar de noche, por lo que incluso a las dos o tres de la madrugada estaba despierto y con los ojos brillantes. Lim: ¿De qué hablaban durante tanto tiempo? ¿Qué tipo de persona era Paik Nam June? Lee: En nuestras conversaciones los temas saltaban de aquí a allá, igual que los frijoles secos cuando rebotan sobre suelo duro. Por ejemplo, estábamos hablando de cómo vivían ahora sus antiguos compañeros de clase, o cómo se desarrollaba la política coreana, y de repente la conversación pasaba a “¿de qué va la novela Tierra de Park Kyung-ni?”. Él tenía un conocimiento muy amplio de lo que estaba sucediendo en Corea gracias a las pilas y pilas de periódicos que leía. Una de mis tareas era reunir un montón de periódicos todos los días, desde el New York Times y el Washington Post hasta todas las cabeceras coreanas, y llevarlos a su casa. Él leía todos ellos en detalle.
Conservación y Restauración
Lim: Hace mucho tiempo que pudieron empezar a funcionar los televisores de “Cuantos más, mejor” en el Museo Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo de Gwacheon, en la provincia de Gyeonggi. La situación parece haberse estancado debido a las opiniones enfrentadas en el mundo del
Cuando el Sr. Paik estaba aún vivo, un día le pregunté: “¿qué hacemos si se rompen los televisores?” y él simplemente respondió: “cuando eso suceda, los reemplazaremos por otros que funcionen”. 42 Koreana Verano 2019
arte acerca de los métodos de restauración, como la sustitución de los monitores. Lee: Hay varias formas de hacer esto. El primer método sería reemplazar los televisores por pantallas de tubo Braun, pero es una opción muy difícil al tratarse de una pirámide que mide 19 metros de altura. El método que más me convence es reemplazar los antiguos tubos Braun con pantallas LCD. Pero choca con la opinión de que los LCD de pantalla plana arruinarían las líneas curvas de los sistemas de tubos Braun de la obra original. No estoy de acuerdo en esto. Cuando se trata de arte multimedia, ¿no está el espíritu del artista en el software, en vez de en el hardware? “Rapsodia de Seúl” (2001), en el Museo de Arte de Seúl, se construyó con pantallas planas. Cuando el Sr. Paik hizo “Cuantos más, mejor” no usó los juegos de tubos de Braun porque le gustaran más. Fue porque eso era lo que había en aquel momento, y por ello no pudo evitar usarlos. Por tanto, no estoy de acuerdo con la opinión de que reemplazarlos supondría dañar el trabajo original. Cuando el Sr. Paik estaba aún vivo, un día le pregunté: “¿qué hacemos si se rompen los televisores?”, y él simplemente respondió: “cuando eso suceda, los reemplazaremos por otros que funcionen”. Si él viera la situación actual, estoy seguro de que le produciría risa. En algunos círculos la gente incluso insinúa que la obra se debe desarmar por completo. Pero si hacemos eso, a la larga terminaremos siendo el hazmerreír de la comunidad internacional. Lim: ¿Se necesita mucho para mantener las obras de Paik Nam June? Y… ¿en qué trabaja estos días aparte de eso? Lee: No hace mucho trabajé en restaurar la obra “108 agonías” (1998) en Gyeongju. Estaba tan dañada que me llevó una semana entera. También me ocupé de “Barco tortuga fractal”(1993) en el Museo de Arte de Daejeon. Recientemente fui al Museo Whitney en Nueva York para ayudar con la conservación de “Fin de Siècle II”. Además, doy consejos a jóvenes artistas que comienzan y ocasionalmente imparto conferencias. Este otoño hay una gran retrospectiva de Paik Nam June en Nanjing, China, y es posible que trabaje allí. También tengo que seguir poniendo mi corazón y mi alma en la organización de su archivo. Lim: La era de YouTube está en pleno apogeo. ¿Cómo ve el arte de Paik Nam June desde el punto de vista actual Lee: Él fue acumulando deudas para crear obras de arte innovadoras, pero con la tecnología actual habría hecho un montón de creaciones realmente inusuales. En sus últimos años dejó de hacer videoarte y trató de dedicarse al arte láser, pero el coste era muy elevado. Estuvo a punto de probar láse-
res de uso militar. Si los láseres y los LED hubieran estado disponibles cuando el Sr. Paik creaba, probablemente habríamos descubierto otro Paik Nam June, completamente distinto al que conocemos. Lim: ¿Aún recuerda a veces los días en los que trabajaba con Paik Nam June? Lee: Por supuesto. Yo no era más que un técnico, pero cuando trabajaba con el Sr. Paik en sus obras de arte viajaba por todo el mundo y no me faltaba de nada. A decir verdad, incluso ahora, una o dos veces al mes, aparece en mis sueños y trabajamos juntos en algo completamente nuevo. En los sueños nunca volvemos a trabajar en las obras del pasado. Tal vez su insistencia de buscar siempre lo nuevo perdura de algún modo.
Lee Jung-sung en su estudio de Sewoon Sangga, edificio comercial en el centro de Seúl. Su estudio está repleto de televisores viejos y piezas electrónicas coleccionadas por él. Lee afirma que, aún a día de hoy, una o dos veces al mes sueña que trabaja con Paik Nam June.
Cultura y arte de Corea 43
CRÍTICA DE ARTE
Organismo estético de hormigón
El diseño se inspiró en la intensidad del lugar. El arquitecto comprendió que, al observarlos entre el silencio de esta isla en el extremo oriental del territorio coreano, los movimientos de las estrellas, la luna, el sol y el horizonte eran mucho más deslumbrantes. Naturalmente imaginé una estructura similar a una herramienta celestial con fenómenos cósmicos y terrestres. Lim Jin-young CEO, OPENHOUSE Seúl; Periodista de arquitectura
44 Koreana Verano 2019
L
legar a la isla de Ulleung es casi un reto. Se tardan siete horas completas desde Seúl, viajando en tren y en barco. Las mareas pueden ser tan complicadas que los barcos a menudo no pueden navegar, lo que hace que la isla sea inaccesible hasta 100 días al año. Sin embargo, su prístino paisaje bien merece la pena el viaje. Sus magníficas montañas rocosas abruman a cualquiera que pise por primera vez la isla, al dar la sensación de haber trascendido tiempo y espacio. El monte Chu, a 430 metros de altura en el acantilado noroeste de la isla Ulleung, es la culminación de este paisaje. El flujo del mar y la montaña, la puesta del sol y el amanecer, la luna y las estrellas se ven increíbles. Healing Stay Kosmos se encuentra en un acantilado hundido hacia el mar. Diseñado por el arquitecto Kim Chan-joong, el complejo abrió sus puertas en 2018. Posee dos alas: Villa Kosmos es una colección de villas con piscina que forman un torbellino de seis aspas, mientras que Villa Terre es un edificio tipo pensión con cinco secciones abovedadas que se alinean como formando olas. La revista de diseño del Reino Unido Wallpaper* seleccionó a Healing Stay Kosmos como ‘Mejor hotel nuevo’ en los Premios de diseño Wallpaper* 2019.
Seis vistas diferentes
© Kim Yong-kwan
En su búsqueda por crear una obra asimilada al entorno natural, Kim Chan-joong tuvo la idea de utilizar movimientos celestes. Obtuvo datos de la computadora del observatorio astronómico del gobierno coreano para trazar la trayectoria del sol y la luna, y cuando rastreó sus movimientos en la tierra, convergieron en forma de espiral. Añadió el monte Chu, la roca sobre la que cae el sol en el solsticio de verano, el puerto y el bosque, para formar seis puntos de orientación principales. Así, cuando las aspas que miraban hacia el exterior con seis vistas diferentes convergían en un solo círculo, creaban un edificio circular sin jerarquía direccional. Por tanto, Villa Kosmos es un torbellino orientado a seis vistas diferentes. En la primera planta hay un espacio comunitario que incluye restaurante y sauna. Al subir la escalera central circular, se aprecia que cada hoja forma una habitación de huéspedes. La puerta de cada habitación se
La isla de Ulleung está a 217 km de la ciudad de Pohang, en la costa este. Al noroeste de la isla, sobre un acantilado hacia el mar, se alza la sensacional obra del arquitecto Kim Chan-joong, Healing Stay Kosmos, de increíble armonía con el entorno natural.
Cultura y arte de Corea 45
aire acondicionado (HVAC, por sus siglas en inglés) y difusores se integraron en la pared, y tuvieron que crear muchas maquetas para hacer esto realidad. El techo perforado deja entrar el viento y la luz, creando un espacio estético que simula la piel de un animal vivo. Más que cualquier otro elemento, la curva suave y delgada que sirve de techo y pared, con 12 cm de espesor, hace de Kosmos una presencia etérea en la tierra. Es una maravilla que el concreto pueda ser tan delgado y haya sido modelado de tal forma. La delicada belleza constitutiva de Kosmos deriva de su material: hormigón de ultra alto rendimiento (UHPC). Este nuevo hormigón fundido en el sitio fue usado aquí por primera vez para construir edificios. El UHPC se caracteriza por su alta intensidad, por una alta densidad y alta durabilidad. Incluso sin las barras de refuerzo de acero, bastaría usar fibra de acero como refuerzo para obtener la intensidad necesaria. Con tan elevada resistencia a la compresión y a la tracción, se pueden hacer estructuras muy delgadas. Así, el arquitecto probó nuevas tectónicas para el hormigón, hasta entonces reservadas en gran medida para proyectos de ingeniería civil.
Un reto agridulce
© Kim Yong-kwan
Monte chu visto desde una ventana arqueada de 6M de alto, que refleja su forma, en una habiración de villa kosmos. El edificio se asemaja a un remolino de seis cuchillas, de las que nacen distintas habitaciones con diferentes vistas.
46 Koreana Verano 2019
abre a una pared curva y, a medida que recorre la pared, emerge lentamente una ventana. Es una enorme ventana vertical al final de la sala, que ofrece muy buena vista. Su arco curvo se hace eco de la forma del monte Chu. Para que el edificio se pareciera más a un objeto de arte, Kim escondió gran parte de su maquinaria principal en las paredes, a fin de que el edificio fuera percibido como un espacio único, como un organismo natural único. Desde la etapa de diseño, los sistemas de iluminación y calefacción, ventilación y
La aplicación de UHPC fue todo un desafío y un experimento en cada etapa de diseño y construcción. La selección del nuevo material por parte del arquitecto se basó en el edificio PLACE 1 de KEB Hana Bank en Samseongdong, Seúl, diseñado aproximadamente a la vez. Tanto PLACE 1 como Healing Stay Kosmos comenzaron con la pregunta: “¿Es posible una arquitectura más fina y delicada?”. Y tras numerosas simulaciones y consultas de ingeniería, lograron diseñar un nuevo método. PLACE 1 es un edificio renovado que integra muchas sucursales y oficinas bancarias. El arquitecto construyó un “núcleo abierto lento” con espacios culturales en cada piso, donde las personas pueden reunirse para transformar el espacio del banco después de que cierre a las cuatro de la tarde. Se hizo una propuesta para construir terrazas alrededor del edificio
y envolver el exterior con paneles voluptuosamente curvados. Cada panel es un componente modular grande de unos cuatro metros cuadrados, extrayendo un metro hacia afuera y sangrando 50 centímetros hacia adentro. El equipo de diseño buscaba un material liviano que pudiera aplicarse al edificio existente y se quedó extasiado cuando dieron con UHPC. Pero su alegría duró poco para el doloroso viaje que les esperaba. El problema era que no existía ningún precedente de verter UHPC en un molde para crear una forma curvilínea. Entonces, el arquitecto tuvo que liderar todo el proceso, desde crear los moldes para los módulos hasta extraerlos y levantarlos. Para demostrar la via-
bilidad de crear y erigir los módulos UHPC, realizaron cinco maquetas con el equipo de ingeniería, incluyendo al contratista, al fabricante de encofrados, a la oficina de diseño estructural y al fabricante de UHPC. Todo el proceso llevó seis largos meses. Casi a la vez, decidieron hacer un uso más proactivo del material en Healing Stay Kosmos, pues el UHPC parecía óptimo para crear delgadas formas de delicada belleza. El encofrado del UHPC sobre el sitio, nunca antes intentado, fue realizado por el Instituto de Ingeniería Civil y Tecnología de Construcción de Corea, que creó la marca única K-UHPC junto con Steel Life Co. Ltd., que había fabricado 45.000 paneles exteriores amorfos para
Villa Kosmos tiene forma de torbellino de seis aspas, con techo curvo y paredes de solo 12 cm de espesor. Un nuevo material llamado “concreto de ultra alto rendimiento” (UHPC) hizo posible crear líneas tan finas y sutiles.
© Kim Yong-kwan
Cultura y arte de Corea 47
“Si la tectónica de la arquitectura tiene que ver con la legitimidad de la relación entre materiales y método de construcción, es hora de que la tectónica del concreto cambie”.
© Kim Jan-di, design press
El arquitecto Kim Chanjoong es conocido por experimentar con nuevos materiales. System Lab, la firma de arquitectura que dirige, fue incluida en el Directorio de Arquitectos 2016 de la revista de diseño del Reino Unido Wallpaper *.
Dongdaemun Design Plaza y el contratista Kolon Global. El arquitecto dirigió todo el proceso, que involucraba el cálculo de densidad del UHPC, la medición de la presión de los moldes y la revisión en el sitio mediante muchas maquetas para desarrollar moldes que pudieran dar vida al diseño, al tiempo de coordinar el equipo de ingeniería. El factor decisivo fue si los moldes podrían soportar la significativa presión aplicada al verter el concreto, considerando la alta densidad del UHPC, que fluye como el agua. Si las cosas salían mal, los moldes podrían romperse. Además, para construir una arquitectura amorfa tridimensional, los moldes tenían que funcionar en un solo intento. Nunca antes se había aplicado UHPC a la estructura de un edificio. Durante los tres días y dos noches en que se llevó a cabo el proceso de vertido, todos contuvieron la respiración esperando lo mejor.
La tectónica del hormigón
Los gráficos de Kim Chan-joong y su empresa, The System Lab, siempre van acompañados de un informe de planificación para fabricación y construcción. El propósito del informe es reflexionar sobre la construcción del edificio y buscar soluciones óptimas y racionales. Los arquitectos no pueden decidir la estética solos;
48 Koreana Verano 2019
han de investigar métodos de construcción adecuados para sus proyectos y aplicar la tecnología idónea para ejecutarlos. El método que Kim Chan-joong llama “artesanía industrial” provoca empatía emocional mediante la innovación tecnológica y de materiales. En su libro ‘Concreto y cultura: una historia material’, Adrian Forty, profesor emérito de Historia de la arquitectura en The Bartlett, University College London, opina que el concreto no es un material sino un proceso. El hormigón fue el material universal que dio origen al estilo internacional de la arquitectura, y ahora podemos encontrar un nuevo tipo de estructuras de hormigón gracias a nuevos métodos. En ese sentido, Kim Chan-joong, en constante búsqueda de la solución óptima, está a la vanguardia no solo del diseño arquitectónico, sino también del diseño del proceso de construcción. “El UHPC es emocionalmente distinto del sólido, voluminoso y pesado sistema estructural de concreto que conocemos”, afirma Kim. “Si la tectónica en la arquitectura tiene que ver con la legitimidad de la relación entre materiales y método de construcción, es hora de que la tectónica del concreto cambie”. El intento de un arquitecto por descubrir y aplicar un nuevo material está destinado a crear nuevas sensibilidades.
PLACE 1 de KEB Hana Bank, ubicado en Samseong-dong, Seúl, tiene el apodo “ventosas de pulpo”. Su superficie cuenta con 178 discos de 2 metros de diámetro que rotan lentamente, acentuando la vitalidad del edificio.
© Kim Yong-kwan
Cultura y arte de Corea 49
GUARDIÁN DEL PATRIMONIO
Herrero forja homi con fuego, aire y agua
1
Durante medio siglo, Seok No-gi ha trabajado como herrero en Yeongju, una pequeña ciudad asentada en una meseta donde convergen ondulantes cordilleras. Sus aperos de labranza artesanales, llamados homi, tienen una gran demanda online en tiendas globales como e-Bay o Amazon. Su arado manual con cuchilla en ángulo es una versátil herramienta de jardinería, y más útil que una azada normal. Kang Shin-jae Escritor independiente Ha Ji-kwon Fotógrafo 50 Koreana Verano 2019
“ C
uando escuché por primera vez que se vendían grandes cantidades de mi homi en Amazon, pensé en un grupo de mujeres coreanas de mediana edad arando la tierra en la jungla del Amazonas”, recuerda Seok No-gi. El único “Amazon” que el herrero conocía hasta entonces era la selva tropical. Pero pronto se familiarizó con “el otro Amazon” cuando sus homi fueron elegidos como una de las diez mejores herramientas de jardinería de esa tienda en línea internacional, y le otorgaron la etiqueta de “Amazon’s Choice”(Favorito de Amazon). El año pasado, más de 2.000 azadas de mano producidas en su herrería llegaron a clientes de todo el mundo a través de esa popular tienda en línea. Mientras habla, Seok contempla su sencilla herramienta con el logotipo de Youngju Daejanggan (Herrería Yeongju). Pero no parece comprender plenamente la naturaleza de este fenómeno. “Escuché que en muchos países extranjeros donde la jardinería es un pasatiempo popular, tienen herramientas manuales como paletas y rastrillos, pero nada parecido a esto, con una hoja en ángulo”, afirma. “Parece que el mango curvo de homi induce menos presión en la muñeca y los trozos de arcilla no se adhieren tanto a la hoja como con una pala normal”.
Herramienta de horticultura estilo coreano
La historia de uso de esta herramienta coreana autóctona en el extranjero es más que una simple sorpresa, al menos para las generaciones de coreanos que recuerdan a sus madres mientras las usaban para trabajar en el campo. El homi solía ser una necesidad en cada granja para tareas agrícolas concretas, que en su mayoría eran realizadas por mujeres. Las madres salían a los campos temprano por la mañana y trabajaban todo el día hasta el atardecer. Usando esa pequeña pero versátil herramienta, alzaban la tierra para plantar las semillas de los cultivos del año, eliminaban las malezas que pudieran dificultar su crecimiento, excavaban los cultivos con su final puntiagudo y hacían surcos o los nivelaban con su redondeado borde.
1
2
Es imposible mantener el pecho y la espalda en posición vertical mientras se usa el homi. Enfrentarse a la tierra con una herramienta en la mano significa girarse hacia la tierra con el cuerpo laxo y encorvado. Las espaldas encorvadas de las madres que trabajan en los campos recuerdan a la hoja curva del homi. Hay algo triste en esa redondez, es como la inclinación de una persona que intenta enderezarse pero no puede. Solo ver las espaldas que trabajan para preparar la tierra hasta ver crecer la vida, despierta emoción. Por tanto, al conocer al herrero que lleva 52 años creando incontables homis, vienen a la cabeza múltiples preguntas. ¿Qué verá en su trabajo? ¿En qué piensa cuando da forma y moldea una pieza de metal caliente? ¿Qué piensa de un trabajo que le obliga a estar en comunión con el agua, el fuego, el aire y el metal para producir un arado manual?
uso individualmente distinto
“Con una cuchilla como esta, parece que la suciedad se amontonará en vez de separarse. ¿Podrías hacerlo más plano aquí? ¿Y con la punta más afilada?”, pregunta un cliente mientras examina un homi de un estante. Desea que el borde convexo de la hoja triangular sea aplanado y la punta afilada. Aparentemente acostumbrado a aceptar solicitudes, Seok toma la herramienta del cliente y se dirige al horno. Enciende el fuego con un golpe fuelle y cuando las llamas comienzan a
1. Herrería Yeongju, provincia de Gyeongsang del Norte. El herrero Seok No-gi afila la hoja de un homi, azada manual, para dar forma al metal calentado. Comenzó a trabajar como herrero a los 14 años y abrió su tienda actual junto a la estación de Yeongju, que opera desde hace 43 años, con solo 23 años. 2. Seok fabrica azadas de mano de diversos tamaños y formas. A menudo adapta sus productos a las preferencias de los clientes.
Cultura y arte de Corea 51
elevarse, las observa durante un rato antes de poner la herramienta en el horno. “Cada uno tiene su propia forma de trabajar con esta herramienta. Aunque puedan usar el mismo homi, la forma en que cada uno ara la tierra es diferente. Es por eso que algunos de mis clientes tienen un nuevo homi adaptado a sus preferencias tan pronto como lo compran”, explica, y agrega con orgullo: “Este lugar es distinto de una ferretería, que solo vende artículos ya confeccionados”. Observando el fuego, la mirada en sus ojos cambió en un instante, antes de tomar un par de pinzas y sacar la herramienta aún caliente. El fuego ardiente parecía seguir atrapado en el candente metal. Entonces coloca el metal en el yunque y comienza a golpearlo con un martillo, girándolo aquí y allá. El sonido metálico al golpear se cuela a través de la herrería y las chispas vuelan en todas direcciones. A medida que el resplandor rojo se desvanece, la hoja va cambiando de forma gradualmente, mientras el cliente asiente con aprobación.
Atrapar el momento
Ver las llamas tragándose un trozo de metal es similar a ver inducir una absorción al trance. Entonces, Seok pone en el horno un pedazo de hierro tan grande como el puño de un hombre y vuelve a observar las llamas. El hierro se derrite aproximadamente a 1.500 ° C, y el herrero debe aprovechar el momento en que el metal se vuelve maleable, justo antes de fundirse. El único medio para leer la temperatura dentro del antiguo horno de Seok, que carece de termómetro, es su intuición. “Observo el color del metal para leer su estado. Si todavía está rojo, tiene que calentarse por más tiempo. Si está rojizo como la luna significa que aún es demasiado duro, por lo que has de esperar hasta que se ponga tan blanco como el sol. Más allá de ese punto, sin embargo, el metal se derrite y no se puede hacer nada con él”, destaca. Mientras intentaba procesar su percepción de la luna como rojiza y del sol como blanco, empezaron de nuevo los golpes. Pero esta vez no era un martillo normal, sino un martillo de forja automático, que se movía arriba y abajo con ritmo regular. Seok colocó una pieza de metal caliente debajo para darle forma. El golpeteo rítmico de la máquina y el rápi-
1. Seok explica cómo usar las pinzas para poner las cuchillas dentro y fuera del horno, y el martillo para golpear el metal calentado en el yunque. 2. El herrero asegura que la parte más difícil de su carrera fue soportar el arduo trabajo día tras día. Sus dedos torcidos atestiguan la dureza de su vida.
52 Koreana Verano 2019
do movimiento de sus manos girándola repetidamente hasta obtener la forma deseada, bailaban en maravillosa armonía. Bajo ese ritmo creó una cuchilla triangular y, un trozo de metal, estirado como un caramelo, formó el vástago para conectar la cuchilla al mango. Después de que el metal obtuviera una forma aproximada, lo calentó nuevamente hasta afinar su talle y terminar la cuchilla. “En una fundición, las piezas se hacen vertiendo metal fundido en moldes, pero en una herrería es completamente distinto, pues el metal se calienta, se golpea, se estira y se forja a mano”, afirma Seok. Golpear implica una serie de procedimientos interrelacionados: controlar el fuego para remodelar el metal, controlar el aire, y transformar la calidad innata del metal. “El aire soplado por el fuelle crea pequeños orificios en el metal fundido. El golpeteo ayuda a rellenar esos agujeros y crea una densidad uniforme en toda la superficie. Es por eso que los herreros del pasado solían golpear el metal en bruto hasta cientos y miles de veces. Pero no he seguido mucho esa técnica, pues desde el principio opté por un martillo neumático”, recuerda Seok. Conocer el metal es un requisito previo para este trabajo. No importa cuán experimentado pueda ser un herrero, nunca puede discernir su calidad con solo mirarlo.
Golpear y templar
“No se puede saber con precisión cuán fuerte es una pieza de metal hasta que la calientas y la golpeas. Por más que parezcan iguales, todos los metales tienen propiedades distintas, al igual que hay muchas variedades de arroz. Algunos son fuertes pero se rompen fácilmente, mientras que otros son fuertes y resistentes a la rotura, lo que los hace buenos para las hoces o las espadas”, explica Seok. Para hacer su homi, Seok utiliza resortes de hojas recicladas de vehículos. “Mi material favorito es el acero, algo que otros herreros rara vez usan”, asegura. “El acero es tan duro y denso que es más difícil de manejar que el hierro. Pero las herramientas hechas de metal blando tienden a estar dobladas por los bordes en vez de ser afiladas. Usted perdería la confianza del cliente si vende esos productos. ¿Repararlos? Eso era posible en el pasado. Tradicionalmente un homi solía pesar unos 500 gramos, lo que significaba que había suficiente material para estirar los bordes y obtener una cuchilla más afilada. Aunque también podríamos añadir chatarra a los bordes y afilarlos. Pero hoy en día las personas prefieren herramientas más ligeras, que pesen entre 200 y 300 gramos, y son demasiado delgadas como para repararlas”. Seok opina que el valor de las herramientas metálicas se
1
determina mediante el templado, un método de tratamiento térmico basado en sumergir brevemente el metal recalentado en agua fría. Aunque el filósofo francés Gaston Bachelard describió el templado como el proceso de “encerrar fuego en el hierro con agua fría para encerrar a la bestia salvaje del fuego en la prisión de acero”, Seok afirma que más allá de la descripción, es una habilidad. Dependiendo de la naturaleza del metal, su espesor, temperatura y otras condiciones, el templado puede durar menos de un segundo o mucho más. Conocido como “la gloria suprema de la herrería”, es un proceso crítico que determina la durabilidad del metal. Tanto es así que antiguamente, los herreros completaban ese proceso en la tranquila soledad de la noche. De hecho, no les debió ser nada fácil negociar con esos dos extremos -el agua y el fuego- para obtener lo mejor del material.
La batalla contra uno mismo
Seok puso un pie por primera vez en una herrería con 14 años, cuando fue a ayudar a su cuñado que era herrero. Eran tiempos de tanta pobreza que, cualquiera que pidiera pres-
2
tado un saco de cebada en primavera, debía devolver saco y medio en otoño. Pero empezar como herrero no fue fácil. “Tienes que dar forma al metal antes de que se enfríe. Incluso cuando los pedazos de metal caliente caen en el dorso de tu mano, no hay tiempo para retirarlos porque si el metal se enfría, tienes que calentarlo de nuevo”, recalca Seok. “Un día, en mi adolescencia, cuando estaba aprendiendo el oficio, las chispas volaron hacia uno de mis ojos. Palpé el ojo con mi mano enguantada y vi que el guante estaba empapado de sangre. Cubrí el otro ojo con la mano para ver si todavía podía ver. Podía, así que seguí trabajando, pensando que al menos mi ojo no se había salido”. Al preguntarle cuál había sido el mayor obstáculo de su carrera, si el trabajo duro, las personas con las que interactuaba, los bajos ingresos o cualquier otra cosa, responde que el hecho de tener que seguir trabajando, sin importar qué pase. “Mi sueño era poder ganarme la vida y tener dos meses de descanso, o incluso un mes cada verano”, rememora.
Cultura y arte de Corea 53
“Solía preguntarme por qué tenía que trabajar en el horno cuando todos los demás parecían manejarse bien en otros trabajos. Mi queja fue en aumento cuando logré comprar una casa para mi familia. Decidí abrir una pequeña tienda en la esquina, pero finalmente abandoné ese plan. No estaba seguro de poder mantener a mi familia de esa manera. Pero trabajando como herrero, al menos podía mantener la cabeza fuera del agua”. Aunque había trabajado y luchado tanto por convertirse en un maestro herrero, también llegaron nubes oscuras en un momento dado. El desarrollo de las máquinas agrícolas redujo radicalmente la demanda de herramientas hechas a mano, y los productos chinos de bajo coste invadieron el mercado. Sin embargo, él se aferró a su oficio. “Algunos pueden dar por sentado que de cada mil homi, al menos uno puede tener un defecto. Pero yo no puedo aceptarlo”, comenta. “Puede ser uno de cada mil para mí, pero para el cliente es único, porque hoy en día pocas personas tendrían dos homi”. A medida que el sector remitía, trató de encontrar un nuevo mercado. En los viejos tiempos, cuando casi todo el trabajo se hacía a mano, fue lo suficientemente innovador como para invertir una suma considerable en comprar una casa y una máquina cortadora de metales. Esta vez, halló salida a la crisis al encontrar a alguien que podía administrar El templado se realiza sumergiendo el metal caliente en agua fría. Un herrero precisa larga experiencia y habilidades intuitivas para realizar correctamente un proceso que determina la resistencia del metal.
54 Koreana Verano 2019
sus ventas online. “Hace más de 10 años que empecé a vender online. A menudo me decían que algunos de mis homi se vendían en Estados Unidos. Cuando los clientes comenzaron a hablar sobre mis productos, hubo un aumento gradual de pedidos”, contrasta Seok. “Con el tiempo llegaron a Amazon, pero eso no sucedió de la noche a la mañana. Ahora, también se
La acalorada respiración del herrero mientras golpea el metal al rojo vivo se superpone con los suspiros lastimeros de las madres que trabajaban con sus dedos hasta el hueso, mientras cada una gasta una hoja de homi al año. exportan a Australia. Parece que hay buenas noticias todos los días... Pero actualmente la producción no alcanza a satisfacer la demanda. Ningún joven quiere aprender el oficio. Tengo algunas personas que me ayudan, pero son bastante mayores y no sé cuándo van a renunciar. Podría ser este mes, o el siguiente. También voy perdiendo fuerza cada año. Probablemente, la nuestra sea la última generación de herreros de este país”.
una vida honesta
Ahora sonríe mientras su rostro dibuja una mezcla de orgullo y arrepentimiento. “Me cuidé financieramente desde que tenía 14 años. Abrí mi tienda aquí mismo a los 23. Creé una familia, compré nuestra casa y crié a tres hijos, dándoles a todos una educación universitaria”, destaca. “Mi esposa y yo nunca tuvimos que pedir dinero prestado a otros. ¿Un hombre sin educación como yo hubiera podido convertirse en alguien importante como un político, un médico o un juez? 2 No, nunca he soñado con eso. Simplemente trabajé duro, y siempre me dije a mí mismo que no me quedaría atrás. Aunque tal vez nunca sea un líder, estoy satisfecho. Creo que he tenido una buena vida”. Seok hablaba de ser autosuficiente en un mundo donde constantemente deseamos lo que otros tienen. “Tal vez porque he pasado mucho tiempo ante el fuego, todavía tengo buena vista. A mi edad, todavía no necesito gafas para leer”, comenta entre risas. Iluminados por la fuerza de las llamas, sus ojos brillan como la luz de la luna, ¿o era la luz del sol? Ahí está él, con su físico pequeño pero sólido, con su rostro suave pero resuelto. Su voz se eleva con una excitación ronca a la vez que comparte su historia, mientras sus dedos se retuercen como los mangos curvos de los innumerables homi que ha creado. El hombre cuya vida fue forjada por el fuego y el hierro, me recordó nuevamente a las madres agachadas en
Elegidos como ‘Top Ten Tools’ de Amazon y bajo la etiqueta “Amazon’s Choice”, los arados de mano hechos por Seok No-gi son populares en muchos países.
cuclillas en los campos excavando la tierra con sus homi. La acalorada respiración del herrero mientras golpea el metal al rojo vivo se superpone con los suspiros lastimeros de las madres que trabajaban con sus dedos hasta el hueso, mientras cada una gasta una hoja de homi al año. Entonces entendí por qué mis ojos y mi corazón se detuvieron en los estantes de esa herrería, dispuestos con simples azadas de mano.
Cultura y arte de Corea 55
EN EL CAMINO
Tres senderos de montaña en Mungyeong Un paso de montaña tan elevado que incluso a las aves les resulta difícil sobrevolarlo. Un fuerte natural para defender la capital contra los ataques desde el sur. Son descripciones comunes del Mungyeong Saejae o “Paso de Aves de Mungyeong”. Realizaremos un recorrido por los senderos montañosos de esta espectacular zona del interior, usados por viajeros y emisarios siglos atrás. Lee Chang-guy Poeta y crítico literario Ahn Hong-beom Fotógrafo
56 Koreana Verano 2019
Mungyeong Saejae (paso de aves en Mungyeong), ofrece vistas del punto más alto de Great Yeongnam Road. Ubicado a unas dos horas en coche desde Seúl, este paso de montaña fue acceso vital de viajeros, y bastión militar desde el periodo de los Tres Reinos (57 aC - A.D. 668) hasta la Dinastía Joseon (1392–1910). Actualmente es un popular destino turístico, elogiado por su belleza natural y su rico patrimonio cultural.
Cultura y arte de Corea 57
1
1. Juheulgwan es la primera puerta de Mungyeong Saejae. Fue construida en 1708 junto con la fortaleza de la montaña Joryeong, después de que las invasiones de japoneses y manchúes revelaron la importancia estratégica del paso de montaña. 2. La fortaleza de la montaña Gomo fue construida en torno al siglo V d. C., cuando las batallas entre los Tres Reinos eran frecuentes. Los muros de la fortaleza original tenían 1,6 km de largo, y solo parte de ellos se conserva en la actualidad.
58 Koreana Verano 2019
A
proximadamente el 70 por ciento de la superficie de Corea es montañosa, y la mayoría de las cordilleras se componen de una serie de picos y cuencas hidrográficas. Curiosamente, los contornos en la parte más alta de una de estas cuencas pueden otorgar un carácter especial a la cadena montañosa. Si la corriente de agua se separa en la cima de una colina y fluye por los dos lados en diferentes ríos, el patrón de drenaje se considera ideal. Eso se observa en la cordillera que comienza en el monte Baekdu (también escrito Paektu), ubicado en la región más al norte de la península coreana. Forma una famosa dorsal llamada Baekdu Daegan, que significa “las Grandes Cordilleras de Cabeza Blanca”, que se extienden hacia el sur hasta el monte Jiri, a más de 1.600 kilómetros de distancia. Los excursionistas visitan muy frecuentemente este paraje montañoso. En 1861, durante la etapa de la Dinastía Joseon, el famoso geógrafo y cartógrafo Kim Jeong-ho (1804-1866) creó un detallado mapa topográfico de Corea utilizando una escala moderna. El mapa, que fue tallado en bloques de impresión de madera para su reproducción y amplia distribución, se denominó “Daedong Yeojido”, que significa “Mapa territorial del Gran Oriente”. En este icónico mapa, las formas del Baekdu Daegan y de los ríos y ciudades de la nación se asemejan a un dragón o a las curvas del símbolo rojo y azul del Taegeuk representado en medio de la bandera nacional de Corea. Esto refleja la visión de la naturaleza de Kim: la cadena de sierras que forman la columna vertebral de la península representa la naturaleza y la geografía de la nación, así como la base para comprender su cultura, sociedad, historia y medio ambiente. De hecho, el monte Baekdu aparece en el primer verso del himno nacional del país, y las canciones escolares aluden de forma poética y casi infalible a la idea de heredar la energía de las montañas cercanas.
La conexión con este y el otro mundo
Después de un trayecto de 20 minutos en coche al sur de Suanbo, un pueblo de aguas termales en Chungju, en la región central de Corea, se llega a una vieja localidad. Allí un camino sinuoso conduce a las ruinas de un antiguo templo llamado Mireuk Daewon (el Gran Monasterio de Maitreya), que mucho tiempo atrás fue todo un emblema de la gloria de la dinastía Goryeo (918-1392). Todavía quedan en pie una pagoda de piedra deteriorada y una estatua de piedra gigante del Bodhisattva Maitreya. Más allá de los terrenos del templo, los marcadores de piedra señalan el camino hacia Haneuljae (Paso elevado), una colina baja que conforma el inicio del sendero de la montaña más antigua que aparece en los registros históricos de Corea. La senda conduce a Mung-
2
yeong, que era el centro administrativo, de transporte y económico de la región. El bosque que se despliega a lo largo del sinuoso pasaje es denso pero no hasta el punto de agobiar al caminante. El sendero en sí es fácil y agradable, ralentizando los pasos del caminante de forma natural, mientras sus ojos descansan tranquilamente en los árboles de formas fantásticas y las flores silvestres que se abren paso entre las rocas. Aquí, cuando llueve, el agua fluye por el lado de la colina que da a Mungyeong, alimentando el río Nakdong, o en el lado de Chungju hasta llegar al río Han. El terreno en el lado de Chungju se llama Mireuk-ri (Aldea de Maitreya), la encarnación del siguiente mundo; mientras, el propio lado de Chungju se llama Gwaneum-ri (Aldea de Avalokitesvara), la encarnación de este mundo. El camino hacia Gwaneum-ri, desafortunadamente asfaltado, también está lleno de estatuas budistas de piedra. Siglos atrás Haneuljae se llamaba Gyerimnyeong, que significa “colina en forma de un gallo de pié”. La publicación “Historia de los Tres Reinos” (Samguk Sagi), que data del año 1145, registra que “En el año 156, el Rey Adala de Silla inauguró el camino en la colina del Gallo de Pié”. Sin embargo, los historiadores sugieren con cautela que fue una ruta trazada por los miembros de un estado tribal que vivía en esta zona antes de la Era Común. Para asegurarse el agua del río Han, que atraviesa la península de Corea, los tres reinos antiguos -Baekje, Goguryeo y Silla- lucharon por esta tierra durante cientos de años. En ese momento, Silla era un pequeño estado basado en la ciudad de Gyeongju y su autoridad en términos reales era aún débil. Aunque esta área era un punto importante en el camino entre las fronteras de los reinos, no siempre estaba protegida por muchos soldados. Desde tiempos remotos, los bienes producidos en las partes norte y sur de la península coreana eran transportados por este sendero montañoso. Además, este camino llevó a Ado (Ado Hwasang), el maestro monje de Goguryeo, a Silla,
Cultura y arte de Corea 59
donde introdujo el budismo. El pueblo de Morye, el hombre conocido como el primer converso budista en Silla que protegió al maestro Ado cuando llegó por primera vez para difundir esta doctrina, es hoy venerado como un lugar sagrado. Algunos habitantes de Silla viajaban a Changan (la actual Xian), la primera capital de la dinastía Tang de China, que disfrutaba de una época dorada en las artes y la cultura. La ruta más segura desde Gyeongju era dirigirse a Mungyeong pasando por muchas ciudades en el camino, cruzar Haneuljae hasta Chungju, viajar por el río Han hasta el puerto de la costa oriental de Dangeunpo y finalmente abordar una embarcación marítima en dirección norte. Los registros históricos revelan que los notorios monjes Wonhyo (617–686) y Uisang (625–702) de Silla realizaron al menos dos viajes de ida y vuelta por esta ruta. En el año 650 Wonhyo, de 34 años, partió junto a Uisang para cruzar Haneuljae en el camino con el objetivo de estudiar en Tang, China, pero ambos fueron capturados por guardias fronterizos en Liaodong, en el noreste del país vecino, y obligados a regresar. Una década después la pareja intentó de nuevo realizar el viaje, pero tuvieron que separarse mientras esperaban un bote en Dangeunpo. Wonhyo se vio obligado a regresar mientras Uisang continuó su viaje a Tang. Wonhyo descubrió que el agua dulce y fresca que había bebido en la noche, cuando estaba medio despierto, era agua de lluvia que se había recogido en un cráneo humano. Su comprensión de que todo
enclaves a visitar en Mungyeong
Chungju
depende de la mente está incluida en el libro “Biografías de los Eminentes Monjes Coreanos” (Haedong goseung jeon), publicado en 1215. A partir de entonces, en una época en la que la cultura dominante era la de las dinastías Tang y Sung, Wonhyo desarrolló un sistema de pensamiento único y protagonizó otros logros notables en el budismo coreano. Uisang, al completar sus estudios en Tang, regresó a Silla, donde contribuyó al florecimiento del budismo.
un camino más arduo
Durante la dinastía Goryeo, el Mireuk Daewon fue a la vez templo y popular destino turístico. Sirvió como estación de tránsito y también como posada para los funcionarios del gobierno que viajaban por negocios del Estado. El epitafio en la tumba de una dama con el nombre de familia Heo (1255– 1324), esposa de un hombre llamado Kim Byeon, nos ofrece una idea de cómo era la gente de esa época. Cuando su esposo murió, la mujer hizo construir un templo cerca de su tumba y encargó sutras iluminados hechos a mano, con tinta de plata y oro. Continuaron durante más de diez años las iniciativas para asegurar el bienestar de su esposo en la siguiente vida. Luego, a la edad de 57 años, acudió en peregrinación a los famosos templos y montañas. Entre sus destinos se encontraba el Mireuk Daewon. En Goryeo, donde el budismo era la religión del Estado, por lo general se trataba a los hombres y a las mujeres como iguales, de modo que no era raro
Haneuljae (Paso del cielo) Gran Monasterio Maitreya Monte Tanhang
1
2
Goesan
1 Taberna Mungyeong Saejae 2 Set abierto de filmación en Mungyeong Saejae
Monte Joryeong Mungyeong Saejae (paso de aves de Mungyeong)
3
4
Santuario chamánico en la fortaleza del 3 monte Gomo Túnel Temático 4 Schizandra
60 Koreana Verano 2019
Seúl 170km Mungyeong
Ihwaryeong (túnel de flor de pera)
Mungyeong
ver a féminas participar en tales peregrinaciones. Una subida de 40 minutos en dirección sur desde Haneuljae nos lleva a la cumbre del monte Tanhang. Desde aquí, siguiendo las suaves crestas y pasando varios picos entre los pliegues de las montañas, es posible observar Joryeonggwan, la tercera de las tres puertas del Mungyeong Saejae. Este lugar es también una zona de drenaje. Cuando el agua de lluvia del tejado de la puerta fluye por el lado noroeste hacia Chungju se une al río Han. Si cae en el lado sureste de Mungyeong, desemboca en el río Nakdong. El sendero en este paso de montaña une Chungju y Mungyeong desde Joryeonggwan en la parte superior, más allá de la segunda puerta de entrada, Jogokgwan, y finalmente hasta la primera puerta, Joheulgwan. Caminar desde Haneuljae hasta Mungyeong Saejae a lo largo de las crestas lleva medio día aproximadamente. Ampliamente explorado en los primeros días de Joseon, el Mungyeong Saejae fue durante los siguientes cinco siglos un famoso paso de montaña y parte importante de la carretera Yeongnam Daero (Gran carretera de Yeongnam) que se extiende desde Hanyang (hoy la ciudad de Seúl) hasta Dongnae (como se conocía a Busan). La pregunta es: ¿por qué la gente de Joseon pasó de preferir el camino de Haneuljae, que había sido utilizado durante más de mil años, al de Mungyeong Saejae, que tenía una pendiente mucho más pronunciada y una altitud unos 100 metros superior?
Jogokgwan, la segunda puerta de Mungyeong Saejae, fue construida en 1594 con muros de la fortaleza interior. Fue la primera de las tres puertas del paso de montaña y presenta un terreno más accidentado que el de las otras puertas.
Un camino para los eruditos confucianos
Haneuljae tenía la ventaja de ser una ruta hacia los puertos del río Han frecuentados por barcos que transportaban granos, ya fuera a modo de ofrenda o a pagar como impuestos. Sin embargo, a medida que Goryeo se desvanecía después del declive de la dinastía Yuan, que otrora había sido tan poderosa como para plantar cara a Japón, los piratas nipones se apoderaron de los mares. El saqueo de los piratas se volvió rampante y el tráfico marítimo disminuyó gradualmente. Cuando invadían los mongoles y los turbantes rojos, Haneuljae fracasó en su intento de servir como una línea de defensa. Por el contrario, el Mungyeong Saejae era un camino peligroso para el atacante, ventajoso en la defensa y una ruta más corta por tierra. Los piratas japoneses siguieron arrasando hasta la dinastía Joseon (1392–1910). El rey Taejong (r. 1400–1418), tercer gobernante de Joseon, utilizó la fuerza militar y el comercio para frenar a los piratas y también se enfocó en la construcción de una red de carreteras en todo el país para agilizar la comunicación y el transporte. Creó oficinas de correos
Cultura y arte de Corea 61
vigiladas (yeokcham), donde los funcionarios del gobierno que viajaban por negocios del Estado podían obtener caballos nuevos y alojamiento. A diferencia de Goryeo, que establecía estaciones o posadas en puntos naturales como altas montañas o cruces de ríos, Joseon las construyó sistemáticamente, una cada 30 li (aproximadamente 12 km) y una posada cada 10 li (aproximadamente 4 km). Fue en esta época cuando el Mungyeong Saejae se incorporó a la Gran Carretera de Yeongnam. Usar este paso de altura era más rápido que viajar por otras colinas o senderos de montaña. Resulta difícil de entender la decisión de no erigir muros de defensa cuando se construyó la carretera. Cuando las tropas japonesas invadieron en 1592 y avanzaron rápidamente hacia el norte no se las pudo contener en este barranco, que debería haber funcionado como un fuerte natural. Las fuerzas coreanas finalmente perdieron ante Japón en una batalla de caballería en el paso a la altura de Chungju. La noticia
de esta derrota llevó al rey Seonjo a renunciar a la capital y a refugiarse en Pyongyang, y más tarde se desplazó incluso más al norte. El año siguiente, por sugerencia del consejero jefe de Estado Ryu Seong-ryong (1542–1607), se construyeron dos puertas defensivas para proteger la carretera. Pero no fue hasta principios del siglo XVIII, después de la segunda invasión de los manchúes de 1636-1637, cuando fue establecido el sistema de tres puertas que perdura hasta hoy. Sin embargo, desde ese momento no hubo guerras importantes y las puertas sirvieron como sólidas defensas de las regiones externas y pasajes para los enviados que viajaban en misiones diplomáticas. Tanto Goryeo como Joseon sufrieron de forma inevitable las vicisitudes de la agresión extranjera y la guerra, pero la vida a lo largo del Mungyeong Saejae fue muy diferente en los dos períodos. En el Estado confuciano de Joseon, la mitad de las diez principales ciudades del país estaban ubi-
1
62 Koreana Verano 2019
Cuando las tropas japonesas invadieron en 1592 y avanzaron rápidamente hacia el norte no pudieron ser frenadas en este barranco, que debería haber funcionado como fuerte natural. cadas en la Gran Carretera de Yeongnam, y Mungyeong Saejae era el paso de montaña que simbolizaba algunos aspectos notables de la cultura de la dinastía. Durante el período de Goryeo los exámenes de la administración pública para la selección de funcionarios del gobierno (llamados gwageo) solo se realizaban ocasionalmente, mientras que en el período de Joseon se convocaban de forma regular, ya que en esa época aprobarlos era imperativo para tener éxito. Muchos eruditos confucianos de la región de Yeongnam –lo que hoy conforma las provincias de Gyeongsang- emprendían ese camino hacia los centros de examen con sus corazones llenos de esperanza. Los eruditos confucianos también usaban ese camino para viajar a la capital cuando querían expresar sus advertencias al rey y corregir faltas. Partían de Andong, la fortaleza confuciana, llevando consigo sus alegatos por escrito dirigidos al palacio. Se necesitaban como mínimo cuatro días para pasar el Mungyeong Saejae y al menos tres meses para regresar a casa con una respuesta a las apelaciones. Entre la primera y la segunda puerta hay un pabellón donde el gobernador provincial saliente de Gyeongsang se reunía con el recién nombrado gobernador para hacer la transferencia oficial de sus deberes. Frente a este pabellón se despliega una pequeña cascada que era una atracción muy popular para los poetas y artistas. Entre los grupos prominentes de personas que cruzaban
1. Tokkibiri (Rabbit’s Cliffside Road) es la parte con mayor pendiente de Great Yeongnam Road. Esta sección, tallada entre acantilados rocosos, está al borde de una pronunciada caída hacia el río Yeong. Las piedras de la superficie de la carretera se han desgastado por las innumerables personas que cruzaron esa carretera durante cientos de años. 2. Estatua de granito de Maitreya de 10,6 metros de altura. Se ubica en Mireuk Daewon (Gran Monasterio de Maitreya) frente a una pagoda de piedra de seis metros de altura y cinco pisos y un faro de piedra. El monasterio, probablemente construido durante la dinastía Goryeo temprana, combinaba las funciones de templo y de posada para los viajeros.
2
Mungyeong Sajae se encontraban las misiones diplomáticas a Japón. Tras dejar atrás las heridas de las invasiones japonesas de 1592 a 1598, Corea y Japón intercambiaron misiones diplomáticas para sellar la paz. Cada misión que partía de Joseon estaba compuesta de entre 400 y 600 individuos que representaban al país en las áreas de conocimiento y cultura. Los enviados salían de Seúl, pasaban por varias ciudades antes de cruzar el Mungyeong Saejae y se dirigían a Busan, donde abordaban los barcos.
El camino del anonimato
Tras atravesar la tercera puerta de Mungyeong Saejae, cruzar varios picos rocosos y caminar unos 90 minutos por un sendero empinado y lleno de escalones, se llega a la cúspide de un monte de 1.026 metros de altura, donde se halla Joryeong (Paso de Montaña del Pájaro, en coreano). A unos tres kilómetros de aquí cuesta abajo se encuentra Ihwaryeong (Paso de la Flor del Peral). Es otro lugar de drenaje. El agua que fluye por el lado de Goesan desemboca en el río Han, mientras la que fluye por el lado de Mungyeong va a parar al río Nakdong. El Ihwaryeong atravesaba una montaña tan peligrosa – estaba llena de animales salvajes- que la gente esperaba a reunir un grupo para poder ascender y descender juntos. Como era el único camino de este a oeste que conectaba Mungyeong en la provincia de Gyeongsang con Goesan en la provincia de Chungcheong, se puede decir con seguridad que existió desde tiempos remotos, aunque no hay registros históricos que lo certifiquen. El antiguo paso de montaña se convirtió en 1925, durante el período colonial japonés, en una nueva carretera para unir la región de Yeongnam con Seúl. Más tarde, cuando se construyó el túnel de Ihwaryeong en 1994 y la autopista anexa interior de Jungbu en 2001, devino en un pasaje tranquilo que ha ganado popularidad entre los excursionistas y los integrantes de clubes de ciclismo. Y a usted, ¿cuál de los tres caminos le gusta más?
Cultura y arte de Corea 63
UN DÍA CUALQUIERA
La felicidad de una juventud ‘afortunada’ Para la gente mayor de Corea, la generación de “lo primero es el trabajo”, hacer sacrificios por la futura felicidad de uno era más importante que el presente. Pero la generación más joven de hoy, prioriza la felicidad tangible en el momento presente más que en un futuro incierto. Así es como Yang Hye-eun planea su día mientras se prepara para comenzar su carrera. Kim Heung-sook Poeta Heo Dong-wuk Fotógrafo
64 Koreana Verano 2019
A
los veinteañeros coreanos se les llama la “Generación de las Tres Renuncias”. Este apodo que en coreano es sampo sedae, -como guiño a renunciar a las citas, al matrimonio y a tener hijos-, apareció en 2011. Desde entonces se ha transformado en “Generación Cinco”, “Generación Siete” y “Generación N”, siendo este último un número infinito de auto renuncias. Las generaciones mayores, que crearon en la posguerra el “Milagro del río Han” con el lema “si trabajas, lo lograrás”, se burlan de cómo se están evitando los hitos tradicionales en la vida. Pero cuando estaban en la veintena, la economía rugía y encontrar un trabajo era fácil, así que soñaban con un futuro mejor. Sin embargo, en los últimos doce años, el mercado laboral ha sido especialmente abrupto para los jóvenes. Incluso después de años de estudios para obtener un título universitario y certificaciones para obtener habilidades especiales, los trabajos a tiempo completo y bien pagados siguen siendo elusivos. Sentar las bases para el futuro parece haberse convertido en un privilegio para todos, pero una suerte para pocos.
Viaje hacia una meta
Ahora, a mitad de su veintena, Yang Hye-eun se prepara para el momento en que pueda conseguir el trabajo adecuado. “Las personas mayores dicen muchas cosas no muy agradables sobre mi generación, pero para ser honesta, no todos estamos interesados en lo que dicen. Probablemente porque estamos demasiado atareados como para preocuparnos por eso”, afirma.
Yang Hye-eun trabaja en unos guiones para un libro de texto en coreano en una cafetería en Hwayang-dong, Seúl. Mientras busca un empleo a tiempo completo, afirma que trabaja mejor en una cafetería que desde su casa.
Después de graduarse en la universidad, Hye-eun trabajó a tiempo completo en una empresa de reciente creación y fue bien valorada por sus habilidades. Pero renunció después de un año, dejando una atmósfera regida por “hacer las cosas solo como Ud. cree que es mejor”. Ella quería una ocupación con mejor estructura, mientras seguía reconociendo su creatividad. Durante su búsqueda de ese adecuado ajuste, Hye-eun ha realizado varios trabajos, incluyendo una tutoría y un voluntariado como docente en una galería. No tiene un verdadero descanso. Ella trabaja todos los días para permitirse vivir en Seúl, donde el coste de vida es elevado. Trabaja en una cafetería los fines de semana. Luego, cambia de trabajo para revisar libros de texto en coreano que serán utilizados en los Estados Unidos. “Técnicamente, a esto se le llama ‘trabajar desde casa’, pero normalmente trabajo en una cafetería con mi ordenador portátil”, dice. “Escucho una grabación en lengua coreana y me aseguro de que coincida con el guion, editando y rellenando cualquier tipo de signo o de palabra que falte”. Hye-eun espera unirse a una compañía alineada con sus objetivos finales de vida. “Quiero ser alguien que beneficie a la sociedad al transmitir belleza con un trabajo creativo, alguien que pueda dar una sensación de libertad a los niños o a los que tengan una vida difícil en casa a través de actividades públicas sin ánimo de lucro”. Para ello, escribe, dibuja y toma fotografías todos los días. Tal vez su propia experiencia explique por qué uno de sus objetivos es ayudar a personas con vida hogareña desafiante. La ciudad natal de Hye-eun está en la isla de Jeju, y cuando ella estaba en segundo año de secundaria sus padres se divorciaron. Después de eso, su vida se repartía entre ambos. Hye-eun creció en un hogar normal de clase media. Su padre era empleado bancario, su madre ama de casa y su abuelo terrateniente. Pero su padre acumuló deudas masivas por apostar y avalar deudas de otras personas. El abuelo de Hye-eun terminó perdiendo todas sus tierras y campos, y falleció meses después de desmayarse por el impacto provocado por todo esto. Las peleas entre sus padres aumentaron gradualmente y al final se divorciaron. Al no estar sus padres juntos, Hye-eun dependía de sus muchos parientes y aprendió a navegar por las complejidades de la vida. Hay un dicho que afirma que la gente tiene nueve rostros diferentes. Después del divorcio de sus padres, Hyeeun aprendió que ciertamente la gente tenía muchas caras con respecto a ellos. Como quería salir de Jeju, Hye-eun se propuso ir a una universidad en Seúl. Sus padres se oponían firmemente a que se fuera, pero sus dos hermanas mayores la apoyaron activamente. Gracias a esos ánimos fue capaz de obtener una beca completa para estudiar lengua y literatura coreanas en la Universidad de Hanyang. “Después de que mis padres se divorciaran, me pareció que ya no había ninguna valla protectora a mi alrededor, así que viví de forma muy independiente”, recuerda. “Pero entonces, cuando vivía en una pequeña habitación o gosiwon tratando de mantenerme al día con mis estudios y realizando un trabajo a tiempo parcial, era demasiado. Durante mi primer semestre, en muchas ocasiones salía a un callejón para telefonear a mi hermana y llorar”. La forma más barata de vivienda en Corea, probablemente, sea un gosiwon, donde habitaciones de unos cinco metros cuadrados se alinean a lo largo de
Cultura y arte de Corea 65
estrechos pasillos, separadas por paredes tan delgadas que no permiten una privacidad real. “A partir del segundo semestre no lloré”, recuerda. “Me gustaba que mi campus fuera grande y extenso, disfrutaba aprendiendo y, por aquel entonces, había hecho amigos que se volvieron como mi familia. La ciudad de Seúl y la diversidad entre las personas que viven aquí me parecieron refrescantes y emocionantes”.
Disfrutar el tiempo en soledad
El día de Hye-eun empieza a las ocho o hacia las once de la mañana. Depende de cuándo planee salir de casa. Después de un desayuno con tostadas o huevos, mete su ordenador portátil, un cuaderno de bocetos y una cámara en su bolso, y se dirige al lugar planeado la noche anterior. Sus destinos favoritos para fotografiar y tomar notas incluyen mercados mayoristas de frutas y callejones de un mercado de medicina tradicional, así como galerías, bibliotecas y parques. Después va a una cafetería a tomar un café con hielo y un croissant o una magdalena; allí pasa unas cuatro horas “trabajando desde casa”, antes de regresar a su casa real. Una cena simple es seguida de bosquejos, o bien se pone a escribir y ver una película, o lee algo antes de ir a dormir, generalmente sobre las cuatro de la madrugada. Algo nuevo en su rutina son las clases de natación de una hora de lunes a jueves por la tarde. 1, 2. Yang quiere encontrar un trabajo donde ser creativa. Dibujar y tomar fotografías que registran los enclaves que visita es una parte importante de su rutina diaria. 3. Yang trabaja los fines de semana en un café junto a la Universidad Konkuk. No tiene titulación de barista, pero como trabaja allí desde hace más de dos años, puede preparar casi todas las bebidas sin dificultad.
66 Koreana Verano 2019
Como creció en la isla de Jeju, jugó en el mar desde edad temprana, pero no se convirtió en una buena nadadora. Cuando estaba en la universidad tuvo la oportunidad de ir a Brisbane, en la costa este de Australia, por un programa de inmersión en lengua inglesa. Al ver a sus amigos australianos nadar tan bien, decidió aprender a nadar en serio. “Una vez leí en algún lugar que las personas con muchos pensamientos en su mente necesitan liberar esos pensamientos mediante el ejercicio físico, y creo que es cierto”, resalta. “Mi compañera de habitación comenzó a dar clases unos meses antes, y yo empecé en marzo, pero creo que gracias a la natación me estoy volviendo más simple y más libre, así que tengo la intención de continuar”. Para Hye-eun, sus compañeras de habitación son como su familia. Ahora vive con su sexta compañera de habitación, a quien conoció cuando ambas vivían en un dormitorio gestionado por el Gobierno Provincial de Jeju para estudiantes de la isla que iban a universidades de Seúl. Ahora ambas viven en un complejo para jóvenes dirigido por la Corporación del Territorio y la Vivienda de Corea. Hay un dormitorio para cada ocupante, y una pequeña sala de estar, un baño y una cocina que son compartidos. El alquiler mensual es de 260.000 wones por persona y con servicios básicos (agua, luz y gas), el total suma unos 300.000 wones. “Lo mejor de vivir con una compañera de habitación es tener a alguien en casa con quien poder hablar”, dice Hye-eun. “A veces puede ser incómodo, especialmente si factores como los horarios de dormir o los hábitos de limpieza son totalmente diferentes. A una de mis anteriores compañeras de habitación le encantaba cocinar, así que cada vez que me veía trataba de darme algo de comer. Gracias a eso gané unos cinco kilos”.
Fuentes de inspiración
Hye-eun solía comprar los libros que quería leer, pero hoy en día hace un
1
2
“Quiero ser alguien que beneficie a la sociedad al transmitir belleza con un trabajo creativo, alguien que pueda dar una sensación de libertad a los niños o a los que tengan una vida difícil en casa a través de actividades públicas sin ánimo de lucro”.
3
esfuerzo por tomarlos prestados de la biblioteca. Ella lo explica así: “Si colecciono demasiados libros, puede ser una verdadera complicación cuando tenga que mudarme. Incluso así, casi siempre compro la revista ‘The Big Issue’. El contenido es realmente bueno”. Para sus dibujos, utiliza sus propias fotografías y, a veces, fotogramas de películas o imágenes de sitios de redes sociales como Pinterest. “En mi último año de universidad, pasé cinco meses trabajando como interina para un festival de cine, donde escribí comunicados de prensa y sobre eventos patrocinados. Luego, en la compañía para la que trabajé después de graduarme, tuve que entrevistar a muchos curadores de arte y artistas. Habría sido bastante feliz solo mirando
las obras de arte, pero concluí que quería probarlo por mí misma. Quiero disfrutar de la libertad de expresar mis pensamientos”. La cafetería donde Hye-eun trabaja los fines de semana está cerca de la Universidad de Konkuk. A ella le gusta tanto la propietaria que lleva trabajando allí desde febrero de 2017. Para Hye-eun, la dueña del negocio, quien siempre intenta cosas nuevas, es alguien a quien realmente admirar. Después de una serie de intentos y desafíos, obtuvo un certificado de repostería y pastelería y una licencia de conducir. También le gusta cultivar plantas, por lo que la entrada de la cafetería siempre está llena de vegetación, y últimamente experimenta con nuevas opciones para el menú, como café con leche de fresa, o una bebida espumosa de uva verde. Como Hye-eun lleva tanto tiempo en esa cafetería, es capaz de preparar la mayoría de las bebidas del menú, y de dibujar corazones en la espuma del café con leche, pero nunca ha intentado obtener un certificado de barista. Hay algunos jóvenes solicitantes de empleo que tratan de obtener tantos certificados de habilidades como sea posible, pero Hye-eun no posee ninguno. “Muchas personas de mi edad que buscan trabajo están realmente presionadas por la inseguridad”, asegura. “Pero yo me digo a mí misma: «Puedes conseguir un trabajo, así que no te preocupes; simplemente disfruta del tiempo que pasas a solas»”.
Cultura y arte de Corea 67
Opinión desde la lejanía
Vivir Corea, amar Corea
A
terricé en Seúl el 9 de diciembre de 2011. Nevaba. Mi futura jefa, a la que aún no conocía en persona, vino a buscarme al aeropuerto. Me dijo que había llegado con la primera nieve del año, algo que los coreanos interpretan –según me explicócomo buen augurio. Dejar casa, familia, amigos, trabajo y país en algo más de dos semanas no fue tarea fácil, pero ahí estaba: saludando a Seúl con la ilusión de un niño que ve nevar por primera vez. Pese a llevar puesta toda mi ropa de abrigo sentí como si fuera vestido con papel de fumar, pero mi corazón latía con fuerza. Mi vida en una maleta, pensé…
Una vida en tránsito
Mientras tramitábamos los detalles del contrato me sorprendió una frase de la que sería mi nueva directora: “Te sugiero que dejes atrás todo tipo de ideas preconcebidas y abras tu corazón a esta nueva etapa”. Creo que ni respondí, pero se me quedó grabada. ¿Qué mejor forma de imbuirse en otra cultura tan diametralmente opuesta a la mía que vaciar la mente, desdibujar expectativas y abrirse a nuevas experiencias? Así lo hice. Mi primera lección fue en el Aeropuerto Internacional de Incheon. Entre el frío, los nervios y el jetlag, deslizaba un trolley como un zombi por suelo coreano siguiendo a mi jefa y a otro señor, que pensé era el conductor de la furgoneta. Al llegar al aparcamiento, dejé el carrito a un lado, como se ha hecho toda la vida en Barajas. Pero el señor saltó como un resorte y lo llevó a un lugar habilitado para depositarlos. Ese pequeño gesto me hizo enrojecer de vergüenza pueril al comprobar que “ese señor” no era el conductor, sino un respetado ingeniero que amablemente se había ofrecido a conducir la furgoneta. En un segundo aprendí dos lecciones: una, que las normas, reglas sociales y esas “cosas de toda
68 Koreana Verano 2019
Javier Castañeda Periodista y locutor de radio
la vida que siempre damos por hecho” podían ser muy distintas en otro país, y dos, una gran lección de humildad… Así, esa micro-experiencia me sirvió para comprender que no solo debía abrir el corazón, sino también la mente: había mucho que “resetear” para dar entrada a lo nuevo.
Endorfinas en la mente
Diría que irse a vivir a la otra punta del globo, a un país con un idioma bastante inexpugnable para los occidentales y una cultura con diferencias extremas respecto a la propia, impondría respeto a cualquiera. Pero a la vez fue un chute de “endorfinas en la mente”, que diría Chambao. Además, para un apasionado de la tecnología, vivir en el Lejano Oriente con su imaginario futurista a comienzos del nuevo milenio era casi un “electroshock emocional”, sin olvidar que Corea es un potente imán para cualquier periodista. Durante estos años la actualidad ha estado muy enfocada en el país, incluso con noticias al margen del ámbito político y de seguridad, como el estreno mundial del estándar 5G, las Olimpiadas de Pyeongchang 2018, o la irresistible ascensión del K-Pop a medida que el Hallyu, la Ola coreana, cristaliza en abrumadores éxitos globales, como el de Psy de hace años o el actual tsunami de BTS. Mentiría si dijera que al principio no me costó adaptarme al ritmo coreano, pero a las duras semanas se sucedían domingos de relax con los amigos, en míticos barrios como Hongdae, Sinchon, Itaewon y un largo etcétera.
22 grapas
Así fueron pasando los meses y también los años… Mi vida en Corea continuaba con los sentidos más afilados que nunca y parecía multiplicarse por tres en cuanto a velocidad de aprendizaje, anécdotas y experiencias respecto a “mi vida anterior”.
Pero de pronto… el primer día primaveral tras un crudo invierno, salimos a celebrar la llegada del buen tiempo con un picnic en la orilla del río Han(hangang). Sábado a la mañana, estación de Yeouinaru. Parada obligada de turistas y residentes cuando llega el buen tiempo. Alguien sacó una pelotita y en un inocente salto: ¡raaaaas! (sonido desgarrador). Caí al suelo fulminado. Cuando pude realizar “balance de daños” vi como una bola de billar unos diez centímetros más arriba de donde supuestamente debía estar la rodilla y no podía mover la pierna. Aterrado, viví un instante de película de esos en los que toda tu vida pasa por la cabeza en segundos. ¿Qué había pasado? ¿Podría volver a caminar? ¿Cómo desenvolverme solo en Seúl? Mil incógnitas pululaban por mi mente compitiendo con el sonido de la ambulancia. Mis amigos decían que no sería nada, pero pintaba mal. Diagnóstico: rotura de tendón rotuliano. Así, la vertiginosa velocidad de mis días coreanos se detuvo de golpe cuando el azar tiró del freno de mano aquella mañana de abril y mi vida dio dos trompos y un trompazo a la orilla del río Han. Necesitaba un buen especialista, pero… ¿por dónde empezar? Lección tres: generosidad. No hay otra forma de definir lo que ese médico coreano hizo por mí. Lunes. Llovía a mares. Un buen hombre (para mí “El Samaritano”) que no me conocía de nada, se despertó a las cinco de la mañana. Sobre las seis subió a su coche en Gangnam, en la otra punta de la ciudad al oeste, recogió a mi amigo y vinieron a buscarme a mi casa, y entre un atasco infernal atravesamos de nuevo Seúl para presentarme al especialista en rodillas. En aquel momento, para mí era el único candidato posible al Nobel de la Paz. Al llegar a un hospital “del tamaño de un Corte Inglés”, vi el cielo abierto. Pero no como metáfora, sino porque se llama así: Hospital Cielo(Haneul). Al ser cirugía mayor… ¿qué mejor sitio para ser operado? Al despertar se rieron de mí porque pregunté si podría bailar de nuevo, pero… ahí estaba yo: con 22 grapas en la rodilla tras sobrevivir a una cirugía mayor en coreano. Ese “suvenir” me acompañará siempre, pero… también la amabilidad de doctores, enfermeras y de todos los que durante el mes y
medio que permanecí ingresado me ayudaron.
El país de “las tres eses”
Pero al margen de esa aventura digna de Indiana Jones, o más bien de Death Pool por mi torpeza y lo insólito de la situación, mucha gente me pregunta qué destacaría de Corea. Para empezar, a mis compañeros de la radio, pues tuve la infinita suerte de caer entre personas buenas y educadas, con las que comparto infinidad de cosas. Mi agradecimiento hacia ellos es infinito. En general, destacaría “Las tres eses”. Servicios, Seguridad, Sociabilidad. (S-1) Corea posee unos Servicios inigualables. Da igual si hablamos de servicio técnico, mensajería, bancos, internet, tiendas, restaurantes, transporte, correos, etcétera: en servicios los coreanos son imbatibles. También destaca la Seguridad (S-2). Sorprenden cosas como poder dejar el ordenador en la mesa de una cafetería para ir al lavabo y que cuando vuelvas siga intacto. O sacar dinero del cajero a cualquier hora sin riesgo. O perder el móvil en el metro y que aparezca sí o sí. Es una sensación indescriptible: la seguridad no tiene precio. La tercera ese es de Sociabilidad (S-3). Los coreanos son extremadamente sociables. Tanto que a veces me sorprende esa simbiosis con los españoles y me pregunto si tendrá algo que ver que Seúl y Madrid estén situados en el mismo paralelo terrestre.
El elefante y la hormiga
Pero obviamente no todo es de color de rosa. A veces resulta difícil vivir en una de las mayores megalópolis del mundo como es Seúl, donde según datos de ‘World Population Review’ de 2019, sumando los barrios metropolitanos convivimos 25,6 millones de personas. Una urbe así te resitúa hasta el infinito al recordarte constantemente que solo eres “una hormiga ante un elefante”. Vivir en Corea es así. Un consuetudinario entramado de insólitas derivadas que no siempre encuentra fácil acomodo en las mentes occidentales. Pero mientras el país gira y se reinventa cada amanecer con la velocidad de un acelerador de partículas, entre esfuerzo, lucha y sacrificio, destila una poción mágica que convierte a quien la prueba en la mejor versión de sí mismo. Por eso, sin temor a equivocarme puedo decir que… vivir Corea es amar Corea.
Cultura y arte de Corea 69
IngredIenTeS eSencIaLeS
© imagetoday
La calabaza añeja se come en otoño y en invierno. Es un ingrediente muy familiar para los coreanos. Se usa para hacer papillas con harina de arroz pegajoso, y su jugo lo beben las madres que acaban de dar a luz para reducir la hinchazón tras el parto.
La hora de la calabaza La calabaza es un ingrediente que a los coreanos les recuerda la comida casera de la infancia, así como un alimento común del día día. Su uso es variado, pues no solo se consume el fruto, sino también las semillas, las flores y las hojas. Jeong Jae-hoon Farmacólogo, escritor gastronómico
70 Koreana Verano 2019
E
n cada estación se consumen diferentes tipos de calabaza. La que se come sin pelar y tiene pulpa muy suave representa al verano, y la que esconde una pulpa de color amarillo, sabor dulce y textura similar a la de la batata en una cáscara dura y gruesa, al invierno. Sin embargo, la clasificación estacional no siempre resulta válida. Por ejemplo, en Corea las calabazas más comunes son el calabacín y el zapallo, a los que los coreanos se refieren respecticamente como aehobak (calabaza joven) y neulgeun hobak (calabaza añeja), y pueden ser de la misma especie o no. Antes la calabaza joven, de color verde claro y consumida en verano, y la añeja, que se deja crecer hasta otoño hasta alcanzar el tamaño de un balón de rugby y un color amarillo parduzco, eran de una misma especie. No obstante, hoy en día los zapallos que se venden en el mercado son por lo general de una especie totalmente distinta, mientras que danhobak (literalmente calabaza dulce, o calabaza kabocha en el mundo culinario) es considerado un zapallo de invierno por su sabor, textura y periodo de almacenaje, aunque se consigue las cuatro estaciones del año.
la calabaza en el arte
La calabaza, además de permitir estimar la estación según la variedad consumida en una determinada temporada, puede representar distintos periodos de la historia. Ayuda, por ejemplo, a tener una idea de cuándo habrá sido pintado un cuadro, si aparece en una obra de arte. “La calabaza” del pintor italiano Bartolomeo Bimbi muestra una calabaza gigante que podría pesar hasta 80 kilos sobre un fondo oscuro que representa un cielo con nubes negras. Documentos de entonces revelan que para llevar la calabaza al estudio del artista precisaron dos hombres fornidos y que el traslado fue presenciado por una multitud que les aplaudía. Sin embargo, la calabaza pintada en el cuadro de Bimbi no es tan grande comparada con las calabazas gigantes que se cultivan hoy día. Como la mayor del mundo destaca una cultivada en 2016 en Bélgica que pesó nada menos que 1.190,5 kilogramos. En cualquier caso, permite deducir que el cuadro fue pintado después del siglo XVI, pues en esa época la calabaza se dio a conocer en Europa, aunque en América, de donde procede este fruto
comestible, se cultivaba ya desde el año 5000 antes de Cristo. La obra de Bimbi, en efecto, fue pintada al óleo sobre lienzo en 1711. Lo mismo sucede con el cuadro del pintor milanés Giuseppe Arcimboldo, titulado Vertumnus que muestra una calabaza, entre otras verduras y frutas, y se estima que fue pintado en torno al año 1590, pues los protagonistas de la obra son cultivos traídos del Nuevo Mundo, como la calabaza y el maíz. Algo interesante y quizá obvio es que el debut de la calabaza en la literatura coincide con sus primeras apariciones en la pintura. La Cenicienta, historia en la que una calabaza se transforma en carroza gracias a la magia del hada madrina, si bien da la impresión de ser un cuento antiguo, es una obra literaria de 1697 creada por el escritor francés Charles Perrault en base a una historia transmitida oralmente. Asimismo, hay una frase sobre la calabaza en la comedia “Las alegres comadres de Windsor” de William Shakespeare, escrita alrededor del año 1597. En la obra, Mistress Ford compara la personalidad del mujeriego Falstaff, a quien le gusta comer y beber, con ‘humedad poco saludable, un gran zapallo aguado’. Eran tiempos en los que los europeos no estaban familiarizados con la calabaza, de ahí que desde su punto de vista ocupaba más espacio de lo debido, por su tamaño claramente superior al de otras verduras, y se usaba para criticar a personas gordas y egoístas. Así, la calabaza, que para los indígenas americanos era un alimento tan bendecido que su cosecha era celebrada con fiestas, para los europeos era despreciada como comida de pobres y de campesinos.
una comida nostálgica
En Corea la calabaza es una metáfora de fealdad. Sin embargo, parece que la novelista Park Wan-suh (1931~2011) desaprobaba esa metáfora al resaltar que cuando veía calabacines brillantes y esbeltos, los metía directamente en su canasta aún sin saber cómo cocinarlos; o que cuando encontraba pequeñas calabazas con hojas y tallos flexibles y trepadores sobre el muro de una casa ajena, incluso sentía ganas de robarlas. En todo caso, la escritora sentía predilección por las hojas de la calabaza, como refleja el extracto de su ensayo “Azada” (“Homi” en coreano). «Elimino las asperezas y limpio bien unas hojas de calabaza frescas para luego colocarlas sobre el arroz, hasta que cuecen suavemente. Mientras, preparo gangdoenjang en una cazuela. Para empezar, el doenjang debe ser bueno. La pasta de soja hay que ponerla en la cazuela sin colar y mezclarla con unas gotas de aceite de sésamo, ajo molido y cebolla de verdeo. La salsa espesará al hervir durante unos minutos con agua de arroz y ají verde, hasta lograr casi el mismo volumen que el doenjang. Eso sí, en caso de paladares más caprichosos, no
Cultura y arte de Corea 71
será mala idea agregar anchoas secas trituradas. Las hojas de calabaza son un manjar estacional. Se pueden degustar entre verano y finales de otoño. Se comen cocidas al vapor y envolviendo con ellas una cucharada de arroz y un poco de gangdoenjang, una salsa preparada a base de doenjang con carne o mariscos y diversas verduras. La combinación de texturas y sabores es simplemente adictiva. Como diría Park Wan-suh: “Una se siente feliz y relajada como si hubiera llegado finalmente al extremo de la nostalgia”. Tanto en la Provenza francesa, donde es imposible imaginar un ratatouille sin calabaza, como en Italia, donde comer flores de calabacín es un larga tradición, y ya en una pintura del siglo XVI –‘La vendedora de frutas’ de Vicenzo Campi- aparecían flores comestibles de calazaba junto con otras frutas y verduras. En América Latina, tierra originaria de la calabaza, la gente consumía flores de calabaza desde tiempos antiguos. En México, por ejemplo, hay una sopa con flores de calabaza, así como un plato de queso Oaxaca que también usa esas flores.
Calabaza de verano y de invierno
La calabaza es un alimento que trae recuerdos, pero es a la vez un alimento que lidera las últimas tendencias culinarias. Para empezar, es en sumo atractiva para las personas de la era actual, que se
preocupan por el peso y están siempre a dieta, por ser baja en grasa y calorías, pero rica en proteínas, carbohidratos, vitamina A, potasio y fibras. Algo que está de moda últimamente es sustituir la pasta o fideos de harina por calabacín cortado en tiras. Sin embargo, lo que muchos ignoran es que una variedad de calabaza cuya pulpa cocida se deshace en forma de espaguetis ya existía desde hace décadas. En particular, existen diversos tipos de calabaza de verano. El más conocido es el calabacín verde. Pero, también hay otro amarillo que en parte sabe a setas. Así, hay calabazas de verano de variados colores, desde verde oscuro y amarillo, hasta anaranjado y verde amarillento, y también de diversos tamaños y formas. Unas se parecen a las bellotas, mientras que otras tienen forma plana y en apariencia son similares a las vieiras. Hoy en día, las calabazas de verano se consiguen los 365 días del año, pero siempre son más sabrosas al ser consumidas en su estación. Las más jóvenes miden entre 15 y 20 centímetros y son las más dulces por contener poca agua. Se usan como ingrediente complementario para sopa doenjang o fideos en caldo caliente, pero también
1 © Getty Image
72 Koreana Verano 2019
2
© Instituto de Cocina Real de Corea
resulta especialmente delicioso el hobakjeon, rodajas de calabacín fritas con harina y huevo. La calabaza es perfecta para platos sabrosos, como uno que presenta el libro de recetas de Joseon de finales del siglo XIX, Siui jeonseo (Compendio de recetas de temporada). Se trata de un plato de calabacín cocido al vapor con relleno mezclando carne picada, cebolla de verdeo, ajo, pimienta, aceite y miel, y adornado con setas, tiras de ají rojo y huevo frito al final. Es una receta de hace cien años, pero muchos la consumen a día de hoy pues al ser un plato muy actual. También entre los coreanos es aquella época era muy popular el calabacín sofrito con camarones en salmuera y aceite de sésamo. Al contrario que la calabaza de verano, la de invierno puede conservarse hasta varios meses por su alto porcentaje de almidón. Los zapallos de invierno son ricos en carotenos y en su mayoría son de color amarillo o anaranjado, aunque también hay variantes multicolores y con rayas verdes. Comerlas crudas es difícil porque son duras, pero una vez cocidas saben a batata dulce. En tanto, al igual que en Occidente, donde la calabaza también se consume en postres como tartas o comidas ligeras, en Corea se usa en meriendas invernales como hobakjuk o gachas de zapallo. También se come horneada con miel o cocida al vapor. Así, mientras la hora de la calabaza en nuestra cocina cobra presencia, resulta cada vez más convincente la novelista Park Wan-suh, quien insistía en que aludir a la calabaza para hablar de la fealdad fue un invento urbano.
© Topic
Se usan como ingrediente complementario para sopa doenjang, o fideos en caldo caliente, sin embargo es especialmente delicioso el hobakjeon, rodajas de calabacín fritas con harina y huevo.
3
4
1. El calabacín verde joven, es barato y sabroso. Se disfruta en verano y es versátil, ya que sus hojas también son un alimento muy apreciado. Las hojas blandas se cuecen al vapor o se vaporizan para envolver el arroz con una cucharada de pasta de soja sazonada. 2. La receta para hobakjeon es tan simple que puede hacerse fácilmente en casa. El calabacín verde joven se corta en rodajas gruesas, se cubre con harina y huevo y luego se fríe. 3. Hobakseon se prepara de varias formas, según la zona, pero es común cortar en trozos el calabacín joven, rellenar los huecos con alimentos sazonados y cocinarlo al vapor antes de comer, receta que procede de antiguos libros de cocina. 4. El pastel de arroz de calabaza hecho al vapor con una mezcla de harina de arroz, pulpa de calabaza añeja, sal y azúcar es una receta muy popular.
Cultura y arte de Corea 73
Jornadas de literatura coreana
CRÍTICA
Intervalo de tiempo ético tras pérdidas irremediables Kim Ae-ran hizo su debut en la literatura en el año 2002 a los veintidós años. Ha producido, desde entonces, una serie de obras de mucha vivacidad y de cálidos sentimientos, pero en sus recientes narraciones ha empezado a explorar temas relacionados con la pérdida, la separación y el anhelo. Se destaca un tono más tenue que sustituye a la alegría que caracterizaba a sus primeras obras. Choi Jae-bong periodista, The Hankyoreh
K
im Ae-ran empezó su carrera literaria casi diez años antes que sus coetáneos y estableció la tendencia que caracteriza la narrativa coreana de los autores nacidos en la década de 1980. Espacios estrechos y humildes como las tiendas de conveniencia, los gosiwon (literalmente, “pequeños dormitorios para aquellos que preparan una oposición para ser funcionarios”), bibliotecas, sótanos, áticos y moteles son parte de esa tendencia. Son esos lugares los que constituyen el escenario de las primeras obras de Kim, incluyendo “Voy a la tienda de conveniencia” que publicó el año en el que hizo su debut (ver Koreana, invierno de 2017. Vol. 31, No. 4). Su primera colección Corre papi, corre (2005) trae consigo nueve relatos que tienen a un padre como protagonista en más de la mitad de ellos. En dichas obras, la figura del padre está ausente, es incompetente o representa de cualquier manera una presencia debilitada. En el relato titular, un padre ha abandonado a su esposa embarazada, sin regresar nunca más a su casa. En “Saludos de amor”, había desaparecido hacía más de diez años y no se deja ver en todo el relato. En “Hay motivos por los que ella no puede dormir”, un padre, que es “el que llevó a la ruina a la familia”, comparte una habitación que ha alquilado su hija y provoca que se agrave su insomnio mirando programas de televisión hasta medianoche. El padre que aparece en “Palo de pogo” es el único competente y el que parece ser más normal. Aun así, este padre que administra un negocio de electricidad, un día mientras sueña que regresa su hijo que se había ido de casa al fallar en el examen de ingreso a la universidad, se propone reparar el foco de una farola de la calle. Pero es una persona tan insípida que, tras subirse a la farola, se baja inmediatamente dándose por vencido, tan solo porque se le habían enfriado las manos. En este sentido, la obra “¿Quién juega sin permiso con luces artificiales en la playa?” es especialmente sugestiva. Un niño, que es el protagonista, le pregunta a su padre cómo es que él había nacido. El padre le responde de diferentes maneras, pero ninguna le parece del todo convincente. Finalmente, el niño decide descubrir por sí mismo la historia de su propio nacimiento. Se cuenta cómo “sin dejar de escuchar la voz de su padre, el niño quiere ahora expresarse por sí mismo”. En un escenario de donde ha desaparecido la voz del padre, el niño renace como verdadero narrador, lo que podría considerarse como el tema principal de su primera novela Mi vida palpitante (2011) que representa el naci-
74 Koreana Verano 2019
© Gwon hyeok-jae
Kim Ae-ran: “Me he dado cuenta de que hay situaciones en las que no se permite bromear”. miento de Kim Ae-ran como novelista. En cuanto a su segunda colección La boca llena de saliva, lo más destacable es la actitud de superar objetivamente situaciones desventajosas y desfavorables con una estética subjetiva. En “Aire altivo” es representativa la escena en la que alguien toca el piano en una habitación de un sótano que se llena de agua durante las lluvias del monzón. En “Fideos” describe a una madre que se había pasado la vida vendiendo fideos para cuidar de sus hijos, lo cual coincide con el trasfondo autobiográfico de la autora. El hecho de que los protagonistas no pierdan su orgullo, incluso en situaciones penosas, puede suponerse que se debe al fuerte y desmedido apoyo de sus madres. La primera novela de gran formato de Kim Ae-ran Mi vida palpitante se publicó a los diez años de su debut. Tuvo una gran repercusión comercial e incluso se representó cinematográficamente y se produjo, en consecuencia, el “fenómeno de Kim Ae-ran”. Trata de un chico de diecisiete años afectado por una prematura muerte a causa de la progeria. A esa edad, el chico obsequia a sus padres su propia historia, el encuentro y el amor de la pareja que le dio vida, y recalca enfáticamente la actitud de superar los pesares y los sufrimientos con buen humor, que es la principal característica de sus obras. Sin embargo, “el humor a lo Kim Ae-ran” desapareció casi al completo en sus dos colecciones posteriores: Tren de vapor (2012) y Verano afuera (2017). Se cree que las razones son dos. Por de pronto, al pasar de los treinta años, se distanció en alguna medida de la ligereza y la vivacidad propias de la juventud. Otra es la serie de eventos que provocó un profundo impacto en la sociedad coreana en su conjunto. Puede
que todo impulso hacia el humor haya sido reprimido por el pánico social ocurrido, por ejemplo, a causa de la tragedia de Yongsan en el año 2009 (en la que cinco arrendatarios y un policía murieron a causa del incendio que se produjo durante la redada policial para arrestar a los manifestantes que se oponían a las medidas compensatorias de la reurbanización) y el desastre del barco Sewol en el año 2014 (en el que perdieron la vida cientos de personas, la mayoría estudiantes de secundaria que hacían un viaje escolar). En vista de todo esto, Kim Ae-ran manifestó en una entrevista que: “Me he dado cuenta de que existen situaciones en las que no se permite bromear”. Y en la última parte de “Verano afuera” explica en el comentario de la autora, que: “Más que preocuparme de cuáles serían las palabras que se necesitarían, ahora tiendo a detenerme y tomar tiempo para considerar otras cosas”. Estas otras “circunstancias” incluyen el lado oscuro de la demolición para la reconstrucción urbana, que se retrata mediante una imaginación distrófica en dos relatos “Insectos” y “Goliat sumergido en agua” de la colección Tren de vapor. Aunque no se menciona directamente el hundimiento del buque Sewol, se le evoca fuertemente en “Comienzo de invierno” y “¿Hacia dónde desea ir? contenidos en su última colección Verano afuera. “La utilidad del paisaje” corresponde a la obra titular de Verano afuera. Aunque no coincida totalmente, el título del libro deriva de la frase de “La utilidad del paisaje”, un relato en el que al protagonista le parece que está sostiendo una bola de cristal de nieve blanca mientras viaja por Tailandia. La diferencia de tiempo en la frase “dentro de esa bola caía blanca nieve y fuera de ella era pleno verano” también está interrelacionada con la colección en sí, que contiene relatos de personas que sobrellevan su vida después de una muerte y sentir desesperación, o tal como dice la autora “después del precipicio”. “La utilidad del paisaje” es el relato de un hombre cuyos padres se han divorciado, a raíz del adulterio cometido por su padre. Creció con un sentido de hostilidad hacia su padre que iba más allá de una mera actitud de distanciamiento. Aunque no es nada sorprendente que no abrigue simpatía hacia un padre que abandonó su hogar durante la infancia de su hijo, la autora cuestiona si es justificada la superioridad ética que reclama el hijo. Al final del relato, el hijo escucha la voz de alguien que le grita “doble falta”, mientras murmura “nunca he deseado nada gratis”. Toda su vida, el hijo ha juzgado y condenado a su padre por motivos éticos, pero al final es el hijo y no el padre el que es juzgado. ¿No podría denominarse a esto “la diferencia del tiempo ético”?
Cultura y arte de Corea 75
Suscripción y Venta/Información
Cómo suscribirse la tasa de suscripción incluye el envío por correo aéreo
Rellene el formulario de suscripción en la página web (www.koreana.or.kr > Subscribir) y haga click en el botón de “Enviar”. Recibirá una factura por correo electrónico con el detalle del pago.
Dirección Postal
Suscripción anual (envío por correo aéreo incluido)
ejemplares atrasados* (por copia)
Corea
1 año
25,000 won
6,000 won
2 años
50,000 won
3 años
75,000 won
1 año
US$45
2 años
US$81
3 años
US$108
1 año
US$50
2 años
US$90
3 años
US$120
1 año
US$55
2 años
US$99
3 años
US$132
1 año
US$60
2 años
US$108
3 años
US$144
Asia del Este
1
Sudeste Asiático
2
Europa y América del Norte 3
África y América del Sur 4
US$9
* en los números atrasados, hay que sumar el coste de envío por correo aéreo 1 este de asia (China, Hong Kong, Japón, Macao y taiwán) 2 Sudeste asiático (Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, laos, Malasia, Myanmar, Singapur, tailandia, timor oriental, Vietnam) y Mongolia 3 europa (incluyendo rusia y la CeI), oriente Medio, américa del norte, oceanía y el sur de asia (afganistán, Bangladesh, Bután, India, Maldivas, nepal, Pakistán y Sri lanka) 4 África, Sudamérica / Centroamérica (incluyendo las antillas), y las Islas del Pacífico Sur
¡Únase a nuestra lista de correo!
Si desea ser el primero en saber cuándo sale una nueva edición, inscríbase en el apartado de notificaciones por e-mail en la web de la revista Koreana, enviándonos su nombre completo y su dirección de e-mail a koreana@kf.or.kr
Comentarios del lector
Su opinión nos ayuda a mejorar Koreana. Envíenos por e-mail cualquier comentario o sugerencia a koreana@kf.or.kr.
* además de la revista web, se ofrece el contenido de Koreana via servicio de e-book en celulares (apple i-books, Google Books y amazon).
A JournAl of the eAst AsiA foundAtion
We Help Asia Speak to the World and the World Speak to Asia. In our latest issue:
Leadership in Asia: Populism, Prosperity and the Basis of Political Legitimacy
Learn more and subscribe to our print or online editions at
www.globalasia.org
understAnding AsiA’s leAders: essAYs bY
John Nilsson-Wright; David Shambaugh; Ellis Krauss; Sang-young Rhyu; John McBeth; Michael Vatikiotis & Pratap Bhanu Mehta the debAte: the us-ChinA trAde ClAsh: two views
Simon Lester on Trump’s trade quagmire; Aidan Yao & Shirley Shen on why a breakthrough is unlikely
in foCus: denuCleArizing the KoreAn peninsulA
Three perspectives on the road ahead for peace efforts
plus
Christopher h. lim & vincent mack zhi wei Global Ambitions of Beijing’s Belt and Road Initiative stephen blank Washington Returns to Central Asia Kai he & huiyun feng A Quest for Joint Prestige: Rethinking the US-China Rivalry t. v. paul The Risks of War Over the South China Sea beginda pakpahan Indonesia’s Indo-Pacific Challenge book reviews by Nayan Chanda, Taehwan Kim, John Delury and John Nilsson-Wright
us$15.00 w15,000 | www.glob A JournAl l of the eAst AsiA foundAtion Ation www.globAlAsiA.org .org | volume 13, number 3, september 2018 A
Leaders & Leadership in Asia Populism, Prosperity and the Basis of Political Legitimacy News, archives and analysis at www.globalasia.org
Have you tried our Magster digital edition? Read on any device. Issues just $5.99 each or $19.99 per year. Download Magzter’s free app or go to www.magzter.com