OtOñO 2016
CuLTuRA y ARTE DE COREA
REPORTAJE ESPECIAL
DMZ
La tierra prohibida vista a través de las alambradas dMZ, la tierra donde florecen los sueños de reunificación; el bosque de la dMZ, un sendero para encontrar la paz interior; dMZ, un ecosistema preservado en secreta tranquilidad; Gyodong, una isla frente a Corea del norte; Proyecto real dMZ: el arte aporta nueva luz al legado de la Guerra Fría
DMZ
tOmO 25, Nº- 3
ISSn 1225-4606
IMAGEN DE COREA
El paisaje exterior y las montañas Kim Hwa-young Crítico literario; Miembro de la Academia Nacional de las Artes
l setenta por ciento del territorio nacional de Corea es montañoso. En las llanuras y planicies que conforman el restante treinta por ciento las personas construyen sus casas y cultivan los campos. El filósofo del siglo XVIII, Park Ji-won se lamentaba de la situación montañosa del país, diciendo: "Pocas llanuras miden más de 100 li y ningún pueblo cuenta con más de 1.000 viviendas". Pero todos los turistas extranjeros que actualmente visitan Seúl, una megalópolis de más de 10 millones de habitantes, dicen lo mismo: "Por dondequiera que vayas, solo encuentras edificios de apartamentos de gran altura". Cuando tantas personas conviven en una superficie tan pequeña, resulta inevitable que los edificios no se extiendan hacia el exterior, sino crezcan hacia arriba. Pero los ojos del observador agudo percibirán que, más allá de los grandes rascacielos, a una distancia no muy lejana las altas montañas rodean la ciudad. Y eso no solo sucede en Seúl. Unas 4.440 montañas se elevan sobre la tierra a poca distancia de la mayoría de los coreanos en su vida diaria. Naturalmente, el senderismo es uno de los pasatiempos favoritos del pueblo coreano. Suben a las montañas porque están ahí para ser escaladas. A pesar de que las empresas de investigación difieren ligeramente en los datos, se estima que unos 15 de los 50 millones de la población coreana realizan excursiones de forma regular cada mes; cifra que se traduce en unos 460 millones de escaladores al año. De forma inesperada, la popularidad del senderismo ha tenido un impacto en la industria de la moda. Hace treinta o cuarenta años, las prendas de vestir presentaban una muy pequeña cuota de material de escalada. Inicialmente, los equipos y la ropa de senderismo se vendían en pequeñas tiendas a la entrada de las rutas de senderismo. Pero actualmente se puede ver a muchas personas paseando por el barrio o caminando por la orilla del río, ataviados con las últimas tendencias en equipamiento de senderismo, como si estuvieran a punto de conquistar el Everest. Los equipos de senderismo en Corea han evolucionado en gran medida en términos de material, diseño, color y funcionalidad, por lo que pueden usarse en cualquier lugar, bien sea por trabajo, ocio o deporte. Durante los últimos años, el mercado de ropa deportiva de aire libre de Corea ha aumentado hasta alcanzar más de siete billones de won. En otoño, cuando las montañas se visten de hojas de variados colores, el desfile de la ropa de moda al aire libre que puebla las rutas de senderismo se suma al color del paisaje. (Traducido por Javier Castañeda)
E
Carta de los editores
La DMZ en la era de la guerra cibernética Una extraña serenidad invade la tierra desierta más allá de las alambradas de espinos. Los jóvenes soldados en los observatorios de primera línea, en su mayoría con inocentes rostros de aspecto juvenil, parecen dar por sentada esa tensa pero a la vez tranquila confrontación, que aceptan como una situación cotidiana. Están expuestos a cualquier repentina escaramuza del otro lado de la frontera, e incluso a un combate grave. Este número especial esa larga franja de tierra que atraviesa la península y separa las dos Coreas, quizá podría parecer una extraña propuesta. De hecho, mientras este ejemplar de Koreana se prepara para imprimir, la paz y la seguridad en la península parecen estar pendientes de un hilo ante una nueva escalada de tensión. Pero al recordar que millones de personas murieron en la guerra hace seis décadas y media, se aprecia cómo las controversias por las amenazas nucleares y las armas de última generación, como misiles submarinos o el sistema THAAD, poseen implicaciones de largo alcance. Esta zona de distensión o “desmilitarizada”, de hecho, rara vez ha sido fiel a sus objetivos iniciales, en base al Acuerdo de Armisticio de la Guerra de Corea; pues todos saben que actualmente es la frontera más militarizada del planeta, incluso sin ahondar en el estado de la cuestión sobre las armas de destrucción masiva. En esta era de guerras cibernéticas, la distancia geográfica proporcionada por esta zona de distensión ha perdido mucho sentido. La serie de reportajes especiales “DMZ: La tierra prohibida vista a través de las alambradas” ofrece una panorámica de la DMZ de Corea desde diversas perspectivas históricas y humanitarias. Es un intento por sacar a la luz el pasado y el presente de esta “tierra de nadie” donde el acceso humano ha sido estrictamente prohibido; y ofrece una visión de la vida cotidiana de los residentes en las zonas fronterizas, esperando que los lectores puedan reflexionar sobre la pregunta: ¿Por qué y para quién esta península sigue dividida? Javier Castañeda y Kim un Kyung Editores-jefe
DIRECTOR EDITOR EJECuTIvO EDITORES JEfE COnSEJO EDITORIAL
DIRECTOR CREATIvO EDITORES DIRECTOR ARTíSTICO DISEñADORES
Lee Si-hyung Yoon Keum-jin Javier Castañeda, Kim Un Kyung Bae Bien-u Charles La Shure Choi Young-in Han Kyung-koo Kim Hwa-young Kim Young-na Koh Mi-seok Song Hye-jin Song Young-man Werner Sasse Kim Sam Lim Sun-kun, Noh Yoon-young, Park Sin-hye Lee Young-bok Kim Ji-hyun, Kim Nam-hyung, Yeob Lan-kyeong
COMPOSICIón y DISEñO Kim’s Communication Associates 44 Yanghwa-ro 7-gil, Mapo-gu Seoul 04035, Korea www.gegd.co.kr Tel: 82-2-335-4741 Fax: 82-2-335-4743 TRADuCTORES
Kim Un Kyung, Javier Castañeda, Raimon Blancafort, Atahualpa Amerise, Joo Hasun
Precio por número en Corea ₩6.000 Resto del mundo US$9 Para conocer el precio en detalle de las suscripciones, lea por favor la página 84 de Koreana. SuSCRIPCIón/CORRESPOnDEnCIA OTRAS ZOnAS (InCLuyEnDO COREA) The Korea Foundation West Tower 19F Mirae Asset CENTER1 Bldg. 26 Euljiro 5-gil, Jung-gu, Seoul 04539, Korea IMPRESA En OTOñO 2016 Samsung Moonwha Printing Co. 10 Achasan-ro 11-gil, Seongdong-gu, Seoul 04796, Korea Tel: 82-2-468-0361/5 © Fundación Corea 2016 Todos los derechos reservados. Esta publicación no admite reproducciones totales ni parciales sin el permiso de la Fundación Corea. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente representan a los editores de Koreana o a la Fundación Corea. Koreana, registrada como revista trimestral en el Ministerio de Cultura, Deporte y Turismo (número de registro Ba-1003 con fecha 8 de agosto de 1987). También se publica en alemán, árabe, chino, francés, indonesio, inglés, japonés y ruso.
CuLTuRA y ARTE DE COREA Otoño 2016
Una publicación trimestral de la fundación Corea 2558 Nambusunhwan-ro, Seocho-gu Seoul 06750, Korea http://www.koreana.or.kr
“Río Amarillo, DMZ 2009” Heryun Kim 2009. Óleo sobre lienzo, 150 cm x 200 cm.
eNtRevista
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Kim Botong, afamado dibujante por el cómic Botong Park Seok-hwan
cRÍtica De aRte
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Lee Jung-Seob: “el arte es un registro de la fuerza de la verdad conquistando la tormenta”
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Chung Jae-suk
GuaRDiáN DeL patRimONiO
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Meditar sobre la eternidad junto a los muros de una tumba
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eNamORaDO De cORea
darcy Paquet: Impulsor del cine independiente coreano
Heo Young-sun
Kim Hyun-sook
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uN Dia cuaLQuieRa
Mi nombre es ‘Mamá Gosam’
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Kang Shin-jae
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eNtReteNimieNtO
el regreso de Kim Kwang-seok
REpORtAJE EspECIAl
Kim Go-geum-pyung
DmZ: La tierra prohibida vista a través de las alambradas
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iNGReDieNtes eseNciaLes
el arroz y sus infinitas transformaciones Kim Jin-young
RepORtaje especiaL 1
dMZ, la tierra donde florecen los sueños de la reunificación
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Un “Che” en la tierra del Kimchi
Ham Kwang-bok
RepORtaje especiaL 2
Santiago Rossi
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ReLatOs De Las DOs cOReas
Geum Hee, autora sino-coreana: escribir desde la periferia sobre los marginados
el bosque de la dMZ, un sendero para encontrar la paz interior Lee Chang-guy
RepORtaje especiaL 3
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OpiNióN DesDe La LejaNÍa
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Kim Hak-soon
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jORNaDas De LiteRatuRa cOReaNa
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¿Podría comprobar que soy el mismo de antes? Choi Jae-bong
el Hotel Plaza Kim Mi-wol
dMZ, un ecosistema preservado en secreta tranquilidad Seo Jae-chul
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Gyodong, una isla frente a Corea del norte
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Lee Chang-guy
RepORtaje especiaL 5
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Proyecto real dMZ: el arte aporta nueva luz al legado de la Guerra Fría Koh Mi-seok
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REpORtAJE EspECIAl 1 DMZ: La tierra prohibida vista a través de las alambradas
La creciente niebla del río Imjin se cierne sobre la parte delantera del medio oeste en la provincia de Gyeonggi. Un jeep militar patrulla la zona junto a la valla de alambre de espino que marca la línea limítrofe meridional de la DMZ, todavía envuelta en la oscuridad.
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DMZ
lA tIERRA DONDE flORECEN lOs suEñOs DE lA REuNIfICACIóN la DMZ es una zona de seguridad militar de 4 kilómetros de ancho por 238 kilómetros de largo que se extiende a lo largo de la línea de demarcación militar de la península de Corea, que separa el Norte y el sur de Corea. Como remanente de la Guerra fría, es la frontera más militarizada del mundo, contrariamente a su nombre. Este paradójico lugar, que continúa siendo símbolo de división y conflicto 60 años después del acuerdo de alto el fuego, debe ahora reutilizarse para intentar hacer realidad el sueño de la reunificación nacional. Ham Kwang-bok Director General, Centro de Investigación DMZ Corea; Articulista sobre la DMZ Ahn Hong-beom, lee sang-youp Fotógrafos
CHANGDO
KOSONG KUMGANG
lÍNEA lIMÍtROfE NORtEñA
2km lÍNEA DE DEMARCA CIóN MINItAR(MDl)
GOSEONG
PYONGGANG
4km DMZ
KIMHWA
2km
lÍNEA lIMÍtROfE suREñA
CHORWON
lÍNEA DE CONtROl CIvIl(CCl)
CHEORWON CHANGPUNG
YANGGU HWACHEON YEONCHEON
KAESONG PAECHON YONAN
INJE
Corea del Norte
POCHEON
PANMUNJOM KAEPUNG
GAPYEONG PAJU
YANGJU
CHUNCHEON paralelo 38
Corea del Sur GYODONG
GANGHWA GIMPO
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las 10:12 am de 27 de julio de 1953 en Panmunjom, el teniente general William K. Harrison, en representación de la Delegación de Mando de las Naciones Unidas, y el general Nam Il, de la República Popular Democrática de Corea, firmaron el Acuerdo de Armisticio. Después, sin mediar palabra ni intercambiar un ceremonial apretón de manos, salieron por puertas separadas. La zona desmilitarizada (DMZ) que divide las dos Coreas nació ese fatídico día, como un extraño hijo del amor entre la animosidad y la desconfianza.
A
Ni guerra ni paz Este año se cumple el 63 aniversario de la DMZ. Si fuera una persona, estaría entrando en su edad avanzada y tendría más años vividos que por vivir. Tal vez por eso la gente tienda a adoptar una actitud más tolerante al hablar de la DMZ. Por ejemplo, a menudo evocan la imagen de un ambiente natural sin intervención humana desde hace muchos años donde retozan los animales salvajes, quizá por la ilusión de que al menos la catastrófica división de Corea dejó una cosa buena. Pero en ningún caso la DMZ es sinónimo de “frágil persona de edad avanzada” ni de “tesoro ecológico”. Rugosos campos quemados por incendios forestales, con alambradas alineadas a través de las verdes montañas; trincheras y escaleras de cemento que serpentean hasta las crestas; carreteras militares escarpadas y estrechas; campos de maíz cultivados por las tropas de Corea del Norte en las laderas de las montañas; búnkeres donde las tropas de Corea del Norte se esconden con sus ojos fijos en el Sur; y soldados surcoreanos que vigilan de cerca los puestos de guardia en la primera línea, pueden no ser un campo de batalla, pero sería un grave error pensar que son una zona en paz.
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¿Qué es la DMZ? El Acuerdo de Armisticio estipula que la DMZ es una zona terrestre que abarca dos kilómetros al norte y al sur de la Línea de Demarcación Militar, que se extiende desde la desembocadura del río Imjin en la costa oeste, donde se ubica el signo de Puesto Nº 0001, hasta Myeongho-ri, en la costa este, marcada por el Puesto Nº 1292. Se trata de una larga franja de tierra que corta la cintura de la península coreana. Al hablar de la división de Corea, una expresión comúnmente utilizada es “a lo largo de los 250 kilómetros de alambre de espinos que recorren la zona de tregua”. Pero ¿es correcto? Para averiguarlo, un geógrafo midió la distancia de la línea desde el límite sur en la desembocadura del río Imjin hasta Chogu, un pueblo de la costa este hasta comprobar que la distancia exacta son 148 millas (unos 238 kilómetros). Técnicamente hablando, la línea de alto el fuego es sólo una línea en el mapa que delimita la frontera entre las dos Coreas. Lo que los turistas que visitan la DMZ pueden ver al mirar a través de los grandes ventanales de los observatorios, construidos a lo largo de todo el recorrido de la alambrada de espinos, es un lugar sereno, pacífico, y que ofrece la ilusión de estar desprovisto de cualquier actividad. Pero de hecho, en la zona fronteriza son constantemente desplegadas astutas tácticas por ambas partes. Por ejemplo, cada año, desde mediados de febrero hasta mayo, las tropas sur y norcoreanas queman las plantas y árboles que obstruyen su perspectiva y su campo de tiro. Esa antigua estrategia militar de “guerra de fuego” sigue operativa en la DMZ. Las condiciones del Acuerdo de Armisticio indican que ninguna de las dos Coreas debe cruzar las respectivas líneas limítrofes del sur y del norte, y establecieron dos kilómetros a cada lado de la línea de demarcación militar, distancia que fue violada hace mucho tiempo. Cada lado ha ido avanzando más allá de los límites designados, moviendo las cercas de alambre de espinos poco a poco hacia adelante. Ha habido muchos incidentes y enfrentamientos en la DMZ, como los relacionados con incendios forestales y minas terrestres, la excavación de túneles de incursión por parte del Norte, y más recientemente la reanudación de las emisiones de propaganda mediante altavoces. Otro dato interesante sobre la DMZ es que la población oficial registrada es mucho menor que el número real de residentes; pues las tropas allí estacionadas en la zona son la “población oculta”. La población del Condado de Hwacheon, en la provincia de Gangwon
1 Dos soldados observan la parte baja de la DMZ desde un puesto de guardia en la parte delantera central. 2 Soldados de una unidad estacionada en primera lĂnea de la DMZ esperan a pasar revista por la maĂąana.
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–que bordea la DMZ- marcaba unas 27.000 personas en 2015. Sin embargo, podría haber más “habitantes ocultos”.
la verdad sobre la ecología en la DMZ En resumen, el medio ambiente natural en la DMZ no es tan natural. Los bosques se han convertido en estériles por los incendios, tras ser contaminados y esquilmados por ese gran número de “residentes”. Algunos estudiosos han venido señalando que el volumen de árboles vivos en la zona fronteriza se ha reducido a menos de la mitad que la media en Corea del Sur, e instan a una acción inmediata para restaurar el ecosistema natural dañado. Los animales que viven en esa tierra estéril han de soportar los altísimos sonidos de los altavoces, una táctica de guerra psicológica, así como los deslumbrantes focos instalados en las vallas de alambre de espinos durante la noche. Algunos han muerto al pisar accidentalmente las minas terrestres. Pero los reportajes sobre la DMZ retratan la zona fronteriza 8 Koreana Otoño 2016
como un refugio para animales salvajes –con manadas de corzos retozando en los campos, alguna cabra en lo alto de una roca mirando algo, o familias de jabalíes salvajes que deambulan alrededor de los cuarteles. Sin embargo, ninguno de los animales posa para la cámara. Las cámaras exponen los hábitats secretos de esos animales salvajes que consideran este lugar sin corazón y carente de verdes bosques como su casa.
las cinco caras de la DMZ Es hora de ir más allá de la común percepción de la DMZ como tierra de paz y de vida, o que la asocia con la tragedia de una nación dividida, y observar más de cerca su verdadero rostro. En primer lugar, la DMZ es un museo vivo de la guerra. La Guerra de Corea, que estalló en junio de 1950, fue de facto una guerra mundial –que involucró a unas 60 naciones que participaron directa o indirectamente- incluidos 10 países comunistas. Ninguna guerra en la Historia de la Humanidad ha involucrado a tantos países y sol-
ESPERANDO EL DÍA EN QUE EL TREN AL MONTE GEUMGANG OPERE DE NUEVO
2 1 Aunque es difícil de apreciar en la fotografía, el puesto de guardia de Corea del Sur en el frente occidental se halla a breve distancia del puesto de guardia de Corea del Norte. 2 Kim Yeong-beom y Kim Sun-hui nacieron en un pueblo del perímetro de control civil del condado de Cheorwon, provincia de Gangwon. En la década de 1980, abrieron el primer hospedaje en Primera Línea, en el campo de flores de diente de león frente a su pueblo. Anhelando el día en que las dos Coreas se reúnan, dan la bienvenida a los huéspedes que han pasado por una serie de puntos de control militares sólo para probar su guiso de bagre picante. 3 El puente del ferrocarril Jeongyeon, parte de la línea del Monte Kumgang, fue construido sobre el río Hantan en el condado de Cheorwon en 1926. El cartel sobre el puente que dice “Línea de ferrocarril no operativa. Monte Kumgang a 90km” transmite una sensación de profunda tristeza y añoranza.
Los campos de diente de león en Gimhwa, en el condado de Cheorwon, provincia de Gangwon, son la parte más septentrional de Corea del Sur, y un inquietante lugar en el que las negras montañas de Corea del Norte miran constantemente hacia abajo. La DMZ atraviesa este campo. También hay un puente oxidado de ferrocarril. Forma parte de la línea Geumgangsan, que fue activada en 1926 y que operaba entre las estaciones Cheorwon y Naegeumgang, hasta que los servicios se interrumpieron por la división de la nación. Una inscripción en los pilares del puente reza así: “Ferrocarril interrumpido. Monte Geumgang a 90 km”, y tristemente refleja el final del viaje. A principios de la década de los 70, un joven granjero llamado Kim Yeong-beom que vivía en un pueblo de la zona civil de la demarcación militar, pidió matrimonio a una joven del mismo pueblo llamada Kim Sun-hui -citando la letra de la canción pop coreana “With You”, un éxito de por aquel entonces: “¿Pasarías el resto de tu vida conmigo en una pintoresca casa en los campos de diente de león?”- mientras las azaleas estaban en flor junto al río Hantan. Ella aceptó. Diez años después de casarse y de vida feliz, con un hijo y una hija, Kim pudo finalmente cumplir su promesa, y obtuvo la aprobación para construir una casa en los campos de diente de león, donde colocó el cartel: “Parada de descanso en Primera Línea”, con la esperanza de que un día el ferrocarril vuelva a operar y lleve trenes llenos de turistas. Aunque no es probable que el turismo al monte Geumgang sea reanudado a corto plazo, hasta más allá de la zona de demarcación militar se ha extendido que su esposa cocina un excelente estofado de pez gato; y a la gente también le intriga la conmovedora historia de amor de la pareja, lo que dota de un atractivo oculto a este lugar en la zona de demarcación militar.
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Lo que los turistas que visitan la DMZ pueden ver al mirar a través de los grandes ventanales de los observatorios, construidos a lo largo de todo el recorrido de la alambrada de espinos, es un lugar sereno, pacífico, y que ofrece la ilusión de estar desprovisto de cualquier actividad. Pero de hecho, en la zona fronteriza son constantemente desplegadas astutas tácticas por ambas partes. dados de tan diversas nacionalidades en un mismo lugar. La DMZ evidencia por tanto la lucha de poder Este-Oeste y en sí misma es un documental de la Guerra Fría. En segundo lugar, la DMZ es un abundante repositorio para la antropología y la historia de Corea. En 1978, Greg Bowen, un soldado estadounidense estacionado en Corea, encontró un hacha de mano del periodo Achelense en el río Hantan, en el condado de Yeoncheon, provincia de Gyeonggi. Esto prueba que hace unos 300.000 años, una especie humana muy anterior a la contemporánea vivió en esa zona. De hecho, muchas reminiscencias militares perduran, como las fortalezas de montaña a lo largo de los ríos Imjin y Hantan, que reflejan los conflictos armados desatados entre los antiguos tres Reinos de Corea -Goguryeo, Baekje y Silla– que tuvieron lugar en esta región hace 2.000 años. En el año 901, durante el último de los Tres Reinos, Taebong fue fundado en Cheorwon, justo en medio de lo que sería la actual DMZ. En 918, la dinastía Goryeo se estableció en ese mismo lugar, y en 1392, la dinastía Joseon fue fundada en la capital de Goryeo, Gaesong. Por tanto, la DMZ fue en su día cuna de tres estados coreanos. En tercer lugar, la DMZ es un tesoro del patrimonio cultural actual. La antigua ciudad –hoy en ruinas- de Cheorwon, registraba una población de unas 37.000 personas durante la década de 1940. Originalmente fue planificada y establecida por los japoneses durante el dominio colonial, pero fue posteriormente destruida durante los bombardeos de la Guerra de Corea. De hecho, aún perduran algunos de los edificios colapsados por la guerra -como la oficina del condado, la estación de policía, la escuela primaria, la iglesia, el centro de inspección de productos agrícolas, la fábrica de hielo, la oficina de asociación económica, la estación de tren y la sede del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte- y ofrecen testimonio de la viva ciudad que una vez fue. Cheorwon formó parte del territorio de Corea del Norte desde 1945, tras la liberación de Corea del dominio colonial japonés, hasta la firma del Acuerdo de Armisticio en 1953. El puente Seungil, que cruza el río Hantan, fue diseñado por Corea del Norte en 1948. Junto a él se encuentra el puente Hantan, construido por Corea del Sur en 1996. En cuarto lugar, la DMZ es un crisol. Justo tras el alto el fuego, la zona de control civil fuera de la DMZ abarcaba más o menos 100 pueblos vacíos. El gobierno adoptó políticas de migración para repoblarlos y, como resultado en 1983, cuando la zona contaba con más población civil, contabilizó un total de 39.725 personas, repartidas en 8.799 casas de 81 aldeas dentro de la zona de demarcación civil (a partir de entonces, dicha demarcación se fue empujan10 Koreana Otoño 2016
do más hacia el norte, excluyendo a muchos de estos pueblos). En tanto, las personas que se instalaron en estos pueblos crearon una cultura única, y la mezcolanza de culturas tan dispares, procedente de personas con diferentes idiomas, éticas, costumbres e historias familiares, junto con la cultura militar, conforman el rasgo distintivo de “la tercera zona”. Por último, el ecosistema natural de la era de la Guerra Fría se ha conservado en gran medida en la DMZ. Un tránsito ecológico adecuado no habría sido posible durante la Guerra Fría, debido a las fuertes intervenciones en la zona. Aun así, algunos de los charcos en los que cayeron proyectiles de artillería, desde entonces se han convertido en estanques; en tanto que los arrozales abandonados se han convertido en pantanos. Las plantas de agua de esos pantanos se han convertido en hábitat para los corzos, mientras que los insectos y las lombrices de tierra atraen aves y animales salvajes. Las ramas de los árboles de los campos donde los soldados de Corea del Sur y del Norte realizan maniobras militares, han dejado de crecer. Tal vez han aprendido que es mejor centrarse en crecer en vertical, para que las llamas puedan pasar por debajo de sus ramas. Tras los incendios, estos campos reverdecen en primavera, ya que las llamas queman sólo las hojas jóvenes que son “prescindibles”. Pero los animales grandes, como los jabalíes, encontrarán poco que comer en estos campos. Algunos animales sobreviven con los restos de comida de los soldados, pero otros desgraciadamente son alcanzados o aniquilados por minas o trampas explosivas. Durante las fuertes nevadas del final del invierno, los soldados alimentan con hierbas y plantas a las cabras, para intentar que no mueran de hambre en los profundos valles de la cordillera Hyangnobong. Otro fenómeno natural único en la zona fronteriza son los virus y patógenos latentes. Por ejemplo, la fiebre hemorrágica con síndrome renal, que afectó a unos 3,000 soldados de Naciones Unidas durante la Guerra de Corea, todavía persiste; y otras enfermedades como la rabia y la malaria están a la orden del día en la zona. Las cinco caras de la DMZ constituyen un patrimonio histórico-cultural que no ofrece ninguna otra parte del mundo. Esta herencia es el valioso “contenido” que dejó el siglo XX a los coreanos de hoy en día, quizá para compensar a los que sufrieron la tragedia de la división nacional. Ahora, depende de nosotros utilizar este contenido para ayudar a concretar el sueño de la reunificación nacional. (Traducido por Javier Castañeda)
Soldados sur y norcoreanos se ubican unos frente a otros a ambos lados de la Línea de Demarcación Militar, que se extiende a través del Área de Seguridad Conjunta de la aldea de la tregua de Panmunjom. El edificio del lado opuesto es Panmungak, en Corea del Norte, mientras que el edificio azul, en el lado izquierdo, es una sala de conferencias de la zona de seguridad (JSA).
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REpORtAJE EspECIAl 2 DMZ: La tierra prohibida vista a través de las alambradas
El bOsQuE DE lA DMZ, uN sENDERO pARA ENCONtRAR lA pAZ INtERIOR ¿Cuál es el origen de la capacidad del ser humano para encontrar la paz? Reflexioné sobre esta cuestión mientras caminaba por un bosque que hace más de seis décadas y media había sido un sangriento campo de batalla. lee Chang-guy Poeta y crítico literario Ahn Hong-beom, Han Dae-in Fotógrafos
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n mayo de 1986, la Comisión Nacional Española de Cooperación con la UNESCO publicó la “Declaración de Sevilla sobre la Violencia”, adoptada en una reunión internacional de científicos en materia de educación para la no-violencia, celebrada en esta ciudad del sur de España. Con la formulación de cinco principios para refutar la idea de que “la violencia humana organizada está determinada biológicamente”, el comunicado concluye: “Así como ‘las guerras empiezan en el alma de los hombres’, la paz también encuentra su origen en nuestra alma. La misma especie que ha inventado la guerra también es capaz de inventar la paz. La responsabilidad incumbe a cada uno de nosotros”. En el mismo sentido, ¿se puede afirmar que las zonas desmilitarizadas (DMZ) han sido una invención pragmática de la mente humana en la transición de la guerra a la paz? Aquellos que puedan citar ejemplos con éxito de DMZ en todo el mundo, que sonrían y asientan con la cabeza. Vamos a adentrarnos más a fondo en la cuestión analizando uno de estos casos.
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la DMZ y “el campo entre dos tierras” En la antigua China, la dinastía Shang (1600-1046 a.C.) experimentó constantes disputas territoriales entre los estados feudales de Yuy Rui. Un día, sus líderes decidieron instar a Zhou, otro estado feudal, a que solicitara la mediación del vizconde de Occidente. Al entrar en Zhou, sin embargo, se percataron de su error y regresaron a sus respectivos estados. Lo que habían visto en las zonas rurales de Zhou era la práctica habitual de los agricultores de compartir entre diferentes propietarios los espacios limítrofes que separaban los campos. Incluida en los “Registros del Gran Historiador” (Shiji ) de Sima Qian como un elogio al vizconde de Occidente, llamado a título póstumo el Rey Wen de Zhou, esta anécdota aporta una visión detallada sobre la sabiduría y las costumbres en el medio agrícola de la antigua Asia. La historia describe el concepto del llamado “campo entre dos tierras” o “campo en barbecho”. El “Gran comentario sobre el libro de documentos” (Shangshudazhuan ) de Fu Sheng, otro antiguo erudito chino, documenta cómo se resolvían las disputas territoriales mediante la designación de la zona fronteriza como un campo intermedio. El “Jardín de las plantas” (Shuo yuan), compilado y anotado por el erudito confuciano Liu Xiang, define un campo en barbecho como una “zona de seguridad que no pertenece a ninguna de las partes”. El “Libro de los Ritos” (Liji), una colección de textos sobre la etiqueta y los ritos ceremoniales de la dinastía Zhou, llama a este tipo de terreno un “campo vacante” que no pertenece a nadie, como la luna en el cielo y los árboles en las montañas. A día de hoy sí parece haber una clara diferencia entre una DMZ y un campo entre dos tierras. Mientras la primera se crea en la mesa de negociaciones considerando la vida humana al nivel más simple, funcional y orientado a los intereses comunes, el último era la alquimia de la conce-
El Observatorio Eulji de Haean-myeon, en el condado de Yanggu, provincia de Gangwon, ofrece una vista panorámica sobre Punchbowl, uno de los más feroces puntos de batalla de la Guerra de Corea. A lo lejos, más allá de la cuenca, los picos del monte Kumgang en Corea del Norte pueden verse en días soleados.
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sión, la moderación y la tolerancia con base en los intereses prácticos de las partes interesadas. Sin embargo, las DMZ han demostrado ser una invención con un éxito relativo. Han sido eficaces a la hora de mitigar los conflictos, aunque sea temporalmente, en varios lugares del mundo golpeados por la guerra, y también han prestado un buen servicio a la investigación científica y la exploración en áreas remotas como el Polo Sur. Sin embargo, su eficacia parece muy limitada cuando las partes en conflicto están dispuestas a emprender una carrera armamentística para proteger sus propios valores e intereses. Por ejemplo, la zona desmilitarizada entre las dos Coreas, desafiando los objetivos iniciales de su creación, se ha convertido en un área altamente fortificada en la que se despliegan alrededor de 1,5 millones de soldados y una gran cantidad de armamento. Durante más de 60 años, en este largo tramo de tierra ha reinado un estado de confrontación con la posibilidad latente de volver a las hostilidades. Si usted cree que las grandes organizaciones internacionales, los centros de investigación del gobierno o los destacados líderes políticos pueden traer la paz a la península de Corea, mejor zanjamos aquí el tema. En lugar de esos esfuerzos burocráticos me gustaría hablar de algo que podría parecer trivial, como las personas que limpian los caminos de maleza, ensanchan las carreteras que conducen a las escuelas o trasplantan a sus jardines flores desconocidas. A pesar de que viven más allá de la Línea de Control Civil de la DMZ, no son diferentes de otros coreanos que tienen que enfrentarse a la adversidad y hacer sacrificios para buscar una mejor vida. Observo en estas personas una capacidad de crear paz y creo sin duda que el concepto de los campos entre dos tierras fue concebido con esta actitud hacia la vida.
En el sendero de punchbowl El área de Punchbowl en el condado de Yanggu, provincia de Gangwon, fue escenario de feroces batallas que siempre están presentes en los debates sobre la Guerra de Corea. Era una zona altamente estratégica que tuvo que defenderse por todos los medios posibles, ya que su pérdida podría poner en peligro Chuncheon,
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lo que a su vez haría vulnerable a Seúl ante un ataque enemigo. De las nueve mayores batallas libradas en el condado de Yanggu, cuatro se disputaron en la zona de Punchbowl, incluyendo la batalla del Monte Dosol, que fue la que acabó otorgando al Cuerpo de Marines de la República de Corea el sobrenombre de “los marines invencibles”, y la batalla del pico de Gachil, en la que se produjo una encarnizada lucha para controlar un punto estratégico de vigilancia que cambió de manos seis veces en cuarenta días. Esta cuenca hidrográfica rodeada de montañas, que se elevan a más de 1.000 metros de altura, llegó a ser conocida como Punchbowl después de que así la bautizara un corresponsal de guerra extranjero, y más tarde los coreanos adoptaron este sobrenombre para referirse a ese lugar. Llamada formalmente la cuenca del Haean, la zona albergaba un pequeño pueblo de montaña forjado por la erosión del agua y el viento en las rocas. Después del Armisticio, el pueblo devastado fue relegado a más allá de la Línea de Control Civil. El gobierno comenzó a reubicar allí a la gente en 1956 y la aldea es ahora un pequeño municipio con una población de alrededor de 1.700 personas. En un momento en que los ingresos per cápita de la nación no llegaban a los cien dólares, los colonos arriesgaban sus vidas para cultivar la tierra sembrada de minas terrestres hasta 600 metros a lo alto de la ladera. Recientemente, cuando el Servicio Forestal de Corea comenzó a remover la tierra para la repoblación forestal del monte Wawu, aquí se llenaron dos sacos grandes de casquillos de bala, lo que trajo una vez más a la memoria los sucesos de hace décadas. Incluso hoy en día, las extensiones de tierra que los residentes no han cultivado son campos de minas o zonas restringidas y controladas por los militares. Este año se produjeron dos accidentes con minas en Hyeon-ri, cerca del túnel de infiltración número cuatro excavado por el Norte como parte de sus antiguos planes de invadir el Sur. En otoño de 2011 se inauguró en este pueblo norteño el sendero de Punchbowl de la DMZ, una ruta para caminantes. La eliminación de minas fue la mayor prioridad a la hora de crear este recorrido que se extiende más allá de la Línea de Control Civil. De lo contrario, el ejército no hubiera permitido el paso a civiles. Además, en cada tour debe haber un guía certificado por motivos de seguridad. Kim Eun-suk, de 56 años, es una guía de rutas forestales que durante cinco años ha llevado numerosos tours en este sendero. La organización del recorrido y llevar a cabo estudios ecológicos también forman parte de sus funciones. Kim ve su trabajo como una de las ventajas de haber crecido en esta zona remota. Ella y su marido se dedicaban antes a la agricultura para su propio sustento y para criar a sus dos hijos, pero cada año veían más difícil soportar este laborioso trabajo, mientras los precios de los productos del campo caían cada vez más. La oportunidad de trabajar como guía de senderismo le llegó cuando buscaba alguna otra ocupación. El sendero discurre por una zona en la que Kim solía pasear con su madre para recoger cortezas de tilo y verduras silvestres que ayudaban a su familia a sobrevivir en primavera durante los tiem-
1 Kim Eun-suk (a la derecha), guía turístico del sendero Punchbowl, en el bosque de la DMZ, explica las características geográficas de los alrededores. 2 A medida que guía a los turistas, Kim Eun-suk recalca que el sendero Punchbowl es muy singular, pues permite pasear por un bosque contemplando la guerra, la paz, y el misterio de la naturaleza.
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Un día, mientras guiaba a un grupo de veteranos del Cuerpo de Marines, todos ellos de la tercera edad, que habían luchado en la batalla del Punchbowl, sintió la misma sensación en sus ojos. Tal vez, en algún lugar a lo largo del camino, ellos también habían visto a soldados jóvenes, indefensos como niños pequeños, sentados en el suelo y durmiendo apoyados en sus fusiles. CULtUra y arte de Corea 15
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pos difíciles. Nunca se imaginó que recordar los nombres de los árboles y las hierbas que su madre le había enseñado hace tanto tiempo le sería tan útil en la actualidad. Por supuesto, la fauna y la flora no son exactamente iguales hoy en día por la desaparición de algunas especies nativas –entre ellas la hierba medicinal Arnebiaeuchroma y ciertas clases de flores- y la llegada de otras exóticas. El sendero Punchbowl de la DMZ es una ruta para caminantes que se extiende a lo largo de 73 kilómetros divididos en cuatro secciones: el bosque de la ruta de la Paz, el camino del campo de Oyu, la senda de la llanura de Mandae y la ruta del monte Meonmet. Aunque el camino del monte Meonmet que conduce a BaekduDaegan (la cresta de la Gran Cabeza Blanca) es también bastante impresionante, el recorrido favorito de Kim es el camino del campo de Oyu. A diferencia de las zonas montañosas y sembradas de minas alrededor del pico de Gachil y el monte Daewu, este sendero es relativamente llano y presenta diversos paisajes de caminos rojos de arcilla, valles y embalses. Pero por encima de todo, esta zona es donde ella vivió de niña, cocinando para la familia “de cuclillas al lado de la estufa sobre un horno de leña” porque era demasiado pequeña para llegar a la tapa del calefactor. Las tumbas de sus padres se encuentran en la entrada del recorrido, recordándole a su padre, agricultor, que siempre vestía un sombrero alto tradicional y una larga túnica exterior al salir de casa. Ella no puede pensar en su difunto padre y el amor de éste por la bebida sin sentirse culpable por ignorarle a menudo al verle en la calle, avergonzada de su embriaguez. Mientras guía a los turistas a lo largo del camino, a menudo se engaña a sí misma pensando que está adentrándose en el bosque para recoger hierbas silvestres con su madre. Lo hace especialmente cuando a través de los huecos en las copas de los árboles mira hacia arriba y contempla el cielo azul salpicado de nubes blancas. Un día, mientras guiaba a un grupo de veteranos del Cuer16 Koreana Otoño 2016
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1 Descubierto en 1990 dentro de la DMZ, a unos 26 kilómetros al noreste de Yanggu, el cuarto túnel de infiltración forma parte del Tour por el Perímetro de Seguridad en la zona de Punchbowl. Excavado por Corea del Norte para penetrar en el Sur, es uno de los cuatro túneles subterráneos descubiertos en la DMZ. 2 La estación Woljeong-ri en la zona de civil de Cheorwon, provincia de Gangwon, es una parada de control inaugurada en 1914 en la línea Seúl-Wonsan. Los restos de un tren bombardeado justo tras la Guerra de Corea, se exhiben bajo un cartel que dice: “El caballo de hierro quiere correr de nuevo”. 3 Puesto de vigilancia en la zona de control civil con vistas al paisaje otoñal de las planicies de Cheorwon, tras las que se encuentran los campos de Corea del Norte y las montañas.
po de Marines, todos ellos de la tercera edad, que habían luchado en la batalla del Punchbowl, sintió la misma sensación en sus ojos. Tal vez, en algún lugar a lo largo del camino, ellos también habían visto a soldados jóvenes, indefensos como niños pequeños, sentados en el suelo y durmiendo apoyados en sus fusiles.
En las llanuras de Cheorwon Para las aves migratorias procedentes de Siberia y el noreste de China, la península de Corea ha sido durante mucho tiempo una zona ideal en la que invernar. Sin embargo, debido a la rápida urbanización y al aumento de la recuperación de humedales muchas de ellas han dejado de acudir. Las llanuras de Cheorwon son uno de los pocos lugares en la península que todavía ofrecen un santuario para las aves invernantes. Las primeras bandadas de gansos salvajes y grullas comienzan a llegar incluso antes de la cosecha de otoño, seguidas por muchos otros pájaros que prácticamente cubren el cielo en octubre. Acompañadas por ánades reales y cercetas del Baikal un poco más tarde, millones de aves migratorias crean un magnífico espectáculo en las llanuras. Las aves hacen su primera escala en las llanuras de Cheorwon debido a los arroyos de agua templada de unos 15 grados centígrados que fluyen sobre la meseta de lava creada por el monte Ori. Los arroyos templados y el fértil suelo de basalto hacen de estas llanuras el mejor granero de la provincia de Gangwon. Del mismo
modo que la gente visita este lugar más allá de la Línea de Control Civil para disfrutar de un medio ambiente natural limpio, las aves migratorias también vienen aquí en busca de granos esparcidos por los campos de arroz después de la cosecha, gramíneas y orugas de todo tipo, así como peces bajo las superficies heladas. Las llanuras fueron también uno de los campos de batalla más sangrientos durante la Guerra de Corea. El llamado “triángulo de hierro”, que agrupaba el condado de Cheorwon con el de Pyeonggang y el de Kimhwa, era una zona estratégica que tuvo que ser defendida para mantener el control sobre el frente central. En diciembre de 1992, un guardia en la parte de Cheorwon de la zona desmilitarizada vio una grulla que permanecía detenida sobre los campos cubiertos de nieve durante un tramo inusualmente largo de tiempo. En el mismo lugar encontró casi una semana después al ave, postrada en el suelo al lado del cadáver de otra grulla de sexo masculino que al parecer había muerto antes. La historia de la grulla de duelo por su compañero muerto y el soldado que se preocupó por el agotado pájaro, se extendió entre los aldeanos. Gracias a la dedicada atención del soldado, la grulla viuda se recuperó en un mes y los aldeanos liberaron al ave en un lago del norte rodeado de abedules blancos. Ataron un anillo a su pata, de modo que pudieran reconocerla cuando regresara. Con el tiempo, el arroz Odae de Cheorwon se convirtió en una marca famosa a nivel nacional, apreciada por el suelo fértil y el ambiente limpio del lugar. Aunque no ha habido testimonios sobre el regreso de la grulla, la gente tiende a pensar en ella como un presagio de su buena fortuna y por lo tanto se esfuerza en alimentar a las aves migrato-
rias que regresan a la zona cada año. Algunas zonas cerca de la Línea de Control Civil, incluyendo la península de Jangdan, el río Imjin y el embalse de Togyo, son lugares bien conocidos para las águilas. Hace dos o tres décadas comenzaron a aparecer grandes águilas en estos lugares, a menudo desnutridas y agotadas. Desde entonces, los residentes se han acostumbrado a dejar la comida para las hambrientas águilas, proporcionándoles un sustento muy necesario durante su estancia de invierno. Alrededor de 2.000 águilas visitan la región cada invierno. Al recoger los restos de animales desechados por los ganaderos, ayudan a proteger el medio ambiente natural, con un modelo de convivencia entre seres humanos y animales. Después de que en 1979 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) propusiera la creación de parques internacionales de paz, diversas organizaciones globales, así como el gobierno de Corea y los medios de comunicación, han realizado esfuerzos de investigación para avanzar en esta iniciativa. Como resultado, Corea del Sur y Corea del Norte han firmado varios acuerdos para impulsar el uso pacífico de la DMZ, pero ha habido pocos avances a la hora de aplicarlos. En su poema “Flor”, muy apreciado por su impresionante frase inicial “las flores florecen a lo largo de todas las fronteras”, el poeta Ham Min-bok advierte: “De día las lágrimas se secan / y no pueden pasar entre la luna y las sombras / la valla de flores se marchita / y todas las fronteras entre el mundo y yo se abrirán al paso”. (Traducido por Atahualpa Amerise)
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REpORtAJE EspECIAl 3 DMZ: La tierra prohibida vista a través de las alambradas
El Observatorio Taepung en Yeoncheon, provincia de Gyeonggi, ofrece vistas a los meandros del río Imjin hacia el sur, a través de la zona desmilitarizada de Corea del Norte.
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DMZ, uN ECOsIstEMA pREsERvADO EN sECREtA tRANQuIlIDAD
seo Jae-chul Asesor experto, Corea Verde Unida Ahn Hong-beom, Kim Cheol Fotógrafos
la DMZ, franja que separa a las dos Coreas, forma parte de un eje principal en los ecosistemas de la península. Esta franja de tierra prohibida ha permanecido aislada de la civilización durante más de 60 años desde el final de la Guerra de Corea. A pesar de la continua destrucción de los bosques por las actividades militares, en el lado occidental han surgido humedales, y bosques templados en el lado oriental. CULtUra y arte de Corea 19
l acceso a la DMZ solo está permitido, básicamente, a un pequeño número de soldados, tanto del Sur como del Norte. Desde el alto el fuego en julio de 1953, solo un contado número de civiles ha podido poner un pie en la zona. En la década de 2000, en un ambiente marcado por la distensión, las dos Coreas abordaron la forma de reconectar las carreteras transfronterizas y las líneas ferroviarias, incluida la línea Gyeongui, que unía Seúl con Sinuiju (en el extremo oriental norcoreano), y la línea Donghae a lo largo de la costa este. Fue entonces cuando tuve ocasión de entrar hasta tres veces en la DMZ, como integrante de un equipo de inspección conjunto pública-privado, para realizar una evaluación de impacto ambiental, aunque en un área muy limitada. En 2006 entré de nuevo en la zona desmilitarizada para participar en un sondeo sobre el clima de sus bosques, bajo el patrocinio del Servicio Forestal y el Ministerio de Defensa de Corea. Caminamos junto a la alambrada de espinos a lo largo de la línea fronteriza del sur, en la desembocadura del río Imjin en Paju, provincia de Gyeonggi, al extremo occidental de la frontera, hasta Goseong, provincia de Gangwon, en el extremo oriental. Fue una agotadora tarea que nos llevó dos meses. Cada mañana cruzábamos la línea de control civil para entrar en la DMZ y caminábamos la distancia diaria permitida por el lado sur de la demarcación militar. Allí encontramos todo un mosaico de ecosistemas de bosques templados: un tesoro de biodiversidad que abarca desde charcas hasta bosques enteros.
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1 El pez mandarín dorado, designado patrimonio natural, nada en el curso superior del río Bukhan en Hwacheon, provincia de Gangwon, en la DMZ. 2 Un grupo de ciervos de agua camina a lo largo de la alambrada de espinos en la zona central de la primera línea de la DMZ.
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los humedales del oeste Estos humedales forman el paisaje más dinámico de la zona occidental de la DMZ. Todos los espacios con agua del lugar se convirtieron en humedales mediante un proceso de sucesión natural. Las huellas de los antiguos campos de arroz se mantuvieron por todas partes, en las balsas de agua repartidas entre grandes y pequeños arroyos, valles, charcas y embalses, creando un paisaje de excepcional diversidad. Antes de la Guerra de Corea, la extensa parte central y occidental de la zona desmilitarizada era una zona rural. Así, las que otrora fueron tierras de cultivo que se despliegan entre los cursos de agua. Durante un largo período de tiempo, los arrozales no utilizados se han convertido en un refugio para la biodiversidad de los humedales, habitado por aves, peces, anfibios, reptiles y multitud de insectos. Caminando a lo largo de las alambradas de espino, maravilla la variedad de espacios interesantes entre los humedales, surgidos en lugares donde no se practica la agricultura desde hace décadas. En invierno los humedales se convierten en hogar de todo tipo de aves migratorias, entre ellas diversas especies de grullas, como las de Manchuria y las de cuello blanco. Una de las especies protegidas a nivel internacional que se puede hallar en estos humedales es el ciervo de agua. Estos animales son más pequeños y más delgados que otras especies de ciervos. A primera vista parecen mansos, ya que caminan con calma junto a los pantanos o en lugares tranquilos, pero son capaces de saltar con tanta fuerza como las bestias de la familia de los felinos. Las aguas de los arroyos y ríos en los valles de la DMZ, que en su mayoría nacen en el Norte y desembocan en el Sur, son tan limpios y claros que recuerdan los días previos a la industrialización de Corea. Gracias a la prohibición total de cualquier tipo de desarrollo y pesca en la zona, nadan en libertad una gran variedad de peces de agua dulce. De hecho, los peces son tan numerosos que se podría decir que hay “tanta agua como peces a partes iguales”. Las nutrias, consideradas especie en peligro de extinción, habitan en toda la DMZ y se alimentan de los abundantes peces de estas aguas.
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Caminando a lo largo de las alambradas de espino, maravilla la variedad de espacios interesantes entre los humedales, surgidos en lugares donde no se practica la agricultura desde hace décadas. En invierno los humedales se convierten en hogar de todo tipo de aves migratorias, entre ellas diversas especies de grullas, como las de Manchuria y las de cuello blanco. los bosques del este El extremo oriental de la franja fronteriza contiene una alta densidad de bosques. Los valles son profundos y las pendientes empinadas. Los incendios forestales no se propagan muy rápido aquí. Es un ambiente en el que los animales cuentan con un hábitat estable y espacio para explayarse. Los soldados de servicio se topan a menudo con especies en peligro de extinción, como cabras montesas y ciervos almizcleros. Desde la década de los 70 se había perdido de vista al ciervo almizclero en la península coreana, a excepción de la DMZ. Sin embargo, en 2014 se confirmó su existencia en otras zonas. Estos animales se encuentran en la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales. También habitan la zona desmilitarizada muchos otros mamíferos, como ardillas voladoras, gatos monteses y osos negros asiáticos que, sorprendentemente, no tienen miedo de los humanos. Dicen que es debido a la regla tácita entre los soldados des-
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1 Las aves migratorias no conocen fronteras y llegan en busca de granos sueltos a las planicies de Cheorwon al finalizar la cosecha. 2 Una violeta de diente de perro crece a través de una grieta en un casco de combate oxidado y abandonado.
plegados en la zona de distensión, que se abstienen de matar animales salvajes, por la creencia de que les traerá mala suerte. El área de bosques naturales en la zona desmilitarizada, en la que se observan magníficos montes y picos, está repleta de diversos árboles como encinas, robles de Mongolia, robles blancos, robles orientales, cerezos silvestres, arces y nogales silvestres. También florecen en este lugar unas 30 especies de plantas autóctonas, entre ellas lirios y campanillas. La naturaleza y el ecosistema de la DMZ están despertando la curiosidad de mucha gente. Sin embargo, tan solo un 10 por ciento de la zona ha sido objeto de estudios sobre su ecosistema, y ha pasado mucho tiempo desde que el último de ellos se llevó a cabo. Muchas áreas siguen siendo inaccesibles debido a las numerosas minas terrestres que quedan enterradas. Espero con ilusión el día en que se sienten las bases para la paz entre las dos Coreas, pues permitirá realizar un estudio a gran escala y levantar el velo de misterio que cubre la DMZ. (Traducido por Atahualpa Amerise)
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LA TIERRA PROHIBIDA DE LA BIODIVERSIDAD El ecosistema forestal de la zona desmilitarizada y sus alrededores se divide en cuatro áreas: el área de la costa oeste, el de la zona interior del centro oeste, la zona montañosa centro oriental y la zona costera del este, según el Instituto Nacional de Ciencias del Servicio Forestal de Corea. La zona costera occidental es un área de vastos humedales de agua salobre, que incluye los estuarios del río Han y del río Imjin, donde se entremezclan el agua dulce y el agua salada. A uno y otro lado se levantan colinas de unos 100 metros de alto, y las llanuras fértiles se utilizan para la agricultura. Aquí también habitan muchas aves en peligro de extinción, como las espátulas de cara negra, las grullas de cuello blanco y los gansos chinos. La zona interior del centro oeste incluye el condado de Yeoncheon y los planos de Cheorwon, compuestos de tierra volcánica junto al río Hantan. El río Imjin y el río Hantan serpentean a lo largo de la zona, donde pasan el invierno las grullas de Manchuria y las de cuello blanco, dos especies de aves que gozan de protección internacional. Localizada cerca del río Bukhan, entre las sierras de Baekdu Daegan y Hanbuk Jeongmaek, la zona montañosa centro oriental está rodeada de montañas de más de 1.000 metros de altura, cubiertas de densos bosques. Por ella deambulan cabras de montaña y ciervos almizcleros, y ha sido designada monumento natural de Corea. Por último, la zona costera oriental se asienta al este de Baekdu Daegan, o la sierra de la Gran Cabeza Blanca, que atraviesa la península de Corea. El área entre el pico Hyangno y el monte Geonbong ha sido designada como reserva natural.
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REpORtAJE EspECIAl 4 DMZ: La tierra prohibida vista a través de las alambradas
En un buen día, las planicies de Yeonbaek en Corea del Norte pueden ser vistas desde la cima del Monte Hwagae, en la isla de Gyodong. Los supervivientes de más edad refugiados en el condado de Yeonbaek, provincia de Hwanghae, ahora Corea del Norte, dicen que los isleños de Gyodong viajaban en barco a Yeonbaek para comprar y vender mercancías en dicho mercado hasta que la península fue dividida.
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GYODONG, uNA IslA fRENtE A COREA DEl NORtE En la isla de Gyodong, que se encuentra más allá de la línea de Control de Civiles surcoreana, no hay ni una sola franja de demarcación militar o zona desmilitarizada. Esto se debe a que la isla está separada de Corea del Norte por mar. A pesar de cierta polémica sobre la seguridad militar, en 2014 se construyó un puente para conectar la isla de Gyodong con la de Ganghwa, cercana a Incheon, lo que a día de hoy permite llegar a la primera sin necesidad de tomar un ferry. lee Chang-guy Poeta y crítico literario Ahn Hong-beom, Kim Yong-chul Fotógrafos
l curso de agua que los locales llaman el río Jo, entre la confluencia del río Han y el Río Imjin, y entre la isla de Ganghwa y el Mar del Oeste, se le denomina oficialmente “aguas que rodean el estuario del río Han”, según el Acuerdo de Armisticio de la Guerra de Corea. Este pacto permite a todos los barcos civiles de las dos Coreas hacer uso pacífico de las aguas, lo que, a diferencia de la DMZ, define a éstas como “neutrales” de manera efectiva. Sin embargo, por razones de seguridad, los gobiernos de ambos países restringen aquí la pesca. Dos terceras partes de la costa de la isla de Gyodong, que se extiende a lo largo de 37,5 kilómetros, están cercadas con alambre de espino. En 1992, el gobierno permitió a un barco transitar a través de estas aguas con el fin de suministrar los materiales necesarios para construir el Jayuro, o la Carretera de la Libertad, que va desde el puente de Haengju al Observatorio de la Unificación de Imjingak. Fue una decisión tan inusual que copó las portadas de los periódicos de ese día. De este modo las aguas frente a la isla de Gyodong adquirieron cierta visibilidad. Sin embargo, para los isleños, este mar situado bajo el rojo sol, barrido por vientos fuertes y cubierto por una espesa niebla, es un recordatorio permanente de todo lo ocurrido en el transcurso de la división nacional y la guerra.
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El mar de mi padre Yo soy de Incheon, y es allí donde pasé mis años de infancia y fui al colegio. Vivía en la ciudad portuaria, no muy lejos de la isla de Gyodong, hasta que me casé y me mudé a otro lugar. Sin embargo, en algún momento comencé a mostrarme evasivo cuando alguien me preguntaba de dónde era. La localidad natal de mi padre es Honam-myeon, en el condado CULtUra y arte de Corea 25
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de Yeonbaek, provincia de Hwanghae, ahora en Corea del Norte. Él se refugió en Incheon durante la Guerra de Corea. En mi caso, no sé cuándo realmente tomé consciencia de pertenecer a una familia desplazada. En mi mente arraigaron de forma profunda las historias de días festivos en los que la familia comía enormes songpyeon (pasteles de arroz rellenos en forma de media luna), y mandu (empanadillas) tan grandes que solo con dos de ellas se rellenaba el cuenco entero. Un día, mi padre y yo nos concentramos en dibujar un mapa de su pueblo natal, aunque yo nunca lo había visto. Para calmar la nostalgia, mi padre, que hoy tiene más de 90 años, y su hermano mayor, que murió hace aproximadamente una década, observaban abstraídos desde la colina norte de la isla de Gyodong los pinos que se erigían en la colina trasera a su pueblo natal. La localidad, Honam-myeon, está a solo dos o tres kilómetros de la isla. Aquellos días mi padre se emborrachaba hasta casi perder la consciencia y se iba a la cama temprano. Antes de que en 1945 se produjera la liberación de Corea del dominio colonial japonés, Gyodong solía ser un importante puerto de escala para los barcos de pasajeros. En aquellos tiempos había unos diez puertos y muelles de ferry a lo largo de la costa. Cuando pienso en los barcos, grandes y pequeños, que visitaban la isla y en el ruido que hacían, me siento de algún modo calmado y satisfecho. Con la marea baja incluso era posible llegar caminando a Yeonbaek desde territorio continental. Atareados con las labores del mercado, los isleños de Gyodong no llegaban a veces a tiempo a la marea 26 Koreana Otoño 2016
baja y tenían que volver a casa al día siguiente. Cuando la sequía castigaba la isla, partían hacia territorio peninsular para vender caquis, una especialidad de Gyodong, y los jóvenes isleños buscaban trabajo allí y se ponían celosos cuando las chicas decidían casarse con hombres de la parte continental. De forma natural, los isleños de Gyodong desarrollaron la misma forma de vida que los nativos peninsulares de la provincia de Hwanghae. A los refugiados de Hwanghae la forma de hablar de aquéllos les recuerda a la de los familiares que dejaron atrás durante la guerra. Su estilo de vida también posee características de las regiones del norte: sus pasteles de arroz y empanadillas son grandes, al igual que sus casas, que se caracterizan por tener amplias habitaciones. El ritmo y la melodía de la música que los agricultores tocan en el pueblo durante la festividad de Chuseok (festival de la cosecha en el calendario lunar) y en el Daeboreum (primer día de luna llena del año nuevo lunar) son más rápidos e intensos que los de las regiones del sur. Y al igual que los norteños peninsulares, los isleños disfrutan comiendo cilantro, así como kimchi elaborado con grandes trozos de nabo.
Aguas amigas La pesca en la isla de Gyodong se trasladó a las aguas entre el muelle de ferrys del puerto de Namsanpo en la cara sur de la isla, Changhu-ri, en la isla de Ganghwa y la isla de Seongmo, después de que se dibujara una línea de restricción pesquera en el año 1955.
Como resultado, tres de las ocho espléndidas vistas de la isla de Gyodong, entre ellas la de los barcos de pesca sobre el horizonte, han desaparecido; como también lo han hecho los pubs y bares en los puertos de Juksanpo y Binjangpo, donde abrieron mercados de pescado de temporada. La zona de pesca de Gyodong es tan estrecha que los barcos solo demoran entre cinco y diez minutos en llegar desde Namsanpo al otro extremo. Cada barco de pesca solo tiene derecho a dos redes. Aproximadamente, una decena de familias podían vivir de este pequeño trozo de mar; pero a día de hoy solo cinco pescadores se las arreglan para mantener su trabajo, satisfaciendo la nostalgia de la gente por el pescado con “sabor a viejos tiempos”. En algún momento del pasado, los comandantes de unidades militares cercanas permitían a la población civil atrapar mújoles y marisco antes del Día de Año Nuevo Lunar y de Chuseok en los confines de la línea de restricción pesquera protegida por soldados armados. Pero eso es ya una vieja historia. Cha Gwang-sik, de 67 años, nació en Yeonbaek, provincia de Hwanghae en la actual Corea del Norte. Su familia huyó cuando era un bebé durante la Guerra de Corea. Nadie hubiera imaginado que pasaría su vida pescando camarones para salir adelante. La captura de camarones este año es tan modesta como de costumbre y la mayor parte se entregará a sus antiguos clientes, que los utilizan para prepararlos en salazón (saeujeot). Hyun Sang-rok, de 63 años y veterano gestor de recursos pesqueros del pueblo, vende marisco y lleva un restaurante. Hijo de un refugiado de Corea del Norte, nació un año después de la guerra y ha vivido en Namsanpo durante más de cuatro décadas dedicándose a la pesca. Por fortuna, durante más de seis décadas no se ha producido ningún enfrentamiento militar entre las dos Coreas en las aguas de
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la isla de Gyodong, aunque de vez en cuando salen noticias sobre uno o dos norcoreanos que llegan a nado desde el otro lado del mar. Hay muchas cosas dignas de admiración en la vida de estos isleños -cada vez más ancianos- que viven del mar, tan aventureros como sumisos, y en el fondo realistas.
los veteranos de la Isla La familia de Han Gi-chool, de 67 años, ha vivido en la isla durante generaciones. Él no oculta ser un empresario del sector agrícola hecho a sí mismo, con tierras de cultivo que se expanden a lo largo de más de cuatro hectáreas. Presumir de tierras de cultivo en una isla puede parecer extraño, pero en la de Gyodong, la agricultura tiene prioridad sobre otras actividades económicas. De hecho, Gyodong ha dejado de funcionar completamente como isla, debido en gran parte a las restricciones de pesca que han restado utilidad a una gran porción de su mar. Fue en la década de 1970 cuando la actividad agrícola se hizo más sencilla y la productividad en el sector comenzó a aumentar, gracias a la construcción de un gran embalse y a la reorganización de las tierras cultivables. El área total que abarcaba el terreno agrícola también se expandió al levantarse un dique y las explanadas de fango se convirtieron en fértiles campos. Han fue uno de los que dedicaron su juventud a hacer posible este tipo de cambios revolucionarios en la agricultura. Han, que es un respetado líder de la comunidad local, ostenta varios títulos, pero el que más le enorgullece es el de presidente del Consejo para el Desarrollo Histórico y Cultural de Gyodong. Desde hace mucho tiempo todas las publicaciones locales que dan a conocer y promocionan la historia y la cultura de Gyodong pasan
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1 El mercado de Daeryong fue establecido en un callejón por los refugiados de Yeonbaek, en Corea del Norte, durante la Guerra de Corea. El tiempo parece haberse detenido en este lugar con sus murales nostálgicos y se ha convertido en una atracción turística desde la apertura del puente Gyodong en 2014. 2 Ji Gwang-sik, de 75 años, cuya familia llegó de Yeonbaek durante la Guerra de Corea, se hizo peluquero con unos 20 años, y regenta una barbería en Gyodong desde los años 70. Desde entonces, ha sido fiel a su propia regla de permanecer abierto “hasta la puesta de sol”, incluso si no hay clientes. 3 El encuentro deportivo que celebra el “Día de los residentes de Gyodong” reúne a unos 2.700 residentes locales.
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por sus manos. En breve se publicará la “Crónica de Gyodong” bajo el nombre del consejo. Él asumió el rol de presidente de esta institución porque creía que el desarrollo iba a destruir la naturaleza, enterrar la historia y dañar la cultura local. Con calma, de forma racional habla sobre la historia y la cultura de Gyodong, y recita fechas como un profesor de historia. Sus premisas son las siguientes: en primer lugar, Gyodong es un lugar económicamente desfavorecido; segundo, a pesar de ello, Gyodong posee una historia y una cultura dignas de orgullo; y tercero, es deber de los residentes locales proteger y seguir transmitiendo la historia y la cultura. “A la isla de Gyodong se le solía llamar la “garganta” de dos capitales, en referencia a Gaesong (también Kaesong, ahora en Corea del Norte) de la dinastía Goryeo y Hanyang (la actual Seúl) de la posterior dinastía Joseon”, explica Han. “Para los barcos era difícil atracar en la isla de Ganghwa debido a las fuertes corrientes. Por tanto, todos los cargamentos por mar, incluyendo el arroz y otros cereales con destino a la capital, eran inspeccionados aquí. Los enviados extranjeros también tenían que pasar a través de esta zona antes de llegar a cualquier ciudad. Además, la isla era tan importante desde el punto de vista militar, que en ella se establecieron el comando naval de la provincia de Gyeonggi y la base de la comandancia de guerra de las tres provincias del sur (Gyeongsang, Jeolla y Chungcheong) para defender la región de la capital. Esto se atribuye a su ubicación estratégica en la desembocadura del río Yeseong y el río Han. A día de hoy, Gyodong está bajo la jurisdicción de la isla de Ganghwa”. El amor de Han por su ciudad natal, sin embargo, tampoco es ciego. Cuando el gobierno local sugirió construir un parque industrial en la isla como proyecto de cooperación entre las dos Coreas, él argumentó que, en vez de crear una zona económica especial enfocada al beneficio financiero, debía haberse propuesto una iniciativa mediante la cual las dos Coreas pudieran compartir la historia y la cultura y ampliar la comprensión mutua. También sugirió convertir la isla de Gyodong, cuyo clima y suelo son similares a los de Corea del Norte, en una base para el intercambio agrícola con el país vecino. “Busquemos modos de coexistir y al mismo tiempo preservar la cultura y la identidad de Gyodong, y ayudar a los residentes a proteger sus medios de vida”, declaró entonces.
Mercado de Daeryong y las antiguas guerrillas partisanas El mercado de Daeryong fue creado por los refugiados de Corea
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del Norte que durante la Guerra de Corea terminaron asentados en la isla de Gyodong, al encontrar en el mar una ruta para escapar más segura y más rápida que por tierra. Desde diciembre de 1950, cuando las fuerzas de la ONU se replegaron al entrar en la guerra las tropas chinas, decenas de miles de refugiados encontraron sitio en barcos para dirigirse a Incheon o a Chungcheong a través de las islas de Gyodong y Ganghwa. Muchos hombres jóvenes de Yeonbaek se quedaron en Gyodong, con la esperanza de poder volver a casa después de la guerra. También esperaban allí noticias de los parientes que habían dejado atrás, con el anhelo de rescatarlos si fuera posible. Para ganarse la vida abrieron improvisadas tiendas junto a las carreteras donde vendían tela, zapatos de goma, ropa, sopa de arroz, licor, y naengmyeon (fideos de trigo sarraceno en caldo frío); y esas tiendas se convirtieron en el mercado actual. Ji Gwang-sik, que hoy tiene 75 años, y su familia llegaron a Gyodong para reunirse con su padre, que se había instalado previamente en la isla. Cuando tenía unos 20 años se hizo barbero, un trabajo muy popular en ese momento, y desde entonces regenta una barbería en el mercado. En los años siguientes llegó más gente y el mercado creció en volumen. En las cercanías se establecieron
Para calmar la nostalgia, mi padre, que hoy tiene más de 90 años, y su hermano mayor, que murió hace aproximadamente una década, observaban abstraídos -desde la colina norte de la isla de Gyodong- los pinos que se erigían en la colina trasera a su pueblo natal. La localidad, Honam-myeon, está a solo dos o tres kilómetros de la isla. Aquellos días mi padre se emborrachaba hasta casi perder la consciencia y se iba a la cama temprano. 28 Koreana Otoño 2016
una escuela, un destacamento de la policía y una oficina municipal, convirtiendo el mercado de Daeryong en el centro neurálgico de la isla. Sin embargo, esta zona ha quedado excluida de los planes de desarrollo por los conflictos de intereses entre los propietarios de los terrenos y los edificios. Como resultado, el tiempo ha quedado detenido. Al preservar el ambiente de la década de los 60 y su imagen como lugar de encuentro de los refugiados, el mercado se ha convertido en una importante atracción turística a día de hoy. La edición de 1986 de la “Crónica del Condado de Yeonbaek”, publicada por el Consejo de Antiguos Residentes de Yeonbaek, certifica que hombres jóvenes y estudiantes, soldados y ex policías de la localidad se involucraron en actividades guerrilleras partisanas en la isla, como miembros de la “Unidad del Tigre”, formada voluntariamente e incorporada a las Fuerzas de la ONU. Durante dos años y seis meses hasta que se decretó el alto el fuego, los integrantes de esta unidad acabaron con 2.746 soldados enemigos
1 El pueblo de Eupnae-ri preserva las ruinas de la muralla de Gyodong, que fue construida para defenderse de las invasiones extranjeras durante la dinastía Joseon. Esta zona solía ser el centro de la isla de Gyodong y tiene una larga historia, pero perdió ese estatus como resultado de un extenso proyecto de recuperación llevado a cabo después de la Guerra de Corea. 2 La agricultura ha sido muy importante para los residentes Gyodong desde que perdieron sus zonas de pesca en alta mar, a raíz del Acuerdo de Armisticio de la Guerra de Corea.
y rescataron a más de 80.000 civiles. En la isla hay un monumento dedicado a sus heroicas actividades. Sin embargo, se han eliminado los registros sobre la matanza que durante la misma época perpetraron contra las familias de los desertores surcoreanos y los colaboradores de Corea del Norte y las cicatrices de la guerra todavía persisten aquí. Las heridas se curan, pero lentamente. Los turistas procedentes de China, que en el pasado fue un país enemigo, acaparan hoy en día la mayoría de las visitas de extranjeros a Corea. Las personas que han superado sus miedos durante la larga etapa de cambios, han dado su testimonio sobre el pasado, cuando lucharon contra el enemigo aferrados a su ideología anticomunista. La Comisión de la Verdad y la Reconciliación, que trabajó desde 2005 hasta 2010, descubrió en 2009 que 183 civiles fueron masacrados por las Fuerzas Partisanas de la ONU en Corea solo por ser familiares de presuntos colaboradores. Esta historia de la era de la Guerra Fría, que había permanecido enterrada, ahora aporta su granito de arena a la reconciliación. Este año se cumple el 41º aniversario del “Día de los Residentes de Gyodong”, que fue instaurado en 1975 para afianzar la unidad entre los isleños. Para celebrar tan señalada fecha se organizó un gran carnaval deportivo. No hay guerra en la que los ciudadanos sean los vencedores, y los coreanos han de considerar esta isla, con la esperanza de que un día haya un puente entre Gyodong y el litoral norcoreano de Yeonbaek. (Traducido por Atahualpa Amerise)
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REpORtAJE EspECIAl 5 DMZ: La tierra prohibida vista a través de las alambradas
PROYECTO REAL DMZ El ARtE ApORtA NuEvA luZ Al lEGADO DE lA GuERRA fRÍA El proyecto Real DMZ es una iniciativa de arte contemporáneo que busca interpretar y documentar la compleja importancia de la zona desmilitarizada (DMZ) y el área de la frontera. partiendo de una exposición exclusiva del lugar organizada en 2012, en la que se utilizó parte de un itinerario llamado Recorrido de seguridad de Cheorwon a lo largo de la parte central de la frontera en la provincia de Gangwon, el proyecto ha sido ampliado cada año con la organización de diversas exposiciones experimentales y foros académicos. Koh Mi-seok Editorialista, Dong-a Ilbo
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a DMZ es un espacio lleno de contradicciones. A ambos lados de la zona de seguridad militar establecida al final de la Guerra de Corea, las dos Coreas han mantenido una frágil tregua, apuntándose con sus armas la una a la otra aún a día de hoy. La zona, que ha permanecido intacta durante décadas, posee ahora un ecosistema limpio en el que se encuentran raras especies de animales y plantas, pero a su vez es la frontera más fuertemente armada del mundo, donde podría desatarse un conflicto militar en cualquier momento. En los alrededores, sin embargo, los ciudadanos de a pie siguen con sus vidas y labran los campos en los pueblos septentrionales del Sur, ubicados dentro de la Zona de Control Civil, justo debajo de la línea limítrofe de la DMZ. Esta naturaleza contradictoria de la franja fronteriza, más allá de sus implicaciones políticas y militares, es el foco principal del proyecto Real DMZ.
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Kim Sun-Jung, comisaria de “SAMUSO: Espacio de Arte Contemporáneo”, la entidad que concibió y organizó el proyecto, explica su objetivo: “El acuerdo de armisticio de 1953 fue firmado por Estados Unidos, Naciones Unidas, Corea del Norte y China, pero no por Corea del Sur. Al reflexionar sobre el pasado, cuando nos mostrábamos tan pasivos con nuestros propios asuntos, tuve la esperanza de que este proyecto ayudara a tomar la iniciativa a la hora de reinterpretar la importancia de la DMZ”. Me reuní con Kim para debatir sobre la DMZ según ésta era percibida por los artistas participantes.
“Las reivindicaciones de la Victoria (2015)” de Magnus Bärtås es una instalación de vídeo que destaca las diferentes formas en que la Guerra de Corea se conmemora en los respectivos museos de la guerra de Pyongyang y Seúl.
un repaso a la división de Corea Ko Mi-seok ¿Por qué la DMZ? ¿Por qué eligió un lugar de conflicto como sede de un proyecto de arte? Kim sun-jung En 2008 organicé una exposición del artista japonés Tatsuo Miyajima sobre el tema de la frontera. En el evento se incluyeron las fotografías de personas con cuerpos pintados con los números 3 y 8, en referencia al paralelo 38 norte, que demarca la frontera entre Corea del Sur y Corea del Norte. Las fotos fueron tomadas frente a las paredes del Pabellón de Imjingak en Paju, el Observatorio de Taepung en Yeoncheon, y en otros lugares de la zona fronteriza. Durante mi investigación sobre problemas sociales relevantes, a la hora de planificar la exposición, comprendí con cierto remordimiento que, aunque soy coreana, no sabía casi nada sobre la DMZ ni tampoco le había prestado mucho interés.
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Más tarde planeé un proyecto de diez años con el objetivo de archivar registros y obras de arte en la DMZ. Desde el principio se tuvo en cuenta la participación tanto de artistas nacionales como extranjeros, y en base a ello desarrollé nuestra investigación y planificación. El alcance del proyecto se extendió para incluir temas más amplios, como las diversas nociones de la línea de demarcación militar o las condiciones sociopolíticas resultantes de la división, sin olvidar la inclusión de temas ambientales. En el Centro de Arte Sonje de Seúl se lleva a cabo un evento complementario a la exposición, que incluye presentaciones, charlas con los artistas, talleres y otros programas. La sede principal del proyecto está en Cheorwon, en la provincia de Gangwon. Este condado interior en la parte central de la península coreana estuvo bajo jurisdicción de la Administración Militar Soviética cuando la línea fronteriza se dibujó a lo largo del paralelo 38, poco después de la liberación de Corea del dominio colonial japonés en 1945. La antigua sede del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte y otras instalaciones construidas por el régimen comunista en aquel entonces se incorporaron a Corea del Sur después del armisticio. Como el condado se extiende a ambos lados de la frontera, ocupando un tercio de la zona desmilitarizada, la parte sur es territorio de la República de Corea, y la parte norte de la República Popular Democrática de Corea. Durante la
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Guerra de Corea, Cheorwon fue un punto estratégico para asegurar el frente central y también uno de los más feroces campos de batalla, el llamado triángulo de hierro. Situado en el corazón de la península de Corea, había prosperado como núcleo de tráfico y distribución de mercancías antes de quedar completamente en ruinas durante la guerra.
Interacción con los residentes locales Ko ¿Qué ha cambiado en los años transcurridos desde que comenzó el proyecto? Kim En el primer año la exposición se organizó sobre todo en lugares con accesibilidad limitada en las cercanías de la frontera, como una sección del Recorrido de Seguridad de Cheorwon o el interior del túnel de infiltración, y permaneció abierta durante un período más breve. A diferencia de la mayoría de las exposiciones periódicas basadas en trabajos existentes, este proyecto ha contado con una mayoría de obras nuevas creadas especialmente para la exhibición. Para hacer esto posible, los artistas participantes necesitan tener un tiempo de aprendizaje acerca de la DMZ. Parecía un poco vergonzoso cerrar la exposición en un corto período de tiempo, teniendo en cuenta que se había tardado mucho en producir las obras. Así, hemos modificado el evento cada año para convertir una exposición, celebrada en un área restringida al público que compraba su entrada, en un evento local abierto a todo
el mundo. Un proyecto de arte con apoyo financiero del gobierno local debía ser más accesible para la comunidad de residentes. Así, en 2015 se trasladó la sede a la ciudad de Dongsong, frecuentada por lugareños y soldados de permiso. Ko Parece que este cambio busca ampliar el alcance del proyecto, desde la propia frontera hasta la vida cotidiana de las personas que habitan en la zona. Kim Como se trata de un proyecto de arte público en un lugar público, nos preocupa la continuidad. Por eso no lo tratamos como un evento aislado, y en su lugar intentamos acercarlo a los residentes cada año. El “proyecto Real DMZ 2015: el tiempo vivido de Dongsong” se realizó en toda la ciudad, abarcando diversos lugares como el mercado, la iglesia católica, la terminal de autobuses y algunos edificios vacíos. Al trasladarnos desde la zona restringida cerca de la Línea de Control Civil a la ciudad, que dispone de instalaciones comerciales y culturales, logramos establecer un contacto más estrecho con los residentes. Ko ¿El programa de residencia en un pueblo de la Zona de Control Civil es una iniciativa en la misma línea? Kim La Residencia Yangji-ri comenzó a operar en 2014 en la localidad del mismo nombre. El programa invita a artistas y académicos -tanto coreanos como extranjeros- a vivir y trabajar en el lugar de la exposición. A ese fin se remodeló una casa abandonada en la aldea, y hasta el
1 El curador Kim Sun-Jung (a la derecha) habla con artistas colaboradores del Proyecto Real DMZ en un antiguo depósito de hielo del período colonial japonés, destruido en la Guerra de Corea, para rescatar parte de las paredes. 2 La chelista Lee Ok-kyung ofreció una improvisación de “Broken Sky” en un molino de arroz desierto en Yangji-ri, un pueblo de la zona de control civil, en el Condado de Cheorwon, durante el Proyecto Real DMZ 2014. 3 “La montaña de helado” (2014-2015), es una instalación de vídeo de Aernout Mik, que retrata la brecha y el conflicto entre Corea del Sur y del Norte, mediante la historia de un grupo de jóvenes en una excursión a Sapseul Peak, cerca de la DMZ, que se ve perjudicada por la tensión.
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“Tuve la impresión de que Corea del Sur había desarrollado la DMZ como un producto de turismo de guerra, mientras que Corea del Norte había convertido todo el país en un parque temático dedicado a la guerra”. - Ingo Niermann (novelista, artista participante) 3
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momento unos diez artistas han participado en la iniciativa. Yangji-ri, un pequeño pueblo creado en la década de 1970 como un espacio de propaganda dirigida a los norcoreanos que viven al otro lado de la frontera, hoy tiene una población de aproximadamente 130 personas o 75 hogares. Al principio los aldeanos y los artistas experimentaron una convivencia incómoda, pero ahora se han vuelto tan cercanos que algunos residentes locales ayudan a los creadores a cultivar sus propios alimentos. Un artista argentino, al que le gusta organizar barbacoas con sus vecinos les graba para su obra de vídeo.
Diferentes perspectivas desde dentro y desde fuera Ko Parece que el proyecto está tratando alcanzar tanto la originalidad regional como la universalidad global a la hora de abordar la especial situación de Corea. Kim Al igual que en el caso de la DMZ, el mundo en general puede compartir un interés común en el problema de las fronteras formadas por los complicados devenires de los conflictos armados y las circunstancias internacionales. Hasta su unificación en 1975, Vietnam estuvo dividido en Norte y Sur por una zona desmilitarizada a lo largo del paralelo 17 norte. Alemania también fue dividida en Occidental y Oriental tras la Segunda Guerra Mundial, antes de desvanecerse la frontera con la caída del muro de Berlín. La zona desmilitarizada entre Siria e Israel y la frontera entre Irak y Kuwait se han erigido a partir de resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El tema de las fronteras, La instalación fotográfica "Sobrevivir vs. Llegar" (2012) por Noh Sun-tag, incluye un conjunto de imágenes tomadas desde la terraza del Observatorio de la Paz en Cheorwon, que ofrece una vista panorámica de la meseta de Pyonggang en Corea del Norte. La instantánea de un poste con un aviso que prohíbe tomar fotos junto a la perspectiva trasera de un soldado, se exhiben en el mismo lugar en que fueron tomadas. El fotógrafo resalta: "En el sur, la zona fronteriza se ha convertido en una atracción turística popular por igual para coreanos y extranjeros. ¿Qué deber tienen aquellos que visitan este espacio singular? Ver y tomar fotografías".
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ya sean físicas o psicológicas, o en un sentido más amplio cualquier cosa que divida la tierra o a la gente, siempre es relevante. Con la Guerra Fría ya muy lejos en el tiempo, esto también se evidencia en el conflicto de hoy en día sobre los refugiados. Ko ¿Hay diferencias entre los artistas coreanos y extranjeros en cuanto a la interpretación de la zona desmilitarizada? Kim Los artistas coreanos que de niños recibieron educación anticomunista tienden a hacer un esfuerzo consciente para observar desde un nuevo ángulo las situaciones familiares. Los artistas de otros países entienden la DMZ en sus propios términos, abordándola desde perspectivas mucho más amplias. Pero como comparten el mismo interés en cuestiones como las ideologías o las fronteras nacionales, los creadores tratan de encontrar una manera de combinar la DMZ con otros asuntos que consideran relevantes. También les intere-
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sa mucho la identificación de las características únicas de Corea, como la cultura militar. No se puede captar la imagen completa cuando se ve solo desde el interior. En un lugar entre la guerra fría y la cálida paz, la DMZ ha de ser vista desde el exterior o desde perspectivas internacionales debido a su complejidad. Solo así puede entenderse completamente.
Obras destacadas Ko ¿Podría mencionar algunas de las obras que le han causado una especial impresión? Kim “La montaña de helado”, de Aernout Mik de los Países Bajos, es una obra de vídeo encargada para el proyecto. En esta película, cuya producción llevó un año entero, el helado es una metáfora de cierta montaña que parecía estar derritiéndose bajo el fuego de artillería pesada durante la guerra. El trabajo muestra cómo “este
lugar con una hermosa colina está cargado de un grave significado histórico”. El sueco Magnus Bärtås fue aclamado por “Reivindicaciones de la Victoria”, una instalación de vídeo que combina imágenes tomadas en dos museos -el Memorial de la Guerra en Seúl y el Museo de la Victoria en la Guerra de la Liberación de la Patria en Pyongyang- para ilustrar cómo se representa el conflicto entre las dos Coreas en cada uno de los dos países. Mientras el museo en Pyongyang exhibe reliquias auténticas de la Guerra de Corea como tanques y jeeps sobre un telón ilustrado por 40 artistas, el de Seúl cuenta con dioramas con efectos especiales que se asemejan a los juegos de ordenador. El artista destaca el contraste mediante la proyección de las diferentes imágenes de vídeo en dos pantallas adyacentes. Además, el novelista alemán Ingo Niermann escribió 11 guiones para una Corea
unificada, bajo el título “Solución 264-274: Nación Ensayo”, que toma como base sus visitas al Sur y al Norte. Niermann ofreció un recital del primer capítulo del libro que había comenzado a escribir durante el proyecto de 2014 y publicó más adelante en 2015. Recuerdo especialmente lo que declaró en una entrevista: “Tuve la impresión de que Corea del Sur había desarrollado la DMZ como un producto de turismo de guerra, mientras Corea del Norte había convertido todo el país en un parque temático dedicado a la guerra”. Ko Supongo que hasta entonces la mayoría de artistas extranjeros solo habían visto la DMZ en los medios de comunicación. Cuando finalmente fueron allí, ¿qué les llamó más la atención? Kim Los artistas la observaron a su manera. A algunos les atrajo el entorno natural de la DMZ como un valioso ecosistema. Otros querían incorporar una visión de
futuro a sus obras, imaginando, por ejemplo, una casa en la que norcoreanos y surcoreanos vivieran juntos, o una instalación construida mediante trabajo cooperativo. Ko ¿Podría nombrarme también algunas de las obras de los artistas coreanos? Kim Los artistas coreanos nos animaron a reflexionar sobre la historia pasada y las vidas actuales, así como sobre la coexistencia de la tensión y la vida cotidiana. Lim Min-ouk presentó un archivo de registros de 300 personas que al parecer fueron masacradas después de la guerra en el lugar donde se hallaba la Oficina de Abastecimiento de Agua en Cheorwon. Koo Jeong-a creó una instalación en la Plaza de la Paz usando basalto, un elemento característico de la tierra con origen volcánico. El ex reportero gráfico Noh Sun-tag presentó fotografías de estilo documental, que incluían imágenes tomadas desde atrás de turistas que visitaban los túneles de infiltración en la DMZ. De todas formas, lo mejor es verlo con tus propios ojos. Espero que venga más gente a la DMZ para ver, sentir y pensar sobre cómo y por qué este proyecto abarca problemas regionales a nivel internacional. Gracias al proyecto Real DMZ, Kim Sunjung ha desarrollado un canal para la colaboración en las artes visuales, la arquitectura, la música, las humanidades y las ciencias sociales. Este año se suspenderá la exposición periódica para preparar el “Proyecto del Pabellón” del próximo año que permitirá albergar las obras de forma permanente. Como una plataforma de investigación para mejorar la comprensión de la historia moderna y la división territorial de Corea, el proyecto Real DMZ aspira en última instancia a ofrecer una visión para la paz y la convivencia en el mundo mediante la combinación de perspectivas locales y globales. Si tiene éxito en su objetivo, esta iniciativa nos brindará la oportunidad de reflexionar no solo sobre la frontera física de la DMZ, sino también sobre la invisible, psicológica, que hay en nuestra mente. (Traducido por Atahualpa Amerise)
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ENtREvIstA
Kim botong afamado dibujante por el cómic botong Kim botong captó la atención internacional con su primer trabajo, titulado “Amanza”, una historieta de sencillos dibujos en colores pastel. la última instrucción del personaje principal, un paciente terminal de cáncer, es “¡vive brillantemente!”. una breve declaración que parece contener todo lo que el dibujante desea transmitir al mundo. 36 Koreana Otoño 2016
park seok-hwan Profesor, Universidad Corea de Artes y Medios Ahn Hong-beom Fotógrafo
n una serie de televisión, la protagonista femenina grita “soy una paciente con cáncer”. Posteriormente, en la zona de comentarios de los espectadores alguien preguntó qué significaba “Amanza”, creando una anécdota que se extendió rápidamente e hizo reír a muchos, pues la pronunciación de “paciente de cáncer(amhwanja)”, sonaba similar a Amanza, una palabra sin sentido. Sin embargo, no todos fueron capaces de reírse de este error, entre ellos, los pacientes con cáncer y sus familiares, incluido Kim Botong. Kim Botong sigue siendo un dibujante incipiente. Comenzó a publicar sus trabajos en línea en 2013, tres meses antes de su 34 cumpleaños. Su debut fue con “Amanza”, una historia de un joven de unos veinte años al que diagnostican cáncer en una etapa avanzada. Pese a ser la historia de un paciente que espera el final de su vida, los lectores se sienten atraídos por sus dibujos, con líneas de trazo agradable y colores alegres en tonos pastel claro. Por este trabajo, Kim recibió el Premio Korean Cartoons Today 2014, y obtuvo atención internacional al ser presentado en Japón y en América. La siguiente obra de Kim tenía como contexto la vida militar. En 2014, un periódico comenzó a publicar los dibujos animados de Kim titulados “Días de perros como D.P.” (o “Días de perros como perseguidor de desertores”), donde narraba las violaciones sobre los derechos humanos que se dan en las fuerzas armadas, mediante un personaje cuyo trabajo en el ejército consiste en perseguir desertores. Como sus dibujos animados abordan frontalmente los problemas sociales, el éxito entre el público resultó casi inesperado. Pero al publicarse en el sitio de webtoons Lezhin Comics, su trabajo comenzó a desempeñar el papel de alertar al público coreano, que había permanecido un tanto indiferente a las violaciones de los derechos humanos en las fuerzas armadas. En paralelo con ese cómic, Kim también decidió crear la ‘Columna arbitraria del tío de la agonía’ en el mismo sitio web, unos dibujos animados basados en preguntas de la audiencia, recibidas mediante Twitter, donde el autor ofrece respuestas de consuelo a través de los dibujos animados. Esta experiencia permitió a Kim para cambiar el rol de un dibujante que cuenta sus historias por el de un dibujante que escucha las historias del público.
me gustaban mucho los dibujos animados; pero nunca pensé en seguir la carrera de dibujante de cómics”, recuerda Kim. Incluso cuando sentía que su padre podía morir en cualquier momento, Kim tenía que asistir a las cenas después del trabajo con sus colegas e ir cantar al norebang (sala de karaoke). Entonces comenzó a odiar esa situación, e incluso a sí mismo por comportarse como todos esperaban. En realidad, nadie le obligaba a actuar así, pero no podía decirle a su padre enfermo que no quería ir a trabajar. Cuando finalmente falleció su padre, renunció a ese trabajo de inmediato y trató de encontrar otro nuevo. “De hecho, nada más presentar mi renuncia me sentí arrepentido. Pensé que no podría permanecer un segundo más en ese trabajo, pero luego sentía tanta ansiedad por no saber qué hacer para ganarme la vida que apenas podía respirar. Miré toda clase de ofertas de trabajo y le dije a mi familia que iría a la escuela de leyes. Incluso cuando empecé a dibujar caricaturas y vi que tenía suerte, consideré usar el dinero que había ganado como dibujante para pagar la escuela de derecho”, afirma Kim. Un día, mientras estaba angustiado por conseguir un nuevo empleo, cogió un lápiz y un portátil que tenía enfrente y comenzó a dibujar de forma mecánica. Durante los siguientes meses, todo lo que hizo fue dibujar. Entonces abrió una cuenta en Twitter y comenzó a encontrar gente nueva, muy distinta a la que había conocido hasta entonces. Un compositor se ofreció a crear música para sus textos, y así escribió algunas letras. Pero cuando empezó a dibujar las caras de sus seguidores en Twitter, encontró a un famoso dibujante y eso le llevó a producir sus propios dibujos animados. Ese dibujante era Choi Gyu-seok, autor de “Gimlet”, quien aconsejó a Kim que comenzara a crear dibujos animados. Kim se puso manos a la obra y pensó en hacer algo que pudiera ser leído a través de smartphone, como si escribiera una carta a su padre. Para su propia sorpresa, su historia -escrita desde la perspectiva de un joven paciente de cáncer- tuvo mucho más éxito de lo esperado y Kim logró encontrar una nueva carrera poco después de dejar la anterior. No obstante, y pese a que es un artista incipiente, aún se considera en la periferia.
De oficinista a dibujante Kim Botong pasó su adolescencia y su veintena lejos de los dibujos animados. En su adolescencia se centró en los estudios, y en los inicios de la veintena consiguió trabajo en una empresa importante, tal y como su padre siempre había deseado. Así llegó a los treinta como empleado de una gran corporación; en un puesto conseguido a base de trabajo duro, pero del que no se sentía muy orgulloso. A diario su traje le oprimía, y la tensión que le hacía sentir su jefe, restaba valor a todos los logros obtenidos con sus colegas. Entonces, su padre fue diagnosticado con cáncer de estómago. “Mi padre sentía una gran pasión por la educación. Él quiso apoyarme tanto como pudo y quería verme conseguir un buen trabajo. Durante el instituto sentí que poseía algo de talento para el arte, y
la razón de llevar máscara “Botong” es el seudónimo de Kim y en coreano significa “ordinario” o “nada especial”. Kim eligió este nombre artístico para diferenciar entre su vida de antes y después de dejar su trabajo como oficinista. Como no podía cambiar su cara, decidió llevar una máscara cada vez que tiene que aparecer ante el público; por esa imagen impuesta de “persona que abandonó su trabajo para perseguir sus sueños”. A veces se lamenta cuando piensa en sus antiguos colegas, que se sienten felices con su trabajo como oficinista, y por eso lleva una Bajo una máscara con el máscara. personaje de su perrito, “El año pasado, me invitaron a la Habiel dibujante Kim Botong tación Azul de Twitter Corea. Tenía que posa en su estudio.
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entrar a un estudio para comunicarme con los usuarios de Twitter a través de vídeo y de chat. Al principio, me negué, pues tenía miedo de que la gente pudiera reconocerme y juzgarme por los hechos de un tiempo anterior, y pensé que eso no les ayudaría a apreciar mi trabajo. Entonces, la organización me propuso usar una máscara basada en mi personaje de dibujos animados, que es un cachorro. Desde entonces, siempre llevo máscara en las entrevistas. No la usé en Japón, porque allí nadie me conocía personalmente, y pude sentirme más a gusto”, recalca. Sin embargo, Kim Botong no es 2 el típico excéntrico dibujante que vive aislado del mundo. Lleva un corte de pelo limpio y tonifica su cuerpo con ejercicio. Es reflexivo y respetuoso con los demás –rasgos que aprendió en su anterior trabajo– y también humilde. “Por ahora hay más personas que desconocen cuál es mi trabajo actual que aquellas que sí lo saben, así que trato de avisarles", afirma Kim. “Soy muy activo en las redes sociales, y también hago mucho ejercicio y controlo mi dieta. Para el trabajo en serie o de largo plazo, la estabilidad mental es muy importante, así que no salgo demasiado ni frecuento mucha gente”.
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Encontrar esperanza en el camino de Kim botong El año pasado, la edición japonesa de “Amanza” fue publicada en línea y eso hizo que Kim fuera aún más aclamado en Japón que en Corea. Como añadido a esa popularidad, la edición japonesa se publicó en forma de libro, y fue invitado a participar en un programa de residencia para artistas organizado por la Fundación Japón y la Prefectura de Okayama. Así, mientras va y viene entre Corea y Japón, Kim planifica su trabajo a la vez que cumple con su cometido en la residencia de artistas. La edición en inglés de “Amanza” ya está disponible en línea en Estados Unidos, y se ha convertido en material de referencia para los trabajadores de hospital, sobre todo en las zonas de tratamiento del cáncer. “Al publicar mi trabajo por entregas en Japón elegí el nombre japonés ‘Hutz, que equivale a ‘Botong’ en coreano. Pero como no revelé mi nacionalidad, algunos espectadores elucubraron al respecto. Me sorprendió que alguien señalara que debía ser de Corea, pues cuando el personaje principal revela a su familia que le han diagnosticado cáncer, hay un estofado coreano sobre la mesa. Muchos japoneses se identificaron con mi historia porque la tasa de muerte por cáncer en Japón es bastante alta. También sugirieron que “Días de perro como D. P.” debía publicarse en japonés, pero no estoy seguro de cómo podrían responder los japoneses a una historia que aborda concretamente la realidad militar de Corea”, explica Kim. En Corea, un país que aún permanece dividido, todos los jóvenes sanos –sin excepción- han de dedicar un par de años de su veintena, la etapa más bella y a la vez más confusa de su vida, a servir en el ejército. Kim Botong sirvió en la Policía Militar como
“Traté de narrar la dolorosa situación de “Amanza” como una historia de sanación, pero en “Días de perro como D. P. ” no era posible representar los problemas del sistema militar de forma que ayudaran a afrontar la realidad” integrante de un equipo de detención de desertores, para identificar a aquellos militares que salen de permiso pero no regresan. A diferencia de su primer trabajo, que narra la historia de un paciente con cáncer, esta creación se basa en sus propias experiencias de la vida real. “Quería hablar de las personas que sienten que no tienen más opción 1 Las escenas del bosque de que desertar, no sobre cómo captu“Amanza”, la ópera prima de Kim Botong, dan vida al rar desertores. También quería hablar triste drama de un joven sobre los abusos que se cometen conpaciente de cáncer. tra los derechos humanos en el ejér2 “Días de perro como D. P.”, basada en la experiencia cito, y entiendo que algunos episodios real de Kim al servir en un puedan incomodar a la audiencia”, equipo de la policía militar que persigue y detiene a explica. “Traté de narrar la dolorosa desertores, se ha publicado situación de “Amanza” como una hisen cuatro volúmenes tras toria de sanación, pero en “Días de ser difundida como serie digital en línea. perro como D. P.” no era posible repre3 Kim trabaja con dos ayusentar los problemas del sistema milidantes en un pequeño estutar de forma que ayudaran a afrontar dio de Ilsan, en la provincia de Gyeonggi, pero ahora la realidad. Mucha gente considera valora comprar un Cintiq que ciertos problemas son inevitables (una tableta gráfica) para en el ejército, pero esa condonación poder trabajar en cualquier momento desde casa. silenciosa conduce a la deserción”.
Kim Botong aborda el tema de los derechos humanos en las fuerzas armadas no sólo con su trabajo, sino también con otras actividades, como ofrecer conferencias. Cuando le comentan que quizá sólo se dedique a presentar cuestiones sin ofrecer alternativas, responde: “Si yo hago lo que está en mi mano, y otros hacen lo que esté en la suya, entonces seguramente, las cosas empezarán a cambiar poco a poco”. “En mi próximo trabajo quiero hablar del sistema escolar, pues cada vez son más los jóvenes estudiantes que se suicidan. Quiero hablar de ciertos monstruos que crecen en la escuela, y que pueden ser desde alumnos, padres o maestros, hasta el propio entorno”, recalca Kim. En “Amanza”, el artista a veces transporta al personaje principal a un mundo diferente. En ese mundo llamado “El Bosque”, el héroe, que no sabe quién es ni por qué está allí, es testigo de la devastación de la selva. Así, la historia va y viene entre su dolorosa lucha contra el cáncer, y las aventuras en su intento de proteger el bosque. Las escenas del bosque, que animan el triste drama hospitalario, reflejan el estilo fantástico de Kim Botong y los elementos que realzan el mérito de “Amanza”. ¿Qué tipo de héroe creará Kim Botong para luchar contra los monstruos que crecen en nuestras escuelas? Habrá que esperar para verlo en su próximo trabajo. (Traducido por Javier Castañeda)
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CRÍtICA DE ARtE
LEE JUNG-SEOB “EL ARTE ES UN REGISTRO DE LA FUERZA DE LA VERDAD CONQUISTANDO LA TORMENTA” 40 Koreana Otoño 2016
©Museo Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo
“Familia en camino” (1954). Óleo sobre papel, 29,5 x 64,5 cm. Una familia se embarca en un viaje al amanecer. El sol no ha salido completamente y aún está oscuro. La pintura transmite la esperanza del artista de reunirse con su familia algún día.
lee Jung-seob es el más afamado y querido artista coreano del siglo XX. la mayoría de sus obras se hallan dispersas en colecciones privadas desde la década de los 70, por lo que resulta difícil poder contemplar sus obras en una sola muestra. para conmemorar el 100º aniversario del nacimiento de lee y el 60º aniversario de su muerte, el Museo Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo de Corea ha organizado la primera gran retrospectiva del fallecido artista, titulada “100 Aniversario del nacimiento del maestro del arte moderno de Corea: lee Jung-seob 1916-1956 ”. Chung Jae-suk Columnista y reportero senior de Cultura, JoongAng Ilbo
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omo si fuera el héroe de una novela o de una película, Lee Jung-seob es muy querido por el público coreano. La dramática historia de su breve vida -marcada un gran genio artístico, el trágico anhelo de sus seres queridos, la inquietante deriva de uno a otro lugar y una muerte prematura- se ha convertido en leyenda. Desde su nacimiento en 1916 hasta su solitaria muerte en 1956, a la edad de 40, Lee llevó una vida humilde pero que a la vez consiguió disfrutar; y no fue hasta después de su muerte cuando saltó a la fama como maestro del arte contemporáneo coreano. Choi Yeol, historiador de arte y autor del libro “Lee Jung-Seob, una biografía crítica: La búsqueda de la verdad tras el mito del artista” (2014), explica –en su opiniónpor qué Lee se ha convertido en un artista adorado por el pueblo coreano: “Tras haber sufrido las devastadoras consecuencias de la guerra de Corea, la gente necesitaba de
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un alma pura que ayudara a soportar los momentos tristes. Y la persona que mejor encajaba en ese papel era Lee Jung-seob. Nacido como un alma pura de explosivo talento, Lee se convirtió en símbolo de integridad”.
Registro de un alma errante Lee nació en el condado de Pyongwon, en la provincia de Pyongan del Sur (actual Corea del Norte). Pasó su vida vagando de un lugar a otro y vivió en más de 10 ciudades, incluidas Pyongyang, Tokio, Seogwipo (en la isla de Jeju), Busan, Tongyeong y Seúl. Su melancolía y su anhelo de amor, así como una sensación de vacío y de inocencia, impregnan sus pinturas, tal vez porque son el registro de un alma errante. Lee socializó ampliamente con diversos escritores, y esos encuentros le imbuyeron de un espíritu poético y artístico que le permitió superar las dificultades de una vida
nómada. Así, Lee solía decir: “El arte es un registro de la fuerza de la verdad conquistando la tormenta”. La retrospectiva de Lee Jung-seob se ofrece del 3 de junio hasta el 3 de octubre en la zona Deoksugung del Museo Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo de Corea. Presenta unas 200 obras y 100 materiales en préstamo de 60 instituciones, como el Museo de Arte Moderno de Nueva York, y proporciona una visión global de la vida y la carrera del artista. La muestra expone una gran variedad de obras, incluyendo 60 de sus más importantes pinturas al óleo, tales como “Toro” y “Familia en el camino”, diversos bocetos en papel de aluminio, dibujos, postales, textos, ilustraciones y hasta objetos personales del artista. Las ilustraciones de las postales y cartas que escribió a su familia, de la que tuvo que apartarse por la guerra y la pobreza extrema, transmiten una desgarrado-
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ra historia familiar y, en un sentido más amplio, reflejan la trágica historia de la separación del pueblo coreano. El periodo más prolífico de Lee fueron unos cinco años en la década de los 50 –increíble testimonio de la creativa e inmortal pasión del artista, así como de la miseria y del sufrimiento de las secuelas de la Guerra. Durante su último año de vida sufrió de anorexia, enfermedad mental y hepatitis, pero nunca dejó el pincel, ni siquiera cuando se aproximaba su muerte. Su determinación nunca vaciló mientras mantuvo la esperanza de reunirse con su esposa y sus dos hijos, a quienes tuvo que enviar a Japón huyendo de la Guerra y de su mala situación financiera. Un pasaje de una carta que escribió a su esposa en 1954 ofrece una clara idea de sus sentimientos. “Un artista que no es capaz de dar lo mejor de sí para poder ser uno con su preciosa y amada mujer, no puede esperar hacer buen arte. Hay quienes crean arte sin estar casados, pero agori [su apodo, que significa “gran mandíbula”] no es de ese tipo de artistas. Ahora veo todo desde la perspectiva correcta. El arte es una expresión sin fin del amor. Cuando estás repleto de verdadero amor, tu corazón es capaz de alcanzar un estado puro y limpio. Por favor, ten fe en el gran artista Jung-seob, que sólo piensa en ti a la hora de pintar, y en mantenerse feliz y saludable con el mayor respeto por sí mismo, y que lleva en su corazón a todos sus seres amados que están en Tokio”. A Lee le gustaba definirse a sí mismo como un “pintor honesto”. La honestidad de sus sentimientos se revela en la representación de los niños que aparecen en muchas de sus obras. Se proyecta a sí mismo en las pinturas de los niños pequeños, tal vez como forma de escapar de su dura realidad. El dulce rostro del artista se solapa con la imagen de los niños, a la deriva por el lienzo, como en busca de un sueño lejano.
las obras de Lee sean sus bocetos sobre papel de aluminio. Lee era un fumador empedernido, pero para él, más importante que los cigarrillos era el forro de papel de aluminio de los paquetes de tabaco. Al no tener dinero para comprar materiales de arte, utilizaba el papel de aluminio como lienzo. La mayoría de sus bocetos sobre papel de aluminio fueron producidos durante sus años en Busan, a donde huyó tras el estallido de la guerra. Así, Lee creó un nuevo género usando una técnica innovadora y sin precedentes. Sus bocetos nacían de dibujos hechos sobre la superficie del revestimiento de papel de plata, que luego pintaba y limpiaba, dejando sólo la pintura en los lugares grabados. El producto final era un dibujo compuesto por líneas de profundas aberturas, presentado en una superficie plana, pero que daba la impresión de estar hundido o en relieve, sobre una superficie brillante que aumentaba su atractivo artístico. Se cree que Lee produjo unas 300 pinturas en papel de aluminio. Son pequeñas, pues sólo miden 9 cm x 15 cm, y están
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1 “Pelea de gallos” (1955). Óleo sobre papel, 28,5 x 40,5 cm. Dos gallos de pelea dividen el lienzo en diagonal. Lee esbozó en primer lugar los trazos básicos con tres colores primarios, y luego añadió el gris oscuro. Después rascó la superficie con una espátula con movimientos rápidos y decididos antes de secarse la pintura. 2 Lee Jung-seob posa en una exposición celebrada junto a otros tres artistas en la ciudad portuaria del sur de Tongyeong en 1954, poco después de finalizar la Guerra de Corea. 3 “Dos hijos” (1950). Grabado sobre papel de aluminio, 8,5 x 15,5 cm. Lee Jung-seob pintó sobre papel de aluminio con un método innovador, reminiscencia de la técnica de incrustación de celadón de Goryeo, o de incrustaciones de plata en estructuras metálicas.
bocetos sobre papel de aluminio Probablemente, lo más discutido entre 3
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1 "Tres niños y un pez" (1950). Óleo sobre papel, 27 x 36,4 cm. 2 "Toro" (1953-1954). Óleo sobre papel, 32,3 x 49,5 cm. De la serie "Toros" de Lee Jung-seob, esta pintura es a menudo considerada la más llamativa.
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Diversas imágenes de niños desnudos se observan con frecuencia en sus cuadros de papel de aluminio, mostradas con gruesos y profundos trazos, que transmiten un desesperado anhelo por su familia. Lee solía decir que eran bocetos para murales que representaría después. repletas de imágenes. Los dibujos captan la esencia del sujeto en unas pocas líneas, que expresan las características esenciales. En sus cuadros de papel de aluminio, con frecuencia se observan diversas imágenes de niños desnudos hechas con gruesos y profundos trazos, que transmiten el desesperado anhelo por su familia. Lee solía decir que eran bocetos para murales que representaría después. Para cumplir su deseo, sus cuadros de papel de aluminio fueron fotografiados en giga píxel, ampliados, y proyectados sobre toda la pared de la galería 2.
sin límites: experimentación con materiales El tema principal que recorre la obra de Lee es el amor por su esposa y sus dos hijos. Esa es también la razón del gran atractivo por sus pinturas, que son apreciadas por gente de todas las edades. Lee conoció a su esposa, Yamamoto Masako (Lee Nam-Deok en nombre coreano), 44 Koreana Otoño 2016
cuando estudiaba arte en Bunka Gakuin, en Tokio. Él la persiguió con ardor y llegó a enviarle unas 90 postales para expresarle su amor, hasta que finalmente conquistó su corazón. Ejemplos como “En la mitología” y “El hombre y la mujer” que ocupan todo el anverso de una postal, tienen tintes fantásticos y surrealistas. Aunque son pequeñas, las pinturas exudan gran energía y, al igual que las pinturas sobre papel de aluminio, conforman un género independiente. Lee enviaba cartas a su esposa y sus dos hijos a Japón en 1952, en mitad de la Guerra de Corea, cuando se vio obligado a llevar una vida a la deriva, errante y solitaria, de un lugar a otro. Pero nunca –durante todo ese tiempo- se olvidó de escribir a su familia. De ese periodo se conservan unas 70 cartas o más, que conforman unas 150 páginas con encantadoras ilustraciones que desbordan de amor y anhelo hacia su familia. Estas cartas no son sólo un valioso recurso para estudiar la relación entre la vida y el arte de Lee; sino que también son
obras de arte en sí mismas, marcadas por la armonía de la escritura a mano y sin restricciones: son dibujos improvisados. “Voy a hacer todo lo posible para pintar tan pronto pueda, para hacer una exposición y vender mis pinturas. Entonces podré ir a verte con mucho dinero y regalos. Por favor, intenta mantenerte sana hasta entonces”, implora tristemente Lee a su mujer en una de sus cartas. Parece que no le importaban los materiales a utilizar. Cuando estaba profundamente absorto en su trabajo, nunca dudó en experimentar. Según un estudio del pasado abril, de entre sus 540 o más obras de supervivencia, unas 140 son pinturas al óleo, mientras que otras 160 son dibujos de colores. La retrospectiva también cuenta con cinco de las famosas pinturas de toros de Lee. El toro era su alter ego y el espíritu que ejemplifica su obra. Lee sentía predilección por los toros, que consideraba como el símbolo del pueblo y que “vestía de blanco”, color que usaba para expresar
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la paciencia y la tenacidad para superar las dificultades de los coreanos. En uno de sus trabajos, un toro delgado y huesudo que mira mientras da un paso enorme, deja su estampa en el suelo, y continúa su marcha hacia delante con decisión. Al observarlo, se puede sentir la intensa energía que emana de cada audaz pincelada de Lee al capturar la poderosa imagen del toro en unos pocos trazos. Al igual que con el pincel, su caligrafía está repleta de vitalidad y de resonancia espiritual. La más representativa de las pinturas de toros de Lee es una creación al óleo producida entre 1953 y 1954, que presenta un primer plano de la enorme cabeza de un toro rojo gritando con una intensa puesta de sol al fondo. La representación realista de los ojos grandes y la boca abierta dejando escapar un grito, con arrugas en sus hundidas mejillas, es realmente asombrosa. Choi Yeol explica el significado del toro en las pinturas de Lee: “Lee era un purista que persiguió la
fantasía y la mística durante su juventud, cuando tenía un estatus acomodado. Pero la experiencia de la guerra le cambió. Volvió los ojos al mundo y entró más en sintonía con el espíritu de la época. El creía que el Humanismo, que surgía en contra de los asesinatos en masa, la inmoralidad y la pobreza, debía ser el valor humano más importante, en base a la realidad de los tiempos. Lee descubrió ese valor en el mundo y también en la familia, Su serie “Toros”, pintada durante la década de los 50, es producto de aquellos tiempos y refleja la historia de una nación, y también su historia personal”.
la leyenda continúa El 6 de septiembre de 1956, Lee murió en soledad en el Hospital de la Cruz Roja de Seodaemun-gu, en Seúl. Al no estar presentes sus familiares, su cuerpo permaneció durante cuatro días abandonado en el hospital hasta que un amigo vino a buscarlo. En contraste con su trágica vida,
sus exposiciones póstumas han generado mucha atención y atraen a grandes multitudes. La exposición especial por su aniversario, celebrada el 30 de junio de 1986 en el museo de arte de Ho-Am en Seúl, tuvo que ser ampliada y registró nada menos que cien mil personas en total. Por su parte, la exposición especial que tuvo lugar en enero de 1999 en la Galería Hyundai, también atrajo a un número similar de visitantes. El poeta Ku Sang (1919-2004), un amigo de toda la vida de Lee, escribió estas palabras en su memoria: “No sé de ningún otro artista que, como Jung-seob, mostrara una coherencia entre el arte y la persona, entre su arte y la verdad. Era amable y compasivo en su trato con todos, y prodigó un profundo afecto que representaba en armoniosa comunión con pinceladas frescas y enérgicas”. Estas palabras reflejan por qué la investigación y la evaluación del artista y sus obras, aún continúan. (Traducido por Javier Castañeda)
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GuARDIáN DEl pAtRIMONIO
MEDItAR sObRE lA EtERNIDAD JuNtO A lOs MuROs DE uNA tuMbA
Heo Young-sun Poeta y directora del Instituto de Cultura de Jeju Ahn Hong-beom Fotógrafo
En la isla de Jeju, donde las rocas volcánicas son ubicuas, los muros de piedra se alzan alrededor de las tumbas, o sandam, para representar una singular cultura hacia los muertos, mientras que alrededor de las casas y de los campos de cultivo representan la cultura de los vivos. los recintos de piedra tradicionales de las tumbas solían estar dispersos por las laderas de la isla, creando un impresionante paisaje. No obstante, ahora están desapareciendo poco a poco por los cambios del desarrollo. para invertir la tendencia, Kim Yu-jeong, director del Instituto de Cultura de Jeju, trabaja arduamente en una investigación para preservar el legado de las antiguas costumbres de enterramiento en la isla. 46 Koreana Otoño 2016
as erupciones volcánicas que crearon la isla la dejaron cubierta de rocas: hablamos de Jeju, la isla de fuego, donde hay “campos de rocas” por todas partes. El terreno rocoso ha hecho la vida más difícil a los isleños, pero también ha ayudado a conformar la cultura local. Las paredes de piedra dividen las parcelas de las tierras de cultivo, como meandros de olas a través del paisaje, y recuerdan a las corrientes que fluyen a lo largo de las suaves laderas de oreum, con unos conos parásitos que se extienden por toda la isla. Dentro de las paredes que separan los campos de cultivo, hay unos pequeños montículos rodeados por sus propios muros de piedra, llamados sandam. Imaginen la perspectiva desde el cielo en primavera: paredes de piedra adornadas con multitud de flores de colza de color amarillo a los pies del monte Halla. Montículos solitarios cubiertos de nieve en invierno, y un delicioso contraste entre el negro basalto en bruto y la blanca y esponjosa nieve. Se trata de una magnífica obra de arte de la tierra, epítome de la estética indígena de Jeju. Todos los humanos son mortales, y el sandam representa el límite entre la vida y la muerte. Es un lugar de descanso eterno, tanto para los muertos como para los vivos, para la naturaleza y los seres humanos; una modesta virtud que reconoce la finitud humana. El amor y el respeto por los muertos encarnado en cada pared de roca. ¿Existe algo o alguien en este mundo que no vea la vida en las rocas?
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El consuelo del sandam Kim Yu-jeong describe el sandam como un “perímetro espiritual”. Una vez escribió: “Basta con mirar las paredes de piedra que tejen el camino, de una tumba a otra a través de la isla, como el crepúsculo que desciende sobre la tierra. ¡Resulta espectacular! Las pirámides de los faraones egipcios parecen proyectar sus edificios cuadrangulares hacia el cielo; y los monolitos titánicos se consideran las tumbas más grandes del planeta. Pero al posar la mirada en la isla de Jeju, verá que el Monte Halla en sí es como una gran pirámide”. Durante las dos últimas décadas, Kim ha fotografiado la cultura funeraria de Jeju - centrada en las rocas- analizado su estética, su ciencia y su historia. Posteriormente ha publicado sus observaciones en varios libros, como “Hermosa cantera de Corea: Las estatuas de los niños pequeños”, “Sandam: Las paredes de piedra junto a las tumbas de Jeju” y “Estatuas de funcionarios civiles en el cementerio real”. Él realiza este trabajo en solitario. Pero ¿por qué ir por ahí en busca de muros de tumbas? ¿Qué es lo que él halla en esa tarea? Fue el destino lo que le condujo así. De niño tenía sensibilidad y talento para la pintura, y creció rodeado de restos y recordatorios sobre la muerte. Su ciudad natal, Moseulpo, es un pueblo costero de arraigadas costumbres populares, fuertemente marcado por todas partes con las cicatrices de la historia. Durante el período colonial japonés, un hangar y el campo de aviación del Ejército Imperial Japonés fue ubicado allí. Y ya en la etapa de la Corea liberada, su pueblo fue centro de la Insurrección de Jeju, que comenzó el 3 de abril de 1948, y que dio lugar a una de las tragedias más grandes de la nación, donde murieron decenas de miles de personas y reinó la destrucción generalizada por un violento conflicto ideológico. Cuando él era joven, había muchos huérfanos y mendigos inválidos de guerra en su pueblo, y siempre trataba de ir a ver las zonas donde hubo mayores escenas de muerte. A los quince años, ayudó a llevar el féretro
El crítico de arte Kim Yu-jeong, natural de la isla de Jeju, analiza las paredes de piedra junto a la tumba, denominada sandam, con una doble pared que rodea una fosa asentada en el condado de Jocheon-myeon, al norte de Jeju.
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1 1 Las estatuas de niños pequeños tallados en piedra nativa, como centinelas de las tumbas, son exclusivas de la isla volcánica de Jeju. 2 Un par de caballos pastan en el campo junto a un muro de piedra alrededor de una tumba en el condado de Jocheon-oup, de Jeju.
de un niño que falleció en su barrio. Fue su abuela la que le introdujo en la cultura del sandam. A medida que su nieto crecía, era más querido por su abuela. Cuando ella falleció, él asumió la tarea de fotografiar el rito funerario durante siete días con una cámara Olympus que encontró en su casa. Era 1981 y él tenía diecinueve años, pero desde entonces olvidó esa experiencia por un tiempo. En la primavera de su treinta y seis cumpleaños fue agredido por algunos de sus amigos y colegas mientras se dedicaba íntegramente al activismo. Entonces, preparó una comida sencilla y subió a una montaña. Allí, sentado en la sombra del muro de piedra alrededor de una tumba, ofreció bebidas a los espíritus y mantuvo una conversación con el fallecido. ¿Cómo de transitoria era la vida?, se preguntó a sí mismo. ¿Por qué había llegado a estar tan enojado? Entonces contempló todas esas hileras de tumbas, y pensó en todas las penas y alegrías que debieron haber padecido sus ocupantes en vida. Sentado en la pared del nicho con una copa en la mano, contempló ese perímetro espiritual. Tras reponer fuerzas y sentir más calor en su pecho, percibió que podía ver el camino a seguir en su vida, y jamás ha olvidado ese momento en que su corazón se contrajo por la emoción. “Una ráfaga de viento y de niebla tras la lluvia agitaba la hierba húmeda de plata, y antes de la revelación, mis ojos se llenaron de lágrimas”, recuerda Kim. Por aquel entonces, la sociedad coreana se preocupaba por la “coreaneidad” en el arte; y Kim también se comprometió con la definición del arte nacional y la promoción de sus tradiciones. Así, junto a las tumbas de personas desconocidas, comenzó a reflexionar sobre la esencia del arte tradicional coreano, y logró encontrar la belleza en los muros y las estatuas de piedra en las tumbas de los niños pequeños. Podía apreciar el cuidado que la gente común depositaba en disponer las tumbas adecuadas para sus antepasados, al margen de lo difíciles que hubieran sido sus vidas, y eso le dejó impresionado. Después, empezó a pasar la mayor parte de su tiempo en las montañas. En este proceso de su investigación encontró a un gran número de albañiles que le enseñaron mucho sobre la vida, pero su modestia les impedía revelar sus nombres y aparecer en los libros, preocupados por si sus hijos pudieran verse afectados por prejuicios contra el trabajo de baja categoría que realizaban los padres. Cuando le tomaron confianza, los albañiles empezaron a ponerse en contacto con él, en vez de tener que ir él a buscarles, para informarle de cada nuevo proyecto. Entonces, él se precipitaba por llegar a cada sitio, medir cada pared y dibujar bocetos de las estructuras internas y externas de cada tumba, para recopilar los datos necesarios de cara a analizar y clasificar las paredes de cada nicho sobre el terreno. Tan largos años de estudio de esas paredes también le otorgaron un alto grado de habilidad para erigirlos por su cuenta.
Podía apreciar el cuidado que la gente común depositaba en disponer las tumbas adecuadas para sus antepasados, al margen de lo difíciles que hubieran sido sus vidas, y eso le dejó impresionado. Después, empezó a pasar la mayor parte de su tiempo en las montañas. 48 Koreana Otoño 2016
Erigir tumbas junto a terrenos agrícolas Un día en que una lluvia de verano empapaba los bosques de las más bajas colinas de la isla de Jeju, seguí a Kim en una de esas excursiones. La colina en Gyorae-ri, en una ladera del monte Halla, brillaba en color verde. Todo estaba tranquilo en el bosque calado por la lluvia. ¿Qué tumbas habría? Me preguntaba. Entonces, él penetró la muralla y encontró una tumba completamente oculta por el denso crecimiento de malas hierbas, como guiado por una corazonada. ¿Se habría convertido en una especie de chamán? Respondió que la intuición a menudo venía en su ayuda para identificar una posible ubicación de los muros junto a la tumba, mientras paseaba por senderos abandonados en las montañas. El perímetro de piedra rectangular ubicado en una pendiente de tierra hacia abajo, incluía unas escaleras, que bajó con cuidado hacia la tumba. Cuando apartó los altos helechos, aparecieron un par de estatuas de piedra de niños pequeños con ojos redondos, cubiertas de musgo. De pie, a cada lado del montículo, había esculturas de amigos y sirvientes de los fallecidos. La lápida principal revelaba que el ocupante era alguien llamado Kim, quien murió hace unos 140 años, a la edad de 49. La tumba estaba orientada hacia el este, lo que permitía al finado escuchar el sonido de los pinos susurrando entre la brisa. Entonces me pregunté, ¿podrá también escuchar el sonido de la lluvia? “Hay diversos tipos de sandam, pero éste es bastante típico. Está ataviado con estatuas de niños pequeños y de funcionarios públicos, postes octagonales y un altar para el dios de la tierra. El terre-
no en pendiente requiere escaleras empinadas, para ofrecer a los difuntos una bonita vista frontal; y cuenta con montañas en la parte posterior y agua al frente, para ofrecer una bella vista y un buen drenaje”, explica Kim. La tumba estaba rodeada por una doble pared. A diferencia de las paredes simples, que tan solo cuentan con una línea de demarcación simbólica, las paredes dobles están muy sólidamente construidas; y el espacio entre las paredes interiores y exteriores está lleno de grava. La carcasa de la doble pared también se presenta en diversas formas, como rectangulares o trapezoidales, entre otras. Junto a esta tumba, una valla de piedra a gran escala llamó mi atención. Sus montículos gemelos guardaban los restos de un hombre llamado Bu y de su esposa. La valla incluso tenía una puerta para los espíritus (olle); y dos pequeñas cabezas de hortensia púrpura azulada sobresalían de las brechas entre las rocas, como si estuvieran de luto por la pareja. Kim expresó: “Cualquier cultura relacionada con la muerte es, en efecto, una especie de trágico festival donde los vivos expresan sus propios deseos”. El sandam se origina a partir de las barreras de piedra que los isleños del pasado erigían alrededor de las tumbas, para evitar que el ganado y los caballos, que pastaban en los campos, anduvieran entre los nichos. Con el tiempo, llegaron a ejercer como una especie de monumento familiar o de símbolo de estatus social. Muchas de esas paredes junto a las tumbas se encuentran dispersas por los campos de la isla de Jeju, y abarcan desde recintos pequeños y
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Las tumbas de Jeju, protegidas por sus recintos de piedra, crean magnĂficos patrones que aparentan cincelar el paisaje con sus suaves ondulaciones.
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humildes hasta estructuras más elaboradas. “Excavar una tumba junto a las tierras de cultivo es una costumbre que no se da en la Corea continental”, señala Kim. “Pero es más fácil para la familia cuidar de las tumbas cuando están cerca de los campos en los que trabajan. Así que, tener las tumbas de sus antepasados con paredes de piedra en un rincón de sus campos, es para ellos como asegurar su propio futuro. En la isla de Jeju, los muros de piedra son un elemento integral de la tumba, mientras que en otras zonas, el montículo sería la pieza central”.
Estatuas infantiles erigidas por albañiles anónimos Los albañiles que encontró durante su trabajo de campo y que prefieren no ser identificados, han sido sus maestros sobre la vida. Han erigido junto a las tumbas estatuas de piedra de muy diferentes miradas -rostros profundos con ojos redondos, ojos inocentes como uvas, manos grandes como grandes hojas que abrazan el cuerpo, rostros pétreos saturados de agua salada, caras animadas a punto de saltar a la vida, grandes narices en alto relieve, labios sonrientes, manos diminutas, cabellos trenzados y cabezas rapadas- pero estos niños y niñas inocentes, raras veces se representan hoy en día. Kim conoce los secretos de generaciones de escultores anónimos, y sabe cómo pusieron sus almas a tallar estas figuras de rocas basálticas; a la vez que considera una verdadera bendición que los campos y las montañas de Jeju sigan conservando estos elementos de piedra en su seno. “La belleza de las estatuas se pueden clasificar en vitalidad, energética ingenuidad, naturalidad nativa, humor y sonrisas, e incluso una irregularidad indiferente. Las graves omisiones en algunas obras también reflejan la estética moderna de las tallas, pues el material básico -la roca basáltica de Jeju- tiene un potencial ilimitado para las expresiones abstractas. Nacidas en el entorno natural de esta isla volcánica, las estatuas junto a la tumba de los niños pequeños son obras de arte donde el material ha determinado la forma”, explica Kim. No obstante, resulta verdaderamente lamentable que estas estatuas de piedra durante mucho tiempo hayan sido dañadas y vendidas de contrabando por ladrones de tumbas. Kim afirma que una vez vio una estatua que había junto a una tumba familiar en una exposición, y tuvo que realizar un gran recorrido para que fuera devuelta a su sitio original. Finalmente, pudo probar sus afirmaciones tras documentar los detalles pertinentes con fotos y mediciones, ya que conoce al dedillo todas las estatuas que había en la isla.
©Sou Je-chel
preservar el sandam Kim considera una tumba de Donggeomi Oreum como el parangón de los sandam de Jeju, pero su recinto de piedra, que ofrecía una vista espectacular, ha sido destruido por el pastoreo de ganado y caballos. Últimamente, las paredes son restauradas con una mezcla de rocas y cemento, y cada vez más gente opta por tumbas planas o cinerarium. En el pasado, era tabú tocar o modificar los objetos de piedra junto a una tumba, y eso sirvió para evitar daños o saqueos; pero ahora algunas las llevan lejos y las usan como decoración para el jardín. “Las paredes de piedra son indispensables para preservar la singularidad del paisaje nativo de Jeju. Antes de que sea demasiado tarde, hay que empezar a protegerlas. Debemos designarlas oficialmente como bienes culturales, incluso aunque solo sean una muestra representativa de los estilos funerarios de diferentes épocas históricas”, resalta Kim. Asimismo, añade que "En diez años, podrían desaparecer por completo”. Los muros de las tumbas en la isla de Jeju encarnan el laborioso trabajo y la artesanía de los albañiles locales, que cargaron las rocas volcánicas a sus espaldas para luego apilarlas, una por una, por un salario ridículamente bajo, como por ejemplo un saco de cebada. No obstante, estos muros están impregnados de los sentimientos de permanencia y separación entre muertos y vivos. De hecho, la distancia entre este mundo y el otro es muy próxima. (Traducido por Javier Castañeda)
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RElAtOs DE lAs DOs COREAs
GEuM HEE, AutORA sINO-COREANA: EsCRIbIR DEsDE lA pERIfERIA sObRE lOs MARGINADOs
Kim Hak-soon Periodista, profesor invitado de la Escuela de Medios y Comunicación, Universidad de Corea Ahn Hong-beom Fotógrafo
Geum Hee, que escribe en coreano, es una de las novelistas con mayor reconocimiento en el entorno literario de los coreanos étnicos en China. A finales del año pasado publicó en seúl su colección de relatos cortos de ficción
Mi casa en ninguna parte del mundo, que incluye historias sobre las condiciones reales a las que se enfrentan los desertores de Corea del Norte, lo que supuso su debut en la escena literaria de Corea del sur. 52 Koreana summer Otoño 2016 2016
l espacio para escribir de una autora joven cuyo principal crédito es ampliar la “literatura de la diáspora coreana” parece mucho menos extenso de lo que uno podría imaginar. Geum Hee (cuyo nombre real es Kim Geum-ji) vive en un pequeño y antiguo apartamento en el barrio étnico coreano cerca de la estación de Changchun, en esa ciudad de la provincia de Jilin, al nordeste de China, con su marido, su hijo adolescente y su hija pequeña.
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Relatos cortos sobre desertores Geum Hee se dio a conocer entre los lectores coreanos al publicar su relato corto “Ok-hwa” en la edición de primavera de 2016 de la publicación trimestral Changbi (Creación y crítica). Este trabajo también fue traducido y publicado en una edición bilingüe inglés-coreano de la serie K Ficción de la editorial Asia Publishers. Aunque a día de hoy es difícil encontrar en la literatura coreana historias de personas sino-coreanas y de desertores norcoreanos que viven y trabajan en Corea del Sur, “Ok-hwa” relata la historia de una mujer de Corea del Norte antes de llegar al Sur, lo que la hace muy diferente de otras narrativas. La voz de una autora sino-coreana tiene por sí misma un jovial encanto que capta la atención de los lectores, sin importar cuál sea la materia. La colección de historias cortas de ficción en la que “Ok-hwa” fue publicada ganó el IX Premio de Literatura Baek Sin-ae otorgado a principios de este año. “Ok-hwa” es una historia basada en experiencias reales que repasa el proceso mediante el cual una mujer escapa de Corea del Norte y es vendida a un hombre con discapacidad que vive en una zona remota de China. Después de atravesar todo tipo de retos y dificultades, la mujer deja a su bebé recién nacido y logra viajar a Corea del Sur. La novela Nomada, en la misma colección, cuenta la historia de un hombre sino-coreano y de una mujer de Corea del Norte que se trasladan al Sur para trabajar. Sin embargo, ser reconocida solo como autora que escribe historias sobre desertores de Corea del Norte es para Geum Hee algo engorroso y desagradable, pues entre las muchas obras que ha escrito, solamente las dos mencionadas abordan el tema de los desertores. En última instancia lo que ella pretende tratar a fondo no es la situación de la vulnerabilidad social, sino más bien los problemas a los que se enfrentan aquellos que son psicológicamente vulnerables. Por otra parte, en China el problema de los desertores de Corea del Norte es un tema tabú. Como China es la primera escala para aquellos que huyen de Corea del Norte, sería lógico pensar que para los autores coreanos étnicos en el país es un asunto conocido, pero en realidad es difícil encontrar entre sus obras una que trate el tema, a pesar de estar escritas en coreano. “Ok-Hwa” fue escrita originalmente por encargo para Doraji (Campanilla), una revista literaria en coreano publicada en Yanbian. “Cuando entregué el relato a la revista, tras leerlo, los editores de repente dijeron que no podían publicarlo porque abordaba un tema delicado”, asegura Geum Hee, “pese a que la historia no tenía
ningún contenido político o ideología. Me pareció una pena que se perdiera en el olvido y también me preguntaba cómo sería recibido el texto en Corea del Sur, por lo que tomé la decisión de presentarlo a la revista trimestral Changbi”. Irrumpir en la escena literaria de Corea del Sur tiene para Geum Hee un significado muy diferente. “En primer lugar, el ambiente literario es más libre que en China y hay mucha más diversidad en los tipos de temas sobre los que se puede escribir. Si quiero, puedo redactar de una manera muy franca”, asegura.
Migrante de cuarta generación de la diáspora coreana El bisabuelo de Geum Hee viajó desde Corea para establecerse en China, lo que la convierte en miembro de cuarta generación de una familia de emigrantes. Después de graduarse en la Universidad Normal de Yanji, trabajó durante un tiempo como maestra de escuela y luego viajó a Corea del Sur, donde pasó alrededor de dos años. Esto ocurrió en un momento en el que ir a Corea del Sur era algo muy popular entre las personas sino-coreanas. Ella se ganó la vida en varios puestos de trabajo, entre ellos como profesora de chino, limpiadora de habitaciones de motel o camarera, y en diversos lugares como el condado de Cheongyang en la provincia de Chungcheong del Sur o las ciudades de Daejeon y Daegu. La escritora recuerda dos cosas que en aquel momento le causaron una profunda impresión: la gran efusividad y energía de los fans durante la Copa del Mundo de la FIFA 2002, organizada conjuntamente por Corea y Japón, y la contienda entre Roh Moo-hyun y Lee Hoichang en las elecciones presidenciales. “Entonces sentí muy profundamente que, a pesar de que somos descendientes de los mismos antepasados y procedemos del mismo grupo étnico, el contexto de nuestra vida es muy diferente y nuestros recuerdos también son completamente distintos. De este modo, acabé pensando que, sin importar cómo escriba, solo podré aspirar a ser una autora sino-coreana y nunca podré convertirme en una escritora de Corea”. De forma natural, las ambivalencias de alguien que está en un lugar intermedio, de alguien que vive entre dos idiomas, permanecen fuertemente entrelazadas en toda su obra. Asuntos como los conflictos de identidad que se sufren como parte de una minoría étnica en China, la cuestión de los desertores de Corea del Norte dentro de las sociedades de Corea y China y las experiencias de los migrantes laborales a Corea del Sur, están vívidamente representados en sus novelas. En su obra titulada “Mi casa en ninguna La novelista sino-coreaparte del mundo”, el personaje principal se na Geum Hee (izquierda), que vive en la ciudad prepara para mudarse por primera vez a de Changchun en China, su propio apartamento. Ella planea decopasea por el campus de rar el interior de su nuevo hogar al “estilo la Universidad Regular del Noreste con su mencoreano”, un vago concepto que carece de tora Kim Yeong-ja, que formato particular. Se trata de una expreenseña lengua coreana en dicho centro. sión del deseo de la personaje principal de CULtUra y arte de Corea 53
tener raíces, de no ser una persona que “no es ni uno ni otro”, sino alguien auténtico. Nómada narra la historia de Park Cheol-yi, un hombre sino-coreano que trabaja como obrero en Corea del Sur y es testigo de la venenosa desconfianza de los coreanos hacia los sino-coreanos y de estos últimos hacia los desertores de Corea del Norte. El relato refleja una realidad muy preocupante, que se resume en una dolorosa observación: “Podemos ser de la misma clase o de la misma especie, pero al igual que los lobos salvajes y los pastores alemanes, no hay manera de poder convivir en armonía como un solo grupo. Somos como el aceite y el agua: ambos son líquidos, pero no se pueden mezclar aunque se viertan en el mismo vaso”. La primera colección de relatos cortos de ficción de Geun Hee, La caja de Schrödinger , fue publicada en China por la Editorial Nacional de Liaoning en 2013. Las historias abordan la turbulencia del proceso de reforma económica y la introducción del capitalismo en China. Bajo esta perspectiva, la autora examina la desintegración y la pérdida del sentimiento de comunidad en las sociedades coreana y china, los fallos de los sistemas familiares tradicionales observados desde el punto de vista de las mujeres, y la ruptura de las virtudes y la ética provocada por el materialismo. Como persona nacida y criada en un pueblo de agricultores sino-coreanos, la propia Geum Hee forma parte de la generación que vivió los tiempos de agitación política y social en China tras las reformas económicas.
Escribir novelas en coreano Desde la gramática hasta el orden de escritura de las palabras, se observan muchas diferencias notables entre La caja de Schrödinger y Mi casa en ninguna parte del mundo, esta última publicada en Corea del Sur. Esto se debe a que Geum Hee fue educada en el coreano de su región y escribe sus historias en este dialecto, más próximo al coreano que se utiliza en Corea del Norte. También porque China tiene más lazos en común con C o r e a del Norte en términos políticos y económicos. Aunque escribió Mi casa en ninguna parte del mundo pensando en los lectores de Corea del Sur, Geum Hee tuvo que enfrentarse a dificultades para manejar el idioma a la perfección. Algunas partes de la obra están escritas empleando de forma deliberada expresiones sino-coreanas. Esos aspectos de su escritura, en todo caso, enriquecen el texto y le 1
aportan frescura. Esas expresiones, desconocidas para los lectores de Corea del Sur, se funden de forma natural en el contexto de las historias sin obstaculizar la comprensión e inyectan autenticidad y realismo a los relatos. Aunque Geum Hee quiere leer tantos libros coreanos como le sea posible y familiarizarse con las expresiones de Corea del Sur, admite que existen límites. “Puedo educarme en el arte de la narrativa a partir de la literatura china o de novelas de otros países, pero solo con los textos de Corea me es posible aprender sobre la peculiar construcción de oraciones coreanas”, asegura. “Como escribo en coreano, aunque no pueda hacer que mis expresiones sean particularmente ingeniosas, pienso que al menos tengo que asegurarme de redactar de una forma que no sea desagradable para los lectores coreanos, algo que requiere de mucho esfuerzo. Sin embargo, siendo del lugar de donde soy, me es difícil sumergirme en las oraciones coreanas bien escritas. Todo lo que puedo hacer es buscar en internet y seleccionar las obras más famosas de escritores sobre los que realmente quiero leer y aprender”.
la fuerza de la experiencia, el poder de la narrativa La experiencia de la diáspora, que influye en las obras de Geum Hee, es uno de los principales temas que se abordan actualmente en la ficción coreana en general. La fuerte atención que los críticos y lectores de Corea del Sur actualmente conceden a la escritora, responde a sus enfoques de este fenómeno en cuanto a la creación de experiencias, lo que hace su trabajo mucho más vivo y lo acerca a los corazones. Aunque solo tiene 37 años, el haberse casado a la edad relativamente joven de 22 y haber asumido los roles de esposa, madre y nuera, le ha permitido tener más giros y experiencias de vida que a la mayoría de sus contemporáneos. El sentimiento de humanidad que ha crecido en ella a partir de las experiencias de tan dura vida, impregna sus obras con riqueza y profundidad. Geum Hee también está de acuerdo con esta visión. “Si no hubiera tenido tan pronto a mis hijos, quizá habría podido debutar antes en el mundo literario, pero creo que mi escritura no habría alcanzado tanta profundidad como ahora”. Geum Hee ha recibido elogios de críticos literarios por su talento natural para crear energéticas narrativas que perforan a través de la realidad, y describir la emoción con precisos y cuidados detalles. Geum Hee destaca la importancia de la narrativa en la ficción:
“En mi opinión, cosas como ser sino-coreana y hablar coreano no son más que mi capa exterior. Si se levanta esta capa aparece el alma de una persona, una persona llamada Geum Hee. Por eso quiero escribir novelas donde abordar sentimientos universales que trasciendan todo lo demás”. 54 Koreana Otoño 2016
2 1 La primera colección de historias cortas de ficción de Geum Hee "La caja de Schrödinger" (inserción al fondo), fue publicada en China por la Editorial Nacional Liaoning en 2013. Su última colección narrativa breve de ficción "Mi casa en ninguna parte del mundo" fue publicada en Corea en 2015 por la Editorial Changbi y ganó el 34º Premio Dong Shin-yup de Literatura a principios de año. 2 Cuando Geum Hee tiene una idea, primero la escribe a mano para luego pasarla al ordenador. Su espacio de escritura es un rincón del departamento de un ambiente en el que vive con su familia.
“La narrativa es la energía que mueve una historia. Pienso que las novelas coreanas ponen mucho menos énfasis en la narrativa que las de la literatura china. Parece que [en Corea] el lirismo y la atmósfera se consideran mucho más importantes. En China, si una obra literaria no tiene estructura narrativa no se considera una novela. Desde muy joven me obsesionaba el Romance de los tres reinos, que tiene un maravilloso estilo narrativo”.
la reducción de la escena literaria Geum Hee comenzó su carrera como escritora en 2007, ganando el Premio a Nuevos Escritores Yun Dong-ju, que le otorgó la editorial Yanbian por su relato corto “El gusano de la cuchara”. Al principio la pregunta que se hacía no era “¿Qué tipo de historias debo escribir?”, sino más bien “¿Debo seguir escribiendo historias?”. Esto se debía a sus preocupaciones sobre lo difícil que sería trazar para sí misma un futuro como escritora en el reducido y decreciente nicho literario sino-coreano que no pertenece ni a la literatura de China ni a la de Corea. “Los autores chinos pueden vivir con el dinero que ganan por sus obras; pero eso para nosotros es imposible”, afirma. “En este momento quienes deberían estar en sus años de escritura más productivos tienen que pelear con las dificultades de la vida y en muchos casos abandonan el ámbito literario. Además, se abre una gran brecha en sus carreras que les deja atrapados. A pesar de estas circunstancias, Geum Hee sigue escribiendo porque siente que redactar obras de ficción es lo único que puede
hacer. “He trabajado en muchas cosas diferentes, pero los trabajos no eran en absoluto interesantes y nunca me aportaron satisfacción. Sin embargo, hay algo que me preocupa. Cuando cumpla los 40 o 50 años, ¿seguirá existiendo aún esto a lo que se llama literatura sino-coreana? Creo que es probable que mi generación de escritores sino-coreanos sea la última que escriba novelas en coreano”. Aunque la población sino-coreana en la región alcanza casi dos millones de personas, aproximadamente solo hay un centenar de escritores en su comunidad literaria. En la sociedad china la población sino-coreana es un grupo minoritario, también en lo que concierne a la literatura. Entre los 55 grupos étnicos minoritarios de China todos los demás, excepto los escritores de ficción sino-coreanos, redactan en chino. Incluso en el caso de los tibetanos, uigures y mongoles en China, que tienen sus propias lenguas y sistemas de escritura, además de poblaciones mucho mayores, apenas hay autores que escriban textos de ficción en sus lenguas maternas. Geum Hee describe cómo se tuvo que enfrentar a grandes obstáculos, también en el entorno literario chino. “Durante toda mi educación asistí a escuelas coreanas, por lo que mi capacidad de escritura en chino era inferior a la de los autores chinos. Si mis relatos quisieran darse a conocer en el ámbito literario chino, deberían ser traducidos y desde una perspectiva realista, y no sería fácil”. Ella afirma que el gran número de libros que leyó de niña fue la mayor influencia que le condujo a convertirse en escritora. Su madre fue maestra de escuela primaria durante toda su vida laboral, por lo que su casa siempre estaba llena de libros; y también cumplía la función de pequeña biblioteca local para amigos y vecinos. En el mayor barrio sino-coreano de Changchun, la casa de Geum Hee era la única de entre unas 500 viviendas que tenía estanterías llenas de relatos cortos tradicionales y libros de cuentos. En sus años de escuela primaria, mientras todos sus amigos jugaban en la calle, Geum Hee se abstraía en la lectura de novelas como Las mil y una noches . Su novela favorita es El viejo y el mar , de Ernest Hemingway. La avenida de Guilin en la ciudad de Changchun, que ocupa un lugar destacado en muchas de sus obras, es conocida por sus numerosas tiendas y restaurantes coreanos, y se asemeja un poco al barrio de Hongdae en Seúl, que es popular entre los jóvenes y particularmente animado por la noche. La conversación con Geum Hee durante la cena, en un restaurante de esa avenida, concluyó así: “Mi gran sueño es escribir sobre temas universales y poder conectar emocionalmente con lectores de muchos países”. “En mi opinión, cosas como ser sino-coreana y hablar coreano no son más que mi capa exterior. Si se levanta esta capa aparece el alma de una persona, una persona llamada Geum Hee. Es por eso que quiero escribir novelas en las que abordar los sentimientos universales que trasciendan todo lo demás. Ese es el camino que puedo recorrer en busca de mi verdadera identidad.” (Traducido por Atahualpa Amerise)
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ENAMORADO DE COREA
DARCY PAQUET IMpulsOR DEl CINE INDEpENDIENtE COREANO Kim Hyun-sook CEO, K-MovieLove
©FILM Pas Mal
El crítico de cine Darcy paquet organizó la tercera edición de los premios de Cine Wildflower este año. los premios comparan las películas independientes coreanas con flores silvestres, en el sentido de que florecen incluso en tierra estéril. Enamorado del cine coreano desde hace 20 años, ha encontrado una manera de canalizar su pasión en algunas producciones de resultados significativos. 56 Koreana Otoño 2016
os encontramos a la salida de una estación de metro en la parte norte de Seúl, en una tarde lluviosa de junio. Darcy Paquet sujetaba un paraguas con la leyenda “Esperando la nieve”. Venía de un espacio indie cercano para ver una película y le dieron ese paraguas como regalo. Me orientó a través de callejones estrechos hasta un café con una puerta frontal de estilo coreano y un pequeño jardín. Su voz era suave y su coreano imperfecto. Nos sentamos tan cerca, para poder entenderle mejor, que nuestras narices casi se tocaban.
N
tercera Edición de los premios Wildflower de Cine Antes que nada, le pregunté a Darcy sobre la película que acababa de ver. “Me gustó la primera película del director Jang Heechul, ‘Beatiful Miss Jin’. Recordé su nombre y fui a ver la película el último día en cartelera. Yo era el único espectador. Creo que la han visto menos de un millar de personas en total, pero treinta mil espectadores hubiera sido suficiente para recuperar los costes de producción y bonificar al elenco. Me da pena que la gente solo vaya a ver blockbusters y grandes éxitos de cine comercial”. La conversación naturalmente llevó a los Premios de Cine Wildflower(Flor salvaje) que Darcy dirige. Los premios se establecieron en la primavera de 2014 para fomentar la producción de películas indie de bajo presupuesto, y la tercera edición se celebró el pasado mes de abril. En realidad, rinden homenaje a los logros de los directores de cine de bajo presupuesto y a las películas hechas con menos de mil millones de wons (unos 880.000 dólares). Sin duda la tierra estéril donde crecen las flores silvestres, es el mejor símil con las condiciones de producción del cine independiente. “Llevaba bastante tiempo dándole vueltas, pero nunca imaginé que sería yo quien lo hiciera”, afirma Paquet. “Había visto tantas películas alabadas por su belleza y creatividad que no lograron el reconocimiento adecuado y desaparecieron de escena así como así, que siempre pensé que debían ser revalorizadas. Si hubiera unos premios de cine que pusieran gran énfasis en la entrega de premios, entonces seguramente llamarían la atención, pensé. La gente me instó a crearlos, pero casi me di por vencido a mitad del trayecto por falta de fondos. Pero ahora que tenemos el apoyo de inversores, importadores y distribuidores de cine, Showbox incluido, la situación es mucho mejor”, recalca. Los Premios de Cine Wildflower actualmente han logrado cierto reconocimiento y credibilidad. Paquet recuerda lo contento que se puso al recibir la llamada de un profesor que le dijo: “Tengo unos alumnos en el Departamento de Cine que están haciendo películas
Darcy Paquet, EE.UU., es un crítico de cine que vive en Corea, e intervino en la película de 2012 de Lim Sang-soo El sabor del dinero , donde interpretaba a un estadounidense que se encarga de dar dinero negro de un chaebol a una figura política.
para competir en los Premios Wildflower”. Si la situación mejora, lo primero que desea hacer es compensar a Lee Harin, el alfarero que hizo los 30 trofeos para los premios.
De profesor de inglés a experto en cine coreano Darcy Paquet ha estado inmerso en trabajos relacionados con el cine coreano durante los últimos 20 años. Sé que muchos jóvenes de países occidentales -que se enamoraron de Corea después de ver películas de la talla de Kim Ki-duk, Bong Joon-ho y Park Chanwook- terminaron viniendo a vivir aquí. Ahora dan clases de cine en la universidad, presentan producciones coreanas en festivales extranjeros, o realizan películas por sí mismos. Y se podría decir que “todo comenzó con Paquet”. Cuando Paquet llegó por primera vez a Seúl en 1997 para enseñar inglés en la Universidad de Corea, preguntó a sus amigos si podían recomendarle algunas buenas películas coreanas. Pero todos negaron con la cabeza y le dijeron: “No hay mucho”, “No te molestes”, “No son dignas de ver”. ¿Quién iba a imaginar entonces que una enorme ola llegaría al ámbito del cine coreano? Películas como “El contacto”, “Navidad en agosto”, “Swiri”, “Pescado verde”, “Una familia tranquila”, “Una aventura”, “Noche de chicas” y “Nº 3” fueron estrenadas, y él quedó hipnotizado. “Fue el momento perfecto. Los cinco años siguientes de mi llegada a Corea fue como el renacimiento del cine coreano. Esas películas eran geniales. Hong Sang-soo, Kim Ki-duk, y Kim Ji-woon debutaron como directores durante esos años”, recuerda. El joven Darcy Paquet, que amaba a Dostoievski y a Chéjov, se había especializado en lengua rusa en el Carleton College de Minnesota y pensaba doctorarse en literatura rusa en la Universidad de Indiana. Pero entonces cambió de opinión y se matriculó en un master en lingüística aplicada. Tras hacer muchos amigos coreanos durante sus estudios, terminó obteniendo un trabajo en la Universidad de Corea al finalizar. Su estancia en Corea iba a ser breve, pues luego pensaba viajar a la República Checa. Sin embargo, el cine coreano cambió su destino. El Consejo de Cine de Corea tuvo noticia de que había un estadounidense que adoraba el cine coreano y le encargó que escribiera los comunicados de prensa y otros materiales de marketing. Basándose en esa experiencia, Paquet creó su propio sitio web (koreanfilm.org) y fue como por primera vez tuvo constancia de que había muchos aficionados al cine coreano por todo el mundo. “Cuando publicaba alguna reseña, lograba unas 30.000 páginas vistas por día. Tenía más de 7.000 lectores y la sala de chat(chat-room) literalmente echaba humo”, explica. El editor de Screen International, una revista de la industria cinematográfica británica, descubrió los cotenidos que Paquet subía a su web y le pidió que fuera su corresponsal en Corea. Él aceptó y empezó a escribir historias y noticias sobre la industria del cine coreano, primero para Screen International y luego para Variety. CULtUra y arte de Corea 57
Clases y subtítulos en inglés Paquet pasa la mayor parte de su tiempo subtitulando películas, dando clases de cine en el campamento internacional de verano de la Universidad de Corea, y ayudando a festivales extranjeros a programar la selección de películas coreanas. Lleva muchos años haciendo subtítulos. Hasta la fecha, su nombre aparece en los créditos de 150 películas. Durante un tiempo tuvo que tomarse un descanso por una tenosinovitis en el brazo derecho, pero regresó de nuevo en 2014 con Oda a mi Padre. Especialmente, estuvo muy ocupado en marzo de este año, pues tenía que entregar a tiempo La mucama, de Park Chan-wook y Lamentos de Na Hong-jin para el Festival de Cannes. Ahora trabaja en dos películas de Hong Sang-soo. Correcto ahora, equivocado entonces ya había sido subtitulada por otra persona, pero Hong rechazó los subtítulos al considerar que los matices estaban “todos mal”. Ahora ha pedido a Paquet que vuelva a realizar ese trabajo. “Cada director tiene su propio estilo. Park Chan-Wook quiere ver cada línea reflejada, incluso aunque resulte incómodo; mientras que a Hong Sang-soo le gusta mantener un texto simple y natural. El director Hong habla inglés bien, por lo que antes de empezar a subtitular, me siento con él y leemos algunas de las frases traducidas, para que decida qué estilo prefiere”, comenta. Paquet lleva enseñando en el campamento de verano internacional de la Universidad de Corea desde 2009. Cada verano imparte 40 horas de clases de cine durante seis semanas. Este año, revisó la teoría de Yu Hyun-Mok, autor del clásico film coreano “Disparo fallido” de 1961. Más tarde, se plantea repasar las obras maestras
del cine de Corea de las décadas de los 70 y los 80, incluyendo Chilsu y Man-su. Desde 2007 ha actuado como delegado en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián en España. En 2012 organizó una retrospectiva de cine coreano en dicho festival, y también seleccionó 10 películas de la década de los 70, donde incluyó obras de Yu Hyun-mok, Ha Gil-jong, Im Kwon-taek y Kim Ki-young. “Una retrospectiva coordinada por él y titulada ‘La década más oscura’, incluía películas coreanas producidas durante la dictadura militar, con explicaciones sobre las circunstancias sociales de la época y las limitaciones de la censura gubernamental. Las películas se pasaron dos veces al día durante cinco días y el ciclo obtuvo una gran afluencia de público”, señala Paquet. Desde 2002, ha trabajado como consultor de programas o panelista en el Festival de Cine de Extremo Oriente en Udine, Italia, dando a conocer el cine coreano a un público más amplio.
El poder de las películas coreanas reside en el público Hace veinte años, Darcy Paquet predijo que las películas coreanas algún día serían reconocidas en todas las pantallas del mundo; pero ahora defiende totalmente lo opuesto. “Francamente, las películas coreanas actuales no me excitan como solían hacerlo. Ninguna película hecha en Corea durante los últimos cinco años me ha conmovido. Hace unos días vi Lamentos, y dije que era la mejor película coreana de los últimos cinco años”, recalca Paquet. Él considera que la asociación con 20th Century Fox ha dado al director Hong-jin Na alas para mostrar su músculo creativo.
top ten de películas indie coreanas de Darcy paquet El mundo de nosotras (2016) dirigida por Yoon Ga-eun fantasía en pleno verano (2015) dirigida por Jang Kun-jae una niña en mi puerta (2014) dirigida por July Jung 10 minutos (2014) dirigida por Lee Yong-seung Novela rusa (2013) dirigida por Shin Yeon-shick Delincuente juvenil (2012) dirigida por Kang Yi-kwan fue cálido el invierno de ese año (2012) dirigida por David Cho Diarios de Musan (2011) dirigida por Park Jung-bum beber de día (2008) dirigida por Noh Young-seok Los domingos de agosto (2005) dirigida por Lee Jin-woo
“Corea tiene un gran poder que ningún otro país tiene: el público nacional. En ningún otro país las películas locales poseen una cuota de mercado tan alta como en Corea. Les ruego encarecidamente que por favor vayan a ver películas indie de bajo-presupuesto. Las encontrarán únicas y artísticamente refrescantes”. 58 Koreana Otoño 2016
Al reflexionar sobre el sistema de cine en Corea, opina que es fuerte y muy rígido. “Dudo que así pueda surgir nada nuevo”, remarca. “Incluso aunque una idea sea buena, si la película no es vista como un éxito de taquilla, entonces no llegará a producirse. Cada película está hecha igual y por tanto las películas comerciales actuales son tan similares; pero eso no es divertido. No obstante, Paquet no alude directamente al gran monopolio del negocio del cine, el mayor problema de la industria del cine coreano, quizá por su cauteloso temperamento, combinado con una preocupación por perder a los patrocinadores de los Premios de Cine Wildflower. No obstante, refleja firmeza al considerar que las películas independientes son la única salida del cine coreano. En Corea, aunque sean artísticamente aclamadas, las películas son consideradas un fracaso si no logran recuperar la inversión original; y los directores que no tienen éxito en taquilla experimentan más dificultades para conseguir apoyos en sus siguientes proyectos. Por eso Paquet estableció los Premios de Cine Wildflower, con la esperanza de poder romper este círculo vicioso. Así, los ganadores podrán al menos estrenar su próxiDarcy Paquet posa con Oh ma película. Dong-jin (a la derecha), crítico “En lo tocante a la industria del cine, de cine y coordinador del cada país experimenta sus propios Comité de Dirección de la 3ª Edición de los Premios de problemas. Sin embargo, Corea cuenta Cine Wildflower, junto a otros con un enorme poder que ningún otro participantes, tras la entrega país posee: el público local. En ningún de premios que tuvo lugar en un café del centro de Seúl, el otro país las películas locales cuen7 de abril de este año. Paquet tan con una cuota de mercado tan alta dirige los premios anuales de como en Corea. Les ruego encarecidacine independiente de Corea.
mente que por favor vayan a ver películas indie de bajo-presupuesto. Las encontrarán únicas y artísticamente refrescantes”.
Mujer e hijos Durante su segundo año en Corea, Paquet conoció a Yeon Hyeon-Sook, con quien estuvo saliendo durante tres años antes de casarse. Ahora tienen dos hijos, uno en tercer grado y otro en sexto grado, que van a una escuela primaria pública en Mia-dong, la zona más antigua de Seúl. El mayor irá el próximo verano a Estados Unidos para quedarse con sus abuelos. En su etapa de novios, Paquet y su esposa vieron una gran cantidad de películas, y hasta tradujeron juntos Crónica de un asesino. Pero ahora su esposa, al estar ocupada con los niños, se ha alejado del mundo del cine. “Para un hombre y una mujer es importante aceptar y comprender mutuamente las diferencias del otro antes de contraer matrimonio. Pero existen tantas diferencias, incluso entre la gente que ha crecido en el mismo barrio, que nos planteamos cómo de diferentes seríamos, dice Paquet. El haber visto tantas películas coreanas sin duda le ha ayudado a comprender Corea, la cultura coreana, y a las mujeres coreanas mucho mejor. Incluso ha aparecido en siete películas, incluyendo Casi Che y El sabor del dinero. Le gusta tener un buen feeling con el rodaje y disfruta de colaborar con todos, por lo que rara vez se niega cuando alguien le pide que actúe en una película. Algún día, espera poder escribir -a medias con un escritor coreano- el guion de una película sobre política coreana, en especial sobre las elecciones.(Traducido por Javier Castañeda)
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uN DIA CuAlQuIERA
MI NOMBRE ES ‘MAMÁ GOSAM’ la madre de un estudiante de bachillerato es una “mamá gosam”. la palabra gosam alude al tercer y último curso de instituto en el sistema educativo de Corea. una madre gosam nunca puede decir a su hijo o hija: “Es tu vida”. Durante un año entero ha de armarse de valor y unirse a él o a ella en la dura carrera hacia el éxito. sin embargo, pocas madres son capaces de recorrer ese trayecto sin agonías ni fuertes conflictos internos. Kang shin-jae Escritor independiente Ahn Hong-beom Fotógrafo
l reloj está a punto de marcar las siete de la mañana. Son Ae-ran se pone nerviosa al observar cómo su hija se prepara para ir al instituto. Podría perder el autobús, que llega en cinco minutos. Desazonada pero en silencio, está a punto de entregar la llave del coche a su marido; entonces su hija sale corriendo de la habitación y se dirige a la puerta. “No puede llegar tarde a la escuela. Eso tendría una influencia negativa en su expediente, recalca Son. “El instituto permite un máximo de tres retrasos, pero los padres saben que lo mejor es un registro impecable. Intentamos que tenga un expediente inmaculado, sin mancha alguna”.
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Hijo gosam, madre gosam Cuando su hija se ha ido, Son y su marido se van a trabajar. En el camino, comprueban la agenda de su hija al finalizar el horario lectivo. Hoy Son la llevará a la academia privada o hagwon a las ocho de la noche, y su marido pasará a recogerla a las diez. Este horario, de lunes a viernes, no presenta excesivas dificultades. En cambio, los fines de semana son completamente distintos. “Los sábados ella tiene una clase a las diez 60 Koreana Otoño 2016
de la mañana. La llevo al hagwon y la espero durante dos horas. Cuando termina, comemos algo antes de su siguiente clase a la una. Tres horas más tarde, la recojo y la llevo a casa. Después, la llevo a un hagwon en Gangnam, a una hora de camino desde nuestro apartamento, para una clase a las siete y la recojo de nuevo a las diez. A veces los padres ayudan, pero son sobre todo las madres las que se ocupan de conducir. Los domingos son similares a los sábados”, afirma Son. Es obvio que existe una razón por la que los coches se agrupan en filas en los barrios donde abundan las academias privadas de horario extraescolar, especializadas en formar a los alumnos para las pruebas de acceso a la universidad. Las madres se disponen a convertirse en los pies de sus hijos y se mueven con ellos como un solo ser. Sin embargo, estudiar es la responsabilidad del adolescente; mientras que la madre es responsable de hallar el hagwon adecuado para su hijo y ejercer de chófer, es decir, traer y llevar al chico o la chica del hagwon a casa. Muchas madres están dispuestas a compartir el tormento de permanecer en vela hasta altas horas de la noche mientras su hijo estudia.
¿Cómo se adapta Son a su año de gosam y cómo hace para sobrevivir? ¿Qué se siente al ser virtualmente una extremidad de una estudiante de 19 años? Son parece estar recorriendo con relativa calma ese camino, el mismo trayecto que recorren las madres de unos 600.000 alumnos cada año. Sin embargo, podemos suponer que ella pasa por un “momento aberrante" en su vida, que le exige renunciar a algunos de sus valores por el bien del futuro de su hija. Pregunté a Son, profesora de secundaria -y este año madre gosam- sobre este difícil periodo. Mientras ella habla sobre su vida diaria y aborda la realidad del actual sistema educativo, uno puede sentir la inevitable y agotadora presión de nuestros tiempos.
sobrevivir al fervor de la educación privada “La mayoría de los chavales del barrio de Mok-dong piensan que ir cada noche a un hagwon es algo completamente normal. Incluso los niños de escuela primaria se quedan hasta las diez de la noche sin oponer mucha resistencia, pese a que a menudo se frotan los ojos de sueño. Como todos los niños hacen lo mismo, ninguno cree ser el único que atraviesa momentos difí-
ciles”, explica Son. Mok-dong, donde vive Son, es un barrio de clase media lleno de complejos de apartamentos, situado en la parte noroeste de Seúl. Es conocido como “la meca de los hagwon”, al igual que el barrio de Daechi-dong en Gangnam. Habitualmente los alumnos se dirigen en masa a los hagwon tras finalizar su horario escolar en el instituto. Los hagwon son lugares a los que no solo se confía el aprendizaje de los jóvenes, sino también su tiempo. Los alumnos cumplen de forma pasiva el horario establecido para ellos sin poner resistencia alguna. No tratan de organizar su agenda de forma independiente, aunque, de todos modos, tampoco podrían hacerlo. Algunas madres podrían sentirse escépticas ante esta situación, pero al margen de aquellas de principios excepcionalmente sólidos y de gran fortaleza interior, la mayoría no tiene valor para orientar a sus hijos en otra dirección, pues consideran que los chicos llegarán a alcanzar ciertos logros y un nivel académico si soportan sin rebelarse esas largas horas de aprendizaje pasivo.
Son Ae-ran y su hija examinan la lista de nuevos cursos ofrecidos por un hagwon (academia privada).
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Son compara el barrio de Mok-dong con la ciudad de Incheon -donde ella ejerce como profesora- en lo relativo a los hagwon. Incheon es una localidad en la que los resultados de los exámenes de la Prueba de Aptitud Académica de la Universidad son de los más bajos a nivel nacional. “Los estudiantes están pasando por el turbulento periodo de la pubertad. Cuando tienen problemas y comienzan a rebelarse, las madres de Mok-dong por lo general toman nota y tratan de encontrar una solución. En realidad, el hagwon no permite que los estudiantes tengan mucho tiempo para desviarse por el mal camino”, recalca Son. “Pero en Incheon la situación es diferente, especialmente en zonas con muchas fábricas, como en la que está mi instituto. Los estudiantes que no van a un hagwon tienen una gran cantidad de tiempo libre después de la escuela. No están acostumbrados a dedicar esas horas a estudiar por su cuenta y sus padres carecen de tiempo para proporcionarles orientación. Al no saber bien qué quieren hacer, solo salen por ahí con sus amigos. El problema es que carecen de esa clase de amigos que pueda aportarles una influencia positiva”. El hagwon ostenta un poder absoluto, gobernando incluso las emociones y las acciones de los estudiantes adolescentes. Conscientes de este poder, las madres se sienten sin cesar influenciadas e intimidadas. “Las madres están constantemente preocupadas. Comparan las calificaciones de sus hijos con las de los demás y les preocupa que puedan quedarse atrás si estudian por su cuenta. Las academias conocen muy bien esa realidad, e incluso fomentan esa inquietud”. Así, las madres cambian a menudo de un hagwon a otro, o de profesores particulares, en busca de algo mejor. Para obtener información sobre hagwon exclusivos para una élite minoritaria de la clase alta, se esfuerzan por crear relaciones personales, e incluso consideran seriamente el pagar clases particulares especiales que cuestan varios millones de wones por sesión. El resultado de este obsesivo fervor por la educación es la distorsión del progreso académico por las clases particulares. Por ejemplo, en las zonas donde es más alta la fiebre por la educación privada, un niño de
escuela primaria puede estar ya estudiando matemáticas a nivel de instituto. Cuando este tipo de anomalías se observa como algo normal, los jóvenes que permanecen por debajo de ese nivel quedan totalmente excluidos. Son habla sobre la vida con esta obsesión extrema: “A pesar de toda la información que incita a los padres a optar por la educación privada, es importante mantener el equilibrio. Si eres una persona muy ambiciosa no existen límites; pero incluso para mí, fue inevitable que mi hijo aprendiera con un año de adelanto”.
preocupación por la autoestima del joven Pero… ¿No existe una política eficaz que pueda aliviar esta fiebre? “Mi hija cursa sus estudios de ciencias. Los alumnos con calificaciones más altas tienden a elegir las ciencias naturales, y la competencia por sacar mejores notas es extremadamente feroz. Si uno comete un solo error en un examen de matemáticas, puede caer al instante del primero al tercer nivel. Estudiar es como caminar sobre la cuerda floja”, ilustra Son. En este contexto, los cambios en las políticas de acceso a la universidad apenas tienen efectos reales a la hora de aliviar la carga sobre los estudiantes, al margen de si se da o no mayor peso al promedio de calificaciones del instituto que a las notas de la prueba de aptitud de acceso a la universidad, o si se fomentan las actividades y logros extraescolares en paralelo a las del centro de enseñanza. En cualquier caso, los padres, los estudiantes y el sector de la enseñanza privada se resisten a adaptarse a nuevas políticas. Los estudiantes nunca pueden experimentar la alegría de aprender, y como resultado, su mundo interior sufre. También sufren los estudiantes en el otro extremo. “A día de hoy existen muchos supoja, palabra que designa a los estudiantes que han abandonado las matemáticas. Como no adquirieron una buena base en primaria y secundaria, estos alumnos no pueden seguir el ritmo de las clases en el bachillerato, y lecciones de matemáticas no tienen sentido alguno para ellos. Sin embargo, hay algo que realmente les interesa y en donde pueden obtener una alta puntuación: los
Estudiar es la responsabilidad del adolescente; mientras que la madre es responsable de hallar el hagwon adecuado para su hijo y ejercer de chófer, es decir, traer y llevar al chico o la chica del hagwon a casa. Muchas madres están dispuestas a compartir el tormento de permanecer en vela hasta altas horas de la noche mientras su hijo estudia. 62 Koreana Otoño 2016
juegos online. De forma natural, se vuelven excesivamente autoindulgentes. Veo a menudo a estudiantes que juegan online hasta la madrugada y llegan al instituto arrastrándose, explica Son. Incluso aquellos estudiantes incapaces de alcanzar la cima en la competencia académica tienen sus propias ambiciones y autoestima. Sin embargo, nuestra sociedad no es lo suficientemente generosa como para entender su soledad y ofrecerles apoyo. Al final, todo se convierte en una tarea para las madres. Son afirma: “Trato de prestar atención y tener mucho cuidado para que mi hija pueda mantener su autoestima. Hablamos mucho sobre cómo es posible ser humilde y aún así tener un corazón orgulloso. Con autoestima, podrá aguantar y sobrevivir a cualquier dificultad, pues será
capaz de creer en sí misma”. Parece que los esfuerzos de Son están dando resultado, ya que asegura que su hija está atravesando sin muchos problemas el túnel del último año de instituto. “Mi hija es de esa clase de personas que se guarda sus problemas para ella misma, así que trato de interpretar mejor su corazón y ayudarla a resolverlos”, añade, mientras sus ojos revelan una profunda comprensión. Quizá su paz mental sea fruto A medida que su hija de esa inexplicable alquimia cursa su último año de que transforma las duras e secundaria y afronta la injustas cargas de nuestro preparación de exámenes de ingreso a la universitiempo en el amor incondiciodad, Son la anima y trata nal de una madre. (Traducido de asegurarse de que no pierda la autoestima.
por Atahualpa Amerise)
ENtREtENIMIENtO
EL REGRESO DE KIM KWANG-SEOK El amor del público por el cantante de folk moderno Kim Kwang-seok y sus canciones es cada vez más profundo desde su muerte, hace veinte años. Este año, las exposiciones sobre su vida y diversos conciertos mostrando al fallecido cantante en un holograma, están atrayendo un interminable flujo de seguidores. Kim Go-geum-pyung Editor adjunto de cultura, Money Today shim byung-woo Fotógrafo
l 13 de junio, la sala K Live para conciertos holográficos, ubicada en Eulji-ro en el distrito de Jung, en el centro de Seúl, ofreció un concierto presentando una recreación del fallecido Kim KwangSeok. El cantante fue resucitado en 3D y resurgió en el escenario gracias a la tecnología punta, para cantar sus viejas y favoritas canciones, como Letter from a Private y Around Thirty, acompañado por una armónica y una guitarra. Tras realizar una audición para la producción de un concierto holográfico, a fin de encontrar a una persona cuyos rasgos faciales, estatura y movimientos tuvieran el mayor parecido posible con el fallecido cantante; se seleccionó a un actor de teatro profesional, que tuvo que ensayar intensamente durante dos meses para moverse como Kim e imitar sus expresiones faciales. Cuando el actor ya estaba preparado, fue vestido con la indumentaria real que Kim había usado durante una de sus representaciones en directo, y su sincronización de labios fue grabada en croma (chroma key), para captar los movimientos más sutiles de los músculos faciales del actor. Y los últimos retoques fueron añadidos gracias al trabajo de diversos profesionales de la animación, que superpusieron 68 expre-
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siones únicas de Kim Kwang-Seok. Como parte del proyecto de conservación digital del patrimonio del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Planificación de Futuro, el concierto holográfico fue producido por 3D Factory, en un proyecto de nueve meses y 550 millones de wones de presupuesto.
una corta e intensa vida “Solía sentirme mal por él, pero ahora le envidio”, expresa el cantante Park Hakgi, un buen amigo de Kim. “¿Hay algún cantante que sea tan amado durante tanto
tiempo? Dejó tras de sí la historia real de su vida en los corazones de las personas que escuchaban sus temas”. Kim Kwang-Seok dio a conocer su nombre en la década de los 80 cuando se unió al grupo de clase obrera Song Seekers y la banda, Dongmulwon (Zoo). Tomó conciencia social cantando canciones protesta a las que añadió toques de sofisticación derivados de la música pop. Cantó las canciones que sus coetáneos querían escuchar, al tiempo que nunca dejó de lado su filosofía personal. En ese sentido fue un cantante muy consciente y también fue muy apreciado por dicha cualidad. Posteriormente comenzó a cantar en solitario; y entre su primer disco “Kim Kwang-Seok I” en 1989 y la nueva versión de su álbum “Re-singing Kim Kwang-Seok II” en 1995, cantó con más consciencia que nadie y logró acercarse a diversos públicos, por lo que se autodenominaba el “trabajador cantante”. Llevó a cabo su concierto número mil en el Teatro Hakchon en Daehangno el 11 de agosto de 1995, en el que recalcó: “Leí un libro escrito por el jugador de go Cho Chikun [Cho Chi-hun, por su nombre coreano] cuando estaba en la escuela secundaria, donde Cho afirmaba que no jugaba para ganar; sino que simplemente colocaba las
piedras [en el tablero] una por una, con tanto cuidado como era posible, y así se convirtió en un kisei [“sabio del go”] y en un meijin [“maestro”]. Nunca aspiré a dar mil conciertos. En cada concierto simplemente ponía todo mi corazón en cada tema, y aquí estoy. Os lo debo a vosotros. ¿Cuáles son mis planes tras el concierto? No he planeado nada, la verdad. Solo seguir viviendo”. Pero al año siguiente, el 6 de enero de 1996, se suicidó a la temprana edad de 32 años. Hasta hoy se desconoce el motivo. 2
pilar de la música folclórica coreana contemporánea La música de Kim Kwang-Seok es única. Inicialmente resuena como típicamente folclórica, pero al escucharla más atentamente, se aprecia una combinación de muchos géneros. Su dicción, su ritmo y su honesto estilo de cantar son compatibles con las canciones protesta o con canciones folclóricas, pero sus melodías incluyen elementos de pop y de jazz. Cuando lo escuchábamos cantar, no apreciábamos meramente sus canciones, sino todo “un ensamblaje de pinturas”. En sus canciones pintó el curso de una vida, incluyendo sentimientos de felicidad, tristeza, amistad y amor. Su estilo de cantar podía seguir un camino musical tópico, pero gracias a ese aspecto, sus canciones tocaban profundamente el corazón de la gente. Kim era un hombre bajo y con rasgos ásperos. Su aspecto no se parecía en nada al de una estrella, pero la voz que procedía de su corazón, lograba por sí sola para dejar sin sentido al público y mantenerlo hipnotizado. Pocas estrellas de la cultura pop dominaban al público como él, y su música –singular y poderosa- reconfortó y curó a muchas almas. Fue aclamado como pilar de la música folclórica coreana contemporánea y también como icono de la música pop lírica; mientras que su música es interpretada hoy de modo renovado, con una nueva luz. El joven cantante Kim Kwang-Seok se fue como el viento hace veinte años, pero su recuerdo perdura, fortaleciendo los cimientos de la cultura pop.
1 Kim Kwang-Seok curó muchas almas heridas de su generación con su música, acompañado de su guitarra y su armónica. Kim se quitó la vida a la edad de 32 años, en 1996. Veinte años más tarde, sigue siendo apreciado por muchos coreanos. 2 La calle Kim Kwang-Seok en Daegu, creada en su honor en 2009, se ha convertido en un lugar turístico frecuentado por más de 800.000 visitantes cada año.
Redescubrir a Kim Kwang-seok El concierto anual “Re-singing Kim Kwang-Seok” se inició en el año 2008 y sirvió como catalizador para permitir que el público redescubriera las canciones de Kim. Así, el concierto organizado en su memoria, donde los músicos tocan y reinterpretan su música, en homenaje al fallecido cantante, celebra ahora su novena edición y se ha posicionado como recurrente de la cultura popular actual. En el año 2009 en Daegu, su ciudad natal, fue inaugurada la calle Kim KwangSeok Memorial Art, también conocida como Artists Alley. Tiene tres metros de ancho y trescientos metros de largo, y está adornada con grandes murales de imágenes icónicas de cosecha propia del cantante y compositor -pintados por artistas localesy también con esculturas rememorando a Kim, desde que era un muchacho hasta que alcanzó la fama como cantante. La calle se ha convertido en una atracción turística, llegando a convocar a unos 800.000 visitantes al año. En el Teatro Bundo, ubicado en esa calle, se celebra un concierto holográfico de Kim cada semana de jueves a domingo. Es gratuito y dura 20 minutos. Para poder
contemplarlo, tan solo requiere hacer una reserva en línea. La sala del teatro tiene 70 plazas y rara vez está vacía. En el Daehangno Art Center Gallery de la Universidad Hongik se organizó una exposición, llamada “See Kim KwangSeok” , desde el 1 de abril hasta el 26 de junio de este año, para mostrar los manuscritos musicales de Kim, su diario, sus memorias y la guitarra que solía tocar. Fue una gran exposición distribuida en ocho espacios temáticos, donde su música se unió al trabajo de los artistas que le rindieron tributo. En tanto, otra exposición conmemorativa está actualmente en marcha en el cercano DDP Design Pathway , desde el 16 de julio hasta el 11 de septiembre, bajo el título “Kim Kwang-Seok in my Heart: wkf tkfwl?”. Esta secuencia críptica de letras fue el último mensaje que publicó en “Round Sound” , el tablón de anuncios de una página web de fans en línea, antes de morir. Descodificado en coreano, entre esta incomprensible secuencia de letras se puede leer algo así como “¿estás bien?”. Kim Min-ki, cantautor, empresario y director del programa conmemorativo de Kim Kwang-Seok, resume la motivación que hay detrás de todos los esfuerzos por mantener vivo el trabajo del cantante fallecido de cara a las próximas décadas: “Toda la exposición en el DDP pretende extender ‘mi’ Kim Kwang-Seok al ámbito de ‘nuestro’ Kim Kwang-Seok”. (Traducido por Raimon blancafort)
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INGREDIENtEs EsENCIAlEs
EL ARROZ Y SUS INFINITAS TRANSFORMACIONES septiembre es el mes de la cosecha del arroz. En otras palabras, es la época en la que llegan granos recién recogidos del campo, y la época en la que mejor sabe el arroz, indudable protagonista de cualquier mesa al estilo típico coreano. Kim Jin-young Representante de Traveler’s Kitchen shim byung-woo Fotógrafo
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uando uno realiza un largo viaje, llega un momento en que no puede evitar añorar la comida de casa. En mi caso, la comida que primero extraño es algo muy simple: kimchi, en su punto más sabroso de fermentación, sopa de doenjang o pasta de soja, y un cuenco de arroz perfectamente cocido. Oportunidades de saborear platos de arroz tengo por doquier, también mientras viajo por el exterior; pero no pasan de ser exóticos encuentros con un arroz poco familiar para mi paladar.
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Japónica e índica A grandes rasgos, existen dos variedades de arroz: índica y japónica. La variedad índica es la que se consume en la mayor parte del mundo. En cambio, la japónica solo se consume en un limitado número de países, entre ellos Corea, Japón y China. Lo que distingue a estos dos tipos de arroz es la composición del almidón, cuyos contenidos principales son la amilosa y la amilopectina. Si posee más amilopectina, el arroz será más glutinoso. Así, la variedad índica, que contiene más amilosa, se caracteriza por la altura de sus plantas de arroz y por tener unos granos largos y fáciles de romper. Las plantas de arroz del tipo japónica, en cambio, son bajas; y sus granos son cortos, redondos y duros. En la gastronomía mundial, la índica se usa para el risotto italiano, el pilaf de Oriente Medio y el arroz frito del Sureste Asiático, mientras que la variedad japónica se emplea para el sushi japonés y el bibimbap coreano. En la cocina tradicional de Corea, no se sabe con exactitud desde cuándo se usa el arroz como ingrediente fundamental; si bien, las semillas de arroz descubiertas en algunas excavaciones arqueológicas permiten suponer que el arroz era conseguido por los antepasados en ambientes silvestres, y consumido ya desde el Paleolítico, hace 15.000 años. El arroz, protagonista de la dieta coreana No sería una exageración decir que en una mesa servida al típico estilo coreano, el arroz es el protagonista y que el resto de los platos cumplen un papel secundario. Incluso podría comentar que los alimentos fermentados tradicionales de Corea -entre ellos, los diferentes condimentos como gochujang o pasta de ají o doenjang o pasta de soja, el kimchi y los encurtidos de verduras- fueron inventados y desarrollados con el único objeto de mejorar la experiencia de degustación del arroz. Se dice que cuando el plato protagonista armoniza con los secundarios, la mesa perfecta está servida. Pero para eso no hace falta mucho. Solo un cuenco de arroz recién hecho, acompañado de un plato de carne o de pescado, sopa u otro tipo de plato con caldo, kimchi, algún tipo de salmuera de mariscos, una que otra guarnición básica y algas secas asadas. Esta combinación lleva en los restaurantes populares de Corea el nombre de baekban, que sería algo así como el “menú del día”. A los extranjeros que tienen dificultad con la carta de los restaurantes de comida coreana y no saben qué pedir, les recomendaría que prueben el baekban. Por supuesto, adicionalmente pueden ordenar otros platos a su antojo, como bulgogi y kimchi jjigae o cazuela de kimchi. En ese caso, las guarniciones que vienen con el arroz como parte del menú del día, les serán servidas gratuitamente. En las calles o las tiendas 24 horas cerca de su alojamiento, también podrán disfrutar del auténtico sabor coreano de forma relativamente satisfactoria con productos de arroz instantáneo, que les permitirán saborear el arroz cocinado al estilo coreano. Lo único que necesitarán son tres minutos para calentarlos en el microondas. Es más, la gran variedad de productos que se venden últimamente en las tiendas 24 horas, de arroz acompaña-
El arroz que los coreanos comen como alimento básico es de tipo japónica. Sus granos quedan redondos y pegajosos al ser cocinados.
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do con diferentes clases de salsa, son para el viajero una muy buena y rápida alternativa a la hora de la comida. Asimismo son muy demandados por los turistas que se hospedan en casas de huéspedes, donde es posible usar la cocina, o por las familias para una comida sencilla en casa. Además, según informan, las exportaciones de estos productos aumentan progresivamente.
Antojitos hechos con arroz Anteriormente, cuando alguien de la familia enfermaba, las madres remojaban en agua uno o dos vasos de arroz para preparar un tipo de gachas, juk en coreano, a base de arroz para el indispuesto, que difícilmente podía digerir otras comidas. Primero, picaban menudamente mariscos o carne y verduras, para luego sofreír todo junto con el arroz remojado en agua, agregando a esta mezcla un chorro de aceite de sésamo. Luego esperaban frente a la olla hasta que el arroz estuviera lo suficientemente cocido y adquiriese una textura suave. Finalmente añadían agua, mientras removían el contenido de la olla, para que el arroz no quedara pegado en el fondo. Preparar este plato para el enfermo lleva su tiempo, de ahí que actualmente es clasificado como una “comida lenta”. Para aquellos con un sistema digestivo especialmente débil, se les prepara juk blanco hecho solo con arroz. Y aunque el juk era considerado una comida para enfermos, actualmente es percibido por muchos coreanos como una comida sana y especial; pues para ser un plato relativamente bajo en calorías, llena satisfactoriamente el estómago, además de proveer de variados nutrientes. Empleado como ingrediente para las gachas, el arroz presenta una amplia versatilidad, pues dependiendo de las verduras o proteínas con que se cocine, puede convertirse en jatjuk (gacha de piñones), kimchijuk (gacha de kimchi), chamchijuk (gacha de atún), jeonbokjuk (gacha de abulón), etc. Considerando las infinitas variaciones de este guiso, seguramente los cocineros de los restaurantes especializados en juk, o los nutricionistas que participan en el desarrollo de productos de juk instantáneo, estarán inventando nuevas recetas. Los dulces tradicionales llamados hangwa , que en el pasado no pasaban de ser una comida ceremonial, ahora son altamente deman-
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1 El arroz blanco mezclado con frijoles rojos o con arroz integral, es preferido cada vez más hoy en día y considerado una opción más saludable que el arroz blanco solo. 2 El Gangjeong es una merienda dulce y baja en calorías. Es una variedad de hangwa, o de confitería a base de arroz fermentado glutinoso, jarabe o miel y cereal inflado, que tradicionalmente se sirve en días de fiesta o en ritos ancestrales. Recientemente ha rescatado su popularidad como aperitivo. 3 Cuando un bebé cumple 100 días de edad, la familia prepara baekseolgi, un pastel tradicional de arroz blanco, para compartir con los vecinos y desear al niño una vida larga y saludable. La tarta se hace remojando arroz en agua, que finalmente se muele y se cuece al vapor.
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A grandes rasgos, existen dos variedades de arroz: índica y japónica. La primera suele usarse para el risotto italiano, el pilaf de Oriente Medio o el arroz frito del Sudeste Asiático, mientras que la última se emplea para el sushi japonés y el bibimbap coreano.
dados como merienda o dulces para la hora del té o para acompañar el café. Los más representativos son gangjeong, unas galletas de arroz cubiertas de miel y semillas de sésamo, o diferentes tipos de alubias trituradas. La receta de este dulce, que se deshace inmediatamente en la boca, es bastante complicada. Primero, se muelen granos de arroz glutinoso fermentado. Luego, se prepara una masa con el polvo obtenido del paso anterior, mezclándolo con agua. Se corta la masa en tamaños similares al dedo corazón y se secan estos trozos, para finalmente freírlos en aceite hasta que se inflen y luego cubrirlos con melaza de arroz y cereales fritos. La transformación del arroz en este dulce requiere de al menos 15 días. Actualmente, con las avanzadas técnicas de elaboración y la combinación con el arte repostero occidental, se ofrecen galletas coreanas de fusión, dulces y suaves por fuera, pero crujientes por dentro. El tteok o pastel de arroz también se prepara con el mismo ingrediente. Su variedad es amplísima, tanto de forma como de sabor. Además, es una comida ceremonial que nunca falta ni en celebraciones, como los cumpleaños y los matrimonios, ni en momentos de condolencias, como los funerales o los servicios a los ancestros. Incluso hoy en día, los coreanos reparten baekseolgi –un tipo de tteok blanco preparado solamente con arroz -y a veces con algunos frutos secos, como castañas o pasas- en el primer cumpleaños de sus hijos, o sirutteok -hecho con arroz y frijol rojo-, para desear suerte al abrir una tienda o un negocio en la inauguración. En este mismo contexto se entiende la larga tradición del pueblo coreano de preparar songpyeon -un tteok tipo empanada relleno de azúcar y semillas de sésamo o soja- en el festival de la cosecha, el Chuseok. (Traducido por Joo Hasun)
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OpINIóN DEsDE lA lEJANÍA
UN “CHE” EN LA TIERRA DEL KIMCHI santiago Rossi Foreign legal consultant, Kim & Chang
ntes de comenzar a describir mis experiencias por estas tierras creo que es necesario presentarme: soy uno de esos miles ítalo-argentinos producto de las pampas sudamericanas. Nacido en el fin del mundo, Ushuaia, la vida me dio la grata sorpresa de poder vivir en varios destinos, como España, Reino Unido, Bélgica, y más recientemente Corea, durante la pasada década de mi vida. Actualmente cumpliré mi tercer año en estas tierras y voy a intentar describir mi experiencia en Corea del Sur; una tarea bastante sencilla para mí, pues me basta con dos palabras: intensa y respetuosa. Intensa, porque desde el mismo momento que puse los pies en el Lejano Oriente, percibí que el sentido tiempo era diferente y que pasaba más rápido que en mi tierra, Latinoamérica. A ello se sumó la indescriptible sensación de saber que estaba inmerso en una cultura totalmente distinta, y absorto al encontrarme ante un mundo totalmente nuevo para mí, con una historia, con una gastronomía y hasta con una música que debía aprender, a través del tan complicado estudio de su lengua. Conocer la lengua, debo admitir, es la única forma de entender cómo se comportan los coreanos. En estos tres años, no solo he hecho muchísimos buenos amigos, sino que además he podido alcanzar metas que inicialmente ni imaginaba. Ahora se acerca el final de mis estudios de doctorado, y trabajo en una de las firmas legales más importantes de Asia. Debo reconocer que llegar hasta aquí ha requerido un gran esfuerzo por mi parte, y también mucha paciencia, valores que esta cultura ha reforzado en mi espíritu, ensenándome a respetar. He tenido la suerte de conocer y tratar con gente de diversas nacionalidades, lo que me ha permitido concluir que en líneas generales, una de las características de esta cultura es el respeto que profesan hacia los demás. Al privilegio de vivir en varios lugares durante los últimos tiempos se añadió otro, en forma de “peligrosa tentación coreana”: mi novia y mi primera experiencia cultural con este país. Eso me despertó una curiosidad infinita por aprender más sobre Corea y me llevo a postularme a las becas KGSP (Korean Governement Scho-
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larship Program), el Programa de Becas del Coreano Gobierno, al que estoy muy agradecido por poder disfrutar de esta aventura. La Beca, cubre mis estudios durante cuatro años, incluido un año de estudio intensivo del coreano en un centro académico seleccionado por el Gobierno; y también incluye los gastos para la obtención del doctorado, que actualmente realizo en una de las instituciones educativas más prestigiosas del país, la Universidad Nacional de Seúl. Decidí solicitar esta beca mientras residía entre Londres y Bruselas; y una de las grandes motivaciones fue -como he dicho antesconocer y vivir esa nueva cultura que había descubierto a través de mi novia. A ello se sumó la posibilidad de alcanzar el último grado de mis estudios académicos, con la valiosa oportunidad de hacer un doctorado en tierras orientales. A pesar de la barrera lingüística, y de la dificultad de postularse desde un lugar tan lejano como Argentina, Corea me abrió las puertas desde el primer momento. Además, siempre he recibido un invalorable apoyo del personal de la Embajada de Corea en Argentina, quienes colaboraron asesorándome y preparando traducciones y documentos que sin su ayuda no podría haber completado. La facilidad y rapidez en la obtención de la beca parecían pronosticar una experiencia sencilla. Sin embargo, debo admitir que durante mi primer año en Corea en varias ocasiones pensé haber errado la elección, pues este país me puso ante uno de los mayores desafíos de mi corta vida. La ceremonia de orientación con el NIIED (el ministerio de educación de Corea y responsable del programa de Becas) dio lugar a una experiencia única y absolutamente distinta a todo lo que había vivido hasta la fecha. En la primera parte del programa de estudio fui destinado a la Universidad SunMoon, con sede en Chonan, en el centro del país, para realizar mis estudios de lengua. Así, mi mayor sorpresa no fue, como lo es para otros extranjeros, por el kimchi, ni por los generosos desayunos; sino al experimentar de primera mano las inquietudes de fe que alimentan los cientos de cultos “primos hermanos del cristianismo” que se
extienden por todo Corea. A modo de ejemplo, basta mencionar que en Corea hay más iglesias por barrio que bares en España. Jamás imagine poder compartir mano a mano alguna ceremonia con los Munies, famosos en Corea y en el resto en el mundo por sus bodas masivas. Ahí entendí lo poco que conocía de otras religiones, de las distintas manifestaciones de fe y de sus ritos concretos. Corea es un pueblo que -para bien o para mal- está permanentemente en busca de lo espiritual, quizá para detener o compensar el desenfrenado ritmo de vida que llevan. Y digo que la experiencia fue única, ya que el estudio de la lengua no solo significó aislarme de la civilización durante un año para favorecer el aprendizaje del coreano; sino porque durante este tiempo tuve que padecer largas jornadas de estudio de más de 12 horas, muchas veces bajo supervisión de un profesor del centro. Aun así, la comprensión y el ánimo tanto de profesores como de compañeros me ayudó a superar estas primeras dificultades, y en esa primera etapa logré adquirir nociones rudimentarias de coreano. Por cierto, el atractivo que genera el primer impacto de vivir en una cultura tan diferente, se va matizando a medida que transcurren los meses, desde el desconcierto a la desazón, al asumir que un país tan diferente va a ser tu casa, al menos hasta completar los estudios académicos. Si bien este es sentimiento natural que acompaña a cualquier inmigrante, creo que el mayor desafío que presenta Corea para un latino como yo, es la imposibilidad de sentirse completamente uno de ellos. De alguna manera, siempre me siento ajeno a la sociedad, diferente. Cosas cotidianas, tales como dejar vacío el asiento al lado en el metro, habiendo mucha gente de pie; o la certeza de parecer un turista solo por tener un rostro diferente, muchas veces despertaban en mí temores o cuestionamientos sobre mi decisión y el tiempo que invertiría en alcanzar mis metas. Sin embargo, tras avanzar en el conocimiento necesario del idioma, vivir en una gran metrópolis como Seúl me permitió superar los temores y cambiar totalmente mi impresión. Hoy mi vida en Seúl, centro de convergencia de un sinnúmero de personas y capital de Corea del Sur, puede resumirse con los siguientes factores: El Estudio. Uno de los aspectos más importantes a destacar es la puntualidad y la formalidad en el trato con profesores y superiores. Existe y se cultiva un profundo respeto hacia los profesores, por ser quienes trasmiten el conocimiento. Sin dejar de ser amables, los profesores marcan cierta distancia con los alumnos, y eso me permitió intercambiar o debatir ideas muy enriquecedoras. La Cultura. Los coreanos posean una cultura milenaria que en los últimos años intentan preservar con mayor tesón; al tiempo que a veces choca con la modernidad de uno de los países más tecnológicamente avanzados del mundo. Habiendo crecido en los bosques patagónicos, vocablos como “wifi” o “data”, que permiten estar conectados 24/7 con lo que pasa en el mundo, eran totalmente desconocidos o ajenos para mí. Los grandes rascacielos entre el paisaje montañoso que circunda la ciudad de Seúl, reflejan el cre-
cimiento y liderazgo del país. Sin embargo, estos rasgos de ultra modernidad aun dejan espacio para templos y palacios de un pasado -cercano y no tan cercano- que todavía sorprende a propios y a extraños. Todo esto conforma la esencia actual de Corea: país a la vanguardia en avances tecnológicos, pero arraigado a una cultura genuina y de fuertes raíces. Educación. Corea comparte con Finlandia el podio en el nivel de calidad de educación de sus ciudadanos, y uno de mis mayores temores antes de venir era poder superar la barrera del coreano; pero teniendo en cuenta que la mayoría de los coreanos –al menos de mi edad o mi entorno- hablan inglés, dicho temor fue desterrado rápidamente. En el ambiento laboral, es requisito fundamental poder desempeñar tu profesión en -al menos- otro lenguaje, y no es de extrañar encontrar en mi firma, profesionales capaces no solo de hablar con fluidez inglés y coreano, sino de dominar otras lenguas. Igual de interesante es observar el comportamiento del estudiante coreano, su disciplina y su empeño por hacer siempre las cosas bien. La educación es asumida como un compromiso, no solo de los alumnos sino de toda la familia; pues la educación se entiende como una inversión y una proyección a largo plazo para lograr éxito profesional y un buen estatus, por lo que no se escatima en recursos al respecto, ni financieros ni de energía. Ver bibliotecas repletas de estudiantes día y noche en las fechas próximas a los exámenes; incluso acompañados de sus padres para apoyarles en todo momento, es un paisaje cotidiano en Corea. Los estudiantes reciben de la familia todo el apoyo preciso, tanto educativo como moral, o simplemente de todo lo necesario para evitar distracciones (léase comida, abrigo y cariño). Disciplina. Finalmente, creo que sería importante destacar el respeto hacia la disciplina. El coreano es un apasionado por todo lo que hace, llámese músico, estudiante, deportista, o empresario. Difícilmente algo se improvisa, todo está muy calculado a medio y largo plazo, a diferencia de la cultura latina. Por otra parte, cualquier actividad que se emprende se hace a lo grande; desde la vida profesional, donde las horas del día no alcanzan para la vida laboral –al caracterizándose por largas jornadas de trabajo en búsqueda de la perfección-, hasta escalar montañas (una de las actividades preferidas por excelencia entre los coreanos en su tiempo libre, y que exige un completo equipamiento de indumentaria y bastones, aunque la montaña a escalar no lo demande). En síntesis, podría calificar mi estancia hasta la fecha en Corea como memorable, pues las experiencias aquí vividas me han ayudado a crecer no solo como profesional, sino también como persona. El agradecimiento por esta oportunidad perdurará de por vida, y he intentado mostrarlo en estas breves líneas, con la esperanza de animar y estimular a otros a seguir un camino de enriquecimiento personal en este país, que finalmente se ha traducido en una increíble inmersión cultural y en una gratificante experiencia educativa. CULtUra y arte de Corea 71
JORNADAs DE lItERAtuRA COREANA
CRÍtICA lItERARIA
¿PODRÍA COMPROBAR QUE SOY EL MISMO DE ANTES?
<<Disfruto caminando por las calles de seúl. De Jongno a la puerta del Este, de Yeongdeungpo a la zona de Hongdae, del Ayuntamiento a Gwanghwamun. He caminado sin cesar durante muchos años. “El Hotel plaza” es uno de los relatos que se han acumulado en mi interior a lo largo de todo este tiempo>> –Kim Mi-wol. Choi Jae-bong periodista de The Hankyoreh lee Jun-ho Fotógrafo
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a obra “El Hotel Plaza” de Kim Mi-wol se publicó en el año 2011 en una colección temática, titulada Seúl, vagabundos nocturnos, de relatos de escritoras que tomaron como trasfondo diferentes lugares de la ciudad. El escenario de la narración es un hotel situado en pleno centro de Seúl frente al Ayuntamiento. Es la historia de una pareja en su treintena que curiosamente pasan las vacaciones en un hotel del centro de la ciudad, en lugar de ir a zonas de veraniego en el interior del país o en el extranjero. Esta forma de veranear se ha convertido para ellos en un ritual anual desde hace algunos años y el Hotel Plaza, al que han decidido ir esta vez, es objeto de un significado especial. El relato va intercalando los amoríos de la época universitaria del narrador y la realidad del presente una decena de años después. Por referencias a los acontecimientos que se describen en el relato, el relato se sitúa en el verano del año 2009. La pareja se encuentra mirando la entrada principal del palacio de Doeksu por las ventanas de dicho hotel y hablan sobre el altar en memoria del ex presidente Moo-hyun Roh que se había instalado allí justo hacía unos meses. Como al año de haberse concluido su mandato presidencial, mientras su familia se hallaba bajo investigación acusada de corrupción, el presidente acaba con su vida y los ciudadanos que le respetaban habían alzado por iniciativa propia un altar en las afueras de ese palacio. Entre ellos, la esposa del narrador pasó cinco horas en una cola para rendir sus respetos al difunto. A su vez, el marido y narrador sale del hotel para comprar un encendedor y un café, pero se encuentra con un grupo de manifestantes que llevan a cabo un ritual funerario consistente en dar tres pasos y hacer una postración. Los manifestantes, acompañados por unos cuantos simpatizantes, son familiares de las cinco víctimas de la “tragedia de Yongsan” que murieron
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cuando la policía asaltó a la fuerza el tejado, ocupado por unos inquilinos desahuciados, de un edificio que iba a ser demolido. En medio de esa manifestación cae un gran chubasco. Es dramático el contraste entre “la perfecta temperatura, el perfecta humedad, la perfecta limpieza, el perfecto servicio y la sensación de estar perfectamente atendido” que el narrador ha experimentado justo antes en el interior del hotel, tras haber pagado una considerable suma por tal comodidad, y la situación de aquellos que están en la manifestación bajo una fuerte lluvia, sin paraguas ni impermeables, que simboliza la realidad de la Corea contemporánea. La autora sitúa el hotel, donde veraniega la pareja, en el contexto de la situación sociopolítica de Corea en el año 2009, tomando como trasfondo la masacre de Gwangju del año l980 de nuestra historia contemporánea. El hecho de que el hotel donde ahora se hospedan esté cerca del lugar en el que se hizo una manifestación en su época de estudiante permite que, a su vez, se enlace con otro tema. Yun-seo, en aquel entonces compañera de clase en la universidad y al mismo tiempo la novia del narrador que a simple vista “parecía Blancanieves”, escucha de pasada en la calle comentarios críticos de un hombre mayor sobre las manifestaciones estudiantiles: “¿Qué sabrán los estudiantes jóvenes, si de todos modos, después de graduarse y empezar a trabajar, se olvidarán de todo? ¿No sé por qué no se cansan de ir a manifestaciones? Lo único que hacen es provocar congestiones de tráfico. El mundo nunca cambiará“. Así tal cual, el narrador se había graduado de la universidad y se había integrado en la sociedad, y llevaba ya una vida tan placentera como para veranear en un hotel céntrico de la ciudad. ¿Será porque se le había esfumado la ardiente pasión de los tiempos de estudiante, tal como había predicho el hombre mayor? En lugar de responder directamente
esta cuestión, la autora se desvía ligeramente. Y ya al final dice: “¿Me creería si, después de haber transcurrido una decena de años, se lo contara ahora? ¿Se acordaría siquiera de ese suceso? ¿Podría comprobar que soy el mismo de antes y nosotros los mismos de aquel entonces?“. Y la conclusión a la que llega con sus reflexiones encierra una especie de revocación. En principio, parece que la cuestión se centra en la cita frustrada de Navidad, pero no se detiene allí y da lugar a una interpretación abierta. Cuando dice “nosotros los mismos de aquel entonces” no se refiere tan solo a unos jóvenes románticos en un amorío, sino que al mismo tiempo nos obliga a interpretar que se refiere a unos jóvenes estudiantes que participaron en la aglomeración de una manifestación callejera, siendo por tal motivo perseguidos, y que a la vez en esa situación escuchan críticas de los adultos. Es significativo que el narrador se cuestione sobre la posibilidad de poder todavía decir honestamente que sigue manteniendo la pasión de sus ideales, no solo de mantener la pureza de sus sentimientos románticos de aquellos días pasados, sino también de su fervor político por llegar a establecer la democracia. Kim Mi-wol, que empezó su carrera literaria en 2004, al igual que los escritores de su época se ha concentrado principalmente en la pobreza y en los esfuerzos de superación. En su primera colección de cuentos, Guía de la caverna de Seúl (2007), describe a los nikikomori (“jóvenes socialmente aislados”) que se encierran en diminutos estudios, áticos o sótanos en absoluto retraimiento de todo contacto social. Cuando publicó “El Hotel Plaza” la autora estaba a mitad de la treintena, al igual que la pareja de la obra, por lo que es posible considerar que el relato es una autorreflexión en retrospectiva sobre su juventud, ya entrando en cierta edad, para examinar los días presentes a través del espejo de la juventud. CULtUra y arte de Corea 73
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