Koreana Winter 2016 (Spanish)

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InvIerno 2016

Cultura y arte de Corea

rePortaJe eSPeCial

Cinema

Festivales de cultura cinematográfica; El cine coreano en el siglo XXI: Muchas caras nuevas; El auge de los directores poderosos; Las cinco claves del éxito de las películas más populares; Estrellas de cine adoradas por el público coreano; Vagos recuerdos de los viejos cines

ISSN 1225-4606 CULTURA Y ARTE DE COREA 85

Tomo 25, nº- 4

Presente y futuro El cine coreano en el SXXI


Imagen de Corea


El rEsurgir dEl hanbok y su doblE cara

Kim Hwa-young Crítico literario; Miembro de la Academia Nacional de las Artes

E

n las calles abarrotadas de gente próximas al centro histórico de la ciudad de Seúl, especial­ mente en el pintoresco barrio de casas tradicionales de Bukchon y el majestuoso comple­ jo Gyeongbok Palace, algunos días concretos, muchas mujeres jóvenes pueden ser vistas paseando y luciendo resplandecientes en hanbok. Hasta cabría preguntarse si hay algún festival cerca. ¿Acaso son invitadas que salen de una recepción de boda? ¿O ha vuelto el hanbok, el traje típico tradicional coreano, a usarse como vestido de diario? Con la apertura de los puertos de la nación a finales del SXIX, el gusto por el traje tradicional comenzó a retroceder ante la llegada de bienes y nuevas modas extranjeras. Pero hasta la década de los 60, los hanbok formaban parte del paisaje habitual de las calles de Seúl. Los trajes de estilo occidental y la ropa de calle se convirtie­ ron en norma cuando la industria de la moda comenzó a florecer, gracias a la producción de texti­ les en masa. Entonces el Hanbok fue desechado y solo se usaba en días de fiesta nacional, como el día de Año Nuevo y Chuseok (festival de la cosecha), y en ocasiones especiales, como las bodas. Aunque no es muy frecuente verlos, el hanbok se ha vuelto a poner de moda en los últimos años. ¿Cómo ha ocurrido? Los eventos anuales Hanbok Day, organizados en 1996 por el Ministerio de Cul­ tura, Deporte y Turismo, marcaron el inicio. Desde entonces, la popularidad de hanbok fue impul­ sada aún más por la política de entrada gratuita a los palacios históricos de Seúl para cualquiera que vaya vestido con el atuendo tradicional. Adoptada por la Administración del Patrimonio Cultural desde octubre de 2013, la entrada gratuita se aplica no sólo a los cuatro palacios y al santuario real de Jongmyo en Seúl, sino también a los cementerios reales de la Dinastía Joseon en su localidad. Pero la tendencia a usar hanbok realmente despegó cuando los palacios Gyeongbok y Changgyeong se abrieron al público de noche, varias veces al año. Para controlar el número de visitantes, sólo permitían entrar a los que reservaran con antelación. Pero al haber tanta demanda, y para fomentar el uso del traje tradicional, aquellos que llevaran hanbok podían recorrer los palacios de noche y de forma gratuita, sin tener que reservar con antelación. Basta dirigirse a la entrada y venir prepara­ do para posar ante la cámara. Esta iniciativa, popular entre residentes locales, también ha atrapado a los turistas, atraídos por la romántica idea de visitar los palacios de noche y pasear por los jardi­ nes reales a la luz de la luna o participar en juegos folclóricos vestidos con hanbok. En respuesta a esta tendencia, han brotado tiendas de alquiler de hanbok cerca de los palacios, que disfrutan de un negocio en auge. El hanbok tradicional es difícil de confeccionar y por tanto resulta caro, especial­ mente para los jóvenes. Pero ahora pueden alquilar uno para pasear y lucir en vestido tradicional por algunas horas, e incluso todo el día. Las redes sociales están repletas de fotos de parejas o ami­ gos con hanbok, que disfrutan la experiencia de deslizarse con gracia ­como si fueran personajes de película de época­ junto a los palacios reales o los pueblos tradicionales. Así, por unas horas, son actores y actrices envueltos en magníficos disfraces, grabándose y jugando a interpretar un papel para ser vistos y compartir sus imágenes en línea más tarde. En esos momentos, ellos están en el escenario y el hanbok es el perfecto cómplice para vivir una evocadora fantasía. Pero, ¿son estos jóvenes conscientes de que, mientras tanto, la industria tradicional del hanbok se derrumba y el hanbok importado –el que ofrecen las tiendas de alquiler­ transforma la original belleza del hanbok en un colorido kitsch? (Traducido por Javier Castañeda)


dIreCtor edItor eJeCutIvo edItores Jefe ConseJo edItorIal

Carta de los editores

Que el festival renazca y florezca Obviamente, no fue solo por el tifón que había azotado la ciudad portuaria el día antes de la apertura del festival, que se cobró varias vidas e hizo estragos a lo largo de la costa. El ambiente festivo que llenaba de energía las calles en años anteriores era difícil de encontrar. La falta de ambiente fue aún más palpable en la alfombra roja durante la ceremonia de apertura: el brillo y el glamour fueron notablemente tenues y asistieron menos estrellas. Pero a pesar de estos siniestros indicadores, el Festival Internacional de Cine de Busan logró mantener su reputación como prin­ cipal evento cinematográfico de Asia al finalizar su más reciente edición con resul­ tados notables. Al fin y al cabo, una lista de 299 películas en representación de 69 países no es una pequeña hazaña. Pero las cifras por sí solas no describen el "mila­ gro". El BIFF, como se conoce popularmente el festival, ha logrado expresar la soli­ daridad de los cineastas de Asia y de otros continentes, así como la devoción inque­ brantable de las entusiastas audiencias locales. Darcy Paquet describe, aunque cautelosamente, la atmósfera del XXI Festi­ val Internacional de Cine de Busan, que se celebró del 6 al 15 de octubre de 2016, y también los problemas que ha sufrido el festival. La disputa tiene su origen en la proyección de un documental políticamente incorrecto en 2014, a pesar de las obje­ ciones de la ciudad anfitriona. Eso derivó en recortes presupuestarios y en la expul­ sión del director del festival y otros funcionarios relacionados, así como de boicots parciales por parte de las principales organizaciones cinematográficas, por pedir libertad de expresión para el festival y la garantía de una programación indepen­ diente. La conversión del BIFF en una “especie de meca” para los aficionados al cine, así como en un codiciado terreno para descubrir nuevos talentos durante las últimas dos décadas, tiene mucho que ver con la creciente vitalidad del cine coreano hoy en día. Sin lugar a dudas, la libertad de expresión es tan vital para el cine como cual­ quier otro género artístico, o quizá más, pues las películas son vistas por un público más amplio. Por tanto, esperamos que el BIFF vuelva a alcanzar la gloria durante los próximos años. Javier Castañeda y Kim un Kyung Editores­jefe

dIreCtor artístICo dIseñadores

ComposICIón y dIseño Kim’s Communication Associates 44 Yanghwa­ro 7­gil, Mapo­gu Seoul 04035, Korea www.gegd.co.kr Tel: 82­2­335­4741 Fax: 82­2­335­4743 traduCtores

Kim Un Kyung, Javier Castañeda, Raimon Blancafort, Atahualpa Amerise, Joo Hasun

Precio por número en Corea ₩6.000 Resto del mundo US$9 Para conocer el precio en detalle de las suscripciones, lea por favor la página 84 de Koreana. susCrIpCIón/CorrespondenCIa otras Zonas (InCluyendo Corea) The Korea Foundation West Tower 19F Mirae Asset CENTER1 Bldg. 26 Euljiro 5­gil, Jung­gu, Seoul 04539, Korea Impresa en InvIerno 2016 Samsung Moonwha Printing Co. 10 Achasan­ro 11­gil, Seongdong­gu, Seoul 04796, Korea Tel: 82­2­468­0361/5 © Fundación Corea 2016 Todos los derechos reservados. Esta publicación no admite reproducciones totales ni parciales sin el permiso de la Fundación Corea. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente representan a los editores de Koreana o a la Fundación Corea. Koreana, registrada como revista trimestral en el Ministerio de Cultura, Deporte y Turismo (número de registro Ba­1003 con fecha 8 de agosto de 1987). También se publica en alemán, árabe, chino, francés, indonesio, inglés, japonés y ruso.

Cultura y arte de Corea Invierno 2016

Una publicación trimestral de la fundación Corea 2558 Nambusunhwan­ro, Seocho­gu Seoul 06750, Korea http://www.koreana.or.kr

Imágenes de actores y actrices que lideran el cine coreano del siglo XXI (montaje)

dIreCtor CreatIvo edItores

Lee Si­hyung Yoon Keum­jin Javier Castañeda, Kim Un Kyung Bae Bien­u Charles La Shure Choi Young­in Han Kyung­koo Kim Hwa­young Kim Young­na Koh Mi­seok Song Hye­jin Song Young­man Werner Sasse Kim Sam Lim Sun­kun, Noh Yoon­young, Park Sin­hye Lee Young­bok Kim Ji­hyun, Kim Nam­hyung, Yeob Lan­kyeong


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ENTREVISTA

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Choi Byong-hyon: Recuperando a los héroes de los clásicos coreanos Cho Yoon­jung

HISTORIAS DE LAS DOS COREAS

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‘Mamá Bachelor’ y sus niños construyen un futuro juntos Kim Hak­soon

ENAMORADO DE COREA

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Shin Eui-son: Un entrenador de porteros nacido en Tayikistán

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LIBROS Y MÁS

Actos Humanos recuerdos indelebles de violencia y heridas

Kim Hyun­sook

Una Ermita Heavy metal con instrumentos tradicionales coreanos

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www.koreanfilm.org operada por voluntarios, la web koreanfilm.org puede llegar lejos

reportaJe espeCIal

Charles La Shure, Kim Hoo­ran

El cine coreano en el SXXI: Presente y futuro

OPINIóN DESDE LA LEJANÍA

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Hasta los perros recitan poesía Antonio García Rebollar

REPORTAJE ESPECIAL 1

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Festivales de cultura cinematográfica Darcy Paquet

REPORTAJE ESPECIAL 2

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El cine coreano en el siglo XXI: Muchas caras nuevas Huh Moon­young

REPORTAJE ESPECIAL 3

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Kang Seung­ryul

Kim Jin­young

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JORNADAS DE LITERATURA COREANA

Gwak Jae­gu

La magia de la narrativa que da paso a la paz y al amor

La maravillosa vida de Kim Joung-won, propietario de un noraebang

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Choi Jae­bong

El mago callejero Kim Jong­ok

Kim Seo­ryung

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Las cinco claves del éxito de las películas más populares Hahn Dong­won

REPORTAJE ESPECIAL 5

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En busca del amanecer

UN DÍA CUALQUIERA

El auge de los directores poderosos

REPORTAJE ESPECIAL 4

EN EL CAMINO

INGREDIENTES ESENCIALES

La soja, un súper alimento para todos los gustos

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Estrellas de cine adoradas por el público coreano Lee Hwa­jung

REPORTAJE ESPECIAL 6

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Vagos recuerdos de los viejos cines Lee Chang­guy

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reportaJe espeCIal 1 El cine coreano en el SXXI: Presente y futuro

festIvales de Cultura CInematográfICa darcy paquet Crítico de Cine ahn Hong-beom Fotógrafo

la capacidad de los cineastas coreanos para conectar con la audiencia mediante historias e ideas que provocan un debate generalizado y a veces incómodo es quizás la fuente principal del dinamismo del cine coreano. el público responde con pasión y dedicación. en los festivales de cine los directores y la audiencia interactúan activamente, difunden mediante el boca a boca y generan entusiasmo por las buenas películas.

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El director Kim Ki­duk y los actores Ahn Ji­hye, Choe Gwi­hwa y Hwang Geon caminan sobre la alfombra roja durante la ceremonia de inauguración del 21º Festival Internacional de Cine de Busan, celebrada el 6 de octubre de 2016 en Haeundae, Busan.

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A

veces las circunstancias más inesperadas o mundanas son las que se traducen en los recuerdos más duraderos. Para mí, uno de los recuerdos más fuertes del Festival Internacional de Cine de Busan es algo que sucedió en la playa de Hae­ undae en 2007.

Busan entonces y ahora Fue durante un debate al aire libre entre dos actri­ ces coreanas: Jeon Do­yeon, que había ganado el pre­ mio a la Mejor Actriz en Cannes por su actuación en “Sol secreto” de Lee Chang­dong, y Kang Soo­youn, ganadora del premio a la mejor actriz en el Festival de Cine de Venecia en 1987 en “Madre alquilada” de Im Kwon­taek. Hubiera sido muy interesante escuchar este debate entre las dos ganadoras de los premios más destacados en la historia de la actuación coreana, pero llegué tarde a la playa y la multitud ya abarrota­ ba todo. Tras intentar durante varios minutos abrirme paso entre el gentío para poder ver a las actrices, final­ mente me rendí y decidí simplemente escuchar su con­

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versación a través de los altavoces. No podía ver el escenario en absoluto, pero tenía una clara visión de los rostros del público sentado en primera fila. Pero pronto dejó de importarme no poder ver el escenario, pues esas caras eran tan interesantes como el rostro de las dos estrellas. Como una muche­ dumbre reunida frente a una chimenea, sus rostros brillaban de adoración, de amor al cine y de orgullo por lo que las actrices habían logrado. Se concentra­ ban intensamente en cada palabra, y respondían con calidez y entusiasmo. Podría decir que en ese momento fui testigo de la energía que ha llevado al BIFF a convertirse en el festival de cine líder en Asia. Y en sentido amplio, que esa clase de interés y pasión de la audiencia ha sido un factor determinante en el éxito de la industria cinematográfica coreana. La gente a veces habla de los factores económicos que han contribuido al explosivo crecimiento del cine coreano durante las últimas dos décadas; y men­ cionan desde el tamaño de los conglomerados empresariales de Corea, hasta el apoyo financiero proporcionado por el gobierno. Pero creo que otro factor clave de esa ecuación es la fuerte cultura cinematográfica que desde los años noventa se ha desarrollado en Corea. La “cultura cinematográfica” es un con­ cepto abstracto, pero puedes sentirlo a tu alrededor si vives en Corea o acudes a sus principales festivales de cine. La cultura cinematográfica se percibe en el conocimiento y el entusiasmo que la gente común siente hacia el cine, y tam­ bién en la forma en que la gente se expresa y habla sobre cine.


El Festival Internacional de Cine de Busan en 2016 fue considerablemente distinto de aquel de 2007. Por un lado, la actriz Kang Soo­youn se ha convertido en la directora del festival y se halla en mitad de una controversia entre la inde­ pendencia y el futuro del evento. Pero al igual que en aquel entonces, el BIFF sigue siendo uno de los escenarios clave para experimentar de primera mano la cultura cinematográfica de Corea.

sueños de cine Pude comprobar que Nam Yeon­woo estaba nervioso. El actor se convirtió en director en el vestíbulo del teatro Megabox, rodeado de amigos y del elenco de su película de debut como director “Sin vergüenza (Lost to Shame)”. La pri­ mera proyección estaba a punto de comenzar y, tras dos años de preparación, rodaje, edición y post­producción, finalmente descubriría lo que el público pen­ saba de su obra. Aunque era su debut, el director no era totalmente nuevo en este contex­ to. En 2012, Nam fue el actor principal de “Fatal”, una película rodada con un asombroso bajo presupuesto de 3 millones de won ($ 2.800). Esa película, que también fue proyectada por primera vez en Busan, obtuvo el premio Nuevas Corrientes para jóvenes directores asiáticos. Se trata de una película única con personajes memorables, proyectada en muchos otros festivales de todo el mundo, y ganadora de más premios. Más tarde se estrenó en los cines de

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©Festival Internacional de Cine de Busan

1 Ahmad Kiarostami, hijo del difunto director iraní Abbas Kiarostami, durante el discurso de acep­ tación del premio en nombre de su padre, nombrado Cineasta Asiático del Año en el BIFF 2016. Abbas Kiarostami murió el pasado mes de julio. 2 La actriz Kang Soo­youn, directora del BIFF 2016, saluda a Souleymane Cissé, el cineasta malien­ se que intervino como jurado de la sección New Currents, y a su esposa y actriz, Aminata Cissé, en la ceremonia de clausura del festival. A la izquierda, el presidente del BIFF, Kim Dong­ho.

Corea, pero al competir con los grandes éxitos taqui­ lleros de Hollywood y las producciones comercia­ les coreanas de gran presupuesto, no vendió muchas entradas. “Sin vergüenza” trata de un actor que interpreta el papel de un transexual que se cree muy abierto de mente, pero que más tarde se ve obligado a enfrontar­ se a sus prejuicios interiores. Es una historia inusual con personajes impresionantes y, pese a contar con un grupo de actores que ya conocía y asumir él mismo el papel principal, Nam rodó la película con un micro pre­ supuesto. La postproducción fue subvencionada por el BIFF a través del Fondo para el Cine Asiático. Durante el primer pase al público de “Sin vergüen­ za” en Busan algo eléctrico podía sentirse en el aire. Se puede saber de antemano cuando una película atraerá la atención del público; pero también durante la sesión de debate con el director y el reparto, muchas personas expresaron su entusiasmo con elogios. Entre la audien­ cia también había programadores de otros festivales de cine en todo el mundo, incluido Cannes, que saluda­ ron personalmente a Nam con palabras alentadoras. Mientras, en el vestíbulo del cine, una larga fila de fans esperaba para obtener autógrafos y tomarse fotos con Nam y los integrantes del reparto. Al menos por un día, ese actor poco conocido –convertido en director­ fue toda una estrella. Hay muchos directores jóvenes en Corea que sue­ ñan con vivir este tipo de experiencia. Así, Park Jung­ bum, ahora considerado un gran director independien­ te gracias a sus premiadas películas “Los diarios de Musan” (2010) y “Vivo” (2013), solía ir al Festival Inter­ nacional de Cine de Busan de joven. Allí desarrolló un profundo amor por el cine, y comenzó a soñar con rodar un día su propia película y presentarla ante el público en Busan. Hollywood es a veces definida como la “ciudad de los sueños”, pero en Corea, jóvenes rea­ lizadores a menudo realizan sus sueños en Busan, Jeonju o Bucheon. No en vano, Busan no es el único festival de Corea que despierta pasión por el cine. El Festival Internacio­ nal de Cine de Jeonju de principios de mayo, coincide con Busan en cuanto a películas con “todo vendido” y dedicadas multitudes. A pesar de enfocarse en pelí­ culas no convencionales e independientes, el festival atrae a una multitud cada año (si bien la famosa coci­ na de Jeonju hace el viaje al festival aún más seductor). En cuanto al Festival Internacional de Cine Fantásti­ co de Bucheon, o BiFan, allí es donde convergen los fans del cine de género. Aunque el número de jóvenes CULTURA Y ARTE DE COREA 7


Para los cineastas, que a menudo soportan años de oscuridad y trabajo duro al hacer una película, los sueños son importantes... Hollywood es a veces definida como la “ciudad de los sueños”, pero en Corea, jóvenes realizadores a menudo logran sus sueños en Busan, Jeonju o Bucheon. directores coreanos que realiza películas de género de bajo presupuesto no es muy elevado, el BiFan ha ayudado a mantener esa comunidad al proporcionar a estas obras un lugar para reunirse con sus seguidores. Para los cineastas, que a menudo soportan años de oscuridad y trabajo duro al hacer una película, los sueños son importantes. Y no sólo eso, en estos días y a estas alturas, la forma en que una película se introduce a la audiencia es crucial. Las audiencias en BIFF o de Jeonju no son de espectadores ordinarios, sino de personas que tienen un interés particularmente fuerte en el cine. Cuan­ do encuentran una película que les gusta, comienzan a difundirla boca a boca, al tiempo que divulgan comentarios online o reseñas cortas, haciendo que la reputación de un director comience a tomar forma. Imaginen en cambio que un cineasta introdujo una película directamente a través de un estreno en sala. En un ambiente de distribución empáticamente competitivo y donde las pelícu­ las pequeñas están en extrema desventaja, una película como “Sin vergüenza” simplemente desaparecería o pasaría inadvertida. Por esta razón los festivales de cine, y la cultura cinematográfica que los apoya, son tan importantes para los cineastas.

el cine como conversación Mientras tanto, junto a la playa de Haeundae, a 10 minutos a pie desde donde Nam Yeon­woo realizaba su presentación, otro tipo de evento tenía lugar. N.E.W., la principal distribuidora, celebraba una fiesta para las compañías de distribución de todo el mundo que habían comprado la exitosa película “Tren a Busan”. La historia de un misterioso virus zombi que se sale de control en un tren de alta velocidad KTX, “Tren a Busan”, vendió más más de 11 millones de entradas en Corea para clasificarse como la mejor película del año. Pero tal vez incluso más notable fue el éxito sin precedentes de la película en países extranjeros como Singapur, Australia, Hong Kong, Taiwán y Francia. Dicha fies­ ta de Busan rebosaba de humor y no es de extrañar porque, después de todo, muchos de los distribuidores asistentes habían ganado mucho dinero con esa película. Su director, Yeon Sang­ho, tampoco es ajeno al Festival Internacional de Cine de Busan. Su primer largometraje, una película animada de bajo presu­ puesto sobre acoso escolar titulada “El rey de los cerdos”, obtuvo tres premios en el BIFF en 2011 y fue proyectada en la sección Quincena de los Realizado­ res (Director’s Fortnight) de Cannes al año siguiente. Su segundo largometraje animado, la oscura filosofía “El falso”, fue una de las películas más comenta­ das en el BIFF de 2012. Aunque su estilo en estas películas tempranas se aleja del mainstream, N.E.W. confió en su talento y aportó un gran presupuesto para financiar “Tren a Busan”, a pesar de la superstición de la industria de que las películas zombis nunca funcionan en Corea. Su apuesta recaudó más dinero de lo que nunca nadie hubiera podido predecir. Sin embargo, e irónicamente, “Tren a Busan” no fue incluida en el progra­ ma del BIFF de este año. Fue suprimida por un boicot parcial de los cineastas, 8 KOREANA Invierno 2016

1 En la víspera de BIFF cada año, la Plaza BIFF en Nampo­dong, Busan, se llena de aficionados al cine para disfrutar las actividades del festival. La foto muestra a la multitud reunida el 1 de octubre de 2014 durante los 19 eventos previos a la apertura del BIFF. 2 El director Lee Joon­ik y las estrellas de su película “The Throne” (aka “Sado”) saludan a la audiencia en un evento al aire libre del 20º BIFF, celebrado del 1 al 10 de octubre de 2015.

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que juraron defender la independencia del festival de las presiones políticas. Un conflicto de dos años con la ciudad de Busan por proyectar el polémico documen­ tal “La verdad no se hundirá con Sewol (Diving Bell)” en 2014, provocó la expulsión del ex director del festival Lee Yong­kwan. Durante el año pasado en particular, el estatus de BIFF como centro de películas polémicas, francas y a menudo incómodas generó un acalorado debate. Hará como una década que tuve que entrevistar al exitoso director de Hong Kong Peter Ho­sun Chan (“Los señores de la guerra”, “Camaradas: Casi una historia de amor”). Durante la entrevista, admitió que realmen­ te sentía envidia del público coreano. “La audiencia en Corea es muy inteligente”, afirmó. “Tiene buen gusto y apoya películas innovadoras y muy bien hechas”. En los años transcurridos desde entonces, la audiencia coreana ha crecido en diversidad, y los espectadores de mayor edad van al cine más a menu­ do que antes. Y está claro que gracias a grandes éxitos como “Tren a Busan”, y también mediante pequeñas

obras independientes como “Sin vergüenza”, el cine juega un papel importante en los debates culturales del país.

una historia personal Cuando me trasladé por primera vez a Corea, en 1997, apenas sabía nada sobre el cine coreano. Pocas semanas después de llegar asistí al 2º Festival Internacional de Cine de Busan, y quedé abrumado y emocionado por el entu­ siasmo de la audiencia. Desde entonces he asistido a todas las ediciones del festival, y me he dedicado a construir una carrera basada en escribir y enseñar sobre cine coreano. A veces la gente me pregunta cuál fue la película que me inspiró para centrarme en el cine coreano; pero la verdad es que lo que más me entusiasmó fue la cultura cinematográfica que experimenté en Busan, y las animadas conversaciones sobre cine que tuvieron lugar a mí alrededor, en vez de una película en particular. Del mismo modo, la gente puede preguntarse cómo el cine coreano contem­ poráneo se ha vuelto tan dinámico, pero creo que necesitamos mirar más allá de las películas y los cineastas. La base de todo es la fuerte cultura cinemato­ gráfica de Corea. En la mayoría de los casos, una fuerte cultura cinematográ­ fica finalmente llevará a producir películas locales potentes. Es por eso que la cultura cinematográfica es tan importante y necesita ser defendida. (Traducido por Javier Castañeda) CULTURA Y ARTE DE COREA 9


reportaJe espeCIal 2 El cine coreano en el SXXI: Presente y futuro

el CIne Coreano en el sIglo XXI

muCHas Caras nuevas Huh moon-young Crítico de Cine Cine21 Fotografías

Han transcurrido menos de dos décadas desde el cambio de siglo, pero si observamos la actual trayectoria del cine coreano, el siglo XX parece historia antigua. durante el siglo XXI, los cambios en la industria cinematográfica nacional han sido extremos. no obstante, Corea todavía no ha conseguido posicionarse con nombre propio en el mapa del cine mundial. 10 KOREANA Invierno 2016


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asta los años ochenta en Corea no existía la moda de ir a ver películas coreanas. Durante mucho tiempo los coreanos tendieron a pen­ sar en las producciones nacionales como dramas de perfil bajo. En los años 60, las películas coreanas eran diversas y singulares a su manera, pero durante los 20 años siguientes, el desarrollo en la industria se vio obstaculizado por las restricciones y la censura de los regímenes dictatoriales, así como por la rápida difusión de la televisión. Posteriormente, los cambios políticos y sociales de mitad de la década de los 90 provocaron un renacer en el cine coreano. Nuevos movimientos fueron dirigidos por jóvenes e inteligentes productores, intrépidos y ambiciosos directores con ojo artístico. Las películas coreanas lograron un gran progreso tanto en términos de arte como de atractivo comercial. La percepción internacional sobre el cine coreano también empezó a cambiar. A mediados de los años noventa, un estudioso del cine en París podría haberse preguntado: “¿Hacen películas en Corea?”. A excepción de un puñado de expertos en cine, muy pocos, incluso entre los entusiastas del cine extranjero, había visto una producción coreana. Pero las cosas cambiaron rápida­ mente en el siglo XXI. Las obras coreanas comenzaron a ser invitadas a prestigiosos festivales internacionales de cine y a ganar importantes premios. La nueva gene­ ración de directores que debutaron en la segunda mitad de los años noventa, como Hong Sang­soo, Kim Ki­duk, Park Chan­wook y Bong Joon­ho, atrajo a un conside­ rable número de seguidores extranjeros.

el rápido crecimiento de la industria Pocos países han visto un crecimiento tan rápido de la industria cinematográfica como Corea. El número de entradas de cine vendidas explotó de 61,69 millones en el 2000 hasta 217,3 millones en 2015, y el núme­ ro de producciones nacionales aumentó más de cua­ tro veces, desde 57 hasta 232; mientras que el número de pantallas en las salas se multiplicó de 720 a 2.424 durante el mismo período. Los ingresos de taquilla alcanzaron 2,1 billones de wones en 2015, un conside­ rable incremento en comparación con los 1,52 billones de wones de 2005. Hasta entonces no había cifras exac­ tas de la recaudación de taquilla. Sin embargo, estos

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La alfombra roja instalada para el pase VIP de “Train to Busan”, evento celebrado el 18 de julio de 2016 en el centro comercial Time Square de Yeongdeungpo, en Seúl, atrajo a una gran multitud. La gala de preestreno de un gran éxito de taquilla surcoreano refleja en parte la industria cinematográfica coreana del siglo XXI.

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datos no son nada comparado con China. Con una increíble tasa de crecimiento del 64,3 por ciento en 2010, la industria cinematográfica de China ha seguido aumentando un 30 por cien­ to anual desde entonces. Y eso que el número de películas vistas per cápita fue de sólo 0,92 en 2015, cifra que indica que un incremento ver­ daderamente exponencial está por llegar en dicho país. Pero a excepción del caso de China, la industria cinematográfica de Corea ha expe­ rimentado una expansión más rápida que casi cualquier otro país. El aumento más notable se centra en el número de películas vistas per cápita. En el 2000 cada coreano vio un promedio de 1,3 pelí­ culas. Esta cifra se duplicó a 2,95 en 2005 y llegó hasta 4,17 en 2013 y hasta 4,22 en 2015. Estos números son particularmente altos, en comparación con las cifras de 2013 que fueron de un 4,0 en Estados Unidos, un 3,14 en Fran­ cia, un 2,61 en Gran Bretaña, un 1,59 en Ale­ mania y un 1,22 en Japón. Incluso en India, país que produce más películas que cualquier otro del mundo (1.602 títulos en 2013), la cifra per cápita se ubicó en 1,55 durante dicho periodo. Entonces, ¿cuál es la fuerza motriz detrás de tan destacados números? Una posible respues­ ta conduce a la política de promoción cinema­ tográfica del gobierno. Bajo un estricto sistema de cuotas, cada pantalla debe proyectar pelícu­ las coreanas por lo menos 73 días al año. Pero además, los directores también reciben apoyo de diversas fuentes, incluyendo el Consejo de Cine de Corea, los comités regionales de cine, los gobiernos locales y los festivales interna­ cionales de cine. Una vez más, aparte de China, país con fuertes restricciones a la importación de películas extranjeras, Corea ofrece el mayor apoyo a la promoción de películas nacionales. Gracias a esta diversidad de medidas de fomento, las producciones coreanas dominan la taquilla. En 2013, los títulos nacionales logra­ ron una cuota de mercado del 59,7 por ciento y desde entonces han venido representando más de la mitad del mercado, con un 50,1 por ciento en 2014 y un 52,0 por ciento en 2015. Aparte de Estados Unidos y de India, con un 94,6 y un 94,0 por ciento respectivamente en 2013, Corea es el país donde los títulos locales son más popu­ lares que las películas estadounidenses, junto 12 KOREANA Invierno 2016

1 Escena de “Chun­ hyang” de Im Kwon­ taek (2000), la primera película coreana selec­ cionada para competir en la sección principal del Festival de Cine de Cannes. 2 Escena de “Oasis” de Lee Chang­dong (2002), una historia de amor entre una mujer con parálisis cerebral y un inadaptado social. 3 Choi Min­sik interpreta al genial artista Jang Seung­eop de la dinas­ tía Joseon a finales del siglo XIX en “Painted Fire” (2002), una película del director Im Kwon­taek.

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con China (58,6 por ciento de cuota de merca­ do) y Japón (60,6 por ciento). Dichas cifras fue­ ron del 33,8 por ciento en Francia y del 22,1 por ciento en Gran Bretaña (incluyendo las copro­ ducciones con otros países). Otros factores que han contribuido a la expansión del mercado cinematográfico corea­ no incluyen la abolición de la censura y el ascenso de muchos jóvenes y talentosos direc­ tores. Por supuesto, el mercado ha entrado claramente en una nueva etapa; pero como los umbrales se miden por el número de panta­ llas y el número de películas vistas per cápita, y como las medidas de promoción de cada pelí­ cula van por su parte, los patrones de creci­ miento presentan límites a futuro.

el estado del cine coreano Antes de que “Chunhyang” de Im Kwon­taek fuera seleccionada para la sección de compe­ tición oficial del Festival de Cine de Cannes en el 2000, ninguna película coreana había llega­ do tan lejos desde que el festival comenzara en 1946. Y aunque una nominación para la Palma de Oro en Cannes no marca en sí misma el estándar a alcanzar, se puede decir que hasta entonces las producciones coreanas simple­ mente no existían en el mapa de las pelícu­ las del mundo del siglo XX, trazado por exper­ tos y críticos del cine occidental. Así, “Historia del cine” (Oxford University Press), publicada en 1966, no incluye una sola película coreana;


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Generalizar respecto al carácter de las películas procedentes de una misma región crea nociones preconcebidas que llevan a la gente a pasar por alto las fortalezas únicas de las películas individuales. Sin embargo, un indefinible color regional presenta un común arraigo en las películas procedentes de un mismo lugar. ¿Qué hace pues a las películas coreanas ser coreanas?

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mientras que en otros libros relacionados Corea también era invisible. Pero las cosas comenzaron a cambiar con el inicio del siglo. En 2002, Im Kwon­ taek ganó el Premio al Mejor Director en Cannes por “Ebrio de mujeres y pintu­ ra (Chihwaseon)”. En 2004 Park Chan­wook ganó el Grand Prix por “Old Boy” y en 2009 el Premio del Jurado por “Thirst”. Mientras tanto, Jeon Do­yeon ganó en 2007 el premio a la mejor actriz por su papel en “Sol secreto” de Lee Chang­dong; y el propio director ganó el premio al mejor guion en 2010 con “Poesía”. Tres de las cin­ tas de Hong Sang­soo y dos de las obras de Lim Sang­soo fueron seleccionadas para la competición oficial en Cannes, aunque no lograron ningún premio. En el Festival de Cine de Venecia 2002, “Oasis” logró el Premio al Director Espe­ cial para Lee Chang­dong y el de Actriz Revelación para Moon So­ri. Por su parte, Kim Ki­duk ganó el premio al Mejor Director en 2004 por “Samaritan Girl” en el Fes­ tival de Cine de Berlín, y por “3­Iron” en el Festival de Cine de Venecia; donde tam­ bién obtuvo con “Pieta” el León de Oro a la Mejor Película en 2012. Estos logros de los últimos 10 años permiten afirmar que el cine coreano ha reci­ bido un asombroso reconocimiento en la escena internacional en lo que va del siglo XXI. Y sin embargo, no podemos decir que Corea haya encontrado un destacado lugar en el mapa de películas mundiales. Cada 10 años, la revista británica Sight & Sound publica un listado con “Las mejores películas de todos los tiempos”, basado en una encuesta de críticos de cine y directores de todo el mundo. En 2012, ningu­ na película coreana llegó a ese top 100, aunque no fue algo inesperado. Además, de las seis películas asiáticas que fueron incluidas en las diez primeras listas anuales desde el año 2000, ninguna es coreana.

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©Festival Internacional de Cine de Busan, Festival Internacional de Cine Fantástico de Bucheon

1 Escena de “The Face Reader” (2013), dirigida por Han Jae­rim, donde Kim Hye­soo interpreta a Yeonhong, un seductor actor y lector de rostros. 2 Escena icónica de “The Thieves” (2012), dirigida por Choi Dong­hoon, un thriller de acción cómica con 10 ladrones persiguiendo un diamante. 3 Escena de “The Chaser” (2008), dirigida por Na Hong­jin. El thriller cuenta con un asesino en serie, sus víctimas, y un proxeneta y un ex detective policial que persigue al asesino. 4 Escena de “Veteran” (2015), dirigida por Ryoo Seung­wan. La película representa la vida oculta de un heredero de tercera generación de un conglomerado. 5 Escena de “The Handmaiden” (2016), la última y tan refe­ rida película de Park Chan­wook. 6 Escena de “Jeon Woochi: El mago taoísta” (2009), dirigida por Choi Dong­hoon, una película cómica de héroes am­ bientada en el periodo Joseon.

Pero no hay que tomarse esas listas dema­ siado en serio. Seguirán cambiando a futuro y, como siempre, surgirán muchas películas que serán más aclamadas a la postre que en el pre­ sente. Pero la ausencia de Corea de estas listas indica que muchos expertos en cine aún no con­ sideran que las obras coreanas estén a la van­ guardia de la estética cinematográfica. Es decir, el lugar de Corea en el mapa mundial de pelícu­ las todavía no está firmemente establecido. Aquí podríamos reflexionar sobre la deno­ minación de “película coreana”; ya que contie­ ne una sutil dualidad, al igual que las etiquetas “película india” o “película británica”. Es decir, no está claro si estas etiquetas simplemente denotan el país de origen o expresan un mayor punto común de referencia. Generalizar respec­ to al carácter de las películas procedentes de una misma región crea nociones preconcebidas que llevan a la gente a pasar por alto las forta­ lezas únicas de las películas individuales. Sin embargo, un indefinible color regional presenta un común arraigo en las películas procedentes de un mismo lugar. ¿Qué hace pues a las pelí­ culas coreanas ser coreanas? O en otras pala­ bras: ¿Qué factor o carácter regional de iden­ tidad puede encontrarse en las creaciones de cineastas coreanos como Hong Sang­soo, Bong Joon­ho y Lee Chang­dong, así como en las de Park Chan­wook y Kim Ki­duk? Es una pregunta difícil, porque sus pelícu­ las parecen no tener absolutamente nada en común. Las obras de Hong Sang­soo y Kim Ki­duk podrían pertenecer a una rama del modernismo europeo, mientras que las de Park Chan­wook y Bong Jong­ho (y ocasionalmente las de Kim Ki­duk) pueden verse como variacio­ nes estéticas de cine asiático extremo. En otras palabras, el cine coreano es una combinación de diversos tipos de películas que no pueden reducirse a un único carácter regional, aspecto que dificulta el posicionamiento de Corea con una identidad común en el mapa cinematográ­ fico mundial.

directores de diversas tendencias El cine coreano no se puede resumir en características; pero pese a caer en un riesgo de simplificación excesiva, podríamos esbozar cuatro categorías. CULTURA Y ARTE DE COREA 15


1 1 El actor Song Kang­ho y la actriz Kim Ok­bin en una escena de “Thirst” (2009), un thriller sobre un sacerdote convertido en vampiro, dirigida por Park Chan­wook. 2 Hwang Jung­min inter­ preta a un chamán en “The Wailing” (2016), di­ rigida por Na Hong­jin. El film se ubica en una aldea rural donde tienen lugar una serie de misteriosos asesinatos. 3 Escena de “The High Rollers” (2006), dirigida por Choi Dong­hoon, con una banda de jugadores ilegales. 4 Escena de “El Rey y el pa­ yaso” (2005), dirigida por Lee Joon­ik, que afirmó ser el primer “burlesque de corte real” de la histo­ ria del cine coreano. 5 Jun Ji­hyun interpreta un papel principal en “Assas­ sination” (2015), dirigida por Choi Dong­hoon. Los críticos la elogiaron como la primera película coreana en poner a una mujer como epicentro del movimiento de la resis­ tencia contra el dominio colonial japonés.

2 ©Festival Internacional de Cine de Busan

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La primera categoría podría llamarse “realismo nacional”. Sin lugar a dudas, el líder aquí es Im Kwon­taek. Este gigante, que durante mucho tiempo fue la cara del cine coreano y concentraba la taquilla en su etapa de juventud. Pero a partir de mediados de los 70, empezó a luchar por incorporar una nueva estética al “cine nacional”. Él lanzó su película nº 102, “Revivre”, en 2012. También un integrante adecuado de este grupo sería Lee Chang­dong, un moralista que se ubica en el lado opuesto del placer empedernido que buscan lograr las películas; pero se ha mante­ nido en silencio desde el lanzamiento de “Poesía” en 2010. Im Sang­soo, que dirigió “La criada” (2010) y “El sabor del dinero” (2012), también pertenecería a este grupo. Estos directores se han centrado en las singularidades regionales de Corea y han tratado incidentes históricos y locuras de la vida cotidiana; mientras que el vínculo sobre cómo abordan los temas prioriza sobre el estilo y la forma. La segunda categoría es “modernismo”. Hong Sang­soo y Kim Ki­duk podrían ser ubicados aquí, pero en realidad sus diferencias son mayores que sus similitu­ des. A través de formatos innovadores Hong Sang­soo busca crear un nuevo sentido de la realidad, mientras que Kim Ki­duk está absorto con la idea de la salvación a través del dolor físico. Un puñado de directores más jóvenes están haciendo pelícu­

las que podrían encajar en este epígrafe, pero ninguno de ellos es muy conocido todavía. La tercera categoría sería “innovación de género”. Los directores que pertenecen a este segmento son los que han obtenido una cier­ ta aclamación de crítica y público, incluidos Park Chan­wook, Bong Joon­ho, Kim Jee­ woon y Ryoo seung­wan. Con un fondo fanboy, ya que están todos cautivados por películas de serie B o de género; sus propias creaciones de género mixto se basan en thrillers o películas de acción, impregnados con algo de comedia y de horror, así como de otros elementos. A pesar de su audiencia masiva de público, estas películas a veces revelan aspectos de estilis­ ta obstinado. En esta categoría, al igual que en las otras, también los directores muestran muchas diferencias entre sí. Park Chan­wook reinterpreta las tragedias clásicas como pelí­ culas de género, mientras que Bong Joon­ho fusiona la política regional con la dinámica de películas de género. Por su parte, Ryoo Seu­ ng­wan y Kim Jee­woon nunca abandonan la diversión de los fanboys. De estas innovadoras películas de género, “The Host” de Bong Joon­ ho (2006) y “Berlin” de Ryoo Seung­wan (2015) atrajeron a más de 10 millones de espectado­ res cada una, y se han convertido en un mode­ lo a seguir para muchos de sus compañeros cineastas. Entre ellos está Na Hong­jin, quien ha logrado hacerse notar por “The Chaser” (2008), “El Mar Amarillo” (2010), y más recien­ temente “El extraño” (2016). La cuarta categoría englobaría las pelí­ culas convencionales, a donde pertenece el mayor número de directores. Durante mucho tiempo el líder fue Kang Woo­suk, pero desde mediados de la década de 2000 fue reempla­ zado por figuras como Choi Dong­hoon y Youn Je­kyun. De hecho, Choi Dong­hoon ya cuenta con dos hits de 10 millones de espectadores en su haber, y sus cinco películas, desde su debut en 2004 con “Ladrones” hasta “El asesino” en 2015, han tenido éxito comercial. Sería difícil decir que cualquiera de estas categorías define el cine coreano mejor que las otras; pero a su vez, la amplia diversidad generada por estos directores va dando forma al vertiginoso pero dinámico rostro del cine coreano. (Traducido por Javier Castañeda) CULTURA Y ARTE DE COREA 17


reportaJe espeCIal 3 El cine coreano en el SXXI: Presente y futuro

Kang seung-ryul Crítico de cine; Profesor, Universidad de Kwangwoon Cine21 Fotografías

EL AUGE DE LOS DIRECTORES PODEROSOS los directores de cine que han logrado la “milagrosa” hazaña de obtener tanto éxito comercial como el reconocimiento de “autor” ya no son algo aislado. ser aclamado en un prestigioso festival internacional de cine puede servir como trampolín para que los que hacen “cine de autor” logren un éxito de taquilla en el mercado nacional. estos directores poderosos dominan ahora la escena del cine coreano.

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n Corea, el director tiene más poder que nadie en el set de rodaje. Esta podría ser una genera­ lización arriesgada, ya que no sirve para todos los directores. Pero pese a la creciente influencia de los conglomerados de medios, muchos ejercen un gran poder pues han integrado verticalmente la inversión cinematográfica con la distribución y la proyección... Los destacados directores de megahits, que han atraído a más de 10 millones de espectadores, están creando sus propias compañías de producción. Algunos atribuyen a sus esposas el rol de CEO, mientras que ellos escriben sus propios guiones y se implican activamente en los castings, la edición y la post producción de las cintas. En otras palabras, estos directores estrella han adquiri­ do el control total del proceso de producción cinemato­ gráfica. Y, por supuesto, gran parte de los que aspiran a hacer carrera en el cine quieren ser directores. En este sentido, se podría decir que el “autorismo” describe a casi todos los directores coreanos actual­ mente en activo. Ahora, intentaremos trazar una topo­ grafía del cine coreano actual asociando por pares a directores de renombre.

Kim Ki-duk y Hong sang-soo Kim Ki­duk y Hong Sang­soo nacieron en 1960 y debutaron en 1996. Kim se estrenó con “Cocodrilo” y Hong con “El día que un cerdo cayó al pozo”, obra que hizo mucho ruido. Continuaron lanzando películas casi todos los años, que generalmente fueron bien recibidas en los festivales internacionales de cine. Ambos directo­ res son conocidos por tener una visión del mundo distin­ ta de la que muestran en sus películas, y aunque no han disfrutado de un gran éxito de taquilla en casa, su increí­ ble acogida en el extranjero indica que probablemente su fama y su reputación no disminuirán a corto plazo. La premisa de las películas de Kim es el “capitalis­ mo enfermo”. Sus cintas destacan por unos retratos explícitos y contundentes de hombres marginados que se hallan en la parte inferior de la escala social y llevan vidas brutales en una angustiada sociedad capitalista. En “Pieta” (2012), Kim reúne todos los elementos cine­ matográficos de obras pasadas y va un paso más allá. La película está ambientada en las callejuelas oscu­ ras y en las tiendas del Centro Comercial Sewoon, en Cheonggyecheon, en el centro de Seúl, que una vez fue símbolo de industrialización pero ahora se enfrenta a la demolición. Allí, los prestamistas recurren a toda clase de actos inhumanos para que los pobres trabajadores

los veteranos directores con carreras de 20 años a sus espaldas, Hong sang-soo (enfrente) y Kim Ki-duk, han abordado temas recurrentes en sus películas.

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paguen. La historia gira alrededor de un hombre que amenaza, golpea y extorsiona dinero a la gente. El grado de su crueldad le hace parecer una encarnación del mal, un monstruo engendra­ do por la sociedad capitalista. Pero a medida que la historia se desarrolla, Kim hace al personaje mirar hacia atrás en su vida y arrepentirse, e incluso superpone la imagen del sacrificio de Cristo sobre él al final de la película. Kim va más allá de con­ centrarse en lo peor de lo peor de nuestra sociedad capitalista, y profundiza en el reino de la compasión y la redención gracias al sacrificio y la muerte de tan odiado personaje. Por su parte, Hong Sang­soo se adhiere estrechamen­ te a temas y personajes similares en todas sus películas. Esto podría ser visto como una expresión de “autorismo”, o bien de su propio manerismo. Sus películas exponen relaciones hom­ bre­mujer que están despojadas de cualquier noción de roman­ ce o fantasía. Sus personajes se entregan a las relaciones sen­

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suales, que por lo general empiezan saliendo a beber y termi­ nan en un motel, donde la exhibición y gratificación del deseo no deja espacio para que el amor florezca. Hong reproduce las muchas facetas de ese deseo a través de la experimentación estilística. Su película “Ahora sí, antes no”, que ganó el Gol­ den Leopard en el Festival Internacional de Locarno de 2015, narra la historia de un director de cine que conoce a una joven de Suwon con la que pasa el día y se emborracha. La película se divide en parte uno y parte dos, que narran la misma historia mediante dos versiones diferentes de cómo suceden las cosas. Esa estructura de yuxtaposición ofrece una pausa para reflexio­ nar sobre la vida y el arte.

park Chan-wook y Bong Joon-ho Park Chan­wook y Bong Joon­ho, por su parte, toman las convenciones cinematográficas del género de Hollywood y las


adaptan y personalizan hasta adecuarlas al contex­ to coreano, mientras que ingeniosamente cuentan las historias que desean. Por tanto, son más populares que Kim Ki­duk o Hong Sang­soo. Park utiliza el género thriller o de misterio para explorar temas recurrentes, como el peso de la culpa y la venganza; mientras que Bong astutamente capta las contradicciones estructu­ rales de la sociedad coreana. En tanto, otra caracterís­ tica común a ambos es que mientras que en la superfi­ cie parecen seguir los dictados del cine de género, sus películas se basan en historias creativas, imaginativas. Ampliamente considerado como un director lógico e inteligente, probablemente más que cualquier otro cineasta coreano, curiosamente Park se inclina con fuerza hacia el sentimiento de las películas de serie B. Pero no las ve como películas de baja calidad, sino como un género repleto de una imaginación subver­ siva que va más allá de los límites de las películas de serie A, mientras compensa con creatividad artística las restricciones presupuestarias y de tiempo. En “Old­ boy” (2003) Park personifica su mundo cinematográfi­ co. Es la historia de una opresiva carga de culpa y ven­ ganza con elementos incestuosos; la culpa de no haber podido proteger a su hermana, y la culpa de no haber protegido a su esposa e hija del destello de la vengan­ za. Pero cuando todo fracasa, sólo conduce a nuevos e irracionales actos de venganza. En cuanto a Bong, tiene una habilidad innata para infundir un humor grotesco a sus películas, que a menudo presentan personajes de extremada torpeza lanzados ante una abrumadora situación que no pue­ den manejar. Lo que hace intrigantes sus historias es que, a medida que se desarrollan los acontecimientos, las inconsistencias estructurales de la sociedad corea­ na se descubren y quedan al desnudo. Por ejemplo, en “Crónica de un asesino en serie” (2003), que se basa en la verdadera historia de un grave caso de violación y asesinato sin resolver de finales de los 80, Bong retra­ ta la incompetencia policial y sus torpes métodos de investigación con una exhaustiva atención al detalle.

Im Kwon-taek y lee Chang-dong Im Kwon­taek y Lee Chang­dong tratan con mate­ rial más denso y serio en sus películas. Im debutó a principios de los 60 y sigue siendo un director prolífico, con más de 100 películas a sus espaldas. “Sopyonje” es uno de sus más notables trabajos, con el que rompió su propio récord de taquilla cuando fue lanzado en 1993. Lee es un escritor reconvertido en director de cine. Al igual que sus novelas realistas, sus películas se

Im Kwon-taek, maestro del realismo nacional, y lee Chang-dong (enfrente), sucesor del género.

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pese a la creciente influencia de los conglomerados de medios, muchos ejercen un gran poder pues han integrado verticalmente la inversiรณn cinematogrรกfica con la distribuciรณn y la proyecciรณn... en otras palabras, estos directores estrella han adquirido el control sobre todo el proceso cinematogrรกfico. 22 KOREANA Invierno 2016


adentran en los desafortunados acontecimientos de la historia coreana moderna o bien representan la can­ sada vida actual de la gente. Pero mientras que Bong Joon­ho adopta un enfoque directo al exponer las inconsistencias estructurales de nuestra sociedad, Lee prefiere retroceder como si contemplara la situación con calma. El trabajo más conocido de Lee es “Poesía” (2010). Utilizando la poesía como dispositivo literario, la muerte de la niña y la muerte asociada de una anciana (que es el personaje principal) obtienen un significado más profundo.

na Hong-jin y yeon sang-ho A la vanguardia de las películas independientes y la nueva ola coreana, que muestra hacia dónde se diri­ ge el cine coreano, están los directores Na Hong­jin y Yeon Sang­ho. Na ha creado un mundo cinematográfico propio y distintivo con una predilección por la crueldad, y sin embargo es ampliamente amado por el público. Repletas de violencia y de sangre, sus películas mues­ tran cómo una persona al límite puede convertirse en un monstruo de sangre fría. En “El extraño” (2016), Na lleva este factor al extremo: una serie de misteriosas muertes que asolan un pueblo rural aislado; la apari­ ción de un extraño recién llegado envuelto en penumbra y la difusión de rumores misteriosos; así como la inclu­ sión de elementos ocultistas ­un espíritu malo del que no hay escapatoria­ y el chamanismo. Yeon obtuvo un gran éxito de taquilla con su primer largometraje de acción “Tren a Busan” (2016), que atra­ jo a más de 10 millones de espectadores; pero sus pelí­ culas de animación no le han ido tan bien. Después de “Tren a Busan”, volvió enseguida a la animación con “Seoul Station”. Ha escrito y dirigido muchas películas cortas y largometrajes para adultos que tratan de temas controvertidos en instituciones sociales tales como escuelas u organizaciones militares y religiosas, ofre­ ciendo un comentario social mordaz que, representado mediante “monstruos”, refleja los monstruos que nues­ tra sociedad ha creado. Con “Tren a Busan” logró un gran éxito de taquilla y puso a todo el país a hablar de zombis. Resulta interesante destacar que las obras recien­ tes de Na y de Yeon presentan zombis invencibles. ¿Qué sugiere el hecho de que estos directores independien­ tes de la nueva ola coreana hayan logrado un enorme éxito comercial con películas de zombis, un género rela­ tivamente nuevo en Corea? ¿Qué dice eso de nuestros tiempos? (Traducido por Javier Castañeda)

park Chan-wook (enfrente) y Bong Joon-ho usan convenciones cinematográficas del género de Hollywood que adaptan ingeniosamente al contexto coreano para contar sus propias historias.

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reportaJe espeCIal 4 El cine coreano en el SXXI: Presente y futuro

las CInCo Claves del éXIto de las pelíCulas más populares

Hahn dong-won columnista de cine Cine21 Fotografías

el éxito de las películas comerciales más taquilleras responde en gran parte a determinados motivos. sin embargo, cuando los directores aplican a sus nuevas obras los elementos de éxitos anteriores, al final los aficionados al cine pagan el precio de esas prácticas de auto réplica y estandarización.

©Festival Internacional de Cine de Busan

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xiste un dicho en la industria cinematográfica coreana que reza: “Las películas de diez millones de espectadores son un regalo del cielo”. Nadie sabe qué película logrará este objeti­ vo. Así, en lugar de precisas predicciones ha surgido una gran varie­ dad de análisis a posteriori, que permiten identificar un conjunto de elementos básicos que caracterizan a las películas de éxito.

sentimiento nacional inspirador El primero de esos elementos es que la historia sea capaz de inspirar el sentimiento nacional. Entre las películas que han atraído a millones de espectadores tras agitar el arraigado espíritu nacio­ nal de los coreanos destacan “Roaring Currents” (2014), “Oda a mi padre” (2014) y “Lazos de guerra” (2004). Podría decirse que “Ven­ gadores: La era de Ultrón” (2015) también se benefició de esta ten­ dencia, ya que la película estadounidense obtuvo un considerable beneficio en Corea al rodar algunas escenas de acción en Seúl, al margen del contexto dramático. El segundo elemento es la crítica de la clase privilegiada. Uti­ lizando este demostrado recurso de éxito, “Assassination” (2015) reavivó la rabia latente de los coreanos contra los descendientes de los colaboracionistas pro­japoneses que han mantenido sus privi­ legios sociales y económicos durante más de siete décadas tras la liberación; “Por encima de la ley” (2015) despertó el resentimiento público contra los ultrajes cometidos a menudo por los herederos de tercera generación de los grandes conglomerados; “Masque­ rade” (2012) generó un gran revuelo al abordar las absurdas dis­ putas políticas; “The Attorney” (2013) despertó entre los coreanos antipatía hacia el entonces presidente; y “The Host” (2006) instigó la indignación pública por la contaminación ambiental causada por las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos en Corea, así como por su situación privilegiada aquí, y la alarmante falta de capacidad del gobierno para gestionar desastres. (La película más reciente “Tren a Busan” provocó una reacción similar). El tercer elemento es aprovechar el momento oportuno. “Frozen” (2014) se estrenó durante la temporada navideña; “The Attorney” lo hizo en un momento en que el público estaba decep­ cionado con el gobierno de entonces y sentía nostalgia del anterior presidente; el estreno de “Assassination” tuvo lugar pocas semanas antes del Día de la Liberación (y cuando la familia de un hombre de negocios conocido por sus vínculos con los malvados colaboradores pro­japoneses en la historia estaba involucrado en una pelea fami­ liar); y “Por encima de la ley” llegó a las pantallas cuando las noti­ cias sobre la corrupción y la inmoralidad entre los herederos de los magnates empresariales sorprendieron al público en general. Búsqueda de la calidad Aquí se incluye el cuarto elemento, que es la receptividad del público coreano a las películas de calidad que abordan temas acor­ des al momento e historias divertidas. De hecho, no hay nada más tergiversado e inexacto que la suposición de que las películas de

gran éxito deben ser esencialmente estereotipadas. No es cierto, al menos en Corea, y afirmar esto no implica adulación ni compla­ cencia. Las 18 películas que han atraído a más de diez millones de espectadores en el país dan testimonio de la madurez de los cinéfilos coreanos. Títulos como “The King and the Clown” (2005), “Interstellar” (2014), “The Thieves” (2012), “Assassination”, “Mas­ querade” y “The Host” se consideran buenos filmes, a pesar de estar lejos de ser obras maestras. Por otra parte, “Avatar” (2009), “ Por encima de la ley”, “The Attorney”, “Silmido” (2003), “Frozen”, “Train to Busan” y “Roaring Currents” presentan una calidad que justifica su popularidad, al menos si uno no es un crítico demasia­ do estricto. No obstante, a pesar de las diferencias individuales en cuanto a la evaluación, es razonable afirmar que alrededor del 70 por ciento de las 18 películas de diez millones de espectadores son de una calidad superior a la media.

Confiar en actores y actrices estrella Como quinto elemento para la elaboración de mega hits, cabe mencionar que la popularidad y la fiabilidad de los directores e intérpretes son obviamente un factor crítico. Directores como Choi Dong­hoon, Bong Joon­ho, Lee Joon­ik y Christopher Nolan se han ganado la confianza del público coreano con su capacidad de satisfacer los gustos populares al tiempo que preservan (o parecen preservar) su interés y originalidad, o en otras palabras, su capaci­ dad para lograr el equilibrio entre calidad y recaudación en taquilla. Yoon Je­kyoon es otro cineasta especializado tanto en la dirección como en la producción, aunque sus trabajos (como por ejemplo “Tsunami” de 2009) han sido constantemente etiquetados como una “réplica de los éxitos de taquilla de Hollywood” y la respuesta de la crítica a sus películas también ha sido variada. En cuanto a los actores, Oh Dal­su se ha ganado el apodo de “el mago de los diez millones” por sus papeles habitualmente secundarios en muchas películas que superaron el codiciado número de ventas de entra­ das. Sin embargo, tal y como sugiere el dicho popular, “el béisbol es un juego para los lanzadores y el cine para los actores principales”. Intérpretes que nunca fallan como Song Kang­ho, Choi Min­sik, Hwang Jung­min y Lee Byung­hun, capaces de dominar la panta­ lla con su aura y su actuación, son considerados un factor esencial para el éxito en taquilla. Por cierto, aunque sea de forma accidental el calentamiento glo­ bal también podría ser considerado como un factor, especialmente este año, ya que produjo un fuerte aumento en el número de perso­ nas que buscaban huir del insufrible calor en salas de cine refrige­ radas y con potentes aparatos de aire acondicionado. Bandas sonoras intensas En cualquier caso, las observaciones mencionadas hasta ahora tampoco garantizan al cien por cien que todos y cada uno de estos elementos sean claves de éxito en próximas películas. Aun así, los elementos que han tenido éxito en películas anteriores tienen una CULTURA Y ARTE DE COREA 25


©Festival Internacional de Cine de Busan

importancia innegable para los inversores. La producción cinema­ tográfica es típicamente un negocio de alto precio, alto riesgo y alta recompensa, y los costes cada vez mayores de producción y comer­ cialización aumentan aún más las inversiones. Debido a que los inversores buscan minimizar el riesgo y la incertidumbre, los men­ cionados factores de éxito ­especialmente en el caso de los recien­ tes mega hits­ pueden ejercer una influencia considerable en la producción. En la industria cinematográfica coreana actual, un limitado número de grandes distribuidores dominan todo el proceso de inversión, distribución y selección, utilizando un sistema de empre­ sas matrices o filiales. Estos distribuidores ocupan más del 90 por ciento del mercado (en función de la venta de entradas) y están extendiendo su control sobre nuevas plataformas mediáticas y audiovisuales como VOD, IPTV y DMB. Pero este monopolio se ha desarrollado sin apenas control. Ante estas circunstancias no es sorprendente que se sigan copiando los elementos de éxito demos­ trado, lo que afecta a la calidad y al estilo de las películas en fase de producción. Esa influencia se observa de forma evidente en los ras­ gos característicos comunes de las películas que se autoproclaman “superéxitos comerciales coreanos” cuyo objetivo final, reconocido o no, es formar parte del “club de los diez millones”. La característica más obvia en este sentido es la forma en la que 26 KOREANA Invierno 2016

se aplica la música a los filmes. Prestemos atención a las bandas sonoras de los éxitos comerciales de taquilla de Corea presentados en el último año, aquellos que se produjeron con un capital consi­ derable y la presencia de más de dos grandes estrellas en el repar­ to. La mayoría de sus partituras parecen explicar de forma bastante explícita lo que se supone que el público debe sentir en una deter­ minada escena. Esta “información emocional” llega hasta el punto de dictar una sensación específica, a veces incluso de forma anti­ cipada. El uso de partituras predecibles es en realidad una antigua práctica de Hollywood conocida como “mickey­mousing”. Implica que el público tiene la misma capacidad de concentración y com­ prensión que los niños que disfrutan de los dibujos animados de Mickey Mouse, un término que puede parecer insultante para el público, pero que se ajusta a la realidad. “Este tipo de partituras nunca van a perjudicar a las imágenes a las que acompañan. Es probable que la música no sea el único cliché en la película. Quizá esté cargada de ellos”, afirmó Sidney Lumet, un veterano director de Hollywood. Su observación puede aplicarse a las películas coreanas actuales, y especialmente a sus finales lacrimógenos. En línea con los rasgos emocionales de los coreanos y su dis­ posición a experimentar una catarsis intensa ya sea mediante la risa, la rabia o el dolor, la fórmula de “nueve secuencias de risa y


Por ejemplo, si el mercado estuviera estructurado de forma que tres o más clientes compraran aproximadamente el 90 por ciento de, digamos, pasteles horneados, los panaderos no molestarían en satisfacer los gustos variados del 10 por ciento restante. Como es natural, su mayor prioridad sería atender a las preferencias de esos tres grandes compradores. una de llanto” se ha aplicado fielmente a tantas películas, que casi se ha convertido en un estándar de la industria. Pero para lograr esa secuencia de llanto, muchas películas recientes han estado demasiado dispuestas a adoptar situaciones artificiales y provocar un brusco e inverosímil giro de los acontecimientos. Con demasia­ da frecuencia los personajes tratan de exprimir las lágrimas de la audiencia llorando sin parar, antes de que ésta pueda realmente apreciar la tristeza. Ahora el llanto se prolonga y la actuación y la dirección se ornamentan de forma excesiva, mientras la orquesta desgarra los tímpanos con sus trágicas melodías. La pantalla y los altavoces tienen como objetivo producir un buen baño de lágrimas en los espectadores antes de que estos salgan del cine.

repetición de una crítica social similar La televisión coreana estuvo dominada por los “dramas sin fin” (makjang), que trataban de atraer a más espectadores con tramas secundarios y personajes cada vez más exagerados. Tal y como demostró este caso, la exposición a estímulos repetidos mitigó la respuesta del público, buscando un estímulo más fuerte para obte­ ner lo mismo. Al final todo lo que queda en la mente de los espec­ tadores es un desierto de cenizas, como los claros que la tala y quema de los agricultores deja en el bosque. Los signos más obvios de películas atrapadas en la trampa del “estímulo más fuerte” se observan en el subgénero llamado “cine negro como crítica social”. Con personajes que trabajan en organi­ zaciones de poder como fiscales, políticos, periodistas, magnates de negocios y funcionarios de la policía, estos filmes buscan retra­ tar sus sombrías transacciones y disputas encubiertas de la mane­ ra más realista posible. Este género específico del cine coreano ha surgido y crecido a partir de condiciones reales como un ambiente social competitivo, el absurdo institucional, la bipolarización eco­ nómica y la falta de comunicación política. La mayoría de los corea­ nos siente empatía con los argumentos en estas obras, tal y como demuestran sus resultados en taquilla. En estas películas el públi­ co halla un escape temporal a la frustrante realidad de la sociedad y una ayuda de segunda mano para expresar sus propias opiniones. Una cosa que se pasa por alto, sin embargo, es el hecho de que estos comentarios sociales parecen no ser capaces ­o no desean­ criticar su propia tautología cinematográfica y estética, ni tampoco la mencionada auto réplica. La réplica o duplicación es, sin duda, uno de los atributos básicos del cine como género. A pesar de ello, las producciones coreanas recientes que se autodenominan “cine negro como crítica social” resultan idénticas como una pareja de

gemelos, solo que con diferentes nombres y trajes. Cada pelícu­ la parece primero construir personajes organizando una baraja de cartas sobre la mesa en la que cada naipe está etiquetado con un tipo de figura, como el fiscal, la policía, el magnate de negocios, el periodista y el gánster. Los personajes seleccionados se mezclan para producir algo similar a los papeles principales de los actores famosos. La única variación parece ser el nivel de crítica y el grado de explicitud en la descripción de la historia. El hecho de que los aspirantes a directores de Corea tomen como su “biblia” el ‘Manual de Robert McKee’ puede que tampoco sea la causa. En la raíz de la auto réplica y la estandarización está el deseo del gran capital que controla todo el proceso, desde la pla­ nificación hasta la distribución, de fabricar una “película de diez millones de espectadores”. Por ejemplo, si el mercado estuviera estructurado de forma que tres o más clientes compraran aproximadamente el 90 por cien­ to de, digamos, pasteles horneados, los panaderos no molestarían en satisfacer los gustos variados del 10 por ciento restante. Como es natural, su mayor prioridad sería atender a las preferencias de esos tres grandes compradores que tienen el poder de propor­ cionar los ingredientes, los asistentes, las cocinas, los hornos, los camiones y hasta las vitrinas. Tienen la capacidad exclusiva de abrir o cerrar los canales de distribución para comercializar diez millo­ nes de pasteles horneados. ¿Cuántos panaderos podrían ignorar o rechazar tal poder? Al final son los espectadores quienes pagan el precio. Hoy en día la mayoría de las salas de cine están copadas por películas creadas pensando en el beneficio económico, con historias y estilos no muy diferentes de otros largometrajes proyectados no hace mucho. Hay pocas salas para películas independientes y de bajo presupuesto, y las disponibles suelen estarlo temporalmente. Además, los gran­ des compradores también están llamando a la puerta de un merca­ do que se define como “la casa del arte”. El cine coreano logró su actual desarrollo dramático en solo 15 años. Los cinéfilos de Corea han crecido no solo en número sino también en capacidad crítica, en parte gracias a las luchas de los cineastas que han mantenido su originalidad frente a las presiones y restricciones comerciales. Considerando lo que sucedió en las más avanzadas industrias cinematográficas de Hong Kong y Japón cuando su cine estaba en pleno desarrollo, es imposible no consi­ derar la aparición de síntomas similares en Corea como inconfun­ dible señal de advertencia. (Traducido por atahualpa amerise)

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reportaJe espeCIal 5 El cine coreano en el SXXI: Presente y futuro

estrellas de CIne adoradas por el púBlICo Coreano si los actores y actrices de cine son un espejo de los tiempos que corren, ¿en quiénes proyecta sus gustos y deseos el público coreano? elegimos a tres intérpretes que han logrado dominar la gran pantalla y seguirán haciéndolo durante bastante tiempo. lee Hwa-jung Periodista, Cine21 Cine21 Fotografías

G

racias al éxito de su última película, “The Age of Shadows” (2016), Song Kang­ho se ha convertido en el pri­ mer actor en la historia del cine coreano en atraer a 100 millones de espectadores con el conjunto de películas que ha prota­ gonizado. Aunque sus logros no pueden ser cuantificados sólo con números, los 22 fil­ mes que ha protagonizado durante sus 20 años de carrera prueban por qué es consi­ derado uno de los actores más grandes e influyentes del séptimo arte de Corea.

Song Kang-ho un cambio tectónico que comenzó hace dos décadas Song Kang­ho es la cara de nuestros días, moldeada por el cambio de los tiem­ pos. Su trampolín a la fama fue el papel de gánster de tercera categoría en “No. 3” en 1997. El personaje no era muy importan­ te, pero cautivó al público con su actuación cómica, reforzada por su fuerte acento de la ciudad de Busan. En aquel momento estaban disfrutando de un importante auge las películas de gánsteres de estilo corea­ 28 KOREANA Invierno 2016

no que combinaban comedia y acción, y parecía que Song era sólo un actor secun­ dario destacado entre los muchos que se desenvolvían en ese género. Sin embargo, su irrupción en la gran pantalla nacional ya había desencadenado un cambio tectónico en la industria cinematográfica coreana. Song no encajaba en el modelo repre­ sentativo de la estrella de cine de esa época. No tenía los rasgos faciales defi­ nidos de la mayoría de las estrellas de la pantalla y su acento de Busan no era ele­ gante, sino todo lo contrario. En aquel entonces nadie pensaba que algún día se convertiría en un gran nombre, atrayendo a una audiencia de más de 10 millones en cada largometraje con “The Host” (2006) y “The Attorney” (2013) o que entraría en la escena de Hollywood con “Snowpier­ cer”(2013). Con la firme confianza que le aporta­ ban unas habilidades de actuación sobre el escenario perfeccionadas durante años, el estilo naturalista de Song con su acento y gestos distintivos supusieron una nueva ruptura de las normas. El director Park Chan­wook, que trabajó con Song en pelí­ culas como “Área de seguridad compar­

tida” (2000) ­en esta ofrece una impresio­ nante y empática actuación como el sar­ gento norcoreano Oh Gyeong­pil, confir­ mando su rol de actor principal­ “Simpatía por el Sr. Venganza” (2002) y “Thirst” (2009), define así la forma de trabajar de Song: “Creo que la palabra que define los 20 años de actuación de Song Kang­ho es moderni­ dad. Él tuvo sus inicios en las primeras pro­ ducciones del género, pero al final amplió sus capacidades para abarcar todo tipo de películas. Pienso que eso es lo que le hace tan especial”. Song no duda a la hora de involucrarse en proyectos con nuevos directores. Han Jae­rim, que trabajó con él en su segunda película, “El show debe continuar” (2007), recuerda cómo el actor aceptó participar voluntariamente sin ver siquiera el guion, a pesar de haber actuado antes para muchos directores importantes. Song tiene una norma para elegir en qué películas va a actuar: evita papeles similares para no ser etiquetado. La palabra clave a la hora de definir la actuación de Song es “hombre común y corriente”. “Me llegan muchas ofertas de ese tipo de papeles. Me vienen como anillo


“me llegan muchas ofertas de ese tipo de papeles. me vienen como anillo al dedo. no puedo imaginarme a mí mismo representando el papel de un tipo súper rico e inteligente, ni un personaje melancólico”

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“no me obsesiono con interpretar un personaje distinto a mis trabajos anteriores. Comprendí a tiempo que las cosas no siempre salen como uno desea o planea; así que cuando la oportunidad llega, trato de tomar la mejor decisión”

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al dedo. No puedo imaginarme a mí mismo representando el papel de un tipo súper rico e inteligente, ni un personaje melan­ cólico”, comenta entre risas. Sus perso­ najes que encarnan a la gente normal han calado profundamente entre el público. En “El show debe continuar” lleva a cabo una convincente actuación como uno de los jefes de una pandilla organizada, que se las ingenia para mantener a su familia como cualquier otro hombre corriente de mediana edad. En “Crónica de un asesino en serie” dice con tono improvisado: “¿Has comido?”, mostrando que los detectives también son humanos. En tanto, en “La huésped” interpreta a un padre ordinario que regenta un pequeño puesto de comida con su familia en el Parque de los Ciuda­ danos del río Han, y que lucha a la deses­ perada para salvar a su hija de la criatura que la ha raptado. De entre estos persona­ jes, el más prominente representado por el actor es el de Song Woo­seok en el filme “The Attorney”, inspirado en el ex presiden­ te Roh Moo­hyun y en sus primeros años como abogado pro derechos humanos. La escena del juzgado en la que grita apasionadamente “La soberanía reside en el pueblo. Toda autoridad es otorgada por el pueblo. El pueblo es la nación” es un bri­ llante ejemplo de la poderosa presencia de Song en pantalla. Sobre el primer plano de Song al final de “Crónica de un asesino en serie”, el crí­ tico de cine Kim Yeong­jin afirma: “Es una expresión que resume una era en la his­ toria de Corea”. Song es capaz de interna­ lizar cualquier personaje que represente y transformarlo en un personaje al estilo Song Kang­ho. Este actor crea el aura del personaje según su ocupación, posición social y personalidad. En este sentido es un artista que lleva a la pantalla las sensibili­ dades de la vida ordinaria y cotidiana”. Song se encuentra actualmente rodan­ do “Taxi Driver”, una película en la que de nuevo interpreta a un ciudadano común

de Corea, un taxista llamado Man­seop, que recoge a un reportero alemán y lo lleva hasta Gwangju, donde éste arriesgará su vida para cubrir el Levantamiento Demo­ crático del 18 de mayo de 1980.

Jeon Do-yeon una estrella mundial respetada por actores y actrices El 27 de mayo de 2007, durante la cere­ monia de clausura del 60º Festival de Cine de Cannes, Jeon Do­yeon ganó el premio a la mejor actriz por su papel en “Secret Sunshine” (2007), convirtiéndose en la pri­ mera coreana en recibir este galardón. Obtuvo la aclamación unánime de la críti­ ca por su intensa actuación como Shin­ae, una mujer que ha de convivir con la des­ garradora pérdida de su hijo. Jeon sonrió radiante cuando recibió el trofeo del actor Alain Delon. En ese momento su co­pro­ tagonista, Song Kang­ho, fue mencionado como “una de las futuras caras de Can­ nes”. Desde entonces, siempre añaden el calificativo “estrella mundial” junto al nom­ bre de Jeon. Jeon trabajó a tiempo parcial como modelo de revista en la escuela secunda­ ria, y comenzó su carrera como actriz en dramas de televisión antes de dar el salto a la gran pantalla. Su cara infantil y aspecto más bien normal no son habituales entre las actrices de alto caché y era conside­ rada como “una actriz de apoyo que sabe cómo interpretar”. Su primera película, “The Contact” (1997), producida por Myung Films, mostró su potencial como estrella. En primer lugar, para ese papel tomó algu­ nas decisiones audaces en cuanto a estilo. Dejó a un lado su deseo de verse bonita en pantalla, optando por un maquillaje ligero y una permanente algo ordinaria, lo que en ese momento fue una sabia elección. Con su estilo direccional y moderno, la película presentó un nuevo tipo de melodrama en

el cine coreano, avance en el que Jeon jugó un importante papel. La filmografía de Jeon abarca una amplia gama dramática: “A Promise” (1998), “The Harmonium in My Memory” (1999), “Happy End” (1999), “I Wish I Had a Wife” (2001), “No Blood No Tears” (2002), “Untold Scandal” (2003), “My Mother, the Mermaid” (“Mi madre, la sirena”, 2004), “You Are My Sunshine” (2005), “My Dear Enemy” (2008), “The Housemaid” (2010) y “Memories of the Sword” (2015). Resulta pues difícil definir sus papeles con una sola palabra, ya que la elección de películas y personajes interpretados no parece pre­ sentar un hilo común ni un propósito bien calculado. En “Happy End” Jeon asumió el papel de una mujer que tiene una aventura amorosa, protagonizando algunas escenas eróticas; y afirmó que esa película marcó el inicio de un segundo acto en su carrera como intérprete. Es sabido que cuando sus padres estaban preocupados por el hecho de que protagonizara una película sexual­ mente explícita y le decían “no podrás casarte si lo haces”, Jeon les convenció respondiendo: “No me hicisteis actriz para poder casarme”. Aparte de “Secret Sunshine”, película que accedió a protagonizar por el director Lee Chang­dong y su co­protagonista Song Kang­ho, ella escoge los filmes basándose estrictamente en el guion. Si éste es con­ vincente, no duda en asumir el papel. “No me obsesiono con interpretar un personaje distinto a mis trabajos anterio­ res. Comprendí a tiempo que las cosas no siempre salen como uno desea o planea; así que cuando la oportunidad llega, trato de tomar la mejor decisión”, asegura. Desde el principio, nunca ha sido su mayor preocupación lucir bien en panta­ lla. Cuando tuvo que prepararse para las escenas de acción requeridas por su papel como luchadora en “No Blood No Tears” hacía 3.000 flexiones al día. Y como bucea­ dora de la isla de Jeju en “My Mother, the

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Mermaid” no dudó en hacer las escenas de buceo a pesar de no saber nadar. Jeon también es respetada por sus compañeros actores y actrices. Gong Yoo, que también asumió un papel protagonis­ ta en “A Man and A Woman” (2015), dedi­ có grandes elogios a su actuación: “Es una actriz meticulosa. Aporta una energía tre­ menda a otros actores y actrices en el estu­ dio”. El verano pasado, Jeon despertó una gran expectación al regresar a la pequeña pantalla después de 11 años con la serie de televisión “The Good Wife”. La gente está ansiosa por saber cuál será su próximo movimiento.

Ha Jung-woo un famoso actor con carácter aventurero Ha Jung­woo mostró una vez más su capacidad como estrella de la gran panta­ lla el pasado verano con el éxito “Assassi­ nation” (“Asesinos”), que atrajo a más de 12,7 millones de espectadores. Y este año exhibió su talento a la hora de hacer taqui­ lla con “The Handmaiden” (“La doncella”), dirigida por Park Chan­wook, y “The Tun­ nel”, del realizador Kim Seong­hun. Su pri­ mer papel protagonista fue en la película “The Unforgiven” (2005) de Yoon Jong­bin. Luego asumió roles diferentes en filmes como “Time” (2006) y “Breath” (“Aliento”, 2007), ambos de Kim Ki­duk, y “Like You Know It All” (2009), de Hong Sang­soo, con­ firmando con ello su estatus de gran actor. Ha Jung­woo fue el personaje que dio vida a las historias del director Yoon Jong­bin “The Unforgiven,” “Nameless Gangster: Rules of the Time” [2012], “Kundo: Age of

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“es mejor hacer algo y lamentarlo después, que lamentar no haberlo hecho”


the Rampant” [2014]; ha sido un icono de las trepidantes películas de Na Hong­jin (“The Cha­ ser” [2008], “The Yellow Sea” [2010]); y también pieza clave en proyectos de gran envergadu­ ra como “The Berlin File” de Ryoo Seung­wan (2013) y “Assassination” (“Asesinos”) de Choi Dong­hoon (2015). Su carrera abarca desde éxi­ tos de taquilla a películas de bajo presupuesto de directores noveles, como “The Terror Live” de Kim Byung­woo (2013). Su talento multifacético como actor que asume muy distintos papeles, desde el horrible asesino en serie de “The Chaser”, al carismá­ tico jefe de una pandilla en “Nameless Gangs­ ter” o el de novelista inepto en el amor en “Love Fiction” (2012), es algo increíble. Su versatilidad es un incentivo para asumir nuevos desafíos, y posee una confianza en sí mismo y una gracia al borde de la genialidad. Las audiencias se rin­ den ante su distintiva y marcada personalidad en la pantalla. “The Unforgiven”, dirigida por Yoon Jong­ bin para su tesis de graduación en la Universi­ dad de Chung­Ang con un presupuesto de solo 20 millones de wones (unos 18.000 dólares), fue aclamada como obra maestra por exponer las injusticias en el ejército coreano. La pelícu­ la fue invitada a la sección Una Cierta Mirada en el Festival de Cannes de 2006. Ha Jung­woo trabajó de nuevo con Yoon en películas como “Beastie Boys” (2008) y “Nameless Gangster”. A pesar de su influencia y potencial como estrella, que le ha llevado a granjearse el sobre­ nombre de “Gran Ha”, el actor no tiene grandes o ambiciosos planes de futuro. Para él actuar es sólo parte de la vida; se centra en hacer todo lo posible cada día y decidir qué hacer al día siguiente. Es un actor aventurero que pre­ fiere derribar una torre de ladrillos e inten­ tar algo nuevo en vez de seguir acumulando ladrillos, pues considera que “es mejor hacer algo y lamentarlo después, que lamentar no haberlo hecho”. Profesionalmente ha ampliado sus límites participando en la planificación del documental “577 Project” (2012), y dirigiendo películas como “Fasten Your Seatbelt” (2013) y “Chronicle of a Blood Merchant” (“Crónica de un comerciante de sangre”, 2015). También le encanta pintar, y a eso dedica su tiempo libre. (Traducido por atahualpa amerise) CULTURA Y ARTE DE COREA 33


reportaJe espeCIal 6 El cine coreano en el SXXI: Presente y futuro

vagos reCuerdos de los vIeJos CInes lee Chang-guy Poeta y crítico literario shim Byung-woo Fotógrafo

los cines han experimentado una transformación en paralelo a otros cambios producidos en la sociedad. las salas de doble función ubicadas en la entrada del mercado local solían operar como una especie de espacios culturales en cada barrio, pero han sido sustituidas por multiplex construidos con grandes inversiones de capital. la era de los cines en los que se proyectaba una sola película quedó atrás y los multiplex ofrecen una gran variedad de opciones en el mismo lugar. 34 KOREANA Invierno 2016


A

l igual que una antigua estatua griega o una concha de tortuga con viejas inscripciones chi­ nas rescatada de las profundidades de la tierra después de una eternidad, los recuerdos desenterra­ dos del pasado suelen despojarse de sus lados más oscuros y pasan a ocupar partes brillantemente ilu­ minadas de la memoria. Tanto los individuos como los grupos tienden a reconstruir o adornar fragmentos de una vida corriente y ordinaria con las mejores escenas posibles. Gracias a esta sorprendente capacidad de reminiscencia, todos solemos guardar un gran aprecio por nuestra infancia y algunos llegan incluso a crear sus propios mitos sagrados. Los bien conocidos inten­ tos de Walter Benjamin de excluir la palabra “yo” de todas sus misceláneas, a excepción de las cartas per­ sonales, apuntan a un frustrado y concienzudo deseo del científico literario de escapar de este tipo de trucos de la memoria. Yo, por el contrario, no tengo remordi­ miento alguno a la hora de repasar mis recuerdos, que no son ni especiales ni coherentes, porque mi intención no es llegar a la esencia sino describir el ambiente.

El ahora extinto Teatro Gukje, cerca de Gwan­ ghwamun, en el centro de Seúl, repleto de cinéfilos durante las vacaciones de Chuseok en septiembre de 1962.

luz y oscuridad Recuerdo el día en el que fui al cine con mi madre por primera vez en mi vida. Ella llevaba un bonito ves­ tido coreano tradicional hanbok de color azul cielo, una prenda que solo se ponía en ocasiones especiales, y portaba una pequeña sombrilla. Tras superar una coli­ na caminamos bajo el sol ardiente a lo largo del ferro­ carril de vía estrecha de la línea Suwon­Incheon. Mien­ tras seguía a mi madre, una mujer alta de 39 años, la miraba de vez en cuando tratando de ocultar mi emo­ ción y una inexplicable sensación de culpabilidad. Era 1967 y yo estaba en segundo curso de primaria, casi a punto de concluir mis vacaciones de verano. Ese día vimos la película de animación “Hong Gil­dong” (un equivalente coreano de Robin Hood). Una breve inves­ tigación me revela que la película se estrenó en enero de ese año, atrayendo a 10.000 espectadores en tres días, probablemente durante las fiestas del Año Nuevo Lunar. La nueva proyección de la película tuvo lugar en agosto y fue entonces cuando fuimos a verla. No hace falta decir cuán insistentemente rogué a mi madre que me llevara. En aquel entonces yo era un devoto lec­ tor del Chosun Ilbo Infantil, que publicaba la serie de cómics “El héroe Hong Gil­dong”, de Shin Don­wu. Así que supongo que sabía desde el primer momento que esta serie se había transformado en una película. No recuerdo el contenido del filme, pero sí los deta­ lles de la sala: las cortinas gruesas y suaves que toca­

ban mi rostro en cuanto se abría la puerta, el olor a sudor y moho que emanaba de la oscuridad, y el aire tibio mezclado con el calor de la gente. Penetré en el lugar, arrastrando los pies y tanteando la pared. El oscuro pasillo tenía un suelo escalonado y pude ver vagamente una hilera de sillas en cada nivel, así como el contorno de una cabeza sobre cada una de ellas. Nada parecía garantizar nuestra seguridad en la penumbra, pero mi madre no tuvo problema alguno para llevarme a una silla vacía y sentarme allí. Un rayo de luz pasó sobre mi cabeza y las partículas de polvo bailaban a lo largo del haz azul. Incluso ahora, cuando salgo del cine después de una película siempre me siento como si fuera expulsado del vientre de mi madre a la feroz luz de la calle. Mi corazón oscuro e irregular necesita un tiempo considerable para adaptarse al ritmo de la calzada tranquila y extraña.

Wang yu y li Ching Después de esta memorable experiencia, empe­ cé a frecuentar los cines del barrio con mis amigos. En general estaban ubicados en los mercados. En los escondrijos de las salas llenas de gente se desarrolla­ ban todo tipo de flagrantes delitos, así como dramas que giraban en torno a personas que amaban, traicio­ naban y se vengaban. Para unos muchachos que no tenían nada a su disposición para divertirse, al mar­ gen de desenterrar raíces de las plantas u observar los antiguos trenes pasar con su ruidoso murmullo, ir al cine era un pasatiempo irresistible y también peligro­ so. Conseguíamos sortear a los implacables guardias que intimidaban a los clientes menores de edad, pero siempre estábamos asustados y desconcertados por la presencia de los “asientos del inspector local” reserva­ dos para agentes de la policía a ambos lados de la sala en la parte trasera. Estos asientos se habían instalado durante el período colonial japonés para censurar pelí­ culas y se conservaron mucho tiempo después de la liberación con el pretexto de mantener el orden en el cine. Aunque normalmente permanecían desocupados, me hacían preguntarme cómo ese refugio dedicado a la pasión y el entretenimiento también podía ser un lugar de algún modo inapropiado, sujeto a vigilancia y control. En todo caso quedamos cautivados por Wang Yu (también conocido como Jimmy Wang) en “The One­Armed Swordsman” (1967) y derramamos lágri­ mas con “Susanna” (1967) protagonizada por Li Ching. El primero de estos dos filmes aborda la historia de un hombre que pierde el brazo derecho en un desafortu­ nado enfrentamiento, pero se entrena en el dominio CULTURA Y ARTE DE COREA 35


de un estilo armado de lucha de sables para vengar la muerte de su padre y pagar los cuidados de su maes­ tro. Aunque la historia en sí era bastante interesante, yo estaba especialmente fascinado por el actor principal, Wang Yu. Contenía la respiración cuando sus temblo­ rosos y sombríos ojos brillaban en la oscuridad. Todo muchacho que hubiera visto esa película intentaba imitar los estoques de espada del protagonista con su brazo derecho escondido dentro de la camisa, derro­ tando a un enemigo imaginario durante el camino de vuelta a casa. En el Festival Internacional de Cine de Busan de 2013, Wang Yu recibió el Premio Estrella de Asia al Mejor Actor Masculino. A los 70 años de edad en aquel momento, el actor proclamó en su discurso de reco­ gida del galardón: “Gracias por recordarme”. Kim Ji­seok, productor ejecutivo del BIFF, subió al escena­ rio y le dijo: “¿Cómo podríamos olvidarnos de usted? Seguro que casi todos los coreanos de mediana edad le recuerdan y aprecian”. Y juro que no era una exagera­ ción. “Susanna” también me causó una profunda impre­ sión, pero de una manera diferente. Al atardecer yo subía la colina de detrás de mi casa observando el mar durante la puesta de sol y pensaba en los encantado­ res ojos de Li Ching, mientras tocaba con mi armónica la canción que comienza con los versos: “El sol se pone en el cielo; el viento se lleva las hojas”.

los ventures y los spotnicks En aquel momento no solo acudía al cine a ver películas extranjeras bien elaboradas y de gran éxito comercial. A menudo me divertía con una vulgar come­ dia o una película de acción de lo más chabacano, y también iba con adultos a ver filmes de propaganda, aplaudiendo cuando todos los demás lo hacían. Una de estas producciones fue “Montañas y ríos de las ocho provincias” (1967), sobre una pareja de ancianos que viaja por todo el país para visitar a sus hijas casadas. El propósito de este idílico drama familiar era alabar el desarrollo económico de Corea en su camino hacia la industrialización, dejando atrás la desolación de la gue­ rra y la pobreza. En la década de 1970 me convertí en un adolescen­ te al que ya no despertaban interés alguno las salas que mostraban propaganda de una forma obvia o las películas banales de los últimos años de la adolescen­ cia. Además, la televisión llegó alrededor de ese tiem­ po y las “obras maestras del cine” emitidas cada fin de semana apagaron mi sed de “buenas películas”. 36 KOREANA Invierno 2016

Los pequeños cines de barrio, otrora puntos de encuentro entre las callejuelas de los mercados al aire libre, comenzaron a desaparecer uno por uno y tam­ bién dejó de verse al muchacho que silbaba y gritaba junto con los adultos del público cada vez que la pro­ yección se cortaba en la mitad de la película, dejando a oscuras la sala. Sin embargo, en mi mente todavía hay imágenes del chaval con rostro serio que se apre­ suraba a acudir al cine cuando escuchaba los temas instrumentales de los Ventures o los Spotnicks, incluso si tenía que romper su hucha para comprar la entra­ da. Las piezas “Last Space Train” y “Johnny Guitar” de los Spotnicks llenaban el ambiente de la sala de doble función cuando la primera película terminaba y el pro­ yeccionista preparaba la siguiente. Aunque siempre me han gustado especialmente los ritmos alegres y poten­ tes de “Walk, Don’t Run” de los Ventures, los soni­ dos de la guitarra eléctrica de los Spotnicks, tan cla­ ros como el frío y radiante cielo escandinavo y lo más descarados posibles. Ah, y también, ¡oh, la inolvidable “Karelia”!

Gukdo & Garam es un cine con 143 butacas que proyecta películas de autor en Daeyeon­dong, Busan. Situado en un barrio tranquilo, es un baluarte para películas independientes y cine de autor, que resulta difícil de encontrar en los cines multiplex conven­ cionales.


Los pequeños cines de barrio, otrora puntos de encuentro entre las callejuelas de los mercados al aire libre, comenzaron a desaparecer uno por uno, y también dejó de verse al muchacho que silbaba y gritaba junto con los adultos del público cada vez que la proyección se cortaba en la mitad de la película, dejando a oscuras la sala.

En algún momento me di cuenta de que estaba más interesado en la música que en la historia. Las pelícu­ las que vi en mi adolescencia, transcurrida en un mis­ terioso letargo, se almacenan en mi memoria en forma de música en lugar de historias o escenas. Al pensar en “The March of Fools” (1975) de Ha Gil­jong oigo la ronca y sombría voz del cantante Kim Jeong­ho. “The Stars’ Heavenly Home” (1974) de Lee Jang­ho es inseparable de la agridulce melodía de guitarra de Kang Geun­sik. Y en el caso de la película “It Rained Yesterday” (1975), me evoca más recuerdos de las melodías de flauta de Jeong Seong­jo que de la actriz principal y su hermosa sonrisa. Estos filmes repletos de angustia y tristeza reprodu­ jeron, desde ángulos ligeramente distintos, las luchas de los jóvenes que vestían vaqueros azules y tocaban la guitarra en la aciaga época de la dictadura del desarro­ llo de mediados de los años setenta. En el momento en que esta nueva tendencia en el séptimo arte de Corea culminó en el género conocido como “película litera­ ria de hostess” (que aborda el tema de las chicas de los bares de alterne y la explotación sexual), me alejé del mundo del cine. Entonces había más y más varia­ das formas de entretenimiento y, sobre todo, me estaba convirtiendo en un adulto. No es que haya dejado com­ pletamente de ir al cine, pero las películas nunca fue­ ron más que un simple pasatiempo u otra forma más de ocio cultural. En aquel momento mi interés se enfocaba en la poe­ sía. Tal vez como latente legado de mi anterior amor por el cine, mi primera colección de poesía contiene una pieza que dice: “Si solo la música fluyera en los momentos cumbre de la vida de las personas, al igual que en las series de televisión”. El último filme que fui a ver con gran interés fue “Sopyonje”, de Im Kwon­taek. Con los hombros encorvados y el corazón palpitando de expectación, me uní a una larga fila para comprar el billete en frente del cine de Dansungsa.

disfrutando del cine con mi hijo En tiempos más recientes recuperé el hábito de acudir al cine, en este caso con mi hijo. Sobre el año

1998 las salas comenzaron a ser transformadas en multiplex por las grandes empresas. La era de los cines con una sola pantalla, que ostentaban la elegan­ cia de un traje a medida, dio paso por la fuerza a los multiplex, que ofrecen una amplia selección de pelícu­ las en un solo lugar, tal y como las prendas ya hechas. En consecuencia, el viejo método de distribución de las películas ­con las copias circulando por los cines de estrenos, nuevas proyecciones y de doble función con­ secutivamente­ se ha quedado obsoleto. A pesar del hoy modernizado sistema, no se permite a todos los títulos competir de manera justa. Mientras que a las películas rentables les son asignadas más pantallas para aumentar el número de proyecciones, los títulos menos comerciales se presentan solo un par de veces al día, generalmente a horas extrañas, antes de desa­ parecer por completo. Es por eso que mi hijo y yo dis­ frutábamos a veces del lujo de sentarnos en una espa­ ciosa sala solo para nosotros, con el único problema de que las películas que veíamos las elegía él: filmes japo­ neses de terror. Una encuesta de una empresa de tarjetas de crédito reveló en 2015 que una de cada cuatro personas com­ praba un único billete de cine, lo que refleja un reciente aumento en el número de espectadores que acuden a la sala sin compañía. Dicha cifra se corresponde apro­ ximadamente con la proporción de hogares uniperso­ nales de ese año, un 27,2 por ciento según la Oficina de Estadística de Corea. El panorama del cine ha cam­ biado con el tiempo, pero una cosa esencial permane­ ce invariable: quienes van a ver películas, ya sea con o sin compañía, son personas incapaces de sentarse en casa y dejar que el mundo pase de largo frente a sus ojos. Su voluntad de salir y ver por sí mismos lo que hay más allá de sus limitados círculos privados, les empuja a sentarse junto a extraños en una sala oscura miran­ do a la pantalla. Les aburre su vida cotidiana y también sienten curiosidad por saber qué hay más allá. Solo desearía que no fueran arrojados de nuevo sin piedad a la dura realidad de la calle tras vagar por un mundo de ilusión y engaño durante un par de horas. (Traducido por atahualpa amerise)

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entrevIsta

CHoI Byong-Hyon reCuperando a los Héroes de los ClásICos Coreanos

Cho yoon-jung Editora adjunta de Koreana; Pro­ fesora de la Escuela de Posgrado de Traducción e Interpretación, Universidad Femenina de Ewha ahn Hong-beom Fotógrafo

el profesor Choi Byong-hyon compara la traducción al inglés de antiguos clásicos coreanos con “nadar sin agua y luchar sin un enemigo”. la batalla solitaria del traductor durante décadas ha ganado reconocimiento al publicar sus trabajos en prestigiosas universidades en estados unidos. Con su premio anual de 2016, la academia nacional de Ciencias reconoció su esfuerzo por crear textos esenciales para los programas de estudios coreanos en el extranjero. 38 KOREANA Invierno 2016


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lgunos dicen que ser invisible es el destino del traductor en su vida. Se considera una virtud profesional: toda la aten­ ción debe recaer en la obra original. A veces el traductor adquiere protagonismo, como se pudo ver recientemente cuando La vegetariana de la novelista surcoreana Han Kang recibió el Pre­ mio Internacional Man Booker de 2016. El galardón fue otorgado a Han y a su traductora británica Deborah Smith, pero quienes traba­ jan en los clásicos pasan desapercibidos. “Sin aviso previo, sin un nombre”, es como describe la situación el profesor Choi Byong­hyon. Trabajando solo en su oficina de la Universidad de Honam en Gwangju, en los últimos veinte años ha traducido sin hacer demasiado ruido algunos destacados clásicos coreanos: Libro de correcciones: reflexiones sobre la crisis nacio­ nal durante la invasión japonesa de Corea 1592­1598 (Jingbirok ), Admoniciones sobre cómo gobernar al pueblo: manual para todos los administradores (Mongmin simseo) y Los anales del rey Taejo: fundador de la dinastía Choson [Joseon] de Corea (Taejo wangjo sillok).

poeta, novelista, traductor “Si no hubiera trabajado como profesor en una universidad regional, todo esto hubiera sido imposible”, afirma Choi. “Estaba tranquilo. Nadie me molestaba. Mi oficina era hermosa. Tenía una vista encantadora del bosque que había alrededor. Se podría decir que precisé un largo tiempo, aunque en cierto sentido también se hizo corto. De todos modos, luché con esos textos durante todos esos años y el año pasado me retiré [de la universidad]”. A pesar de la serenidad de sus palabras y la mirada de paz en su rostro, producir esos masivos volúmenes no fue una tarea fácil. El libro de las correcciones (Universidad de California, Berkeley, 2002) es una memoria de guerra escrita por el erudito de la dinas­ tía de Joseon y consejero principal de estado Ryu Seong­ryong, que estuvo al frente de los asuntos de estado durante las invasiones japonesas de finales del siglo XVI. Su traducción tardó cuatro años en completarse. La segunda obra, Admoniciones sobre cómo gobernar al pueblo (University of California Press, 2010) fue escrita por el alto funcio­

El profesor Choi Byong­hyon, director del Centro de Globalización de Clásicos Co­ reanos, continúa traduciendo clásicos coreanos al inglés para paliar la falta de obras disponibles en este ámbito.

nario y académico Jeong Yak­yong. Es un manual para funcionarios locales que contiene ejemplos de corrupción y trata diversos temas como los impuestos, la justicia y la lucha contra el hambre. Com­ pletar la traducción de este trabajo de más de mil páginas le llevó diez años. Jeong Yak­yong habitó durante tanto tiempo en la cabeza y el corazón de Choi que durante una conferencia conmemorativa que dio en Gangjin, lugar en el que Jeong escribió el libro durante sus 18 años de exilio, el traductor tuvo una visión del erudito de Joseon sentado entre el público, vestido con un abrigo tradicional. “Fue una experiencia extraña”, recuerda Choi, preguntándose por ello inclu­ so ahora. Para su traducción, que requirió 10 años de esfuerzo, Choi recibió una subvención de 20 millones de wones (alrededor de 17.500 dólares). La publicación más reciente, Los anales del rey Taejo (Harvard University Press, 2014), es la historia oficial del general Yi Seong­ gye del siglo XIV, fundador de la dinastía Joseon. Esta traducción le llevó cuatro años. Además de trabajar con los textos originales, Choi escribió amplias notas a pie de página para ayudar a los lectores a entender las obras. Había innumerables nombres de oficinas y cargos guber­ namentales difíciles de comprender incluso en coreano, por lo que tuvo que encontrar sus equivalentes en inglés. Internet ofrecía poca información útil. Llegados a ese punto, uno sólo puede preguntarse en primer lugar por qué decidió emprender este camino. En aquel momento Choi tenía un trabajo estable como profesor de literatura inglesa en la universidad de Honam y también era un reconocido poeta y novelista. Su primera colección de poesía, Piano y geomungo, escrita en inglés a los 27 años mientras estudiaba en la Universidad de Hawái, ganó el premio Myrle Clark de Escritura Creativa en 1977. Su novela Lenguaje, redactada en coreano, obtuvo el premio literario Hyun Jin­geon en 1988. Cuando escribió Lenguaje, Choi estudiaba un máster en litera­ tura inglesa en la Universidad de Columbia, un tiempo que él des­ cribe como el más difícil de su vida. Mientras cumplía su deber de completar el servicio militar obligatorio en la década de 1970, pasó una semana de rodillas como castigo por votar en contra de la Constitución Yushin del gobierno dictatorial, y sufrió la investi­ gación de su familia y otras personas de su entorno. Cuando se marchó a estudiar al extranjero se juró no volver nunca jamás. En Estados Unidos se vio sometido a todo tipo de influencias nuevas. En los años ochenta el deconstruccionismo estaba en pleno auge. Choi empezó a preguntarse: “¿Por qué el lenguaje nunca ha sido el personaje principal de una novela?” Y a través del lenguaje comen­ zó a deconstruir todo lo que había conocido hasta ese momento. La “novela poética” resultante presenta los ritmos del pansori tra­ dicional y del rap moderno. Sus personajes principales, llamados Sa Il­gu (19 de abril), Oh Il­yuk (16 de mayo) y Sam Il (1 de marzo), son símbolos textuales de los principales movimientos de resisten­ CULTURA Y ARTE DE COREA 39


cia en la historia moderna de Corea. “Lenguaje” fue la síntesis de muchas de las ideas de Choi sobre la política, el lenguaje y la litera­ tura. Choi visionó la idea de unir Oriente y Occidente, como sugiere en el título “Piano y geomungo”. Uno de sus poemas en la colec­ ción, “Confesión”, contiene la línea: “Por qué elegí el camino que no puedo contar”. “Pensé que iba a integrar la literatura inglesa con la literatura mundial”, dice. “No sabía que al final tomaría la forma de traduc­ ción de clásicos”.

elección de los textos a traducir En 1997 Choi fue invitado a impartir clase todos los sábados en el campus de Corea de la Universidad de Maryland. “Enseñaba lite­ ratura inglesa por la mañana y literatura coreana por la tarde. La literatura inglesa era relativamente fácil porque había muy buen material, pero la literatura coreana era difícil. Fue tedioso, porque no había textos disponibles en inglés”, recuerda. “Así que para cada una de las clases empecé a traducir parte de los textos que quería usar, como por ejemplo Pahanjip (Colección de escritos para disipar el ocio) de la literatura de la época de Goryeo. Más tarde, mientras enseñaba literatura coreana en la Univer­ sidad de California en Irvine como académico del programa Ful­ bright, se topó con el mismo problema. Una de las creencias de Choi sobre el aprendizaje es que debe aplicarse de forma práctica y parece que fue eso lo que le condujo a lo que él llama su “destino manifiesto”. “Comprendí lo que tenía que hacer: literatura inglesa no por la materia en sí misma, sino más bien con el objetivo de usarla como trampolín para dar a conocer la cultura y la historia de Corea en todo el mundo. Y tan pronto como empecé a pensar de ese modo, comencé a atormentarme”, dice Choi con una triste sonrisa. A la hora de seleccionar los textos para traducir, Choi decidió que lo más importante era transmitir la voz del pueblo coreano. Luego estableció dos principios: temas locales y universales; y contenidos que fueran atemporales y temporales. De este modo, su primera elección fue el “Libro de correcciones”, que muestra la sabiduría de un líder en un momento de crisis nacional y aporta lecciones a las generaciones futuras. En el momento en que estaba traduciendo el libro, Corea y otros países se tambaleaban por el impacto de la crisis financiera asiática. A finales del siglo XVI la gente no entendía por qué Hideyoshi invadió Joseon. Lo mismo sucedió con la crisis financiera de 1997. Nadie comprendió realmente por qué ocurrió. En ambos casos la gente estaba demasiado ocupada echando a

otros la culpa. Era el texto perfecto”, expone Choi, para justificar su elección. La traducción de este libro y de los siguientes fue, en palabras de Choi, “como nadar sin agua y luchar sin un enemigo”. Cada uno de los trabajos presentó arduas dificultades. La búsqueda de los héroes de Corea parece ser para Choi otro principio de referencia en la traducción de los clásicos. Al tratar de “revivir directamente la voz de nuestros antepasados” ha dado vida a Ryu Seong­ryong, a Jeong Yak­yong y al rey Taejo para un públi­ co internacional, y espera atraer la atención de muchos otros. En Corea éstas son figuras históricas populares cuyas vidas han sido reproducidas a menudo en películas y series de televisión. “Ellos eran personas enfocadas en unos valores y metas, hombres con una misión”, comenta. Estos clásicos coreanos pueden no tener el romanticismo y la emoción de la “Ilíada” o la “Odisea”, pero en ellos brilla un espíritu que Choi define como integridad.

la misión que se impone a sí mismo Como director del Centro de Globalización de los Clásicos Coreanos, quiere hacer famosos también fuera del país a los héroes de Corea. Afortunadamente todas sus traducciones han sido publicadas por editoriales universitarias de prestigio en Esta­ dos Unidos al satisfacer con éxito las rigurosas normas que impo­ nen. Gracias a los sistemas de distribución y a la influencia de las universidades, estos libros se encuentran ahora en bibliotecas uni­ versitarias de todo el mundo y son textos de lectura obligatoria en todos los programas de estudios coreanos. Los libros también han causado un impacto silencioso en el país al aumentar la conciencia sobre la necesidad de fomentar el traba­ jo en los clásicos. En 2014 se pidió a Choi que dirigiera el ­hoy desa­ parecido­ Centro de Traducción de Clásicos Coreanos de la Uni­ versidad de Corea. Allí trabajó con un equipo de académicos sobre el Discurso del aprendizaje del norte (Bukhakui ) de Park Je­ga, que se publicará en 2017. Este año el Grupo Poongsan le pidió que escribiera una biografía del autor del Libro de correcciones , Ryu Seong­ryong, ya que es un antepasado directo del fundador del grupo. Aunque todavía no se ha escrito, la biografía ya tiene título: “Ryu Seong­ryong, heroico ministro de Corea”. ¿Heroico en qué sentido?, podríamos preguntarnos. “¿Cómo puede un académico y oficial ser un héroe?” Choi responde: “El concepto de héroe es diferente entre Oriente y Occidente. En Occi­ dente el héroe es un guerrero. En Oriente, el héroe es un erudito, el ideal confuciano del “hombre superior” (gunja en coreano o junzi en chino). El verdadero valor de un héroe reside en el poder espiritual”.

“Comprendí lo que tenía que hacer: literatura inglesa no por la materia en sí misma, sino más bien con el objetivo de usarla como trampolín para dar a conocer la cultura y la historia de Corea en el mundo. Y tan pronto como empecé a pensar de ese modo, comencé a atormentarme”. 40 KOREANA Invierno 2016


El nuevo libro se escribirá en inglés. Gracias a su trabajo y un sin reconocimiento. En resumen, requiere un sentido altruista de total de 18 años estudiando y viviendo en Estados Unidos, Choi se misión. siente tan cómodo con el inglés como con el coreano. Quizá más Esto puede sonar como el idealismo de la torre de marfil, pero con el inglés porque, según dice, tiene un sabor propio, “esa parti­ Choi cree que hay gente “como la sal, como las flores ocultas en las montañas” que trabaja duro en algún lugar del país. “Tenemos que cular limpieza”. Lo bueno de sus traducciones es que son fáciles de transmitir luz a esas personas”, dice. Como con el lema de Choi, leer. En un inglés maravillosamente claro, logra convertir en acce­ “sin aviso previo, sin un nombre”, el reconocimiento será bienveni­ sibles fuentes primarias que en realidad son más bien desalenta­ doras en sus versiones originales en chino o en coreano. Esta cla­ do si llega, pero esto puede tomar mucho tiempo. Choi esperó feliz. “Soy como [el antiguo estadista chino] Jiang Taigong, que pasó sus ridad se basa en la experiencia de Choi en los temas a cubrir que años en el exilio pescando sin anzuelo, esperando a que alguien abarcan diferentes materias, desde la política, la guerra y el confu­ fuera a buscarle”, dice. Habla de un lapso de tiempo de nada cianismo hasta la agronomía, la geografía y las artes. menos que mil años. Si el reconocimiento no llega en esta vida, qui­ Cada año, a medida que se acerca octubre, crece la expecta­ ción en Corea a la espera de que se anuncie el ganador del Pre­ zás lo hará en la posteridad. Afortunadamente, la espera de Choi no fue de un millar de años mio Nobel de Literatura. Sin embargo, en lugar de enfocar toda la sino mucho más breve. Además de ser aclamado por su trabajo atención en el elusivo Premio Nobel, Choi aboga por un cambio en en el extranjero, en septiembre de este año fue designado como el perfil del país a nivel internacional a través de la globalización uno de los seis ganadores de los premios de la Academia Nacio­ de sus obras clásicas. “Si van a otorgar un premio a Corea por una obra literaria moderna, primero querrán conocer las raíces del nal de Ciencias. Él considera este galardón una forma de recono­ país”, argumenta. cer por derecho propio la traducción como un El género de la biografía es un paso en esa campo de estudio académico. Su esposa, que dirección. Uno de sus modelos es la biografía fue invitada a subir con él al atril para reci­ Dedicado a la enseñanza de la literatura inglesa durante los últimos 20 años, Choi de John Adams, por David McCullough. Esto bir el premio, se complace de que haya tenido Byong­hyon ha logrado traducir algunos puede interpretarse como un alejamiento de la recompensa ese silencioso esfuerzo realiza­ clásicos importantes como Los Anales del traducción clásica por parte de Choi, pero tras do durante las últimas décadas. Lo mismo se Rey Taejo: Fundador de la Dinastía Choson de Corea , Admoniciones sobre el Gobierno haber “puesto la primera piedra” espera que puede decir de sus hijas en Estados Unidos, del Pueblo: Manual para Todos los Admi­ muchos otros asuman el trabajo. Es una tarea que le enviaron un Kindle para que almacenara nistradores , El arte de la primera cartogra­ difícil. La financiación para la traducción clá­ cómodamente la gran colección de libros que fía coreana y El libro de las correcciones: Reflexiones sobre la crisis nacional durante precisa para su trabajo. Ahora ya no le gusta sica es limitada y se necesita un conocimien­ la invasión japonesa de Corea 1592­1598 . Sin salir de casa sin él. (Traducido por atahualpa to profundo de los estudios clásicos de China duda se trata de valiosos recursos para los y Corea. También exige años de duro trabajo amerise) alumnos de estudios coreanos.


HIstorIas de las dos Coreas

‘mamá BaCHelor’ y sus nIños Construyen un futuro Juntos gajok (familia) es un hogar compartido. una especie de familia alternativa para 10 adolescentes desertores norcoreanos que viven en seúl sin sus padres ni parientes que les cuiden. Kim tae-hoon, un hombre soltero y de unos 40 años que dirige la casa, ha estado cuidando por cuenta propia a esta “inusual camada” durante los últimos 10 años. los vecinos le llaman “mamá Bachelor” Kim Hak-soon Periodista. Profesor invitado de la Escuela de Medios y Comunicación, Universidad de Corea ahn Hong-beom Fotógrafo

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im Tae­hoon está muy atareado cada maña­ na: se levanta a las 6 en punto para preparar el desayuno, despertar a los niños, darles de comer y enviarles a la escuela. Después de esta fre­ nética mañana, limpia cada rincón de la casa y lava la ropa, para eliminar el “olor” de sus 11 ocupantes mas­ culinos. Esa es su rutina diaria. “Diariamente pongo al menos dos lavadoras. Tene­ mos montones de ropa sucia porque son muchachos”, afirma. Entre otras cosas, pone especial atención a la limpieza del baño; e incluso ha tenido la ingeniosa idea de limpiar el inodoro con pasta de dientes, para elimi­ nar el olor a amoniaco. Los muchachos le llaman tío. La suposición de que muchos de ellos deben ser inadaptados que no han sabido integrarse en la sociedad surcoreana no es más que un prejuicio, resalta Kim. “Déjeme presumir de mis niños. Entre ellos hay un pintor, un escritor, un actor de musicales, un presidente de consejo estudiantil, y el ganador del premio al Mejor Voluntario de Corea. ¿No son increíbles? ” Desde que uno de los chicos se convirtió en presi­ dente del consejo estudiantil, Kim incluso pudo “mos­ trar algo de músculo” en la escuela del niño como pre­ sidente del consejo de padres, ríe entre dientes. Según Kim, era la primera vez que un desertor adolescente entraba a formar parte del consejo estudiantil como presidente, tras ganar una muy reñida elección en la escuela regular. Desde que se convirtió en líder estu­ diantil, el héroe, Han Jin­beom, tiene un mayor sentido de la responsabilidad; algo que, a su vez, ha renovado el sentido de la misión de Kim.

el camino recorrido Kim nunca pensó que viviría así. Llegó a esta nueva situación por casualidad. En 2006, mientras trabaja­ ba como voluntario en un programa para ayudar a los recientes desertores a adaptarse a su nueva vida en el Sur, se sintió obligado a cuidar de un pequeño deser­ tor que debía permanecer solo en casa mientras que su madre salía a buscar trabajo. A continuación, Kim empezó a dividir su tiempo entre un “trabajo decen­ te” en una editorial y su voluntariado en Hanawon, una entidad administrada por el Ministerio de Unificación, donde los desertores se someten a un programa de reasentamiento. Uno de los desertores le dio su nueva dirección en Seúl y al visitar su apartamento, en el dis­ trito de Yangcheon, al oeste de Seúl, se encontró con un niño: un niño de cuarto grado durmiendo solo y en la oscuridad con el televisor encendido. Su madre se

había ido a otra provincia para encontrar trabajo, dejando al niño solo en esa vivienda alquilada, proporcionada por Hanawon. Kim abrió la nevera pero no halló nada de comer. Se le rompió el corazón. Como buen cocinero, fue a una tienda próxima para comprar comida y preparó un almuerzo que tomó con el niño. De pronto, el chico empezó a hablar de vol­ ver a su ciudad natal en el Norte. Entonces, le pidió a Kim que se quedara con él por la noche y Kim aceptó la invitación con mucho gusto. Incapaz de dejar al niño solo, Kim durmió en el apartamento unas noches más. Un tiempo después, la madre encontró trabajo en una provincia lejana y decidió quedarse allí, cerca de su lugar de trabajo. Entonces Kim decidió que viviría en el apartamento con el niño y, con el tiempo, empezó a hacerse cargo de más y más “niños sin padres” que Hanawon le enviaba. Después de pasar por distintas viviendas de alquiler, compró una casa al pie del Monte Bugak, en Seongbuk­gu, al norte de Seúl, que convirtió en el refugio permanente de 10 adolescentes norcoreanos. Cada vez que un nuevo niño llegaba, Kim intentaba ayudarle con mucho esmero, para facilitar la adaptación del joven a la sociedad surcoreana; ya que para el joven tutelado integrarse suponía una preocupación. Con el consenti­ miento del niño, Kim desechó la mayor parte de su ropa vieja y vació las cosas de sus bolsillos. A continua­ ción, llevó al niño a una barbe­ ría y le compró ropa nueva en el centro comercial de Dong­ daemun. Estos niños son muy sensibles con la ropa y con su apariencia física, ya que no quieren ser reconocidos como desertores ni marginados en la escuela. Los chicos de Kim, o bien no tienen parientes en Corea del Sur, o bien sus padres están demasiado ocupados en ganarse la vida aquí como para atender adecuadamente a sus hijos. La mayoría de ellos son de zonas remotas de Corea del Norte, incluidas las provin­ cias de Hamgyong del Norte y del Sur, y también la provin­ cia de Ryanggang. Jeong Jun­ 2 yeong, un estudiante de tercer grado que vivía con su abuela, 1 Los chicos de Gajok de Kim Tae­hoon, una familia escapó del Norte cuando tenía alternativa para desertores adolescentes norcorea­ nos sin padres, disfrutan de una noche tranquila de seis años con la ayuda de un cuentos y libros durante el fin de semana, alrededor misionero. Actualmente es el de la mesa del salón de su casa colectiva. niño más joven de la casa y no 2 Gajok fue una colmena de actividad cuando los mu­ chachos preparaban un concierto el pasado otoño puede recordar las caras de para celebrar su décimo aniversario como familia. sus padres. Ellos actuaron con éxito en el Arirang Cine Center Desde su llegada a Seúl, los de Seúl los días 18­20 de noviembre. CULTURA Y ARTE DE COREA 43


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chicos experimentaron muchas novedades, tales como llevar su primer uniforme de escuela, ver el mar por primera vez o celebrar su primera Navidad. De hecho, los mayores todavía esperan que Santa Claus vaya a su casa con regalos. Aquí tuvieron sus propias fiestas de cumpleaños por primera vez, pues Kim prepara a cada recién llegado una fiesta sorpresa para celebrar su pri­ mer cumpleaños, como nuevo integrante de la familia. Pero además, antes de aceptar a cada nuevo niño Kim convoca una “reunión familiar”, para ver si hay consenso.

mantener una familia inusual, la superación de obstáculos No es fácil alimentar y cuidar adolescentes. Kim invirtió en ello todos sus ahorros, pero aún así seguía encontrando límites. Tuvo que mudarse con frecuencia y estaba preocupado por cómo podría ganarse la vida, a medida el número de niños para cuidar aumentaba. Después oyó hablar de los hogares compartidos, una especie de “familia alternativa” en la que un cuidador convive con niños sin padres para ayudarles a adaptar­ se a la sociedad, y verificó que le sería posible solicitar apoyo financiero del gobierno, organizaciones civiles y otras fundaciones de asistencia social, o de empresas con programas de responsabilidad social. Por tanto, en 2009 se convirtió oficialmente en el “cabeza de familia” de una casa­hogar para adolescentes desertores, reu­ niendo así las condiciones para solicitar ayuda financie­ ra a diversos organismos y empresas. Pero pese a todo, todavía supone un gran reto para él y para sus muchachos superar los prejuicios y los fanatismos de la gente hacia los desertores de Corea del Norte. A menudo sentía miradas de desaprobación de vecinos, a los que no les gustaba la idea de ver a un hombre soltero conviviendo con muchos chicos jóve­

nes. Incluso un día unos agentes de policía fueron hasta su casa para compro­ bar el rumor de que vivía con niños­mendigo. Además, sobre sus espaldas pesa la tarea de sanar los corazones heridos de los chicos que diariamente vuelven perturbados a casa de la escuela, tras oír hablar despectivamente de Corea del Norte – que si los norcoreanos van con harapos o se van a dormir con hambre­ o al ser excluidos de las actividades regulares de los estudiantes. Yeom Ha­Ryong, el primer chico que motivó a Kim para asumir esta tarea resalta, “hablo con acento fuerte, así que mis amigos de Corea del Sur se bur­ laban de mí, llamándome 'rojillo'. Ni siquiera sabía que existiera esa palabra en el Sur”. Para Lee Eok Cheol, que creció en la familia y ahora estudia en el Departamento de Enfermería de la Universidad Nacional de Pukyong, el sen­ tido de no pertenecer del todo al Sur todavía escuece: “Todavía odio cuando la gente me mira con lástima porque soy del Norte”. Para Kim, la severa desaprobación de sus propios padres tuvo gran influen­ cia en su decisión de continuar con este impulso filantrópico de por vida. Resul­ ta comprensible que a sus padres nunca les gustara la idea de que su hijo mayor se dedicara a cuidar personas totalmente desconocidas, ni tampoco que siga soltero. Quizá por eso decidió perder el contacto con ellos durante los dos primeros años. “Al principio, me preocupaba mucho que mi madre pudiera venir y que dijera palabras hirientes a los chicos”, recuerda. Pero contra todo pronóstico, ahora su madre y su padre son sus más incon­ dicionales partidarios. El día de Año Nuevo Lunar de 2013, sus padres recibie­ ron respetuosas reverencias tradicionales de los muchachos, y les permitieron unirse al rito familiar en memoria de los ancestros, aceptándoles así como sus nietos adoptivos. Desde entonces, Kim y los chicos visitan con libertad la casa de sus padres. Por fortuna, estos chicos crecen mayormente con buen estado de salud físi­ ca y no se desmoralizan fácil. Ha­ryong ganó el primer premio en un concurso nacional de voluntarios para estudiantes de escuela secundaria y pasó a repre­ sentar a Corea del Sur en un concurso mundial de voluntarios celebrado en Washington, DC. Ahora estudia sociología en la Universidad Nacional de Kyung­ pook. Por su parte, y tras ser presidente del consejo estudiantil, Jin­beom estu­ dia secundaria y fue admitido en el Departamento de Liderazgo y Deportes de la Universidad Kwangwoon a principios de año. “Sólo uno o dos de cada 10 desertores adolescentes completa el programa de la escuela secundaria”, señala Kim. “La mayoría de los otros salen y luego intentan obtener un diploma general equivalente, o son transferidos a escuelas alternativas para desertores adolescentes. Por eso estoy tan orgulloso de mis muchachos: se han adaptado bien a las escuelas regulares y crecen de forma saludable”.

fomentar el altruismo, construir nuevos sueños Kim viajó con los chicos tres veces a una aldea de la tribu Akha, ubicada en una colina en una remota región de Tailandia, para compartir esa experiencia y cultivar en ellos el deseo de ayudar a las personas necesitadas. Sus viajes fue­

“Todos abandonaremos su casa en algún momento a futuro. Sin embargo, sentimos que todos somos una familia y que permaneceremos unidos los unos a los otros por el resto de nuestras vidas”. 44 KOREANA Invierno 2016


ron financiados en su mayoría por Koscom, una firma de asesoría en materia de valores. Tailandia es un país de tránsito por el que muchos jóvenes deser­ tores de Corea del Norte pasan antes de llegar a Corea del Sur. Lee Jin­Cheol, ahora estudiante de primer curso en el Departamento de Economía Agrícola de la Universidad Nacional de Kyungpook, mira hacia atrás: “Al principio tenía miedo de visitar Tailandia de nuevo, pues en su día cruzamos ese país durante ocho horas por barco, mientras huíamos a través del río Mekong”. En 2012, cuando aún estaba en secundaria, Jin­Cheol ayudó a construir un depósito de agua, un estacionamiento, y las bases de un edificio para la biblio­ teca pública en la villa de Akha, como integrante de un programa de voluntarios de la Aldea Global. Trabajó tan duro que uno de los ancianos del pueblo le pre­ guntó si querría casarse con su hija. “En realidad veía a los chicos como verdaderos niños pequeños; pero allí tra­ bajaron muy duro. Pero no sólo hicieron el trabajo de voluntariado. Sentí que ellos, al igual que yo, habían crecido espiritualmente gracias a esta experien­ cia”, señala Kim. A su vez, los chicos llegaron a tener una visión diferente de su tío. “El tío en el pueblo Akha parecía mucho más grande que el tío que habíamos visto aquí en Corea del Sur”, recuerda uno de los chicos. Tras regresar a casa, los chicos nunca dudaron en limpiar su hogar por sí mismos. En ocasiones, los chicos viajan al accidentado noreste cerca de la fronte­ ra con Corea del Norte para echar una mano a los sacerdotes católicos y a las monjas de los Claretianos, que proporcionan servicios a personas de edad avanzada, a discapacitados abandonados, y a los niños de Wontong, una comu­ nidad rural muy necesitada en la Provincia de Gangwon. Después de las duras tareas de voluntariado, como cosechar los cultivos, trillar los frijoles secos o labrar los campos con los tractores, se paran a descansar en el entorno natural de la zona. Incluso un día pudieron darse un baño en el Mar del Este, sumando

1 Kim Tae­hoon, especialista en bellas artes en la univer­ sidad, también enseña arte a sus chicos, quienes dan a conocer sus obras mediante una exposición cada dos años, para ayudarles a comunicarse con el mundo a través de sus escritos y pinturas. En 2014, el título de su muestra de di­ bujos fue: “¿Quieres escuchar nuestra historia?” 2 Kim pasa tiempo de calidad con sus chicos en el bien diseñado estudio de su casa.

a su lista de nuevas experiencias otra “primera vez”. La historia de Kim y sus muchachos ha sido com­ partida con el mundo gracias a un musical titulado “¿También somos una familia?” y a la serie “Estamos muy cabreados”, una colección de artículos realiza­ da por los chicos con ilustraciones propias. Además, su historia también ha sido llevada al cine, mediante un documental titulado “Nuestra Familia” (dirigido por Kim Do­hyun), que fue proyectado en el Quinto Festival Internacional de Cine Documental DMZ en 2013. Ahora Kim se prepara para dar un gran salto: esta­ blecer una empresa social mediante un proyecto para reactivar la economía regional de Cheorwon, una zona próxima a la DMZ en la provincia de Gangwon, al tiem­ po que ayuda a los desertores a valerse por sí mismos. Está decidido a realizar este sueño y constantemente repasa los preparativos para los próximos cinco años; ya que destinará una tercera parte de los ingresos del proyecto a impulsar otros hogares de desertores jóve­ nes. “Todos abandonaremos su casa en algún momen­ to a futuro. Sin embargo, sentimos que todos somos una familia y que permaneceremos unidos los unos a los otros por el resto de nuestras vidas”, afirman los muchachos al unísono. Kim Tae­hoon, su “Mamá Bachelor” considera que su tarea actual forma parte de los preparativos para la eventual unificación de la nación coreana. (Traducido por Javier Castañeda)

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enamorado de Corea

SHIN EUI-SON

un entrenador de porteros naCIdo en tayIKIstán valeri sarychev, un portero de fútbol nacido en tayikistán, fue considerado uno de los jugadores estrella de la primera división de la liga premier de rusia. llegó a Corea con su familia en 1992 al ser fichado por un club profesional de fútbol del país. los medios comenzaron pronto a llamarle el portero con “la mano de dios” por hacer, parada tras parada, unas intervenciones que muchas veces parecían milagrosas. de este modo, a la hora de elegir su nombre coreano optó por shin eui-son, una traducción literal de su apodo. shin, que se ha convertido en un ciudadano naturalizado de Corea, hoy entrena a jóvenes guardametas del país. Kim Hyun-sook Directora de K­Movie Love ahn Hong-beom Fotógrafo

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ra la hora del almuerzo cuando fui a visitar el Club de Fútbol Femenino Icheon Daekyo en la ciudad de Icheon, provincia de Gyeonggi. En la cafetería, donde en ese momento se encon­ traba una veintena de jugadoras, no tuve dificultades para encon­ trar a Shin Eui­son, un hombre calvo de 56 años y 192 cm de altura. Cuando le entregué mi tarjeta de visita me presentó a dos porte­ ras que estaban en la misma mesa, Chung Ji­soo y Kim Jae­hee. “Otros clubes tienen tres porteros de promedio, pero el nuestro tiene cuatro. Jun Min­kyung, ex jugadora de la selección nacional de fútbol, también está en nuestro club”, aseveró Shin con orgullo. Shin comenzó este año su trabajo como entrenador de porteros en el club de fútbol femenino. En realidad, se trata de su segundo período en Daekyo tras un paréntesis de cinco años. Anteriormen­ te trabajó como entrenador de campo y preparador de porteros del club, de 2008 a 2011. Desde el regreso de Shin el equipo ha goza­ do de una racha positiva en la WK League, la liga de fútbol femeni­ no de Corea, y la moral de sus jugadoras se ha visto impulsada de forma significativa. En especial, Jun Min­kyung se ha planteado un nuevo reto. Entrenada por Shin, ella desempeñó un papel principal en los cam­ peonatos de la WK League ganados por su equipo en las tempora­ das 2009 y 2011. “Los porteros de nuestro país usan sobre todo las manos, pero el entrenador Shin nos enseña a usar también nuestros pies, y así perfeccionamos un importante recurso para el juego. Ahora tene­ mos la ventaja de usar tanto las manos como los pies”, explica Jun. “Cuando en 2012 el entrenador Shin fichó por el equipo IPark de Busan, las Incheon Hyundai Steel Red Angels ganaron la liga feme­ nina por tres años consecutivos. Pero ahora que ha vuelto, nos toca volver a ganarla a nosotras”. Durante el almuerzo, Shin continuó haciendo bromas, provocan­ do risas entre todos los presentes. “¿No puedes hablar coreano? Lo hablas mejor que yo, ya sabes”, comentó sin dirigirse a nadie en particular. Kim Jae­hee me susurró: “Siempre es muy considerado y sigue tratando de animarnos si nos ve cansadas o deprimidas”. Shin me guiñó un ojo, diciendo: “He entrenado a jugadores mas­ culinos durante seis años y a jugadoras féminas durante cinco años. Creo que es más difícil cuidar de las jugadoras, tanto desde el punto de vista espiritual como emocional. “En el caso de las porte­ ras, los nervios siempre están a flor de piel, porque solo juega una en cada partido”, agregó.

un duro camino tras la gloria Shin goza ahora de una notable presencia en Corea. Tras ser un famoso portero en Rusia, saltó al estrellato aquí como fichaje extranjero a la edad de 32 años y se convirtió en el mejor guardame­ ta de todos los tiempos en la historia del fútbol coreano. Estableció tantos récords que a día de hoy es imposible hablar del fútbol profe­ sional coreano de los años 1990 sin mencionar sus aportaciones. Shin nació en Dushanbe, Tayikistán, que entonces formaba parte

de la Unión Soviética. Comenzó a jugar al fútbol con solo 10 años y a los 18 se incorporó a un club de fútbol profesional. Desde los 22 años pasó una década como jugador de primera división en Moscú. Su momento de gloria llegó al unirse al Lev Yashin Club, un grupo de porteros rusos dedicados a honrar el legado del legendario guardameta conocido como “La Araña Negra”. En 1991, Shin fue nombrado portero del año en la Liga Suprema de la URSS. Ese año Park Jong­hwan, entonces entrenador del Ilhwa Chun­ ma Fútbol Club de Cheonan (actualmente Seongnam Fútbol Club) le preguntó a un amigo que viajaba con frecuencia a la Unión Sovié­ tica por negocios que buscara un buen portero allí. En ese momen­ to, antes del colapso de la URSS, Seúl y Moscú mantenían relacio­ nes comerciales. Shin, entonces conocido como el MVP Valeri Sary­ chev, se situó automáticamente en el top de la lista de mejores por­ teros. Park lo invitó en octubre de ese año a Corea para una prueba. “Después de sólo dos partidos de prueba, el entrenador Park me pidió que firmara un contrato. Así que jugué para el Ilhwa Chunma FC desde 1992”, explicó Shin. En ese momento sólo había seis clubes de fútbol profesional en Corea. A pesar de su carismático entrenador y la presencia de juga­ dores con talento, como Ko Jeong­woon, Shin Tae­yong y Lee Sang­ yoon, el Ilhwa Chunma quedó clasificado en la mitad inferior de la K League debido a la falta de un buen portero. El primer año en que se unió al cuadro el “Hermano Chev” de Rusia, el Ilhwa Chunma terminó segundo y ganó la Copa Adidas. El equipo ganó más tarde la liga por tres años consecutivos hasta 1995, e incluso se hizo con la Supercopa de Asia y la Copa Continental en 1996. El Ilhwa Chun­ ma se convirtió en una leyenda al encajar el menor número de goles durante tres años consecutivos. Huelga decir que todo esto fue posible gracias al muro construido en la portería por Sarychev, que sólo concedió 0,87 goles por partido en promedio. Fue entonces cuando la prensa comenzó a decir que era un por­ tero con “la mano de Dios”. “Un día estaba viendo noticias deportivas en la televisión, cuan­ do observé un subtítulo junto a mi nombre. Le pregunté a un amigo coreano qué significaba, ya que no estaba familiarizado con el idio­ ma. Me dijo que significaba «la mano de Dios». Me sorprendió. Mi amor por Corea se multiplicó de pronto”, dijo Shin. Sin embargo, mientras la mayoría de los aficionados comen­ zaron a prestarle más atención, otros empezaron a envidiarle y a mostrar Como joven portero, Shin Eui­son fue aclamado por celos, acusándole de privar de oportu­ sus paradas una y otra vez, lo­ nidades a los guardametas coreanos. grando el apodo de “la mano “Un periódico publicó un artículo de de Dios”. Tras jubilarse como jugador en 2005, este tadjik análisis sobre los clubes de fútbol pro­ naturalizado surcoreano gra­ fesional de Corea. Argumentaba que el cias al fútbol, ha entrenado Ilhwa había arrasado en la liga gracias a jóvenes porteros coreanos para varios clubes. Actual­ al barato fichaje de un portero extran­ mente entrena a las porteras jero, mientras que otros clubes habían del Club de Fútbol Femenino gastado enormes cantidades de dinero Icheon Daekyo. CULTURA Y ARTE DE COREA 47


para firmar delanteros y mediocampistas foráneos”, comentó Shin. “El artículo de ese periódico resultó ser la semilla de la desgracia para mí. Al año siguiente, los otros nueve clubes ficharon porteros extranjeros. También lo hicieron a un precio bajo, aproximadamente la mitad que hubieran pagado por centrocampistas o delanteros”. Fue entonces cuando la Liga de Fútbol Profesional de Corea impuso límites tanto a traer porteros extranjeros, como a su tiempo de juego en los partidos de liga. Peor aún, en 1999 se prohibió com­ pletamente la presencia de porteros extranjeros en el campeonato. Shin, potencial ganador del MVP, quedó proscrito en la liga. Fue el golpe más duro que recibió durante los siete años que llevaba en Corea.

el regreso como ciudadano coreano Debido a su edad, no era fácil para Shin fichar por un club extranjero. Se planteaba seriamente volver a Rusia para siem­ pre cuando Cho Kwang­rae, entonces entrenador del FC Anyang (actual FC Seúl), le ofreció un puesto de entrenador. Aunque se resistía a abandonar el Ilhwa, Shin decidió incorporarse al FC Anyang como entrenador de guardametas, a pesar de que no era lo planeado en un principio. Él quería seguir bajo los palos y de hecho Cho lo necesitaba en esa posición. Creía que la victoria estaría asegurada en caso de que Shin pudiera jugar de portero. De este modo, Cho le sugirió que adquiriera la ciudadanía coreana: “Si te conviertes en ciuda­ dano coreano naturalizado, podrás jugar cuanto quieras”. “Creía que estaba bromeando, pero no era así”, recuerda Shin. “De este modo, empecé a pensar seriamente en ello. Creía ser capaz de poder hacer cualquier cosa con tal de poner­ me de nuevo los guantes. Comencé a estudiar de inmediato la historia y el idioma coreanos. Cuando los jugadores se fueron a Chipre para un mes de entrenamiento, le di duro a los libros y pasé la prueba de naturalización”. Todavía conserva nítidamente el recuerdo 1 de ese día: “Primero hice una prueba escrita.

Tuve que responder veinte preguntas en 40 minutos. Estaba dema­ siado nervioso para entender bien de qué trataban las preguntas. Algunas personas salieron de la sala solo cinco minutos después del inicio de la prueba. ¡Cómo los envidiaba! Yo me quedé hasta que sonó la campana. Luego nos trasladamos a otra sala para una prueba de conversación. Me seguía un equipo de cámaras de tele­ visión. Ante mi perpleja mirada, un entrevistador en la prueba oral me hizo unas cuantas preguntas sencillas y me dijo que me fuera. Pensé que había suspendido. Se rió un poco, bromeando, sobre la sospecha de que su club de fútbol había usado alguna influencia mediática. Sarychev se con­ virtió en el progenitor del “clan Shin de Guri” al adoptar Guri, en la provincia de Gyeonggi, como la ciudad natal de su nuevo linaje en el sistema de clanes coreano. En Guri, por aquel entonces, se ubica­ ba el estadio de los LG Cheetahs de Anyang. Ese año el equipo de Anyang ganó el título de liga gracias a Sarychev, quien había cam­ biado su nombre por el de Shin Eui­son. “Después de naturalizarme como ciudadano coreano, me dieron la camiseta con el número 44. Entonces decidí que seguiría jugando durante cuatro años más, hasta que cumpliera los 44 años y colga­

1 Como guardameta del Anyang LG Cheetahs, Shin Eui­son realiza una parada en un partido contra el Suwon Samsung Bluewings, su equipo archirrival. 2 Shin Eui­son entrena a una joven portera del Club de Fútbol Femenino Icheon Daekyo. Espera que las porteras que ahora entrena lleguen a formar parte del equipo nacional de fútbol algún día.

Shin es conocido por haber realizado grandes aportaciones a la K League en dos aspectos diferentes. En primer lugar, ha demostrado que los porteros juegan un papel importante y pueden ser, por derecho propio, jugadores estrella. En segundo lugar, ha creado el puesto de entrenador de porteros. 48 KOREANA Invierno 2016


ra las botas”, afirmó Shin. En la ceremonia de su retirada, no pudo contener las lágrimas durante una entrevista televisiva, donde declaró: “Mientras pueda trabajaré, como coreano, para el desarrollo del fútbol de Corea”. De hecho, en 2009 fue fichado por Hong Myung­bo, entonces entrena­ dor del equipo nacional de fútbol sub­20, como preparador de por­ teros, y ayudó al equipo a avanzar a los cuartos de final de la Copa Mundial Sub­20 de la FIFA en Egipto.

la vida como entrenador de fútbol Shin es conocido por haber realizado grandes aportaciones a la K League en dos aspectos diferentes. En primer lugar, demos­ tró que los porteros juegan un papel importante y pueden ser, por derecho propio, jugadores estrella. Kim Byung­ji y Lee Woon­jae llegaron a lo más alto como destacados guardametas coreanos, tras perfeccionar sus capacidades después de Shin. En segun­ do lugar, creó el puesto de entrenador de porteros. Excepto para el equipo nacional, era inusual que otros clubes contaran con un preparador exclusivo para los porteros. Otros jugadores de campo tenían sus entrenadores, pero en el caso de los porteros, se espe­

raba que aprendieran viendo a jugadores veteranos y vídeos de estrellas foráneas. Shin dijo que quería elaborar un vídeo educativo de aprendiza­ je para porteros. Su determinación se ha fortalecido tras acumular experiencia preparando a jugadores profesionales de fútbol, como primer entrenador o entrenador de porteros, en el FC Seúl, el FC Gyeongnam y el Daekyo Kangaroo, e incluso a veces como entrena­ dor de jóvenes futbolistas. Cuando llegó por primera vez a Corea con su esposa, Olga Sary­ cheva, su hija tenía ocho años y su hijo solo seis. Actualmente su hija vive en Canadá y su hijo en Estados Unidos. “Había planeado quedarme aquí sólo dos o tres años, pero ya hace 24 años que lle­ gué” confesó, como si de pronto hubiera reparado en ese hecho. Shin y Olga viven ahora a 10 minutos en coche del Centro de Entrenamiento de Daekyo en Siheung, provincia de Gyeonggi. Él no bebe ni fuma y su única afición es escuchar música. Se jacta de tener en casa hasta 700 discos LP, incluyendo colecciones comple­ tas de los Beatles y álbumes de Génesis, aunque su estilo favorito es el rock, tanto rock and roll clásico, como rock progresivo. (Tradu­ cido por atahualpa amerise)

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en el CamIno

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En busca dEl amanEcEr gwak Jae-gu Poeta ahn Hong-beom Fotógrafo

en Corea, el sol sale primero en Homigot, un pequeño pueblo pesquero de pohang que se proyecta hacia el mar como una cola en la grupa de la península. gente de todas partes se reúnen aquí el día de año nuevo para ver el primer amanecer del año y recorrer el punto más oriental del país mirando hacia el mar.

Caminando hacia el amanecer, una gran mano de bronce, obra escultórica pareada bautizada como “Manos de la Armonía”, emerge del mar en Homigot, entre la espuma del mar del Este.

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uando siento la luz del sol de invierno en mi cara, de pron­ to soy más consciente de que estoy vivo. Es fría, suave, y de algún modo hueca.

amanece de camino al mar del este A veces la gente me pregunta: “¿Cuál fue el momento más feliz de tu vida?” Tan pronto escucho esa pregunta repaso las páginas de mi memoria, una por una. Momentos felices, grandes y pequeños. Me cuesta elegir solo uno porque algunos momentos, tan fugaces que apenas se recuerdan, tienen el poder de sacudir el alma. Así que, a cambio, me gusta preguntar: “¿Cuál fue el momen­ to más triste de tu vida?” Pero los momentos tristes de los que la gente habla son como de felicidad para mí. Del mismo modo, de todas las tristezas de la vida no puedo elegir la más triste. Así que me gusta responder: “Cuando el sol sale por la mañana”. No ver un nuevo amanecer es algo que no he experimentado nunca, pero seguramente para todos eso sería el más triste suceso. Vida y muerte, misterio y belleza, espíritu y destino. En el tiempo que transcurre entre el nacimiento y la puesta del sol, los seres huma­ nos escriben sus recuerdos. reverencia ante las tallas de roca Cuando viajo al mar del Este hay un lugar por el que siempre paso, como si fuera un ritual. Son las tallas de roca de Chilpo­ri en la ciudad de Pohang. Situadas al lado de una tranquila carrete­ ra rural en el camino hacia el mar del Este, en la carretera nacional Nº 7. Fueron creadas en la Edad del Bronce, hará unos 3.000 años. Cuando las vi por primera vez, mi mente pareció llenarse de luz. Fue como si unas estrellas especiales brillaran en la Vía Láctea, reflejando los sueños de la población prehis­ tórica del lugar mientras miraban hacia el cielo nocturno. Di algunas vueltas alrededor de la roca. Y cuando miré las tallas de nuevo vi un jarrón grande. Esta­ ba lleno de flores. Hace tres mil años alguien había tallado un flore­ ro con flores en esa roca. Para mí, las tallas sugerían la imagen que esa persona tenía del universo y el canto de alabanza que le ofrecía. En ese momento, el sol salió de detrás de las nubes y los rayos del sol aca­ riciaron tranquilamente la super­ ficie de la roca. Asentí. Junté las 1 manos ante la roca y me incliné. 52 KOREANA Invierno 2016

En la India Oriental, hay un monumento maravilloso llamado Templo del Sol de Konark. Es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y tiene la forma de un carro colosal dedicado al Dios Sol. El templo se ubica sobre las 24 ruedas del carro, cada una de tres metros de diámetro, simbolizando el ciclo de las estaciones y los meses del año. Visité el Templo del Sol el 1 de enero de 2010. Las tallas en relieve de deidades y reyes en el carro, originalmente de 50 metros de altura, me parecieron enigmáticas y hermosas. El templo estaba lleno de peregrinos de toda India y los saris naran­ jas que llevaban deslumbraban bajo la luz del sol. El templo estaba repleto de miles, tal vez de decenas de miles de peregrinos vestidos de naranja, y parecía un enorme sol rodante. Caminando entre la muchedumbre, sentí la energía del sol despertar dentro de mí. Ese mismo año, más tarde, regresé al Templo del Sol duran­ te la temporada de lluvias. Cuando llegué a Puri la ciudad estaba inundada y el camino a Konark había quedado cortado. Todos los conductores sacudían la cabeza. Entonces, un hombre con un sari naranja se acercó a mí. ¿Por qué quieres ir a Konark? ­Quiero ver el Templo del Sol. ­La carretera está inundada, e incluso si pudieras llegar allí, el templo estará cerrado. – Pues lo vería desde afuera”. No sé por qué me mostré tan obstinado. Ese hombre era un con­ ductor de rickshaw. En un destartalado auto­rickshaw de tres rue­ das condujimos por los caminos inundados. Durante el trayecto, la lluvia se detuvo. El agua de las tormentas comenzó a desaparecer de las carreteras y cuando llegamos al Templo del Sol, tres horas más tarde, el sol había comenzado a brillar. Ese día hallé la felicidad en caminar alrededor del templo con un pequeño número de peregrinos. Cuando mi mente se nubla, pienso en ese día. Si alguien me pregunta­ ra sobre lo mejor que he hecho en mi vida, hablaría de ese día. Una vez finalizada mi peregri­ nación a las tallas rocosas de Chil­ po­ri, me dirigí a Homigot.

saludar al sol desde la cola del tigre El nombre de Homigot significa “cabo en forma de cola de tigre”. A principios del siglo XX, el escritor e intelectual contemporáneo Choe Nam­seon comparó la forma de la península coreana con un tigre, con sus patas delanteras abrazan­ do a Manchuria. El punto minús­ culo de tierra que forma la cola del tigre es Homigot en Pohang, pro­ vincia de Gyeongsang del Norte.


2 ©Ciudad de Pohang

1 Guryongpo es un estuario que lleva el nombre de una antigua leyenda sobre nueve dragones que se elevan al paraíso desde este lugar (vista aérea). 2 Una gran multitud se reúne junto al Sunrise Plaza en Homigot para ver el amanecer y contemplar el primer sol del Año Nuevo. A la izquierda está el Museo Na­ cional del Faro, donde se puede explorar la historia de esta tecnología de ayuda a la navegación en Corea. 3 Las tallas de roca de Chilpo­ri, en la ciudad de Pohang, datan de la Edad del Bronce, hace unos 3.000 años.

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Aquí es donde el sol sale primero en la península coreana. Cuando la nación fue anexada a la fuerza por Japón en 1910, seguramen­ te muchos coreanos vinieron aquí a rezar por la liberación del país, mientras veían el sol levantarse por encima del horizonte. Para los coreanos, ver salir el sol en Homigot no es un amanecer cualquie­ ra. No en vano para Choe Nam­seon era el mejor de los diez luga­ res más bellos de Corea. Si usted es un visitante extranjero que viaja a Corea en invierno, ver amanecer en Homigot será una experiencia especial. Inclu­ so mejor si ese amanecer es el primero del Año Nuevo. Ese día, la sopa caliente de pastel de arroz, un plato tradicional que se sirve en el día de Año Nuevo, se ofrece a todos los visitantes. Así, todos los que se reúnen en esta playa para contemplar el primer amanecer del año comparten desayuno mientras ven salir el sol. Una marea de buena voluntad inunda sus corazones mientras contemplan el sol ardiente elevarse sobre el agua. ¡Que el mundo sea un lugar mejor! ¡Que todos estén sanos y se amen y se cuiden los unos a los otros! Mientras veo a la gente juntar sus manos para orar mientras

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el sol naciente resplandece, también recito mis propias plegarias. ¡Que las cálidas y hermosas horas de la unificación lleguen a nues­ tra vida! En Homigot hay un par de grandes esculturas de bronce de manos ahuecadas, llamadas “Las manos de la armonía”. Una de esas manos nace del mar, mientras que la otra sale del suelo. Una frente a la otra. Parece que el corazón de la gente sintoniza mejor con la mano del mar. Sienten que la mano que se erige sobre las olas del mar les aporta más vitalidad. En un momento dado, el sol descansa sobre esa mano, y todo el mundo se vuelca en hacer clic con su cámara, pues desean capturar la energía del sol para sus propias vidas. Siguiendo la calle tranquila que se extiende junto al muelle hasta el final, surge un monumento de piedra en el que está grabado el poema “Uvas Verdes” (Cheongpodo) de Lee Yuk­sa.

En mi ciudad las uvas verdes maduran en julio. Las leyendas del pueblo florecen en racimos


Las olas chocan contra el malecón. El brillo creado por los rayos del sol penetra a través de las olas. ¿Podrán haber visto los nueve dragones legendarios, tal vez? Solo con pasear por el muelle cubierto de nieve, la imagen de un largo dragón perdido hace mucho tiempo quedará grabada en su mente, y eso es suficiente motivo como para que la visita a este lugar merezca la pena. y un cielo de ensueño lejano desciende sobre las uvas. Bajo el cielo el mar azul desnuda su pecho y cuando el pequeño bote blanco llegue, mi esperado huésped vendrá con el cuerpo cansado y envuelto en verde, entonces recogeré estas uvas para él feliz de tener mis manos empapadas. Ven aquí niño, prepara la mesa con un paño blanco sobre la bandeja de plata.

Pohang Canal es un canal artificial que fluye entre Song­ do­dong y Jukdo­dong. Los románticos paseos en barco por su sinuoso recorrido de 1,3 km son ya una popular atracción turística.

Detenido en varias ocasiones durante el período colonial japonés por sus actividades de resistencia, Lee murió en prisión en enero de 1944. Duró menos de un año desde su encarcelamiento, por lo que fácilmente pueden imaginar las torturas que sufrió. Un año después de la muerte de Lee, otro joven poeta coreano llamado Yun Dong­ju, de 28 años, también murió en una prisión japo­ nesa. La muerte de estos dos poetas, cuyas vidas y escritos personificaron esa época de sufrimiento, supuso una trágica pérdida para la literatura coreana. Si buscas un libro que llevar durante tu travesía hacia el mar del Este, ¿qué mejor que las antologías de Lee Yuk­sa o de Yun Dong­ju? Los sentimientos que rezu­ man en el corazón de los coreanos mientras ven amanecer desde Homigot en el día de Año Nuevo pueden hallarse en las obras de estos poetas.

atravesar los pueblos de portside La gente llama a la carretera que rodea Homigot el “Camino del cabo Homi”. A lo largo de este camino hay un puñado de pueblos costeros que recuerdan

Seúl 365km

Pico Hyangno Pohang

Pohang

Tallas de roca Chilpo-ri Estación de Pohang Monumento al poeta Lee Yuk-Sa Homigot Playa de Yeongildae Mercado de Jukdo POSCO

©Ciudad de Pohang

sitios que visitar en pohang

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la esencia de la vida cotidiana de los surcoreanos. Guryongpo es un estuario con forma de nueve dragones que se elevan hacia el cielo, como indica su nombre. Las olas chocan contra el malecón. El brillo creado por los rayos del sol penetra a través de las olas. ¿Podrán haber visto los nueve dragones legendarios, tal vez? Solo con pasear por el muelle cubierto de nieve, la imagen de un largo dragón perdido hace mucho tiempo quedará grabada en su mente, siendo un motivo suficiente como para que ir a este lugar merezca la pena. Aquellos que visitan Guryongo siempre buscan la exquisitez local, un pescado seco llamado gwamegi, aren­ que del pacífico que se captura en el mar del Este y luego se deja secar con el viento del mar. Posteriormen­ te es congelado y descongelado una y otra vez hasta que se extrae su grasa. Su carne se vuelve tierna pero conserva un profundo sabor a mar. La vista de los pescadores sentados junto al muelle asando los pescados secos y bebiendo soju resulta hogareña y entrañable a la vez; máxime considerando que han soportado toda una vida con el espíritu de los legendarios dragones en su interior. “¿De dónde eres?”. “Toma una copa”. Riendo jovialmente, estos dragones empujan un vaso de cristal frente a mí. Vistas desde el Camino del Cabo Homi, de noche las luces de la planta industrial de POSCO resultan realmente espectaculares. La acería situada en el centro de la bahía de Yeongil, POSCO Pohang Works, es la segunda mayor planta de acero del mundo. Aquí se fabrican chapas de acero para automóviles, construc­ ción naval, electrodomésticos y otros productos. Las hojas de acero de POSCO jugaron un papel vital en el crecimiento de Corea, y ayudaron al país a auparse como la 11ª mayor economía del mundo; por eso no es de extrañar que los habitantes de Pohang se sientan muy orgullosos de las acerías. Más allá de las luces del complejo POSCO, hay otro lugar que también es motivo de orgullo entre los lugareños, una nueva atracción turística que evoca nostalgia. El canal de Pohang, completado en enero de 2014, es un canal de 1,3 kilómetros que serpentea a lo largo de Songdo­dong y Jukdo­dong a través de la ciudad de Pohang. Su curso de agua artificial atraviesa una zona hasta hace poco anestesiada entre mise­ rables apartamentos­dormitorio unipersonales y el mal olor de las aguas residuales de la fábrica. Ahora en cambio es un placer pasear por las orillas del canal y visitar las galerías, los cafés y los patios de recreo que han reemplazado a los barrios marginales. Para los turistas que visitan Pohang en otoño, recomiendo un festival les traerá recuerdos de la infancia. El punto culminante del festival es la carrera de bangti, palabra local usada para referirse a una tina grande. Así, cada concursante se sienta en una bañera, de menos de un metro de diámetro, y maniobra a lo largo del canal, impulsándose mediante las manos hacia la línea de meta. Esta carrera por el canal de la ciudad desprende la nostalgia y el romance de antaño.

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1 El arenque del Pacífico capturado en el mar del Este se cuelga y se deja secar al aire libre, azotado por el invernal viento del mar. Tras congelarlo y descongelarlo repetidamente, los pescados semi­secos se transforman en gwamegi, un manjar local de Guryongpo. 2 Donde el canal de Pohang llega al mar se ubica el mer­ cado de Jukdo, que cuenta con unos 2.500 puestos de venta de pescado y mariscos frescos y secos, y con unos 200 restaurantes que sirven platos de pescado crudo. Es el mercado de pescado más grande de la costa este.

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los viejos mercados de pescado Finalmente, uno de los mayores placeres para los turistas podría ser sin duda el Mercado Jukdo al final del canal, el mayor mercado de pescado de la costa este. Incluye más de 2.500 puestos de venta de pescado fresco y seco, y unos 200 restaurantes espe­ cializados en pescado y marisco fresco. A medida que uno cami­ na entre los puestos ­repletos de peces de todos los colores, así como de marisco, pulpos y gambas­ el clamor y el olor a salmuera del mercado de pescado impregnarán su cuerpo, siendo el mejor remedio para la fatiga de viaje. Por un momento, antiguos recuer­ dos de otros mercados de pescado vienen a mi mente. Una vez viajé a Puna, en la isla de Hawái, cuando me encargaron escribir una historia sobre la ciudad. Gracias a la ayuda de la ofici­ na de turismo local, pude subir a un mini submarino y navegar por la zona para explorar sus fondos y sus aguas. Vi peces y corales de multitud de colores. Observando a los peces nadar entre la vegeta­ ción submarina, pensé que no sería malo nacer pez en mi próxima vida y vivir en ese océano. Siguiendo mi itinerario, al día siguiente

fui al mercado de pescado al amanecer. El pescado fresco era dis­ tribuido en los puestos entre las voces ruidosas y cacofónicas de los vendedores. Por primera vez me sentí incómodo ante el dinamis­ mo y la vitalidad de un mercado de pescado. Fue por los peces que había visto en su hábitat el día anterior. Otra vez fui a un mercado de pescado en Rusia, justo después del colapso de la Unión Soviética, cuando iba a visitar a un estu­ diante coreano y a su familia. Era a mediados de invierno y los can­ grejos rey y los bacalaos se apilaban en enormes montículos. Me había estado preguntando qué regalo comprar para llevarles y al final opté por los cangrejos y el bacalao. Compré cantidad suficiente para cuatro personas, pero sólo me costaron diez dólares. La tem­ peratura era de menos 20 grados y el apartamento no tenía cale­ facción, pero como cocinamos y comimos el marisco para cenar, apenas sentíamos frío. A medida que camino por la costa de Pohang, me siento más vivo. El amanecer nunca falla y parece abrazar las escasas historias de mi vida y darles calidez. (Traducido por Javier Castañeda)

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un día CualQuIera

antes trabajador de oficina, Kim Joungwon comenzó una nueva vida hace un año, cuando abrió un noraebang en el centro de seúl cerca de su casa. ahora sale de casa por la tarde y trabaja hasta la madrugada. sentado en el mostrador saluda a los clientes, que van desde estudiantes locales de escuela secundaria hasta parejas mayores, y también les acompaña hasta la salida. él ama y valora su vida cotidiana.

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antar es una poderosa forma de autoexpre­ sión. Seguramente hay pocos lugares donde la gente tenga tanta necesidad de expresar sus sentimientos y de soltarse como en Corea. Por eso, sea cual sea el lugar donde la gente viva o traba­ je, siempre habrá uno o dos noraebang (literalmente, “sala de canto”) cerca. Los coreanos vamos al norae­ bang cuando estamos tristes y también cuando esta­ mos felices. Si tus emociones están a punto de esta­ llar, lo normal es ir a un noraebang y sacarlo todo. Mientras que las habilidades de canto de los concursantes en los programas de audición abierta de Corea resultan impresionantes, muchas perso­ nas comunes y corrientes, que no salen al escena­ rio, también tienen capacidades increíbles. Basta poner un micrófono en sus manos, y cualquiera sabrá cómo atusar su cabello y cantar una o dos canciones, tan bien, que podrían rivalizar con una estrella del pop. Resulta difícil saber si a la gente le gusta cantar porque hay tantos noraebang, o si hay tantos noraebang porque la gente siente ese irre­ sistible deseo de cantar.

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La maravillosa vida de Kim Joung-won, propietario de un noraebang Kim seo-ryung Directora, Old & Deep Story Lab ahn Hong-beom Fotógrafo

Clientes solitarios en días lluviosos En el sótano de un edificio residencial y de oficinas cerca de la estación de Gyeongbokgung se ubica uno de los muchos noraebang de Seúl. El cartel dice: “¡Sala de práctica de canto de Seochon!” ¿Es esa la forma que tiene su pro­ pietario Kim Joung­won de decir que no sólo aquellos que deseen cantar, sino los que necesiten practicar su canto, son también bienvenidos? Dicho esto, no esperen un lugar con entrenadores de voz. Kim divide a sus clientes en pocos grupos, trabajadores de oficina, niños de escuela, familias y amigos. Pero últimamente, ha surgido un nuevo grupo: los clientes que van por su cuenta. Al igual que comer solo y beber solo está de moda en Corea, el número de personas que va a cantar en solitario ha aumen­ tado en gran medida. Particularmente, los días lluviosos hay muchos clientes que entran solos, vacían sus corazones entre canciones tristes, y luego se van. “No ha pasado mucho desde que abrimos el local”, explica Kim. “En una noche lluviosa alguien entró y pidió extender más su tiempo. Terminó cantando solo durante unas tres horas. Hasta pude percibir su estado de ánimo y empe­ cé a sentirme un poco igual, así que cuando vino a pagar le dije: “Debes sentir­ te así por la lluvia”. Lo dije con mi mejor intención, pero parece que le molestó que el chico del noraebang hubiera adivinado su estado de ánimo. Nunca vol­ vió. Quizá pasaba por aquí y simplemente se dejó caer... Pero de todos modos, he adoptado una norma: nunca decir nada que sugiera que sé o que entiendo cómo se siente un cliente”.


Después de dejar su Has de saber que las personas que vienen en gran­ empleo como oficinista y des grupos por lo general tienden a beber. Por supues­ abrir un noraebang hace to, la mayoría de los clientes son bien educados, pero un año, Kim Joung­won halla gran satisfacción también está el cliente extraño que, tras unas copas, se en el trabajo cuando sus comporta groseramente, aunque a la mañana siguien­ clientes son felices. te afirmará no recordar nada al respecto. Pero el traba­ jo de Kim consiste en tratar a tantos y tan variados clientes de forma amistosa. “Son personas que han venido aquí para desahogarse. Son rápidos para enta­ blar una conversación informal y en cierto modo demandan sacarse de encima aquello que les molesta. Si piensas trabajar en un noraebang, realmente ayuda tener una disposición alegre como la mía”, señala Kim.

de 3:00 p.m. a 2:00 a.m. La rutina diaria de Kim es relativamente simple. Las puertas abren a las tres de la tarde y cierran a las dos de la mañana. Los sábados y domingos cie­ rran “temprano”, a las 10 de la noche. Después de haber cumplido 41 años y decidirse a “ganar todo lo posible mientras es joven”, Kim dirige este espacio solo, con la ayuda ocasional de su esposa o de su suegra. Sólo cierra en oca­ siones especiales, como las dos grandes fiestas nacionales (Año Nuevo Lunar y Chuseok, a mediados de otoño); así como el Día de los Niños, en Navidad, Nochevieja y Año Nuevo. “La mayoría de los noraebang están abiertos todos los días del año, así que, en realidad tengo más tiempo libre que los demás”,

afirma Kim. Él vive cerca, por lo que solo precisa 10 minutos en coche para llegar al trabajo. Llega a las 2:00 p.m. y limpia la oficina y las seis salas de canto durante una hora, antes de abrir. De octu­ bre a mediados de diciembre, los primeros clientes entran en cuanto abre las puertas. “Los que vienen a las 3:00 p.m. son principal­ mente estudiantes de las escuelas secundarias cercanas que están preparando exámenes. Vienen en pequeños grupos”, resalta Kim. “La gente dice que los niños de hoy en día no tienen modales, pero por aquí los estudiantes son educados y con buenos modales. Saltan y cantan durante una hora o dos, y luego se despiden educadamente de mí al salir. La mayoría irá directamente a casa a estudiar para los exámenes del día siguiente”. Por la tarde, cuando fui a entrevistar a Kim, había grupos de estudiantes de secundaria cantan­ do en voz alta en tres o cuatro de las habitaciones. Entonces, una de las puertas se abrió permitiendo escuchar las deliberadamente cursi voces de los estudiantes decir: “Por favor, señor, ¿puede dejar­ CULTURA Y ARTE DE COREA 59


“Cuando los clientes dicen que todo su estrés se ha desvanecido, mi estrés desaparece también. Regentar un noraebang no es un trabajo extenuante, ni tampoco requiere usar mucho la cabeza. Pero son muchas las veces que tengo un verdadero sentimiento de satisfacción, así que para mí es un gran trabajo”.

nos sólo diez minutos más?” Kim respondió ama­ blemente: “Ya os he dejado otros treinta”. “Extrañamente, casi nunca tenemos estudiantes universitarios. Supongo que trabajan tan duro para preparar su acceso al mercado de trabajo que no tie­ nen tiempo libre”, explica Kim. “Además, no pueden obtener dinero de sus padres tan fácilmente como los de secundaria, por lo que, probablemente, ape­ nas tengan dinero para gastar en un noraebang”. Las habitaciones pequeñas cuestan 15.000 won la hora, mientras que una sala grande, para gru­ pos mayores, cuesta 30.000 won. Pero Kim ofre­ ce descuentos a los estudiantes de secundaria y un montón de tiempo extra gratis. Los estudiantes se marchan y después de las seis se tranquilizan las cosas. A partir de las ocho de la tarde, después de la cena, los oficinistas comienzan a aparecer. Este es el pico en la jornada laboral de un norae­ bang. Hay mucha demanda y un montón de peticio­ nes que atender, así que el tiempo vuela entre una densa bruma. Kim pasa de una habitación a otra sonriendo todo el rato. “Todos los grupos de colegas de trabajo que vie­ nen con sus jefes tienen algo divertido en común. Los jefes siempre me piden tiempo extra, mientras que sus empleados me miran y hacen gestos como diciendo está bien así, que no necesitan más tiem­ po. Cuando el jefe les lleva a remolque, incluso ir a cantar supone extender la jornada de trabajo”, ase­ gura Kim. Así, pasando de una habitación a otra, pronto lle­ gan las 11 en punto. Sobre las 11:30 todos los ofici­ nistas se habrán marchado, como una marea des­ cendente. Ahora es el momento de aquellos que vie­ nen a cantar solos. En general, prefieren canciones tranquilas a las más animadas. Con su llegada, el humor de Kim también se calma. Pasada la media­ noche, hay olas de clientes turbulentos que ya han tomado unas cuantas rondas después de la cena, y entre que trata con ellos y les atiende, llega la hora en que Kim se prepara para comenzar a cerrar.

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de oficinista a propietario de noraebang “Hace veinte años mi padre dirigía un noraebang en Yeoju, provincia de Gyeonggi. El negocio iba bien y él pudo reunir algo de dinero. Supongo que echaba de menos aquellos días porque la idea de abrir un noraebang apareció sola en mi mente. También me gustaba cantar y estaba seguro de que podría tratar con los clientes de forma amistosa”, recuerda. Cuando abrió la tienda por primera vez, después de lograr reunir el dinero necesario para comprar un local vacío en el sótano remodelado de unas ofici­ nas y haber finalizado su acondicionamiento, Kim iba a menudo a una de las habitaciones vacías y cantaba por su cuenta. Hubo muchos días en los que toda la familia, su esposa, su hijo de quinto grado y su hija de primer grado, canta­ ban lo que les salía del corazón “en nuestro noraebang y con nuestro equipo”. “Ahora que ha transcurrido más de un año, el local suele estar más ocupado, y extrañamente apenas casi nunca termino cantando”, afirma entre carcajadas. Kim tiene más libertad ahora que no necesita contentar a sus colegas o a la

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2 1 Kim Joung­won llega a las 2 pm al local y durante una hora limpia las seis salas de canto. Es meticuloso al limpiar los micrófonos, pues cada noche pasan por las manos de muchos clientes. 2 Kim Joung­won se complace de ofrecer a la gente un espacio donde, incluso aquellos que están angustiados, pueden olvi­ darse de todo durante un tiempo.

dirección. Si hay algún inconveniente es que termina muy tarde de trabajar. Después de cerrar, llegar a casa y ducharse, son las tres de la madrugada. Y al irse a dormir tan tarde, termina también despertando tarde, pero aún así, y comparado con cuando trabajaba en una oficina, su vida es mucho más tran­ quila. “Es bueno porque puedo pasar más tiempo con mi esposa que antes, cuan­ do iba siempre corriendo para llegar a tiempo al trabajo. Pero mi esposa me espera despierta de noche. Dice que no puede dormir porque le apena que yo termine tan tarde”, explica Kim. Y a raíz de eso saca a colación la historia de una pareja de unos ochenta años que viene de la mano todos los miércoles: “Al parecer, el marido era dentista. Ellos viven cerca y vienen a la misma hora cada semana, cantan durante una hora y luego se van. Sus rostros son brillantes y saludables. Al verlos, le hice a mi esposa la promesa firme de que viviremos así cuando envejezcamos”. También hay otro cliente al que nunca olvidará. Un hombre de mediana edad que siempre venía solo y siempre elegía canciones sobre madres. Al parecer le habían diagnosticado una enfermedad terminal. “Vino todos los días durante más de 10 meses. Una vez se desplomó mien­ tras cantaba e incluso tuve que acompañarle a su casa. Pero lleva sin venir un par de meses, así que estoy muy preocupado”. No obstante, un noraebang no es sólo un lugar para cantar, sino también de interacción y sanación. Así lo siente Kim, quien se sienta en su mostrador para saludar a los clientes y también acompañarles a la salida. Por tanto, si ocasio­ nalmente ha de tratar con la rudeza de algún cliente, no tiene problema en reír­ se.

un buen trabajo ¿Cuántos clientes vienen cada día en promedio? ¿100? ¿200? “Como cobra­ mos por cada sala en vez de por persona, el número real de clientes no impor­ ta”, dice Kim. “Las recaudaciones varían en función de la temporada y del esta­ do de la economía. Nuestros ingresos... ¿realmente quieres saberlo? Probable­ mente algo más que el salario medio de un oficinista. Pero en estos días con la nueva “Ley Kim Young­ran (ley antisoborno)” hemos sufrido un notable descen­ so de clientes”. ¿Cómo podría una ley anticorrupción dirigida a impedir sobornos de funcio­ narios públicos influir sobre un noraebang? “El número de cenas de trabajo ha disminuido”, explica Kim. “Estamos justo en el Complejo del Gobierno central. Aquí, en esta zona, hay muchos famosos restaurantes coreanos tradicionales, y después de la cena lo normal era ir a un noraebang”. En tanto, cuando entra algún cliente famoso, Kim también se emociona. Por ejemplo, recuerda el día en que una presentadora muy famosa vino con su novio, cuando llegó un boxeador profesional al que él adoraba desde la juven­ tud, o el día en que pasó por el local un cantante del que era un gran fan. “Con gente como esa entrando en mi local, ¿qué más se puede pedir? Todo lo que tengo que hacer es disfrutar del momento y asegurarme de que se relajan y pasan un buen rato. Cuando los clientes dicen que todo su estrés se ha desva­ necido, mi estrés desaparece también. Regentar un noraebang no es un trabajo extenuante, ni tampoco requiere usar mucho la cabeza. Pero en muchas oca­ siones tengo un verdadero sentimiento de satisfacción, así que para mí es un gran trabajo”. Nada podría ser más positivo. (Traducido por Javier Castañeda) CULTURA Y ARTE DE COREA 61


Charles la shure Profesor, Departamento de Lengua y Literatura Coreanas, Universidad Nacional de Seúl Kim Hoo-ran Editora Cultural, Korea Herald

LIBROS Y MÁS 62 KOREANA Invierno 2016

Recuerdos indelebles de violencia y heridas actos Humanos (“Human Acts”) Autora: Han Kang. Traducido por Deborah Smith, 224 páginas, £ 12.99, Londres: Portobello Books [2016]

En mayo de 1980, los ciudadanos que se manifestaban a favor de la democracia y contra el golpe militar del general Chun Doo­hwan se enfrentaron con las fuerzas gubernamentales. Los soldados dispararon y mataron a civiles desarmados y las protestas se convirtieron en un levantamiento generalizado en toda la ciudad. Sin embargo, esta insurrección no condujo a la democracia que tanto anhelaba la gente y en su lugar dejó en la nación cicatrices que aún no se han curado. Como dice un personaje de la novela Actos Humanos de Han Kang, “algunos recuerdos nunca se curan. En lugar de atenuarse con el paso del tiempo, estos recuerdos se convierten en las únicas cosas que quedan atrás cuando todo lo demás se desgasta”. Hay muchas corrientes que fluyen a través de los “actos humanos”, pero a ellas se super­ pone la idea de que las heridas permanecen abiertas a pesar del transcurso del tiempo. A medida que avanzan los capítulos observamos imágenes de tiempos posteriores al levanta­ miento: cinco años, diez años, veintidós años, treinta años. No obstante, aunque el tiempo ha pasado y las personas afectadas por los acontecimientos de esa primavera han reconstruido sus vidas, ninguna de ellas se ha librado realmente de esos recuerdos. En cierto modo, es como si el tiempo no hubiese transcurrido en absoluto; como si el reloj se hubiera deteni­ do en ese fatídico momento y el resto fuera solo la alargada sombra de sus agujas sin movi­ miento. Conocida por sus poderosas y en general perturbadoras representaciones, Han Kang se acerca en Actos Humanos a los acontecimientos de mayo de 1980 desde un ángulo único que saca el mayor partido a este capítulo de la historia. En lugar de recurrir al dramatismo de los momentos de acción, comienza la obra enfocándose en las consecuencias de esa acción, es decir, el número cada vez mayor de cadáveres en las protestas. A través de los ojos de un estudiante de secundaria llamado Dong­ho, que se ve atrapado en la sangrienta turbulen­ cia, somos testigos de las horribles consecuencias de los primeros asesinatos, a medida que se acumulan y empiezan a descomponerse los cuerpos sin nombre. Dong­ho se comienza a cuestionar lo que significa estar vivo, tener un alma. “¿Cuánto tiempo permanecen las almas junto a sus cuerpos?”, se pregunta. Para dar respuesta a esta pregunta, la historia se desvía ahora al punto de vista del amigo del muchacho. Una vez más, en vez de la violencia nos muestra sus consecuencias. Cuan­ do comienza la narración del niño, él ya está muerto y su alma trata desesperadamente de entender lo que le ha sucedido y por qué. Los siguientes capítulos se enfocan en distintos personajes: gente que Dong­ho había conocido durante su breve período en las oficinas del gobierno provincial o personas con alguna otra conexión. Todos continúan con sus vidas por­ que no tienen otra opción, pero las experiencias de esos diez días han producido en ellos cambios irreversibles. A medida que avanzan los capítulos, la autora ofrece más detalles sobre el pasado y recuerdos del levantamiento popular, hasta que es posible reconstruir lo ocurrido. Sin embargo, nunca obtenemos una imagen completa porque Actos Humanos no es una histo­ ria, sino el examen psicológico de un profundo trauma. Es cierto que la obra está basada en una memoria colectiva de eventos, compartida por gran parte de los lectores coreanos, y por eso no puede impactar de la misma manera entre la audiencia internacional. Por otra parte, la novela trasciende este acontecimiento particular y aborda temas universales para la expe­ riencia humana, presentándonos personajes que tratan de dar sentido a la sinrazón, que se esfuerzan por ir más allá de lo que nunca puede ser verdaderamente superado. De ese modo, va más allá de las fronteras nacionales y culturales para convertirse en algo capaz de conectar con todos los lectores.


Heavy Metal con instrumentos tradicionales coreanos una ermita (“A Hermitage”) Por Jambinai, Londres: Bella Union [2016]

La banda musical de tres miembros Jambinai se niega a ser eti­ quetada en un género específico. Su segundo álbum de estudio, “A Hermitage” (Una Ermita), lanzado en todo el mundo en junio de este año, comienza con un tema rápido llamado “Wardrobe” en el que se escucha una introducción de tambor a modo de latidos de corazón al más puro estilo heavy metal. El primer público de Jam­ binai ­la banda debutó en 2010 con un EP homónimo y lanzó su primer álbum de estudio en 2012­ no se equivocaba demasiado al pensar que se trataba de un grupo de heavy metal. No es hasta bien comenzada la segunda pista, “Echo of Crea­ tion”, cuando la tensión del violín de dos cuer­ das, el haegeum, y el timbre evocador del vocalista, indican que no se trata de la típica banda de heavy metal. El álbum progresa de forma natural para revelar la identidad del grupo: un trío de músicos tocando instrumen­ tos coreanos tradicionales junto a un bajo y una batería, en estilos que pueden conside­ rarse cualquier cosa menos algo tradicio­ nal. El tema “For Everything You Lost”, con su relajante y meditativo sonido oriental, es lo que típicamente se espera de un grupo de gugak (música tradicional coreana).

Operada por voluntarios, la web koreanfilm.org puede llegar lejos www.koreanfilm.org

La web www.koreanfilm.org –no confun­ dir con el sitio en inglés www.koreanfilm. or.kr sobre películas coreanas, dirigido por el Consejo de Cine de Corea­ es producto de un esfuerzo colectivo liderado por un estadouni­ dense residente en Corea y un grupo de cola­ boradores voluntarios. Darcy Paquet, crítico de cine que vive en Corea desde 1997, creó en 1999 la página koreanfilm.org con el objetivo de cubrir las lagunas de información sobre las películas coreanas para el público angloparlante. Muchas de sus secciones han quedado inactivas desde entonces, pero el apartado de ‘próxi­ mos eventos’ continúa actualizándose de forma regular. Resulta particularmente útil la información sobre proyecciones subtitula­ das en Seúl y otras partes del país, así como del extranjero.

El punteo de la cítara de seis cuerdas geomungo genera una profunda y masculina línea de bajo en “Abyss”. La verdadera identi­ dad de la banda se cuestiona en esta canción que deja ágiles capas de rap sobre la base del geomungo y la melodía del haegeum. “Deus Benedicat Tibi” destaca en el álbum como la pieza que permanece más próxima a una forma de música coreana tradicio­ nal. Para aquellos que tienen algún conocimiento de música típica de Corea es obvia la referencia a la melodía fúnebre tradicional, con su fuerte sonido de los címbalos, y a la atmósfera de trance creada mediante la combinación de platillos e instrumentos de viento que se acumulan hasta alcanzar un clímax frenético. El primer álbum de estudio de Jambinai, llamado “Difference”, fue galardonado como Mejor Disco de Fusión en los Premios de la Música de Corea de 2013. Desde entonces, el grupo ha acaparado atención a nivel internacional, presentándo­ se en los principales festivales de música de todo el mundo, como el de SXSW y el Festi­ val de Glastonbury. Varias de las piezas del álbum se pue­ den apreciar de forma aislada como com­ posiciones de rock o metal. “Naburak”, por ejemplo, es una canción que merece la pena escuchar y en la que no es posible hallar, al menos para los oyentes casuales, el origen de Jambinai como grupo de fusión.

Los comentarios también están actua­ lizados y el género de vídeos musicales cuenta con una sección aparte, aunque solo contiene un puñado de reseñas, y la más reciente sobre “Shake that Brass” es de 2015. Sin embargo, la lista de las diez mejo­ res películas del año se quedó estancada en 2013 y la última entrevista se remonta a 2008. La información sobre los actores y actrices también necesita una actualiza­ ción importante, por no hablar de la cober­ tura sobre nuevos músicos destacados que entraron en escena desde aquel entonces. Pero aunque no actualiza la información de forma muy consis­ tente, koreanfilm.org resulta muy útil como fuente para acceder a otros sitios web relacionados con el cine coreano. En tanto, las páginas dedicadas a cinco directores coreanos, la mayoría de ellos populares en el extranjero como Bong Joon­ho y Kim Ki­duk, son un buen referente para cualquier persona interesada en el cine coreano.(Traducido por atahualpa amerise) CULTURA Y ARTE DE COREA 63


opInIón desde la leJanía

HASTA LOS PERROS RECITAN POESÍA antonio garcía rebollar Consejero Económico y Comercial Embajada de España en Seúl

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reo que me será muy difícil olvidar los restaurantes de mandu y las cafeterías de Bukchon, los paseos nocturnos por las callejuelas del Sochon o la puesta de sol en la playa de Gwan­ galli de Busan, cenando en el nuevo restaurante de la cadena Spain Club. Soy consciente de que no menciono los preciosos recursos turísticos de Corea, pero realmente creo que lo mejor de este país está aún por descubrir. Harán falta unos años más y un poco de calma para que Corea deje de evolucionar con tanto brío y pueda mostrar sus verdaderos encantos. ¿Quién lo bautizó como“el país de la mañana tranquila”? Si algo caracteriza Corea es su frenética actividad veinticuatro horas al día, siete días a la semana. El poeta coreano Kim Shi­Sup (1434­1493) ya decía: “Ahora sol, ahora lluvia, y la lluvia se convier­ te en sol. Ese es el modo del cielo, tanto como el de los hombres”. Realmente si algo me impresiona de Corea es el dinamismo, tanto de sus gentes como de sus empresas. En mi barrio,Yeonhui­dong, rara es la tienda o restaurante que ha sobrevivido a nuestros cuatro años de estancia en el país. De hecho, a los pocos que se han mantenido los llamamos “his­ tóricos” y nos evocan grandes recuerdos…¡En tan solo cuatro añitos! Es una alegría vivir rodeado de tanta vitalidad y dinamismo. Te hace sentir más joven y te insu­ fla admiración y entusiasmo, invitándote a ver la vida de forma más optimista. Adoro la cultura del “pali­pali (deprisa­deprisa)” y espero que me acompañe siempre en el futuro. En Japón o en Malasia, países donde viví otros cinco años respectivamente, no tuve esa sen­ sación. Algunas de las experiencias asiáticas que tuve en esos países se repiten aquí, pero Corea posee una personalidad diferente y única que sigue arrastrando mi curiosidad, pues engloba un misterio nada fácil de descubrir. Quizás se deba a las similitudes de este país con España. Ambas son penínsulas de similar población y renta per cápita, y con pasados recientes manchados por la guerra. Ambas están rodea­ das de grandes potencias. Pero además, en los últimos cuatro años he podido contrastar esa simi­ litud de gustos en sectores como el turismo. De modo muy directo desde la Embajada he podido constatar un impulso en el sector, pues más de 300.000 coreanos visitan España anualmente. En reciprocidad, he vivido el auge de restaurantes y productos españoles en Corea, tales como el jamón, el aceite de oliva y el vino. En cuanto a la moda, grandes marcas como Zara, en constante expansión, y otras marcas como Mango o Campar han permitido que otras empresas de ropa, calzado y com­ plementos españolas estén hoy día triunfando en Corea. En el año 2014, España llegó por primera vez en la historia económica reciente a tener un supe­ rávit comercial con Corea. Pero fue solo ese año. La industria coreana de la electrónica y del auto­ móvil sigue ascendiendo en España y los cosméticos están comenzando también a aumentar las exportaciones coreanas hacia España con gran intensidad. Pero lo importante no es tanto la balan­ za, sino que el comercio bilateral siga creciendo porque estamos seguros de que hay aún muchas oportunidades de negocio entre España y Corea. El comercio no es solo mercancía, sino también

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servicios y aquí las oportunidades de intercambiar productos culturales son aún mayores: cine, lite­ ratura, arte, idiomas, etc. Mi gran frustración ha sido la escasez de inversiones empresariales en ambas direcciones. Es muy difícil establecer empresas y negocios en otros países, pero parece que a los coreanos y a los españoles nos cuesta aún más lograr la confianza suficiente como para invertir capitales en el otro país. Tenemos que llegar a conocernos mejor porque estoy seguro de que las posibilidades de renta­ bilizar las inversiones son muy superiores de lo que a primera vista parece. El K­pop y las barbacoas coreanas con chimeneas o el Samgyetan harán furor en España muy pronto, y llegarán a ponerse de moda igual que el sushi empezó a popularizarse a comienzos de siglo. ¡Ya lo verán! Corea está ya entre las diez grandes potencias económicas mundiales y la realidad supera con creces la percepción del país. Por mi actividad diaria sigo muchos rankings de organismos o con­ sultoras empresariales y es muy interesante observar que, cuando estos rankings se realizan sobre datos concretos de la calidad de la vida, Corea está siempre en los puestos más altos. Sin embar­ go, cuando se trata de encuestas a las personas, no ocurre lo mismo. Las imágenes o percepciones siempre viajan más despacio, pero llegarán finalmente a captar la atención de los españoles con gran intensidad. Los más de 300 jóvenes alumnos universitarios españoles que actualmente estu­ dian en Corea harán un gran papel en ese sentido. El jesuita español Gregorio de Céspedes fue un afortunado, al ser el primer europeo que visitó Corea en 1593. El ex Presidente de la Universidad Hankuk de Estudios Extranjeros , D. Chul Park ha investigado sobre su historia y en su libro reseña las cuatro cartas que dejó escritas sobre el año que residió en Corea y sobre su labor de evangelizar a la población coreana. Leerlas despeja cualquier duda de que los españoles somos un pueblo amigo en Corea, y hasta mi hijo de diecisiete años me recuerda a menudo que ha hecho muchas amistades aquí y que se siente coreano. En aquellos tiempos, Corea ya era un país rico en cultura y arte. Los españoles supimos apre­ ciarlo entonces y lo seguimos haciendo ahora, especialmente en cuanto a la conexión cultural. Pero además, grandes empresas como Samsung están permitiendo acelerar la comunicación entre los pueblos del mundo a gran escala. No en vano, Corea posee uno de los mayores niveles globales en velocidad y penetración de internet, sobre todo en teléfonos móviles inteligentes. Además, el alto nivel educativo de la población es una gran ventaja de Corea frente al resto del mundo. Sus efectos se aprecian en todo el quehacer diario y es la mejor garantía para una sociedad culta y ordenada de cara al futuro. Son valores que todavía Corea no ha exportado al exterior, pero sin duda son un activo de gran valor en su porvenir. Como soy un amante de mis tres perros, en este sentido siempre recuerdo el refrán coreano que dice: “Tras tres años en un colegio, hasta los perros pueden recitar un poema”. Siempre he admira­ do esta confianza en la educación como uno de los principales valores para la Humanidad. CULTURA Y ARTE DE COREA 65


IngredIentes esenCIales

La soja un súper alimento para todos los gustos el confucianista reformista del sXvIII yi Ik dijo: “de no haber cosechado soja en este país, hubiera sido difícil que los pobres sobrevivieran”. sus palabras denotan que la soja fue una legumbre susceptible de ser cultivada aún en condiciones desfavorables, así como una fuente barata de proteínas. si bien hoy en día la soja es demandada en todo el mundo como ingrediente para la cocina gourmet y un súper alimento. Kim Jin-young Representante de Traveler’s Kitchen shim Byung-woo Fotógrafo

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a soja es referida desde tiempos antiguos como “la carne del campo”. Sus valores nutritivos e importancia como alimento para el futuro sostenible de la humanidad fueron enfati­ zados aún más al designar 2016 las Naciones Unidas como Año Internacional de las Legumbres. Su desig­ nación considera la soja un alimento apropiado para resolver futuros problemas por llegar, como el pro­ gresivo agotamiento de alimentos y la contaminación medioambiental, dada su gran resistencia a las sequías y su baja dependencia de fertilizantes químicos. La soja es una planta nativa de Manchuria y del terri­ torio de Primorie en el Lejano Oriente Ruso, territorios que antaño pertenecieron a reinos coreanos, prime­ ro a Gojoseon, y posteriormente a Goguryeo. Entre el territorio de Primorie y la península coreana fluye el río Tumen. El nombre de esta corriente fluvial, Tumen o Duman, significa “lleno de soja”. Al respecto, existe la hipótesis de que este río fue bautizado con ese nombre por cómo en otoño, al finalizar la época de cosecha de soja, se llenaba de barcos que transportaban sacos de esta legumbre. La historia de cultivo de soja en Corea 66 KOREANA Invierno 2016

1 1 Los condimentos como el doenjang (pasta de soja) y el gochujang (pasta de pimiento rojo) son in­ gredientes esenciales de la cocina coreana, basada en la práctica de fermentar frijoles y verduras para aro­ matizar y preservar la comida. 2 Torre de súper ali­ mentos tradicionales, de arriba a abajo: fri­ joles rojos para relle­ no, dulce sobre polvo de hielo (patbingsu); frijoles mungo para panqueques salados bindaetteok; soja para tofu y bloques de frijol.

es así de larga y los coreanos han venido desde entonces consumiendo soja de diversas maneras. Es más, recien­ tes estadísticas indican que el consumo anual de soja por los coreanos es de 8 kg por persona, cantidad que solo supera el consumo de arroz y de trigo.

salsa de soja y pasta de soja La soja es un ingrediente particulamente importante para los pueblos del noreste asiático, que poseen una larga tradición en cuanto a salsa y condimentos fer­ mentados, agrupados bajo el nombre genérico de jang. En la cocina coreana en concreto, hay tres tipos básicos de condimento fermentado: doenjang (pasta de soja), ganjang (salsa de soja) y gochujang (pasta de ají). De éstos, los dos primeros son preparados a base de soja blanca y sal, con la ayuda de sol, viento y tiempo. El primer paso de la receta tradicional de la salsa de soja y de la pasta de soja es preparar meju, unos bloques hechos con soja blanca cocida y triturada. Para ello, a finales de otoño, cuando empiezan a caer las primeras escarchas, se deja en agua la soja blanca durante un día


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1 El kong gomul (polvo de frijol condimentado) es esencial para sazonar injeolmi (pastel de arroz pegajoso). 2 El tofu hervido servido con kimchi salteado es un aperitivo muy popular y se ofrece en los bares.

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para que se ablande. Luego, hay que cocer­ la al vapor y enfriarla. En el pasado, la soja apenas cocida ­caliente y de color amarillo­ era un manjar que los niños podían sabo­ rear una vez al año, cuando se preparaba meju en casa. Una vez enfriada, se molía la soja en un mortero. Finalmente, aglutinando la soja triturada, se hacían bloques cuadran­ gulares o en forma de pelota, dependiendo de la costumbre de cada familia, aunque lo más común era preparar meju en forma de cubo o de bloque rectangular. Una preparación exitosa de meju depen­ de en gran medida del tacto y la experien­ cia de quien muela la soja cocida y moldee con sus manos los bloques de soja tritura­ da. Es que estos bloques podrían pudrir­

se por dentro si la soja es desmenuzada en trozos demasiado finos o si el meju es amasado con fuerza de más y adquiere una elevada densidad. En la cocina corea­ na, una expresión que se usa con mucha frecuencia es “sabor de manos” o son­ mat en coreano, que sería como un antó­ nimo de medidas o cantidades exactas. Quizá el empleo de dicha expresión tenga que ver con el meju, que es un componen­ te elemental en la gastronomía coreana, y cuya correcta preparación depende de las manos que tocan la soja. Por algo se dice que hacer buen meju garantiza el sabor de las salsas fermentadas de un año, mien­ tras que unas sabrosas salsas garantizan la calidad de la comida de una familia, ade­

más de consolidar la solidaridad con los vecinos y traer buena suerte. Tras ser realizados con mucho esme­ ro, los bloques de meju son colgados pri­ mero en una habitación de ambiente cáli­ do durante unos días, para activar los microorganismos fermentativos, y después son amarrados con paja y colocados para que pendan sin tocar suelo u otras superfi­ cies, en un espacio con luz que asegure el libre flujo de corrientes de aire. El momen­ to de descolgarlos es antes de la llegada de la primavera, cuando seguramente esta­ rán totalmente secos, para introducirlos en un recipiente hondo de barro con sal y agua. Una vez dentro, empieza el proceso de fermentación, que dura unos cuantos meses, y finalmente se obtiene la salsa de soja, el líquido producto de dicho proceso, y la pasta de soja, que son los residuos que quedan. Hoy en día, la tradición de preparar jang casero o condimentos fermentados una vez al año por cada familia, casi ha desapare­ cido, pues la gran mayoría los compra. De hecho, en el mercado existe una amplia diversidad de productos de jang, desde los hechos artesanalmente por familias de larga tradición con sus propias recetas secretas, hasta los preparados en fábricas, de variados precios y calidades. ¿Cuál ele­ gir? La última palabra la tiene el consumi­ dor.

platos fáciles con tofu Un alimento cuya mención es obligatoria al hablar de soja es el tofu o dubu en corea­ no. El tofu es el resultado que se obtiene al coagular leche de soja con sales minerales. La leche en cuestión se obtiene tras moler soja remojada en agua y ablandada, cocer­ la y colarla. El tofu puede ser disfrutado solo, con salsa de soja como único aderezo, o en sopa. Frito en aceite, preferiblemente

En la gastronomía coreana, la soja está en todo, desde condimentos tradicionales, como salsa de soja y pasta de soja fermentada, arroz cocido y muchos otros platos, hasta en los postres. De ahí que el consumo anual de soja sea el tercero mayor en Corea después del de arroz y trigo. 68 KOREANA Invierno 2016


aceite de sésamo o de sésamo silvestre, se convierte en un plato simple pero exquisito con una pizca de sal. Personalmente el tofu frito más rico que probé fue el preparado con aceite de pimienta de Sichuan, pues la combinación del picante de la pimienta de Sichuan con el suave sabor y textura del tofu era perfecta. Este plato puede saborearse en los restaurantes especializados en tofu de Wonju, en la provincial de Gangwon, o de Jecheon, de Chungcheong del Norte. En Seúl, un restaurante de tofu reco­ mendable es Hwanggeum Kongbat (Campo Dorado de Soja) en el barrio de Ahyeon­dong, en el distrito de Mapo, nor­ malmente frecuentado por muchos gour­ mets. Allí usan solo tofu fresco preparado con soja producida en Corea, y sus platos más representativos son tofu frito y cazue­ la de tofu con setas; platos que son mejor acompañados con una copa fría de mak­ geolli hecho en el mismo restaurante.

soja en el arroz cocido y hasta en los postres La soja negra en coreano se llama seo­ ritae o soja escarcha, debido a que su época de cosecha coincide con las prime­

ras escarchas del año, entre otoño e invier­ no. Es considerada un súper alimento, por ser abudante en antocianina, un antioxi­ dante natural. Aunque se llama soja negra, presenta este color solamente en la cás­ cara, ya que por dentro es de color verde claro. En la actualidad, este tipo de soja es más demandado que la blanca por su alto valor nutritivo; e incluso hay tofu preparado de soja negra o seoritae. Si al cocer arroz se le agrega soja negra ablandada tras ser remojada en agua, el arroz adquiere un color violeta pálido; mientras que kongja­ ban ­un plato preparado con soja negra, salsa de soja, azúcar, aceite y semillas de sésamo­ es uno de los mejores acompa­ ñantes del arroz. Entre los pasteles de arroz tradiciona­ les de Corea, uno de los más populares es injeolmi , que se prepara a base de arroz glutinoso, remojado en agua para ablandar, cocido al vapor y machacado hasta obtener una textura pegajosa. Por último, la masa pegajosa resultante de este proceso es cortada en pedazos como de un bocado y cubierta con soja en polvo. Aquí, el elemen­ to que define el sabor de injeolmi es la soja en polvo, producto de soja cocida al vapor,

secada, frita y pulverizada con sal y azúcar, que es añadido para maximizar su sabor. Lamentablemente, a día de hoy, apenas hay injeolmi casero, pero los de las tiendas especializadas en pasteles de arroz se ven­ den muy bien. Patjuk o gachas de frijoles rojos es un manjar invernal, que puede ser disfruta­ do en los muchos restaurantes o cafete­ rías tradicionales del barrio seulita de Insa­ dong. Un plato que durante el verano es reemplazado por otro postre en frío llama­ do patbingsu o hielo triturado con frijoles rojos dulces. Ambos tienen como ingre­ diente central al frijol rojo o pat, que no es nada más que soja roja, también referida como judía adzuki. Así, la soja es usada en la gastronomía coreana en casi todo: desde condimentos básicos como la salsa de soja o la pasta de soja, hasta en el arroz y otros platos sala­ dos, e incluso en los postres. De ahí su elevado consumo, el tercero mayor des­ pués del arroz, catalogado como el alimen­ to más importante de los coreanos, y del trigo. (Traducido por Joo Hasun)

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Jornadas de lIteratura Coreana

CrítICa lIterarIa

LA MAGIA MAGIA DE DE LA LA LA NARRATIVA QUE QUE DA DA PASO PASO NARRATIVA LAPAZ PAZYYYAL ALAMOR AMOR LA PAZ AL AMOR AAALA Choi Jae-bong Reportero, The Hankyoreh

“E

l mago callejero” es la obra con la que Kim Jong­ok llevó a cabo su presentación literaria y que le hizo ganador del Concurso Anual de Literatura auspiciado por el periódico Munhwa Ilbo en 2012. Al año siguiente, fue también galardonado con el Premio de Escritores Jóvenes. Este premio se le otorga al mejor relato, o a la mejor novela, publicado durante el año ante­ rior por parte de escritores que hayan debutado en los últimos diez años. Lo que quiere decir que la obra con la que debutó este escri­ tor novel obtuvo un significativo premio literario, dejando atrás a autores que tenían hasta una década de experiencia. ¿Habrá algún aspecto en particular en esta obra que haya hecho magia? Esta obra trata el problema de la intimidación colectiva y el ostracismo en los colegios. La narradora, que es una alumna lla­ mada Heesu, explica las circunstancias que llevaron al límite a su compañero Namwoo haciendo que este se lanzara a la muerte al tirarse por la ventana de un colegio. Mientras conversa con una abogada, amiga de la madre de Taeyoung, un chico del que se sos­ pecha que ha acosado hasta tal punto a Namwoo que éste termina acabando con su vida, Heesu intenta reconstruir ese episodio recor­ dando los sucesos que dieron lugar a tan lamentable tragedia. Al tratarse de un caso de acoso y marginación colectiva, que lleva hasta la muerte a la víctima, ella descifra al culpable y a la víc­ tima, lo bueno y lo malo. El contexto de la narración podría consi­ derarse un asunto sencillo y claro, pero “El mago callejero” no opta por una contextualización tan predecible. Partiendo de la perspecti­ va de Heesu, una tercera persona, que no es ni la causante ni la víc­ tima, el autor no se detiene solamente en definir a las personalida­ des involucradas, sino que logra mantener la distancia y hacer uso de la libertad de juzgar el incidente de una manera multifacética y 70 KOREANA Invierno 2016

comprehensiva. No por eso debe malinterpretarse como una racionalización indefensa para mantener al espectador bajo una crítica cascada de circunstancias que llevaron a la muerte a un joven y vulnerable estudiante. Aunque Heesu intenta describir objetivamente cómo transcurrió el incidente, en el momento en que Namwoo se des­ plomó al suelo lanzándose desde lo alto del alféizar de una ven­ tana dice que ocurrió “algo como por arte de magia”: “en cosa de segundos, había hecho que el mundo se volviera del todo pacífico” y “en ese momento, este mundo le había parecido muy hermoso”. Sus recuerdos no deben considerarse como una expresión de indi­ ferencia moral o falta de sensibilidad ética. En la siguiente frase: “porque Namwoo se había desplomado en lugar de todos ellos”, se puede suponer que Heesu consideraba a Namwoo un chivo expia­ torio o al menos una especie de figura que no se daba por vencida. ¿Para el autor también sería Namwoo un chivo expiatorio que se ha dado por vencido? Podría haber varias interpretaciones y dis­ cusiones sobre si la perspectiva de la narradora Heesu, que es el punto clave de la narración, coincida con la perspectiva del autor, proyectando así el rechazo a compartir la culpabilidad. Se podría interpretar que Heesu, al decir cosas como: “Namwoo no era un niño ignorado. Sencillamente no tenía amigos” o “se puede decir que no fuimos nosotros los que aislamos a Namwoo, sino que él a nosotros”, intenta evadirse de cualquier responsabilidad indi­ recta sobre la muerte de Namwoo. Pero también podría conside­ rarse que, con sus explicaciones, desea darle un toque de esti­ lo y, por tanto, enturbiar los sucesos en torno a esa tragedia. Sin embargo, es evidente que, entre los personajes que aparecen en la obra, Heesu es la persona más amistosa con Namwoo. Aunque


¿No es cierto que algunas cosas son mágicas y otras no? Todo lo que está ocurriendo en estos momentos, que está fuera de nuestro control y que es una realidad tan firme que no podemos alterarla, ¿cuán seguros estamos de nuestra convicción, de que no es el resultado de algún truco?

se le pueda echar la culpa de no haber expresado y mostra­ do más abiertamente su cari­ ño y comprensión hacia él, no sería apropiado acusar a Heesu de deliberada negligencia o de complicidad con esa injusta muerte. El título de la obra, “El mago callejero”, se refiere al mago con el que Namwoo se encuen­ tra un día por casualidad. Para él, el mago es una persona que “hizo que se produjera algo imposible”. Después de contar a Heesu lo que había presenciado que hacía el mago, terminó la conversación diciendo “Te mos­ traré algo de magia”, y los lectores ya se dan cuenta de que la serie de acciones que Namwoo escenifica en el desenlace son parte de la “magia” de la que él hablaba. Al final del relato, Heesu se encuentra también con el mago callejero y gracias a él confirma, de nuevo, lo mucho que añoraba el nombre de Namwoo y los gratos recuerdos que conservaba de él. Pero no hay forma de saber con seguridad si incluso esta última escena es algo que ocurre realmente o si únicamente es parte de su imaginación. Como ya se ha mencionado anteriormente, Heesu no es consi­ derada ni la causante ni una mera espectadora, pero claramente

hace el papel de representar cierto estándar de moralidad. En su conversación con la abogada, Heesu dice “como por arte de magia, habrá algún lugar del mundo lleno de paz“. Hasta ese momento, se puede decir que muestra aspectos que van acordes con su perso­ nalidad de chica joven llena de inocentes esperanzas envueltas en fantasías, pero en la siguiente intervención se acerca al lector con gran profundidad filosófica. “No es posible ver la bondad sino se dirigen los ojos hacia la maldad. No puede percibirse si no es a tra­ vés de la maldad“. Más que considerar a Taeyoung como culpable del suceso perpetrado, ella observa directamente el meollo de ese fenómeno: la marginación impuesta por un colectivo y sus conse­ cuencias que resulta ser la maldad contraponiéndose a la bondad. Esta forma de elevado razonamiento, que no es típico de una joven estudiante, y las ardientes lágrimas que derrama en la escena final de la narración elevan a Heesu a un personaje­narrador digno de confianza. En una corta prosa que escribió el autor con ocasión del otor­ gamiento del Premio de Escritores Jóvenes apunta que: “Puede que realmente necesitemos la magia. Una magia que haga que el mundo se vuelta pacífico instantáneamente haciendo que nos ame­ mos los unos a los otros, una magia que haga que nos llamemos mutuamente con una voz de lo más acuciante”. ¿No sería magia lo que Namwoo escenificó y de lo que Heesu fue testigo? ¿Y no sería esa la magia que el autor, Kim Jong­ok, intentó atestiguar en esta obra? El encanto y la firme convicción en la magia de esta novela son evidentes no solo en este relato, sino que también se pueden confirmar a través de su primera colec­ ción de doce relatos Gwacheon, las cosas que no hemos realizado, publicada en 2015. (Traducido por Kim un Kyung) CULTURA Y ARTE DE COREA 71


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