PRIMAVERA 2020
CULTURA Y ARTE DE COREA
REPORTAJE ESPECIAL
VIVIENDA ACTUAL
Habitaciones llenas de recuerdos; Pisos y casas de clase media; Soluciones compartidas; El renacer del Hanok; Una nueva ola en muebles
TOMO 29, Nยบ- 1
ISSN 1225-4606
IMAGEN DE COREA
Deseos del primer cumpleaĂąos
U
© Yang Jun-seok
na foto enviada a mi teléfono celular me recuerda la primera fiesta de cumpleaños de mi nieta. Tuvo lugar en un día brillante el pasado mes de junio en el salón de banquetes de un hotel. Tras mucho persuadirla, cedió a llevar el gorro tradicional (jobawi) en su cabeza. Luego la arrojó. Dos pequeñas mesas contenían pasteles de arroz, frutas y coloridos objetos en una bandeja. Una bolsa bordada con peonías y una banda roja también adornaban una abundante bobina de hilo. Una pelota de golf en la bandeja captó la atención de mi nieta, pero su madre intervino. Retirando la pelota, murmuró: “¿Qué hace esta cosa aquí?” Al ser presentada nuevamente ante la bandeja, mi nieta sonrió y tomó un micrófono grande de juguete. En la tradición coreana, el banquete para celebrar el primer año de vida de un bebé se llama doljanchi. Dol significa primer cumpleaños, y alude a completar un ciclo de 12 meses, y janchi es banquete o fiesta. Antiguamente, cuando los suministros básicos para la vida escaseaban, muchos bebés no llegaban a su primer cumpleaños, pero si llegaban, era muy celebrado con un banquete familiar. Posteriormente, tras lograr una de las menores tasas de mortandad infantil del mundo, ese rito iniciático se mantuvo. Ese día destaca una tradición llamada doljabi. Consiste en poner al bebé frente a una bandeja con diversos objetos, de los que elige uno que supuestamente predice el futuro del bebé. Los objetos que representan la salud y la longevidad generalmente incluyen una hebra de hilo, fideos, pastel de arroz blanco (baekseolgi) y bolas de pastel de sorgo cubiertas de frijoles rojos (susu patteok). Y dinero, por supuesto, que simboliza riqueza. Objetos como papel y pinceles, libros y tinta, un arco y una flecha, y un mapae (una pizarra para solicitar caballos que se otorgaba a los servidores públicos de la dinastía Joseon) generalmente se ubicaban frente a los niños. Y para las niñas se agregaban artículos de labores tradicionalmente asociadas a ese género, como agujas, tijeras, telas y carretes de hilo y una plancha. Pero ahora no se hace esa distinción. Tanto para los niños como para las niñas, los objetos del doljabi en la era actual a menudo incluyen una pelota de golf, un micrófono, un estetoscopio, un mazo de juez y hasta un ratón de computadora. Al imaginar el futuro de mi nieta tras elegir el micrófono, de pronto recordé lo que su madre, mi hija, había elegido unos 30 años antes. Yendo más allá de los diversos objetos expuestos ante ella, mi hija agarró uno de los pasteles de arroz apilados entre una enorme variedad de comida y le dio un gran mordisco. Quizá por eso ahora es la feliz madre de varios hijos, y siempre hay abundante comida en su mesa. Kim Hwa-young Crítico literario; miembro de la Academia Nacional de las Artes
Carta de la editora
DIRECTOR
Lee Geun
Vivienda: ¿Cómo es de asequible?
EDITOR EJECUTIVO
Kim Seong-in
Ki-woo, el hijo de los Kim, la familia indigente de ‘Parásitos’, necesitaría 564 años para comprar la casa de los Park, la familia rica de la película, según el director y ganador de varios Óscar, Bong Joon-ho. No bromeaba. Para comprar una casa en Seúl, un asalariado coreano medio debería ahorrar todo su sueldo durante 21,1 años, y aquellos en el quintil inferior de la pirámide de ingresos, hasta 48,7 años. Corea del Sur, la undécima mayor economía del mundo, continúa la batalla contra la escasez de vivienda y el aumento de los precios inmobiliarios. El vertiginoso desarrollo económico del país se ha concentrado en la capital, Seúl, convirtiéndola en una de las ciudades más caras y habitadas del mundo. En esta superpoblada megalópolis, donde existe una gran brecha salarial, los jóvenes y los pobres son los que más sufren. Muchos de ellos terminan viviendo en las más humildes moradas de la ciudad, como cuartos en la azotea o semisótanos. Las generaciones anteriores se beneficiaron de la política de suministro masivo de viviendas del gobierno, que básicamente fomentó la construcción de complejos de apartamentos a gran escala, al tiempo de regular de precios. Aquellos que tuvieron la suerte de adquirir los derechos para comprar un piso recién construido, obtuvieron una vivienda estable y atractivos rendimientos. A partir de 2018, aumentó el volumen de apartamentos hasta 10,8 millones de unidades, el 61,4 por ciento del total de viviendas del país, según Estadísticas de Corea. Incluyendo las casas adosadas y los apartamentos en casas particulares, los bloques de viviendas sumaban un 75,4 por ciento. Hasta hace unas décadas, alquilar una habitación en casas particulares era la solución habitacional más común entre los hogares de bajos ingresos de las grandes ciudades. La novelista Yoon Sung-hee rescata para nuestros lectores sus recuerdos de aquellos días, abriendo el reportaje especial de este número, titulado “Vivienda actual: moradas de sueños y deseos”
EDITORA JEFE
Kim Un Kyung
CONSEJO EDITORIAL
Han Kyung-koo
Benjamin Joinau
Jung Duk-hyun
Kim Hwa-young
Kim Young-na
Koh Mi-seok
Charles La Shure
Song Hye-jin
Song Young-man
Yoon Se-young
DIRECTORES CREATIVOS Kim Shin EDITORES
Ji Geun-hwa, Ham So-yeon
DIRECTOR ARTÍSTICO
Kim Ji-yeon
DISEÑADORES
Kim Nam-hyung,
Yeob Lan-kyeong
COMPOSICIÓN Y DISEÑO Kim’s Communication Associates
44 Yanghwa-ro 7-gil, Mapo-gu
Seoul 04035, Korea
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Tel: 82-2-335-4741
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TRADUCTORES
Kim Un Kyung, Raimon Blancafort,
Atahualpa Amerise, Joo Hasun
SUSCRIPCIÓN/CORRESPONDENCIA Precio por número en Corea ₩6.000 Resto del mundo US$9 Para conocer el precio en detalle de las suscripciones, lea por favor la página 88 de Koreana.
Kim Un Kyung Editora-jefe
IMPRESA EN PRIMAVERA 2020 Samsung Moonwha Printing Co.
CULTURA Y ARTE DE COREA Primavera 2020
10 Achasan-ro 11-gil, Seongdong-gu, Seoul 04796, Corea Tel: 82-2-468-0361/5 © Fundación Corea 2020 Todos los derechos reservados. Esta publicación no admite reproducciones totales ni parciales sin el permiso de la
Una publicación trimestral de FUNDACIÓN COREA 2558 Nambusunhwan-ro, Seocho-gu Seoul 06750, Korea http://www.koreana.or.kr
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Ciudad de bloques
registro Ba-1003 con fecha 8 de agosto de 1987). También
Yoo Han-yi 2013. Color sobre papel. 117 × 137 cm.
se publica en alemán, árabe, chino, francés, indonesio, inglés, japonés y ruso.
REPORTAJE ESPECIAL
Vivienda actual: moradas de sueños y deseos 04
REPORTAJE ESPECIAL 1
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REPORTAJE ESPECIAL 4
Habitaciones llenas de recuerdos
El renacer del Hanok
Yoon Sung-hee
Jeon Bong-hee
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REPORTAJE ESPECIAL 2
Pisos y casas de clase media Park Hae-cheon
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REPORTAJE ESPECIAL 5
Una nueva ola en muebles
REPORTAJE ESPECIAL 3
Soluciones compartidas Park Seong-tae
Cortesía de “Monthly Green Friendly House”
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FOCO
Dos enfoques teatrales de un sangriento levantamiento
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ENAMORADO DE COREA
El resplandor del karma Choi Sung-jin
Song Seo-yeon
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ENTREVISTA
De hereje a icono: reinventando la música tradicional Lim Hee-yun
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GUARDIÁN DEL PATRIMONIO
Preservar el sabor de la lentitud Park Mee-hyang
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HISTORIAS DE LAS DOS COREAS
Sueño de paz en un jardín de Berlín Kim Hak-soon
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INGREDIENTES ESENCIALES
Namul: versatilidad sobre la mesa coreana Jeong Jae-hoon
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UN DÍA CUALQUIERA
Un corte fino
Kim Heung-sook
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ENTRETENIMIENTO
Cruzar la brecha de género Lee Hyo-won
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OPINIÓN DESDE LA LEJANÍA
Viaje de ida y vuelta Manuel Manzano
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JORNADAS DE LITERATURA COREANA
En medio de “este” y “el otro” lado del mundo Choi Jae-bong
¿Quién mató al gato? Youn Dae-nyeong
REPORTAJE ESPECIAL 1
Vivienda actual: moradas de sueños y deseos
© Choe Gyeong-ja
“Jungnim-dong, Seúl” (1990) por Kim Ki-chan Jungnim-dong, próximo al antiguo centro de Seúl, conserva el aspecto y la atmósfera de un típico barrio de la década de los 60 en esta foto de los 90. Mantiene sus estrechos callejones y empinadas escaleras, donde los carros y los cuerpos fuertes son la única forma de mover objetos.
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En el pasado, residir en habitaciones alquiladas contiguas era símbolo de vida urbana agobiante, mientras que las familias que compartían un mismo techo evocaban imágenes conmovedoras. Ahora que como estilo de vida predominan los edificios de gran altura, aquellas viejas habitaciones alquiladas generan nostalgia. Yoon Sung-hee Novelista
HABITACIONES LLENAS DE RECUERDOS
M
is padres comenzaron su vida de casados en el salón de la casa de mi tío. Eso fue hace unos 50 años. Luego, cuando nació mi hermano mayor, se mudaron a una habitación alquilada en la casa de un vecino. La casa tenía una gran puerta de entrada y un patio con habitaciones a tres aguas. La familia del arrendador usaba el ala principal y alquilaba las dos alas laterales. Mi familia vivía en la habitación del final del ala derecha. Mi madre todavía habla de esos días: “Los únicos utensilios de cocina que teníamos eran un armario de madera contrachapada y una estufa de queroseno”. A eso agrega sin falta que la casera y las otras anfitrionas adoraban a mi hermano y se turnaban ansio-
samente para llevarlo sobre sus espaldas. Yo nací en esa casa. A veces, trato de imaginar el día en que vine al mundo. Era a finales de febrero, por lo que no habrían escatimado en briquetas de carbón para mantener la habitación caliente a medida que se acercaba la fecha. ¿Quién habría sido la primera persona en recibirme del útero de mi madre? ¿Qué pensarían aquellas personas al oírme llorar?
En torno al grifo comunal
Cuando pienso en esa vieja casa en Suwon, capital de la provincia de Gyeonggi, la primera imagen que me viene a la mente es la bomba de agua comunitaria en mitad del patio. Era un toque comunal. Mi madre cebaba esa
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bomba, usando todas sus fuerzas para mover el mango hacia arriba y hacia abajo. Cuando el agua salía, empujada desde el subsuelo, todas las mujeres se sentaban en círculo y lavaban la ropa. Me gustaba sentarme en su estrecha cubierta y mirarlas. Esperando nuestro turno en la bomba, todos nos lavábamos la cara y nos cepillábamos los dientes. Pero fue hace tanto tiempo que no estoy segura de si esas imágenes provienen de mi memoria o son mera ilusión, resultado de capas de imágenes acumuladas durante años. Di mis primeros pasos en ese patio, y por allí seguí moviéndome hasta que pude correr. Me sentaba en el patio, dibujando imágenes en la tierra con los dedos, y haciendo que mi ropa estuviera perpetuamente sucia. También recuerdo llorar cuando los chicos del vecindario iban a jugar a las colinas detrás de la casa y se negaban a llevarme con ellos. Mi hermano, tras haber visto de reojo la tele de la familia del propietario, iba directo a su habitación tan pronto como despertaba por la mañana. Cuando mamá iba a buscarlo por la noche, a menudo la avergonzaba montando un escándalo y llorando porque no quería volver a la nuestra.
El año que nos mudamos a esa habitación alquilada, mamá abrió una cuenta de ahorros por cinco años. Al año siguiente abrió una cuenta de cuatro años, al año siguiente una cuenta de tres, y así sucesivamente. Cuando pasaron cinco años y las cinco cuentas de ahorro vencieron a la vez, ella retiró todo el dinero y nuestra familia compró una casa. Así pudo cumplir su sueño. Nuestro antiguo vecindario no tenía escuela primaria y ella se había prometido a sí misma mudarse antes de que mi hermano alcanzara la edad escolar. “Es posible que hayamos ahorrado y escatimado, pero todavía os damos un huevo cada día”, nos reiteraba a mí y a mi hermano más de cien veces.
Deseos de madre
Nuestro nuevo hogar estaba tan cerca de nuestra escuela que podíamos ir a casa durante los descansos a buscar cualquier cosa que hubiéramos olvidado. Recuerdo vagamente el día que nos mudamos a esa casa. La puerta principal se abría al patio, que no tenía árboles ni hierba. Solo había una letrina en una esquina. Mientras los adultos estaban ocupados llevando nuestras cosas a la casa, me detuve a imaginar
Los que alquilaban habitaciones en nuestra casa venían de todo el país. Les preguntaba su procedencia y luego buscaba esos lugares en un mapa.
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que el patio tenía un gran árbol y un columpio. También me imaginaba cuidando las flores con mi madre. Creía que mis padres pronto conseguirían eso para su amada hija, pero la realidad no fue así. Mis padres despejaron el patio y construyeron una tienda. La casa estaba torpemente dividida por la mitad y mamá abrió un restaurante en la tienda. Mi decepción no acabó allí. La casa tenía tres habitaciones y, pese a todo, no me dieron una propia. Mis padres dormían en la habitación del restaurante, y mi hermano y yo dormíamos con la abuela en la habitación principal. Las otras dos habitaciones fueron alquiladas. La pareja en la habitación más pequeña tuvo un bebé. Pero cuando empezó a gatear y echó a andar, pero aún no corría por el pasillo de madera, se mudaron. El restaurante de mi madre fue un éxito. Compramos un televisor y también una nevera. Luego, años más tarde, agregaron a la tienda un segundo piso con tres habitaciones. El almacén ubicado a la izquierda de la puerta principal fue derribado y allí construyeron otra habitación. Mis padres se convirtieron en propietarios de pleno derecho. Levantaron otro edificio al lado del restaurante y allí se instaló
© Choe Gyeong-ja
“Jungnim-dong, Seúl” (1980) por Kim Ki-chan Niñas cantan y juegan a la goma elástica en un callejón del vecindario después de la escuela, escena poco común en estos días.
un taller de carpintería. El carpintero me hizo una espada de madera que yo siempre llevaba en la cintura. Jugaba en el patio de la escuela hasta el anochecer, y de nuevo mi ropa estaba siempre sucia. Mi madre me azotaba y me regañaba por ser tan descuidada. Pero en parte me gustaba cuando lo hacía. Realmente no me estaba azotando, sino que solo trataba de quitarme la suciedad de los pantalones. Los que alquilaban habitaciones en nuestra casa venían de todo el país.
Les preguntaba su procedencia y luego buscaba esos lugares en un mapa. Todos usábamos la letrina del patio, así que, naturalmente, todos nos cruzábamos en un constante ir y venir. Si tuviera que elegir al inquilino más difícil de olvidar, sería el borracho, de eso no hay duda. Sus ojos estaban constantemente inyectados en sangre, y en verano solo llevaba una camiseta blanca y pantalones cortos de ramio. Cuando nuestros ojos se encontraban, me saludaba amistosamente. Y de vez en
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“Haengchon-dong, Seúl” (1974) por Kim Ki-chan En los primeros años de la industrialización, era muy común que varias familias compartieran casa y cada una ocupara una habitación en alquiler. Generalmente había un grifo comunal y una o varias terrazas en el patio para las tinajas de alimentos fermentados.
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cuando una mujer, aparentemente su esposa, venía a verle y discutían toda la noche. El hombre murió en su habitación. Fue la primera vez que vi una muerte.
Semillas de mis historias
Mi sueño era mudarme de una casa a otra. Siempre envidiaba a los nuevos estudiantes que acababan de llegar al vecindario. Ir a una nueva escuela, volver a hacer amigos, entrar al aula con otra maestra y presentarme a compañeros desconocidos… La sola idea era aterradora, pero era algo que ansiaba hacer al menos una vez. Viví en la misma casa durante toda la primaria, la secundaria y la preparatoria. Como estudiante universitaria, viví un tiempo fuera de casa, pero luego volví. Después de que mi hermano se casara y consiguiera su propio espacio, mi padre se mudó a la antigua habitación de mi hermano. Luego, cuando hace unos 10 años yo me fui, él se mudó a mi antigua habitación. La habitación de mi hermano se convirtió en almacén. Caí en la cuenta de que solo cuando sus hijos se habían independizado, uno por uno, mi madre y mi padre habían podido tener una habitación propia. Mi madre, con ocho hermanos, nunca había tenido una habitación para ella, y lo mismo mi padre, en cuya familia eran cinco hermanos. Después de eso, al ver a gente de la edad de mis padres por la calle, a menudo me preguntaba: ¿cuándo habrán logrado esas personas tener una habitación propia? ¿Nacieron en familias numerosas como mis padres y también comenzaron su vida de casados en una habitación alquilada, tuvieron hijos y después trabajaron hasta dejarse la piel para que sus hijos tuvieran su propia habitación? ¿Acaso leyeron libros infantiles como “World Classics for Boys and Girls”? Es posi-
ble que algunas personas nunca tuvieran una habitación propia en toda su vida, durante 70 u 80 años. Algunas quizá comenzaron a disponer de una habitación para ellas solo tras fallecer su cónyuge. Mis padres aún viven en la misma casa. Es una casa desgarbada, ya que añadían habitaciones de alquiler cada vez que mis padres acumulaban cierta suma de dinero. El vecindario es viejo y ahora está deteriorado, por lo que no es fácil encontrar huéspedes. A menudo voy a cenar con mis padres. Durante muchos años pasé la víspera de Año Nuevo en su casa. Quería despertarme por la mañana y saludar al estilo tradicional a mi nuevo año: “¡Que el Año Nuevo traiga muchas bendiciones!” Pero eso no duró mucho. Cada vez me sentía más cómoda en mi propio espacio, y ahora rara vez duermo en casa de mis padres. Viví en esa casa hasta los 40 años, pero curiosamente solo recuerdo los días de mi infancia allí. Recuerdo el día que jugaba gomujul nori (saltar a la goma elástica) en el callejón con otros niños cuando mi hermano se me acercó y me susurró al oído: “Está aquí”. La televisión en color que tanto habíamos estado esperando había llegado. Todavía puedo recordar claramente la felicidad de ese día. Corrí a casa lo más rápido que pude. Es como si esa niña que jadeaba mientras veía la nueva televisión a color aún viviera en esa casa. Los que se mudaban constantemente, los que discutían y se divorciaron, los que robaban por la noche y se iban sin pagar el alquiler, y aquellos que fueron arrastrados por la policía, esas personas fueron mis vecinos. Esas personas se convirtieron en la semilla de mis novelas. Así pude dar forma a mis historias.
© Choe Gyeong-ja
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REPORTAJE ESPECIAL 2
Vivienda actual: moradas de sueños y deseos
PISOS Y CASAS DE CLASE MEDIA En su libro de 2003 La República de los apartamentos, la geógrafa francesa Valérie Gelézeau describe los complejos de apartamentos como símbolos de la “modernización comprimida” de Corea y como una “alianza a tres bandas entre el Gobierno, los chaebol y la clase media”. Estos omnipresentes edificios de pisos, homogéneos en diseño y estructura, son objeto tanto de deseo como de desdén. Park Hae-cheon Profesor, Departamento de Diseño, Universidad de Dongyang
H
ubo un tiempo en que ver una radiante familia frente a un apartamento de 30 pyeong (unos cien metros cuadrados) y un coche de tamaño medio era una constante en los anuncios de las constructoras coreanas. ¿Cuáles eran esas familias felices que disfrutaban de la opulencia material derivada del rápido crecimiento económico del país? Para responder a esa pregunta, tenemos que retroceder en el tiempo al Seúl de mitad o finales de los 70, concretamente a Gangnam, una zona ubicada al sur del río Han. El rápido desarrollo de esta zona transformó lo que eran tierras de cultivo en una moderna ciudad de grandes
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complejos de apartamentos construidos sobre plano de forma cuadriculada. Los ocupantes de estas nuevas viviendas conformaban una floreciente clase social, la de los trabajadores de “cuello blanco” (salary-man u oficinistas) nacidos durante la década de 1940, cuando la nación coreana se liberó del dominio japonés. Durante su infancia experimentaron las atrocidades de la Guerra de Corea, fueron a la universidad en la década de 1960 y conformaban la fuerza de trabajo para la industrialización de Corea en la década de 1970.
Emerge la clase media
Esta cohorte atravesaba la treintena
cuando comenzaron a construir complejos de apartamentos en el área de Gangnam. Mayormente procedían de otras regiones de Corea, tenían un puesto de trabajo estable, mantenían a su familia y esperaban comprar su primera casa. La política de oferta de vivienda del Gobierno les ofreció una oportunidad de oro para establecerse y empezar una nueva forma de vida en modernos apartamentos, en una zona recién construida. En la década de 1980 fueron bautizados como jungsancheung, literalmente “clase media”. El sistema de precios adoptado por el Gobierno para los nuevos apartamentos por primera vez en 1977 jugó un papel crucial a la hora de permitir
“Apgujeong-dong” (1978) por Jun Min-cho En esta foto de 1978 un agricultor ara su campo, una de las últimas parcelas de cultivo en Apgujeong-dong, al sur del río Han, en Seúl. En solo 10 años, el paisaje de la zona se transformó por completo, pasando de arrozales, huertos y colinas boscosas a una ciudad de lujo llamada Gangnam. © Jun Min-cho
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a estos nuevos residentes de Gangnam unirse a la clase media. Esa medida ha sido desechada y luego reintroducida repetidamente pero, en aquella época, por primera vez se implementó para facilitar una oferta masiva de viviendas a precio asequible y elevar la escasez de oferta. Aquellos que vencieron a la feroz competencia y adquirieron el derecho (bunyanggwon) a comprar uno de esos nuevos pisos pudieron adquirir una casa a precio inferior al del mercado, y posteriormente obtener un buen beneficio cuando el desarrollo urbano hizo subir los precios de las propiedades. A su vez, eso les permitió mudarse a un piso más grande. Así, la clase media creció hasta pasar a ser el pilar de la sociedad coreana a finales del siglo XX. Pero no hay beneficio sin pérdida. La política sobre vivienda derivó en empresas constructoras copiando los planos de planta y los diseños de apartamentos ya existentes. Tenían pocos incentivos para hacer cambios, pues los precios habían sido fijados por el Estado y todos los pisos se vendían incluso sobre plano.
Los complejos residenciales de apartamentos a gran escala emergieron en los nuevos distritos de Seúl durante la década de 1980, y más tarde en la década de 1990 en ciudades planificadas como Bundang, Ilsan y Pyeongchon, que surgieron alrededor del área metropolitana de la capital. Esos complejos eran uniformes en cuanto a distribución y diseño. Apenas introdujeron ligeras modificaciones sobre los primeros apartamentos construidos en Gangnam en la década de 1970 por Korea Land & Housing Corporation y otras empresas de construcción privadas. Los planos de planta de los apartamentos de Gangnam sirvieron como prototipo y fueron copiados en masa para ofrecer un espacio habitacional homogéneo a la población en todo el país.
Nuevo estilo de vida
Vivir en pisos impulsó una transición hacia un estilo de vida que favorecía “sentarse en sillas”. Tradicionalmente, los coreanos se sentaban o se recostaban en el suelo, que se calentaba mediante un sistema de calefac-
1 © Museo de Historia de Seúl
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ción radial, llamado ondol. En vez de usar una cama, dormían en un colchón sobre el suelo. Incluso aquellos que vivían en casas de estilo occidental, con baño y cocina interior, comían y cenaban en una mesa baja, sentados en el suelo, y veían la televisión sentados o recostados en la zona más caliente de la casa. Así, la sala principal, donde cada familia veía junta la televisión, fue bautizada como el “teatro del hogar”. Pero los bloques de apartamentos que surgieron alrededor de Seúl precipitaron la expansión de un estilo de vida distinto, con sofás, escritorios, mesas de comedor y camas, que reemplazaron a los muebles antiguos de la sala de estar, la cocina y el dormitorio. Este nuevo estilo de vida también introdujo cambios en la disposición de las habitaciones. Cuando la gente se sentaba en el suelo, era importante tener los objetos cotidianos al alcance de la mano, y las mesas pequeñas eran un elemento esencial del mobiliario para esa tarea. Pero es fácil levantarse de una silla o un sofá y caminar unos pasos para
2 © imagetoday
1. Típico salón de apartamento de finales de los 70 con un televisor, una mesa, unos sofás y una imagen en la pared. La foto muestra una sala de estar de Samho Apartments en Seocho-dong, Seúl, finalizados en 1978. 2. Interior de un apartamento de reciente construcción con modernos muebles empotrados. La desregulación de los precios de nuevos apartamentos impulsó la competencia entre constructoras, pasando a crear viviendas más lujosas. 3. Jardín de un gran complejo de apartamentos en Ilsan New Town, al norte de Seúl. Parques con estanques, colinas en miniatura con cascadas y esculturas caras son elementos esenciales en los apartamentos de alta gama.
obtener lo que se necesita. Así que, en un ambiente pensado para sentarse en sillas, colocar las cosas a cierta distancia del lugar para sentarse no suponía un gran inconveniente. Más importante que tener los objetos a mano, era ser capaz de localizarlos fácilmente. Para los que vivían en pisos, la visibilidad se convirtió en un elemento más importante en la disposición de los objetos. Cuando la gente se sentaba en el suelo gran parte del tiempo, generalmente los objetos se situaban por encima del nivel de los ojos, por lo que había que mirar hacia arriba. En cambio, cuando la gente comenzó a sentarse en sillas, los objetos se ubicaban a la altura de los ojos o a nivel inferior, así que había que mirar hacia abajo.
Cambiar hábitos de compra
Si los apartamentos de los nuevos distritos de Seúl en los 70 y los 80 provocaron una transición hacia un estilo de vida sentado en sillas, con los consiguientes cambios interiores, las nuevas ciudades del área metropolitana de la capital, con sus enormes complejos de
apartamentos de alta densidad construidos en la década de los 90, impulsaron cambios en la forma de comprar de los coreanos. Hasta entonces, las amas de casa solían ir a pie hasta el mercado local o las tiendas del barrio a comprar comestibles para preparar la cena. Pero al llegar los hipermercados a esas nuevas ciudades trajeron una nueva experiencia. Para muchas familias, ir de compras a esos grandes minoristas se convirtió en una actividad de fin de semana, allí compraban artículos a granel a precios más bajos. Pero esas compras a granel trajeron nuevos problemas. En primer lugar, sin coche, era prácticamente imposible llevar a casa todos los productos que abarrotaban un carro de la compra de 120 litros. En segundo lugar, en casa, haría falta un frigorífico más grande para almacenar todos los comestibles, alimentos congelados, fruta, bebida y otros productos. Impulsadas por esta creciente necesidad de automóviles y grandes frigoríficos, las industrias de automoción y de electrodomésticos vivieron un gran auge.
Apartamentos de lujo
3
El estilo de vida moderno que se expandió en paralelo a la proliferación de bloques de apartamentos, cambió totalmente tras la crisis financiera asiática de 1997. El Gobierno decidió levantar la limitación de precios de nuevos apartamentos para rescatar a la tambaleante industria de la construcción, lo que a su vez estimuló a las empresas de construcción del sector privado a aventurarse en construir apartamentos de “lujo” más grandes. Estos complejos residenciales y comerciales de gran altura aparecieron por primera vez en Yongin, a las afueras de la zona metropolitana de la capital, y luego se extendieron a Daechi-dong en Gangnam, y a Jeong-
© Cheonglam Landscape
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© imagetoday
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La política sobre vivienda derivó en empresas constructoras copiando los planos de planta y los diseños de apartamentos ya existentes. Tenían pocos incentivos para hacer cambios, pues los precios habían sido fijados por el Estado y todos los pisos se vendían incluso sobre plano. Zona residencial en Sejong, una nueva ciudad administrativa multifuncional en la provincia de Chungcheong del Sur, densamente poblada de edificios de apartamentos de gran altura. Desde 2018, más del 60% de la oferta de vivienda del país son apartamentos, y la cifra aumenta cada año.
ja-dong en Bundang. Con la remodelación de antiguos complejos de apartamentos en Gangnam, la tendencia “post-Gangnam” había comenzado. El aumento en los precios de los apartamentos, impulsado por cambios estructurales en el mercado de activos, fue el catalizador para elevar a un nivel completamente distinto los espacios interiores. Las salas de estar y las cocinas se volvieron más espaciosas, los muebles empotrados se convirtieron en algo común, y llegaron acabados interiores más extravagantes. Aunque había preocupación por el uso de sustancias peligrosas como materiales de construcción, pues algunos provocaban el “síndrome de casa enferma”, asociado con problemas como dermatitis atópica, la tendencia no pudo frenarse. Frigoríficos de doble puerta, neveras para kimchi, lavadoras de carga frontal de estilo europeo y las islas de cocina llenaban cocinas de gran tamaño, mientras que muebles antiguos de estilo europeo de origen desconocido y cuadros de jóvenes artistas ocupaban rincones en salones y recibidores. A medida que la sala de estar se hacía más grande, también aumentaba el tamaño de la pantalla del televisor. Y la limpieza se dejó en manos de un robot aspirador. En la cima de esa tendencia estaban los frigoríficos de gama alta. Tras el enorme éxito de los frigoríficos con diseños glamurosos creados por André Kim (1935-2010), un famoso diseñador de moda, los fabricantes de electrodomésticos de consumo sacaron a la venta productos similares, apodados como “electrodomésticos artísticos” o “electrodomésticos a la moda”. Estos aparatos estaban decorados con pedrería o cuero sintético, y se fabricaban en colaboración con diseñadores de vanguardia. De hecho, la famosa máxima del diseño moderno que
predica “la forma sigue a la función”, en este caso fue reemplazada por “la forma sigue al precio de los pisos”.
Atracción por espacios verdes
A mediados de la década pasada, los constructores cambiaron su enfoque y pasaron del espacio interior al espacio exterior al reconstruir los antiguos complejos de apartamentos en Gangnam. Las zonas de aparcamiento, que antes ocupaban la mayor parte del espacio exterior de estos complejos, se ocultaron bajo tierra. Fueron sustituidas por lujosos espacios verdes con estanques, puentes, colinas artificiales, arroyos, áreas de descanso, piscinas para niños y senderos para caminar rodeados de plantas y árboles ornamentales. La idea era crear espacios al aire libre y comodidades que recrearan el aspecto y la sensación de un complejo vacacional donde los residentes pudieran relajarse de la vida cotidiana. El auge del mercado de activos y la creciente polarización de ingresos en la primera década del siglo XXI fueron los principales impulsores de esta tendencia que trajo la desregulación del precio de los apartamentos. Al mismo tiempo, comenzaron a entrar en el mercado coreano marcas extranjeras de muebles y de decoración del hogar asequibles a todos los bolsillos, y rápidamente ganaron popularidad entre la gente joven que aún no había comprado una casa. La clase media coreana del siglo XX, cuyo símbolo era tener un piso y un coche en propiedad, se desvanecía en la historia. No obstante, la política de oferta de vivienda del Gobierno obtuvo significativos resultados en el largo plazo: actualmente, los apartamentos suponen más del 60% de la vivienda total de Corea.
CULTURA Y ARTE DE COREA 15
Mismo espacio, distintas vidas “Evergreen Tower” (2001), una serie de retratos familiares del artista fotográfico Jung Yeon-doo, muestra a 32 familias que viven en un mismo edificio de apartamentos en Seúl. ¿Cómo viven esas personas en espacios casi idénticos? ¿Qué intenta mostrar el artista?
Park Hae-cheon Profesor, Departamento de Diseño, Universidad de Dongyang
“Evergreen Tower” (2001), de Jung Yeon-doo Seis imágenes de una serie de 32 fotos
E
vergreen (o “Sangnok”) Tower, el esce-
existentes cuando los inquilinos se mudaron.
sala de estar.
nario de esta serie de fotos, es un edifi-
Las 32 casas tienen las mismas luces del
Para esa tarea, repasamos un ensayo del
cio de apartamentos terminado en 1996 en
techo y el mismo decorado. Es como si nin-
crítico literario Kim Hyun (1942-1990) de fina-
Gwangjang-dong, al sureste de Seúl, cons-
guno de los inquilinos hubiera cambiado los
les de la década de 1970, titulado “Literature
truido por POSCO para destinarlo a vivien-
accesorios que instaló la constructora al ter-
of Our Era: Thick Life and Thin Life”. Describe
das de alquiler para empleados que llamó la
minar el edificio. Las diferencias las marcan
las particularidades del interior de los aparta-
atención de la comunidad arquitectónica. A
las personas, los muebles y los artículos para
mentos, en base a su propia experiencia tras
diferencia de los típicos edificios de aparta-
el hogar.
vivir en uno de los primeros complejos de
mentos de hormigón armado, fue el primer
Eso implica que todo lo que no se pue-
edificio residencial con estructura de acero
de mover es exactamente igual en cada
en Corea. La torre de 25 pisos también tenía
sala de estar, mientras que lo que sí puede
bloques de Seúl con vistas al río Han, de la siguiente forma: “En un apartamento, los objetos pierden
un muro cortina de aluminio, otra tecnología
moverse refleja una variedad considerable,
su volumen y se funden en una imagen pre-
nueva en la Corea de entonces. Sin embargo,
mostrando claramente la personalidad de los
existente, como las líneas de un avión. Todo
las salas de estar de las fotos son muy simi-
ocupantes. Como los residentes no son pro-
se distribuye en una superficie plana, y por
lares a las de cualquier otro apartamento.
pietarios de los apartamentos, tiene sentido
tanto todo se muestra a la vez. No hay lugar
que su esfuerzo por decorar se limite a mue-
para esconderse en un apartamento, ya sea
bles y objetos móviles. No obstante, pueden
una persona o un objeto. Todo está abierto,
Lo primero que llama la atención en estos
apreciarse indicios de un aspecto muy im-
pero esa apertura, sin embargo, no expresa
apartamentos es cómo el diseño interior de
portante que comparten la mayoría de los
profundidad: es una apertura superficial”.
cada sala de estar mantiene los elementos
apartamentos coreanos: el orden visual de la
Orden visual
16 KOREANA Primavera 2020
Por tanto, en el interior de un apartamen-
© Jung Yeon-doo
to todo está inevitablemente expuesto, no
den desde los cuatro vértices de la ventana
En sus fotografías, Jung Yeon-doo capta
hay lugar para esconder nada. Precisamente
siguen los bordes de las paredes hasta sec-
el orden evolutivo de la sala de estar del
por eso, la mirada adquiere una fuerza om-
cionar el orden tridimensional de la mirada.
apartamento. Sobre un idéntico fondo, com-
nisciente y todopoderosa, y el espacio donde
Pero ese orden carece de profundidad: es
puesto por las luces del techo y el papel ta-
esa fuerza alcanza su plenitud es la sala de
superficial. En contraste con la función del
pizado, y una capa de muebles alineados en
estar. Sin resistencia, los objetos en la sala de
punto de fuga, ese plano vacío genera hori-
forma de “cine en casa”, cada foto contiene
estar quedan pasivamente inermes ante la
zontalidad.
un estrato familiar con distintas poses. Esas
mirada de cualquiera que entre por la puerta
tres capas parecen disponerse una sobre
principal, y su identidad expuesta se convier-
Cada uno por su cuenta
te en “una imagen ya amortizada, como las
El orden visual de la sala de estar así estruc-
Así, “una vez han perdido su volumen
líneas de un avión”.
turado sufrió una transformación durante la
original”, esas tres capas se aplanan entre sí.
otra como imágenes de un libro desplegable.
Aquí destaca el papel de la ventana de la
década de 1980, cuando el salón fue redis-
Kim Hyun escribió una vez que los aparta-
terraza, que ocupa una pared completa de
tribuido hasta convertirse en una especie de
mentos “personificaban” la forma de pensar
la sala de estar. Al entrar en la sala de estar,
“cine en casa”. Hasta entonces, en estructu-
de la clase media coreana. Jung Yeon-doo
la mirada se dirige automáticamente hacia
ras residenciales previas, como las viviendas
complementa esa afirmación: aunque los
esa ventana, fuente de iluminación para el
unifamiliares, los televisores generalmente
coreanos intenten hacer que sus apartamen-
interior. Pero el papel de la ventana no ter-
estaban en el dormitorio principal. Pero a
tos sean diferentes, son el escenario de un
mina ahí. También sirve como una especie
medida que el estilo de vida de sentarse en
“dulce hogar” que representa la identidad
de “punto de fuga”, que muestra la sala de
sillas en vez de en el suelo se hizo más co-
de formas no tan distintas. Son la puesta en
un vistazo. Las líneas rectas que se extien-
mún, la televisión pasó a la sala.
escena de la felicidad.
CULTURA Y ARTE DE COREA 17
Buenos recuerdos grabados Una “chica de apartamento” nacida en Dunchon Jugong Apartments, al extremo sureste de Seúl, tras vivir allí durante 17 años y al ver que los apartamentos desaparecerían por el desarrollo y la remodelación, comenzó a documentar su “ciudad natal” para preservar la memoria del complejo.
Lee In-kyu Editora de “Hi-Bye, Dunchon Apartments”
L
os apartamentos Dunchon Jugong, ter-
Cuando paseaba por sus serpenteantes sen-
a casa de la escuela a diario, tiraba mi bolso
minados en 1980, nacieron bajo la políti-
deros, sentía como si caminara por un bos-
en mi habitación y salía rápidamente. Corría
ca de suministro de viviendas a gran escala
que. Las abuelas salían y, sentadas en sillas
bordeando el césped hasta el patio cerca de
del gobierno coreano (fueron construidos
ubicadas a la entrada o en los bancos de los
casa, y allí me quedaba hasta que mi madre
por la Corporación de Tierras y Viviendas de
parques infantiles, charlaban todo el día. Era
asomaba la cabeza por la ventana del sépti-
Corea, cuyo nombre abreviado es “Jugong”).
un barrio agradable y tranquilo.
mo piso y me llamaba para cenar.
de menos de 10 pisos de altura, se alineaban
Mi amada ciudad
gún amigo que vivía en un bloque en otra
en una parcela de unos 150 acres, que la
Desde que eché a andar con mis pies pe-
parte del complejo, y la vista desde la venta-
gente bautizó como “cajas de cerillas”. Pero
queños y regordetes, subía y bajaba las
na del salón siempre era totalmente nueva
realmente era un lugar hermoso.
escaleras del apartamento. Hice mis prime-
para mí. Ese vasto complejo era como un
ros amigos en el patio de nuestro bloque, y
patio de recreo gigante donde no importaba
Más de 100 bloques de apartamentos, todos
Los bloques de apartamentos estaban
De vez en cuando visitaba la casa de al-
bastante separados, y mediaba cierta exten-
con esos amigos fui a la escuela de primaria
cuánto explorases, porque siempre hallabas
sión de jardín y pequeñas colinas entre ellos.
ubicada dentro del complejo. Cuando volvía
lugares nunca antes vistos. El paisaje del vecindario también cambiaba con las estaciones. En primavera, los
1
cerezos de cornalina amarilla en la colina detrás de nuestra casa eran los primeros en florecer, mientras que las magnolias blancas y las rosadas flores de cerezo llegaban algo después. Un poco más tarde, era hora de agacharse entre la hierba a recoger artemisa con mi madre, que luego llevábamos a la tienda del molinero local para hacer fragantes pasteles de arroz verde, que compartíamos con nuestros vecinos. Cuando hacía suficiente calor como para salir con solo una chaqueta ligera, florecían los árboles de lila y las acacias blancas, y todo el vecindario se impregnaba de su profundo aroma. En torno a esa época, podíamos es-
© Raya
18 KOREANA Primavera 2020
y en pleno verano surgían los chillidos de las
bajos y sus grandes espacios abiertos entre
cigarras. Cuando llegaba el otoño, ese paisa-
bloques, era un lugar muy agradable para
je sonoro era reemplazado por el canto de
vivir. Pero desde el punto de vista de la “ren-
los grillos.
tabilidad”, estas virtudes tenían otra lectura.
A medida que crecía y descubría el ciclo
Al ser unos de los pocos complejos de
de las estaciones, los árboles - una vez pe-
apartamentos de baja densidad que que-
queños y delgados- crecían junto a mí, mar-
daban en Seúl, la reurbanización del lugar
cando los años con sus anillos. Mi familia se
prometía enormes beneficios. Una vez esta-
mudó de casa cuando yo estaba en la escue-
blecida la sociedad para la reconstrucción, el
la secundaria y cuando volví al vecindario por
complejo comenzó rápidamente a mostrar
primera vez desde entonces, ya con 30 años,
signos de dejadez. En poco tiempo, los resi-
esos árboles eran grandes y frondosos, y lle-
dentes dejaron de cuidar la apariencia de sus
gaban hasta el quinto piso de los bloques de
hogares y del vecindario. Y aunque la remo-
apartamentos.
delación fue increíblemente lenta, continuó
2
© Lee In-kyu
dad”, el complejo Dunchon, con sus edificios © Ryu Jun-yeol
cuchar el sonido de ranas croando a lo lejos,
3
avanzando constantemente, paso a paso.
Habitabilidad y rentabilidad Mientras todo un bosque crecía dentro del
El último adiós
complejo Dunchon, fuera de él surgían edi-
Cuando llegaron las señales de inminente
ficios por todas partes. Una vez Seúl quedó
remodelación, simplemente no podía creer
totalmente repleto, construyeron nuevas
que mi ciudad natal, el lugar que atesoraba
ciudades en todo su perímetro, ampliando la
todos los recuerdos de mi infancia, desapa-
expansión urbana. Pero esa expansión solo
recería sin dejar rastro. Y eso no me sucedía
provocó una mayor convergencia de cosas
solo a mí: sentía como si todo el tiempo allí
y personas en el área metropolitana. Poste-
pasado, los preciados recuerdos allí cultiva-
riormente, tras la crisis financiera asiática de
dos, y hasta las relaciones de los que habían
1997, Corea fue arrastrada por el neolibera-
convivido allí, se evaporarían hasta quedar
lismo y muchas cosas cambiaron. La gente
en nada. Antes de que eso ocurriera, igno-
quería su propia “gallina de los huevos de
rando si era inadecuado, quería crear algún
oro” y la remodelación de apartamentos se
tipo de registro. Entonces, en 2013, publiqué
convirtió en la “llave mágica” para realizar
un libro y abrí una página de Facebook para
ese sueño. La demolición de los viejos edifi-
comenzar un proyecto que bauticé como “Hi-
cios de poca altura y la construcción de blo-
Bye, Dunchon Jugong Apartments”.
ques de apartamentos mucho más altos en
Inesperadamente, muchos residentes,
su lugar, indicaba que las empresas podrían
previos y actuales, que temían ser privados
obtener tanto beneficio como cantidad de
de ese lugar. El trabajo de documentar un
hogares lograran acumular en una misma
vecindario que estaba a punto de desapare-
parcela de tierra.
cer creció y continuó, y ahora abarca cuatro
Mi ciudad natal tampoco pudo evitar el
libros y el documental “Una larga despedida”.
curso de los acontecimientos. Se comenzó
En otoño de 2017, cuando casi todos los
a hablar de reurbanización a principios de la
residentes ya se habían ido y la demolición
década del 2000, unos 20 años después de la
estaba por comenzar, muchas de esas per-
construcción del complejo, y en 2003 se creó
sonas volvieron para despedirse. Dos años
un comité para impulsar la reconstrucción.
después, el vasto complejo desapareció y
Visto desde la perspectiva de la “habitabili-
quedó extinto, como los dinosaurios.
4
5
1. Dunchon Jugong Apartments, terminados en 1980, sumaban 143 bloques y un total de 5.930 hogares. Los planes de reconstrucción del complejo se firmaron en 2017 y la demolición se completó antes de acabar 2019. En su lugar construyen una “mini ciudad” que albergará 10.032 hogares en 150 acres. Se completará en 2022. 2. Árbol del amor en plena floración al llegar la primavera (jardines de los apartamentos Dunchon Jugong). 3, 4, 5. Dunchon Jugong Apartments cambiaba de aspecto cada temporada, cuando las flores de sus distintos árboles brotaban a la vez. Abajo, una joven Lee In-kyu (de rojo), autora del artículo, juega con su hermano en el patio cubierto de nieve.
CULTURA Y ARTE DE COREA 19
REPORTAJE ESPECIAL 3
Vivienda actual: moradas de sueños y deseos
SOLUCIONES COMPARTIDAS Los exorbitantes precios de las viviendas y la pérdida del sentido de comunidad en las ciudades están cambiando la tendencia del mercado inmobiliario, y emergen soluciones que apuestan por compartir espacios y por llevar una vida más saludable, a un coste asequible. Park Seong-tae Director Ejecutivo, Fundación Junglim
E
n paralelo a las décadas de industrialización y urbanización, la vida residencial en Corea ha experimentado cambios radicales. En particular, la cultura comunitaria del pasado prácticamente ha desaparecido, pese a que solo una pared separa los hogares en los elevados complejos de apartamentos actuales. De hecho, los vecinos se han vuelto emocionalmente distantes, y encuentran incómoda la interacción. En 1950, cuando estalló la Guerra de Corea, Seúl tenía 1,5 millones de residentes. A raíz del conflicto, la población de la capital aumentó exponencialmente. El baby boom de la posguerra, que comenzó a mediados de la década de 1950, se superpuso con un fuerte crecimiento económico que creó más y más empleos urbanos. Para 1990, la población de Seúl alcanzaba 10 millones. La única solución para acomodar a toda esa población, en explosivo aumento, fue construir complejos de apartamentos a gran escala. Pero a medida que el valor inmobiliario aumentaba en los vecindarios más deseados, los apartamentos pasaron a
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ser vistos como objetos de deseo material y como inversión, más que como un lugar para vivir. También promovieron un “individualismo colectivo”, conflictos entre residentes y desconexión. Hoy, una mayor movilidad y la ruptura de lazos tradicionales entre individuos y familias han llevado a la desintegración de las comunidades. La realidad es que, aunque las personas parecen haber acumulado más riqueza, no muchos pueden decir que sean más felices. La pérdida del sentido comunitario restringe las conexiones sociales, que son las que nutren el bienestar emocional y la interacción. Para contrarrestar esa tendencia, en la década de 2010 surgieron nuevas soluciones habitacionales basadas en la convivencia, como casas compartidas y cooperativas de vivienda.
Hogares unipersonales
Los hogares de una y dos personas subyacen a los rápidos cambios en la cultura de la vivienda de Corea. Hasta la década de 1980, el número de hogares individuales era estadísticamente insignificante. En 2018 sumaban como el 30 por ciento de todos los hogares, y
si añadimos el número de hogares con dos personas, hablamos de más del 40 por ciento, tendencia que seguramente crecerá. El número de casas vacías también ha aumentado constantemente. En 2019, había 1,4 millones de hogares desocupados y abandonados en todo el país, con casi 3.000 solo en Seúl. Durante mucho tiempo, comprar una casa fue un objetivo de por vida para muchos coreanos. Sin embargo, el desglose de la vida familiar, el aumento del número de hogares de solteros y de parejas sin hijos, y los exorbitantes precios inmobiliarios, han afectado al deseo de comprar una vivienda. Las unidades residenciales se consideran cada vez más como lugares para usar, en vez de para poseer. Como reflejo de esta percepción cambiante, la cantidad de estudios y micro-apartamentos para una persona (officetel) en edificios de usos múltiples ha aumentado considerablemente. Al multiplicarse estas soluciones habitacionales, a su vez, ha aumentado el aislamiento social. El co-housing (un tipo de vivienda compartida) disminuye el aislamiento social sin sacrificar la privacidad. Aun-
que aún no es un concepto muy extendido, los últimos años ha ido ganando terreno y se prevé que tenga una mayor expansión. Algunos ejemplos notables incluyen la Casa Tongui-dong de la Fundación Junglim, la Casa Uhjjuhdah de la Oficina de Arquitectos SAAI y las viviendas administradas por Woozoo. Gran parte de las casas compartidas son edificios remodelados. Pero la casa Tongui-dong en el distrito de Jongno, en el centro de Seúl, fue diseñada y construida específicamente para co-housing. La Fundación Jun-
glim y el estudio de arquitectura Seoul Social Standard se tomaron su tiempo para reflexionar sobre un eficiente uso de los recursos, y minimizar las molestias que pudieran surgir al vivir con extraños.
Distribución de recursos
El estilo de vivienda actual preferido por los solteros es un officetel, que generalmente incluye un dormitorio, cocina y baño en un pequeño espacio. Sus ocupantes tienen total privacidad y no necesitan interactuar con los vecinos. Pero los edificios de co-housing
fomentan la interacción y las relaciones comunitarias, pues estas mini-viviendas no son tan independientes. Por ejemplo, la casa Tongui-dong tiene capacidad para siete personas. El dormitorio privado de cada residente es relativamente pequeño. Se hizo así para dejar más espacio a una gran cocina comunitaria de más de 10 pyeong (unos 33 metros cuadrados), donde los residentes pueden socializar y compartir comida, si así lo desean. Los baños y la lavandería también son zonas comunes, y dejan más espacio para los salones.
Residentes de una casa compartida que gestiona la empresa social Woozoo charlan en la sala de estar. Para crear un ambiente armonioso, la compañía valora los gustos comunes e intereses compartidos al seleccionar a los inquilinos.
© Woozoo
CULTURA Y ARTE DE COREA 21
1
1, 3. El primer piso de la Casa Tonguidong de la Fundación Junglim, en el distrito de Jongno, Seúl, lo ocupa la oficina de esa entidad. Los residentes pueden usarlo como biblioteca y asistir gratis a las charlas de la fundación y a otros eventos. 2. Tongui-dong House tiene tres plantas y siete habitaciones entre el segundo y tercer piso. Para maximizar el espacio compartido de cocina, sala de estar y baños, redujeron el tamaño de las habitaciones, pero todas poseen una gran ventana y un espacio eficiente de almacenamiento.
2 © Rooming
22 KOREANA Primavera 2020
3 © Kim Yong-kwan
En su libro de 2015 Cómo prosperar en la Próxima Economía: diseñar hoy el mundo del mañana, el futurólogo John Thackara cita a los psicólogos de la Universidad de Harvard al describir que los humanos se inclinan más a cooperar que a competir por recursos limitados. Él predice que la economía compartida se convertirá en una constante en nuestras vidas futuras, y que el valor de uso (la utilidad de un producto básico), superará el valor de cambio (el precio de mercado del producto básico). Un entorno de vida comunal evita que los inquilinos tengan que comprar artículos para el hogar, como electrodomésticos de cocina, por ejemplo, porque los muebles son compartidos, lo que reduce el desperdicio. Los edificios de unidades residen-
ciales pueden sentirse desolados cuando sus ocupantes se marchan durante la jornada laboral. Pero los edificios de uso mixto, que albergan tanto a residentes como locales comerciales, como una cafetería o una tienda, ofrecen mayor frecuencia de oportunidades para interactuar entre los residentes. La Fundación Junglim ocupa el primer piso de la Casa Tongui-dong, que usa ese espacio para foros y reuniones. La fundación también recibe las entregas de los inquilinos cuando están fuera y, como sus luces están siempre encendidas, los inquilinos pueden sentir como “si la familia les recibiera” al llegar por la noche.
Comunidad libre
¿Se puede considerar el co-housing como una comunidad? Quizá no, pero
eso es en última instancia un punto discutible. Lo que la vivienda compartida busca restaurar no es la comunidad per se, sino un cierto “sentido de comunidad”. En la Corea preindustrial había mucha menos movilidad, por lo que las familias, amigos y conocidos tendían a quedarse en su zona de origen. Se involucraban en los temas de los demás, a menudo hasta el punto de considerarse entrometidos, según los estándares actuales. La vivienda compartida aspira a un sentido de comunidad que adopte las virtudes de la vida tradicional, pero rechace sus aspectos negativos. Esta es una “comunidad libre” donde sus integrantes no se sienten solos o aislados, y se ayudan mutuamente si es necesario, al tiempo que mantienen cierta distancia. Por ejemplo, no cabe esperar que aquellos que comparten un edificio de apartamentos lleven a un vecino enfermo al hospital. Pero en una comunidad libre, idealmente, sus integrantes sí actuarían ante una situación así. En el co-housing, mantener el respeto por la privacidad personal es de suma importancia. En consecuencia, en Tongui-dong House, las áreas comunes privadas y compartidas están separadas en diferentes pisos. También se exige que los residentes cumplan normas de la casa, como guardar los zapatos en armarios individuales, en vez de dejarlos afuera en la entrada común, o usar la lavandería solo durante las horas designadas. Incluso a veces los propios residentes establecen las reglas que consideran oportunas. Curiosamente, aquellos residentes que optaron por este modelo esperando una comunidad más unida o ansiosos por crear lazos íntimos, son generalmente los que antes se marchan, después de un corto plazo. A día de hoy, las personas desconfían de una proximidad excesiva. Esa es una de
CULTURA Y ARTE DE COREA 23
El co-housing disminuye el aislamiento social sin sacrificar la privacidad. Aunque aún no es un concepto muy extendido, los últimos años ha ido ganando terreno y se prevé que tenga una mayor expansión. © Fundación Junglim
Los residentes de la Casa Yongdu-dong se relacionan en una fiesta en la cocina y comedor comunales. Seis hogares comparten este espacio co-living al este de Seúl. Cuenta con un pequeño teatro, una librería-cafetería, una biblioteca y una sala de estudio para niños, entre otros espacios comunes.
las razones por las que la empresa de viviendas compartidas Woozoo apuesta por reunir a inquilinos con intereses similares, como casas para futuros empresarios o mujeres aficionadas al béisbol.
Centro de vecindad
Además de las casas compartidas para personas solteras, las cooperativas de vivienda para familias de dos o más integrantes también aumentan constantemente. El caso más exitoso es Sohaengju (literalmente “casa feliz con comunicación”) en la villa del monte Seongmi, al oeste de Seúl,
24 KOREANA Primavera 2020
donde conviven nueve hogares. Mientras que generalmente los constructores suelen crear una casa o un edificio de apartamentos primero, y luego buscan los inquilinos, los residentes de esta villa participaron en la construcción de sus casas desde la etapa de planificación y diseño. Los gustos individuales, como disponer de ático o terraza, se acomodaron lo mejor posible a las preferencias, para dar a cada unidad un carácter único, como si fueran casas independientes. Hay espacios separados para cuidado de niños, comidas y reuniones comunitarias. Cada hogar pagó el precio de un pyeong (3,3 metros cuadrados) por esos espacios comunes. También hay un trastero colectivo, donde los residentes pueden guardar las cosas que usen con poca frecuencia, y el edificio además alberga tres empresas comunitarias. Terminada de construir en 2018, Yongdu-dong House, al este de Seúl,
es una residencia co-living para seis hogares: una pareja de 70 años, otras parejas de 30 a 40 años, una familia con cuatro hijos y otra de tres hijos. Comparten cocina, lavadero y pequeña biblioteca. Probablemente, el mayor atractivo de estas casas comunitarias orientadas a la familia sea el cuidado infantil compartido. Los niños juegan y duermen libremente en la casa de los demás, y los adultos cuidan de los niños de otras familias. Otro objetivo de Yongdu-dong House es crear vecindad, ser centro de vecindario. Entre los residentes hay un profesor de idioma coreano para estudiantes extranjeros; estos estudiantes comen en la cocina compartida y estudian en la biblioteca. Del mismo modo, si los padres no pueden recoger a sus hijos de las guarderías debido al trabajo, los maestros los llevan hasta la zona común, donde pueden jugar con otros niños hasta que regresen a casa.
La belleza de lo pequeño ¿Cómo es la casa de grande? ¿Está ubicada en un buen distrito escolar? ¿Cuánto se revalorizará? La mayoría de los coreanos haría este tipo de preguntas para determinar el valor de una casa. Sin embargo, recientemente, cada vez más personas quieren construir una casa pequeña pero singular, donde llevar una vida más simple.
M
uy pocos coreanos viven en la casa de
a la generación anterior, o parejas de ancia-
su infancia. Si sus padres no hubieran
nos cuyos hijos se habían independizado.
podido comprar una casa, la familia habría
Comenzaron a construir pequeñas casas con
tenido que mudarse constantemente cada
patio en modestas parcelas de tierra com-
dos años, a medida que expirasen los con-
pradas en la ciudad, o en terrenos económi-
tratos de arrendamiento. Y si los padres hu-
cos en los suburbios.
bieran comprado una casa y su valor hubiera
Cortesía de “Monthly Green Friendly House”
Con una gran cocina, un acogedor ático
aumentado, probablemente la habrían ven-
y una biblioteca o sala de música, cada casa
dido para mudarse a otra casa más grande
refleja el carácter personal de sus ocupantes,
y bonita, o a un mejor distrito escolar, para
como si fuera un traje a medida diseñado
aumentar las posibilidades de sus hijos de ir
por sus dueños. La mayor satisfacción pro-
a una mejor universidad.
viene de vivir en una casa única en su estilo y que no podrán ver en ningún otro lugar,
Redefinir valores
rompiendo abruptamente con la costumbre
La “casa maní” (casa dúplex) surgió en los
de vivir en apartamentos clonados y sin per-
medios de comunicación coreanos hace
sonalidad.
unos 10 años, como atractiva opción a los apartamentos estándar. Un dúplex alude a
Expansión vertical
dos unidades de vivienda idénticas, unidas
Estas pequeñas casas pueden adoptar gran
entre sí y separadas por una pared común
variedad de formas y diseños en base a la
(chalet adosado). El nombre proviene de la
topografía de los sitios donde se ubican, al
imagen de dos cacahuetes en una cáscara,
entorno y la estructura familiar de sus habi-
y es la opción más barata para aquellos que
tantes, así como a sus preferencias.
desean construir una casa unifamiliar, pues
La mayoría de las personas que optan
los dos hogares dividen el coste del terreno
por una casa pequeña no son particularmen-
y la construcción.
te acaudaladas. Pero comprar un terreno y
Seroro es una residencia de cinco pisos sobre una parcela de 33,7m² junto al Muro de la Ciudad de Seúl, en Changsin-dong, distrito de Jongno, Seúl. Como su nombre indica, la casa es una coreografía vertical. Cada piso ofrece un espacio distinto. De abajo hacia arriba son garaje, sala de trabajo, cocina, dormitorio y vestidor y baño.
con niños necesitan más espacio. Un ático o una división sobre plano para agregar más altura a una habitación, pueden ser opciones viables. Al pasar del amplio diseño horizontal de una casa tradicional de un solo piso, a una “casa maní” de dos pisos, la escalera puede actuar como pasillo. Las habitaciones de los niños y de los padres suelen estar en pisos separados, para garantizar más privacidad. En un apartamento de una altura, los niños adolescentes cierran sus puertas para tener
La gente se sintió atraída por el concepto
construir una casa con un presupuesto aco-
de crear un espacio vital de carácter singular
tado conlleva ciertos inconvenientes. Como
sario si las habitaciones están en pisos dife-
a precio asequible. Los adosados ganaron
el terreno es limitado, la solución para au-
rentes. El diseño a dos niveles crea espacios
popularidad particularmente entre aquellas
mentar el espacio habitable es construir ver-
únicos, cada uno con un encanto singular,
familias cansadas de vivir en apartamentos,
ticalmente. Para las parejas, una casa de dos
y facilita la interacción familiar al conectar
o entre parejas jóvenes con valores distintos
pisos puede ser suficiente, pero las familias
efectivamente las zonas separadas.
algo de privacidad, pero esto resulta innece-
CULTURA Y ARTE DE COREA 25
REPORTAE ESPECIAL 4
Vivienda actual: moradas de sueños y deseos
© imagetoday
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EL RENACER DEL HANOK Antaño consideradas incómodas y poco aptas para la vida moderna, las casas tradicionales coreanas experimentan un renacer. Los Hanok, conservados gracias a las restricciones al desarrollo impuestas en los barrios históricos de las grandes ciudades, recobran protagonismo como atractivos espacios comerciales y como vivienda diaria. Jeon Bong-hee Profesor de Arquitectura, Universidad Nacional de Seúl
P
obre aire acondicionado, mal aislamiento del ruido exterior y del clima, problemas de seguridad… Estas son algunas de las cuestiones prácticas que llevaron a considerar las casas tradicionales coreanas como no aptas la vida moderna. Pero una vez resueltos esos inconvenientes, los hanok rehabilitados son apreciados por su singular belleza.
Presencia en el centro
La revalorización del hanok comenzó en las zonas más antiguas del centro de la ciudad, donde los grupos de casas tradicionales no se vieron afectados por el desarrollo urbano. Entre esas áreas, en Seúl destaca Bukchon. Ubicado cerca de instituciones estatales relevantes, como Cheong Wa Dae, la oficina presidencial, y entre dos palacios de la era Joseon, Gyeongbokgung y Changdeokgung, el vecindario estaba sujeto a regulaciones que restringían la construcción de edificios de
gran altura. Bukchon, que literalmente significa “vecindario del norte”, logró mantenerse intacto con sus serpenteantes callejones, coronados con casas viejas y destartaladas. A finales de la década de 1980 las normativas se relajaron, llevando a la aparición fortuita de pequeños edificios de tres o cuatro plantas. Después, la burbuja inmobiliaria explotó a raíz de la crisis financiera asiática de 1997, creando conciencia de que el desarrollo imprudente y desmedido no beneficiaba ni a los propietarios ni a la gente. Al final, el gobierno metropolitano de Seúl redactó un plan para preservar las casas tradicionales como un activo singular del vecindario. Estos clústeres de hanok habían perdido atractivo en general, pero al estar ubicados en el centro de la ciudad tenían un enorme potencial comercial. Al llevar a cabo el desarrollo urbano, los gobiernos municipales
Creado durante el periodo colonial (1910-1945) para competir con los comerciantes japoneses que dominaban el mercado local, el poblado hanok de Jeonju es ahora un famoso enclave turístico. Las tejas superpuestas de más de 600 casas ofrecen una panorámica impresionante.
intentaron aprovechar ese potencial al máximo como atractivo turístico. Así, las casas tradicionales fueron renovadas y transformadas en cafés, tiendas, hospitales, bibliotecas y centros de servicio comunitario, entre otras instalaciones. Ahora, muchos coreanos disfrutan de esos espacios comerciales instalados en los hanok, aunque viven en modernos complejos de apartamentos, exactamente al revés que al comenzar la modernización del país, cuando la mayoría de la gente vivía en un hanok y vestía ropas tradicionales, aunque trabajaban en edificios de estilo occidental. La regeneración de los clústeres de hanok comenzó en Seúl y luego se extendió a otras ciudades provinciales. Como el desarrollo urbano de Corea, que comenzó a fines del siglo XX, se enfocó en crear nuevos centros urbanos a las afueras de las ciudades, las zonas tradicionales del centro cayeron en el abandono. Para evitar que los barrios históricos con sus laberintos de callejuelas y pequeños edificios se convirtieran en barrios marginales, surgió como opción viable transfor-
CULTURA Y ARTE DE COREA 27
marlos en un enclave turístico. En consecuencia, muchas ciudades comenzaron a preservar el paisaje de esas zonas antiguas del centro donde se agrupaban los edificios tradicionales.
Viviendas ‘Eco-friendly’
La sociedad civil ha apoyado la idea de preservar las casas tradicionales por varias razones. En primer lugar, cansados del estilo de vivienda uniforme de los complejos de apartamentos de hormigón, la gente busca alternativas. También son cada vez más conscientes de la calidad de vida y del estilo de vida saludable, lo que lleva a redescubrir el hanok como un lugar elegante y de buen gusto para vivir.
La reciente expectación por los hanok también se puede atribuir a una mayor conciencia de los problemas ambientales. En comparación con los edificios de hormigón armado, construir o derribar estructuras de madera genera menos emisiones de dióxido de carbono y muchos menos desechos industriales, factores que han llevado al hanok a granjearse su reputación ecológica (eco-friendly). Otro factor significativo ha sido el progreso de la globalización. El número de turistas que visitan Corea, que apenas llegaba al millón por año antes de los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, ha aumentado gradualmente hasta superar los 18 millones anuales, cifra
1
similar a la de aquellos coreanos que viajan al extranjero. A medida que el intercambio internacional se volvió más activo, sirvió para apreciar la singularidad del paisaje urbano de Corea. Aunque los turistas disfrutan de la conveniencia de usar tarjetas de crédito y tomar un buen café en cualquier parte, también buscan enclaves y experiencias únicas, algo que solo sus destinos puedan ofrecer. En lo que respecta al estilo arquitectónico, las casas tradicionales coreanas poseen considerables cualidades como para conformar un paisaje urbano distinto. Sus características pueden apreciarse en términos de estructura y uso del espacio interior. La estructura básica del hanok es un marco de madera, montadas vertical y horizontalmente, sobre las cuales se colocan las vigas y un techo de tejas inclinado. Ese marco permite establecer diversos compartimentos, resultando en diversas superficies de pared, con una cierta composición de puertas y ventanas.
1. Ubicada en el condado de Goseong, provincia de Gangwon, la casa llamada Gamsolchae (Tres pinos), fue creada combinando sistemas de enmarcado de madera ligera y pesada. La belleza del hanok destaca en los pilares y vigas de madera expuestas. La cocina-sala de estar tiene una isla central para cocinar y un almacén. Diseñada por Studio The One (arquitectos). 2. Onion, café-panadería en Gyedong-gil, distrito de Jongno, Seúl, se ubica en un hanok renovado que fue una estación de policía en el periodo Joseon. Sentados en mesas bajas de la sala principal, los clientes pueden gozar de una panorámica vista. Cortesía de “House Full of Happiness”
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3. Galería del distrito de Jongno, Seúl. Cada vez más hanok antiguos han sido reconvertidos en instalaciones culturales que aprovechan al máximo el singular ambiente de los edificios tradicionales. 4. Hanok de estilo urbano construido en la década de 1940 en Hyehwa-dong, en Seúl, reconvertido en centro comunitario.
© Moon Ji-yeon
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© Park Young-chae
Tras superar sus inconvenientes, la popularidad actual de las casas tradicionales puede ser más que un fenómeno temporal y convertirse en el “renacer del hanok”. Como resultado, su techo inclinado limita la diversidad de formas, generando una agradable coherencia entre los hanok muy próximos. Hoy en día, cada vez más, estas casas tradicionales están siendo restauradas con fines no residenciales, manteniendo la estructura original y renovando los espacios interiores, para satisfacer la sensibilidad y necesidades modernas.
Calefacción radial
Una de las características distintivas de los hanok como vivienda es la disposición y el uso de espacios interiores, divididos en zonas con pisos de madera y suelo ondol. Ondol, un método de calefacción radial (por el suelo), es una de las par-
ticularidades del hanok. El sistema ondol se basa en losas de piedra que se ubican bajo el piso de tierra, como chimeneas para permitir el paso del calor que genera un horno, a menudo la estufa de la cocina. Viaja a través de “esas chimeneas” y se esparce por toda la habitación a través del suelo. El primer sistema ondol hallado en la península coreana presentaba “tubos para el humo” en solo una parte de una habitación. En tanto, el sistema actual con conexiones por todas las habitaciones, se desarrolló en torno al siglo XII. Ese sistema generó un gran cambio en la vida de las personas, pues comenzaron a sentarse y a dormir en el suelo para aprovechar al máximo el calor. En consecuencia, los suelos de
las casas debían mantenerse limpios en todo momento, y la gente empezó a quitarse los zapatos al entrar en casa. El uso del sistema ondol es el principal responsable de esos suelos cálidos, duros y limpios de las casas tradicionales coreanas. Esta costumbre también se mantiene entre aquellos que viven en apartamentos, pues el sistema de calefacción radial perdura en las viviendas modernas. Así, podría decirse que el interior del hanok ha sido “parcialmente trasplantado” a los omnipresentes apartamentos del país.
Modernas instalaciones
Los hanok han sido considerados durante mucho tiempo casas frías y mal aisladas, y con una distribución de baño y cocina incompatible con los equipos y electrodomésticos actuales. Sin embargo, las tecnologías avanzadas han resuelto esas deficiencias. Y una vez superados los inconvenientes, la actual popularidad de las casas tradicionales coreanas podría no ser un fenómeno temporal, sino el inicio del “renacer del hanok”.
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REPORTAJE ESPECIAL 5
Vivienda actual: moradas de sueños y deseos
© Bae Se-hwa
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UNA NUEVA OLA EN MUEBLES
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os espacios de viviendas múltiples, como complejos de apartamentos o edificios de usos múltiples (officetel), a menudo vienen equipados de serie con idénticos muebles e iluminación, al margen de los gustos de los residentes. Quizá por eso los coreanos tendían a mostrar poco interés en la decoración de interiores y el diseño de muebles. En gran parte, el sector del mueble se dividía entre lujosos productos importados y obras de artesanos tradicionales, para un mercado pequeño y especializado, y en muebles baratos de madera contrachapada para el resto. Sin embargo, en la década del 2000, comenzaron a prestar atención al gusto personal y aumentó la demanda por muebles más personales. El catalizador del cambio fue la emergencia de jóvenes diseñadores creativos. Estas son algunas de las obras más representativas de cuatro diseñadores de muebles, que han impulsado el mercado con piezas originales que incorporan elementos tradicionales de diseño.
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© Song Seung-yong
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1. “Steam 11” de Bae Se-hwa. 2010. Nogal. 120 × 70 × 71 cm (ancho ancho). El curvado al vapor es una técnica de carpintería donde la madera se calienta (de cuatro a cinco horas) para que sea flexible y pueda doblarse en la forma deseada en unos 15 segundos, antes de que se enfríe y se endurezca. Bae Se-hwa usa esta técnica occidental para expresar la estética coreana. La silla refleja la belleza natural y la elegancia de las líneas del techo de una casa tradicional coreana.
2. “Sarangbang” de Song Seung-yong, 2011. Madera de abedul, papel morera, material compuesto. 279 × 76,2 × 174 cm (ancho total). Song Seung-yong se inspira básicamente en la estructura y los materiales del hanok. Aplicando la función del sarangbang en una residencia tradicional de clase alta, la habitación donde el dueño de la casa dormía, leía y recibía invitados, el diseñador creó este espacio simple pero elegante. El marco de madera enrejado cubierto con papel morera del mueble plegable crea un ambiente acogedor.
3. “Dami” de Song Seung-yong, 2012. Valchromat. Lámpara: 40 × 40 × 127 cm; Mesa rectangular: 140 × 38 × 45 cm; Mesa redonda grande: 60 × 60 × 30 cm; Mesa redonda pequeña: 48,5 × 48,5 × 25,2 cm (ancho total). Compuestas por líneas en vez de planos, las piezas de la serie Dami son ligeras. Este juego de mesas y lámparas presenta una perfecta intersección de líneas que recuerdan las ventanas enrejadas de una casa tradicional coreana. Sus formas simples y austeras poseen un aura única.
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1 © Kim Jin-sik
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1. “Playful Wave” de Kim Jin-sik, 2017. Mármol, acero inoxidable. 220 × 105 × 74 cm (ancho total). Kim Jin-sik explora las propiedades físicas de sus materiales. Esta mesa provino de un imaginario juego de ping-pong sobre el mar ondulante. El diseñador intentó describir las olas crecientes sobre la mesa y la base utilizando los patrones y la textura del mármol. La “red” se inserta en un marco de metal, con una técnica similar a la carpintería de la arquitectura tradicional de madera coreana.
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2. “HalfHalf Low 120” de Kim Jin-sik. 2016. Mármol, espejo de acero inoxidable. 120 × 70 × 38 cm (ancho total). Los fuertes patrones y colores de la base de mármol se reflejan en la superficie curva de la placa de acero inoxidable semicircular, creando una novedosa textura visual. Esta mesa forma parte de una serie de muebles que encarnan la combinación de círculos y rectángulos, y el contraste de piedra y metal. La rigurosa artesanía del diseñador devino en un trabajo de gran perfección y sin los defectos de otros trabajos de formas y proporciones simples.
© Ha Ji-hoon
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3. “Dazzi” de Ha Ji-hoon. 2012. Contrachapado, acero texturizado. 100 × 45 × 85 cm (ancho total). Este gabinete es una de las series de muebles de Ha Ji-hoon que adoptan diversos diseños de accesorios de metal (jangseok) que usaban los tradicionales cofres de madera (bandaji). El arte y compromiso del diseñador al reinterpretar la tradición crean una belleza atemporal que mezcla elegancia clásica y simplicidad moderna.
4. “Pittsburgh” de Ha Ji-hoon. 2015. Madera de roble, aluminio. Escritorio: 150 × 75 × 72 cm; Silla: 47 × 38 × 72 cm (ancho total). La elegancia estructural de las típicas mesas portátiles de Naju (naju soban), originalmente sobre el suelo, inspira este juego de silla y mesa. Creado en colaboración con un maestro artesano de mesas tipo Naju, deslumbró en la apertura del Salón del Patrimonio Coreano en la Catedral del Aprendizaje de la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos.
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FOCO
Como adaptaciones de una novela sobre el Levantamiento Democrático de Gwangju, dos producciones teatrales en Corea y Polonia ofrecieron contrastadas representaciones de un sangriento movimiento que, décadas después, todavía genera dolor y polémica. Song Seo-yeon Productor, Namsan Arts Center
Dos enfoques teatrales de un sangriento levantamiento
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l levantamiento democrático de Gwangju y la masacre de activistas prodemocráticos en dicha localidad en mayo de 1980 marcó un hito decisivo en el desarrollo político de Corea. Hoy, “Gwangju” es sinónimo de la lucha popular contra el feroz gobierno de los regímenes militares de posguerra en el país, y el levantamiento continúa proyectando una larga sombra en la conciencia pública y colectiva del pueblo coreano. Cuando decidimos producir una adaptación teatral de la novela de 2014 ¿The boy is coming? en Namsan Arts Center, la sensibilidad del proyecto era palpable. El libro (titulado en inglés: Human Acts) fue escrito por Han Kang, ganadora del Premio Internacional Man Booker 2016. Esboza un retrato desgarrador y conmovedor del desafortunado movimiento prodemocrático que se desarrolló en Gwangju y de sus secuelas. Nacida en Gwangju en 1970, Han recuerda el derramamiento de sangre de primera mano. Mientras el centro de artes preparaba su
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adaptación, titulada “Fuga humana”, supimos que estaban preparando otra producción en Polonia. El director polaco Marcin Wierzchowski había leído la misma novela y, profundamente conmovido por ella, se había puesto en contacto con la autora para llevarla a escena. Como la programación de las dos producciones se solapaba, acordamos llevar cada una de las obras al otro país. Pensamos que ambas naciones compartían un sentimiento común, derivado de pasados inquietantes a los que todavía nos enfrentamos: Corea el Levantamiento Democrático de Gwangju (entre otros) y Polonia el campo de concentración nazi en Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial. El equipo de producción coreano visitó Polonia en octubre de 2019, y en noviembre, los productores polacos devolvieron la visita a Corea.
Amplia trayectoria
Desde enero de 2019, la investigación y los ensayos de “Fuga humana” duraron 10 meses.
Escena de la obra Human Fuga, estrenada en el Centro de Artes Namsan en Seúl en noviembre de 2019. En vez de reproducir la narrativa original de la novela The Boy is Coming de Han Kang, el lenguaje corporal, la música y la puesta en escena optaron por transmitir el dolor oculto de los personajes.
Fotografía de Lee Seung-hui; Cortesía de Namsan Arts Center.
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Cortesía de Namsan Arts Center.
Era un plazo inusual, considerando que las obras coreanas generalmente disponen de un periodo de preparación de tres meses antes de inaugurar. Ese breve lapso de tiempo fue el otorgado incluso cuando Namsan Arts Center organizó “Autopista nº 7”, que giraba en torno a los empleados de las fábricas semiconductores de Samsung afectados de leucemia, y también con “De Plutón”, en memoria del quinto aniversario del hundimiento del ferry Sewol en 2014, donde fallecieron cientos de estudiantes, ambos sobre temas relacionados con heridas emocionales que aún perduran. Sentimos que solo reproducir la narrativa de la novela no rendiría un apropiado tributo a la importancia histórica del levantamiento ni del libro en sí. Así que evitamos la ruta convencional de explicar o representar la historia y ofrecer su narrativa a través del diálogo. En cambio, nos enfocamos en transmitir el dolor visceral y el dolor interno de los personajes recurriendo a la fisicalidad de los actores, y a sus moderados y vigorosos movimientos, como si fuera una danza. La palabra italiana “Fuga” del título alude a una técnica compositiva musical caracterizada por la imitación o recurrencia de un solo tema. Por tanto, la obra fue estructurada para transmitir cómo el sufrimiento provocado por un solo evento se manifestaba repetidamente en varios personajes. Como tal, el diálogo podría parecer desconectado, pues las historias de diversos personajes llegan de modo fragmentado a través de sus recuerdos y testimonios. Pero esto también permite que la audiencia sienta y conecte con las crudas emociones de los personajes. “Fuga humana” fue estrenada en Namsan Arts Center en noviembre de 2019. La obra, coproducida con Performance Group TUIDA, recibió los elogios de la crítica, y la Asociación Internacional de Críticos de Teatro de Corea la designó como una de las tres mejores propuestas teatrales del año. La asociación la aplaudió como “producción magistral que profundiza en una parte dolorosa y aún no resuelta de la historia coreana contemporánea, con un enfoque creativo mezcla de arte dra-
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mático, danza e instalaciones, que utiliza el cuerpo humano como medio”.
Enfoques contrastantes
La adaptación polaca, titulada The Boy is Coming, es una obra de teatro de cinco horas de duración: la primera parte se basa en la novela, mientras que la segunda se desarrolla en Polonia y cuenta la historia de dos familias. Presentada en el Teatro Nacional Stary en Cracovia, inaugurado en 1781, la obra retrató cada escena de la novela con meticuloso detalle, en ocho diferentes espacios del teatro. Wierzchowski dijo que no estaba al tanto del levantamiento de Gwangju hasta tropezar con la novela, destacando que quería llamar la atención del público polaco sobre la violencia infligida por un estado. Deseaba transmitir el mensaje de que una tragedia de ese nivel no fue un evento histórico que se limitó a Corea en 1980, sino que podría ocurrir en cualquier momento, en cualquier lugar, ya fuera en Polonia o en cualquier otra parte del mundo. Por eso se comprometió a representar fielmente la narrativa de la novela coreana original, según afirmó. Después de ver Fuga humana durante su visita a Seúl, Wierzchowski afirmó: “Me sorprendió su maravillosa y extraordinaria belle-
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1, 2. Carteles de Human Fuga (izquierda) dirigida por Bae Yo-sup y de la adaptación polaca titulada The Boy is Coming dirigida por Marcin Wierzchowski. El póster “Human Fuga” incluye una imagen a vista de pájaro de la fuente frente al edificio del gobierno provincial de Gwangju, en Jeolla del Sur. El póster “The Boy is Coming” presenta una imagen del Levantamiento Democrático de Gwangju de 1980 del fotoperiodista Kim Nyungman. 3. Escena de la primera parte de The Boy is Coming estrenada en el Teatro Nacional Stary de Cracovia, Polonia, en octubre de 2019. Recrea los ataúdes de los manifestantes frente al edificio del Gobierno Provincial en Gwangju, después de que las tropas gubernamentales mataran a los activistas. A diferencia de Human Fuga, la obra polaca respeta fielmente el texto de la novela original.
La propuesta coreana decidió indagar en las emociones y los pensamientos de los personajes. Por el contrario, la obra polaca se centró en el Levantamiento de Gwangju como incidente, y en cómo transmitir su crueldad a la audiencia con mayor detalle.
3 Fotografía de Magda Hueckel; Cortesía del Teatro Nacional Stary.
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za”, y abrazó al director Bae Yo-sup. También se reunió con parte de la audiencia coreana después de la obra, para compartir con ellos la divertida anécdota de cómo descubrió la novela: el servicio de compras en línea de Amazon le presentó la novela. Entonces, pensó en ofrecer su perspectiva de The Boy is Coming, y el público mostró particular interés en la gran diferencia de enfoques direccionales adoptados por las dos compañías.
Explorando verdades ocultas
Pero el proceso de preparación de los equipos de producción coreano y polaco fue básicamente similar: ambos investigaron con materiales relevantes y visionaron vídeos y pelícu-
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las sobre incidentes comparables. Es probable que las dos adaptaciones difieran mucho por las particularidades en la dirección teatral general de cada país. El teatro coreano tiende a centrarse en los sentidos más que en la recreación, por tanto, la propuesta coreana decidió indagar en las emociones y los pensamientos de los personajes. Por el contrario, la obra polaca se centró en el Levantamiento de Gwangju como incidente, y en cómo transmitir su crueldad a la audiencia con mayor detalle. Las entradas para todos los pases de Fuga humana – en cartel del 6 al 17 de noviembre de 2019- se agotaron y la producción recibió críticas muy favorables. Pero la respuesta
Fotografía de Magda Hueckel; Cortesía del Teatro Nacional Stary.
La segunda parte de “The Boy is Coming” cuenta la historia de las familias polacas que viven con miedo tras una masacre ciudadana por parte del gobierno.
de la audiencia fue mucho más gratificante: muchas personas dijeron que habían aprendido la verdad sobre Gwangju, mientras que los supervivientes de la tragedia expresaron su agradecimiento por mantener viva su historia. Han pasado cuarenta años desde el levantamiento. Cuando en diciembre de 2019 se descubrieron restos humanos no identificados en el lugar donde se ubicaba la antigua prisión de Gwangju, un familiar de una de las víctimas desaparecidas dijo en una entrevista: “Bailaré si recuperan los restos de mi hijo. En serio. Solo entonces podré soltar mi pena”. Las víctimas y sus familiares han quedado atrapadas en ese momento y en ese lugar, continúan reviviendo el horror. Y, sin embargo,
tropiezan con la hostilidad de ciertos rincones de la sociedad que desacreditan su causa y sus sacrificios. Gwangju continúa siendo un trauma para muchos coreanos y esconde verdades ocultas aún por descubrir. En mayo de este año, cuando se cumple el 40 aniversario del movimiento prodemocrático, Fuga humana y The Boy is Coming se interpretarán en el Namsan Arts Center de Seúl y en el Centro Cultural Ciudadano Bitgoeul, en Gwangju. Posteriormente, en noviembre, Fuga humana viajará a Polonia. Creo que ambas producciones teatrales, basadas en una misma novela, continuarán logrando un significativo impacto y resonarán entre audiencias más amplias en ambos países.
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ENTREVISTA
De hereje a icono:
reinventando la música tradicional El cantante Lee Hee-moon deleita y sorprende al público con actuaciones que retuercen géneros y se benefician de sus raíces nativas en la música popular coreana. Tiempo atrás considerado “herético” en la comunidad gugak (música tradicional coreana), ahora es un icono de la música de fusión funky. Lim Hee-yun Periodista cultural, The Dong-A Ilbo
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rudita y entretenida, Tiny Desk Concerts es una serie de vídeos eclécticos de música en directo que coordina la Radio Pública Nacional (NPR) de Washington D.C. y luego sube a YouTube. Con actuaciones de cientos de géneros en su archivo, era fácil suponer que no habría sorpresas cuando apareció la banda coreana SsingSsing. Travestidos, los cantantes del grupo asombraron con una mezcla de rock, disco y psicodelia basada en canciones típicas coreanas. Impactante. Bob Boilen, presentador de ‘All Songs Considered’ de NPR, calificó su actuación como una de las más memorables en la trayectoria de Tiny Desk Concerts. Eso fue en septiembre de 2017. Entonces, los seis integrantes de la banda se encaminaban a obtener más fama. Sus actuaciones en Washington también incluyeron un concierto en John F. Kennedy Center for the Performing Arts, espacio que ha eludido incluso a artistas más famosos. Pero en el año 2019, repentinamente, la banda se separó. En un día de invierno, el vocalista Lee Hee-moon, de 43
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años, se sentó para explicarlo en el barrio de Itaewon de Seúl, lugar ampliamente frecuentado por turistas, expatriados y militares estadounidenses. Lee nació para cantar. Su madre, Ko Ju-rang, fue una gran maestra de canto minyo (canciones tradicionales de folclore coreano), y tan pronto como empezó a hablar, él empezó a cantar. En su adolescencia, sin embargo, los cantantes pop coreanos y occidentales le deslumbraron. Quería ser cantante y bailarín. Más tarde, estudió artes visuales en Japón y, tras regresar a Corea, produjo vídeos musicales como asistente de dirección. No fue hasta finales de su veintena cuando Lee volvió a las canciones folclóricas tradicionales. Recuerda sentirse como si estuviera “poseído por un espíritu”. Ahora es evidente que ser vocalista unisex de SsingSsing fue solo una etapa de su identidad artística, que continúa su metamorfosis.
La banda
Cuando vi por primera vez actuar a SsingSsing, me recordó al musical “Hed-
Actuación de Lee Hee-moon en la sala Elgar, Royal Albert Hall de Londres, septiembre de 2017. Programa del 4º Festival de K-Music organizado por el Centro Cultural Coreano en Reino Unido. “Korean Men” fue concebido por Lee y la banda de jazz Prelude. El concierto también contó con NomNom, un dúo de cantantes tradicionales. Estrenado en 2016 en el Teatro Nacional de Corea, este aclamado espectáculo fusiona el minyo y el jazz de Gyeonggi. Fotografía de Kii Studios Photography & Film; Cortesía de Lee Hee-moon Company.
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wig and the Angry Inch”. Me pregunto de dónde vino su inspiración. La imagen de la banda se inspiraba en la película ‘Moulin Rouge’, en cantantes como Madonna y Min Hae-kyung y, sobre todo, en la coreógrafa Ahn Eun-me, a quien conozco personalmente desde hace años. Ahn es pionera en presentaciones visuales poderosas. En su producción de ‘Princess Bari: This World’, que se estrenó en 2007, fui elegido para cantar en el papel de princesa. Al principio, me resistía a la idea de hacer un papel de mujer, pero finalmente comprendí que podía hacerlo bastante bien. Si tienes que forzar tus emociones, es un mero juego de interpretación, pero algo en mí surgió espontáneamente mientras cantaba en ese papel. SsingSsing actuó en Corea en múltiples escenarios sin importar público o aforo. Pero actuar en Tiny Desk Concerts de NPR debió ser distinto a otros espectáculos. ¿Cómo fue? Sin apenas saber nada de NPR ni de su programa, actuamos como si fuera un concierto más. Nos pusimos algo nerviosos cuando nos dijeron que debíamos cantar en directo mientras estábamos en un rincón de una oficina sin monitores ni altavoces. Si hubiéramos sabido que el programa captaba tanto interés y quedaría para siempre en YouTube, habríamos intentado hacerlo mejor. Cuando interpretamos “Hangangsu Taryeong” (Han River Song), incluso me equivoqué con la letra y tuve que improvisar. Pero el vídeo quedó bien igualmente, quizá porque el ingeniero de sonido era muy experto. Esperaba que SsingSsing captara atención mundial, siguiendo los pasos de ‘Gangnam Style’ de Psy, pero en el apogeo de popularidad se separaron. ¿Por qué? Cada uno de los integrantes tenía distinta personalidad. Esa era nuestra fuerza cuando estábamos juntos, mantener nuestro estilo propio en el escenario y nunca interferir en los de los otros. Pero esa misma inercia facilitó que quisiéramos seguir nuestro propio camino por separado, pues como en cualquier otra relación, surgieron cambios. Ahora, todos
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hemos encontrado nuestro lugar: Jang Younggyu, el director musical, formó una nueva banda llamada “Lee Nalchi” para contar su historia musical inacabada, y Chu Da-hye y Shin Seung-tae también crean su propia música. Igual me ocurre a mí. ¿Cómo se gestó SsingSsing? En el año 2014, actué en un concierto titulado “Kwae” (Hearty Pleasure), una interpretación moderna de un gut, el ritual chamánico tradicional coreano. Jang Young-gyu, el director musical del concierto, propuso que hiciéramos minyo en clubs musicales. Rápidamente, invitamos al guitarrista Lee Tae-won, al batería Lee Chul-hee y a los cantantes Shin Seung-tae y Chu Da-hye, y entre los seis formamos SsingSsing.
Mi propio sonido
Recientemente, ha ofrecido conciertos bajo el título ‘Project NAL’ y también lanzó el álbum ‘Obangsingwa’, que significa “junto con las deidades de las cinco direcciones”. Debe estar muy ocupado. ¿Hacia dónde dirige su arte? Quería probar mi propio sonido sin la etiqueta de “integrante de SsingSsing”. Así que me he forzado al máximo, apareciendo en varios escenarios experimentales. ‘Project NAL’ presenta mi voz combinada con una interpretación sonora que usa el instrumento de percusión coreano janggu (tambor de reloj de arena), un tambor occidental y un sintetizador modular. Al igual que con SsingSsing, el repertorio consiste principalmente en Gyeonggi minyo (canciones folclóricas de la provincia de Gyeonggi), al que se añaden otros géneros como japga (canciones diversas), santaryeong (canciones de montaña) y hoesimgok (canciones de remordimiento). Sin embargo, mi registro en esas canciones difiere al que usaba SsingSsing. ¿En qué difiere la imagen de ‘Project NAL’ de la de SsingSsing? Adopté la imagen de una joven novia, representando mi renacimiento después de dejar “el universo” SsingSsing. Llevo un traje blanco de hombre con una falda blanca pega-
Lee durante el estreno de “Proyecto NAL” en el Grand Performance Hall del Centro Nacional del Patrimonio Inmaterial, en mayo de 2019. Para aislar la esencia de su sonido, omitieron instrumentos melódicos. Solo tres percusiones, un janggu (tambor de reloj de arena), un tambor occidental y un sintetizador modular, le acompañaron.
“ A veces, siento como si no fuera cosa mía. El público me da energía, y yo la absorbo y se la devuelvo mediante mi actuación. Quedo totalmente agotado cuando el espectáculo termina”.
Fotografía de Kwak Ki-gon; Cortesía de Lee Hee-moon Company.
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Captura de vídeo de Youtube de NPR Music
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Fotografía de Lee Jin-hwan; Cortesía de Lee Hee-moon Company.
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da por detrás, y un exquisito maquillaje nupcial adorna mi cara. Permítame mirar atrás. ¿Cómo empezó a cantar minyo? Cuando todavía trabajaba en producción de vídeos musicales, acompañé a mi madre a un concierto de minyo donde no podía contar con ayuda y me puse a canturrear. La maestra de canto Lee Chun-hee, amiga de mi madre, estaba con nosotros y ella debió escuchar atentamente mi canto y mis tarareos. Y a especializarme en música tradicional coreana, al final de mi veintena. La mayoría de los cantantes tradicionales, llamados sorikkun, comienzan su formación oficial de niños, así que me adentré en el género bastante tarde. Incluso antes de unirse a SsingSsing como vocalista principal, fue reconocido oficialmente como aprendiz de Gyeonggi minyo, el Bien Cultural Inmaterial nº 57 de Corea. ¿Qué halló tan tentador en el minyo para cambiar su vida a una edad relativamente tardía? El Gyeonggi minyo se caracteriza por su talante alegre y sus melodías rítmicas. Emplea gran cantidad de técnicas vocales. Las canciones son alegres y emocionantes, pero de alguna manera te hacen sentir triste y lloroso. Permítame tomar la letra de ‘Cheongchunga’ (The Song of Youth) como ejemplo: “El tiempo fluye como un río, y un hombre envejece como el viento”. Cantar estas canciones que expresan dolor con una danza de júbilo te inunda de sentimientos encontrados. Esa es la diferencia entre Gyeonggi minyo y namdo sori o canciones populares de las provincias del sur. El pansori (canción narrativa) está principalmente en notas menores (gyemyeonjo) y rebosa de penas y lamentaciones. Por el contrario, Gyeonggi minyo expresa la tristeza con más alegría que melancolía. Alguien publicó un comentario en un vídeo de YouTube sobre una actuación mía y preguntaba: “¿Por qué mis ojos se llenan de lágrimas al escuchar esta música tan alegre?”. Esa es una cualidad inherente al Gyeonggi minyo y esa persona la reconoció.
Alegría entre lágrimas
¿Alguna vez se emociona mientras actúa? Cuando ofrecí el concierto de ‘Project NAL’ en el Centro del Patrimonio Inmaterial Nacional de Jeonju en mayo de 2019, pedimos a las 250 personas del público que se sentaran en el escenario para disfrutar mejor del sonido. El último tema del repertorio era ‘Odolttogi’, una canción folclórica de la isla de Jeju, y me envolvió un sentimiento indescriptible al cantar el estribillo junto a todas esas personas que aplaudían sentadas tan cerca de mí. Era una reinterpretación de la canción folclórica original, un tema escrito mucho antes, pero nunca tuve ocasión de interpretarla con SsingSsing antes de que el grupo se disolviera. En el escenario se convierte en un chamán o en una especie de ser espiritual. ¿Alguna vez ha entrado en trance al actuar? A veces, siento como si no fuera cosa mía. El público me da energía, y yo la absorbo y se la devuelvo mediante mi actuación. Quedo totalmente agotado cuando el espectáculo termina. Recientemente, mientras actuaba en Senggi Studio, en la zona de Hongdae, el lugar estaba repleto de gente. Quizá fue porque se redujo el nivel de oxígeno, pues de hecho, me sentí sin aliento. Al final del concierto, vi que había reflejado esa sensación con una actuación desmayada. Siento curiosidad por saber qué tipo de música o actuaciones planea a futuro... Durante este año continuaré con ‘Ego Project’, una serie de conciertos extemporáneos que combinan jazz y minyo. También dedicaré algún tiempo a tareas preliminares para producir un monodrama musical. Recientemente hallé un libro titulado El origen de Gangnam que me intrigó hasta el punto de considerar dramatizarlo. Yo mismo crecí en Gangnam, así que podría crear una historia relevante, tal vez, sobre un joven criado en esa elegante y moderna zona que se convierte en cantante de minyo. Más que nada, sería un proyecto interesante para mí.
1. Actuación de SsingSsing para Tiny Desk de NPR en Washington D.C., septiembre de 2017. La mezcla de glam-rock y minyo de Gyeonggi captó un gran interés. Integrantes, de izquierda a derecha: Lee Chul-hee (baterista), Jang Young-gyu (director musical y bajista), Lee Tae-won (guitarrista). Al frente, Shin Seung-tae, Lee Heemoon y Chu Da-hye. 2. Lee Hee-moon Company presenta “Minyo Samcheolli” (Canciones populares de todos los rincones de Corea) en Space Seoro, un pequeño teatro en Ogin-dong, Seúl, en mayo de 2018. Explorando el tema de las cantantes tradicionales femeninas en tiempos modernos, surgió el proyecto final de “Deep Love Trilogy”, producido por Lee (guitarrista de la derecha) entre 2016 y 2019.
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GUARDIĂ N DEL PATRIMONIO
Preservar el sabor de la lentitud 46 KOREANA Primavera 2020
La fermentación, proceso que requiere tiempo y cuidado, es una característica esencial de la cocina tradicional coreana. De todos los alimentos coreanos fermentados conocidos por sus sabores profundos y salados, el ganjang (salsa de soja) es un ingrediente básico que cada hogar atesora. Una familia en concreto ha conservado su salsa de soja durante 360 años, protegiendo la herencia transmitida a través de las nueras mayores. Park Mee-hyang Reportera de Cultura alimentaria, The Hankyoreh Ahn Hong-beom Fotógrafo
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spero que no haya sido mucho problema llegar a este remoto lugar donde no hay mucho que ver”, esboza Ki Soon-do con una sonrisa amable. Con el aura elegante y generosa que cabría esperar de la señora de la familia principal de un clan, sus palabras resuenan con una agradable hospitalidad que recuerda a la pasta de soja bien fermentada (doenjang). Un perro blanco la sigue, para dar la bienvenida a los invitados. Ki lleva haciendo jang (condimentos fermentados) durante los últimos 48 años, y ese compromiso le fue reconocido en 2008, cuando recibió el título de Maestra de la Gastronomía Tradicional Coreana Nº 35. Esta certificación del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Asuntos Rurales es un título honorífico que se otorga a los productores de alimentos tradicionales que se han especializado en un producto concreto por más de 20 años, o han recibido capacitación con un maestro por más de cinco y se han especializado en un producto en particular por más de 10 años. Ki fue designada como maestra en producir y procesar jinjang, salsa de soja fermentada durante más de cinco años. Ubicada en la primera “ciudad lenta” de Asia reconocida por Cittaslow International (una designación que se otorga a aquella ciudades que priorizan la calidad de vida, preservan el elenco cultural y protegen el medio ambiente), su hogar en Damyang, provincia de Jeolla del Sur, posee un amplio patio con una terraza con jarrones de salsa, donde alberga unas 1.200 vasijas de barro ordenadas en filas, como soldados bien entrenados. Esos tarros contienen toda una diversidad de condimentos en diferentes etapas de fermentación. “¿Por qué no pruebas a olerlos?”, pregunta Ki, guiándome del codo a uno de los frascos. Abro la tapa y de su contenido brota un aroma extraordinario: el olor a humedad único de un alimento fermentado, pero con un dulzor peculiar. Principalmente, Ki hace tres tipos de salsa de soja. Cheongjang, salsa fina fermentada durante menos de un
año, que se usa para condimentar sopas claras como kongnamul guk (sopa de brotes de soja) y oi naengguk (sopa fría de pepino); jung ganjang, más oscura y salada, fermentada por menos de cinco años, que combina mejor con platos como bulgogi (carne de res en lonchas, marinada y asada) y jangjorim (carne hervida en salsa de soja). Por último, tambén prepara jinjang, salsa envejecida durante más de cinco años, es la más densa y se usa para hacer yukpo (cecina de res) y yakgwa (galletas dulces fritas), entre otros alimentos. Para hacer cada una de estas salsas, los brotes de soja amarillos y recién cosechados se hierven, se trituran y se preparan en bloques llamados meju, que son puestos a secar sobre paja de arroz para fermentar. Después, esos bloques se sumergen en salmuera durante unos meses, hasta que finalmente pasan a ser salsa de soja y pasta de soja. “El día que hiervo la soja, me baño antes para quitarme todas las impurezas. Nunca voy a una casa que esté de luto por esa época, por muy próximo que fuera el difunto. Me dedico a esta tarea en cuerpo y alma. Siempre sentí el primer paso de hacer salsa de soja como una tarea sagrada”, asegura.
Devoción suprema
Gracias a sus décadas de meticulosos detalles y dedicación, el nombre de Ki es también conocido en el extranjero. Algunos de los chefs más famosos del mundo, como Eric Ripert de Nueva York o René Redzepi de Copenhague, ya la han visitado. Y cuando el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, viajó a Corea en 2017, su salsa de soja fue noticia porque fue usada para marinar las costillas de ternera que sirvieron en el banquete presidencial. La prensa resaltó
Ganjang (salsa de soja) es un condimento básico en la cocina coreana. Antiguamente, preparar la salsa de soja era un importante evento anual en cada hogar, y la sutil diferencia de sabor entre ellas era muy apreciada. Hoy, la mayoría de los coreanos usan salsa comprada.
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“ No hay que precipitarse. La salsa de soja, que hacemos solo una vez cada 365 días, determina el sabor de los alimentos de la familia durante todo el año.”
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Más de 1.200 frascos de salsa forman hileras en el patio de la casa de Ki Soon-do en Damyang, provincia de Jeolla del Sur, creando una imagen espectacular. Ki lleva usando el método tradicional los últimos 48 años. En 2008, su contribución a fabricar la salsa, y la calidad de sus productos, le llevó a merecer el título de Maestra de Alimentos Tradicionales de Corea.
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que la cena de la Casa Azul sirvió una salsa de soja vintage, un siglo más antigua que los Estados Unidos. Con sumo cuidado, Ki selecciona cada ingrediente de su salsa de soja, y solo usa sal de bambú y soja cultivada en el país. Pero el secreto de su salsa, asegura, radica en el agua, el ingrediente básico, que se extrae desde el suelo a una profundidad de 167 metros, y en las cañas de bambú de cultivo local, usadas para hornear la sal y convertirla en salmuera. Su condado natal de Damyang es famoso por el bambú. Por supuesto, estos excelentes ingredientes propician un gran sabor, pero es su habilidad la que garantiza salsas de la mejor calidad. La sal de bambú de Ki es diferente de cualquier otra del mercado. “La sal de la bahía de la costa oeste se hornea durante cuatro días en un horno de arcilla roja, que alcanza unos 700ºC, proceso que se repite hasta nueve veces para producir la sal que uso”, explica con voz orgullosa. “En el undécimo mes lunar, cocinamos soja para hacer meju. Los bloques de meju fermentan durante un mes y quedan listos para producir salsa de soja en torno al día 15 del nuevo año lunar”, resalta Ki. “Elegir el día concreto es muy importante. No hay que precipitarse. La salsa de soja, que hacemos solo una vez cada 365 días, determina el sabor de los alimentos de la familia durante todo el año”. Su sala de fermentación, construida con arcilla roja, elimina el olor a humedad del meju y crea el dulce aroma de su salsa de soja.
Recetas de relicario
“Ya debes tener hambre. ¿Te gustaría probar alguno de estos? Apenas contienen azúcar”, resalta, trayendo una pequeña mesa portátil con dangeun jeonggwa (zanahorias conservadas en miel), doraji jeonggwa (raíz de campanilla preservada en miel) y algunas galletas yakgwa. Pero las habilidades culinarias de Ki no se limitan a los condimentos. Ella es famosa por diversos platos tradicionales. De hecho, un mordisco a su pegajosa raíz de campanilla melosa llevó el paraíso a mi boca, con un sabor tan elegante que la palabra “dulce” no podía hacerle justicia. Al dulzor inicial le siguió un agradable amargor. Las galletas también tenían una textura deliciosa, ni demasiado crujiente ni quebradiza. El jarabe de grano para lograr ese inigualable sabor debe hacerse desde cero al estilo tradicional, explica Ki, en vez de usar del jarabe de almidón ya preparado, por muy conveniente que sea. Ki es jongbu de décima generación del linaje Yangjinjae (House of Cultivating Truth) del clan Ko, que proviene de Jangheung, provincia de Jeolla del Sur. Jongbu alude a la nuera mayor de la familia principal de un clan (jongga), y es a quien le corresponde el deber de preservar las tradiciones de la familia, incluyendo su cultura gastronómica. La mayoría de las familias de jefes de clanes mantuvieron sus propios platos heredados, con recetas transmitidas de gene-
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1. Ki ata los bloques de meju con cuerdas de paja para secarlos. Como ingrediente esencial que determina el sabor de los condimentos, el meju generalmente se hace al comenzar el invierno. La soja amarilla se hierve, se tritura y se dispone en bloques, que se dejan en un lugar cálido hasta fermentar, y luego se cuelgan a secar en un lugar soleado. 2. La familia de Ki posee muchas recetas tradicionales, como la de sopa de semillas de perilla con raíz de bardana (deulkkae ueongtang), que mejora al sazonarla con salsa de soja envejecida entre dos y cinco años. Es un plato saludable. Se prepara friendo la raíz de bardana en rodajas, los champiñones y las cebollas en aceite de semilla de perilla, para luego hervirlo todo en agua y agregar las semillas de perilla molidas, ajo y cebolleta picada.
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Bajar el ritmo
Desde que su esposo, Ko Gap-seok, falleció hace 20 años, Ki asumió en exclusiva la responsabilidad de cuidar la casa del clan y de preservar las tradiciones de la familia. Y sus esfuerzos se han visto recompensados, tanto en el país como en el extranjero. Su salsa de soja se vende en Le Bon Mar-
© Kisoondo Traditional Jang Co., Ltd.
ración en generación. Son alimentos locales de alta calidad que aprovechan al máximo los productos regionales. Las recetas tradicionales de la familia Ko incluyen sopa de semillas de perilla con raíz de bardana, brotes de bambú fritos, salsa de soja, kimchi y vino de arroz elaborado durante 100 días. La sopa de semillas de perilla se prepara salteando la raíz de bardana en rodajas, los champiñones y las cebollas en aceite de semilla de perilla, luego se hierve todo en agua y se agregan semillas de perilla molidas, cebolletas picadas y ajo, un plato saludable, de suave y delicado sabor. Los brotes de bambú fritos son un manjar poco habitual, marcado por el sabor natural de sus ingredientes. Sin embargo, la receta más peculiar de la familia es su kimchi picante, hecho con salsa de soja en vez de con jeotgal (mariscos fermentados con sal). Ki nunca soñó con ser la esposa del hijo mayor de una antigua familia de jefes de clan. Nació en el condado de Gokseong, a 40 minutos en coche de Damyang, como hermana menor de un hermano y cuatro hermanas, a quienes dieron la educación tradicional de la nobleza de la dinastía Joseon, que incluía etiqueta y modales en la mesa, así como deberes filiales hacia sus padres. Como benjamina de la familia, sin embargo, fue algo mimada y quedó ajena a las tareas domésticas. Pero cuando se casó a los 23 años, se vio trabajando arduamente en la cocina para aprender a preparar los ritos ancestrales, que se realizaban unas 30 veces al año. Además de preparar esos ritos, aparentemente interminables, también ayudaba a su suegra con la preparación anual de la salsa de soja. Ahora, ella acepta esa vida como su destino. “Cuando mi suegra vivía, teníamos unos 50 frascos de salsa en nuestra terraza”, recuerda Ki. “Tan pronto como hacíamos nuestra salsa de soja, familiares y vecinos venían a pedirnos porque era deliciosa”. Cuando se corrió la voz, la familia montó un negocio de salsa de soja. “Cuando mi esposo era joven, estudió budismo en la Universidad de Dongguk y quería convertirse en monje. Pero eso era impensable para una familia de jefes de clan”, destaca. “El principal deber del hijo mayor es tener un hijo para mantener el linaje familiar. No tuvo más remedio que renunciar a sus deseos”.
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ché, unos grandes almacenes en París, y fue invitada a participar en SIAL Paris (Salón Internacional de la Alimentación, o Global Food Marketplace), una de las tres ferias de alimentos más grandes del mundo, en 2018. En 2019, participó en la búsqueda del tesoro de Namdo Jongga, copatrocinada por la Organización de Turismo de Corea y la Asociación de Clanes de Cabezas de Familia de la Provincia de Jeolla del Sur, para explorar las tradiciones transmitidas por las antiguas familias de jefes de clanes de la provincia. Su empresa Goryeo Traditional Foods (también conocida como Kisoondo Traditional Jang) no solo produce condimentos tradicionales, sino también versiones actualizadas, y otros productos alimenticios a base de jang. Hoy, cuando el lema de estos tiempos es “¡Rápido, más rápido!”, la misión de un maestro fabricante de salsa de soja es preservar el sabor de la lentitud en los condimentos tradicionales coreanos. “Si mis productos no son distintos de los que crean otras personas, no hay razón para seguir haciéndolos”, sentencia. Al ver su resolución de no sucumbir a las tentaciones comerciales que resonaban en mi mente, abandoné la antigua residencia. Una vez más, el perro blanco acompañó a su ama para despedirme.
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HISTORIAS DE LAS DOS COREAS
Sueño de paz en un jardín de Berlín “Das dritte Land” (El tercer país), un jardín provisional en Berlín, es una instalación artística donde Alemania y las dos Coreas comparten el dolor de la división y la importancia de la reunificación. Los tres artistas surcoreanos que crearon el jardín cruzan los dedos porque mejoren las relaciones intercoreanas y para que Corea del Norte envíe plantas y flores para completar el proyecto. Kim Hak-soon Periodista
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1. Artistas Han Seok-hyun (izquierda) y Kim Seung-hwoe son los autores de “Das dritte Land” (El tercer país), un jardín-instalación temporal inaugurado en Berlín en mayo de 2019. Para conmemorar el 30º aniversario de la caída del Muro de Berlín y desear la paz y la reunificación de la península coreana, crearon esta obra en Potsdamer Platz, cerca de los restos del muro. Abierto hasta octubre de 2020.
2 © Keum Art Projects
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erca de los restos del Muro de Berlín hay un jardín artístico que promueve un lema único: “La naturaleza no conoce fronteras”. Allí los visitantes pueden disfrutar de un paisaje adornado con plantas y flores de toda la península de Corea, e imaginar que no está dividida. El ambiente llama a realizar una oración silenciosa por la paz y la reconciliación. Kim Keum-hwa, curador de una agencia de arte contemporáneo en Berlín y gerente del proyecto de jardín, llama a esta obra floral “El tercer país”. Tomó prestada la idea de Jacopo Bonfadio, un humanista e historiador renacentista italiano que definía los jardines como “terza natura” o “tercera naturaleza”, un espacio natural creado y mejorado por el hombre al nivel del arte. “Los humanos creaban jardines por su anhelo de naturaleza y por su deseo de establecer un orden en ella”, explica Kim. “El nombre de este jardín refleja esa idea. Su objetivo es despertar una imagen utópica sobre la península de Corea, para que los visitantes puedan ver más allá de la realidad
actual en nuestra tierra dividida”. La pieza central del jardín de Berlín toma como modelo la cadena de montañas Baekdu Daegan, un tema inspirado en ‘Claro tras la lluvia en el monte Inwang’ (Inwang jesaekdo), una pintura paisajística de tinta y acuarela de la era Joseon, siglo XVIII, no solo es conocida en Corea, sino también en el extranjero. La cadena montañosa Baekdu Daegan (Great White Head Ridge) conforma la columna vertebral de la península coreana. Fluye como un colosal río, comenzando acertadamente con la montaña más alta de la península, el monte Paektu (más conocido como Mt. Baekdu) en la frontera norte, y pasa por el monte Kumgang (también conocido como Mt. Geumgang) y el monte Seorak, hasta llegar al monte Jiri y la costa sur.
Colaboración
El jardín, creado en el Kulturforum en Potsdamer Platz, es resultado de una colaboración de tres años que involucra a Kim y a dos artistas de instalaciones, Han Seok-hyun y Kim Seung-hwoe. Su inauguración el 23 de
2. Las anémonas (Anemone narcissiflora L.) de clima alpino del centro-norte de la península de Corea están en plena floración. Para simular un paisaje de acuarela, plantaron anémonas y otras plantas silvestres con flores blancas, como collejas (Silene repens Patrin), trientalis europea (Trientalis europea L.), pigamón (Thalictrum aquilegifolium var. Brevistylum Nakai) y primuláceas (Lysimachia clethroides), en tierra sobre rocas negras.
mayo de 2019 fue uno de los muchos eventos de ese año para conmemorar el 30 aniversario de la caída del Muro de Berlín. Kim Keum-hwa gestionó la planificación general, mientras que Han concibió la representación visual de las ideas para el proyecto y Kim Seung-hwoe se encargó de las plantas y los arreglos florales. Han buscaba combinar el arte contemporáneo y las prácticas ecológicas, en un viaje imaginario entre Berlín y Seúl. En tanto, Kim Seung-hwoe se centró en los cambios sociales, arquitectónicos, urbanos y ecológicos que surgieron en torno al Muro de Berlín antes y después de su caída, utilizando el arte público como herramienta para permitir la comunicación entre el arte y el paisaje. Han concibió la idea de recrear un jardín-instalación cuando era artista residente en Berlín, según explica: “Cuando llegué a Berlín por primera vez, en la primavera de 2016, todos parecían tranquilos y felices. Entonces pensé que la reunificación de Alemania les había traído paz y estabilidad. Me conmovió hasta las lágrimas cuan-
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1. Ambos artistas crearon una réplica de Baekdu Daegan (Gran cresta de cima blanca) con basalto y tierra. Instalaron un sistema de vapor de agua para simular neblina y recrear la imagen de la cadena de montañas que los coreanos consideran como eje vertebral de su territorio. 2. “Das dritte Land” (El tercer país), abarca 1.250 metros cuadrados (25 mx 50 m). Se ubica frente a la Iglesia de San Mateo. Los artistas pensaban incluir 3.000 plantas, representando 60 variedades (37 de Corea del Sur y 23 de Corea del Norte). Sin embargo, la tibia respuesta de Corea del Norte solo permitió 1.500 plantas de 45 variedades (31 del Sur y 14 del Norte). 1 © Keum Art Projects
do vi un documental sobre el momento en que derribaron el Muro de Berlín. Pensé que sería necesario que los coreanos del Norte y del Sur se reunieran y hablaran con más frecuencia, en lugar de simplemente esperar a que cristalizara una decisión política, justo cuando los alemanes lograron la reunificación, después de que ambas partes expresaran su deseo al respecto y comenzaran a viajar libremente a ambos lados de la frontera. Después pensé que no había hablado con nadie sobre la reunificación coreana en más de una década. Y sentí ganas de hacer algo sobre las dos Coreas”.
Visión
Han cree que las características geográficas de Baekdu Daegan han marcado un significativo impacto en la
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homogeneidad cultural y emocional de los coreanos étnicos. La cadena ininterrumpida de montañas que atraviesa la península coreana es ahora un tesoro de biodiversidad ecológica. En el proceso de diseñar el jardín, Han reflexionó sobre cómo expresar visualmente ese simbolismo. Repensó una y otra vez cómo recrear el paisaje de las montañas coreanas en el jardín artístico. Finalmente, pudo lograr ese efecto con una pintura de tinta y acuarela con flores blancas silvestres brotando de roca negra, y un sistema de vapor de agua para crear niebla. Utilizó tierra y basalto para crear un modelo en miniatura de Baekdu Daegan, evocando una atmósfera de ensueño, presentándolo como envuelto en una espesa capa de niebla.
Inauguración
El proceso hasta poder concretar ese proyecto artístico no fue fácil. Obtener la licencia administrativa para crear un jardín de la Autoridad de Desarrollo Industrial y Parques de Berlín fue el mayor obstáculo. Tuvieron que sortear todo un laberinto de regulaciones y hasta cerrar acuerdos para preservar las ideas de los artistas, al tiempo de satisfacer los estándares y requisitos locales sobre ingeniería civil. Más tarde surgió un problema financiero, pero gracias a una financiación colectiva (crowd-founding) el proyecto recaudó con éxito 32.500 euros en solo dos meses, antes de la apertura del jardín. En este proceso, famosos actores y músicos en Corea del Sur enviaron mensajes de apoyo y donaciones del Consejo de las Artes de
“Todos me dijeron que sería imposible cuando expliqué que queríamos plantar flores de Corea del Norte en este jardín. Pero pensé que era deber del artista dar alas a la imaginación de los visitantes haciendo posible lo que parece imposible”.
Corea, del Centro Cultural de Corea en Alemania y de la Fundación Hans y Charlotte Krull, además de lograr otras aportaciones individuales. El proyecto finalmente comenzó con una nota de esperanza. Jo Sumi, una soprano coreana de renombre mundial, actuó el día de la inauguración, tras afirmar: “Quería enviar mis mejores deseos a los creadores de este jardín artístico pensado para impulsar la paz y el intercambio intercoreano en Berlín, símbolo de la división alemana y de su reunificación”. Además, Ju Bo-ra, intérprete de gayageum, realizó un dúo con Jin Sung-eun, un instrumento de percusión coreana llamado handpan. En tanto Lee Lang, cantante y compositor que saltó a la fama por interpretar la canción norcoreana ‘Imjin River’ en lenguaje de signos, ofreció un concierto el 7 de junio en la Iglesia de San Mateo. Y el 8 de noviembre, la Venerable Jeong Kwan, monja y chef budista, presentó una variedad de platos vegetarianos en el templo de la iglesia, deseando la reunificación coreana. Mientras, otros artistas con sede en Berlín de diversos países también acudieron a los eventos de apertura organizados por el curador Kim Keum-hwa, bajo el lema ‘Fronteras y utopía, política y arte’.
Ampliación
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Inicialmente programada para seis meses, la instalación del jardín se mantuvo hasta el 30 de octubre de 2020, gracias al apoyo y aliento de los ciudadanos de Berlín y de la oficina cultural del municipio de Mitte. Sin embargo, el jardín aún no ha alcanzado la proyección esperada por los artistas. Los funcionarios norcoreanos cooperaron durante las etapas iniciales, pero se retiraron del proyecto tras
la fallida segunda Cumbre de Hanói entre Estados Unidos y Corea del Norte, celebrada en febrero de 2019. Así, el jardín actualmente alberga solo 1.500 plantas y flores de 45 variedades, aproximadamente la mitad de los 3.000 tipos y las 60 variedades originalmente planificadas. Las flores silvestres del Arboreto Nacional Baekdudaegan en Bonghwa, en la provincia surcoreana de Gyeongsang del Norte, tuvieron que ser traídas para sustituir a las plantas autóctonas del lado norcoreano de la cadena montañosa. Los tres artistas todavía intentan obtener plantas y flores de Corea del Norte para completar la exposición y el proyecto, según lo planeado. Están en contacto con el Jardín Botánico y el Museo Botánico de la Universidad Libre de Berlín; con el Arboreto Nacional de Corea en Gwangneung, en la provincia de Gyeonggi de Corea del Sur; y con el Jardín Botánico Central de la capital norcoreana de Pyongyang. “Todos me dijeron que sería imposible cuando expliqué que queríamos plantar flores de Corea del Norte en este jardín. Pero pensé que era deber del artista dar alas a la imaginación de los visitantes haciendo posible lo que parece imposible”. Desesperadamente y con resolución, explica: “Seguiremos tratando de concretar y hacer realidad nuestra idea. Seríamos muy felices si pudiéramos ver a gente de ambas Coreas charlar con un makgeolli, el vino de arroz coreano, en este jardín”. Mientras tanto, Kim Keum-hwa expresa con melancolía: “Solo espero que el diálogo intercoreano prosiga sin problemas, y que ecologistas de ambos lados puedan reunirse en este jardín para celebrar un simposio sobre las plantas de la cadena montañosa de Baekdu”.
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ENAMORADO DE COREA
El resplandor del karma Anton Scholz
Anton Scholz frente a su casa, creada hace tres años en Jangdeok-dong, Gwangju. Se instaló en Gwangju con su familia mientras ejercía como catedrático en la Universidad de Chosun, de 2003 a 2011.
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Tres décadas después de comenzar a aprender taekwondo, Anton Scholz es un experto muy demandado en Corea. Trabaja duro como periodista, empresario y celebridad en la televisión de Gwangju. Choi Sung-jin Editor Ejecutivo, Korea Biomedical Review Ha Ji-kwon Fotógrafo
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los 16 años, Anton Scholz tocó a la puerta de un estudio de taekwondo. Llámalo destino o simplemente un hecho derivado de su interés por Asia. Él asegura que fue el karma. Ahora, 32 años después, Scholz es uno de los expertos en Corea más reconocidos de Alemania. “Como estudiante de secundaria, tenía mucho interés en el mundo oriental: su filosofía, religión y cultura”, explica Scholz, mientras recuerda sus años de adolescencia en Hamburgo, Alemania. “Mi maestro de taekwondo, Shin Boo-young, enseñaba a sus alumnos no solo habilidades de lucha, sino cómo buscar el do o cultivo espiritual”. Mientras practicaba taekwondo, Scholz también se interesó por el budismo. En 1994, seis años después de esa trascendental llamada, recibió el consejo de un monje budista coreano que visitaba Alemania. Scholz siguió ese consejo y llegó por primera vez al umbral de Corea. “Tenía la intención de volver a Alemania en un año más o menos. Pero, como pueden ver, llevo viviendo aquí casi la mitad de mi vida”, destaca. Durante sus primeros años en Corea, Scholz aprendió el idioma coreano en la Universidad Nacional de Seúl, mientras se sumergía en los estudios de Asia Oriental, profundizando en temas como la meditación, los Ocho Trigramas (bagua o palgwae en coreano) y los pensamientos de Lao Tzé. Luego regresó a Alemania para estudiar en la Universidad de Hamburgo. Era una de las pocas universidades alemanas que en aquel entonces ofrecía estudios coreanos, y de su promoción fue el único graduado en Corea, porque Japón y China eran las áreas más populares de entre los estudios asiáticos. Desde su regreso a Corea, Scholz ha sido consultor, periodista y profesor, de forma alternativa o simultánea. Gran parte de su trabajo consiste en ayudar a los extranjeros a hacer negocios en Corea y en asesorar a los coreanos sobre Alemania.
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Puente cultural
Scholz creó una empresa integral de servicios para ayudar a las empresas extranjeras a establecerse sin problemas y a comenzar a operar en Corea. Entre otros, su compañía ayudó a los participantes internacionales de la Expo Yeosu 2012, también en el Campeonato Mundial de Atletismo IAAF 2011 en Daegu, y en la final de la Copa Mundial de la FIFA Corea-Japón 2002. Scholz también abrió una firma de medios para coordinar servicios de traducción, alojamiento y transporte para periodistas extranjeros visitantes. De 2003 a 2011, Scholz ocupó una cátedra en la Universidad de Chosun enseñando alemán y comunicación internacional. Durante esos años, su familia se estableció en la ciudad suroccidental de Gwangju, donde se ubica la universidad. Previamente, había sido productor oficial de ARD, una emisora pública en Alemania, y ahora ejerce como periodista independiente. Aparece como panelista habitual en debates de televisión y programas de entrevistas, mientras contribuye con artículos de opinión en los diarios. Su tarjeta de presentación le identifica como ‘Representante honorario de la ciudad libre y hanseática de Hamburgo’. “Mi felicidad proviene del trabajo. A menudo lamento que el día solo tenga 24 horas”, resalta Scholz. La relación de este adicto confeso al trabajo con Corea, país conocido por sus largas jornadas de trabajo, era probablemente inevitable. Está especialmente ocupado cuando las relaciones
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intercoreanas atraen la atención mundial y los equipos internacionales de noticias de televisión solicitan ayuda. La colaboración con estos corresponsales de televisión extranjeros ofrece otra oportunidad para que Scholz ejerza como embajador cultural no oficial, igual que hizo en 2002 cuando Corea y Japón fueron anfitriones del torneo de la Copa Mundial de fútbol.
Crítica sincera
Pero Scholz no duda en criticar a su país anfitrión, específicamente los medios y el sistema educativo. Duda sobre la forma en que se maneja el flujo noticioso, o sobre la asignación permanente de ciertos reporteros a las agencias gubernamentales o a los chaebol (conglomerados empresariales). Su crítica se reduce a que los medios están “muy próximos a las fuentes y muy cerca de extraños”. Otro problema – destaca- es la validez de los reportes de prensa. Scholz menciona la cobertura noticiosa del caso de unos 550 refugiados yemeníes que llegaron a la isla de Jeju en 2018. Las solicitudes de asilo de los refugiados provocaron gran controversia en la sociedad coreana, y un debate sobre si el gobierno debía otorgarles estatus legal de refugiado. “La oposición divulgó noticias falsas para generar sentimientos de odio contra los refugiados”, aclara Scholz. “Incluso algunos medios de comunicación solventes difundieron esas historias en sus cuentas de redes sociales sin
“ Mi felicidad proviene del trabajo. A menudo lamento que el día solo tenga 24 horas”.
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© EDAILY
1. As Anton Scholz es periodista a tiempo parcial y consultor. Al ser un reconocido experto en Corea ejerce de embajador cultural y promueve Corea en el extranjero. 2. Anton Scholz (segundo por la izda.) ponente en “Guerra económica: ¿Qué es ganar?”, debate del 10º Foro de Estrategia EDAILY, Hotel Shilla Seúl, junio de 2019. 3. Scholz interviene en “Journalism Talk Show J” de KBS, en el segmento “Ex presidente Roh Moo-hyun y la reforma de los medios”. Reconocido por sus agudos análisis y comentarios, Scholz aparece con regularidad en programas televisivos.
3 Captura de imagen de “Journalism Talk Show J”
contrastar los hechos. Más tarde resultó que muchas de esas historias no eran ciertas”. La discusión sobre la integridad de los medios de comunicación naturalmente deriva hacia Jürgen Hinzpeter (19372016). Dicho periodista de televisión alemán filmó la brutal represión de los ciudadanos de Gwangju por parte de las tropas gubernamentales durante el levantamiento democrático de mayo de 1980. Gracias a su valentía, el mundo supo que esa ciudad coreana estaba aislada del resto del país y bajo la ley marcial. “Respeto a Hinzpeter. Fue un gran periodista”, asegura Scholz. “Pero también creo que aún quedan muchos periodistas que hoy día arriesgarían sus vidas para obtener historias de interés mediático”. Scholz ha ayudado a hacer un documental sobre Hinzpeter. También desempeñó un papel secundario en la película de 2017 ‘Un taxista, que cuenta la historia de Kim Man-seop. El personaje principal se basa en un taxista de la vida real llamado Kim Sa-bok, que ayudó a Hinzpeter en su cobertura sobre Gwangju.
Consejos sobre reunificación
Pasando al tema de la reunificación alemana, Scholz enfatiza que Alemania Occidental y Alemania Oriental trabajaron enérgicamente hacia ese objetivo, además de tener una dosis de buena suerte y estar en el momento perfecto. “Creo que Corea del Sur y Corea del Norte podrían hacer lo mismo, aunque la situación es más complicada en la península de
Corea, pues está rodeada de grandes potencias con intereses muy diferentes”. La unificación coreana puede ser difícil de lograr a corto plazo. Aun así, Scholz señala que “las dos Coreas pueden adoptar el principio de ‘un país, dos sistemas’, similar al de China y Hong Kong, o buscar alguna otra forma de reunificación. El camino alemán no debería ser la única opción”, agrega. Expresó su pesar por la tendencia de los coreanos a eludir los consejos críticos. “Muchos coreanos dicen: ‘No entienden nuestra situación’. Aunque lo cierto es que muchos extranjeros sí pueden entender la situación de Corea, pero los coreanos a menudo parecen no estar listos para aceptar distintos puntos de vista ni otras soluciones”, recalca Scholz. Con respecto al sistema educativo de Corea, asegura que tanto énfasis está fuera de lugar. “Parece no centrarse en la calidad sino en la cantidad, a nivel educativo, destruyendo así la creatividad de los estudiantes”. “No hay un solo Premio Nobel (no político) en Corea, y es por un motivo”, afirma. “Los niños necesitan jugar más y estudiar menos. Y el estudio debería centrarse en aprender algo, y no solo en prepararse para los exámenes”. Tras llevar varias décadas en Corea, Scholz disfruta de su segundo hogar, pero no descarta la posibilidad de afrontar nuevos retos, de buscar otra puerta a la que llamar. “El tiempo dirá”, concluye.
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UN DÍA CUALQUIERA
Un corte f ino Kim Jong-gu es un maestro sastre con cuatro décadas de experiencia. Trabaja incansablemente cerca de Dongdaemun Fashion Town, epicentro del K-fashion en Seúl, donde corta y cose prototipos de los últimos diseños. Kim Heung-sook Poeta Ha Ji-kwon Fotógrafo
El sastre Kim Jong-gu corta telas en su estudio compartido en Sindangdong, Seúl. Comenzó a aprender el oficio de adolescente hace más de 40 años. En 2018, el Gobierno coreano le nombró “Especialista de primer grado en costura”.
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nnumerables personas sueñan con ser diseñadores de moda. Sueñan con transformar una tela en piezas de marca que hagan voltear la cabeza. Pero para convertir un diseño y una tela en una prenda, hace falta un tercer elemento: la confección. Ese proceso de trastienda, que a menudo es pasado por alto, requiere un alto grado de concentración, habilidad y eficiencia. Crear una prenda de vestir que se adapte a la perfección es difícil: requiere mucho tiempo dominar el oficio, asegura Kim Jong-gu. Él cogió la aguja y las tijeras cuando era adolescente y desde entonces ha trabajado sin parar durante 40 años. En 2018, recibió el reconocimiento nacional como ‘Especialista en confección de primer grado’. Y aunque la mayoría de sus compañeros ya están jubilados, Kim se mantiene ocupado con tareas como freelance, compartiendo el taller ‘Inseong Planning’, en Sindang-dong, Seúl. Este vecindario, ubicado cerca de Dongdaemun Fashion Town (Ciudad de la Moda), es donde se llevan a cabo los últimos retoques cruciales para el K-fashion (la moda coreana). La jornada laboral de Kim no es muy distinta de cuando trabajaba para una empresa. Se levanta temprano y tras hacer algo de ejercicio en el gimnasio de su complejo de apartamentos, desayuna y sale a las 8 a.m. No regresará hasta pasadas las 8 p.m. Cinco personas comparten taller. Producen muestras y patrones de forma independiente, en su propio espacio de trabajo y con su propio equipo. Kim hace muestras de ropa para operadores de centros comerciales de internet, propietarios de tiendas de Dongdaemun, empresarios que atraen a compradores extranjeros y proveedores de canales de tele-tienda. A veces, los diseñadores y los fabricantes de ropa chocan sobre la viabilidad de un diseño. “Por lo general, los diseñadores jóvenes y menos experimentados hacen esas demandas, pero solo hay que explicárselo”, asegura Kim.
“Cuando realmente no les convencen pese a la explicación, entonces sigues sus instrucciones y les muestras el resultado. Luego dicen: “Ah, ya veo”, y finalmente entienden. Para que un diseño se convierta en una buena prenda de vestir, los expertos técnicos deben poner todo de su parte en la confección, y tanto el diseñador como el cliente deben quedar satisfechos. Si solo le gusta a su creador, no será bueno, aunque imagino que sucede lo mismo en otros sectores. Pero creo que solo puedes hacer bien este tipo de oficio si encaja con tu temperamento. Has de ir directo al grano, tener buena concentración y ser una persona meticulosa. Tu objetivo también debe ser claro. Para perfeccionar realmente tus habilidades, debes pensar: esta es mi línea de trabajo, esto es lo que quiero hacer”. Kim tiene un precio básico por muestra para cada tipo de prenda que produce, por ejemplo una chaqueta o un vestido, y agrega una tarifa por mano de obra, según la dificultad de cada diseño. “Debes tener un juicio rápido al cortar la tela. Vacilar solo te hará perder tiempo. Confeccionar ropa es una lucha contrarreloj; tienes que terminar en el tiempo que facturas a tu cliente”.
Recuperar el respeto
Kim también imparte clases de una sola sesión para la próxima generación de expertos costureros. Le gusta tratar con la juventud y tiene mucho que compartir. Sastres y costureros comparten una historia dolorosa en Corea. Jeon Tae-il, el mártir más conocido en la historia del movimiento obrero coreano, era sastre en el mercado Pyeonghwa de Dongdaemun. Le enfurecía la forma en que los trabajadores eran obligados a completar jornadas infinitas en talleres inseguros sin librar nunca. El 13 de noviembre de 1970, a los 22 años, Jeon se inmoló frente a su lugar de trabajo suplicando a los jefes que cumplieran con la ‘Ley de Normas Laborales’. Su muerte originó una campaña en pro de los derechos de los trabajadores y condujo a la creación de sindicatos en Corea. Hoy, gran parte de los costureros y sastres coreanos tienen más de 50 años. En Seúl, se ubican principalmente en los barrios próximos a Dongdaemun Fashion Town. Muchas de esas tiendas son administradas por parejas, o por dos o tres parientes que realizan trabajos subcontratados o sub-subcontratados. El ambiente laboral ha mejorado desde los días de Jeon Tae-il, pero aún trabajan largas horas por un bajo salario. “No es de extrañar que haya tan poca gente interesada en esta profesión. Y aunque los diseñadores reciben un gran reconocimiento, no sucede igual con los que confeccionan la ropa”, explica Kim.
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“Mientras aprendía, cuando era niño, recibía una bofetada cada vez que cometía un error… Y cuando era joven, a menudo pensaba en dejarlo porque el salario era muy bajo en comparación con el esfuerzo que suponía, pero actualmente me tratan con respeto”. ¿El motivo? El Hallyu (la Ola coreana). Después del K-pop y el K-beauty, el K-fashion lidera la ola coreana. Al reconocer esta nueva base exportación cultural, el gobierno está adoptando políticas para impulsar una fuerza laboral de fabricantes de ropa cualificados. Cada vez más gente se inscribe en la Academia de Habilidades de Costura Avanzada de Corea (KASSA), donde Kim imparte clases especiales de un día, cuyas listas de inscripción superan con creces el límite de 20 alumnos. Como ni siquiera pudo completar el programa oficial de la escuela secundaria, Kim se siente entre avergonzado y eufórico cuando le llaman “maestro”. “Cuando mi hijo era un niño, decía que también quería confeccionar ropa, pero yo me opuse rotundamente. Incluso entonces, los salarios seguían siendo bajos y la profesión no tenía ningún reconocimiento social. Si tuviéramos la misma conversación hoy le alentaría, pero en aquel entonces parecía no tener futuro. Mi hijo ahora trabaja en una empresa del sector TIC y de vez en cuando recuerda aquel episodio entre quejas. Si volviera a mencionar que le gustaría dedicarse a confeccionar ropa, haría todo lo posible por enseñarle”.
Cambio de rumbo
Kim nació en 1962 en Goheung, provincia de
Jeolla del Sur, como sexto hijo de una familia rural de cuatro hijos y cuatro hijas. La familia se mudó a Seúl y cuando Kim llegó a la edad de ir a la escuela secundaria, su padre le consiguió un puesto de aprendiz en una sastrería. En la tienda Kim recibía alojamiento y comida, pero no salario. Aquellos fueron los años de vertiginosa industrialización, que a menudo obligaron a Kim a trabajar hasta la medianoche o incluso durante la noche, antes de ir a la escuela por la mañana. Recordando el consejo de su padre, quien le dijo que aprender un oficio sería la única forma de vivir bien, resistió a los constantes impulsos de dejarlo. Kim no asistió a una escuela ordinaria oficial. Para ser reconocido como graduado de la escuela secundaria, tuvo que aprobar un examen nacional, pero reprobó dos veces, pues tan ingentes demandas laborales consumían la mayor parte de su tiempo de estudio. Afortunadamente, encontrar un trabajo le fue mucho más fácil. Se embarcó en una sastrería de “series de temporada”, donde pudo perfeccionar sus habilidades. Pero en la década de 1980, la industria de la confección, que había ayudado a impulsar el rápido crecimiento económico de Corea, cambió de rumbo. “A medida que la confección industrial se hizo más común, los trajes a medida perdieron popularidad. Había trabajado muy duro para obtener mis habilidades como sastre, pero no había trabajo. No tuve más remedio que conseguir un trabajo con un fabricante prêt-àporter”, comenta. En el transcurso de más de una década trabajando para esa compañía, se enamoró y se casó con una de sus compañeras de trabajo. Su esposa aún trabaja en la empresa donde se conocieron hace tantos años. Posteriormente, Kim dirigió su propia fábrica de ropa de mujer y se asoció con un ex jefe. Pero con la crisis financiera asiática de 1997 entraron en quiebra y tuvieron que cerrar. Más tarde lanzaron una marca juntos, y hasta abrieron casi 50 tiendas en todo el país. Finalmente, el aumento de los costes laborales les obligó a trasladar el negocio a China, donde Kim dirigía las operaciones de fabricación. Después de siete años en Weihai, provincia de Shandong, los costes
“ Para perfeccionar realmente tus habilidades, debes pensar: esta es mi línea de trabajo, esto es lo que quiero hacer”.
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laborales nuevamente se convirtieron en un espinoso problema. “Teníamos unos 180 empleados y, obviamente, esperaban que sus salarios aumentaran a medida que aumentara su experiencia. Finalmente fueron a la huelga exigiendo un mejor sueldo, pero nuestro jefe en Corea no les dio un aumento y simplemente no pude aceptarlo. Al final, dejé la compañía”. Kim había estado tres años estudiando chino después del trabajo en la Universidad de Shandong, por lo que pudo mudarse a Dandong tras dejar su empresa. Allí trabajó con un grupo étnico chino de Corea del Norte, suministrando ropa hecha en Pyongyang a Corea del Sur. Pero incluso ese trabajo terminó abruptamente cuando las tensiones políticas intercoreanas comenzaron a afectar a las relaciones económicas. Kim no tuvo más remedio que volver a Corea del Sur y trabajar en otra empresa de ropa para mujer, donde estuvo cinco años.
Autónomo feliz
Ahora, como profesional independiente, Kim disfruta de la libertad de aceptar o rechazar encargos, pues sabe que trabajo no le va a faltar. “En mi oficio no hay edad de jubilación, por lo que puedo seguir todo el tiempo que quiera. Conozco a otros fabricantes de ropa de entre 70 y 80 años que todavía crecen”. En su tiempo libre, Kim se dedica a leer. Ha leído las enseñanzas de Confucio y de Lao Tzé, y también libros sobre historia y economía, pero sus favoritos son Cómo dejar de preocuparse y comenzar a vivir de Dale Carnegie y Romance de los tres reinos de Luo Guanzhong, que ha leído más de 10 veces. Un viejo adagio dice que no deberías hacerte amigo de alguien que no haya leído Romance de los Tres Reinos, que no deberías discutir con nadie que lo haya leído más de tres veces, y no deberías ni acercarte a quien lo haya leído más de 10 veces. Pero Kim dice que las relaciones entre los distintos tipos de personas, y las estrategias y tácticas para ganar una batalla como presenta el libro, nunca pierden interés. Cuando comenzó a aprender confección de adolescente Kim no tenía ningún sueño para su futuro… pero ahora sí. “Me gustaría reducir el nivel de trabajo, ir de vacaciones con mi familia, leer libros y aprender cosas nuevas. Cuando vivía en China, viajaba por todas partes, visité lugares como el Monte Tai y el Monte Paektu, pero aún quedan muchos lugares que me encantaría ver”.
Actualmente, Kim Jong-gu solo trabaja por encargo para diseñadores de moda que requieren prototipos de sus últimas creaciones. El ágil y preciso movimiento de sus manos da vida a las ideas de los diseñadores.
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ENTRETENIMIENTO
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a novela Kim Ji-young, nacida en 1982 dio voz al movimiento #MeToo de Corea en otoño de 2016. Su disección sobre cómo la discriminación de género frustra a las mujeres coreanas desde el nacimiento hasta la maternidad resonó en muchos grupos demográficos. Sin embargo, al mismo tiempo promovió la misoginia y la crítica instintiva. Si avanzamos rápidamente tres años, observamos que la cruda dicotomía de reacciones se mantiene tras proyectarse la adaptación cinematográfica.
Cruzar la brecha de género
De best-seller a película
Ante la eclosión del movimiento #MeToo en Corea, no sorprendió mucho que la novela Kim Ji-young, nacida en 1982 y su adaptación cinematográfica tuvieran buena acogida entre ciertas audiencias. Pero a la vez crearon sentimientos encontrados en la sociedad coreana, incluida la industria del cine. Lee Hyo-won Escritor independiente
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© Mineumsa
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© Lotte Entertainment
A pesar de la reacción antifeminista, la versión cinematográfica de “Kim Ji-young” debutó como número 1 en la taquilla coreana en octubre de 2019, algo nada sorprendente dada la recepción del libro, que a finales de 2018 había vendido un millón de copias. Fue una hazaña inusual, pues los coreanos no son conocidos por ser ávidos lectores. Y cuando el libro no era comprado, era prestado. Así, “Kim Ji-young” lideró la lista de libros favoritos en 2018 y 2019, según la Biblioteca Nacional de Corea. La guionista de televisión Cho Nam-joo solo tardó dos meses en escribir este best-seller. Su historia abordaba los problemas sexistas y de género, tanto implícitos como explícitos, que acechan en el hogar, la escuela, el trabajo y las zonas públicas. El libro también se convirtió en superventas en China, Japón y Taiwán, y los derechos de publicación se vendieron a Estados Unidos y otros países europeos. El personaje principal Ji-young (nombre coreano femenino muy común) no elimina las injusticias, como hicieron algunas protagonistas femeninas de Hollywood. Su personaje principal es una mujer de 30 y tantos años que deja su trabajo para quedarse en casa y criar a su hija. Pero cuanto más cansada se siente de estar atada al hogar, Ji-young recuerda que ella creció con muchos sueños, y que recientemente estaba ascendiendo en su carrera profesional.
1. Portada de la novela Kim Ji-young, nacida en 1982 de Cho Nam-joo, publicada en 2016 por Mineumsa, integra una serie de obras destacadas de jóvenes escritores. Se convirtió en éxito de ventas y creó un acalorado debate sobre feminismo. Traducida a muchos idiomas, ha captado la atención internacional. 2. Escenas de la película homónima lanzada en octubre de 2019, el primer largometraje de la directora Kim Do-young. El anuncio de la adaptación cinematográfica reavivó un ferviente debate sobre temas de género.
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Sin embargo, los recuerdos de Ji-young no son del todo optimistas. Cuando era niña, su hermano menor y sus compañeros de clase recibían primero la comida solo por ser chicos. También fue acusada de “atraer” a un acosador en su adolescencia, y posteriormente fue víctima de una cámara oculta instalada en el baño de su lugar de trabajo por un depredador sexual. Un día, un transeúnte la ridiculiza sin venir a cuento mientras ella toma un café en un banco del parque con su bebé, aludiendo a cómo “gasta cómodamente el dinero de su esposo”. Las experiencias de Ji-young han logrado un fuerte eco porque ella representa a la hija, madre, hermana, esposa y vecina coreana promedio. Ella sufre su indignación en silencio. Para Ji-young y para muchas otras Ji-youngs en toda Corea, esos abusos son simplemente parte de su vida cotidiana, y el hecho de reflejar un problema común lo hace tan convincente. “La vida de Ji-young no es muy diferente a la que yo he vivido”, afirma Cho.
Frustraciones comunes
En la película, el tierno esposo de Ji-young (Gong Yoo, quien también interpretó al padre protector en la película de zombis “Train to Busan”) percibe que el estado de ánimo de su mujer es cada vez más depresivo e irascible. Él hace todo lo posible por apoyar a su esposa, hasta que finalmente comprueba que padece un trastorno emocional. Corea continúa gobernada en gran medida por normas sociales patriarcales. El Foro Económico Mundial clasificó al país en el puesto 108, de entre 153 naciones, en su índice ‘Brecha de género global 2020’ (siendo el primer lugar el más equitativo en temas de género). El informe de 2013 de la Oficina de Naciones Unidas contra la droga y el crimen refleja que Corea posee uno de los ratios más elevados de víctimas de homicidio entre mujeres y hombres, con un 52,5 por ciento. Pero incluso antes de que estallaran los movimientos #MeToo y #TimesUp en Estados Unidos, por las acusaciones de acoso sexual contra el magnate de Hollywood Harvey Weinstein, en Corea comenzaron a surgir unas protestas feministas a nivel nacional sin precedentes. Meses antes del lanzamiento del libro de “Kim Ji-young, nacida en 1982”, una joven fue asesinada por un extraño en una sala de noraebang (karaoke), cerca de la estación de metro de Gangnam. Durante el juicio, el acusado indicó que su motivación en el crimen derivaba de haber ignorado por las mujeres. Los ciudadanos decoraron la estación de metro con decenas de miles de post-it amarillos en respuesta a ese crimen misógino.
Posteriormente, en mayo de 2018, más de 12.000 niñas y mujeres se manifestaron contra la discriminación y la violencia de género en la estación de metro Hyehwa, en Seúl. Dicha convocatoria surgió poco después de que varias estrellas del pop de alto perfil se vieran envueltas en un escándalo pornográfico de “cámara espía”, tras la filmación y distribución sin consentimiento de vídeos de encuentros sexuales.
Exposición tardía
La exhibición de una película que abordaba cuestiones de género fue postergada en el cine coreano convencional, principalmente porque los ejecutivos del sector tenían miedo a posibles reacciones negativas. Y sus preocupaciones no estaban fuera de lugar: la actriz Jung Yu-mi, al ser elegida para el papel de Ji-young, recibió gran cantidad de comentarios de odio en las redes sociales. También circuló una petición para frenar la película y los portales web fueron bombardeados con malas calificaciones sobre la película, incluso antes del lanzamiento. Los críticos con el libro y la película alegan que ofrece una perspectiva distorsionada, generalizada y sexista de los hombres, y que sirve para avivar los conflictos de género. Algunos incluso afirman que la película es una fantasía femenina y que la protagonista es una persona egocéntrica y autocomplaciente. Pese a todo, los efectos de la película ya se han dejado notar, en gran parte porque Corea es uno de los países con más espectadores del mundo. Los medios de comunicación citan a “Kim Ji-young” en múltiples historias sobre la brecha de género respecto al desempleo, y en cómo esa tasa aumenta del 2% al 28% después del matrimonio. En diciembre de 2019, el Ministerio de Igualdad de Género y Familia anunció planes para que las mujeres puedan reincorporarse al mercado laboral tras un permiso por crianza y maternidad. Muchos periodistas atribuyen esos avances al “efecto Kim Ji-young”. Por último, cabe destacar que la versión cinematográfica de “Kim Ji-young” fue dirigida por la actriz y cineasta Kim Do-young. Al igual que en Hollywood, la industria cinematográfica coreana está lejos de lograr la igualdad de género tras la cámara. Kim es una de las pocas mujeres que han tenido la oportunidad de dirigir una película relevante para el país. De hecho, la tasa de participación de mujeres en la industria fílmica coreana solo superó el 10% por primera vez en 2018, según el Consejo de Cine de Corea. Se espera que “el efecto Kim Ji-young” ayude a cambiar tan profunda y arraigada tendencia.
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OPINIÓN DESDE LA LEJANÍA
Viaje de ida y vuelta Manuel Manzano Chef/Owner - Restaurante ‘The Xef’
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omo todo el mundo en esta vida, cada uno busca su camino. Muchas veces para encontrar ese camino, hacen falta nuevas experiencias o aventuras. En mi caso, necesitaba encontrarme de nuevo. Siempre está ese momento en el andas perdido, y yo tome la decisión de buscar un nuevo destino con nuevas metas. Hacía tiempo que Asia me llamaba la atención, sobre todo por algo muy de moda actualmente: el tema gastronómico o culinario, pues es mi trabajo. Me llegó la oportunidad de poder viajar a Seúl para trabajar y no lo dudé ni un segundo. Mi nombre es Manuel Manzano Rodríguez y en las siguientes líneas voy a compartir humildemente mi experiencia en Corea del Sur. Actualmente soy propietario de un pequeño restaurante llamado The Xef, en el centro de la ciudad. Cuando decidí volar hacia Seúl, la información sobre Corea en España era muy escasa. Unos 12 años atrás era como lanzarse a la aventura, sin saber muchas cosas. Los primeros días, los tres primeros meses, en mi caso, fueron algo duros, pues fue llegar y ponerme a trabajar, sin apenas tiempo para hacerme a la ciudad. Adaptarme a la cultura del trabajo no me costó mucho esfuerzo, ya que soy cocinero y lo llevo en las venas. Quizá lo más difícil para mí fue entender cómo actúan y piensan los coreanos. En España mucha gente piensa en trabajar para vivir, y aquí la filosofía de vida es totalmente opuesta. Así que opté por adaptarme a su día a día. Con el tiempo vas aprendiendo y empiezas a
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entender cómo funciona el país, compruebas todo lo que han sufrido no hace mucho tiempo atrás, y cómo consiguieron reflotar el país desde casi cero (a mí entender), y como han hecho crecer y avanzar. Esa cultura del sacrificio por sacar adelante lo suyo en Corea, es la que impregna el día a día y la forma en que yo vivo. Al principio, la estancia es dura. La lejanía de la familia, de los amigos, de tus rutinas, comida, sueño, etc. Todo eso queda lejos, así que desde el principio intenté siempre integrarme con mis compañeros de trabajo y buscar amistades con gente más o menos afín (las encuentras, sí o sí). Personalmente encontré muchos amigos, y en concreto uno muy especial que aún mantengo, pese a no vivir en la misma ciudad. Ese amigo, Albert, me ayudó mucho pues ya llevaba 7 años en Seúl, y me dijo una frase que siempre llevaré conmigo: “Para vivir aquí, o en cualquier otro lugar fuera de casa, debes crearte tu mini-mundo, tu pequeña familia. Ellos serán el pilar de tu día a día”. Desde entonces, todo ha ido surgiendo. Me aventure en el día a día. Los coreanos siempre han tenido una sonrisa para mí, pues ser latino o español les causa simpatía. Nos tienen por personas alegres y cariñosas. Sin duda nunca me sentí más orgulloso por ser de donde soy como en Corea del Sur, o en el resto de Asia. Aun así, como toda experiencia tiene sus partes duras y no todo es un camino de rosas, pero si no te rindes, consigues hallar el lado positivo. En Corea, la oportunidad siempre acaba llegando, pero hay que luchar duro por alcanzarla.
Cuando la rutina diaria se me hizo un poco cuesta arriba, tomé la decisión de conocer más el país, salir de la ciudad. Sin duda, Corea no es solo Seúl, hay muchos otros lugares que para mí merecen la pena, como Busan, Jeju, Daegu, Mokpo y, mi favorito, Gangneung. Esos otros lugares hicieron querer más este país. Gangneung me recuerda a la playas y a la costa de mi querida Barcelona y sus gentes, como si fueran mediterráneas, siempre son muy cariñosas conmigo. Tengo la suerte de poder decir que siempre he tenido el respeto de mis compañeros, gente local. La dedicación y la pasión por mi trabajo se convirtieron en forma de admiración. Gracias a este aprecio, mis días son más felices y me da ánimo para seguir. Siempre me puse motivaciones, mi familia es lo principal: ellos siempre me apoyan constantemente para que me sienta como en casa. Debo decir que, desde el minuto cero, nunca entré a comparar mi país con Corea. Aquellos que conocí y que siempre estaban comparando, han durado muy poco tiempo aquí, como mucho seis meses. Del lenguaje no me puedo olvidar. No es fácil aprenderlo, pero sí que es necesario intentar hacerse entender, pues la mano se abre mejor para ayudarte si ven que te esfuerzas por aprender su idioma. Si deseas aprender coreano, siempre recomiendo ponerse con énfasis, y con tiempo y dedicación lo acabas aprendiendo. Al menos a nivel básico. Muchas veces uno intenta comunicarse al cien por cien, pero otras veces es mejor (a mí entender) dejarse llevar como si fuera tu primer día en el país, así todo fluirá más fácilmente. De todos modos, los coreanos me recuerdan mucho a nuestra forma de dejar aprender español, te permiten equivocarte, y luego te ayudan a cuadrar mejor la frase, para acabar de aprender. También tuve la suerte de trabajar en Busan. Pese a ser la segunda ciudad más importante de Corea, es otro mundo, en comparación con Seúl. Ofrece una vida más tranquila, y te da más tiempo de disfrutar la ciudad. Son gente, como ya dije antes, de costa, y para mí siempre han sido “más salaos” que en la capital. En mi trabajo, me han tratado de maravilla. Fue un año de mi vida que me ayudó a pensar y a definir mis próximos pasos. Además tuve la ocasión de disfrutar de otras ciudades, como Daegu, Yeosu o Jeju, pero duran-
te breves estancias. Para mí, sin duda, Jeju es casi como “la Mallorca tranquila”. Sus víveres del mar son increíblemente parecidos a los del Mediterráneo, y su cerdo negro primo hermano del cerdo Mallorquín: bien cocinado, su sabor resulta increíble. De mi estancia en Yeosu me llevo la gran experiencia de compartir mis días con coreanos, en su mayoría bilingües o trilingües, con los que pude ahondar aún más en la cultura y la forma de sentir y comunicarse entre ellos mismos, con sus amigos o familias. Además, muchos han quedado como una amistad para siempre. ¡Ah! Hablando de amistades para siempre… una experiencia como ésta da muchísimas. Compartir y disfrutar la misma situación con otros lejos de casa, te da ese plus de hacer “amigos para siempre”, al margen de dónde esté cada uno. Seguramente me quede corto en palabras, pero para explicar todo lo que me ha pasado en estos doce años necesitaría una película entera. En Seúl, los días parecen horas y los meses días. Tanta intensidad y tantas vivencias a borbotón… todo va tan aprisa que no resulta fácil describirlo. Y como cocinero que soy, no puedo dejar de mencionar su cultura gastronómica. Al principio, el cambio de dieta no resulta nada fácil, pero te vas haciendo poco a poco. Gran parte de la dieta coreana se basa en la cocina de los monjes budistas, de ahí que se coma tanta verdura en pequeños platillos. El kimchi, patrimonio del país, es una de las verduras fermentadas más saludables del mundo. A veces, al haber tantas barbacoas por todas partes, eso confunde y lleva a pensar que es la única dieta del país, pero dando vueltas y aprendiendo, podrás ver una gran variedad. Por último, me sorprende la capacidad de aprendizaje de los coreanos en todo aquello en que se proponen mejorar. Durante once largos años que llevo aquí, he visto cómo la mentalidad y la cultura coreana han avanzado muchísimo. Lo digo así porque tecnológicamente son increíbles, pero faltaba un avance social, tema que ha ido cambiando muchísimo en los últimos años. Incluso ahora me siento más cómodo y más feliz de estar aquí, al venir de dónde vengo. Espero que compartir mi experiencia ayude a formarse una idea mejor del país a aquellos que quieran aventurarse en Corea del Sur. Y os dejo con mi lema, el mantra que me inspira a diario: “Vive, ama y cocina”.
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INGREDIENTES ESENCIALES
Namul:
versatilidad sobre la mesa coreana Los alimentos más consumidos a diario por los coreanos son las múltiples variedades de namul. Pero desde hace poco este nutriente ha captado la atención internacional, gracias a la fama que va adquiriendo la gastronomía budista coreana, principalmente basada en verduras comestibles, y en sintonía con la creciente tendencia vegana. Así, se usa de diversas maneras, incluso en la alta cocina. Jeong Jae-hoon Farmacólogo y escritor gastronómico
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l igual que el chucrut de Alemania o el fish and chips de Inglaterra, cada país tiene sus propios alimentos representativos. Pero esa imagen es subjetiva: por ejemplo, hay personas que solo piensan en tacos al hablar de la gastronomía mexicana. Por supuesto, eso no significa que los tacos sean el único plato mexicano, y solo refleja que esas personas no conocen bien lo que realmente comen en México. Un par de platos no pueden representar los siglos de tradición culinaria de un país. Pero si alguien menciona el namul como plato representativo de Corea, probablemente esa persona sepa bastante sobre la cocina coreana.
2 © Agencia de Noticias Yonhap
La esencia de la cocina coreana
La palabra namul en sí es compleja, tanto en significado como en su uso. El Diccionario Estándar del Instituto Nacional del Idioma Coreano presenta dos acepciones. En primer lugar, namul comprende “todas las plantas, hierbas y hojas comestibles”, con ejemplos como freno de helecho, raíces de campánula, brotes de aralia y bolso de pastor. En segundo lugar, namul alude a “un plato de plantas u hojas comestibles hervidas, fritas o sazonadas”. La primera acepción identifica namul como ingrediente, mientras que la segunda se refiere a un plato preparado. Sin embargo, como ingrediente, namul abarca más plantas, hierbas u hojas que las mencionadas en el diccionario, llegando a incluir cualquier vegetal que se prepare como un plato de namul. Las papas o las berenjenas se consideran namul si se cortan en tiras y se fríen, se hierven o son cocidas a vapor, para luego ser sazonadas con sal o salsa de soja, entre otros condimentos. El calabacín y el rábano tam-
1. Brotes de fatsia, cebollino salvaje y bolso de pastor (de izquierda a derecha), las verduras de primavera favoritas de los coreanos, brotan temprano en montes y campos. Con su salado sabor y aroma, los tallos silvestres ayudan a despertar el apetito tras el largo invierno. 2. Vendedores ofrecen diversos vegetales en cestas, en una típica escena de mercados tradicionales en primavera. En Corea es posible hallar más de 300 tipos de verduras silvestres comestibles. La mayoría son ricas en vitamina C y minerales.
bién se pueden comer como namul si se preparan de forma similar. Por otro lado, ambas acepciones se aplican a los brotes de soja (kongnamul) y a los brotes de frijol mungo (sukjunamul). Como ingredientes, son brotes cultivados en una maceta con orificios de drenaje en el fondo (a menudo en un vaporizador de pastel de arroz), y también son platos tipo banchan o guarnición, si se hierven y sazonan.
Comida estacional
A menudo hay noticias de personas que luchan por sus vidas después de comer brotes venenosos. Como el namul es un alimento de temporada, el momento de recolección es importante. Es en gran medida un alimento de primavera precisamente porque muchas de estas plantas solo se pueden comer cuando son brotes. A medida que crecen, se vuelven resistentes y duros y ya no es posible comerlas. Por supuesto, no todos los brotes jóvenes se pueden comer, y en muchos casos, primero se debe eliminar el veneno. El cebollino silvestre (dallae), la hiedra fibrosa (dolnamul), la pimpinela (chamnamul) y el áster (chwinamul), no tienen toxinas y se pueden comer crudos; pero el helecho (gosari) y la azucena (wonchuri), deben hervirse antes del consumo. Al ser una planta ornamental popular, los brotes jóvenes de las azucenas aparecen a principios de primavera y tienen un sabor dulce y salado a la vez. Sin embargo, esos brotes contienen colchicina, que se usa como medicamento por sus propiedades anti inflamatorias. Dicha planta alivia los síntomas de la gota y recientes investigaciones sugieren que también es eficaz para reducir el riesgo de trastornos cardiovasculares tras un ataque cardíaco. Pero para que esos brotes puedan formar parte de un plato de namul, la colchicina debe eliminarse, pues de lo contrario puede provocar vómitos, dolor de estómago y diarrea. Como la colchicina es soluble en agua, los brotes deben sancocharse y dejarse en
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agua fría el tiempo suficiente para que la toxina se drene. A medida que la planta crece, su contenido de colchicina aumenta, por lo que solo pueden comerse como brotes jóvenes, en primavera. Las plantas comestibles que crecen en ambientes silvestres en las montañas y los campos se llaman san-namul (literalmente “hierbas de montaña”), y es posible encontrar más de 300 especies en Corea. Entre ellos, el áster solo tiene unas 60 variedades, 24 de las cuales son comestibles. Por lo tanto, para disfrutar con seguridad de las variedades disponibles, hace falta saber bastante sobre cuándo recogerlas y cómo prepararlas. Algunas verduras silvestres solo se pueden probar en ciertas regiones. Al igual que la barba de cabra de Kamtchatka (samnamul) y el alhelí de Amur (bujiggaengi), que crecen en la isla de Ulleung, algunas plantas silvestres poseen nombres que indican su procedencia geográfica.
Recetas variadas
Hay muchas maneras de preparar platos de namul: sancochar y luego remojar en agua fría para eliminar la amargura; freír dejando madurar por largos períodos; sazonar con salsa de soja o con pasta de soja; agregar aceite de perilla o de sésamo; espolvorear semillas de sésamo molidas o polvo de semillas de perilla; o añadir una pizca de chile rojo en polvo. Dependiendo del método elegido, el sabor y el aroma pueden ser tan variados como las flores y plantas en el campo. El áster posee el aroma de las manzanas aún sin madurar cuando se come crudo, pero tiene un sabor amargo y salado cuando se hierve y sazona. En tanto la planta denominada bangpung (de la especie Divaricata Saposhnikovia), a pesar de su amargor subyacente, similar al de áster, también tiene un sabor distintivo: es como una mezcla de cáscara de mandarina y menta. En cuanto a las cebolletas silvestres y al bolso de pastor, las verduras de primavera más populares de Corea, su sabor y sutil aroma son difíciles de describir. Rachel Herz, una neurocientífica cognitiva conocida por sus estudios sobre psicología del olfato, señala en su libro The Scent of Desire: Discovering Our Enigmatic Sense of Smell (La esencia del deseo) que hay
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Una cucharada de sopa hecha con bolso de pastor y pasta de soja te hace sentir como si estuvieras de pie en el campo, oliendo la tierra húmeda de la madrugada de un día entre invierno y primavera.
1. El bolso del pastor se come en sopa de pasta de soja o como guarnición, sancochando y condimentando con pasta de soja, pasta de pimiento rojo, ajo picado y cebolla verde, semillas de sésamo y aceite de sésamo. 2. Los brotes jóvenes de fatsia recogidos en primavera normalmente se sancochan y se comen con una salsa de pasta de pimiento rojo, vinagre y azúcar. 3. El bibimbap permite disfrutar de varios tipos de verduras a la vez. Arroz y verduras variadas, cubiertas con un huevo frito y guarnición de carne, se mezclan con pasta de pimiento rojo y aceite de sésamo.
muchas menos palabras usadas solo para describir experiencias olfativas, que para cualquier otra percepción sensorial. Esta explicación es perfecta para las cebolletas silvestres y el bolso de pastor, cuyo aroma es difícil de describir aún después de probarlos, hasta tal punto que uno siente la limitación de su vocabulario. Al igual que el ajo, las cebolletas silvestres tienen un sabor picante por su contenido de alicina, pero a diferencia del ajo, tienen una dulzura refrescante. El bolso de pastor, como miembro de la familia de la mostaza, también tiene un fuerte aroma típico de compuestos de azufre. Pero nada de eso realmente basta para una descripción adecuada. Eso sí: una cucharada de sopa hecha con bolso de pastor y pasta de soja te hace sentir como si estuvieras de pie en el campo, oliendo la tierra húmeda de la madrugada de un día entre invierno y primavera. Y, por supuesto, probar las cebolletas silvestres y el bolso de pastor, será para usted cien veces mejor que hablar de ello.
El temprano aroma de primavera
Tan agradable como saborear diferentes tipos de namul por separado y comparar sus aromas, otra forma maravillosa de degustarlos es mezclarlos con arroz, un poco de pasta de pimiento rojo (gochujang) y aceite de sésamo con un huevo frito. El plato resultante se llama bibimbap, y puede hacerse fácilmente en casa mezclando arroz con cualquier guarnición de namul que haya en la nevera. Junto con gukbap, el nombre genérico para una variedad de platos que consisten en arroz en sopa caliente, el bibimbap es uno de los platos más antiguos que se sirven en los
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restaurantes coreanos. Quizá a algunos no les guste la forma en que el bibimbap combina todos los sabores, pero cualquiera que entienda sobre namul sabrá que no es una propuesta difícil de aceptar. En esa mezcla de diferentes verduras del bibimbap está la esencia de la comida coreana y su filosofía de abrazar la diversidad. A medida que más restaurantes de alta cocina intentan crear nuevos platos con verduras frescas silvestres, el namul está pasando de ser la comida coreana más tradicional a la más innovadora.
CULTURA Y ARTE DE COREA 71
JORNADAS DE LITERATURA COREANA
CRÍTICA
En medio de “este” y “el otro” lado del mundo
En el relato “¿Quién mató al gato?” que forma parte de la octava colección publicada en 2019 bajo el mismo título, la primera después de cinco años de intervalo, Youn Dae-nyeong intentó abarcar un mensaje social que no se destacaba claramente en sus producciones anteriores. Se le reconoce como el paso que ha dado en base a sus incansables preocupaciones existenciales y la prosa poética que han caracterizado sus obras desde el debut literario. Choi Jae-bong Reportero, The Hankyoreh
Y
oun Dae-nyeong realizó su debut en la literatura en 1990 al ser galardonado con el premio al “Nuevo escritor más destacado” otorgado por la revista mensual Literatura y pensamiento con su obra “El bosque de mi madre”. Más adelante, con la publicación de su colección Reportaje de pesca de pez dulce en 1994 adquirió el reconocimiento como uno de los autores más reconocidos de la década. Se le consideró como el autor más representativo de la sensibilidad de los años 1990 y sus relatos tuvieron exteriormente tintes de narraciones de viajes e historias de amor. Aun así, los episodios de turismo y las escenas sentimentales no se detuvieron meramente en el traslado espacial e intercambio de relaciones personales. La mayoría de las obras de su etapa inicial, donde por lo general, el protagonista era un hombre de principios o mediados de las treintenas, podría considerarse justamente como exploraciones convencionales de sí mismo en manifestación de sus aventuras filosóficas y existenciales. De acuerdo con uno de los personajes de Reportaje de pesca de pez dulce, “el mundo puede dividirse en “los de este” y “los del otro” lado”. Es por eso que, los protagonistas de esta obra que se hallan localizados en “este lado”, al presentarse situaciones inesperadas, cruzan al “otro lado”, que permanecían en el olvido o perdidos, enterrados mientras estaban en el tedio y repetitivo trajín de la vida diaria, y que a fin de cuentas, es la esencia de nuestra existencia, el punto clave de nuestro origen. El pasaje que se cita abajo, retomado de su novela Un lugar muy lejano de nuestro recuerdo (1996), describe los temas básicos de
72 KOREANA Primavera 2020
© Moonji Publishing Co., Ltd.
sus primeras obras hermosa y misteriosamente: “Pues sí, algunas veces, cuando nos miramos en un espejo sucio y manchado, terminas viendo una cara familiar flotando en la quietud, como si fuera la luna diurna. Al otro lado de la memoria, que ya no puedes por más volver; o tal vez puede ser el otro lado de algún recuerdo del pasado. Pues sí, todos y cada uno de nosotros venimos de ese antiguo paisaje, de esos recuerdos. Y, de cuando en cuando, escuchamos desde allí dentro tenues sonidos que nos llaman”. Al entrar en edad, es natural que el mundo literario de un autor sea objeto de cambios y tal vez, en ciertos casos, sea algo del todo inevitable. Youn Dae-nyeong no ha sido la excepción a esta regla, ya que tuvo transformaciones al pasar de las relativas juveniles edades de las treintenas hacia la siguiente, con lo cual la tendencia de sus obras trajo marcadas diferencias. Este proceso fue más contundente en Criando golondrinas, publicado en 2007. A través de sus ocho relatos, de cortos y de mediana extensión, esta obra explora la forma en que el tiempo puede moverse en base a diferentes lapsos que pueden transcurrir en tal sólo algunos años, en un espacio corto,
hasta multiplicarse en décadas, alargándose y cómo la suerte de cada quien, como consecuencia, puede cambiar totalmente. En “Criando golondrina”, su relato representativo, la madre del narrador se va de casa todos los inviernos persiguiendo a las golondrinas que parten hacia el sur. En sus trabajos anteriores, ese abandono materno sin duda alguna había llegado a ser la oportunidad para la aventura en busca del significado de la existencia. Sin embargo, la madre declara que “una mujer es un ser que al igual que un ave migratoria va y viene del mundo eterno. Por lo que, más que un retorno permanente hacia el punto de origen de la existencia para nunca volver a encontrarse, lo que tenemos aquí es “el ir y venir” entre este y el otro mundo. La ruptura esencial e insuperable entre este y el otro mundo que se enfatizó en las primeras obras, es algo que no es vigente ya en las posteriores. Otro aspecto que se destaca es que el relato no se concentra tan sólo en la personalidad de la madre sino que pone más atención al padre y al narrador que sufren ambos a causa de la madre. La soledad y la nostalgia que continúan subsistiendo en sus obras, se destacan por un patente giro enfocándose más en el protagonista y en el desarrollo de una relación más íntima entre los personajes. Mientras que las primeras obras tendían a tomar a un hombre como protagonista, el personaje central de este relato se establece en función del padre e hijo, las parejas o los amantes. Son “seres humanos que siempre mantienen algún tipo de relación con los demás”. Si las anteriores obras de Youn se destacaban por desarrollar la capacidad de concebir cada uno de los momentos de la trascendencia dándole una interpretación sobrenatural, el peso en las posteriores recae en la continuación y acumulación de lo mundano. Puede ser que fuera el alcance de la visión del autor que se ha expandido en gran medida, que en otras palabras, sería la transformación de una mentalidad poética a otra más prosaica. Esta nueva manifestación se mantiene consistente en sus próximas colecciones Alerta de fuerte nevada (2010) y Museo de cerámica (2013). A primera vista, “¿Quién mató al gato?”, el trabajo más reciente de Youn, publicado por
Moonji, aparentemente puede asemejarse con los anteriores relatos de viaje, pero muestran características que se diferencian fundamentalmente. En los “comentarios del autor”, Youn confiesa que “el 16 de abril de 2014 experimenté “la muerte de mi ser como escritor” y por largo tiempo he estado sobrecogido por el presentimiento de no poder continuar escribiendo”. Podemos aquí notar la oscura sombra producida por el trágico incidente en primavera del 2014, llamado la calamidad que se produjo con el hundimiento del ferri Sewol, cuando la vida de cientos de estudiantes de secundaria que iban de viaje escolar perdieron sus vidas de una manera que podría decirse que fue debido a la absurda negligencia y corrupción de la compañía marítima y su tripulación, la guardia naval a cargo de las operaciones de rescate y el cuerpo gubernamental que llevaba a cabo y supervisaba directamente las operaciones. Esta colección puede considerarse como fruto de un largo y solitario esfuerzo por parte del autor para su propia resurrección una vez más como escritor, que “escribe una frase tras otra todas las noches, como tejiendo uno a uno el hilo de la telaraña”. El protagonista de “Entre Seúl y América del Norte”, un psiquiatra en sus cincuentenas, perdió a su única y querida hija en un accidente hacía cuatro años y al presenciar el desastre del ferry Sewol llega a la conclusión de que los incidentes que se producen es resultado de la poca responsabilidad de su generación. En el relato “Fusil” protagoniza a un hijo que apunta a su propio padre, un partidario recalcitrante nacionalista incondicional que a su vez, abusaba con la violencia a los miembros de la familia, a lo que el autor añade que “escribí la obra porque era difícil soportar el coraje que me producía una figura de la vida real que me parecía que personificaba la violencia del estado”. Es también otro ejemplo de que los intereses de Youn Dae-nyeong se han expandido de una escala individual y de aventuras existenciales personales a un plano de mayor envergadura y de mayor conciencia crítica sociopolítica. La obra titular de la colección ¿Quién mató al gato? involucra directamente con cuestiones de feminismo que podemos argüir que constituía uno de los temas más intensos que se destacó en la sociedad coreana a finales de la década de 2010. El relato se centra en torno a dos mujeres, Hui-suik, una agente de inmobiliaria y su cliente Seonghui, ambas que sufren en manos de hombres de su vida, bien sea padre o marido, y que a duras penas, llevan adelante sus vidas. La violencia física del marido de Hui-sook y la extorsión económica del padre se fundamentan en “algo parecido a un complejo de culpabilidad, arraigado profundamente en su interior habiéndolo alguien dejado penetrado a la fuerza”. Algo que tiene seguramente relación con “el pánico que predomina en el fondo de su vida”. Mientras Seong-hui cuida de Hui-sook hasta que se recupera de los maltratos del marido, se forma un vínculo de hermandad como la que se forma entre mujeres que sufren de violencia y explotación. ¿Cuál sería el mundo que estas dos mujeres aspiraban encontrar? Esta es la pregunta que el autor lanza sin más a los lectores.
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