Koreana Winter 2017 (Spanish)

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INVIERNO 2017

culturA y Arte De coreA

reportAje especiAl

GAnGwon

TIERRA de MONTAÑAS Contemplar la salida del sol sobre el Mar del Este: Historia de las montañas, los ríos y el mar de Gangwon; Las maravillas del invierno en Gangwon; Estilos de vida en un entorno limpio; La nostalgia de los desplazados en una aldea costera

Provincia de GANGWON

Mitos y Recuerdos

ISSN 1225-4606

TOMO 26, Nº- 4

CULTURA Y ARTE DE COREA 47


IMAGEN DE COREA

Pojangmacha vagones sin caballos, inmĂłviles Kim Hwa-young CrĂ­tico literario; Miembro de la Academia Nacional de las Artes


“C

ualquiera que haya vivido en Seúl durante el invierno de 1964 conocerá esos bares improvisados que aparecían en las calles por la noche, ese tipo de bar que vendía pastel de pescado en sopa, gorriones asados y tres tipos de alcohol. Se entraba levantando el ala de una de las esquinas de la carpa, que ondeaba con el viento frío y barría las calles heladas. Una vez dentro, podían verse las largas llamas de la lámpara de carburo parpadear por el viento, y a un hombre de mediana edad con una chaqueta militar teñida, sirviendo alcohol y asando la comida. En ese tipo de bar nos conocimos los tres esa noche”. Este es el primer párrafo de la novela de Kim Seung-ok “Seoul Winter 1964”. Los pojangmacha (literalmente “vagón cubierto”) de Seúl, a diferencia de los vagones del salvaje oeste americano, carecen de caballos y están inmóviles. No son un medio de transporte, sino un bar o improvisado bistró al borde de la calzada, un bar de paso al que entras casi por inercia, comes y bebes algo, te levantas y te vas. El único punto en común que tiene con un vehículo es que está cubierto, y que tiene fácil acceso, pues está junto a la carretera. Estos bares de paso, como pequeñas tiendas de campaña que aparecen solo de noche, son parte indispensable del paisaje urbano de Corea. Al contrario de lo que sucedía en 1964 en la novela, su menú actual es diverso. Además del pastel de pescado en sopa, ofrecen una impresionante lista de platos que incluye mixinos, patas de pollo, costillas de cerdo, morcilla y otros alimentos fritos, pastel de arroz en salsa picante (tteokbokgi), fideos udong, etc. El famoso gorrión asado de la década de los 60 ahora ha desaparecido, y las bombillas eléctricas han reemplazado a la linterna de carburo. En lugar de la chaqueta del ejército teñida, una reliquia de la Guerra de Corea, hay jóvenes vestidos con vaqueros y chaquetas estilo casual. En los dramas de televisión, el pojangmacha es donde el angustiado protagonista va a beber solo cuando su amor ha sido rechazado o se ha declarado en bancarrota, y donde una mujer que pasa de largo le ve y le trata de consolar, en su ya borracho y apenas consciente estado. Entonces en la pantalla aparece la palabra “Continuará”, como si hubiera vuelta atrás. Este bistró junto a la calzada, de fácil acceso para todos, despierta una fuerte nostalgia en el corazón. Pero estos negocios vagabundos son en su mayoría ilegales. Entonces, a veces el pojangmacha se torna, de puertas adentro, en una solución legal pero extraña. Y es que el pojangmacha, a su manera, personifica las alegrías y las tristezas de la historia moderna de Corea. © HANKHAM


Carta de los editores

Director

Lee Si-hyung

Arte y realidad en el corazón de Gangwon

eDitorA ejecutivA

Yoon Keum-jin

eDitores jefe

Raimon Blancafort, Kim Un Kyung

Era una época oscura, y los vestigios de la dictadura militar aún nublaban la sociedad coreana. Los jóvenes artistas que simpatizaban con las masas oprimidas representaban las marginadas vidas de los trabajadores de las fábricas y de los agricultores que sufrían en pinturas hiperrealistas, atrayendo miradas silenciosas. Incluso entre los artistas minjung de la década de 1980, que Hwang Jai-hyoung se mudara de forma permanente a una remota ciudad minera de carbón en la provincia de Gangwon fue visto como un movimiento radical.Encontrar las pinturas de Hwang de minas de carbón y mineros expuestas en el Museo Park Soo Keun, en la soleada ciudad de montaña de Yanggu fue una impresionante y encantadora sorpresa. A principios de septiembre, el equipo de reportajes especiales de Koreana visitó el museo en una etapa de su recorrido por la provincia de Gangwon. Allí, el encontró una muestra de las pinturas de Hwang, organizada con motivo del primer Premio de Arte Park Soo Keun. El premio fue establecido como homenaje póstumo a Park, quien consistentemente representó a los humildes vecinos durante la Corea asolada por la pobreza, desde la década de 1950 hasta la década de 1960.La portada de este número transmite con calma pero elocuencia por qué se eligió a Hwang como el primer destinatario del premio. Nuestro redescubrimiento de Hwang nos llevó a entrevistarle en Taebaek, en el corazón de Gangwon, donde todavía vive como pintor y miembro activo de la comunidad local (ver página 46). Como apunte final, me entristece profundamente compartir con los que nuestra editora asistente Teresita M. Reed falleció el 2 de diciembre. Teresita fue diagnosticada de leucemia mientras editaba este número. Mantuvo una fuerte lucha hasta el final, según su esposo, Edward Reed, ex representante de Asia Foundation en Corea. Además de ser editora asistente de Koreana desde 2011, trabajó fielmente en numerosos e importantes proyectos relacionados con la cultura coreana a lo largo de los años. Descanse en paz.

consejo eDitoriAl

Raimon Blancafort y Kim Un Kyung Editores-jefe

Bae Bien-u Charles La Shure Choi Young-in Han Kyung-koo Kim Hwa-young Kim Young-na Koh Mi-seok Song Hye-jin Song Young-man Werner Sasse

Director creAtivo

Kim Sam

eDitores

Ji Geun-hwa, Noh Yoon-young,

Director Artístico

Kim Do-yoon

DiseñADores

Kim Eun-hye, Kim Nam-hyung,

Park Do-geun

Yeob Lan-kyeong composición y Diseño Kim’s Communication Associates 44 Yanghwa-ro 7-gil, Mapo-gu Seoul 04035, Korea www.gegd.co.kr Tel: 82-2-335-4741 Fax: 82-2-335-4743 trADuctores

Kim Un Kyung, Raimon Blancafort, Atahualpa Amerise, Joo Hasun

Precio por número en Corea ₩6.000 Resto del mundo US$9 Para conocer el precio en detalle de las suscripciones, lea por favor la página 84 de Koreana. suscripción/corresponDenciA impresA en invierno 2017 Samsung Moonwha Printing Co. 10 Achasan-ro 11-gil, Seongdong-gu, Seoul 04796, Korea Tel: 82-2-468-0361/5 © Fundación Corea 2017 Todos los derechos reservados. Esta publicación no admite reproducciones totales ni parciales sin el permiso de la Fundación Corea.

culturA y Arte De coreA Invierno 2017

Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente representan a los editores de Koreana o a la Fundación Corea. Koreana, registrada como revista trimestral en el Ministerio de Cultura, Deporte y Turismo (número de registro Ba-1003 con fecha 8 de agosto de 1987). También se publica en alemán, árabe, chino, francés, indonesio, inglés, japonés y ruso.

Una publicación trimestral de LA FUNDACIÓN COREA 2558 Nambusunhwan-ro, Seocho-gu Seoul 06750, Korea http://www.koreana.or.kr

“tumbado entre las montañas” Hwang Jai-hyoung 1997-2005. Suciedad y objetos mixtos sobre lienzo, 227,3 x 162,1 cm.


© Condado de Pyeongchang

REPORTAJE ESPECIAL

Provincia de Gangwon : Tierra de montañas, mitos y recuerdos

04

REPORTAJE ESPECIAL 1

Contemplar la salida del sol sobre el Mar del Este Lee Chang-guy

14

REPORTAJE ESPECIAL 2

Historia de las montañas, los ríos y el mar de Gangwon Lee Soon-won

40

ENTREVISTA

Un retrato de la vida en el lado oscuro Chung Jae-suk

20

REPORTAJE ESPECIAL 3

32

REPORTAJE ESPECIAL 5

Las maravillas del invierno en Gangwon

La nostalgia de los desplazados en una aldea costera

Choi Byung-il

Song Young-man

26

REPORTAJE ESPECIAL 4

Estilos de vida en un entorno limpio Lee Byung-oh

56

HISTORIAS DE LAS DOS COREAS

El amor de la Fundación Eugene Bell por los vecinos tras la DMZ

66

OPINIÓN DESDE LA LEJANÍA

¿Por qué decidiste venir a Corea? Ildefonso de la Cruz

Kim Hak-soon

46

CRÍTICA DE ARTE

Gwaebul, la grandeza del budismo en todo su esplendor

60

UN DIA CUALQUIERA

68

INGREDIENTES ESENCIALES

Con una vida feliz todo sabe mejor

Ostras: un plato familiar por la nana ‘El bebé de la isla’

Ryu Kyeong-hee

Jo Eun

Kwon Oh-kil

52

64

ENAMORADO DE COREA

ENTRETENIMIENTO

72

JORNADA DE LITERATURA COREANA

Diplomático reconvertido en traductor lleva la literatura coreana a Francia

¿Qué está cambiando exactamente Netflix?

Choi Sung-jin

El gélido ambiente de las tiendas de conveniencia

Jung Duk-hyun

Choi Jae-bong

Voy a una tienda de conveniencia Kim Ae-ran


REPORTAJE ESPECIAL 1 Provincia de Gangwon : Tierra de montañas, mitos y recuerdos

CONTEMPLAR LA SALIDA DEL SOL SOBRE el Mar del Este

Una larga cadena de altas montañas atraviesa la tierra antes de sumergirse en el mar, el esplendor de la naturaleza indica un contraste desgarrador con la vida agitada de las personas que habitan su seno: esta es probablemente la imagen de la provincia de Gangwon en el imaginario de muchos coreanos. La fragancia picante de las flores del benjuí, los deslumbrantes campos de flores de trigo sarraceno blanco bajo la luz de la luna, y la magnífica perspectiva del sol sobre el Mar del Este son imágenes familiares de la provincia, incluso para aquellos que nunca han estado allí, pues han sido frecuentemente retratadas en numerosas obras literarias y musicales. Lee Chang-guy Poeta y crítico literario Ahn Hong-beom Fotógrafo

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E

n un sencillo escenario y bajo una luz tenue, un cantante toca su guitarra y comienza a cantar; toca “Quinientas millas” de Peter, Paul y Mary. La ruidosa habitación se calma al instante. Algunos entre el público intentan contener sus emociones y otros ya se están secando los ojos. Es una escena de un vídeo clip en YouTube de un café en un pequeño pueblo estadounidense. La historia se convierte en canción a través de la abstracción y la extensión. En “Quinientas millas”, vicisitudes de la historia moderna de Estados Unidos –como la llegada del ferrocarril, la Guerra Civil, la Gran Depresión y los despidos masivos de trabajadores- se resumen en la historia de un vagabundo que echaba de menos a su familia y a su pueblo, que luego se amplía hasta tocar las emociones universales estadounidenses. Tal vez no sería del todo imposible pensar en canciones que nos lleven, al menos por un momento, a comprender y empatizar con personas de otros países o culturas, si tan solo pudiéramos apartar nuestras nociones preconcebidas. Como el tema de este artículo es la provincia de Gangwon Province, me viene a la mente la canción “El paso de Hangyeryeong”, compuesta por Ha Deok-kyu e interpretada por Yang Hee-eun.

pasaje al monte Kumgang En términos geográficos, la provincia de Gangwon es comparable a Suiza. Al igual que la mayor parte de Suiza se extiende a ambos lados de los Alpes, la provincia de Gangwon se extiende desde el monte Kumgang (más conocido como Mt. Geumgang, que significa “Montaña de diamante”) hasta el monte Taebaek, en medio de Baekdu Daegan, la cordillera que conforma la espina dorsal de la península de Corea. En los viejos tiempos, cuando la agricultura era el pilar de la economía, la provincia no era un lugar hospitalario para vivir. La “Guía ecológica de Corea” (Taengniji), un libro de geografía humana del siglo XVIII escrito durante la dinastía Joseon, describe la provincia como un lugar donde “el suelo es tan árido y pedregoso que un mal [vieja unidad de volumen equivalente a unos 18 litros] de semillas solo produciría una docena de mal ”. Pero incluso hoy en día, mantiene circunstancias similares. En parte por esta razón, las remotas aldeas montañosas de la provincia solían ser el escondite perfecto para aquellos oprimidos social y políticamente. Podríamos comprender mejor tan desfavorables condiciones agrícolas analizando la situación de un pasado remoto, cuando el gobierno central recaudaba impuestos en especies. La provincia de Gangwon solo tenía dos almacenes para guardar los granos recolectados como impuestos, y eran demasiado pequeños respecto a los de otras regiones. Lo mismo suce1 día con el tamaño y la cantidad de barcos que transportaban

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En Bongpyeong, lugar de nacimiento del novelista Yi Hyo-seok (1907-1942), hay grandes extensiones de campos de trigo sarraceno, al igual que en sus historias. Cada septiembre, cuando las flores blancas están en todo su esplendor, la ciudad celebra un festival conmemorativo sobre el novelista.

los granos a la capital. Además, concretaron una exención que permitió que los impuestos de los granos recolectados en dicha zona fueran usados dentro de la provincia. En el siglo XVII, esta exención quedó derogada tras la promulgación de la Ley Uniforme de Impuestos sobre el Terreno (Daedongbeop) que gravaba no a los hogares, sino a la tierra en función de su tamaño, y establecía el pago en arroz y no en otros granos. Entonces las cargas impositivas para los campesinos pobres se redujeron sustancialmente. En los días en que la clase dominante estaba compuesta por eruditos confucianos, que consideraban que pasar tiempo en las montañas era una forma refinada de lograr la disciplina espiritual, la provincia de Gangwon era poco más que un pasaje al monte Kumgang, ahora parte de Corea del Norte. Fue una montaña tan famosa en el pasado que el poeta chino Su Dongpo escribió: “Ojalá hubiera nacido en Goryeo [nombre


de Corea en ese momento] para poder ver el monte Kumgang. “Sin embargo, la montaña no era fácilmente accesible, ni tan siquiera para la gente de Goryeo. Para observarla en burro o en silla de manos, como era costumbre entre la nobleza, se necesitaban al menos cuatro asistentes. Además, el viaje desde Seúl hasta el pie de la montaña duraba casi un mes. Ciertamente, no era una aventura para aquellos de riqueza mediocre. Aun así, el monte Kumgang siguió siendo considerado como un destino favorito entre viajeros privilegiados, eruditos, poetas y artistas quienes -cada uno con sus respectivas razones para aclarar la mente- siguieron visitándolo. Al final, la montaña se convirtió en tema común de la literatura de viajes en la Corea premoderna, a menudo con trilladas descripciones de su paisaje y características geográficas, intercaladas con algunos sentimientos personales. Quizá por esta razón, Kang Se-hwang, eminente pintor literario del siglo XVIII, denunció la tendencia

y dijo: “Visitar las montañas debe ser una gran distracción para los nobles, pero darse una vuelta por el monte Kumgang es algo extremadamente vulgar”. Por supuesto, no todos los relatos de ese viaje son convencionales. Así, “Canción del viaje al Este” (Dongyuga), un verso de viaje de un autor desconocido de finales de la época de Joseon, retrata en detalle las vidas de la clase baja que pudo observar durante el viaje: “Viniendo en esta dirección desde Cheorwon, vi / en las montañas superpuestas, escasamente salpicadas de casas / personas arando campos duros y con grava con rejas dobles tiradas por cuerdas. / Las posadas, que sufren de falta de aceite, queman ramas de pino para iluminarse, y las habitaciones apenas se caldean con un horno de barro y una chimenea instalada en una esquina”.

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“Sambuyeon Falls” (Cataratas con tres pozas) del álbum “Transmitiendo el espíritu del mar y las montañas” (Haeak jeonsin cheop) de Jeong Seon, 1747. Tinta y color en seda, 31.4 × 24.2 cm. Aunque los eruditos confucianos de Joseon a menudo consideraban que la provincia de Gangwon era un mero pasaje que llevaba al Monte Kumgang, a veces disminuían la velocidad en lugares de enorme belleza escénica. Atraído por las Cataratas de Sambuyeon en Cheorwon, en su camino hacia la célebre montaña, el artista Jeong Seon (1676-1759) se detuvo para pintar ese espectáculo.

© Fundación Kansong de Arte y Cultura

Dado que casi el 85 por ciento de los franceses vivió una pobreza indigente durante la era napoleónica, las terribles condiciones de vida de la provincia de Gangwon en esos días no resultarían tan excepcionales. No obstante, un escritor coreano durante la era colonial japonesa del siglo XX encontró la pobreza de sus compatriotas bastante extraordinaria. flores de benjuí y campos de alforfón El novelista Kim Yu-jeong (1908-1937) era el hijo más joven de una familia adinerada que durante generaciones vivió en Sille Village en Chuncheon, provincia de Gangwon. Creció yendo y viniendo entre Chuncheon y Seúl, donde recibió una educación de élite. A la edad de 22 años, regresó perma-

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nentemente a su ciudad natal, con unas 50 casas más o menos. Sus circunstancias habían cambiado mucho, porque sus padres murieron tempranamente y su hermano mayor había dilapidado la fortuna familiar. Sin dinero para pagar ni la matrícula ni los gastos de manutención, decepcionado con el amor y afligido por una enfermedad repentina, no tuvo más remedio que regresar a su hogar, con la débil esperanza de obtener su parte de la herencia, incluso aunque para ello tuviera que presentar una demanda contra su hermano. Sin embargo, no fue esa pequeña cantidad de dinero lo que consoló su agotada mente y su cuerpo, sino las flores de benjuí (Lindera obtusiloba), que florecían amarillas en el monte. Geumbyeong a principios de la primavera, y la gente abierta y


honesta de su ciudad natal, especialmente las mujeres rurales, que eran “toscas y duras, tal como la naturaleza las hizo”, libres de cualquier “exageración o pretensión”. Mientras se recuperaba entre el paisaje y la gente de su ciudad natal, abrió una escuela nocturna para los jóvenes del pueblo en una choza ubicada en la colina detrás de su casa. Un día, una mujer del vecindario le habló de una deulbyeongi (traficantes de licor, mujeres que viajaban vendiendo bebidas alcohólicas y coqueteando con sus clientes), que se había quedado en su casa unos días antes de desaparecer. Basado en su historia, Kim Yu-jeong escribió su primer cuento, “Un viajero de la aldea de montaña”. Así se convirtió en novelista y adoptó la misión de representar las dificultades que sufrían las personas que le rodeaban. Sus protagonistas son una serie de hombres lastimosos, del tipo que conoció en su pueblo, tales como un hombre frustrado por la agricultura, que le empobrece año tras año, y planea enviar a su esposa a vender licor (“Esposa”); como un hombre que decide que “es más sabio cavar la tierra para encontrar oro que romperse la espalda durante un año en los campos por unos cuantos sacos de frijoles” (“Encontrar oro en los campos de frijoles”); o como otro que “deambula desde la montaña hacia lo lejos, con su joven esposa tras él, en busca de un mejor lugar para vivir” (“Una ducha de lluvia”). La descripción sincera y humorística de esas miserables vidas ayudó a enriquecer la literatura coreana del siglo XX. Pero mientras que el trabajo de Kim se vio impulsado por la conciencia de que el empobrecimiento cada vez mayor del campo estaba enraizado en la sistemática privación colonial que producían los granjeros arrendatarios en masa, por su parte Lee Hyo-seok (1907-1942) se mantuvo alejado de la realidad de desalmados y traicioneros, y trató de construir su propio santuario artístico. En su característico ensayo “Quemando las hojas caídas”, el novelista de Bongpyeong, en el condado de Pyeongchang, huele el aroma de los granos de café, recién tostados entre el humo de las hojas quemadas, mientras su cabeza planea plantar un árbol de Navidad y aprender a esquiar el próximo invierno. Este idílico ensayo fue escrito en el segundo año de la Segunda Guerra Sino-Japonesa (1937-1945), cuando Corea sufría una explotación colonial extrema. En particular, la visión de Lee de la literatura como “un poder mágico para revelar la belleza de los humanos, por vulgares y despreciables que sean”, solo se vio afectada por la presión de la política de asimilación cultural de Japón. Todavía resulta significativo revisar “Temporada de alforfón”, reconocida como obra maestra de la literatura coreana, para comprender el camino literario de Lee, a medias entre el realismo de sus primeros días y la inclinación de estilo refinado o belletrista de sus años posteriores.

“El camino parecía suspendido desde la cintura de una colina. Pasaba la medianoche y, en la quietud a su alrededor, Heo captó el sonido de la luna respirando como una bestia al alcance de la mano, y los tallos de judías y mazorcas de maíz empapados, a la luz de la luna parecían más azules de lo normal. La cintura de la colina estaba cubierta de trigo sarraceno, y las flores frescas, tan serenas como sal esparcida bajo la suave luz de la luna, resultaban impresionantes. Los tallos de trigo sarraceno rojos eran tan tenues como una fragancia, y el modo de andar del burro era refrescante”. (De ‘Temporada de alforfón’, traducido por Peter H. Lee). Para celebrar la vida y la literatura de estos dos novelistas, la provincia de Gangwon abrió la Casa de Literatura Kim Yu-jeong en Sille Village y el Lee Hyo-seok Memorial Hall en Bongpyeong, donde han preservado sus lugares de nacimiento. canales, caminos nevados y carreteras Muchas de las carreteras de montaña de la provincia de Gangwon suben y bajan a una altura de unos 1.000 metros. Las corrientes que se originan en las altas montañas fluyen principalmente hacia el río Han. Hasta la década de 1930, el río era utilizado como vía fluvial para transportar productos forestales, pues las carreteras eran muy accidentadas. Así, los troncos de madera cortada en los condados del norte de Inje y Yanggu se concentraba en el río Bukhan (el norte del río Han) y la madera de los condados del sur como Jeongseon, Pyeongchang y Yeongwol, en el río Namhan (el sur del río Han) se unían formando balsas que flotaban río abajo hasta llegar a Seúl. Tardaban un día desde Inje hasta Chuncheon, y luego una semana o dos desde Chuncheon hasta Seúl. Para aliviar el cansancio y el aburrimiento, los barqueros que dirigían esas balsas de madera cantaban el “Arirang de la balsa”, una versión del popular “Arirang de Gangwon-do” con letra propia añadida. Esas improvisadas barcas solían llevar porcelana blanca de alta calidad, hierbas medicinales y leña de los alrededores de Yanggu y Bangsan, con destino a Seúl. El río Bukhan era un canal importante para los barcos que navegaban entre Seúl y Chuncheon. Los barcos que transportaban sal desde Seúl, o los impuestos a los granos de la provincia de Gangwon, usaban esta vía fluvial antes de que fuera bloqueada por las represas para obtener energía hidroeléctrica que fueron construidas a principios de la década de 1940. Al cerrar el canal, la electricidad llegó a la provincia. El arroyo Naerin, una vez repleto de filas de balsas de madera, ahora reverbera con los vítores y gritos de los jóvenes que disfrutan haciendo rafting en el río. Mientras que las vías fluviales conectaban la provincia con el mundo exterior, sus caminos nevados lo aislaban, dificultan-

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Como todas las carreteras que cruzan la provincia de Gangwon terminan en la costa este, el Mar del Este no es un mar común para los coreanos. Más bien, es un objeto de fe.

do el intercambio. Arar con nieve a la altura de las rodillas en las montañas representa la dureza de una vida tan solemne y desesperada como comer pan bañado en lágrimas. La nieve como metáfora de un camino agotador para el crecimiento espiritual o la vuelta a casa de los heridos es a menudo usada en obras artísticas y literarias. En el relato breve de Hwang Sok-yong “Camino hacia Sampo”, los tres protagonistas, abandonados por la corriente de la industrialización, deambulan por carreteras nevadas en busca de un lugar desconocido llamado Sampo. En tanto “Carretera nevada”, una película sobre el regreso de las niñas que fueron forzadas a la esclavitud sexual por soldados japoneses durante la Segunda Guerra Mundial, describe a esas muchachas caminando por la nieve en el bosque de abedules de Inje, con los interminables picos montañosos del paso de Daegwallyeong al fondo. La Autopista Yeongdong, inaugurada en 1971 y en permanente ampliación, ahora va desde Incheon hasta Gangneung, pasando por Hoengseong y Pyeongchang. Desde que se abrió la autopista, los pasos de montaña de la provincia de Gangwon se han transformado en senderos para excursionistas urbanos. Mientras, algunas de las playas de la costa este que anteriormente fueron zonas militares restringidas se abrieron al público. En la década de 1970, la canción “Cazando ballenas” de Song Chang-sik, banda sonora de la exitosa película “El sendero de los idiotas” era una de las favoritas entre los jóvenes. La tocaban con sus guitarras y la cantaban a pleno pulmón. El coro dice: “¡Ahora, vámonos, al mar de la costa este!”. En ese momento, era un gran lujo escapar a las playas del este con algún sencillo equipo de campamento, ya fuera en un tren lento que serpenteaba por su camino, bien a través de las montañas, o bien en autobús recorriendo la autopista. En 1975, cuando la mayoría de los tramos de la autopista fueron completados, el Yongpyeong Resort Ski abrió sus puertas como centro de deportes invernales. El verano pasado, en

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La costa este de la provincia de Gangwon posee numerosos lugares pintorescos para ver la salida del sol sobre el mar. Para los coreanos, el Mar del Este no es solo una masa de agua, sino un lugar solemne que recuerda el significado de la historia, y un relajante lugar donde liberarse de los límites de la vida cotidiana.


la cima de las pistas se llevó a cabo un evento para pedir por una exitosa celebración de los Juegos Olímpicos de Invierno PyeongChang 2018. carreteras hacia el mar del este En diciembre de 2016, en una de las manifestaciones a la luz de las velas contra la entonces presidenta que atrajo a unos dos millones de personas, la cantante Han Young-ae, con su característica voz ronca interpretó “Mi país, mi pueblo”, que comienza así: “Mira, el sol se levanta sobre el mar del Este. / ¿Sobre quién brillan sus rayos llameantes? / Sobre nosotros, que logramos noble pureza / en el curso de luchas sangrientas”. Estas letras fueron escritas en la década de 1970 por Kim

Min-ki, quien igualmente compuso la legendaria canción de protesta “Rocío matutino” cuando era estudiante universitaria. Como todos los caminos que atraviesan la provincia de Gangwon terminan en la costa este, el mar del Este no es un mar común para los coreanos. Más bien, es un objeto de fe. Tal vez por eso cruzan tan a menudo los altos pasos de Baekdu Daegan, como Hangyeryeong, Misiryeong y Daegwallyeong, para romper las cadenas de la vida cotidiana al contemplar el mar, o conducir por la noche en la autopista y quedarse junto a la playa para ver el primer sol del año salir sobre el mar. Ahora, el proceso de afinación ha terminado. Es hora de escuchar la música.

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‘PyeongChang Music Festival & School’: caché cultural para la provincia de Gangwon Ryu Tae-hyung Columnista musical

Considerado como un destacado festival internacional de música, el PyeongChang Music Festival & School (PMFS, previamente denominado Great Mountains Musical Festival & School) tuvo lugar por primera vez en 2004 en el Yongpyeong Ski Resort. Siguiendo el modelo del Aspen Music Festival and School de Estados Unidos, fue diseñado como una feria de verano que ofrece conciertos de música clásica y programas de capacitación. Aspen, que una vez fue una ciudad fantasma con minas abandonadas y una población de solo 6.000 habitantes, fue revitalizada y convertida en ciudad anfitriona de uno de los principales festivales de música clásica de Estados Unidos desde su fundación en 1949. Emulando el modelo de Aspen, el profesor Kang Hyo de la Juilliard School lanzó el PMFS en colaboración con los Solistas de Sejong, una orquesta de cuerda de fama mundial. Al principio, las circunstancias eran de todo menos ideales. El escenario principal del Salón Nunmaeul [Snow Village] tenía que usar micrófonos para que la música llegara correctamente a la audiencia. Además, durante ese periodo había otros eventos en torno a la estación de esquí que impedían concentrarse adecuadamente en la música. Por ejemplo, el estallido de los enérgicos gritos de una competición de esgrima celebrada en las proximidades, una vez sorprendió a la audiencia en mitad de un concierto. Pero pese a las dificultades iniciales, el PMFS, celebrado en las tierras altas, a unos 700 metros de altitud, ha atraído desde entonces a un creciente número de amantes de la música, al ofrecer un refugio contra el calor veraniego, así como una diversa oferta musical. La cuidadosa selección de programas y su variada temática anual, ha captado la atención de comunidades nacionales e internacionales de música. En 2010 fue inaugurada la Sala de Conciertos Alpensia, 1 © Fundación Gangwon de Arte y Cultura

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2

que ofrece un espacio apropiado para presentar música clá-

también ofrecieron patrocinio.

sica, y se agotaron las entradas para los conciertos de ese

En febrero de 2016, fue inaugurado el Festival de

año de la Serie de Artistas Distinguidos. Como cada año,

Música de Invierno de PyeongChang. Presentado por el

artistas y profesores de renombre son invitados al festival,

Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo y organizado por

también aumenta cada vez más la afluencia de talentosos

la Fundación Arte y Cultura de Gangwon fue creado para

estudiantes de música de todo el mundo.

promover las Olimpiadas de Invierno PyeongChang 2018.

En 2011, el violonchelista Chung Myung-wha y el violi-

Gracias a los recitales y conciertos de música de cámara de

nista Chung Kyung-wha se incorporaron como directores

los ganadores del Concurso Internacional Tchaikovsky, así

artísticos al festival, y su extensa red internacional ha con-

como a las actuaciones de jazz de la cantante coreana Youn

tribuido en gran medida a aumentar la escala del evento.

Sun Nah y del guitarrista sueco Ulf Wakenius, la primera

En consecuencia ese año la octava edición del festival,

edición se centró en ampliar los géneros del festival y mejo-

celebrada bajo el lema “Iluminación”, logró una asistencia

rar su accesibilidad.

récord de 35.000 personas, y varios programas para alen-

Muchos de los visitantes del festival eran turistas que

tar la participación de la audiencia, como los “Conciertos

habían venido a esquiar a las montañas y supieron de los

itinerantes”, también han pasado a integrar su oferta.

conciertos con posterioridad a su llegada, lo que provocó

El festival de este año se centró en la música rusa, bajo

un aumento inesperado de venta de entradas. Por tanto, se

el lema “Grandes maestros de Rusia”. Presentó una ópera

espera que los festivales de música de verano y de invierno

en la Tienda de Música, inaugurada en 2012, con un evento

que se celebran en las pintorescas montañas de Pyeong-

simbólico para indicar que el PMFS, concebido en su día

chang, ayuden a elevar el perfil de la provincia de Gangwon

como festival de música de cámara, ha crecido hasta poder

como lugar de excelencia cultural y como enclave natural

ofrecer óperas. Además, el pianista Son Yeol-eum, director

limpio.

artístico asociado del festival, y otros músicos jóvenes, también presentaron un hermoso conjunto. El PMFS combina conciertos de artistas destacados con formación para estudiantes de música. Así, los alumnos asisten a clases magistrales de músicos famosos y se entremezclan con ellos en las salas de concierto, restaurantes, cafeterías y senderos para caminar. El festival ha logrado obtener patrocinio de importantes corporaciones. Por ejemplo, este año Yamaha Corporation ofreció 40 pianos para incrementar las salas disponibles de práctica para artistas y estudiantes; y otras aerolíneas y empresas locales, incluida Terarosa Coffee,

1. Dirigidas por Zaurbek Gugkaev, la Orquesta y la Compañía de Ópera de Marinsky de San Petersburgo, Rusia, interpretan la ópera de Sergei Prokofiev “El amor por las tres naranjas” en la carpa de música de Alpensia. Basado en el drama del siglo XVIII del mismo título del dramaturgo italiano Carlo Gozzi, la ópera fue estrenada en Corea en el Festival de Música PyeongChang 2017. 2. En la Serie de artistas distinguidos del Festival de Música PyeongChang 2017, los violonchelistas Chung Myung-wha, Luís Claret y Laurence Lesser (desde la izquierda) tocan “Réquiem” de David Popper, con el pianista Kim Tae-hyung.

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REPORTAJE ESPECIAL 2 Provincia de Gangwon : Tierra de montañas, mitos y recuerdos

Historia de las montañas, los ríos y el mar de

GANGWON La provincia de Gangwon es una tierra de montañas, ríos y mar, y posee una cultura única que se nutre de esos elementos geográficos. Numerosos templos budistas antiguos se encuentran diseminados entre las profundas montañas de todo el país, mientras que el sonido de las canciones marineras, imbuidas de las alegrías y tristezas de la vida, fluye por los ríos que alguna vez transportaron la madera que se producía en regiones apartadas. Lee Soon-won Novelista Ahn Hong-beom Fotógrafo

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L

a gente se ha sentido atraída por la provincia de Gangwon debido a sus montañas, sus ríos y su mar. En verano, el mar es el mayor atractivo, y en invierno, la nieve prístina se acumula en la cima de las montañas. En otoño, aquí las hojas comienzan a cambiar de color, y su fascinante follaje otoñal se mueve gradualmente hacia el sur, hasta extenderse por todo el país. La provincia de Gangwon se ubica en el lado este de la península de Corea, y está dividida por Baekdu Daegan [“Gran cresta de cabeza blanca”], la larga cadena de montañas que conforma la columna vertebral del país. Para llegar desde Seúl, hay que cruzar los elevados pasos de montaña de Daegwallyeong, Jinburyeong, o Misiryeong más al norte. Si no, se puede optar por un tren, que da la vuelta y llega desde el sur tras pasar por Taebaek, Jeongdongjin hasta finalmente llegar a Gangneung. O bajando aún más al sur, se puede tomar la carretera nacional Nº 7 y conducir por la costa este pasando por Samcheok, Donghae y Gangneung hasta llegar a Goseong, justo debajo de la DMZ, la zona desmilitarizada. La provincia está dividida en las regiones de Yeongdong [“Al este de los pasos”] y Yeongseo [“Al oeste de los pasos”], junto a la cordillera Taebaek, una de las principales cadenas de montañas de Baekdu Daegan. Los lugares mencionados anteriormente se encuentran en la región de Yeongdong; pero la región de Yeongseo es más grande e incluye las ciudades de Chuncheon, Hwacheon y Yanggu. Si bien Yeongdong es una tierra de montañas y mar, Yeongseo es una tierra de montañas y ríos. Así, una misma provincia ofrece entornos muy diferentes a los lados este y oeste de la cordillera que la atraviesa.

Auraji en Jeongseon es punto de encuentro de dos arroyos, desde donde se origina el río Namhan [El sur del río Han]. Lugar de nacimiento de “Jeongseon Arirang”, una de las canciones folclóricas más famosas de Corea, fue durante mucho tiempo una famosa parada en el canal, donde la madera de las montañas de la provincia de Gangwon era transportada a la capital.

la columna vertebral de la península El corazón de todas las montañas coreanas es la Cordillera Taebaek. Este sistema montañoso abarca una gran cantidad de altas montañas. De hecho, contiene una cadena de montañas de más de 1.500 metros de altura, que incluye el monte Seorak, el monte Odae, el monte Gariwang, sede de los Juegos Olímpicos de Invierno PyeongChang 2018, y por supuesto, el monte Taebaek, considerado como un sagrado desde la antigüedad. En comparación, Daegwallyeong es solo una pequeña colina. Pero su paso es la principal ruta a través de la Cordillera Taebaek, que conecta las regiones oriental y occidental de la provincia, por lo que está muy arraigado en la mente de muchos coreanos como el paso de montaña por excelencia. En los viejos tiempos, cuando construir una carretera sobre las montañas no era nada fácil, el primer paso que conectó las dos regiones fue el de Daegwallyeong, a 832 metros de altura, entre Gangneung y Pyeongchang. Por tanto, era un camino y una puerta. A lo largo de Baekdu Daegan no hay aldeas pues las montañas son muy escarpadas y la zona alrededor de Daegwall-

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yeong comprende una amplia área montañosa. Desde principios de verano hasta el otoño, está alfombrada con verdes vegetales, cultivados a gran altura. La primera vez que crucé este paso tenía 17 años. Mientras contemplaba los vastos campos de coles y de rábanos, pensé en la meseta de Kaema en Corea del Norte, un lugar donde nunca había estado y que nunca había visto ni en fotos. Probablemente es culpa de la palabra gowon, que significa “meseta”, cuyo nombre contiene. Luego comencé a entender por qué los adultos de entonces se referían a Daegwallyeong como “bisan biya”, expresión que alude a un terreno que “ni es monte ni es llano”. Me entristece pensar en el monte Kumgang, ubicado en la parte norte de Baekdu Daegan, y por lo tanto en la Corea del Norte de hoy día. He oído que mi difunto abuelo pasaba todos los veranos en Oncheon-ri, un balneario al pie de la montaña. Solo una vez visité la montaña de la que siempre escuché hablar como en una leyenda. Fue en el año 2000, cuando partimos hacia la montaña en crucero desde el puerto de Donghae, a lo largo de la costa este. templos enclavados en las montañas Después de que la nación quedara dividida en Corea del Norte y Corea del Sur por la DMZ, el monte Seorak se convirtió en la montaña más famosa del sur. El peñón de Ulsan es sin duda magnífico, pero es el ambiente de la montaña cubierto de hojas de otoño lo que invita a pensar: “Ah, aquí es donde se enciende el fuego del otoño”. En la profundidad de las montañas, los templos budistas fueron inevitablemente construidos. Gangneung es conocida por sus restos culturales confucianos y dicha ciudad costera no posee grandes templos, pero el Templo Sinheung y el Templo Baekdam, donde el famoso monje Manhae permaneció durante

Provincia de Gangwon Mt. Kumgang Corea del Norte Mar del Este

Corea del Sur

Sokcho Mt. Seorak

Pyongyang Seúl

Baekdu Daegan Gangneung Pyeongchang Jeongseon Taebaek

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Mt. Taebaek


En los profundos barrancos de la provincia de Gangwon, se construyeron varios tipos de puentes en lugares donde era preciso cruzar. El puente de maleza (seopdari) sobre la corriente de Odae en el monte Odae es uno de ellos.

muchos años y elaboró un plan para reformar el budismo coreano, se encuentran en los más profundos recovecos del monte Seorak, al igual que el templo Woljeong y el templo Sangwon se ubican en el monte Odae. En el patio del templo Woljeong hay una pagoda de piedra octogonal de la dinastía Goryeo y frente a ella hay un bodhisattva de piedra sentado en postura de oración. Ambos sobrevivieron a los estragos de la Guerra de Corea cuando todas las estructuras de madera del templo fueron destruidas por el fuego. El Templo Sangwon custodia una serie de preciosos tesoros culturales, como la campana de bronce más antigua de Corea, y una escultura de madera de Manjusri, el bodhisattva de la sabiduría suprema, cuando era niño. La figura sentada de Manjusri está envuelta en leyendas. Cuentan que el rey Sejo de la Dinastía Joseon sufría una terri-

ble enfermedad de la piel y recorrió todos los manantiales de aguas famosas del país en busca de cura. Mientras se estaba bañando en el arroyo bajo el templo de Sangwon, dicen que Manjusri se le apareció y empezó a frotarle la espalda hasta sanarle. La leyenda dice que la historia está pintada en un mural del templo. Manjusri fue destinado originariamente al templo cercano a Munsu por la hija del rey Sejo, la princesa Euisuk, para rezar por su hijo, pero en algún momento se trasladó al templo de Sangwon. El pico principal de la cordillera es, obviamente, el monte Taebaek, con una altura de 1.567 metros. Desde la antigüedad, es venerado como una de las tres montañas sagradas de Corea. Pero además también es un lugar de leyenda. Dicen que el niño rey Danjong, derrocado del trono por su tío, el rey Sejo, murió

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Cada verano, Auraji organiza un festival de rafting, y en las balsas de madera se canta el popular y tradicional “Arirang”. Nacido y ambientado en Auraji, el “Arirang” resuena con las alegrías y las tristezas de la vida, y las tristes notas de la canción fluyen río abajo con el agua atravesando Chungju, hasta que la corriente llega a Yangpyeong, en la provincia de Gyeonggi. en las montañas de Yeongwol y llegó al monte Taebaek montado en un caballo blanco para convertirse en dios de la montaña. En tanto, otro lugar históricamente significativo de la zona es el Archivo del monte Taebaek, donde fue custodiada una copia de los “Anales de la dinastía Joseon” (Joseon wangjo sillok ) entre 1606 y 1910. Desde la cordillera Taebaek, se ramifica la cordillera Sobaek para formar el límite geográfico y cultural entre Gangwon y las provincias de Gyeongsang, al sur. Bendición y regalo de la naturaleza La Cordillera Taebaek se inclina abruptamente en el lado este, donde desciende hasta encontrarse con el mar. Las laderas más suaves del lado occidental acunan la cuenca de drenaje de los ríos Han y Nakdong. En Samsu-dong, en la ciudad de Taebaek, hay una montaña llamada Samsuryeong, literalmente “tres aguas fluyen”. Como su nombre indica, Samsu-dong es cuenca de tres ríos: el río Han, que desemboca en el Mar del Oeste; El río Nakdong, que desemboca en el Mar del Sur; y la corriente de Osip, que desemboca en el Mar del Este. Según un viejo y simpático cuento, una gota de lluvia que cayó en la cima de la montaña, salpicó y se esparció en tres gotitas: una fluyó hacia el este, otra hacia el oeste y otra hacia el sur. Samsu-dong también es hogar de Hwangji, el lago del que fluye el río Nakdong, y Geomnyongso, manantial que es la fuente del río Han. La corriente principal del río Han, conocida como “cuerda de salvamento” del pueblo coreano, recorre 514 kilómetros, comenzando en Geomnyongso y se encuentra con otras corrientes en muchos valles, hasta desembocar en Jeongseon. Allí se une con Songcheon, un arroyo que comienza en el monte Hwangbyeong. Esas dos corrientes se encuentran en Auraji, nombre que significa “lugar donde se unen dos vías fluviales”. Y juntas, esas vías navegables adornan el paisaje. Jeongseon, aunque montañoso, posee tierras fértiles y aguas limpias. Gracias a su espléndido entorno, la gente solía acudir hasta allí para disfrutar del paisaje y deleitarse con la poesía, la música y el arte. En tanto, Auraji también era ampliamente conocido porque las balsas se reunían allí para transportar madera, cortada en las profundas montañas de la provincia, que

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luego bajaba por el río Namhan hasta Mapo, en la periferia sur de la capital, Hanyang (actual Seúl). Cada verano, Auraji organiza un festival de rafting, y en las balsas de madera se canta el popular y tradicional “Arirang”. Nacido y ambientado en Auraji, el “Arirang” resuena con las alegrías y las tristezas de la vida, y las tristes notas de la canción fluyen río abajo con el agua atravesando Chungju, hasta que la corriente llega a Yangpyeong, en la provincia de Gyeonggi. Allí se encuentra con el río Bukhan, que nace en el monte Kumgang, y fluye hacia el sudoeste a través de Inje, Yanggu y Chuncheon antes de llegar a este punto. De ahí su nombre Dumulmeori, que significa “cabeza de dos canales”. Donde el río Namhan se une al río Bukhan, ambos forman un río verdaderamente grande. Los ríos son una bendición de la naturaleza; algo que es posible comprobar no solo a lo largo de los tramos superiores; pues aquellos que viven río abajo, también son bendecidos. En Seúl y la provincia de Gyeonggi, 15 millones de personas dependen del río Han, mientras que aguas arriba tan solo viven 800.000 personas. Allí, el agua no se usa con fines industriales: solo se destina a uso doméstico o agrícola. Por tanto, el agua que fluye río abajo es verdaderamente limpia, y un maravilloso regalo para los habitantes de la ciudad. Para la mayoría de los coreanos, “el mar” generalmente alude a las aguas azules del Mar del Este. Es por eso que un gran número de turistas acude a la playa de Gyeongpo, en Gangneung, durante todo el año. No muy lejos de Gyeongpo se encuentra Jeongdongjin, un lugar famoso a donde la gente acude en masa cada fin de semana para ver salir el sol sobre el Mar del Este. No en vano, la estación de Jeongdongjin solía ser solo una pequeña parada, pero a medida que las multitudes del amanecer entronizaron la noción de que Jeongdonjin es el lugar más cercano al “rumbo al este” de Seúl, se ha convertido en una gran y concurrida estación, por donde pasan 26 trenes diariamente. El amanecer sobre el Mar del Este ofrece una magnífica perspectiva desde cualquier parte de la costa; pero desde las vallas de alambre de púas de la zona desmilitarizada, en la parte más al norte de la provincia de Gangwon, resulta tan espectacular como desgarrador.


el amanecer visto desde la DmZ Tan fascinante como el amanecer sobre el Mar del Este, es la vista nocturna del mar con los barcos de pesca. La frase “una ciudad que nunca duerme” comúnmente alude a una ciudad con calles bien iluminadas por la noche, pero si hay algo más brillante que las luces de la ciudad, son los cientos de barcos que pescan calamares de noche y convierten el mar en una alfombra de bombillas. Es una vista fantástica, incluso desde la muy lejana cima de Daegwallyeong; pero de cerca es realmente espectacular. Tan hermoso y alto como las luces es el duro trabajo que realizan los barcos durante la noche. Recuerdo que durante mis años de secundaria y preparatoria en Gangneung, los niños que vivían en zonas mineras siempre pagaban la matrícula escolar por adelantado, al margen de la fecha para abonar los plazos. En cambio, los niños de familias agrícolas pagaban cuando podían, en base a sus recursos, mientras que los niños de la costa pagaban las cuotas acumuladas de una sola vez, cuando el calamar era abundante. Hasta la costa de Gangneung se extiende el condado de Yangyang. Aunque no es exactamente un distrito de pesca, por así decirlo, es el hogar de Namdaecheon, el “Gran arroyo del sur” al que cada otoño regresan los salmones. Aguas arriba, alevines de salmón del tamaño de un dedo se dirigen hacia el Mar del Este, y comienzan su largo y arduo viaje hacia el distante

océano. Posteriormente, nadan desde el Pacífico Norte, a través del Mar de Bering y del Mar de Ojotsk, para luego regresar a Namdaecheon en Yangyang, donde nacieron y pasaron sus primeros días. Un poco más al norte de Yangyang está Sokcho, la base pesquera de la costa este. En el pasado, cuando llegaba la marea, el puerto se abarrotaba de barcos de pesca para atrapar abadejo de Alaska. Pero con el cambio climático y el aumento de la temperatura del agua, los peces de agua fría como el abadejo han desaparecido casi por completo. No obstante, Sokcho continúa siendo el centro de la industria pesquera de la costa este. Más al norte de Sokcho, los muelles de Geojin, Daejin y Ayajin, en el condado de Goseong, están repletos de barcos. Y aún más arriba en la costa, de camino hacia el monte Kumgang, el territorio de la nación se reduce abruptamente a la mitad. Los civiles solo pueden llegar hasta el Observatorio de la Unificación. Aunque ahora ya casi se ha olvidado, hasta la liberación nacional en 1945, un tren solía recorrer toda la costa este desde Yangyang hasta Wonsan, atravesando el monte Kumgang. Pero cuando Corea fue dividida en sur y norte a lo largo del paralelo 38, las vías fueron levantadas. En mi mente, imagino el día en que una vía férrea que lleve hasta Kumgang sea instalada de nuevo. Desde el Observatorio de la Unificación, la costa en el lado norte queda dolorosamente a la vista.

Bodhisattva sentado en piedra adorna el patio principal del templo Woljeong en el monte Odae. Réplica de la escultura original del siglo XI, que se encuentra en el museo del templo.

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REPORTAJE ESPECIAL 3 Provincia de Gangwon : Tierra de montañas, mitos y recuerdos

Las

mArAvillAs Del invierno en Gangwon

Gangwon es, sin duda, el mejor destino de invierno de Corea. La provincia ofrece una amplia variedad de actividades de deportes invernales para disfrute de los visitantes, como esquí o trekking en la hermosa nieve. Pero también acoge emocionantes festivales de invierno, siendo el más conocido el festival anual de la trucha de montaña de Hwacheon. Choi Byung-il Reportero de viajes y de ocio, The Korea Economic Daily Ahn Hong-beom Fotógrafo

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Janggundan (Altar para el dios principal) es uno de los tres altares construidos para adorar el cielo en la cima del monte Taebaek en la antigüedad. En el primer día del Año Nuevo, muchas personas suben aquí para ver el sol naciente y orar por la buena fortuna para el próximo año. Llegar hasta la cumbre no es fácil, pero los hermosos árboles cubiertos de nieve lo han convertido en un sendero popular, especialmente en invierno.

© Oficina provincial de Gangwon, Desarrollo de Turismo de Korail

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E

l mejor momento para visitar la provincia de Gangwon es el frío invierno, aunque otras estaciones también tienen sus méritos. Y la mejor manera de experimentar verdaderamente el invierno es caminar por el mágico paisaje nevado. En un día excepcionalmente nevado, el pasado invierno me dirigí al monte Taebaek sin dudarlo un momento, para experimentar el encanto invernal de Gangwon. En primavera, el monte Taebaek está cubierto de vibrantes azaleas rosas, mientras que en verano y otoño las flores silvestres recrean un jardín celestial. Pero la montaña es más impresionante en invierno, cuando la nieve caída sobre las ramas de los árboles brilla con el sol. La espectacular vista de las ramas cubiertas de nieve mientras se balancean al viento como peces plateados, compensa desafiar el frío penetrante. La distancia a la cima es de 4 kilómetros. En verano lleva unas dos horas como máximo, pero en invierno, con los pies hundidos en la nieve hasta los tobillos, puede llevar unas buenas cuatro horas. Subir a la sección más desafiante -llamada Kkalttak Hill- literalmente te dejará sin aliento. Pero una vez que pases Cheonjedan, un altar al cielo en la cumbre, la parte difícil ha terminado. Cuando los fríos vientos casi han secado el sudor que recorre mi rostro y mi cuerpo, las crestas de la cordillera Baekdu Daegan aparecen a través del bosque. Cerca de la cima hay un hábitat de tejos. De pie, impávidos y soportando los duros vientos del invierno, los árboles desnudos albergan la energía de la vida que espera para poder brotar. Tal vez por eso la gente solía decir que los tejos de aquí “viven mil años en este mundo y otros mil en el siguiente”. El templo de Woljeong, en el condado de Pyeongchang, en un día nevado es tan espectacular como el monte Taebaek. Les animo a pasear por el camino cubierto de nieve entre abetos, a dejar huellas frescas, y a descubrir que está envuelto por completo en el más absoluto silencio. Silencio no es la mejor descripción: es como si la nieve absorbiera todo el sonido a su alrededor. Es la belleza tranquila en la mirada de un monje budista vestido con una túnica gris, que se apresura sobre una fresca capa de nieve en las primeras horas de la mañana.

festivales de invierno para alejar el estrés Y si el senderismo de montaña no culmina sus expectativas, les invito a disfrutar alguno de los muchos festivales de invierno que la región ofrece. El Festival de la nieve del Monte Taebaek, que se celebra cada enero, presenta magníficas esculturas de nieve con temas que reflejan las tendencias actuales. Allí, los visitantes pueden contemplar el trabajo de los mejores escultores de nieve de Corea, y sus excelentes dotes artesanales. En la próxima edición exhibirán esculturas para celebrar los Juegos

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Olímpicos de Invierno PyeongChang 2018. Pero además de deleitarse los ojos, hay muchas actividades divertidas en el hielo y la nieve para disfrutar: deslizarse sobre una gran bolsa de plástico; el tobogán de hielo, que es muy popular entre los niños; o un iglú-café donde las parejas pueden conversan mientras entran en calor con una bebida caliente. Mientras, las familias también pueden disfrutar de los trineos tirados por perros y de las motos de nieve en el bosque de pinos frente a Taebaek Minbak [Homestay] Village. Atravesar los campos nevados en un trineo tirado por huskies siberianos es una emocionante experiencia que les hará olvidar el estrés. En tanto, y para los entusiastas de la pesca, Hwacheon es el sitio perfecto para saborear el verdadero encanto de la pesca de invierno. Los ríos aquí están cubiertos por una gruesa capa de hielo, y son el escenario idóneo para actividades de hielo. El Festival de Hielo Hwacheon Sancheoneo, en particular, ha transformado la región en un popular destino de invierno. Anualmente se celebra entre enero y febrero en el lago Hwacheon, y no solo es el festival de invierno más famoso de Corea, sino que también figura entre los cuatro principales festivales de invierno del mundo, junto con el Festival de Hielo y Nieve de Harbin en China, el Festival de Nieve de Sapporo en Japón y el Carnaval de invierno de Quebec en Canadá. Durante 11 años consecutivos ha atraído a más de un millón de visitantes anuales, y hasta se menciona en los libros de texto coreanos. En 2011, CNN presentó este festival como una de las “7 maravillas del invierno”. El principal atractivo del festival es la pesca en el hielo y la pesca a mano alzada de sancheoneo, la trucha de montaña. El pescado capturado puede cocinarse allí mismo, en un restaurante cercano. La trucha de montaña, rica en nutrientes, ha sido durante mucho tiempo una de las preferidas de muchos paladares. En China, se dice que los inmortales taoístas disfrutaban de ese pescado, mientras que en Japón lo daban como regalo a la familia imperial. Por la noche, el Festival de Seondeung ilumina la ciudad, pues seondeung significa “luz que te guía hacia el mundo de los inmortales taoístas”. Así, hermosas linternas en forma de trucha iluminan el cielo nocturno alrededor del lago Hwacheon y del mercado. Aunque es más pequeño en escala que el festival de trucha de montaña, el Festival anual de trucha de Pyeongchang también es muy popular. Se lleva a cabo a orillas del arroyo Odae, desde finales de enero hasta fines de febrero. Además de programas populares como pesca en el hielo, pesca a mano alzada y pesca familiar, ofrece una gran cantidad de actividades de invierno para disfrutar, como trineos sobre el hielo, rafting, bobsleigh y rutas en el tren del hielo. Cualquiera puede atrapar fácilmente dos o tres truchas una vez que se acostumbra. Las truchas capturadas entre invierno y primavera saben mejor. La trucha a la parrilla es ligera y sabro-


El Tren del Mar corre a lo largo de la costa este. Dicho tren turístico cuenta con asientos escalonados que ofrecen una clara perspectiva del mar a los pasajeros. © Desarrollo Turistico de Corea

sa, mientras que la trucha cruda en rodajas es suave y tierna. Pyeongchang ha sido el hogar de la trucha desde que allí fuera construida la primera piscifactoría de truchas del país en 1965. Seo Yu-gu, un erudito Silhak (“aprendizaje práctico”) de finales de la dinastía Joseon, escribió en Nanho eomokji, una enciclopedia de peces: “Su carne es roja y clara como los nudos de un árbol de pino, por lo que la palabra trucha en coreano tiene el mismo carácter chino que el pino. La trucha es la más deliciosa de entre los peces capturados en el Mar del Este”. En los fríos días de invierno, cuando no había suficiente para comer, la trucha era una buena fuente de alimento. Nuestros antepasados golpearían las rocas del lago con un martillo y al salir asustadas las truchas que se escondían debajo, rápidamente las atraparían. Así, lo que fue un medio de supervivencia para nuestros antepasados, se ha convertido en una actividad lúdica para la gente de hoy. romántico paseo invernal en tren Otra forma de disfrutar del paisaje invernal prístino de esta región es subirse a un tren. Incluso el penetrante frío le parecerá romántico. Sentado plácidamente en una de sus cómodas butacas, ver caer la nieve afuera de la ventana calentará su cuerpo y alma. Una vez tomé el “Fantasy Snow Flower Train” que opera desde diciembre a febrero. Varios compañeros de viaje nos reunimos en el andén, alegres y emocionados de poder tomar un breve

El paisaje con los tejados cubiertos de nieve, los arrozales y las riberas cubiertas de nieve calentaba mi corazón. El tren marchaba lentamente, pero las ruedas rociaban nieve al avanzar.

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El Yongpyeong Ski Resort en Pyeongchang, construido en 1975, es la primera estación de esquí de Corea y la “meca de las actividades” de ocio de invierno. Tan pronto como la temporada de esquí comienza, a principios del invierno, esquiadores y asiduos del snowboard llegan aquí de todo el país.

respiro y olvidar el estrés cotidiano de conducir sobre carreteras heladas para ir al trabajo, o bien en un abarrotado vagón subterráneo. Hicimos un viaje de un día desde la estación de Seúl, con parada en Chujeon, Seungbu y Danyang, cuyo recorrido ofrece vistas panorámicas de los barrancos repletos de nieve. A poca distancia del centro de la ciudad, un llamativo paisaje nevado se desplegó ante mis ojos. Los tejados blancos, los arrozales y las riberas cubiertas de nieve calentaban mi corazón. El tren marchaba lentamente, pero a su paso, al avanzar esparcía la nieve. Reencontrarse con conocidos para viajar por primera vez en mucho tiempo, comer gimbap y aperitivos juntos en el tren, me trajo viejos recuerdos de otros viajes sobre raíles. Nuestra primera parada fue la estación de Chujeon en Taebaek. A 855 metros sobre el nivel del mar, y el punto más alto del país al que se puede acceder en tren. Después de ocho minutos atravesando el túnel Jeongam, de 4,5 km de longitud, la estación apareció ante nuestros ojos. Su nombre, Chujeon, indica que fue construida donde crecen los tréboles de arbusto. Con bajas temperaturas anuales de promedio, dicho lugar afronta inviernos excepcionalmente largos. El tren se paró en la estación durante unos 20 minutos. Bajé del vagón y me detuve en el andén. El aire frío rozaba mis mejillas. un café especial para calentar el invierno Gangneung, una ciudad costera en la provincia, se ha convertido en un paraíso para los amantes del café en los últimos años. Al principio resultaba difícil de creer, pero una vez que visité la ciudad y lo vi con mis propios ojos, comprendí por qué se había vuelto tan famosa por su café. Además de las numerosas cafeterías que abarrotan las calles, alberga un museo del café, cafeterías y tostaderos. También desde 2009 acoge un fes-

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tival anual de café. Actualmente cuenta con unas 200 cafeterías, que crean un valor añadido anual de más de 200 mil millones de won (unos 180 millones de dólares). Por tanto, no sería descabellado referirse a Gangneung como “la meca del café”. El mejor lugar para tomar café por goteo en Gangneung es Bohemian Roasters. El propietario, Park I-chu, es un maestro del café, y jugó un papel crucial en la transformación de Gangneung en “la meca del café de Corea”. Coreano-japonés, Park es uno de los cuatro baristas de primera generación de Corea. Dos de ellos ya fallecieron y otro emigró a América, por lo que es el único en activo en Corea. Se mudó a Gangneung, abrió una cafetería y se dedicó a formar baristas. Por tanto podría decir que fue pionero en impulsar el auge del café en Gangneung. Otro lugar famoso por su café de goteo es Terarosa, también conocido como la “fábrica de café”. Fue inaugurada en 2002, el año de la Copa Mundial Corea-Japón, y sus propietarios se toman tan en serio el café, que incluso van a Etiopía y a Guatemala a comprar los granos. En tanto, Bong Bong Mill es otro lugar que los aficionados al café deben visitar en Gangneung. Situado en Myeongju-dong, en el centro de Gangneung, es un molino reconvertido en un café, de ahí su nombre. Dispone de un espacio separado donde los clientes pueden probar a hacer café y leer libros relacionados. Pero si bien estas cafeterías han jugado un papel esencial al mejorar la calidad del café en Gangneung, la difusión de la cultura del café podría atribuirse a Coffee Cupper, el primer productor de café comercial en Corea. ¿Por qué no aprovechar al máximo el invierno yendo a Gangwon a disfrutar de las muchas maravillas que ofrece, bien sea un paseo por la montaña, un romántico viaje en tren, la pesca en el hielo, un festival de invierno o una simple y humeante taza de café gourmet?


Ubicada en el centro de la costa este de la provincia de Gangwon, Gangneung es el lugar de nacimiento de muchas figuras históricas y es famosa por sus reliquias y enclaves culturales. Pero en los últimos años la ciudad, previamente reconocida por su anticuado encanto, ha pasado a disfrutar de reciente fama como “meca del café en Corea”. Todo comenzó con las máquinas expendedoras, que fueron instaladas en la playa de Anmok, a las afueras de Gangneung, en la década de 1980. Poco a poco se corrió la voz de que el café allí era particularmente bueno. Pronto hubo docenas de máquinas expendedoras, hasta que en 2001 inauguraron una cafetería de tres pisos con paredes de vidrio. Era una cafetería moderna que no parecía encajar con un pueblo de pescadores, con casas con tejado de pizarra. El único café que la mayoría de la gente conocía hasta la fecha era esa empalagosamente dulce mezcla de café instantáneo, azúcar y crema no láctea. El

1. Choi Geum-jeong, directora del Museo del Café en Wangsan-myeon, Gangneung, revisa las exposiciones. También CEO de Coffee Cupper, se dedica a promover la cultura del café. 2. El área alrededor del puerto de Gangneung y la playa de Anmok es una famosa “avenida del café”. Cuenta con unos 200 cafés que dan a la ciudad portuaria la reputación de la “meca del café” de Corea. Las cafeterías comenzaron a brotar aquí a principios de la década de 2000.

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sabor y el aroma del café recién hecho servido en esa cafetería no eran familiares, y su precio también era mucho más elevado

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que el del café de las máquinas expendedoras.

Gangneung renace como “la meca del café” Aquellos que estaban acostumbrados a tomar café en

de café que ahora vende plántulas. También fue quien abrió el

bares oscuros y anticuados se preguntaban quién demonios

primer museo del café de Corea. Ubicado en Wangsan-myeon,

querría tomar café en un lugar con paredes de vidrio, donde

a las afueras de Gangneung, muestra accesorios raros rela-

la gente podía mirar dentro, y esperaban que cerraría pronto.

cionados con el café, y otros artículos que Choi y su esposo

Pero estaban equivocados. En menos de un año, la gente hacía

recopilaron durante muchos años en varios países del mundo.

cola en la puerta. Entonces empezaron a surgir más cafeterías,

También ofrece diversos programas de experiencia.

y con el tiempo en Anmok Beach y aledaños surgieron gran

“Una vez oí a un visitante en la granja de café refunfuñan-

cantidad de cafés. La “calle del café” se convirtió en un imán

do porque no podía encontrar los granos de café. Me sorpren-

para los turistas de todo el país.

dió bastante. Creo que esa persona pensó que los granos en sí

El nombre del primer café en la playa de Anmok es Coffee

también eran de color negro”, afirma Choi. “El café se ha con-

Cupper. Desde entonces, ha abierto otras cinco sucursales en

vertido en el producto alimenticio más popular en Corea, pero

Gangneung. Choi Geum-jeong, CEO de Coffee Cupper, afirma:

muchos no lo conocen bien”.

“El barista Park I-chu se estableció aquí en los primeros años. También construyó una fábrica de café, y ahora la ciudad acoge un festival anual de café. Estos factores combinados han creado muchas sinergias”.

Choi prepara la apertura de un segundo museo en el centro de Gangneung para mediados de diciembre. Han pasado 16 años desde que inauguró Coffee Cupper y las parejas que venían entonces ahora vuelven con sus hijos.

Choi es indudablemente quien merece el crédito de impul-

Las sillas son viejas y el piso cruje, pero Choi piensa dejar todo

sar el auge del café en Gangneung. Ella trajo 20 cafetos de la

así, para conservar el sabor de ese viejo ambiente. No quiere

isla de Jeju a principios de la década del 2000 y creó una finca

arruinar los buenos recuerdos de nadie.

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REPORTAJE ESPECIAL 4 Provincia de Gangwon : Tierra de montañas, mitos y recuerdos

ESTILOS DE VIDA en un ENTORNO LIMPIO

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Con montañas en la mayor parte de su superficie y temperaturas más bajas que en otras regiones de Corea, la provincia de Gangwon se ha especializado en la agricultura de tierras altas, la ganadería y la silvicultura. La economía de la región además tiene otro de sus ejes en el turismo, que está floreciendo gracias a los abundantes recursos medioambientales como sus bellas montañas, los ríos y el limpio mar que baña un largo tramo de costa. Lee Byung-oh Profesor, Departamento de Economía Agrícola y de Recursos, Universidad Nacional de Kangwon Ahn Hong-beom Fotógrafo

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os territorios y climas diferentes generan diversos estilos de vida. En la provincia de Gangwon, ubicada en la parte nororiental de Corea del Sur, el terreno es predominantemente montañoso y el clima relativamente más frío en comparación con otras zonas del país. En este lugar, aproximadamente el 81 por ciento de la tierra está cubierta de montañas, una tasa notablemente más alta que el promedio nacional, del 63 por ciento. La presencia de montañas en todas las direcciones ha influido de forma considerable en el estilo de vida de los locales y ha dado forma a la estructura industrial de la provincia. A diferencia de las regiones central y meridional de la península de Corea, donde la proporción de arrozales respecto a los campos de secano es similar o ligeramente superior, la zona montañosa provincial nororiental depende en gran medida de la agricultura de secano y es rica en recursos subterráneos. Con muchas de sus montañas designadas como parques nacionales, entre ellas el monte Seorak, el monte Chiak y el monte Taebaek, Gangwon también ha gozado del desarrollo de una próspera industria del turismo. Situada en el centro neurálgico de la naturaleza, a solo una o dos horas de la capital, la provincia recibe hordas de turistas, especialmente en otoño, cuando las montañas están cubiertas de vibrantes colores rojizos y amarillos, así como en invierno, época en la que las colinas cubiertas de nieve ofrecen la posibilidad de practicar esquí o usar trineos. Gracias a este bendecido entorno natural, Pyeongchang ganó la candidatura para albergar los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018. Pero el atractivo de esta provincia no se limita a sus montañas, ya que las aguas limpias del Mar del Este son parte de su identidad. Para quienes viven en la costa, el mar es su medio de vida.

Debido a sus características geográficas y climáticas, la provincia de Gangwon se ha hecho famosa por su agricultura de tierras altas. Incluyendo coles y rábanos blancos, las verduras producidas en los campos a unos 600 a 800 metros sobre el nivel del mar se venden en todo el país, y copan más del 90 por ciento del mercado nacional.

Agricultura de tierras altas en las frías montañas La provincia de Gangwon abarca un área de 16,874 km2, aproximadamente el 17 por ciento del territorio de Corea del Sur. Aunque es la segunda más grande en tamaño después de la provincia de Gyeongsang del Norte, sus 1,55 millones de habitantes representan apenas el 3 por ciento de la población nacional, solo por delante de la isla de Jeju. Por otro lado, su población agrícola se estima en 176.000 personas, que suponen el 11 por ciento de la población total de la provincia, un dato significativamente más alto que el promedio nacional del 5 por ciento. Las características geográficas y climáticas de la región han permitido el desarrollo de la agricultura de secano y, en concreto, de la agricultura de tierras altas. Practicada en terrenos a una altura de entre 600 y 800 metros sobre el nivel del mar aproximadamente, la agricultura de tierras altas tuvo su origen en una escasez de alimentos generalizada que obligó a personas de todo el país a refugiarse en esta remota provincia, donde transformaron en cultivable parte de la superficie de las montañas mediante la práctica de la tala y la quema. Desde principios de verano hasta el otoño, las cadenas montañosas llenas de plantaciones se muestran como un vasto mar de olas verdes. En la alta montaña los productos agrícolas se siembran a principios de la primavera y se cultivan durante el verano para ser cosechados y comercializados desde finales de agosto hasta finales de septiembre. En las colinas de Pyeongchang, Gangneung, Jeongseon y Taebaek se cultivan diversas verduras como coles, coles de napa, rábanos blancos, cebollas, zanahorias y patatas, que son difíciles de producir en verano en las partes más cálidas del país. Así, gozan de una importante ventaja en los mercados de todo el país y son la principal fuente de ingresos para los agricultores de las aldeas de montaña, donde por naturaleza hay unas condiciones agrícolas adversas. La cuota de mercado nacional de las coles de napa (también conocidas como coles chinas) cultivadas en la región asciende al 93 por ciento y la de patatas al 32 por ciento. Además, las hojas secas

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de rábano o napa (siraegi ), ricas en nutrientes, son especialidades del Punchbowl, un valle de las tierras altas del condado de Yanggu. La mayoría de los coreanos toman kimchi en prácticamente todas las comidas, por lo que las coles de napa y los rábanos blancos, sus ingredientes principales, gozan de una gran demanda durante todo el año. En verano y otoño, las zonas agrícolas de las tierras altas de la provincia de Gangwon son el origen de casi todo el suministro de las verduras para kimchi del país, por lo que cualquier aumento o disminución en la producción genera un inmediato impacto en los precios nacionales. En lo que se refiere a la sostenibilidad, no obstante, la agricultura de las tierras altas presenta varios problemas. Por ejemplo, los escarpados campos de cultivo en lo alto de las montañas experimentan a menudo la pérdida de suelo en verano durante la temporada de lluvias, lo que provoca que los productos químicos agrícolas fluyan hacia las corrientes. Además, los fluctuantes precios de las verduras son propicios para los negocios especulativos. En consecuencia, se han alzado voces críticas para exigir la reforestación de los campos más escarpados y la práctica de una agricultura respetuosa con el medio ambiente. En una época más reciente, el cambio climático ha propiciado el desarrollo de cultivos que rara vez se daban previamente en Corea, como la cebada, las manzanas y los caquis. Ade-

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más, el alto valor añadido creado por la industria de las semillas ha llevado al gobierno provincial a promulgar una ordenanza que permite apoyar el desarrollo de semillas de calidad superior de patatas y varios granos. También están emergiendo como productos agrícolas estratégicos las flores de las tierras altas, los melones y los espárragos. producción de alta calidad en un medio ambiente limpio En Gangwon los bosques abarcan 13.716 km2, un área mayor que en cualquier otra provincia del país. Sin embargo, aquí no se produce una gran cantidad de madera de calidad porque la mayoría de las montañas son muy escarpadas y rocosas. Los árboles con una presencia más amplia son los pinos y una variedad de árboles de hoja ancha, mientras que los piñones, los hongos de pino, las hierbas silvestres y las verduras son los principales productos que aportan los bosques. Los hongos de pino producidos en el condado de Yangyang se consideran los mejores de Corea y se venden a unos 600.000 wones (aproximadamente 500 dólares de EEUU) por kilógramo, por lo que multiplican los precios del mismo producto procedente de otras partes del país. Los hongos de pino de primer nivel son característicos por su longitud de más de 8 centímetros y su sombrero que no se desprende. Las buenas setas de


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este tipo se recogen en pinos de más de 20 años de edad, que crecen de forma natural en las montañas donde hay una adecuada ventilación y el suelo está densamente cubierto con agujas de pino. Yangyang posee una gran superficie de este tipo de terreno, que aporta las condiciones óptimas para la producción de hongos de pino de alta calidad. La mayoría de ellos se refrigeran inmediatamente después de su recogida para ser empacados y exportados a Japón por vía aérea. En cuanto al ganado, los animales más comunes en Gangwon son las vacas, los cerdos y los pollos con cuotas del siete, cuatro y tres por ciento respectivamente en el mercado nacional. El porcentaje de carne de alta calidad, de entre toda la carne producida en la provincia, asciende al 86 por ciento, tasa ligeramente más alta que el promedio nacional del 84 por ciento. La diferencia se debe tanto a las características climáticas y geográficas de la región, como a los constantes esfuerzos por mejorar la calidad del producto. El pasto, el agua y el aire limpios, así como el amplio rango de temperatura durante el día contribuyen a aumentar la grasa intramuscular en el ganado, lo que resulta en carne de vacuno de alta calidad tierna y sabrosa. La carne bovina de los condados de Hoengseong, Pyeongchang y Hongcheon se considera la mejor del país, y los productos de Hoengseong y Daegwallyeong en Pyeongchang se exportan a Hong Kong.

1. La raza bovina originaria de Corea, llamada hanu, pasta en los prados desde finales de mayo hasta mediados de noviembre y luego se alimenta en graneros durante el resto del año. La carne de vaca coreana de la provincia de Gangwon es famosa por ser sabrosa, y muy tierna. 2. El campo de secado de abadejo en Yongdae-ri, condado de Inje, presenta hileras de abadejos que cuelgan de los estantes. Mientras se seca en el aire frío durante todo el invierno, el pescado se vuelve amarillo dorado y su carne más suave y sabrosa.

Abadejo puesto a secar en viento y nieve Otra característica geográfica de la provincia es su prolongada costa, bañada por un mar que produce abundantes peces y mariscos. Los calamares abarcan la mayor parte de la pesca, mientras que las vieiras y las ascidias se cultivan en viveros de peces. En el pasado se capturaba abadejo de Alaska en grandes cantidades, pero estos días el volumen de pesca de este animal ha disminuido drásticamente debido a los cambios en la temperatura del agua. El Instituto de Recursos Pesqueros en la Sede del Mar del Este del Gobierno Provincial de Gangwon está tratando de aumentar la oferta de abadejos liberando en el mar crías engendradas artificialmente. Durante mucho tiempo el abadejo de Alaska ha sido el pescado favorito de los coreanos, ya sea para hacer sopas o guisos o para secarlo y asarlo en la parrilla. Salado y fermentado, sus huevas (myeongnanjeot ) y sus intestinos (changnanjeot ) son también especialidades locales. Antes de que disminuyera

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A diferencia de las partes central y meridional de la península coreana, donde la proporción de arrozales sobre campos secos es similar o ligeramente superior, la provincia montañosa nororiental depende en gran medida del cultivo seco y es rica en recursos subterráneos. Los hongos de pino son una especialidad del condado de Yangyang y se exportan a Japón en grandes cantidades.

la población de abadejos, Sokcho destacaba por la producción de huevas de este pescado fermentadas, que en su mayoría se exportaban a Japón. Cuando se seca al aire libre durante el invierno, la carne de abadejo se vuelve más tierna y adecuada para su almacenamiento a largo plazo. El pez se vuelve amarillento durante el proceso de secado, de ahí su apodo hwangtae (abadejo amarillo). La localidad de Yongdae-ri, en el condado de Inje, es famosa por sus campos de secado de abadejo (deokjang ), en los que este pescado se seca de forma natural colgándolo de estantes de madera. Ahora este producto se importa de Rusia y se procesa aquí. Así, Yongdae-ri y el área de Daegwallyeong producen más del 70 por ciento de los abadejos secos distribuidos en todo el país. Los mejores campos de secado se encuentran en lugares donde las noches de invierno la temperatura desciende por debajo de los -10º C, el sol brilla intensamente durante el día y se producen fuertes vientos y nevadas. Para obtener carne de textura tierna y sabrosa de color dorado, el pescado debe secarse lentamente; congelarse y descongelarse cada día durante todo el invierno. En muchos hogares coreanos hay varios abadejos secos en la despensa, listos para ser cocinados en sopa,

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para cualquier miembro de la familia que haya bebido el día anterior y tenga resaca. Agroturismo y ecoturismo Su aire puro y bellos paisajes, así como la proximidad geográfica a la capital, hacen de la provincia de Gangwon un lugar muy popular para los turistas rurales. Los amigos, las familias y todo tipo de grupos visitan las granjas para disfrutar de actividades como pescar en los arroyos, cosechar cultivos y vegetales o elaborar productos alimenticios procesados como pastel de arroz, requesón de soja, salchichas y similares. Los visitantes pagan por las actividades y los alimentos cosechados o producidos, que más tarde pueden consumir allí o bien llevarlos a casa. Los festivales rurales, que gozan de una gran popularidad, sirven para promover aún más el agroturismo en la provincia. El Festival del Tomate de Hwacheon en verano y el Festival de la Carne de Hoengseong en otoño, entre otros eventos, ofrecen una notable diversidad con sus interesantes actividades que consiguen atraer a un elevado número de turistas. Entre las principales atracciones de la región también se incluyen una serie de instalaciones de turismo ecológico construidas en sus hermosos bosques. Hoengseong ofrece programas especializados de experiencia forestal en el Centro Nacional de Actividades Forestales (Soopchewon). Mientras, la ciudad de Chuncheon cuenta con instalaciones de aprendizaje ecológico, el Jardín Provincial de Flores y Árboles (Hwamogwon), el Museo Forestal y el Parque de Experiencia Forestal, dirigidos a turistas y estudiantes de otras ciudades, con el propósito de aumentar la conciencia pública sobre los beneficios de los bosques. Además, con la ayuda de un sistema de reserva en línea, los visitantes pueden descansar, relajarse y pasar la noche en los bosques recreativos establecidos en toda la provincia. Finalmente, la Villa de los Tejados de Teja (Neowa Maeul), adentrada en las montañas de Sin-ri en el límite con Samcheok, tiene casas construidas en un estilo arquitectónico propio del lugar. Su paisaje único ha convertido al pueblo en una popular atracción turística. Más de 170 aldeas en la provincia de Gangwon ofrecen en la actualidad programas de agroturismo, lo que supone el 19 por ciento de este tipo de aldeas en todo el país, y cada año atraen a 2,3 millones de visitantes.


A medida que la cultura culinaria de los coreanos se ha ido haciendo cada vez más simple y occidentalizada, las comidas tradicionales que otrora disfrutaban los plebeyos en las zonas rurales se han convertido en una rareza. Sin embargo, hay un restaurante coreano en las afueras de Gangneung famoso por su menú repleto de platos tradicionales, que permanece fiel a las recetas locales originales. Tiene un nombre bastante largo, Seojichogatteul, cuyo significado es “el patio de una casa con techo de paja en Seoji”. Choi Young-gan, descendiente de la concubina de una familia de clanes con muchos años de experiencia en el ámbito de la cocina, abrió este restaurante en 1998 para hacer realidad su sueño de dar nueva vida a la cocina tradicional, en peligro de desaparición. Con casi 20 años en activo, fue el primer restaurante tradicional coreano acreditado por el Cen-

Recuperar la cocina rural con el corazón de una madre

de la siembra de arroz” (jilsang), “recepción de invitados”, “reunión con los nuevos suegros” y “primer cumpleaños del yerno después del matrimonio”. Los dos primeros menús se componen de platos típicos de la cocina rural. El primero, motbap (literalmente “una comida en el campo”), se compone de una variedad de platos que solían prepararse en las granjas grandes

tro de Tecnología Agrícola de Gangneung, y también ha sido

para alimentar a los agricultores que venían a ayudar a plantar

designado como Restaurante de Productos Agrícolas de Alta

el arroz. La familia anfitriona solía servir el almuerzo y la cena a

Calidad por la Administración de Desarrollo Rural. Detrás de su

unos 20 a 30 jornaleros allí mismo, en el campo, y las comidas

antiguo edificio se encuentra la casa de 200 años construida al

consistían en arroz cocinado con judías pintas, sopa de algas,

estilo tradicional donde aún vive su familia. Esta vivienda está

kimchi madurado, requesón de soja, algas fritas, pastel de

impregnada del legado espiritual de su abuelo político, Cho In-

arroz, etc., todo ello regado con makgeolli (vino de arroz).

hwan, que fue un reconocido erudito confuciano nacido en los últimos años de la dinastía Joseon. Al servir a los clientes, Choi tiene en cuenta las palabras de

El Jilsang (literalmente “una fiesta para los trabajadores”) es la comida que se preparaba para expresar gratitud por la ayuda y resolver las cuentas relacionadas con el trabajo de

su abuelo político, que le dijo a su familia que “recibiera hués-

los jornaleros. La primera parte del nombre, jil, proviene de la

pedes en esta casa con el corazón de una madre generosa y

palabra jilkkun, que designa a los jornaleros que participan en

siempre los tratara con amabilidad”. Sus palabras están escri-

el trabajo agrícola comunal. Para la ocasión, la mesa ofrecía

tas en una placa colgada de la pared que lleva el nombre de la

platos altamente nutritivos que revitalizaban a los exhaustos

casa, Yeojaedang.

trabajadores y les ayudaban a mantener las fuerzas durante el

En el restaurante se sirven menús con nombres extraordinarios, como “plantación de arroz” (motbap), “fiesta después

sofocante verano. Las comidas ancestrales como el motbap o el jilsang, que a día de hoy se consideran inusuales en el menú de un restau-

Choe Yeong-gan, propietario de Seojichogatteul, un restaurante coreano en la periferia de Gangneung, muestra “Jilsang”, el menú exclusivo de su restaurante. Con una variedad de platos saludables, su familia preparaba un banquete para los agricultores de la aldea, mano de obra durante la temporada agrícola.

rante, fueron parte natural del estacional proceso agrícola y la vida comunitaria en la sociedad tradicional, cuando la agricultura era la columna vertebral de la vida.

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REPORTAJE ESPECIAL 5 Provincia de Gangwon : Tierra de montañas, mitos y recuerdos

© Eom Sang-bin

LA

NOSTALGIA de

los desplazados en una aldea costera 32 KOREANA Invierno 2017


Situada a poca distancia de la frontera entre las dos Coreas, Sokcho es una ciudad portuaria con el monte Seorak al costado y el Mar del Este al frente. En el pasado llegó a ser parte de Corea del Norte, al situarse al norte del paralelo 38 que dividió a Corea al final de la II Guerra Mundial. Sin embargo, cuando la Guerra de Corea terminó con un alto el fuego en 1953, la línea de demarcación militar fue desplazada al norte, dejando esa región al sur de la frontera. Los refugiados norcoreanos que escaparon al sur durante los combates se asentaron en un pequeño pueblo costero.

Los refugiados norcoreanos que huyeron hacia el sur durante la Guerra de Corea convirtieron su hogar temporal en una aldea a lo largo de la costa de Sokcho, pero no han podido cumplir su sueño de volver a casa.

Song Young-man Director ejecutivo, Editorial Hyohyung Ahn Hong-beom Fotógrafo CULTURA Y ARTE DE COREA 33


U

na tarde a principios de septiembre me reuní con Kim Eui-jun, presidente de la Corporación Municipal de Sinpo, distrito de Sokcho, en el restaurante Sindashin, conocido por su genuina cocina regional de la provincia norteña de Hamgyong. Parecía increíblemente joven y lleno de vigor para su edad. Cada vez que hablaba sobre su tierra natal en el norte, su cara se sonrojaba. “Entonces era un niño de cinco años, así que solo tengo vagos recuerdos; pero ese día, en particular, lo tengo claramente impreso”, dijo Kim, al referirse la Guerra de Corea. Huyó al sur con su padre, su hermana y otros seis hermanos varones. Era enero de 1952, un año después de la evacuación de Hungnam. Su familia pudo subir a uno de los tres barcos que partieron desde Sinpo y navegaron las aguas frente a la costa de la isla de Mayang. En cada una de las naves había unas 80 personas, por lo que en esa operación rescatarían a unos 250. Lamentablemente, uno de los barcos fue bombardeado por el Ejército Popular de Corea del Norte y se hundió. Su voz temblaba mientras, visiblemente conmovido, trataba de terminar la frase. “Los de aquel barco seguramente no sobrevivieron, ya que hacía un frío glacial. Los que quedamos fuimos al sur, a la ciudad de Busan, y luego vinimos aquí, a la aldea de Abai, creyendo que pronto podríamos regresar a casa en el norte. Pero desde entonces han pasado 65 años”, afirmó con tristeza. Abai es una palabra en el dialecto de Hamgyong que significa “padre” o “anciano”. La aldea se ganó este sobrenombre debido a los muchos refugiados norcoreanos que habían llevado una vida difícil como pescadores en el Norte antes de establecerse en ella y formar una comunidad.

una dirección grabada en el corazón Kim creció en una familia relativamente rica. Su abuelo era

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dueño de una fábrica de conservas en Sinpo-eup, en el condado de Bukchong, provincia de Hamgyong. Cuando las autoridades norcoreanas comenzaron a purgar a la burguesía, la familia de Kim se vio forzada a escapar hacia el sur. Justo antes de morir, su padre le dio un mapa dibujado a mano. Kim sacó de su billetera un papel descolorido. Se trataba de un dibujo al detalle de su vecindario en el norte. A la derecha de la cofradía de pescadores, frente a la posada del muelle en el segundo Distrito de Sinpo, estaba escrito claramente “nuestra casa”. La sede del Ejército Popular estaba ubicada al otro lado de la carretera principal en el tercer Distrito de Sinpo. Escrito limpia y cuidadosamente en caracteres chinos en un lado del papel figura: “No. 727, 2º Distrito de Sinpo, condado de Bukchong, provincia de Hamgyong del sur, tel. 331”. La dirección y el número de teléfono probablemente ya no existen, pero Kim todavía lleva en todo momento el mapa con él. Dice que lo primero que hará cuando las dos Coreas estén unificadas es usar este mapa para encontrar el hogar de su infancia. El pueblo de Sokcho, que formaba parte del condado de Yangyang en la provincia de Gangwon, fue redenominado como ciudad (eup) en 1942. La población total en ese momento era solo de entre 4.000 y 5.000 habitantes. En el invierno de 1950, los refugiados que huyeron al sur de la península de Corea durante la evacuación de Hungnam regresaron de nuevo al norte y convirtieron Sokcho en su hogar temporal. También se congregaron aquí refugiados de las provincias de Hamgyong y los condados de Goseong y Tongcheon, al norte de la provincia de Gangwon, que habían escapado por tierra al sur antes de que se trazara la demarcación de la tregua. Después de que las intensas batallas entre el Norte y el Sur terminaran con un alto el fuego se estableció la línea de demarcación militar justo al norte de Sokcho, convirtiendo a la localidad en parte del territorio de Corea del Sur. Sokcho tenía una próspera industria

1. Cuando la comida local de la provincia de Hamgyong se hizo famosa en todo el país, surgieron más y más restaurantes especializados en este tipo de cocina, y pronto gente de todas partes comenzó a aglomerare en el pueblo para probar los platos tradicionales. 2. Kim Eui-jun, originario de Sinpo-eup, condado de Bukchong, provincia de Hamgyong del Sur, en un barco de transporte llamado gaetbae. El barco solía ser el único medio de los aldeanos para llegar al centro de Sokcho, pero ahora un puente conecta su pueblo con el continente. Aún así, el barco sigue siendo una atracción popular entre los turistas.


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pesquera y los muchos refugiados que habían huido allí, en su mayoría de la provincia de Hamgyong del Sur, terminaron asentándose en la aldea de forma permanente. Al principio construyeron bajo tierra chamizos improvisados en el lugar donde estaba estacionado el Ejército de los EE.UU. Algunos cavaron hasta dejar el suelo a la altura de sus cinturas y construyeron precarias viviendas temporales con un mero techo para protegerles de la lluvia. Pensaron que en dos o tres meses podrían regresar a casa, pero pronto se formó una comunidad de 2.000 hogares. Fueron tiempos difíciles, en los que los hombres tenían que adentrarse en el mar en pequeños barcos de pesca, mientras las mujeres se sentaban en el frío suelo para sacar el pescado de las redes. escenario de una popular serie de tv La aldea de Abai fue construida sobre un banco de arena en el lago de Cheongcho, que conecta con el Mar del Este. El cambio llegó a este pueblo cuando construyeron un puerto mediante técnicas de dragado, creando un canal. Fue entonces cuando apareció por primera vez el barco de pasajeros llamado gaetbae . Esta nave era todo un salvavidas para la gente de

la aldea de Abai, ya que les permitía llegar al mercado central, en el centro de Sokcho, para vender cuerdas de paja o bolsas de papel, que confeccionaban para ganar algo de dinero. Con el paso del tiempo comenzó a propagarse la voz sobre la cocina nativa de Hamgyong de la que disfrutaban los aldeanos. Algunas de estas especialidades eran el sundae (morcilla coreana) de Abai, el frío y picante naengmyeon (fideos de trigo sarraceno en salsa helada) o el lenguado y el abadejo crudos que comían en ocasiones especiales. El pueblo pasó a ser conocido en todo el país después de que la serie de televisión “Otoño en mi corazón”, filmada allí, se convirtiera en un gran éxito. Los restaurantes que ofrecían especialidades locales de Hamgyong comenzaron a multiplicarse por todo el pueblo. El sundae de Abai, una morcilla hecha de intestinos de cerdo al vapor rellenos de rábanos verdes secos, carne de cerdo picada, sangre de cerdo, ajo y pasta de soja, cautivó los paladares de la gente de la ciudad. En los viejos tiempos, cuando el abadejo abundaba en la costa de Sokcho, el pescado se usaba como envoltorio para el relleno en lugar de los intestinos de cerdo. Sin embargo, este tipo de pescado prácticamente ha desaparecido de las aguas de la zona. La comida local de Hamg-

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yong es dulce y salada a la vez. Atrae a los visitantes jóvenes de la ciudad a los que les gustan los sabores fuertes. El dulce y el salado forman una combinación perfecta para la emoción y la adrenalina del viaje. Sin importar de qué aguas provenga el calamar, es seguro que va a deleitar sus paladares. Dos puentes conectan hoy la aldea de Abai con el resto de la ciudad de Sokcho. El puente de Seorak y el puente de Geumgang cruzan el pueblo, y por la noche ofrecen vistas espectaculares, aunque el barco sigue siendo un popular medio de transporte, especialmente para los turistas. Este bote plano es más bien similar a una balsa y los pasajeros necesitan tirar de un cable de acero para cruzar el canal. En todo caso, para los turistas es una experiencia divertida, más que un inconveniente. A pesar de ello, se espera que el barco sea reemplazado por una nave más grande y eficiente para hacer frente al aumento del turismo. Y ese no es el único cambio que se observa en la aldea. Sorprendentemente, el dakgangjeong (pollo frito crujiente dulce y picante) recientemente causa furor en el mercado central de Sokcho. Por la noche se alinean en las calles los pues-

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tos de comida que venden este pollo crujiente, con un sabor más fuerte y picante que el del sundae de abai, por lo que es de esperar que esta especialidad de pollo frito se convierta pronto en el plato número uno del lugar. La aldea de Abai, que anteriormente formaba parte del 4° Distrito de Sokcho, tiene hoy el nombre administrativo oficial de Cheongho-dong. El número de hogares ha disminuido a unos 240. Solo unos 60 refugiados norcoreanos siguen vivos y sus descendientes de segunda y tercera generación han echado raíces aquí, convirtiendo a Sokcho en su segundo hogar. Alrededor de 8.000 personas, una décima parte de la población de Sokcho, tienen ascendencia de Hamgyong. El eslogan elegido para el “Festival Cultural de Personas Desplazadas”, que se celebra cada primavera, despierta conmovedoras emociones: “Recuerdos de la primavera en mi ciudad natal que ni el tiempo puede borrar”. La nostalgia por el pueblo natal que dejaron atrás en el norte inunda sus corazones, especialmente durante las fiestas tradicionales, pero han aprendido a desechar estos sentimien-


La nostalgia por el pueblo natal que dejaron atrás en el norte inunda sus corazones, especialmente durante las fiestas tradicionales, pero han aprendido a desechar estos sentimientos. Quizá porque se han visto obligados a abandonar cualquier esperanza de regresar a casa.

tos. Quizá porque se han visto obligados a abandonar cualquier esperanza de regresar a casa. recuerdos, sueños, esperanzas El famoso poeta Hwang Geum-chan (1918-2017), nativo de Sokcho y conocido como “el poeta de la costa este”, fue mi profesor de idioma coreano en la escuela secundaria. Fue un maestro de los que tratan de inculcar sensibilidad humanística en sus alumnos, en lugar de limitarse a enseñar el contenido del libro de texto. De vez en cuando nos contaba historias sobre su ciudad natal. Después de estudiar en Tokio y antes de la liberación nacional había vivido un tiempo en Songjin, en la provincia de Hamgyong del Norte, y las historias que contaba sobre el mar, con un toque del dialecto de Hamgyong, sonaban como poesía para mis jóvenes oídos. En la clase de literatura clásica estudiamos la “Canción de las escenas de Gangwon “(Gwandong byeolgok ), escrita por Jeong Cheol en 1580, que elogiaba el hermoso paisaje del Pabellón de Chongseok en el condado de Tongcheon, así como el Pabellón de Cheonggan y el Lago de Samilpo en el condado de Goseong. Esto despertó aún más mi interés. Sin embargo, en ese momento Sokcho y el monte Seorak parecían lugares fuera de mi alcance, mucho más allá de la escarpada Cordillera de Taebaek. Un día de primavera a principios de la década de 1970, justo después de los exámenes de mitad de carrera de la universidad, me subí con un amigo nacido y criado en la ciudad a un

El lago Yeongnang, ubicado en el noroeste de Sokcho, es un popular enclave turístico conocido por su hermoso paisaje en todas las estaciones. Su nombre proviene de la historia de los cuatro jóvenes guerreros de Silla, incluyendo a Yeongnang, quienes quedaron extasiados por el paisaje mientras se entrenaban para un concurso de artes marciales.

autobús que partía al mediodía desde la terminal de autobuses de Dongmajang con destino a Sokcho. El autobús serpenteaba a lo largo del paso de Hangyeryeong y, cuando finalmente llegamos a la terminal de Sokcho, el sol ya se ponía sobre el paso de Misiryeong. El viaje duró medio día y estábamos agotados. Caía el crepúsculo y las luces se encendían en el faro de la roca de Yeonggeumjeong. Tomamos otro autobús con destino a Ganseong. Cuando llegamos a Gyoam-ri ya había oscurecido en la playa y el puerto. Todo lo que se podía escuchar era el sonido del viento que soplaba desde el mar a través de los pinos en el acantilado. Como hasta entonces el único mar que había visto en mi vida era el de Incheon, en la imagen grabada en mi mente las aguas marinas eran de un color marrón oscuro mezclado con un aroma ácido y, a veces, un azul brillante cuando se proyectaban sobre la marea los rayos del sol. De hecho, habíamos aprendido que el Mar del Oeste se llamaba Mar Amarillo. Vivíamos en la época de la monotonía, cuando la televisión era en blanco y negro, como también lo eran nuestros uniformes escolares. Tal vez fue por eso que a la mañana siguiente quedé abrumado de emoción cuando, postrado en un acantilado, contemplé el mar en todos los tonos de azul entre un alto pino y el techo de Cheonhakjeong, el “Pabellón de las Mil Grullas”. No se parecía en nada al aburrido “azul” que había aprendido en la clase de arte. Me pregunté sobre el color de las aguas más allá del Mar del Este: el Océano Pacífico Sur, el Atlántico o el Mediterráneo. Mi imaginación se volvió loca y comencé a soñar con surcar esas aguas. El camino de regreso a Seúl fue una sucesión de pasajes literarios modernos. Los autobuses a la capital solo operaban dos o tres veces al día. Nuestro autobús chocó en el nuevo camino de grava hacia Ganseong, cubierto de nubes de polvo levantadas por el coche de enfrente. A la derecha, la playa de

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arena se extendía sin fin. La playa que se prolongaba desde el monte Seorak al monte Kumgang era bastante sencilla, lo que abrió un paréntesis en nuestro impresionantemente hermoso paisaje. Al tener que cruzar el paso de Jinburyeong, nos llevó un día completo llegar a Seúl. Mi trasero estaba entumecido por el largo e inconsistente recorrido y sentía un olor acre en la nariz. Antes de la Guerra de Corea, Sokcho y el condado de Goseong eran territorio norcoreano al estar al norte del paralelo 38, la frontera original entre Corea del Norte y Corea del Sur, establecida poco después de la liberación de la nación del dominio japonés en 1945. Después de la guerra, los militares desplazaron la línea de demarcación hacia el norte hasta el condado de Yangyang. Los refugiados de Corea del Norte hicieron de Sokcho su hogar, con la pena y el dolor de la separación atrincherados en sus corazones. Antes de que construyeran una carretera con un túnel que atravesaba varios lugares en la cordillera de Daegan en Baekdu, Sokcho era un lugar apartado al que solo se podía llegar realizando grandes esfuerzos. Compré mi primer automóvil cuando tenía unos 35 años. En los cambios de estación conducía por la carretera nacional número 7, que se extendía a lo largo de la costa este hasta el Observatorio de Unificación de Goseong. Quería mostrar a mis hijos, que entonces estaban en la escuela primaria, el lugar que simbolizaba la tragedia de una nación dividida, pero en aquel momento era impensable. La DMZ era un potencial punto de conflicto imbuido de tensión. Pasó un tiempo considerable antes de que el público en general pudiera ver desde el observatorio la parte exterior de Kumgang y el lago de Samilpo. Tuvimos que conformarnos con visitar Myeongpa-ri, el pueblo más al norte de la costa este, y por tanto más cercano a la frontera, comer fideos de trigo sarraceno y crepes de patata, y luego conducir hacia el sur hasta Geojin, pasando por Daejin. En todo caso, Hwajinpo era un lugar idóneo para que mis

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hijos conocieran de primera mano la tristeza y el dolor de la división de nuestra nación. También fue un gran viaje para adquirir otros conocimientos. Hwajinpo es un buen ejemplo de una laguna que se formó después de que las corrientes oceánicas formaran un banco de arena que la aisló del mar. Las casas de verano que en el pasado pertenecieron a Syngman Rhee y Kim Il-sung, presidentes fundadores de las dos Coreas, se encuentran a poca distancia la una de la otra. La región era parte del territorio norcoreano que se recuperó después de la Guerra de Corea, y por este motivo ha vivido una extrema tensión durante décadas. En la zona se emplazaba el centro de recreación de verano de una universidad para mujeres, lo que aportaba a los jóvenes soldados una motivación extra en medio de la tensa atmósfera del sitio. Hwajinpo era un lugar de contradicciones, una mezcla entre dos extremos. un paisaje impresionante con mejorada accesibilidad Llegar a Sokcho se hizo mucho más fácil cuando fue excavado el túnel bajo la empinada y serpenteante carretera del paso de Misiryeong, un lugar desde donde era ciertamente difícil apreciar las magníficas vistas de la roca de Ulsan. Al visitar el monte Seorak, ya en mi madurez, descubrí que los valles y los picos llenaban mi corazón de una calidez familiar. Cuando visité el templo de Hwaam al pie del paso de Misiryeong, me sorprendió un cartel que decía “templo de Hwaam del monte Kumgang”. ¿Por qué monte Kumgang y no monte Seorak? El templo estaba justo al lado del paso de Misiryeong. Esto parecía demostrar que Kumgang y Seorak forman parte de la misma cordillera. Ambos también comparten la misma leyenda. El lago de Yeongnang, que he frecuentado recientemente, está conectado con el lago de Samilpo en la parte exterior de Kumgang, según esta leyenda. Después de entrenar en el monte Kumgang, cuatro miembros de los hwarang , jóvenes guerreros de élite de Silla conocidos como los “cuatro inmortales” descendieron de la montaña para participar en un concurso de artes marciales en la capital, Seorabeol (actual Gyeongju). Mientras

1. El Museo DMZ en Goseong, ubicado justo al sur de la zona desmilitarizada, en el extremo norte de la costa este, alberga una exposición permanente sobre paz y ecología. 2. Esta casa de dos pisos en Hwajinpo se llama “Villa de Kim Il-sung” porque solía ser la casa de verano del ex líder de Corea del Norte y su familia. También conocido como el “Castillo de Hwajinpo”, la casa fue dañada durante la Guerra de Corea y reconstruida como sala de exposiciones con objetos sobre Corea del Norte y la familia Kim.


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bajaban, uno de ellos, Yeongnang, vio el reflejo de la roca de Ulsan en las tranquilas aguas del lago. Se quedó tan embelesado al observarla que se olvidó completamente del concurso y se quedó allí para admirar su belleza. La leyenda dice que el lago fue así nombrado en su honor. Del mismo modo, el nombre de Samilpo se originó en la historia de los cuatro inmortales que, cautivados por la belleza escénica del lago, permanecieron allí durante tres días (sam-il ). Recorrer el perímetro del lago de Yeongnang, de unos 7,8 kilómetros, puede ser una agradable experiencia durante todo el año. La primavera ofrece un paseo tranquilo a lo largo del camino en el que las flores de cerezo se muestran en su plenitud. En tanto, a principios del verano es el mejor momento para caminar con alguien especial hasta Beombawi, o la “Roca del Tigre”, bajo los verdes y exuberantes árboles zelkova. Al atardecer, uno quedará hechizado por la silueta de la roca de Ulsan al reflejarse en el lago, como le pasó a Yeongnang hace mil

años. Se podría decir que la roca de Ulsan es el origen del nombre Sokcho, ya que su significado proviene del deseo de “atar (sok ) una soga alrededor de la roca” y llevársela consigo. Por su parte, el lago de Cheongcho posee una atmósfera completamente distinta. Enclavado en una ciudad repleta de automóviles, personas y letreros luminosos se muestra animado hasta altas horas de la noche. Aquellos que buscan bullicio y todo tipo de comida pueden pasear por la zona del lago. Hay un recorrido en yate de una hora desde el club náutico de Komarine y da una vuelta alrededor de la isla de Jo. El magnífico paisaje de la cordillera de Seorak, más allá del lago de Cheongcho y la torre Expo, puede deparar sorprendentes fotografías; mientras que la impresionante vista de Daecheongbong, el pico más alto del monte Seorak que se cierne sobre el puente de Seorak en la villa de Abai, aporta inspiración poética. Otra vista de una extraordinaria belleza es la que regala el monte Seorak nevado, en contraste con el cielo azul en un frío día de invierno.

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ENTREVISTA

Un

RETRATO de la vida en el

LADO OSCURO Hwang Jai-hyoung ha retratado las duras realidades de los mineros del carbón, representando con un realismo absoluto crudas escenas del día a día en el lado oscuro. En su intento por derribar los límites entre el arte y la realidad a la hora de capturar fielmente el espíritu de su tiempo, se fue a vivir con los mineros en Taebaek, un pueblo remoto de minas de carbón en la provincia de Gangwon. Así se convirtió en un “artista de la mina” que busca la esperanza a través de sus pinturas. Chung Jae-suk Columnista y redactor jefe de cultura, diario JoongAng Ilbo Ahn Hong-beom Fotógrafo

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“Retrato de un minero”, 2002. Óleo sobre lienzo, 65 × 53 cm.

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as manos rechonchas y cálidas de Hwang Jaihyoung ofrecen una amable bienvenida, mientras me agradece por venir a verle desde tan lejos. Echo un vistazo a su tupida barba, a su mono negro y al sombrero que lleva puesto. A juzgar por su constitución fuerte y robusta, parece que podría completar el trabajo de dos hombres. Dicen que solo con observar las manos es posible decir mucho de una persona. Con un simple apretón de manos de Hwang, ya siento como si le conociera. El artista que vive en la ciudad de las minas de carbón está envuelto en un aura sombría, pero se observa cierto brillo en sus ojos. Se hizo minero para pintar las vidas de quienes trabajan bajo tierra. “En el lado oscuro, la última esperanza de vida brilla como una estrella”, afirma. “Cuando en 1982 llegué a Taebaek con mi familia había una atmósfera aburrida y lúgubre, como de bar barato, pero echo de menos esos días”, afirma Hwang. “Esta ciudad ha experimentado ciertos cambios en los últimos 30 años, ha dado vuelcos aquí y allá y se ha puesto patas arriba. Después de haber sido testigo de todo eso, ahora quiero contar la historia. Algunas personas preguntan si no es hora ya de que deje este lugar. Pero no soy el tipo de hombre que, por ejemplo, da la espalda a una mujer cuando termina con ella”.

el lado oscuro, otro lugar para la desesperación Hwang ha buscado los recuerdos de las personas y la tierra; los legados que no deben olvidarse. La palabra coreana para el lado o el extremo oscuro en una galería minera es makjang , un vocablo que también se usa en un contexto negativo, al referirse a la situación de estar en un callejón sin salida. Por ello dice: “El lado oscuro es un lugar en el que la gente ha perdido la esperanza. En ese sentido, ¿no es Seúl algo parecido a una mina de carbón? El sufrimiento y la desesperación de los desempleados no difieren tanto de la difícil situación de los mineros del carbón”. Durante varias décadas, Hwang ha protagonizado exposiciones bajo el mismo título: “Suciedad para recoger y suelo para descansar”. Es una metáfora sobre las personas que tienen suciedad en sus manos y carecen de un lugar donde poner a descansar sus cuerpos, y sobre los tiempos actuales en los que a la gente le resulta difícil disfrutar de una vida decente. “Cuando me gradué en la facultad de arte, pude echar la vista atrás. Comprendí que todos esos años había estado haciéndome pasar por un artista, permaneciendo completamente ajeno a lo que sucedía en nuestra sociedad”, recuerda Hwang. “Decidí que tenía que ver por mí mismo y experimentar de primera mano la cara distorsionada de la industrialización. Fui testigo de las vidas de los trabajadores socialmente marginados que vivían a las afueras de la ciudad, en distritos

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industriales como Guro-dong y Garibong-dong. Aquellos que fueron excluidos incluso de esos lugares se dirigieron a las ciudades mineras de carbón. Quise ir más allá de las limitaciones del Minjung Art [Arte Popular] de la década de 1980. En un sentido amplio, en una mina el makjang es un lugar para la desesperación. En ese contexto, es un sitio que no solo se encuentra en la ciudad minera de Taebaek, sino que podría hallarse en cualquier lugar de Corea; en cualquier espacio donde no haya esperanza de llevar una vida decente y digna, ya sea un sitio de trabajo, las calles o una casa particular”. Él se desplazó a Taebaek porque quería encontrarse con los mineros como representantes de “todas las personas exasperadas por los tiempos, que pese a todo luchan por superar sus circunstancias”. Ubicado en una tranquila zona residencial al lado del Centro de Cultura y Artes de Taebaek, el estudio de Hwang tiene unos techos altos que aportan un aire sagrado al lugar, como si fuera un “santuario de los cuadros”. Su espacio de trabajo está lleno de diferentes recuerdos, como el de comer alimentos directamente de la fiambrera en la oscuridad de la mina, bajo la luz de la lámpara de seguridad, respirando el aire turbio cargado de polvo de carbón, y percibiendo la intensidad que llenaba el túnel y a veces daba la sensación de estar dentro de un útero materno. Apilados contra las paredes cerca de la entrada hay cubos con pinceles. Recuerdo que una vez dijo: “Hubo un tiempo en que compraba pintura cuando tenía dinero”. Me conmueve imaginar la angustia de un artista pobre con tal pasión por su trabajo que, aunque tenga que preocuparse por su próxima comida, está pensando en cómo puede comprar pinturas. el trabajo por encima del arte “Según mi criterio, la desintegración de los grupos activistas en la década de 1980 fue en gran medida resultado de la falta de resistencia y el escaso éxito a la hora de combinar la teoría y la práctica”, explica Hwang. “La primera vez que puse un pie en la localidad de Sabuk en el condado de Jeongseon, provincia de Gangwon, me di cuenta de que no podía seguir siendo un espectador. Los mineros allí no querían mi arte; querían mi sudor. Reflexioné sobre la cuestión de si mi pincelada tenía el mismo peso que su trabajo en la mina. Decidido a conectar con los mineros, organicé con los lugareños actuaciones populares y eventos de pinturas murales y grabados, entre otros, además de un campamento de arte. Les expresé mi apoyo a través de la pintura”. En 1982 Hwang se hizo pasar por un minero más y encontró trabajo en la mina de Gujeol-ri, en Jeongseon. A los mineros que usaban gafas no se les permitía trabajar bajo tierra por lo que Hwang, que era bastante miope, tenía que llevar puestas las lentes de contacto todo el día. Al poco tiempo desarrolló


“Lágrimas negras”, 1996-2008. Carbón y medios mixtos sobre lienzo, 193.9 × 259.1 cm.

una conjuntivitis aguda debido al polvo de carbón que se acumulaba entre el ojo y la lente. El doctor le advirtió de que podía perder la vista. Después de tres años trabajando en las minas no tuvo más remedio que renunciar, pero las personas que conoció allí se convirtieron en el tema principal de sus obras. El arte de Hwang y su vida comenzaron a avanzar en sincronía. De un simple espectador renació como un obrero, un artista de la minería. Sin embargo, tanto los mineros, que fueron el motivo por el cual decidió establecer en Taebaek su segundo hogar, como sus compañeras, que le aportaron un amor maternal y le permitieron echar raíces nuevas en la ciudad, están desapareciendo lentamente. El poder del dinero y la tiranía del capitalismo están secando el suelo que les daba sustento. Para 2020 cerrarán todas las minas de carbón. Se promueven atracciones turísti-

cas para atraer a la gente a la región, pero los residentes menos afortunados carecen de un lugar donde recostar sus fatigados cuerpos. Hwang reconoce que hay días en los que deja el lienzo a un lado y se entrega al soju , el licor coreano por excelencia. El artista deja escapar un profundo suspiro frente al cuadro “La Sra. Kwon, artesana del carbón”, que es el retrato de una minera cuyos ojos brillantes contrastan con su cara cubierta de polvo de carbón. “Quería captar la mirada de los ojos de mi madre, pero no fue fácil”, asegura Hwang. “Esos ojos brumosos llenos de lágrimas y afecto son probablemente todo lo que necesitamos para resistir en este mundo. Estos días paso más tiempo pintando montañas y árboles. Después de haber vivido durante unos 30 años con estas personas que se arrastran silenciosamente sin quejarse, como un árbol perenne, quiero que mi pincel sea su

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“Comida”, 1985. Óleo sobre lienzo, 91 × 117 cm.

pala o su pico”. Los cuadros que se acumulan en su estudio son un testimonio y un registro de sus luchas como artista de la minería. En “Témpanos negros” Hwang usa polvo de carbón triturado para representar la cara de un viejo minero, surcado de profundas arrugas. El serpenteante camino de “El paso de montaña de Dumun-dong”, representado en gruesas pinceladas ascendentes de tierra amarillenta, es una metáfora de los giros y vueltas que da la vida. Como consideraba que las pinturas al óleo eran demasiado lisas y brillantes, comenzó a usar una mezcla de tierra y polvo de carbón para lograr una textura rugosa. Él cree que esto nos representa con más fidelidad. “Lo que me impulsó a reflexionar seriamente sobre los materiales que estaba utilizando fue ver el mono de trabajo del minero Kim Bong-chun, una víctima del accidente de la mina de Hwangji en 1980. Su nombre decía ‘Hwangji 330’. Todo lo que quedaba como testimonio de la vida y muerte de este hombre era su mono desgastado y arrugado. Ninguna otra imagen podría componer un mejor autorretrato”, afirma Hwang. El artista recurre hábilmente a materiales de trabajo y objetos cotidianos hallados en la aldea del carbón, como el certificado de defunción de un minero que murió de neumoconiosis, o contrachapado de madera y malla de alambre de la casa abandonada de un minero, para honrar la memoria de una era consumida y de las personas que ya no están allí. Cuadros suyos como “Autobús”, “Fabricando briquetas”, “Comida” o “Ambulancia” revelan la capacidad de autoinnovación de un artista que compartió con estos trabajadores el viaje de su vida.

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el cabello humano como médium Últimamente Hwang reconoce estar fascinado con un nuevo material: el cabello humano. Enormes lienzos cubiertos de dibujos que utilizan el pelo humano como un médium reverberan con la poderosa energía que llena su estudio. En los 150 años de historia del realismo en el arte, esta pintura tan solemne y conmovedora es probablemente la primera de su tipo. “Una maestra vino un día a consultarme sobre asuntos familiares, en concreto de los conflictos con su suegra. En el momento en que escuché su historia, sentí un escalofrío en la espina dorsal. Después de dar a luz, su suegra le preparó una sopa de algas marinas, pero cuando estaba a punto de tomar la primera cucharada, descubrió una maraña de cabello flotando en el caldo. La historia humana de la dominación y la subordinación se superpusieron en mi mente con la imagen del cabello en la sopa y me dieron una inspiración repentina. Mientras existan los humanos, será imposible librarse de este yugo, pensé”, explica Hwang. Hwang ha reproducido, usando el pelo, algunas de sus obras anteriores, como “Retrato de un minero”. El proceso de elaborar un boceto simple y pegar mechones de pelo le parece más bien aterrador. “Me da escalofríos la forma en que el cabello crea su propio flujo y ritmo”, reconoce. Al principio el artista usaba su propio pelo pero, como no era suficiente, pidió a su esposa y a su hija que también le donaran sus cabellos. “Tocar el pelo de tus seres queridos despierta una sensación de ternura”, dice Hwang, juntando sus manos. Hwang presentará sus últimas obras con cabello humano en una exposición individual en el Centro de Arte Gana de Seúl, cuya apertura está programada para el 14 de diciembre. Uno de sus compañeros artistas comenta: “Esto es revolucionario, es una conmoción que atraviesa mi alma”. También expondrá un nuevo trabajo, la serie “Vasto silencio” en la que representa con grafito la majestuosidad del lago Baikal. Hwang dice que en su largo viaje en busca de los orígenes de la humanidad repetía las siguientes palabras una y otra vez: “No te entretengas en cosas pequeñas”. “No dejes que los asuntos personales te limiten”. El artista, que en el pasado descendió al lugar más profundo y oscuro al que pueden acceder los humanos, se postra frente al lago que hace decenas de millones de años presenció el nacimiento de la humanidad. Ambos son los confines de la tierra, donde la luz de la vida se eleva desde la oscuridad total. ¿Qué es lo que vio y dibujó allí? Con sus ojos brumosos, como los de las caras en sus obras “Rostro de madre” y “El lugar del padre”, asegura que “mientras haya amor, la vida no será derrotada”. 1


“Sabía que no podía seguir siendo un espectador. Los mineros allí no querían mi arte; querían mi sudor. Entonces, reflexioné sobre si mi pincelada tenía el mismo peso que su excavación”. Hwang Jai-hyoung se estableció en la ciudad minera de carbón de Taebaek en 1982, y desde entonces ha dedicado su carrera a retratar la agotadora vida de los mineros.

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CRÍTICA DE ARTE

GwAeBul,

la grandeza del budismo en todo su esplendor El Museo Nacional de Corea presentó recientemente al público una destacada pieza de gwaebul del templo de Okcheon en Goseong, provincia de Gyeongsang del Sur, en una exposición titulada “Cautivados por una espléndida grandeza”. La muestra, que celebra su XII edición, fue inaugurada el 25 de abril, una semana antes del cumpleaños de Buda, y permaneció abierta al público hasta el pasado 22 de octubre. Los visitantes se mostraron abrumados por el tamaño del Buda y los bodhisattvas representados en el gran lienzo de pergamino, así como por sus espléndidos colores. Ryu Kyeong-hee Curadora, Museo Nacional de Corea

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a presencia del Buda es abrumadora. Se muestra de cara al mundo con una túnica roja de monje y rodeado por un halo circular. Flanqueando a la figura principal hay dos bodhisattvas portando coronas decoradas con llamas que tienden al Buda, mientras sostienen una joya cintamani y un capullo de flor de loto, respectivamente. Bajo la oscuridad del cielo por la noche, cuando se abre en toda su plenitud la flor de loto cargada de semillas, dos discípulos juntan sus manos y seis pequeños budas rodeados de halos descienden sobre una nube. ¿Cuál es el destino que depara la tríada de Buda, dos discípulos y seis pequeños Budas juntos? Los visitantes que observan las imágenes dirigen su atención al “Registro de la producción de gwaebul en el templo de Okcheon” (Okcheonsa gwaebul joseong gi ), que se muestra en la parte inferior del cuadro y reza lo siguiente: “Un nuevo cuadro de gwaebul para ritos al

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“Mural enrollado de Buda del templo de Okcheon” (Okcheonsa gwaebul), 1808. Tinta y color en seda, 1006 x 747.9 cm. Designada como Propiedad Cultural Tangible Nº 299 de la Provincia de Gyeongsang del Sur, esta enorme pintura ritual tiene la composición única del Buda y dos bodhisattvas en el centro, a diferencia de la mayoría de pinturas que representan la Asamblea en el pico del buitre.


© Museo Nacional de Corea

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aire libre y ceremonias fue pintado en el Templo de Okcheon emplazado en el monte Yeonhwa, en el condado de Jinju, derecha [sic] en la provincia de Gyeongsang, en 1808. Planteamos crear una nueva pintura porque la antigua fue destruida, y los monjes y laicos del templo cooperaron en el proyecto”. Sin embargo, producir una gran pintura ritual de más de 10 metros de altura no fue una tarea fácil. En primer lugar, se necesitaron 20 pok (unidad para medir el ancho) de lienzo de seda, y también pigmentos rojos, verdes y blancos, así como el preciado oro. Para completar el proyecto se requirieron donaciones, directas e indirectas, de 130 individuos, tanto del clero como laicos. En el registro, el cuadro lleva por título “La asamblea en el pico del buitre”. El pico del buitre o Grdhrakuta es donde el Buda predicó frente a una congregación que se reunía para escuchar la historia de su iluminación después de seis años de meditar como un errante asceta. Las escenas de este histórico encuentro han sido temas populares en el arte budista a lo largo de las épocas. En todo caso, esta particular pintura realizada sobre un pergamino en el templo de Okcheon no incluía a las numerosas

personas que se hallaban reunidas para escuchar el sermón. En su lugar, se escenificó de forma simbólica la asamblea representando únicamente al Buda, a los bodhisattvas Manjusri y Samantabhadra, a los discípulos Mahakasyapa y Ananda, y a seis pequeños budas maravillados por las enseñanzas del Buda principal. una ilusión óptica al jugar con la perspectiva Como mide 10 por 7,5 metros, el rollo no se podía colgar de la pared de una sola planta del museo, por lo que también ocupó las paredes del segundo y tercer piso. Al observar la pintura, no es difícil imaginar cómo debieron ser las ceremonias cuando ésta colgaba del patio del templo. Los gwaebul son grandes cuadros de Buda que se usan en ceremonias y ritos al aire libre. Con el paso del tiempo, su tamaño fue aumentando para que pudieran ser vistos desde lejos, y los creyentes que llegaban a la entrada del templo eran recibidos con la visión de un gigantesco Buda que volaba hacia el cielo. Para mirar desde el segundo piso al enorme Buda, había que inclinar bastante la cabeza hacia atrás. Mirando hacia arriba, desde abajo, se puede apreciar el sentido de la perspectiva

“Estatuas de niños pequeños”, 1670. Color sobre piedra. Altura: 44 cm (izquierda), 47,3 cm (derecha). Las imágenes del niño monje datan del siglo XVII, cuando el Templo de Okcheon construyó el Salón de Ksitigarbha en sus terrenos. Supuestamente ayudan a los Diez reyes del infierno y a los jueces.

© Museo Nacional de Corea

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del monje pintor Hwaak Pyeongsam, que tenía en mente una ilusión óptica. El Buda principal en el centro aparece dibujado más grande que los dos bodhisattvas a ambos lados, mientras que los discípulos Mahakasyapa y Ananda son más pequeños en la parte superior, y los seis pequeños Budas son aún de menor tamaño. Los espectadores se equivocan cuando piensan que existe cierta distancia entre las figuras en la parte superior y la tríada de Buda en el centro. Desde el tercer piso, finalmente es posible observar las figuras cara a cara y apreciar los rasgos redondos, que caracterizan a Buda: la protuberancia carnosa en la corona que denota su sabiduría, el adorno de pelo acicalado con joyas que se asemeja al sol naciente sobre el horizonte y la auspiciosa energía que irradia hacia el cielo. En el cofre del Buda, que tiene un hombro desnudo, está pintada la esvástica. Los diseños de la flor de loto, el dragón y el pergamino floral están bordados en su túnica roja. Ahora es el turno de observar de reojo a los bodhisattvas que flanquean al Buda. Son Manjusri y Samantabhadra, asociados con la sabiduría y la acción, respectivamente. Portan coronas de oro decoradas con magníficas llamas y muestran la cara de Buda como si fueran su hijo Rahula. Manjusri sostiene un tallo largo con una joya en el extremo para cumplir los deseos, y Samantabhadra sostiene un capullo de loto en la mano. Los bodhisattvas están adornados con collares y brazaletes tan espléndidos como las coronas. Después de disfrutar de la visión de esos rojos y verdes en tonos brillantes, vemos que las historias comienzan a desplegarse en las túnicas de los bodhisattvas. Dibujado en pintura azul sobre blanco, un conejo usa el mortero y una ardilla salta para atrapar unas uvas. Una grulla con un cintamani en su boca parece haber venido del mundo de los inmortales. La historia de Buda abarca diversos cuentos populares y leyendas. A ambos lados de la cabeza del Buda están Mahakasyapa y Ananda con las palmas de las manos juntas. Mahakasyapa ya era un monje anciano y Ananda un monje joven e inteligente. Sin importar su edad, juntan sus manos y rinden homenaje a la tríada de Buda. ¿Fueron los seis Budas en sus pequeños halos visitantes de otro mundo que vinieron a presenciar esta asamblea? Sus palmas también se juntan con presión y tras las nubes se extiende el cielo nocturno, debajo del cual emerge una flor de loto. El Buda histórico, los bodhisattvas Manjusri y Samantabhadra, los discípulos Mahakasyapa y Ananda, y los pequeños Budas de otro mundo fueron ubicados juntos para completar el imponente panteón. Al llegar al final de esta magnífica historia, pude observar cómo el Buda se manifestaba ante mis ojos como objeto de adoración. Incliné la cabeza y coloqué mis palmas juntas en señal de reverencia.

un cajón con grabados del sol y la luna Entonces, mientras permanecía con la cabeza inclinada, mis ojos se volvieron hacia un gran cajón de madera situado en la parte inferior de la pintura. Era el cajón para almacenar el rollo del cuadro: tanto la pintura como su caja de almacenamiento eran exhibidas. Mover ambos objetos juntos debió requerir una ceremonia especial y de gran magnitud. Pude imaginar a una docena de monjes portando con cuidado el rollo atado con cuerdas fuera de la sala principal de su templo. Probablemente, se dirigieron a un amplio patio donde celebrarían una gran ceremonia. Mis ojos captaron lentamente las finas placas de metal unidas a la superficie del cajón. La placa de metal en medio del mueble tiene caracteres tallados en sánscrito; mientras que la coloración roja de las letras da vida al cajón de madera, que de otro modo se vería anodino. A cada lado hay una placa circular de metal con un carácter chino grabado. ¿Representa al sol? Junto a los dos caracteres tallados, que simbolizan la “luz del sol”, hay un árbol creado con la técnica de reppousé. Apenas visible, se trata de una reminiscencia del árbol en un mural de la Tumba de los Luchadores (Gakjeochong ) del Reino de Goguryeo. En la placa de metal redonda está grabado el mítico árbol con el sol colgando de él. Otra placa circular está quebrada en forma de media luna para mostrar la textura de la madera que hay debajo. Los dos caracteres chinos que aparecen grabados significan “luz de luna”. Fue asombroso ver esta decoración en una caja de gwaebul con imágenes y personajes que simbolizan el sol y la luna. ¿Quién fue el artesano? Por suerte, el interior de la caja revelaba los nombres de los artistas, que podrían haber caído en el olvido: Kim Eop-bal, del condado de Jinyang, y Kim Yunpyeong, de la ciudad de Cheolseong. Probablemente eran artesanos del metal que vivían cerca del templo, cuya fina artesanía aportó vida a un simple cajón de madera. los niños, acompañantes en la pintura ritual Junto con el cuadro en rollo, llegaron a Seúl otros tesoros del Templo de Okcheon. En comparación con la pintura de 10 metros de altura, las figuras de los niños pequeños son diminutas, ya que solo miden 44 y 47.3 centímetros de alto. Sin embargo, a pesar de su reducido tamaño tienen una gran importancia. En 1670, cuando fue construido en el templo el Salón de Ksitigarbha, personaje conocido como el Señor del Inframundo, la gente de Joseon precisaba consuelo, ya que muchos de sus seres queridos murieron durante las invasiones japonesas de 1592-1598 y la invasión manchú de 1636. Por muy miserables que hubieran sido sus vidas, y pese a sus fallecimientos prematuros, los muertos merecían una mejor vida futura. Dentro del Salón de Ksitigarbha se consagraron imágenes esculpi-

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© Museo Nacional de Corea

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Los gwaebul son grandes cuadros de Buda que se usan en ceremonias y ritos al aire libre. Con el paso del tiempo, su tamaño fue aumentando para que pudieran ser vistos desde lejos, y los creyentes que llegaban a la entrada del templo eran recibidos con la visión de un gigantesco Buda que volaba hacia el cielo. das de los Diez Reyes del Infierno a quienes se encontrarían los difuntos, y el mundo gobernado por ellos fue pintado al detalle. Durante la construcción, también hicieron estatuas de niños monjes, talladas en piedra y pintadas. Un siglo más tarde, al remodelar la sala en 1777, también pintaron de nuevo las figuras de los niños monjes. Los colores vivos dan a las imágenes una visión dinámica. El niño que asistió a los diez reyes y jueces tiene el pelo recogido en una larga trenza y usa un abrigo largo con cuello recto. En su mano sostiene dos pájaros considerados auspiciosos, phoenix y kalavinka. De acuerdo con el Ksitigarbha Sutra, los niños asistentes en el infierno no dejan sin registrar una sola de las acciones buenas o malas del difunto. Es por eso que se les llama los “niños del bien” o los “niños del mal”. Detrás de las figuras de los niños monje había una representación del infierno procedente de una pintura budista. El rey Yama, ataviado con un uniforme de la corte y una corona alta bordada con diseños de sol y luna, está sentado en un gran trono decorado con una cabeza de dragón, juzgando la gravedad de los pecados del difunto. Parece estar sumido en sus pensamientos, pasándose los dedos por la barba. ¿Había sido el difunto un grave pecador? Las nubes de colores dividen el cuadro en dos partes: la parte inferior representa escenas de los purgatorios, con un espejo del karma que refleja todas las acciones buenas y malas de la última vida del difunto, y un escriba cuyo cometido es registrar todos los pecados cometidos por el difunto. Cuando

“Diez reyes del infierno” (King Yama Series, No. 5), 1744. Tinta y color en tela de cáñamo, 165 x 117 cm. Designado como Tesoro n° 1693, la pintura muestra escenas de purgatorios, con el típico estilo Joseon de pinturas budistas del siglo XVIII, que se encuentran en los templos coreanos.

las almas de las personas muertas son arrastradas por el pelo frente al espejo del karma, se encuentran cara a cara con una persona que sostiene un hacha. Esto significa que cometieron un asesinato en su vida anterior. Otras almas que esperan su turno también están atadas y observan el espejo. Los jueces y escribas, que acompañan al Rey Yama, repasan la lista de los difuntos y redactan los pecados cometidos tal y como éstos se reflejan en el espejo, antes del juicio del rey. El espacio en blanco en el papel significa que hay muchos más pecados que registrar y más juicios por emitir. Otra obra digna de mención en la muestra es la “Pintura del bodhisattva Ksitigarbha y los diez reyes del infierno del templo de Baekcheon”. Custodiada en Yeondaeam, una de las ermitas del templo de Okcheon, muestra a Ksitigarbha, también conocido como el Salvador de los Tormentos del Infierno, así como a los diez reyes y los escribas, todos habitantes del inframundo. De acuerdo con el registro del cuadro, fue enclaustrado en 1737 en la ermita de Dosol del templo de Baekcheon en Sacheon, Provincia de Gyeongsang del Sur, no lejos de Goseong, donde se encuentra el templo de Okcheon. Alrededor del siglo XVIII, cuando el Templo de Okcheon creció en tamaño e influencia, los monjes del santuario viajaron a las áreas cercanas a Sacheon y Jinju. Esta pintura indica el amplio alcance de sus actividades y también muestra algunas de sus excelentes habilidades artísticas. Por ejemplo, el monje pintor usó colores suaves y delicados trazos de pincel, aplicando tinta mientras el papel estaba todavía húmedo, para que algunas de las características faciales de las figuras pudieran tener un efecto borroso. Además, el pigmento dorado utilizado en las tabletas de mano y las túnicas de los Diez Reyes, así como los estandartes que portan los jueces, incorporan un tenue resplandor al lienzo Visitar esta exposición en un hermoso día de otoño me brindó la oportunidad de contemplar el resplandeciente mundo de Buda y los bodhisattvas, tal y como se representa en la magnífica pintura enrollada del antiguo templo, así como el significado de la iluminación que ésta aporta.

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ENAMORADO DE COREA

DIPLOMÁTICO RECONVERTIDO EN TRADUCTOR lleva la literatura coreana a Francia Jean-Noël Juttet disfrutaba leyendo desde que era niño. Su amor por la literatura le llevó a obtener un doctorado en artes en la Universidad de Lyon 2 y, finalmente, a ser diplomático de carrera, y a diseminar la cultura francesa por otros países. Ahora, da a conocer la literatura coreana en su Francia natal y el resto del mundo. Choi Sung-jin Editor Ejecutivo, Korea Biomedical Review Ahn Hong-beom Fotógrafo

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n 1991, Jean-Noël Juttet, el agregado cultural de la Embajada de Francia en Seúl estaba a punto de abandonar Corea después de cumplir seis años de servicio aquí. Sin embargo, Juttet llegó a amar su país de acogida, sus obras literarias, a sus gentes y a una mujer en particular. Sentía triste, y hasta “cruel”, decirles adiós a todos, y por tanto decidió quedarse en Corea para siempre. Así surgió uno de los dúos de traducción más exitosos del país. “¿Si estoy realmente enamorado de Corea, preguntas? Sí, por supuesto. Si no, ¿por qué elegiría vivir mi vida tras la jubilación aquí en vez de en un pueblo costero tranquilo y pacífico en Francia?”, responde Juttet. Para mantenerse al día sobre Corea y sus amigos coreanos, Juttet continúa leyendo obras literarias coreanas, y traduciéndolas y presentándolas en su país de origen. Pero su encuentro con Choi Mi-kyung, su compañera de vida, en el trabajo y en el día a día, fue sin duda un factor decisivo.

los tres atractivos principales Juttet asegura que fueron tres rasgos del pueblo coreano los que le trajeron al país. Primero, los coreanos tienen pasión. “Los coreanos trabajan muy duro y piensan positivamente en su trabajo”, resalta el veterano diplomático. “Eso contrasta fuertemente con los franceses, que son bastante pasivos en el trabajo y temen aumentar su carga laboral”.

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Segundo, los coreanos son francos. “Los coreanos abren su mente a los extranjeros con bastante facilidad. Eso se ve claramente si comparamos con los japoneses, que son muy amables pero cuidadosos y cerrados”, dice Juttet. Tercero, los coreanos son generosos. “Por ejemplo, los franceses son avaros o ahorradores, y tardan en abrir su cartera cuando salen a cenar con otros”, afirma. “En Corea, sin embargo, la gente compite por pagar. A veces, cuando me quiero dar cuenta alguien ya pagó la comida”. Pero como residente de largo plazo en Corea, Juttet tiene algunos consejos. “Es algo que no aprecié durante mi servicio aquí como diplomático, porque entonces la mayoría de las personas que conocía eran cultas y educadas”, recalca. “Pero al haber vivido aquí por un tiempo prolongado, puedo detectar algunos inconvenientes, y los más destacado son los ‘elementos violentos’ en las relaciones sociales”. Como ejemplo, Juttet menciona la “cultura de conducción” de los coreanos. “Las personas que conducen vehículos grandes e importados, como BMW, Porsche o Maserati, a menudo ignoran las señales de tráfico, quizá porque sienten tener mayor derecho y no consideran a las personas menos privilegiadas”, dice. “Más triste aún, incluso los ciudadanos comunes tienden a menospreciar a aquellos con bajos ingresos, lo que atribuyo en parte a la ideología confucianista que ha dominado la sociedad coreana desde la dinastía Joseon”.


Jean-Noël Juttet ha ayudado a dar a conocer la literatura coreana en todo el mundo traduciéndola al francés. Dice que se sintió atraído por la pasión, la apertura y la generosidad del pueblo coreano.

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De diplomático a traductor Hay muchos axiomas sobre la traducción. “Los traductores son traidores”, dice un proverbio italiano. Sin embargo, para un lector y editor ávido y masivo, la traducción es un valioso trabajo que convierte la literatura nacional en literatura mundial, o simplemente en literatura para todos. “Es un trabajo exigente y desafiante”, dice Juttet. “Debemos agonizar sobre cómo dar vida a las bellas oraciones de los escritores originales y encontrar expresiones equivalentes en otro idioma. En este proceso, los traductores no pueden evitar explorar su propia capacidad de escritura, sintiendo la alegría de la creación en el proceso de forjar nuevas oraciones”. Desde la perspectiva de Juttet, la traducción no es solo transmitir el significado léxico, sino aprovechar la experiencia de escritura del traductor para producir las mejores oraciones posibles en otro idioma y, finalmente saborear la recompensa del arduo trabajo. Otro antiguo tópico en el mundo de la traducción, y en el de la traducción literaria en particular, es si los traductores deben conocer mejor su lengua materna o el idioma que traducen. El dúo Juttet-Choi presenta una “tercera vía” en este sentido. Estrictamente hablando, Juttet es más un revisor o un supervisor que un traductor. “Mi-kyung selecciona los libros originales, los traduce y me los envía, y yo los reescribo en un francés más refinado. Me siento feliz cuando transformo las maravillosas escrituras de autores coreanos a un bonito francés”, afirma Juttet. Uno podría preguntarse si este formato, que podría compararse a una carrera de tres patas, es lo suficientemente competitivo. “Este tipo de operación no es fácil, por supuesto, pero tiene sus ventajas”, explica Juttet. “Al combinar las capacidades de ambos, aumentamos la sinergia. Como podemos captar

el significado de los textos originales con la sensibilidad de dos individuos, el texto entendido por Mi-kyung, que es hablante nativa de Corea, puede ser reimpreso y reinterpretado por un francés en su lengua materna. “De hecho, este podría ser un buen tema para muchas conferencias académicas”, agrega. La eficacia del dúo ha quedado bien contrastada. En 2011, Choi y Juttet recibieron el Gran Premio en los 10º Premios de Traducción de Literatura Coreana, un concurso bienal organizado por el Instituto de Traducción de Literatura de Corea, por su trabajo de 2009, “Shim Chong, fille vendue”, una edición francesa de “Shim Cheong”, escrito por el reconocido autor Hwang Sok-yong. En el año 2000, “The Reverse Side of Life”, una novela escrita por Lee Seung-u y traducida por Choi y Juttet, quedó como finalista en la categoría de literatura extranjera del premio literario francés, Prix Femina. En tanto “The Private Lives of Plants”, otra obra de Lee que es más reconocida en Francia que en Corea, se convirtió en la primera novela coreana de la colección Folio de Éditions Gallimard, editorial famosa por publicar obras maestras literarias de Jean-Paul Sartre, Albert Camus, Ernest Hemingway y André Gide. los premios son el resultado, no el objetivo Sin embargo, los premios casi nunca han sido el objetivo de estos co-traductores. “No hace falta decir que sería bueno si resultamos premiados por elegir buenos libros y traducirlos bien”, dice Juttet. “Sin embargo, nuestro objetivo es traducir tantas obras literarias de excelente calidad como sea posible. Los premios están relacionados principalmente con la vanidad y requieren de mucha buena suerte”. “No todas las obras premiadas son buenas, mientras que las que no obtuvieron ningún premio no son necesariamente malas,

Obras literarias traducidas por Jean-Noël Juttet, ex agregado cultural de la Embajada de Francia en Seúl, y su esposa, Choi Mi-kyung, profesora de la Escuela de Traducción e Interpretación de la Universidad Femenina Ewha. La profesora Choi traduce las obras y Juttet revisa y reescribe sus traducciones.

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“Antes, la mayoría de los franceses pensaban en Corea como en un lejano país del sudeste asiático o algo así. Ahora, saben mucho más sobre Corea y su interés por este país crece rápidamente, como refleja el creciente número de jóvenes franceses que aprenden el idioma coreano”.

¿o sí?”, pregunta. El Premio Nobel de Literatura, según él, no es una excepción. “Por supuesto, sería grandioso si escritores famosos coreanos, como Hwang Sok-yong o Lee Seung-u, recibieran ese premio”, dice Juttet. Pero duda que el Premio Nobel sea un premio tan significativo, y señala que algunos de sus ganadores después fueron olvidados por completo. También destaca la considerable desigualdad entre escritores de diferentes grupos o zonas idiomáticas. “Hay numerosos escritores en idioma inglés, español, francés y chino, pero Corea es un país pequeño que ha llegado a la escena cultural en los últimos años”, resalta. Una disparidad similar se da incluso entre los principales grupos lingüísticos. “Por ejemplo, los editores franceses tienden a sentir que las novelas angloamericanas son más importantes de lo que realmente son”, agrega. Eso explica por qué Juttet considera necesario traducir muchas más obras literarias coreanas que las que hay ahora, y alentar a los jóvenes traductores a hacer lo mismo. “Mientras más libros coreanos podamos encontrar en las esquinas de Asia, o de Corea en las librerías de todo el mundo, más se acercará Corea al Premio Nobel”, afirma. Al pedirle que compare la literatura coreana con la de otros países asiáticos u occidentales, Juttet responde con cautela, obviamente preocupado por parecer superficial. “He leído a la mayoría de los escritores clásicos japoneses y me gustan, pero me siento decepcionado al leer obras de escritores contemporáneos”, dice. “Me gustan más los escritores coreanos, y creo que sus obras tienen más mérito literario que las de sus homólogos japoneses”. También considera que

la literatura coreana es relativamente más joven que la literatura occidental, ya que la nación importó un estilo literario moderno bastante recientemente. “Ahora, sin embargo, muchas cosas han cambiado, ya que los escritores coreanos viajan con frecuencia al extranjero, y las universidades locales han introducido ‘escritura creativa’ y cursos similares”, dice Juttet. “No encontrarías mucha diferencia entre las novelas coreanas y las francesas, excepto en que hallarás elementos propiamente coreanos como el kimchi y el soju en las primeras”. una pareja casera Juttet pasa la mayor parte de sus noches y fines de semana revisando las traducciones de Choi. También enseña a aspirantes a traductores, incluidos estudiantes franceses que han recibido becas del gobierno coreano, en el Instituto de Traducción de Literatura de Corea, durante aproximadamente siete horas a la semana. “La otra gran parte de mi vida es cuidar de nuestra casa”, dice Juttet. “Como Mi-kyung está muy ocupada enseñando en la Universidad Femenina Ewha y trabajando como intérprete en conferencias internacionales, me encargo de la mayor parte del trabajo doméstico, como limpiar, comprar comida, la jardinería y cuidar de las mascotas. Mi vida se compone de estos dos roles, oficial y no oficial, es tranquila y satisfactoria”. Posteriormente, agrega que su tarea doméstica favorita es planchar. Una de las cosas buenas de esta vida tranquila es que deja mucho tiempo para leer, dice Choi. Ambos son muy caseros, pues Juttet y Choi no conocen a mucha gente, coreana o francesa, fuera de sus círculos de trabajo. En cambio, estos residentes desde hace ya mucho tiempo en Seongbuk-dong, un antiguo barrio de la capital, intercambian saludos con sus vecinos mientras pasean por el barrio o por la montaña cercana. El coreano hablado de Juttet sigue siendo bastante limitado. Al preguntarle por qué, dice: “Intenté aprender coreano cuando llegué a Corea, pero pronto me di cuenta de que no era necesario. Había demasiados coreanos a mi alrededor que hablaban francés de forma excelente”. Como persona que ha desempeñado durante mucho tiempo el papel de puente cultural y literario entre Corea y Francia, Juttet califica los recientes intercambios entre ambos países como gratificantes y alentadores. “Antes, la mayoría de los franceses pensaban en Corea como en un lejano país del sudeste asiático o algo así. Ahora, saben mucho más sobre Corea y su interés por este país crece rápidamente, como refleja el creciente número de jóvenes franceses que aprenden el idioma coreano”. Juttet continúa: “me maravillo y siento envidia ante la capacidad de hablar coreano de mis alumnos franceses, un fenómeno que espero sea cada vez más visible durante los próximos años”.

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HISTORIAS DE LAS DOS COREAS

© Fundación Eugene Bell

El amor de la Fundación

euGene Bell por los vecinos trAs lA DmZ Con la tensión y la confrontación las relaciones intercoreanas han pasado a un precario nivel tras las recientes pruebas nucleares y balísticas de Corea del norte. Pero pese a todo, un grupo cívico sistemáticamente ofrece ayuda humanitaria al Norte. Es la Fundación Eugene Bell, establecida en 1995 por Stephen Linton, bisnieto del misionero americano Eugene Bell, para conmemorar el centenario de su llegada a Corea. Kim Hak-soon Periodista y profesor visitante, Facultad de Comunicación y Medios, Universidad de Corea

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tephen Linton y su equipo visitan Corea del Norte dos veces al año sin importar la tensión de las relaciones intercoreanas o los lazos entre Pyongyang y Washington, y este año no fue una excepción. Visitaron el Norte en mayo y noviembre, junto con donantes extranjeros y personal médico, para llevar medicinas y equipamiento sanitario; porque el tratamiento de las graves formas de tuberculosis (TB) que muchos norcoreanos padecen es más urgente que cualquier cuestión política o diplomática. Al margen de si las relaciones entre las dos Coreas son buenas o malas, la fundación nunca se cansa de recordar que la ayuda humanitaria debería ser “de carácter no ideológico”. Linton, coreano de corazón al que le gusta usar su nombre coreano “In Se-ban”, ha tomado la iniciativa en los esfuerzos para vencer a la tuberculosis en Corea del Norte durante veinte años. Después de crear la Fundación Eugene Bell en 1995, primero comenzó entregando ayuda alimentaria a Corea del Norte, pero luego se enfocó en luchar contra la tuberculosis, tras recibir una petición oficial de las autoridades de Pyongyang. En 1997, el entonces viceministro de Salud Pública de Corea del Norte, Choe Chang-Sik, envió una carta a Linton pidiendo “asistencia para tratar la tuberculosis en vez de ayuda alimentaria”, aunque el país experimentaba graves carencias de alimentos en aquel momento. Linton ha viajado al Norte más de ochenta veces, y más de cincuenta solo para tratar la tuberculosis. Su fundación ha entregado hasta la fecha unos 51 millones de dólares (más de 57.000 millones de wones) en medicinas y equipos médicos a Corea del Norte, incluyendo furgones móviles equipados para diagnóstico con rayos X, microscopios y otros instrumentos quirúrgicos. Más de 250.000 pacientes recibieron tratamiento entre 1997 y 2007 gracias al activo apoyo médico de la fundación. tratar la tuberculosis multirresistente (mDr-tB) Pese a los constantes esfuerzos de Linton y la Fundación Eugene Bell la situación aún no es muy buena, porque los inviernos coreanos son fríos, particularmente en Corea del Norte, y es fácil para sus habitantes contraer la tuberculosis, ya que las familias norcoreanas a menudo residen juntas en pequeños espacios. Las mujeres jóvenes que acaban de dar a luz y las personas mayores son especialmente propensas a esta enfermedad. “El sistema inmunológico de las mujeres se debilita después del parto y se vuelve susceptible a la tuberculosis. Por tanto les resulta más difícil cuidar de sus bebés”, afirma Linton.

Stephen Linton, fundador y presidente de la Fundación Eugene Bell habla con los pacientes sobre el tratamiento de la tuberculosis durante una visita a Corea del Norte.

Además, la situación se agrava cada vez más debido al creciente número de pacientes con tuberculosis multirresistente (MDR-TB) que no pueden curarse con medicamentos ordinarios, pues sus gérmenes son inmunes a diversos tipos de fármacos. Cada año se dan entre 4.000 y 5.000 nuevos casos de tuberculosis multirresistente en Corea del Norte. La tasa de éxito del tratamiento para las formas ordinarias de tuberculosis alcanza el 90 por ciento, si los pacientes toman medicinas regularmente de seis a ocho meses; pero los medicamentos para la tuberculosis multirresistente son hasta cien veces más caros que los fármacos para la tuberculosis ordinaria, y los pacientes han de tomar esos medicamentos tan caros entre un año y medio y dos años. Además, la tasa de éxito del tratamiento es menor. “Tratar a un paciente con tuberculosis multirresistente precisa unos cinco mil dólares, incluyendo gastos en medicinas, mientras que unos veinte dólares permiten tratar a un paciente tuberculoso ordinario”, dice Linton. Lo más vergonzoso es que cualquier pausa en la medicación puede ser crítica para los pacientes con tuberculosis multirresistente, pues serán más difíciles de tratar, y su tasa de mortalidad aumentará si deriva en la llamada “tuberculosis altamente resistente a los fármacos”. Los pacientes con tuberculosis multirresistente pueden desarrollar este tipo aún más peligroso de tuberculosis si detienen su tratamiento por un corto periodo. Por tanto, la ayuda debería llegar al menos una vez cada seis meses. Por este motivo, desde 2007 la Fundación Eugene Bell se ha centrado en el tratamiento de pacientes con tuberculosis multirresistente en Corea del Norte. En este proceso ha dirigido uno de los mayores programas de tratamiento contra la tuberculosis multirresistente del mundo, dando a cientos de doctores norcoreanos y pacientes con tuberculosis la oportunidad de aprender a tratar esta enfermedad. “En 2008, comenzamos a recolectar muestras de flemas de diecinueve pacientes con un riesgo potencial de tuberculosis multirresistente en Corea del Norte. Seis meses después, volvimos a Corea del Norte para tratar a los que habían dado positivo, llevando los medicamentos necesarios”, comenta Linton. “Este programa se ha desarrollado y ahora podemos tratar a más de 1.500 pacientes en cualquier momento, realizar pruebas inmediatamente y comenzar el tratamiento en el acto”. Un equipo de unas diez personas, incluyendo a Linton, permanece en Corea del Norte durante unas tres semanas en cada visita. Pero Linton dice que tres semanas no son suficientes para llevar a cabo actividades sustanciales. “En esos veintiún días visitamos los doce sanatorios existentes”. Analizamos y aceptamos nuevos pacientes en esas instalaciones, verificamos si los pacientes muestran alguna mejoría y les damos medicinas”.

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Gracias a una cuidadosa gestión, asegura Linton, la tasa de éxito del tratamiento en pacientes con tuberculosis multirresistente ha aumentado hasta el 76 por ciento. Es un logro notable, en comparación con la tasa promedio de éxito del tratamiento mundial de esa enfermedad, que todavía se ubica en el 45 por ciento. Hoy en día, hay un refrán entre los norcoreanos que reza: “Hasta los pacientes con tuberculosis multirresistente tienen esperanza si van a un sanatorio de Eugene Bell”. Aparte de entregar medicinas y equipos médicos, el mayor reto que Linton y su fundación han logrado en Corea del Norte es la educación de los pacientes de tuberculosis y del personal médico. Miles de residentes norcoreanos han aprendido qué hacer y qué no hacer si están infectados de tuberculosis. El mismo Linton parece haberse convertido en un gran experto en tuberculosis durante el proceso de ayudar a los pacientes norcoreanos. “somos meros mensajeros” Linton cayó enfermo de tuberculosis dos veces cuando era niño, por lo que conoce bien el dolor que experimentan los pacientes. Pensando en ello, se aprecia que la familia Linton ha tenido algo que ver con el tratamiento de la tuberculosis todo el tiempo. La madre de Stephen Linton, Lois Linton, fundó el Centro Cristiano de Rehabilitación de la Tuberculosis de Soonchun en 1960, cuando la zona de Suncheon, en la provincia de Jeolla del Sur, fue afectada por una inundación y la tuberculosis se extendía desenfrenadamente. Ella se enfrentó a esa enfermedad allí durante unos treinta años. Linton realiza meticulosas comprobaciones para ver cómo se utilizan los medicamentos y el equipo médico entregado a Corea del Norte, y no escatima esfuerzos para mejorar la transparencia en la distribución de los suministros de ayuda. La Fundación Eugene Bell se gestiona con aportaciones de donantes surcoreanos y estadounidenses, así como mediante asistencia de los gobiernos de Corea del Sur y de los Estados Unidos. Actualmente, el 85 por ciento de los donantes son surcoreanos, y los beneficiarios norcoreanos son bien conscientes de que la mayoría de las donaciones provienen del Sur. La Fundación tiene como norma identificar a los donantes en todos los artículos que ofrece en cada visita a los hospitales e instalaciones de destino. No hay ninguna referencia a la “Fundación Eugene Bell” pero, en cambio, los nombres de los donantes figuran en cada caja de medicinas que la fundación entrega. Linton advierte de la percepción de que la fundación y él mismo se estén convirtiendo en héroes. Él mantiene que la Fundación Eugene Bell es una “agencia de envíos” y que él “no es más que un simple mensajero”. “Solo cumplimos el papel de un repartidor o de un burro”, resalta. “Solo entregamos y administramos medicinas y equipos

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“La parte más difícil de este trabajo es conseguir la cooperación necesaria de Pyongyang, Seúl y Washington a la vez”. Las tensas relaciones entre las dos Coreas siempre afectan a nuestros esfuerzos. médicos”. El pueblo coreano es quien dona el dinero para las actividades médicas, ofrece servicios médicos y se beneficia de estas actividades. “Mi fundación y yo realizamos esta tarea solo porque en la actual situación no es fácil para los surcoreanos hacer llegar su amor a sus compatriotas a través de la frontera”. Además agrega: “la parte más difícil de este trabajo es conseguir la cooperación necesaria de Pyongyang, Seúl y Washington al mismo tiempo”. Las tensas relaciones entre las dos Coreas siempre afectan a nuestros esfuerzos. Pero no nos preocupa porque hay muchos donantes que se interesan por nuestra labor. Y resulta difícil recordar algún momento sin tensión alguna”. En 2016, una vez su plan de viaje fue interrumpido tras una prueba nuclear de Corea del Norte, causando un revés en el tratamiento de los pacientes con tuberculosis multirresistente, al no recibir la aprobación del gobierno surcoreano. Pero Linton expresa que en 2017 todo ha ido sin problemas, según el plan previsto. Cada vez entregan únicamente medicación para seis meses. Por tanto, una interrupción en su plan de viaje implica que los pacientes con tuberculosis multirresistente en Corea del Norte no recibirán el tratamiento a tiempo. Por esta razón Linton confía en que el Gobierno surcoreano introduzca un sistema de permisos para grupos de ayuda, y simplifique el proceso de aprobación para todos los grupos de ayuda que viajan regularmente a Corea del Norte. Generaciones de amor por corea Linton visitó por primera vez Corea del Norte en 1979, cuando los Campeonatos Mundiales de Tenis de Mesa se celebraron en Pyongyang. De 1992 a 1994, se reunió con el entonces presidente norcoreano Kim Il-Sung tres veces como intérprete y asesor del pastor estadounidense Billy Graham. En 1995, mientras era profesor en la Universidad de Columbia, Linton creó la Fundación Eugene Bell para conmemorar el centenario del inicio de las actividades misioneras de Eugene Bell


El personal médico de Corea del Norte descarga medicinas traídas por la Fundación Eugene Bell en un camión. Todas las cajas de medicinas y suministros médicos están blasonadas con los nombres de los donantes surcoreanos y estadounidenses.

en Corea, e inmediatamente comenzó a entregar ayuda alimentaria a los norcoreanos. Eugene Bell, su bisabuelo por línea materna, llegó a Corea en 1895, a finales de la dinastía Joseon. Inició actividades misioneras y de voluntariado en la zona de Jeolla. En tanto, William Linton, su abuelo, también trabajó como misionero en Jeolla después de casarse con Charlotte Bell, hija de Eugene Bell. En 1919, durante el periodo colonial japonés, William Linton, director de la Escuela de Bachillerato Shinheung de Jeonju, apoyó el movimiento coreano de independencia en Gunsan, en la provincia de Jeolla del Norte, e informó de los hechos a los estadounidenses. Finalmente, su escuela fue cerrada y fue deportado de Corea por negarse a presentar sus respetos en un santuario shintoísta. Después de que Corea fuera liberada, regresó y fundó una universidad, que ha llegado a ser la Universidad de Hannam, en Daejeon. Nacido en Filadelfia (Pensilvania) en 1950, en los Estados Unidos, Stephen Linton llegó a Corea con su padre misionero, Hugh Linton, y creció en Suncheon. Se licenció en Filosofía en

la Universidad de Yonsei y realizó un doctorado sobre un estudio comparativo entre Corea del Norte y Corea del Sur en la Universidad de Columbia. Al ser preguntado por qué pasó de erudito a activista cívico, Linton resalta: “como cristiano, no creo que individualmente las personas puedan cambiar el mundo. Creo que la clave es practicar el amor al prójimo”. Sintió profundamente la necesidad de “amar al prójimo” en 1995 cuando las autoridades de Corea del Norte hicieron una solicitud formal pidiendo asistencia a la comunidad internacional, cuando su escasez de alimentos llegó al máximo. En la etapa inicial, su hermano menor, John Linton, actual director del Centro Internacional de Salud en el Hospital Severance de la Universidad de Yonsei, ayudó a entregar asistencia médica a Corea del Norte. Sobre el amor de su familia por Corea durante cuatro generaciones, Linton simplemente observa: “hicimos lo que debíamos hacer como creyentes de Dios”. Parece firmemente convencido al afirmar: “si hubiera seguido como profesor universitario, ya me habría retirado. Pero seguiré ayudando a tratar a los pacientes con tuberculosis en Corea del Norte, siempre y cuando vea la necesidad”. Y expresando su gratitud a todos los donantes, así como al personal médico de Corea del Norte, prosigue: “sin su admirable espíritu de sacrificio, esta labor habría sido imposible”.

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UN DIA CUALQUIERA

CON UNA VIDA FELIZ todo sabe mejor Publicado por la Agencia de Mediación para el Comercio Justo de Corea, el “Informe General de Franquicias por Industrias 2016” revela la existencia de 24.678 locales dedicados a la venta de pollo frito en el país, una cifra solo superada por las 30.846 tiendas de ultramarinos. En tercer lugar están los pequeños restaurantes de comida coreana, con un total de 19.313 locales. Hay una gran cantidad de empresarios independientes que optan por abrir establecimientos de pollo frito porque son negocios que “no requieren habilidades específicas”. Aunque en este amplio mercado las empresas pueden sobrevivir sin una habilidad especial, para tener éxito sí necesitan unos “principios especiales”. Jo Eun Poeta y escritora de literatura infantil Ha Ji-kwon Fotógrafo

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uando la vida en la oficina se hace cuesta arriba, muchos empleados sueñan con presentar su renuncia. Se imaginan a sí mismos creando todo tipo de negocios independientes y piensan que pueden lograr cualquier cosa que se propongan si sus jefes no están detrás agobiándoles. También existe esa sensación de anticipación, sus vidas pueden cambiar completamente hasta llegar a ser la envidia de sus amigos, así como la sensación de urgencia, que proviene de una idea persistente: “¡antes de que sea demasiado tarde!” En la práctica, sin embargo, no es fácil salir adelante solo. Poner en marcha un negocio requiere superar grandes dudas y ansiedades. Pese a todo, el elevado nivel de autoempleo en Corea muestra que muchas personas se sienten miserables con su vida de oficinistas, al tiempo de reflejar que existe una gran carencia de empleos adecuados para aquellos que se jubilan anticipadamente. Con el mercado nacional estancado en una situa-

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ción de bajo crecimiento y recesión, el simple hecho de iniciar un negocio propio no es una garantía de éxito. Jeong Cheol-sun, que dirige uno de los locales de una conocida franquicia de pollo frito en Seochon, en el centro de Seúl, ciertamente tiene más éxito que la mayoría de sus competidores. Dicho de modo simple, él es un hombre feliz. El lema de su familia, “haz tu mejor esfuerzo sin importar dónde estés”, cuelga enmarcado de la pared de su casa. Nacido en 1960, ha dirigido su tienda de pollo frito durante 20 años, un tiempo en el que ha acumulado la experiencia y las ideas necesarias para abrirse camino dentro de la política empresarial de la franquicia. “A menudo acudo a la sede corporativa en mi rol de miembro del comité operativo y me siento en una gran mesa de conferencias con el propietario, el presidente y los directores”, explica Jeong. “En la sede elaboran directrices basadas en exhaustivas encuestas, y he participado activamente desde el principio. También he recibido algunos premios”.


Recientemente la empresa fletó 10 aviones para llevar a todos los participantes a un evento celebrado en el Centro Internacional de Convenciones de la isla de Jeju. Jeong ganó el premio más importante e invitaron a toda su familia a unirse a él en el escenario para recogerlo. Jeong y su esposa son tan populares dentro de la franquicia que, de vez en cuando, aparecen en los anuncios de televisión de la empresa. Son personas muy positivas y tal vez por eso hacen ejercicio regularmente, participan con frecuencia en actividades de su comunidad local y sonríen todo el tiempo, por lo que sus rostros se muestran radiantes. De hecho, debido a que pasan juntos todos sus días, sus sonrisas se asemejan como dos copias en papel de carbón. el secreto de un gran sabor Después de trabajar durante más de una década en una empresa en Seúl, un día Jeong Cheol-sun comprendió que no tenía futuro como oficinista. Justo cuando trataba de dar un giro a su vida falleció repen-

tinamente su cuñado, un funcionario de Gongju, provincia de Chungcheong del Sur. La hermana viuda de Jeong se mudó entonces a Seúl y ambos abrieron un restaurante de barbacoa de galbi (costillas de ternera). Como ninguno de ellos tenía experiencia en gestionar ese tipo de negocio, tuvieron que cerrar tres meses después. Así, al principio experimentó la amargura de la derrota en el negocio de los restaurantes. Fue por esa dolorosa experiencia que Jeong decidió abrir una franquicia. Pensó que el apoyo de una empresa le permitiría administrar su negocio con mayores garantías de seguridad. Así, decidió convertir el videoclub que su esposa había estado operando durante siete años en una tienda de pollo frito. Pero no fue una decisión fácil. “Justo al lado había una tienda de pollo asado, así que me lo pensé mucho. Para ellos, el hecho de que el videoclub se convirtiera en una tienda de pollo supondría tener a la competencia a pocos metros de distancia”, afirma. “Pero finalmente tomé la decisión por-

Jeong Cheol-sun y su esposa, que regentan una franquicia de pollo frito en la zona de Seochon de Seúl, nunca pierden la sonrisa pese a su agotadora rutina diaria.

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Preparar comida con la convicción de que ha de ser lo suficientemente buena como para alimentar a sus propios hijos, este nivel extra de cuidado y atención, parece ser el secreto de un buen sabor. que pensé que el pollo asado y el pollo frito eran productos diferentes. La gente apenas tiene en cuenta las variaciones entre ambos actualmente, pero en aquel entonces eran productos completamente distintos. En todo caso, hasta el día de hoy nos llevamos bien, como buenos vecinos”. Además de pollo frito, en el negocio de Jeong también venden pizza, y una gran variedad de platos acompañantes y aperitivos, como palitos de queso, e incluso cerveza de barril. Pero el pollo todavía representa entre el 80 y el 90 por ciento de las ventas. Todos estos años Jeong ha operado su tienda de la misma forma, y a menudo escucha de los clientes el comentario de que “aunque sea de la misma marca, el

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pollo no sabe tan bien en otros locales”. Obviamente, estos cumplidos tienen un motivo detrás. Jeong y su mujer han hecho un esfuerzo conjunto para superar la idea preconcebida de que “toda la comida de franquicia sabe igual”. La intuición culinaria de su esposa ha jugado un papel importante a la hora de distinguir a su pollo frito del resto. También hay una regla que cumplen para lograr un mejor sabor, que es calentar el aceite 2° C por encima de la temperatura indicada en el manual que les proporciona la empresa. Jeong asegura que eso hace el pollo más crujiente. “A todos se nos da el mismo manual de la oficina central, pero es inevitable que los sabores difieran ligeramente en cada establecimiento”, afirma. “Si le dieras a un grupo de amas de casa los mismos ingredientes y les pidieras que hicieran kimchi, no todos saldrían con el mismo sabor exactamente. Y, sobre todo, es la frescura del aceite lo que determina el sabor del pollo frito. El aceite de oliva que usamos es aproximadamente cuatro veces más caro que el aceite de cocina normal, pero aún así, si no se cambia el aceite con la frecuencia suficiente, el pollo quedará menos sabroso. Mi hijo nació en la época en la que abrimos esta tienda y ahora está a punto de graduarse en secundaria. Siempre frío el pollo con aceite lo suficientemente fresco como si mi hijo fuera a comerlo”.


Preparar comida con la convicción de que ha de ser lo suficientemente buena como para alimentar a sus propios hijos, este nivel extra de cuidado y atención, parece ser el secreto de un buen sabor. Pero eso no es todo. la receta secreta de la felicidad El área de Seochon, donde se emplaza el local de Jeong, solía ser un barrio tranquilo adyacente a un antiguo palacio real. En tiempos recientes, sin embargo, ha quedado retratado por los medios como un centro neurálgico de la cultura, por lo que sus calles siempre están llenas de gente. Sin embargo, el negocio de Jeong no ha desaparecido en medio de esta ola de cambios. Trabajando duro día tras día, a lo largo de los años ha logrado estabilidad financiera y ha comprado la casa de dos pisos en la que su familia de cinco miembros vivía antes de alquiler. Como dice Jeong, ya no necesitan nada más. Localizado cerca de la plaza Gwanghwamun, Seochon se ve, sin embargo, muy afectado por las numerosas manifestaciones a gran escala que se convocan en la zona. Cuando se instala una barricada de autobuses de la policía para bloquear el paso a los manifestantes, la motocicleta de reparto de Jeong no puede pasar y apenas es posible entregar pedidos. En todo caso, esta no es la única razón por la que Jeong espera que disminuya el conflicto político y social y la sociedad coreana recupere la estabilidad. Los coreanos tienen tal devoción por el pollo frito que cada dos por tres puede verse un local que vende este producto. Jeong cree que esto se debe a que “no es una gran carga para la cartera”, y que también contribuyen a la popularidad del pollo frito “las generosas raciones, la forma en que se corta en convenientes trozos y el agradable crujido al morderlo”. Como comerciante que también ayuda a otras personas a establecer sus propios negocios mientras dirige el suyo, y además trabaja como mentor para otros establecimientos de la franquicia, hay un problema que siempre le preocupa: cómo hacer las entregas. Jeong, quien entrega personalmente los pedidos, afirma: “En la actualidad, la mayoría de los locales de la marca utilizan servicios de entrega especializados, que cobran unos 3.000 wones por pedido. Para ser sincero, no es tan caro como contratar a alguien directamente, pero el problema es que el buen servicio no

2 1. Recibiendo los ingredientes, limpiando, cocinando y sirviendo a los clientes, Jeong y su familia apenas tienen tiempo de descansar. Trabajan todo el año y rara vez toman un día libre. 2. Creen que usar el mejor aceite y preparar el pollo con el mismo cuidado con que cocinarían para sus propios hijos es el secreto de ese gran sabor y su clave del éxito.

está garantizado”. Tras años de duro trabajo por cuenta propia, la salud física de Jeong se ha deteriorado lentamente. Desde que abren la tienda a las 11 de la mañana, él y su esposa se mantienen todo el día ocupados limpiando, preparando los ingredientes, cocinando, sirviendo a los clientes, atendiendo pedidos y realizando entregas. Especialmente entre las 5 y las 9 de la tarde, cuando llegan la mayoría de los pedidos, permanecen constantemente de pie. Hay tantas cosas que hacer que la jornada de trabajo no termina hasta la 1 de la madrugada. Casi nunca tienen un día libre, por lo que sufren un cansancio indescriptible. Sin embargo, Jeong está satisfecho con sus circunstancias y no desea otra cosa. “Nuestro negocio no es un restaurante famoso donde los clientes hacen fila alrededor de la manzana. Es solo un local con la reputación de ofrecer un pollo relativamente sabroso en comparación con otros de la misma franquicia. Para mí, eso es suficiente”, sentencia. Y así es. Jeong Cheol-sun sabe exactamente el lugar en el que está su negocio y el nivel de éxito con el que debería considerarse satisfecho. Quizá es por eso que siempre está sonriendo.

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ENTRETENIMIENTO

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strenada en mayo de este año, “Okja” fue la primera película coreana destinada a una audiencia mundial mediante un lanzamiento simultáneo en cines y en el servicio de contenidos de Netflix. El movimiento generó controversia en torno a la película tanto en casa como en el extranjero; e incluso en el Festival de Cine de Cannes surgió la duda de si era elegible para participar en la competición. Bajo esas dudas, yacía una sensación de inquietud sobre la emisión de películas en línea. Aquellos con una cierta percepción de lo que debería ser una pelí-

la destapó el choque entre el pasado y el futuro de la distribución. En las dos últimas décadas, los cines multiplex han monopolizado la distribución de películas al optimizar la experiencia visual con una gigante inversión en las últimas tecnologías cinematográficas. Pero al precisar flujos de ingresos constantes, deben haber sentido que el estreno simultáneo de una película en Netflix amenazaría el núcleo de su negocio. Otros, sin embargo, argumentaron que la visión digital es deseable, desde la perspectiva de la diversidad en una época en que los cines multiplex mantienen una producción y distribución verticalmente integradas, lo

ilimitada de populares programas de EE. UU. y de películas de Hollywood, sin duda el mayor mérito de Netflix. Netflix posee actualmente más de 109 millones de suscriptores en todo el mundo y, según una reciente edición de “Weekly Global”, publicada por la Agencia de contenido creativo de Corea, pretende llegar a 140 millones de suscriptores en 2025. Sin embargo, Netflix no es solo una plataforma de distribución para contenidos de vídeo; también se ha convertido en un influyente desarrollador de contenido. El primer contenido original auto-producido por la compañía fue “House of Cards”, una serie de sus-

¿Qué Está Cambiando

EXACTAMENTE NETFLIX? La reciente controversia sobre el lanzamiento de la película “Okja” del director Bong Joon-ho ejemplifica los cambios en los patrones de consumo de cine en Corea. Elegir si lanzar una película en cines o en línea no es solo una cuestión de dónde se verá la película; afecta lentamente a la producción y a la distribución del contenido cinematográfico y televisivo. Jung Duk-hyun crítico cultural

cula, que siguen creyendo que debería incluir una experiencia como la de Toto en la película de 1988 “Cinema Paraíso” de Giuseppe Tornatore, dudaban si una película estrenada en Internet podría ser llamada obra cinematográfica. Cuando “Okja” fue presentada en Corea, las tres principales cadenas de salas multiplex de la nación anunciaron un boicot contra la película. Como resultado, la cinta fue rechazada por los principales cines y solo pudo verse en unos 90 cines independientes, o en Internet después de registrarse y hacerse socio en Netflix. La disputa sobre el lanzamiento simultáneo online / offline de la pelícu-

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que solidifica su oligopolio. netflix activa la innovación El nombre de la compañía proviene de combinar “Net” y “Flicks”. Comenzó como un servicio de reparto de DVDs en 1997, y desde entonces ha crecido hasta convertirse en el mayor proveedor de servicios de vídeo por streaming del mundo. En 2016, Netflix lanzó su servicio en Corea. Por una suscripción mensual mínima de $7,99 dólares, los socios pueden ver y descargar películas y programas de TV sobre los que Netflix posee los derechos de emisión. Por una tarifa algo más elevada permite la visualización

pense político estrenada en 2013. Invirtiendo 100 millones de dólares para crear las dos primeras temporadas de la serie, Netflix obtuvo un gran éxito y se estableció como exitoso productor de contenido. La compañía respaldó “Okja” con 50 millones de dólares, lo que la convierte en la película en coreano más cara hasta la fecha. De hecho, fue la segunda mayor cantidad que Netflix ha pagado por una película, después del desembolso de 60 millones de dólares que hizo en la película de David Michôd, “War Machine”. El factor de innovación de Netflix no solo implica un cambio en la distribución de contenidos de offline a online. Permite


El lanzamiento simultáneo online / offline de la película “Okja”, del director Bong Joon-ho, refleja el choque entre el pasado y el futuro de la distribución del cine.

servicios personalizados mediante el análisis de todos los datos que genera la distribución digital. En el pasado, los espectadores buscaban el contenido que querían ver; ahora, las recomendaciones les llegan en base al análisis de sus preferencias. Los datos generados en este proceso se utilizan posteriormente para producir contenido de vídeo que refleja aún mejor los gustos de los consumidores, lo que a su vez aumenta las posibilidades de éxito de las producciones. nuevo medio de distribuciÓn La emisión de “Okja” en internet y

por streaming refleja una nueva forma de consumir cultura en la era digital. Puede generar algún conflicto al principio, pero es una tendencia irreversible; y existen pocas posibilidades, si es que hay alguna, de que el futuro aleje a la distribución en línea. Disney y 21st Century Fox, que solían proporcionar contenido a Netflix, parecen estar debatiendo un posible acuerdo para el nuevo servicio de emisión que Disney planea lanzar en 2019. El éxito de Netflix y Amazon Prime Video, otro proveedor de videos en línea, ha atraído competidores al expansivo mercado de la distribución de vídeo en línea.

El teórico de los medios Marshall McLuhan acuñó la famosa frase: “el medio es el mensaje”. Esto significa que un cambio en los medios implica un cambio no solo en el formato exterior, sino también en el contenido. Por ahora, la controversia podría limitarse a si el mismo contenido debería mostrarse simultáneamente en cines y en línea. En el futuro, sin embargo, es concebible que las películas solo para cine y las películas para streaming tengan ciclos de producción separados. Los cines multiplex se están convirtiendo lentamente en parques temáticos experienciales, al responder con nuevas tecnologías a la pregunta: “¿Por qué tenemos que ver películas en un cine?” Además, el atracón se ha instalado como forma popular de consumir contenido. Hoy en día, las personas a menudo están demasiado ocupadas para ver sus programas favoritos en la televisión, vinculados a horarios fijos. Por tanto, cada vez más gente hace maratones con sus programas o series favoritas durante el fin de semana o las vacaciones. El modelo de Netflix de suscripción única que permite acceso ilimitado al contenido ya ha llevado a producir contenido adecuado para ser consumido compulsivamente. nueva plataforma para las películas coreanas Netflix está produciendo actualmente “Kingdom”, una nueva serie de televisión del famoso guionista coreano Kim Eun-hee. Esto significa que las obras de escritores influyentes podrían llegar a una audiencia global mediante la distribución en línea. En tanto, los productores coreanos de contenido sugieren que deberían comenzar un negocio propio similar a Netflix. Solo entonces el contenido coreano estaría disponible en todo el mundo en una plataforma coreana, sin interferencia de compañías extranjeras, afirman.

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OPINIÓN DESDE LA LEJANÍA

¿POR QUÉ DECIDISTE VENIR A COREA? Ildefonso de la Cruz Global Business Development Manager SAMSUNG ELECTRONICS

“¿

Por qué decidiste venir a Corea?” Es una pregunta típica, conveniente herramienta, y método frecuentemente elegido para romper el hielo de forma natural y comenzar una conversación con cualquiera de los expatriados que asisten a alguno de los múltiples eventos que la ciudad de Seúl ofrece. Aunque pueda parecer inofensiva, esta sencilla pregunta, que la gente llega a formular de manera automática, casi retórica y sin esperar una respuesta, ha sido en más de una ocasión catalizador y detonante de una reacción personal mucho más profunda y transcendental de lo inicialmente esperado. En mi caso concreto, a diferencia de muchas otras personas, no fue una atracción pre-existente por la cultura oriental ni la promesa de un trampolín laboral que catapultase mi trayectoria profesional lo que verdaderamente me empujó a hacer las maletas y mudarme a la otra punta del mundo hace ya siete años. El motivo que realmente inclinó la balanza a favor de mi aventura coreana fue, aunque parezca contrario a la lógica, el desconocimiento, el halo de misterio y la curiosidad por todo el potencial que ofrecía este destino. Por aquel entonces, años antes del fenómeno “Oppa Gangnam-style” y los sustos del vecino del Norte, que desafortunadamente hoy ocupan demasiadas portadas de periódicos, Corea del Sur era principalmente conocida en España por poner fin en 2002 a nuestra participación en el mundial de futbol con unos polémicos penaltis. La oportunidad se presentó de manera inesperada, sin ser buscada, como

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una carambola del destino. Mira que me gustaba la comodidad de mi rutina, el desahogo de lo familiar y lo conocido. Pero esta aventura y la incertidumbre de un nuevo desafío crearon una sed que sólo podía ser saciada con el cambio, una hégira, una ruptura con mi zona de confort. Durante estos años, Corea me ha ofrecido no sólo un hogar, sino una fuente ilimitada de experiencias que me han transformado completamente. Como toda relación que deja huella, mi historia con Seúl fue un flechazo a primera vista. Fue un hechizo instantáneo con la ciudad, singular armonía de contrastes y extremos, equilibrio perfecto de paz y caos, simbiosis entre las tradiciones conservadoras y la más radical innovación. Barrios como el afamado Gangnam con sus cafés y restaurantes de moda o Myeongdong, inevitable destino de los adictos a las compras, se alternan con otros como el artístico Hongdae, donde es fácil encontrar estudiantes versionando éxitos musicales en la calle, o practicando las últimas rutinas de baile de sus ídolos de K-POP. Todo esto se siente y se saborea al caminar y perderse entre sus calles, donde los modernos rascacielos y centros comerciales cobijan joyas en forma de templos y palacios reales, jardines y monumentos que te permiten captar un destello de los cimientos y del corazón del país. Un corazón que late, siempre acelerado, marcando el bullicioso ritmo de sus habitantes. Aún después de todos estos años, no deja de fascinarme la capacidad de los coreanos para exprimir las horas del día. No son los datos de sondeos y encuestas que


sitúan los horarios laborales coreanos entre los más largos del mundo los que me sorprenden, ya que esto se correlaciona directamente con el férreo sentido de la responsabilidad inculcado desde temprana edad en las aulas y posteriormente en las jerárquicas empresas coreanas. Lo verdaderamente asombroso es su capacidad de acceder a las reservas de energía después de la oficina y disfrutar de la infinidad de ofertas de ocio disponibles. Las piezas de carne y los extractores de humo característicos de los restaurantes de barbacoa son la norma para relajarse, y los chupitos de soju la mejor manera de animarse para las siguientes rondas que la fiesta coreana marca como si fueran los diferentes actos de una obra de teatro. La cena va seguida de canciones en los “Noraebang” y más brindis con cerveza en los bares aledaños, siempre con algún tentempié de fruta o pescado seco que ayude a minimizar los efectos de los excesos al día siguiente en la oficina. La vida en la capital coreana es bastante cíclica, como las cuatro estaciones perfectamente diferenciadas entre sí que experimenta la península, nítidas como los puntos cardinales de una rosa de los vientos. El invierno coreano es crudo durante unos meses, con frecuentes nevadas y temperaturas que llegan a alcanzar los dobles negativos y pueden asustar hasta a los más valientes. Es la época perfecta para disfrutar de planes de interior y, en especial, de la experiencia de un “jimjilbang”. La suave primavera se abre paso cubriendo los cerezos de flores rosadas y atrayendo a la gente a los festivales repartidos por todo el país, donde siempre es gracioso ver parejas de enamorados caminando de la mano y posando para fotos con ropa perfectamente combinada, como mandan los cánones del couple-match . En tanto, el verano coreano no da un respiro. Las lluvias torrenciales seguidas de un calor húmedo obligan a aprovechar cualquier oportunidad para escapar a las amplias playas de la costa oriental, como Sokcho y Donghae, para darse un refrescante baño rodeado de coloridos flotadores y de residentes locales cubiertos como buceadores para protegerse de los rayos del sol. Y sin duda, mi estampa favorita son los otoñales cielos azules, con sus horizontes teñidos de diferentes tonalidades rojizas. En estos años, ya he perdido la cuenta de las veces que estos paisajes me han dejado con la boca abierta durante

alguna de mis sesiones de senderismo, uno de los pasatiempos más populares en esta época en Corea y que yo he adoptado con gusto. Los sabores y costumbres de la cocina coreana, basada en arroz, vegetales, carne o pescado y el omnipresente kimchi también son un reflejo de la sociedad coreana. A la hora de elegir el menú, las advertencias de los locales siempre son bien recibidas, ya que la generosidad de especias picantes en sus platos puede jugar una mala pasada al comensal inexperto en más de una ocasión. Pero lo que de verdad eleva la experiencia gastronómica hasta cotas inigualables es el sentimiento de camaradería que se alcanza en la mesa coreana. Mi espíritu y personalidad latinos lo han tenido bastante fácil a la hora de adaptarse al pais. Desde el primer momento, he apreciado la hospitalidad de la sociedad y el esfuerzo, incluso a veces por parte de extraños, de compartir su comida, conversación y hasta por hacerme sentir como en casa. Si es verdad que no siempre ha sido fácil el entendimiento y que la barrera del lenguaje me ha llevado a alguna que otra situación embarazosa, aunque después de perfeccionar mis dotes de gesticulación hasta el punto de poder ganarme la vida como mimo profesional, me ha sido posible considerar a Seúl más que una ciudad de tránsito, sino un verdadero hogar. Sin embargo, no fue hasta que empecé a esforzarme por entender el idioma y estudiar las complicadas reglas que gobiernan la gramática coreana que mis conversaciones pudieron enseñarme la verdadera filosofía del país y sus gentes, que va mucho más allá de la impresión inicial, que puede llevar a pensar que la sociedad está regida únicamente por el consumismo, las modas pasajeras y los últimos dispositivos electrónicos. En tanto, las nuevas generaciones rebeldes quieren romper con los moldes sociales preestablecidos y trabajan duro por hacerse oír para contribuir al desarrollo de su país. No puedo estar más contento y satisfecho con todas las experiencias vividas en esta maravillosa ciudad, de la gente que se ha cruzado en mi camino durante estos años, y de todo lo que me han enseñado y he aprendido. No sé cuánto tiempo más se alargará esta aventura, lo que sí que sé con certeza es que ya sea por poco o por largo tiempo, es un país que nunca decepciona.

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INGREDIENTES ESENCIALES

ostrAs un plato familiar por la

nana ‘El bebé de la isla’ Las ostras son referidas muchas veces como “la leche del mar” o “el ginseng del mar”, Son populares entre los gourmets del mundo, y los coreanos tienen mil maneras de prepararlas. Las comen sazonadas, en salazón y también fritas con huevo y harina, en sopas y cocinadas con arroz. Son sabrosas, nutritivas e incluso previenen la contaminación de las aguas marinas, de ahí sus múltiples usos. Kwon Oh-kil Profesor emérito, Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional de Kangwon

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E

l bebé de la isla es una una canción de cuna que todo coreano ha escuchado alguna vez. La nana cuya letra describe a un bebé que cae dormido solo mientras la madre se va a recoger ostras es recordada por muchos. Pero, los coreanos están muy familiarizados con las ostras no solo por esa canción, sino también por los concheros, creados con restos de moluscos y conchas acumulados desde tiempos prehistóricos. Personalmente, estoy más que familiarizado con las ostras porque mi especialidad es la malacología, ciencia que estudia los moluscos. Al tomar muestras para mi investigación en la costa, frecuentemente encuentro a mujeres que recogen ostras y converso con ellas de diversos temas. Entonces percibo que esas mujeres, por mucho que se entretengan con la conversación, no detienen su labor y resulta imposible no asombrarse de ese ágil trabajo manual que realizan sin cesar para despegar las ostras de las rocas con sus manos bronceadas de tanto exponerse al sol. Alguien que no esté acostumbrado a ese trabajo, nunca podría hacerlo a la velocidad de esas mujeres, que incluso en un abrir y cerrar de ojos separan las valvas con una herramienta en forma de gancho para extraer la pulpa. Es una tarea para la que están perfectamente adiestradas. La valva izquierda de las ostras está pegada en las rocas, mientras que la derecha es convexa. En Corea, las ostras son referidas comúnmente como “ostra-conchas” (guljogae ), “ostras de roca” (seokgul ) o “flores de roca” (seokhwa ). De estos sobrenombres, al oído de los extranjeros la expresión “flores de roca” podría sonar un tanto extraña. Sin embargo, quien haya visto alguna vez las valvas izquierdas de las otras pegadas en una roca, tras extraer la valva derecha y la pulpa, la entenderá al cien por cien, pues parecen flores blancas sobre las rocas junto al mar. organismos filtradores que protegen el ecosistema marino El nombre que reciben las ostras silvestres pegadas en las rocas al lado del mar es eorigul , que significa “ostras jóvenes”. Son usadas para preparar la salazón de las ostras o eoriguljeot . Solo con imaginar un cuenco de arroz blanco con ostras en salazón picante se me hace agua la boca. El prefijo eori viene de la palabra eorida en coreano, que quiere decir joven o pequeño, y se incluye en denominaciones de plantas o animales, como eoriyeonkkot (Estrella de agua) y

eorihobakbeol (Abeja carpintera de Japón). Las ostras que habitan en las costas de Corea, se dividen en tres géneros y diez especies. Generalmente viven en lugares donde el agua dulce se encuentra con la marina, zonas de entremareas, y a una profundidad de hasta 20 metros bajo el nivel mar. Las valvas de las ostras no son lisas como las de otros moluscos, pues presentan asperezas y parecen estar formadas con escamas desiguales. Las ostras son moluscos bivalvos. Dicho de otro modo, tienen dos valvas. También son clasificados como pelecípodos. En el caso de las ostras que habitan en zonas intermareales, la valva derecha permanece cerrada en bajamar, mientras que en pleamar se abre lentamente para succionar el agua. Las ostras respiran en forma branquial y son organismos filtradores. Una ostra filtra hasta cinco litros de agua en apenas una hora y se alimenta de sustancias orgánicas, como bacterias, plancton y ácido forfórico que absorbe del agua, contribuyendo así a la manera a prevenir la eutrofización de las aguas marinas. Las ostras son pues, animales que protegen el medio ambiente. un alimento saludable que previene dolencias por estilo de vida Las ostras son un ingrediente ampliamente usado en la gastronomía tradicional de Corea por su fragancia y sabor, pero también por su alto valor nutritivo. Desde tiempos antiguos, las ostras fueron referidas en Occidente como “la leche del mar” y consideradas un vigorizante natural para el hombre, mientras que en Corea son conocidas como “el ginseng del mar”. Es que las ostras son ricas en zinc, necesario para aumentar la producción de testosterona, y también en vitaminas A, B12 y D, así como en minerales como hierro, calcio y selenio. Las ostras son efectivas para prevenir la hipertensión, el derrame cerebral, la esclerosis arterial, las enfermedades renales e incluso el cáncer. En Corea, se comen crudas, mezcladas con alguna salsa, cocinadas con arroz, fritas, en sopa, en guisos... En fin, se preparan de mil formas, y hasta se incluyen en el kimchi. Hay un dicho popular entre los coreanos: “Como si un labio leproso tragara ostras crudas”, para referirse a aquellos que realizan una acción con total facilidad y sin inhibición alguna. Principalmente, alude a la pulpa de las ostras, tan suave que hasta las personas mayores con mala dentadura pueden comerla. Si bien son un alimento fácil de digerir para

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Las ostras filtran hasta cinco litros de agua en apenas una hora, eliminando materias orgánicas como ácido fosfórico, plancton y bacterias, previniendo la eutrofización de las aguas del mar. Son, de por sí, unos organismos ecológicos.

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2

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todos, dadas las variadas recetas de preparación, las ostras no pueden disfrutarse durante todo el año. En Occidente, por ejemplo, existe la creencia de que es seguro comer ostras en los meses cuyos nombres incluyen la letra ‘R’, es decir entre septiembre y abril. Pues entre mayo y agosto, o sea en los meses con nombres sin ‘R’, las ostras entran en periodo reproductivo y por tanto aumenta su toxicidad. Además, en esa época del año aumentan los niveles de concentración de bacterias marinas como vibrios, salmonela y otras bacterias colónicas; de ahí que sea peligroso comer frutos marinos crudos. Sin embargo, al incrementar la población y ascender la demanda de ostras, comenzó el cultivo de estos moluscos, práctica que a día de hoy es bastante común. Las ostras alcanzan en el primer año de vida 7 centímetros de largo y 60 gramos de peso y en el segundo 10 centímetros de largo y 140 gramos de peso. Luego, su crecimiento se ralentiza drásticamente. Las ostras ponen huevos entre mayo y agosto, y tras nacer pasan un tiempo flotando sobre el mar. Las ostras jóvenes se pegan en las rocas o a las valvas de otras ostras para crecer. Generalmente, el cultivo de ostras se realiza con el método colgante, que consiste en amarrar las ostras en una soga y dejar caer la cuerda verticalmente bajo el mar. Este método es más usado en la costa sur de Corea, especialmente en Tongyeong, ciudad famosa por el cultivo de ostras, donde es mínima la diferencia entre bajamar y pleamar, hay muchas islas, y las aguas son serenas, sin muchas olas. Sin embargo, en la costa oeste, donde hay vastos humedales junto al mar, es más usado el llamado “método de las piedras”, que consiste en colocar rocas en los humedales, o las redes horizontales, que introduce las ostras en redes en forma de bolsas y las extiende sobre superficies planas.

1, 2. Alimento nutritivo y sabroso, las ostras se pueden preparar de varias maneras para platos como ostras fritas en pasta de huevo (guljeon, arriba) y ostras sazonadas y fermentadas (eoriguljeot). Las ostras también se pueden comer crudas o bañadas en salsa de soja condimentada o en pasta de pimiento rojo con vinagre. 3. Exóticamente expuestas al sol y al viento, las ostras de las marismas del Mar del Oeste tienen más sabor y textura que las ostras del Mar del Sur, donde continuamente permanecen bajo el agua.


3

Las ostras cultivadas mediante estos dos últimos métodos son expuestas al sol en verano y al gélido frío en invierno. Los organismos vivos, cuando están en duras condiciones, como el mencionado cambio estacional, tienden a acumular nutrientes. Por tanto, las ostras cultivadas sobre rocas en los humedales o en redes sobre superficies planas son más sabrosas que las que crecen bajo el mar, en un ambiente relativamente más estable, en granjas de cultivo colgante. Lo mismo ocurre con las plantas silvestres, que al producir abundantes fitoquímicos para superar las duras condiciones de la naturaleza, son más nutritivas que las cultivadas por humanos. Y esta regla se aplica también a las personas, pues es común ver cómo muchos de aquellos que lograron éxito tras pasar momentos difíciles en su juventud, son cálidos y tienen buena personalidad. No en vano existe el dicho: “De joven, el sufrimiento hasta se compra”.

perlas: bocas de carbonato de calcio Algunas especies de ostras pueden producir perlas. Las perlas se forman a partir de parásitos o materiales extraños que son accidentalmente absorbidos por algunos moluscos, y se meten entre la concha y la capa externa que cubre la pulpa. Entonces, la capa secreta sustancias para desintoxicarse y cubre ese material alienígeno. Así se forman las perlas naturales, y por imitación, las perlas artificiales. Básicamente, se suele desmenuzar concha de moluscos de agua dulce, se talla cada pedazo en forma circular y se introduce la diminuta bola resultante entre la valva y la capa externa que cubre la pulpa de los moluscos, bien de agua dulce o bien salada. No obstante y por muy valiosas que sean, vistas al microscopio las perlas no son más que bolas de carbonato de calcio, al igual que los diamantes son un cuerpo sólido de carbono.

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JORNADAS DE LITERATURA COREANA

críticA

El Gélido Ambiente de las Tiendas de Conveniencia Las tiendas de conveniencia han sido objeto de telón de fondo de muchos autores. Así como sugiere el título mismo de la obra “Voy a una tienda de conveniencia” de Kim Ae-ran, la obra trata de las relaciones que se establecen entre las tiendas de conveniencia y los individuos que las frecuentan. Considerando como punto de partida una tienda de conveniencia, la cual representa la época en la que vivimos, este relato explora el anonimato indiferente en lugares desprovistos de identidad individual. Choi Jae-bong reportero, The Hankyoreh

K

im Ae-ran realizó su debut literario obteniendo el primer Premio de Literatura Daesan para estudiantes universitarios, el cual se estableció en el año 2002, con su obra “No llamar a esta casa”. Nació en 1980 y, por aquel entonces, contaba tan solo con veintidós años y fue la precursora que anunció la llegada al escenario literario de una ola de escritores nacidos en los años ochenta. El grupo de jóvenes escritoras feministas que han marcado una clara corriente en la comunidad literaria coreana actual y que nacieron principalmente a finales de los años ochenta, está integrado por mujeres tan solo cinco o seis años más jóvenes que Kim Ae-ran. Pero aun así, se percibe una ligera diferencia de generación entre ellas. Kim Ae-ran debutó a temprana edad, gracias a lo cual también ha logrado una madurez impresionante. “Voy a una tienda de conveniencia” se publicó primero en el año en el que la autora hizo su debut literario y se incluyó en Corre papi , su primera colección de obras publicada en el año 2005. A diferencia de “La gente de la tienda de conveniencia” del autor japonés Sayaka Murata, galardonado el año pasado con el Premio Akutakawa, cuya protagonista es una mujer soltera que lleva dieciocho años trabajando en una tienda abierta las veinticuatro horas, la obra de Kim Ae-ran es una observación hecha a través de los ojos de una chica universitaria que frecuenta una tienda de conveniencia como consumidora. Mientras la obra de Sayaka Murata considera la tienda desde su interior, Kim Ae-ran la mira estando fuera de ella.

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El relato arranca con enunciados que resumen claramente la importancia que tienen las tiendas en la vida de la protagonista: “Voy a una tienda de conveniencia. La frecuento, como máximo, varias veces al día y como mínimo, una vez a la semana. Por lo gue no puedo negar gue, mientras tanto, siembre me surge algo que necesito”. En otras palabras, confiesa que es un lugar indispensable que forma parte de su vida. Y esa misma frase aparece de nuevo al final, pero con ligeros cambios. “Y por supuesto” se vuelve “Y lo extraño es que…”, pero este cambio se deriva de la transformación de la tienda en la conciencia de la protagonista. La explicación de ese proceso de transformación constituye el meollo de esta obra. La tienda de conveniencia, que aparece un día de pronto “como una leyenda, cuyo origen se ha perdido en la eternidad”, ha llegado a formar parte de la vida diaria de los individuos. Desde el punto de vista de la protagonista, lo más curioso de estas tiendas es el hecho de que tanto los administradores de las mismas como los usuarios “no pueden reconocerse entre sí”. La garantía del anonimato es una característica fundamental de la vida urbana moderna, lo cual es algo que la protagonista considera como algo positivo. En general, los dependientes no prestan atención a la vida privada de los clientes que van y vienen, y esa actitud distante la interpretamos como respeto hacia los demás. El anonimato puede, según el caso, ser positivo o negativo. Pero, inicialmente, la protagonista lo toma positivamente. En el transcurso del desarrollo de la trama, se


comprueba que puede no ser ese el caso. Hay tres tiendas de conveniencia en la zona residencial que hay en las cercanías de una universidad y es allí donde vive la protagonista. En la primera tienda, el dueño es demasiado amable con los consumidores, ya que hace preguntas poco relevantes sobre su vida privada mostrándose interesado en ella. La protagonista, molesta e incomodada por esa amabilidad, deja de recurrir a esa tienda. Se podría interpretar que es una venganza por haber traicionado sus expectativas de anonimato. Igualmente, el puesto ambulante donde solía comprar comida ligera a medianoche es objeto de boicot por semejantes razones. En la segunda tienda, lo que hizo que la protagonista se disgustara fue un pequeño incidente concerniente a la compra de condones, lo cual podría haber sido un tanto injusto desde el punto de vista de la dueña. Fuera lo que fuera, de esa manera fue como la protagonista llegó a frecuentar la tienda de Q-Mart, la última tienda que le quedaba. Cumpliendo sus expectativas, el chico que trabaja como dependiente no dice una sola palabra que no sea absolutamente necesaria para atenderla. No por eso es antipático. Hasta tal punto que la saluda sin falta casi mecánicamente. En la conciencia de la protagonista, “La idea que tenia de Q-Mart era un mundo de “bienvenido” y “muchas gracias”. Sin embargo, no tarda mucho en darse cuenta de que estaba equivocada. Era inevitable que se registrara información sobre su persona y su vida privada. A partir de los artículos que compraba, el dependiente podía saber o suponer los gustos de su paladar, las condiciones de su vivienda, sus relaciones familiares y su pueblo natal e, incluso, su ciclo menstrual. Podría ser un descubrimiento poco relevante y del todo trivial, pero constituye una situación interesante que actuará como un punto decisivo, una aguda inflexión que desviará la corriente del relato. La protagonista llega a darse cuenta de que es imposible mantener un total anonimato en una tienda de conveniencia, y confirma que, lo quiera o no, su vida privada y su información personal, en cierta medida, se expone inevitablemente. Sin embargo, ocurre un suceso que da un vuelco total al anonimato concerniente a las relaciones entre el dependiente y el consumidor. La protagonista piensa: “No me preguntaba lo que estudiaba. Tengo ganas de decirle cuál es mi especialidad” o confiesa que “Empecé a sentir curiosidad por ese chico que no me decía nada de nada durante el minuto y treinta segundos que necesitaba para calentar el arroz instantáneo en un horno de microondas y en los veinte segundos que requería para la leche de la marca Seúl“, e incluso juzga que “Yo, por mi parte, no sabía nada de él”. ¿Será que la protagonista universitaria se sentía atraída por el chico que hacía de dependiente? No, no es eso. Sería más preciso decir que ella deseaba contrarrestar el desequilibrio de información y enderezar una relación unilateral. Al haberse

© Paik Da-huim

dado una inflexión tan grande, ocurre un incidente que podría considerarse la culminación de la trama. En Nochebuena, cuando las calles estaban desoladas al haberse ido todo el mundo al centro de la ciudad, se le presenta a la protagonista la situación de pedirle urgentemente un favor a alguien. Después de pensarlo varias veces, la persona que le viene a la mente es el chico que trabaja de dependiente, ya que era una de las pocas personas en el barrio que la conocía. Pero estaba muy equivocada al considerar que la reconocería. La protagonista, que valoraba grandemente el anonimato de las tiendas de conveniencia y que había “castigado” a algunos dueños por haber “infringido” ese compromiso, se hallaba ahora esclavizada por ese mismo motivo. Ella, que se consideraba más tajante e inteligente que nadie, había caído en su propia trampa. Aunque no sea nada agradable para la protagonista, para el lector es algo sumamente gratificante. Y el relato se dirige al desenlace y, ya en el momento cumbre, tiene lugar un incidente extremadamente espectacular. Como ya se ha mencionado, en la conclusión se recogen las frases con las que empieza el relato, pero con ligeras diferencias. Con objeto de dar lugar a esas frases, se despliega una serie de episodios, los cuales reflejan la conciencia temática del relato y las ideas de la protagonista al respecto. Empieza alabando el anonimato haciendo resaltar sus efectos secundarios, los prejuicios y la crueldad que pueden tener lugar. En un tono frío e indiferente, la protagonista comenta que: “Si usted va a una tienda de conveniencia, cerciórese de los alrededores. Cuando una mujer a su lado compra agua mineral es para tomar píldoras, cuando el hombre que está detrás compra maquinillas de afeitar es para cortarse las muñecas, cuando el chico que está delante compra papel higiénico es para limpiar el trasero de su anciana madre enferma. Nada se sabe. Puede o no tenerlo en la mente”.

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