Otoño 2017
Cultura y arte de Corea REPORTAJE ESPECIAL
La cocina coreana
LA COCINA COREANA
De las estufas de barro a la realidad virtual La cocina tradicional coreana: metáfora de las vidas de las mujeres; Un árbol de familia: las cocinas tradicionales de Corea, China y Japón; “Algo hierve siempre en la cocina” ; Intensos recuerdos de una vieja cocina de las Haenyeo de Jeju ; Un vistazo a la cocina del futuro
¿QUÉ SE CUECE ?
Tomo 26, Nº- 3
ISSN 1225-4606 Cultura y arte de Corea 49
IMAGEN DE COREA
Mantener la antigua costumbre de otoĂąo Kim Hwa-young CrĂtico literario; Miembro de la Academia Nacional de las Artes
C
© Joongbooilbo
huseok, el festival de la luna y la cosecha, es una de las festividades más importantes de Corea. El nombre evoca la nostalgia de cada coreano, y les invita a volver a casa para reunirse con la familia en una noche de otoño, cuando la luna llena brillante se eleva sobre las colinas. Chuseok celebra los lazos familiares y los lazos con la tierra, expresa agradecimiento por la cosecha a mediados de otoño. Cuando Chuseok llega, todas las carreteras que rodean Seúl y las autopistas que conducen a los cementerios ancestrales en el campo y otras grandes ciudades se atestan de coches, pues la gente acude a presentar sus respetos a los antepasados y vuelve a sus ciudades natales. Visitar las tumbas de los antepasados en festividades importantes como Chuseok y Hansik (el Festival de Comida Fría a principios de primavera) para atender los lugares de enterramiento y realizar ritos conmemorativos se conoce con el nombre de seongmyo . Esta costumbre se ha practicado a lo largo de los siglos, ya que los cementerios se perciben como lugares sagrados donde los antepasados moran, tanto en cuerpo como en espíritu. Típicamente, las tumbas coreanas se ubican en un pedazo de terreno despejado en la ladera de una montaña. El cadáver de los muertos se coloca en un ataúd de madera, que será enterrado en el suelo. La tierra se amontona sobre la tapa para crear un montículo sobre el que se planta hierba para prevenir la erosión. Estas tumbas, exclusivamente coreanas, requieren un mantenimiento regular durante todo el año. En Hansik, cualquier daño a la tumba acaecido entre el invierno y la primavera se repara y si la hierba ha desaparecido es replantada. Alrededor de cheoso , el 14 de los 24º términos solares, a finales de agosto, cuando el calor del verano comienza a menguar, la hierba deja de crecer, señalando que llega la hora de la poda, de retirar las malas hierbas del montículo, y de limpiar los alrededores de la tumba. Esta tarea se llama beolcho (“retirar las malezas”). Debe llevarse a cabo antes de Chuseok para que la familia pueda visitar la tumba y celebrar ritos ancestrales ese día. Los ritos funerarios en Chuseok son especialmente importantes, ya que es cuando los granos recién cosechados, fruto de un duro año de trabajo, se ofrecen a los antepasados. Pero los tiempos cambian y ahora muchas personas obvian la visita a las tumbas ancestrales por completo, o bien o confían el cuidado y el mantenimiento de las tumbas al personal del cementerio, mientras que marchan de vacaciones a otro lugar. En estos tiempos la cremación, las nichos y los enterramientos naturales son cada vez más opciones alternativas, mientras que las empresas de servicios funerarios atienden las tumbas. Una carta publicada en internet por un ama de casa, ofrece una idea de cómo los coreanos actuales de la ciudad sienten la pérdida de conexión con la tierra de sus ancestros, y cómo tratan de mantener sus vínculos tradicionales. “Han pasado seis años desde que mi suegro falleció. Aunque quería ser enterrado en su ciudad natal, sus hijos, que vivían en la ciudad, pensaron que sería difícil visitar su tumba si estaba en el campo y encontraron un sitio auspicioso en un cementerio cerca de la ciudad. Desde la muerte de mi suegro, no ha sido fácil visitar la ciudad natal de mi esposo. Cuando tomamos tiempo para ir, ya que no tenemos allí más vínculos directos, no sentimos lo mismo respecto a ese lugar. Como cometas con las cuerdas cortadas, nuestros recuerdos flotan perdidos en el cielo. Pero sólo una vez al año, volvemos a casa de mi marido con la familia de mi cuñado para cortar la hierba en las tumbas ancestrales. Las tumbas tienen que ser atendidas, y pensamos aprovechar esta época menos ocupada del año en esa tarea. Para partir antes de que salga el sol temprano por la mañana, he preparado hielo, sandía para comer y agua para beber mientras trabajamos, y por la mañana, antes de partir, prepararé café.
Carta de los editores
Director
Lee Si-hyung
Llegar a una audiencia más amplia
Editor Ejecutivo
Yoon Keum-jin
Editores Jefe
Raimon Blancafort, Kim Un Kyung
Fue años antes de que la “globalización” emergiera como un eslogan de moda en la sociedad coreana. Más lejos aún quedaba el hallyu , la hasta entonces inaudita ola de popularidad de la cultura pop coreana en el extranjero. En otoño de 1987, entre los Juegos Asiáticos de Seúl 1986 y los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, nació Koreana. Nada más nacer, la primera revista en inglés para divulgar ampliamente la cultura y las artes coreanas se dirigía principalmente a las comunidades académicas y diplomáticas de ultramar. En las tres décadas siguientes, sin embargo, nuestro público se ha expandido y diversificado significativamente. Hoy en día, tenemos lectores en todo el mundo que disfrutan de Koreana en alguno de los 11 idiomas en los que la revista está disponible. Este notable incremento del número de lectores ha planteado consistentes desafíos para todos los involucrados en la producción de Koreana. Aunque lejos de ser fácil, es una tarea altamente gratificante explorar temas que interesen a lectores con tan diversas procedencias y antecedentes en muchos y muy distintos países. El reportaje especial de este número, “La cocina coreana: de las estufas de barro a la realidad virtual”, es probablemente un buen ejemplo al respecto. Los artículos proporcionan una visión encantadora de la cocina coreana, a veces mediante el escrutinio de los ojos de un erudito, a veces con el corazón lírico de un poeta, hasta que finalmente, un periodista especializado en IT concluye que la cocina del futuro será un espacio multipropósito. Por último, pero no por ello menos importante, esperamos que nuestros lectores disfruten con la nueva apariencia de las rediseñadas páginas de Koreana. La revista ha renovado las estructuras de página y la tipografía, al tiempo que ha refinado la cabecera. Este lavado de cara es parte de nuestros continuos esfuerzos por mejorar la revista y un modesto regalo de aniversario para nuestros lectores.
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Kim Young-na
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Song Young-man
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Raimon Blancafort, Kim Un Kyung Editores-jefe
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Cultura y arte de Corea Otoño 2017
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Una publicación trimestral de la Fundación Corea 2558 Nambusunhwan-ro, Seocho-gu Seoul 06750, Korea http://www.koreana.or.kr
“Alacena Materna”
Kang Ji-hye 2017. Tinta y color en papel de morera, 130cm×97cm.
REPORTAJE ESPECIAL
La cocina coreana: de las estufas de barro a la realidad virtual
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REPORTAJE ESPECIAL 1
La cocina tradicional coreana: metáfora de las vidas de las mujeres
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REPORTAJE ESPECIAL 3
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REPORTAJE ESPECIAL 5
“Algo hierve siempre en la cocina”
Un vistazo a la cocina del futuro
Lee Chang-guy
Kim Jee-hyun
Hahm Han-hee
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REPORTAJE ESPECIAL 2
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REPORTAJE ESPECIAL 4
Un árbol de familia: las cocinas tradicionales de Corea, China y Japón
Intensos recuerdos de una vieja cocina de las Haenyeo de Jeju
Kim Kwang-on
Heo Young-sun
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FOCO
ENAMORADO DE COREA
Seoullo 7017: un puente sobre el corazón de la ciudad
La pasión de Shakespeare por la música y la danza coreanas
Han Eun-ju
Choi Sung-jin
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ENTREVISTA
UN DÍA CUALQUIERA
La serie Fingir eleva a una audaz artista hasta la fama
Perseguir las alegrías de la vida como desarrollador de IT
Chung Jae-suk
Yi Ji-young
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HISTORIAS DE LAS DOS COREAS
ENTRETENIMIENTO
La literatura disidente sale de Corea del Norte
Evolución de los programas políticos de TV: ¿Por qué tanta seriedad?
Kim Hak-soon
Hwang Jin-mee
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OPINIÓN DESDE LA LEJANÍA
Un sueño extravagante Andrés Sánchez Braun
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INGREDIENTES ESENCIALES
¿Qué habría pasado con el kimchi si no hubiera existido la col china? Park Tae-kyun
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ESTILO DE VIDA
Compartir casa une a los extraños Kim Dong-hwan
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JORNADA DE LITERATURA COREANA
Amor corto, historia larga Choi Jae-bong
Mi en abril, sol en julio Kim Yeon-su
REPORTAJE ESPECIAL 1 La cocina coreana: de las estufas de barro a la realidad virtual
La cocina tradicional coreana: metáfora de las vidas de las mujeres
Edificada a finales del siglo XIX, la antigua casa de Park Gyeong-jung es un destacado ejemplo de las casas coreanas tradicionales que quedan en Naju, en la provincia de Jeolla. Destaca por su tamaño y estructura la cocina, con gruesas vigas de madera y huellas del tiempo en las paredes manchadas de hollín que le dan un impresionante aspecto. Desde la perspectiva de la sociología de género, la casa arroja luz sobre otros aspectos de la vida ocultos tras el reclamo de las virtudes arquitectónicas. Hahm Han-hee Profesora de arqueología y antropología cultural, Universidad Nacional de Chonbuk Ahn Hong-beom Fotógrafo
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En la casa del Park Gyeongjung en Naju, en la provincia de Jeolla del Sur, la esposa de Park y la hija mayor de la familia, Kang Jeong-suk, sacan la sopa de la olla de hierro de la antigua cocina. En una cocina tradicional coreana, donde la cocciรณn y la calefacciรณn se producen a la vez, el horno de la estufa debe estar a nivel inferior que los conductos de humos que pasan bajo el piso de las habitaciones adyacentes. Para lograrlo, en esta casa hubo que hacer una zanja cavando en el piso de la cocina. El carbรณn se usaba en los braseros, como se ve en el primer plano, dentro de la casa.
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V
istas desde el exterior, las viviendas tradicionales coreanas son dignas y elegantes. Sin importar si se trata de lujosas residencias o de casas humildes con techo de paja, todas son elegantes y atractivas a su manera. Aunque ya casi no existen las antiguas chozas de las clases bajas, en el caso de las viejas residencias de la nobleza permanecen algunas de ellas, exhibiendo la distinguida belleza de las casas tradicionales. Sin embargo, cuando se analiza su interior, estas atractivas residencias antiguas parecen plantear importantes problemas para la vida moderna. Son especialmente hostiles para las mujeres, que están a cargo de las tareas domésticas en la mayoría de los hogares. Los residentes de estas viviendas, por lo general el hijo mayor del linaje principal de una familia y su esposa, que asumen la responsabilidad de mantener el legado de sus antepasados, a menudo admiten que es difícil vivir en ellas sin llevar a cabo algunas renovaciones. En la mayoría de los casos, la cocina es el primer espacio a reformar. La cocina de una casa tradicional coreana estaba diseñada para que la calefacción y la cocción de los alimentos pudieran funcionar al mismo tiempo. Se quemaban madera y ramas en el horno debajo de la estufa de cerámica, que enviaba el aire caliente a través de conductos subterráneos para calentar el suelo, mientras el ambiente de la sala también cogía temperatura gracias al calor de convección. Las ollas de hierro de la estufa se utilizaban para cocinar arroz y otros platos. Se trataba de un sistema muy eficiente en un momento en que las fuentes de combustible eran escasas. Cuando se construyeron estas casas siglos atrás, era la solución arquitectónica óptima para las condiciones naturales y ecológicas de la época. La cocina también se creaba aplicando una variedad de conocimientos científicos y tecnologías disponibles en aquel entonces. Poco a poco, sin embargo, el desarrollo tecnológico en las áreas de combustible, herramientas y equipos conllevó profundos cambios en el estilo de vida de las personas. De este modo, a día de hoy puede parecer imposible aferrarse a la antigua forma de vida en una casa tradicional sin modernizar la cocina. El toque humano aporta vitalidad Recientemente tuve la oportunidad de visitar la antigua casa de Park Gyeong-jung, que destacaba por su estilo y tama-
ño entre las antiguas residencias que quedan en la región de Honam, en el suroeste de Corea. En el mismo sitio donde vivía en una casa con techo de paja su ancestro de sexta generación Park Seung-hui (1814-1895), el de cuarta generación Park Jaegyu (1857-1931) edificó la imponente mansión inspirada en el palacio real. Park Gyeong-jung, el hijo mayor de la familia del clan, vive hoy en la casa y se encarga de ella. Explica que la construcción separada de los cuartos interiores y los exteriores comenzó en 1884, pero no fue hasta 1930 cuando se completó todo el complejo al agregarse el resto de las estructuras auxiliares. Era asombroso ver que una casa de tal tamaño había sobrevivido, en gran medida intacta, a las guerras y al tumulto social de las décadas siguientes. Cuando me detuve en el patio y miré la casa, me llamó la atención una cocina nueva y moderna. Ubicada en un edificio separado, la nueva cocina presentaba un sorprendente contraste con la vieja adyacente al anbang (dormitorio principal) en los cuartos interiores. Me dijeron que la cocina y el comedor habían sido construidos en un cobertizo al lado oeste de las habitaciones interiores cuando Yim Myo-suk, la madre de Park y la más anciana nuera de 14ª generación de la familia de clanes, se volvió demasiado delicada para usar la cocina antigua. La vida de una casa solo tiene continuidad cuando la gente vive en ella. Si nadie habita una vivienda, no importa cuál sea su valor, ésta no es más que un museo. Por lo tanto, una casa ha de ser renovada para acomodar el estilo de vida contemporáneo, en la medida en que no se inflija un daño excesivo a la estructura original, para que la familia pueda ocuparla generación tras generación. En este sentido me pareció destacable la antigua casa de la familia Park, ya que ha mantenido su dinamismo sin perder su elegancia original, y la cocina moderna en el nuevo cobertizo parecía simbolizar esa perenne vitalidad. La cocina se extiende al resto de la casa Las historias de las mujeres que a lo largo de varias generaciones cuidaron de esta casa permanecen en el lugar donde ellas tanto tiempo pasaron. La vieja cocina, con sus rasgos originales intactos, habla íntimamente de las vidas de las generaciones de nueras de esta familia, que iban y venían constantemente. Para preparar la comida de cada día, las mujeres siempre estaban ocupadas en la cocina y su alrededor. Sacaban agua del
La vieja cocina vista desde la puerta trasera en la oscuridad. Tiene dos puertas que se enfrentan para un acceso conveniente y una mejor ventilación. El estrecho banco de madera justo en el interior de la puerta de atrás es donde las mujeres se sentaban para descansar y comer. Los estantes del lado derecho de la puerta principal eran para almacenar leña.
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pozo en el patio de enfrente para lavar el arroz y las verduras, e iban de un lado a otro a la terraza donde se almacenaba un surtido de condimentos, pescado salado y kimchi. En consecuencia, el pozo y la terraza se podían considerar como una extensión de la cocina en la que todas ellas contribuían a la vida culinaria de la familia. Además, el cobertizo donde se guardaba el grano y el almacén de alimentos eran edificios complementarios a la cocina. El maru (sala con suelo de madera) de los cuartos interiores también funcionaba como parte de la cocina con un gran cofre de arroz colocado en una esquina y platos de repuesto, utensilios y mesas portátiles apilados en los estantes de la pared. En definitiva, todos los cuartos interiores desempeñaban algún rol que hoy se atribuye a la cocina. Esto era así, y no solo en la casa de los Park. La estructura típica de una vivienda tradicional resultaba en un uso tan flexi-
Fuera de la puerta trasera de la cocina hay una terraza con 40 o más tinajas de diferentes tamaños. Situada en un lugar soleado, para facilitar la fermentación de la salsa de soja, la pasta de soja, la pasta de pimiento rojo y otros condimentos, la terraza es una plataforma construida con guijarros y losas de piedra, levantada a unos 20-30 centímetros para un buen drenaje.
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ble del espacio porque la cocina coreana implica una variedad de ingredientes básicos que se preparan a gran escala y esto requiere una cantidad considerable de espacio. Al hacer suficiente kimchi para pasar el invierno o preparar estacionalmente condimentos básicos como el ganjang (salsa de soja), doenjang (pasta de frijol) y gochujang (pasta de pimiento rojo) las mujeres ampliaban los límites de la cocina, a menudo incluso hasta el dormitorio principal. En este tipo de ocasiones y durante las temporadas de vacaciones, las partes más cálidas de las habitaciones con ondol (climatización en el suelo) estaban ocupadas por una colección heterogénea de cubetas con tapas y cuencos que albergaban misteriosos contenidos. En el umbral del invierno, cuando la gente preparaba el kimchi hasta la primavera, se amontonaban en el patio más de cien piezas de col a la espera de ser lavadas y saladas en enormes vasijas. Desde aquellos días la cantidad de kimchi que cada hogar hace para el invierno ha disminuido significativamente bajo la influencia de los grandes cambios en la demografía y la dieta de los coreanos, así como del nuevo entorno residencial que rara vez aportaba este tipo de grandes espacios abiertos. En una casa tradicional los procedimientos básicos para cocinar tenían lugar dentro de la cocina, pero cuando era nece-
sario también se utilizaban otros lugares como el patio, los dormitorios y el pasillo de madera en los cuartos interiores. En cierto modo toda la casa funcionaba como una cocina, lo que demuestra cuánto trabajo doméstico las mujeres hacían en el pasado y lo duras que debían ser sus vidas. El persistente olor del humo Durante mi trabajo de investigación de campo a mediados de los años 80 en una aldea rural de Naju, encontré a la nuera más anciana de un cabeza de familia de clan. Recogí su rutina diaria de la siguiente manera: “Para Unamdaek [seudónimo que significa “una mujer casada del pueblo de Unam”] el día comienza a las cinco de la mañana, cuando se despierta y prepara el fuego en la cocina. La cocina es un lugar espacioso con leña apilada en una esquina y un mortero de piedra junto a una piedra de molino en otra, además de un enorme cubo de agua extraído del pozo en el suelo. Hay dos agujeros para las grandes ollas de hierro en la estufa sobre el horno, y ella se agacha frente a éste para encender un fuego”. “Antes de desayunar, ofrece un bol de agua limpia a Jowang, la diosa de la cocina, para rezar por la salud y bienestar de su familia. La señora introduce el arroz, lavado y puesto en agua la noche anterior, en una olla de hierro para hacerlo al vapor y servirlo con algunos platos adicionales en la mesa del desayuno. Al ser la familia principal de un clan en una situación acomodada, ella solía contar con muchas manos de ayuda. Sus cuñadas y sus hijas también llenaban la cocina y fue hace apenas 10 años cuando la familia comenzó a disminuir hasta su tamaño actual. “Después de desayunar, sale a trabajar la tierra y regresa a casa al atardecer, donde sigue igual de ocupada o más, ya que tiene que disponer en el patio los granos y verduras traídos de los campos y más tarde preparar la cena en la cocina”. La cocina antigua era oscura y estaba cubierta de hollín, pero en realidad se trataba de un lugar limpio y ordenado. Como se utilizaban ramas de madera y de pino para hacer un fuego con el que cocinar los alimentos, el humo de la estufa de
La chimenea de barro es un dispositivo que deja salir el humo del horno de la cocina, mientras que envía el aire de nuevo al interior de la chimenea para alimentar el fuego. Tiene agujeros en las cuatro direcciones para facilitar la salida de humo.
Pensé que su cabello gris y el hollín podían ser dos expresiones de una misma cosa, el producto de su sacrificada labor en los fogones. La falda de la anciana estaba impregnada del olor a hollín de la cocina, que sus hijos recordarían como el olor de su hogar. Cultura y arte de Corea 9
1. Gran parte de la sala frente al dormitorio principal la ocupan muebles de cocina, incluyendo tarros de cerámica y cajones de arroz. Las estanterías altas en las paredes se usan para almacenar bandejas, mesas portátiles de comedor y platos no utilizados. En una casa tradicional coreana, la sala en los cuartos interiores es una extensión de la cocina. 2. Kang Jeong-suk, dueña de la casa Park Gyeomg-jung, prepara comida en su nueva cocina construida en un ala separada.
1 © Administracioń del Patrimonio Cultural
cerámica había ennegrecido las paredes y el techo. El cabello gris de Unamdaek, sentada frente a la estufa, marcaba un peculiar contraste con las paredes cubiertas del negro hollín. En ese momento pensé que su cabello gris y el hollín podían ser dos expresiones de una misma cosa, el producto de su sacrificada labor en los fogones. La falda de la anciana estaba impregnada del olor a hollín de la cocina, que sus hijos recordarían como el olor de su hogar. En 1992, Unamdaek finalmente renunció a la vieja casa y construyó una nueva con una cocina moderna. En lugar de hacer un fuego para cocinar el arroz en una estufa de cerámica, decidió usar gas para cocinar y aceite para la calefacción. Lentos cambios a lo largo de un siglo Durante la modernización de Corea en el siglo XX el país pasó por radicales cambios políticos, sociales, económicos y culturales que también transformaron la vida cotidiana y los arquetipos de pensamiento de la gente. Hace apenas 10 años la cocina se consideraba el espacio de la mujer, pero esto ya no ocurre a día de hoy. Ahora la palabra favorita de muchos jóvenes para designar esta estancia es jubang , que significa “sala de cocina”, en lugar de bueok , que evoca la imagen de un lugar anticuado o subdesarrollado. A lo largo del último siglo Corea ha sido testigo de un cambio constante y de una modernización en la cocina. Como la cocina ha sido durante mucho tiempo el lugar que ha representado la vida de una mujer, ya sea de forma general o metafó10 Koreana Otoño 2017
rica, debemos prestar más atención a los cambios espaciales y estructurales que se produjeron durante este período; unos cambios impulsados por el desarrollo de la tecnología científica y la actividad comercial. En suma, el funcionalismo y la racionalidad arraigados en la doctrina científica han facilitado mucho más las tareas domésticas. Sin embargo, ha sido un camino accidentado: el adecuado desarrollo de las infraestructuras urbanas llevó mucho tiempo y la estructura de los hogares individuales tuvo que ser completamente alterada. El abastecimiento de agua comenzó a llegar a las ciudades a finales de la década de 1950, pero tardó otros 30 años en alcanzar las cocinas de todos los hogares. El uso de fuentes eficientes de combustible, un requisito indispensable en las cocinas modernas, era otra tarea pendiente ya que hasta la década de 1970 todavía se usaban las briquetas de carbón, incluso en las ciudades. No fue hasta la siguiente década, la de 1980, cuando finalmente se separaron los sistemas de energía para cocinar y para la calefacción. La modernización de las cocinas coreanas a lo largo de todo el siglo pasado se aceleró en gran parte por la voluntad de mujeres como las de la casa de Park Gyeong-jung y Unamdaek. Estas mujeres trataron a su manera de mejorar sus condiciones de vida, soñando con transformar su rutina diaria, aunque fuera de forma limitada. Me gustaría decir a nuestras hijas que todo fue posible gracias al pensamiento racional de las mujeres normales y corrientes que trataban de hacer más cómodo y eficiente su ambiente familiar.
La dedicación de la señora de la casa, clave para un hogar ordenado Entrevista con Kang Jeong-suk, señora de la casa de Park Gyeong-jung La antigua casa de Park Gyeong-jung, que visité un día a principios de verano, es la residencia de un erudito confuciano de finales de la Dinastía Joseon (1392-1910). En un rincón del patio, las hojas de color verde oscuro de los árboles de té parecían aún más frescas tras haber perdido todas sus flores blancas. Detenida en el patio, me maravillé al observar la hermosa casa y la dedicación de la señora a la hora de mantener esta antigua vivienda tan limpia y ordenada. Entonces el dueño de la casa, heredero de XV generación del cabeza de familia del clan, y su esposa, Kang Jeong-suk, me dieron una cálida bienvenida. Hahm Han-hee: La casa está muy ordenada a pesar de ser tan grande y vieja. Me pregunto cómo se las ha arreglado para cuidar y gestionar una residencia de este tamaño. Kang Jeong-suk: Mi suegra, que falleció hace siete años, se pasó la vida trabajando duro. Yo trabajaba fuera de casa, dirigiendo un jardín de infancia, por lo que ella se encargaba de gran parte de las tareas domésticas y me ayudaba todo el tiempo dentro y fuera de la cocina. Hahm: Usted habla como si su suegra lo hiciera todo, pero su vida matrimonial en este gran clan familiar probablemente no ha sido fácil. Kang: Cuando me casé pasé a formar parte de una familia numerosa junto con el abuelo de mi marido, el padre, la madre y cinco hermanos que vivían aquí. Aunque su abuela ya había fallecido, el abuelo recibía a muchos invitados que visitaban la casa. Poco después de mi boda se celebró un jesa (rito ancestral) para el abuelo de la quinta generación en el 2
quinto día del primer mes lunar, así que tuve que prepararme para ello tan pronto como me mudé a la casa. Incluso ahora tenemos más de 20 ritos ancestrales todo el año, algunos de ellos en pleno verano. Anoche celebramos un rito para el tatarabuelo de mi marido; otro para su abuelo cae el 22 de julio y en agosto tendrán lugar los dedicados a su padre y su madre. Hahm: Desde hace mucho tiempo se ha dicho que la tarea más importante de la nuera mayor en una familia de clanes es “llevar a cabo ritos ancestrales y recibir a invitados”. En una familia tan grande, los interminables ritos debían de ser una tarea difícil a los que una nueva esposa ha de hacer frente, pero usted habla de esos días de hace 40 años con mucha indiferencia, como si todo hubiera sucedido ayer. Para acoger tantos ritos ancestrales debía necesitar una gran cocina. Kang: Justo después de casarme la familia seguía usando la cocina original. El agua se sacaba del pozo con un cubo. A diferencia de la mayoría de las otras casas en aquel tiempo, teníamos un desagüe dentro de la cocina. Era un buen desagüe, lo que nos facilitó las cosas. Aún en estos días de vez en cuando usamos la vieja estufa de leña para grandes eventos: nos sirve para prepararnos para las celebraciones importantes y los ritos estacionales, cocer huesos para hacer carne de res, hervir la salsa de soja y cosas de este tipo. Sin embargo, no usamos la cocina vieja para preparar arroz en nuestras comidas diarias porque la estufa echa mucho humo. Hahm: ¿Qué le llevó a instalar una cocina moderna en la casa? Kang: Preparar el fuego, cocinar arroz y llevar a cabo a la vez muchas otras tareas domésticas. Era muy difícil hacer todo eso en la vieja cocina, así que hace 20 años construimos un cobertizo con la nueva. La vida cotidiana de las mujeres de esta familia nos lleva a pensar nuevamente en la belleza de las casas tradicionales coreanas. Al escuchar sus historias es difícil limitarse a admirar las casas solo como un valioso patrimonio arquitectónico de nuestros antepasados. Tal vez deberíamos primero elogiar a las mujeres por preservar estas viviendas tan poco eficientes con su paciencia, perseverancia y pensamiento creativo. Parece claro que la mentalidad de la señora y su dedicación son las virtudes que mantienen la elegancia y el orden en el hogar, permitiendo a los visitantes apreciar el legado de la arquitectura tradicional.
Cultura y arte de Corea 11
REPORTAJE ESPECIAL 2 La cocina coreana: de las estufas de barro a la realidad virtual
Un bol de agua fresca y clara encarna el dios de la cocina llamado Jowang, una poderosa deidad en una casa tradicional coreana. Venerar al dios de la cocina, o dios de la estufa, deriva de una antigua tradición de culto al fuego en las creencias populares coreanas. A veces, una ramita de pino acompaña el tazón. © Suh Jae-sik
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Un árbol de familia:
las cocinas tradicionales
de Corea, China y Japón
Las cocinas al estilo asiático tuvieron su origen en China y más tarde llegaron a Corea y Japón. En cada uno de estos países adquirieron sus propias estructuras y características al adaptarse al clima y los usos locales. Mientras la cocina moderna es simplemente un lugar donde cocinar y comer, la tradicional era también un espacio dedicado a la fe; un lugar donde las mujeres oraban para pedir el bienestar y la prosperidad de la familia. Kim Kwang-on Profesor emérito de la Universidad de Inha
E
l registro conocido más antiguo en el que se hace mención a la cocina coreana se halla en el “Registro de los tres reinos” (San Guo Zhi), el clásico chino escrito por Chen Shou: “Al ser los lugares donde se sirve al dios de la cocina, tienen un aire reverente y están siempre ubicadas al oeste de la puerta”. Aunque es sólo una línea, se trata de un valioso registro que revela la ubicación y la característica distintiva de las cocinas coreanas. “Al oeste de la puerta” es algo que se aplica a las casas con orientación sur, y en el pasado la cocina se emplazaba en este lugar en el noventa y nueve por ciento de los hogares coreanos. Era un lugar bien pensado desde el punto de vista científico, ya que si la cocina estuviera situada al este de la puerta los fuertes vientos siberianos causarían problemas con el humo procedente del horno. No existe un concepto similar en la disposición de las cocinas china y japonesa, y la principal razón de esto es que sus hornos de cocina no derivan en conductos para calentar el resto de la casa. De este modo, el libro antes mencionado se refiere de forma específica a la ubicación del lado oeste de las cocinas coreanas.
Las cocinas en los antiguos registros Otros importantes registros vinculados a la cocina son los murales de la tumba de Anak Nº 3 que datan del siglo IV. Estos se encuentran en Anak-gun, en la provincia de Hwanghae. Algunos creen que el ocupante de la tumba es el rey Gogugwon del Reino de Goguryeo. Otra teoría sostiene que se trata de Murong Huang, emperador de la antigua dinastía Yan de China, mientras una tercera corriente propone que el sepulcro albergaba el cuerpo de Dong Shou, un general de la antigua dinastía Yan que se estableció en Goguryeo en el año 336 y murió en el 357. En el mural de la tumba destaca la imagen de una cocina. Es una construcción independiente con un techo de tejas y aguilones. Desde los viejos tiempos, en los palacios reales y las mansiones de las clases pudientes la cocina era una estructura separada llamada banbitgan , ubicada detrás de los cuartos interiores reservados para las mujeres. Una entrada del sexto mes de 1666 en los Anales de la Dinastía Joseon (Joseon wangjo sillok ) llama banbi a las criadas encargadas de la cocina. Mientras, las dos cocinas del Palacio de Gyeongbok, que fueron resCultura y arte de Corea 13
En Corea, el cuerpo del dios de la cocina adopta generalmente la forma del agua. El agua no es solo un dios auspicioso que ahuyenta la desgracia y trae la buena suerte, sino también la deidad responsable del nacimiento y la nueva vida, así como un dios guardián que protege contra el fuego.
tauradas en 2015, se llaman sojubang . Este nombre aparece en una entrada del undécimo mes de 1632 en los “Diarios de la Secretaría Real” (Seungjeonwon ilgi ), por lo que se deduce que en el siglo XVII se utilizaban al menos los términos banbitgan y sojubang para referirse a la cocina. En el palacio de Changdeok todavía se puede ver una cocina real que tenía el nombre de banbitgan y data del reinado del monarca Sunjo a principios del siglo XIX. Separar la cocina de los otros edificios tenía como principal objetivo evitar que se propagara un posible fuego y mantener la vivienda lejos del olor de los alimentos. Otro motivo era que había que preparar de una sola vez grandes cantidades de comida. Por las mismas razones, en algunos hogares ordinarios se construía cerca de la cocina principal una cocina separada llamada handet bueok . Las cocinas independientes llamadas banbitgan fueron introducidas desde China. De las veintidós tallas pictóricas de piedra en relieve descubiertas en las tumbas de la dinastía Han, diez son de la zona de Shandong. Es natural que los murales de la tumba de Goguryeo, creados bajo la influencia de China, se asemejen a esos relieves pictóricos. El cuervo representado en la cresta del tejado es también una muestra de la influencia china. El pueblo chino adoraba al cuervo como un símbolo del Dios Sol, una tradición que también fue seguida por las gentes de Baekje. El molino, el establo, el pozo y el almacén de la carne con animales colgando de ganchos que se observan en los murales de la tumba de Anak Nº 3 también reflejan el estilo chino. A juzgar por estos murales, no se puede descartar la posibilidad de que Dong Shou sea el ocupante de la tumba. División lingüística Los coreanos usan hoy los términos bueok y jeongji para 14 Koreana Otoño 2017
designar a la cocina. Aunque ambos significan lo mismo, se utilizan palabras diferentes en las distintas regiones. La palabra bueok se usa principalmente en la parte occidental de la península, incluyendo la provincia de Pyeongan y la provincia de Hwanghae del Norte, así como la provincia de Gyeonggi, zonas de las provincias de Chungcheong y Jeolla, y la isla de Jeju. La palabra jeongji se usa principalmente en el lado oriental de la península, en las provincias de Hamgyeong y Gangwon, así como en varias partes de las provincias de Chungcheong, Gyeongsang y Jeolla. Tal dispersión regional sugiere que en realidad había dos tipos de cocinas. El primer registro conocido en el que aparece la palabra bueok es la traducción coreana de los poemas de Dufu, publicada en 1481. La primera sílaba bu viene de bul , que significa “fuego”, y la segunda sílaba eok es un sufijo que indica el lugar. En aquel momento la pronunciación era más cercana a buseok , que, curiosamente, es similar a la palabra buseop utilizada en Jeju, que significa “horno”. La palabra jeongji tiene su origen en un tipo de casa llamada gyeopjip que se encuentra en la provincia de Hamgyeong, en la que las habitaciones están dispuestas en dos filas paralelas para mantenerse aisladas del frío, formando una estructura con la forma de la letra china 田 (jeon ). La tribu Oroqen que vivía en las montañas del noroeste de la provincia de Heilongjiang, cerca de la provincia de Hamgyeong, habitaba tradicionalmente en tiendas de campaña. Frente a la entrada se colocaba una chimenea en el lado opuesto, detrás de un lugar llamado malo o mallu , y a la derecha estaba el jungidui , que es donde residían las mujeres. Se dice que la palabra coreana maru , que se refiere a la sala con suelo de madera en una casa tradicional, proviene de la palabra malo de los Oreqen, y se puede conjeturar que la palabra jeongji para la cocina también tiene algún tipo de vínculo con ellos. También se considera una prueba de esto el
El mural de la tumba No.3 de Anak, que se remonta al siglo 4 del reinado de Goguryeo, ofrece numerosas pistas sobre las antiguas cocinas coreanas. La tumba se encuentra en el condado de Anak, provincia de Hwanghae del Sur, actual Corea del Norte.
hecho de que en los tiempos antiguos la provincia de Heilongjiang formaba parte del territorio de Goguryeo. La palabra china para designar la cocina es chu . Originalmente se refería al plato en el que se servían las verduras saladas, pero cambió para designar el lugar donde se calienta y se cocina la comida. Los cocineros se llaman churen o paoren , términos que significan literalmente “persona de la cocina”. En Japón la cocina se llama daidokoro o katte . Según el diccionario japonés, durante el período Heian la palabra daidokoro servía para designar una vasija con patas en la que se colocaba comida. Este tipo de vasijas se utilizaban en el palacio real y en las mansiones de la aristocracia. Katte se refería originalmente a la mano derecha, que se utilizaba para tirar del arco antes de lanzar la flecha. El significado cambió a “sustento” con el argumento de que la mano derecha es más fácil de usar que la mano izquierda, y finalmente cambió de nuevo para significar “cocina”. Donde los dioses habitan cada casa El antes mencionado Registro de los Tres Reinos dice: “Los dioses de la tierra son adorados de diferentes maneras, pero todos habitan en la parte superior de la cocina, al oeste de la puerta”. Los dioses de la tierra se pueden dividir en la diosa de la cocina adorada en Seúl y las provincias de Chungcheong y Gyeongsang, y el dios del fuego adorado en Jeju y las provincias de Chungcheong y Jeolla. La diosa de la cocina se llama Jowang y es un carácter femenino debido a que la persona a cargo de la cocina es generalmente una mujer. El dios del fuego se llama Hwadeok. Este nombre se acerca probablemente más a los sentimientos del pueblo coreano, ya que Jowang es más conceptual mientras Hawdeok se refiere directamente al fuego que se utiliza todos los días. El cuerpo de la deidad (su representación física) es una
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cacerola de agua colocada en la repisa de la parte trasera de la cocina (buttumak ) o detrás de la olla de hierro (sot ) que es un elemento característico de todas las cocinas. Cada mañana la señora de la casa vierte un poquito de agua de la cacerola en la estufa, en el horno, en la tapa de la olla y en la jarra de agua. Después llena la cacerola con agua recién extraída del pozo y reza por el bienestar y la felicidad de la familia en ese día. En cambio, en las cocinas de la isla de Jeju el horno no tenía una estufa como tal y las piedras que sostenían las ollas sobre el fuego se consideraban los dioses de la cocina. El típico horno de cocina de Jeju tenía tres piedras, así que había tres dioses de la cocina. Estos fueron denominados colectivamente Samdeok y se dedicaban ofrendas a cada uno de ellos. Al trasladarse a una nueva casa, los dioses de la cocina siempre se llevaban desde la vivienda antigua a la nueva en un intento de asegurar que continuara la buena fortuna disfrutada en la casa anterior. Se practican costumbres similares entre las tribus de las provincias de Sichuan, Yunnam y Guizhou en China. En Corea, el cuerpo del dios de la cocina adopta generalmente la forma del agua. El agua no es solo un dios auspicioso que ahuyenta la desgracia y trae la buena suerte, sino también Cultura y arte de Corea 15
1 1. La típica cocina coreana se situaba al oeste de la puerta principal de las casas, orientadas al sur para evitar los vientos del oeste de Siberia. El horno se instalaba en la parte inferior de la pared, uniendo la cocina a las habitaciones para permitir la cocción y la calefacción al mismo tiempo. La leña estaba apilada en el lado opuesto al horno. 2. En las casas chinas, con algunas diferencias regionales, las habitaciones generalmente se calentaban con braseros, por lo que no había necesidad de que el horno de la cocina fuera construido cerca de las otras habitaciones. A menudo la cocina era una estructura separada del resto de la casa. Este tipo de cocina fue introducida a Corea, donde se llamó banbitgan.
la deidad responsable del nacimiento y la nueva vida, así como un dios guardián que protege contra el fuego. Por el contrario, en China el dios de la cocina suele representarse mediante una pintura. Los cuadros de la deidad pintados en papel se pueden comprar en el mercado o se hacen en el país, y a veces también se utiliza con el mismo propósito una representación del espíritu en papel sobre madera. En los grandes templos coreanos se cuelga en la cocina una imagen de la diosa de la cocina y se recita el sutra del corazón tras preparar el arroz, costumbres ambas que tienen su origen en la influencia china. En la tradición china la diosa de la cocina es una sirvienta enviada desde el cielo por el emperador de Jade para vigilar los asuntos del mundo humano y, al igual que en Corea, se trata de una deidad femenina. En la parte noreste de Japón el dios de la cocina, o dios del hogar, se manifiesta en una máscara de madera de aspecto feroz. Por lo general la diosa de la cocina llega el último día del año al mundo humano, echa un vistazo a todas las casas y luego envía el informe al cielo. El emperador del cielo dispensa buena fortuna a los hogares que han mantenido la buena virtud y el castigo a las casas que han sembrado el mal. Alrededor 16 Koreana Otoño 2017
de finales del año la pasta de las sobras de la preparación de alcohol se pegaban en el horno de la cocina para mantenerlo en silencio, ya que el horno simboliza la boca. La gente también intentaba ganarse los favores de la diosa de la cocina ofreciéndole pasteles de arroz o fruta, e incluso preparando un caballo en el cual pudiera galopar a tierras lejanas. La chimenea y la cocina: de Corea a Japón En su libro Historia de los utensilios de cocina , el diseñador industrial japonés Kenji Ekuan (1929-2015) dijo: “Es asombroso pensar que el kamado [cocina] no existía en Japón hasta que fue introducido desde Corea… Gracias a esto no solo ha aumentado la eficiencia de combustible, sino que también la chimenea ha permitido a la gente librarse del humo”. También se le llama kan kamado o kara kamado , términos ambos que significan “kamado coreano”. La cocina al estilo coreano sigue siendo venerada en algunos santuarios japoneses a día de hoy. Tras introducirse la cocina en Japón, de forma natural siguió la olla de hierro. Hakyuseki Arai (1657-1725), un erudito del período de Edo, observó que “en los viejos tiempos kama era la palabra que se empleaba para designar la cocina y más
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3. En las cocinas japonesas, se cocinaba sobre un brasero antes de que la cocina, kamado o buttumak en coreano, fuera introducida de Corea. La cocina era considerada como algo increíble y todavía hoy en día se venera al dios de la cocina, en forma de olla de hierro, en algunos santuarios japoneses.
adelante también para las ollas que hay en ella. Hoy en día aún se utiliza para referirse a la olla de hierro”. “Kama” es la palabra norcoreana para la cocina, conocida en otros lugares como buttumak . El Diccionario de japonés antiguo de Iwanami , publicado en 1990, explica que la palabra nipona “está enraizada en el término coreano kama [gama]”. Su llegada a Japón está ligada a la introducción de casas al estilo de la provincia de Hamgyeong en la parte noreste de Japón. La sorpresa que sintieron los japoneses al ver por primera vez la olla de hierro coreana se puede deducir de que el dios de la cocina en forma de olla de hierro todavía es adorado en el santuario de Karakama en Izumo, prefectura de Shimane. La cocina no solo trajo a Japón la olla de hierro, sino también la chimenea. Un artículo de 1906 titulado “Estudio comparativo de coreano y japonés” de Kaoru Nakata (1877-1967) dice: “Hoy en día la cocina se llama kudo , lo que es resultado de un cambio de significado, ya que en el pasado kudo significaba chimenea. La palabra coreana similar es gulttuk. Este vínculo se creó en la antigüedad”. El santuario de Kudo en la ciudad japonesa de Nara tiene a una persona de Baekje como su principal deidad y a la olla de
hierro como el dios de la tierra. La inscripción en el lado de la olla dice “elaborada en el octavo mes del año de la fundación de la era Keian [1648]”, lo que demuestra que la olla había sido reemplazada recientemente en este momento. Los distritos de Heigun e Ikoma en la zona circundante habían sido antiguamente áreas residenciales para la gente de Baekje. Hong Yungi, profesor de estudios coreanos en la Universidad de Educación del Cerebro, citó en un artículo para un diario en 2007 al especialista en historia asiática Konan Naito (1866-1934) en los siguientes términos: “...la deidad de Kudo es el rey Gutae [Daeso], antepasado del rey Seongmyeong [rey Seong] de Baekje”. Si la cultura de la cocina de Asia Oriental se pudiera comparar con un árbol, China serían las raíces, Corea el tronco y Japón las ramas. Tal y como se ha analizado anteriormente, las cocinas de los tres países adoptaron apariencias diferentes porque llegaron a reflejar los pensamientos de la gente y esto dio lugar a la diversidad. Así como las flores brotan en las ramas, se puede decir que la cultura de la cocina de Asia Oriental ha florecido en Japón.
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REPORTAJE ESPECIAL 3 La cocina coreana: de las estufas de barro a la realidad virtual
“Algo
hierve siempre en la cocina”
La cocina es un lugar donde la gente prepara y come comida, pero a veces se convierte en mucho más que eso –en estudio de trabajo para algunos, y en repositorio de recuerdos para otros. Algunos incluso pueden hallar rastros de su juventud grabados allí. En cada cocina, algo siempre se cuece, bien sea arroz, sopa o anhelo. Lee Chang-guy Poeta y crítico literario Ahn Hong-beom, Ha Ji-kwon Fotógrafo
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na casa contiene mucha información sobre las personas que viven allí. La cocina, donde se llevan a cabo diversas actividades domésticas, es sobre todo un espacio práctico que brinda una nítida visión del estilo de vida y de los valores del residente. Un discurso sobre la cocina como tal lugar podría ser abordado centrándose en los cambios sociales y culturales. Aunque la cocina no puede ser el agente principal de esos cambios, sí los ha reflejado en algunos aspectos, aunque lentamente. Examinar cómo el papel y la apariencia de la cocina han cambiado con el transcurso del tiempo, el medioambiente y el método de controlar el fuego, es una buena manera de comparar el estilo de vida y la cultura del pasado, presente y futuro. Mientras, el aprendizaje intelectual ofrece poca profundidad porque las preguntas y la curiosidad que nos intrigan suelen estar fuera del ámbito del conocimiento sistemático. Una de esas preguntas podría ser: “¿Cómo usaban los hombres la cocina, que solía ser en su mayoría un lugar para mujeres, y cómo recuerdan su cocina?” La cocina ya no es un lugar común Si un artista describe un lugar concreto por ser demasia18 Koreana Otoño 2017
do sombrío y monótono, o claramente brillante, no debemos tomarlo al pie de la letra. En muchos casos, los artistas son personas auto contradictorias, con talento para amplificar u ocultar las emociones. Incluso esos supuestos conflictos o enfrentamientos podrían no haber existido en absoluto. Esto sucede porque los artistas tienden a ver un lugar real superpuesto con sus paisajes mentales o internos. Esta distinta forma de relacionarse con un lugar suele ser más poderosa que cualquier análisis empírico, mejorando nuestra comprensión, atracción y empatía hacia las personas y los espacios. René Magritte, pintor surrealista belga famoso por su obra “Esto no es una pipa”, entre otros, afirmó haber pasado mucho tiempo en su cocina, comiendo, pintando y recibiendo invitados. Él eligió no tener un estudio, pues lo consideraba un cliché artístico objetable, al igual que llevar bigote y boina lo era para algunos artistas parisienses. Prefería trabajar en la cocina de su pequeño apartamento, vestido con un traje. Golpeaba la mesa, o quemaba la mano en la sartén, o se daba con el codo cuando los que entraban y salían de la habitación abrían la puerta, y el accidente provocaba que su brocha aterrizara en el lugar equivocado del lienzo. A la hora de las comidas, tenía que dejar de trabajar y guardar todo su equipo, caballete, paletas, cepillos y
La cocina ha sido tradicionalmente un espacio para las mujeres, pero ahora los hombres tambiĂŠn buscan el placer en la cocina, como espacio amigable.
Š Ahn Yong-gil
Cultura y arte de Corea 19
otras cosas, y volver a montarlos después, repitiendo el mismo procedimiento varias veces al día. Tal vez esto explique los objetos cotidianos de la cocina que a menudo aparecen en sus pinturas, incluyendo el queso bajo una cúpula de cristal en “Esto es un trozo de queso” o las baguettes volando como aviones en formación en “La leyenda de oro” representadas de forma surrealista, se hayan vuelto familiares a nuestros ojos por su inesperada ubicación. Paul Nougé, el poeta que inició el movimiento surrealista en Bélgica, declaró que la obra de Magritte haría ver al espectador que “el mundo ha sido alterado, que ya no hay cosas ordinarias”. La cocina de Magritte ha sido conservada en su antigua casa en el distrito de Jette, a las afueras de Bruselas, y fue convertida en el Museo Magritte. Aquí el artista vivió con su esposa 24 años después de regresar de París en 1930, cuando fue expulsado del grupo surrealista francés por una pelea con André Breton,
ostentando su doble chaqueta de color verde claro y su pelo oscuro y rizado ondulando al viento como las olas del océano Ártico” para celebrar y escribir poemas sobre la tradición coreana; particularmente sobre la cultura popular de su ciudad natal de Jeongju (aka Chongju) en la provincia norte de Pyongan. Mientras que el crítico Im Hwa criticó su poesía por regionalista, argumentando que no reflejaba las sensibilidades universales de la nación, Kim Ki-rim -otro crítico- aclamó su trabajo por mostrar el “rostro inocente de nuestra tierra natal”. La poesía de Baek Seok es rústica en el sentido de que está arraigada en una infancia transcurrida en Jeongju, pero es claramente distinta de la trillada literatura rural. El poeta mantuvo una cierta distancia de sus experiencias infantiles para dejar que sus protagonistas hablaran de ellos a través de narraciones contenidas. Su poesía se caracteriza por un lenguaje rico basado en costumbres provinciales saturadas de creencias chamánicas,
Si un artista describe un lugar concreto como demasiado sombrío y monótono, o claramente brillante, no debemos tomarlo al pie de la letra. En muchos casos, los artistas son personas auto contradictorias, con talento para amplificar u ocultar las emociones. Incluso esos supuestos conflictos o enfrentamientos podrían no haber existido en absoluto.
fundador y teórico del movimiento surrealista. Una cocina donde la sopa bulle En 1946, cuando Magritte terminó “Esto es un trozo de queso” en su pequeña cocina en Bélgica, un poeta coreano de veintitantos años publicó su primera colección de poesía titulada Ciervo . Nacido y criado en el período de modernización de Corea, el poeta Baek Seok se formó en la Escuela Osan y luego estudió literatura inglesa en la Universidad Aoyama Gakuin en Japón. Fue uno de los elegantes y bien educados jóvenes de un grupo de élite llamado “chicos modernos”, trabajó como editor de la revista “Mujeres”, publicada por el periódico Chosun Ilbo. Considerando sus antecedentes, fue bastante inesperado que “se arrastrara a través de la encrucijada de Gwanghwamun, 20 Koreana Otoño 2017
imagismo extremo, como el de las miniaturas flamencas, y un uso brillante del dialecto. Para el poeta, la comida de su ciudad natal era algo ricamente evocador – en su antología Venado menciona hasta 46 platos distintos a lo largo de 33 poemas, con nombres de platos locales que incluso son desconocidos para la mayoría de los coreanos. La cocina, como fuente de creatividad, también aparece frecuentemente en sus poemas, y en sus ollas siempre algo bulle. “Nos gustaría dormir hasta la mañana siguiente, cuando el olor fragante de muijinggeguk entrara por la puerta lateral y las ventanas de papel, con la cocina llena de cuñadas ruidosas”. (De “La familia en la aldea del zorro embrujado”). “En la víspera de una gran fiesta, la cocina era fresca y brillante bajo la luz de la lámpara, la tapa de una olla de hierro chirriaba arriba y abajo, con una sopa de hueso de carne de res
Los poemas de Baek Seok a menudo describen escenas de cocina donde la sopa fragante siempre bulle en la estufa. Cuando algo hervía en la cocina, significaba comida caliente y habitaciones cálidas.
hirviendo en ella” (de “Una noche de los viejos días”). El anciano y viudo suegro está haciendo sopa de algas en la cocina. / La sopa para la madre reciente también hierve en otra casa solitaria del pueblo. (De “La frontera tranquila”). En Corea, en los viejos tiempos, la cocina estaba situada generalmente al lado de la estancia principal, en los cuartos de las mujeres. Una estufa de arcilla era construida contra la pared, y pequeñas y grandes macetas de hierro se ubicaban en la parte superior. La madera se quemaba en el horno bajo la estufa para cocinar los alimentos y calentar las habitaciones adyacentes, enviando aire caliente a través de los conductos de humo por debajo del piso y hacia fuera a través de la chimenea. Cuando algo hervía en las ollas de la estufa, significaba habitaciones y comida calientes, representando la felicidad doméstica de una familia que funcionaba correctamente. Muijinggeguk, cuyo
olor habría hecho que la boca del poeta se mojara en una fría mañana de invierno, es un plato nativo de la provincia de Pyongan del Norte. Una especie de caldo cocinado con rábano en rodajas y camarones fermentados con sal, que contiene tanto el gusto limpio del rábano, como el sabroso sabor del camarón. Como un verdadero “niño moderno”, Baek Seok no faltaba en su recorrido por las calles de Gyeongseong (Seúl) del SXX bajo la ocupación japonesa, pero su gusto, su sentido del olfato y sus emociones brotaban de las tradiciones de un pueblo del norte de Corea del SXIX, donde “un chamán niño baila en la hoja de una guadaña para segar la paja” y la gente cree que “cuando los niños enferman por comer peras silvestres [dolbae] se curan comiendo moras [ddeolbae]”. Probablemente, su desgracia surgió de algún lugar entre la modernidad y la tradición, entre la pérdida de la nación y el colonialismo. A medida que el Cultura y arte de Corea 21
poeta crecía, pasando por cinco matrimonios arreglados, cambiando frecuentemente de trabajo y viviendo como un vagabundo, su poesía poco a poco se llenó de remordimientos y soledad, en vez de los cálidos recuerdos de su ciudad natal. Roy F. Foster señala en su biografía de W. B. Yeats que la famosa frase de Napoleón “Para entender a un hombre, debes entender su mundo cuando tenía 20 años” se ajusta perfectamente a Yeats. Como poeta especializado en literatura inglesa, Baek Seok debió conocer la crisis de identidad del poeta irlandés en la infancia y su inclinación a los mitos y leyendas de su patria. Sin embargo, Baek Seok falló donde Yeats tuvo éxito, al encontrar su propia voz entre la agitación política y social. Al final, cuando la nación quedó dividida tras la Segunda Guerra 22 Koreana Otoño 2017
Mundial y se vio obligado a elegir entre el Norte y el Sur, volvió a su ciudad natal en Jeongju, y sus altamente individuales intentos literarios terminaron allí. Más tarde, la historia de la literatura coreana describiría a Baek Seok en sus últimos años como “un poeta de lamento y resignación”, que con su exploración no logró ir más lejos del imaginario mundo virgen de los coreanos. Una cocina vacía La antigua casa del poeta Seo Jeong-ju se encuentra en el barrio de Sadang, Seúl, y está inscrita en la Lista de Patrimonio de la ciudad. El poeta pasó los últimos 30 años de su vida en esta casa con su esposa. Su nombre, Midang, alude a “una
Un monje budista espera que la sopa hierva en la cocina del templo de Tongdo en Yangsan, provincia del sur de Gyeongsang. El autor de este artículo vivió una vez en el templo de Sangwon, en el monte Odae, en la provincia de Gangwon, cocinando alimentos y lavando platos para las personas que viven y trabajan allí.
casa incompleta” y, por extensión, a “una persona todavía en construcción”. Contrariamente a este humilde nombre, muchos coreanos consideran a Seo como el mayor poeta de la literatura coreana moderna. En la casa, en una esquina de la cocina, se puede ver un recibo de la Comisión de Seguridad Comunitaria de 1978. Colgando de la pared hay una foto enmarcada del poeta y su esposa, sentados uno al lado del otro en el muro de piedra del jardín, vestidos con chaquetas tradicionales de verano hechas con ramio blanco, entrecerrando los ojos bajo el deslumbrante sol. Al dar un vistazo, junto a la esposa del poeta, Bang Ok-suk, hallamos un artículo de prensa escrito en su juventud con su propia receta de cangrejo marinado en salsa de soja: “Está hecho con cangrejos de agua dulce capturados en arrozales o arroyos. Cuando el viento frío sopla y el arroz crece maduro, los cangrejos comienzan a llenarse y les crecen las entrañas oscuras. Entonces se puede hacer delicioso cangrejo marinado en salsa de soja”. Seo escribió cientos de poemas durante su vida, pero ninguno de ellos expresa sus pensamientos sobre la cocina. Es algo extraordinario para un poeta que observó “Los tres mil tazones de agua clara / que mi esposa colocó en la terraza de barro todos los días al amanecer / y rezó para que yo no amara a otra mujer” y se preguntó “¿Se llenará el tazón vacío con mi aliento si voy al cielo antes que ella?” (De “Mi esposa”). Sin embargo, la decepción se alivia con el verso titulado “Poética”: “La mujer buceadora de la isla de Jeju, que se gana la vida recogiendo abulones del fondo marino, deja los mejores bajo el agua / los guarda para el día en que su ser querido llegue. / Así que deja los mejores abulones poéticos allí. / ¿Cómo soportarás el vacío del agotado corazón de la poesía? Mirando al mar, ansiando alcanzarlo, eso es lo que hace un poeta. Nadie saluda en la casa ahora. En la cocina del primer piso, hay una sola lata de cerveza sobre la mesa. Tras morir su esposa el poeta, de 85 años de edad, se negó a tomar cualquier alimento. En los tres meses antes de morir, sólo bebía cerveza, sentado solo en la mesa de la cocina. Fue mi propia esposa quien me
contó esta historia. Parece que ella sabía cómo se sentía el poeta. Una cocina de embarazosos recuerdos En la Corea del SXX, donde la tradición patriarcal todavía afectaba a todos los hogares, los hombres rara vez hablaban de sus sentimientos por la cocina. Sin embargo, la mayoría de los hombres deben tener recuerdos asociados a ella. En mi infancia, solía estar de pie ante la puerta de la cocina examinando su oscuro y sucio interior cuando me aburría o tenía hambre. Mis ojos siempre se detenían en el armario, el único mueble de contenido oculto a la vista. Al abrirlo, me golpearía una mezcla del olor a aceite de sésamo y acre, salados o pescados, procedentes de las marcas redondas dejadas por botellas y frascos de varios líquidos desconocidos. Miraría con cautela antes de tomar una cucharada de miel del tarro y ponerla en mi boca, o sisar algunas monedas de la cartera de mi madre, escondida en la esquina del armario. En mi adolescencia, la cocina a veces se convirtió en un lugar para hacer las tareas. Un día, cuando estaba cuidando el fuego en cuclillas frente a la estufa de barro, la chica que se sentaba a mi lado en la escuela apareció de repente y me miró, mientras permanecía apoyada contra el poste de la puerta. Por alguna razón desconocida, aparentemente había entablado amistad con mi hermana menor. Era tan tímido que no podía ni levantar la cabeza para mirarla, así que me quedé quieto en el suelo, inhalando el humo del horno. Ni siquiera pude darle las gracias por la pera salvaje verde que me había dado a la hora del almuerzo. Cuando crecí, solía sentarme en el oscuro y húmedo suelo de la cocina, quemando leña y ocasionalmente revuelto para escribir las letras de mis canciones favoritas de la radio. Además, cuando fui al Templo Sangwon en el monte Odae, para convertirme en un monje budista en el invierno de mi vigésimo año de vida, fue en la estrecha terraza conectada a la cocina donde devoré unos fideos fríos que una anciana devota preparó para mí. Durante un tiempo me quedé allí, en la cabaña separada del templo, donde vivían monjes y leñadores. Trabajaba en la cocina haciendo fuego, cocinando sopa para los que moraban y trabajaban allí, y lavaba los platos. Pero entre las tareas domésticas, leía los poemas de Kim Soo-young en lugar de las escrituras budistas. “Con dos habitaciones, una sala de estar, una cocina limpia, y mi pobre esposa bajo mi cuidado, ¡qué vergonzoso es vivir como los demás sólo en apariencia!” (De “Un centinela de las nubes”) Cándido, honrado y sensible, Kim Soo-young podría ser considerado el poeta más riguroso de la historia de la literatura coreana, pues puso su vida y a él mismo bajo el microscopio poético, que describió con las más honestas palabras. Éste fue el mundo que encontré cuando tenía veinte años. Cultura y arte de Corea 23
REPORTAJE ESPECIAL 4 La cocina coreana: de las estufas de barro a la realidad virtual
Intensos recuerdos de una vieja cocina de las
Haenyeo de Jeju
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La cocina tradicional de Jeju era un lugar donde las mujeres cocinaban los alimentos sobre una hoguera y los miembros de la familia compartían la comida sentados en el suelo de tierra. Completamente distinta de las de la parte continental del país, encarnaba la vida de las haenyeo, las buceadoras de aguas profundas que gastan sus vidas trabajando en el frío y traicionero mar que baña la isla. Heo Young-sun Poeta Kim Mi-joo, Yi Gyeom Fotógrafo
O
h Soon-ah es una haenyeo de 89 años de la isla de Jeju; una buceadora que recoge mariscos con sus manos desnudas para ganarse la vida. Vive sola en Pyoseon-myeon, en una pequeña casa de pizarra de un dormitorio situada a lo largo de un camino que conduce al mar. Parece que esta vivienda podría albergar un pequeño negocio familiar frecuentado por niños pequeños. Es el lugar perfecto para una mujer que ha pasado toda su vida trabajando duro en el mar y en el campo para descansar en sus últimos años. Abriendo una puerta corredera que da a la calle, se accede a su casa. Es un espacio simple con un fregadero, una nevera, un pasillo con suelo de madera que funciona como sala de estar, una habitación con una cama y una cocina reconvertida en almacén. La estructura y el diseño son muy similares a los de un estudio en la ciudad. Ella adora esta antigua casita. Abriendo la puerta del patio es posible observar la residencia en la que viven su hijo, su nuera y sus nietos. En el día a día cuida de su jardín de hortalizas y se asegura de que no haya malas hierbas. Es una costumbre de larga tradición en la isla de Jeju que los padres se muden a un edificio anexo cuando llegan a la vejez, al tiempo que sus hijos casados se establecen en las habitaciones de la vivienda principal. Es por este motivo que en Jeju las casas tradicionales a menudo se componen de dos o tres viviendas separadas en el mismo recinto. Como los espacios de vida están separados, los padres no suelen comer con sus hijos casados. En vez de eso, permanecen en su propio espacio y preparan su comida por separado Una casa con dos viviendas separadas Oh dispone los platos en una mesa redonda de aluminio en la que se observan a simple vista las señales del paso del Cultura y arte de Corea 25
tiempo. Comemos juntos en la sala de estar, donde hay un fregadero y un refrigerador que contiene todo un tesoro de productos marinos, como erizos de mar y algas. Ella sirve sopa de algas con cerdo, que se prepara poniendo en ebullición y luego hirviendo a fuego lento durante mucho tiempo algas marrones frescas con trozos de cerdo. Es un plato que solo se sirve en ocasiones especiales en Jeju. La grasa de cerdo flota en la superficie. Me tomo una cucharada y siento que tiene un sabor único, la mezcla perfecta del mar y la tierra. Este sabor distintivo solo se puede experimentar en Jeju, al igual que el del momguk (sopa de sargazo), un clásico plato de Jeju hecho con algas y caldo de cerdo que toman las mujeres después de dar a luz. “Estoy contenta con esta pequeña casa y la vida que llevo ahora”, dice la anciana haenyeo con una brillante sonrisa. Parece que los días en que tenía que sentarse en el suelo de tierra de la cocina y encender un fuego ya son recuerdos lejanos. Hubo un tiempo en el que ella vivía en una casa con una cocina espaciosa. En aquellos días la gente de Jeju llamaba a la cocina “jeongji ”. Tenía un aspecto muy diferente a las cocinas del territorio peninsular, y la mayor diferencia era que la preparación de los alimentos y la calefacción estaban completamente separadas. Había un agujero para el fuego llamado gulmuk , que se usaba para calentar las habitaciones, y una chimenea independiente llamada sotdeok . Yi Hyeong-sang, un magistrado del condado de Jeju en la dinastía Joseon del siglo XVIII, escribió en “Registros varios de servicio en la isla del sur” (Namhwan bangmul ), lo siguiente: “La chimenea en la cocina se utiliza exclusivamente para cocinar”. En la década de 1970 comenza-
1 © Gloria Cho
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ron los proyectos de mejora al introducirse hornos de cemento en la cocina y llevar a cabo cambios estructurales en las casas, a fin de que el fuego también pudiera utilizarse para calentar las habitaciones. Las casas de la península utilizaban la misma fuente de calor para cocinar y calentar la vivienda, así que la cocina tenía que estar justo al lado de la habitación principal, mientras que en las casas de Jeju el cuarto principal y la cocina estaban muy separados. Primitivo pero práctico Oh recuerda su casa de soltera y cómo era la cocina allí. La anciana rememora las cinco cacerolas que colgaban de la pared. “Colocábamos una piedra a cada lado de la fogata y otra tras ella, y en la parte superior poníamos la olla. El fuego se encendía a través de los tres agujeros entre las piedras. Después de cocinar el arroz, lo metíamos en un gran bol de aluminio. La familia entera se reunía alrededor, sosteniendo una cuchara cada uno, y todos comíamos de allí”, explica. En aquellos días no era difícil localizar la cocina cuando se entraba en la casa de alguien. Todo lo que había que hacer era encontrar colocado junto a la puerta de la cocina el mulpang , una losa plana de piedra sostenida por pilares, también de piedra, donde se ubicaba una jarra de agua redonda. Era una instalación práctica que aportaba fácil acceso al agua potable para las mujeres que trabajaban en la cocina. Las casas todavía no tenían instaladas tuberías de agua en aquel momento y para las mujeres era una importante tarea diaria ir a buscar agua y llenar el recipiente. “Cuando era joven, solía cargar sobre mi espalda una pequeña olla y llenarla con el agua del manantial. Cuando llegaba a casa, mi madre vertía el agua en la jarra. A veces rompía la olla en el camino de regreso y me llevaba una buena regañina”, recuerda Oh. Cuando alguien abría la puerta de madera de la cocina, un fuerte olor a tierra llegaba hasta su nariz. El suelo de barro, bien apisonado, parecía brillante. En la esquina había una pequeña escoba de ramas que se usaba para barrer el suelo siempre que fuera posible. Cuando las mujeres regresaban de su trabajo en el mar o en el campo se dirigían directamente a la cocina, se sentaban en una alfombra en forma de anillo hecha de tiras de junco y encendían la fogata. “Si los hombres no sabían cómo hacer alfombras de junco, construían un asiento de madera para que las mujeres se sentaran mientras trabajaban en la cocina”, afirma la anciana. En aquellos tiempos a la hora de la comida todos los miembros de la familia, desde los niños hasta los adultos, se sentaban en sus propias alfombras de junco dispuestas en el piso de la cocina para disfrutar juntos de los alimentos. En un lado de la cocina había una jarra de agua colocada sobre una piedra plana
1. De la jarra a su espalda, utilizada para recoger agua potable, una haenyeo vierte agua en un frasco grande usada en la cocina. 2. Casa tradicional de Jeju y sus tinajas de terraza en la aldea popular de Jeju. La terraza y el huerto están justo en la puerta trasera de la cocina, para hacer el trabajo un poco más fácil a las mujeres de la casa. 3. Una mesa de bandeja pequeña y un cuenco de madera esperan ser usados en la parte superior del armario de la cocina, llamado salle en el dialecto de Jeju.
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y en el otro lado un armario, llamado salle en el dialecto de Jeju, que se usaba para almacenar la vajilla y otros utensilios. Después de la comida, los platos se sacaban por la puerta trasera y se limpiaban en la zona de lavado al aire libre protegida con piedras, hasta regresar finalmente al armario. La estructura de las cocinas de Jeju variaba ligeramente en cada región, pero una característica común era que las ollas de hierro se colocaban sobre piedras en lugar de sobre una estufa de arcilla. Había generalmente de tres a cinco cacerolas, dependiendo del tamaño de la cocina. En las ollas grandes el agua se calentaba para que los miembros de la familia pudieran lavarse después de volver a casa del trabajo. Las ollas tenían varios usos dependiendo del tamaño, desde cocinar arroz hasta sopa y platos acompañantes. En las casas con techo de paja, las cocinas estaban hechas de barro y piedra y tenían una pequeña puerta que permitía escapar el humo procedente del fuego. Las
viejas cocinas de Jeju podían considerarse primitivas, pero al mismo tiempo prácticas en cuanto a su estructura. “En aquellos días las mujeres no sufrían de lo que ustedes llaman problemas femeninos. El calor del horno aumentaba naturalmente la temperatura corporal, lo que tenía un efecto esterilizante”, dice una vecina, Go Bok-hui. Aguantando el calor y el humo Las viejas cocinas se caracterizaban por el intenso calor y un ambiente cargado. El humo acre hacía escocer los ojos hasta las lágrimas. Cuando su madre le dio un atizador y le pidió que avivara el fuego, Oh, de 12 años de edad, no tuvo más remedio que permanecer frente al caluroso horno de la cocina. Controlar el fuego de hojas secas o leña requería un conocimiento considerable, por lo que no era una tarea fácil para una niña. “La sopa de judías y soja era la más difícil de hacer”, aseguCultura y arte de Corea 27
ra la anciana. “Tenía que vigilarla muy de cerca para asegurarme de que no se desbordara. Si miraba hacia otro lado durante un minuto, el caldo salpicaba todo y quedaba poco para comer. Y lo que es peor, imagine lo que sucedería si el caldo ardiendo entrara en contacto con la piel. El truco para asegurarse de que esto no suceda es agregar verduras silvestres en la olla cuando el caldo empieza a hervir, o espolvorear un poco de sal”. Las gachas de soja y la sopa de soja son platos tradicionales de Jeju cuya elaboración es complicada. Así que, antes de salir a buscar pasta de soja, la madre de Oh le decía a su hija que vigilara la olla, advirtiéndole de que no removiera demasiado la sopa, ya que se volvería insípida. Justo en el exterior de la puerta de atrás de la cocina había un huerto y una terraza donde se disponían los recipientes con varios condimentos y salsas, de modo que era posible salir un momento para acceder a la pasta y la salsa de soja para cocinar. Además, cerca de la cocina había un trastero donde se guardaban los tarros de granos. 28 Koreana Otoño 2017
Era un trabajo duro recoger leña y asegurarse de que nunca se acabara el suministro. El alimento del fuego consistía en forraje sobrante, agujas de pino, paja de cebada y las ramas muertas que estaban apiladas en un lado de la cocina. La paja de cebada era la mejor para encender la hoguera. Después de cocinar con un fuego de este tipo, el fondo de la olla se ensuciaba de hollín y tenía que fregarse mucho cada vez que se usaba. Si las ollas estaban sucias la gente pensaría que su dueña era una persona descuidada. La tapa de la olla se frotaba con grasa de cerdo para darle brillo. Una cocina llena de cacerolas relucientes y bien ordenadas reflejaba la laboriosidad de la señora de la casa. A veces los maridos más amables ayudaban a limpiar las ollas pesadas, pero por lo general era un trabajo reservado a las mujeres. La ceniza, consecuencia del fuego de leña, se empujaba hacia la parte posterior del horno de la cocina mientras se seguía alimentando el fuego y se amontonaba en el espacio vacío de entre 50 y 60 centímetros que separaba la chimenea
El arroz que se preparaba en la cocina no era simplemente arroz. Era el amor de una madre, que soportaba el calor y el humo por el bien de su familia, enjuagando con un profundo suspiro las lágrimas de sus ojos candentes. El olor dulce del arroz de cebada flotaba por el patio, estimulando el apetito.
En contraste con las cocinas del continente, que se construyen bajo un estándar, en la cocina de Jeju las ollas están suspendidas por encima del fuego sobre piedras, y se disponen unas junto a las otras en la parte posterior. Cada tarro se utiliza para un propósito diferente.
de la cocina y la pared. Llamada bulchi , la ceniza se barría y se introducía en un recipiente para después ser utilizada como fertilizante. En algunas aldeas la ceniza se mezclaba con semillas de alforfón para plantarlas en los campos. Se colocaban pequeñas cantidades de la mezcla en los surcos y se utilizaba una herramienta hecha de ramitas para arar el suelo y cubrir las semillas. Esto garantizaba una buena cosecha. Un lugar repleto de cálidos recuerdos En la cocina tradicional de Jeju las comidas se cocinaban en un suelo de tierra que se mantenía tan limpio como uno de madera. Los locales se sentaban en el suelo y calentaban sus cuerpos frente a las llamas. La ceniza se utilizaba para fertilizar los cultivos que producían sus alimentos. El arroz que se preparaba en la cocina no era simplemente arroz. Era el amor de una madre, que soportaba el calor y el humo por el bien de su familia, enjuagando con un profundo suspiro las lágrimas de sus
ojos candentes. El olor dulce del arroz de cebada flotaba por el patio, estimulando el apetito. Desde una perspectiva moderna, la antigua cocina de Jeju puede parecer poco práctica. Sin embargo, era un lugar en contacto con la naturaleza; un lugar lleno de amor y calidez donde los miembros de la familia se reunían para comer juntos y recibir a sus invitados. Hoy en día la mayoría de las cocinas de Jeju han sido modernizadas y equipadas con un fregadero y un horno de gas. El progreso ha convertido a las antiguas cocinas de la isla en un remanente del pasado. Del mismo modo son ahora un recuerdo lejano los días de infancia de Oh, cuando se sentaba frente al horno de la cocina observando las llamas chisporroteantes. A día de hoy la cocina tradicional de Jeju solo se conserva en algunos pueblos. Era un lugar donde la puerta abierta dejaba entrar la suave brisa del bambú, enfriando el sudor en la frente de la mujer que preparaba el fuego; un lugar capaz de abarcar todos los productos de la tierra y el mar. Cultura y arte de Corea 29
REPORTAJE ESPECIAL 5 La cocina coreana: de las estufas de barro a la realidad virtual
Un vistazo a la Cocina del
futuro
La cocina del futuro ofrecerá el máximo de comodidad gracias a las tecnologías de vanguardia. Cocinar requerirá mucho menos tiempo y esfuerzo, y se disfrutará de una comida más fresca con un mínimo coste y consumo de energía. La cocina se convertirá en un verdadero núcleo donde toda la familia podrá comunicarse y pasar tiempo de calidad. Kim Jee-hyun Escritor especializado en Tecnologías de la Información
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urante cuarenta años he visto a mi madre moverse afanosamente entre el frigorífico, la cocina de gas, el fregadero y la mesa para comer. Pero nada en la cocina parece haber cambiado mucho. Con mi esposa, es más de lo mismo. La cocina ha tenido nuevas incorporaciones como el lavaplatos y la encimera de inducción, pero en general el tiempo dedicado a cocinar no se ha reducido notablemente. El único cambio es que mi madre se mueve más lentamente que antes y que mi esposa es algo más rápida. ¿Será la cocina igual a la de hoy dentro de diez o veinte años? No, no lo será. Una frase del libro Modelo de la mente pura (Myeongsim bogam , en coreano), una colección de citas famosas de la antigüedad, dice así: “Primero mira al pasado, si quieres saber el futuro”. Ya hay pistas aquí y allá para ayudarnos a imaginar cómo será la cocina del futuro. 30 Koreana Otoño 2017
Tres tecnologías básicas La cocina del futuro experimentará grandes cambios basados en las últimas tecnologías de la información, como Internet de las Cosas (IoT, en inglés), la inteligencia artificial (IA) y la plataforma del hogar inteligente. Los electrodomésticos pueden controlarse simplemente con órdenes orales si están conectados a Internet. Esto es Internet de las Cosas. Hasta ahora solamente los ordenadores, los teléfonos inteligentes y las tabletas estaban conectadas a Internet, pero habrá muchas más cosas en línea durante los próximos diez años. Un mundo increíble está justo a la vuelta de la esquina, donde incluso las ventanas y los espejos, así como los frigoríficos, estarán conectados a Internet. El aspecto principal de Internet de las Cosas no es el simple hecho de que los objetos estén conectados a Internet, sino que estas cosas -una vez conectadas- pueden producir una enorme
Mesa inteligente que combina las funciones de la mesa para cocinar, estufa y mesa de comedor se utilizarå en la cocina del futuro. Š Nefs
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Los aparatos electrodomésticos, incluidos los televisores y los refrigeradores, producirán una gran cantidad de datos cuando estén conectados a Internet de las Cosas, y realizarán muchas tareas cuando estén integrados con la inteligencia artificial. La cocina del siglo 21 no servirá sólo para cocinar y comer, sino que tendrá múltiples funciones.
cantidad de datos. Por ejemplo, podemos fijarnos en el frigorífico. La información sobre el tipo y el estado de los alimentos en su interior, así como el consumo mensual de vatios, podrán almacenarse como datos. Estos datos pueden ser simplemente enviados por correo electrónico, o descargados en blog , o en Facebook, para usarlos cuando sea necesario. Por su parte, la inteligencia artificial (IA) ayuda al ordenador a entender y ejecutar órdenes dadas mediante la voz o instrucciones de texto. Los servicios basados en inteligencia artificial son bastante distintos de las órdenes introducidas a través de un teclado o mediante el clic de un ratón. Con la tecnología de inteligencia artificial, una simple orden oral puede controlar dispositivos para obtener información y servicios. En la actualidad, esto solamente se aplica a un pequeño número de dispositivos, pero en el futuro muchos más, incluyendo aparatos de 32 Koreana Otoño 2017
cocina y hasta utensilios para cocinar, se controlarán mediante instrucciones orales. Finalmente, la plataforma inteligente del hogar alude a un sistema en el que casi todos los electrodomésticos están controlados mediante inteligencia artificial. Esto puede parecer un sueño de un futuro lejano, pero de hecho llegará a ser realidad muy pronto, teniendo en cuenta que las principales tecnologías del hogar inteligente ya se han comercializado. Por ejemplo, ya han desarrollado una impresora de 3D que puede hacer pizza o queso. Un nuevo diseño de cocina En 1926, Margarete Schütte-Lihotzky, la primera arquitecta austriaca, diseñó un prototipo de referencia de una cocina moderna llamada “Cocina de Frankfurt”. Desde entonces,
© LG Electronics
la cocina ha adquirido un aspecto innovador, equipada con un fregadero, con espacio para cocinar y espacio para almacenar comida y utensilios de cocina. Pero habrá un cambio de tendencia en el diseño de cocina, el cual se ha mantenido durante casi un siglo. En la estructura actual, la encimera, la cocina de gas y la mesa de comer son unidades separadas. Pero en un futuro no tan distante, estos elementos se concentrarán en una mesa. Tal vez un nuevo soporte físico, un asistente robótico de cocina y una impresora de 3D, estará en un rincón de la cocina. Un concepto de cocina para el año 2025, producido conjuntamente por el fabricante sueco de muebles IKEA y la compañía estadounidense de diseño IDEO, parece ser viable. Así, en este nuevo concepto habrá una mesa para cocinar, que incorpora una cámara, bobinas ocultas de inducción y una pantalla, y
reconocerá inmediatamente qué tipo de alimentos están sobre ella. Entonces, dirá al usuario la cantidades que debe poner y cómo preparar los alimentos, según las recetas. Siguiendo las instrucciones mostradas en la mesa, podrán cocinarse deliciosos platos con el mínimo lío posible. No será necesario preocuparse ni estar dando vistazos a un libro de cocina sobre la mesa. Pero la mesa para cocinar no es la única cosa que experimentará un gran cambio de diseño. El tamaño del frigorífico, que ocupa la mayor parte del espacio en la cocina, se reducirá, y los estantes y armarios de la cocina tendrán más funciones. Los alimentos se entregarán a domicilio mediante dron, ya que hacer compras en línea será más conveniente. Esto eliminará la necesidad de almacenar alimentos en el frigorífico por un período de tiempo prolongado. Los estantes y los armarios de la cocina estarán equipados con un sensor de temperatura, y Cultura y arte de Corea 33
En la estructura actual, la encimera, la cocina de gas y la mesa de comer son unidades separadas. Pero en un futuro no tan distante, estos elementos se concentrarán en una mesa. Tal vez un nuevo soporte físico, un asistente robótico de cocina y una impresora de 3D, estará en un rincón de la cocina.
Los miembros de la familia podrán disfrutar de más tiempo de calidad juntos en la cocina cuando se convierta en un espacio de usos múltiples gracias a las tecnologías de vanguardia.
hasta cierto punto funcionarán como un refrigerador para ayudar a mantener frescos los alimentos. Actualmente, una considerable cantidad de alimentos se descuida y se deja pudrir en un rincón o en el compartimento para verduras del frigorífico. Pero la cantidad de comida desechada puede reducirse si los alimentos se almacenan en estantes y despensas inteligentes que permitan realizar fácilmente un seguimiento de su estado. Y sería mucho mejor si un triturador pudiera procesar la comida desechada inmediatamente, y si el agua utilizada para cocinar y lavar los platos pudiera separarse y reciclarse. Con una “granja casera” equipada con un sistema solar artificial, cualquiera podría incluso cultivar sus propias verduras. Por supuesto, mucha gente ya cultiva verduras como lechugas y pimientos rojos en la terraza de casa, pero una granja casera 34 Koreana Otoño 2017
aumentaría la eficacia. Esto sugiere que la terraza también hará el papel de la cocina. En cierto sentido, una vez que cambie el diseño y la estructura de la cocina, toda la experiencia de cocinar también cambiará. Un espacio polivalente La cocina es, esencialmente, un espacio para cocinar y comer comida. Pero la cocina del futuro estará claramente basada en un concepto diferente. Gracias a diversas innovaciones tecnológicas, el tiempo usado para cocinar se reducirá significativamente y los miembros de la familia pasarán más tiempo comunicándose entre sí durante las comidas. Igualmente, se espera que los dispositivos de realidad virtual (RV) jueguen un papel en el cambio del concepto de cocina. Con unas gafas de realidad virtual, se podrá ver una panta-
lla de RV en la cocina con información sobre los alimentos en el frigorífico y los utensilios de los cajones. Así, experiencias como romper uno de nuestros utensilios favoritos y no poder reemplazarlo, porque se nos ha olvidado el nombre de la marca, será algo del pasado. Mediante dispositivos de realidad virtual, se podrá también comprobar el estado actual del horno microondas y del lavaplatos, o incluso la cantidad de calorías de la comida. La mesa inteligente podrá funcionar como espacio para juegos, o como un ordenador para nuestros hijos, cuando no se utilice para preparar comida. Imaginemos que, de pronto, se empieza a discutir el plan para un viaje familiar durante la cena. Entonces, se puede activar la pantalla y hacer una búsqueda en línea en la mesa, en lugar de esperar a acabar la cena y hacer una búsqueda con el teléfono móvil o el ordenador. En el futu-
ro, toda la familia podrá ver una película o jugar con un videojuego sobre estas mesas inteligentes. En Corea, la tradicional extensa familia se ha reducido gradualmente a una estructura familiar nuclear. Pero, hoy en día, la gente está tan ocupada que con frecuencia es difícil para una familia reunirse en casa. Si la cocina del futuro se convierte en un espacio multifuncional, donde todos los integrantes de la familia puedan disfrutar juntos de un tiempo de calidad, las relaciones familiares podrían restaurarse y habría más oportunidades para conversar. La cocina del futuro, nacida del progreso tecnológico, ya no pertenecerá a esposas y madres. Será un espacio para que toda la familia se comunique y pase tiempo junta.
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FOCO
un puente sobre el corazón de la ciudad El paso elevado de la estación de Seul, construido en 1970 para conectar el flujo de tráfico entre el este y el oeste de la ciudad en torno a su principal estación de ferrocarril, se consideraba hace años todo un símbolo del rápido crecimiento económico de Corea. Recientemente ha renacido como Seoullo 7017, una pasarela elevada para peatones con jardín en pleno corazón de la ciudad. Aunque se ha convertido en una nueva atracción popular de Seúl, los críticos siguen argumentando que este proyecto público de arquitectura se ejecutó sin el consenso adecuado. Han Eun-ju Arquitecta y directora ejecutiva, Soft Architecture Lab Ha Ji-kwon Fotógrafo
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ormalmente los viaductos se emplazan en escénicas montañas con valles profundos. Están construidos para conectar rutas de senderismo y aportar unas mejores vistas del paisaje al rebasar los límites geográficos. Se trata de estructuras de gran importancia, en el sentido de que cambian el movimiento corporal del caminante, que pasa de seguir el ritmo de la topografía para ir más allá del entorno natural. Pero estas estructuras casi poéticas no solo existen en las montañas. También hay puentes altos sobre valles urbanos entre edificios altos que conectan puntos vitales dentro del flujo de la ciudad. Seoullo 7017 es uno de esos casos. Este paso elevado, que antaño fue parte de la infraestructura de transportes de Seúl, se ha transformado en una zona de esparcimiento para los peatones. En el pasado, las personas que cruzaban el paso elevado en autobús o con su automóvil tenían la oportunidad de observar el paisaje urbano desde una altura que ningún viandante podía alcanzar. Ahora, sin embargo, la situación se ha invertido. Tras su remodelación, los peatones pueden disfrutar de la perspectiva de ese mismo paisaje urbano a un ritmo lento y relajado mientras pasean por la recién abierta pasarela, o se sientan y se relajan bajo los árboles plantados en enormes macetas en el mismo lugar que antaño atrapaba a los coches entre la congestión del tráfico. Mirar hacia abajo y observar los pesados raíles de la Estación de Seúl mientras se pasea por la ciudad, como si se caminara sobre las nubes, es una sensación bastante agradable. Esto es exactamente lo que ofrece Seoullo 7017. Un cambio en el paradigma del espacio público El antiguo paso elevado se prolongaba a lo largo de 1,15 kilómetros desde Namdaemun-ro 5-ga hasta Manri-dong y conectaba las áreas vecinas, cortadas por las vías de ferrocarril de la ciudad. Ayudó a mejorar el flujo de tráfico en el corazón de la capital al abarcar la Estación de Seúl, el mercado de Namdaemun y el área de Myeong-dong, y servía como una especie de arteria que administraba oxígeno al tejido de la ciudad. Con el inicio del nuevo milenio, sin embargo, se inició un debate sobre la demolición y la reconstrucción del paso elevado debido a su deterioro. Tras muchas deliberaciones, y a pesar de las diversas opiniones ofrecidas por los comerciantes y residentes de las áreas vecinas, el Ayuntamiento adoptó de forma independiente la decisión de convertir el viaducto en un parque urbano. Posteriormente llevó a cabo un concurso de diseño internacional y el proyecto se desarrolló a la velocidad del rayo. En décadas pasadas, este puente elevado era un símbolo del desarrollo urbano en el rápido proceso de industrialización de Corea. Desde los años 70 creció rápidamente el volumen de tráfico en el centro de Seúl durante los días laborables, debido 38 Koreana Otoño 2017
a la expansión de la clase media en la ciudad y el consiguiente aumento del número de automóviles. Las autoridades de tráfico comenzaron a establecer intersecciones en los principales cruces, en un intento de mitigar las crecientes aglomeraciones. La construcción de un paso elevado se consideraba en aquel momento un flamante éxito en cuanto a tecnología de la construcción, además de una necesidad derivada de la industrialización y una solución al problema del tráfico. La visión de un paso elevado entre edificios de gran altura coincidía con la imagen del desarrollo urbano utilizando tecnologías de vanguardia. Solo en Seúl se construyeron cerca de un centenar de estos puentes, todo un símbolo del futuro brillante que aguardaba a la ciudad. Sin embargo, al comenzar el siglo XXI cambió el estilo de vida urbano y el paradigma de la industrialización también varió de forma considerable a medida que los nuevos valo-
En Seoullo 7017, renacido como un espacio público tras servir como un paso elevado de tráfico durante décadas, la gente puede descansar y relajarse en el centro de la ciudad.
res sobre estructuras y espacios urbanos pasaban a un primer plano. Por otra parte, un proyecto de investigación tras otro demostraban que el papel de los pasos elevados a la hora de mejorar el flujo de tráfico no era tan importante como se creía. En particular, el deterioro de las áreas vecinas provocó una serie de críticas de quienes cuestionaban la utilidad de los pasos superiores e invitaba a un cambio de perspectiva. Se hizo evidente que los problemas en el entorno de los edificios cercanos no se debían al ruido del tráfico, sino al aislamiento espacial. De los coches a las personas El interés social se desplazó desde la función de los pasos elevados a los espacios que había debajo de ellos. Además, el boom inmobiliario, que comenzó a principios de la década de los 2000, dio lugar a movimientos para reconstruir las áreas infravaloradas que languidecían a la sombra de los pasos eleva-
dos, algo que dio fuerza a los defensores de la demolición. El paso elevado de Ddeokjeon en Dongdaemun-gu fue eliminado en 2002 y desde entonces se ha mantenido abierto el debate sobre la demolición de los pasos elevados y los posibles modos de ejecución. Hasta ahora han sido demolidos cerca del 30 por ciento de los pasos elevados de Seúl. El más famoso era el paso elevado de Cheonggye, que se abrió en 1971 como arteria a través del área central de la ciudad y fue derribado en 2003. Como resultado, las áreas circundantes recuperaron la vida. De este modo, la nueva función del Paso Superior de la Estación de Seúl va en línea con el consenso social sobre los espacios urbanos con una perspectiva a largo plazo. De hecho, el cambio logró algo más que acabar con el aislamiento espacial y el atraso de las áreas adyacentes, problemas que habrían sido resueltos con la demolición. Transformó una estructura existente para que cumpliera una función distinta y considerada
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necesaria para la ciudad. Se esperaba desde el principio que un parque de un kilómetro de largo con vistas a las vías del tren de la Estación de Seúl otorgaría a los viandantes el lujo de contar con un paseo elevado en el centro de la ciudad. Tal y como anunció el Ayuntamiento de Seúl durante la etapa de planificación, sin duda se necesitaba un proyecto inspirado en el parque de la High Line de Nueva York para regenerar la infraestructura urbana de la ciudad. La iniciativa no da prioridad a los automóviles sino a la gente, teniendo en cuenta la creciente consideración de que una ciudad pertenece a sus ciudadanos. La mayor atracción de Seoullo 7017, llamado así porque nació en 1970 y adoptó una nueva vida como pasarela peatonal en 2017, es la vía que conecta la estación de Seúl con las atracciones turísticas importantes de su entorno como el mercado de Namdaemun, Myeong-dong y el monte Nam. Allí, los turistas pueden relajarse y disfrutar de la vista de la ciudad, algo que era imposible desde la parte de abajo del viaducto. Además, permite contemplar los 600 años de historia de Seúl como capi40 Koreana Otoño 2017
tal de la nación mientras pasean por el camino que conduce a la muralla de la ciudad. Algunas personas han calificado como fantásticas las luces azules de Seoullo durante la noche, y otras han expresado su satisfacción con las pequeñas instalaciones para visitantes y los quioscos. Quienes han paseado a lo largo del puente aplauden el hecho de que se haya creado un sendero para caminar en el centro neurálgico de la ciudad. En particular, se han plantado unos 24.000 árboles de 228 tipos diferentes en grandes macetas para crear un “jardín del cielo” capaz de aportar sombra. Según recoge el estudio de arquitectura holandés MVRDV, que se encargó del proyecto, cuando esos árboles arraiguen, ramifiquen y crezcan con el tiempo, Seoullo 7017 será aún más hermoso y se consolidará como una de las principales atracciones de Seúl. Omisión del proceso de consenso social Por otra parte, no son pocos los comerciantes del mercado de Namdaemun que todavía creen que el paso superior era
Tal y como anunció el Ayuntamiento de Seúl durante la planificación, se necesitaba un proyecto inspirado en el parque de la High Line de Nueva York para regenerar la infraestructura urbana de la ciudad. La iniciativa no da prioridad a los automóviles sino a la gente. 1. Seúl 7017 visto a través de las ventanas de un café cerca de la estación de Seúl. El nuevo hito que ha cambiado el paisaje urbano visto desde edificios cercanos.
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necesario para hacer más fluido el tráfico. Las duras críticas a ciertas esculturas e instalaciones antes de la apertura o problemas como la falta de instalaciones de servicios para los viandantes obviamente son producto de la ejecución apresurada del proyecto, que no se sometió al debido proceso de recopilación de opiniones de la ciudadanía. Lo que llamó la atención de la gente no fue la forma de las macetas de hormigón o el tipo de plantas que había en ellas. Ya sean críticos o defensores de un proyecto público de arquitectura, quienes expresen sus opiniones siempre se preguntarán: “¿fue adecuado el proceso de consenso social?” Por lo tanto, en la planificación de Seoullo 7017 es necesario analizar si las decisiones se tomaron de forma precipitada con una agenda política oculta, y si se abusó del concurso internacional de diseño para aumentar el prestigio y el efecto publicitario del proyecto. En el futuro, estos puntos siempre habrán de tenerse en cuenta en la planificación arquitectónica urbana. Echando la vista atrás, los proyectos arquitectónicos han obedecido a menudo a agendas políticas debido a su excepcio-
2. Una familia observa el trabajo de Lee Woo-sung, “Beso beso”, mostrado en Hello, Artists!, una galería en Seoullo 7017, operada por la Fundación Cultural de Naver.
nal eficiencia visual. Es irónico, sin embargo, que cuanto más crece la conciencia social sobre la individualidad, mayor es también la importancia del interés público. Esto se debe a que se extiende a los espacios públicos una mayor diversidad de deseos relacionados con el espacio privado de las personas. Así, en una ciudad moderna, el aspecto clave en la planificación y puesta en funcionamiento de los espacios públicos es la forma en la que se crea el consenso social. Un proyecto de arquitectura urbana no es un simple logro visual; equivale a construir un puente elevado sobre el valle de las perspectivas sociales, en consonancia con las diversas opiniones de los ciudadanos. El proceso debe comenzar siempre con una reflexión sobre el objetivo de un determinado proyecto y los valores de la ciudadanía. En los últimos meses desde su apertura el pasado 20 de mayo, Seoullo 7017 se ha convertido en un espacio diferente en el que han crecido los árboles. A medida que éstos echen raíces y aumenten de tamaño, se espera que también se intensifiquen el amor y el interés de Seúl por esta pasarela peatonal. Cultura y arte de Corea 41
ENTREVISTA
La serie Fingir eleva a una audaz artista hasta la fama La artista de nueva generación Kim Hyun-jung es reconocida por su audacia, que a menudo se describe como “febril y provocativa”. La artista de 29 años se deleita en entretener al público con dibujos poco convencionales con los que espera desempeñen un papel en la expansión global del arte coreano. Chung Jae-suk Columnista y redactor senior de Cultura, The JoongAng Ilbo Ahn Hong-beom Fotógrafo
“Fingir: Dulces susurros” (2016, tinta y color claro y collage sobre papel de morera, 120 × 176 cm.)
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Kim Hyun-jung, vestida con hanbok, trabaja en una pintura en su estudio en Nonhyeon-dong, Seúl. Al igual que los temas de sus pinturas, le gusta vestirse con trajes tradicionales.
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n letrero de un pequeño edificio en Nonhyeon Street, en el corazón de Gangnam, al sur de Seúl, dice “Kim Hyun-jung Art Creative Center”. Esto es lo que la artista Kim Hyun-jung llama su estudio. Ocupa dos pisos del edificio, incluyendo una oficina para sus 10 o más empleados, en algo que podría ser descrito como una start-up de arte. Kim es reconocida por sus pinturas de mujeres vestidas con hanbok (traje coreano tradicional) situadas en un entorno moderno, que gestiona como marca registrada. Ganó el premio de la innovación creativa de Corea 2015 en la categoría de arte y apareció en la lista “30 menores de 30 de Asia 2017: Artistas” de Forbes. Ante la avalancha de solicitudes para dar conferencias, ha tenido que contratar a un asistente para manejar su horario. Vestida con un magnífico hanbok para la entrevista, Kim parece haber salido de una de las pinturas de su serie “Naesung (Fingir)”. “El hanbok se ha convertido en mi marca. De hecho, la gente no me reconoce cuando no lo llevo. Tengo unos 30 juegos, y combino las partes superiores y las faldas de modo diverso, con la ayuda de un estilista. Cuanto más uso el hanbok, más aprecio su graciosa belleza y su glamour”, afirma. 44 Koreana Otoño 2017
Elegante pero atrevido En el diccionario coreano, naesung se define como “fingir inocencia exterior, pero ser astuto por dentro”. Kim tuvo dificultades para encontrar el equivalente en inglés, ya que consideraba que era un término exclusivamente coreano y que ninguna palabra en inglés podía captar plenamente el significado exacto. La duplicidad de la naturaleza humana es el tema central del trabajo de Kim. Las “mujeres fingiendo” en sus cuadros retratan una llamativa incongruencia entre su atuendo y sus acciones. Con sus elegantes vestidos coreanos tradicionales, una conduce una motocicleta que reparte hamburguesas de McDonald’s; otra se sienta en el suelo con su voluminosa falda enrollada, comiendo pizza o secando fideos instantáneos. La falda translúcida revela la silueta del cuerpo y la crujiente textura de la tela se compone de un collage. La yuxtaposición de los trajes coreanos tradicionales y la vida moderna de la ciudad parecen estar en desacuerdo, y sin embargo presentan una extravagante exuberancia que lleva a la audiencia hacia las jóvenes hermosas mujeres de las pinturas. “Me inspiré en la elegante y enigmática imagen del hanbok”, afirma Kim. “Pensé, ¿y si dibujo mujeres vestidas con trajes típicos tradicionales pero en un ambiente cotidiano
casual? Desviarse de la norma y liberarse de los prejuicios de otras personas es posible filtrando a través del concepto de “naesung”. Su estrategia parece haber funcionado. Sus exposiciones individuales atraen a decenas de miles de personas. Aspirando a hacer arte que conecta con el público, esta joven e inteligente artista hace un uso activo de las redes sociales y ha conseguido una gran base de más de 110.000 seguidores. Doble licenciatura en Administración de Empresas Kim recibió clases de arte cuando solo tenía ocho años. “Llevo creando arte toda mi vida, así que no hay nada que no pueda dibujar”, resalta con confianza. Aun así, no pudo evitar preocuparse cuando entró en la escuela secundaria de arte. Al tomarse el arte en serio, el dicho “los artistas son pobres” la hizo vacilar. Pero en vez de rendirse, se decidió a romper ese estereotipo. Qué horrible sería si todos los aspirantes a joven artista al mirar hacia adelante solo vieran una constante preocupación sobre cómo llegar a fin de mes. Kim se especializó en pintura oriental y administración de empresas en la Universidad Nacional de Seúl. Estudió los entresijos del mercado de arte y las biografías de artistas famosos que lograron éxito financiero. Para sobrevivir como artista, persigue proyectos ambiciosos, como el desarrollo de una amplia gama de productos impresos con sus pinturas, o la creación de asociaciones de marketing de arte colaborativo con varias empresas. “Me interesa la comercialización y la popularización del arte. El arte no tiene por qué ser intelectual”, resalta. “Lo que más me preocupa en estos días son las limitaciones del mercado de arte coreano y las dificultades a las que se enfrentan los jóvenes artistas. Trato de comunicarme con la audiencia para facilitar el acceso al arte. Incluso he trabajado como distribuidora de arte. Mi filosofía de gestión se basa en conectar el arte con el público. Al producir obras de arte que todos pueden disfrutar y apreciar, quiero ayudar a popularizar el arte”. Pintura coreana de género del siglo XXI Kim intenta incorporar técnicas no convencionales para disipar el prejuicio de que las pinturas tradicionales coreanas son viejas y duras. Si bien conserva las técnicas tradicionales utilizando hanji (papel de morera coreana) y lavado de tinta pálida, que audazmente combina con elementos modernos. Por ejemplo, toma prestada la historia de los cuentos de hadas occidentales como “Cenicienta” para el tema de sus pinturas de “mujeres fingiendo”. También ha ampliado su serie “Fingir” a trabajos fotográficos. En algunas de sus pinturas, coloca a una mujer moderna en una obra maestra del periodo Joseon del siglo XVIII.
“El arte no tiene que ser intelectual. Lo que más me preocupa estos días son las limitaciones del mercado de arte coreano y las dificultades a las que se enfrentan los jóvenes artistas. Trato de comunicarme con la audiencia para hallar formas de facilitar el acceso al arte”. “Kim Hong-do, maestro de la pintura de género de la dinastía Joseon, y Shin Yun-bok, también de la época de Joseon, cuyas pinturas de atrevidos géneros iban por delante de sus tiempos, han vertido una influencia importante en mi trabajo”, afirma Kim. “La franqueza y el humor en sus pinturas, la composición y la audaz pincelada han sido una gran fuente de inspiración. Siguiendo sus huellas, mi sueño es crear pinturas coreanas de género del siglo XXI”. Kim trabaja actualmente en una serie de pinturas que fingen en una lavandería, en la sauna y el jjimjilbang (complejo de baño y sauna de estilo coreano), es una representación de nuestro tiempo a través de las vidas de mujeres de la sociedad coreana contemporánea. “Mi trabajo actual es figurativo”, explica. “Mediante un delgado pincel, trato de expresar incluso cada hebra de cabello de la forma más realista posible. Eventualmente, quiero introducirme en el mundo de las instalaciones y el “media art”. Si consigo expresar el concepto de “fingir” de forma táctil, el público podrá captar la idea más fácilmente que mirando una pintura”. Con su mirada puesta en el mundo del arte global, considera a la artista de instalaciones Suh Do-ho como un ejemplo a seguir. “Para su instalación ‘Home Within Home’, Suh creó una casa coreana tradicional a tamaño natural con telas tradicionales, reinterpretando la estética coreana distintiva y produciendo una obra de arte de atractivo global”, resalta Kim. “Quiero presentar al mundo la estética única de la pintura, el hanbok y el hanji coreanos, y lograr reconocimiento internacional”, agrega. “En ese sentido, debería tomar algunas sugerencias del artista japonés Takashi Murakami. Sus colaboraciones con marcas de lujo extranjeras son un buen ejemCultura y arte de Corea 45
1. “Fingir: Oops”. 2012, tinta y color claro y collage sobre papel de morera, 145 × 117 cm.
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plo de cómo el arte se puede convertir en productos comerciales que se entremezclan en nuestra vida cotidiana. Mi sueño es hacer que el arte sea parte de la vida cotidiana como la música, así que necesito aprender de su experiencia en integrar arte y comercio”. Identidad, valoración de la audiencia, creencia popular Como artista joven de notable potencial, Kim obviamente antepone la prioridad de la calidad en sus trabajos al número de exposiciones. Como artista popular cuyas exposiciones atraen a grandes multitudes, recibe bastantes propuestas para exponer, pero no acepta todas. “Normalmente comienzo mi día a las nueve de la mañana y pinto todo el día hasta las siete de la noche”, explica. “Cuando me concentro en una pieza, no como nada en todo el día y sólo pinto. Luego, cuando termino, como vorazmente. La pintura de la mujer que se da un atracón de comer sentada frente a un refrigerador abierto en realidad soy yo. Necesito estar en sintonía con la pintura si quiero completarla. He producido más de 300 pinturas en los últimos años, y siempre me esfuerzo en abordar mi trabajo desde una perspectiva fresca. No podría 46 Koreana Otoño 2017
2. “Fingir: ¿Dónde está tu arco iris?” 2016, tinta y color claro y collage sobre papel de morera, 178 × 127 cm.
tolerar volverme complaciente y seguir pintando las mismas ideas antiguas. Las pinturas de Kim tienen una fuerte presencia que a menudo domina la decoración interior, por lo que tienen difícil ubicación en cualquier parte. Quizá ese sea el motivo por el que sus pinturas no se venden tan bien; pero no tiene intención de suavizar sus pinturas y hacerlas agradables y bonitas. “No puedo comprometerme cuando se trata de mis pinturas: ellas son mis bebés. La mayoría son autorretratos, así que ¿cómo podría renegar de ser quién soy? Se siente bien cuando la gente admira mi trabajo y se ríe del tema y del título. Entonces siento que han captado mi intención de desafiar lo establecido”, destaca. Kim tiene grandes aspiraciones y espera desempeñar un importante papel en la expansión de la presencia global del arte coreano. Así, sueña con lograr algún día reconocimiento mundial. “Pienso conectar los temas de identidad personal, los prejuicios de la gente y las creencias populares. Soy un artista joven en la línea de salida, así que no tengo necesidad de precipitarme. Tengo espacio por delante para remangar mi hanbok y avanzar con determinación”.
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Cultura y arte de Corea 47
HISTORIAS DE LAS DOS COREAS
collage de imágenes de portadas de ediciones en lenguas extranjeras de La acusación, una novela escrita por el autor norcoreano bajo el pseudónimo Bandi, muestra diversas facetas de la realidad de un régimen cerrado y totalitario. Se tradujo y el publicó en varios idiomas en muchos países a principios de año.
La literatura disidente sale de Corea del Norte A diferencia de las memorias de los desertores que exponen la cruel realidad de Corea del Norte, una colección de cuentos escritos por un autor que aún vive en el Norte llama ahora la atención por la vívida descripción literaria que hace de las desconocidas circunstancias de la vida cotidiana de los norcoreanos. Traducido y publicado en muchos idiomas, el libro La acusación de Bandi ofrece a partir de unos escritos creativos, una inusual perspectiva distinta de los de otros autores norcoreanos, más allá de la literatura prescrita por el realismo socialista y la ideología juche(autosuficiencia) del país. Kim Hak-soon Periodista y profesora visitante, Escuela de Medios y Comunicación, Universidad de Corea 48 Koreana Otoño 2017
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los ojos de Occidente, la literatura norcoreana no es más que una herramienta para alabar e idolatrar a las tres generaciones de dictadura de la dinastía Kim. De hecho, la literatura oficial de Corea del Norte se basa en la ideología gobernante del líder supremo, que establece las directrices para los escritores del país en cada discurso de Año Nuevo. Elogio del régimen y crítica de la sociedad Sin embargo, sería erróneo pensar que toda la literatura norcoreana trata solamente de adular al régimen con engañosa sacarina. La poetisa Choi Jin-yi, que desertó a Corea del Sur en 1998, intenta sacar a la gente de ese error: por cierto, hoy más común de lo que pudiera parecer. Ella solía participar en actividades literarias como integrante del Subcomité de Poesía en el Comité Central del Sindicato de Escritores de Corea del Norte y afirma: “Muchas personas en el Sur tienden a creer que los autores de Corea del Norte sólo escriben obras que alaban al régimen. En la superficie parece haber muchas obras literarias que glorifican al régimen; pero eso es solo porque el Norte es una sociedad autoritaria. De hecho, los que escriben esas obras son considerados como extremistas aduladores que ignoran los más básicos conceptos literarios”. Cuando están con amigos que también son escritores de confianza, a veces incluso los miembros del sindicato se quejan del régimen de forma indirecta, expresa Choi. Un día, un escritor que había compuesto muchos poemas que elogiaban al fundador del régimen, Kim Il-sung, y a su hijo, Kim Jong-il, fue criticado y reprobado por sus amigos escritores. Ellos le dijeron: “¿Por qué escribes tantos poemas en alabanza a los Kim si a menudo hablas mal de ellos en privado?”. Él respondió con evasivas: “Al escribir esos poemas pensaba en mi Dios, no en los Kim. ¿Qué pasa?”. Se dice que el difunto líder Kim Jong-il rechazó un poema presentado por el sindicato de escritores después de leerlo, diciendo: “Esto me pone la piel de gallina”. Los escritores norcoreanos prestan atención a diversos temas, tales como el amor en la vida cotidiana, la elección de carrera, el divorcio, la brecha entre las zonas rurales y urbanas, o la diversidad generacional. Se les permite cautelosamente hacer comentarios críticos sobre la sociedad, siempre que mantengan la autonomía intrínseca de la literatura y del sistema socialista. Una oda a la juventud de Nam Dae-hyon (1987) y Amigo de Paek Nam-ryong (1988) no tenían ningún matiz ideológico, por lo que fueron publicadas en Corea del Sur a finales de los años noventa. Una oda a la juventud trata de la ética predominante en el amor, centrándose en las dignas vidas de jóvenes intelectuales, científicos e ingenieros. En tanto Amigo , una novela sobre el divorcio que se convirtió en un best-seller en el Norte, llamó la atención de los lectores extranjeros después de ser traducida y publicada en francés en 2011.
Fue la primera obra literaria norcoreana publicada en Europa. Por su parte Hwang Jin-yi de Hong Sok-jung, una novela norcoreana histórica publicada en el Sur en 2004, causó sensación en Pyongyang en 2002. Hong es nieto de Hong Myong-hui (1888-1968, Byokcho), autor de Im Kkokjong , una saga histórica muy aclamada y ampliamente leída en las dos Coreas. Un autor bajo el seudónimo de Bandi La literatura disidente es un tabú en el Norte. Quien escribe una obra literaria criticando explícitamente al régimen se expone con certeza a ser encerrado en un campo de prisioneros políticos. En este contexto, la obra de un autor con seudónimo, que se sabe que vive en el Norte, ha generado recientemente gran atención en muchos países, incluido Corea del Sur. “La acusación: historias prohibidas del interior de Corea del Norte”, es una recopilación de entregas cortas de un escritor norcoreano que usa el nombre Bandi(Luciérnaga) como seudónimo. Su fama aumentó después de que un autor francés le bautizara como el “Solzhenitsyn de Corea del Norte”. Bandi es un seudónimo que el autor eligió para autodefinirse, tras adoptar el compromiso de arrojar luz sobre la realidad de su indigente país, “al igual que la luciérnaga, que sólo brilla en un mundo de tinieblas”. Bandi se encuentra en una situación muy similar al destino que siguió por Aleksandr Solzhenitsyn (1918-2008), Premio Nobel de Literatura 1970, en la antigua Unión Soviética. Al igual que hizo Solzhenitsyn, Bandi se opone al sistema político de su propio país y tuvo que sacar de contrabando sus manuscritos al mundo exterior, pues le resultaba imposible publicar sus obras en su país de origen. Sólo después de que las novelas de Solzhenitsyn Un día en la vida de Ivan Denisovich y El archipiélago Gulag revelaron las atrocidades de la dictadura estalinista, la literatura de la Unión Soviética comenzó a obtener una atención internacional generalizada. En el mismo sentido, sólo después de que La acusación de Bandi viera la luz, la literatura disidente en Corea del Norte comenzó a llamar la atención del mundo exterior. Las siete historias breves de esta colección presentan con sinceridad la dura existencia de personas con distintos estilos de vida, gimiendo bajo el yugo del sistema político norcoreano. Cada historia posee un tema y una trama diferentes, pero todas están escritas bajo un único paraguas: critican las leyes de Kim Il-sung. La primera historia, “Registro de una deserción”, presenta con estilo epistolar la vida de un hombre que sospecha que su esposa toma píldoras anticonceptivas en secreto, y escribe cartas a su amigo explicándole su frustración por el hereditario “sistema de castas” y su decisión de huir del país. En tanto, “Ciudad de los espectros” es una historia sobre una familia que fue expulsada de Pyongyang a una provincia lejana “por cargos de blasfemia”. Tenían siempre cerradas las cortinas de la ventana de su apartamento, porque su hijo de tres años sufría Cultura y arte de Corea 49
un ataque cada vez que veía los retratos de Karl Marx y de Kim Il-sung tras la ventana, al otro lado de la calle. Mientras, “Tan cerca, pero tan lejos” es la desgarradora historia de un hijo que intenta ir a ver a su madre en su lecho de muerte. Aunque se las arregla para colarse en un tren sin pasaje, pronto es atrapado en un control de seguridad, pues en Corea del Norte nadie puede ir a ninguna parte sin permiso de viaje. La última historia es “El hongo rojo”, donde un periodista define a la sede del Partido de los Trabajadores como un “hongo rojo venenoso”, y pide el derrocamiento del régimen de Kim, gritando: “Arranque ese hongo venenoso de esta tierra… ¡No, de la Tierra para siempre!”. En una secuencia temática, desde el primer cuento hasta el último, las siete historias reflejan la tortuosa progresión de la rebelión del autor contra el brutal régimen; desde la resistencia pasiva por defección hasta el derrocamiento del Partido de los Trabajadores, cuna de la dictadura del proletariado. “El Solzhenitsyn de Corea del Norte” Los manuscritos de estas historias fueron llevados “de contrabando” a Corea del Sur en 2013, con una minuciosidad y secretismo digno de una operación de espionaje. Una pariente de Bandi huyó del Norte y finalmente llegó a Seúl. Varios meses más tarde, le habló a Do Hee-yoon, secretario general de la Coalición de Ciudadanos por los Derechos Humanos de los Abducidos y Refugiados de Corea del Norte, sobre los manuscritos. Por medio de una carta, enviada a través de un amigo chino que visitaba el Norte, Do le pidió a Bandi que le entregara sus manuscritos. Después de leer la carta, Bandi sacó los manuscritos del escondite secreto donde los custodiaba; y para esquivar las inspecciones de equipaje, los escondió entre materiales de propaganda del régimen, como “Las obras selectas de Kim Il-sung” y otros libros de ese tipo. El manuscrito de papel se hallaba en un estado tan lamentable que parecía un documento de los años sesenta o setenta. El amarillento papel mostraba que el autor debía de haber presionado fuerte con el lápiz al escribir las historias hacía mucho tiempo. El propio autor bautizó la colección como La acusación ; y también eligió el seudónimo de Bandi. Según Do Heeyoon, Bandi es un hombre nacido en 1950, que todavía vive en el Norte y que pertenece a la Unión de Escritores de Corea. No
obstante, se especula que Do esconde la identidad real de Bandi para protegerle. Después de muchos traqueteos y vaivenes, las historias fueron publicadas en Seúl en mayo de 2014. Pero entonces en Corea del Sur no muchas personas prestaron atención al trabajo de Bandi. Simplemente se interesaron por el hecho de que el autor no era un desertor, sino que aún vivía en el Norte; y en cómo esos manuscritos fueron sacados de contrabando. Algunos hasta sospechaban que el autor era un personaje ficticio. Por tanto, el valor genuino y literario de la obra no fue apreciado. En contraste con la fría respuesta de Corea del Sur, diversos lectores extranjeros y también algunos críticos comenzaron a mostrar gran interés por dicho trabajo, cuando su edición en francés fue publicada en 2016. No en vano Pierre Rigoulot, historiador francés, activista pro derechos humanos de Corea del Norte y director del Instituto de Rigoulot, escribió: “Es una pequeña luciérnaga, pero su esperanza es grande”. El libro recibió una cobertura sustancial en diversos medios de Francia, incluidos diarios como Le Figaro y Libération, las estaciones de radio France Inter, France Info y RFI, y revistas como Marianne. “He traducido muchas novelas coreanas al francés; pero nunca me sentí más intelectualmente extasiado que al traducir las historias de Bandi. Las tramas son espléndidas”, afirma Lim Yeong-hee, traductor de la versión francesa. La acusación ha sido traducida a 19 idiomas y publicada casi simultáneamente en 21 países, incluyendo Gran Bretaña, Canadá, Italia, Japón, Alemania, Suecia y Estados Unidos; y más recientemente en Portugal, en marzo de este año. La traducción al inglés fue realizada por Deborah Smith, traductora británica que compartió el Premio Internacional Man Booker de Ficción en 2016 con la escritora coreana Han Kang, por la novela La vegetariana . La traducción de Smith de La acusación quedó entre las 10 ganadoras de PEN Translate Autumn 2016, elegidas por la sección inglesa de PEN. En Nueva York, los coreano-americanos organizaron una campaña para nominar a Bandi al Premio Nobel de Literatura. “Una colección de historias cortas escritas bajo seudónimo y sacadas subrepticiamente de Corea del Norte va camino de convertirse en una sensación literaria internacional”, según afirma el diario británico The Guardian. The Millions, una revista literaria en línea, escogió La acu-
“Una colección de historias cortas escritas bajo seudónimo y sacadas subrepticiamente de Corea del Norte va camino de convertirse en una sensación literaria internacional”, según afirma el diario británico The Guardian. “Los cuentos disidentes del autor que responde al seudónimo de Bandi, quien todavía vive en el país, presentan extrañas ficciones que nacen de entre la secreta dictadura”. 50 Koreana Otoño 2017
Editores y activistas pro derechos humanos de varios países participan en un acto de lectura de La acusación en el Puente de la Libertad, cerca del Pabellón Imjingak, al sur de la zona desmilitarizada en Paju, provincia de Gyeonggi, el 30 de marzo de 2017.
© Lee Seung-hwan (Dasan Books)
sación como uno de los libros más esperados de 2017. Mientras Publishers Weekly, una revista de crítica literaria estadounidense, comentó: “Bandi aporta una singular visión de la vida en la ‘verdaderamente insondable oscuridad’ de Corea del Norte”. Por su parte, la librería estadounidense en línea Amazon resaltó: “La acusación es una vívida representación de la vida en un estado hermético y de partido único, y también un testamento esperanzador para la humanidad, pues refleja la rica vida interna que persiste incluso entre tan inhumanas condiciones”. “Esto no es simplemente un libro con una buena historia detrás: es una colección de relatos perfectamente elaborados que, al igual que la obra de Aleksandr Solzhenitsyn [de la antigua Unión Soviética], hablan con autoridad y están orientados a decir la verdad al poder”, resaltó a The Guardian Hannah Westland, de Serpent’s Tail, la editorial británica de La acusación . “La aproximación absurda de Bandi a la sátira es una reminiscencia del “Rinoceronte” de Ionesco, y su ingenio penetrante… Recuerda a ese otro gran disidente literario ruso, Mikhail Bulgakov”. “Desde un punto de vista técnico, Bandi difiere en gran medida de los escritores contemporáneos surcoreanos. Simplemente, no podemos determinar su nivel de habilidad, pues el objetivo oficial de la literatura norcoreana es mostrar la grandeza de la familia Kim; pero debemos centrarnos en su espíritu de resistencia al régimen”, resaltó Kim Jong-hoi, profesor de literatura coreana en la Universidad Kyung Hee de Seúl. Ante la excelente acogida en el extranjero, la versión coreana de La acusación ha sido reeditada por otra editorial, tres años después de su debut en Corea del Sur.
La respuesta de los surcoreanos Cabe señalar que muchas obras literarias de desertores norcoreanos también han recibido más atención en el extranjero que en Corea del Sur. En 2012, el poeta Jang Jin-sung ganó el Premio Literario Rex Warner de la Universidad de Oxford por su colección de poesía “Estoy vendiendo a mi hija por 100 wones”, obra que revela la vida miserable del pueblo norcoreano en toda su crudeza. Mientras Querido líder , su colección de ensayos publicada en 2014, quedó en décimo lugar entre los libros más vendidos ese año en Gran Bretaña. En tanto, Kim Yu-gyong firmó un contrato con la editora francesa Editions Philippe Picquier por su novela Ingan Modokso (Campo para ultrajar seres humanos), cuya edición original salió en 2016. Solía escribir historias en Pyongyang como integrante de la Unión de Escritores Coreanos, pero escapó del país en el año 2000. En comparación, los lectores surcoreanos son menos sensibles a la literatura norcoreana que los extranjeros, probablemente porque sienten menos curiosidad sobre la sociedad y la vida en el Norte. Muchos coreanos del Sur apenas poseen información reciente ni son sensibles a la literatura norcoreana. Mientras que los estadounidenses y los europeos se toman muy en serio las amenazas nucleares del Norte o la posibilidad de una guerra en la península coreana, los surcoreanos están hastiados y embotados de las continuas crisis y amenazas. En consecuencia, muchos surcoreanos tienden a ver la literatura norcoreana principalmente desde una perspectiva ideológica, y raramente aprecian la descripción literaria de los autores, ni sus experiencias en la vida real. Cultura y arte de Corea 51
ENAMORADO DE COREA
la PasiÓn de shaKesPeare
por la música y la danza coreanas ¿Qué sería mayor: la distancia geográfica entre Mansfield, Connecticut, en los Estados Unidos, y Seúl, o la distancia cultural entre el gugak (la música coreana tradicional) y la teatralidad de Shakespeare? Lauren Ash-Morgan intenta unir esos dos mundos, aparentemente separados. Choi Sung-jin Editor ejecutivo, Korea Biomedical Review Ahn Hong-beom Fotógrafo
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Lauren Ash-Morgan toca un gayageum sanjo en el césped en el Parque Namsan en Seúl.
uizá pocos coreanos, incluso entre los artistas profesionales, podrían cantar chang (baladas narrativas tradicionales) al tiempo que interpretan una cítara nativa. De hecho, pocos querrían siquiera aprender ese arcaico género de música llamado gayageum byeongchang. Para un extranjero, naturalmente las barreras son muchas y elevadas, desde la técnica y el lenguaje, hasta la comprensión de los matices emocionales. Pero Lauren Ash-Morgan ha hecho posible lo aparentemente imposible. Casi todas las noches entresemana podemos hallarla en el Centro Nacional de Gugak de Seocho-dong, al sur de Seúl, aprendiendo y practicando danza y canciones tradicionales coreanas, y también música instrumental. “El comienzo fue humillante pues eran movimientos totalmente nuevos para mí. No tenía el típico cuerpo de bailarina ni la ropa de baile adecuada, las clases eran en coreano, y como el único no coreano en las clases, desentonaba y dudaba sobre si habría sido una buena idea comenzar con esto”, explica Ash-Morgan recordando sus primeras lecciones en Washington DC”. Pero se trata de un estilo y de una técnica que incluso los coreanos han de aprender hoy en día, y los adultos de mi clases tenían que aprenderlos igual que yo. De alguna forma, como artista tengo cierta ventaja sobre muchos de mis compañeros de clase”. Sus profesores coreanos coinciden. “La Sra. Lauren puede entender mis explicaciones y hace exactamente lo que le digo que haga”, afirma el maestro que enseña a cantar chang mientras toca un gayageum (de 12 cuerdas). El maestro de baile aprecia la forma en que ella se sumerge no sólo en la técnica, sino también en el significado de cada movimiento. ¿Cómo empezó? La carrera escénica de Ash-Morgan es muy superior a lo que podría esperarse para alguien de 34 años. Nacida en Mansfield, Connecticut, lleva actuando desde los 10 años, cuando empezó a tomar clases de teatro. A los 11 años se unió a Kid’s Company, un grupo juvenil de teatro de su ciudad natal, y creció actuando en el esce-
nario. En la escuela, sintió un interés particular por Shakespeare y por las actuaciones musicales. En la universidad, se especializó en educación musical y voz, y obtuvo la licenciatura en música en el Ithaca College de Nueva York, donde desarrolló un gran interés por la música del mundo y la etnomusicología. Después de graduarse, pasó un año en Seúl en 2005 trabajando como profesora de música y comenzó a estudiar música tradicional coreana, particularmente el gayageum y el janggu (tambor de dos cabezas), en el Centro Nacional Gugak. Posteriormente asistió a la escuela de posgrado en la Universidad de Maryland, College Park, donde estudió con el Dr. Robert Provine, un experto en música de Asia Oriental, y obtuvo el título de Master en etnomusicología especializada en Corea. Mientras estudiaba, pasó dos años aprendiendo danza tradicional coreana y pansori (canción narrativa acompañada por un tambor) en el Centro Coreano de Artes Escénicas de Washington, además de tomar lecciones de gayageum y janggu. En 2010, fue invitada a participar en el Taller Internacional del Centro Nacional Gugak y desde entonces sigue allí aprendiendo sobre el gugak en relación con la danza coreana. En 2011, Ash-Morgan realizó una audición para la producción de “Macbeth” con la Compañía de Shakespeare de Seúl y fue elegida para el papel principal. Fue entonces cuando conoció a Michael Downey, su marido en escena, quien posteriormente se convertiría en su esposo real. Desde entonces, ha trabajado activamente en la escena teatral de lengua inglesa de Seúl, desempeñando papeles importantes en muchas producciones e incluso consiguiendo el papel principal en el largometraje independiente “Amiss”. En 2014, se convirtió en la directora artística de la Compañía Shakespeare de Seúl, y también ha producido espectáculos de la compañía mientras actuaba y creaba trajes para el grupo. “Intento mantener el equilibrio artístico entre los mundos del gugak y del teatro clásico, al tiempo de incorporar elementos creativos y de estética gugak en las prácticas de teatro occidentales, al dar a conocer las técnicas y Cultura y arte de Corea 53
el espíritu de las artes escénicas tradicionales coreanas a un público más amplio”, afirma. “Preparo talleres para enseñar a Shakespeare con la esperanza de incorporar danza coreana y entrenamiento vocal en las prácticas de teatro clásico en el futuro”. Ash-Morgan considera que el gugak y el teatro occidental pueden beneficiarse mutuamente. “La música tiene una influencia definitiva en el teatro, pues ayuda a entrenar la respiración y a mejorar la voz. Ambos movimientos y emociones están interconectados, como si uno fuera extensión del otro. Al practicar pansori, por ejemplo, podría adquirir una voz más fuerte, más grave y profunda, que podría usar en el escenario teatral sin preocuparme de dañar mis cuerdas vocales”, expresa. “La música tradicional de Corea posee un concepto llamado han, un sentimiento de amargura, de tristeza acumulada y condensada, donde los artistas de verdad consiguen un efecto catártico con pasión y energía. Esa intensa emoción de tristeza es casi universal, y una cualidad que muestran muchas de las tragedias clásicas en el escenario. Sin embargo, no debemos permanecer necesariamente pasivos ante esa emoción, sino chocar contra ella para compartir esos sentimientos catárticos con la audiencia”.
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Desempeñar tres papeles La típica semana de Ash-Morgan se divide en tres actividades principales: dar cuatro clases (16 horas) en la Universidad de Kwangwoon; aprender música coreana y bailar, principalmente de noche; y actuar y producir obras de Shakespeare. Como su trabajo en la Compañía Shakespeare de Seúl es voluntario, todos sus ingresos provienen de sus clases de de inglés. “Trabajar en la enseñanza universitaria me da soporte financiero y me deja tiempo para mis actividades artísticas”, señala. Además de diligencia, pasión y compromiso, Ash-Morgan debe poseer algún talento más que le ha permitido aprender música coreana tradicional y danza en un tiempo relativamente breve, y aparentemente con menos dificultad de lo que algunos podrían esperar. Las danzas coreanas consideradas tradicionales hoy en día se desarrollaron bajo la influencia de maestros prominentes, cada uno con un estilo propio que se ha transmitido durante las últimas dos generaciones en líneas de maestro a alumno, a veces de modo hereditario y a veces no, explica. “He estudiado cuatro líneas de danza coreana, con cuatro maestros distintos, y todos ellos son muy diferentes entre sí. Cada vez que empiezo con un nuevo profesor de baile, necesito silenciar mis propios instintos de movimiento y enfocarme en los detalles que hacen que el estilo de ese profesor sea único. No se trata sólo la técnica, sino de su propio neukkim personal, su sentimiento, carácter o aura, o cómo expresa su personalidad y sus sentimientos a través de la danza”, refleja. “No se trata sólo de aprender coreografía; para mí, se trata de emular el carácter de mi maestra cuando baila, lo que requiere atención en cada detalle complejo. Entonces trato de hallar esa sensación en mi interior, como hago cuando interpre-
2 1. Lauren Ash-Morgan es a la vez actriz en la Compañía Shakespeare de Seúl y su director artístico. Ella desempeñó el papel de Beatriz en la producción de 2016 de “Mucho ruido por nada”, que fue dirigida por su marido, Michael Downey. 2. Escena de “Cuento de invierno”, puesta en escena en abril de 2017 bajo la dirección de Michael Downey, donde Laura Ash-Morgan hizo el papel de Paulina. A la izquierda está John Michaels, quien interpretó a Antígona, y a la derecha Josh Kroot, que caracterizó a Camilo.
“Intento mantener el equilibrio artístico entre los mundos del gugak y del teatro clásico, al tiempo de incorporar elementos creativos y de estética gugak en las prácticas de teatro occidentales, al dar a conocer las técnicas y el espíritu de las artes escénicas tradicionales coreanas a un público más amplio”. 54 Koreana Otoño 2017
ba mucho tiempo entre espacios lingüísticos y culturales coreanos. La esencia de las áreas culturales de las minorías de inmigrantes y la importancia de esos espacios culturales donde la gente puede reunirse y ser ellos mismos, fue uno de los puntos que enfatizó en su trabajo de posgrado. “Con la Compañía Shakespeare de Seúl, encuentro la imagen reflejada de esa experiencia. En Estados Unidos interpretaba gugak; en Corea, gran parte de mi vida se centra en hacer Shakespeare”, resalta. “Tras haber hecho pansori en Estados Unidos y ahora hacer Shakespeare en Corea, en cada caso estoy realizando algo ajeno a la nación en la que vivo, pero a veces considerado arcaico en la nación originaria de esa forma de arte”.
© Robert Michael Evans
to un personaje en el escenario o en el cine”. Ash-Morgan agradece haber tenido la oportunidad de aprender lo básico cuando aún vivía en Estados Unidos con un grupo de apoyo. Desde su perspectiva, los movimientos coreanos de danza tradicional son algo integral y no solo basado en la danza, sino también en el canto y en las actuaciones instrumentales, por lo que resulta fácil pensar en un estilo de movimiento particular “coreanizado”, como si fuera algo que se hereda a través de la sangre. “Con el tiempo, mis maestros se dan cuenta de que pueden dejarme sola y permitirme que me mezcle con el grupo, pues soy bastante autodidacta”, explica. “En el Centro Nacional de Gugak, cuando comienza un nuevo curso cada año, seguro que alguno de mis compañeros ha compartido ya clases conmigo o me ha visto actuar en el festival anual, por lo que es mucho menos incómodo de lo que solía ser antes, ya que me conocen desde el principio”. Cuando vivía en Estados Unidos, pasa-
Gugak y Shakespeare: ¿extraños compañeros de cama? Al comparar las similitudes y diferencias de los teatros gugak y shakespeariano, Ash-Morgan destaca: “Para la mayoría de los coreanos el gugak es un género desconocido, difícil de entender, quizás algo aburrido, aunque sea interpretado y amado por una vibrante e innovadora sub-comunidad de artistas gugak de toda la sociedad coreana. Es un caso similar al de Shakespeare en los países de habla inglesa: muchas personas consideran su lenguaje incómodo, viejo y potencialmente aburrido. Pero Shakespeare es una parte importante de la formación de nuestra cultura y, en Estados Unidos en concreto, parte de la identidad nacional”. Del mismo modo, el gugak, aunque desconocido para muchos coreanos, ocupa un lugar especial como símbolo de la identidad nacional coreana. Como Ash-Morgan resalta, los paralelismos entre el gugak y Shakespeare son fascinantes: “Ambos parecen antiguos y extraños para los no iniciados y, sin embargo gozan de enorme popularidad y vitalidad entre un subgrupo particular de la población. Ambos tienen una enorme profundidad histórica y cultural, pero también dejan espacio a la innovación artística y la capacidad a emocionar al público actual”. Cultura y arte de Corea 55
UN DÍA CUALQUIERA
Perseguir las alegrías de la vida como
desarrollador de IT
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Los desarrolladores de software integrado trabajan para maximizar la comodidad de los usuarios del producto, organizando y combinando símbolos que simplemente son ilegibles para el ojo no entrenado. Como podría esperarse de alguien con este tipo de trabajo, Kim Yoon-ki admite: “Aproximadamente, hago horas extras durante medio mes”. Pero también comparte sus planes para realizar en 10 años su tan ansiado sueño. Yi Ji-young Periodista, bloter.net Ha Ji-kwon Fotógrafo
L
os desarrolladores de IT que vemos en los dramas o en películas de televisión suelen ser retratados como magos. Mirando una pantalla de color negro, frenéticamente aporrean el teclado y de pronto, la pantalla cambia y la información secreta aparece. Para los laicos que no saben nada de los procesos involucrados en el diseño de programas, es una visión misteriosa y sorprendente. A veces parece que la gente con esas habilidades viva en un mundo distinto. Sin embargo, la realidad de los desarrolladores de IT es muy diferente. Ocho años después, Kim Yoonki comienza diciendo con calma que su vida cotidiana no es “distinta de la de un empleado medio de oficina”. Trabaja de nueve a seis, con una hora de descanso para el almuerzo, desde las once y media hasta las doce y media. A veces puede salir del trabajo a las seis en punto, pero otras veces se queda hasta tarde. El café hace al desarrollador de software Lo primero que hace Kim cuando llega al trabajo es tomar una taza de café con sus colegas. Compañeros de trabajo a los que él llama “sus hermanos”. Tan pronto como uno de ellos envía un mensaje instantáneo, los hermanos se reúnen frente a la cafetería en la planta baja de su edificio. Mientras esperan su café, charlan sobre esto y lo otro. Esta breve reunión dura entre cinco y diez minutos como máximo, pero para él es un precioso momento que marca el comienzo de cada día. “Hay tres o cuatro hermanos que entraron en la compañía a la vez que yo. A veces no vienen a la ofi-
cina, pues van a sus proyectos directamente desde casa, por lo que siempre que podemos nos reunimos para darnos ánimos los unos a los otros. Soy el más joven de los hermanos, y hablar de mis problemas con mi hermano mayor, que tiene tres años más que yo, o discutir sobre cosas por las que siento curiosidad, realmente me ayuda en el trabajo”, afirma. En el campo de IT les gusta decir medio en broma que “el café hace al desarrollador de software”. Tan pronto como llegan al trabajo toman una taza para despejar sus sentidos; luego otra para mantenerlos despiertos mientras trabajan, y más tarde otra para concentrarse. Para mantener la mente despejada y recobrar la concentración, los desarrolladores de IT beben café como la mayoría de nosotros bebemos agua. La regla de hierro de las horas extraordinarias Las armas de Kim son un PC de escritorio cargado con un procesador de 12 núcleos, un monitor UHD de 32 pulgadas y un viejo teclado que no ha reemplazado desde que comenzó a trabajar. Con estas herramientas se dedica a su trabajo como si fuera a la batalla. Él es un desarrollador de software integrado. El software integrado es el tipo de software que se encuentra en los electrodomésticos comunes -como televisores y neveras- y lleva a cabo funciones específicas. Es esencial para los dispositivos conectados a Internet de las Cosas. Cuando conoce a otras personas se presenta como “un desarrollador”. Pero si comienza a hablar de su trabajo en detalle, las explicaciones se hacen cada vez más largas y las personas que no están familiarizadas
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con este campo nunca paran de hacer preguntas. Así, no hay forma de saber cuándo esas conversaciones terminarán, y eso es agotador. Habiendo experimentado esto unas cuantas veces, Kim ahora mantiene un perfil bajo al presentarse. También hay veces en las que conocer gente nueva acaba siendo bochornoso: “Si digo que soy desarrollador de IT, algunas personas me dicen cosas como: “¡Debes ser un crack de los videojuegos!” o “Tengo un virus en mi PC, ¿crees que podrías arreglarlo?”. “Pero igual que hay diversos juegos de pelota, como baloncesto, fútbol o béisbol, lo mismo sucede con el desarrollo de IT. Hay una gran gama de sectores como la web, software integrado, servidores,…” explica Kim. “No esperarías que un jugador profesional de baloncesto fuera genial en béisbol, ¿verdad? Yo me especializo en sólo un área concreta. No puedo ser experto en todo, así que no puedo soportar cuando la gente me hace preguntas como si todo fuera lo mismo”. Desarrollar software es un poco como escribir una novela. No es una tarea que pueda completarse trabajando duro sólo durante un día. Tienes que verificar si lo que hiciste el día anterior funciona o no, y si no funciona, tienes que identificar el problema y arreglarlo. Este proceso se repite una y otra vez. Y al igual que diferentes historias y argumentos se unen para formar una narración plausible, como una novela, cada parte programada tiene que funcionar para que funcione el todo. Si no resuelves los problemas de las partes ya programadas, entonces no podrás avanzar y terminarás quedándote hasta muy tarde día tras día. Kim hace horas extras como la mitad de cada mes. “Tengo mi propia regla de hierro para cuando hago horas extras”, dice. “Tengo compañeros de tra-
bajo que duermen un par de horas en la oficina para ahorrarse el tiempo de ir a casa y volver, pero a mí no me importa lo tarde que acabe de trabajar: tengo que ir a casa a dormir. Así puedo volver a empezar de nuevo. Así obtengo la motivación de ir a trabajar un nuevo día”. Al estar su oficina ubicada en Seongnam, provincia de Gyeonggi, y su casa en Incheon, el viaje no es corto, pero pese a todo Kim cumple esa regla al pie de la letra. El secreto de la felicidad en el trabajo A Kim le gustan los sonidos de sus colegas hablando entre sí, el tic-tac del reloj, y la tranquilidad que a veces se respira en la oficina. Dice que le ayudan a concentrarse. Sin embargo, una vez que pasa el periodo de alta concentración, hay un “tiempo gafe”, cuando no importa lo que hagas porque nada funciona. Como escape, en esos momentos, Kim se pone a navegar aquí y allá por internet y el día pasa volando. “En el desarrollo has de pasar por un proceso llamado “construir”. Una vez que has creado tu software en un idioma que la computadora puede entender, hay que verificar si el equipo puede procesar adecuadamente ese contenido. Esa etapa tarda mucho más de lo que imaginas. Así que como desarrollador, mi mejor arma y amigo es mi computadora de alto rendimiento, porque minimiza el aburrimiento de ese tiempo de espera”, resalta Kim. Incluso en el amor hay momentos aburridos, y el trabajo no va a ser distinto. Como cualquier otra persona, Kim a veces se cansa de su rutina y de las tareas repetitivas que tiene que realizar. El secreto para no renunciar es disfrutar de la tarea de desarrollo en sí. Además, es crucial tener pasatiempos y actividades que ayuden a relajarse y a recargar pilas. “Hay desarrolladores que sólo están interesados
Kim tiene un sueño. Quiere convertirse en un desarrollador interdisciplinario que combine la informática y las artes. En vez de renunciar a su trabajo actual, quiere utilizar las habilidades adquiridas para crear un tipo de trabajo aún mejor. 58 Koreana Otoño 2017
Kim Yoon-ki (frente a la cámara a la derecha) y su equipo de desarrollo de software integrado quedan para una reunión. El software está integrado en artículos como electrodomésticos y permite el desempeño de ciertas funciones.
en la programación y se sumergen completamente en su trabajo, pero muchos otros disfrutan de muchos pasatiempos y tienen una rica vida cultural. La mayoría de los desarrolladores son personas muy curiosas y terminan teniendo todo tipo de aficiones. Lo mismo me pasa a mí”, dice. Cada vez que tiene tiempo Kim lee. Un libro en concreto que disfrutó mucho recientemente fue Encontrar el flujo: la psicología del compromiso con la vida cotidiana , de Mihaly Csikszentmihalyi. Durante los fines de semana consulta los últimos avances en su campo y también ve películas. Además se unió al grupo de guitarra de su oficina y ocasionalmente da conciertos. Antes se aficionó al running y cada día corría cuatro kilómetros antes de volver del trabajo a casa. Ha participado en dos maratones amateur de larga duración, y completó ambos. “Disfrutar de mis pasatiempos es realmente una forma de disfrutar más en mi trabajo para mí. Es mi secreto para estar feliz con mi trabajo”, afirma.
Por supuesto, hay desarrolladores con circunstancias muy diferentes. Muchos sufren depresión debido al trabajo que hacen. Es un trabajo donde las luces de la oficina permanecen encendidas durante toda la noche, y comer y dormir en el trabajo puede convertirse rápidamente en rutina. Afortunadamente, Kim disfruta su profesión. Pero además Kim tiene un sueño. Quiere convertirse en un desarrollador interdisciplinario que combine la informática y las artes. En vez de dejar atrás su trabajo actual, quiere utilizar las habilidades adquiridas para lograr un tipo de trabajo aún mejor. “Dentro de 10 años quiero abrir una galería. Algo así como un taller de artesanía para desarrolladores de IT”, dice. “Quiero progresar y pasar de ser un desarrollador que crea cosas con códigos, para convertirme en un ingeniero que diseña y produce cosas más tangibles. No estoy seguro de cuándo llegará, pero es un sueño que realmente quiero conseguir”.
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ENTRETENIMIENTO
evolución de los programas políticos de tV:
¿Por QuÉ tanta seriedad? Los programas de entretenimiento político son el contenido de televisión “más caliente” hoy día. En el pasado, la política era la principal materia de programas culturales y de actualidad, como las noticias, los “talking heads shows” y los documentales de investigación. Pero ha llegado un nuevo formato que deriva de los talk-shows de entretenimiento, que combina los comentarios de expertos y el humor. Hwang Jin-mee Crítico de Cultura Pop
L
os programas de “entretenimiento político” en las redes de televisión por cable causan sensación. Sus altas calificaciones son en parte atribuibles a acontecimientos recientes, tales como el impeachment presidencial que captó la atención de la gente, pero otra razón de su éxito es el acercamiento distintivo que estos nuevos programas poseen. Comúnmente, estos programas de entretenimiento político poseen dos características. La composición del panel, políticos, expertos, abogados y otros expertos, no es diferente de los programas políticos convencionales, que solían dominar los programas de actualidad. Su rasgo distintivo es que los anfitriones de las presentaciones no son locutores de informativos o comentaristas que exudan gravedad, sino celebridades del entretenimiento. Pero si bien la combinación de paneles de expertos y artistas se puede considerar una variación superficial, el cambio esencial es la forma en que debaten sobre política en estos nuevos formatos de espectáculo. El nuevo género se ocupa igualmente de temas actuales, pero el panel no sólo se involucra en debates acalorados y a menudo aburridos. En cambio, añaden una pizca de 60 Koreana Otoño 2017
humor a la receta. El “100 minutos de debate” de Munhwa Broadcasting Corporation con el periodista Sohn Suk-hee, conocido por su riguroso estilo de locución, se emitió en la televisión terrestre de 2002 a 2009. Siguió las normas del debate común al pie de la letra y esa fue la clave de su éxito. “Última batalla de debate”, liderado por la presentadora Baik Ji-yeon en una cadena de televisión por cable, comenzó a emitirse en 2008 y fue más informal que el “100 minutos de debate” de MBC, pero mantuvo los límites de los programas convencionales de actualidad. Cambio de formato Pero los espectáculos de entretenimiento político actual tienen un formato completamente diferente. Los debates no siguen unas reglas estrictas, sino que hacen más énfasis en mantener un flujo natural de conversación. Aunque pueden llegar a ser intensos, siempre hay espacio para bromas juguetonas o ingeniosas, o para el uso aleatorio de algunos efectos de comedia no preparados. En tanto, la actitud de los espectadores también ha cambiado: ya no esperan simplemente hechos claros e imparcialidad en los programas. En cambio, disfrutan aprendiendo sobre temas actuales a través de oradores persuasivos, cuyas opiniones corresponden con las
suyas. Es por eso que estilo personal y la química del panel son tan importantes. Tomemos como ejemplo al abogado conservador Jun Won-tchack, quien hasta hace poco apareció en “Ssulzun” (“Batalla de las lenguas”) de JTBC. Los progresistas regularmente golpearon su perspectiva de derechas en muchos temas, pero él suavizaba las revueltas y los envites con humor y personalidad. En tanto, el otro panelista que aún continúa en el programa es Rhyu Si-min, un prominente político progresista, que previamente fue reportero, y que también fue ministro de salud y de bienestar, e integrante de la Asamblea Nacional. Rhyu expresa sus opiniones sobre todos los temas, pero sin involucrarse en debates punzantes con Jun, pues usualmente mantenían opuestos puntos de vista. Por su parte “Outsiders”, otro programa de entrevistas sobre temas de actualidad, con los ex miembros de la Asamblea Nacional Chun Yu-ok y Chung Bongju, sigue el mismo formato. transformar el panorama de los medios Con el cambiante panorama de los medios de comunicación, los nuevos shows de entretenimiento político de las redes de televisión por cable compiten ahora entre sí. En 2011, dos importantes hitos en el mercado coreano de los medios de comunicación allanaron el camino para el nuevo género. Uno fue la introducción y el rápido crecimiento de la popularidad de los podcasts políticos, incluyendo “Naneun Ggomsuda” (conocido como “Soy una comadreja”), notorio por el parloteo del entonces presidente Lee Myung-bak. El otro fue el lanzamiento de nuevas redes de televisión por cable, gracias a una enmienda de la ley de medios de Corea del Sur para desregular el mercado de los media. En ese momento, los podcasts eran bastante nuevos en Corea, y la popularidad de “Naggomsu” (abreviatura de “Naneun Ggomsuda”) creó un auge del mercado de los medios alternativos. Debido a su forma única de distribución de los programas, los podcasts no se consideran retransmisiones y por lo tanto no están sujetos a la Ley de Comunicaciones de Radiodifusión. Y estos programas no eran tímidos para criticar a los políticos. Pionero en la escena del podcast, “Naggomsu” apagó la sed de público por contenido crítico y obtuvo una popularidad abrumadora. La crítica política y las acusaciones pueden ser cuestiones serias, pero el programa estaba especiado con toques de sátira, chistes ligeros, a veces lenguaje salado y pistas de conspiraciones, mezclando el género más estándar con espectá-
culos fuera de lo convencional. En ese sentido, “Naggomsu” proporcionó la base de popularidad para los programas de entretenimiento político de hoy. Así, contribuyó a hacer la política más accesible para el público en general. Por lo tanto, la noción de “política de entretenimiento” no es un oxímoron para aquellos cuya conciencia política comenzó a florecer a través de podcasts. Mientras que la aparición de los podcasts surgió como una especie de big bang para los políticos progresistas, el lanzamiento de las redes de televisión por cable fue un momento decisivo para las voces conservadoras. Medios tradicionales como Chosun Ilbo, la bahía de los conservadores, saltaron al carro de las redes de televisión por cable a medida que el estandarte de los periódicos disminuía. el surgir de la “política de entretenimiento” En 2009, el empresario de TI Ahn Cheol-soo apareció por primera vez en un talk show de televisión terrestre, ganando fama y comenzando su carrera política. Así, los programas de “política de entretenimiento” demostraron pronto ser un eficaz polvorín para políticos que buscaban dar un giro, como en el caso de Ahn, hasta transformar a un empresario en un candidato presidencial fuerte. Durante la campaña presidencial de 2012, los círculos políticos y la industria de la radiodifusión intentaron combinar la mezcla perfecta de política y entretenimiento. Participar en debates de televisión ha sido durante mucho tiempo el punto culminante de las campañas electorales presidenciales, pero en 2012 se redujeron al mínimo, pues la candidata del partido gobernante, Park Geun-hye, era reacia al debate. Pero durante la campaña presidencial de 2017 el contenido político volvió a ser un bestseller. Se introdujeron nuevos formatos que fueron bien recibidos: la “Entrevista nacional” de SBS, por ejemplo, invitaba a cada candidato presidencial al estudio individualmente, para ser entrevistado por varios panelistas. En otros programas, entre ellos “Ssulzun” (JTBC) y “Gangjeokdeul” (“Poderosos adversarios”, TV Chosun), los candidatos aparecieron juntos en los talk shows reemplazando el formato convencional del debate presidencial. El interés de la gente por la política ha alcanzado un máximo histórico y los programas de entretenimiento político han llegado para quedarse, por el momento. Por tanto, hace falta un sano debate sobre la política de entretenimiento. Cultura y arte de Corea 61
Opinión desde la lejanía
Un sueño extravagante
A
unque no me queda mucho para cumplir un año residiendo aquí, mucha gente me pregunta aún cómo llegué a Corea, si por voluntad propia o por decisión de la empresa periodística para la que trabajo. “Llevaba muchos años queriendo venir y por fin lo he conseguido”, respondo siempre presuroso y con un convencimiento que sospecho que a algunos les puede resultar impostado. Que un periodista pida expresamente ser destinado a la República de Corea tiene algo de extravagancia a ojos de aquellos que saben que en la región existen otros grandes centros de poder, lugares que pueden acabar suponiendo un gran salto cualitativo en la carrera de un informador. Pero estoy acostumbrado a esas miradas cargadas de extrañeza. Es la misma que me han brindado muchos coreanos cuando en el extranjero les comentaba la emoción que había sentido al ver por primera vez, durante un viaje a Seúl, la campana del Bosingak y cómo trataba de recrear lo qué habría sentido la gente al oirla tañir cuando por fin en 1998 Kim Dae-jung se convirtió, tras toda una vida de conmovedor sacrificio, en presidente de la República (un episodio, este, que algunos incluso confesaban desconocer o apenas recordar). Aún más receloso se vuelve el gesto de mi interlocutor si rememoro el nombre del portero -Lee Won-jae- que detuvo aquel crucial penalti lanzado por Joaquín y que permitió a Corea del Sur vencer a España y disputar las semifinales de su Mundial de fútbol en 2002 o si admito haber visto repetidas veces -y casi cada año- las películas de Bong Joonho, Na Hong-jin o Park Chan-wook. 62 Koreana Otoño 2017
Andrés Sánchez Braun Corresponsal en Seúl
Lo confieso: llevo más de media vida obsesionado con Corea. Hasta un punto que a algunos les puede resultar psicopático. Y digo psicopático porque hace casi 15 años, cuando aún ultimaba mis estudios en la escuela de periodismo, uno de los profesores nos congregó durante la primera lección y nos dijo “Ahora os iréis presentando al resto de la clase, pero aparte de vuestro nombre, edad y lugar de procedencia quiero que describáis vuestra psicopatía”. Todos nos miramos extrañados pensando si con eso se refería a que teníamos que relatar algún tipo de crimen espantoso que hubiéramos cometido. “Vuestra psicopatía, ya sabéis; aquello que en la vida os obsesiona hasta un punto casi enfermizo”, aclaró después. Me bastó entonces un minuto para poner en orden mi cabeza. “Me llamo Andrés Sánchez Braun, soy de Madrid, tengo 25 años y mi psicopatía es Corea”, respondí. Aquella fue la primera vez que reconocía públicamente una obcecación que hasta entonces ni siquiera había reconocido como tal. Pero ahí estaba. Fue como trazar a lápiz uno de esos dibujos que los niños deben unir siguiendo un orden numérico. Comprobé que todas esas coordenadas mentales me acababan llevando hacia Asia nororiental y que la mayoría desembocaban esa daga clavada en el corazón de la región que es la península coreana. El origen es del todo difuso, pero la fascinación debió germinar en algún punto entre los Juegos Olímpicos de Seúl, mis clases de Taekwondo, el excéntrico maquillaje de la cantante Kimera o un episodio del programa de televisión japonés “Endurance” (“Za gaman”, en japonés) en el que los con-
cursantes debían comer un plato coreano extremadamente picante preparado con anguila y cuyo nombre a día de hoy aún no he llegado a descubrir. El caso es que con 13 años mi vocación periodística y mi pasión coreana ya se daban la mano: en las clases de lengua española los viernes había que seleccionar un artículo periodístico e intentar contextualizarlo e incluso reescribirlo y recuerdo vivamente lo que sucedió cuando me tocó seleccionar uno de la sección de Internacional. En vez de decantarme por la ratificación de Janet Reno como primera mujer en convertirse en fiscal general de los Estados Unidos o los bombardeos que habían matado a cientos de personas en la ciudad india de Bombay opté por una nota de la sección de breves. El texto hablaba sobre los esfuerzos diplomáticos que comenzaba a emprender el recién establecido Gobierno Clinton tras el anuncio de Corea del Norte de abandonar el Tratado de No Proliferación Nuclear y también los quebraderos de cabeza que esto le estaba originado también a otro Gobierno recién salido de las urnas, el de Kim Jong-sam en Seúl. El que esta nota se encontrara en la sección de breves resulta de lo más representativo con respecto a la lejanía con la que España, y por ende su periodismo, han mirado siempre a la península de Corea y a esta región del mundo. Para mí, sin embargo, esa distancia no fue sino otro aliciente para querer descubrir más y más de un país que me resultaba atractivo y misterioso a partes iguales. Supongo que con los años avivó aún más mi interés el que España y la República de Corea compartieran muchos rasgos comunes en su historia reciente, empezando porque ambos países fueran víctimas el siglo pasado de guerras fratricidas que los devastaron y desangraron. Yo, al igual que muchos coreanos de mi generación, fui descubriendo de manera episódica y de boca de mis mayores, aquel sombrío episodio al que los adultos se referían como la “guerra”. Digo sombrío porque, aunque aún quedarán vestigios -los últimos coletazos de las dictaduras militares- de aquellos conflictos en el mundo en el que crecimos, a los surcoreanos y españoles que fuimos niños en los ochenta el concepto de “guerra” se nos antojó como una noción casi fantasiosa. Y no es de extrañar dado el vertiginoso avance económi-
co y democrático en el que se encontraban inmersas nuestras respectivas sociedades en ese momento, otro fenómeno que los dos países han vivido de forma casi paralela. No parece simple casualidad que Seúl y Barcelona acogieran de manera consecutiva los Juegos Olímpicos, eventos que cambiaron de manera rotunda la manera en la que el mundo nos ve y también nuestra forma de ver el mundo, un mundo que por entonces se encontraba en una encrucijada que pronto daría paso al fin de la Guerra Fría. En todo caso, yo seguí topándome con muestras de ese tratamiento lejano -como si se tratase casi de un planeta en los confines del Sistema Solarque recibían Corea y el Asia nororiental en la prensa española ya incluso iniciada mi carrera como periodista. Recuerdo encontrarme una mañana en la redacción del diario donde trabajaba entonces y leer gustosamente un reportaje que recogía el “New York Times” sobre el polígono industrial intercoreano de Kaesong, hoy tristemente clausurado por los roces entre Sur y Norte. “¡Mira que historión!”, le comenté a uno de mis mentores cuando pasaba por ahí. Tras leer el titular, se apresuró a devolverme el periódico y a espetarme sin más: “Eso está muy lejos”. Han pasado exactamente diez años de aquello y ahora soy yo el que está aquí, “muy lejos”, aunque algunos días aún no me lo crea del todo. Encaro ahora el enorme privilegio y responsabilidad de representar al único medio de habla castellana con presencia en la República de Corea y de contribuir con mi granito de arena a agrandar el puente entre España y Latinoamérica y el que ahora (¡por fin!) es mi país de residencia. Se trata, ante todo, de liquidar de una vez por todas aquello de “eso está muy lejos”. Mi trabajo, como ya sucedió con el de mis predecesores, contribuirá a condicionar la visión que las generaciones futuras tengan cuando visiten, trabajen con o residan en Corea, una tarea que exige seriedad, compromiso e integridad. Aspiro pues, a seguir esforzándome para hacer el mejor trabajo posible y a poder conocer mejor este país que tanto me sigue obsesionando. A eso, y a descubrir de una vez por todas como se llama ese plato de anguila picante. Cultura y arte de Corea 63
INGREDIENTES ESENCIALES
¿Qué habría pasado con el
kimchi
si no hubiera existido la col china? La col china, autóctona, como bien dice su nombre, de China, es el ingrediente principal del kimchi, así como un alimento indispensable en la dieta coreana desde que empezó a cultivarse en el siglo XVII hasta la actualidad. Perteneciente a la familia de Brassicacease , si bien es subvalorada nutricionalmente respecto a otros tipos de hortalizas, la col china es en realidad una verdura con muchos más beneficios de lo que se cree. Park Tae-kyun Profesor investigador del Departamento de Biociencia y Tecnología de los Alimentos de la Universidad Korea 64 Koreana Otoño 2017
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n un texto de secundaria aparece el poema [El sentir de la col china] de Ra Hee-duk. Sus entrañables versos dicen así: “Lo que no olvidé decir al pasar por el campo en verano / Seré feliz gracias a vosotros / Duerme bien, seré feliz / A fines de otoño atando las coles me doy cuenta / Crecieron bien y están rellenas”. Así, la col china es para los coreanos una verdura familiar y un alimento importante, tanto que existen escritores que la personifican con imaginación poética. Una hortaliza de hojas de la familia Brassicacease La col china es junto con el nabo y el ají, una de las tres verduras más consumidas en Corea. Incluso existe una variedad llamada “col coreana(Korean cabbage)”, aunque es autóctona de China. Por su forma, es decir por cómo son sus hojas, la col china se divide en tres tipos: col de cabeza dura (gyeolgu ) que presenta una consistencia compacta, col de cabeza semi-dura (bangyeolgu ) cuyas hojas están apretadas, solo en la parte inferior, y col de cabeza blanda (bulgyeolgu ) de hojas sueltas y forma poco compacta. De estos tres tipos de coles, mayormente se cultivan las dos primeras: la col de cabeza dura y la de cabeza semi-dura, primero, porque maduran rápido y es posible producirlas en grandes cantidades, y segundo, por lo fáciles que son tanto de almacenar, como de tratar. Otra división que se hace de la col china cultivada en Corea, aunque no es muy conocida entre los consumidores comunes, es la que agrupa esta verdura en “col de Seúl” y “col de Gaeseong”. La diferencia más notoria entre ambas es que la primera tiene hojas relativamente pequeñas y de color más claro, mientras que la última tiene hojas largas y de color más fuerte. La col china es una hortaliza de hojas y pertenece a la familia Brassicacease , en la que se incluyen también el nabo, el repollo, el brócoli, la coliflor y la col rizada. De estas verduras, las de uso frecuente en la cocina occidental -como el repollo y el brócoli- son ampliamente reconocidas por su alto valor nutritivo. Sin embargo, al no haber suficientes estudios sobre sus efectos, la col china y el nabo no son todavía suficientemente apreciados respecto a otras verduras de la familia Brassicacease . Sabrosa y nutritiva La col china es un alimento bajo en calorías y mucho más saludable de lo que se cree comúnmente. Cruda, posee 12 calorías por 100 gramos, o sea la mitad
del repollo o la col lombarda; e incluso cocida al vapor o salada solo llega a 14 calorías. Su contenido de sodio es de 11 miligramos, inferior a los 18 miligramos del repollo; mientras que su contenido de vitamina A, que mejora la resistencia del organismo, es de 263 IU, superior a los 98 IU del repollo. Es también rica en fibras, indispensables para prevenir el estreñimiento y la obesidad. Sus hojas son tiernas, y al calentarse reducen significativamente en volumen. Asimismo, la col china no produce gases en los intestinos. En todo caso, lo que más destaca al hablar de los beneficios de la col china es su efecto anticancerígeno. Cabe mencionar al respecto la investigación realizada por un equipo de la facultad de medicina de la Universidad de Harvard entre 1986 y 1996, periodo en el que se hizo un seguimiento de 47.000 profesionales médicos y su dieta, llegando a la conclusión de que las personas eran menos propensas a padecer cáncer de vejiga cuanto más consumían col china y brócoli. Aparte de éste, existen otros estudios relacionados con los efectos anticancerígenos de la col china, como el llevado a cabo por el Instituto de Investigación Alimentaria de Corea con ratones de laboratorio con cáncer de hígado, a los que dieron de comer varios tipos de verduras. Observaron entonces que en los ratones alimentados con coles chinas y nabos, el tumor de cáncer de hígado había disminuído a la mitad respecto al de los ratones criados con pienso. En Corea existe el dicho “Coles chinas de otoño se comen a puerta cerrada”, que implica lo sabrosa que es la col china cosechada en las postrimerías del otoño, justo antes de la llegada del invierno, que además es fácil de digerir por presentar un contenido de agua del 95,6%. Principal alimento invernal de los antiguos coreanos Las personas jóvenes de ahora que compran kimchi, en vez de preparalo en casa como solían hacer las amas de casa en el pasado, seguramente no sabrán cuáles son las características de una buena col china. Una col china de calidad es aquélla que tiene un cogollo apretado, así como una consistencia compacta en general. Sus hojas deben ser finas y suaves. Si las hojas externas presentan puntos negros, lo más probable es que las internas también los tengan. En el pasado, cuando la col china no se cultivaba todo el año como en la actualidad. La temporada de cosecha de esta verdura se concentraba en otoño, de Cultura y arte de Corea 65
forma sincronizada con la época de kimjang o preparación de kimchi para invierno. Es que la col china más sabrosa es la que se recoge con la escarcha de finales de otoño, pues pasada esta temporada y con la caída de la temperatura, las hojas se vuelven duras y menos jugosas. Los coreanos comen la col china en sopas, en ensalada e incluso frita con una fina capa de harina, siendo esta última forma de cocción típica de la región de Gyeongsang. Sin embargo, el principal uso que se hace de la col china es, sin lugar a dudas, para preparar kimchi, considerado desde tiempos antiguos una conserva. Una importante y casi única fuente de nutrientes esenciales, como la vitamina C, durante el invierno en que era difícil comer verduras frescas, así como un importante alimento para los más humildes que no podían tener acceso a otras comidas. Dada la especial importancia del kimchi en la dieta coreana, nació la tradición del kimjang , que consiste en preparar kimchi en grandes cantidades para el invierno. Antes, las mujeres de un vecindario ayudaban en
el kimjang de otras familias y recibían ayuda del resto para preparar el kimchi para su hogar, en vista de que solas no podían hacer kimchi en tan abundantes cantidades. Asimismo era una tarea crucial el elegir las mejores coles chinas, pues de eso dependía el sabor del kimchi. No obstante, las recetas para hacer kimchi, sobre todo para la mezcla de condimentos, difieren en cada familia y región; de ahí que puede haber miles de distintos gustos de kimchi. El plato, además es muy nutritivo gracias al lento proceso de fermentación que atraviesa, tras ser preparado con camarones en salmuera u ostras o pescados frescos. El cultivo de la col china en la península coreana comenzó en el siglo XVII y se sabe que el kimchi empezó a prepararse a partir del siglo XVIII. Pero, la aparición del kimchi picante y de color rojo, como el que se conoce más ampliamente hoy en día, se dio apenas después del siglo XVIII, porque el ají llegó a Corea más tarde que la col china. Se cree que previamente, el kimchi debía prepararse usando solo agua con sal. El siglo XVIII, cuando apareció el kimchi que se
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Al aumentar el consumo de arroz, como alimento principal de los coreanos, el kimchi de col china, su perfecto acompañante, se convirtió en la “estrella” de la mesa; y esta fantástica combinación sigue vigente.
come en la actualidad, fue una época de bonanza económica para la Dinastía Joseon. Entonces, al aumentar el consumo de arroz como alimento principal de los coreanos, el kimchi de col china, su perfecto acompañante, se convirtió en la “estrella” de la mesa; y esta fantástica combinación sigue vigente. De acuerdo a la tesis publicada en 2016 en la revista Journal of Nutrition and Health por un equipo de investigación de Departamento de Alimentación y Nutrición de la Universidad Dankook, entre los platos que los coreanos comen más de tres veces al día, se incluían como los dos más consumidos el arroz y el kimchi. Sin embargo, con la progresiva occidentalización de la dieta coreana, el consumo de arroz está en descenso, mientras que el de carne aumenta. Y al ser el kimchi de col china una guarnición cuya función más importante es realzar el sabor del arroz, se estima que el descenso del consumo de este grano acarreará también una disminución en la demanda de ese tipo de kimchi. El repollo, la verdura por excelencia en la dieta occidental En Occidente, el repollo es apreciado como la col china en Corea. Apodada “el doctor de los pobres”, esta verdura es considerada uno de los tres mejores alimentos para la longevidad, junto con las aceitunas y el yogur. Por supuesto, el sobrenombre surgió también por lo barata que sale esta variedad de col. Se dice que el filósofo griego Diógenes de Sinope comía mucho repollo. Hasta se cuenta que esta perso-
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1. Baechu puede utilizarse para la sopa o para el ssam, condimentos variados envueltos en una hoja de baechu levemente encurtida con sal. Bossam, lonchas de cerdo hervido y ostras frescas envueltas en hojas blandas baechu, es uno de los platos coreanos favoritos hoy en día. 2. El kimchi bien maduro es cortado para comer y bien presentado en un plato. Baechu kimchi es un acompañante indispensable del arroz, alimento básico de los coreanos.
nalidad, famosa por haber impartido sus enseñanzas a Alejandro Magno, pudo vivir hasta cumplir 90 años en una época en la que no existía una debida noción de la higiene, gracias a su predilección al repollo. Esta verdura, al igual que la col china, es baja en calorías y rica en calcio, potasio y vitamina C. Es perfecta para las personas que desean perder peso, pues tiene apenas 24 calorías por 100 gramos. Sin embargo, la razón por la que el repollo es tan altamente valorado, en particular por nutricionistas y médicos, es porque contiene vitamina U. Un equipo de investigación de la Universidad de Stanford dio a conocer al respecto en 1949, que el extracto de repollo tiene efectos curativos para la úlcera gástrica. Los científicos explicaron entonces que la úlcera puede ser curada tomando extracto de repollo durante apenas una semana, por la vitamina U que contiene. Más tarde, se descubrió que la vitamina U, en un sentido estricto, era una glutamina, que ayuda a regenerar las células del sistema digestivo. A día de hoy, el repollo es clasificado además, como un alimento anticancerígeno y efectivo para prevenir fracturas. Cultura y arte de Corea 67
ESTILO DE VIDA
Compartir casa une a los extraños
El concepto de compartir casa va en aumento por su creciente atractivo. Antes se ajustaba a la idea de compartir vivienda temporalmente entre universitarios o bien entre oficinistas que deseaban ahorrar gastos al tiempo de gozar del apoyo emocional de vivir con sus colegas. Compartir hogar también era contemplado como un tipo de bienestar alternativo para los ancianos, pues ofrece una opción para paliar los problemas de vivir en soledad. No obstante, compartir casa entre extraños con un contrato formal refleja el estilo de vida actual, cuyos efectos generan impacto en el mercado de la vivienda. Kim Dong-hwan Periodista, The Segye Times Jeon Jae-ho Fotógrafo
“86” Los inquilinos de una casa compartida en Dapsimni, Dongdaemun-gu, Seúl pasan tiempo en la sala de estar común. Esta casa, dirigida por Sharehouse WOOZOO, una agencia de vivienda compartida, está bien dividida en espacios privados y compartidos.
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im, oficinista de unos veinte años, vive en una casa compartida o “share house”, como se conoce más popularmente. Ha vivido en Seúl durante dos años y parece estar muy satisfecho con dicha fórmula. ¿Qué le parece? No podría pintarlo con colores más brillantes. “Me gusta porque hay alguien que me recibe casi como si fuera de mi familia cuando llego a casa. No tengo ni idea de cómo es en otras casas; pero aquí la gente se lleva bien entre ellos”, afirma. Y añade: “A veces salimos juntos para tomar algo o ver alguna película. Puedo disfrutar de la privacidad en mi propio espacio y encontrar estabilidad emocional en compañía de otros en nuestro salón o en la cocina. Un nuevo estilo de vivienda En base a las proyecciones sobre tipos de vivienda de Estadísticas de Corea 2015-2045, el número de hogares unipersonales en el país registró unos 5,3 millones en 2016, aproximadamente un 28 por ciento de todos los hogares. Dicha cifra representa un aumento de más de 1,5 veces respecto a 2006, cuando sólo había 3,38 millones de hogares unipersonales. En un informe titulado “Los efectos socioeconómicos de los cambios en la estructura de los hogares”, el Instituto de Investigación de Seguros de Corea predice que el porcentaje de hogares unipersonales alcanzará un enorme 36,3 por ciento en 2045. Así, los neologismos honsul (beber solo) o honbap (comer solo), inéditos en la gregaria cultura de Corea hasta los últimos años, se han convertido en tendencia por el enorme incremento de los hogares unipersonales. En consecuencia, una tendencia sobre la vivienda también ha surgido para adaptarse a ese creciente estilo de vida en solitario. Las casas compartidas han captado cada vez más atención durante los últimos años, junto con el aumento de popularidad de los pequeños apartamentos o estudios (officetels). La tendencia demográfica ha impulsado el fenómeno de compartir vivienda como opción para enfrentarse a los alquileres altos, y también superar la soledad y los inconvenientes de vivir solo. También reduce la carga económica porque comparten las facturas de los servicios públicos, mantenimiento y otros gastos básicos. Tras superar una entrevista de selección, pueden disfrutar de una vida de mejor calidad de vida a un coste muy
inferior del que tendrían que soportar solos. En una casa compartida cada persona dispone de una habitación privada. Pero todos usan la sala de estar y la cocina. En muchos casos, dos personas comparten habitación como compañeros de cuarto, colgando una cortina entre sus camas para dar apariencia de privacidad. A diferencia de las casas de huéspedes, donde los propietarios alquilan algunas habitaciones a los visitantes, los inquilinos de una casa compartida se encargan de la limpieza y el mantenimiento por su cuenta. Ventajas y desventajas Otro oficinista de unos 30 años, también de apellido Kim, vive en una casa compartida en Itaewon, Seúl y afirma: “Nunca me he sentido solo desde que vine a vivir aquí”. Él considera que es bueno para su salud mental estar siempre rodeado de gente. No en vano, en su casa compartida viven hasta ocho hombres. “Hemos congeniado tan bien que podemos abrir nuestros corazones con el resto”, recalca. “Cabría preguntarse si resulta aburrido vivir solo con hombres. Pero es mucho mejor de lo que esperaba. De hecho, no puedo imaginar qué vendrá luego. “Al compartir casa con otras personas que han llevado vidas muy distintas, puedo aprender muchas cosas nuevas a través de experiencias de primera mano”, explica. Al compartir vivienda en Sangdo-dong, en el Distrito de Dongjak de Seúl, los compañeros de piso, todos varones estudiantiles, coincidieron en que es bueno tener a alguien cerca a quien decir: “Te veo luego al salir” o “Estaré en casa cuando llegues”. Les da tranquilidad saber que hay alguien con quien podrán hablar al llegar a casa como si fuera de la familia. No obstante, algo bueno también puede tener sus desventajas. Es bueno rodearse de personas de ideas afines; pero puede resultar incómodo vivir con otros que tengan ideas o estilos de vida muy diferentes. Algunos no quieren que otras personas toquen sus pertenencias, mientras que los hay que alzan la voz por pequeñas cosas. Kang, una mujer de veintitantos años que vive en una casa compartida en Sinchon, Seúl, afirma que los conflictos innecesarios son el mayor inconveniente del sistema de vivienda compartida. Se siente mal cuando descubre que algo ha desaparecido de la nevera, o cuando tiene que limpiar la casa porque alguien más ha des-
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Los neologismos honsul (beber solo) o honbap (comer solo), inéditos en la gregaria cultura de Corea hasta los últimos años, se han convertido en tendencia por el enorme incremento de los hogares unipersonales. cuidado su deber, asegura. A veces la gente se ofende y se generan discusiones cuando alguien no cumple con sus responsabilidades, agrega. Para evitar esos problemas, algunas casas compartidas aceptan sólo personas con intereses similares. Los inquilinos de una casa compartida en Seongsu-dong, en Seúl, se reúnen una vez al mes para evitar conflictos innecesarios y aprender a convivir y entenderse mejor. Tras la reunión mensual, abren sus corazones entre aperitivos y bebidas. O a veces hasta ponen dinero y hacen una fiesta. Emergente tendencia de mercado Ante el aumento de casas compartidas, considerado como un nuevo negocio del sector, surgen nuevas empresas para aprovechar el mercado potencial de aquellas personas que desean compartir vivienda. El fenómeno de las viviendas compartidas comenzó a
1. Los inquilinos colocan sus horarios en el tablón de anuncios para minimizar inconvenientes. 2. Los inquilinos comen juntos. La vivienda compartida destaca como nuevo estilo de vivienda que permite a la gente ahorrar costes y relacionarse con otros inquilinos.
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tomar fuerza en la segunda mitad de 2012, como parte de la llamada “economía colaborativa”. Una de las compañías que surgió por aquel entonces, WOOZOO, gestiona actualmente un total de 52 casas compartidas en 13 zonas de Seúl. En base a los datos ofrecidos por dicha compañía, unas 7.000 personas han solicitado una plaza en las casas compartidas que gestiona WOOZOO; más de 300 han vivido en ellas, y aproximadamente un 75 por ciento de los inquilinos ha renovado su contrato. Un hombre de unos 30 años que trabaja en el sector servicios vivió en una casa compartida que regentaba su empresa durante más de dos años. Ahora, no duda al afirmar: “Quiero vivir aquí hasta que me echen”. Las preferencias de vivienda difieren de persona a persona. Conscientes de ese factor, las casas compartidas adoptan dos estilos, coreano y occidental, y los constructores ofrecen diseños de interior únicos. Eso permite que cada uno elija las viviendas a su propio gusto. Así, las casas compartidas de estilo coreano (hanok) son muy populares entre los residentes extranjeros. Estos días, muchos apartamentos nuevos toman ideas a partir del concepto de compartir casa para satisfacer los distintos gustos y necesidades, ya que las casas compartidas han surgido como nuevo tipo de propiedad rentable para alquilar. En términos de gestión, seguridad, instalaciones y servicios comunitarios, las casas compartidas ciertamente presentan más ventajas que las casas independientes. “La vivienda compartida se adapta a las demandas de esos potenciales inquilinos que buscan mejores condiciones de vida, mientras pagan el mismo precio que supondría el alquiler de un estudio, y los propietarios, que prefieren el wolse (renta mensual) al jeonse (depósitos a tanto alzado)”, explica un experto inmobiliario, quien estima que “la tendencia alcista de las casas compartidas continuará en el mercado inmobiliario”.
2 © Sharehouse WOOZOO
Alternativa al programa de bienestar Es erróneo considerar la vivienda compartida como un simple medio para obtener beneficios, sólo porque haya entrado en el mercado de la vivienda. Los gobiernos locales están haciendo un ávido uso de las casas compartidas como parte de sus programas de bienestar. Por ejemplo, el gobierno provincial de Gyeonggi, gestiona un programa piloto que ofrece 70 casas compartidas a estudiantes universitarios y jóvenes empleados de parques industriales, para ayudarles a aliviar la carga del coste de la vivienda. En tanto, la Corporación de Vivienda y Garantía Urbana de Corea, una corporación pública dependiente del Ministerio de Territorio, Infraestructura y Transporte, también gestiona unas casas compartidas llamadas “Hug Share Houses”, para estudiantes en busca de empleo. Su primer Hug Share House en el distrito de Seongdong de Seúl acaba de aceptar a un total de 20 inquilinos. Las tarifas de alquiler de casas compartidas administradas por gobiernos locales o corporaciones públicas están por debajo del valor de mercado. Por ejemplo, esas casas compartidas administradas por el gobierno
provincial de Gyeonggi, requieren sólo entre el 30 y el 50 por ciento del jeonse o depósito regular, y el programa Hug Share Houses alquila habitaciones al 60 por ciento del precio de mercado. Además, proporciona a los estudiantes arrendatarios asesoramiento para buscar empleo y apoyo financiero para ayudarles a mejorar sus credenciales. Pero también existe otro tipo de vivienda compartida, pensada no sólo para compartir casa, sino también para fomentar el intercambio entre generaciones. Un ejemplo es el programa ‘Distintas generaciones bajo un mismo techo’, que coordina el gobierno metropolitano de Seúl. Es un proyecto que aborda simultáneamente los problemas del envejecimiento de la población y el problema de la vivienda al que se enfrentan los jóvenes. Así, los ancianos propietarios alquilan habitaciones vacías a estudiantes de pregrado o de posgrado a precios reducidos; sin duda una buena noticia para los estudiantes, pues no han de pagar un depósito y pueden encontrar casa cerca de sus centros de estudio. En tanto, para los ancianos solitarios, implica poder tener a alguien cerca cada día.
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Jornadas de literatura coreana
Crítica
Amor corto, historia larga Este relato, con el intrigante título de “Mi en abril, sol en julio”, trata de la tía del narrador, cuyo nombre coreano es Cha Jeong-sin y su nombre inglés es Pamela Cha. Cada uno de estos nombres evoca una infinidad de sucesos de diferente tipo. Detrás de esos dos nombres se hallan interconectados tiempos de felicidad y tristeza, heridas y consuelos. Choi Jae-bong periodista, The Hankyoreh
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© Lee Cheon-hui
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im Yeon-su es un escritor intelectual. Los escritores son personas que se ganan la vida con sus obras, siendo poco habitual encontrarse con alguien que no lo fuera, por lo que podría ser redundante recalcarlo. Aun así, nos gustaría que entendieran que aquí, con lo de “intelectual”, nos referimos a los rastros de abundante lectura y profunda reflexión que se atestiguan a lo largo de la narración. La primera obra de Kim Yeon-su con la que obtuvo reconocimiento fue la novela Caminar señalando la máscara publicada en 1994. Esta obra, que recibió el premio que otorga la revista literaria Jakga Segye (“El mundo de los autores”), alude estrictamente al posmodernismo que tuvo profunda influencia en la cultura y la sociedad coreanas de las décadas de los ochenta y noventa. Aunque la novela era un tanto experimental y retadora, se dejaban percibir las ligerezas lúdicas de un joven veinteañero. Después de obtener ese reconocimiento, Kim Yeon-su se distanció por sí mismo de la agresiva experimentación de sus primeras obras, desarrollando su propia forma y estilo personal, pero sin abandonar por completo su punto de vista posmodernista del mundo. Se concentró en ciertos problemas, interrogándose sobre las fronteras entre la verdad y la falsedad, el mundo real y la ficción, la realidad y el texto, y centrándose en
la experimentación para poner en tela de juicio el rubro en sí de la novela. Soy un escritor fantasma , una colección de novelas cuyo título es ya sugestivo, así como la novela Adiós Yi Sang , tratan de obras inexistentes de Yi Sang, un escritor modernista de la década de 1930, donde realiza distinciones entre lo real y lo falso, y trata la relación recíproca entre la narrativa y la vida. Otra característica de Kim Yeon-su es su sensibilidad cosmopolita. Por el hecho de ser un autor concentrado en su trabajo, goza viajando al extranjero, tiene profundos conocimientos sobre música pop y ha traducido novelas extranjeras como, por ejemplo, obras del autor Raymond Carver. Al igual que Haruki Murakami, quien tradujo también varias obras de Carver, disfruta participando de vez en cuando en maratones y estas similitudes en sus gustos culturales y en su estilo de vida, más que imitación, son afirmaciones del punto de vista sobre el sentido común que el autor imbuye en sus obras. En “Mi en abril, sol en julio” aparecen topónimos y personajes extranjeros. De hecho, desde el año 2000 viene siendo usual que aparezcan personajes y lugares extranjeros en la narrativa coreana. Por lo que podría estar de más señalar la inclinación cosmopolita de Kim Yeon-su. De todos modos, en el relato la tía materna del narrador, que originalmente se llama Cha Jeong-sin, se traslada a los Estados Unidos, adoptando el nombre de Pamela y se casa con un estadounidense llamado Paul, pero además cuenta que la pareja vive en Sebastian, una aldea portuaria al sur de Florida. El narrador llega a Nueva York para visitar a su pareja y, de paso, dirigirse a Sebastian para encontrarse con su tía. Él admite que “es verdad que la infinidad de cosas que nos contó mi tía Pam la noche de ese día y del siguiente influyó en gran medida en nuestro matrimonio”. Por tanto, la protagonista del relato es la tía Pamela y el narrador es un mensajero que, influenciado por lo que cuenta su tía, lo transmite a su vez a los lectores. “Si a la hora de la muerte, la última cara que está a tu lado no es la cara de la persona que has amado toda tu vida, sin importar la vida que esa persona haya llevado, no podemos más que decir que es algo desafortunado. Por tanto, cásate sea como sea y, luego, ten un hijo. Es todo lo que intento decir”. Es este el núcleo de su relato y cobra fuerza porque es producto de su amarga experiencia. La obra transcurre con sus experiencias como telón de fondo por las que la tía, ya envejecida, llega a dar una conclusión sobre la vida. Su tía, que había sido una actriz muy hermosa en su juventud, se enredó en amoríos con un hombre casado, director de una película en la que ella había actuado. El lugar donde se establecieron fue Seogwipo, en la isla de Jeju. Vivieron juntos en una casa de tejado de hojalata galvanizada desde donde se veía el mar y su relación se terminó a los tres meses, cuando la
mujer del director llegó con su crío. La tía describía la lluvia que caía sobre el tejado de hojalata como “en abril, cuando empezamos a vivir juntos, era como un mi, fue ascendiendo gradualmente y en julio ya era un sol“. Y recuerda que “durante esos tres meses, todas las noches estuve acostada entre los brazos del director escuchando caer la lluvia”. Después de hacer volver al hombre que amaba con su esposa y abortar el bebé que llevaba en su vientre por la presión de su familia, Cha Jeong-sin se traslada sola a los Estados Unidos y empieza una nueva vida como Pamela Cha. Allí conoce a Paul, se enamora y se casa, pero su amor por él no es lo suficientemente fuerte como para desplazar al director cinematográfico. Los lectores no pueden explicarse si es por la diferencia entre el primer y el segundo amor, o por la diferencia entre un amor frustrado y uno consumado o por no corresponder a ninguno de los dos casos. Es así porque lo que se halla en la profundidad interior de otra persona es un abismo imposible de observar con precisión. Sin embargo, para la tía que no podía olvidarse de Seogwipo, puesto que fue el escenario de su primer amor que vivió como una luna de miel, le partió el alma que Paul, que estaba convaleciente de cáncer, le confesara que quería visitar Seogwipo antes de su muerte. La razón de que Paul quisiera ir a Seogwipo en el extremo sur de Corea, al otro lado del mundo, era porque él pensaba que “tenía que cerciorarse de cuáles eran las impresiones generales de la ciudad para así renacer en ese lugar“. Estas ideas se debían a una errónea concepción de las nociones orientales de la reencarnación, lo que significa que de cualquier manera deseaba reencontrarse con la tía incluso después de su muerte. Después de la muerte de Paul, la tía da por concluida su vida en los Estados Unidos y regresa para siempre a Seogwipo. Pero la verdadera razón de su retorno a Seogwipo parece ser que es para revivir los recuerdos de aquellos momentos que compartió con el director Jeong. Un día, recibe la visita del director Jeong Ji-un, hijo del director Jeong Gil-seong. Para la tía, el sueño de toda su vida había sido poder ver la cara de la persona amada en el momento de morir. Se podría decir que ella ya era infeliz porque se había despedido pronto para siempre de la persona amada en la juventud y su sueño no podía hacerse realidad de ningún modo. Sin embargo, para ella es un consuelo la convicción de “haber amado a una persona que merecía ser amada”, la cual reafirma a través de su hijo porque este tiene la misma apariencia que su padre. De esta manera, su amor concluye y las personas amadas han muerto y ya no están presentes, pero la historia continúa sin terminarse. Perviven por toda la eternidad. Cultura y arte de Corea 73
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