Guia de Dublín

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DUBLÍN: El Sabor de lo autentico

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Dublín:

El sabor de lo autentico La capital irlandesa vive un momento dulce gracias al despegue económico de los últimos años y a su animación callejera, que alcanza su cenit en el barrio de Temple Bar y en las calles Grafton y O’Connell. Dublín también se conoce por sus grandes escritores, con James Joyce, Oscar Wilde y Samuel Beckett a la cabeza. Y por su música, de la que son embajadores grupos como The Chieftains, The Cranberries, The Corrs y, como no, U2. Esta vibrante ciudad tiene un aire a París a lo largo del río Liffey, aunque sin llegar a la grandeur

de la capital francesa. A falta de afamados monumentos, está repleta de pubs y de craic, esa inigualable diversión irlandesa que seduce cada fin de semana a miles de jóvenes europeos. Sus calles comerciales, sus festivales y sus parques no dejarán indiferente a nadie. Los amantes del golf, el rugby y la hípica también tienen una cita ineludible con Dublín, lugar de puentes y de puertas –azules, verdes, naranjas– que contrastan con el rojizo del ladrillo. Y cuna de la mítica cerveza Guinness, con su sabor malteado y su cremosa espuma. ¡Saboréala!

Un cúmulo de desgracias Los tiempos oscuros de Dublín empezaron en el siglo XIV con un intento de invasión escocesa y la posterior devastación provocada por la Peste Negra. Se empezó a ver la luz en 1592, cuando la reina Isabel I fundó el Trinity Collage, inspirado en las universidades de Oxford y Cambridge. El objetivo de esta institución era proporcionar a los jóvenes protestantes una alternativa a las universidades europeas, donde podían verse influidos por el catolicismo. En 1649, después de las Guerras Civiles Inglesas, la ciudad cayó en manos

del militar y político Oliver Cromwell. Once años después Irlanda volvió a estar al lado de los perdedores en la batalla de Boyne, en la que Guillermo de Orange derrotó a Jacobo II, que huyó a Francia. Los nativos irlandeses sufrieron durante más de un siglo las duras leyes penales aplicadas sobre ellos. El período de dominio protestante condujo a la ciudad a un próspero siglo XVIII, en el que se convirtió en la segunda metrópoli del Imperio Británico, después de Londres. Las familias acaudaladas abandonaron el recinto medieval y

La Gran Hambruna

Una espiral de violencia

Las décadas de prosperidad dieron paso a cien años tumultuosos que empezaron con las rebeliones irlandesas de 1798 y 1803, que engrosaron la lista de los mártires de la causa nacional con nombres como Theobald Wolfe Tone –considerado el fundador del nacionalismo irlandés– y Robert Emmet. Pero las luchas políticas quedaron en un segundo pleno a mediados del XIX, cuando miles de irlandeses emigraron del campo a la ciudad debido a la escasez de patatas –el alimento básico –, lo que derivó en lo que se conoce como la Gran Hambruna. Más de un millón de personas murieron de inanición o buscaron un porvenir lejos de su tierra. Las plazas y calles de Dublín se llenaron de refugiados y el declive de la capital se aceleró. Poco después, el clamor de la autonomía irlandesa empezó a acrecentarse. Charles Stewart Parnell fue elegido representante en Westminster en 1875 y luchó sin descanso por la restitución de las instituciones irlandesas. Apodado El rey de Irlanda en su momento culminante, sufrió un revés al ser aireada su relación sentimental con una mujer casada, lo que le valió el veto de muchos católicos.

El resentimiento contra las imposiciones británicas empezó a mostrar su lado más violento y en 1882 el secretario jefe de Irlanda, Lord Frederick Cavendish, fue asesinado por un grupo conocido como Los Invencibles, una facción extremista de la Hermandad Republicana Irlandesa. La fundación del movimiento político republicano Sinn Fein en 1906 evidenció aún más la creciente oleada contra los británicos. El Lunes de Pascua de 1916, Patrick Pearse y otros detractores del gobierno inglés proclamaron la independencia de Irlanda en la oficina central de correos de O’Connell Street. Tras la rebelión que estalló a continuación, quince de los sublevados fueron ejecutados, entre ellos el líder de la revuelta. En las elecciones generales de 1918, los candidatos republicanos del Sinn Fein lograron casi tres cuartos de los escaños del Parlamento de Irlanda. Los atentados terroristas reivindicados por el Irish Republican Army (IRA), el brazo armado del Sinn Fein, se sucedieron sin

se trasladaron al norte, donde se planificó un nuevo barrio repleto de majestuosas plazas y mansiones georgianas. Esta opulencia contrastaba con el Dublín pobre, formado básicamente por masas de católicos. Muchos monumentos importantes se levantaron durante la era georgiana y artistas de toda Europa recalaron en la urbe para presentar sus creaciones. Uno de los principales acontecimientos de la época fue el estreno del oratorio de Hendel El Mesías en 1741.

Una guía práctica Dublín es una ciudad manejable, tanto por su extensión como por su población, que ronda el medio millón de habitantes (poco más de un millón si se tiene en cuenta el conjunto de su área metropolitana). Esta guía se centra en los lugares de interés más destacados y no pretende ser una enciclopedia de la capital irlandesa. En ella seleccionamos lo prioritario para que tú disfrutes de una inolvidable escapada de fin de semana o, como máximo, de cuatro o cinco días. De ahí que en las siguientes páginas nos detengamos sólo en ciertos barrios, monumentos y museos, descartando las visitas que requieren de un largo desplazamiento, y facilitemos consejos útiles para hacer más agradable cualquier recorrido urbano.

Apuntes históricos La principal ciudad de Irlanda celebró su milenio en 1988, pero todo indica que antes del año 988 ya se habían establecido varias comunidades a orillas del río Liffey. Los pobladores celtas también se asentaron en estas tierras, aunque no fue hasta el siglo IX, con la llegada de los vikingos, cuando se instaló el primer núcleo permanente. Las invasiones desde el norte eran una constante en aquella época, lo que permitió que los daneses estrecharan sus lazos comerciales con los irlandeses. Este entendimiento se repitió con los normandos, que habían consolidado su control de Inglaterra a mediados del siglo XI. En el año 1170 Diarmait Mac Murchada toma 1

el control del enclave y se entroniza como rey de Leinster, la región oriental de Irlanda. A menudo se le considera el traidor número uno de la historia del país, ya que pidió ayuda al monarca Enrique II de Inglaterra para recuperar el trono, lo que marcó el inicio de ocho siglos de dominación inglesa. Dublín se convirtió en el centro del nuevo poder, que instauró un sistema feudal. Sin embargo, hasta la llegada de Isabel I [1558-1603], el dominio inglés se limitaba a la angosta franja costera del este. Las incursiones de los temibles guerreros irlandeses, acampados en los montes Wicklow, suponían una constante amenaza para el poder establecido.

remedio y la tensión fue en aumento. Londres respondió a la espiral de violencia con la puesta en escena del escuadrón conocido como The Black and Tans, que fue como intentar apagar un incendio con gasolina. El 11 de noviembre de 1920, el primer domingo sangriento irlandés, marcó una escalada de la violencia armada. El líder revolucionario Michael Collins organizó el asesinato de catorce oficiales de la inteligencia británica. Esa misma tarde, como venganza, una tanqueta ametralló a los espectadores de un partido de fútbol. El baño de sangre continuó hasta mediados de 1921. La firma de una tregua y el posterior tratado anglo-irlandés desembocaron en la creación del Estado Libre de Irlanda. Los seis condados del Ulster, que conformaban Irlanda del Norte, se retractaron y mantuvieron una herida que aún hoy parece que empieza a cicatrizar. No obstante, todavía se necesitaron más muertes, entre ellas la de Michael Collins en 1922, para que la situación se calmase realmente.

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Gastronomía

El salto definitivo En 1932, el antiguo líder del Sinn Fein, Eamon de Valera ganó las elecciones y ocupó varios cargos públicos de responsabilidad, incluido el de presidente, hasta 1973. El país se incorporó ese mismo año a la Comunidad Económica Europea. A pesar de la prosperidad inicial que reportó este ingreso, Irlanda vivió la década

de los ochenta entre dificultades económicas. El panorama cambió radicalmente en los años noventa, coincidiendo con el mandato de Mary Robinson, la primera mujer elegida presidenta. Dublín fue escogida Ciudad Europea de la Cultura en 1991 y los tipos de interés empezaron a descender, estimulando la apertura de

nuevos negocios. La inversión extranjera aumentó de forma espectacular y los beneficios no se hicieron esperar. Irlanda empezó a conocerse como el Celtic Tiger (El tigre celta) y su capital mejoró en todos los sentidos. En la actualidad, como ocurre en casi toda Europa, esa bonanza se ha transformado en crisis, sobre todo por culpa de la inflación.

Salmón ahumado y mucho más La gastronomía en Dublín ha cambiado bastante con la proliferación de restaurantes denominados de alta cocina. La oferta de platos internacionales y exóticos es muy amplia: italianos, tailandeses, japoneses, chinos, españoles… Los precios en los restaurantes son muy variados y casi siempre existe la posibilidad de escoger un menú del día. La cocina irlandesa cuenta con excelentes productos, como el salmón y las ostras. La patata sigue

siendo la base de la alimentación en el país y está presente incluso en el desayuno, que suele ser copioso e incluir huevos fritos, salchichas, panceta y tostadas. El pescado y el marisco abundan. No en vano, una de las especialidades más características es el salmón ahumado y el rodaballo. Las ostras, los mejillones, las langostas y las vieiras son los reyes del marisco. En cuanto a las carnes, el cerdo y las omnipresentes patatas dan consistencia al típico cocido dublinés, que se degusta sobre todo los sábados. El estofado,

plato tradicional de pastores, se prepara con cordero. Las comidas se suelen acompañar con pan integral. Los quesos irlandeses también tienen renombre. Cashel Blue, Doolin y Durrus son sólo algunos de los muchos que merece la pena probar. Un buen café irlandés, con nata líquida, azúcar y whisky, siempre ayuda a digerir. La bebida nacional es la pinta. La cerveza Guinness, famosa por su sabor malteado y su suave y cremosa espuma, se elabora en la ciudad desde 1759.

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Transporte Consejos útiles

Como en Gran Bretaña, Islandia y Portugal, el uso horario es el Greenwich Mean Time (GMT), es decir, una hora menos que en el resto de Europa Occidental. El clima es húmedo y suave durante todo el año, ya que recibe la influencia del Atlántico. Es casi inaudito que hiele en la ciudad, mientras que en verano puede haber cortos períodos de altas temperaturas. El mercurio alcanza de media los 5°C en enero y los 17°C en julio. La lluvia se reparte durante casi todo el año, aunque las precipitaciones son algo más abundantes entre agosto y enero. La mejor época para visitar Dublín es entre abril y octubre, cuando el tiempo es agradable, o en julio y agosto, que son los meses con más animación. Sin embargo, éste es un destino muy popular durante todo el año, con multitud de festivales y diversos eventos culturales, religiosos y deportivos, así que no está de más preparar el viaje con antelación.

el extrarradio. La línea verde conecta Sandyford con Stephen’s Green, mientras que la roja enlaza Tallaght con Connolly Station. El DART es una línea de ferrocarril con 28 estaciones que recorre la bahía de Dublín de norte a sur, desde Howth a Greystones, y atraviesa el centro de la ciudad en Tara Street y Connolly Station. Funciona de lunes a sábado (6.30-24.00) y los domingos (9.30-23.00). El taxi es la opción más adecuada para desplazarse de noche, a pesar de que hay autobuses nocturnos entre las 00.30 y las 4.30 horas. Durante las horas punta y especialmente los viernes y sábados por la noche hay que esperar más tiempo de lo normal por un taxi. Suele dejarse una propina del 1015%. Existen varias modalidades de bonos que permiten ahorrar dinero en transporte público en el caso de estancias largas. El tráfico denso, la escasez de aparcamiento y las elevadas tarifas desaconsejan alquilar un vehículo para visitar la capital irlandesa.

El centro urbano es compacto y fácil de recorrer a pie. El sistema de transporte público se basa en el tren, el autobús y el tranvía, reintroducido en 2004 y con dos nuevas líneas en construcción. La compañía Dublin Bus (www.dublinbus.ie) facilita la comunicación en el área metropolitana entre las 6.00 y las 23.30 horas, y ofrece servicios turísticos en autobús. Las tarifas varían dependiendo del número de paradas. Los conductores prefieren recibir el dinero exacto. El LUAS (www. luas.ie) consiste en una red de tranvías que opera tanto en el centro como en

Dublín es tan segura como cualquier otra ciudad europea. Como siempre, conviene evitar las zonas solitarias de noche, sobre todo en áreas periféricas del norte. En el sur, alrededor de Dolphin’s Barn y más allá de Portobello, se cometen de vez en cuando delitos relacionados con el tráfico de drogas. También hay que estar atento a los carteristas, que suelen aprovechar los descuidos en los lugares más concurridos, como los pubs. Lo mejor es dejar los objetos de valor en casa o mantenerlos fuera del alcance de los ladrones.

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Los bancos abren de lunes a viernes de 9.00 a 16.00 horas, excepto los jueves, que atienden a la clientela hasta las 17.00 horas. Dublín tiene una amplia red de cajeros automáticos, la mayoría de los cuales acepta tarjetas internacionales. El horario comercial es generalmente de lunes a sábado de 9.00 a 18.00 horas, aunque los jueves suelen cerrar dos horas más tarde. La mayoría de las tiendas también abren los domingos de 12.00 a 18.00 horas. Las propinas no son obligatorias, aunque en los restaurantes y cafeterías se suele dejar entre un 10 y un 15% del total por el servicio.

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Eventos culturales Día de Año Nuevo El 1 de enero, el primer día del año. Torneo de las Seis Naciones Los partidos de Irlanda tienen lugar entre febrero y abril en el Landsdowne Road Stadium, el recinto deportivo más antiguo de la competición. Festival Internacional de Cine de Dublín Se celebra en febrero en varios cines, como el Savoy, el IFC y el Screen. St Patrick's Day Parade Durante la festividad del patrón de Irlanda, que se celebra el 17 de marzo, se programan procesiones, fuegos artificiales e infinidad de actos culturales. Colours Boat Race El primer fin de semana de abril compiten en una antiquísima carrera de remo por el Liffey el Trinity College y el University College.

Bloomsday Festival Cada 16 de junio se recuerda a James Joyce y los amantes de este escritor recrean su novela Ulises, ambientada en Dublín. AIB Music Festival Este evento dedicado a la música de cámara se desarrolla durante las dos primeras semanas de junio en varias casas georgianas. Dublin International Organ and Choral Festival También en junio tiene lugar este festival, cuyos recitales se reparten entre la Christ Church Cathedral, el Ayuntamiento (City Hall) y el National Concert Hall, entre otros emplazamientos. Temple Bar Blue Fleadh Este festival de blues en directo se celebra durante la tercera semana de julio en diferentes escenarios de Temple Bar.

Royal Dublin Horse Show También conocido como Kerrygold Horse Show, es uno de los acontecimientos hípicos más importantes del mundo. En sus cinco días de duración, a principios de agosto, se programan once competiciones que atraen a más de 20.000 espectadores. All-Ireland Football Final El cuarto domingo de septiembre en el Croke Park se celebra esta final de fútbol gaélico, que es similar al australiano. Festival de Jazz de Dublín Acontece a mediados de septiembre en varios locales. Festival de Teatro de Dublín Tiene lugar entre septiembre y octubre en diferentes escenarios. Dublin City Marathon A finales de octubre se dan cita los deportistas más osados para intentar completar los 42 kilómetros y 192 metros de esta

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Lugares de Interes

Temple Bar Esta zona del centro concentra la vida nocturna y la escena cultural de la capital irlandesa gracias a su infinidad de bares, restaurantes, pubs, teatros, galerías de arte y tiendas curiosas. El conjunto de calles adoquinadas comprendido entre el río Liffey, Dame Street, el puente O’Connell y la catedral de Christ Church garantiza la diversión del visitante a todas horas. Este barrio recibe el nombre del promotor inmobiliario sir William Temple, quien adquirió estos terrenos para su desarrollo hacia el año 1600. El aire bohemio de los años sesenta del siglo pasado quedó definitivamente atrás después de la profunda regeneración impulsada por el Gobierno en la década de 1990, la del despegue económico de Irlanda. En sus calles y plazas se celebran acontecimientos de todo tipo, en especial en verano y otoño. En sus límites se encuentran el Ayuntamiento, que ocupa un edificio de estilo neoclásico; el Millennium Bridge, uno de los dos puentes peatonales que salvan el Liffey; y la Gallery of Photography, que programa exposiciones durante todo el año. Vale la pena detenerse unos momentos en la Meeting House Square, que se considera el corazón del barrio. Aquí suelen organizarse conciertos, proyecciones cinematográficas y un mercado de abastos, lo que ayuda a subir la temperatura incluso en las frescas noches de verano. Los que prefieran dedicar su tiempo a las compras no deben renunciar a un paseo por la Cow’s Lane, un elegante eje peatonal abarrotado de boutiques y cafeterías.

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Barrio Vikingo Al oeste de Temple Bar, entre St. Augustine y Parliament Street, en torno a la catedral de Christ Church, se localiza este barrio, el casco histórico de la capital irlandesa, que en la actualidad no se corresponde con el centro neurálgico. Está salpicado de algunos de los edificios más emblemáticos, que proceden de la época anglonormanda, como el castillo de Dublín, cuya historia se remonta al año 1204. Desde Cook Street se puede apreciar la muralla normanda. Siguiendo por las calles Nicholas y Patrick se llega a la otra gran catedral de los irlandeses: la adorada St. Patrick’s Cathedral. Liberties Se extiende al oeste de la catedral de St. Patrick y acoge atractivos como el Guiness Storehouse y su fábrica de cerveza, el Museo Irlandés de Arte Moderno y Kilmainham Gaol, una prisión adaptada a museo que relata la lucha irlandesa por la independencia. Se trata de un barrio obrero que contrasta con el ambiente más turístico del centro de la capital irlandesa. Su topónimo se debe a la época en la que sus habitantes estaban exentos del pago de los impuestos municipales. Barrio Georgiano Sur En el sur de Temple Bar, en los alrededores del Trinity College, se suceden las impresionantes mansiones georgianas, con sus puertas de los colores más variados, así como las frondosas avenidas. La monumentalidad se acentúa al pasar junto a la legendaria universidad, el Museo Nacional de Irlanda y la National Gallery, además del elegante St. Stephen’s Green.

En este parque desemboca Grafton Street, probablemente el eje peatonal más conocido de Dublín y el de mayor prestigio comercial. Los músicos callejeros animan el ambiente en esta calle que hace las delicias de los amantes de las compras. Las tiendas más exclusivas y los grandes almacenes Brown Thomas rivalizan en atraer a los posibles clientes con los escaparates más llamativos. El Dublín más literario también se descubrirá en este barrio, por donde pasearon insignes plumas como Oscar Wilde, Bram Stoker, Samuel Becket y, como no, James Joyce. Barrio Georgiano Norte Hasta hace poco, las diferencias entre las dos orillas del río Liffey eran notables. La ribera norte, trabajadora e industrial, contrastaba con el sur, residencia de la clase media-alta, aunque eso ha cambiado en las dos últimas décadas. Esta zona se distribuye en torno a un eje central: O’Connell Street. Esta importante avenida se proyectó a mediados del siglo XVIII y entonces estaba flanqueada por edificios clásicos. Sin embargo, muchos de ellos quedaron destruidos durante el Alzamiento de Pascua. El Spire, la enorme estructura metálica instalada para conmemorar el primer milenio de la ciudad, puede servir de referencia para recorrer este vecindario, que cuenta con tres teatros: el Abbey, el Peacock y el Gate. Hacia el este, en dirección a Connolly Station, se extiende la zona financiera, mientras que al oeste arranca otra destacada arteria comercial: Henry Street. En su recorrido peatonal presenta un ambiente animado que se completa con el mercado de abastos de Moore Street.

Trinity College La institución universitaria más antigua de Irlanda se fundó en el año 1592 y desde entonces han pasado por sus aulas alumnos ilustres como Oscar Wilde, Bram Stoker y Samuel Beckett. Los visitantes pueden deambular por varias de sus estancias. Con sus plazas adoquinadas, jardines y grandiosos edificios, constituye un remanso de paz en pleno bullicio urbano. La antigua biblioteca alberga más de cuatro millones de volúmenes, entre ellos un tesoro de valor incalculable: el Libro de Kells, un manuscrito ilustrado que data del año 800. Escrito en latín, contiene los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento, además de notas explicativas y numerosas miniaturas a todo color. Más de medio millón de personas contemplan cada año esta maravilla, en cuyas páginas se suceden laberínticas formas geométricas, peces, pájaros, gatos, leones, caballos y lobos. La colección de libros crece cada año, ya que el Trinity recibe copias de todos los títulos publicados en Irlanda y el Reino Unido. Un campanario de 30 metros de altura ocupa el centro del patio principal, que está rodeado de edificios de los siglos XVIII y XIX. Esta construcción indica el lugar donde estaba el monasterio de All Hallows. La capilla del recinto es la única del país compartida por todas las confesiones. La hermosa vidriera del altar data de 1867. Junto al templo se encuentra el comedor, que tuvo que ser reformado en 1984 tras un incendio. En sus paredes cuelgan retratos de dignatarios del centro. El complejo incluye una de las mejores galerías de arte contemporáneo de Irlanda y la escultura Esfera dentro de una esfera, de Arnaldo Pomodoro. Museo Nacional de Irlanda Este fascinante museo se distribuye en tres edificios que están comunicados mediante un autobús turístico. La sección de Kildare Street está dedicada a la arqueología y la historia, desde el 7000 a.C. hasta prácticamente la actualidad. En sus salas se exhibe una de las principales colecciones de objetos antiguos de oro de Europa, además del cáliz de Ardagh, parte de un tesoro hallado en el condado de Limerick en 1868. Este bello ejemplo de artesanía de los primeros cristianos irlandeses (siglo VIII) es probablemente la pieza más famosa del museo, junto con el broche de Tara. Los vikingos, que dominaron Irlanda entre el año 800 y el 1200, también tienen un lugar reservado en esta muestra. En el edificio de Merrion Street se encuentra la exposición de historia natural, mientras que en la muestra de Benburd Street, ubicada al oeste de la ciudad, en Collins Barracks, se repasan aspectos de la historia social, militar, económica y política del país, con especial atención al violento conflicto que se vivió entre 1916 y 1922. Castillo de Dublín Durante 700 años se erigió como un símbolo de la dominación inglesa, hasta que en 1922 fue entregado formalmente al Estado Libre de Irlanda. Este recinto defensivo, mandado construir por el rey Juan en 1204, ha evolucionado con el paso del tiempo de fortaleza medieval a corte de virreyes y centro administrativo. La sección más grande y visible de lo que queda de la estructura original se encuentra en la Bedford Tower. La puerta normanda forma la base de esta torre del reloj del siglo XVIII. Durante esa centuria se remodeló la mayor parte del castillo, que había sido pasto de las llamas un siglo antes. Sus muros han vivido infinidad de ataques, aunque el más importante tuvo lugar en 1534 cuando fue sitiado por las tropas de Silken Thomas Fitzgerald, un cortesano rebelde que rompió su juramento de lealtad con la Corona inglesa. Los visitantes pueden recorrer las dependencias oficiales y pasear por los patios y museos en compañía de un guía. El castillo se cierra a los turistas durante las visitas de mandatarios o la celebración de actos solemnes. En el recorrido se puede disfrutar de la colección de arte oriental y de manuscritos del millonario Alfred Chester Beatty, de excavaciones de fortificaciones vikingas, de la capilla neogótica y de la Sala del Trono, la dependencia más lujosa. Christ Church Cathedral Los vikingos levantaron en este lugar en el siglo XI la primera iglesia de la ciudad, hecha de madera y sustituida después por una de piedra. La actual catedral es el resultado de una restauración llevada a cabo en el siglo XIX. De su interior sorprende la majestuosidad de la nave central, flanqueada por arcos góticos, aunque la aparente perfección no es tal: el muro norte se ha desplazado unos 50 centímetros debido a un derrumbe acontecido en 1562. La tumba del normando Richard de Clare, el conquistador de Irlanda conocido como Strongbow, es una réplica del siglo XIV. También vale la pena detenerse ante el relicario de la capital de St. Laud, que contiene el corazón del santo patrón de Dublín, St. Laurece O’Toole.

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Espectáculos Guinness Storehouse Esta antigua fábrica de cerveza, reconvertida parcialmente en museo, es la principal atracción turística del país por número de visitantes. En pleno corazón de Dublín puedes conocer la historia de la marca Guinness, el antiguo proceso de elaboración artesanal de su famosa cerveza negra, comer algo y… ¡saborear una pinta en la séptima planta, un mirador acristalado con vistas a toda la metrópoli! La empresa, fundada en 1759 por Arthur Guinness, inició su andadura con humildad, pero con el tiempo se ha situado entre las principales compañías exportadoras del sector. La fábrica ocupa 26 hectáreas y en su día era especial porque se autoabastecía de electricidad y agua. La marca es toda una institución en Irlanda, de ahí que esté presente hasta en el último rincón de la isla. La visita al museo empieza con una muestra interactiva sobre el proceso de selección de los ingredientes –sobre todo cebada, lúpulo y levadura– y continúa a través de gráficos en tres dimensiones que detallan cada paso de la etapa de elaboración, desde el tostado hasta el fermentado, pasando por el hervido y el centrifugado. La destreza de fabricar y almacenar barriles de madera también tiene cabida en esta exposición, al igual que la historia de la publicidad de la marca.

La rica cultura literaria de Dublín ha llevado a una emergente industria cinematográfica y a un repertorio teatral muy variado de obras irlandesas clásicas y contemporáneas. La zona de Temple Bar se erige como el epicentro cultural. Los festivales de cine y de teatro marcan una agenda anual que también está condicionada por el Día de San Patricio (17 de marzo). El verano concentra buena parte de la oferta de acontecimientos culturales, con el AIB Music Festival y el Bloomsday a la cabeza.

Teatro

El teatro nacional de Irlanda, The Abbey Theatre, es toda una leyenda: fundado en 1904 por un grupo de poetas, entre ellos W.B. Yeats, adquirió fama entre las corrientes de vanguardia. Su cartel se centra hoy en día en los clásicos. En el Peacock, su teatro hermano, se representan obras experimentales.

Abbey Theatre

26 Lower Abbey Street Dublin 1 (01) 878 7222 www.abbeytheatre.ie info@abbeytheatre.ie

St. Patrick’s Cathedral La principal catedral de la Iglesia Protestante del país se levanta sobre el emplazamiento donde se dice que san Patricio bautizó a varios conversos en el año 450. Como ocurre en el templo de Christ Church, su estructura original era de madera y en el siglo XII fue sustituida por otra de piedra, un material mucho más duradero. A lo largo de su historia se ha utilizado como refugio de hugonotes y como caballerizas. La Torre Minot, que se construyó con fines defensivos en la Edad Media, sobresale del resto del conjunto, a pesar de las grandes dimensiones de la nave central. Muchos visitantes comienzan su recorrido en las tumbas del sacerdote Jonathan Swift y de su amada Stella, de la que fue tutor. En el transepto norte están colgadas las banderas de los regimientos irlandeses que combatieron en la Primera Guerra Mundial.

Orson Wells y James Mason iniciaron sus carreras en la interpretación en The Gate Theatre, uno de los más innovadores de Europa desde su fundación, en 1928. En su escenario se han representado obras de Ibsen, Chekhov y Oscar Wilde. Su acogedor bar invita a tomar algo antes o después de la función.

The Gate Theatre

Cavendish Row Parnell Square Dublin 1 (01) 874 4045/874 6042 www.gate-theatre.ie info@gate-theatre.ie

Phoenix Park Con 707 hectáreas, es uno de los parques urbanos más grandes de Europa y el más famoso de Dublín. Se extiende al oeste de la ciudad y en sus orígenes, en el siglo XVII, constituyó una gran reserva de ciervos. Los fines de semana se llena de familias que pasan el día jugando a todo tipo de actividades y deportes. En la actualidad, tanto el presidente irlandés como el embajador de Estados Unidos tienen sus residencias en esta zona verde, que alberga asimismo el zoológico de la capital. Una cruz de 27 metros de altura recuerda la multitudinaria misa que el papa Juan Pablo II ofició en 1979 ante más de un tercio de la población irlandesa. Los que no necesiten decenas de hectáreas de esparcimiento pueden optar por adentrarse en el St. Stephen’s Green, una zona verde mucho más céntrica e igualmente bien cuidada.

El Gaiety Theatre, el más antiguo de la ciudad –data de 1871– se inclina por los espectáculos de música y las comedias.

Gaiety Theatre

South King Street Dublin 2 (01) 677 1717 www.gaietytheatre.ie

National Gallery Aloja una impresionante colección de arte irlandés y europeo, desde la Edad Media hasta la actualidad. Este museo se inauguró en 1864 y consta de cuatro alas con cuatro plantas cada una. La muestra dedicada al arte irlandés de los siglos XVIII y XIX ocupa siete salas. Vermeer, Velázquez, Caravaggio, Goya y Murillo, entre otros pintores de primer nivel, están presentes a través de su obra en este espacio dedicado a la cultura.

El Olympia Theatre, inaugurado en 1879 como sala de variedades, está volcado en los musicales.

Olympia Theatre 72 Dame Street Dublin 2 (01) 679 3323

El Project Arts Centre es tal vez el espacio de interpretación más animado de la ciudad gracias a sus compañías jóvenes, que innovan con la danza, la música, el drama y la poesía. U2 actuó aquí en sus comienzos.

Project Arts Centre 39 East Essex Street Dublin 2 (01) 881 9613/14 www.project.ie

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borganized Música

El National Concert Hall es el lugar perfecto para escuchar música clásica de calidad. El principal auditorio de Dublín es la sede de la Ireland’s National Symphony Orchestra. También ofrece actuaciones de jazz y de música contemporánea y tradicional irlandesa.

SUS NOTAS

National Concert Hall Earlsfort Terrace Dublin 2 (01) 417 0000 www.nch.ie info@nch.ie

Las compañías Opera Ireland (www.operaireland.ie) y Opera Theatre Company actúan regularmente en varios sitios, sobre todo en el Gaiety Theatre. Los conciertos más multitudinarios tienen lugar en The Point, un recinto con capacidad para 8.500 espectadores. Existe un proyecto de reforma y ampliación que supondrá ampliar el aforo hasta las 13.000 localidades. Las actuaciones de gran formato también tienen lugar en la Royal Dublin Society (RDS).

Cine

Los cines comerciales, como Savoy y UGC Multiplex, proyectan los últimos estrenos de Hollywood. El cine alternativo tiene su espacio en el Irish Film Institute y en Screen.

Deportes

Se puede asistir a un partido de hurling –el deporte nacional irlandés, parecido al hockey y uno de los juegos más rápidos del mundo– y de fútbol gaélico –un cruce entre fútbol y rugby– en el Croke Park Stadium (www.crokepark.ie). El Lansdowne Road Stadium acoge los partidos de rugby, incluidos los del legendario Torneo de las Seis Naciones. Los encuentros de fútbol se disputan en este mismo terreno de juego o en el Tolka Park. Dublín cuenta con varios equipos en la principal liga nacional, como el Bohemians FC (www.bohemians.ie), el Shamrock Rovers FC (www.shamrockrovers.ie) y el Shelbourne FC (www.shelbournefc.ie). Las carreras de caballos se celebran en Leopardstown y en Fairyhouse. El Phoenix Park cuenta con un hipódromo y allí también se puede practicar el fútbol gaélico, el cricket y el balompié. Las carreras de galgos también levantan pasiones entre los irlandeses. El Torneo de las Seis Naciones de rugby –entre febrero y abril–, el Royal Dublin Horse Show –un gran acontecimiento hípico que reúne a más de 20.000 espectadores–, la All-Ireland Football Final –que se celebra a finales de septiembre–, la All-Ireland Hurling Final y el maratón de finales de octubre son los principales eventos deportivos del año. Hay unos 100 campos de golf en un radio de 50 kilómetros de la ciudad. La mayoría son privados, pero algunos permiten el acceso a cambio del pago de una tarifa. El Sillogue Park Public Golf Course es uno de los que tienen una mejor relación calidad/precio.

INFORMACIÓN La Oficina de Turismo de Dublín ofrece en un solo emplazamiento toda la información y las reservas necesarias para disfrutar cada segundo de la capital irlandesa. Está situada en la antigua iglesia de St. Andrew y permite comprar el Dublin Pass, un abono con descuentos en las principales atracciones de la urbe, así como en tiendas, restaurantes y otros servicios. Sus referencias son las siguientes: Suffolk Street (01) 605 7700 information@dublintourism.ie www.visitdublin.com Hay otras oficinas de información turística, por ejemplo en el aeropuerto de Dublín.

Disfrute de esta guía en su ipod www.theperfecthotels.com 9

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