La sinceridad en una relación

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“Cuando el amor llama a la puerta no siempre atiende la sensatez�. (Clarin y Cristina Papaleo, 2007)

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Una introducción que tienes que leer Según un estudio alemán, la elección de la media naranja está determinada por motivos inconscientes, y

esto

muchas

veces

conduce

al

fracaso

de

la

relación. En la primera fase de una relación, cuando nos enamoramos, generalmente vemos sólo lo que nos atrae del otro. Con el paso del tiempo comienzan a percibirse los aspectos de la personalidad del ser amado como lo que son, ni más ni menos. Las mujeres parecerían ser más propensas a que les moleste aquello que al principio más les atrajo del compañero. ¿Paradoja? No, más bien se dejan guiar por la lógica del inconsciente. La importancia de conocer bien a alguien antes de establecer una relación duradera es fundamental para evitar desilusiones. Pero, como el idioma inglés tan bien lo describe, enamorarse es "caer" en el amor (to fall in love). Y quien cae, pocas veces puede ver el obstáculo por el cual esto sucede.

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Los genes mandan Los

expertos

en

el

tema

parecen

no

ponerse

de

acuerdo.

Mientras algunos adjudican la elección de la pareja a modelos vividos en la infancia (como el de los padres), otros le echan la culpa al poder de las hormonas femeninas y masculinas. Y los sexólogos tienden a buscar sus respuestas en el instinto biológico: para ellos, el objetivo de la vida y del amor es la reproducción, y escogemos a nuestra pareja según criterios que aseguren la descendencia, bajo la poderosa influencia de la atracción sexual.

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Uno de los mayores estudios científicos al respecto, llevado

a

cabo

por

el

Instituto

de

Psicología

Racional de Múnich, parece confirmar la tesis. Más

de

10.000

voluntarios

de

seis

continentes

contestaron un cuestionario de varias páginas dónde se les preguntaba acerca de la búsqueda de pareja. Los resultados confirmaron que nos enamoramos de personas

genéticamente

similares

a

nosotros,

es

decir, que los genes llevan la delantera en la búsqueda

de

pareja

con

la

finalidad

de

tener

descendencia.

En el estudio resulta claro que los hombres le dan más

valor

a

la

belleza,

mientras

que

la

mujer

antepone la capacidad de protección del compañero. Esto

no

contradice

inconsciente,

ya

la

que

teoría

los

modelos

confiables son los progenitores.

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de

la

motivación

genéticos

más


Cuando se tropieza dos veces en la misma piedra Algunos terapeutas intentan explicar el fenómeno Bildunterschrift. Es el fenómeno que ocurre después de la fase de enamoramiento, por el cual, la mujer critica ciertas actitudes del hombre que le parecían atractivas en un primer momento. Les molesta que el compañero sea desordenado o que sus opiniones sean machistas. Entonces, ¿Por qué no se dio cuenta antes? Lo aclara el terapeuta de

parejas

Hipler

Matthias

al

periódico

Kölner Stadt Anzeiger (KSTA),

polos

-"los

opuestos se atraen". Y según él, son casi siempre

las

mujeres

quienes, a la búsqueda de

"un

ser

completo",

eligen una pareja con atributos

que

ellas

mismas no poseen.

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La mujer que es comunicativa escoge al silencioso y la ordenada al caótico, sin pensar que después de la primera fase, estas cualidades serán las que más le molestarán de él y harán que la relación fracase. Según la psicóloga Isabelle Überall, en la selección de

pareja

establecen

juegan las

un

rol

relaciones

importante en

la

cómo

infancia,

se por

ejemplo, con los padres en los primeros años de vida. El problema de muchas mujeres es, según Überall, que buscan en su pareja los mismos perfiles que en sus progenitores porque así se sienten seguras. El problema es que esto las llevaría directamente al fracaso, ya que les impediría salir del círculo vicioso si la relación no funciona. "Repiten el modelo relacional varias veces (aunque les haya ido muy mal en el pasado), hasta que se hace necesaria una separación de carácter dramático y la mujer nota que algo no está bien", aclara la psicóloga Isabelle Überall. Y agrega que, para no repetir errores, "la mujer debe aprender a vivir sola". Según la terapeuta, sólo creyendo en sí misma es posible dejar de pensar que necesitan al compañero para sobrevivir.

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En cuanto a modificar aquello que no les gusta en el hombre, aclara que "es una falsa creencia. Es mejor no buscar a quien es demasiado diferente." HabrĂ­a que observar desde un principio si existen concordancias en el carĂĄcter y preferencias de los dos. Tomar conciencia de las propias necesidades permite abrir mejor los ojos antes de decidir.

No olvides compartir

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¿Cuándo debe entrar en juego la sinceridad en una relación?

Este año he visto la serie El Mentalista. Es una persona con increíbles dotes de observación y análisis que las emplea para deducir y resolver la culpabilidad en casos criminales.

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Y casi siempre lo hace dictaminando quién dice la verdad y quién miente. Por eso, y por otras razones, cómo y cuándo abrir la caja de Pandora, especialmente si bailas en el límite entre sinceridad y sincericidio.

Ejemplo de un sincericidio. Un amigo le dice a otro: ¿Desde cuándo llevas tú un pendiente? Pues… desde que lo encontró mi pareja en el coche y le dije que era mío.

Llevo

unos

años

conociendo

comportamientos

y

actitudes de personas casuales que pasan por mi vida, otras más cercanas a mí e íntimas. De pasar tiempo con todas esas personas nuevas, de compartir

experiencias

con

mi

pareja

y

de

ver

series, me surgió una pregunta mientras discutíamos por algo que me había molestado y quise compartir con ella esa emoción, ese sentimiento que me afecta, así, tal cual y porque sí.

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Porque

cada

uno

de

nosotros

tenemos

un

umbral

distinto de tamponar las cosas que nos sobrevienen y para que no me quedara dentro. Estando en ello, en el fragor de la discusión, uno busca reconocimiento y comprensión por lo sucedido y en cambio, en lugar de reconocer la metedura de pata

surgen

palabros

como

los

siguientes

que

evidencian escusas para encubrir orgullo y soberbia:

“es que ha sido un malentendido” “es que vas de víctima, o eso es victimismo” “eso es chantaje emocional” “solo por una vez te rayas y luego vas de comprensivo” “es que me lanzas mierdas” “eso que haces es infantil” “te lo has tomado mal, eres exagerado” “es que te lo guardas todo y luego explotas” “si no te cuidas tú, cómo voy a esperar que cuides lo nuestro”

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Y hablábamos de todo eso… cuando uno se siente ridículo

y

menospreciado

por

cómo

afectan

las

actitudes y comportamientos desconsiderados de su pareja. Todo esto aleja y confronta, en lugar de acercar y encontrarse, y es que el orgullo no es buen aliado en una pareja.

¿Cuándo es el momento de que la sinceridad entre en escena? Y así, me he embarcado en la tarea de responder a esta pregunta, en mi opinión. Más que nada porque yo trato de ser sincero de manera radical, desde el inicio. Y la única forma en que no lo soy es cuando no tengo confianza o la he perdido por distintas razones.

Otro ejemplo de sincericidio: “-No me gusta tu novela. -Te dije que es un ensayo. -Pues, ensaya más que es una mierda.”

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Cuando no tengo la seguridad de poder hablar sin tapujos

en

tu

presencia

y

que

seas

capaz

de

soportarlo, es cuando me corto. Nunca

de

otro

modo

y

eso,

nos

conduce

a

conversaciones de lo más interesantes e incómodas.

Voy a hablarte de ellas, en vez de opinar Un día, por ejemplo, me dio por tirarle de la lengua a una amiga tras decirme, durante una sesión de buena conversación, que había roto con su pareja recientemente. Al parecer, según ella, el muchacho no reaccionaba a las indirectas ni a las directas, y ella no fue directa hasta el momento de decir:

“aunque todavía te amo, te dejo, porque así no puedo estar contigo”

Y yo…, pero ¡eh...!, eso en mi opinión tras atender a su forma de contar el asunto…

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Y claro… ¿así cómo cojones no voy a querer indagar? Ella me decía que:

“el problema es que necesito a un hombre de verdad a mi lado”.

Y cuando le pregunté con sincera curiosidad qué quería decir con eso y cuál era su concepto de un hombre de verdad, me definió la clase de hombre al que muchas personas no dudarían en tachar de tóxico:

“que

sea

un

tipo

presente,

arraigado

y

omnipenetrante”

Y esto es lo que ella dice querer para sí misma:

“alguien capaz de ser tan intensamente masculino como intensamente femenina cree ser ella”.

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Esto que ha expresado, es sincero en dos sentidos, porque habla de lo que opina de sí misma y lo que anda buscando y abierta a recibir. Ahí no hay mucha trampa ni cartón… Pues…, le dije: -tú misma sabes a lo que te expones y tú verás si te quedas con lo que deseas. Donde de verdad te la juegas es en tu propio deseo.

¡Te cuento otra conversación! Otro amigo me hablaba también sobre el miedo que experimentamos personas,

y

a en

poder

abrirnos

concreto,

la

ante

cosa

se

algunas volvió

interesante para mí, cuando contó que su mejor amigo y él discutían acerca de la facilidad que (bajo su criterio y percepción) tienen algunos hombres para mantener una relación abierta y discernir entre el sexo y los sentimientos. Decía, que al debatirlo les parece que las mujeres no lo tienen tan fácil para separar ambas cosas y que, a la larga, ellas salen peor paradas. Mi experiencia le da la razón y se la quita al mismo tiempo.

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Cada uno cuenta la peli según le va en ella… En

mi

experiencia,

siempre

hay

dos

tipos

de

situaciones en las que se abre la posibilidad de pasarlo mal:

1. la de la persona que acepta y comprende lo que se le ofrece y lo toma tal cual es. 2. la de la persona que toma lo que se le ofrece pensando en cambiarlo para salirse con la suya, rollo “a este me lo camelo yo como quiero y no tardando mucho”.

Analicemos las dos situaciones: Primera reflexión: “El precio del silencio y de la inacción es tener que tomar decisiones más drásticas, o pasar grandes apuros sin necesidad”.

En la primera situación lo pasarías mal si te falta sinceridad y valentía para plantear un cambio de tercio, si ves que la cosa toma otros rumbos.

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No es raro terminar enamorándote de alguien con quien solamente querías pasarlo bien, y el temor a ser rechazados y perder lo que se ha construido juntos por hablar de más, nos frena muchas veces. Y eso si no tienes la mala suerte de dar con una persona filofóbica… Entonces, cágate.

Segunda reflexión: “El precio del autoengaño por pensar que puedes más que el otro es distinto”.

En la segunda situación lo pasas mal cuando las cosas no salen como planeabas, generalmente porque la otra persona es más firme y menos maleable de lo que creíste al principio.

Es decir, que muy probablemente este chico estaba hablando de personas que no querían una relación abierta ni de coña, pero que estaban tragando con el tema con tal de tener la oportunidad de enganchar al otro y convencerle de cambiar de idea.

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Y es muy probable también que el motivo de las aludidas chicas para pasarlo mal fuese que les salió el tiro por la culata. Te lo digo así, tal cual, sin anestesia y por la directa, porque tiene toda la pinta de ser egoísmo insano y falta de auténtica comunicación. De hecho, apostaría a que buscan tener precisamente lo que sea más aceptado socialmente y políticamente correcto en ese momento de sus vidas, además, que les guste a sus coleguis and family… Porque eso es lo que hace la gente que quiere complacer y resultar deseable: buscarse moldes en los que encajar, en vez de crear los suyos propios o prescindir de ellos. “La autenticidad es la valentía de practicar la sinceridad extrema sobre, para y con uno mismo”.

Con lo que, no te extrañará nada que la respuesta a mi pregunta inicial (esa que da título a este texto) sea que la sinceridad debe entrar en juego en una relación desde el principio, y es más, debe tener el mayor peso posible que permita la confianza y la comodidad que tengáis entre vosotros.

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De otra forma, te encontrarás teniendo miles de peleas sin sentido y teniendo que soportar que todo el mundo te tache de inmaduro, de capullo o de lo que les salga de las narices. Cuando compartes tu inquietud y tus preocupaciones, todos tienen una opinión y todos quieren tener la oportunidad de opinar. Aunque no tengan ni puta idea porque, les ha llegado un refrito interpretado de cuarta o quinta mano; y porque, por supuesto, tienen que tomar un bando.

¿Y cómo se puede vencer en esas lides?

La primera norma es la de la Claridad.

Los problemas de las relaciones de hoy (ya sean amistosas,

laborales

o

sentimentales)

son

la

tendencia a tratar de quedar bien a toda costa, escondiendo

nuestra

identidad

reales.

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y

nuestros

deseos


La segunda norma es la del intenso realismo. En

otras

palabras,

volverse

dolorosamente

consciente, • de cómo va la vaina. • de cómo está la película. • de cómo anda el percal. • Y no aceptar que te pongan gafas color de rosa.

Hoy por hoy sucede que la gente trata de ser más abierta y directa, y a veces hasta lo consigue. Quizás debido a que hemos protagonizado un salto hacia

esa

interesa

libertad y

nos

para

afecta

hablar sin

de ser

lo

que

juzgados

nos o

ridiculizados por ello… No demasiado, al menos, porque todavía resuenan los ecos de situaciones como “contigo no, bicho”. Porque en ciertos espacios todavía no se puede hablar de según qué temas; no sin que el resultado inmediato sea que te crucifiquen. Ahora, los límites para todo son más difusos, como decía Robin Thicke en su famosa canción.

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Y por eso, a veces…

La tercera norma es tener los propios límites claros y dejarlos claros al resto. Así, quien se quiera prestar al juego de compartir contigo sabe bajo qué reglas se juega

pudiendo

decidir si se presta o no con mejor criterio. Es, por decirlo así, un egoísmo positivo. Y esto es un buen comienzo para prepararse de cara a la experiencia de entrar en espacios donde van a desafiar tus ideas, tus creencias y donde deberías esperar que hagan precisamente eso… Como en la universidad, o un grupo de buenos amigos o una comunidad…

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Por ir concluyendo… Hay ciertos momentos y lugares donde lo que deberías exigir es que te saquen de tu propia madriguera y te acompañen a ver el mundo, aunque entiendo que la gente suele preferir la palmadita en la espalda, la mamandurria y la frase que popularizaba el Señor Lobo en la peli de Quentin Tarantino.

Así pues, el resumen es:

“claridad, intenso realismo, y egoísmo positivo”.

Y a partir de ahí, autenticidad y apertura. Por ahora me parece suficiente charla. Así que, pórtate bien, que no tiene precio y a la vez no cuesta nada.

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¿Te ha parecido una información útil y crees que puede servir a tus conocidos? Por favor compártelo.

Fuentes de imágenes: https://antoalams.wordpress.com/

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