Cartas a un maltratador
IESO Cuatro Villas 2010/11
A ti... A ti, que aunque ni palabras te merezcas, he decidido escribirte, no par reprocharte lo que has hecho ni lo que haces sino para que reflexiones, para que te preguntes a ti mismo si es necesario o mejor, si es merecido el dolor que provocas. “¿Querido?, ¿Estimado?.¿Señor?, ¿Señorito?”, en fin...hace siglos que no escribo una carta pero desde luego ninguna de las formas tradicionales de encabezamiento encaja y, además, la fecha y el lugar...de nuevo... En fin... Antes de nada quiero que sepas que estoy intentando contener las ganas de decirte “cobarde” y tantas cosas más, ¿sabes?. Pero ante todo seré respetuoso, no por nada sino sólo por no parecerme a ti y porque mi familia me enseñó que ante todo “respeto”, y ese respeto tú no te lo mereces ni en broma. Y todo esto... ¿Por qué? Muy fácil...a ti: porque la has humillado, porque la has menospreciado, porque la has golpeado, abofeteado, escupido, insultado... Vuelvo a decir, en fin... porque tantos y tantos verbos podía escribirte, pero no creo que sea necesario. La pregunta que todos nos hacemos está clara, ¿por qué haces sufrir de esa manera?, ¿por qué causas tanto dolor?, O simplemente, ¿por qué maltratas? Según lo que he leído y escuchado, dices que la culpa es suya, ¿no?, de ella... de esa mujer que te cabrea con sus tonterías y sus problemas , que te pone nervioso cuando te pregunta cosas que para ti no merecen tu atención, que te pide dinero para estupideces, como la comida, la limpieza de la casa, la ropa para los niños... ¿De ella,verdad? A ella que vive de tu sueldo, “maldita imbécil”, ¿no?, no sirve para nada, pensarás... ¡que su busque un trabajo! Claro que sí, es así como tienes que penar, como la tienes que menospreciar, y sin embargo, ¿tú? ¿tú, qué? Tú tienes todo el derecho del mundo a tratarla así, ¿verdad? Tú puedes emborracharte tranquilamente, gastarte tu sueldo en cosas para el coche, en alcohol, en tabaco,... en fin... en lo que quieras, tienes derecho a llegar cuando quieras a casa, tienes derecho a escupirle, a patearla cuando esté en el suelo, desmayada por un golpe en la cabeza que tú le diste... y por muchas cosas más, ¿eso es lo que crees? , ¿de verdad piensas así? Es absurdo intentar justificar lo injustificable, por lo tanto por muchas razones que des en tu defensa:drogas, alcohol, ira,estrés... Nada sirve, ¡nada!. Como dije antes, esta carta no tiene nada de normal, ningún encabezamiento encaja pero desgraciadamente ningún final tampoco. ANTONIO BARRAGÁN MONTERO. 4º A
UN CONSEJO, ¡REFLEXIONA! “Querido maltratador” , soy la voz de tantas víctimas que como yo sufren al misma situación, esa situación en la que nos encontramos y nos sentimos dolidas, lastimadas, sufrimos, padecemos y no somos valoradas como mujeres. Sin embargo, vosotros, los fuertes, los hombres valientes, eso no lo sufrís; al contrario, a veces hasta llegáis a disfrutar con el daño que nos hacéis. Otras veces, según vosotros, sólo lo hacéis inconscientemente; es decir, ebrios, descontrolados... Pero para nosotras no es una explicación, no nos vale, es nuestra vida, nuestra libertad, la que vemos amenazada e interrumpidas asi, sin más, de repente, cuando a vosotros os apetece. Aunque, en ocasiones, nosotras pensemos que tenemos parte de culpa, por mantenernos en silencio; pero, un momento, ese silencio viene dado por vuestras amenazas, presiones... Así que no intentéis buscar justificación a vuestros actos, será imposible, intentad pensar antes de actuar, pensad en las consecuencias de vuestras frustraciones e intentad también poneros en nuestro lugar y comprendernos, quizás, así algún día lleguéis a demostrar a la sociedad que , vosotros, los fuertes, los hombres valientes, podéis cambiar vuestros pensamientos. Seguramente, sea una desconocida para ti, pero habrá otras mujeres en tu vida, en tu entorno, con las que puedas llegar a frustrarte, enfadarte, pero ojalá pienses un poco y te haga reflexionar lo que aquí escribo, y así no cometas el error que otros ya han cometido; eso es lo que todas esperamos, que otras no pasen por lo mismo que nosotras, y por lo tanto no tengan que lamentarse en el futuro, ni guardar silencio, no tengan que manifestarse para defenderse... porque eso querrá decir que el daño ya estaría hecho. Porque sólo basta con un insulto, una amenaza, un golpe, una voz... o cualquier acto por insignificante que sea para hacer daño. Por último, pediría que no hagas pertenecer a otras mujeres al “grupo” de las maltratadas, por ello un consejo... ¡Reflexiona!
REMEDIOS HERNÁNDEZ SANTOS 4º B
POR SER ASÍ: EL FINAL DE UN CUENTO DE HADAS. Por ser así...por haber sido así, mira en lo que me has convertido, pero, ¿cómo una persona puede cambiar tanto? Cuando nos conocimos eras el mejor de los hombres, al principio todo era de color de rosa, pero lo que yo no sabía era que en unos años aquel rosa se iba a convertir en negro, un negro tan oscuro como la noche que me dijiste que ya no me querías. Desde aquel día las cosas se fueron complicando, no sé porqué pero, ¿qué pasó para que todo acabara así?, no sé si fue culpa mía, tuya o quizás de los dos, pero lo que sí sé es que no tenías ningún derecho a maltratarme como lo hiciste. Me has hecho mucho daño, ¿lo sabes? Me dolían los golpes, los insultos, sí, pero más me dolía saber que eras tú el que me los dabas, tú el que hacía poco tiempo eras, para mí, el mejor. Todavía ahora, algunas veces me levanto y pienso “no ha pasado nada”, yo no soy una víctima más de la violencia de género, y fui fuerte y te denuncié y ahora estás en un centro penitenciario, pero me da mucho miedo, miedo que salgas y me vuelvas a pegar, pronto se celebra el “Día Internacional de la lucha contra la violencia de género” y voy a ayudar todo lo que pueda para que muchas mujeres que estén en mi situación se sientan mejor, porque no merezco cómo me trataste, ni nadie, sea quién sea se lo merece. Y hoy voy a decirte lo que eres, ¿sabes cuál es la palabra que mejor te define? MONSTRUO, tú y todos los maltratadores del mundo, eso es lo que sois, unos monstruos sin sentimientos. Y también me dolió mucho, que el día del juicio me dijeras una palabra, la palabra “perdón”. Yo no puedo perdonarte porque no sólo acabaste con mi cuento de hadas, que me quitaste la vida, y ahora por tu culpa soy un ser incapaz de amar, por miedo; pero yo sé o espero que el tiempo me haga olvidar, porque después de todo lo que ha pasado aunque te parezca extraño te sigo queriendo, pero como dice el dicho “un clavo saca a otro clavo”. Espero de todo corazón que alguien te perdone y tengas felicidad en tu vida, ya que yo no la podré tener porque tú me la has arrebatado.
JENIFER VIEJO HIDALGO 4º A
MI TERCER DÍA 22 DE DICIEMBRE DE 2002 Es la tercera carta que me escribo a mí mismo y, la verdad, me empieza a parecer un poco estúpido, pero por otro lado, la única vía para expresar todo lo que siento y pienso, pues si no, ¿a quién se lo iba a contar? ¿al vigilante? ¿a esa persona que según él, sin querer, en un arrebato de locura mató a toda su familia? Así que aquí estoy, contándome lo que ya creo saber. Me acuerdo, que cuando el juicio, el juez me preguntó: ¿por qué?. En ese momento, millones de ideas rondaban mi cabeza y a la vez, yo también me lo preguntaba, ¿por qué?, tal vez para descargar mi ira..., pero ¿es que acaso me gustaba estar solo y no tener a nadie en quién confiar y apoyarme? Mi mujer, ésa, que ni era capaz de mirarme a la cara cuando me ponía el plato en la mesa, probablemente, porque estaba muerta de miedo y que, al yo exigirle más, ella accediera sin quejas, aunque hubiera tenido un mal día al igual que yo. Pues sí, me sentía solo, evitado, cuando por la noche mi hijo ni siquiera se sentaba a mi lado para ver la tele y a contarme las aventuras del día. Mi hijo, ese proyecto que teníamos y tanta ilusión nos hacía y que de pequeños queríamos a toda costa realizar. Y ahora estoy aquí, encerrado en estas cuatro paredes, dándome cuenta de que lo que me diferencia de los animales es la inteligencia, ya que muy inteligente no debería ser yo cuando no me daba cuenta, o no quería, de lo que ella sentía cuando le ponía la mano encima o le empezaba a gritar. Ella se sentía agredida siempre, aunque yo llegara de buen humor a casa. ¿Dónde está el amor? ¿Dónde estaba? Ese amor que prometimos darnos durante toda la vida, y delante de nuestra familia, ese 31 de Agosto de 1998. Todo, supuestamente todo, era por amor. Por lo menos, tengo cinco largos años para pensar detenidamente que haré con mi vida. Tengo dos opciones: vengarme o retomarla y vivir por mi cuenta lejos, lejos de aquí. Aunque, me podría haber planteado esto antes, (la 2ª opción), alejarme de ella y dejarla respirar, que intentara empezar otra relación con alguien que la valorara de verdad. De momento, dejaré de escribir, aunque sea por hoy, mañana ya será otro día, pues me quedan 43,800 horas para seguir haciéndolo aunque también, mucho sobre lo que reflexionar... MANOLO BAUTISTA GONZÁLEZ LETIZIA BUIZA GONZÁLEZ 4º B
FRASE A FRASE.... Es posible que cuando leas esta carta no te reconozcas en lo que te digo, pero frase a frase te desenmascaro. …Si me dices que me quieres, ¿por qué me aislas , por qué me controlas?, ¿por qué te enfadas si quiero ver a mi familia o amigas' ¿por qué te tengo que dar cuentas del dinero aunque también sea mío? Si me dices que me quieres...¿Por qué me pegas?...Eso no es AMOR. Vives en cualquier lugar, saludas a los vecinos y todos piensan que eres una buena persona, la realidad es que eres un MALTRATADOR. Siempre pensaste que eras fuerte y sólo eres violento, que eras valiente y sólo eres un cobarde, que eras divertido y sólo eres un payaso sin gracia. Disfrutas sometiendo a tus víctimas, sólo así te sientes fuerte. La realidad es que eres débil y por eso muchas de las veces ahogas tus frustraciones en el alcohol o en las drogas. Lejos de ti he conocido cosas tan importantes como la libertad, ya no tengo miedo a mirarte a los ojos porque ya no veo tu mirada amenazante. Puedo decidir a dónde ir, nadie me arrastra, nadie me humilla ni me insulta. Nunca lo merecí. Ahora mi vida es un bonito sueño por cumplir. Jamás conseguirás que vuelva a vivir en tu pesadilla porque vivir no puede ser tener miedo a morir cada día en tus manos, miedo a decir la palabra equivocada, miedo a la persona con la que compartes tu vida. Me niego a aceptar que esto sea vivir, esto sólo es estar muerta en vida. Vivir es tener sueños, ilusiones, inquietudes, ganas de reír y a veces llorar, querer y sentir que te quieren y respetan, ser la dueña de tu vida, de tus decisiones y poder gozar de tu libertad. Sentir que eres ante todo una persona. Autoras: Yessica y María González de 4º ESO.
CARTA A UN MALTRATADOR Me preparo para escribirle esta carta sin saber cómo dirigirme a usted o cómo llamarle. No, no tiene nombre el que maltrata a una mujer. ¿Por qué lo ha hecho? ¿Se siente bien? Hoy he sentido el dolor de sus golpes e insultos que recibía esa que usted llamaba “mi mujer” y que cuando se calmaba la soltaba y le decía.... que la quería, que no sabía porqué lo hizo y que no volvería a ocurrir más. Ella lloraba dolorida y tirada en el suelo, pensando que esa frase la había escuchado más veces. No sé qué pensar o sentir de usted en estos momentos. Sentir pena o lástima o pensar que es un ser inmundo sin sitio en esta sociedad. También pienso que los problemas se pueden arreglar de muchas formas diferentes antes que recurrir a la violencia y al maltrato. Si quiere aceptar algunos consejos que puedan ayudarle, le aconsejaría que intentara arreglar sus problemas dialogando y de forma tranquila, sin alteraciones y comprendiendo a la otra persona. La violencia de género es algo que afecta a todos los seres queridos de la pareja y está considerado como un delito. Le propongo que por un momento se ponga en el lugar de la maltratada, ¿qué siente?, seguramente tristeza, dolor, amargura, rabia e impotencia y le gustaría no estar en esa situación. Por su bien y especialmente por el de las personas que le rodean, debería aceptar ayuda de especialistas en cambiar su comportamiento y adoptar formas adecuadas en su trato con las personas. Espero que mi carta le sirva de ayuda para que recapacite. Autora: Marina (4º ESO)
SEÑOR MALTRATADOR... Me gustaría tratarle con el respeto que se merecen todas las personas pero para ello primero tiene usted que respetar a los que le rodean. Por este motivo le escribo esta carta: Quería preguntarle que..., aunque no le conozca y tampoco conozca las causas, seguramente nada justificables, por las que ha maltratado a una mujer, ¿se cree superior por el simple hecho de ser hombre? Supongo que usted no sabrá que a una mujer a la que ha maltratado, no sólo le hacía daño físicamente sino también psicológicamente. Póngase en su lugar, imagínese una situación en la que.... ...una vez que usted ha hecho la comida, lavado la ropa (téngase en cuenta que la mujer no tiene porqué ser la encargada de realizar estas tareas) llegue su mujer, pareja, y le menosprecie su trabajo, le insulte, le envíe miradas de asco,... ¿No le da a usted vergüenza, pena, todo ésto? ¿no se tiene desprecio a sí mismo por lo que ha hecho? Sin ánimos de ofender, usted está enfermo. Una persona que infravalora el trabajo de otra, que por el simple placer de desahogarse sea capaz de herir a alguien, se merece muy poco. Piense, reflexione sobre lo que ha hecho. Allí fuera hay miles de mujeres en esta situación, que por personas como usted sufren cada día, pero el sufrimiento se lo callan, se lo guardan por miedo a que le hagáis más daño ¡eso no es vivir! Hacéis de su vida un infierno, aquella ilusión, ganas, sueños,...que en un entonces existían, lo desmoronáis tan fácilmente. Usted ha destruido la vida de una mujer y la suya propia. No le escribo esta carta sólo para relatarle las consecuencias que supone “gente” como usted en esta sociedad, también quiero darle una oportunidad, que sea consciente de sus actos, que se arrepienta, pero sobre todo, que aprenda a querer y a valorar lo que somos, personas.
Autor: Manuel García (4º ESO)
CARTA A UN MALTRATADOR Tú, tú fuiste el que prometió amor hasta que la muerte os separara, tú prometiste que siempre la amarías y ahora esre el que la desprecia. Te voy a llamar por llamarte de alguna forma, hombre. No entiendo cómo puede haber gente con tanta falta de amor, sensibilidad, de sentimientos,... Creo que esas actitudes descontroladas vienen por alguna razón, unas por difíciles vivencias de la infancia, que tienes grabadas en el inconsciente, otras, he llegado a pensar, por odio a alguien, o por problemas de autoestima. Haces que aquella persona que te quiere tenga el corazón agrietado y que cada grieta sea originada por tus gritos y amenazas. Solamente un cobarde como tú le haría daño a una persona que te quiso, que te hizo feliza y tú solo se lo pagas con golpes, sin cariño, sin respeto,... ¿Crees que por pegar eres más hombre? No, eres un insignificante ser que cada día que pasa se vuelve más mezquino, más odiado, más pequeño. ¿Crees qué vale la pena decir “o conmigo o con nadie” o “tú eres solo mía”. Nadie pertenece a nadie, somos personas individuales que tenemos derecho a ser libres, pero no a ser prisioneros de nadie y menos de la persona que “de hecho” tenía que ser el amor de tu vida. Esto no te sirve de nada, porque nadie te perdonaría, aunque supliques de rodillas, en cambio, a ella todos la apoyan, todos la quieren, todos están, mejor dicho, estamos de su parte para ayudarla, para apoyarla y protegerla en todo lo que necesite.
Elena Izquierdo Guerrero (4º A) Juan Fernando Montero González (4º A)
DEL AMOR AL ODIO.... Hablaré contigo teniendo un debido respeto, o por lo menos intentaré tenerlo, aunque de verdad no te lo mereces. Todavía no me creo que hayas sido capaz de hacer algo así, me lo podría haber callado, pero tengo que decírtelo. Sé que en determinados momentos no sabes bien lo que haces y que cuando te das cuenta del daño que has causado te arrepientes. Intentas esconder a ese monstruo que te invade lleno de ira, pero te das cuenta demasiado tarde. Las preguntas que siempre me he hecho desde que pasó lo ocurrido son: ¿Tan mal te sientes contigo mismo para tener que pagarlo también con ella?, ¿de verdad crees que por pegarla, insultarla y hacer que ella lo pase mal vas a conseguir algo? Así lo único que consigues es ser un ignorante además de un inmoral que no sabe a qué ha venido a este mundo, bueno yo si lo sé para HACERLE DAÑO A ALGUIEN INOCENTE, que no tiene la culpa de tus problemas. Deja de ser esa persona tan cobarde y abre los ojos de una vez que en este mundo existen muchas más personas aparte de ti, ¿lo entiendes?, también ellos tienen problemas, sí claro que los tienen, ¿y si ellos hicieran lo que tú has hecho? Ella no tiene la culpa de tu pasado, de tu baja autoestima, ni de tu falta de cariño cuando más la necesitabas. No es un objeto al que puedas pegar o manipular, no está a tu lado para que la humilles, utilices o insultes, y ¿sabes lo peor de todo?, ella no vino a este mundo para que tú la mataras, sino para ser feliz. Nadie tiene derecho a matar a otro ser humano. ¡ELLA NO TE PERTENECE¡
Laura Rido Bustamante Ana Vera Barragán
CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO Hola, soy Emilio Ramón: ¿Por qué has hecho ésto?. Los problemas y discusiones no se arreglan con la violencia. Con la violencia no vas a llegar a ningún lado, lo único que estás consiguiendo es perjudicar a todos tus seres queridos y a las personas que están a tu alrededor. Aprende a ser una persona comprensiva y a resolver los problemas dialogando. Maltratar a otra persona es un delito que se paga con la cárcel. La humillación, el desprecio, los insultos, la soledad,..., también es maltrato. Emilio Ramón Hidalgo