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Somsaa
Un restaurante dedicado al té con cocina y postres del sudeste asiático
¿CÓMO EMPEZAR A DESCRIBIR UNA PROPUESTA
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ÚNICA EN SU TIPO? Por el interiorismo, la carta, la arquitectura, los vinos…igual lo mejor es comenzar en el corazón de todo hogar, la cocina.
Un proyecto que venía gestándose desde hace años por fin se hace realidad. Siempre pensando en nuevos sabores, la chef Somsri Raksamran (Galanga, Pin-tó), o Ana para el mundo occidental, estrenó su último restaurante al interior de la casa justo a un lado de Kiin Thai-Viet Eatery.
Aquí va más allá de los platos tailandeses y da cabida a los que la formaron desde pequeña por la influencia familiar venida de otras regiones del sudeste asiático. O sea que hay platillos inspirados en Malasia, Vietnam, Singapur y Taiwán. Pero en este cuento también hay otro protagonista: el té. Que aquí lo tratan con sumo cuidado, es orgánico y se usa incluso en los platillos, como veremos más adelante.
Si (como yo) crees que eso ya es suficiente razón para visitarlo, espera, que esto apenas empieza. El lugar es un despliegue de diseño. Al ser una casa, cada cuarto tiene una vibra distinta sin perder la coherencia (anticipo un carrete de Instagram por cada visitante). Una advertencia: si al entrar sientes algo raro, no estás loco. La casa sí está un poco inclinada pero luego te acostumbras.
Primero probamos los chilli crab, que en Singapur es un plato popular muy picante, mientras que éste no lo es tanto. Es jaiba en su concha sobre una salsa de chile seco, curry rojo, lemongrass y jengibre, con ikura o hueva de salmón y servido con unos panes de harina de arroz o baos fritos para chopear en la salsa o admirarlos, porque son francamente perfectos. El té aparece en el pulpo a la parrilla, con una salsa agridulce con oolong. Así como en la estrella de la carta, el pato a la naranja, cuya salsa lleva té earl gray y sauco. Nunca mejor dicho que aquí hay té hasta en la sopa. De hecho, toda la coctelería lleva distintas variedades, como el Sour Blossom, con té blanco, hoja de lima Kaffir y gin. Hay un negroni con Pu Erh y hasta el carajillo se prepara con oolong en lugar de café (aunque no logre comprenderlo).
Otra particularidad es que su carta de vinos solo encontrarás espumosos. Puntos extra porque dan preferencia a bodegas del mundo que son responsables con el medio ambiente. ¿Por qué espumosos? porque quieren impulsar el perfecto maridaje entre este tipo de cocina spicy y los burbujeantes, y porque es también el mejor para acompañar el afternoon tea
QUÉ ES…
El nuevo restaurante/ casa de té de la chef Somsri Raksamran.
POR QUÉ IR…
Por las bebidas con té orgánico, el pato a la naranja y los mooncakes.
Aquí hay que detenerse en los postres; apenas entrar al lugar puedes verlos exhibidos en una vitrina mooncakes, o panecillos de masa suave con distintos rellenos como frijol dulce o taro, pasteles y unos dulces miniatura que simulan flores y frutas. La chef a cargo de ellos es la hermana de la chef Anna y, además de deliciosos, según nos cuentan, esta presentación inició en los palacios asiáticos para la realeza. Así nos fuimos de Somsaa, como reinas por un día.
Por Elisa Herrera
No dejará su amado café, pero descubrió el delicioso universo del té en la comida y los cócteles.
DESCUBRE...
Cadu Bistro
De qué va…
Es el nuevo restaurante del grupo Mof + Mog —uno de nuestros favoritos—, donde el chef Masayuki Aida ha desarrollado un menú fusión, inspirado en la gastronomía francesa, al que aplica técnicas y algunos ingredientes japoneses.
¿Y combina bien la cocina francesa con la japonesa?
En este proyecto hicieron un gran trabajo al integrar ambas tradiciones. En general, sentí su estilo muy casero, sin maquillar los sabores naturales de los ingredientes, por lo que no son platos muy intensos sino equilibrados.
Ejemplos…
Tendrás una buena muestra de su cocina si pides varias entradas al centro. Hay un interesante tartar de atún fresco con cubitos de betabel, rúcula, aguacate y vinagre yuzu; un hummus con edamames o una burrata con frutas frescas. Mi favorito fueron los trozos de jurel empanizado con salsa tártara.
Nos caen bien porque…
El menú está lleno de colores, así que es muy, pero muy nutritivo y reconfortante. También nos gustó por su curada carta de vinos, en la que entran mexicanos, franceses e italianos.
Bueno, ¿y qué hay del lugar?
Acompañando esa sensación de calidez del menú, el diseño de Cadu es hogareño aunque sea minimalista. Unos caballitos de madera rústica dan un aire infantil a juego con las sillas antiguas, como en una casa donde conviven todas las generaciones. Además está rodeado de ventanales, lo que le da una preciosa luz natural.