SUPLEMENTO MENSUAL
ABRIL 2018
TODAS
CADA NIÑA DEBE TENER CERTEZA DE QUE TIENE DERECHOS: RICARDO BUCIO
NACIONAL
Rompiendo estereotipos Opinión
Gustavo Martínez • Rosa Ma. González • Gabriela Delgado • Karla Mawcinitt
(†) JESÚS D. GONZÁLEZ FUNDADOR FRANCISCO A. GONZÁLEZ FRANCISCO D. GONZÁLEZ JESÚS D. GONZÁLEZ CARLOS MARÍN ANGEL CONG PEDRO GONZÁLEZ HUGO CHAPA JAVIER CHAPA ALFREDO CAMPOS ROBERTO LÓPEZ JUAN PABLO BECERRA-ACOSTA HÉCTOR ZAMARRÓN ÓSCAR CEDILLO BÁRBARA ANDERSON RAFAEL OCAMPO MIGUEL ANGEL VARGAS MAURICIO MORALES ADRIANA OBREGON RICARDO ZAMORA DYANA REYES ADRIAN LOAIZA GUILLERMO FRANCO FERNANDO RUÍZ ALBERTO BRAÑA VALERIA GONZÁLEZ RODOLFO GUTIÉRREZ TOMÁS SÁNCHEZ MARCO A. ZAMORA
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CARTA EDITORIAL LA NIÑEZ Y LOS ESTEREOTIPOS
TODAS REGINA REYES-HEROLES MIGUEL REYES WENDY SOLIS DARINEL BECERRA PEDRO HERNÁNDEZ LAURA ESCAMILLA EMILIANO GONZÁLEZ YAZMÍN VELOZ BERENICE CHAVARRÍA
EDITORA GENERAL DE SUPLEMENTOS GERENTE DE ARTE Y SUPLEMENTOS COORDINADORA EDITORIAL EDITOR ADJUNTO EDITOR DE ARTE COEDITORA DE SUPLEMENTOS EDITOR WEB BECARIA REDACTORA
DISEÑO EDITORIAL MICHELLE LAGUNA, ANGÉLICA VARGAS, ZYANYA HERNÁNDEZ, FRANCISCO SÁNCHEZ, JAIR PIÑA DOMICILIO: MORELOS 16, COL. CENTRO, MÉXICO, D.F., C.P. 06040 PARA VENTAS E INFORMES: T: 5140.2950
MARCELA ETERNOD ARÁMBURU SECRETARÍA EJECUTIVA EN SUPLENCIA DE LA PRESIDENCIA DEL INMUJERES MARÍA DE LA PAZ LÓPEZ BARAJAS DIRECCIÓN GENERAL DE AUTONOMÍA Y EMPODERAMIENTO PARA LA IGUALDAD SUSTANTIVA MARÍA GUADALUPE DÍAZ ESTRADA DIRECCIÓN GENERAL PARA UNA VIDA LIBRE DE VIOLENCIA Y PARA LA IGUALDAD POLÍTICA Y SOCIAL ANA LAURA PINEDA MANRÍQUEZ DIRECCIÓN GENERAL DE ESTADÍSTICA, INFORMACIÓN Y FORMACIÓN EN GÉNERO ROCÍO IVONNE PÉREZ MARTÍNEZ DIRECCIÓN GENERAL DE ADMINISTRACIÓN Y FINANZAS FLOR DE LIS VÁSQUEZ MUÑOZ DIRECCIÓN GENERAL ADJUNTA DE ASUNTOS INTERNACIONALES MARTA B. CABRERA GARCÍA DIRECCIÓN GENERAL ADJUNTA DE COMUNICACIÓN SOCIAL PABLO NAVARRETE GUTIÉRREZ COORDINACIÓN DE ASUNTOS JURÍDICOS ANA ORTIZ MONASTERIO RIVERO COORDINADORA DE ASESORES
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SUPLEMENTO MENSUAL
El ser humano, desde su concepción, se enfrenta a experiencias que le permiten aprender para desarrollarse de una mejor manera ante el mundo que le rodea. Aprender es un proceso que inicia en el vientre de la madre, con los primeros estímulos que recibe del mundo exterior; al nacer niño o niña dependiente de su entorno familiar, padre, madre o quien va a cuidar de su crecimiento, marcará su personalidad. Esta parece una certeza científica fundamental. En Todas de abril, hablar de la niñez nos obliga a considerar este principio para explicarnos el origen de la formación genérica que marcará diferencias y desigualdades entre hombres y mujeres a lo largo de su vida. Hemos querido homenajear a niñas y niños, mirando al horizonte. Su primera infancia, en la que un plan o un programa de estimulación temprana desde la perspectiva feminista, podría hacer la diferencia. La estimulación temprana juega un papel muy importante en los primeros años de vida, porque en esta etapa se desarrollan y maduran capacidades esenciales en las áreas del lenguaje, la sensorial, la física y la psicológica, proceso que podría iniciarse desde los 45 días después del nacimiento.
4. ROSA MARÍA
En México en los últimos años, se puso en marcha La Agenda de la Infancia y la Adolescencia, fundamentada en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 y en la Ley General de los Derechos de Niñas y Niños y Adolescentes que, especialmente en su artículo cuarto dice: “Para los efectos de esta Ley, se entenderá por: Acciones Afirmativas, Acciones de carácter temporal, de políticas y prácticas de índole legislativa, administrativa y jurisdiccional que son correctivas, compensatorias y de promoción, encaminadas a acelerar la igualdad sustantiva entre niñas, niños y adolescentes”. Es con ese espíritu que convocamos a escritores y escritoras a darnos una mirada sobre cómo, desde la infancia, la familia ¬del tipo que se trate¬, escuela y medios de comunicación son ejes centrales para construir en las niñas otros horizontes, otras formas de ser y crecer; destacando el papel de la docencia y los efectos indeseables que aún propagan los medios de comunicación. Desde Inmujeres trabajamos para que las niñas y los niños se desarrollen en igualdad, con apoyos de educación y aprendizaje que las y los valore y, ojalá, con ejemplos en su entorno, formen mejores ciudadanos.
10. GABRIELA DELGADO
GONZÁLEZ JIMÉNEZ
BALLESTEROS
Especialista de Género en Educación
Mtra. en Psicología Clínica
5. CLAUDIO TZOMPANTZI MIGUEL
12. RICARDO BUCIO MÚJICA
Mtro. en Estudios de la Mujer
Lic. en Administración Pública
6. KARLA MAWCINITT BUENO
15. GUSTAVO GAMALIEL MARTÍNEZ PACHECO
Mtra. en Relaciones Públicas Internacionales
Lic. en Derecho
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UEVE LO SI
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ESTEREOTIPOS DE GÉNERO EN LA EDUCACIÓN DE NIÑAS Y NIÑOS YOLANDA AGUIRRE PLATAS
L
os estereotipos son creencias compartidas por una colectividad sobre las personas o sobre ciertos grupos a partir de ideas que simplifican la personalidad y exaltan de manera exagerada o burda algún rasgo físico o de comportamiento. Los estereotipos también pueden ser sexistas, estos se utilizan para reforzar la construcción tradicional del género que ubica a mujeres y hombres con determinadas actitudes, habilidades, comportamientos, roles, trabajos, entre otros atributos propios del género. El género es una construcción social que a partir del sexo se nos asigna desde antes de nacer, y durante todo nuestro ciclo de vida. Un ejemplo básico de esto es la vestimenta y accesorios de color rosa, el uso de juguetes, que reproducen roles de cuidadoras del hogar (como las muñecas, juegos de té, cocinitas, escobitas, etc.) se les proporciona exclusivamente a las niñas. En cambio, a los niños se les viste de colores azules y se les da juguetes que refuerzan su virilidad como los carritos, muñecos de superhéroes o de luchadores, entre otros. Un medio para la transmisión de los estereotipos de género es la educación. Hay muchas maneras y lugares donde se educa a niñas y niños. La familia elige la manera de educar que considera más acorde con sus valores. Además, la escuela es la institución por excelencia donde se provee de educación desde edades tempranas, no solo mediante la instrucción formal sino también la enseñanza de algunas habilidades sociales para la vida. La socialización fuera de la casa, con amistades en la escuela, o en
otros lugares culturales o recreativos, también forma estilos de vida. La educación es muy valiosa; sin embargo, no está exenta de impartirse sin estereotipos de género. Quizá surja la pregunta sobre cuál es el problema de que en la educación se utilicen los estereotipos de género, y la respuesta es sencilla: usarlos solo sirve para perpetuar la desigualdad existente entre mujeres y hombres, también para fomentar la discriminación y la violencia hacia las mujeres y lo femenino. Las niñas no solo deben ser bellas, dulces, complacientes, cuidadoras por excelencia, y el matrimonio y la reproducción no son su última finalidad en la vida. Las niñas en la actualidad pueden tener muchos planes para su vida, que incluyen, posiblemente, dedicarse a la ciencia, a las matemáticas o a la robótica. Hay que darles la oportunidad de hacerlo. También se debe educar a los niños desde la igualdad, reforzarles sus habilidades sociales para la sana convivencia y la tolerancia a la frustración mediante actitudes no violentas. Además, es necesario inculcar la corresponsabilidad en la vida cotidiana: en las tareas del hogar y de cuidado de la familia y sus integrantes. Educarlos con estereotipos solo los limita en las posibilidades de tener mejores habilidades emocionales. El papel de la familia es muy importante para ir modificando, mediante una educación enfocada en el respeto y la cooperación, estos patrones de desigualdad. También, el personal docente tiene una labor trascendente en este tema. Finalmente, los estereotipos de género son mandatos que restringen y coartan la personalidad y las expectativas de planes de vida de las niñas y los niños. Como sociedad tenemos la obligación de no transmitirles esos modelos que solo traen violencia, injusticia y desigualdad; tenemos el compromiso de hacer que tengan un futuro mejor que el nuestro.
Las niñas en la actualidad pueden tener muchos planes para su vida que incluyen, posiblemente, dedicarse a la ciencia, a las matemáticas o a la robótica.
Yolanda Aguirre Platas, Maestra en Políticas Públicas por la Universidad Autónoma Metropolitana.
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Academia
CÓMO SE CONSTRUYE LA IDENTIDAD DE GÉNERO ANA LAURA LARA LÓPEZ
L
a construcción de la identidad de género y su definición como mujeres o varones, implica analizarla como algo complejo y demostrar la necesidad de articular la categoría con otras, como “diferencia sexual” y “diferencias anatómicas o de sexo”. La socialización del género desde la sociobiología, lo cognitivo-evolutivo de la psicología social, toma en cuenta el desarrollo moral y la adquisición de la constancia e identidad para la tipificación de niñas y niños a partir de su socialización; entre los 5 y 7 años. Kolbert dice: cada infante se socializa a sí mismo/a; aprende en la escuela y en la casa de las actitudes estereotipadas, con ellas identifican un modelo para sí -el opuesto- y el binarismo sexual. Carol Gilligan afirma que las chicas no son menos maduras en juicios morales que los varones, razonan diferente sobre los dilemas morales; su visión es distinta. Gilligan no considera al androcentrismo e infravaloración social en la simbólica del género. Nancy Codorro y otras psicoanalistas feministas diferencian la importancia e impronta del psiquismo infantil, considerando la diferencia de trato que da la madre hacia un hijo o una hija. La sociología ve la diferencia anatómica y los papeles de género; la biología habla de diferencias ocultas (hormonales, genéticas, gonadales, anatómicas, fisiológicas), distintas a la anatomía aparente. Para Lamas, el reto actual, viendo el aporte de distintas corrientes feministas, propone dejar toda la experiencia personal marcada sólo por el género, en tanto construcción simbólica de lo social, sobre la anatomía diferenciada y concibe que cada quien elabore su diferencia sexual, como subjetividad inconsciente, permitiéndole identificarse libremente en femenino-masculino. Lacan investiga el cuerpo simbólico, el imaginario. La identidad sexual comprende la intersección conceptual vinculando cuerpo, género e identidad, donde se origina la multiplicidad de “identidades” que observan mujeres y varones, más allá de concepciones biologicistas. Comprender que identidad social de mujer, su posición psíquica, “sentirse” mujer y femenina. Asumir los atributos que la cultura asigna a las mujeres, no son procesos mecánicos e inherentes al hecho de tener cuerpo de mujer o de habérsele inculcado por los procesos educativos a la persona. Judith Butler, feminista deconstruccionista, argumenta sobre el conflicto del sexo/género/identidad, viendo al género como “performance”, actuación cuya condición coercitiva o ficticia se presta a un acto subversivo. El género es performativo, acto intencional o estrategia que pone en escena la interacción con los otros y cuya plasticidad está dada por lo contingente.
Así es posible subvertir al género, resignificándolo del binario varónmujer, inclusive, mediante nuevas ejecuciones de un género confuso-ambiguo, actuado por minorías hasta ahora no concebidas. Plantea como posible elegir nuestro género, resignificado, interpretando normas del género de modo que reproduzca y reorganice, mediante versiones propias ejecutadas como lo genuino para cada uno(a). Esta reconceptualización radical de la identidad abre una mayor capacidad de acción consciente, excluida por las diferentes posiciones feministas que subrayan la matriz heterosexual y “consideran que las categorías de identidad son fundacionales y fijas”. Butler recientemente dio un giro hacia el psicoanálisis, empeñándose en teorizar la identidad como una disposición compleja, formada mediante la pérdida y la ambivalencia, la melancolía y la finitud. Dada la complejidad en la construcción de la diferencia sexual en niñas y niños, el profesorado debe tener un criterio amplio y clara formación para saber tratar y escuchar al alumnado con respeto, en igualdad de oportunidades, trabajar incluso si es necesario conforme a las características grupales, en acciones afirmativas a favor de las minorías o personas vulnerables dentro del aula. Pues no solamente podemos encontrar niñas maltratadas en un grupo, también pueden existir doble o triple discriminación si se cruzan las variables de género, etnia, clase social, edad, discapacidades, entre otras más.
REFERENCIAS: • Buttler, Judith. 2006. Deshacer el género, Barcelona: Paidós Studio 167. 2000a Antigone’s Claim: Kinship Between Life and Death. Nueva York: Columbia University Press. • 2000b. “Restaging the Universal: Hegemony and the Limits of Formalism”, en J. Bugler, E. Laclau y S. Zizek (Eds.), Contingency, Hegemony, Universality: Contemporary Dialogues on the left. Londres: Verso. • 997a. The Psychic Life of Power: Theories in Subjection, Stanford: Stanford University Press. • 997b. Excitable Speech: a Politics of the Performative, Nueva York: Routledge. • 1996, “Gender as Performance”, en P. Osborne (ed.), A Critical Sense: interviews with intellectuals. Londres y Nueva York: Routledge. Pp. 109-26. • 1995a. “Contingent Foundations: Feminism and the Question of “Postmodernism”. S. Benhabib; J. Blutler; D. Cornell y N. Fraser. • 1995. Feminist Contentions: a Philosophical Exchange. Nueva York: Routledge. Pp. 35-58. • 1995b.“For a Careful Reading”. Feminist Contentions: a Philosophical Exchange. S. Benhabib; J. Blutler; D. Cornell y N. Fraser (Eds.). Nueva York: Routledge. Pp. 127-44. • 1990. Gender Trouble: Feminism and the Subversion of Identity, Nueva York: Routledge. • Butler, J. y J. W. Scott (Eds.). 1992. Feminist Theorize the Political, Nueva York: Routledge. • Chodorow, N. (1984) El ejercicio de la maternidad. Barcelona: Gedisa. • Epstein, D. y R. Jhonson (2000). Sexualidades e institución escolar. Morata: Madrid. • Kohlbert, Lawrence (1966). “A cognitive-developmental analysis of children’s sex-role concepts and attitudes”, en E.E. Maccoby (Ed.) The development of sex differences. Stanford, CA: Stanford University Press. (1969). “Stage and sequence: The cognitive-developtmental approach to socialization”,en D.A. Goslin (Ed.) Handbook of socialization theory and research. Chicago: Rand McNally. • Gilligan, C. (1982) In a different voice: Psycological theory and womens’s development. Cambridge, MA: Harvard University Press. • Lamas, M. (1999) “Género, diferencia de sexo y diferencia sexual”. ¿Género?, Debate Feminista, 10; 20: 84-106.
Asumir los atributos que la cultura asigna a las mujeres, no son procesos mecánicos e inherentes a tener cuerpo de mujer
Ana Laura Lara López, C.A. Estudios de Género en Educación. Universidad Pedagógica Nacional.
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Academia
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¿CÓMO SE APRENDE ACTUALMENTE A SER NIÑAS O NIÑOS? ROSA MARÍA GONZÁLEZ JIMÉNEZ
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esde que una mujer sabe que está embarazada y desea tener al bebé, hay una serie de fantasías que se juegan en torno a su futuro: que sea el mejor futbolista o un gran científico, o bien, si es niña, que sea feliz y le toque un buen marido. Son las coordenadas de su futuro. La madre y/o el padre –o ambos padres o ambas madres, dependiendo del tipo de familia–, serán quienes fijen las normas (no siempre explícitas) de cuál es la actuación “normal” para una niña o un niño; ellos mismos, en su tiempo y entorno cultural, aprendieron las pautas a seguir. Estas primeras orientaciones frecuentemente se refuerzan en la escuela no por mala intención del profesorado; simplemente aprendieron en los libros de Biología o de Psicología Infantil que el mundo se divide en dos y que en el mundo ideal las niñas y mujeres “naturalmente” son femeninas y ellos “naturalmente” masculinos. Si bien las hormonas condicionan, en alguna medida, la voz o la forma del cuerpo, de ello no necesariamente se deriva que la actuación sea radicalmente diferente. Son estos libros de Biología los que en la escuela repetirán que hay dos y solo dos formas de ser humano: mujer u hombre, lo que refuerza eso que los psicólogos llamaban roles sexuales. Lo curioso de este hecho presentado como universal, es que cada generación imprime su sello particular en torno al ideal de qué actividades realizar en casa y fuera, cómo vestir, qué estudiar y en qué trabajar. Por lo demás, no puede soslayarse el peso que la industria cultural tiene en la conformación de identidades dicotómicas. Desde el nacimiento has-
ta la muerte anuncian ropa, juguetes, insumos y tecnologías diferenciadas por sexo. Además, si la imagen de ser “mujer u hombre” proviene de modelos extranjeros (Brigitte Bardot-Angelina Jolie o Robert RedfordLeonardo DiCaprio) siempre estaremos intentando imitarlos, con frustración por haberse constituido un modelo de belleza que no corresponde al mexicano. Cotidianamente, nadie cumple a cabalidad las normas y modelos fijados para la feminidad o la masculinidad –tipos ideales, pero no la realidad–. Además de presentarlos como sujetos invariantes –siempre los mismos– cuando a ratos podemos ser dulces y cariñosos, y en otros momentos agresivas y desconsideradas. La mejor medicina para una buena educación es aprender a mirarnos desde nuestra propia genealogía, nuestras madres y abuelas, padres y abuelos, y copiar lo mejor que ellos nos han legado y disculpar –como casi siempre lo hacemos– aquellos momentos que no actuaron como esperábamos. Sabemos de materiales y formación que el Instituto Nacional de las Mujeres y la Secretaría de Educación Pública impulsan para erradicar comportamientos sexistas. No podemos responsabilizar solamente a los agentes educativos de lo que no ocurre fuera de sus muros, ya que si bien, seguramente incidirán algunos de ellas y ellos para erradicar el sexismo y la violencia contra las mujeres, por sí misma la institución educativa no puede transformar un mundo cada vez más violento. Es momento de llamar también a cuentas a los medios de comunicación y empresas comerciales.
No puede soslayarse el peso que la industria cultural tiene en la conformación de identidades dicotómicas. Desde el nacimiento hasta la muerte anuncian ropa, juguetes, insumos y tecnologías diferenciadas por sexo
Rosa María González Jiménez, Especialista de Género en Educación, Universidad Pedagógica Nacional.
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Academia
EL JUEGO COMO SOCIALIZADOR DEL ORDEN DE GÉNERO ILUSTRACIÓN: SHUTTERSTOCK
Esta actividad ayuda a aprender, a cuidar y a empatizar con otras personas.
CLAUDIO TZOMPANTZI MIGUEL
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na de las primeras formas de socialización, de convivir, de acercarnos a las y los demás es el juego. A través de él expresamos sentimientos, pensamientos, actitudes y nuestro ser en el mundo. El juego es, a grandes rasgos, una forma de construirnos como sujetos sociales. Es a través del juego que aprendemos las normas que se encuentran en nuestra sociedad. Sin embargo, no siempre ese orden social es positivo para nuestro desarrollo. Los diferentes movimientos y estudios feministas se han encargado de evidenciar que en este orden social, las mujeres ocupan un lugar de subordinación con respecto a los hombres en todos los ámbitos de la sociedad y en las diferentes etapas de la vida. Así, el juego es un elemento que repite estas inequidades y es una forma primaria de creación de estereotipos de género. La palabra estereotipo viene del griego stereós que significa rígido o sólido y tipós, que significa imagen, impresión o molde. En el orden cultural que llamamos género, el estereotipo es una idea rígida de lo que esperamos sean mujeres y hombres en nuestra sociedad. Ideas que delimitan la vida de las personas desde los primeros años de vida, limitándola a dos posibilidades, el mundo de las niñas y el mundo de los niños, donde ambos mundos son contrarios, excluyentes y donde se instalan relaciones de poder, es decir se valora un mundo más que el otro, lo masculino por encima de lo femenino. Estos estereotipos de género se encuentran desde nuestros primeros años de vida, desde las ropas y colores que nos asignan (rosa para las niñasazul para los niños) hasta el trato que recibimos por parte de los adultos.
Es común que a las personas que llamamos niñas se les promueva el juego a través de muñecas y utensilios domésticos, aprenden con el juego que su papel es el cuidado y servicio a los demás, así como la maternidad obligatoria, ser para los demás. En cambio, las personas que llamamos niños se socializan desde la competencia y la violencia, nos inculcan la agresividad, nos regalan superhéroes, balones, carros, es un ser para sí. Estos juegos no son inofensivos, pues en la vida adulta se transformarán en desigualdades sociales. También mediante el juego aprendemos a tratar diferente a las personas de acuerdo con el orden social de género. Los tratos son más rudos y menos afectivos con los niños, mientras que para las niñas los tratos son más cariñosos, con más contacto afectivo, pero con ideas limitantes sobre sus capacidades. De esta manera podemos ver cómo el juego se vuelve una forma de reproducir las desigualdades. El reto es transformar el juego, donde no se divida la vida, donde el cuidado y las labores domésticas no sean puestos en las niñas como su obligación sino como una labor necesaria para la vida y donde deben participar los niños para aprender a cuidar y empatizar con otras personas. Eliminar la violencia y la desigualdad de los juegos. Juegos donde la vida social sea una posibilidad para las niñas, donde puedan tener otros modelos, ser doctoras, ingenieras, profesoras o científicas. Es en el juego donde se reproducen los estereotipos, pero también es en el juego donde podemos transformar nuestra sociedad en una libre de violencia y discriminación. El juego nos dice mucho de nuestra sociedad y de sus desigualdades. Cambiemos los juegos para cambiar la sociedad y cambiemos nuestra sociedad para que el juego sea un espacio primario de respeto e igualdad.
El reto es transformar el juego, donde no se divida la vida, donde el cuidado y las labores domésticas no sean puestos en las niñas como su obligación, sino como una labor necesaria para la vida
Claudio Tzompantzi Miguel, Maestro en Estudios, de la Mujer. Académico de la Facultad de Psicología de la UNAM.
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ONG
EDUCACIÓN BASADA EN LA IGUALDAD Eduquemos niños y niñas en igualdad de oportunidades, pero también de responsabilidades, porque los estereotipos de género en edad temprana pueden ser dañinos.
KARLA MAWCINITT BUENO
H
ablar sobre educación representa en sí un reto. En México, hoy en día 30 millones de mexicanos mayores de 16 años se encuentran en rezago educativo. Es increíble que tengamos estos resultados cuando 84.3% del presupuesto de la Secretaría de Educación Pública se “gasta” en sueldos para los maestros, en mantener un sistema enorme y complejo, un elefante blanco que, sin duda, es obsoleto y que resulta cada vez más cuestionable si debe de existir bajo las mismas condiciones. Es inaudito, cuando al revisar las estadísticas se encuentra que los niños con mejores resultados en el sistema de educación pública en nuestro país son los niños que estudian telesecundaria, es decir, que no tienen un maestro en el salón, sino un guía para su aprendizaje.
Karla Mawcinitt Bueno, Maestra en Relaciones Públicas Internacionales. Fundación Por México.
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¿Qué pasa cuando hablamos de estereotipos de género en la educación de niños y niñas? El estudio global Early adolescent de la Organización Mundial de la Salud y la Universidad de John Hopkins, desarrollado en 15 países, concluye que los estereotipos tienen consecuencias negativas en los niños. Padres, madres y educadores que defienden, cada vez más, una educación basada en la igualdad insisten en que son muchos los actores que intervienen para conseguirlo, como es el caso de las empresas de ropa, asociaciones por la igualdad, intervenciones educativas igualitarias o los muchos padres actuales cuya mentalidad difiere de las anteriores generaciones. Los expertos aconsejan trabajar en igualdad de género en la infancia y no esperar a la adolescencia. En nuestro país la situación es muy similar, pero se agrava mucho más en las zonas donde hay mayor rezago educativo, en caso de que tengan la oportunidad de mandar a los hijos a la escuela, la decisión de los padres y las madres es mandar a sus hijos varones y dejar en casa a las niñas
Los expertos aconsejan trabajar en igualdad de género en la infancia y no esperar a la adolescencia
¿Qué pasa cuando esa niña logra salir de su casa para ir a la escuela? Sucede que tiene que probar que sabe, que puede y quizás se enfrente al escrutinio de sus profesores y compañeros de clase que, con la mano en la cintura, le pueden cuestionar si se merece o no ocupar un espacio. Educar sin estereotipos comienza en casa, desde que estamos esperando al bebé, desde que pensamos en azul o rosa, en muñecas o carritos, en legos o cocinita, estamos creando estereotipos sin saberlo que se recrudecen en una realidad que más tarde se traduce en ingenieros o amas de casa. En México hemos avanzado y mucho, mi generación sobre todo se ha propuesto educar a niños y niñas en igualdad, no solo de oportunidades sino de responsabilidades. Hoy nuestros niños crecen escogiendo qué color es su favorito, si quieren usar o no aretes, si quieren jugar futbol o tomar clases de ballet, sin importar su género; hoy los niños y las niñas tienen la oportunidad de crecer libres de estereotipos, tienen voz para elegir y también libertad. Hoy no es cuestión de género, es cuestión de preparación, de tomar las oportunidades que se te presentan, de inteligencia, de estar parados en el mismo estrado y al mismo nivel; para lograr esto, en México necesitamos empoderar a las niñas y a los niños para que nadie sea más o menos que el otro, tenemos que educarlos en armonía, en equipo para lograr resultados juntos como país y así lograr un México ganador.
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—sin preguntar su opinión— para que se encarguen de tareas del hogar, cuiden de sus hermanos pequeños, mientras los futuros hombres de la casa se preparan para conquistar el mundo. Este es solo uno de los problemas, no se puede generalizar, pero a las niñas en la mayoría de los casos, no se les permite hablar, no se les permite expresar sus ideas y lo peor no es que no se les permita, es que en México no se les enseña. En esta situación las niñas, algunas veces, crecen en un entorno de desconfianza sobre sus alcances, con poca autoestima y tienen que reforzar sus creencias fuera de su casa. Se tienen que reinventar.
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Reportaje POR: REDACCIÓN TODAS
ESTIMULACIÓN TEMPRANA
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a estimulación temprana o atención temprana es un descubrimiento reciente en la psicología. Se trata de aprovechar al máximo las capacidades mentales y físicas del bebé realizando actividades adecuadas con objetivos específicos para facilitar su óptimo desarrollo. La psicología moderna dice que a través de técnicas —que pueden realizarse en las guarderías—, los niños y las niñas aprenden a ser hombres o mujeres. Aunque ello ocurre desde antes. Dice el doctor Campbell Leaper1 que cuando una pareja concibe un bebé, la primera pregunta que hacen generalmente es si van a tener una niña o un niño. La asignación del género se convierte en una poderosa identidad social que determina su vida futura desde la concepción. Durante la primera infancia, las niñas y los niños pasan parte de su tiempo en el hogar; pero hoy suelen pasar mucho tiempo en los centros infantiles, ahí se pueden desarrollar planes de estimulación temprana con una perspectiva de género. Si dentro de sus familias, niños y niñas reciben las primeras lecciones de género, donde son influenciados con una conducta modelo, que fomentan comportamientos y actividades diferentes en hijos e hijas, las familias también pueden conocer técnicas de estimulación temprana. La estimulación temprana o atención temprana fomenta el desarrollo psicomotor del bebé, así como su desarrollo cognitivo; a través de actividades donde se se divierten, se facilitan aprendizajes futuros. Esta técnica se realiza desde el nacimiento del bebé hasta los 6-7 años porque es en este período donde se va desarrollando la estructura del pensamiento y la personalidad. Muy importante es la intención con la que se realizan estas actividades estimulantes para que el/la bebé desarrolle autonomía e independencia; así como su psicomotricidad, habilidades cognitivas, sensoriales y de lenguaje. Aquí radica la importancia de la estimulación temprana. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés), estimular a los niños y niñas en edad preescolar es de máxima importancia. El resultado de varias investigaciones en el campo de la antropología, la psicología del desarrollo, la medicina, la sociología y la educación evidencian la importancia que ocupan los
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Se trata de un conjunto de técnicas que favorecen el desarrollo social, físico y psicológico de las niñas y los niños.
primeros años de vida en la construcción de la inteligencia, la personalidad y el comportamiento social. “Aunque la configuración física determinada biológicamente se desarrolla en las etapas prenatales, las conexiones neuronales dentro del encéfalo determinantes del desarrollo posterior, son producto de la relación del niño/a con su entorno (humano y material) preparándose así el desarrollo de las funciones intelectuales, emocionales, físico inmunológicas y sociales más significativas” (Mustard 1998; Carnegie 1994). Es ahí, dice el UNICEF, donde se implantan los primeros conocimientos de género que después van a conformar la personalidad. Cuando se habla de determinantes del desarrollo, el eje central es el cerebro, el órgano que controla las principales funciones del ser humano; este se desarrolla 80% en los tres primeros años de vida, niños y niñas han adquirido la capacidad para hablar, comunicarse, pensar y se han formado los fundamentos de los valores y comportamientos sociales. La mitad del potencial del desarrollo intelectual se ha establecido a los cuatro años (Rivera, 1998). Por ello, el UNICEF recomienda desarrollar un programa oficial y estatal de Estimulación Temprana en los Centros de Desarrollo Infantil. La técnica es como se señala al comienzo: los niños y niñas aprenden mejor cuando tienen objetos que pueden manipular o cuando pueden explorar el mundo que los rodea, realizando acciones de ensayo y error en un ambiente seguro y estimulante. Así bien, “los infantes que reciben protección y cariño durante su primera infancia tienen más probabilidades de sobrevivir y crecer saludablemente; de padecer menos enfermedades y trastornos y de desarrollar al máximo sus aptitudes cognitivas, lingüísticas, emocionales y sociales” (UNICEF, 2008).
La estimulación temprana o atención temprana fomenta el desarrollo psicomotor del bebé, así como su desarrollo cognitivo; a través de actividades donde se divierten, se facilitan aprendizajes futuros
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REFERENCIAS: [1] Department of Psychology, University of California, Santa Cruz, EE.UU. septiembre 2014 Guía para la elaboración de planes de estimulación para la promoción del desarrollo infantil de niños y niñas de 1 a 6 años y 11 meses. Género: Socialización Temprana: Carol L. Martin, PhD, Arizona State University, E.U. Editado por UNICEF
Academia
NIÑAS REBELDES PARA ROMPER ESTEREOTIPOS Debemos hacer a un lado los roles de género tradicionales sexistas, mediante la ayuda de los medios de comunicación.
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oy Carlota, la última princesa rosa. Desde que nací, siempre había vestido de rosa, mi armario estaba lleno de ropa rosa, las sábanas y la almohada de mi cama eran rosas… Todo a mi alrededor era del mismo color y yo me preguntaba si había algo más aburrido que ser una princesa rosa. Todas las princesas que conocía eran cursis y se pasaban el día besando sapos para ver si alguno se convertía en príncipe azul. Pero yo era diferente. Quería surcar los mares, viajar, rescatar príncipes, ser astrónoma o cocinera…” Como nunca tenemos la certeza de romper con los roles de género desde la infancia, Raquel Díaz Requena escribió este cuento para que las niñas deseen y sueñen ser, no lo que les hacen creer que deben ser. Pese a esfuerzos como esta historia, los mensajes que circulan reproducen estereotipos sexistas. Muchas investigaciones lo confirman: un estudio sobre publicidad (1979) advirtió: “Los formatos de los anuncios son diferentes para niños y para niñas. El formato de comerciales muestra a las niñas más suaves, más débiles y más pasivas con una música de fondo más suave, cambios de imágenes más lentas e imágenes más decoloradas y difusas”. En 1990, Marion Young llamó “ineptitud” femenina en los deportes a la idea difundida de que a las niñas no se les estimula tanto como a ellos para desarrollar habilidades corporales específicas. Los juegos de niñas se muestran como más sedentarios y encerrados que los juegos de niños. Siempre circulan mensajes que logran persuadir a los públicos infantiles femeninos. “La niñita adquiere muchos hábitos sutiles de comportamiento corporal femenino, aprende activamente a entorpecer sus movimientos. Se le dice que debe ser cuidadosa para no lastimarse, no ensuciarse, no desgarrarse la ropa; se le dice que las cosas que desea hacer son peligrosas para ella... Cuanto más asume una niña su estatus como femenino, más se toma a sí misma como alguien frágil e inmóvil, y pone en acción activamente su propia inhibición corporal”. En 2014, analizando los contenidos de las telenovelas vistas por niños y niñas, una especialista advirtió: “Lo que pasa con las telenovelas es que muestran una realidad distorsionada, pero los niños no lo perciben así
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ELVIRA HERNÁNDEZ CARBALLIDO
y esto puede implicar que, desde muy pequeñas, las niñas por ejemplo, empiecen a tener aspiraciones como casarse con un hombre rico para salir de pobre de una manera mágica, literalmente. En tanto, un niño que ve telenovelas también está expuesto a estímulos eróticos que no alcanza a entender y que distorsionan el entendimiento de la sexualidad”. En 2015, Isabel García Monge propuso cómo detectar el sexismo en el cine infantil. La técnica propuesta fue el “Test Bechdel” prueba con tres categorías: 1) que en la película salgan dos o más personajes femeninos con nombre; 2) que exista conversación entre ellas; y 3) que su conversación no esté relacionada con un personaje masculino. Los resultados fueron: “…únicamente 20% del grupo de películas analizadas tiene como personaje principal a una mujer o niña. El resto, 80%, tienen protagonista masculino. Ninguna de las carteleras de estos filmes presenta únicamente el retrato de una mujer, 60% de ellas enmarca la figura masculina protagonista y 40% restante tiene cartelera mixta, es decir, ofrecen la imagen de personajes masculinos y femeninos. Y, por último, es importante remarcar que solamente 20% aprueba el Test de Bechdel…” Desde hace años, estudios de la comunicación aseguran que los medios no se han transformado significativamente, por lo que continúan reproduciendo roles de género en el público infantil. La desigualdad entre hombres y mujeres se difunde como algo “normal”. García Monge señala “… el ámbito cinematográfico, al igual que los medios de comunicación, aún no se ha sumado al proceso de cambio, cuyo fin es lograr una sociedad equitativa. Pues si hay algún factor vital que pueda promover ese cambio, son ellos, los medios”. Los esfuerzos van ganando espacios, pero no al ritmo deseado por quienes proponemos, desde la más tierna infancia, que niñas y niños no crean ya jamás que su género es una limitación.
Los esfuerzos van ganando espacios, pero no al ritmo deseado por quienes proponemos, desde la más tierna infancia, que niñas y niños no crean ya jamás que su género es una limitación
Elvira Hernández Carballido, Profesora Investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
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Academia
Estos materiales educativos mediatizan al alumnado, coartan sus derechos, libertad de pensamiento, expresión y participación a los niños y las niñas.
GABRIELA DELGADO BALLESTEROS
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os libros abren horizontes, imaginan nuevos mundos, formas de ser y estar, pero no existe un libro hasta que no hay una persona que lo tome en sus manos y pose sus ojos en él. Un libro se termina de escribir cuando alguien lo lee. Los libros más importantes son aquellos que a partir de su narrativa permiten aprender, conocer, soñar, desear. Que su lectura humaniza a las personas. Necesarios para el sistema educativo y la enseñanza/aprendizaje, se juzgan desde dos enfoques: la reproducción o la transformación. En la reproducción mantienen el statu quo, donde se mantienen y difunden las condiciones sociales, económicas y de género existentes. Esos materiales educativos mediatizan al alumnado, coartan sus derechos, libertad de pensamiento, expresión y participación. El enfoque de la transformación busca cómo construir y reconstruir conocimientos con análisis crítico; el estudiantado se involucra no solo con la mente e inteligencia sino con sentimientos, motivación y deseos; privilegia los saberes cotidianos, como la reconstrucción de los contenidos educativos. Los libros de texto dan significado a los contenidos disciplinares: español, matemáticas, ciencias naturales, ciencias sociales y sus ramificaciones (gramática, biología, cálculo, historia), reconocen la zaga de la humanidad mediante descubrimientos, creaciones, cultura. Los libros que la Secretaría de Educación Pública entrega a cada niña y niño en la educación primaria, bajo el principio de gratuidad, en realidad pagados con los impuestos, son un orgullo y ejemplo aplaudido y envidiado en el mundo. Esta política pública surgió en los años 60, garantizando: uno, que todas las niñas y niños en primaria cuenten con materiales necesarios para su aprendizaje, independientemente de su condición social. En muchos hogares son los únicos libros para la familia. Dos: asegura que
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LOS LIBROS DE TEXTO ESTÁN ABIERTOS A LA IGUALDAD
los contenidos educativos sean universales, desde cualquier lugar del país, en escuelas públicas y privadas. En general, estos libros benéficos para quien los tiene, contienen un enfoque que reproduce las condiciones de vida; las mujeres no existen y aparecen en posición subordinada o están invisibles y negadas. Textos estereotipados, roles y valores genéricos, diferentes y desiguales; sería maravilloso mantener la diversidad que caracteriza al género humano, el problema es que minusvalora a la parte que mantiene a la especie: las mujeres. Así la medida de la norma es el género masculino. Los libros de texto contienen concepciones androcéntricas; se prueba a partir de analizar lenguaje e imágenes y su relación con el pensamiento, las actitudes y la motivación que suscitan. Respecto del lenguaje escrito, hay dos principios; primero, cada palabra cobra sentido a partir de los significados que se tienen de ella y lo significante que pueda ser para cada persona en función de lo que le evoca o lo que le permite imaginar o crear y, el segundo, es que lo escrito no se lo lleva el viento, sino que queda plasmado como una consigna eterna. El lenguaje amplía horizontes, es la forma donde el pensamiento se alimenta para crear y construir conocimientos. Lo dicho por Wittgenstein: “el lenguaje muestra los límites de nuestro mundo”, en otras palabras, lo que no se nombra y no se escribe, no existe. En los libros de texto el lenguaje es sexista; basado en reglas caducas, androcéntricamente construidas que invisibilizan a las mujeres. En la materia de español se explicita con lo dicho; en biología, en lo narrado y las imágenes, solo existe “la evolución del hombre”, no hay imágenes dando cuenta de las mujeres en la evolución, que constaten cómo tuvieron parte en la reproducción biológica. En historia, contamos con los dedos de una mano referencias a mujeres ilustres, siempre relacionándolas con sus padres, esposos e incluso con su descendencia, olvidando que la humanidad ha estado sostenida, cotidianamente, por la labor invisible de las mujeres. Veamos lo que pasó con la vida del físico Stephen Hawking, no se tomó en cuenta la solidaridad y el trabajo de sus esposas, eso que le permitió vivir a pesar de su inmovilidad o el caso de Madame Curie, quien llegó tarde al Premio Nobel por prejuicios de género. De la imperfección de los libros de texto tal y como están, podríamos pasar a su perfección; lograr igualdad sustantiva (de oportunidades, participación, trato y resultados) entre mujeres y hombres, revalorar que haga la docencia, con visión crítica y reflexiva sobre la narrativa estereotipada y devaluatoria de las mujeres, más de la mitad de la humanidad. Transformar el futuro con horizontes de bienestar, justicia y paz para quienes habitamos la madre tierra.
Los libros más importantes son aquellos que a partir de su narrativa permiten aprender, conocer, soñar, desear. Que su lectura humaniza a las personas
Gabriela Delgado Ballesteros, Investigadora Asociada C, Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación; Maestra en Psicología Clínica.
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EDUCAR SIN ESTEREOTIPOS, UN DERECHO DE NIÑAS Y NIÑOS PABLO NAVARRETE GUTIÉRREZ
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os estereotipos de género son altamente nocivos para los derechos de las niñas y los niños, ya que determinan, de manera arbitraria y muchas veces inconsciente, cómo deben ser, qué deben hacer y cómo deben comportarse en su entorno social, dando lugar, desde la infancia y a lo largo de toda la vida, a situaciones de desigualdad, discriminación y violencia. Tienen tal arraigo social y cultural, que llegan a predestinar el futuro y proyectos de vida de niñas y niños, que empiezan a manifestarse desde que nacen, con la aparente inofensiva práctica de comenzar a distringuirlos por colores de acuerdo con su sexo, ellos de azul, ellas de rosa. Estos estereotipos se han convertido en un verdadero instrumento de “entrenamiento social” para perpetuar el control y sometimiento sobre las mujeres. Desde niñas se les entrena para ser madres, tiernas, cuidadoras, abnegadas, sufridas, dóciles, débiles y obedientes. Se les entrena para vivir para los demás y no para sí mismas. La que se revela a estos designios, paga muy caro las consecuencias de su atrevimiento, que van, desde el severo señalamiento familiar y social hasta la muerte violenta. Para la ONU, un estereotipo de género es una opinión o un prejuicio generalizado acerca de atributos y características que hombres y mujeres poseen o deberían poseer y de las funciones sociales que ambos desempeñan y, es nocivo cuando limita su capacidad para desarrollar sus facultades personales, realizar una carrera profesional y tomar decisiones acerca de sus vidas y sus proyectos. Así, por ejemplo, si se considera que las mujeres están predestinadas a la procreación y son mejores para las labores de cuidado, se les impondrá ser madres y sobre ellas recaerá de manera, casi exclusiva, el cuidado de las hijas e hijos, así como de las personas enfermas y mayores de edad; si se considera que las mujeres son propiedad sexual de los hombres, se
justificará entonces el acoso y hostigamiento sexual, la violación e incluso el feminicidio. Así podemos seguir con la larga lista de estereotipos de género y sus graves consecuencias sobre los derechos humanos de las mujeres. Por eso, lo primero que debemos hacer es saber que existen e identificarlos para erradicarlos. En el ámbito del derecho internacional de los derechos humanos, como Estado mexicano, nos hemos obligado a eliminar la discriminación contra hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida. Esta obligación nos exige adoptar medidas para abordar los estereotipos de género, tanto en la esfera pública como en la privada, así como evitar su utilización. La Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), establece en su artículo 5 que “los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres, con miras a alcanzar la eliminación de los prejuicios y las prácticas consuetudinarias y de cualquier otra índole que estén basados en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos o en funciones estereotipadas de hombres y mujeres”. Hace poco más de una década, con la entrada en vigor de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, el Inmujeres impulsó la revisión de los libros de texto gratuito para eliminar imágenes y lenguaje estereotipado y sexista. Se logró un importante avance, pero esta tarea no ha concluido del todo, hay que concretar el cambio social y cultural para que los estereotipos de género pierdan vigencia. Debemos seguir trabajando para garantizar a las niñas y niños de nuestro país una educación formal y no formal, libre de estereotipos de género si es que deseamos concretar una sociedad en la que la discriminación y violencia contra las niñas y mujeres, simplemente no tenga cabida.
Debemos adoptar medidas para abordar los estereotipos de género, tanto en la esfera pública como en la privada, así como evitar su utilización
Pablo Navarrete Gutiérrez, Maestro en Derechos Humanos y Democracia por la Facultad de Ciencias Sociales, sede México.
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SIPINNA
YO QUIERO SER… NIÑA Y ELEGIR EN LIBERTAD Es necesario hacer a un lado los estereotipos para que las niñas puedan tener libre albedrío y elegir lo que desean ser.
RICARDO BUCIO MÚJICA
E Ricardo Bucio Mújica, Licenciado en Administración Pública, Universidad Iberoamericana. Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA).
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n México durante 2015, más de 11,000 niñas de 10 a 14 años fueron madres. De ellas, el 16% tiene la primaria incompleta o no tiene estudios. En casi la mitad de estos casos, el padre es un hombre mayor de 19 años. Lamentable y asombrosamente, estas cifras no parecen ser conocidas, o no parecen ser causa de alarma social. Y parece que, en la educación formal y en la informal, en las relaciones sociales e intrafamiliares, se han normalizado formas de abuso, violencia o desigualdad intrafam a las que predisponen los estereotipos de género a niñas y adolescentes. Esto lo l podemos observar en el comentario familiar cuando una niña cocina no n es “puedes ser una gran chef”, sino un “ya te puedes casar”; cuando a las niñas se les imponen talleres de mecanografía o estética y se les bloquean las clases de mecánica automotriz; cuando en el lentodos los días las invisibilizamos y si las hacemos presentes, estamos guaje tod cometiendo, según algunos, una falta ortográfica. cometie Y es qque en México estamos llenos aún de simbolismos sobre lo que supone es lo “femenino” y lo “masculino”. La repetición y reproducción se supon de estos estereotipos comienza con la elección de determinados colores dependi dependiendo del sexo de un niño o niña aún en el vientre materno, en el tipo de d juguetes e incluso con la asignación diferenciada de tareas. Hay quienes q cuestionan por qué aún debe haber un día de la niña en específi específico o que promueva a las mujeres en la ciencia o incluso que exista una u institución dedicada a abatir la desigualdad de género, debido a qque aseguran que las mujeres ya tienen el mismo acceso a oportunidad tunidades que los hombres. Ojalá fuera así, algún día lo será. Pero hoy la realidad y los datos hablan de profundas, profu perniciosas y graves desigualdades. Solo por citar algunos ejemplo ejemplos: el segundo motivo de deserción escolar en niñas y adolescentes es estar es embarazadas o haberse casado; son las principales víctimas de la violencia vio en entornos familiares y son las que le dedican más horas a las labor labores domésticas (asistiendo o no a la escuela). Según datos de la Encuesta Intercensal del INEGI del 2015: las mujeres tienen tie mayor permanencia en la escuela y terminan en tiempo
sus estudios respecto de los hombres, desde el nivel primaria hasta educación superior; sin embargo, la brecha de género en la matrícula de educación superior se amplía desfavoreciendo a las mujeres, ya que ingresa 49.4% de mujeres frente a 50.6% de hombres, aún y cuando se tiene mayor eficiencia terminal de mujeres (75.6%) que de hombres (66.6%) en educación media superior. Y esta lista puede seguir: la proporción de mujeres jóvenes que no estudian ni trabajan es de 35%, la segunda tasa más alta de la OCDE. En México, las mujeres jóvenes tienen cuatro veces más probabilidades que los hombres jóvenes de no estudiar ni trabajar. Cerca de dos tercios de las jóvenes que no estudian ni trabajan, son madres. Combatir, por tanto, a los estereotipos de género dentro de la educación formal e informal cobra mucha importancia; desterrar incluso la expresión de que necesitan “encontrar un buen partido”, y dotarlas más bien de herramientas para ser personas que toman decisiones por sí mismas, que tienen condiciones equitativas (sin desventajas ni obstáculos impuestos socialmente) para construir sus propios proyectos de vida. Y en todo ello, como uno de los elementos centrales de la narrativa que expresa una visión patriarcal, es necesario que niñas y adolescentes dejen de escuchar que el matrimonio y la maternidad son una especie de seguro de estabilidad o manutención, además de la convención socialmente aceptada. Una niña, cada una de ellas, cada adolescente, debe poder soñar su futuro, poder ejercer sus libertades, tener certeza de que tiene derechos en igualdad de condiciones. De que debe poder elegir el momento de tener pareja o ser madre, si lo desea. Debe ser niña y desarrollarse para ser joven. No madre, no niña teniendo niños, no pareja de adultos, no mujer condenada a la reproducción intergeneracional de la pobreza. Depende de todas y todos. No de ellas.
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Es necesario que niñas y adolescentes dejen de escuchar que el matrimonio y la maternidad son una especie de seguro de estabilidad o manutención, además de la convención socialmente aceptada
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Consejo Social
SÉ LA MUJER QUE TE DÉ LA GANA DE SER RAQUEL ARELY TORRES MIRANDA
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esde antes de nacer, las niñas estamos rodeadas de estereotipos que nos van indicando cómo sí y cómo no debemos ser según las exigencias socioculturales de la época en que vivimos. Es increíble que aún existan en nuestros días, miles de prejuicios en contra de las niñas. Como muestra, hay miles de ejemplos, como el priorizar el nacimiento de un varón con razones tan discriminatorias como “se va a perder el apellido”, “hay que perpetuar la familia”, “las viejas (sic) solo vienen a sufrir”, “para que gasto en ella, si finalmente se va a casar y la van a mantener”, “las niñas son un estuche para caballeros” y una lista tristemente interminable de dichos y frases populares que nos reflejan el odio hacia las mujeres, desde que somos niñas. No es cosa fácil educar a las niñas bajo un esquema de igualdad cuando tenemos todo un contexto que nos ha vendido por siglos la idea de que las mujeres y, en especial, las niñas, tienen menos derechos por el simple hecho de serlo. Pero, ¿cómo es la situación de las niñas en el mundo? A pesar de todos los esfuerzos y los valiosísimos avances, nos sigue faltando mucho por hacer. Por ejemplo: • 70 millones de niñas fueron víctimas de violencia física antes de los 15 años. • 64 millones de niñas en todo el mundo están casadas. • 120 millones de niñas han sido víctimas de relaciones sexuales forzadas (violaciones) y otras agresiones. • 126 millones de niñas y adolescentes piensan que a veces se justifica que un hombre golpee a su esposa. • 11% de las niñas contraen matrimonio antes de cumplir 15 años. • 3 de cada 10 adultos creen que hay que recurrir al castigo físico para educar y solo 36 naciones en el mundo brindan protección jurídica a menores contra toda forma de castigo. • 84 millones de adolescentes de 15 a 19 años han sufrido algún tipo de violencia por parte de sus parejas (esposos o novios). • 92 millones de niñas de 10 años o más han sufrido mutilación genital en África. En América Latina y el Caribe, casi 20% de los partos son de madres adolescentes y en México, hay 19.3 millones de niñas de 0 a 18 años, es decir, son 36.2% de las mujeres mexicanas, de las cuales, 204,000 adolescentes de 15 a 17 años y 11,682 niñas de 10 a 14 años ya son mamás, lo cual, como ha sido demostrada en infinidad de investigaciones, la mayoría de estas niñas no terminará sus estudios lo cual, casi inevitablemente, las condenará a tener una menor calidad de empleo y muy seguramente, recibirán un sueldo mucho menor a lo que deberían ganar para cubrir sus necesidades básicas. También es sabido que un año extra de primaria en las niñas, eleva su eventual salario en 10-20% y, conforme aumenta su escolaridad, las mujeres tienen más posibilidades de un salario mayor. Según datos de la Encuesta Intercensal 2015, en México, 63.3% de niñas de 3 a 5 años de edad cuenta con algún grado de preescolar, reflejando esto que 1,146,359 no asisten a la escuela. Cuando las niñas están en el rango de 6 a 11 años, de cada 100 niñas, dos no asisten a la escuela y el porcentaje de niñas que no tienen habilidad de lectoescritura es hasta de 16.2% en algunas poblaciones.
Sin duda, se han hecho grandes esfuerzos por impulsar el acceso de las niñas a las aulas, sin embargo, eso es solo el principio del gran reto que se tiene enfrente. Se debe también garantizar que la educación que reciban esté libre de sesgos sexistas que abonen a los estereotipos que comúnmente las rodean en las diferentes esferas de su vida. Hay diversos estudios que hablan sobre estereotipos y hacen evidente el impacto que éstos tienen en la vida de las personas. Robert W. Blum, Kristin Mmari, y Caroline Moreau publicaron un estudio en el Journal of Adolescent Health donde demuestran que a la edad de 10 años los niños y las niñas tienen definidas muchas de las habilidades, destrezas o imposibilidades de hombres o mujeres, según lo que la sociedad les ha dicho o mostrado de lo que puede o no hacer cada persona según su sexo. Esta investigación en concreto se basa en el periodo de la preadolescencia y se llevó a cabo en 15 países diferentes: Ecuador, Bolivia, Bélgica, Escocia, Estados Unidos, Sudáfrica, Malawi, Kenya, República Democrática del Congo, Burkina Faso, Nigeria, Egipto, Vietnam, China e India. A pesar de las diferencias culturales, este estudio muestra las grandes similitudes que se dan cuando se habla de estereotipos de género, decidiendo agrupar las consecuencias de éstos en los siguientes cinco puntos: 1. El mito hegemónico. Este mito hace alusión a la idea de que las niñas son vulnerables mientras que los chicos son fuertes e independientes. Incluso en los casos donde los padres reconocían la vulnerabilidad como un derecho de sus hijos seguían protegiendo más a sus hijas. 2. La pubertad para las chicas como la representación de la sexualidad y el sexo. Mientras que la pubertad en los chicos se entiende como un paso a la madurez, y a convertirse en “un hombre”. Para las chicas comienza una época de ocultarse, de no mostrar, de no insinuar, de esconder su cuerpo y de entender su sexualidad como algo sucio; pero que hay que preservar a toda costa. 3. Menor movilidad en las chicas. Para ellas también supone tener cuidado de andar por determinados sitios o hacerlo a determinadas horas. Para ellos esta restricción de movimiento no tiene lugar. 4. Los chicos son un problema: el mensaje que les llega a las chicas es que se alejen de ellos. Hasta ahora no había habido ningún problema en participar juntos en actividades o aficiones. Pero la nueva etapa marca un antes y un después en el concepto sobre los chicos. Ahora se presentan como un peligro para ellas. 5. Si alguien se sale de la cajita azul o rosa es severamente reprendido. Tanto chicos como chicas son conscientes de lo que se considera adecuado según su sexo en cuanto a expresión de género, sexualidad, identidad de género o biología. Todo lo que no se entienda como “normal” o “común” está en grave riesgo de padecer bullying. El compromiso debe continuar, las niñas merecen un futuro mejor, con todo un abanico de posibilidades en el que ellas puedan elegir, ser la mujer que les dé la gana de ser.
Se debe garantizar que la educación que reciban esté libre de sesgos sexistas
Raquel Arely Torres Miranda, Comunicóloga.
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DIF CDMX
¿EDUCAMOS IGUAL A LOS NIÑOS QUE A LAS NIÑAS?
GUSTAVO GAMALIEL MARTÍNEZ PACHECO
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a igualdad de las personas en dignidad y derechos sin distinción alguna es el fundamento principal de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948). La Ley General de Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes establece el Derecho a la Igualdad Sustantiva, esto significa que todas las personas menores de edad tienen derecho al mismo trato y oportunidades para el goce de sus derechos. Sin embargo, este derecho se ve vulnerado, debido a que aún antes del nacimiento, durante el proceso de gestación, se generan expectativas sobre las formas de conducirse y actuar de acuerdo con el sexo del bebé; por ejemplo, se asignan colores específicos para la vestimenta, según los ordenamientos sociales, una vez que se conoce si será hombre o mujer. Quienes rodean a la mujer embarazada comienzan a juzgar el valor de los hombres respecto de las mujeres. Esas ideas estereotipadas se refuerzan en niños y niñas conforme van creciendo, debido a que los familiares, el personal docente y la sociedad en general tienen expectativas distintas para los niños que para las niñas. Una vez que inicia el proceso de socialización durante la primera infancia, hay una diferenciación de los roles de género a partir de los estereotipos de lo que significa ser hombre y ser mujer en nuestra sociedad. Esto sucede en todos los ámbitos de desarrollo de la infancia, principalmente en la familia y la escuela. Los niños y las niñas quedan sujetos desde muy temprana edad a las normas que definen lo “masculino” y lo “femenino”. A los niños se les dice que no deben llorar, que no deben sentir
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Cuando inicia el proceso de socialización en la primera infancia, se crea una diferenciación de los roles de género y los niños y las niñas quedan sujetos a las normas que definen lo “masculino” y lo “femenino”. temor, que no deben perdonar y que deben ser enérgicos y fuertes. A las niñas, por otro lado, se les requiere que no sean exigentes, que perdonen, que sean complacientes, serviciales y que se “comporten como damas”. Esos papeles que se asignan a los niños y las niñas en función del sistema sexo-género y las expectativas que se cifran en ellos y ellas crean profundas desigualdades y brechas sociales que se ven reflejadas desde la infancia y hasta la vida adulta. Uno de los ejemplos más evidentes de esta diferenciación es el juego. Existen juegos y juguetes que perpetúan roles y estereotipos, asignándole a las niñas las labores de cuidado, crianza, cuestiones de belleza y cuidado personal; enviando mensajes acerca de su comportamiento; deben ser sensibles, hogareñas, maternales y sumisas. Mientras que entre los niños se promueven juegos para el desarrollo físico, científico y juguetes que incitan a la agresión y resolución violenta de conflictos; esperando que sean activos, dominantes, autoritarios, independientes y competitivos. Estas conductas reforzadas y aprendidas desde una temprana edad van generando una normalización de la violencia de género. Justificando, de forma errónea, que los hombres sean violentos debido a la creencia falsa de que son naturalmente agresivos. Y obligando a las mujeres a aceptar un papel de sumisión y aceptación de esta violencia. Es importante que comencemos a tomar medidas que impacten directamente a esta diferenciación entre niños y niñas. Necesitamos promover juegos y juguetes inclusivos, que fomenten otros tipos de habilidades a los roles clásicos de género, dejar de asignar códigos de vestido y arreglo personal de acuerdo con el sexo, como que las niñas lleven falda en el uniforme escolar y los niños el cabello corto. En este sentido, una manera de garantizar el derecho a la igualdad sustantiva es impulsar acciones que incidan en la transformación de los roles y estereotipos de género, de manera que niños y niñas puedan elegir libremente sobre su identidad.
Esos papeles que se asignan a los niños y las niñas en función del sistema sexo-género y esas expectativas que se cifran en ellos, crean profundas desigualdades y brechas sociales que se reflejan en la infancia y la vida adulta
Gustavo Gamaliel Martínez Pacheco, Licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México. DIF CDMX.
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Reportaje POR: BERENICE CHAVARRÍA
ELIMINAR LOS ESTEREOTIPOS EN LAS ESCUELAS Valorar la diversidad, prom promover la convivencia pacífica, la actitud ética, la ciud ciudadanía, la confianza conflictos: son las tareas que y la solución de conflicto tienen las escuelas públicas y privadas en México.
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as mujeres son más delicadas que los hombres y por eso reciben trato distinto”, “los hombres y las mujeres no son iguales”, “los hombres son más fuertes que las mujeres”, “los niños son más agresivos y traviesos, ¿cuántas personas aún conservan estos estereode estas frases son repetidas tipos?, ¿cuántas ¿c niñas y niños? por las ni Ejemplo de lo anterior ocurre en el Colegio Ejemp Anton S. Makarenko, ubicado en Coapa, CiuMéxico. Dulce María Morales Roura, dad de M directora del plantel, destaca que entre sus alumnos ha escuchado las expresiones “tú no puedes po porque eres niña”, “esos son juegos para niños”, “c “cállame cuando me mantengas”. Los estereotipos est en el ambi ambiente escolar En el Info Informe nacional sobre violencia de género en la Educación Básica en México, editado por el Fo Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), ( se destaca que los directores de los centros educativos reconocen que los incidentes de violencia de género se expresan incidente por medio de agresiones verbales, discriminación y agresividad agresivi de niños hacia niñas; por ejemplo, con gritos y golpes, desprecio y humillaciones, así como rebeldía y machismo. Más dde una quinta parte de los alumnos de 4º y 5º de primaria refieren que en su escuela ha sucedi sucedido que durante la hora de la salida, un grupo de niños molesta a otro compañero que nunca se mete con nadie y a quien tampoco le gusta juga jugar futbol ni a las luchas. Otro eejemplo señalado es de situaciones en que compañeros co y compañeras molestan y critican a un niño que, al hablar en público, critic muestra ademanes delicados hasta el punmue to de hacerlo llorar. Algo similar ocurre en el caso de las Al niñas, ya que casi una cuarta parte de los estudiantes mencionaron que, en su escuela, ha tudiante pasado qu que una niña pelee casi a golpes con otras
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Tarea de profesores En los textos de Formación Cívica y Ética, la Secretaría de Educación Pública (SEP) contempla lecturas alusivas al tema de inclusión e igualdad; sin embargo, “considero que la iniciativa debe partir del maestro y lo que él entiende por el concepto de género e igualdad, pues como lo entienda lo transmitirá a su grupo. Por ejemplo, si se tiene un pensamiento machista habría limitaciones en la inclusión. Aunque la SEP desarrolle programas, si el docente no está consciente, no servirán de mucho”, destaca Dulce María Morales. De acuerdo con el Informe del UNICEF, F, los profesores fomentan en gran medida los estereoereotipos. 40.5% de alumnos de 4º y 5º de primaria, maria, reportan situaciones en las que las y los maestros estros regañan de manera más dura a los hombress que a las mujeres, incluso cuando el motivo para ara el regaño sea exactamente el mismo. “Esta actitud del personal docente no contriontribuye a fortalecer el trato igualitario entre hombres y mujeres, pues parece orientarse por or el estereotipo de que los hombres son más fuertes ertes que las mujeres y, por ello, pueden enfrentar entar regaños más duros”, destaca el Informe. Por su parte, entre alumnos de secundaria, daria, la percepción acerca de las diferencias de trato hacia alumnos o alumnas se da de acuerdoo con el sexo del docente. La quinta parte tanto to de niños como de niñas, comentan quee sus maestros y maestras dan tratos distintos por el sexo al que pertenecen. El 15.9% los estudiantes antes explican esta situación con la frase “las mujeres ujeres y los hombres no son iguales”. “El programa de educación preescolar y priad de maria de la SEP incluyen el tema de equidad cados género. Todos los programas están enfocados uena a erradicar los estereotipos y dan una buena orientación para que se abran posibilidades y los ro. Sí niños puedan romper con los roles de género. blicas se están haciendo cosas desde políticas públicas para terminar con estos patrones pero en la prácacen. tica todavía hay muchas cosas que no se hacen. n del Una cosa es la práctica y otra la ejecución programa”, explica Aitana Farré, psicóloga por la éxico Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y fundadora de Artilugio.
Artilugio es una propuesta terapéutica que busca mediante el juego y el arte promover procesos cognitivos, afectivos y sociales, que permitan desarrollar y fortalecer competencias para la convivencia, el autoconocimiento y la aceptación propia de las niñas y los niños. Aitana Farré, quien trabaja con 10 escuelas de la Ciudad de México, destaca que las creencias de los profesores influyen en la forma de manejar los contenidos enfocados a la equidad de género y romper estereotipos. Por eso, propone “capacitar profesores a través de talleres vivenciales constantes, donde se abra la opción del diálogo y la reflexión para deconstruir todas estas creencias que ya están muy arraigadas de lo que significa ser un hombre y ser una mujer”. “Y cómo ha sido su propio proceso dentro de la construcción de identidad y de los roles de género, qué efecto ha tenido en ellos y cómo pueden promover la equidad. En la práctica, ellos repiten la forma en que fueron educados y sus propias vivencias, aunque tengan la teoría de que deben fomentar la equidad”. Educar desde diferentes ángulos La directora del Colegio Anton S. Makarenko recomienda “promover los recreos divertidos, el avanzar primero las filas de niños y niñas en un día y otro, no hacer diferencias de género en cuanto a ciertas actividades, como limpiar solo las niñas y cargar las bancas solo los niños”; además, Morales Roura añade la importancia de erradicar comentarios donde se concibe a la mujer como alguien frágil. “El inventar juegos donde las niñas tengan otro tipo de roles y no siempre que jueguen a la mamá o a la comidita”. Finalmente, se debe “incentivar el trabajo mixto en las aulas”, destaca Dulce María Morales.
Otra área es desde la psicología, “conforme más competencias psicosociales desarrolladas tengan los niños, existirán menos estereotipos; es decir, que sean niños a quienes se les permite tener opciones y posibilidades para ser creativos, que tengan un pensamiento más flexible, que entiendan que no solo lo que ellos piensan está bien, sino que también nos enriquece conocer lo que otras personas opinan”, explica Aitana Farré. Es importante “fomentar la autoestima y la seguridad individual. Los niños deben entender que no importa si son niñas o niños, de igual forma deben sentirse satisfechos con ellos mismos. Ser niña no está mal, no significa valer menos. Porque si se sienten seguros de sí mismos, no tendrán necesidad de criticar al otro”, detalla la fundadora de Artilugio. Además, añade que desde casa es importante que las niñas y los niños vean que mamá y papá pueden llevar a cabo roles que socialmente están marcados para específicamente hombres o para mujeres; por ejemplo, “que la mamá trabaja, que el papá lava trastes o que también se viste de rosa, que la mamá no siempre tiene que usar falda. Que no solo se hace lo que dice el papá, sino que hay un acuerdo mutuo entre los dos. Y mucho reforzar el que ellos puedan elegir los juguetes y los juegos, y no por elegir un juego específico se les marque esto de porque eres niña no puedes tener un balón y tú por niño no puedes tener una cocina o una muñeca. Hay que favorecer las posibilidades”. “Si lo que queremos es lograr que el mundo sea mejor, debemos empezar desde los niños. Ayudarlos a que sean niños seguros de sí mismos, que respeten al otro. Hay que fomentar también entre los maestros competencias psicosociales para que no se dediquen a perpetuar estos roles de género que al final lo que provocan es violencia”, concluye la especialista.
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compañeras quienes le dicen que parece hombre por la manera en cómo se mueve y habla. “Estas prácticas derivan en agresiones por una presunta orientación sexual, se originan en la idea de que los hombres deben comportarse de cierta forma y las mujeres de manera distinta. Se trata de una construcción de género claramente excluyente que no solamente implica desigualdades para las mujeres, sino que sanciona abiertamente la posibilidad de que unos y otras elijan comportamientos o prácticas tradicionalmente asignados al sexo opuesto”, se lee en el Informe.
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Consejo Consultivo
LOS RETOS EDUCATIVOS PARA LA IGUALDAD Los modelos educativos imperantes no cuentan con un adecuado eje formativo en materia de género.
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l debate sobre los estereotipos de género y sus consecuencias lleva décadas en la palestra. Diversos actores sociales difunden diferentes estereotipos de género, originando, en no pocas ocasiones, efectos dañinos en los niños, niñas y jóvenes en formación; diversos estudios establecen que los estereotipos se afianzan de manera nociva alrededor de los 10 años, en el inicio de la adolescencia. A nivel global observamos cómo, desde las sociedades más conservadoras a las liberales, de las más ricas a las más pobres “interiorizan muy pronto el mito de que las niñas son vulnerables y los chicos son fuertes e independientes” (OMS, 2017). Frente a ello, la escuela sigue siendo crucial para educar desde una perspectiva de igualdad entre los géneros. La educación sigue siendo una de las principales instituciones socializadoras de valores y actitudes; sin embargo, los modelos educativos imperantes no cuentan con un adecuado eje formativo en materia de género. Muchas voces de académicos y ciudadanos demandan una educación basada en la igualdad donde los diversos actores sociales actúen con responsabilidad y visión de género. La superación de los estereotipos de género en la educación y en la sociedad no solo beneficia en el plano individual y en el ejercicio de una nueva ciudadanía, sino que contribuirá a un desarrollo científico y tecnológico más inclusivo, diverso y justo, como lo señala el estudio mencionado “Libertad, autonomía e igualdad son las claves del discurso de los/ as adultos/as en relación con el futuro profesional de niños y niñas. Sin embargo, persisten estereotipos y sesgos de género que condicionan este anhelo” (Bonder:22). La educación en cualquier ámbito disciplinario debe procurar también la igualdad entre los seres humanos. La perspectiva de género es transversal y se puede fomentar desde cualquier disciplina y programa académico. La formación de una nueva ciudadanía en niños, niñas y jóvenes tiene que ver con valores de respeto a las diferentes maneras de ver el mundo, incluyendo los diversos enfoques filosóficos y científicos, desde los diferentes paradigmas y la complejidad de los temas de estudio; educar en la tolerancia y aprecio a lo diferente enriquece a los alumnos,
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ROSA ROJAS PAREDES
independientemente de su credo, origen étnico o nacionalidad y podría contribuir a desterrar conductas y sentimientos xenófobos, en consecuencia, educar para la igualdad de género conlleva educar para la vigencia de los derechos humanos. Si, además, educamos en el diálogo intercultural y el respeto al medio ambiente, especialmente, a la naturaleza, estaremos educando de manera integral y democrática a las generaciones futuras y actuales. Los maestros deberían poner en juego su creatividad. El docente de cualquier nivel educativo selecciona y elabora sus recursos didácticos, elige contenidos y las lecturas apropiadas. Aún con libros de texto incompletos y parciales en materia de género, pueden tener una actitud innovadora y desde el aula ir creando una mentalidad alejada de las pautas patriarcales y estereotipos de género. Si bien en México muchas cosas están cambiando y tenemos avances importantes en derechos, políticas públicas y programas gubernamentales que promueven la igualdad de género, lejos estamos de lograr la igualdad sustantiva para las mexicanas de todas las edades. Las diferencias de género pueden cambiar, sería un proceso más rápido y profundo si las autoridades educativas se preocuparan de que el sistema educativo mexicano contara con un modelo educativo basado en la igualdad de género, el respeto al medio ambiente y el diálogo cultural.
Muchas voces de académicos y ciudadanos demandan una educación basada en la igualdad donde los diversos actores sociales actúen con responsabilidad y visión de género
Rosa Rojas Paredes, Dra. en Cooperación y Bienestar Social, investigadora de la Universidad de Guadalajara y del Instituto de Gestión y Liderazgo Social para el Futuro, A.C.
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REFERENCIAS: Bonder, G. (2017). Infancia, Ciencia y Tecnología: una análisis de género desde el entorno familiar, educativo y cultural. (C. U. Argentina., Ed.) Buenos Aires, Argentina. OMS. (2017). Global Early Adolescent Study. Edición electrónica. (OMS/ GEAS, Ed.) Boston, EU: OMS.
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La Institución Alegrías IAP fomenta el desarrollo de las capacidades de las niñas, en busca de formar mujeres seguras de sí mismas.
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Entrevista POR: BERENICE CHAVARRÍA
LIBERTAD ECONÓMICA ES IGUAL A MEJOR CALIDAD DE VIDA Romper el estereotipo de la dependencia es el primer paso para una educación financiera sana desde la niñez.
¿Cuáles serían los principales problemas económicos a los que se enfrenta una mujer? En la mayoría de los países, las mujeres son más longevas que los hombres, eso quiere decir que tendremos que estar más preocupadas por cómo viviremos en el retiro. Normalmente una mujer tiene más interrupciones en su carrera por temas de maternidad, por cuidar a familiares, etc.. Esto genera que no tengas los suficientes ingresos para ahorrar, y si combinas que vives más y tienes menos recursos para el retiro, la situación es más complicada. ¿Qué estereotipo consideras más recurrente en temas de finanzas? Se tiene la idea errónea de que las mujeres gastan más en zapatos, maquillaje, ropa; pero la realidad es que todos gastan igual, incluso he visto hombres que derrochan dinero en artículos deportivos y videojuegos. Lo que sí es diferente es la visión sobre los riesgos. Los hombres pierden dinero a corto plazo, en inversiones o compras, pero lo recuperan enseguida al contar con mejores salarios. Sin embargo, las mujeres difícilmente invierten lo obtenido, lo que afecta directamente en el sentido del ahorro. Otro punto es que varios estudios indican que las mujeres piden menos aumentos a diferencia de los hombres, aún cuando ellas son más productivas o generan más ingresos o ahorros a la
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empresa. Entonces, romper estereotipos debe comenzar también desde nosotras mismas. ¿De qué forma puede comenzar una mujer a dirigir su camino hacia unas finanzas sanas? Un aspecto importante es que las mujeres deben tener su propio historial crediticio. En ocasiones tienen la tarjeta del esposo o la mamá, y si esta persona llega a faltar, esta mujer se queda sin crédito. Si en un futuro le interesa, por ejemplo, comprar una casa, sin historial no le podrán entregar un crédito o será muy reducido. Pero lo más importante es educar desde la niñez. ¿Cuál es la importancia de una educación financiera desde temprana edad? Desde pequeña hasta que mueras vas a lidiar con problemas financieros. Con las niñas y niños se forman hábitos positivos, con los adultos se corrigen errores financieros. Una educación financiera a tiempo y desde pequeña ayuda a ahorrarse problemas que podrían llegar cuando seas mayor. ¿Cuáles son los tips para que los padres eduquen a sus hijas e hijos? Uno: poner el ejemplo; si tú no ahorras, tu hija o hijo no hará lo que le digas, sino lo que ve. Dos: que vayan más allá de la alcancía y expliques el hábito; no solo se trata de ahorrar por ahorrar. Tres: hacer proyecciones a futuro. Empezar con cosas pequeñas como saber qué le gustaría hacer algún día, a donde ir de viaje, qué quiere comprar y a qué plazo. Cuatro: no obstaculizar el espíritu emprendedor de sus hijos, por más pequeña que sea la idea que ellos tienen.
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Una mujer económicamente independiente estará mejor preparada para el futuro. Esto lo explica Sofía Macías Liceaga, quien en su libro Pequeño cerdo capitalista y en su blog que lleva el mismo nombre, busca cambiar las prácticas financieras de las personas.
Con las niñas y niños se forman hábitos positivos, con los adultos se corrigen errores financieros
Estados
DERRIBANDO ESTEREOTIPOS FOTO: SHUTTERSTOCK
Hay que mantener la igualdad de oportunidades y responsabilidades ante cualquier situación conforme a la edad de las niñas y los niños.
MARÍA ANGÉLICA ZÁRATE FLORES
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n algún momento de nuestras vidas hemos escuchado algunos comentarios o frases como “¡No llores, eso es de niñas!”. “¡Las muñecas son para las niñas, los niños deben de jugar con carros!”. “Camila, ¡sírvele de comer a tu hermano!”. Sin embargo, podemos llegar a pensar que estas cosas ya no suceden o que son del siglo pasado, lo cierto es que la forma de hablar, de comportarse y de cómo educamos mujeres, hombres, a niños y niñas desde un contexto familiar, social, escolar, lúdico o, incluso, mediático influye en la formación de estereotipos que intervienen en el desarrollo y educación de las niñas y los niños. A lo largo de nuestra historia se han transmitido ideas y creencias sobre niñas y niños, hombres y mujeres, que los colocan en posiciones distintas de desigualdad, y, en muchas ocasiones, se normalizan estas conductas, desde una actividad cotidiana, pensando que las niñas deben de aprender a realizar ciertas tareas domésticas, dedicarse a ciertos juegos solo con niñas y no con niños “porque son los fuertes y los rudos”, aun cuando encontramos diferentes opiniones en las y los infantes que validen o no dichas creencias. Lo cierto es que en algún momento pueden darse expresiones naturales en donde se den por hecho estos acontecimientos, tal es el ejemplo de “en una familia, el papá es el jefe del hogar”, otorgar a un miembro de la familia la posición de “jefe” implica otorgarle también la máxima autoridad de la familia respecto del resto de las y los integrantes, acontecimiento no aceptado para una familia democrática, quien se encarga de validar, apro-
bar y reconocer a todos y cada uno de los miembros sin distinción alguna por edad, género o condición, manteniendo la igualdad de oportunidades y responsabilidades en cualquier situación, conforme a la edad y desarrollo en todas las esferas que conforman a las personas. Sobre tales creencias, la niña y el niño van creciendo, construyendo su propia conceptualización del “ser niño o niña”. Aún se cree que quienes se encargan de la educación y de la formación de las y los hijos son las mujeres, “las madres”, o incluso las abuelas, quienes se responsabilizan de las conductas “buenas o malas”, no obstante, es importante percibir que madres y padres somos las personas que educamos y formamos. Es posible que exista la ausencia del padre; sin embargo, desde su ausencia también está formando, educando y construyendo a la niña o el niño. La familia como principal institución educa a niñas y niños desde sus propias creencias y valores; estos conceptos necesitan ser libres de estereotipos que determinen ciertas desigualdades, por lo que es ideal transmitir el concepto de igualdad acompañado de una transformación real y coherente. Como madre, mujer, profesionista, estoy convencida de que se debe de hablar de una sociedad incluyente, libre de roles y estereotipos, en donde las niñas y los niños se visualicen solo como personas, sin discriminación, ejerciendo sus derechos y garantías, teniendo y conformando una familia democrática en donde todos los miembros se consideren importantes, compartiendo responsabilidades y actividades igualitarias, sin tener un ejercicio de poder.
La familia educa a niñas y niños desde sus propias creencias y valores; estos conceptos necesitan ser libres de estereotipos que determinen ciertas desigualdades, por lo que es ideal transmitir el concepto de igualdad
María Angélica Zárate Flores, Lic. en Derecho por la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Instituto Estatal de la Mujer de Tlaxcala.
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Recomendaciones POR: BERENICE CHAVARRÍA
LIBROS ¡QUÉ FASTIDIO SER PRINCESA! Qué aburrido tener que usar vestidos largos siempre, ser discreta y perfecta en todo momento: eso es lo que piensa Nona, la protagonista del cuento ¡Qué fastidio ser princesa! Carmen Gil, la autora de este texto, busca eliminar estereotipos desde la infancia, bajo la idea de que todas las princesas pueden ser fuertes, valientes, independientes y buscar aquello que las haga felices. También nos muestra que los hombres tampoco deben ser valientes todo el tiempo y que pueden expresar sus emociones, sin miedo al qué dirán. Nona no tiene nada en común con las otras princesas; ella no espera la llegada de su príncipe azul, sino que se convierte en su propia salvadora. Editorial: Cuento de Luz Disponible en: Librerías Gandhi
PELÍCULAS
TORMENTA DE ARENA Layla, una joven beduina, es la protagonista de esta historia en la que lucha por la libertad, contra las convicciones de un pueblo y las de su propia familia. Su forma de ver la vida la lleva a continuar con sus estudios y buscar una superación personal; sin embargo, debe lidiar con un padre que está por casarse por segunda ocasión, mientras su actual esposa organiza la boda. La protagonista comprende que no puede dejar sus decisiones a nadie más y crea su propio camino luchando contra los estereotipos de su cultura. Disponible en: Netflix
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DOCUMENTAL MISS REPRESENTATION Este documental de Jennifer Siebel Newsom, retrata la manera en que los medios de comunicación fomentan estereotipos de “perfección” entre las mujeres. Delgada, medidas ideales, atléticas o con hijos; clichés que se observan en la pantalla y obligan a las mujeres a pensar que eso es lo que deben ser y hacer. En el documental se muestran también las consecuencias físicas y psicológicas que surgen debido a estas presiones sociales. Disponible en: Netflix
EL EQUIPO TRIUNFADOR Cathy Rush es una figura destacada en el deporte. Ella fue incluida en el Salón de la Fama del baloncesto el 7 de abril de 2008 y en el Palacio de Deportes de la Fama en Filadelfia en 2005, además, obtuvo el reconocimiento del Salón de la Fama de la Mujer en el 2000. Todos estos logros los obtuvo debido a que llevó al equipo femenino de basquetbol, Mighty Macs, a ganar tres campeonatos consecutivos. La historia de ese equipo y de su entrenadora fue llevada a la pantalla grande en la cinta El equipo Triunfador, en donde se narra la vida de Cathy Rush, quien llega a una escuela católica de mujeres para entrenar al equipo de baloncesto femenil de la escuela. La entrenadora se da cuenta de que no se contaba con apoyo deportivo para las jóvenes, así que pone manos a la obra para conseguir todo lo que necesitan. Poco a poco, Rush logra convencer a los directivos y a las propias chicas de su poder, para llevarlas a convertirse en jugadoras estrella y conseguir 149 victorias de los años 1972 a 1977. Disponible en: www.us.hbomax.tv/movie/ BVI087265/The-Mighty-Macs-El-Equipo-Triunfador
Breves ENCUENTRO NACIONAL PARA LA PREVENCIÓN DEL EMBARAZO ADOLESCENTE Con el objetivo de fortalecer el cumplimiento de la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA), se realizó del 21 al 23 de marzo en la Ciudad de México, el Encuentro Nacional de los Grupos Estatales para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (GEPEA), con representantes de
las 32 entidades federativas. El embarazo en adolescentes se ha convertido en un problema de salud pública cuando hay niñas siendo madres, cuando el embarazo es producto de la violencia o cuando ocurre por falta de información o de servicios amigables y disponibles para su prevención.
OBSERVATORIO DE PARTICIPACIÓN EN TLAXCALA El Observatorio de Participación Política de las Mujeres (OPPM) en Tlaxcala será el encargado de dar seguimiento, hacer una evaluación de participación en democracia, acceso a cargos de toma de decisiones públicas y visibilizará las estrategias de empoderamiento de las mujeres en el contexto social. El OPPM fomenta un escenario político en el que las mujeres concretan en acción la voluntad de representar a sus comunidades en los espacios de toma de decisiones.
DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES La Comisión Nacional de Derechos Humanos organizó el Foro “Derechos de las Mujeres en Ciudad Juárez: Avances y Retos”, en el que expusieron en mesas de diálogo, temas como: acceso a la justicia vinculada a investigaciones referentes a violencia de género, desapariciones, feminicidio y trata; recomendaciones del Comité de Expertas de la CEDAW en la materia; acoso sexual y hostigamiento sexual en el trabajo y violencia política contra las mujeres.
REGISTRO, PARA MEJORES POLÍTICAS PÚBLICAS FOTOS: CORTESÍA
Durante la XXXIV Sesión Ordinaria del Sistema Nacional de Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia Contra las Mujeres, se aprobó la creación de un grupo de trabajo que llevará un registro sobre los delitos contra las mujeres, información de las procuradurías estatales y federales, con el objetivo de que sea de interés nacional y así poder diseñar mejores políticas públicas con perspectiva de género. ABRIL, 2018 | TODAS |
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Numeralia
Estereotipos de género en la educación de niñas y niños 22.3%
de las estudiantes de de las que están secundaria y en 5° o 6° de primaria consideraron que los niños agreden a las niñas y no les dejan espacios para jugar.
28.9%
11.1%
de las estudiantes que no asisten a la escuela mencionan que es porque realizan los quehaceres domésticos en su hogar.
Porcentaje de mujeres en la matrícula en nivel licenciatura 66.6% 57.2%
ciencias sociales, administrativas y derecho.
96.8%
25.5%
de las estudiantes de 15 años de edad quieren ser profesionales en salud. En este de los mismo sector, hombres quieren participar.
es la cifra de mujeres que concluyeron primaria e ingresaron a secundaria durante el ciclo escolar 2016-2017.
75.6% educación. 28% ingeniería, manufactura y construcción.
13.0%
De 15 a 17 años de edad de las jóvenes no acuden a la escuela por falta de interés, aptitud o por no cumplir los requisitos de ingreso.
29.4%
8.8%
90.2%
fue la eficiencia terminal en secundaria por parte de las adolescentes y jóvenes, mientras que su contraparte masculina fue de
85.3%.
de las estudiantes y de los estudiantes de 15 años de edad tienen la expectativa de seguir una carrera profesional en ciencia o ingeniería.
salud.
35.8% de las personas dedicadas a producir conocimiento científico y tecnológico dentro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), son mujeres.
32.6%
de las estudiantes de 15 años de edad encuentran como motivación ser ambiciosas y competitivas, mientras que este pensamiento lo tienen de los hombres.
27.5%
31.4%
46.5%
de las investigadoras del SNI se concentraron en los temas de salud y sociedad, en los cuales se ubicaban
1.0%
de estudiantes mujeres de 15 años de edad se quieren enfocar en el área de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). Por su parte, de los hombres están interesados en este sector.
17.5% de jóvenes de 15
17.2%
a 17 años no asisten a la escuela debido a embarazo, matrimonio, unión o por motivos familiares.
3.5%
de los investigadores durante los años 2014-2017.
21.2% 65% de las estudiantes de 18 a 29 años desean ser investigadoras académicas. de ellas quieren ser ingenieras, de ellos. frente a
44.4%
de mujeres formaban parte del nivel III del SNI en 2015, frente a
78.8% de hombres.
72%
REFERENCIAS: SEP-UNICEF, 2009. Informe Nacional sobre Violencia de género en la educación básica en México. Disponible en: https://www.unicef.org/mexico/spanish/Estudio_ violencia_genero_educacion_basica_Part1.pdf SEP, 2018. Principales cifras 2016-2017. Sistema Educativo de los Estados Unidos Mexicanos. OCDE, 2016. PISA 2015. Base de datos. Disponible en: www.oecd.org.edu/pisa. INEGI, 2016. Módulo de Trabajo Infantil 2015. Tabulados básicos. OCDE, 2016. PISA 2015 Results (Volume I): Excellence and Equity in Education. Annex B1.3 Results (tables): Students’ attitudes towards science and expectations of science-related carrers. (Datos de México) Disponible en: www.oecd.org. CONACYT-INEGI, Encuesta sobre la Percepción Pública de la Ciencia y la Tecnología (ENPECYT) 2015. Tabulados básicos. ANUIES, Anuarios Estadísticos de Educación Superior. Ciclo 2016-2017. Disponible en: http://www.anuies.mx/informacion-y-servicios/informacion-estadistica-de-educacion-superior/anuario-estadistico-de-educacion-superior. CONACYT, 2018. Género en cátedras CONACYT. Documento de trabajo Conoce más, visita http://estadistica.inmujeres.gob.mx
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Institución Alegrías I. A. P. Internado Femenil Puede albergar hasta 100 niñas y adolescentes de escasos recursos económicos y condiciones de vida vulnerables. ¡Regalamos Alegría! Proporcionamos a niñas y adolescentes una atención adecuada a sus requerimientos básicos de subsistencia en materia de alimentación, vivienda, salud, asistencia psicológica, orientación social y educación. Buscamos formar mujeres responsables, comprometidas y EXITOSAS. Informes y donativos:
5539 3710 | hogaralegrias.com.mx