SUPLEMENTO MENSUAL
JULIO 2017
TODAS
INDISPENSABLE GARANTIZAR LAS AUTONOMÍAS DE LA MUJER, FÍSICA, ECONÓMICA Y POLÍTICA: ALICIA BÁRCENA.
NACIONAL
MUJERES Y HOMBRES EN MÉXICO, LA POBLACIÓN
Opinión
Julio A. Santaella Castell • Patricia Chemor Ruiz • Carlos Valdés González
FRANCISCO A. GONZÁLEZ FRANCISCO D. GONZÁLEZ JESÚS D. GONZÁLEZ CARLOS MARÍN ANGEL CONG PEDRO GONZÁLEZ HUGO CHAPA JAVIER CHAPA ALFREDO CAMPOS ROBERTO LÓPEZ JUAN PABLO BECERRA-ACOSTA HÉCTOR ZAMARRÓN ÓSCAR CEDILLO BÁRBARA ANDERSON RAFAEL OCAMPO MIGUEL ANGEL VARGAS MAURICIO MORALES ADRIANA OBREGON RICARDO ZAMORA DYANA REYES ADRIAN LOAIZA GUILLERMO FRANCO FERNANDO RUÍZ ALBERTO BRAÑA VALERIA GONZÁLEZ RODOLFO GUTIÉRREZ TOMÁS SÁNCHEZ MARCO A. ZAMORA
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CARTA EDITORIAL
FOTO: SHUTTERSTOCK
(†) JESÚS D. GONZÁLEZ FUNDADOR
TODAS SUPLEMENTO MENSUAL BÁRBARA ANDERSON REGINA REYES-HEROLES ALBERTO PRADO MIGUEL REYES DARINEL BECERRA LAURA ESCAMILLA EMILIANO GONZÁLEZ BERENICE CHAVARRÍA JAIRO CASTILLO
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LOS CONTENIDOS DE LOS ARTÍCULOS PUBLICADOS EN EL PRESENTE SUPLEMENTO SON RESPONSABILIDAD DE LAS Y LOS AUTORES FIRMANTES.
En este número de TODAS, diversas voces hacen un recuento de los cambios ocurridos en la vida de las mujeres en los más de 40 años desde que México pasó de un país pronatalista a un país de planificación familiar. El examen de esta circunstancia arroja que no sólo cambió radicalmente el perfil de la población mexicana, sino la estructura familiar, la participación de las mujeres en la vida económica, social y política. Además, se crearon las políticas públicas para propiciar mejoras jurídicas a favor de las mujeres. Se puede afirmar que la nueva política poblacional abrió la puerta para un cambio favorable en la vida para las mujeres, en todos los ámbitos. Hoy las mujeres representan más de 37% de la fuerza de trabajo; más de 24% de los hogares mexicanos tienen jefatura femenina; y se redujo el número de hijos por mujer de 7 a 2.2. México, además vale recordar, fue pionero en política de población. Desde 1974 en que se transformó la ley y la planeación para el desarrollo, se pusieron en marcha políticas de previsión del crecimiento de las ciudades, del reacomodo de las zonas industriales, los servicios educativos, y a partir de 1974, surgió la necesidad de apreciar de otra manera la salud sexual y reproductiva de las y los mexicanos. En la Conferencia de Población y Desarrollo llevada a cabo en El Cairo, en 1994, la comunidad internacional hizo patente la importancia de mejorar los servicios en salud reproductiva,
2. SEN. JUAN CARLOS ROMERO HICKS Secretario de la Comisión de Población y Desarrollo, Senado de la República
3. JULIO A. SANTAELLA CASTELL
entendida como: “la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos de procrear, y la libertad para decidir hacerlo o no hacerlo, cuándo y con qué frecuencia”. En este sentido, la salud reproductiva es un enfoque integral en el que coadyuvan diversas temáticas; una de ellas es la planificación familiar. Satisfacer la demanda de métodos anticonceptivos resulta relevante para la población que así lo requiere. Datos de la Encuesta de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2014, refieren que la necesidad insatisfecha de métodos anticonceptivos es de 4.9% entre las mujeres unidas en edad fértil; mientras que en las adolescentes (15 a 19 años) unidas, llega a ser de 13.5%. De acuerdo con la última información de INEGI las personas mayores representan 10.5%; las mujeres seguimos siendo 51.2% de los 123.5 millones de mexicanas y mexicanos, y casi 60% de la población son hombres y mujeres menores y jóvenes. En el Instituto Nacional de las Mujeres creemos que apuntalar los derechos de mujeres y niñas permitirá aprovechar eso que se llama bono demográfico, considerando que las y los jóvenes están llamados a sostener a la población mayor que, de acuerdo con las proyecciones, podría ser hasta de 25% del total de la población en los próximos 30 años. Lograr la igualdad sustantiva, permitirá hacer ese tránsito de forma equilibrada y justa. Planificar el desarrollo de forma equitativa y sustentable.
6. EDITH PACHECO GÓMEZ Profesora Investigadora, Colegio de México/CEDUA
12. PATRICIA CHEMOR RUIZ Secretaria General del Conapo
Presidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía
21. REYNA ARACELI
5. ALICIA BÁRCENA
Directora General del Instituto Sinaloense de las Mujeres
Secretaria Ejecutiva de la CEPAL
TIRADO GÁLVEZ
FE DE ERRATAS: EN EL NÚMERO ANTERIOR, EL ARTÍCULO DE LA CONSEJERA SOCIAL NATALIA REYES ANDRADE DEBIÓ LLEVAR EL TÍTULO “LA MENSTRUACIÓN Y EL MEDIO AMBIENTE”.
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Poder Legislativo
EL ESPEJISMO DE LA IGUALDAD EN LAS INSTITUCIONES El tema de igualdad de género se ha insertado en la agenda política y social del país; podemos observar que el tópico es transversal en los discursos.
JUAN CARLOS ROMERO HICKS
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l contexto político, social y cultural que inauguró el siglo XXI estaba impregnado de ideas innovadoras. El hecho de iniciar una nueva etapa inyectó en el ambiente un ánimo de cambio, tanto en el ámbito nacional como en el internacional. Las expectativas de la gente eran altas, no se sabía a ciencia cierta qué esperar, pero sí que este sería un siglo de transformaciones. Muchas voces querían ser escuchadas, las temáticas eran diversas, pero en el caso de la igualdad de género, el eco generado causó revuelo y, por fortuna, logró conquistas institucionales, de tal suerte que hoy en día debemos reconocer los avances en la materia. En nuestro país hay progresos en el marco jurídico y en el sistema de impartición de justicia, así como una reducción en la brecha educativa, sin embargo, sería insensato decir que es suficiente, puesto que existe una especie de ilusión en las instituciones en el tema de igualdad de género: si bien cuantitativamente hay más mujeres ocupando cargos públicos, no necesariamente estos son considerados como estratégicos para la toma de decisiones. Desde distintos espacios y en los tres niveles de gobierno se han creado acciones afirmativas a favor de las mujeres. Se ha destinado presupuesto para promover la igualdad, incluso, se han creado campañas y sanciones contra la violencia de género, ello ha tenido como consecuencia una mejora en las condiciones de vida de algunas mujeres y el acceso de otras a puestos de toma de decisiones. El tema de igualdad de género se ha insertado en la agenda política y social del país; podemos observar que el tópico es transversal en los discursos de actores clave, pero, ¿qué hay más allá de las palabras?
FOTO: CORTESÍA
En el Senado de la República se promueven iniciativas pensadas en contribuir a la igualdad sustantiva, pero más allá de eso, esta Casa del Federalismo también es un escenario perfecto para vislumbrar los verdaderos avances en la materia. Sí es cierto, hay muchas compañeras legisladoras, 48 de 128, uno de los detonantes de este contexto fue la reforma política de 2007 que pugnó por la paridad de género en las candidaturas. Al echar un vistazo a las cifras históricas se concluye que, en efecto, hay más mujeres participando activamente en la política, pero si observa con detenimiento y se analizan otras cifras complementarias, tenemos que solo 30% del total de comisiones en el Senado son presididas por mujeres, panorama que se repite en la Cámara de Diputados, donde, de 56 comisiones existentes, solo 16 son encabezadas por mujeres1. No es casualidad que una compañera legisladora haya sostenido en una entrevista que: “es un juego de poder en el que nos dicen ‘bienvenidas’, pero nos cierran las puertas”. El acceso de las mujeres a nuevos puestos de trabajo que antes eran dominados por hombres es una realidad, pero, lamentablemente, también lo es la existencia de limitantes en el ejercicio del poder, se yerguen barreras que no contribuyen a mermar la desigualdad existente más allá del discurso. En lo que va de este sexenio podemos encontrar varios ejemplos de situaciones en donde la disminución de las brechas de género es el tópico por excelencia, pero en los que las mujeres brillan por su ausencia; se habla de las mujeres y se toman decisiones para su beneficio sin que éstas sean incluidas; se enuncian elocuentes discursos a favor de la igualdad, plagados de halagos que invitan a pasar de la palabra a la acción en estrados llenos de hombres. Por otro lado, hay eventos dedicados al tema de género en donde se habla de los avances, conquistas y pendientes en la materia, organizados por mujeres en donde no hay hombres, se aplauden las voces levantadas, aunque no estamos dialogando de manera adecuada; corresponde a todas las personas colaborar para que el eco generado vuelva a impulsar una nueva ola de cambios.
Muchas voces querían ser escuchadas, las temáticas eran diversas, pero en el caso de la igualdad de género, el eco generado causó revuelo y, por fortuna, logró conquistas institucionales
Sen. Juan Carlos Romero Hicks, Secretario de la Comisión de Población y Desarrollo, Senado de la República.
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[1] El número de legisladoras ha variado debido a los movimientos de titulares y suplentes, estas cifras son vigentes para el mes de julio de 2017.
INEGI
LA POBLACIÓN AFRODESCENDIENTE EN MÉXICO ILUSTRACIÓN: SHUTTERSTOCK
Estos pobladores se encuentran distribuidos en todo el territorio nacional. Sus asentamientos más importantes están en el Estado de México, Veracruz, Guerrero y Oaxaca.
JULIO A. SANTAELLA CASTELL
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Julio A. Santaella Castell, Presidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
n un país pluricultural y multiétnico como el nuestro, la Encuesta Intercensal 2015 (EIC) recolectó, por primera vez, datos de la población afrodescendiente. Lo anterior se llevó a cabo con enfoque de auto reconocimiento y con independencia de las características fenotípicas o genotípicas de las personas. Sus resultados ofrecen una base informativa y responden a requerimientos nacionales e internacionales. Además, la EIC aporta elementos para un diagnóstico de este grupo poblacional y contribuye a las políticas públicas de desarrollo y combate la discriminación. En 2015, la EIC estima una población en México de 119,530,753 de habitantes (51.4% mujeres y 48.6% hombres). De ellos, 1,381,853 se reconocen como afrodescendientes (51.0% mujeres y 49.0% hombres). Esto significa que 1 de cada 100 personas en México se identifica como afrodescendiente. La población afrodescendiente se encuentra distribuida en todo el territorio nacional, aunque sus asentamientos más numerosos están en el Estado de México (304,274 personas) seguido de Veracruz (266,163 personas), Guerrero (229,514 personas) y Oaxaca (196,213 personas). Cabe señalar que hay 22 municipios en donde la población afrodescendiente representa 30% y más de la población y 78 municipios en donde representa entre 10% y 29.9% del total. En muchos aspectos, características como edad, sexo, fecundidad, entre otros, de la población afrodescendiente, son similares a las nacionales. No obstante, hay algunas diferencias. En el ámbito de la educación, las brechas entre las entidades son significativas. El porcentaje nacional de población afrodescendiente de 6 a 14 años de edad que no sabe leer y escribir es de 8.7% (9.3% para hombres y 8.1% para mujeres), pero en las entidades se llega a cerca de 19% en Coahuila y en Baja California Sur y en Yucatán y Baja
California prácticamente es cero. Para el 43.3% de la población afrodescendiente el Seguro Popular para una Nueva Generación es el servicio de salud más importante. Sin embargo, Michoacán de Ocampo, Chiapas, Yucatán y Tabasco registran más de una cuarta parte de su población afrodescendiente sin servicios de salud. De las personas afrodescendientes de 12 años y más, cerca de 5 de cada 10 son Población No Económicamente Activa. Destacan los quehaceres del hogar, ya que 68.1% de las mujeres participan en esta actividad, mientras que solo 3.5% de los hombres contribuyen a ello. La ocupación se ubica alrededor de 96%. En los municipios con más de 10% de población afrodescendiente su principal actividad es la agropecuaria. Se destaca que los apoyos de programas de gobierno significan la primera fuente de ingreso diferente del trabajo de los hogares de afrodescendientes (88%). Las remesas del extranjero representan la segunda fuente de ingresos (18.8%).
En muchos aspectos, características como edad, sexo, fecundidad, entre otros, de la población afrodescendiente, son similares a las nacionales
FUENTE PERFIL SOCIODEMOGRÁFICO DE LA POBLACIÓN AFRODESCENDIENTE EN MÉXICO. Publicación elaborada con los resultados de la Encuesta Intercensal 2015, surgida de la colaboración de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el Consejo Nacional para prevenir la Discriminación y el INEGI. La publicación puede descargarse en: http://www.cndh.org.mx/docs/ Afrodescendientes.pdf
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Sector Gobierno
MUJERES Y HOMBRES CON RESIDENCIA REGULAR EN MÉXICO El movimiento más notorio en los últimos años es el caso de los nacionales de Venezuela. Su presencia en México pasó del sexto lugar (2014) al segundo (2016), donde el grupo más notorio fue el de las mujeres (52.8%).
ROBERTO LARA CARAVANTES Y GRACIELA MARTÍNEZ CABALLERO ILUSTRACIÓN: SHUTTERSTOCK
A Roberto Lara Caravantes, Director General Adjunto Graciela Martínez Caballero, Directora de Estadística Migratoria. Centro de Estudios Migratorios de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación.
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unque México ha sido en algunas épocas un país abierto a la recepción de migrantes, no se ha caracterizado por ser un polo de atracción para que las y los migrantes extranjeros establezcan su residencia en nuestro país. Según estimaciones realizadas a partir de la encuesta intercensal 2015, en México había en ese año 1,007,063 personas nacidas en otro país, de las cuales se estima que 575,429 tienen ascendencia mexicana, es decir, por lo menos uno de sus padres es mexicano. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos refiere que un extranjero es todo hombre o mujer que no posee la nacionalidad mexicana en términos de su artículo 30; en este sentido las cifras reflejadas en esta nota hacen referencia al país de nacionalidad de la persona. Hasta 2014, se estimaba que había alrededor de 326,000 extranjeros residentes en México, de los cuales 46.5% eran mujeres y 53.5% hombres. Estados Unidos era el país principal país de origen de esta población (20.0%), seguido de España (7.6%), lo que no es nuevo ya que muchos estadounidenses deciden migrar a nuestro país para instalarse tras su jubilación, mientras que el arribo de españoles a México tiene su antecedente en el exilio español. De 2014 a 2016 llegaron en promedio 52,000 extranjeros y extranjeras anualmente a residir un tiempo en México, mientras que 38,000 obtuvieron su residencia permanente. El promedio de mujeres que adquirieron la residencia temporal fue de 42%, mientras que entre las permanentes fue de 48%.
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Entre las y los extranjeros con residencia temporal el motivo principal de estancia fue por trabajo, principalmente entre los hombres, el cual pasó de 53% en 2014 a 56.4% en 2016. Mientras que en las mujeres el principal motivo es familiar, que pasó de 36.3% a 37.1%, respectivamente. Es claro que la migración de mujeres aún sigue teniendo un fuerte componente de unidad familiar, el cual se incrementa entre quienes obtuvieron la residencia permanente, que en 2016 alcanzó 46%, de los cuales poco más de la mitad eran mujeres. En lo que respecta a la estructura por edad y sexo, entre los residentes temporales, las estructuras son jóvenes concentrada entre los 20-39 años de edad (56%), pero también hay una presencia importante de niñas, niños y adolescentes (de 0 a 14 años de edad) que no se observa entre los residentes permanentes. En cuanto a los residentes permanentes, se observa que es principalmente una población adulta y adulta mayor (60 años y más), esta última concentra alrededor de 20%, básicamente hombres y mujeres propietarios de bienes e inmuebles, inversionistas, jubilados o pensionistas. Entre los residentes temporales, Estados Unidos se mantiene como el principal país de origen y predominantemente masculino, aunque en los últimos años se observa un incremento en el porcentaje de mujeres, el cual pasó de 37.7% en 2014 a 38.7% en 2016. Por otro lado, entre 2014 y 2016 se incrementó el número de nacionales de Venezuela, ya que de ocupar el sexto lugar en 2014 pasó al segundo en 2016, tiempo en el que casi se triplicó el volumen de los recién llegados con una fuerte presencia de mujeres (52.8% en 2016). Finalmente, de 2014-2016 los refugiados provienen principalmente de Honduras y El Salvador, como consecuencia de los climas de inseguridad, violencia e inestabilidad económica en sus países.
Es claro que la migración de mujeres aún sigue teniendo un fuerte componente de unidad familiar
CEPAL
ENFOQUE DE GÉNERO EN POLÍTICAS PÚBLICAS, CRUCIAL PARA GARANTIZAR LOS DERECHOS DE MUJERES Y NIÑAS
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n enfoque de género y ciclo de vida en las políticas públicas resulta crucial para visibilizar las necesidades y revertir las desventajas que enfrentan tanto las mujeres como las niñas, niños y adolescentes en América Latina y el Caribe. El género, la edad y la condición étnico-racial son tres ejes determinantes de la distribución del bienestar y del poder en la sociedad, por lo que las políticas públicas deben acompañar a las personas en las diferentes etapas de sus vidas, respondiendo a los riesgos y vulnerabilidades particulares de cada una de ellas. Los indicadores clave en materia de pobreza, maternidad adolescente, mortalidad infantil, malnutrición, violencia contra las mujeres y violencia escolar permiten identificar los principales retos pendientes en la región. De ahí la urgencia de analizar las políticas públicas considerando esos indicadores. Estoy convencida de que la pobreza tiene rostro de mujer en América Latina y el Caribe, debido a que ellas están sobrerrepresentadas en los quintiles de menores ingresos. Y los niños, niñas y adolescentes están viviendo indigencia y pobreza con mayores índices que otros grupos etarios. Tenemos que hacernos cargo de qué significa la persistente mortalidad materna por razones prevenibles, problema que es probablemente uno de los indicadores más reveladores de la desigualdad y la discriminación que afecta a las mujeres latinoamericanas y caribeñas. Debemos decir que, si bien, la mortalidad infantil ha disminuido significativamente en los últimos 10 años, ésta sigue siendo sistemáticamente más elevada entre la población indígena y la afrodescendiente.
FOTO: SHUTTERSTOCK
ALICIA BÁRCENA
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en conjunto con el PMA (Programa Mundial de Alimentos) también ha calculado los costos totales de la doble carga de la malnutrición (desnutrición y obesidad) en tres países de América Latina (2015). Los montos ascienden a 493 millones de dólares en el caso de Chile (0,2% del PIB), 4.344 millones de dólares en Ecuador (4,3% del PIB) y 28.830 millones de dólares en México (2,3%), por costos asociados a salud, educación y productividad. Ello como un ejemplo de mi principal preocupación. Estoy convencida de que la desigualdad no es inevitable, por lo que es urgente trabajar por un nuevo paradigma de desarrollo en América Latina y el Caribe que combine inclusión social, sostenibilidad ambiental y dinamismo económico. Ello requiere construir un nuevo pacto político que permita transitar desde una cultura de privilegios -sustentada en la evasión fiscal, en la corrupción y en el tráfico de influencias- a una cultura de la igualdad. Creo que es indispensable contar con políticas universales de salud, educación y erradicación de la pobreza y con sistemas de protección social universal, especialmente para la niñez y la adolescencia, además de garantizar las tres autonomías de las mujeres: física, económica y política y derrotar el silencio estadístico, visibilizando a las poblaciones más vulnerables.
Es indispensable contar con políticas universales de salud, educación y erradicación de la pobreza y con sistemas de protección social universal, para la niñez y la adolescencia
Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
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Sector Gobierno
ILUSTRACIÓN: SHUTTERSTOCK
REDUCCIÓN DEL RIESGO DE DESASTRES: UN ENFOQUE INCLUYENTE En la prevención de adversidades deben integrarse perspectivas de género, edad, discapacidad y cultura.
CARLOS MIGUEL VALDÉS GONZÁLEZ GLORIA BALDERAS DÓRAME
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eniendo como antecedente diversos esfuerzos aislados a nivel internacional y nacional, de manera formal en México se establece el Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC), mediante decreto publicado el 6 de mayo de 1986 en el Diario Oficial de la Federación. En éste, se destaca el deber primordial del Estado de proteger la vida, la libertad y los bienes materiales de los ciudadanos (sic), así como mantener las funciones esenciales de la sociedad, siendo indispensable establecer sistemas y programas para su cumplimiento, contemplando a los sectores público, social y privado para prevenir, controlar o disminuir los daños que puedan ocasionar los desastres. El origen del SINAPROC es eminentemente reactivo, se remonta a los efectos causados por los sismos de 1985, ante la imperiosa necesidad de organizar esfuerzos a todos los niveles, en un país que no contaba con la preparación que pudiera hacer frente a estos embates. Desde sus inicios hasta nuestros días, el Sistema ha transitado por diversos momentos normativos, estructurales y conceptuales. Hoy, se cuenta con una Ley General de Protección Civil, su Reglamento, un Programa Nacional de Protección Civil y, derivado del fortalecimiento del SINAPROC en aras de implementar un enfoque preventivo, acorde con instrumentos de carácter internacional, se destaca la presencia de México a nivel global en materia de reducción del riesgo de desastres. En concordancia, nuestro país fue parte activa en el proceso de consulta y consolidación del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030. Este contempla, dentro de sus principios rectores, que: “La reducción del riesgo de desastres requiere la implicación y colaboración de toda la sociedad. Requiere también empoderamiento y una participación inclusiva, accesible y no discriminatoria, prestando especial atención a las personas afectadas desproporcionadamente por los desastres, en particular las más pobres. Deberían integrarse perspectivas de género, edad, discapacidad y cultura en todas las políticas y prácticas, y debería promoverse el liderazgo de las mujeres y los jóvenes”. 1 En este contexto, durante la pasada Plataforma Global para la Reducción del Riesgo de Desastres, llevada a cabo del 22 al 26 de mayo de 2017 en Cancún, Quintana Roo, México,2 un tema destacado fue la inclusión social en las acciones de prevención, situando a las personas en el centro de la gestión como agentes de cambio, no de manera aislada o en forma
independiente, enmarcando la relevancia de analizar cualquier información e integrar datos e indicadores en forma desagregada y considerando criterios con perspectiva de género, las necesidades de personas con discapacidad y grupos vulnerables. Lo anterior ya es parte del marco normativo a nivel nacional y el SINAPROC trabaja de manera coordinada para dar cabal cumplimiento. Para pronta referencia, el Atlas Nacional de Riesgos (ANR)3, como sistema integral de información sobre los agentes perturbadores y daños esperados, resultado de un análisis espacial y temporal sobre la interacción entre los peligros, la vulnerabilidad y el grado de exposición de los agentes afectables4 incluye dentro de los análisis de exposición, datos desagregados por sexo, edad y lenguas indígenas nacionales en la región. Se destaca lo anterior ya que el ANR es integrado a través del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) con información multidisciplinaria de actualización permanente a nivel nacional, estatal y municipal, mediante bases de datos, sistemas de información geográfica y herramientas para el análisis y la simulación de escenarios, así como la estimación de pérdidas por desastres. En relación con lo anterior, la importancia de la divulgación de datos desglosados, se advierte también en el Documento Impacto Socioeconómico de los Principales Desastres Ocurridos en la República Mexicana5. A través de dicho estudio –mismo que se elabora de manera anual por el CENAPRED-, se evalúan las consecuencias económicas y sociales provocadas por los desastres de origen natural y antrópico en nuestro país y se provee información disponible a toda persona, respecto a dichos fenómenos. Tomando en cuenta lo anterior, escuchar las voces, necesidades y experiencias de todas y todos para que, al unísono, se definan estrategias transversales incluyentes con un enfoque preventivo y no reactivo, debe ser una tarea continua de quienes integran el SINAPROC.
Escuchar las voces, necesidades y experiencias de todas y todos para que se definan estrategias transversales incluyentes
Carlos Miguel Valdés González, Director General Gloria Balderas Dórame, Directora de Servicios Técnicos Centro Nacional de Prevención de Desastres.
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[1] Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030, disponible en https://www.unisdr.org/files/43291_spanishsendaiframeworkfordisasterri.pdf [2] La Plataforma Global 2017 para la Reducción del Riesgo de Desastres se llevó a cabo en Cancún, Quintana Roo, México, del 22 al 26 de mayo de 2017, siendo la primera vez que este foro se celebra fuera de Ginebra, Suiza. [3] Disponible en http://www.atlasnacionalderiesgos.gob.mx/ [4] Ley General de Protección Civil, disponible en www.ordenjuridico.gob. mx/Documentos/Federal/wo71347.doc [5] Disponible en http://www.cenapred.gob.mx/es/Publicaciones/ archivos/368-RESUMENEJECUTIVOIMPACTO2016.PDF
Academia ADIÓS PAÍS DE MACHOS FOTO: SHUTTERSTOCK
Las transformaciones visibles e inevitables de las mujeres mexicanas en datos recientes.
RAFAEL TONATIUH RAMÍREZ BELTRÁN rtramirez095@yahoo.com.mx
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odavía, suponemos, en alguna reserva de nuestro imaginario o de la representación social de algún habitante de un país lejano, se defina a México, como un país de machos: rurales, pendencieros, flojos, mandones, peleoneros, necios, desobligados, tomadores, gritones y, sobre todo, dominantes en tamaño y acción en el lugar donde estuvieran. Este modelo que heredó al planeta –también suponemos– alguna parte de la muy exitosa cinematografía nacional de exportación de los años cuarenta del siglo pasado, ha ido quedando (si es que existió realmente) en el olvido, debido al cambio generacional de las mujeres. Lo femenino en México, en el pasado reciente, cambió el rostro del país, en tal magnitud que será tarea, por venir, estudiarlo con detenimiento. No será posible entender al México del siglo XXI, si no se analiza el rol femenino y sus mutaciones. En efecto, el papel de las mujeres en las últimas tres décadas se ha transformado en forma contundente e irreversible en México, y cambiado también al mismo. Este hecho tiene tanto en su origen como en sus consecuencias– como cualquier de la dimensión social– múltiples aristas. Para mostrarlo, concentrémonos en los datos duros dados a conocer hace poco menos de un año por el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI). Según la encuesta intercensal del INEGI (2015), hay más mujeres que hombres en México: 94 hombres por cada 100 mujeres (51.4 %) de los casi 120 millones de mexicanos. Desde la década de los ochenta esta es ya una tendencia y es poco probable que se revierta. La esperanza de vida de las mujeres –según esta misma referencia– es cinco años mayor que la de los hombres; 77.8 años de aquellas, por 72.6 años de los que se espera vivan los hombres. Otro dato: en 30% de los hogares mexicanos las mujeres son las que están al frente, lo que significa que son las únicas o las que más aportan al ingreso familiar. Otra hipótesis: el análisis, en este último dato, por estrato social debe ser rico e interesante, si reflexionamos en la migración o en las clases medias urbanas. El resumen de estos primeros datos, es rotundo: las mujeres en México son más, viven más y resultan, con frecuencia, de una importancia capital para las familias mexicanas que es uno de los pocos factores de cohesión en la urdimbre social que todavía quedan. Otras variables comenzaron a ser evidentes en esos treinta años de la transformación generacional, como por ejemplo: las mujeres incrementaron su promedio de escolaridad, llegando a ser casi igual al de los hombres; 9.3 hombres por 9.0 mujeres (INEGI: 2015). Este hecho complejo detonó (junto con otros) poderosas y diversas consecuencias que han terminado por modificar la dinámica social mexicana, de las que solo mencionaremos dos: la participación de la mujer en la vida profesional,
que pasó de poco más de cinco y medio millones de profesionistas empleadas en 1990, a poco más de 20 millones de profesionistas que laboran en nuestro país (Barrios: 2016). Este hecho es de una magnitud sin precedente, si pensamos en términos de entornos laborales, mercado de trabajo o incluso cambios familiares y en las parejas. El otro dato relevante que es preciso referir, es la indiscutible transición demográfica, que pasó de una tasa de natalidad de 3.5 % en 1970 a 1.8 en el 2015. Para hacer más claro este dato pongámoslo en contexto histórico añadiendo otro dato: el índice de fecundidad de la mujer mexicana (los hijos reales que tiene), en promedio en 1960 era de 6.77% y paso a 2.21 en el momento actual. Son muchos los indicadores que se pueden analizar de esta transformación demográfica, pero sin lugar a dudas la educación estará en el centro de todos ellos. La mujer de hoy en México es inédita, está más formada, informada, participa, activa y libremente y cada vez debe estar más consciente de que está en la cresta de la ola de la transformación social. Por último, veamos otro indicador, reciente, tecnológico y cotidiano. El dato es mundial y se relaciona con el uso de las redes sociales. El 74 % de los usuarios de internet, utiliza alguna de las redes sociales (Nielsen: 2012). Aquí también las mujeres dominan con 76%, sobre 72% de los hombres. Este mismo estudio documenta que es mayor el tiempo, en promedio, que pasan en redes sociales las mujeres, sobre todo por los móviles. Pensamos que este dato en el caso mexicano incluso se ha incrementado con la misma tendencia en los últimos años con el uso de los dispositivos inteligentes. Este último dato evidencia que el cambio social en marcha no solo es cuantitativo a favor de las mujeres, sino que su participación cada vez lo será más en términos de los nuevos dispositivos tecnológicos a los que, al parecer, se adapta con mayor facilidad.
Las mujeres en México son más, viven más y resultan, con frecuencia, de una importancia capital para las familias mexicanas
Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán, Profesor e investigador universitario, SNI nivel 1 Conacyt .
REFERENCIAS • Barrios Márquez, A. y Barrios Márquez, O. A. (2016). Participación femenina en el mercado laboral de México al primer trimestre de 2016 .En Revista Economí a Actual. Universidad Autónoma del Estado de México • http://www.beta.inegi.org.mx/contenidos/proyectos/enchogares/ especiales/intercensal/2015/doc/presentacion.pdf • Nielsen (2012) STATE OF THE MEDIA - THE SOCIAL MEDIA REPORT 2012 • http://www.nielsen.com/us/en/insights/reports/2012/stateof-the-media-the-social-media-report-2012.html • http://www.datosmacro.com/demografia/natalidad/mexico 2222333344
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ILUSTRACIÓN: SHUTTERSTOCK
COLMEX
UNA DE LAS DIFERENCIAS ENTRE HOMBRES Y MUJERES QUE SE TRADUCE EN DESIGUALDAD: EL TRABAJO EDITH PACHECO GÓMEZ
C Edith Pacheco Gómez, Profesora Investigadora, Colegio de México/CEDUA.
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uando se hace referencia a la población, uno de los primeros ejes diferenciadores es el sexo de las personas. Hombres y mujeres nos comportamos de manera diferente en la sociedad; en gran parte, los condicionamientos sociales en cuanto a ser hombre o mujer, aunado al momento histórico en el que vivimos, nos llevan a construir diferentes trayectorias de vida. Por ejemplo, se estima que las mujeres tengan una trayectoria de vida más larga que los hombres (la esperanza de vida de las mujeres en México se calcula en 77.7 años y la de los hombres en 72.3), en particular, a lo largo de su curso de vida, las mujeres dedican menos años al trabajo remunerado que los hombres, pero muchos más años al trabajo no remunerado (trabajo doméstico y de cuidados para la reproducción familiar). Esta diferencia en la división sexual del trabajo es una de las desigualdades más significativas en la sociedad. Una cara de esta desigualdad se expresa en el nivel de participación económica: 42.8% de las mujeres de 15 y más años respondieron haber trabajado al menos una hora a la semana durante el primer trimestre de 2017, mientras que, en el caso de los hombres, el porcentaje fue ligeramente mayor a 77%. En cuanto a las condiciones de trabajo, las remuneraciones por hora trabajada son menores en el caso de las mujeres, mientras la tasa de informalidad laboral femenina es mayor que la masculina. Además, un
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fenómeno característico del trabajo remunerado es la segregación ocupacional por sexo (caracterizado por ocupaciones feminizadas o masculinizadas que se establecen más por el sexo de las personas que por sus facultades y/o habilidades). La otra cara de la desigualdad en el trabajo se expresa en el ámbito del trabajo no remunerado, el cual incluye trabajo doméstico y de cuidados. En 2015, las mujeres declararon en promedio dedicar 49.9 horas a la semana al cuidado de menores de 14 años de edad, mientras que en los hombres la dedicación fue prácticamente de la mitad de tiempo. Además, las horas promedio dedicadas a “los quehaceres del hogar” también expresaron una clara diferencia (25 y 10 horas promedio a la semana, mujeres y hombres respectivamente). En suma, como bien señala Lucía Pérez Fragoso “las sociedades no solo se organizan para producir, distribuir y consumir bienes y servicios, sino, fundamentalmente, para el sostenimiento de la vida humana, lo cual implica dos tipos de trabajo productivo: el que se realiza por una remuneración en el mercado laboral y se lleva a cabo en mayor proporción por hombres en el ámbito público y el trabajo doméstico y de cuidado que se realiza de manera gratuita para el sostenimiento de la vida humana y se lleva a cabo fundamentalmente por las mujeres en el ámbito privado (dentro de los hogares)”. Además, estos dos tipos de trabajo se realizan a lo largo de la vida de las personas, de tal suerte que las mujeres dedican menos años de su vida al trabajo remunerado que los hombres, pero muchos más años de vida al trabajo no remunerado (trabajo doméstico y de cuidados para la reproducción familiar), lo cual muchas veces se traduce en una estructura de oportunidades mucho más restringida para las mujeres en diferentes ámbitos de la vida.
La otra cara de la desigualdad en el trabajo se expresa en el ámbito del trabajo no remunerado, el cual incluye trabajo doméstico y de cuidados
Estadística POR: BERENICE CHAVARRÍA
ILUSTRACIÓN: SHUTTERSTOCK
United State Census Bureau. También, de acuerdo con esta oficina, los países más poblados son: 1. China: 1,379,302,771. 2. India: 1,281,935,911. 3. Estados Unidos: 326,625,791. 4. Indonesia: 260,580,739. 5. Brasil: 207,353,391.
DÍA MUNDIAL DE LA POBLACIÓN La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que la natalidad disminuirá en los próximos años y la cifra actual de adultos mayores se duplicará para el 2030.
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a población mundial crece a un ritmo de 83 millones de personas al año, de acuerdo con la ONU, y debido a este incremento se busca concientizar sobre los problemas demográficos, el desarrollo sustentable y los Derechos Humanos de los individuos, por ello, en 1989, se estableció el Día Mundial de la Población por el Consejo de Administración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. El Día Mundial de la Población se celebró, por primera vez, el 11 de julio de 1990 en más de 90 países. Desde entonces, las oficinas del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, en inglés) conmemoran el Día Mundial de la Población en asociación con los gobiernos y la sociedad civil a través de actividades y programas sobre el cuidado del medio ambiente y asesoramiento en materia de salud e igualdad de género, entre otros temas. CONSECUENCIAS DEL CRECIMIENTO POBLACIONAL Actualmente, en el mundo hay más de 7,402,701,660 personas, de acuerdo con el reloj de población que se actualiza en tiempo real de la
Revision of World Population Prospects de las Naciones Unidas, estima que, para 2030, la población se incrementará a 8,500 millones y para 2100 llegaría a 11,213 millones. Los efectos de este incremento, de acuerdo con el informe, implican la dificultad de implementar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los cuáles tienen entre sus 17 objetivos acabar con la pobreza, el hambre y lograr la plena igualdad para el 2030. Por otra parte, el medio ambiente sufrirá los estragos de este crecimiento demográfico, ya que, como lo indica la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), el desgaste de los recursos naturales y la contaminación serán los principales problemas. Debido al crecimiento anual de la población, la UNESCO estima que la demanda de agua dulce alcanza los 64,000 millones de metros cúbicos al año. El organismo también indica que las extracciones de agua se han triplicado en los últimos 50 años. Esta tendencia se explica en gran medida debido al rápido incremento de los sistemas de irrigación, estimulados por la alta demanda de alimentos y por el continuo crecimiento de economías basadas en la agricultura. Otra de las consecuencias es el aumento en los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera, el calentamiento global y la contaminación. La mala calidad del aire provocaría 250,000 muertes al año a partir del 2030, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Mientras que los desastres naturales, como sequías o inundaciones, cobrarían la vida de 60,000 personas al año. Además, el Banco Mundial (MB) expuso en un informe, en el 2015, que el planeta tendrá 100 millones de personas viviendo en pobreza extrema para 2030 si no se actúa para limitar el impacto del calentamiento global. Por todo lo anterior, el UNFPA apoya la planificación familiar mediante el abastecimiento seguro y continuo de anticonceptivos de calidad, el reforzamiento de los sistemas de salud nacionales, apoyo a políticas en este ámbito y la recolección de datos. Este organismo colabora con los países para la planificación de programas en favor del medio ambiente y las condiciones de vida en el mundo. La ONU también trabaja en la implementación de la agenda de los ODS, de la cual forman parte gobiernos y cientos de empresas en el mundo, y tiene como objetivo satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades. JULIO, 2017 | TODAS |
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CDI Resultados de la Encuesta Intercensal 2015 Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas
FOTO: SHUTTERSTOCK
INDICADORES SOBRE LAS MUJERES INDÍGENAS
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En este contexto y considerando los datos de la Encuesta Intercensal 2015, se presentan tres indicadores que muestran aspectos relevantes sobre la situación sociodemográfica de las mujeres indígenas de México. Relación de mujeres y hombres por tamaño de localidad A nivel de las localidades rurales2 51.1% de sus habitantes son mujeres, sin embargo, la proporción es mayor en Michoacán, 52.6%; México, Guerrero y Puebla con el 52.1% cada una, Oaxaca e Hidalgo con 52% y 51.7%, respectivamente. Por el contrario, en Colima, Baja California Sur, Coahuila, Aguascalientes, Tamaulipas, Sinaloa, Nuevo León, Baja California, Quintana Roo y Campeche la concentración de mujeres indígenas es menos que la de hombres. PORCENTAJE DE MUJERES Y HOMBRES EN LA POBLACIÓN INDÍGENA RURAL Mujeres
Hombres
65.0 60.0 55.0 50.0 45.0 40.0 35.0 30.0 Michoacán México Guerrero Puebla Oaxaca Hidalgo Querétaro Durango Guanajuato Jalisco Morelos Chiapas Veracruz San Luis Potosí Chihuahua Nayarit Tlaxcala Yucatán Campeche Distrito Federal Quintana Roo Tabasco Sonora Zacatecas Baja California Nuevo León Sinaloa Tamaulipas Aguascalientes Coahuila Baja California Sur Colima
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na de las funciones que la Ley de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas le confiere a este Organismo es el de operar un sistema de información e indicadores mediante el cual se identifica, cuantifica y caracteriza a la población indígena de México, todo ello con la finalidad de brindar información que permita orientar la acción pública. La cuantificación y ubicación de la población indígena en el territorio nacional, así como la generación de estadísticas e indicadores se realiza a partir de una metodología diseñada por la CDI para el tratamiento de los datos provenientes de los censos, conteos o encuestas para determinar el tamaño de la población nacional que de manera periódica realiza el INEGI. La metodología se basa en la identificación del hogar indígena como el espacio de identificación cultural, donde los lazos de parentesco inciden en el desarrollo de las identidades y la transmisión de las costumbres y tradiciones. Estos hogares se definen como aquellos donde el jefe o la jefa, o alguno de los ascendientes (cónyuge, padre o madre del jefe, suegro o suegra del jefe) declaran hablar lengua indígena, en este caso todos sus integrantes se consideran población indígena1. Dicha metodología ha permitido a la CDI generar una estadística nacional sobre la población indígena de México que permite dar cuenta de las condiciones de vida y la distribución de la población indígena en el territorio nacional. Con base en la Encuesta Intercensal 2015 se cuantifica una población indígena de 12,025,947 personas, lo que constituye 10.1% de la población nacional. De este total 51.1% son mujeres. De cada 100 indígenas, 75 se ubican en solo ocho entidades federativas: Oaxaca y Chiapas con más de 1.7 millones en cada entidad; en Veracruz, estado de México Puebla y Yucatán con poblaciones que superan el millón de indígenas; y en Guerrero e Hidalgo con más de 600,000 indígenas.
En las zonas urbanas3 la proporción de mujeres indígenas también es menor a la de hombres, principalmente, en Baja California Sur, Colima, Coahuila, Sinaloa, Zacatecas y Quintana Roo.
PORCENTAJE DE MUJERES Y HOMBRES EN LA POBLACIÓN INDÍGENA URBANA Ciudades de más de 100,000 habitantes Mujeres
Hombres
60.0 55.0 50.0 45.0 40.0
La fecundidad de la población indígena muestra un descenso significativo en relación con el promedio de hijos nacidos vivos de las mujeres entre 15 y 49 años de edad
35.0
Baja California del Sur Colima Coahuila Sinaloa Zacatecas Quintana Roo Nuevo León Jalisco Tamaulipas Guanajuato Nayarit Sonora Durango San Luis Potosí Baja California Querétaro Guerrero Aguascalientes Morelos Chihuahua Hidalgo Yucatán Tabasco Distrito Federal México Veracruz Michoacán Puebla Campeche Oaxaca Chiapas
30.0
Fecundidad La fecundidad de la población indígena muestra un descenso significativo en relación al promedio de hijos nacidos vivos de las mujeres entre 15 y 49 años de edad. En 2015, el promedio de hijos en las mujeres indígenas de ese grupo de edad es de 2.0, mientras que el promedio a nivel nacional es de 1.7. Las indígenas que residen en los municipios indígenas4 son las que mantienen una fecundidad relativamente más elevada, 2.2 hijos por mujer, mientras que las indígenas en municipios con presencia indígena, que corresponden a ámbitos más urbanos, tienen 1.8 hijos por mujer indígena; es decir, 0.4 hijos menos. En Nayarit, Durango, Chiapas, Guerrero y Chihuahua los promedios son entre 2.31 y 2.61. En Nuevo León y la Ciudad de México se presentan los promedios indígenas más bajos, 1.5 y 1.39, respectivamente.
Situación conyugal La situación conyugal predominante de la población indígena de 12 y más años es la de casada o en unión libre, ya que 55.6% de las mujeres y 57.8% de los hombres se encuentran en ese estado, seguida por la soltería, con proporciones de 31.4% y 37.4%, para cada sexo, respectivamente. En la población indígena las uniones suelen llevarse a cabo en edades más tempranas. En el grupo de edad de 15 a 19 años, 19.3 % de las mujeres y 7.2% de los hombres ya han dejado de ser soltera o soltero. En las regiones más tradicionales, que corresponden en su mayoría a los municipios indígenas, 20.2% de las mujeres y 7.3 % de los hombres indígenas en este rango de edad [15,19] ya se unió o casó alguna vez. En los municipios con presencia indígena vive 17.7% de las mujeres indígenas y 7.0% de los hombres unidos, mientras que en los municipios con población indígena dispersa el porcentaje alcanza 19.3% y 7.1% para mujeres y hombres indígenas, respectivamente. Para las mujeres las entidades donde la unión es más temprana son Nayarit, Sinaloa y Nuevo León, seguidas de Michoacán y Chihuahua. Para los hombres son las entidades de Michoacán, Zacatecas, Nuevo León, seguidos de Baja California Sur y Sinaloa.
Promedio de hijos nacidos vivos de mujeres de 15 a 49 años
Entidad federativa
Promedio de hijos nacidos vivos de mujeres de 15 a 49 años
Nayarit
2.61
Baja California
1.92
Durango
2.57
Sonora
1.91 1.86
Entidad federativa
Chiapas
2.44
Michoacán
Guerrero
2.42
Querétaro
1.86
Chihuahua
2.32
Guanajuato
1.84
Hidalgo
2.28
Tabasco
1.84
San Luis Potosí
2.23
México
1.82
Jalisco
2.08
Quintana Roo
1.78
Puebla
2.04
Morelos
1.77
Zacatecas
2.03
Campeche
1.75
Baja California Sur
2.02
Tamaulipas
1.75
Oaxaca
2.01
Coahuila
1.73
Veracruz
2.01
Tlaxcala
1.68
Colima
1.97
Yucatán
1.68
Aguascalientes
1.93
Nuevo León
1.51
Sinaloa
1.93
Cd. de México
1.39
[1] A esta cuantificación se adiciona la población hablante de lengua indígena que no se ubica dentro de este tipo de hogares. [2] Localidades de menos de 2,500 habitantes. [3] Localidades de más de 100,000 habitantes. [4] Municipios con 40% o más de población indígena. JULIO, 2017 | TODAS |
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CONAPO
MUJERES Y HOMBRES DIRIGIENDO LOS HOGARES EN MÉXICO ILUSTRACIÓN: SHUTTERSTOCK
La composición de los hogares en México continúa siendo indiscutiblemente familiar. De cada 100 hogares familiares con jefatura masculina, 74 pertenecen a hogares nucleares y 24 a hogares ampliados.
PATRICIA CHEMOR RUIZ
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as cifras de las proyecciones de población que elabora la Secretaría General del Consejo Nacional de Población (SGCONAPO) indican que en el año 2017 residen en el país 123.5 millones de personas, de las cuales 51.2% son mujeres y 48.8% son hombres. Los arreglos residenciales en los cuales la población mexicana crece y se desarrolla, han experimentado un continuo proceso de cambio en su estructura y composición. Pareciera que la conformación de hogares, tal y como la conocíamos hace unas décadas, está desapareciendo, posicionándose las mujeres con un importante porcentaje en las jefaturas de los mismos. Factores como el descenso de la fecundidad, la incorporación femenina al mercado laboral, el aumento de las separaciones y la disolución conyugal, son solo algunos de los sucesos que han influido de manera importante en esta transformación. De acuerdo con cifras de la Encuesta Intercensal 2015, el número de hogares asciende a poco más de 31.9 millones, de estos, 29% son hogares con jefatura femenina y 71% corresponde a jefaturas masculinas. En las últimas décadas, el número de hogares encabezados por una mujer ha ido en aumento, y de acuerdo con las proyecciones de hogares de México y las entidades federativas de la SGCONAPO se estima que para 2030, existan 3 de cada 10 hogares dirigidos por una mujer (29.7%). Si bien, la jefatura masculina está relacionada con el proceso de formación de uniones conyugales, 85.2% se encuentran casados o unidos; la jefatura femenina tiene relación con la disolución de éstas, ya sea por separación, divorcio o viudez (51.3%). En el periodo comprendido entre 2010 y 2015 se hace evidente un incremento en la declaración de mujeres jefas de hogar en donde reside el cónyuge, pasando de 16 a 24.3%, siendo más visible en las generaciones jóvenes, lo cual puede reflejar una mayor autonomía y posicionamiento de las mujeres al interior de estas unidades domésticas, así como a los cambios culturales propiciados a favor de los derechos de las mujeres y de la equidad de género que se ha impulsado a nivel mundial. La composición de los hogares en México continúa siendo indiscutiblemente familiar, de cada 100 hogares familiares con jefatura
masculina, 74 pertenecen a hogares nucleares y 24 a hogares ampliados. En el caso de aquellos encabezados por mujeres, 57 de cada 100 se ubican en hogares nucleares y 40 en ampliados. De los hogares nucleares dirigidos por mujeres, 64.2% están integrados por ella y su descendencia, mientras que solo 2.8% corresponde a este tipo de hogares dirigidos por hombres. La concentración de hogares monoparentales dirigidos por mujeres, se ubica en edades de entre 30 y 44 años para estas jefas de hogar, en donde la separación y el divorcio son más frecuentes. La tendencia en las últimas décadas muestra una disminución de parejas con hijos(as) y un aumento de los hogares monoparentales de parejas sin descendencia y, de hogares unipersonales o de corresidentes. Dentro de las composiciones no familiares destacan los hogares dirigidos por una mujer (16.7%), de los cuales 93.8% vive sola, principalmente en edades de 60 años y más, respecto de los hogares con jefatura masculina representan 8.4% concentrándose de igual forma, en los hogares unipersonales (92.7%), pero a diferencia de los encabezados por mujeres estos se concentran en los grupos de 30 a 59 años de edad1. El aumento en los hogares con jefatura femenina ha suscitado nuevos retos en materia de políticas públicas, que hacen hincapié en la necesidad de apoyar a estas unidades por considerarlas en una situación más propensa a padecer carencias económicas, principalmente los hogares monoparentales en etapas tempranas de desarrollo familiar, situación que repercute en el bienestar de ellas y de las personas que los conforman o bien por encontrarse en las etapas finales sin redes de apoyo. El reto de ser una persona jefa de hogar difiere si se trata de un hombre o una mujer, dada la composición de las unidades domésticas en las que se encuentren inmersos, o bien debido a los roles que en ellos se desempeñan.
El aumento en los hogares con jefatura femenina ha suscitado nuevos retos en materia de políticas públicas
Patricia Chemor Ruiz, Secretaria General del Consejo Nacional de Población.
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[1] Para mayor información consultar Aguilar, Lorena (2016) “Mujeres jefas del hogar y algunas características de los hogares que dirigen. Una visión sociodemográfica” en La Situación Demográfica de México 2016, CONAPO, disponible en: http://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/232091/05_Aguilar.pdf.
MUJERES Y HOMBRES
EN MÉXICO Las menores oportunidades de inserción laboral de las mujeres inciden en la dificultad para lograr autonomía económica.
ANA LAURA PINEDA MANRÍQUEZ
ILUSTRACIÓN: SHUTTERSTOCK
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a población de México está formada por cerca de 120 millones de mujeres, hombres, niñas y niños con muy variadas características y circunstancias de vida, resultado de factores sociales, económicos, culturales, ambientales, y de un componente que es imprescindible visibilizar: desigualdades de género. Diversos indicadores sociodemográficos muestran las diferencias entre mujeres y hombres y reflejan la desigualdad en las oportunidades que han tenido para desarrollarse y lograr su autonomía (física, económica y en la toma de decisiones). Como indicadores de autonomía física se consideran las tasas de mortalidad materna y de embarazo adolescente, y la prevalencia de violencia de género, que son retos a vencer: ocurren 35 muertes de mujeres por complicaciones del embarazo, parto o puerperio por cada 100,000 nacimientos y 65 embarazos por cada 1,000 adolescentes de entre 15 y 19 años; además, una tercera parte de las mujeres casadas o unidas de 15 años o más es víctima de violencia por parte de su pareja: emocional, 27.2%; económica, 17.2%; física, 6.3% y sexual 2.8%. Las menores oportunidades de inserción laboral de las mujeres inciden en la dificultad para lograr su autonomía económica. Menos de la mitad de las mujeres de 15 años o más (43.4%) trabaja para el mercado laboral, a diferencia de 77.6% de los hombres; además, el doble de ellas que de ellos trabajan sin recibir pago (7.1% y 3.6%, respectivamente). Por otro lado, el índice de discriminación salarial indica que, para igualar los salarios, es necesario incrementar 5.1% el salario de las mujeres; en el caso del funcionariado público y gerentes del sector privado se requiere un aumento de 28.4% al sueldo de las
mujeres y 31.8% para las trabajadoras industriales, artesanas y ayudantes. A pesar de eso, la contribución de las mujeres al sostenimiento de los hogares es cada vez más importante ya que actualmente 72% de los hogares mexicanos cuenta con el ingreso de una mujer. En relación con la autonomía en la toma de decisiones, datos de 2016 indican una representación femenina de 42% en la Cámara de Diputados y de 36% en la de Senadores, aunque su representación en el nivel local es menor, especialmente en las presidencias municipales, donde solo 14.4% están encabezadas por mujeres. El limitado avance hacia el logro de las autonomías de las mujeres se debe, en gran medida, a razones de discriminación de género y al trabajo que históricamente se les ha sido asignado, que es poco reconocido y se realiza sin recibir pago, pero que tiene un alto valor social y económico: el trabajo no remunerado, doméstico y de cuidados en sus hogares, que en total equivale al 24.2% del Producto Interno Bruto y donde el aporte femenino es de 74.3% contra 25.7% del masculino. Por ello, y ante el inminente proceso de envejecimiento de la población, es imprescindible la implementación de políticas de corresponsabilidad social, que reconozcan que los cuidados son una responsabilidad compartida de las familias, las empresas y el Estado, de manera que las responsabilidades familiares dejen de constituir un factor de discriminación en el mercado laboral. El mayor empoderamiento de las mujeres y las niñas que se refleja en mayores niveles de autonomía física, económica y en la toma de decisiones, se ha demostrado, tiene un efecto multiplicador para alcanzar un desarrollo sostenible en nuestro país y en el mundo.
El mayor empoderamiento de las mujeres y las niñas se refleja en mayores niveles de autonomía física, económica y en la toma de decisiones
Ana Laura Pineda Manríquez, Directora General de Evaluación y Desarrollo Estadístico del Instituto Nacional de las Mujeres.
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Créditos POR: GLORIA ANALCO, SEMMEXICO
LOS ESTEREOTIPOS DE GÉNERO ABUNDAN CUANDO SE TRATA DE FINANZAS Las instituciones bancarias y financieras formales, en el tema de crédito, continúan evaluando a las mujeres basadas en las características de los hombres.
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e siguen produciendo diferencias de género en el acceso al crédito, no obstante que se diga: que “la inclusión de las mujeres es un imperativo para los negocios”, considerando que se han dado importantes cambios respecto al papel de las mujeres en la sociedad. La investigación de Merrill Lynch, que ofrece servicios financieros en el mercado de capitales, los estereotipos de género abundan cuando se trata de finanzas, y eso es lo que se deja ver en el caso de México. Cuando se trata de generar estabilidad y equilibrio en las mujeres por medio del crédito, las instituciones bancarias y financieras formales, que son las que manejan los mayores volúmenes de dinero, particularmente en sus servicios de crédito, continúan con un enfoque de evaluación basado en características y necesidades de los hombres. En entrevistas con gerentes de sucursales de los bancos Santander, Banamex y HSBC, dijeron que en el otorgamiento de créditos no consideran las distintas realidades y condiciones de trabajo de muchas mujeres que no se ajustan a esos parámetros y esquemas que exigen para la obtención de un crédito, por lo que quedan generalmente excluidas. Hoy los organismos gubernamentales otorgan a mujeres créditos, apoyos y asesorías a tasas preferenciales, encauzados principalmente a microempresas, como parte de programas que instrumentan específicamente para ello, pero la demanda es ampliamente superada por la oferta. El Programa Mujer PYME, inaugurado en marzo de 2016, ofrece créditos a las mujeres de todo el país en condiciones preferenciales, que van desde 50,000 hasta 5 millones de pesos, a tasas más bajas que las que cobraría la banca comercial y plazos más favorables. El Gobierno de la Ciudad de México ha entregado 88,118 créditos a micronegocios desde 2015 hasta la fecha, de los cuales 63% correspondió a mujeres y 37% a hombres, también con tasas preferenciales. Existe cada vez más la tendencia de apoyar a las mujeres a convertirse en empresarias por medio de las microfinanzas, sobre todo, trabajando con las rurales para impulsar oportunidades económicas. Dichos programas provienen por lo regular de los gobiernos o de instituciones financieras informales, éstas últimas con tasas de interés muy onerosas. Los Centros de Justicia, que a la fecha suman 31 en el país, están incorporando paulatinamente apoyos económicos, enlazándolos con créditos preferenciales, para que las mujeres que viven situaciones de violencia consigan su autonomía económica, como parte de la atención integral que reciben para combatir ese problema que se ha agudizado en México.
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ILUSTRACIÓN: SHUTTERSTOCK
¿CUÁNTAS Y QUIÉNES SON LAS MUJERES INDÍGENAS? Los principales problemas de la población indígena son la discriminación, la pobreza, la falta de apoyos de gobierno y la barrera lingüística.
IRMA AGUIRRE PÉREZ
H Irma Aguirre Pérez, Integrante del Grupo Plural por los Derechos de Todas las Mujeres y coordinadora de Gener@ndo Equidad y Libertad en Colectivo, A.C.
oy persisten brechas de desigualdad entre la población indígena y no indígena, resultado de la discriminación y exclusión histórica para con los pueblos originarios, por parte del Estado-Nación, pero son las mujeres quienes resienten con mayor frecuencia la discriminación y trato desigual, por su condición de indígenas y por su condición de género. Los hombres indígenas son excluidos del desarrollo y acceso a las oportunidades laborales y económicas, sin embargo, las mujeres indígenas viven mayor pobreza respecto de los hombres de su comunidad, debido a las dificultades históricas para acceder a la tenencia de la tierra, considerado hasta hace poco un exclusivo derecho masculino. Las mujeres indígenas que logran acceder a un trabajo remunerado, lo hacen a través de su participación en el sector artesanal en 16.5% y en 24.6% en el trabajo doméstico y en el comercio informal (Olivera, 2003: 243). Por ello, es que se considera que las mujeres indígenas viven triple discriminación: por ser indígena, mujer y encontrarse en situación de pobreza.
De acuerdo con los datos del último Censo de Población y Vivienda en 2010, son 5,663,237 las mujeres indígenas y 5,469,325 los hombres indígenas que viven en territorio mexicano e integran 51% y 49% respectivamente, del total de la población indígena. También se identifican a 7,382,785, como la población de tres años y más hablantes de una lengua indígena. La Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, ENADIS 2010, registra que la discriminación es el principal problema que reporta la población perteneciente a algún pueblo indígena (20%), seguido por la pobreza (9%), la falta de apoyos del gobierno (9%) y la barrera lingüística (7%). Las mujeres indígenas representan 4.7% de la población total nacional y 9.2% de los 61,474,620 de las mujeres que conformamos el total de la población femenina en México. Del total de la población femenina nacional, las mujeres indígenas entre 3 y 17 años representan 5.8%; entre 18 y 64 años 6.5% y de 65 años y más 9.2%. De las mujeres hablantes de una lengua indígena en edad fértil, en 42.3% no cuenta con acceso a servicios de salud1 y alcanzan un promedio de seis hijos nacidos vivos entre 45 y 49 años de edad2; respecto al acceso a las oportunidades básicas para el desarrollo humano, las mujeres indígenas presentan hasta 35.1% en su población con tasas de analfabetismo3, 64.5% son monolingües, 45% nunca ha accedido a instrucción escolar, 11% ha terminado su primaria4 y solo han concluido la secundaria 12.7%, quienes son mujeres mayores de 14 años y más, hablantes de una lengua indígena5.
Las mujeres indígenas viven triple discriminación: por ser indígena, mujer y encontrarse en situación de pobreza
BALANCE DEMOGRÁFICO Las mujeres y hombres indígenas descendientes de las naciones originarias, alcanzan un registro de 11,132,562 personas consideradas indígenas. Ellas y ellos representan 9.3% de los 119,530,753 que somos la población total nacional hasta el 2015.
[1] (PROIGUALDAD, 2013:26) [2] (Fernández Ham, Embriz Osorio, Medina Domínguez & Carreto Serrano, 2006:81) [3 (PROIGUALDAD, 2013:25) [4] (Olivera, 2003:242). [5] (Proigualdad, 2013:25). JULIO, 2017 | TODAS |
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Reportaje POR: BERENICE CHAVARRÍA
CONDICIONES DE VIDA DE MUJERES Y HOMBRES
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Inseguridad y falta de empleo son los principales aspectos que no permiten una buena calidad de vida en México.
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l empleo, seguridad, educación, ingresos, salud, participación cívica, balance vida trabajo y la calidad del medio ambiente son algunos de los factores que permiten saber qué país cuenta con una buena calidad de vida, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). 362 regiones de 34 países fueron analizadas en el ranking Better Life Index de la OCDE, en el cual se destacó que las diferencias en el bienestar a menudo son más grandes entre las regiones de un mismo país que entre las de diferentes países. Asimismo, las naciones con la mayor disparidad en los rubros de empleo, educación y acceso a los servicios también registran resultados en bienestar más bajos a nivel nacional. La cabeza del último ranking 2016 la ocupan Noruega, con condiciones favorables en el ámbito
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laboral y en el educativo, además, los noruegos gozan de una esperanza de vida de 82 años, dos más que la media de los países de la OCDE. Seguido de Australia, el país con mayor sentido de comunidad. El siguiente puesto lo ocupa Dinamarca, con condiciones laborales idóneas tanto para hombres como para mujeres. Suiza es el siguiente en la lista, un lugar que cuenta con las menores tasas de delincuencia de los países industrializados, además destacan por su tasa de desempleo de 3.1%. Y el quinto lugar se lo lleva Canadá, con buenos resultados en ingresos, riqueza, educación y compromiso cívico. CASO MÉXICO En términos de empleo, el estudio de la OCDE reveló que cerca de 60% de las personas de entre 15 y 64 años de edad en México tienen un empleo remunerado, cifra menor que el prome-
dio de la Organización de 66%. Cerca de 78% de los hombres tienen un empleo remunerado, en comparación con 44% de las mujeres. Además, en el estudio Las mujeres en el trabajo, Tendencias 2016 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se refuerza la problemática de disparidad de género, ya que en el mundo las mujeres trabajan ocho horas diarias frente a siete horas de un hombre. En términos de salario esto se refleja, ya que las estimaciones de la Organización indican que una trabajadora gana en promedio 77% del sueldo de un varón. La pobreza de tiempo y los roles de género plantean grandes obstáculos a la participación de las mujeres en el mercado laboral. En el hogar, las mexicanas dedican cuatro horas más al día a labores no remuneradas que los hombres. La educación desempeña un papel fundamental para proporcionar a las personas los conocimientos, capacidades y competencias para participar de manera efectiva en la sociedad y en la economía. Ante esto, se tiene que 37% de los hombres concluyeron la educación media superior, en comparación con 31% de las mujeres. Incluso datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) destacan que también en la educación superior es mayor la cantidad de hombres que concluyen sus estudios, tan solo en 2015 la diferencia fue de 49,006 de egresados. En el sector salud, en México la esperanza de vida al nacer es de casi 75 años, cinco menos que el promedio de la OCDE de 80 años. La esperanza de vida para las mujeres se sitúa en los 77 años, en comparación con 72 años para los hombres. En lo que concierne al ámbito público, en México hay un sentido moderado de comunidad y un moderado nivel de compromiso cívico. Además, la participación electoral es representada por la tasa más baja de la Organización con 63%, cuando el promedio es de 68%. Finalmente, en el aspecto de seguridad hombres y mujeres tienen percepciones diferentes, los resultados de las encuestas que se realizaron para Better Life Index indican que las mujeres tienen menos sensación de seguridad que los varones. Esto puede explicarse por un miedo mayor a los ataques sexuales, el sentimiento de que también deben proteger a sus hijos y la preocupación de que se las pueda considerar en parte responsables. En este aspecto, México sobrepasa el promedio de la OCDE, el cual es 4.0, con 23.4, la más alta de la organización. Las condiciones de vida de un país son generadas por sus autoridades, pero también por las acciones de todos los ciudadanos.
Reportaje POR: GABRIELA RAMÍREZ, SEMMEXICO.
LOS ANTICONCEPTIVOS Y LA POBLACIÓN Desde hace 10 años el aborto es legal en la CDMX, periodo en el cual 176,355 mujeres han recurrido a este procedimiento.
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a vida de las mujeres respecto de la sexualidad y el uso de anticonceptivos tuvo un cambio importante en los últimos 40 años, donde se ha transitado desde el pago a mujeres por utilizar pastillas anticonceptivas, hasta el desarrollo de nuevos métodos o la aprobación de la interrupción legal del embarazo en la Ciudad de México. Silvia Hernández, enfermera jubilada del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), relata cómo a finales de los años 60 participó en una campaña para fomentar el uso de los anticonceptivos en las mujeres casadas en edad reproductiva. “Me tocó ir a colonias como la Doctores, la Obrera, la Buenos Aires en la Ciudad de México, para hablar con las mujeres y convencerlas de utilizar las pastillas anticonceptivas. Algunas se mostraban muy reacias a intentarlo por miedo a la reacción de los esposos o de sus parejas, o porque tenían miedo de que pudieran causarles un efecto secundario”. “A las que aceptaban utilizar las pastillas les dábamos entonces un pago mensual de cinco pesos. Esto duró como seis años. Muchas comenzaron a sentirse menos preocupadas de tener hijos y a ejercer su sexualidad más libremente y cada vez más mujeres, abiertamente o a escondidas, comenzaron a utilizar las pastillas anticonceptivas”. Los primeros programas dirigidos a las mujeres en México estuvieron a cargo del Consejo Nacional de Población (CONAPO), enfocados a la planificación familiar. Entonces se buscó educar a las mujeres en el uso de anticonceptivos y se generaron campañas como aquella que decía que “la familia pequeña vive mejor”. Las mujeres de zonas urbanas fueron las primeras y las que más utilizaron estas herramientas, la fecundidad entonces en 40 años bajó de 6.8 hijos/as por mujer a 2.2. De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID 2014), 98.7% de las mujeres en edad fértil conocen al menos un método anticonceptivo; 51.6% declararon ser usuarias actuales de algún tipo de método, 15.3% han utilizado en el pasado, pero actualmente ya no lo hacen; 31.8% declararon nunca haber utilizado métodos anticonceptivos. Respecto del tipo de método anticonceptivo utilizado, 48.6% de las mujeres de 15 a 49 años, usuarias actuales de métodos, utiliza la oclusión tubaria bilateral (OTB), siendo este el principal
método empleado, seguido por los no hormonales con 30.4%; 13.5% son usuarias de anticonceptivos hormonales, 4.8% usa métodos tradicionales y solo 2.7% utilizan la vasectomía. Hoy, en mayor medida las mujeres en edad fértil utilizan métodos anticonceptivos modernos (95.2%) como consecuencia a un mayor involucramiento en la decisión del uso de métodos de control natal. Esto es resultado de una serie de políticas públicas, pero también de una lucha de mujeres por lograr que los derechos sexuales y reproductivos sean una realidad en nuestro país y de que las mujeres decidan sobre sus cuerpos y su sexualidad. Ruth Vargas es una mujer de 63 años, ama de casa y residente de la Ciudad de México, explica
que la llegada de los anticonceptivos fue algo “muy bueno” porque de otra forma se hubiera “llenado de hijos”. Solo tuvo dos, un hombre y una mujer. Dice, en una breve entrevista, que no fue sencillo. “En aquella época las mujeres no podíamos decidir como ahora. Para usar métodos anticonceptivos o teníamos que pedir permiso al marido o teníamos que hacerlo a escondidas. Incluso tuve amigas que preferían usarlos a escondidas porque cuando decías que ibas a utilizar alguno, inmediatamente te tachaban de mujer fácil, como que se relacionaba el uso de anticonceptivos con el hecho de que fueras a ser infiel a tu pareja, pero lo único que buscábamos era no tener tantos hijos porque el cuidado era abrumador y el dinero poco a poco dejó de ser suficiente”. Las jóvenes, en la actualidad, tienen una concepción distinta, han crecido, muchas de ellas, con mayor información y con la posibilidad de decidir por sí mismas sobre sus cuerpos. Paola Suárez tiene 21 años y está estudiando la licenciatura en derecho. Ella desde hace años utiliza un Dispositivo Intrauterino (DIU) que señala que es “muy cómodo, seguro y dura muchos años”. Además, está consciente de que cada vez que tiene sexo debe utilizar un condón para evitar alguna enfermedad de transmisión sexual. Pero ella no tiene culpas, ella no ha tenido que pedir permiso a nadie para utilizar un método anticonceptivo, ni incluso el aborto, que considera una opción viable. “Yo creo que es responsabilidad y decisión de cada mujer. Yo no podría pensar en tener un bebé ahora, quiero terminar mi carrera, quiero salir con amigas y amigos, viajar, quiero estudiar fuera de México, pero también quiero ejercer mi sexualidad y lo hago de manera responsable”. Desde hace 10 años el aborto es legal en la Ciudad de México, situación que abre nuevas posibilidades al menos para las mujeres que viven en zonas cercanas o que tienen recursos para trasladarse en caso de querer recurrir a este servicio. Desde entonces, 176,355 mujeres han recurrido a este procedimiento según datos del Inmujeres CDMX. Sonia González, una joven de 23 años y que vive en Ecatepec ha acudido a la Ciudad de México a practicarse un aborto. Su método anticonceptivo falló y ella y su pareja no están en posibilidades de cuidar a un bebé ahora. Ella tiene ya a Mateo, un niño de tres años que va a la guardería mientras ella trabaja en una estética y que está por concluir sus estudios en ciencias forenses. “Tenemos que dejar de lado los tabúes y los prejuicios. Si hoy día las mujeres tenemos acceso a estos servicios y a ejercer nuestros derechos hay que hacerlo como mejor nos convenga. Nadie tiene que tacharnos de irresponsables o de ser mujeres fáciles, cada quien sabe por qué y cuándo lo hace”. Sonia cree que todas las mujeres en México deberían tener acceso a un aborto legal para poder desarrollarse en otras áreas, como ella lo hace. JULIO, 2017 | TODAS |
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Consejo Social
Un ejemplo de empoderamiento es la representación de las mujeres dentro del Congreso y los logros alcanzados en educación secundaria y superior. En el ámbito nacional, se observó que 23.2% de los escaños parlamentarios eran ocupados por mujeres.
MARÍA DORIS YBONE CANDILA ECHEVERRÍA “La mujer no nace, se hace” Simone de Beauvoir
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as diferencias biológicas entre hombres y mujeres han sido y continúan siendo el soporte de una valoración social diferenciada entre ellos, con un impacto decisivo tanto en la definición de ámbitos de competencias, roles y funciones que corresponden a unos y a otros, como en lo concerniente a la asignación de las oportunidades, recursos y espacios de decisión. Para alcanzar un desarrollo humano sostenible en México, es fundamental combatir los rezagos asociados a la desigualdad de género (PNUD). Una idea generalizada es que el Siglo XXI será el siglo de las mujeres, pero la realidad es que, a casi dos décadas de su inicio, todavía existen grandes desigualdades sociales, que es necesario y urgente superar. México es uno de los países de mayor extensión territorial en el mundo, ha tenido un gran crecimiento de la población en los últimos 100 años, ha pasado de 106.5 millones en el año 2005 (PNUD) a 130.574 millones en 2017, y del total de habitantes, las mujeres representan 50.7 % y los hombres 49.3%, de acuerdo con el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (DAES-ONU). En México, la situación actual de las mujeres se caracteriza por la desigualdad en todos los ámbitos: ingresos, laboral, educativo, salud, familiar y político. Padecen las condiciones más desfavorables y asumen los mayores costos, algunos de ellos considerados como “normales”, sumando a que se necesitaron 200 años de lucha para que se reconocieran sus derechos como derechos universales. En los últimos 25 años, como consecuencia de la transformación de los patrones reproductivos, se han producido cambios notables en la estructura por edades de la población. Esta polarización de la sociedad es posible apreciarla a través de las condiciones de desigualdad y
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DESARROLLO HUMANO VS. DESIGUALDAD DE GÉNERO pobreza, donde el Índice de Desarrollo Humano (IDH) es un factor importante para medirlas. La condición de desarrollo humano se puede apreciar mediante dos indicadores cuantitativos, objetivos y oportunos: el Índice de Desarrollo Humano (IDH) desagregado para mujeres y hombres, y el Índice de Desigualdad de Género (IDG). El IDH ofrece un panorama de la movilidad de oportunidades en las entidades, municipios, y para los individuos que habitan el país, indaga las razones de la presencia de obstáculos, y examina políticas públicas para superarlos. El IDG refleja tres dimensiones en las que las mujeres pueden experimentar desventajas respecto de los hombres: salud reproductiva, empoderamiento y participación en el mercado laboral. La dimensión de salud se mide mediante la tasa de fecundidad en adolescentes y la tasa de mortalidad materna. En 2012, la tasa de fecundidad en adolescentes fue de 0.066 (CONAPO 2014), es decir, de cada 1,000 nacidos, 66 fueron de mujeres entre 15 y 19 años. En cuanto a la tasa de mortalidad materna, la Secretaría de Salud reportó 42.03 por cada 100,000 nacidos vivos. El empoderamiento se observa mediante la representación de las mujeres dentro del Congreso y los logros alcanzados en educación secundaria y superior. En el ámbito nacional, se observó que 23.2% de los escaños parlamentarios eran ocupados por mujeres y el resto por hombres (INEGI 2010). La última dimensión mide la participación de las mujeres y hombres en el mercado laboral; 43% de las mujeres mayores de 14 años formaba parte de la Población Económicamente Activa (PEA), hecho que contrasta con la participación de los hombres, que fue de 78% (INEGI 2012). Estos indicadores calculados y desagregados por entidad federativa y municipio dan constancia de aspectos clave para el desarrollo humano, como la salud, la educación y el ingreso, y revelan cómo los contrastes en otros rubros, participación en el mercado laboral, empoderamiento y salud reproductiva pueden generar desigualdad (PNUD). Estas condiciones de desigualdad de género son más evidentes en países con menores niveles de desarrollo. A pesar de instituirse como valor cultural el principio de igualdad entre mujeres y hombres, las acciones rebasan las intenciones públicas o privadas, ya que la desigualdad entre hombres y mujeres, no se deriva de coacción, sino de las prácticas cotidianas de una sociedad aparentemente bien intencionada. La responsabilidad más importante es visibilizar la situación en que se encuentra el colectivo. Estudios recientes muestran el grado de “sobre-representación” de las mujeres entre las filas de los más pobres y los más desposeídos. La acción para la igualdad de mujeres y hombres, requiere que todas las acciones integren la perspectiva de género a través de una acción transversal, y de educación, que priorice un desarrollo humano equitativo e igualitario fortaleciendo las capacidades humanas y preparando a mujeres y hombres para afrontar el presente, pero, sobre todo, para la construcción de un futuro más justo.
El empoderamiento se observa mediante la representación de las mujeres dentro del Congreso y los logros alcanzados en educación secundaria y superior
María Doris Ybone Candila Echeverría, Consejera Social del Instituto Nacional de las Mujeres.
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Entrevista POR: ALICIA MENDOZA, SEMMEXICO
DE EL CAIRO AL MÉXICO DE HOY: UN CAMBIO TRASCENDENTE María Eugenia Romero Contreras, directora general de Equidad de género, ciudadanía, trabajo y familia, A.C., hace un balance y habla de los pendientes del Programa de Acción de la Conferencia de Población y Desarrollo de El Cairo, 1994. Ella ha sido, desde la sociedad civil, observadora y participante de lo que llamó un “cambio desigual”.
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a los 20 años no se acabara el plazo, sino que continuara. Ese programa de acción sigue vigente y los gobiernos tienen la obligación de cumplir con él. Además, el Programa ha demostrado ser muy eficaz.
¿Cuál es tu balance luego de 23 años? El Programa de Acción de El Cairo lo firmaron 179 países. Se trata de una agenda que reconoce a las mujeres como sujetas de derechos. Terminó con los programas de población, donde no se incluían los derechos de las mujeres. Tras El Cairo se avanzó en: planificación familiar, la educación para las mujeres y las niñas, acceso a métodos anticonceptivos, reconocimiento del aborto como un problema de salud pública (se hace visible en todo el mundo). Se acuerda que los gobiernos deben tomar medidas para la salud sexual y reproductiva de toda la población, haciendo énfasis en las mujeres. El programa recoge las demandas feministas. México, desde 1974, tuvo una política de anticoncepción, a través del Consejo Nacional de Población. En 1995, se hace el primer programa nacional de salud reproductiva. ¿Significa que el Programa sirvió? No tanto. La agenda de El Cairo está vigente en América Latina, porque el movimiento feminista latinoamericano ha estado detrás de ella, presionando, pidiendo cuentas, ofreciendo asesoría para los programas, fiscalizando a las instituciones para que los programas tengan impacto positivo, cuidando que se establezcan los derechos sexuales y reproductivos en el marco de los derechos humanos, para que las mujeres decidan sobre su vida y su reproducción. No se alcanzaron las metas a los 20 años, que era el plazo del Programa. Pero Naciones Unidas, la sociedad civil y las feministas pugnamos porque
¿Cuáles son los principales avances? En México ha habido avances. Por ejemplo, aumentó la gama de métodos anticonceptivos, pero no es homogéneo. Hay estados de la República donde no tienen acceso a todos los métodos anticonceptivos. 25% de las mexicanas que no quieren embarazarse no tienen acceso a anticonceptivos. Es una demanda insatisfecha que se agudiza entre las jóvenes. Contribuye a ello los prejuicios entre el sector salud de no atender a las jóvenes solteras. Chiapas, Oaxaca y Guerrero tienen la situación más grave. Es de exigir al sector salud que atienda a todas las mujeres, ofrezca todos los métodos anticonceptivos, además del DIU e implante, y tenga abasto, suficiente y permanente de todos ellos. También se redujo el número de hijos por mujer; hay más información sobre anticoncepción y educación sexual a la población. Se necesita, no obstante, un programa integral y sólido desde la escuela primaria, ya que sí se habla de reproducción, pero falta que las niñas reconozcan que no deben ser violentadas o no aceptar situaciones que las puedan poner en riesgo. Sin esta intervención integral, se pone a las niñas y mujeres en mayores riesgos. De ahí la tasa alta de embarazo adolescente. Considero que la coordinación interinstitucional es muy pobre. Cada secretaría trabaja por su lado y no se suman los esfuerzos, ello dificulta potenciar el trabajo. El IMJUVE debería estar trabajando con la Secretaría de Salud, y ésta a su vez con la Secretaría de Educación Pública, todos trabajando en el mismo rumbo. No se logró reducir la tasa como se planteó en los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Las mujeres siguen pariendo afuera de clínicas e instituciones de salud, porque no las atienden. Faltan clínicas en poblaciones rurales lejanas, mejorar los traslados de las parturientas y reconocer el trabajo de las parteras. La tasa de mortalidad materna preocupa, porque está en 52 por cada 100,000 nacimientos. Debemos llegar a 20. Se tiene que hacer un esfuerzo, porque son todas muertes prevenibles. La orfandad es también una problemática. Urge aumentar la participación de los hombres en la reproducción, en la anticoncepción, en la no violencia. Este compromiso del Programa de Acción de El Cairo no se ha atendido. ¿Cómo ves el futuro? En 2013 se firmó el Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo, que es un acuerdo de América Latina y el Caribe para atender la agenda que se hizo en El Cairo. Actualmente, con la participación de muchos países, se está trabajando en la elaboración de los indicadores para medir los avances. En octubre de este año se presentarán estos indicadores, en la Tercera Conferencia de Población y Desarrollo, en El Salvador. Con estos indicadores se podrá pedir cuentas a las distintas instituciones de lo que están haciendo para lograr estas metas. JULIO, 2017 | TODAS |
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Consejo Consultivo
MUJERES U HOMBRES ¿Y LA DIVERSIDAD SEXUAL? La discriminación hacia lo femenino, a quienes se feminizan y alejan del modelo de masculinidad hegemónica, cobra día a día la vida de decenas de personas.
MIRNA EUGENIA ACEVEDO SALAS
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l 25 de junio se conmemoró el Día Internacional de la Diversidad Sexual; en distintas ciudades de México se llevaron a cabo marchas en las que miles de personas salieron a las calles en un ánimo festivo para celebrar la vida, y reivindicar el derecho a ciudadanía digna, conmemorar la vida de quienes la perdieron sin alcanzar a ver y vivir sin discriminación, víctimas del odio y fobia a lo distinto, lo que sale de los roles y estereotipos de género socialmente reproducidos. Según datos de la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) en México, una de cada dos personas lesbianas, homosexuales o bisexuales, considera que el principal problema que enfrenta es la discriminación, seguida de la falta de aceptación, las críticas y burlas. Lo anterior se sostiene con los siguientes datos de la misma Encuesta: 8 de cada 10 personas de más de 50 años opinan estar en desacuerdo y muy en desacuerdo con que a las parejas de hombres homosexuales se les debería permitir adoptar niñas y niños. Siete de cada 10 personas que se encuentran entre los 30 y 49 años de edad opinan lo mismo. Cuatro de cada 10 mexicanas y mexicanos no estarían dispuestos a permitir que en su casa vivieran personas homosexuales. Casi 3 de cada 10 personas en México consideran que se justifica mucho, algo y poco oponerse a que dos personas del mismo sexo contraigan matrimonio. Una de cada diez personas de todas las edades considera que las personas homosexuales deben cambiar sus preferencias, y una de cada diez piensa que deben ocultarlas. Las personas cuyas opiniones implican no respetar las preferencias de las personas homosexuales alcanzan mayores porcentajes a partir de los 40 años. La discriminación por preferencia u orientación sexual es una de las manifestaciones más crueles de la violencia de género, en México, como en cualquier otra parte del mundo, el ser hombre o ser mujer implica profundas diferencias de trato y de oportunidades; las posibilidades vitales de unas y otros estarán circunscritas al sexo con el que se nació o bien el que se designó al momento de nacer. Las valoraciones diferenciadas de las actividades y características atribuidas
a las mujeres y a los hombres van marcando y profundizando una brecha de desigualdad entre unas y otros. La discriminación hacia lo femenino, a quienes se feminizan, y a quienes se alejen del modelo de masculinidad hegemónica, heteronormada y patriarcal, cobra día a día la vida de decenas de personas víctimas de crímenes de odio, y limita el desarrollo y potencial de más de la mitad de la población. Es pertinente movernos del lugar común desde el que se ha interpretado el deber ser, dejar de pensar en claves dicotómicas a la humanidad: mujeres u hombres, ¿y todas aquellas personas que no se identifican en estas únicas dos posibilidades?, simple y sencillamente no están vistas, no existen para la sociedad, están excluidas. El ejemplo más claro de estos es “Autobús de la libertad” promovido por el Consejo Mexicano de la Familia en donde se niega la transexualidad con mensajes como “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siéndolo”; así en una interpretación a modo del derecho de la libertad de expresión, con esta acción se invisibiliza sin más a un grupo poblacional, dejándoles a merced de expresiones y manifestaciones de odio. Tenemos mucho que deconstruir, mucho por desandar para comenzar a consolidar una sociedad incluyente y diversa como la humanidad.
La discriminación por preferencia u orientación sexual es una de las manifestaciones más crueles de la violencia de género
Mirna Eugenia Acevedo Salas , Consejera Consultiva del Instituto Nacional de las Mujeres.
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FOTOS: AP Y CORTESÍA
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EN SINALOA CONSTRUIMOS UNA AGENDA DE IGUALDAD Las sinaloenses también destacan en el ámbito deportivo: la tres veces medallista Olímpica, María del Rosario Espinoza (taekwondoína); Daniela Gaxiola (ciclismo); Iza Daniela Flores (velocista); Tania Mascorro (halterofilia) e Itzel Manjarrez (taekwondoína).
REYNA ARACELI TIRADO GÁLVEZ
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n Sinaloa, destacan mujeres talentosas que, gracias a su esfuerzo, su trabajo y a su inteligencia, han dejado huella desde las diferentes trincheras en las que se encuentran, por ello merecen un reconocimiento social a sus trayectorias. En el Plan Estatal de Desarrollo 2017-2021, el Gobernador del Estado C. Quirino Ordaz Coppel, dentro del apartado de Igualdad sustantiva, compromete una política prioritaria por el bien de las mujeres, una estrategia integral que agrupa las aspiraciones y demandas recogidas en diversos foros para impulsar políticas públicas destinadas a asegurar la inclusión de las mujeres en el desarrollo del estado, así como también para promover la institucionalización de las políticas de igualdad en los diferentes órdenes de gobierno, en ese sentido siempre atento a garantizar la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres con pleno respeto a sus derechos humanos. Sinaloa cuenta con 18 municipios, ubicado en el sector noroeste de México. Aloja una población de 2,966,321 habitantes, donde 50.6% son mujeres y 49.4% son hombres. Nuestras mujeres, orgullosamente sinaloenses, han puesto a nuestro país en las esferas internacionales. Destacan en el ámbito deportivo, la tres veces medallista Olímpica, María del Rosario Espinoza (taekwondoína), así como las deportistas de competencias internacionales: Daniela Gaxiola (ciclismo), Iza Daniela Flores (velocista), Tania Mascorro (halterofilia) e Itzel Manjarrez (taekwondoína). En el ámbito empresarial las mujeres sinaloenses aportan 37% a 2.1% que representa el PIB para nuestro país. En cuanto a las mujeres jefas de familia en los hogares, nuestro Estado está por arriba de la media nacional con 28.1% oscilando en las entidades federativas entre 21.5% en Nuevo León y 36.1% en Sonora.
En el tema de participación política de las mujeres también hay un gran avance, ya que, en la actual legislatura, de un total de 40 curules, 18 son diputadas y 22 son diputados, lo cual representa 45% de mujeres. A nivel local de las 233 regidurías actuales, 111 son mujeres, lo que indica 44.6%, y en cuanto a las alcaldías de las 18 que integran el Estado, cinco mujeres ocupan este cargo, lo que representa 27.8%. En lo artístico y cultural la entidad tiene en su historia y actualidad mujeres como: Inés Arredondo, en la literatura; Elsie Cota, bailarina e investigadora Fundadora de la Escuela de Instructores de Arte en Cuba; la cantante Lola Beltrán; Amparo Ochoa, en la trova; de épocas más recientes están Graciela Beltrán, Patricia Navidad y Ana Gabriel, solo como ejemplo del quehacer artístico y cultural sinaloense. En la investigación, una mujer destacada, la Doctora Sylvia Paz Díaz Camacho, actualmente, primer mujer rectora de la Universidad del Estado (Universidad de Occidente), que ha obtenido premios en su rama de investigación parasitológica como: “Antonio Caso” y “Lola e Igor Frisar”, por mencionar solo algunos de sus más de 111 logros en este ramo del reconocimiento laboral. Sinaloa es un estado donde las mujeres continúan avanzando de la mano de la Presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres Lic. Lorena Cruz Sánchez, a quien le reconocemos su capacidad, su trabajo, su esfuerzo diario y orientación para seguir construyendo mejores oportunidades para las mujeres y niñas sinaloenses. Resaltar el apoyo incondicional del Gobernador del Estado C. Quirino Ordaz Coppel y el de su señora esposa Rosy Fuentes de Ordaz, reconocemos su sensibilidad y voluntad política para alcanzar los estándares internacionales de desarrollo en el ámbito empresarial, artístico, cultural, político, deportivo y social, trabajando juntas en la construcción de una sociedad más incluyente, más participativa donde Sinaloa sea precedente hacia la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Por un mejor Sinaloa, Todas Unidas.
En Sinaloa destacan mujeres talentosas que han dejado huella desde las diferentes trincheras en las que se encuentran
Reyna Araceli Tirado Gálvez, Directora General del Instituto Sinaloense de las Mujeres.
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Recomendaciones POR: JAIRO CASTILLO
ENTÉRATE
PELÍCULA
TODAS Y TODOS CELEBREMOS PARA CREAR CONCIENCIA ¿Sabías que el 11 de julio de 1987 se estableció el Día Mundial de la Población, debido a que los seres humanos existentes en el mundo sumaron la cantidad de 5,000 millones? A partir de ese momento, año con año, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) conmemora esta fecha para hacer un llamado a no pasar por alto la problemática en rubros de población, desarrollo, así como salud sexual y reproductiva, sin olvidar el tema de la igualdad de género. Actualmente se calcula que la población mundial es de casi 7,400 millones de personas y en México, según datos de la Encuesta Intercensal, señalan que en 2015 fuimos 119.5 millones; 48.6 hombres y 51.4% mujeres.
LIBROS HISTORIA MÍNIMA DE LA POBLACIÓN MUNDIAL Autor: Massimo Livi Bacci Editorial: Ariel ¿Por qué la población actual supera los 7,000 millones y no posee un orden de magnitud mayor o menor? Durante miles de años, antes de la invención de la agricultura, la población fue ínfimamente menor, tal vez una milésima de la parte de la actual, y no son pocos los teóricos que piensan que nuestro planeta, con la cantidad de recursos que dispone, podría mantener una población 10 veces más numerosa que la que actualmente camina sobre la tierra. ¿Cómo se determina, entonces, en cada una de las etapas de desarrollo humano, el crecimiento demográfico, consecuencia de la eterna búsqueda de equilibrio entre los recursos y el ambiente? Estas preguntas son ya clásicas y fueron planteadas por primera vez de manera moderna por Malthus (Ensayo sobre la población,1789) quien, no por casualidad, fue el inspirador de la obra de Darwin (El origen de las especies, 1859). Historia mínima de la población mundial es un libro que analiza estos problemas fundamentales, dialogando con los presupuestos, las soluciones examinadas, lo aclarado y lo que aún falta por investigar.
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CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE Nombre original: Soylent Green Director: Richard Fleischer Año: 1973. La película se ambienta en el año 2022 en una sobrepoblada ciudad de Nueva York, que sufre serios problemas, como la contaminación y el calentamiento global. El detective Robert Thorn se involucra en la investigación del asesinato de William Ro. Simonson, uno de los principales accionistas de Soylent, que es la marca del único alimento disponible para la población común. Conforme avanza en su investigación, Robert se dará cuenta de los macabros efectos que la sobrepoblación ha tenido en el medio ambiente y la sociedad.
PÁGINA WEB
¿CUÁL ES MI LUGAR EN LA POBLACIÓN GLOBAL? Somos ciudadanos no solo de México, sino del mundo. Ahora podemos comprobarlo con la aplicación Population.io, que a través de su página http://www.population.io/ nos permite observar un reloj actual de la población global, en tiempo real. Al ingresar nuestra fecha de nacimiento, género y país de origen, podemos observar nuestra posición respecto de la población global con datos como cuántas personas son mayores o menores que nosotros, la esperanza promedio de vida con el año y día de nuestro probable deceso, así como la esperanza de vida que tendríamos en cada país del mundo.
Breves LIDERAZGO DE LAS MUJERES EN LAS AMÉRICAS
Durante la Reunión, los asistentes coincidieron en generar estadísticas desagregadas por género.
CÓMO ESTAMOS EN EL USO DEL TIEMPO Y TRABAJO NO REMUNERADO El 8 y 9 de junio, se llevó a cabo en la Ciudad de México, la 15ª Reunión anual de especialistas sobre uso del tiempo y trabajo no remunerado, en el marco de las actividades del Programa del Grupo de Trabajo de Estadísticas de Género de la Conferencia Estadística de las Américas (CEA-CEPAL); y como resultado de un trabajo impulsado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI); INMUJERES; la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), y la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres). Durante su participación, Lorena Cruz Sánchez, Presidenta del INMUJERES, señaló la importancia de generar estrategias de desarrollo estadístico para la recolección, desagregación y diseminación de datos en el marco de la Conferencia Estadística de las Américas, de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de las agendas globales, regional y nacionales de género, como la Estrategia de Montevideo.
ARMONIZACIÓN LEGISLATIVA PARA LA JUSTICIA
Durante la Asamblea se abordó el tema del empoderamiento de las mujeres e igualdad de género.
Durante la XLVII Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), se llevó a cabo el panel temático: “Oportunidades y desafíos para el liderazgo de las mujeres en las Américas”, en el que la Presidenta del INMUJERES, Lorena Cruz Sánchez, reconoció que por primera vez se abordó el tema de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, “una condición necesaria para el progreso real de nuestros países y, sobre todo, para erradicar las múltiples violencias que viven las mujeres y las niñas, a la par que avanzamos en contra de la discriminación; queremos avanzar hacia economías más prósperas, sociedades más justas y en paz, y hacia un planeta sostenible”, puntualizó.
FIRMA DE CONVENIO PARA LA IGUALDAD La Presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, Lorena Cruz y el gobernador de Baja California Sur, Carlos Mendoza Davis, firmaron un convenio en materia de igualdad, que garantizará a las mujeres y niñas sudcalifornianas, un mayor acceso a la salud, al trabajo, al desarrollo social y al ámbito político. Además, Cruz Sánchez felicitó al Congreso local por aprobar e incorporar el concepto de violencia política en su Ley Estatal de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Durante la inauguración del 4º Encuentro Nacional de Armonización Legislativa de las Comisiones para la Igualdad de Género, de los Mecanismos para el Adelanto de las Mujeres y de los Tribunales Superiores de Justicia en las Entidades Federativas, la Presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, Lorena Cruz Sánchez, insistió en la necesidad de homologar en todo el país los tipos penales; en la correcta tipificación y la justa sanción de los delitos contra las mujeres, que sean perseguidos de oficio y se repare el daño a las víctimas. En presencia del Secretario de Gobernación, Lorena Cruz, recordó que, desde 2015, el Comité de la CEDAW emitió la Recomendación 33, que insta a los Estados miembros a armonizar una legislación nacional para proteger los derechos de las mujeres y garantizar su acceso pleno a la justicia.
La titular y el gobernador en la firma del convenio.
CEREMONIA DÍA MUNDIAL DE LA POBLACIÓN En materia de población, el Gobierno de la República enfrenta dos retos con decisión y visión de largo plazo: el embarazo adolescente y el envejecimiento poblacional, aseguró el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien también dio a conocer que en México hay 22.4 millones de adolescentes entre 10 y 19 años de edad que merecen un desarrollo pleno y el Durante la ceremonia, el Secretario Chong dio despliegue de todas sus capacidades y no ver frustrados a conocer las cifras de la población nacional. sus anhelos por un embarazo a temprana edad. Al encabezar la conmemoración del Día Mundial de la Población, aclaró que esa situación afecta su permanencia en la escuela, ingresos futuros, oportunidades y desarrollo; sobre todo, cuando son producto de violencia. “El propósito es claro: hacia el año 2030, disminuir a la mitad la tasa de fecundidad adolescente y erradicar el embarazo en niñas menores de 14 años”, resaltó el Secretario. JULIO, 2017 | TODAS |
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Numeralia
Población 77.9 años se
123.5
millones de personas viven en México.
espera que las mujeres vivan, mientras que los hombres años.
2.3 hijos en promedio tuvieron las mujeres en edad fértil en 2014.
72.9
23%
de la población de México vive en áreas rurales (menores a 2,500 habitantes).
Las entidades con más mujeres que hombres son:
109.6 CDMX 109.4 Oaxaca 108.6 Puebla 108.3 Guanajuato por cada 100 hombres.
7.4
millones de personas de tres años y más hablan lengua indígena,
83.4 hombres por cada 100,000
murieron a causa de enfermedades isquémicas del corazón en 2015.
81.8 mujeres por cada 100,000 murieron a causa de la diabetes mellitus en 2015.
53.2%
de mujeres de 12 años y más se encuentran casadas o unidas, son
31.5% 15.0%
solteras, y alguna vez estuvieron unidas. En el caso de los hombres son casados o unidos, solteros y alguna vez unidos .
56.5%
37.0% 6.1%
1.4
millones de personas se consideran afrodescendientes; estas representan el
1.2%
la población total. Al respecto existen
705,000 mujeres y 677,000 hombres.
51.3% son mujeres y
48.7% hombres.
Las entidades con una mayor proporción de hablantes de lengua indígena son:
32.3% mujeres y 32.0% hombres, Oaxaca
27.9% mujeres y 29.9% hombres, Yucatán
27.8% mujeres y 28.1% hombres, Chiapas.
Fuentes: CONAPO, Dirección General de Estudios Sociodemográficos y Prospectiva, Proyecciones de la población 2010-2030. Inmujeres, con base en el INEGI, Encuesta Intercensal, 2015. Inmujeres, INEGI Mujeres y Hombres en México 2016. Inmujeres, Sistema de Indicadores de Género. [en línea] en http://estadistica.inmujeres.gob.mx/formas/muestra_indicador.php?cve_indicador=1180&Switch=0&Descripcion2=Tasa&indicador2=0 &original=0&fuente=1180.pdf&IDNivel1=11
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