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En memoria de Lee Okseon Halmoni, la mujer que fue obligada por el imperio japonés a servir como mujer de consuelo y sobrevivió
from Tok Tok News N6
by toktoknews
En memoria de Lee Okseon Halmoni
La mujer que fue obligada por el imperio japonés a servir como mujer de consuelo y sobrevivió.
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Fotografía por: Naver News - Lee Okseon tomando la mano de un monumento de las mujeres de consuelo.
Por: Nasle Musa
El día de hoy, con el corazón en mis manos les traigo la historia de una chica muy parecida a mí y a ti que estás leyendo esto. Las únicas grandes diferencias que tenemos con ella son: la época y el lugar donde nacimos.
Su nombre era Lee Okseon y cuando era sólo una niña tenía un deseo como el que tú y yo algún día tuvimos, ese deseo por el que hubiéramos hecho cualquier cosa; el de ella, era ir a la escuela, algo que hoy en día para muchos es una pesadilla. Lee veía a sus hermanos varones irse por la mañana a estudiar mientras que ella cuidaba a sus hermanos menores. Un día sus padres le dijeron que había una manera de cumplir su anhelo, una pareja en Busan podía adoptarla y sólo así finalmente podría empezar sus estudios, así que aceptó y se marchó de casa con más miedo en su corazón que maletas en sus manos.
Me gustaría poder decir que cumplió su sueño, pero la realidad es que todo era un engaño de la pareja, no recibió educación sino trabajo forzado hasta que decidieron venderla a una taberna de Gisaengs (mujeres artistas y profesionales entrenadas para el entretenimiento de los nobles) donde limpiaba y hacía mandados. Un día como cualquiera ella se encontraba regresando a la taberna luego que se le pidiera hacer una entrega, sin embargo nunca llegó, Okseon fue interceptada por dos hombres que la secuestraron y llevaron hasta el vagón de un tren en el que se encontró con otras quince texto mujeres; texto texto texto algunas casadas texto y otras como ella, texto texto texto niñas. Una vez que texto texto hablaron entre ellas se texto texto dieron cuenta texto texto texto que estaban en grave peligro, texto pero sus texto texto texto texto intentos de escape fueron fallidos. texto Cuando texto texto texto el tren llegó a su texto destino, China, las texto texto texto texto texto separaron. Ella terminó en un lugar parecido a una cárcel, sin embargo era mucho peor, se trataba de un campo de labor y estación de consuelo, fue ahí donde le cambiaron el nombre, ya no era Lee Okseon, sino Tomiko.
Fotografía por: Naver News
Lee Okseon en una protesta para que Japón pida disculpas a las mujeres de consuelo.
En ese lugar las mujeres hacían el mismo trabajo que los hombres, pero una vez que terminaban y se encontraban exhaustas comenzaba otro tipo de trabajo, uno que los varones no podían hacer. Las encerraban en celdas para ser abusadas sexualmente por soldados japoneses. La primera vez que Okseon vivió esto, entendió porqué las mujeres que vivían abuso se quitaban la vida, pero en ese lugar no podía optar por hacer lo mismo y escapar era aún más difícil. Los soldados podían entrar a cualquier hora y ella tenía que “ servirles ” , los militares descansaban los fines de semana y en un solo día podían entrar incluso hasta cuarenta veces. Tenían como requisito el uso de protección, pero cuando ella se los recordaba, siempre la golpeaban y comparaban la estación de consuelo con un baño público.
Un día, Okseon comenzó a sangrar y debido a la falta de conocimientos sobre el tema pensó que se estaba muriendo, fue una de sus compañeras la que le explicó que era su menstruación y que eso significaba que a partir de entonces podía quedar embarazada. Fue en la estación de consuelo que tuvo su menarquia y pasó de ser una niña a una mujer, esto solo le trajo más preocupación. La única manera en la que las mujeres recibían atención médica era para hacerles exámenes de transmisión sexual. Sus golpes y lesiones nunca fueron atendidas. Cuando Okseon contrajo sífilis fue la primera vez que la atendieron, la enfermedad se curó pero el costo que tuvo que pagar fue su capacidad para tener hijos. La segunda estación en la que estuvo se encontraba junto a un aeropuerto, allí siempre veía a los aviones despegar e irse de aquel lugar, se preguntaba si pasarían por su hogar y si llegaría el día donde ella también pudiera ser libre.
Lee Okseon Halmoni con la estatua conmemorativa de las mujeres de consuelo).
Fotografía por: Yonhap news.
Fue hasta el 15 de Agosto de 1945 que Japón se rindió de la guerra, en algunas estaciones de consuelo asesinaron a todas las mujeres, pero en el caso de Okseon, todos los soldados huyeron y las abandonaron, fue hasta que caminaron a la ciudad que las mujeres de consuelo se dieron cuenta que la guerra había terminado, pero ella no tenía manera de regresar a casa. Tomaron 55 años para que ella regresara a Corea donde finalmente se encontró con sus hermanos, pero una vez que se enteraron de lo que vivió, rompieron sus lazos con ella.
El imperio japonés le arrebató su juventud, su patria, su nombre, su posibilidad de hacer una familia y a sus hermanos; aún así, Lee Okseon siempre tuvo voluntad de sobrevivir, exigir justicia y amor a la vida.
Fotografía por: Naver News Lee Okseon dedicó su vida a su último anhelo, exigir que Japón les pida una disculpa a las mujeres de consuelo que fueron secuestradas para ser esclavizadas y torturadas por años. Ella no pudo cumplir su deseo de estudiar, pero nosotros le podemos ayudar a cumplir su último sueño aunque ya no esté con nosotros.
Durante la presidencia de Park Gyun Hye, ella le aseguró a Japón que no era necesaria una disculpa para las víctimas de las estaciones de consuelo pero en el año 2015 Shinzo Abe (El primer ministro de Japón) le pidió disculpas a Yun Byung Se (El ministro de Relaciones Internacionales) para llegar a un acuerdo. Todo esto fue sin aviso o autorización de las mujeres de consuelo, las autoridades japonesas nunca han tomado en cuenta o involucrado a las víctimas; es por esto que hasta el día de hoy ellas luchan para recibir una disculpa personal y una retribución digna.
Fotografía por: Naver News
El día de hoy quedan 10 de las 240 mujeres de consuelo confirmadas luchando por recibir la disculpa tardía de Japón.