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Museo de La Vega Baja de Toledo Concurso Internacional


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M useo de la V ega B aja de T oledo de la edición: Toletum Visigodo de los textos: sus autores de las fotografías, dibujos y planos: sus autores

D iseño y M aquetación : Antonio Pareja E ditor C oordinación editorial : A lfonso G arcía • D iego P eris C oordinación gráfica : J avier F ronce G onzález T ratamiento de imágenes : A ntonio L. P areja I gnacio M artín T ante C arlos P areja I mpresión : C ódice I.S.B.N.: 84-95453-67-3 D epósito L egal : M-43640-2010 I mpreso

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Museo de La Vega Baja de Toledo


UN MUSEO PARA LA VEGA BAJA DE TOLEDO.

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a Vega Baja de Toledo es un territorio que ha estado íntimamente ligado a la cultura de la ciudad de Toledo con la ocupación de la zona en diferentes momentos históricos. Sabemos que fue un espacio de actividades lúdicas en época romana que nos ha dejado un espléndido Circo del siglo I, como testimonio material, y numerosos restos de villas y de la actividad de un momento floreciente de la ciudad. Las recientes excavaciones en la Vega Baja van mostrando un yacimiento de época visigótica de gran extensión, con una gran estructura urbana que pone de manifiesto la ocupación de este territorio en esos siglos y que se prolongará después de la ocupación de la ciudad por los árabes. A finales del siglo XVIII comenzó la construcción de la Fábrica de Armas que se consolidó como una gran ciudad industrial, referencia para miles de toledanos que desarrollaron su trabajo y su formación en ella. Ahora, convertida en campus universitario, da un nuevo sentido a sus edificios e instalaciones revitalizando la zona como ciudad del saber y de la investigación.

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El proyecto del Museo de la Vega Baja debe ser un referente en este amplio territorio que tiene vocación de convertirse en un gran espacio cultural y de ocio de la ciudad de Toledo. El Museo albergará las colecciones arqueológicas desde el siglo I al siglo X con la presentación de la arqueología de la ciudad en este importante periodo de su historia. Será también un Centro de Interpretación que explicará a los visitantes la rica realidad de la Vega Baja de Toledo y, por su proximidad a la Universidad de Castilla-la Mancha, debe ser un Centro de Investigación sobre el Patrimonio Histórico en íntima relación con las enseñanzas del campus universitario en la ciudad. Un edificio del siglo XXI, integrado en la realidad histórica y riqueza que tiene el paisaje de la Vega Baja de Toledo. Un Museo que, junto a la Fábrica de Armas, definirá el paisaje de una zona conservada como espacio libre, como espacio urbanísticamente privilegiado de la ciudad de Toledo, junto al río Tajo, y en el centro de un yacimiento de primera magnitud. El desarrollo del Concurso convocado por Toletum Visigodo nos ha aportado soluciones arquitectónicas ricas que se presentan en esta publicación. El proyecto de arquitectura deberá concretar en los próximos años el equipamiento cultural que dinamice esta zona de la ciudad y sea un referente internacional de la cultura visigoda en la ciudad de Toledo.

EMILIANO GARCIA-PAGE. Alcalde, Presidente de Toletum Visigodo.

Concurso de Arquitectura “Museo de la Vega Baja” Toledo

Concurso de Arquitectura “Museo de la Vega Baja” Toledo

La Vega Baja de Toledo es, así, lugar donde se ha desarrollado la cultura y la actividad en la ciudad de Toledo. De este esfuerzo colectivo quedan restos importantes y un yacimiento que en los próximos años nos dará información sobre una estructura urbana única en España y de gran importancia cultural y científica.

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uando en 2006 el Gobierno de Castilla-La Mancha anunció la declaración de Bien Interés Cultural de Vega Baja, la sociedad castellanomanchega fue testigo de un gran acontecimiento. De una decisión valiente, de una apuesta sin fisuras por la protección del patrimonio, por la historia, por el paisaje; por el futuro.

Una decisión aplaudida por la opinión pública y que fue premiada con la Medalla de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, concedida al Presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, por impulsar uno de los proyectos de investigación arqueológica más importantes de los últimos años. Un hito cultural en el que no estamos escatimando ningún esfuerzo. Cuatro años después, el valor de la Vega Baja de Toledo es incuestionable. La arqueología nos está revelando poco a poco, campaña tras campaña, una compleja trama urbana y monumental, con sus momentos de esplendor y declive, que nace en el romano siglo I antes de Cristo, y que se transforma en urbe regia en los siglos VI y VII, bajo los grandes monarcas visigodos. Pero la importancia de la Vega Baja no concierne exclusivamente a Toledo, si no que constituye un elemento clave para el estudio de la cultura visigoda, y sobre la que indudablemente está arrojando mucha luz. El proyecto que el Gobierno de Castilla-La Mancha impulsa para Vega Baja está asociado al desarrollo sostenible y a la cultura para todos, donde tienen cabida la Universidad de Castilla-La Mancha, la recuperación de la Fábrica de Armas, la arqueología, un museo y un centro de interpretación integrados en el paisaje, junto al río Tajo, de una maravillosa ciudad como es Toledo, Patrimonio de la Humanidad. Un proyecto en el que la cultura se imbrica con la ciudad, creando un espacio abierto a toda la sociedad. Un lugar en el que su extraordinaria riqueza arqueológica, paisajística e histórica se devuelve a Toledo con la dignidad que merece. Un legado que estamos orgullosos de preservar, conservar y difundir para todas y todos los castellano-manchegos. Estamos ante un apasionante proyecto de reconstrucción de nuestra historia; un viaje de ida y vuelta que va a poner en valor la que fuera capital de la monarquía visigoda durante los siglos VI y VII. Un hallazgo así no podía quedar enterrado bajo la construcción de viviendas; hubiera sido imperdonable haberle cerrado los ojos a la investigación, a nuestra historia, a nuestra herencia, a un espacio que a lo largo de los siglos nos ha hecho crecer en valores culturales, por eso ha estado siempre ahí, un testigo mudo del devenir de la ciudad de Toledo. El futuro que el Ejecutivo de Castilla-La Mancha proyecta para el yacimiento de la Vega Baja y que cuenta con la colaboración del Gobierno de España tras el protocolo suscrito entre ambas administraciones en mayo de 2007, es una ambiciosa propuesta pedagógica con un atractivo cultural y turístico de extraordinarias dimensiones.

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Nos encontramos ante una excelente oportunidad de crear un espacio cultural vivo donde la ciudadanía pueda interactuar con su historia. Queremos establecer un diálogo entre Vega Baja y la sociedad a través de este gran centro a la vanguardia e innovador pero sin perder su idiosincrasia. Le Corbusier decía que la arquitectura y la pintura deben vivir no sólo del ojo, sino también del oído. Se planteaba incluso escuchar las resonancias del paisaje….Dejemos, pues, que Vega Baja nos hable. Con este espectacular yacimiento el Gobierno del presidente Barreda quiere crear un modelo de desarrollo sostenible basado en la cultura, valorizando nuestro patrimonio histórico y creando una industria de futuro entendida como generación de riqueza en todas sus vertientes. Ya contamos con la materia prima. Vega Baja es un fantástico paisaje cultural tal y como lo define la UNESCO, que abarca la diversidad de manifestaciones de la interacción entre la humanidad y su entorno natural, en este caso Toledo. Ahora nos compete a las administraciones conservarlo y protegerlo, y sobre todo, legarlo en las mejores condiciones a las generaciones venideras. Agradezco muy sinceramente al Ayuntamiento de Toledo, a las personas que han trabajado y trabajan para Toletum Visigodo; a la Universidad de Castilla-La Mancha; a los miembros de la Real Fundación de Toledo y Reales Academias; a los directores científicos y arqueólogos expertos en época visigoda, y a todos los trabajadores que han contribuido a la puesta en valor de este gran yacimiento; y ahora también, a los arquitectos que tienen el gran reto de dar vida a este ambicioso proyecto. María Ángeles García Moreno Consejera de Educación, Ciencia y Cultura

Concurso de Arquitectura “Museo de la Vega Baja” Toledo

Concurso de Arquitectura “Museo de la Vega Baja” Toledo

Porque Vega Baja va más allá. Tiene una proyección internacional sin precedentes y tenemos la obligación de responder al que será, sin duda, un referente de la cultura visigoda. El Centro Internacional de la Época Visigoda en la Vega Baja está empezando a dar sus pasos. Pasos firmes y seguros que llevan su tiempo, pero que van por el buen camino.

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UN MUSEO PARA LA VEGA BAJA DE TOLEDO

EL CUADRADO Y LA CRUZ

BASS-RELIEF

TRES FECHAS

Antonio Cruz Antonio Ortiz

Ángela García de Paredes Ignacio García de Pedrosa

Mansilla y Tuñón

Diego Peris

123

151

[√ 2(R 2-v 2)cosu, √ 2(R 2-v 2)sinu,v]

PERGOLA OF THE SHADOWS

Zaha Hadid

Steven Holl

169

193

211

231

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BOSQUE SUBTERRÁNEO

PIEDRA(S) DE SOL

CAMPO ARQUEOLÓGICO

TERRENO TEJIDO

PETRUS PETRI

Dominique Perrault

Richard Rogers + Vidal asociados

Toyo Ito

Fuensanta Nieto Enrique Sobejano

Alejandro Zaera Polo


UN MUSEO PARA LA VEGA BAJA DE TOLEDO Diego Peris


Un Museo para la Vega Baja de Toledo Diego Peris Sánchez

Concurso de Arquitectura “Museo de la Vega Baja” Toledo

asi todas las ciudades deben parte de su origen a algún hecho geográfico singular… Casi todas las ciudades han dibujado a lo largo de su historia diversas geografías como resultado de la superposición de sus trazados sobre el territorio primigenio”1. Para Toledo el río Tajo, su colina y sus vegas son elementos geográficos que están en la base de sus trazados.

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La Vega Baja de Toledo es ese territorio situado al norte de la actual ciudad histórica construida sobre la colina rodeada por el río Tajo. Un territorio geográficamente definido por su presencia en el margen izquierdo con una topografía casi horizontal y ochenta y cinco hectáreas de superficie. Una geología de borde con depósitos y sedimentos fluviales en toda su superficie. Un territorio convertido en paisaje por la evolución de veinte siglos de historia a lo largo de los cuales, romanos, visigodos, árabes y proyectistas industriales han construido una cultura que ha impregnado el lugar de valores humanos. Este paisaje, percibido de manera renovada en los últimos años, se ha considerado como espacio que se debe mantener libre de procesos edificatorios, tanto para estudiar detenidamente sus valores arqueológicos, como para establecer un espacio libre en el interior de la ciudad de Toledo. Y no menos importante: que contribuya a percibir el paisaje singular de la ciudad elevada y la visión de este espacio como un nuevo paisaje libre en el conjunto de la ciudad nueva surgida en esta zona norte. En este nuevo

contexto, se plantea la construcción de una infraestructura cultural que sirva de referente al espacio y que dinamice el proceso de desarrollo cultural de este nuevo paisaje. El Protocolo General de Colaboración entre la Administración del Estado y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha (21 de mayo de 2007 BOE junio 2007)2, estableció un marco de colaboración para la creación de un Centro Internacional de la Época Visigoda en la Vega Baja de Toledo, cuyo objetivo es “ofrecer una nueva propuesta pedagógica sobre el Patrimonio Histórico, en el marco de la sociedad del conocimiento”. El Centro estará integrado por tres unidades: • Museo de la Época Visigoda. • Centro de Interpretación de la Vega Baja. • Centro de Investigación. Se concibe como un instrumento permanente de educación, configurándose como un foco cultural y lugar de encuentro accesible a todos y que, a través de él, permita introducirse o ahondar en un recorrido por la Historia. Posee una dimensión internacional que supera ampliamente el mero ámbito regional o nacional, para inscribirse, con derecho propio, en el debate que en los inicios del siglo XXI, se genera sobre la necesidad de nuevas estrategias de valoración del Patrimonio, en el marco de la Sociedad del Conocimiento y de la Información.

1.–

BATLLE, Enric, 2007, “Geografía”, en: VVAA, Landscape + 100 palabras para habitarlo, coord. COLAFRANCESCHI, Daniela, Barcelona, Gustavo Gili, p. 81.

2.–

El protocolo está firmado por la Ministra de Cultura Carmen Calvo y el Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, José Maria Barreda.

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Mosaíco Romano de la Vega Baja.

Mosaíco Romano de la Vega Baja.

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De ahí que, tanto el Museo, como el Centro de Interpretación y el de Investigación formen parte de un mismo complejo arquitectónico que los integre, aunque espacialmente queden diferenciados en el proyecto que se ejecute. Esta integración permitirá disponer a ambas instituciones de zonas comunes: laboratorios, bibliotecas, salón de actos…, que, además, funcionen como nexo espacial y conceptual que impulse el desarrollo de proyectos transversales de investigación, restauración y divulgación entre las tres entidades3. La definición de esta propuesta nos lleva a definir, pues, las tres áreas que integrarán el edificio:

1 MUSEO DE LOS SIGLOS I AL X. Se articulará mediante una exposición que, junto a la colección permanente incorpore a través de un proyecto multimedia, interactivo y virtual, una reconstrucción de las diferentes fases históricas de ese periodo. 3.–

Existe un documento inicial de desarrollo del pro yecto, elaborado por Lauro Olmo Enciso.

Dada la ordenación de los museos de la ciudad de Toledo, el de la Vega Baja puede abar-

car prácticamente la totalidad desde los siglos I al X, albergando las importantes colecciones de arqueología existentes de dicho etapa en Toledo, e incorporando los elementos procedentes del yacimiento. De esta forma, se incrementa singularmente su contenido y se realiza un recorrido cronológico que permite presentar completo un amplio ámbito temporal.

2 CENTRO DE INTERPRETACIóN DE LA VEGA BAJA. Se estructura como una sección más del Museo, aunque independiente y configurada como el espacio de conexión entre éste, el yacimiento arqueológico y los demás espacios históricos existentes en la Vega Baja. Dada su singular ubicación será, a la vez, Centro de Interpretación del sitio: área del circo romano, el yacimiento Vega Baja y el conjunto histórico de la Fábrica de Armas abarcando, así, 20 siglos de la historia de la ciudad de Toledo.

3 CENTRO DE INVESTIGACIóN DEL PATRIMONIO HISTóRICO. El legado histórico de la época visigoda afecta a todas las tipologías de elementos que constituyen el ámbito de actuación patrimonial: bienes muebles e inmuebles, yacimientos arqueológicos y conjuntos monumentales en ámbitos rurales y urbanos. Por ello, dicho Centro, además de profun-

dizar en el conocimiento histórico de una época, se concibe como una institución con vocación de participar activamente en el debate internacional sobre las nuevas estrategias de intervención en el Patrimonio que se están generando a partir de la utilización de las Nuevas Tecnologías. El Centro de Investigación sobre la Época Visigoda, además de su inserción en el proyecto de la Vega Baja de Toledo, impulsará, apoyará y colaborará en proyectos de intervención patrimonial, excavaciones, yacimientos y conjuntos arqueológicos de ese periodo, tanto españoles como de otros países del ámbito europeo y mediterráneo. El Centro de Investigación nace con la vocación de ser un lugar de referencia en estudios científicos e históricos sobre la época visigoda, y de profundizar y utilizar las Nuevas Tecnologías de la Sociedad de la Información en el campo del Patrimonio Histórico. De todo lo anteriormente expuesto, se deducen los siguientes objetivos: • Desarrollar una institución de excelencia en la investigación, conservación, gestión y difusión de la arqueología de la época visigoda, así como de las estrategias de difusión del Patrimonio Histórico. Fomentar y realizar proyectos de investigación interdisciplinar en los ámbitos nacional e internacional con otros centros y en todas las líneas que constituyen su objeto de estudio.

Restos del Circo Romano en la Vega Baja.

Concurso de Arquitectura “Museo de la Vega Baja” Toledo

Concurso de Arquitectura “Museo de la Vega Baja” Toledo

Los tres elementos constituyen organismos con personalidad propia, dedicados a la difusión e impulso de la investigación y avance científico. Su planteamiento conceptual es unitario y debe transmitirse al proyecto arquitectónico, no desde la perspectiva de optimizar y economizar espacios, sino desde la creencia de la interacción e interdisciplinariedad que anima el Proyecto de Vega Baja.

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Plano de ubicaciónn del Museo de la Vega Baja.

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• Desarrollar planes de apoyo a la Administración Autonómica y del Estado, y a la sociedad en general, a través de la realización de cursos especializados, encuentros científicos y técnicos, servicios en materia de impacto arqueológico, analíticas y gestión patrimonial y cualesquiera otras actividades encaminadas a tal fin. • Desarrollar proyectos de apoyo y colaboración con la industria y empresas nacionales e internacionales dedicadas al ámbito del Patrimonio Histórico y, en particular, con las especializadas en el campo de las Nuevas Tecnologías a través de la realización de proyectos de I+D+I, cursos de especialización, asesoramiento y asistencia científica y técnica. Colaborar en materia universitaria con la docencia en las titulaciones oficiales de su campo de especialización, así como en la formación de posgrado, tercer ciclo y titulaciones propias.

Ubicación del edificio. Dado el interés arqueológico de la zona y la necesaria ordenación urbanística de ese amplio espacio de la ciudad, con unas ochenta y cinco hectáreas de superficie, se ha estudiado la ubicación más adecuada que requiere los oportunos informes arqueológicos y urbanísticos. Se considera su ubicación por los siguientes factores: • Valores arqueológicos del lugar: la presencia o no de restos, puede ser un elemento para evaluar el propio edificio en función de su diseño arquitectónico y por su integración en el lugar de su ubicación. Los estudios de la prospección geofísica realizados, nos indican que, en la zona elegida, donde se ubicaba un antiguo campo de futbol de la Fábrica de Armas de Toledo no existen restos arqueológicos significativos. En caso de

haber existido, debieron haber sido eliminados como consecuencia de la excavación realizada para la construcción de la instalación deportiva. No obstante, la ejecución del proyecto exigirá la realización previa de nuevos estudios arqueológicos detallados. • Urbanísticamente se trata de un factor dinamizador para un gran territorio libre de edificaciones, sin usos concretos, y con el propósito de que se convierta en una referencia; un foco de activación del conjunto que establezca, al mismo tiempo, una relación adecuada con los elementos construidos del entorno. Como Centro de Interpre-

tación del sitio se ubica en una zona que permite la comprensión del amplio espacio arqueológico en medio del cual se inserta. • Su voluntad de Centro de Investigación debe permitir una adecuada relación con el Campus universitario existente en la Fábrica de Armas de Toledo. La proximidad de la zona elegida con el Campus tecnológico, donde se va a impartir la enseñanza de Arquitectura desde el curso 20102011, puede ser un excelente instrumento para el desarrollo de nuevos proyectos de investigación en los que también se integre la Facultad de Humanidades del Campus de Toledo.

Concurso de Arquitectura “Museo de la Vega Baja” Toledo

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Zona de excavaciones en la Vega Baja.

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El Museo del siglo XXI.

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• Y, finalmente, su ubicación en el lugar elegido puede lograr una extraordinaria integración desde el punto de vista paisajístico, aspecto esencial que deben considerar los autores del proyecto seleccionado.

4.–

BATLLE, Enric, 2007, p. 83.

5.–

MARTINEZ DE PISÓN, Eduardo, 2009, Miradas sobre el paisaje, Madrid, Paisaje y Teoría, Biblioteca Nueva, p. 35.

Una localización que puede ser un primer elemento sugerente en el diseño y proyecto del nuevo edificio. “La geografía como paisaje es el resultado de recuperar el placer que hay en pensar geográficamente todas nuestras intervenciones, es el producto de redescubrir las riquezas del espacio próximo —el espacio rugoso según Paul Virilo— frente a las ausencias del casi siempre considerado espacio liso, sin valores a tener en cuenta. Cada lugar tiene su geografía, cada geografía tiene su esencia, cada esencia puede producir una historia y cada historia puede generar un nuevo paisaje”4.

El Museo debe ser un elemento que de nueva forma al territorio de la Vega Baja. “El paisaje se formaliza necesariamente sobre un sistema territorial, en no sólo la visión de una forma geográfica, sino esa misma forma. Pero el paisaje no es el territorio. Este consiste en el espacio-función, el solar, la base geográfica manipulable y su expresión administrativa. El paisaje es la configuración morfológica de ese espacio básico y sus contenidos culturales; en este sentido es una categoría superior al fundamento territorial. La condición cultural del paisaje es su misma sustancia…”5. El proyecto cultural de la Vega Baja, del que el Museo es parte importante, definirá el nuevo paisaje de la Vega Baja de Toledo.

Las primeras colecciones del arte las encontramos en los peristilos de los templos antiguos. Delfos poseía un tesoro repartido en tantas salas como diversos pueblos había: el templo de Juno en Samos y la Acrópolis de Atenas estaban llenos de obras maestras del arte. Los sucesores de Alejandro Magno se esforzaron en reunir esculturas de todas clases. Con ellas hacían más ostentosas sus marchas de triunfo y, además, las empleaban en el embellecimiento de sus capitales: el arte, en estas ocasiones, daba vida y movimiento al cuadro. “En el reino de Pérgamo, los atálidas buscaron con fervor, sensibilidad y perseverancia las esculturas y objetos de arte decorativo que la Grecia clásica produjo… Atalo I tiene emisarios en toda Grecia y, en el año 210 antes de nuestra era, hace efectuar en Egina las primeras excavaciones conocidas de la historia”6. Atalo II ofrece grandes sumas por piezas de escultura procedentes del sa-

queo de Corinto que, para los romanos carecen de interés. Los objetos griegos expoliados por los ejércitos romanos comienzan a conservarse en algunas mansiones patricias. En Roma las imágenes de los dioses de los pueblos vencidos formaron parte de los bienes conservados por el vencedor. Nerón trajo de Delfos quinientas estatuas para adornar su palacio imperial, si bien, esta colección no constituye lo que hoy consideramos un museo. A principios del siglo XV, Roma solo poseía cinco estatuas antiguas de mármol y una de bronce. Cosme I de Médici se dedicó a reunir antigüedades e inició el museo de Florencia5. Varias familias nobles de Roma y de Italia participaron en el proyecto y se realizaron algunas excavaciones para la búsqueda de piezas antepasadas. Estas colecciones empezaron a formarse al mismo tiempo que las de medallas. Su familia fue la primera que organizó un espacio con piedras grabadas que tenían inscripciones de gran interés. Al gusto por las medallas y las piedras grabadas se unió el de las estatuas, aunque éstas se utilizaban como adorno en las bibliotecas, salones de los palacios de los príncipes y en parajes abiertos4. El Museo Ashmolean de Arte y Arqueología de Oxford, se inauguró en 1683, cuando la universidad quiso mostrar al público la colección que Elias Ashmole le había legado cuatro años antes. El edificio destinado a alojarla, se convirtió, así, en el

Atalo I.

6.-

CHOAY, Françoise, Alegoría del patrimonio, Barcelona, Gustavo Gili, p. 26.

Concurso de Arquitectura “Museo de la Vega Baja” Toledo

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Campus Universitario de la Fábrica de Armas.

El museo era, en sus orígenes, el templo de las musas, el lugar sagrado que las diosas de la memoria frecuentaban. Ptolomeo I3 construyó un espacio dedicado al desarrollo de todas las ciencias, en el que tenían lugar las tertulias de los literatos y sabios que vivían allí con el apoyo del Estado. En ese espacio-museo se organiza también una biblioteca para uso de sus residentes. La palabra museo también tenía el sentido latino de las grutas que, situadas dentro de las villas, se utilizaban para retirarse a meditar.

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Museo de Ashmolean. Oxford.

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7.– PEVSNER, Nikolaus, 1980, Historia de las tipologías arquitectónicas, Barcelona, Gustavo Gili, prólogo de Oriol Bohigas. 8.– MONLEON GAVILANES, Pedro, 1988: La arquitectura de Juan de Villanueva, Madrid, Colegio Oficial de Arquitectos, pp. 221-273. 9.– MONTANER, Josep M. y OLIVERAS, Jordi, 1986, Los museos de la última generación, Barcelona, Gustavo Gili, p.9. 10.– Dictionnaire des Antiquités Romaines et Grecques. Librairie de Firmin-Didot et Compagnie. Paris, 1883.

Museo Británico. Londres.. Madrid.

primer lugar de exposición abierto al público de forma permanente. En el siglo XVIII se construyen el Museo Británico en Londres y el Louvre en París7. El Prado concebido inicialmente como Museo de Ciencias, diseñado por Villanueva, se abrió al público en 1819 como Real Museo de Pintura para dar a conocer el valor de las colecciones españolas8. Estas colecciones, que habían permanecido unidas a espacios privados o de instituciones y ámbito reducido, se abren al público en un intento de mostrar las grandezas de cada país o de su propietario. Después de la Primera Guerra Mundial (1918) se creó la Oficina Internacional de Museos, organismo que definió los criterios museográficos con programas y soluciones técnicas que continúan vigentes en la actualidad. En 1945 se creó el Consejo Internacional de Museos (ICOM). En la segunda mitad del siglo XX se produce un cambio importante en el concepto de los museos por sus contenidos, que se amplían a todos los ámbitos posibles, y por su ubicación y por su programa que se hace plural y diverso. “Toda tipología arquitectónica, entendida sobre todo en sentido funcional, a pesar de su capacidad de permanencia como necesidad espacial a través de los tiempos, está sometida a inevitables procesos de cambio y modernización. Los museos que se han planteado en los últimos

diez años (1975-1985), que hemos denominado de la última generación, quedan sintetizados por una serie de hechos distintivos”9. Así analizaba Montaner la evolución de los museos en la década 1975-1985. El museo va perdiendo el carácter sagrado de lugar destinado a la contemplación de la obra en una actitud distante, para convertirse en un espacio cuasi sagrado en el que la obra encuentra su marco singular para ser admirada por el público. Los nuevos museos se convierten en focos culturales con actividades cada vez más diversas y que conllevan participación y posibilidades de implicación para el público10. A partir de los años sesenta, la cultura y tecnología de la comunicación entran en los programas de museos y exposiciones. Nuevos contenidos cambian la realidad de los museos que albergan elementos relacionados con la ciencia, con los valores patrimoniales en un sentido amplio, que van de lo arqueológic y lo etnográfico hasta la pintura y escultura en un sentido más tradicional. La concepción del museo como espacio abierto va dejando de nuevo paso al Museo como espacio integrado por salas de dimensiones controladas en las que se presentan elementos diversos como pintura, escultura o materiales arqueológicos. Los contenidos diferentes van generando demandas funcionales y espacios adecuados a cada material expuesto.

Propuesta de Museo de la Vega Baja, Dominique Perrault.

“Las características que definirían a estos museos de la última generación serían las siguientes: complexificación del programa del organismo museístico, superando tanto estructuras neutras y homogéneas como el sistema tradicional de museo basado exclusivamente en espacios de exposición; la crisis del mito del espacio flexible para el museo y la recuperación del sistema de salas como elemento de composición básico de un museo, especialmente de los de arte; la utilización de la iluminación natural y la tendencia a realzar los objetos museables en el espacio interno de exhibición; y la búsqueda de formas en las que predomine tanto la cita, la referencia tipológica, el ejercicio lingüístico y el valor figurativo, así como una especial sensibilidad del edificio respecto a su contexto urbano”11. Se ha producido un salto importante en la concepción de la tipología del museo al modificarse sus contenidos y la actividad que se desarrolla en ellos.

Propuesta de Museo de la Vega Baja, Paredes-Pedrosa.

“En definitiva, en el edificio museo se sintetizan heterogéneos aspectos significativos de la actual condición postmoderna: políticas culturales, turismo de masas y mitificación del viaje, búsqueda de valores figurativos en las formas arquitectónicas, recuperación de espacios de la tradición arquitectónica y necesidad de espacios y formas para albergar objetos valiosos. Espacios y formas que dialoguen con la obra de arte, con el objeto rescatado de su cotidianeidad, con la historia, con la gente y con su memoria colectiva. Esta posibilidad de un espacio de síntesis entre arte y arquitectura parece que puede realizarse en el museo contemporáneo”12. En los últimos años del siglo XX, el Museo ha continuado con esta tendencia convirtiéndose en referente y dinamizador de muchas ciudades y propuesta de instituciones13. 11.– MONTANER, Josep M. y OLIVERAS, Jordi, 1986, p. 28. 12.– MONTANER, Josep M. y OLIVERAS, Jordi, 1986, p. 29. 13.– ENGLERT, Klaus, 2010, New Museums in Spain.

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Museo del Prado. Madrid.

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PROGRAMA DE NECESIDADES. Establecidas las premisas generales del proyecto, se desarrolla el programa de necesidades para concretar sus contenidos en las tres áreas propuestas en el diseño inicial del mismo. El Museo de la Vega Baja se inscribe dentro de estas reflexiones sobre un museo para el siglo XXI y que comprende, como se ha detallado con anterioridad, los siguientes elementos:

dio general del patrimonio histórico, especialmente arqueológico y arquitectónico. En el centro se dará cabida a proyectos de carácter europeo e internacional.

Museo de la Época Visigoda: se plantea con un encuadre cronológico anterior y posterior a la presencia de la ciudad regia capital de los visigodos en Toledo, abarcando contenidos que irían cronológicamente desde el siglo I al X. De esta forma el Museo se integra en el programa de museos de la ciudad de Toledo, realizando una adecuada definición histórica de la cultura visigoda y aprovechando los recursos museográficos de esta amplia etapa.

El programa definido para el Museo alberga cinco áreas diferenciadas:

Centro de Interpretación que abarcará los contenidos de la Vega Baja que se extienden desde la presencia romana con el Circo del siglo I hasta los restos de época andalusí presentes en el yacimiento arqueológico Vega Baja y la Fábrica de Armas construida desde el siglo XVIII hasta mediados del siglo XX. Centro de Investigación: se estudia en colaboración con la Universidad de Castilla-La Mancha un centro de investigación del patrimonio referido a este periodo pero que también implicará el estu-

Para el desarrollo del concurso se ha elaborado un avance de programa de necesidades de cada una de las tres áreas.

• Acceso de visitantes: control de entrada, incluyendo vestíbulo, tienda y venta de productos, y cafetería. • Servicios generales: con salón de actos y biblioteca. • Salas de exposiciones: se definen quince salas de 200 metros cuadrados, dos de 500 y dos de 300 metros cuadrados como salas de exposiciones temporales. • Almacenes. • Instalaciones. El Museo se plantea con una superficie total construida de 12.000 metros cuadrados. El Centro de Interpretación del sitio tiene dos áreas fundamentales: • Sala de exposición de maquetas. • Sala de audiovisuales.

En total cuenta con unos 600 metros cuadrados. El Centro de Investigación del Patrimonio Histórico tendrá dos áreas específicas: • Estudio sobre la época visigoda. Dedicada al estudio y promoción del estudio de cualquier aspecto relacionado con la etapa Visigoda y de la Antigüedad Tardía y primitiva época Andalusí. • Nuevas tecnologías en la Conservación y Divulgación del Patrimonio. Dedicado al estudio e intervención en los problemas específicos de conservación y difusión del Patrimonio. Desarrollará todo un proyecto destinado a integrar el campo de las Nuevas Tecnologías de la Información en la investigación, preservación y divulgación del Patrimonio.

El Centro tiene un programa integrado por las siguientes áreas: • Dirección y administración del Centro • Biblioteca, salas de reuniones • Laboratorios de investigación • Almacenes y servicios. Dispondrá con una superficie aproximada de 2.100 metros cuadrados. El conjunto del complejo tendrá una edificabilidad de unos 15.000 metros cuadrados.

Concurso de Arquitectura “Museo de la Vega Baja” Toledo

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Museo de los Concilios. Toledo.

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Excavaciones en la Vega Baja.

El Museo como centro de referencia del territorio de la Vega Baja de Toledo.

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Uno de los factores esenciales en la revitalización y valoración del territorio de la Vega Baja debe ser su equipamiento cultural y social. Los recursos comunes de orden educativo y de equipamiento socio-cultural pueden, y deben, ser elementos que establezcan un diálogo y convivencia con la importante realidad arqueológica y paisajística, al tiempo que deberá revitalizar la zona como ciudad vivida por los ciudadanos.

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El Museo —Centro de interpretación— Instituto de Investigación debe ser una construcción singular y referente dentro del conjunto de museos de la ciudad de Toledo del período que llega hasta la baja Edad Media. Planteará una relación con el territorio, donde existe una cronología arqueológica que abarca este amplio periodo de tiempo, y se relacionará con el Museo del Sitio y el Centro de Investigación como partes integradas en un único conjunto. La construcción de este elemento puede tener una múltiple valoración como Museo, Centro de Interpretación del Sitio y Centro de Investigación. Junto con el campus universitario de la Fábrica de Armas de Toledo debe ser un instrumento para la revitalización cultural y educativa de la zona. Las peculiaridades de un yacimiento en el centro de la vida urbana con un largo periodo de desarrollo, deben estar apoyadas desde la presencia de este elemento que será un referente de los

trabajos realizados, un impulso de la actividad de futuro y un valor de pedagogía y explicación del proceso que se realizará en la zona. Los diferentes elementos que integrarán el conjunto construido son organismos con personalidad propia dedicados, uno a la difusión, y otro a la investigación y avance científico. La Vega Baja ha sido el lugar de una parte importante de la historia de Toledo. Las civilizaciones romana y visigoda han tenido, en este importante enclave, el lugar de desarrollo de su actividad y de significativas construcciones, hasta ahora, poco conocidas. Diversos usos han generado actividad en este territorio de la ciudad a lo largo de veinte siglos. Los hallazgos arqueológicos realizados junto al compromiso de la administración en la gestión de la riqueza histórica que presenta, deben abrir el proceso para recuperar, con la presencia de este patrimonio, una importante zona de la ciudad. La Vega Baja es una oportunidad única para desarrollar un proyecto en el que se imbrican aspectos arqueológicos, urbanísticos y paisajísticos con los del equipamiento cultural. Un proyecto que necesita la colaboración y la implicación de todos con un único objetivo: para conseguir que el patrimonio sea una oportunidad de mantener viva nuestra cultura pasada y generar proyectos de futuro. Una posibilidad de ampliar los paisajes del patrimonio histórico en la ciudad de Toledo.

Construir el paisaje. El Museo en el territorio. “La reflexión sobre el paisaje, especialmente en las últimas décadas, ha generado variedad de pensamientos y visiones. Para algunos, el paisaje es pensado y estudiado en primer lugar como realidad cultural. El paisaje es el territorio producido y practicado por las sociedades por razones económicas, políticas y culturales. Y en este sentido, el valor paisajero de un lugar no se considera como esencialmente estético, sino que se enfoca con relación a la suma de las experiencias, los hábitos, las prácticas que un grupo humano ha desarrollado en ese lugar. El paisaje, según Jackson, es un espacio organizado, obra colectiva de las sociedades que trasforman el sustrato natural”14.

La ciudad de Toledo es, en este sentido, una ciudad compleja, resultado de agregaciones y superposiciones de muy diferentes épocas. La riqueza de su paisaje proviene de esta agregación de las alteraciones, modificaciones y superposiciones de distintos momentos históricos17. “Que el paisaje lleva la huella de la existencia humana es una evidencia; no sólo las sociedades humanas a lo largo de la historia han modificado materialmente el entorno terrestre, sino que además éste lleva la huella de la mirada con la que lo han contemplado estas sociedades; mirada específica de una determinada cultura en un determinado momento de la historia”18.

El paisaje es una manera de ver y de imaginar el mundo, una realidad objetiva y material, producida por los hombres. Todo paisaje es cultural porque es visto por una cultura y porque ha sido producido en el seno de un conjunto de prácticas (económicas, políticas, sociales), y según unos valores que en cierto modo simboliza15. Hay en el suelo una huella continua del hombre16, el paisaje es el mundo humano que se inscribe en la naturaleza transformándola. La historia de la ciudad con sus vivencias culturales, con sus modos de entender el mundo, nos lleva a esa realidad urbana.

El paisaje es la huella - matriz de la sociedad en la que se unen acción y percepción. “Las sociedades organizan su entorno en función de la interpretación que hacen del mismo, y recíprocamente lo interpretan en función de su organización”19. El paisaje es el entorno material y vivo de las sociedades humanas, un mundo vivido, fabricado y habitado por unas sociedades humanas siempre cambiantes. Se identifica con la ecumene humana produciéndose, así, un encuentro entre un territorio humanizado y un entorno, espacios de naturaleza y de actividad humana. El paisaje es, desde otra

Zona arqueológica de la Vega Baja.

14.– PERIS SANCHEZ, Diego, 2009, La Vega Baja de Toledo, Toledo, Toletum visigodo, p. 184. 15.– J. M. BESSE, 2006: Esta concepción del paisaje proviene de la visión del paisaje como un “territorio fabricado y habitado”. 16.– J. BRUNHES, La géographie humaine. Paris, F.Alcan, p.41, 1912. 17.– PERIS SANCHEZ, Diego, 2000: “La evolución de la ciudad histórica”, en: Ciudades históricas, conservación y desarrollo. coord. M. A. Castillo. Madrid, Visor, Fundación Argentaria, pp. 145-158. 18.– BERQUE, Agustín, 2007, “Matriz”, en VVAA, Landscape + 100 palabras para habitarlo, coord. COLAFRANCESCHI, Daniela, Barcelona, Gustavo Gili, p. 124 19.– BERQUE, Agustín, 2007, pp. 124-126.

Concurso de Arquitectura “Museo de la Vega Baja” Toledo

Zona de actuación museística en la Vega Baja.

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Vista de Toledo desde la Vega Baja.

perspectiva, el aspecto el territorio20. Surge como la suma de elementos naturales y artificiales que varían con el tiempo. Hay aspectos que se superponen, entrelazan y combinan de diversas formas; lo que acaba constituyendo el paisaje es la forma de relacionarse los diferentes elementos entre sí. Lo real es su trabazón21 y esa trabazón se ha ido haciendo distinta en diversos tiempos, lugares y culturas. “Lo específico del lugar está en un determinado orden global, que se traduce en una cierta condición geométrica que se puede medir, que parte del terreno y el clima y, sobre cuya base, se producen las aportaciones y diversas intervenciones. El paisaje es una realidad dinámica, evolutiva recorrida por tendencias variables en el tiempo. El paisaje de Toledo es la suma de los elementos naturales, de su fuerte geología, de la geografía y de la construcción del hombre. La interacción de todos estos elementos conforma el paisaje de la ciudad”22. 20.– G. JELLICOE, 1995: El paisaje del hombre. La configuración del entorno desde la prehistoria hasta nuestros días. Barcelona, Gustavo Gili. 21.– MADERUELO, Javier, 2005, El paisaje. Génesis de un concepto, p.33. 22.– PERIS SANCHEZ, Diego, 2009, p. 185. 23.– MADERUELO, Javier. 2008: “Maneras de ver el mundo. De la cartografía al paisaje”, en: Paisaje y territorio, Madrid Abada, p. 73. PERIS SANCHEZ, Diego, ALMARCHA NUÑEZ HERRADOR, Esther, 2008, La ciudad y su imagen, Toledo, Colegio de Arquitectos de Castilla-La Mancha. 24.– J. M. BESSE, 2006, p. 168.

La ciudad como suma de elementos naturales y construidos por el hombre y desde la percepción del mismo, constituye un paisaje. La representación de Toledo de los grabados de Wyngaerden es la representación de un paisaje23. Es la visión de la ciudad construida por el hombre, generada por la riqueza de las construcciones en medio del ambiente natural y percibida por el hombre que la valora y proyecta. El paisaje es una experiencia fenomenológica y es también un proyecto en el que no es tan importante el edificio y sus estructuras como el con-

texto. En la relación de lo artificial con el suelo, el territorio y el medio natural está el proyecto. “Proyectar el paisaje sería a la vez ponerlo en imágenes o representarlo (proyección) e imaginar lo que podría ser o llegar a ser (proyectación). Esta ambigüedad, o esta circularidad, es constitutiva de la idea misma del proyecto en el pensamiento del paisaje”24. Y en este sentido, el paisaje es una realidad abierta al futuro. No podemos, ni debemos, considerarla acabada sino en ejecución, si bien, entendiendo de forma inteligente aquellos logros ya conseguidos en otros momentos históricos y que han conformado una realidad valorada positivamente por la comunidad. Toledo debe estar abierto a proyectos de futuro, pero sabiendo mantener y conservar aquellos valores consolidados como consecuencia del esfuerzo colectivo. “En el caso de la Vega Baja hay que hacer una valoración del territorio como paisaje desde una múltiple perspectiva: • como espacio, que en su proximidad al río, ha definido lugares singulares de vegetación, de tratamiento ambiental y de perspectivas particulares que pueden ponerse en valor en la recuperación del curso fluvial y su entorno. • como espacio que, en su especial conformación, valora la singularidad de la ciudad histórica elevada sobre la colina que se presenta como espacio referencial en el entorno, permitiendo una visión del mismo desde el horizonte próximo y desde la elevación del terreno liberado.

• como espacio que tiene una vista singular desde la ciudad histórica elevada y que requiere tratamientos particulares de sus dotaciones para optimizar así el impacto visual”25. La realidad del paisaje tiene aproximaciones diversas y plurales que no son contradictorias sino complementarias. Por ello, la Convención de Florencia sobre paisaje lo define, con una visión general, como cualquier parte del territorio tal como la percibe la población, cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores naturales y/o humanos26. Y junto a ello, la Convención insta a reconocer jurídicamente los paisajes como elementos fundamentales del entorno humano, expresividad de la diversidad de su patrimonio común cultural y como fundamento de su identidad. Para ello deberán ponerse en marcha acciones encaminadas a conservar y mantener los aspectos significativos o característicos de un paisaje, ya sean naturales o creados por el hombre27. El paisaje de la Vega Baja de Toledo tiene elementos característicos, que se deben preservar y que sirvan de guía para el proyecto de actuación futura. La valoración de la ciudad histórica situada sobre la colina elevada y su paisaje se ha referido, fundamentalmente, a dos aspectos esenciales: al entendimiento del entorno geográfico de la ciudad y a sus perspectivas y vistas desde el exterior. La estructura geológica que conforma la fractura donde se encaja el río Tajo a su paso por Toledo y

la geografía que supone el corte de la roca en su perímetro, son elementos esenciales por cuanto presentan la ciudad en una posición visual elevada apoyada en un basamento rocoso libre, que desciende hasta el río con diferentes perfiles en cada uno de los márgenes28. “La ciudad de Toledo se ubica a caballo entre dos grandes unidades geológicas peninsulares, de un lado el Macizo hespérico o Ibérico, cuyos materiales y estructuras ocupan la denominada meseta cristalina de Toledo, y de otro, la cuenca sedimentaria de Madrid, que forma parte de la cuenca sedimentaria cenozoica del Tajo. En el entorno de Toledo, ambos conjuntos entran en contacto tectónico mediante un sistema de fallas alpinas. Puntualmente, entre ellos afloran los materiales correspondientes a un tercer conjunto geológico que se asocia con la antigua cuenca sedimentaria mesozoica de la ama castellana de la Cordillera Ibérica”29. Esta peculiaridad, sin embargo, es diferente en la fachada norte que limita con la Vega Baja, y en cuyo espacio, el río define dos márgenes situados a gran distancia que dejan en su interior este gran ámbito llano denominado Vega Baja. Esta singularidad geológica y geográfica requiere el mantenimiento liberado de estos espacios que se han conformado como bordes urbanos, visualizando un perfil diferente en cada orientación. La base rocosa de las pendientes de la parte elevada debe mantenerse libre de edificaciones para primar, así, la imagen del conjunto construido sobre una base natural.

25.– PERIS SANCHEZ, Diego, 2009, p. 185. 26.– Convenio Europeo del paisaje. Florencia 20.X.2000. 27.– VVAA, 2008: Convenio Europeo del paisaje. Textos y comentarios. Madrid, Ministerio de Medioambiente, 145 pp. 28.– VVAA. 1996. El patrimonio geológico. Bases para su valoración, protección, conservación y utilización. Madrid, MOPT y MA, 112 pp. 29.– VVAA. NUCHE DEL RIVERO, Rafael. Ed. Patrimonio geológico de Castilla-La Mancha. Madrid, Enresa, 613 pp., p. 370.

Concurso de Arquitectura “Museo de la Vega Baja” Toledo

Concurso de Arquitectura “Museo de la Vega Baja” Toledo

Vista de Toledo Anton Van den Wyngaerden.

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Concurso de Arquitectura “Museo de la Vega Baja” Toledo

Por otra parte, cuando se ha definido el valor paisajístico de la ciudad histórica, se habla de la necesidad de preservar sus vistas desde el entorno próximo y mantener liberada la visión de ese espacio desde la parte alta de la ciudad. Para ello es necesario mantener un control sobre las posibles edificaciones de la zona de influencia visual, de modo que queden liberadas sus panorámicas. La visión de la ciudad de Toledo desde la Vega Baja es una de las perspectivas actualmente libres y privilegiadas que debería someterse a un control de la posible volumetría de la zona, limitada a equipamientos colectivos puntuales y con una baja densidad y altura.

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30.– PERIS SANCHEZ, Diego, 2009, p. 189.

“En el concepto de paisaje de la Vega Baja hay, pues, una reivindicación del vacío del sitio como elemento esencial en cuanto que establece el contraste de esta amplia superficie llana con la ciudad situada sobre la colina y porque define unas visuales privilegiadas desde diversos lugares de este territorio. En la posición alejada que se presenta del yacimiento, en los límites con San Pedro el Verde, se hace posible una visión global del perfil urbano de esta parte de la ciudad que valora los edificios de la cornisa y define una agrupación singular al tratarse de un borde de ciudad, con edificios monumentales de una fuerte volumetría y que se presentan como agregación rica en matices de tiempos y formas entendidos como unidad. La presencia de elementos modernos, como la Consejería de Agricultura o las escaleras mecánicas de acceso al casco, se han integrado de manera positiva en esta pluralidad urbana”30.

Las perspectivas que ofrece la ciudad desde los dos grandes ejes de la zona (Avenida de Carlos III y Mas del Ribero), por su trazo contundente y lineal, permiten una percepción continuada y privilegiada de su perfil que va apareciendo al fondo del recorrido por estos viarios. El parque de la Olivilla, ocupado anteriormente por la denominada zona de polvorines de la Fábrica de Armas, ofrece unas singulares vistas de Toledo:, con el Tajo en su entorno natural, con una vegetación de ribera de gran desarrollo y la pendiente de su trazado, van presentando perfiles urbanos de indudable interés. La visión desde la ciudad requiere otras decisiones importantes. La perspectiva del entorno de sus fachadas sur, este y oeste, especialmente en las zonas elevadas, había tenido un control debido a la existencia de “cigarrales” con una volumetría reducida y con la voluntad de ocultarse en el medio natural conservando, desde su posición, vistas privilegiadas de la ciudad histórica y sin incidir negativamente en su entorno. En los últimos años, sin embargo, la volumetría excesiva de alguno de los edificios construidos ha conformado, de manera muy negativa, este paisaje circundante a Toledo. La Vega Baja se presenta como un espacio singular desde la perspectiva elevada de Toledo debido, sobre todo, a la diferencia de cotas. La vegetación en los bordes del río, y el tratamiento de estos márgenes fluviales, deben ser elementos de conformación del paisaje de la ciudad. La Fábrica de Armas, con más de doce hectáreas de

superficie y cerca de 50.000 metros cuadrados de naves —lo que representa una baja edificabilidad— tiene construcciones de una o dos plantas perfectamente integradas. Es un elemento esencial junto al tratamiento del río del paisaje de la Vega Baja. El Tajo es un elemento definidor de esta vega en la que la vegetación y los enclaves de fauna son partes estructurantes. La visión del río con sus márgenes vegetales, y debido a la presencia de la Fábrica de Armas, ha mantenido su configuración natural sin apenas alteraciones. Es un factor esencial en la definición del paisaje. Las propuestas de ordenación de estos márgenes deben adaptarse a la realidad natural existente asumiendo, como valores fundamentales, la presencia del río con un fuerte caudal y anchura, y la vegetación de ribera de gran densidad en este tramo. Por otra parte, la Vega Baja de Toledo es un gran yacimiento arqueológico en el que se integran elementos de época romana, como el circo, del que se conservan importantes restos de la estructura portante de su perímetro —especialmente del lado sur— y que ha recibido un tratamiento muy diverso a lo largo de la historia. La zona arqueológica quedará siempre como un gran espacio vacío, liberado de edificaciones con pequeños acentos en las construcciones de servicios del espacio excavado y, en su día, consolidado. El espacio liberado, de 85 hectáreas en el centro de la ciudad de Toledo, constituye una

oportunidad de urbanismo que piensa en los espacios libres como zonas de dotación y esparcimiento con un sentido de generosidad espacial de lo público. La presencia del Museo en este ámbito debe considerar estos aspectos paisajísticos y estudiar su impacto en el entorno, pero siendo, a la vez, componente definidor del nuevo paisaje de la Vega Baja. En definitiva, debe ser una pieza que se sume a la historia de un territorio construido a lo largo del tiempo, y que reciba la aportación de una nueva arquitectura dinamizadora de la zona con un nuevo sentido cultural y educativo. El paisaje puede interpretarse como “el resultado de una trasformación colectiva de la naturaleza y como la proyección cultural de una sociedad en un espacio determinado. Las sociedades humanas han trasformado a lo largo de la historia los originales paisajes naturales en paisajes culturales, caracterizados no solo por una determinada materialidad (formas de construcción, tipos de cultivos), sino también por los valores y sentimientos plasmados en los mismos… El paisaje, por tanto, no sólo nos muestra cómo es el mundo, sino que es también una construcción, una composición de este mundo, una forma de verlo”31.

31.– NOGUE, Joan, 2007, La construcción social del paisaje. Madrid, Biblioteca Nueva, p.12.

Restos del Circo Romano de Toledo.

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Ribera del Tajo en la Vega Baja.

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Un concurso para el Museo.

Jurado del Concurso.

Para la selección del proyecto se ha llevado a cabo un Concurso Internacional de Ideas que ha contado con dos fases: • La primera de ellas abierta a cualquier equipo de arquitectura. Se presentaron 99 propuestas que aportaban documentación personal sobre curriculum, obras realizadas en los últimos años, premios conseguidos, y publicaciones propias y de la obra en diversos medios. Esta fase tuvo lugar en la segunda mitad del año 2009 quedando finalizada dentro de ese año.

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Los equipos finalistas fueron los dirigidos por Ángela García de Paredes e Ignacio Garcia de Pedrosa, Steven Holl, Zaha Hadid, Toyo Ito, Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano, Dominique Perrault, Rogers Stick en asociación con Luis Vidal, Emilio Tuñon y Luis Mansilla y Alejandro Zaera Polo. • La segunda fase se concibió como un concurso restringido con los diez estudios finalistas en el que cada participante presentó su propuesta con una serie de paneles y maqueta de la propuesta. Los diez equipos presentaron sus propuestas que fueron examinadas por el Jurado constituido al efecto: Ignacio Álvarez Ahedo, arquitecto, en representación del Ayuntamiento de Toledo, Carlos Más González, en representación e la Consejería de Educación, Ciencia y Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Blanca María Padilla Blanco, en representación del Ministerio de Cultura, Gabriel Navalón, en representación de la Fundación Cultura y Deporte, Diego Peris Sánchez, arquitecto y Consejero Delegado de Toletum Visigodo, Ignacio Mendaro Corsini, arquitecto, en representación de la Delegación en Toledo del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha, Luis Fernández Galiano, Víctor Pérez Escolano, Ángel Alonso Ortiz, Javier González Gallegos, José Ballesteros Raga, arquitectos designados por los concursantes y por Toletum visigodo. El día 21 de junio de 2010 el jurado selecconó el proyecto ganador del mismo que concurrió con el lema EL CUADRADO Y LA CRUZ. < Estado de las excavaciones de Vega Baja en 2009.

Concurso de Arquitectura “Museo de la Vega Baja” Toledo

Concurso de Arquitectura “Museo de la Vega Baja” Toledo

Según esos criterios, una comisión de selección analizó la documentación remitida por los diferentes equipos, eligiendo 10 de entre todos ellos.

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Concurso de Arquitectura “Museo de la Vega Baja” Toledo

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Concurso de Arquitectura “Museo de la Vega Baja” Toledo

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