17 3 Ricardo Mar y J. Javier Guidi-Sánchez (Universitat Rovira i Virgili, Tarragona) José Alejandro Beltrán-Caballero (Dibujos)
ESPACIOS URBANOS EN EL OCCIDENTE MEDITERRÁNEO (S. VI - VIII) / 173 - 182
FORMACIÓN Y USOS DEL ESPACIO URBANO TARDOANTIGUO EN TARRACO
INTRODUCCIÓN: TARRACO El desarrollo urbanístico de la ciudad de Tarraco en época tardorepublicana y altoimperial sintetizó y emuló las grandes estructuras arquitectónicas de Roma (Simulacra Romae), sirviendo de exemplum a las restantes civitates y poleis de toda la geografía del Imperio. En un largo proceso de evolución urbanística que abarca los siglos II a.C.-III d.C. la capital tarraconense se dotó de murallas, foros, templos, plazas, vías monumentales porticadas, edificios de espectáculos como el teatro, circo y anfiteatro, ninfeos, ricas domus y un paisaje suburbano que alternaba espacios productivos y residenciales1 (Fig. 1, A). Durante las centurias tardorromanas (IV-V d.C.) la ciudad mantuvo su capitalidad en la Tarraconensis pese a las reformas dioclecianaeas y la escisión de la Gallaecia. Especialmente significativo es el hecho de que fuese la sede escogida como capital por parte del usurpador Máximo y su general britano Geroncio (410/411 d.C.). Durante todo el siglo V d.C., hasta la desaparición de facto de la Pars Occidentalis del Imperio en el 473 d.C., Tarraco se convirtió en la base militar de Rávena en su último y fallido intento por reestablecer un orden romanorum en la Península Ibérica2. En definitiva, fue en la última capital provincial de Hispania. Del 473 al 714 d.C. la ciudad continuó siendo capital, ahora de la provincia tarraconensis del Regnum Gothorum (primero de Tolosa y luego de Toledo). Finalmente, a principios del s. VIII d.C., Tarragona acabó abandonada en el complejo proceso de consolidación de dos nuevos actores políticos: el conglomerado de condados cristianos del norte y sobre todo al-Andalus. Detrás de esta evolución política podemos identificar y definir profundos cambios económicos, sociales e ideológicos que motivaron la transformación radical del paisaje urbano y suburbano de Tarraco. En el contexto 1. RUIZ DE ARBULO, JOAQUIN, “Edificios públicos, poder imperial y evolución de las élites urbanas en Tarraco (s. II-IV dC.)”, Ciudad y comunidad cívica en Hispania (Madrid, 1990) Madrid, (1994), pp. 93-113. MAR, RICARDO; RUIZ DE ARBULO, JOAQUÍN; VIVÓ, DAVID, “El capitolio de Tárraco. Identificación y primeras observaciones”, en (Vaquerizo, D.; Murillo, J.F. Eds.), El concepto de lo provincial en el mundo antiguo. Homenaje a la profesora Pilar León Alonso, Cordoba, (2006), pp. 391-417. 2. Fundamental la consulta e interpretaciones de ARCE, JAVIER, El último siglo de la Hispania romana (284-409 d.C.), Madrid (segunda edición de 2009); Bárbaros y romanos en Hispania (400-507 d.C.), Madrid (2007), ambos con abundante bibliografía.
de la actividad edilicia relativa a los siglos postclásicos o tardoantiguos una característica común de nuestra civitas y las restantes ciudades de Occidente (ahora disgregadas en distintos regna) y en buena parte del Imperium Orientalis es la readaptación de espacios arquitectónicos y uso de material constructivo (spolia) procedente de época altoimperial3. A partir de la segunda mitad del s. V d.C. la trama urbana de Tarraco evoluciona desde su Simulacra o Imitatio Romae originaria hasta consolidarse como una nueva realidad ideológica y material: la Civitas Christiana. Casos análogos los reconocemos en la propia Roma o en las megalópolis orientales de Alejandría y Antioquía4. Resulta paradigmática la urbanización de la acrópolis de Tarraco. Un sistema de tres terrazas culminada por el Templo de Augusto, que incluía una explanada monumental decorada con porticados y un circo ubicado a los pies del conjunto. Un extenso complejo arquitectónico que daba cobertura a la manifestación cívico-religiosa más importante del imperio: el culto al emperador. A partir del s. V d.C. se erigen diversos complejos de carácter cristiano, los porticados son desmontados o readaptados en la construcción de nuevos edificios, y entorno al monumental themenos del templo de Augusto se construyen espacios de hábitat y cisternas. Los espacios del circo participan en esta nueva dinámica funcional y edilicia: sus bóvedas son compartimentadas y readaptadas como residencia. Pese a los pocos datos con los que contamos, podemos plantear que el Templo de Augusto fue desmontado en cronologías tardoantiguas y entre su posición y la sala axial flavia se constituyó un edificio cristiano con una necrópolis privilegiada anexa5. 3. BRENK, BEAT, “Spolia da Constantino a Carlo Magno: estetica versus idologia”, Architettura e immagini del sacro nella tarda antichità, Centro Italiano di Studi Sull’Alto Medioevo, Spoleto, (2005), p. 197 y ss; en el mismo volumen “Spolia e il loro effectto sull’estetica della varietas. Attorno al problema dei capitelli alternanti”, p. 205 y ss. 4. HAAS, CHRISTOPHER, Alexandria in late antiquity, topography and social conflict, Baltimore (1997). 5. MAR, RICARDO (ed.), Els monuments provincials de Tarrco, Documents d´Arqueologia Classica, 1, URV, Tarragona (1993), MAR, RICARDO y PENSABENE, PATRIZIO, “Dos frisos marmóreos en la Acrópolis de Tarraco, el Templo de Augusto y el complejo provincial de culto imperial”, Simulacra Romae (J. Ruiz de Arbulo ed.), Tarragona, (2004), pp. 73-86, con bibliografía precedente.