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VOLUMEN 1, Nº 55. BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO AGOSTO DE 2011 ISSN 1909-0110
Cra. 23 A No. 59-104. Teléfono 8854201. Manizales. Colombia. librerialibelulalibros@gmail.com
“Alrededor de un tambor”
“Libélula no era tuya, y ahora no es de ellos, es de todos”
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A la sombra de las hojas
Austerlitz, W. G. Sebald. Anagrama. Trad. Miguel Sáenz
Selma era una oveja “que todos los días, al amanecer, comía un poco de hierba, luego enseñaba a los niños a hablar, por las tardes hacía algo de ejercicio, luego comía otro poco de hierba, al anochecer platicaba un rato con la señora Meyer y ya de noche dormía profunda y plácidamente.” Nada más; y nada menos. Su vida —como la de uno, como la de tantos— ocurría en la más tranquila rutina. Por eso cuando le preguntaron “qué haría si tuviera más tiempo”, respondió; y también respondió cuando después le preguntaron: “—¿Y qué haría si se ganara la lotería?” Qué cosas respondió las dos veces no debo anticipárselas al impaciente lector. “Las sabrá quién las leyere, si las lee con atención.”, según la fórmula cervantina. No le es permitido descubrirlas al que reseña: tal su restricción. Habrá de tentar a la lectura —apenas suministrando indicios de su enredo— sin revelarlo. Entre paréntesis pongo que así obra Rosa Montero al tratar del reciente libro de Orhan Pamuk: El Museo de la Inocencia; adviértase como remata: “Y tiene la última línea más conmovedora que recuerdo en mucho tiempo en una novela. Pero no te hagas trampas y no empieces por el final: para saber por qué conmueve tanto hay que recorrerse antes todo el camino del libro hasta llegar a ella. Algo parecido a lo que pasa en la vida.”* Por el contrario Pedro Gandolfo** la descubre sin vergüenza. Sigo: Selma que vive —uno y todos los días de su vida— de manera substancial: sin pararse en fruslerías, con cabal consciencia de cada acto, que responde preguntas que sabrá superfluas, que demuestra que rutina es otra palabra para: felicidad, es una espléndida fábula de Jutta Bauer que ha publicado el FCE: 13,5 por 18 centímetros, medio centenar de páginas, un renglón — muy pocas veces dos— por página, enfrente de una escueta y reveladora ilustración. Selma, en fin, vale por muchos espesos tratados zen. Como dijo Rosa Montero de El Museo: su recorrido tiene parecido con la vida; auncuando de Selma —sin incurrir en énfasis— se podría suprimir: parecido; es la misma cosa que la vida. ________ *http://www.elpais.com/articulo/portada/ universo/grano/arena/elpepuculbab/20091 226elpbabpor_14/Tes**http://www.mer.cl/modulos/catalogo/P aginas/2010/02/21/MERSTLB012OO2102.h tmJosé F. Calle Libélula libros
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Cuentos y cuentistas. El canon del cuento. Harold Bloom. Páginas de Espuma. Trad. Tomás Cuadrado.
de lo que nosotros lo hemos hecho.
Poemas de Álvaro de Campos III. No, no es cansancio y otros poemas sin fecha, Fernando Pessoa. Hiperión. Trad. Adolfo Montejo Navas.
Relatos, Rudyard Kipling. Acantilado. Trad. Catalina Martínez.
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libelulalibros.com, tresdependientes.blogspot.com El vuelo de la libélula
“Pereira se levantó y se despidió. Le vio alejarse y sintió una gran nostalgia, como si aquella despedida fuera definitiva. Pensó en la semana transcurrida en la clínica talasoterápica de Parede, en sus conversaciones con el doctor Cardoso, en su soledad. Y cuando el doctor Cardoso salió por la puerta y desapareció en la calle se sintió solo, verdaderamente solo […] Y aunque pensó en todo ello no se sintió tranquilo, sintió en cambio una gran nostalgia, no sabría decir de qué, pero era una gran nostalgia de una vida pasada y de una vida futura, sostiene Pereira”. Sostiene Pereira, p136. Anagrama. Trad. Carlos Gumpert y Xavier González Rovira. Negra espalda del tiempo, Javier Marías. Alfaguara.
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La foto que seguirá faltando
Trastorno, Thomas Bernhard. Alfaguara Bolsillo. Trad. Miguel Sáenz
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