



Pie de imprenta.
Artículo 1: Distrito de San Ignacio, la iniciativa San Ignacio: Patrimonio, Cultura y Educación.
Mapa y Plaza de San Ignacio.
Artículo 2: Antes y despues del Palacio de Bellas Artes Medellín.
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Artículo 3: El mercado popular, La Placita de Flórez.
Artículo 4: Un teatro de puertas abiertas.
Artículo 5: Iglesia de San José, Una Iglesia católica romana notable
Agenda del mes del Distrito de san Ignacio.
Director
EDWIN OCHOA VÉLEZ
IG: @edwin.velez.fotografia
Redactor
TOM SERNA ORTEGA
IG: @tomsernao
fotografía
ANDRÉS LONDOÑO
IG: @andres._alzate
Creativo
SANTIAGO PATIÑO
IG: @santiagopz.4
TOM SERNA ORTEGA
IG: @tomsernao
Taller
DISEÑO Y MAQUETACIÓN
EDITORIAL
Segundo semestre.
Programa
TÉCNICA LABORAL COMO
ASISTENTE EN DISEÑO
GRÁFICO
CESDE
EDWIN OCHOA VÉLEZ
Estimados lectores,
Es un gusto dar la bienvenida al volumen de la Revista Herencia número 1. Ha sido una magnífica experiencia y un semestre de arduo trabajo. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para agradecer a los miembros del equipo editorial, por su compromiso continuo con los estándares a los que aspira la revista.
Durante este semestre se trabajó de manera persistente por obtener un volumen apto para nuestros lectores, en donde puedan encontrar información de interés sobre el patrimonio del Distrito de San Ignacio.
Esperamos trabajar con todos ustedes mientras continuamos haciendo de la Revista Herencia un éxito y damos la bienvenida a sus trabajos, así como a sus comentarios como autores, lectores y revisores de la revista.
Me despido de ustedes agradeciendo la confianza depositada.
En el año 2017 nace la iniciativa San Ignacio: Patrimonio, Cultura y Educación, como una apuesta que una esfuerzos en torno a la gestión territorial del sector de San Ignacio en el centro de Medellín.
El centro de Medellín; un territorio compuesto por 62 hectáreas, donde de forma espontánea se han asentado cerca de 44 espacios culturales, 88 espacios educativos y 28 sitios de interés histórico.
El proyecto cuenta con cuatro líneas de acción complementarias, con el fin de generar procesos integrales en la acción y la conversación. La línea Hábitat, la línea Patrimonio y la línea Educación se potencian mutuamente a través de la articulación de la línea Cultura, como principal elemento cohesionador y potenciador de la transformación territorial. Esta iniciativa es posible actualmente gracias al decidido encuentro de los impulsores del proyecto: Proantioquia, Comfama, Grupo Argos y Universidad Antioquia. Quienes canalizan sus esfuerzos para cuidar y potenciar el centro de la ciudad a través del proyecto San Ignacio; el cual cuenta con el apoyo de la Gerencia del Centro de la Alcaldía de Medellín y actúa en alianza con 30 espacios culturales del sector que ya cuentan con el sistema simbólico en sus fachadas.
La revitalización del distrito es un tipo de intervención urbana centrada en aspectos socio económicos integrados al mejoramiento y cualificación de la estructura urbana.
San Ignacio estrecha sus lazos afectivos con la ciudad y sus habitantes desde hace más de 200 años cuando se implementó el primer gran proyecto educativo de Medellín con la Escuela de las Primeras Letras en 1803, por la cual se construyó la iglesia, el claustro y la plazuela San Ignacio; posteriormente sería sede del Colegio de la Villa de Medellín en 1810, del Colegio de Antioquia en 1823, de la Universidad de Antioquia en 1871, el Colegio de San Ignacio en 1885, el Colegio del Estado de Antioquia y la Escuela de Artes y Oficios en 1905.
La centralidad del sector se sitúa en el Conjunto Patrimonial San Ignacio, un espacio que agrupa la Plazuela e Iglesia San Ignacio, el Paraninfo de la Universidad de Antioquia y el Claustro San Ignacio hoy Claustro Comfama, declarados por el Ministerio de Cultura como Bienes de Interés Cultural –BIC– en el año 2013 (Resolución MinCultura 2067 de 2013).
En ese edificio un poco exótico que se levanta en la esquina de la Avenida La Playa con la carrera Córdoba siempre se escucha música. La mitad de ese edificio de tres pisos en el ala norte y dos en el ala sur es la Sala Beethoven. Diseñada como un espacio para conciertos –el más antiguo que se conserva en Medellín–, es, en palabras de Vélez, “la joya de la corona”: el lugar más conservado del
palacio, el que alberga casi toda la memoria de esa institución por la que han pasado los más virtuosos artistas y músicos de Antioquia.
Ahora el edificio también alberga a la Fundación Universitaria Bellas Artes, creada en 2006 para ofrecer pregrados de Música, Artes Plásticas y Diseño Visual, y los estudiantes se reparten entre el Palacio –donde aún se imparten las clases de música y algunas de
pintura– y una sede alterna construida entre 1993 y 1994 en la esquina de la calle Ayacucho con la carrera Cervantes.
Pero ese edificio un poco exótico conocido como el Palacio de Bellas Artes no solo es patrimonio por aquellos bienes que conserva, sino, sobre todo, por la memoria que guarda, testimonio de una tradición formadora de artistas casi desde la cuna. “La sala Bee-
thoven se quedó en el pasado. Las personas que entran sienten como si aquí se les hubiera quedado parte del alma”, dice Carlos Vélez. Es patrimonio la nostalgia que golpea a esos músicos ya viejos que vuelven, muchos años después, al escenario donde dieron su primer recital; es patrimonio la emoción que los embarga, las lágrimas que por momentos asoman, como esa vez que fue Pedro Nel Arango, el clarinetista, y recordó que en ese cubículo que ahora lleva una placa con el número 201 era donde había aprendido solfeo.
La Placita de Flórez rara vez duerme. Hoy, martes, despierta antes de las cuatro a.m., más temprano que los lunes, extensión del santo día en el que hasta una plaza de mercado descansa. A esta hora todavía oscura –las cinco– se ven flores sobre el parqueadero lavado por la lluvia nocturna. . Flores en baldes, embaladas, envueltas en plástico, arrumadas en el piso a la espera de la mano que las arreglará para la venta.
la Placita de Flórez. Así, con zeta, aunque sean flores lo que la mantiene despierta.
Fue construida por un empresario entre 1888 y 1891, después de que las élites de la ciudad decidieran que era de mal gusto tener un mercado público en la Plaza Mayor, “lleno de vivanderas, negros, mestizos y mulatos –como afirma el arquitecto e historiador Luis Fernando González–: ya no veía bien que esa suciedad y esa podredumbre se tomaran la plaza de una ciudad que se estaba convirtiendo en importante”. Entonces, para transformar la Plaza Mayor en Parque Berrío y sacar de allí a los mercaderes, le concedieron al señor Rafael Flórez un terreno para que construyera lo que primero se llamó Mercado de Oriente por su estrecho vínculo con esa región antioqueña.
La burguesía de ahora nada dice porque merca en supermercados y almacenes de cadena, pero qué diría la de finales del siglo XIX si viera la basura arrumada en las esquinas,
si escuchara el rumor de que en las escasas horas muertas las ratas invaden la plaza, si se fijara en la callejosa a duras penas vestida que acumula cajas de cartón junto a las salsamentarias y distribuidoras del lado occidental, que en ese punto hiede a orina y a vegetales descompuestos. Difícilmente estaría orgullosa de los empleados de esa cooperativa contratada por la Placita que barren hojas, ramas y pétalos hasta dejar impecable el parqueadero.
Por fortuna ya no importa, la ciudad ha crecido tanto y tanto ha cambiado que ha tenido que hacer lugar para todos, ricos y pobres, y el Centro, al igual que esta plaza, es la expresión de su vida popular. Por eso mañana será otro día, otra madrugada de flores en la Placita de Flórez de Medellín.
Dicen que apenas son 63 los años que lleva. Los hechos se remontan a 1952.
Donación del terreno por el renombrado filántropo Pablo Tobón, constitución de una fundación y su primera junta, estudios de suelos y elaboración de planos, hasta viajes a Nueva York del afamado Nel Rodríguez para estudio del diseño e importación de material (126 sanitarios y otras piezas y láminas de hierro); toda una parafernalia como de puesta en escena para dar inicio a la construcción del teatro.
Nadie imaginó entonces que vendría a reemplazar los insustituibles Teatro Bolívar y Teatro Junín, ni qué decir del Circo España que ya había sucumbido al embeleco paisa de acabar con todo lo bueno, pero persistencia y tesón pudieron más y a pesar de la suspensión de trabajos entre 1958 y 1965, al final se construyó con respaldo de la administración municipal siendo alcalde Jaime Tobón
Villegas y cuando el secretario de educación era ni más ni menos que Gilberto Martínez.
Fue así como en agosto de 1967 se dio por inaugurado —de modo, pues, que apenas en 2017 cumplirá medio siglo—. Según su estatuto, la Fundación tenía como fin “dotar a la ciudad de Medellín de un teatro moderno de
primera categoría, destinado a la presentación de espectáculos y actos artísticos dramáticos, cinematográficos, musicales, literarios, científicos, etc., Para fomentar, por este medio, el adelanto cultural de la sociedad de Medellín”. Colorín colorado este cuento no ha acabado…
Una Iglesia católica romana notable e histórica ubicada en Medellín, que vale la pena ver. Esta iglesia católica de estilo barroco tiene muchas obras de arte religioso notables.
En el pasado, cerca de donde hoy se ubica la Iglesia de San José, existió una iglesia dedicada a San Lorenzo, la cual se inauguró en 1720. Esta capilla de San Lorenzo quedó en ruinas y en 1847 el entonces obispo de Antioquia, Juan de la Cruz Gómez Plata, mandó demoler la iglesia junto con otra capilla cercana, a la que se llamó San Francisco.
Además, el obispo mandó construir una nueva iglesia en honor a San José, que sería encomendada a los jesuitas. La construcción comenzó después de que se completó la demolición de las otras dos iglesias. Y los planes eran utilizar los altares, muebles y obras de arte religiosas de las iglesias demolidas en la nueva iglesia.
Sin embargo, el 18 de mayo de 1850, el general José Hilario López expulsó a todos los jesuitas de Colombia. Como resultado, los jesuitas solo completaron las paredes y el techo de la nueva iglesia.
El trabajo adicional en la iglesia se completó después de que los jesuitas se fueran con el trabajo supervisado por una junta de construcción y los pastores de la Iglesia de La Candelaria.
La primera misa en la nueva iglesia se llevó a cabo en la iglesia el 15 de julio de 1872 según una placa en la iglesia. Pero esto fue antes de que se completara la iglesia. En 1884, los primeros jesuitas regresaron a Medellín desde Ecuador. Finalmente, la obra de la iglesia se completó en 1892. Y en 1902, el arquitecto jesuita Félix Pereira reconstruyó la fachada de la iglesia.
ArticulopublicadoporJeff el3dediciembre del 2017 en https://medellinguru.com/san-jose/
Tenga en cuenta que hay otras dos iglesias históricas con el mismo nombre en el área de Medellín: Iglesia de San José. Uno está ubicado al lado del Parque Poblado en El Poblado y el otro está ubicado en Envigado. La iglesia de San José que cubre este artículo está ubicada en El Centro en Medellín que hace parte del Distrito de San Ignacio.
Con 220 años de historia, el Claustro Comfama guarda memorias de ciudad. Ven ¡escuchemos su historia, recorrámoslo juntos!
Los jueves 3:00 PM
Sábados 10:00 AM
3 y 7 Entrada libre con previa inscripción.
EMILY DICKINSON
Drama biográfico de William Luce
Pequeño Teatro
Junio 14 a 17 7:30 PM
TRÍPTICO TANGO
Inspirado en “La Guernica” de Pablo P.
Pequeño Teatro
Junio 20 a 25 7:30 PM
EL CUENTO DEL ESPANTAPAJARO EN LA NOCHE DE AÑO VIEJO
Pequeño Teatro
Junio 22 a 24
7:30 PM
ESPERANDO A GARDEL
Dirección Ruderico Salazar.
Pequeño Teatro
Junio 22 a 24 7:30 PM
Dirección Ruderico Salazar.
Pequeño Teatro
Junio 28 a julio 21 7:30 PM
EL CUENTO DE LA ISLA DESCONOCIDA
Pequeño Teatro
Junio 28 a julio 21 7:30 PM
LOS CINCO DIABLOS.
Léa mysius- Francia 2022, 95min
Teatro Comfama
Viernes || 30 junio
7:00 PM
MEDUSA DELUXE LA ÚLTIMA ORGÍA
Tom HardimanInglaterra. 2022.
Teatro Comfama
Jueves || 29 junio 6:00 PM
DOCUMENTAL VIVA EL PUNQ
Ecuador - 2020, 45min
Plazoleta San Ignacio
Martes || 27 junio
6:30 PM