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HA RECORRIDO CIEN MIL - ,-- ' ' KILOMETRO _ S-ANDANDO. COM _ OCARTERO RURAL
- ¿Cobra más ahora, como· pensionista? ·
-Me aplicaron la misma tarüa que a los labradores; , Su esposa, Juana Villanueva, que tanto arrirrió el hombro siempre , carece de pensión Pero la vida es posible gracias a los hijos
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-¿Había mucha correspondencia diariamente?
-Por término medio, unas treinta y cinco cartas y veinte periódicos.
CUATRO HORAS DE CAMINATA DIARIA
Había que salir ·a buscar el correo -a las diez de la mañana y el reparto finalizaba alrededor de las dos de la tarde . Así, pues, Ramón Gimeno Solanas cumplía todos los días con sus buenas cuatro horas de caminata.
- Permanecí en mi puesto hasta año y medio después de haber cumplido la edad reglamentaria de la jubilación. Una vez que realizaba el trayecto mi mujer, le salió un hombre al camino y ella se metió por un atajo, despistándolo. Al dia siguien" te se buscó compañia, y yo cargué la escopeta y la segu1, a ver qué pasaba. Pero ya no volvió a repetirse el hecho.
Ramo'n Gimeno Solanas, treinta y un años de cartero rural
Su figura es enjuta, pero se le ve fuerte, curtido al sol y a1 viento de la turolense sierra de Cucalón. Agil de movimientos y fácil de palabra. A la vista está que a Ramón Gimerio Solanas no le pesan sus setenta y cuatro · años. Nació-en Loscos y alli pasó la mayor parte de su vida, hasta que· se jubiló y decidió fijar su residencia en Zaragoza, junto a sus hijos, siete en total y todos ellos extraordinarios -no duda en cdnfesarlo abiertamente, que le hacen grata Y . feliz la vejez en compañía de su Juana Villanueva Andrés. ·
-Juana trabajó mucho para '. sacarlos adelante, y aún le quedaba tiempo para echarme una mano en el reparto de.la correspondencia.
Porque resulta que Ramón Gimeno Solanas quemó 'trei.rita y un años de su vida como cartero rural de Loscos y de Mezquita de Loscos, siempre andando, re - corriendo las calles, los caminos y las carreteras.
- Una década estuve andando y <lesandando el camino de Loscos a Badenas para buscar el correo - recuerda
-¿Cuántos kilómetros?
-Ocho para ir y otros tantos para volver. · ·_
· Después, más de tres kilómetros también entre ir y volver a Mezquita, que dista mil sei.Scientos metros de Loscos. Y para · descansar, el diario recorrido por las calles de ambos pueblos.
· Ramón sonríe feliz rememorando aquellos tiempos duros. Lleva puesta la gorra de visera para que el frío del invierno zaragozano no se le meta en la cabeza, aunque él busca el calor de sus hijos y nietos -por si no le bastara, -también es bisabuelo -y pasa tardes enteras en la cafetería Puma, que para eso es de la familia.
CIEN MIL KILOME-
Tros
ANDANDO
No hay que echar demasiadas cuentas para deducir qu e Ramón Gimeno Solanas ha recorrido cien mil kilómetros andando, a lo largo de sus treinta y un años de cartero rural de Loscos y de Mezquina de Loscos. Basta con sumar el recorrido diario, más los diez años que permaneció cubriendo los dieciséis kilómetros de ida y vuelta a Badenas
-Sin la ayuda de mi mujer - insiste, hubiera resultado · imposible.
-¿Qué sueldo cobraba al mes?
- Veinte duros.
Paulatinamente le fueron subiendo la asignación, hasta alcanzar las 5 .000 . pesetas mensuales, cifra tope a la que llegó en el momento de jubilarse
-¿No hubo mayor incide11te · en sus treinta y un años de cartero rural?
-No.
Durante más de seis lustros se encargó de repartir buenas y ' malas nuevas entre los vecinos · de Loscos y de Mesquita de Loscos, porque de todo había en las cartas y en los periódicos, hechos felices y hechos desdichados, que eran transmitidos de unos a otros , privada o colectívamente.
En la actualidad, los carteros rurales disponen de otros medios para su trabajo, de manera que sus desplazamientos, cuando son necesarios, los cubren sobre ruedas. Aún quedan algunos, sin embargo, que se ven obligados a realizar su cometido de manera sacrificada Es un servicio, por lo general, poco reconocido y valorado , a pesar de su importancia. ·
Bien está, por tanto, rendir homenaje a estos hombres en la persona de uno de ellos, que supo cumplir como los mejores.
¡Hola!, soy una de las hijas de la Juana , la que fue cartera de Loscos y Mezquita. Mi madre, durante muchos años tuvo que ir a Bádenas, a por el correo , andando , ¡cuántas tormentas, calores y fríos tuvo que padecer!.
Como éramos muy pobres, no teníamos las ropas de abrigo que hoy tiramos ; mi madre tenía que protegerse el pecho con períodicos para que no le entrase el frío.
Cuando regresaba de Bádenas le estaban esperando D . José , el médico, el veterinario, el practicante y el cura para recoger el períodico, ya que entonces no había televisión ni aparatos de radio , sólo lo tenían los más ricos Cuando yo era chica estábamos muchos pobres. Ahora no somos ricos pero está más repartida la cosa.
Bueno , a lo que i ba , mi m adre hacía el apartado y repartía en Loscos y Mezquita Como muchos recordaréis , el cartero era mi padre, pero quien iba a Bádenas casi siempre era mi madre . El correo se lo traspasó el tío Vicente Lázaro, el padre de la Ángeles de Rizal. Mi padre se iba a cazar y las piezas que mataba las cambiábamos a los ricos por tocino y somarros . Yo iba al Vil/ar de los Navarros andando, a casa de los Pichones, que tenían carnecería , y me traía somarros, y qué bueno sabía todo ¡Con lo que hoy tiramos . !
Antes, cuando mataban una zorra , se iba a pedir y a mí, como era la mayor de los siete hermanos, me tocaba hacer lo malo . Un día nos dieron la zorra y fuy a pedir. Se decía , "una limosna para la zorra".
En Loscos había personas muy buenas, entre otras, la tia Juana María , la madre de Saturnino, la tia María , "la Estudianta", y su hija Ramona , la tia Teresa del tío Maximino , la Águe d a, Doña Mano/ita . . . ¡Cuánto ayudaban a mi madre!
Cómo cambian los tiempos, los jóvenes no vivieron estas cosas, ahora se vive mejor.
Lucía Gimeno Villanueva