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Trabajo infantil en Estados Unidos

Washington anuncia medidas para combatirlo mientras hay 600 investigaciones en curso por trabajo ilegal de menores de edad

Una vez en tierras estadounidenses la incertidumbre es el común denominador de miles de niños inmigrantes: primero deben legalizar su situación, quedan a merced de algún pariente que los pone a trabajar, deben encontrar un cupo tanto en los colegios. Todo. Esto obliga a muchos a tener que trabajar, aunque rompa con las leyes federales.

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Las leyes federales establecen que los menores de 16 años no pueden trabajar en la mayoría de las fábricas, y que los menores de 18 años no pueden tener ninguna ocupación peligrosa.

Walsh anunció nuevas medidas como la creación de un grupo de trabajo interinstitucional, más inspecciones en los lugares de trabajo, o el aumento de las multas a las empresas que empleen ilegalmente a menores en cadenas de producción y trabajos peligrosos.

En el último año fiscal se investigaron 835 empresas, que empleaban ilegalmente a 3.800 menores. En el último año llegaron 130.000 menores no acompañados al país, el triple que hace tres años

Las multas máximas de 15.138 dólares por cada menor en un trabajo ilegal “no son suficientemente altas para disuadir a las grandes empresas”, reconoció Walsh, que trabaja con su equipo de cartera en el Congreso para aumentarlas.

En febrero pasado se conoció sobre uno de los mayores casos de trabajo infantil en la historia reciente en los Estados Unidos dentro de la empresa Packers Sanitation Services, que condenada a pagar una multa de 1,5 millones de dólares.

Esta compañía empleó en ocho estados a más de 100 menores en la cadena de procesamiento de carne, donde estaban expuestos a químicos y a tóxicos usados para la limpieza de los equipos.

La legislación estadounidense permite el trabajo a partir de los 14 años, pero con limitación de horas para los menores de 16 y en trabajos no peligrosos para la salud.

Niños latinos. El problema se ha agravado con la llegada al país de menores latinos no acompañados que huyen de la pobreza y la violencia, la mayoría no tienen ningún familiar en Estados Unidos, según el departamento de Trabajo.

Otros recalan en casas de familiares, a menudo en dificultades económicas, o patrocinadores que se hacen cargo de ellos, obligándolos a trabajar para aportar a la economía familiar.

The New York Times denunció recientemente que muchos menores inmigrantes trabajan en cadenas de producción extenuantes, hoteles, vaquerías o en la agricultura, en condiciones laborales lamentables, la mayoría menores centroamericanos.

En el último año llegaron 130.000 menores no acompañados al país, el triple que hace tres años, agrega el diario.

El gobierno federal ha perdido el rastro de más de 86.000 menores, según el New York Times, y la obligación institucional debe ser el de apoyarlos y protegerlos del tráfico y la explotación.

“Cada niño en este país, independientemente de su circunstancia, merece protección y cuidado como esperaríamos para nuestro propio hijo”, dijo el secretario de Salud, Xavier Becerra, en un comunicado. El departamento de Trabajo se queja de que con “demasiada frecuencia, las empresas miran hacia otro lado y afirman que su agencia de colocación, o los subcontratistas o proveedores, son los responsables. Aquí todos tenemos una responsabilidad”, zanjó.

En 2015 (el punto más bajo de los datos), Salarios y Horas encontró 1.012 menores empleados en violación de las leyes de trabajo infantil, con una media de 1,9 por caso. En 2022, esa cifra se triplicó con creces hasta los 3.876, con una media de 4,6 por caso.

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