Estalla la crisis migratoria en Nueva York

El alcalde pide que se acelere la concesión de permisos de trabajo para que los inmigrantes puedan tener un medio de vida.

Todos los días llegan miles de solicitantes de asilo directamente desde la frontera, enviados por los gobiernos de estados republicanos que buscan sembrar el caos y el malestar contra la inmigración ilegal en Nueva York, de cara a las próximas elecciones presidenciales. Las protestas en Nueva York no paran contra la apertura de nuevos centros de acogida para los inmigrantes recién llegados que envían en autobús todos los días. La mayoría de peticiones de asilo son de latinos, la mayoría venezolanos y centroamericanos.

Nueva York, ciudad santuario, está obligada por ley a proporcionar un alojamiento gratuito a toda persona que lo solicite, considerado como una caso excepcional en el país.

La ciudad gastó en el último año, hasta el 30 de junio, 1.450 millones para proporcionar alojamiento, comida y servicios a miles de solicitantes de asilo.

Más de 200 albergues, hoteles, colegios y otros locales han sido habilitados en la ciudad para albergar a los 57.300 solicitantes de asilo que actualmente dependen de la capital financie- ra y meca del turismo mundial de 8,5 millones de personas. A ello se suma la comida, la ropa, la salud para dichos solicitantes, y la escolarización de miles de menores llegados con sus padres y que a menudo necesitan refuerzo por el idioma.

“Nuestra compasión puede ser ilimitada, pero nuestros recursos no”, dijo el alcalde, que reclama ayuda del gobierno federal para hacer frente a lo que califi ca de “crisis humanitaria internacional”, dijo el alcalde de Nueva York, Eric Adams.