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César Lumbreras, periodista experto en agroganadería
En Vaca.tv
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De la mano de César Lumbreras, uno de los profesionales de la comunicación con mayor bagaje en el sector agroganadero de nuestro país, desgranamos los factores que afectarán, a corto y medio plazo, a los ganaderos españoles: desde las novedades de la PAC, hasta las consecuencias de la guerra en Ucrania, pasando por las últimas medidas del Gobierno y la repercusión de las manifestaciones del campo.
¿Afectará el conflicto ruso-ucraniano al planteamiento de la nueva PAC?
La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha venido a trastocarlo todo. Para mí, la pregunta es si va a entrar en vigor o no la nueva PAC, que debería comenzar el 1 de enero de 2023. Ahora mismo, la gran duda es si resultará finalmente de aplicación, o si se reformará antes de hacerlo.
¿Usted qué vaticina?
Vivimos momentos de incertidumbre total: Italia ha pedido que se aplace un año su entrada en vigor (o que directamente no entre en vigor), Macron ha dicho que lo de Ucrania lo trastoca absolutamente todo y que es necesario garantizar la soberanía alimentaria de la Unión Europea y priorizar el abastecimiento alimentario en lugar de los aspectos verdes de la nueva PAC… Todavía hay demasiados temas por plantear como para decir algo en firme.
Una parte importante de los cereales que demanda España proceden de Ucrania, cuyo conflicto actual ha provocado un fuerte incremento de los precios de materias primas. ¿Es real la amenaza de desabastecimiento?
Es una posibilidad que existe. La Comisión Europea y los Estados miembros han decidido adoptar medidas para que los conflictos actuales, que se deben fundamentalmente a que los precios se han disparado, no se transformen en un problema de abastecimiento real. Para eso, se van a flexibilizar las normas de entrada de materias primas de países como Brasil y Argentina. Estamos en el momento crucial, es necesario que esas medidas de flexibilización se adopten con rapidez y sean eficaces.
El problema es que Latinoamérica está sufriendo un problema añadido que también acusamos aquí: la sequía…
Así es. De acuerdo con las últimas cifras del Consejo Internacional de Cereales, terminaremos esta campaña, que acaba el 30 de junio, con 600 millones de toneladas de cereales de existencia en el mundo. Es la cifra más baja de los últimos seis años. En resumen, tenemos aumento de los costes de producción, guerra en Ucrania, sequía y reducción de la producción, dudas sobre de dónde vamos a traer cereales… Se ha juntado todo en la, digamos, tormenta perfecta.
¿Hay que plantearse una vuelta a los pastos?
No solo se trata de pensar en una vuelta a los pastos, sino en utilizar toda la capacidad productiva de alimentos (tanto para el ganado como para las personas) que tiene cada Estado miembro de la Unión Europea. Esta situación ha puesto de manifiesto que no podemos depender solo del exterior y que es necesario aumentar nuestra capacidad productiva. Hay que tener en cuenta que la alimentación animal supone carnes, huevos, leche, etc. y que todo eso acabamos consumiéndolo las personas, con lo cual, todo está interrelacionado.
¿Tenemos más alternativas que la flexibilización de las importaciones de estos países?
Las medidas a corto plazo son flexibilizar, suavizar las normas de importación y poner todo el potencial productivo de la Unión Europea a producir. Tenemos muchas tierras que están en barbecho y haría falta recuperarlas. ¿Qué problema hay? Pues que no se pone a producir ni se obtienen resultados de un día para otro.
¿Por qué un país con tantas hectáreas dedicadas a cultivar cereal como el nuestro depende tanto de la importación de terceros?
En España se ha instaurado un modelo de ganadería intensiva muy dependiente de las importaciones de cereales, especialmente de maíz. Por eso necesitamos importar mucha cantidad. No es que no seamos eficientes, es que consumimos mucho más de lo que estamos en condiciones de producir.
Entonces, ¿es partidario de que eliminen los barbechos y otras limitaciones para hacer frente a esta situación de excepcionalidad?
Es que depende de cómo evolucione la guerra en Ucrania, depende de lo que dure, de los daños que vaya a producir allí, de cuándo se pueda recuperar el potencial productivo de Ucrania y de Rusia… Porque, recordemos, se trata de Ucrania y de Rusia también. Ahora mismo tampoco se puede traer cereal de Rusia, en teoría, y no sabemos lo que va a pasar ni cuánto tiempo deberían estar esas medidas vigentes. “AUMENTO DE LOS COSTES DE PRODUCCIÓN, GUERRA, SEQUÍA, REDUCCIÓN DE LA PRODUCCIÓN, DUDAS SOBRE DE DÓNDE TRAER CEREALES… SE HA JUNTADO TODO EN LA TORMENTA PERFECTA”
Por otra parte, a principios de año se produjo una fuerte polémica por las declaraciones del ministro Garzón respecto al consumo de carne y a las macrogranjas. ¿Hay falta de unidad y comprensión entre la clase política respecto a las necesidades de este sector?
Existe una tesis que mantiene este Gobierno, no es cosa solamente de Garzón, que se plasmó en un documento que presentó a bombo y platillo el propio presidente del Gobierno, que decía que había que reducir de forma significativa el consumo de carne por parte de los ciudadanos y que había que acometer una reforma en profundidad del sistema productivo ganadero español (en lugar de estar tan orientado a la producción intensiva, ir más hacia la extensiva). Garzón lo único que hizo fue poner en palabras lo que figuraba en esos textos.
¿Cómo cree que percibió la sociedad este conflicto?
Lo que consiguieron las declaraciones de Garzón fue que se hablase de lo que él quería. Al final, la sociedad lo que ve es que se dice tanto sobre la carne que se plantea: “A ver ser si sí va a haber algún problema con la carne… por si acaso voy a reducir el consumo”. Estamos hablando de lo que quieren que se hable, siguiéndoles el juego.
En lo que respecta al vacuno de leche, ¿cree que estamos en condiciones de referirnos a él, hoy por hoy, como un sector económico y estratégico para el país?
Yo creo que sí. La leche es un producto estratégico y, por tanto, el sector que sustenta esa producción también tiene que serlo. Si no existiese la ganadería de vacuno de leche, en España tendríamos que importarlo todo, y ya estamos viendo lo que pasa cuando necesitamos importar determinadas mercancías: se produce un conflicto.
En la charla que tuvimos hace un par de años en Zaragoza, apuntó hacia la necesidad de que en las protestas ganaderas de principios de 2020 se incidiera más en los costes de producción. ¿Es ahora el sector más consciente de esto?
Parece que sí, porque en los últimos dos años se ha producido un incremento espectacular de los costes de producción y ahora es el propio sector el que está insistiendo en la necesidad de afrontar este problema en primer lugar. En aquel momento, estaban en primer plano los precios justos, pero ahora también se están abordando los problemas derivados de los incrementos de los costes de producción.
¿Es útil la Ley de la cadena alimentaria tal y como está planteada, sin dar herramientas para calcular esos costes?
Es mejor que nada, pero no va a solucionar los problemas que tiene el sector. El principal fallo de la citada ley es que hay sectores en los que sí es fácil hacer un estudio y fijar unos costes de producción, pero hay otros en los que no lo es tanto. Si no tienes los costes de producción, no se puede cumplir la Ley de la cadena. Depende de los sectores y, dentro de los sectores, de las estructuras productivas que haya.
Ante los últimos acontecimientos, ¿qué perspectivas augura, en general, para el sector?
Como decía al principio, lo que está sucediendo en Ucrania marcará un antes y un después. Este es un sector estratégico, comemos todos los días, y, como tal, tiene futuro (al menos, en principio), pero también tendrá que adaptarse a las nuevas circunstancias que se produzcan.
LORENA RUIZ
Directora de Negocio Agroalimentario de Banco Santander para España y Europa
Banco Santander continúa reforzando su apoyo y reconocimiento al sector agroalimentario como motor de nuestra economía y corazón de todo un país. En esta línea, de cara a la solicitud de la nueva PAC, quiere reafirmar su disposición para trabajar junto a ganaderos y agricultores con el fin de hacer crecer sus proyectos presentes y futuros.
¿Qué oferta de valor presenta el Santander de cara a la campaña de la PAC 2022? Sabemos que la correcta tramitación de la PAC es vital para nuestros clientes, más aún en un año tan importante como el 2022, previo a la transición hacia la mayor reforma de la Política Agraria Común en sus 60 años de historia. Por ello, desde el primer momento nos hemos rodeado de un gran equipo de ingenieros técnicos agrícolas que les ofrecen asesoramiento para su correcta tramitación.
¿Cómo afrontan este año de transición hacia la nueva PAC? El 2022 va a tomarse de referencia para los años próximos, 2023-2027, y por eso nos gusta dar un servicio cercano y especializado. Queremos que tengan la garantía de que van a recibir sus ayudas sin problema. Recordemos que la PAC supone para el sector agrícola entre el 30 % y el 40 % de los ingresos anuales, por lo que es un momento muy importante para nuestros clientes y, por supuesto, para nosotros.
¿Qué servicios específicos ofrecen para clientes agro? Ofrecemos un servicio especializado y cercano, así como toda una gama de productos necesarios para el desarrollo de las explotaciones, para el sector cooperativo y para la industria de suministros. Estamos cerca de todos los eslabones de la cadena de valor y, para ello, tenemos diseñados productos a corto, medio y largo plazo. También estamos trabajando en una oferta de servicios no financieros, algo de gran valor por los cambios que incorporará la PAC a partir de 2023 y por los que se pretenden incluir desde 2025.
¿Cómo puede ayudar el sector financiero a mejorar el rendimiento de una ganadería? Lo primero, aportando la financiación que necesiten para su explotación. Así mismo, sabemos que es necesario digitalizarse y ser sostenible, pero sin perder nunca de vista la rentabilidad de nuestros ganaderos. Vemos de qué forma la explotación puede ser más eficiente, si todavía tiene pendiente la digitalización, cómo potenciarla sostenible y económicamente…
SANTANDER, CON EL CAMPO
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¿Qué importancia tiene para este banco el sector agro? España es la despensa de Europa y en Banco Santander llevamos muchas décadas apoyándola. No podemos olvidar que este sector provee de alimentos a todos los españoles y a una parte muy grande del mundo: la segunda potencia exportadora de España es el sector agroalimentario, que requiere de muchísima cercanía y especialización. Por ello desde 2021 disponemos de oficinas agro y tenemos, además, a más de mil expertos repartidos por todo el país.
¿Qué respuesta están obteniendo ante la posibilidad de solicitar el anticipo de la PAC por vías digitales? En Banco Santander tratamos de adelantarnos siempre a lo que viene. Hemos sido los primeros en España en poner a disposición la contratación del anticipo de la PAC por canales digitales y ha sido un éxito: cada vez están más acostumbrados a realizar la solicitud desde su app. Desde 2021 también regalamos a los clientes que anticipen la PAC por un importe igual o superior a 2.500 euros la suscripción al cuaderno de campo digital, desde el que se lleva todo el registro de las explotaciones y el cual se prevé que tenga gran importancia a partir de 2023.
¿Qué acciones se plantean para hacer frente a las necesidades de liquidez y circulante de agricultores y ganaderos? Estamos cerca de nuestros clientes y los apoyamos en momentos más y menos difíciles. Tenemos todas las líneas disponibles y, en momentos críticos, estamos preparados para sacar adelante líneas que los beneficien, que apoyen su actividad y los ayuden a hacer crecer sus negocios.
UN BANCO PARA TODA EUROPA
Banco Santander tiene, así mismo, un equipo de especialistas agro repartidos por todo Portugal, país en el que disponen de las mismas líneas de financiación adaptadas a las regulaciones de este territorio. “En Portugal tenemos mucha presencia y también muchas sinergias de clientes que están yendo a ese país y de otros que están viniendo a España”, explica Ruiz, quien apunta hacia la intención del Santander de ser percibido, dentro de Europa, como un banco único.