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PRESENTA:
Aquel verano Jillian Tamaki, dibuix; Mariko Tamaki, guió Barcelona : La Cúpula, cop. 2014 318 pàg. Bitono
Les dues cosines canadenques d’origen japonès retornen al mon adolescent desprès de Skim, la seva primera incursió i aconsegueixen una obra exquisida amb un dibuix capaç de reflectir qualsevol emoció al rostre dels personatges. Linia clara amb influencies del manga. Una lectura que pot interessar a adults i joves. Con la premisa de narrar la cotidianeidad del verano de dos niñas, las Tamaki logran plasmar un abanico de ideas y emociones que abarcan desde el descubrimiento de la sexualidad hasta el paso de la niñez a la adolescencia, deteniéndose a observar cómo afecta el divorcio en los hijos, así como la búsqueda de descendencia y su imposibilidad o el embarazo no deseado. ¿Denso? Para nada, pues sus autoras logran plasmar lo anterior de manera orgánica en la narración, a través de los ojos llenos de dudas de las protagonistas. Ambas, testigos de ciertos sucesos que pasan a su alrededor, se enfrentarán al reto del cambio, del adiós a la inocencia, con unas dosis de humor, tristeza y veracidad como no recuerdo. La capacidad de las Tamaki para plasmar el paso del tiempo, la importancia de lo que se dice o no se dice, o para evocar recuerdos, es abrumadora. El grado de definición de las personalidades de los personajes ayuda a lo anterior. Las niñas, Rose y Windy, no pueden ser más distintas, de tal modo que ese contraste subraya su carácter. Mientras una es delgada y tímida, la otra es más rellenita y desenfadada. Una es retraída y reflexiva, la otra expansiva e invasiva. Su relación es tan natural como podrías imaginar en dos niñas cargadas de tiempo y energía. Su curiosidad, inocente y evocadora, las llevará a descubrir las aristas de la vida a través de su entorno, uno donde la candidez de la infancia no tiene cabida. Pero las autores plasman lo anterior con delicadeza, sin caer ni en melodramas baratos o sensiblerías cursis ni en lo sórdido o chabacano. Raul Silvestre. www.zonanegativa.com Es obvio que Aquel verano parte de mostrar una situación tensa en muchos terrenos que tiene lugar en un escenario que evoca justo lo contrario. El contraste es perfecto porque Tamaki no fuerza nada. Todo fluye con una enorme naturalidad y la sensibilidad es exquisita en todo momento. Cada diálogo cuenta, cada mirada es importante, demostrando que sabe dar voz a personajes diametralmente opuestos para que suenen como si fueran personas reales. De hecho, lo son, forman parte de un universo deliciosamente construido, con un pasado y un presente, dejando Tamaki el futuro para que lo imagine el lector. www.entrecomics.com La obra retrata ese tiempo muerto que representa el verano para los niños: un período sin obligaciones, sin reglas, en el que uno pierde la noción del tiempo y ya no recuerda ni en qué día de la semana se encuentra. Bajo este prisma las dos jóvenes protagonistas observan a los adultos: 'Aquel verano', pues, podría ser la reflexión sobre el mundo adulto y sus responsabilidades desde la perspectiva de unas niñas. www.papelenblanco.com
MARÇ