Para Iztchel, y los pétalos suicidas.
Invocación.
Naimed Sayarba Saqué el zapato del sur, una zancada hacia el norte, funámbulo en la línea, el borde, el límite.
Me entregué en ofrenda líquida, como la de Bauman, me sublimé, incluso.
Fluído gaseoso, en el misterio del desierto, y en una charca, donde viví dos vidas y media, a tan sólo cinco submundos, de la superficie.
Inhalé smog, comí cigarillos, fumé tacos de suadero, a caladas de perro mojado.
Capsulas de instantes, derivan en la noche de los tiempos, en la noche de los límites, lucecítas, nebulosas, montadas para escena.