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CONSEJOS: Cómo superar los trastornos gastrointestinales más comunes después las fiestas navideñas

Los excesos en Nochebuena y Nochevieja suelen ser ‘inevitables’. Aunque lo recomendable siempre sea la moderación con las comidas y bebidas.

milar a como si la comida volviese desde el estómago. Esta molestia, junto con la acidez y el ardor, suele ser algo puntual. Sin embargo, si se convierte en frecuente (dos veces por semana o más), es conveniente visitar al médico. Por ejemplo, la enfermedad por reflujo gastroesofágico causa acidez y otras molestias, por lo que estos síntomas pueden ser un primer aviso si se vuelven habituales.

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3. Gases

Durante las comidas navideñas, hablamos mientras comemos y bebemos, y eso implica tragar mucho aire. Ese exceso de aire se acumula en el esófago y tiene que salir a través de los eructos. La acidez también puede provocar la necesidad de eructar con frecuencia. Por su parte, las flatulencias son comunes cuando se toman ciertos alimentos, como las judías, el repollo o las bebidas gaseosas.

4. Náuseas

En ocasiones, el escape de los ácidos del estómago hacia el esófago puede producir ganas de vomitar. Hay otros motivos por los que aparecen, como una intoxicación alimentaria, una alergia o intolerancia a algún ingrediente.

5. Indigestión

Es una molestia en la parte superior del abdomen acompañada de la sensación constante de tener el estómago lleno, incluso aunque no hayamos comido demasiado. La indigestión también suele acompañarse de acidez y náuseas.

6. Hipo

Son contracciones involuntarias del diafragma, un músculo situado en el abdomen. Tragar demasiado aire, tomar alcohol o bebidas gaseosas o comer mucho son algunos de los factores que lo producen.

7. Intoxicaciones

El consumo de alimentos en mal estado, crudos o poco cocinados son las causas principales de las intoxicaciones alimenticias en las Navidades. Mariscos, pescados crudos y carnes poco cocinadas son las comidas más afectadas por virus, bacterias y parásitos, por lo que siempre es muy recomendable que seamos nosotros los que cocinemos o cozamos los mariscos, congelemos los pescados y nos aseguremos de que las carnes es-

tán bien hechas. Además, siempre hay que guardar la comida que compremos en la nevera y tener mucho cuidado con las mayonesas caseras, limpiando los huevos antes de utilizarlos y desechando la que no hayamos consumido si ha estado mucho tiempo fuera de la nevera. ¡Mejor preparar otra!

8. Empachos

Los empachos son muy habituales en las fechas Navideñas ya que solemos comer más de lo que nuestro estómago puede procesar en condiciones normales. Lo suelen provocar, además, los alimentos con mucha grasa, las carnes, frituras, dulces, el alcohol y las bebidas gaseosas, que no suelen faltar en las mesas durante esos días. Los síntomas van desde dolor estomacal, acidez, gases, estreñimiento, diarrea, vientre hinchado, falta de apetito e incluso vómitos.

9. Diarrea

Se trata de otro síntoma típico de las Navidades, normalmente es debido a las intoxicaciones alimentarias y a los cambios bruscos en la alimentación. Deberemos reponer líquidos y sales minerales bebiendo agua y zumos y recurrir a los medicamentos antidiarreicos que nos recete nuestro médico.

Todos estos problemas digestivos son bastante habituales tras este tipo de eventos. Suelen ser leves, pero muy molestos. Para evitarlos los expertos de DosFarma han recopilado algunos consejos sencillos para prevenir estos problemas.

Comer lento y masticar bien

Uno de los principales motivos por los que aparecen molestias digestivas es por comer muy rápido. Una buena digestión comienza en la boca, donde la saliva se mezcla con los alimentos. La saliva contiene una enzima llamada amilasa, que es la encargada de comenzar con la descomposición de los alimentos; si no masticamos el tiempo suficiente, el estómago tendrá que esforzarse más para suplir el trabajo que no ha podido hacer la saliva. Eso im-

Además de los problemas señalados, las navidades suelen t aer también alg nos kilos de más.

plica que producirá más ácido, por lo que aumenta el riesgo de acidez y ardor. Por otro lado, al comer despacio, siendo conscientes de masticar bien, nos damos cuenta de qué estamos comiendo y cuánto. La Navidad es una época de excesos, pero no siempre es apropiado sumar más calorías al organismo. Para evitar pasarnos, lo mejor es masticar sin prisas y estar en un entorno tranquilo.

Disminuir la cantidad de comida en el plato

Es preferible repetir a llenarnos el plato y comerlo todo, tenemos que pensar en todo lo que nos queda por delante y no comer con los ojos.

Evitar hablar mientras comemos

Es un consejo difícil de seguir en estas fiestas, ya que la conversación es parte indivisible de una celebración. Sin embargo, es importante para evitar tragar más aire del necesario en cada bocado. Por el mismo motivo también debe evitarse fumar durante las comidas.

No cenar muy tarde

Conforme se acerca la noche, las hormonas que se

El organismo se en enta a superar un desafío desacost mbrado, tanto en cantidades como en horarios de suculentas comidas y cenas.

encargan de digerir los azúcares y los hidratos de carbono disminuyen. Eso implica que, si hacemos una gran cena muy tarde, el organismo tendrá más dificultades para digerirla, lo que puede desembocar en gases o indigestión. Lo ideal es dejar entre una hora y media o dos horas y media entre la cena y la hora de dormir.

Evitar ciertos alimentos

Algunos alimentos pueden provocar acidez, como el picante, la cebolla, los cítricos, el tomate, el alcohol, las bebidas con cafeína o gaseosas o las comidas fritas o con mucha grasa. No significa que no se deban tomar, pero sí debe hacerse con mesura. Igualmente, para evitar las flatulencias es recomendable no abusar de los alimentos anteriormente comentados.

No tomar alimentos muy calientes

Ya que pueden irritar las paredes del estómago, es mejor esperar un poco a que se templen.

Vestir ropa holgada

La ropa ajustada y los cinturones apretados presionan la zona abdominal y pueden empeorar los problemas del estómago.

Caminar un poco después de las comidas

No es necesario que vayamos al gimnasio después de comer, pero una buena forma de quemar calorías y ayudar a la digestión es da un pequeño paseo después de las comidas.

Remedios naturales

Una forma natural y deliciosa de paliar las molestias de una comida copiosa es con una infusión digestiva. Algunas de las más efectivas son la manzanilla, el regaliz, el jengibre, la menta, el anís o el hinojo. Igualmente, el bicarbonato de sodio con limón antes de las comidas ayuda al funcionamiento del sistema digestivo, para facilitar la digestión y evitar los gases y la acidez. También es muy útil tomar alimentos que contengan probióticos, unos microorganismos que fortalecen el sistema inmunitario, restauran la flora intestinal y favorecen la digestión, como los yogures con bífidus.

Remedios farmacológicos

Si las molestias son muy incómodas, una opción fácil y rápida es con la ayuda de medicamentos sin receta. Para el ardor y la acidez hay diversos productos que se encargan de neutralizar el ácido del estómago o crean una barrera protectora para impedir el paso hacia el esófago. Otra opción son las sales de frutas, un remedio conocido por todos para aliviar los problemas estomacales. También hay suplementos alimenticios con probióticos. Por cierto, mucho ojo con utilizar protectores estomacales como el omeprazol pensando que nos va a ayudar en la digestión o nos va a evitar el dolor de tripa, su uso debe ser bajo prescripción médica ya que se utiliza contra las úlceras provocadas por los reflujos gástricos o la acidez estomacal. Si sufrimos alguno de los síntomas descritos anteriormente lo mejor es preguntar a nuestro médico o farmacéutico para que nos recomiende lo mejor que podemos tomar en cada caso.

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