Archivo de notas (en el diario La Capital)

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LA CAPITAL

Mar del Plata,lunes 11 de junio de 2018

LA CAPITAL

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Archivo El día que Diego debutó en la red en Mar del Plata

El hallazgo que cambia la imagen de un gol histórico de Maradona El segundo tanto ante San Lorenzo de esta ciudad estuvo mal ilustrado durante mucho tiempo. La fotografía correcta sólo había sido publicada el día posterior en LA CAPITAL. Por Juan Miguel Alvarez

esempolvar libros, revisar fotos, perderse entre colecciones de diarios, puede llevar a hallazgos impensados. La historia está llena de mitos por enterrar o secretos por descubrir. Sobre todo, cuanto más retrocedemos en el tiempo. En el fútbol, posiblemente no se escribió de nadie más que de Diego Armando Maradona, por razones lógicas. Periodistas y fanáticos se encargaron de generar un archivo muy rico sobre el considerado por muchos el mejor jugador de todos los tiempos. Hay material abundante sobre sus goles, proezas y hasta cuestiones de índole privada. Pero, increíblemente, todavía hoy se pueden hacer revelaciones. El hecho en cuestión es uno de los más importantes en la carrera del “10”: sus primeros goles en Primera División. Con 16 años recién cumplidos, Maradona debutó en la red el 14 de noviembre de 1976 con dos tantos para Argentinos Juniors frente a San Lorenzo de Mar del Plata, en el desaparecido estadio General San Martín de esta ciudad. El arquero Rubén Lucangioli fue su víctima. Lamentablemente, no hay registro fílmico de aquellos goles. Distintas versiones indican que el camarógrafo de Canal 8 decidió irse en el entretiempo del partido, tras grabar un gol de cada equipo. Nunca imaginó el acontecimiento histórico que estaba por ocurrir. El joven Maradona ingresó al campo de juego en el inicio del complemento y marcó el cuarto y quinto gol de su equipo (el resultado fue 5-2), a los 42 y 45 minutos. Ese domingo todas las miradas estaban puestas a 400 kilómetros de esta ciudad.

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El gol que no fue. Maradona define ante la salida de Lucangioli. También aparecen Montes de Oca, Alvarez, Fren y el árbitro Galvé. La jugada que habitualmente graficó el segundo tanto no terminó con la pelota dentro de la red.

En el Monumental, Boca venció 2-0 a River con goles de Ernesto Mastrángelo y Darío Felmal. Por eso, el partido entre San Lorenzo y Argentinos tampoco tuvo gran repercusión en los medios nacionales. Aquí, LA CAPITAL le dedicó una página a la cobertura de uno de los dos equipos de la ciudad que disputó ese Nacional ‘76 (el otro fue Aldosivi). Los reporteros gráficos Ismael Daoud y Néstor Alfonso captaron en fotos esos momentos históricos. Pero, increíblemente, uno de los goles se ilustró hasta hoy de forma equívoca, incluso por el propio Maradona en su biografía autorizada “Yo soy el Diego de la gente”. En el primer tanto de su carrera profesional, según detalló el periodista Carlos Ruberto en la Revista Goles, Maradona esquivó a tres rivales, alargó a López y convirtió cuando recibió la devolución. Fue un zurdazo cruzado y bajo, tal como lo mencionó LA CAPITAL, que además inmortalizó ese momento con una foto precisa desde atrás del arco. La foto del segundo gol es la que se pondrá en tela de juicio en esta nota. No por su

belleza, a la vista de todos. Pero hay datos contundentes para refutar que esa jugada sea el tanto que Maradona convirtió a los 45 minutos de juego. En la imagen publicada en cada aniversario se puede ver a Maradona por la derecha del ataque de Argentinos (de fondo está la tribuna y la torre de alumbrado que daban a Garay), con Montes de Oca corriendo desde atrás, Lucangioli levantando apenas su mano izquierda y tapando a un jugador de San Lorenzo. Posteriormente algunos dijeron que era una definición de cabeza y otros un toque con el pie sobre el arquero. Pero lo importante es el desenlace. Porque esa pelota que tantos años terminó adentro del arco, desde hoy podría acabar afuera. Entre los negativos de fotos archivados por LA CAPITAL hay una imagen que sería la continuación de esa jugada. Montes de Oca sigue su carrera por detrás a la derecha de Diego, quien ya pasó a Lucangioli -el arquero sigue tapando al otro jugador de San Lorenzo-. En escena aparecen dos nuevos jugadores, Fermín Aquino (SL) y Hallar (Argentinos), quienes no estarían en la imagen anterior

porque llegan por el sector contrario al de la definición de Maradona. Detrás del talón izquierdo de Hallar se observa un hombre de negro sentado adentro de la cancha, haciendo visera. Está en un asiento ubicado justo a mitad de camino entre dos carteles de Jockey Club. Su presencia allí, de nula importancia en los hechos, es de valor para la finalidad de esta nota, determinar cómo fue el segundo gol de Diego. En 2016, el periodista Francisco Giovanoni publicó la primera imagen de un festejo de Maradona aquel día (ilustrando una nota sobre la increíble historia de la pelota de ese partido, para el medio 0223), la que recibió de manos del fotógrafo Néstor Alfonso. Evidentemente es de su segundo tanto, ya que en el primero Maradona define de zurda y sale corriendo para atrás. Mientras Diego inicia su carrera hacia su izquierda y el arquero va en búsqueda de la pelota, en el fondo aparece el mismo asiento entre los carteles de Jockey Club, pero vacío. Otro dato llamativo es cómo Lucangioli ya está en su propio arco, teniendo en cuenta que había quedado por detrás de Maradona en la secuencia de la definición. Aquí nacen las primeras sospechas, pero nada contundente para confirmar que no es el gol. De hecho, tanto tiempo después resulta imposible afirmar con un cien por ciento de certeza que la foto publicada por primera vez en esta nota sea la secuencia de la ya conocida, más allá de todas sus similitudes. El dato más importante para comprobar que no es la jugada del segundo gol está en la imagen tantas veces repetida. A la izquierda de Maradona, poco más atrás, acompaña la jugada Carlos Alvarez, autor de tres goles esa tarde. Y más a la derecha de la foto se encuentra Carlos Fren. De acuerdo a la síntesis de LA CAPITAL, El Gráfico y Goles, Fren fue reemplazado por Rodolfo Ingaramo después del primer gol de Maradona. Incluso el diario menciona en su crónica que el propio jugador ingresado, Ingaramo, es quien asiste a Maradona en el segundo gol. Entonces, la imagen que tantos años ilustró uno de los primeros goles de Diego fue de una jugada en la que el balón no ter-

El verdadero. La definición de Maradona, marcado por Aquino. Fue su segundo gol ante San Lorenzo, el día que debutó en la red. minó adentro del arco. Incluso, leyendo la crónica de LA CAPITAL, se puede especular que sea una de las dos definiciones en los palos que tuvo aquel día. Más precisamente, un cabezazo en el travesaño, teniendo en cuenta la vista de Maradona y Hallar puesta hacia arriba en la foto inédita. U otro remate apenas alto después de eludir a varios jugadores. Pero esto sí ya es una conjetura. ¿Entonces hay foto del segundo gol? Todo hace indicar que sí. Y lo más increíble es que salió publicada el día posterior al encuentro en el diario LA CAPITAL (con un epígrafe alusivo) y después quedó en el olvido. Esta imagen encaja a la perfección con el festejo. Maradona remata a la derecha del arco de Lucangioli, como dice la crónica, e inicia la celebración para ese sector (mientras el propio Aquino se lamenta). En las tribunas también hay coincidencias. Como un hombre que mira hacia las cabinas de prensa u otro que se encuentra de pie haciendo visera para ver la acción. Hay simpatizantes bajando las escaleras o levantados de sus asientos, predispuestos para retirarse de la cancha (el segundo gol de Diego fue a los 45’) y también hay muchos más que en otras fotos parados detrás del alambrado. ¿Por qué se publicó tantas veces la imagen equivocada? La mitad de los marplatenses mayores de 50 años juran que estuvieron en la cancha en ese partido. Aunque en realidad asistieron apenas 1.335 espectadores. Pero ni ellos, ni los protagonistas -inclusive Maradona-, pusieron alguna vez reparos sobre la foto errónea de uno de esos goles. El recuerdo de Diego, pero no de sus goles

Imagen inédita.

El “1” es indudable.

La continuación de la definición por sobre Lucangioli. ¿La pelota dio en el travesaño? El hombre de visera, sentado dentro de la cancha, no aparece en el festejo.

El zurdazo cruzado de Maradona termina en la red, pese a la estirada de Lucangioli. Fue el primer gol en la carrera de Maradona.

Los futbolistas de la época contactados para esta nota no supieron explicar con exactitud cómo fueron las jugadas de los primeros tantos de Maradona. “Yo me acuerdo que en uno se gambeteó a medio equipo de San Lorenzo”, dijo Carlos Fren, probablemente en referencia al primer tanto. “Apenas tengo en mente algunos de los goles propios, no puedo detallar uno específico de un compañero después de tanto tiempo”, se sinceró “Bartolo” Alvarez. “Lo que me acuerdo fue que en el viaje y la concentración ya todos querían ver o conocer al joven Maradona”, agregó Ingaramo. Los futbolistas de San Lorenzo sufrieron a ese joven de Argentinos. “Siempre recuerdo que ese día el entrenador Benicio Acosta me dijo ‘es una vergüenza que un ‘borrego’ venga a bailarlo a usted”, expresó Alejandro Edelmiro Mascareño. “Pero los goles no

los tengo en mente”, agregó el balcarceño. Carlos Martínez también habló maravillas del juego de quien vistió la camiseta número 15 ese día, pero sin poder describir las jugadas de los goles. Hay que contextualizar para entender el error posterior. Diego entonces no era Maradona. Era “Pelusa”, el pibe que poco tiempo atrás maravillaba a todos haciendo “jueguitos” en los entretiempos de los partidos en La Paternal. Apenas disputaba su cuarto partido oficial. Y más allá de sus evidentes condiciones, no se podía imaginar la importancia de esos goles, los primeros de uno de los futbolistas más grandes de la historia. Además, ante la ausencia de videos, el tiempo nubló o distorsionó los recuerdos. Lo cierto es que hoy, casi 42 años después, se puede poner fin a un error histórico para ilustrar de forma acertada uno de los primeros goles de Maradona n

Festejo en el San Martín. Maradona celebra, Aquino se lamenta y Lucangioli va por la pelota. Fue tras el quinto gol de Argentinos. Los hinchas lo aclamaron detrás del alambrado, según publicó la revista Goles.

Diego guardó el diario como un trofeo Diego atesoró como un trofeo el diario que destacó su tarea y sus goles para Argentinos Juniors ante San Lorenzo de esta ciudad, el 14 de noviembre de 1976. Eso escribió el prestigioso periodista Horacio Pagani en el diario Clarín, en su famoso artículo “Un sueño de barrilete”, publicado el miércoles posterior al partido. “Ya terminó la práctica. Trae un diario de Mar del Plata bajo el brazo. El titular lo responsabiliza del triunfo de Argentinos Juniors. Lo guarda como una reliquia”, dice en la introducción a la entrevista realizada en el club Comunicaciones. En la nota Diego se mostró feliz por sus goles y también por el caño que le hizo a Mascareño. “El ingreso del juvenil Diego Armando Maradona (16 años recién cumplidos) tuvo la virtud de dar vuelta el trámite del partido. Hasta ese momento (inicio de la parte final), San Lorenzo (2) y Argentinos Juniors (5) habían jugado un discreto primer tiempo y no se habían sacado ventajas. El empate parcial podía entenderse como justo. Pero en el complemento varió. Al influjo de Maradona, Argentinos se convirtió en dominador del juego y alcanzó un justificado éxito”, escribió Segundo César Cheppi para LA CAPITAL, en la nota del partido publicada el 15 de noviembre de 1976. “La expectativa que había creado la actuación de Maradona tuvo rápida confirmación. En su primera intervención dio muestras acabadas de su tremenda habilidad e inteligencia. Un toque sorpresi-

vo y el marcador desairado. Alrededor de él, Argentinos Juniors comenzó a tener el dominio del balón”, opinó el periodista ya fallecido en su crónica. Además, el joven Julio Macíasse encargó de calificar “la actuación individual” y al llegar a Maradona escribió: “La figura de la cancha. Ingresó en los últimos 45’, pero lo suyo tuvo importancia capital en el desarrollo del partido. Tremenda habilidad, empleada en el momento oportuno. Inteligencia y claridad. Convirtió dos hermosos goles, propició otro, pegó dos tiros en los palos”. “En un partido lento e impreciso, apareció Maradona y dio una lección de fútbol hábil e inteligente. Bajo su comando, y con la eficacia de Alvarez, Argentinos concretó un abultado triunfo (...) El local decayó anímicamente en los últimos 10 minutos. En ese lapso, Maradona trasladó a la red su dominio en el juego”, fue la síntesis de Juan Carlos Morales en “La jornada está aquí” de El Gráfico. “Maradona fue aclamado por los propios hinchas locales, que terminaron colgándose del alambrado para poder verle la cara -la esconde en la melena- y tributarle un cálido aplauso”, contó el periodista Carlos Rubertoen la Revista Goles. Está claro que Maradona brilló el día de sus primeros goles ante San Lorenzo de Mar del Plata. El mismo rival al que cuatro años después le anotó el gol número 100 de su carrera, ahora en can-

LA CAPITAL le dio una amplia cobertura al partido entre San Lorenzo y Argentinos, del Nacional ‘76. Destacó la labor de Maradona y publicó fotos de sus dos goles.

cha de Argentinos. La participación del equipo de esta ciudad en los “viejos” Nacionales quedó marcada por la firma del “10”. n


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Mar del Plata, lunes 10 de diciembre de 2018

RIVER SUPERCAMPEON

DE LA LIBERTADORES

Lo máximo. El momento sublime de la consagración de monarca de América de River sobre Boca, nada menos. La locura de “Pity” Martínez y Mayada, el desconsuelo de Olaza. El sueño de River se convirtió en realidad

Para la eternidad El equipo de Núñez pasó por todas las sensaciones hasta que consiguió la alegría infinita. Un momento que no se borrará nunca en el partido más cosmopolita e importante del fútbol argentino. Por Juan Miguel Alvarez Enviado especial

ADRID.- River derrotó a Boca y se consagró campeón de América. Jamás una frase tan simple sonó con tanta fuerza, tuvo semejante peso propio. El equipo de Marcelo Gallardo se quedó con el Superclásico del fútbol argentino más importante de la historia en el mítico estadio de Real Madrid. Un combo mágico digno de un cuento de Roberto Fontanarrosa, como el partido de ayer, como la final de todos los tiempos. Juan Fernando Quintero ya se hizo dueño de todos los flashes. Franco Armani se vistió de héroe. Y Gonzalo Martínez desfila por el césped del Santiago Bernabéu, con el arco a disposición, mientras todos los hinchas de River se unen en un abrazo que durará para la eternidad. El 3-1 no se mueve más. Terminaron los 210 minutos de fútbol más largos del universo. Pasó el estrés y el nerviosismo. Ahora hay lágrimas de alegría -y de

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tristeza-, corazones que laten a mil, almas que no caben en los cuerpos. Jugadores e hinchas riverplatenses agradecen al cielo como si el resultado fuera voluntad divina. Allí seguramente está “Angelito” Labruna liderando los festejos, como tantas veces desde aquí abajo. Con la mirada cómplice de su viejo compañero Alfredo Di Stéfano, quien implementó alguna pócima mágica para llevar esta definición a su casa. El Santiago Bernabéu, templo de tantas historias, fue testigo de algo jamás visto con anterioridad. Por la trascendencia deportiva del partido, expuesto más que nunca a los ojos del mundo, y por cómo se lo vivió desde hace 40 días a esta parte, para bien y para mal. Por eso de un lado hay una felicidad desbordante y del otro una frustración indescriptible. A miles de kilómetros de distancia millones sienten lo mismo. Así es el fútbol, de emociones opuestas. Las imágenes se mezclan en forma aleatoria. Ponzio tiene 36 años y lo vive como un niño. Enzo Pérez quiere tirarse de cabeza a la tribuna para sentir con mayor intensidad el calor de su gente. Maidana y Pinola, que siempre andan con cara seria para impresionar a los delanteros, ahora no pueden borrar la sonrisa de sus rostros. Quintero y Borré bailan al ritmo colombiano. Mayada y Mora sacan a relucir la bandera uruguaya, como Alzamendi en 1986, Francescoli en 1996 o Carlos Sánchez en

2015. Gonzalo Martínez y Pratto tienen la grandeza de saludar a los perdedores antes de celebrar el momento deportivo más importante de sus vidas. Después el “Pity” se para de frente a su gente; está más loco que nunca. Todos los jugadores se abrazan una y otra vez. Hacen casi todo por inercia, porque ninguno sabe cómo celebrar semejante acontecimiento. Jamás lo ensayaron, ni en los sueños más profundos. Gallardo disfruta un rato a la distancia desde lejos, pero nadie más que él merece estar en el centro de la escena. Por eso más tarde ingresa a la cancha con la camiseta de River, esa que llevó hasta el infinito, para que se escuche una nueva explosión en el estadio. ¡Algunos todavía esperan su Waterloo! Antes el protocolo, al mejor estilo Liga de Campeones. El plantel de Boca, pese a la tristeza, le muestra a todos que se puede perder un partido de cualquier calibre pero no el respeto hacia el rival. Todos esperan unos minutos en el campo. Mientras los jugadores riverplatenses suben al palco oficial uno por uno para recibir las medallas. Los dos últimos son precisamente los emblemas Leonardo Ponzio y Jonatan Maidana. El gran capitán levanta la Copa bien alto, donde también llevó el orgullo riverplatense. Es la cuarta para la vitrina del club, sin duda la más preciada. Estalla la lluvia de papelitos dorados. Suena el Himno de River y la emoción se

apodera todavía más de la escena. Tanto que hasta los espectadores extranjeros que hasta hace poco conocían poco y nada de la Libertadores están contagiados por todos estos sentimientos. Después los jugadores dan la vuelta olímpica a paso de hombre, para que no termine nunca. Los fotógrafos buscan captar la imagen perfecta. Y los protagonistas ofrecen alternativas: ahora corren y se tiran de palomita alrededor del trofeo. En el estadio sólo quedan los de rojo y blanco. No baja la intensidad. Todos cantan y gritan. Algunos ríen, otros lloran. Hay personas hechizadas por Gallardo, alucinadas por el “Pity” Martínez, cautivadas por Ponzio, enamoradas de River. Amor verdadero, el que dura toda la vida, el que es fruto de la pasión. El que atravesó los momentos más difíciles hace muy poco y ahora lo compensa con la mayor felicidad. Ya quedaron atrás las vigilias, las dudas, el miedo a perder. La intensa lluvia inoportuna. El papelón mundial del 24 de noviembre, que desnudó la irracionalidad de algunos -también los encargados de “cuidarnos”-, privó a setenta mil almas de disfrutar “nuestra” fiesta y abrió la puerta al negocio más absurdo de la competición. Pero ahora todo se olvida. Porque hoy ya no hay día ni noche, Buenos Aires ni Madrid, Monumental ni Bernabéu. Todo se llama River Plate. El fútbol quedó rendido a sus pies. Su orgullo será infinito, durará para la eternidad ■


Mar del Plata, lunes 10 de diciembre de 2018

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Venció 3-1 a Boca en el Santiago Bernabéu

River campeón de la Libertadores soñada El equipo de Gallardo mostró mayor ambición, más recursos y tuvo a un Quintero que lo llevó a la alfombra roja. Fue una final muy emotiva, con cambios en el marcador, bellos goles y una definición extenuante en tiempo suplementario. Por Juan Miguel Alvarez Enviado especial

ADRID.- River Plate ganó una Libertadores de ensueño. Se quedó con la Copa más importante de la historia del fútbol nuestro. Que se definió a más de 10.000 kilómetros de distancia, en el mítico Santiago Bernabéu, después de otros 120 minutos de emociones por doquier. El equipo de Marcelo Gallardo, más ambicioso y con un Juan Fernando Quintero decisivo, derrotó 3-1 a Boca Juniors, tras revertir un marcador adverso y con mucho empuje, corazón y fútbol en el tiempo suplementario. Como se esperaba, la Superfinal tuvo una combinación de sensaciones durante todo el partido: ansiedad, frustración, enojo, incertidumbre, desahogo, felicidad. Con muchos pasajes de meseta en el juego y otros con picos de emoción. Aunque el cierre haya tenido un poco de angustia y el título se definió por un margen delgado, River demostró una vez más que es superior a Boca. Tiene mayores recursos, mejor juego colectivo y decisiones desde el banco que resuelven problemas. Ayer el ingreso de Juan Fernando Quintero cambió la historia. Después del 1-0 de Benedetto, River reaccionó en el complemento y encontró la llave de la victoria en los pies del colombiano, quien propició el tanto del empate de Pratto y marcó un gol para la eternidad. Después, “Pity” Martínez desató la locura “millonaria”. El inicio fue a pura tensión, con jugadores consumidos por los nervios. De posesiones lentas. Con imprecisiones en el pase de riesgo y a veces también en el sencillo. Con poco abastecimiento para los centrodelanteros. River se hizo dueño de la pelota, invitado por su rival. El equipo de Gallardo que ayer no estuvo en el banco- la movió de lado a lado en zona de iniciación. Intentó abrir un candado cerrado con especulación. No encontró las llaves, perdidas en un ejército de ordenadas camisetas “xeneizes”. Boca esperó agazapado y cortó línea de pase con cinco jugadores en el primer filtro, porque a los tres volantes se sumaron Villa y Pavón.

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Al Mundial River, flamante campeón de la Copa Libertadores con su histórica coronación ante Boca en Madrid, debutará en el Mundial de Clubes de fútbol FIFA 2018 el martes 18 de diciembre, a las 13.30 de Argentina, en el estadio Hazza Bin Zayed, de la ciudad de Al Ain, en Emiratos Arabes Unidos. El rival del primer partido no se conocerá hasta el sábado 15 cuando Esperance de Túnez -campeón africanose enfrente con el ganador del partido inaugural, que disputarán justamente Al Ain -titular de la Liga Arabe- y Wellington de Nueva Zelanda -monarca

Grandioso. El golazo de Juanfer

Quintero que empezó a volcar la historia para el equipo que tuvo mayor ambición. River, un campeón a lo grande.

Las pelotas paradas fueron el primer -y casi único- acercamiento a las áreas en la etapa inicial. Pablo Pérez, con un imán dentro del área, primero lo tuvo de volea definió al cuerpo de Armani- y después con un remate que se desvió y salió por poco. Recién hubo una buena conexión pasada la media hora, entre Nández y Villa. Pero, tras el centro del colombiano, Armani estuvo alerta y despejó con los puños. Antes del cierre de la primera mitad, una jugada mal finalizada por River terminó en gol de Boca. Nández sacó rápido la contra, Pinola quedó pagando, Benedetto hizo pasar de largo a Maidana y tuvo una definición de primera clase: con el pie derecho abierto colocó la pelota contra el palo. Si bien River ya había dado reiteradas muestras de su temple, nunca había jugado bajo estas circunstancias. Pero respondió con suma confianza. Boca, al contrario, no supo administrar esa ventaja. Porque careció de armas para la tenencia del balón y esta vez no pudo aguantar lejos de su arco con un flojo Abila (ingresó por Benedetto, lesionado). River salió al complemento con mayor ambición y otra marcha. El que le cambió la cara al equipo fue Quintero (ingresó por Ponzio, amonestado). El colombiano, comprometido, las pidió todas, metió esos “flechazos” punzantes y empezó el gol del empate, a los 23’. Claro que después casi

todo el mérito fue de “Nacho” Fernández, que tiró una pared espléndida con Palacios y luego tocó atrás para la definición de primera de Pratto. Con más espacios en el campo, el tramo final del tiempo reglamentario tuvo paridad, con River siempre un poco más predispuesto para atacar. Pero sin esa genialidad que cambie el destino de la historia, para la cual había que esperar. Porque la final más larga se extendió todavía un poco más, para probar la resistencia de los corazones. En el suplementario, la pronta expulsión de Barrios terminó por decidir posturas de uno y otro. El equipo conducido por Biscay tuvo vocación ofensiva y determinación. Y el fútbol se lo dio Quintero, quien sacó el remate más bello en la historia riverplatense en el minuto 108 de la emotiva final. El colombiano buscó espacio para recibir de Mayada en la medialuna del área, apenas sobre la derecha, y remató de zurda al ángulo más cercano. Generó una explosión que se escuchó en todo el mundo. Después, un cierre de locos. Boca buscó con centros y más centros, con nueve jugadores ante la salida de Gago y muy desordenado. Tanto que Andrada fue continuamente por la heroica sin siquiera regresar al arco. Jara pudo llevar la final a los penales. Pero el disparo chocó contra el palo y se-

de Oceanía-, el miércoles 12. El estreno de River se producirá en un estadio con capacidad para 22.717 personas y en una ciudad, Al Ain, que se ubica 170 kilómetros al este de Abu Dhabi, la sede de la gran final el sábado 22 también a las 13.30 en un escenario que alberga 43.000 espectadores. Del otro lado del cuadro del Mundial de Clubes se encuentra Real Madrid, ganador de la Liga de Campeones de Europa y bicampeón actual del joven torneo de la FIFA. Los españoles jugarán la otra semifinal con Chivas de Guadalajara campeón de la Concacaf- o Kashima Antlers de Japón, vencedor de la “Champions” asiática.

Real Madrid es el club con mayor cantidad de títulos mundiales (6) y River suma uno, ganado en 1986 con el viejo formato de la Copa Intercontinental cuando le ganó a Steaua de Bucarest por 1-0 en Japón, con gol del uruguayo Antonio Alzamendi. Real Madrid y River nunca jugaron oficialmente pero sí lo hicieron nueve veces de manera amistosa entre 1951 y 2003. Los españoles se impusieron en cinco oportunidades, los argentinos en dos y empataron los dos encuentros restantes. En Emiratos Arabes, River jugará su segundo Mundial de Clubes. En 2015 resultó goleado en la final por Barcelona de España (3-0) en el estadio Internacional de Yokohama, Japón ■

gundos después “Pity” Martínez escapó solo y terminó por fin con esta novela eterna. River cambió la historia ante Boca. Es nuevo dueño de América tras un triunfo que vivirá por siempre. Porque algo más grande que esto por ahora no hay. Pero con Gallardo siempre se lo puede inventar ■

River

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Franco Armani (7); Gonzalo Montiel (5), Jonatan Maidana (5), Pinola (5) y Casco (6); Ignacio Fernández (7), Enzo Pérez (6), Ponzio (4), Exequiel Palacios (5) y Gonzalo Martínez (8); Lucas Pratto (8). DT: Matías Biscay.

Boca

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Esteban Andrada (4); Buffarini (5), Izquierdoz (5), Magallán (4) y Olaza (5); Wilmar Barrios (5); Cristian Pavón (5), Nández (7), Pablo Pérez (6) y Sebastián Villa (5); Darío Benedetto (7). DT: Guillermo Barros Schelotto.

Goles:en el primer tiempo, 43’ Darío Benedetto; en el segundo tiempo, 22’ Lucas Pratto; en el segundo tiempo suplementario, 3’ Juan Fernando Quintero y 17’ Gonzalo Martínez. Cambios: en el segundo tiempo, 13’ Juan Fernando Quintero (10) por Ponzio, 18’ Ramón Abila (4) por Darío Benedetto, 28’ Mayada (6) por Gonzalo Montiel, 43’ Fernando Gago (-) por Pablo Pérez; en el primer tiempo suplementario, 4’ Leonardo Jara por Sebastián Villa, 7’ Julián Alvarez por Exequiel Palacios; en el segundo tiempo suplementario, 5’ Bruno Zuculini por Ignacio Fernández y 7’ Carlos Tévez por Julio Buffarini. Incidencias:en el primer tiempo suplementario, 1’ expulsado Wilmar Barrios; en el segundo tiempo suplementario, 11’ se retiró lesionado Gago. Cancha:estadio Santiago Bernabéu, de Real Madrid (muy buena). Arbitro: Andrés Cunha, de Uruguay (5). Concurrencia: 62.262 espectadores.


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RIVER SUPERCAMPEON

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Mar del Plata, lunes 10 de diciembre de 2018

DE LA LIBERTADORES

El título más importante de su historia

Nunca tan grande La revolución de “Napoleón”, la reivindicación frente a Boca y las razones que hicieron posible la consagración de River. El ciclo de Gallardo superó todo. Por Juan Miguel Alvarez Enviado especial

MADRID.- River escribió el capítulo más grande de su historia en el fútbol. De 117 años, numerosas proezas, pero ninguna tan placentera como la del 9 de diciembre de 2018. Ganó la final de todos los tiempos en la Copa Libertadores de América más difícil -y bochornosa- de las ediciones recientes. Lo hizo frente al clásico rival, Boca, en el mítico estadio Santiago Bernabéu. Después de dar vuelta el resultado y en tiempo suplementario. El equipo de Marcelo Gallardo ratificó en el partido más importante la superioridad de los últimos años frente a Boca. Ganó la final de vuelta 3-1 con justicia, tras 120 minutos, luego del 2-2 en La Bombonera y de más de un mes de ansiedad. La lógica a veces se impone en el fútbol. Porque River hoy es más equipo que Boca. Es una obra de autor, con la firma de su entrenador. Gallardo logró una identidad colectiva no apegada a un solo sistema táctico o a una misma estrategia. Además, inyectó a sus jugadores de un convencimiento y una fortaleza mental sorprendente. Esa fue la gran revolución de “Napoleón”. Desde la derrota en la final de la Libertadores 1966, a River le quedó el mote de “gallina” como sinónimo de cobarde. Con el tiempo los hinchas dejaron de lado esa connotación negativa y tomaron el apodo para identificarse.

Pero sufrieron el dominio de Boca en los clásicos. Fueron puñales las eliminaciones en las Libertadores 2000 y 2004. Tevez se burló con su “gallinita” y Guillermo también hizo de las suyas en el propio Monumental. River aguantó todo. Hasta el descenso. Tocó fondo para pegar el salto más alto. Para asumir un protagonismo internacional como nunca antes. Para tomarse desquite de Boca, una (Sudamericana 2014), dos (Libertadores 2015) y tres veces (Libertadores 2018). Tevez y Guillermo lo sufrieron en carne propia. El club de Núñez sacó pecho en la Libertadores más deseada, la que era una verdadera obsesión. Porque también tuvo a Palmeiras, Gremio, Independiente, Racing, Flamengo, Corinthians, Santos y Estudiantes entre los principales protagonistas. Y porque por primera vez en 59 ediciones concluyó con un Superclásico, en la última final a doble partido. En una serie en la que no tuvo localía, ya que por los episodios de violencia del 24 de noviembre la vuelta se trasladó a Madrid. A River justamente le sobró valentía para coronarse campeón. Estuvo a pocos minutos de quedarse afuera contra Independiente y metió los dos goles que necesitaba en el tramo final contra Gremio -campeón defensor- en Porto Alegre. Sacó pecho en la Bombonera, perdió la localía, pero igual no lo dejó escapar con carácter para asumir la responsabilidad en el Santiago Bernabéu. Allí otra vez remó de atrás, pero no bajó los brazos, lo buscó con sus armas y se llevó el premio grande. River contó con argumentos desde el juego y con nombres propios que se ganaron un lugar especial en las páginas doradas de la institución. Un Armani con atajadas decisivas -a Gigliotti, Everton y Benedetto- en los cruces. Una defensa que salió de memoria, con la seguridad de los experimentados zagueros Maidana-Pinola. Casco cam-

Nunca tan alto. El técnico Marcelo Gallardo, el capitán Leonardo Ponzio, al frente de un gran campeón. El entrenador fue artífice del punto culminante de la historia de River.

bió críticas por aplausos. Montiel (21 años), Palacios (20), Martínez Quarta (22), fruto de las inferiores, lograron algo tan grande como el futuro que tienen por delante. Ponzio fue el emblema y corazón, el gran capitán. El desequilibrante “Pity” Martínez -el más determinante de los Superclásicos de la última década- mostró frialdad absoluta: pateó el penal contra Gremio como sólo lo hacen los elegidos. El genial “Juanfer” Quintero, de una zurda mágica, tuvo una actuación consagratoria, memorable, para cambiar el destino del partido más importante del fútbol argentino. Borré se ganó un lugar en base a sacrificio y goles importantes. Scocco fue otro jugador con un aura especial, de apari-

ciones rutilantes. Los dos delanteros estuvieron ausentes ayer. Pero alcanzó con Pratto, el traspaso más caro de la historia del club, que pagó cada dólar con interés en las finales. Todo propiciado por Gallardo, un DT con sangre riverplatense que ya pasó a la inmortalidad. El ciclo del “Muñeco” es fabuloso. Como el que condujo José María Minella entre 1952 y 1957, el de Labruna entre 1975 y 1980 o el de Ramón Díaz entre 1996 y 1999. Pero este tendrá un sabor especial por las dos Libertadores en tan poco tiempo y por el mágico 9 de diciembre de 2018. River siempre fue grande, pero nunca tanto como ahora. Y lo mostró al mundo entero n

Juanfer Quintero, el colombiano que “rompió” la final

“Busqué los espacios y decidí patear” El volante colombiano Juan Fernando Quintero, autor de un golazo que significó el segundo tanto de River que “rompió” la paridad de la final de la Copa Libertadores en el Santiago Bernabéu y encaminó al equipo de Gallardo en la victoria ante Boca por 3 a 1 para consagrarse campeón del máximo certamen del fútbol continental, aseguró anoche que buscó “los espacios” y decidió “patear para convertir”. “Busqué los espacios y decidí patear para convertir, ahora hay que celebrar por conquistar el título”, afirmó Quinteros al término del partido en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid, donde River obtuvo la cuarta Copa Libertadores de su historia. Esa búsqueda de los espacios para

El que enhebró la aguja. La celebración de Juanfer Quintero para su golazo, el que destrabó el partido. River ya manejaba los hilos, él encontró el hueco justo.

encontrar la mejor posición y el hueco indicado para seguir o patear fue “la marca en el orillo” de Juanfer Quintero en esta final, exactamente para lo que lo puso Marcelo Gallardo en el segundo tiempo en el Bernabéu. En declaraciones para Fox Sports, “Juanfer” añadió: “Era muy difícil, sabíamos lo complicado que es Boca, porque es muy táctico, pero empezamos a tocar para crear espacios y lo pudimos ganar, hay que celebrar”. Por último, el volante destacó la labor del equipo: “Somos 25 que tiramos para delante, los once y a los que les toca entrar, como a mí en este partido. Tengo que agradecer a mis compañeros por el esfuerzo. Ahora a festejar. Saludos a todo Colombia”. River le ganó ayer a Boca en tiempo suplementario por 3 a 1, tras igualar al término de los 90 minutos 1 a 1, en el encuentro desquite de la final de la Copa Libertadores, jugado en el estadio Santiago Bernabéu de Real Madrid n


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Mar del Plata, sábado 10 de febrero de 2018 LA CAPITAL

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Los sorpresivos campeones del año inaugural

Los húngaros del Vasas, de “infiltrados” a admirados Llegaron de un país comunista mirados con recelo por el gobierno de Onganía. Impresionaron con sus métodos y despojaron de la gloria a Racing y River. Checoslovaquia completó el cuadrangular en la flamante “capital nacional del fútbol” Por Juan Miguel Alvarez os húngaros del Vasas Budapest escribieron la primera gran historia del fútbol de verano en Mar del Plata. Fue en su año inaugural, 1968, cuando ingresaron al país pese a los obstáculos del gobierno de facto de Juan Carlos Onganía y festejaron en un torneo organizado para regocijo de River y Racing en el viejo estadio General San Martín. La ciudad ya era el centro de atención durante los primeros meses del año. José “Pepe” Piantoni y Samuel Ratinoff fueron los principales responsables para que Mar del Plata se constituyera también en la “capital nacional del fútbol”. Así, en la primera quincena de febrero gestionaron un cuadrangular con presencia de River y Racing, que se había coronado campeón mundial de clubes meses atrás. Para darle carácter internacional, completaron la nómina con la Selección de Checoslovaquia y el desconocido Vasas Budapest de Hungría, destacado en un octogonal reciente en Santiago de Chile. Bajo el gobierno militar de Onganía, resultó intrincado el ingreso de los representantes de países comunistas. Sobre todo en una época marcada por la Guerra Fría, en pleno conflicto bélico en Vietnam. No era un problema mayor la asistencia de los subcampeones mundiales de 1962 justo cuando se desarrollaba la Primavera de Praga -proceso político que buscaba dejar atrás los aspectos totalitarios del régimen soviético-, que se inició en enero de ese año y se extendió durante ocho meses, hasta su fin con la invasión de la URSS y los aliados del Pacto de Varsovia. Pero sí incomodaba la presencia del Vasas, club húngaro del Sindicato de Obreros Metalúrgicos, considerado políticamente de izquierda y apoyado abiertamente por el gobierno comunista húngaro. Por eso, el plantel tuvo que hacer un visado especial para entrar al país, con una rigurosa declaración de datos personales. Superados los obstáculos iniciales, el

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equipo magiar causó sensación y se quedó inesperadamente con la “Copa Ciudad de Mar del Plata”, donada por la Comisión Municipal de Turismo. Entrenamientos novedosos y la comparación Carrizo-Yashin Desde su llegada Vasas llamó la atención. Para la prensa local eran innovadores los entrenamientos en doble turno, en

nos Ermindo y Daniel Onega (2). Los húngaros observaron el partido en la tribuna. Y el defensor Kalmas Meszoly dio su impresión sobre River: “Pegan mucho y juegan poco. Solo el ‘viejito’ que estaba en el arco (por Amadeo Carrizo) y Ermindo Onega me gustaron”. Y se animó a comparar al histórico arquero riverplatense con la “Araña Negra” soviética, considerado todavía el mejor arquero de la historia: “Tienen la misma experiencia, pero creo que hay una leve diferencia

Arriba: Kenderesi, Bajos, Mathesz, Kálmán Mészöly y Somogyvári. Abajo: Molnár, Puskas, Farkas, Fister y Menczel. El Vasas Budapest que sorprendió a todos en Mar del Plata.

la Base Naval y Parque Camet: a la mañana hacían tareas aeróbicas y a la tarde fútbol. También dejó a todos boquiabiertos la entrada en calor previa a los partidos. “Vasas al ingresar sus hombres al campo presenta la novedad de no practicar con pelota frente al arco. Realizan movimientos gimnásticos y piques durante cinco minutos”, escribió LA CAPITAL. El inicio del torneo no resultó tal lo esperado. Porque en el preliminar a RiverChecoslovaquia, falleció un jugador de General Urquiza: Pedro Marcelo (28 años), quien sufrió un paro cardíaco. El fútbol siguió y en el plato fuerte de la noche el equipo de Núñez ganó 3-1 con goles de los herma-

en favor de Yashin”. Después, Vasas habló en la cancha. El equipo de camiseta roja, pantalones azules y medias blancas dio el primer batacazo con un 3-1 sobre el Racing de Agustín Cejas, “Quique” Wolff, “Coco” Basile, “Chango” Cárdenas y “Bocha” Maschio, entre otros. “De fútbol simple y veloz”, lo describieron los medios. Record, reventa, TV y un goleador bailarín Así llegó a la definición contra River, que marcó record de recaudación en un partido de fútbol en la ciudad, con

9.727.800 pesos (superando los 8.500.000 de un Boca-Peñarol en los días previos) por la venta de 16.000 entradas. Fue tal la expectativa que esa misma noche del 12 de febrero, cerca de la hora de inicio de la final, los boletos para ingresar a la cancha costaban 1.000 nacionales (el precio oficial era de 500) en la ¡reventa de entradas! Sí, ya existía cincuenta años atrás. Como también la disposición de horarios en base a la televisión: arrancaron a las 22.15 para que puedan verse en vivo en Buenos Aires por Canal 13. River apeló a la pierna fuerte y se quedó sin Cubilla. Vasas, con su clásico 4-24 (sistema que introdujo Hungría en 1954), aprovechó cada error rival y se quedó con un inapelable triunfo 3-0 en el partido decisivo. La gran figura del campeón fue Janos Farkas, quien ya tenía un nombre por sus apariciones goleadoras en la selección magiar: le había anotado un tanto a Brasil en el triunfo 3-1 del Mundial 1966, año en el que también convirtió cuatro goles en un amistoso con Francia. El ahora “niño mimado” del Vasas, sin embargo, no había pasado una feliz adolescencia bajo el gobierno comunista. También deseaba ser bailarín, actividad que le fue censurada por un tiempo. Recién después de casarse sí le permitieron dedicarle algún tiempo a la música y el baile, más allá de que ya había empezado a destacarse como futbolista, profesión que no abandonó. Fue el mejor momento histórico del equipo de Budapest, que saltó a la fama en los ‘50 con el famoso entrenador Lajos Baroti (dirigió los Mundiales de 1958, 1962, 1966 y 1978), con el que obtuvo su primera liga en 1957, año en el que fue eliminado por Real Madrid en las semifinales de la Copa de Europa. En los ‘60 vivió su etapa de gloria, con los títulos de 1961, 1962, 1965 y 1966. Ganó una vez más en 1977 y después perdió protagonismo cuando cambió el régimen. Aquí dejó su huella en el primer año del fútbol de verano. Llegó como “infiltrado” y se fue de Mar del Plata por la puerta grande ●


Mar del Plata, viernes 25 de mayo de 2018 26 | Suplemento 113 Aniversario diario LA CAPITAL

Sus camisetas lucieron en la Copa del Mundo 1978

El día que Kimberley le “salvó la ropa” a Francia El seleccionado galo se olvidó su indumentaria tradicional en Capital Federal y debió conseguir otra de urgencia, minutos antes del partido con Hungría. El club marplatense salió al rescate y vistió a los europeos. Los detalles de una historia insólita. Por Juan Miguel Alvarez

- “¿Camiseta blanca?”, preguntó Henri Michel. - “Sí, blanca”, respondió András Törocsik. Este diálogo, en un inglés elemental, se dio a las 13.15 del 10 de junio de 1978 en el estadio de Mar del Plata, durante el precalentamiento de Francia-Hungría. Desde entonces, el partido más intrascendente del Mundial de Argentina se convirtió en uno de los más recordados, por una historia irrisoria. Y con un protagonista inesperado: el Club Atlético Kimberley. Fue el quinto encuentro de los seis disputados en esta ciudad. Por el desarrollo del campeonato, el de menor importancia, ya que Francia y Hungría llegaron a la tercera fecha del Grupo 1 sin chances de clasificar, debido a las derrotas previas con Argentina e Italia. Eso se vio reflejado en la convocatoria: pagaron entrada apenas 23.127 espectadores, pese a que se realizó un sábado. El seleccionado magiar esperó el choque hospedado en el Hotel N°1 de la Unidad Turística de Chapadmalal. Los galos llegaron a la ciudad desde Capital Federal el día previo, en un Fokker 128 TC53 de la Fuerza Aérea Argentina, y se instalaron en un hotel ubicado sobre la calle Tucumán, entre Almirante Brown y Falucho. El entrenador francés Michel Hidalgo anunció con antelación que, debido al cansancio, cinco habituales titulares estarían en el banco de suplentes: Maxime Bossis, Henri Michel, Michel Platini, Bernard Lacombe y Didier Six. Y, con los cambios, provocó algo poco común en la Copa del Mundo: que los 22 convocados actúen en al menos un partido. Pero eso no sería lo más inusual de su segunda y última incursión por Mar del Plata. Media hora antes del inicio, cuando los protagonistas hacían los movimientos precompetitivos con buzos, Henri Michel notó el color del cuello de Törocsik. “Francia juega de blanco”, afirmó el capitán del FC Nantes, a lo que recibió como respuesta un contundente “no, Hungría”. Las delegaciones se dirigieron al vestuario de Armando Coelho para despejar las dudas. Allí, el árbitro brasileño le informó al seleccionado galo que debía

Trésor, con la 8 de Kimberley, gana en lo alto. El defensor era entonces uno de los jugadores más reconocidos en el mundo.

usar su camiseta de color azul. El yugoslavo Mijailov Andreivich, miembro del comité ejecutivo de FIFA, lo avaló de acuerdo a la circular enviada a los equipos a principios de mayo. En ese momento el dirigente de la Federación Francesa, Henri Patrelle, se percató de un error que le costó el puesto: tomó como referencia una nota de febrero y no leyó el texto que cambiaba las primeras instrucciones. En condiciones normales, eso no era un problema mayor. Pero Francia se había olvidado su indumentaria tradicional en Capital Federal. En consecuencia, los galos le pidieron a los húngaros que cambien las suyas, pero estos habían dejado sus casacas rojas en Chapadmalal, a 30 kilómetros de distancia. Al menos, eso dijeron. Años más tarde, Michel Hidalgo puso en duda la buena voluntad de sus rivales. El árbitro Coelho, en tanto, deslizó otra teoría: “La historia que se comentaba en los vestuarios aquel día era que Francia se había sentido agraviado por la derrota con Argentina y, en venganza, no tomó el uniforme de reserva”. Cualquiera sea el motivo del olvido, la

situación puso a Kimberley en los ojos del mundo. Kimberley, al rescate Francia debía buscar otras camisetas, con el horario del partido ya muy cercano, el público impaciente en las tribunas y los canales de TV de todo el mundo modificando su programación. De no conseguirlas, el bochorno sería mayor, ya que el partido no se podría jugar y los puntos quedarían en poder de Hungría. Boca, club ubicado a pocos metros del estadio, estaba cerrado. Entonces, Mario del Rosso, vicepresidente de la Liga Marplatense de Fútbol, ofreció una solución: jugar con las casacas de Kimberley. Le hizo el pedido con urgencia a Luis Nicolai, presidente de la Comisión de Fútbol del club albiverde. Finalmente, el directivo Carlos “Pocho” Cubero (tío de Fabián Cubero, el jugador de Vélez) y el utilero Agustín Vallejo salieron desde el estadio rumbo a la sede de Independencia 3030 en un Ford Falcon que el primero usaba habitualmente como taxi. Como era sábado, el escaso tránsito ayudó para hacer los 5 kilómetros (entre ida y vuelta) con mayor celeridad.

Sin las llaves del “guardarropa” en mano, Vallejo tuvo que romper un candado para acceder a la indumentaria. Y pudo tomar el juego con bastones blancos y verdes, con números negros y sin escudo, que finalmente utilizó Francia. Inusual demora La inédita situación provocó la demora del inicio por 40 minutos. El partido arrancó 14.25 ante un público que pasó de la impaciencia (con el golpeteo de manos y los silbidos) al asombro por la vestimenta y los aplausos de aprobación por el juego. El partido que menos gente convocó en Mar del Plata fue el más atractivo, con dos equipos que se brindaron al espectáculo sin nada que perder. Todos los goles se anotaron en el primer tiempo. Christian López y Marc Berdoll adelantaron a Francia, Sandor Zombori marcó el descuento y Dominique Rocheteau -el 18 que jugó con la 7- puso el 3 a 1 definitivo. Para el segundo tiempo apareció en cancha Michel Platini y también una bandera blanca y verde en la tribuna, con simpatizantes que alentaron sin parar a Kimberley. O a Francia. Esa tarde fue lo mismo ■

Un número en la espalda, otro en el pantalón

Claude Papi era el 12 en la lista de FIFA, pero como Kimberley no tenía ese número aprovechó para jugar con el 10, más adecuado a su juego.

Pero hay otro detalle interesante dentro de esta curiosa historia. Aquí los números iban del 1 al 16 y como los arqueros usaban el 1 y 12, había solo catorce juegos para prestar (del 2 al 11 y del 13 al 16). Con 22 convocados, Francia tenía 19 futbolistas disponibles (sin contar los tres arqueros, que obviamente tenían otra indumentaria). Así, solo lucieron la verde y blanca los diez jugadores de campo titulares y los dos que ingresaron luego: uno de ellos Platini, con la 15. Entre los once de salida, Hidalgo incluyó a Dominique Rocheteau y Olivier Rouyer, quienes estaban inscriptos con

el 18 y 20 en la lista de FIFA. Kimberley no tenía numeración tan alta, por lo que con permiso del árbitro -que se guió por los números de los pantalones azules franceses- utilizaron la 7 y 11, respectivamente. El destino le hizo un guiño a Claude Papi, quien jugó ese día su único partido en un Mundial. Debía hacerlo con la camiseta 12, pero ante esta situación se puso la 10, que tenía mucho más que ver con su estilo de juego. En tanto, el segundo ingresado desde el banco, Didier Six, tenía el número 19 en los cortos pero el 6 en la espalda ■


Mar del Plata, viernes 25 de mayo de 2018 Suplemento 113 Aniversario diario LA CAPITAL

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Una reliquia en FIFA, muchos tesoros perdidos

El misterioso destino de las camisetas Por J.M.A.

as camisetas de Kimberley que utilizó Francia en el Mundial 1978 son tesoros perdidos. Recién hace un par de años se recuperó una, que pasó a un sitio que visitan diariamente los amantes del fútbol: el museo de la FIFA en Zurich, Suiza. ¿Donde están las otras trece prendas? “Se las regalaron a los franceses”, fue una de las leyendas desde entonces a este tiempo. Sin embargo, hay pruebas que indican que los catorce juegos (con números del 2 al 11 y del 13 al 16) regresaron al club marplatense. “En ese entonces la situación económica no era como para entregarlas y comprar otras”, deslizó Héctor “Filo” Nocelli, actual presidente de Kimberley, quien en 1978 ya colaboraba con la institución más allá de su vínculo sentimental. “No tengo certeza de lo que se hizo con ellas. Lo que puedo asegurar es que volvieron a la sede. Recuerdo el momento en el que las trajeron al club para lavarlas después del partido. Yo saqué una al azar toda transpirada para verla y justo era la ‘8’ del famoso Marius Trésor (ndr: nombrado por Pelé en 2004 como uno de los 100 mejores jugadores de la historia)”, relató Gustavo Mateo, otro hombre que conoce cada rincón del club como el patio de su casa. Claro que nadie en el círculo kimberleño tiene claro cuál fue el destino de esas camisetas que hoy serían consideradas verdaderas reliquias. “En ese momento, cuarenta años atrás, no se tomó dimensión de la trascendencia que tenía el hecho”, admitió el ex mandatario Jorge Falcone. “Nos sentíamos orgullosos, pero quedó en eso. Después jugamos el campeonato local y se fueron perdiendo”, agregó Nocelli. La teoría más aceptada en la calle Independencia es que se siguieron usando hasta desaparecer. Sin embargo, ningún jugador de aquella época contactado por este medio (Miguel Benítez, Blas Goyena, Luis José Fortunato, Horacio Espatolero) tiene

L Foto AFP

Michael Platini, de los mejores futbolistas de la historia, jugó en Mar del Plata con la 15 de Kimberley.

Un episodio similar, 23 años después Una historia similar, con protagonistas en común, ocurrió durante el Mundial Sub 20 del año 2001 en Mar del Plata. El seleccionado juvenil de Francia volvió a tener problemas con su indumentaria y quien aportó la solución fue nuevamente Carlos “Pocho” Cubero, el mismo que en 1978 llevó en su auto las camisetas de Kimberley al estadio para que los galos puedan jugar ante Hungría. Un día antes del debut del Mundial Sub 20 contra Irán, Francia abrió las cajas de FIFA y comprobó que las camisetas no tenían los números ni nombres marcados. El propio Cubero, ahora trabajando en la organización, envió las camisetas a lo de su amigo Hugo Santiago, quien un domingo se debió encargar de toda la marcación en su planta del Parque Industrial de Mar del Plata. Esa vez Francia no necesitó jugar con la albiverde de Kimberley. Pero sí de la gestión de Cubero, su “salvador” ■

Argentina de amarillo, uno de los antecedentes Francia en Argentina 1978 no fue el único caso de una selección con una indumentaria ajena durante una Copa del Mundo. Hubo otras cinco situaciones similares, una de ellas protagonizada por Argentina vistiendo de amarillo. El primer antecedente ocurrió en Italia 1934. Alemania y Austria salieron a jugar el partido por el tercer puesto con camiseta blanca y pantalón negro. La única diferencia estaba en las medias, ya que las germanas tenían una franja blanca más ancha. Con Alemania 2-0 arriba, en el entretiempo los austríacos le pidieron al presidente del club Nápoli -donde se jugó el partido-, Vincenzo Gavarese, sus camisetas celestes. Más allá del cambio, sin su figura Matthias Sindelar, el “Wunderteam” (equipo maravilla) cayó 3 a 2. En Brasil 1950, México y Suiza jugaron el último partido del Grupo 1 en Porto Alegre, sin chances de avanzar a la fase final del torneo. Los centroamericanos salieron con uniformes granates -todavía no vestían de verde- y los europeos de rojo. Por la confusión que se podía generar, el árbitro sueco Ivan Eklind demoró el inicio 25 minutos. Cuando se consiguieron camisetas de color blanquiazul del club local Cruzeiro (que no es el de Belo Horizonte, ganador de dos Libertadores), el juez realizó un sorteo. Ganaron los aztecas, quienes extraña-

mente eligieron cambiar ellos la indumentaria. En Suecia 1958, Argentina debutó con una camiseta cedida por el club local IFK Malmö (no el Malmö FF que suele jugar Champions). En este caso, el pedido fue por la televisión, ya que los dirigidos por Guillermo Stábile llevaron solo la celeste y blanca, mientras que los últimos campeones mundiales utilizaron la blanca. De amarillo, Argentina cayó 3-1. Pero no fue cuestión de colores, porque después con la camiseta tradicional se consumó el “desastre de Suecia” con el 6-1 propinado por Checoslovaquia. Finalmente, Costa Rica cambió en Italia 1990 por elección propia. Como su segundo compromiso frente a Brasil estaba pautado en Turín, los “ticos” sorprendieron con el uniforme del Sport La Libertad, club desaparecido. Con bastones negros y blancos, similar a Juventus, los centroamericanos buscaron el apoyo de los espectadores, por idea del entrenador Bora Milutinovic. Y a pesar de la derrota por un ajustado 1-0, cuatro días más tarde volvieron a emplear la misma camiseta en Génova y superaron 2-1 a Suecia, logrando la clasificación a octavos de final en su primera participación ecuménica. Que se repita una situación similar en la actualidad, con los millonarios contratos de las marcas que visten a las selecciones, parece algo imposible ■

La “5” de Kimberley que usó el francés Francois Bracci junto a la naranja del holandés Ruud Krol y la albiceleste de Américo Rubén Gallego. Piezas del Mundial ‘78 en el museo de FIFA.

una similar en su armario. De hecho, veinte días después de aquel Francia-Hungría comenzó la Liga Marplatense 1978. En la jornada del debut Kimberley ganó los puntos por no presentación de Defensores del Puerto (fusión entre Aldosivi, Talleres y Banfield). A la semana siguiente, goleó 6-2 a Quilmes. Ese día vistió una camiseta con mangas cortas, números blancos y el escudo de Kimberley. Muy distinta a la que utilizó Francia: con mangas largas, números negros y sin escudo. El equipo entonces dirigido por Roberto José “Turco” Saba se consagró campeón en octubre, tras un recordado partido ante Alvarado (3-3) un miércoles a la noche. Los hinchas ingresaron al campo y despojaron a los jugadores de sus camisetas, que tampoco eran las mundialistas. En diciembre Kimberley estrenó otro juego para un amistoso contra la Selección Juvenil Argentina dirigida por César Luis Menotti (que al año siguiente se consagró campeona del mundo en Japón), sin la presencia del lesionado Maradona. Pero esas eran de color totalmente blanco, con el escudo. ¿Entonces las usaron sólo para entrenar? Puede ser. Sin embargo, Carlos Stufano, hombre importante para echar luz sobre esta historia, recibió una de manos del utilero Agustín Vallejo después del partido. “Manzanita”, como es conocido, trabajaba entonces junto a su padre en el kiosco de diarios ubicado sobre Independencia y Alvarado, a pocos metros de la sede del club. Su fanatismo lo llevó a coleccionar camisetas de Kimberley desde 1969. Entre las cuarenta que fue juntando a través del tiempo, una fue precisamente la del Mundial 1978. “Vivía práctica-

mente en el club. Estaba más ahí que en mi casa. Y para ese año era miembro de la Subcomisión de fiestas. Lo que recuerdo es que me dio la camiseta Vallejo. Como la recibí la dejé en un cajón de mi casa. Jamás la usé”, reveló. “Yo le daba el mismo valor que al resto de las camisetas. La más importante para mí fue la primera que guardé, la de (Vicente Héctor) ‘Pancho’ Lombardo, tras el campeonato de 1969. Hace unos años ‘Filo’ Nocelli me comentó que FIFA buscaba una del partido del Mundial y por eso la doné”, comentó. La número “5” que guardó Stufano fue utilizada el 10 de junio de 1978 por Francois Bracci. Y desde febrero de 2016 forma parte del museo que inauguró la FIFA en Zurich. La verde y blanca acompaña a otras dos prendas codiciadas de la Copa del Mundo 1978: la albiceleste de Américo Rubén Gallego y la naranja del holandés Ruud Krol. Vallejo, quien llevó las camisetas a la cancha y después las recibió, falleció en 2001. Su hija Lilian, contactada por este medio, expresó haber guardado una durante mucho tiempo. “Se perdió en una mudanza”, admitió. “Tenía la firma de Platini”, agregó la mujer que ese 10 de junio acompañó a su padre al estadio para ver Francia-Hungría. Margarita Iglesias, esposa de Agustín Vallejo, también recuerda haberlas tenido en sus manos, ya que muchas veces se ocupó de lavarlas. Pero actualmente no hay rastros de ellas. Pueden estar todavía en uso, en alguna cancha de “papi”. O, con mayor probabilidad, en el fondo de un placard. Sus dueños quizá ni saben que fueron usadas por Platini, Trésor, Bossis o Rocheteau. Son verdaderos tesoros perdidos ■


22I LA CAPITAL I Mar del Plata, sábado 10 de febrero de 2018 El inolvidable gol de Francescoli en el River 5 -Polonia 4

Testigos de una chilena inmortal Mar del Plata disfrutó un partido memorable, con un final de película. El equipo de Héctor Veira ganó con tres goles en los últimos ocho minutos. Se quedó con la Copa de Oro y después con todo lo que jugó en el 1986. La historia de ese partido y el recuerdo de algunos protagonistas. Por Juan Miguel Alvarez

RIVER Nery Pumpido Jorge Gordillo Jorge Borelli Oscar Ruggeri Alejandro Montenegro Héctor Enrique Américo Gallego y Norberto Alonso Luis Amuchástegui Enzo Francescoli Roque Alfaro DT: Héctor Veira

5-4

POLONIA Jacek Kazimierski Krzysztof Pawlak Romano Wojcicki Waldemar Matysik Kazimierz Przybys Andrzej Buncol Jan Urban Ryszard Tarasiewicz Dariusz Dziekanowski Miroslaw Okonski Krzysztof Baran DT:Antoni Piechniczek

Goles: en el primer tiempo, 37’ Alonso; en el segundo tiempo, 4’ y 9’ Dziekanowski, el primero de tiro libre y el segundo de penal, 7’, 38’ y 46’ Francescoli, 22’ Wojcicki, 28’ Buncol y 44’ Ramón Centurión. Cambios:en el segundo tiempo, en el inicio, Jozef Wandzik por Kazimierski y Zgutczynski por Okonski, 32’ Ramón Centurión por Alfaro, 40’ Villazán por Gordillo, 41’ Waldemar Waleszczyk por Dziekanowski y 44’ Karabín por Amuchástegui. Incidencias: en el segundo tiempo, 31’ expulsado Przybys y 32’ expulsados Jorge Borelli y Zgutczynski. Cancha:estadio Ciudad de Mar del Plata. Arbitro:Abel Gnecco. Recaudación:122.576 australes por la venta de 23.492 entradas.

nzo Francescoli inmortalizó uno de los mejores espectáculos contemplados en la ciudad. Su formidable chilena para el inolvidable 5 a 4 del River Plate de Héctor Veira sobre la por entonces poderosa Selección de Polonia, en el estadio Ciudad de Mar del Plata, es la figura que mejor ilustra los 50 años del fútbol de verano. La definición escultural ocurrió un 8 de febrero de 1986 en el ahora denominado José María Minella. Fue un final digno de un cuento de Roberto Fontanarrosa para un partido de nivel superlartivo, con lindos goles y vuelcos impensados en el marcador. Polonia, River y Boca protagonizaron ese triangular. El seleccionado europeo, tercero en el Mundial de España 1982, estaba en la última etapa de su preparación para México 1986. Ostentaba futbolistas de imponente porte físico y muy veloces, especialmente aptos para el contraataque. Por impedimento de sus clubes, no viajaron a Mar del Plata dos de sus estrellas: el arquero Jozef Mlynarcyk (Porto) y el mediapunta Zbigniew Boniek (Roma), considerado uno de

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Jozef Wandzik, el arquero de la selección polaca

“Esa noche no pude dormir” Jozef Wandzik es uno de los grandes arqueros que tuvo Polonia. Figura entre los cinco futbolistas con más presencias en ese puesto en el seleccionado (52) y fue quien dejó más veces la valla invicta (25). Pero le tocó vivir una experiencia que lo marcó para siempre, ser protagonista en la derrota 5-4 ante River, con cuatro goles recibidos en 45 minutos, el más famoso de chilena de Enzo Francescoli. “Esa noche no pude dormir”, admitió 32 años después consultado especialmente por LA CAPITAL. En 1986 Wandzik ya era una promesa, sobre todo por la muy buena actuación en el Mundial Sub 20 tres años antes. Pero con apenas un partido oficial disputado con la selección de Polonia un par de meses antes y con dos arqueros encima suyo en la consideración del entrenador, llegó a Argentina con la ilusión de sumar minutos y ganarse el pasaporte para el Mundial de México. El habitual titular, Jozef Mlynarczyk, no viajó a la gira por impedimento de su club, Porto de Portugal.

Entonces, Jacek Kazimierski salió a la cancha con el “1”. Claro que en la primera mitad no respondió bien en el gol de Norberto Alonso y en el complemento se quedó en el banco de suplentes. Wandzik, de 22 años, estaba feliz por la oportunidad ante semejante marco en el estadio Ciudad de Mar del Plata. Desconocía entonces, que ese flaco delantero rival de andar armonioso, Enzo Francescoli, estaba a punto de “frotar la lámpara”. En una de las primeras acciones, ya se encontró frente al “Príncipe”. Intentó taparlo abajo, pero el uruguayo lo engañó con un toque sutil desde corta distancia. Después, Enzo lo ajustició, también desde la izquierda, con un zurdazo potente que ingresó junto al ángulo, en el primer palo. La mayor responsabilidad de Wandzik fue en el gol del 44, el de Centurión, quien lo anticipó con un cabezazo dentro del área chica, tras un tiro de esquina. Pero nada pudo hacer con el

magnífico Francescoli, sólo ser testigo de su mejor obra, una impresionante chilena. “Enzo Francescoli, el mejor”, describió el arquero cuando se le consultó por el ídolo riverplatense. Sobre aquel partido, Wandzik recordó: “Esa noche no pude dormir. Sin embargo, hay que decir que Enzo (Francescoli) demostró toda su clase en ese gol”. Y, más allá del sufrimiento de entonces, hoy tiene “grandes recuerdos de ese torneo, porque todavía era un arquero muy joven”, según confesó ante este medio. Finalmente Wandzik viajó a México y, como Uruguay con Enzo, Polonia quedó en el camino en octavos de final. Si bien no pudo jugar la competencia ecuménica, después se hizo dueño del arco de Polonia durante casi una década. Además, es considerado por muchos como el mejor arquero extranjero en la historia de la liga de Grecia, donde brilló para Panathinaikos. Pero, en su extensa carrera, jamás olvidó ese gol que le hizo Francescoli, quien le despertó una gran admiración ●

Ricardo Centurión se anticipa a Josef Wandzik. Fue el gol del 4-4.

los mejores jugadores de la historia de su país, con la particularidad que actuaba mejor en los partidos nocturnos (por eso lo apodaban “El bello de noche”). En su presentación no le sobró nada, pero Polonia venció 1-0 a Boca Juniors con gol de Dziekanowski. Si bien la Copa de Oro se disputó en medio de la competencia oficial, River llegó con la tranquilidad de ser el líder del torneo local con diez puntos de ventaja. Ese fin de semana tuvo fecha libre, tras cinco victorias consecutivas: una de las más recientes, también un 5-4 sobre Argentinos Juniors. Por eso, Veira puso lo mejor a disposición para el choque contra Polonia, disputado un sábado, en la primera noche de carnaval, con las tribunas cubiertas al setenta por ciento de su capacidad. El partido se jugó muy fuerte, pese a tener carácter de amistoso. Norberto Alonso, de media distancia, adelantó al elenco riverplatense en un primer tiempo que no salió de la normalidad. Claro que el complemento fue mucho más atractivo. Dziekanowski empató con un tiro libre y River se puso al frente nuevamente mediante una lujosa jugada colectiva que culminó Francescoli con un toque sobre el arquero. Desde entonces, los polacos mostraron una enorme efectividad y concretaron cada vez que llegaron al arco de Nery Pumpido, quien en esa jornada no mostró la seguridad habitual. Dziekanowski igualó de penal tras una mano de Oscar Ruggeri, Wojcicki lo dio vuelta luego de una falla del arquero y Buncol hizo el cuarto con un perfecto remate “bombeado”. Remontada increíble La función de verano ya había pagado la entrada. Por eso, con Polonia arriba 4-2 muchos comenzaron a retirarse del estadio. Norberto Alonso, incrédulo, no paró de alentar a sus compañeros. Para el árbitro Abel Gnecco la historia ya estaba resuelta, según comentó posteriormente a este medio. Mientras, Veira no se resignó y le pidió airosamente a los jugadores que vayan al ataque. Un futbolista clave para la remontada, más allá de Enzo, fue Ramón Centurión. El delantero ingresó pasada la media hora

del complemento para hacer su debut en River, dispuesto a hacer olvidar rápidamente su reciente paso por Boca. A los 38’ inició una réplica veloz y, al ingresar a la medialuna del área, de taco le dio la pelota a Héctor Enrique, quien abrió a la izquierda para el ingreso de Francescoli, cuyo zurdazo ingresó al ángulo. Seis minutos después, tras un tiro de esquina, Centurión se anticipó al arquero y de cabeza marcó el empate 4-4. “Esa fue una de mis noches más alegres en el fútbol. Algo que no viví más”, expresó entrevistado por LA CAPITAL quien ese año experimentó los momentos más felices y tristes de su carrera: resultó el goleador “millonario” en la consagración de la Libertadores y fue suspendido por doce meses tras un doping positivo por consumo de metanfetamina. “Yo recién había llegado a River, al que considero mi segundo equipo después de Unión, del que soy hincha. Me habían recibido bárbaro en Mar del Plata y estaba en el banco en ese partido ‘picante’ contra Polonia. Nosotros queríamos ganar, por más que era un torneo de verano. Entré y pude intervenir en varias jugadas y goles. Fue increíble, lo máximo”, relató Centurión. Para la historia Todavía no se había visto todo. Faltaba la mejor obra del “Príncipe”. A los 46’ Gallego sacó un tiro libre corto, Alonso envió el centro pasado y Ruggeri cabeceó la pelota hacia el centro para el ingreso de Francescoli. El uruguayo infló el pecho para elevar el balón, giró, arqueó el cuerpo en el aire y ejecutó la bella chilena que se repitió tantas veces los años posteriores. “La preparó, la midió, la dejó para la historia”, narró Carlos Asnaghi, el relator principal de Canal 13. “Fue, probablemente, el gol más bello que la Selección de Polonia haya recibido alguna vez”, describió tiempo después el diario Polsat Sport de Polonia. Entre los testigos más cercanos había dos alcanzapelotas que después hicieron un nombre en el fútbol. Uno es nada menos que Mariano Mignini, quien tenía 10 años y jugaba en las inferiores de Kimberley. “Tuve la posibilidad de estar atrás del arco y aparezco en un video de ‘River inolvidable” cantando el gol.


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La tragedia de haber ido a la cancha y no haberlo visto Por Fernando del Rio

La chilena de Francescoli contra Polonia. Esa foto fue la tapa de la revista El Gráfico. .

Año dorado de River

Francescoli se retira acompañado por los alcanzapelotas. El que está a su izquierda es Mariano Mignini (tenía 10 años), el marplatense que llegó a Primera y hoy es DT. Y a su derecha aparece Damián García (11), otro reconocido entrenador de la ciudad. Un hallazgo.

Tengo recuerdos imborrables. El hecho de estar al lado de los jugadores y sacarme fotos, es todo lo que uno sueña desde chico”, manifestó el ex mediocampista (hoy DT de Kimberley), quien años más tarde, jugando para Chacarita en Primera División, se enfrentó a otras tantas figuras dentro de la cancha. Otro pequeño que vio a muy pocos metros el gol fue el actual entrenador Damián García. “Es algo inolvidable para mí. Tenía once años y estaba detrás del arco donde Enzo hizo esa maravilla. Estar tan cerca de los jugadores que marcaron mi infancia, en un partido

que quedó en la historia riverplatense y ver, en el mejor palco posible, un gol inmortal, fue hermoso. El sueño del pibe cumplido por un hincha”, contó quien actualmente dirige Independiente de San Cayetano. Las miles de almas que presenciaron la proeza desde la tribuna tampoco podrán olvidar esos instantes de felicidad plena. “Estaba en la platea descubierta. Terminé como diez escalones más abajo, abrazándome con gente desconocida. Fue tal el festejo que perdí la radio de mi suegro y mis anteojos”, contó Roberto Ganguzza. Pero no sólo lo disfrutaron

Tres días más tarde al encuentro contra Polonia y con un equipo conformado con habituales suplentes, River derrotó 1-0 a Boca gracias al tanto de “emboquillada” de Néstor Gorosito ante la salida de Hugo Gatti y se adjudicó la Copa de Oro de Mar del Plata. En marzo el “millonario” dio la vuelta a falta de cinco fechas para el final del torneo 85/86 y, al mes siguiente, ganó otra vez el clásico: el recordado 2-0 en La Bombonera con goles de Norberto Alonso con la pelota naranja. Enzo Francescoli ya no jugaba porque estaba con Uruguay en su preparación para el Mundial. Después, fue vendido a Racing de París. Igual River completó el mejor año de su historia, logrando posteriormente la Libertadores y la Intercontinental. Polonia se despidió de Argentina con un triunfo 1-0 sobre Racing de Avellaneda y después igualó en un amistoso internacional 2-2 con Uruguay, sin Francescoli. En el Mundial de México, el seleccionado de europa oriental no pudo repetir el rendimiento de España ‘82 y quedó eliminado en los octavos de final a manos de Brasil ● los hinchas riverplatenses. “Fue la primera explosión de un estadio que recuerdo. Tenía 10 años. Pude ver en línea recta cómo entró la pelota al arco”, detalló Andrés Ellena, santafesino hincha de Unión que, como tantos otros, pasaba sus vacaciones en “La Feliz”. Los que decidieron irse antes, todavía lo lamentan (ver aparte). Lo cierto es que River y Polonia ofrecieron un espectáculo mayúsculo, inolvidable. Y la chilena de Enzo Francescoli enamoró a todos. Dicen que los amores de verano son los más recordados. Y algunos, como en este caso, son eternos ●

En febrero del ‘86 tenía 13 años y me gustaba el fútbol mucho más que ahora que tengo 45. Me ilusionaba jugarlo y soñaba alguna vez con hacerlo en el Mundialista, con gente, con hinchada. Pero mientras tanto debía conformarme con mirar a los mejores hacerlo por mí. No era poco, mucho menos si los podía ver de cerca, gratis y hasta ganando mis primeros pesos. Por eso, con mi hermano y mis amigos, esperábamos con agitación los torneos de verano y por eso nos anotábamos como acomodadores. Aquella noche nadie podía presumir gloria ni leyenda. Apenas era un partido más. Ni siquiera era un Superclásico. Jugaban River y la selección polaca, que ya no era la de Lato. La expectativa mía, supongo, era un partido de poca recompensa. En los bolsillos. En el juego, con aquel River siempre algo había para ver. Claro que con el extraño y entonces inimaginable escenario de tribunas con hinchas de un solo equipo, todo se atenuaba. ¿Con cuánto fervor podía gritar un delantero los goles de ese partido? ¿De dónde nacerían las emociones? Mi sector de “trabajo” era el que hoy ya no se utiliza, ese en la platea descubierta central, debajo del pebetero, ese que desde hace unos años lo vació la grieta entre los violentos. A las siete ya estábamos ahí, vestidos con un uniforme cedido por la empresa Recova que era un jogging blanco al que mi vieja le había cosido un bolsillo interno para que guardara la propina. Habíamos llegado en la chata del padre de mi hoy colega Marcelo Marcel y ya sabíamos que nos pasaba a buscar después. Después... No recuerdo si hubo gente -parece que sí-, si hubo propina, si hubo partido preliminar que nos ayudara a que la espera no fuera tan tediosa. Tampoco recuerdo nada de River, ni de Polonia. Ni los goles, ni la hinchada, ni ese saco celeste del Bambino. La memoria es así de canalla, tan fresca con los malos recuerdos y tan nebulosa con los buenos. Lo que sí recuerdo es que, como en todos los partidos, a falta de 10 minutos mi hermano -mayor- me dijo que fuéramos yendo. -Vamos yendo -escuché y acaté. Al rodear las tribunas, de camino a la salida Sur, cada tanto relojeábamos entre la gente y así vimos el tercero de River. De Francescoli, que ni lo gritó y salió apurado a la mitad de cancha. Tan apurado como nosotros. Esperamos unos minutos a que nos dejaran salir y fuimos hasta la chata. En el camino el estadio gritó otro gol. El de Centurión. En la camioneta nos esperaba el padre y el hermano de Marcelo Marcel. El, fanático de River, no estaba. “Se vuelve con el Hugo. Vamos”, dijo y arrancó el motor. Las convulsiones de la Rastrojera se mezclaron con el estruendoso bramido del estadio. “Se lo ganó River”, dijo alguien en el colmo de la obviedad. Tal vez fui yo y también tal vez me consolé anhelando que el gol haya sido de chiripa, de rebote, en orsai. Uno de esos que no valieran la pena de habérselo perdido ●


24I LA CAPITAL I Mar del Plata, sábado 10 de febrero de 2018 Francescoli recuerda su chilena en Mar del Plata

“Ese gol quedó en la memoria de mucha gente” El protagonista principal del triunfo de River 5-4 sobre Polonia en 1986 habló de la jugada histórica, el equipo de Veira y sus veranos en esta ciudad, en una entrevista con LA CAPITAL. Por Juan Miguel Alvarez nzo Francescoli es uno de los máximos ídolos de River. Como tal, dejó hermosos recuerdos en el corazón del hincha. Para quienes estuvieron en el actual estadio José María Minella la noche del 8 de febrero de 1986, hay uno que jamás podrá borrarse: la chilena a Polonia para el 54 del torneo de verano. “Ese gol quedó en la memoria de mucha gente”, expresó el uruguayo en una nota con LA CAPITAL, que lo metió en la máquina del tiempo para revivir una de sus grandes proezas. Ya pasaron 32 años de aquella obra maestra. Pero esa imagen, ese momento, permanece tan vivo que parece que fue ayer. Quienes estuvieron pueden dar detalles de la chilena desde todos los ángulos posibles. Algunos aseguran que fueron los segundos de mayor alegría en sus vidas. O, al menos, pocas veces la exteriorizaron tanto. Francescoli también tiene un déjà vu constante. Desde entonces no se dejó de invocar esa jugada. Es referencia ante cada definición similar, más allá que muy po- La foto de LA CAPITAL, publicada en cas chilenas lograron seme- su edición del 10 de febrero de 1986, con una inscripción que ya jante grado de belleza. Y casi anticipaba que era un gol para la perpetuidad. ninguna su valor emocional.

las veces la pelota se va a la tribuna, pero cuando entra es muy lindo.

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- ¿Qué sentís cuando todavía tanta gente recuerda ese gol tuyo?

- La verdad siento un orgullo enorme. A medida que pasa el tiempo y se hace todo más lejano, esta historia de la chilena en Mar del Plata se hace más importante. Ese gol quedó en la memoria de mucha gente. Para mí obviamente siempre está presente.

- ¿Más allá de esa jugada, qué recuerdos te vienen a la cabeza del partido con Polonia?

- Al principio íbamos ganando. Pero pasada la mitad del encuentro Polonia se nos vino encima y nosotros nos descuidamos. Estábamos perdiendo 4-2, faltaban 10 o 15 minutos. Creo que esa chilena quedó tan grabada por el vértigo del final y cómo terminó el partido. Fue un encuentro atí-

- Sin duda. En las dos épocas en River tuve la suerte de integrar grandes equipos. Ese del 85/86 que terminó siendo campeón del mundo era contundente. Jugaba muy veloz, salía rápido de atrás hacia adelante y era goleador. Es un equipo que recuerdo muchísimo.

- Cuando viniste ese verano estabas pasando por un gran momento personal, justo antes del salto a Europa... Enzo Francescoli, ya como manager de River, mirando un partido del fútbol de verano en el José María Minella.

- La verdad que no. Pero fue una jugada de la que me habló gente del fútbol después, no solo los hinchas. También jugadores de otros equipos, en distintos momentos. Es una definición bastante espectacular, por eso quedó en la retina de muchos. - ¿Te acordás cómo fue el festejo o qué te dijeron tus compañeros?

- Lo que me dijeron no. En esos momentos de asombro uno no escucha ni ve mucho lo que está sucediendo. Sí me acuerdo que salí para cualquier lado, quería llegar lo más cerca posible de la gente, porque el estadio estaba lleno. Entonces arranqué para el lado en el que estaba el banco de suplentes de River y en el camino me encontré con Karabín (ndr: zaguero central que ingresó los últimos minutos del partido). Me le tiré arriba y, como tenía mucho más físico que yo, me aguantó y me levantó. - ¿Era un recurso que utilizabas o practicabas seguido hasta entonces? ¿Hiciste otros goles del mismo estilo?

- ¿En ese momento pensaste que podía tener tanta trascendencia?

- No, no. En ese momento me di cuenta que era un gol que no se veía muy seguido, de hecho no hice muchos de esa categoría, pero pensé que no pasaba de ese verano.

- ¿Ese equipo de River, con Ruggeri, Gallego, Enrique, Alonso, entre otros, fue de los mejores que integraste?

Un año después, Francescoli recreó su legendario gol de chilena en la playa de Mar del Plata para el fotográfo Claudio Divella de El Gráfico.

pico, más allá de la última jugada. Hubo nueve goles y un ida y vuelta constante. - El arquero polaco dijo que esa noche no pudo dormir. ¿Alguna vez te encontraste con alguno de los rivales de entonces y te hizo comentarios del partido o de la chilena?

- Los que jugaron conmigo saben que la practicaba mucho. Desde muy chico, de joven y también como profesional. Todo lo que sea definición, así con piruetas, era algo que me divertía hacer. Después en los partidos se tiene que dar la jugada justa. Pero sí, tenía algunos goles de chilena en inferiores de Montevideo Wanderers, el de River, pegué una pelota en el palo en cancha de Huracán un poco antes que ese gol a Polonia. En Francia también metí uno así. Hice varios de tijera, que si bien no es la chilena, es un gesto bastante parecido. Era algo que probaba con frecuencia. Obviamente en esta jugada la mayoría de

- De hecho fue la temporada que más goles hice. Obviamente por lo que contaba antes. Era un gran equipo, con muy buenos jugadores y me ponían cerca del gol la mayoría de las veces. Yo llevaba poco tiempo como “9”. Llegué al club como “10” y terminé siendo un “nueve y medio” como decía Adolfo Pedernera, al que siempre recuerdo con cariño. Creo que me adapté muy bien.

- ¿En ese entonces se le daba mayor importancia que ahora a los torneos de verano? Sobre todo porque jugaban grandes equipos o incluso selecciones...

- Sí, es cierto que en la actualidad perdió esa importancia. La perdió también para River. Hoy el club viene a jugar solo los River-Boca a Mar del Plata. Antes participaban equipos de Uruguay, recuerdo a Peñarol y Nacional, equipos de Brasil y en este caso una gran selección que se preparaba para el Mundial ‘86. Se vivía diferente. Al menos los jugadores lo vivíamos diferente. - ¿Qué otras cosas recordás de aquellas estadías de verano en Mar del Plata?

- Eso también forma parte de lo que decía. Hoy los equipos se preparan de otra manera. Nosotros estábamos casi todo enero en Mar del Plata. En mi época de los ‘80 vivía ese mes prácticamente en el Hermitage o el Hotel Provincial. Los equipos entrenaban en la ciudad o en las cercanías. Estábamos con la movida del verano en Mar del Plata y estaba bueno, porque siempre la pasábamos muy bien. En los ‘90 ya fuimos poco, directamente a jugar o en algún momento nos quedamos también. Pero hoy ya eso no sucede ● ** * * * * * * * * Francescoli fue una de las grandes figuras

que visitó la ciudad en los 50 años del fútbol de verano. “La gente rodeaba el Parque Camet para verlo entrenar. Era una gacela”, recuerda Héctor “Bambino” Veira. Sus toques, gambetas y goles maravillaron a todos durante sus tiempos como jugador de River. Aquí, en Mar del Plata, el “Príncipe” dejó grabado su sello para la eternidad.


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Mar del Plata, sábado 10 de febrero de 2018 LA CAPITAL

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Un torneo inconcluso por la crisis energética y la disputa del primer Superclásico

Un verano con pocas luces La decisión de la televisión de no emitir en horarios “pico” alteró la programación inicial. Se jugaron apenas tres partidos de la copa prevista. En compensación, llegó el primer River-Boca, que dejó mucho que desear Por Juan Miguel Alvarez l de 1974 fue un verano con pocas luces. La decisión de las teledifusoras de no emitir en sus horarios “pico”, por la crisis energética, dejó inconcluso el torneo entonces organizado por Canal 13. Para minimizar las pérdidas económicas se concretó la realización del primer Superclásico de la historia en esta ciudad, que como pocas veces unió a las dos hinchadas antagónicas en un solo cántico para mostrar la desaprobación por el espectáculo. Desde agosto de 1973 el escenario mundial se vio afectado por la primera crisis del petróleo, debido a la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo de elevar sideralmente el precio del crudo. Con serias dificultades para cubrir la demanda interna de energía, el gobierno nacional de Juan Domingo Perón debió tomar medidas. Y algunos canales de TV, entre ellos el organizador del torneo, prestaron colaboración al no emitir programas dentro del horario de 20 a 23. Como los partidos de verano (al principio iban a ser no menos de diez) se disputaban en horario nocturno, las consecuencias negativas no tardaron en llegar. El calendario se fue achicando y mutando continuamente. El Boca-Huracán inaugural cambió de fecha con menos de 24 horas de antelación: “Por el imperio de la TV no habrá fútbol es-

E

0-0

BOCA Sánchez Pernía Mouzo Iglesias Tarantini Trobbiani Benítez Potente Ponce Carregado Ferrero DT: Rogelio A.Domínguez

RIVER Fillol Wolff Zuccarini Pena Passarella López Merlo Alonso Mastrángelo Morete Ghiso DT:Néstor Rossi

Cambios:en Boca, Letanú por Trobbiani; en River, Di Meola por Alonso y Carranza por López. Cancha: estadio San Martín. Arbitro: Luis Pestarino.

ta noche”, tituló el diario LA CAPITAL. Finalmente abrieron el telón recién el 20 de enero, con triunfo del “xeneize” 4-2 sobre el campeón del Metropolitano’73. Después, apenas se disputaron otros dos encuentros de la Copa de Oro: Boca 3 Aldosivi 1 y Huracán 2 -San Lorenzo 1. Entre tantas alteraciones, el miércoles 23 de enero se jugó el primer Superclásico, que entregó el trofeo “Centenario”, en adhesión a la celebración por los 100 años de la ciudad de Mar del Plata. Su realización la anunciaron apenas unos días antes el intendente municipal, Luis Nuncio Fabrizio, y el promotor del certamen, Oscar Martínez. Pero la expectativa igual fue mayúscula. Tal es así que el partido generó una recaudación record “muy difícil de superar”, según la prensa de la época, con casi 46 millones de nacionales. Cifra que ni siquiera estaba en los pronósticos de los organizadores. Nunca antes el estadio San Martín presentó un lleno completo como esa noche. Más de 22 mil personas se ubicaron en distintos sectores. Se vendieron 7.800 populares; 4.000 oficiales; 5.500 boletos de la tribuna “Carlos Varela” y 2.800 plateas sobre el sector de Champagnat. Un dato, hoy llamativo, es que hubo apenas 200 personas entre policías, personal de boleterías y controles. Y “hubo orden para el ingreso y salida de los espectadores”, describieron las crónicas. En el Superclásico más reciente, el de 2018, más de mil efectivos estuvieron encargados de la seguridad. Otros tiempos. “Mar del Plata y el estadio San Martín están preparados para ser subsede del Mundial ‘78”, se leyó en LA CAPITAL tras el Superclásico de 1974. Recién dos años después se decidió la construcción del Mundialista, que finalmente albergó aquella competencia. El debut de Passarella y un cántico unánime El primer Superclásico en Mar del Plata marcó el inicio del segundo ciclo como entrenador de River de Néstor “Pipo” Rossi, quien apenas permaneció un Metropolitano. Pero lo más relevante fue el debut de Daniel Passarella, recién llegado de Sarmiento de Junín, equipo que militaba en la Primera C. “¿Se anima a jugar el Superclásico?”, le preguntó el técnico al joven de 20 años. Y Passarella respondió: “Hay que ver si usted se anima a ponerme”. El “Kaiser” -apodo que se ganaría con el tiempo- fue titular como marcador de punta izquierdo y resultó el más regular

Arriba: Fillol, Mastrángelo, López, Morete, Alonso y Ghiso. Abajo: Passarella, Pena, Wolff, Zuccarini y Merlo. Ese día el “Kaiser” debutó en River como marcador de punta izquierdo.

del partido. “Mostró sobriedad y simpleza”, describió el periodismo. Igual todavía nadie imaginaba que ese joven iba a ser el único futbolista argentino con dos Mundiales ganados (como capitán en Argentina 1978) y uno de los mejores defensores de la historia del fútbol. En tanto, Rogelio Antonio Domínguez, entrenador de Boca, dejó en el banco de suplentes al flamante refuerzo procedente de Chacarita, Carlos María García

Cambón. Sí, el mismo delantero que once días más tarde debutó oficialmente justamente ante River marcando cuatro goles en el 5-2 de la primera fecha del Metropolitano 1974. En Mar del Plata, la historia fue distinta. El partido terminó 0-0 y defraudó a todos. Tal es así que en los últimos minutos los hinchas de River y Boca coincidieron en un cántico unánime: “Que se vayan...”. Prueba cabal que fue un verano con pocas luces ●

Arena, sol y Selección Pese a la disputa de pocos partidos, Mar del Plata igual fue epicentro del ambiente del fútbol en enero de 1974. Aquí veranearon las principales figuras del país y también se decidió el técnico de la Selección Argentina para el Mundial de Alemania. El 4 de enero, en el Teatro Opera, fue la reunión cumbre entre Baldomero Gigan, interventor de AFA, y Vladislao Cap, quien resultó electo como entrenador de la albiceleste. Mientras, el fútbol “se

tomó vacaciones” en la ciudad. Carlos Griguol, de parabienes tras llevar a Central al título del Nacional ‘73, disfrutó del vóleibol en la arena. A falta de partidos en el verde césped, Rubén “El Chapa” Suñé, por entonces en Huracán, fue el principal promotor de los “picados” cerca del mar. Su compañero Alfio Basile se conformó con andar en bicicleta, en pleno proceso de recuperación por una operación de meniscos. Carlos Bilardo descansó a medias: se la pasó con la cabeza en su

Estudiantes, que necesitaba “dos o tres refuerzos”. A pocos metros de distancia, Hugo “el Loco” Gatti pedía a gritos irse de Gimnasia, esperando volver a jugar en un “grande”, lo que ocurrió recién dos años más tarde con su llegada a Boca. César Luis Menotti, en tanto, aprobaba la llegada de Cap-Zubeldía al combinado nacional, sin saber que meses después -tras el Mundial de Alemania- tomaría el cargo para lograr una “revolución” en la Selección Argentina ●


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| Mar del Plata, domingo 8 de septiembre de 2019

Mar del Plata, domingo 8 de septiembre de 2019 | LA CAPITAL |

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Fútbol n Es el décimo futbolista de la ciudad que jugó en la Selección

Las 83 presencias

Martínez Quarta se sumó a la lista de los marplatenses privilegiados

José María Minella (foto), Luis Raúl Cardoso, Victorio Casa, Jorge Gáspari, Sergio Fortunato, Germán Burgos, Juan Esnaider, Walter Erviti, Mariano Echeverría y Lucas Martíonez Quarta son los diez marplatenses que jugaron en la Selección Argentina. Entre todos suman 83 partidos en los más de 1.000 que disputó Argentina, reconocidos por FIFA desde 1902.

José María Minella

Minella fue el que más trascendió y Burgos el que más jugó. Sergio Fortunato y Jorge Gáspari compartieron equipo. Raúl Cardoso se despidió invicto. Esnaider tuvo un promedio de un gol por partido. Victorio Casa, Mariano Echeverría y Walter Erviti, con pasos fugaces.

P

ocos futbolistas marplatenses tuvieron el privilegio de jugar en la Selección Argentina de fútbol. Apenas una decena, desde 1902, en los más de mil partidos reconocidos por FIFA. Lucas Martínez Quarta, el décimo, debutó y fue figura el jueves contra Chile en un amistoso en Los Angeles. Antes lo hicieron José María Minella (desde 1933 a 1941), Luis Raúl Cardoso (1956-59), Victorio Casa (1943), Jorge Gáspari (1979), Sergio Fortunato (1979), Germán Burgos (1995-2002), Juan Esnaider (1995-97), Walter Erviti (2010) y Mariano Echeverría (2010). El de mayor trascendencia fue “Pepe” Minella (24 presencias), pieza principal en las conquistas de la Copa América 1937 y 1941. Cardoso (7 partidos) fue el otro que celebró un título, también a nivel continental, en la Copa América 1959. Germán Burgos es el futbolista con más

participaciones, 35, además de ser convocado -aunque no jugó- en dos mundiales (1998 y 2002). Gáspari y Fortunato jugaron cinco partidos, cuatro juntos. El de Quilmes marcó un tanto. Pero el de mayor aporte goleador fue Juan Esnaider, con tres anotaciones en tres encuentros. Victorio Casa, Walter Erviti y Mariano Echeverría vistieron una sola vez la celeste y blanca, suficiente para sentirse orgullosos. Para Martínez Quarta también fue el primero, pero su actuación y su presente invitan a soñar con muchos más. Minella fue el futbolista más relevante en la historia de la ciudad. Por eso el estadio Mundialista lleva su nombre. Nacido en 1909, viajó a Gimnasia y Esgrima La Plata con 20 años, en el preludio del profesionalismo. En ese año ya se consagró campeón, algo recurrente en toda su carrera como futbolista y entrenador. En 1935 llegó a River a cambio de

Burgos, el marplatense que más veces jugó en la Selección (35 presencias).

55 millones de pesos de la época. Con la Selección tuvo sus momentos de gloria en 1937 y 1941, cuando logró los títulos en el Sudamericano (actual Copa América). En la primera, en Buenos Aires, jugó cinco partidos (Chile, Paraguay, Perú, Uruguay y Brasil), pero no estuvo en el desempate contra Brasil en el antiguo Gasómetro de Boedo: Argentina celebró con un 2-0 con tantos de Vicente de la Mata en tiempo suplementario. En 1941 se dio el gusto de levantar la Copa en el estadio Nacional de Santiago de Chile. “Pepe” fue capitán del equipo que se consagró con puntaje ideal tras triunfos contra Perú, Ecuador, Uruguay y Chile. Pero nuevamente estuvo ausente por una lesión en el último partido. El centro half se despidió de la Selección con 16 victorias, tres empates y cinco derrotas, todas contra Uruguay. Minella también hizo historia como entrenador. Además de ser uno de los más ganadores de River (8 títulos), es el único marplatense que tuvo el privilegio de sentarse en el banco de la Selección, 23 veces. Debutó en 1964, cuando el combinado albiceleste ganó la Copa de Naciones, tras triunfos frente a Portugal (2-0), uno histórico contra el local Brasil (3-0) y el restante frente a Inglaterra (1-0). Para ese torneo convocó a otro marplatense que vistió la celeste y blanca, Victorio Casa. Sin embargo, recién permitió el debut del habilidoso wing izquierdo unos meses después, por la Copa Chevallier Boutell en Asunción: reemplazó a Alfredo “Tanque” Rojas a los 29 del segundo tiempo en la derrota 3-0 con Paraguay. Fue el único partido del ídolo de San Lorenzo. Al año siguiente Casa paró su vehículo Valiant II en una zona militar prohibida (la ESMA) y recibió un disparo. Las heridas le produjeron la pérdida del brazo derecho, pero igual poco más de un mes después reapareció en las canchas, ya con el apodo de “Manco”. Claro que nunca volvió a la Selección. Minella, en tanto, logró clasificar a Argentina al Mundial de 1966 y fue destituido por una interna en AFA: lo reem-

plazó Osvaldo Zubeldía y finalmente Juan Carlos Lorenzo fue el entrenador en Inglaterra. Entre el resonante paso de Minella y el efímero de Casa, hubo otra presencia marplatense en el seleccionado argentino, la de Luis Raúl Cardoso. El zaguero jugó en clubes importantes como Independiente, Boca o Palmeiras. Si bien no logró títulos a nivel clubes, sí festejó con el seleccionado. Debutó en el Campeonato Panamericano que se desarrolló en Ciudad de México. Ingresó desde el banco en el partido contra Costa Rica, en el que Argentina remontó un 1-3 y se impuso 43. Después no soltó la titularidad en el resto del campeonato, que ganó Brasil pese al invicto del seleccionado dirigido por Guillermo Stábile. Cardoso tuvo su revancha en la Copa América 1959, en su siguiente convocatoria, ahora de la mano del entrenador Victorio Spinetto. Fue titular en los triunfos con Chile y Bolivia y después quedó al margen de los compromisos con Perú, Paraguay y Uruguay. En el último encuentro, ante Brasil (1-1), ingresó en el segundo tiempo por Jorge Griffa. El defensor zurdo fue clave al evitar el segundo tanto del astro brasileño Pelé y por un punto Argentina se consagró campeón en Buenos Aires. Así, Cardoso se despidió invicto de la Selección, con 4 victorias y 3 empates. César Luis Menotti le dio la chance a dos marplatenses más, al conformar un seleccionado “B” en 1979, tras la consagración en el Mundial. Sergio Fortunato y Jorge Gáspari disputaron la Copa América (sin sede fija), en un equipo liderado por Diego Maradona. El primero estaba pasando por un gran momento en Estudiantes de La Plata: resultó goleador del Metropolitano ‘79 junto al “Pelusa” de Argentinos. El segundo era todavía un joven de 20 años, pero ya había trascendido al marcar el gol para el primer -y todavía único- título de Quilmes en la máxima categoría (Metropolitano ‘78). Ambos debutaron en la Selección en “la

Un campeón del mundo formado en esta ciudad

La marplatense que jugó en un Mundial

Jorge Olguín, quien nació en Dolores y se formó en el fútbol en esta ciudad, se consagró campeón del mundo con la Selección Argentina en 1978. Olguín debutó a los 14 años en la máxima división de la LMF, con la camiseta de Alvarado. Y dos años más tarde se fue a San Lorenzo de Almagro.

Germán Burgos fue convocado a Francia 1998 y Corea/Japón 2002, pero no disputó un minuto. Por eso, Milagros Menéndez se convirtió este año en la única futbolista nacida en la ciudad que disputó un partido y marcó un gol en un Mundial. Fue en el último partido de la fase de

En la Selección Argentina permaneció desde 1976 a 1982, ciclo en el que disputó 60 partidos y participó de dos mundiales. Fue titular en los siete partidos en Argentina 1978, donde el equipo de César Luis Menotti se quedó con el título, y también en los cinco de España 1982 n

grupos en Francia 2019. La jugadora de Racing ingresó a los 16 minutos del complemento, con el marcador 0-3 y marcó el primer tanto de la remontada de Argentina frente a Escocia, partido que concluyó 3-3. Su gol, además, fue el tercero en la historia de la selección albiceleste femenina en mundiales. n

Martínez Quarta debutó en la Selección Argentina el jueves ante Chile en Los Angeles.

altura” del Hernando Siles de La Paz, donde el local se impuso 2-1. Después Gáspari defendió los colores del seleccionado en el mítico Maracaná ante Brasil y los dos jugaron contra Bolivia y Brasil en Buenos Aires. Gáspari marcó un gol en el 3-0 sobre los del altiplano. Un mes después, participaron de una gira por Europa.

Burgos, el que más jugó Pasaron 16 años para la siguiente convocatoria, con Daniel Passarella como DT. El arquero Germán Burgos, quien ya había dado el salto de su carrera de Ferro a River, fue llamado en 1995 para un partido amistoso ante Perú en Córdoba, en el que mantuvo la valla invicta. Contra ese rival tuvo quizá su mejor actuación, un año más tarde en Lima, por las Eliminatorias Sudamericanas. El “Mono” permaneció siete años en Selección Argentina e integró dos ciclos mundialistas. Fue convocado para Francia 1998 y Corea/Japón 2002, pero no tuvo la chance de jugar. Fue suplente de Carlos Roa y Pablo Cavallero, respectivamente. Burgos se dio el gusto de jugar

Gáspari y Fortunato jugaron contra Brasil en el Monumental por la Copa América 1979.

con la Selección en Mar del Plata en el verano de 1998. Fue durante un amistoso que terminó con triunfo 3-1 sobre Yugoslavia. Juan Esnaider y Mariano Echeverría también vistieron de celeste y blanco en esta ciudad. El delantero apenas disputó un puñado de partidos en la Selección pese a defender las camisetas de varios clubes grandes de Europa, como Real Madrid, Atlético Madrid y Juventus. Passarella lo llamó para un amistoso en diciembre de 1995 ante Venezuela en Córdoba y el delantero se destacó con dos goles en el 6-0. A fines de 1996 tuvo su segunda oportunidad, ahora en Mar del Plata, donde convirtió otro gol en la derrota 3-2 con Yugoslavia. Al año siguiente disputó 25 minutos por Eliminatorias Sudamericanas, pero no logró romper el empate sin goles contra Uruguay en el Monumental. Mariano Echeverría, en tanto, tuvo su único partido en Argentina gracias a Diego Maradona, quien lo puso de titular en un amistoso contra Jamaica, en el verano de 2010 en el estadio José María Minella. Fue ajustado el triunfo albiceleste aquella noche, 2 a 1 sobre la hora, con escasa presencia de público para ver al “seleccionado local”. En 2010 también disputó su único partido Walter Erviti: los primeros 45 minutos de un amistoso con Costa Rica (3-2) en San Juan. Erviti se consagró campeón en tres de los equipos “grandes” del país como San Lorenzo, Boca e Independiente, pero su paso por la Selección también resultó fugaz. A diferencia de otras ciudades populosas, Mar del Plata no tuvo una representación importante en la historia de la Selección Argentina. Entre todos los jugadores nacidos en esta ciudad suman apenas 83 partidos. Menos que los que tienen Javier Mascherano, Javier Zanetti, Lionel Messi, Roberto Ayala, Diego Simeone, Angel Di María, Oscar Ruggeri, Sergio Romero, Sergio Agüero, Diego Maradona y Ariel Ortega. Martínez Quarta se perfila con posibilidades de incrementar esa cifra. Por lo pronto, ya grabó su nombre entre unos pocos privilegiados futbolistas marplatenses que defendió la celeste y blanca n

Nació:1909 Inferiores: Independiente. Selección: 24 presencias (campeón Copa América 1937 y Copa América 1941) Fecha Torneo Ciudad Rival 21-01-1933 Amistoso Montevideo Uruguay 14-12-1933 Amistoso Montevideo Uruguay 18-07-1934 Amistoso Montevideo Uruguay 15-08-1934 Amistoso Avellaneda Uruguay 06-01-1935 Copa América Lima Chile 20-01-1935 Copa América Lima Parú 27-01-1935 Copa América Lima Uruguay 20-09-1936 Copa H.Gómez Montevideo Uruguay 30-12-1936 Copa América Bs. As. Chile 09-01-1937 Copa América Bs. As. Paraguay 16-01-1937 Copa América Bs. As. Perú 23-01-1937 Copa América Bs. As. Uruguay 30-01-1937 Copa América Bs. As. Brasil 12-10-1938 Copa H.Gómez Montevideo Uruguay 18-07-1940 Copa H.Gómez Montevideo Uruguay 15-08-1940 Copa J.Mignaburu Bs. As. Uruguay 05-01-1941 Copa Presidente Arg. Santiago de Chile Chile 09-01-1941 Copa Presidente Arg. Santiago de Chile Chile 19-01-1941 Copa R.Sáenz Peña Lima Perú 26-01-1941 Copa R.Sáenz Peña Lima Perú 19-01-1941 Copa R.Sáenz Peña Lima Perú 12-02-1941 Copa América Santiago de Chile Perú 16-02-1941 Copa América Santiago de Chile Ecuador 23-02-1941 Copa América Santiago de Chile Uruguay

Germán Burgos Res. 1-2 1-0 2-2 1-0 4-1 4-1 0-3 1-2 2-1 6-1 1-0 2-3 1-0 3-2 0-3 5-0 2-1 5-2 1-1 1-1 3-0 2-1 6-1 1-0

Luis Raúl Cardoso

Nació: 1930. Inferiores: Independiente. Selección: 7 presencias (campeón Copa América 1959). Fecha Torneo Ciudad 06-03-1956 Panamericano México D.F 11-03-1956 Panamericano México D.F 13-03-1956 Panamericano México D.F 18-03-1956 Panamericano México D.F 07-03-1959 Copa América Bs. As. 11-03-1959 Copa América Bs. As. 04-04-1959 Copa América Bs. As.

Rival Costa Rica Chile México Brasil Chile Bolivia Brasil

Res. 4-3 3-0 0-0 2-2 6-1 2-0 1-1

Victorio Casa

Nació: 1943. Inferiores: Deportivo Norte. Selección: 1 presencia. Fecha Torneo Ciudad 25-11-1964 Copa Chevallier Boutell Asunción

Rival Paraguay

Res. 0-3

Jorge Gáspari Nació: 1958. Inferiores: Quilmes. Selección: 5 presencias, 1 gol. Fecha Torneo 18-07-1979 Copa América 02-08-1979 Copa América 08-08-1979 Copa América 23-08-1979 Copa América 12-09-1979 Amistoso

Ciudad La Paz Río de Janeiro Buenos Aires Buenos Aires Berlín

Rival Bolivia Brasil Bolivia Brasil Alemania Fed.

Res. 1-2 1-2 3-0 2-2 1-2

Sergio Fortunato Nació: 1956. Inferiores: Kimberley. Selección: 5 presencias. Fecha Torneo 18-07-1979 Copa América 08-08-1979 Copa América 23-08-1979 Copa América 12-09-1979 Amistoso 16-09-1979 Amistoso

Ciudad La Paz Bs. As. Bs. As. Berlín Belgrado

Rival Bolivia Bolivia Brasil Alemania Fed. Yugoslavia

(*) Estadísticas: Quién es quién en la Selección Argentina, libro de Julio Macías.

Res. 1-2 3-0 2-2 1-2 2-4

Nació: 1969. Inferiores: Florida. Selección: 35 presencias. Fecha Torneo 31-05-1995 Amistoso 14-06-1995 Amistoso 20-09-1995 Amistoso 11-10-1995 Amistoso 07-07-1996 Eliminatorias 01-09-1996 Eliminatorias 19-02-1998 Amistoso 24-02-1998 Amistoso 15-04-1998 Amistoso 22-04-1998 Amistoso 29-04-1998 Amistoso 14-05-1998 Amistoso 19-05-1998 Amistoso 25-05-1998 Amistoso 03-02-1999 Amistoso 10-02-1999 Amistoso 09-06-1999 Amistoso 13-06-1999 Amistoso 26-06-1999 Amistoso 01-07-1999 Copa América 04-07-1999 Copa América 07-07-1999 Copa América 11-07-1999 Copa América 17-11-1999 Amistoso 08-10-2000 Eliminatorias 15-11-2000 Eliminatorias 20-12-2000 Amistoso 28-02-2001 Amistoso 29-03-2001 Eliminatorias 25-04-2001 Eliminatorias 15-08-2001 Eliminatorias 05-09-2001 Eliminatorias 08-11-2001 Eliminatorias 14-11-2001 Eliminatorias 27-03-2002 Amistoso

Ciudad Córdoba Rosario Madrid Bs. As. Lima Bs. As. Mendoza Mar del Plata Jerusalén Dublín Río de Janeiro Córdoba Mendoza Bs. As. Maracaibo Los Angeles Chicago Washington Bs. As. Luque Luque Luque Ciudad del Este Sevilla Bs. As. Santiago de Chile Los Angeles Roma Bs. As. La Paz Quito Bs. As. Bs. As. Montevideo Ginebra

Rival Perú Paraguay España Colombia Perú Paraguay Rumania Yugoslavia Israel Irlanda Brasil Bosnia Chile Sudáfrica Venezuela México México Estados Unidos Lituania Ecuador Colombia Uruguay Brasil España Uruguay Chile México Italia Venezuela Bolivia Ecuador Brasil Perú Uruguay Camerún

Res. 1-0 2-1 1-2 0-0 0-0 1-1 2-1 3-1 1-2 2-0 1-0 5-0 1-0 2-0 2-0 1-0 2-2 0-1 0-0 3-1 0-3 2-0 1-2 2-0 2-1 2-0 2-0 2-1 5-0 3-3 2-0 2-1 2-0 1-1 2-2

Ciudad Mendoza Mar del Plata Bs. As.

Rival Venezuela Yugoslavia Uruguay

Res. 6-0 2-3 0-0

Ciudad San Juan

Rival Costa Rica

Res. 3-2

Rival Jamaica

Res. 2-1

Juan Esnaider Nació: 1973. Inferiores: Cadetes. Selección: 3 presencias, 3 goles. Fecha Torneo 21-12-1995 Amistoso 28-12-1996 Amistoso 12-10-1997 Eliminatorias

Walter Erviti Nació: 1980. Inferiores: Talleres. Selección: 1 presencia. Fecha Torneo 26-01-2010 Amistoso

Mariano Echeverría Nació: 1981. Inferiores: Independiente. Selección: 1 presencia. Fecha Torneo 10-02-2010 Amistoso

Ciudad Mar del Plata

Lucas Martínez Quarta Nació: 1996. Inferiores: Urquiza, Argentinos del Sud y Kimberley. Selección: 1 presencia. Fecha Torneo Ciudad 05-09-2019 Amistoso Los Angeles

Rival Chile

Res. 0-0


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Fútbol

Mar del Plata, domingo 22 de noviembre de 2009

LA CAPITAL

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LA CAPITAL

Juegos Deportivos

Entrevista

Juan Sebastián Verón, mano a mano con LA CAPITAL

“La Selección no jugó como para ser favorita” El campeón de América con Estudiantes y un emblema de la Selección Argentina de fútbol habló de los dos mundiales que se le vienen, su buen momento personal, la necesidad de “encontrar el equipo” antes de Sudáfrica y su relación con Diego Maradona. por Juan Miguel Alvarez jmalvarez@lacapitalmdq.com.ar

J

uan Sebastián Verón es indudablemente uno de los jugadores del momento. Recobró su vigencia, después de una amplia trayectoria internacional, ahora como campeón de la Copa Libertadores de América con Estudiantes de La Plata y uno de los emblemas de la Selección Argentina que clasificó al Mundial de fútbol de Sudáfrica 2010. En su día libre tras la victoria de Estudiantes sobre Tigre por el Apertura-, Verón llegó ayer a Mar del Plata para ser una de las caras visibles los Juegos Deportivos Buenos Aires. La Provincia. Y antes del acto popular del que participó junto al gobernador Daniel Scioli en la Plazoleta Almirante Brown, atendió en exclusiva a LA CAPITAL en el Hermitage Hotel. “Maradona era un líder dentro de la cancha, Messi no lo es. Messi te puede definir un partido solo, pero con el respaldo del equipo”, manifestó Verón, quien también habló de su buen momento personal, los dos mundiales que se le vienen, la relación con el director técnico de la Selección y su presencia en los Juegos Bonaerenses. - Sos uno de los deportistas representativos de Argentina, un émulo para los pibes en estos Juegos Deportivos Buenos Aires. La Provincia. ¿Cómo considerás la iniciativa que intenta acercar a tanta gente al deporte, en tiempos en los que especialmente los jóvenes no tienen propuestas de inclusión social? - Ojalá estos Juegos hubieran existido cuando yo era joven. Obviamente me gusta la iniciativa para el desarrollo del deporte en Argentina. Es una manera de sacar al chico de la calle y meterlo dentro del deporte, de algo sano. Mostrarle que existe otra realidad, otra alternativa en la vida. Los abuelos, jóvenes, discapacitados, deben tener ese espacio y esa posibilidad de desarrollar lo que les gusta. - Además, fomenta todo tipo de actividad, más allá del fútbol que en este país se promociona por sí solo... - Sí, hoy en día es importante abrirle la puerta a otros deportes. Tenés un abanico de posibilidades mucho más grande. En el fútbol, de dos mil llegan cinco. Es importante que exista ese abanico, no sólo en el deporte, sino también en la cultura. - Estás pasando por uno de tus mejores momentos en el fútbol. ¿Esperabas esto justo ahora, en el cierre de tu carrera deportiva y en el club que te vio nacer? - Con la Copa Libertadores cumplimos uno de los objetivos. Había un eslabón, una generación “Pincha” a la que le faltaba vivir este tipo de aventura, de alegría. Recorrer en Estudiantes lo que habían hecho nuestros antepasados, abuelos y padres tiene un valor incalculable, más allá

Por el mismo camino. “Recorrer en Estudiantes lo que habían hecho nuestros antepasados, abuelos y padres tiene un valor incalculable, más allá del trofeo”, manifestó Juan Sebastián Verón sobre el equipo campeón de América.

del trofeo. Además, sitúa a esta divisa nuevamente entre los mejores del mundo. - ¿Fue una de las decisiones más acertadas tu vuelta a Estudiantes cuando todavía tenías posibilidades de jugar en otros equipos? - Sí, fue acertada más allá de este presente, por más que no se hubieran dado estos resultados. Esto no se elige por los logros. Los trofeos son consecuencia de un equipo, de que el club esté bien. Yo quería tener la posibilidad de jugar en donde me había iniciado porque había jugado poco

“A Diego (Maradona) como técnico es difícil calificarlo por el simple hecho de que hace poco que está”

tiempo y quería devolverle al club lo que me había dado. Después se puede ganar o no, eso es parte del juego. La decisión mía pasaba por lo afectivo más que por lo deportivo. - Decías que cinco de cada dos mil chicos pueden vivir del fútbol. Y de esos, muy pocos juegan un Mundial. Vos ya tenés dos (Francia 1998 y Corea-Japón 2002) y ahora, en seis meses, vas a jugar el de clubes y el de selecciones. ¿Te sentís un privilegiado? - Sí. Creo que es un privilegio para un final de carrera tener esta chance. Después se verá si se da o no. Pero el hecho de estar a la expectativa me genera ganas, me estimula a dar siempre el máximo, a superarme. - ¿Con Estudiantes cómo llegan? Por un momento bajaron el nivel futbolístico, pero lo están recuperando a casi un mes del momento cumbre... - Es difícil mantener el nivel alto después de lo que habíamos logrado. Nosotros arrancamos el 2 de enero, terminamos el 15 de julio, no tuvimos el tiempo necesario de pretemporada y arrancamos rápido después de diez días. Más allá de todo, el físico sufre el desgaste y eso se siente. Igual, lo que hace Estudiantes me sorprende. Por ejemplo, Vélez apuntó a la Sudamericana, no le alcanzó, no le dio. San Lorenzo lo mismo. Quedaron afuera y un poco relegados en el campeonato. Nosotros con una marcha importante seguimos ahí. Para mí es de mucho valor lo que hizo Estudiantes. Ahora, la preparación es la misma. Seguir jugando y llegar a estos dos partidos en diciembre bien. - El sorteo les fue favorable... (Nota de R.: Estudiantes enfrentará al ganador de TP Mazembede Congo-Pohang Steelers de Corea del Sur en las semifinales) - La verdad es que no pregunté ni miré. Los partidos los tenés que jugar toque quien toque. Se puede pensar que nos vino bárbaro porque no nos cruzamos con el Atlante de México, pero no sabés. Por ahí del otro lado hay equipos más difíciles. - Hablaste de la importancia de lo físico. Hoy, a los 34 años, no tenés el mismo resto que cuando eras más joven. ¿Eso te transformó en un jugador más “pensante” e inteligente adentro de la cancha? - Sí, eso lo da la experiencia. Caminás y corrés mejor la cancha, te movés de otra manera. Obviamente que a una cierta edad el desgaste físico no lo recuperás de la misma manera. Entonces pensás un poco más. - Esa madurez, experiencia, también es importante para sacarle presión a jugadores jóvenes. En la Selección sos el principal protector de Lionel Messi, quien tuvo que sufrir las mayores críticas... - Pero Messi sabe convivir con eso. Es uno de los mejores del mundo y va a tener que convivir con eso. De mi parte tengo que respaldarlo y tratar de cuidarlo, pero él sabe bien lo que puede dar adentro de la cancha. Todos esperamos un poco más de Messi. Pero va a ser necesario el respaldo del equipo porque todo va de la mano. - ¿De esa manera va a ser más fácil que explote en el Mundial, como todos esperan? - Sí. Muchas de las comparaciones le apuntan a Diego (Maradona), que era totalmente distinto. Maradona era un líder dentro de la cancha, Messi no lo es. Messi te puede definir un partido solo, pero con el respaldo del equipo. Cuando se siente

Por los chicos. Juan Sebastián Verón junto a Daniel Scioli en el acto multitudinario de anoche en Mar del Plata. “Es una manera de sacar al chico de la calle y meterlo dentro del deporte, de algo sano”, dijo el capitán de Estudiantes sobre los Juegos Bonaerenses.

Dos Leones en la noche marplatense Definiciones. “Maradona era un líder dentro de la cancha, Messi no lo es. Messi te puede definir un partido solo, pero con el respaldo del equipo”, le dijo Juan Sebastián Verón a LA CAPITAL en charla a fondo exclusiva en el Hermitage Hotel.

cómodo como en Barcelona hace lo que todos vemos todos los fines de semana. Maradona era distinto, hacía jugar al equipo. - ¿Por qué no se encontró una identidad de equipo en la Selección? - Primero porque fue una eliminatoria muy irregular. Con (Alfio) Basile se fue de mayor a menor. Se jugó muy bien en la Copa América más allá de la final con Brasil. Y después de eso el equipo se fue deteriorando. Diego (Maradona) asumió eso y, más allá de lo que él representa, de la motivación y lo que pueda saber, se le hizo difícil encontrar el equipo. Cuando no encontrás el sistema y dependés mucho de las individualidades se hace difícil como se hizo. Pero bueno, fue normal. A lo último se buscó el resultado, la clasificación. Ahora, en este tiempo, habrá que tratar de encontrarle la vuelta al equipo. - ¿Qué opinás de Maradona como técnico? Se esperaba que por su liderazgo pudiera aportar mucho en la parte motivadora, pero a veces parecía que la Selección no tenía fuerzas para superar los malos momentos... - A Diego (Maradona) como técnico es difícil calificarlo por el simple hecho de que hace poco que está. Es muy difícil decir cómo es como técnico. Necesita su tiempo para definirse. Después la motivación está siempre. Lo que pasó fue que fueron momentos difíciles, con la duda de si entrábamos o no. No estábamos jugando bien y eso hace que por ahí se vea un equipo sin respuestas. Se puede traslucir en desmotivación, en que no damos todo, pero no es así. Cuando no le encontrás la vuelta se hacen conjeturas de todo. Pero los muchachos que estuvieron en la Selección, bien o mal, siempre dieron lo mejor. Se logró el objetivo, ahora empieza la otra etapa. - ¿Te sentiste incómodo cuando se te ubicó en contraposición a Maradona en las declaraciones que ambos hicieron en Uruguay?

- Y sí, porque nunca busqué confrontarme o tomar distancia y decir “sí, yo pienso de esta manera y Diego de la otra”. Al contrario. Creo que todos en líneas generales buscamos sumar. Después del partido hubo un desahogo por las versiones que se hicieron. Empezaron a hablar (los periodistas) del dinero y que poníamos el bolsillo delante del corazón. Esas cosas no gustan. En realidad, en la Selección el jugador quiere destacarse, buscar la gloria y poder representar bien al país. Como en todo ámbito de la vida, te puede salir bien o mal. Obviamente que el futbolista está más expuesto. Pero siempre tratamos de

“Cuando no encontrás el sistema y dependés mucho de las individualidades se hace difícil como se hizo”.

hacer las cosas bien. Después también se metieron en la vida privada de Diego (Maradona) y él explotó de una manera. No todos reaccionamos igual. - ¿Otra vez se pusieron como enemigos a los periodistas, como en 1998? - No nos pusimos a la prensa como enemiga. Es difícil en ese momento individualizar. Cuando uno reacciona por ahí lo hace en general. Pero sabemos cómo se manejan, quién critica bien y quién va más allá. No nos sirve poner de enemiga a la prensa. Ni a nosotros ni a los periodistas. - Maradona declaró que no prefería ir de candidato al Mundial. En el seleccionado del 2002 que vos integrabas eran favoritos y quedaron eliminados en primera ronda. ¿Qué opinás al respecto? - En realidad nunca se sabe. Ahora no llegamos como candidatos porque la Selección no jugó para ser favorita. Si se hubiese mostrado otro fútbol nos hubiesen puesto ahí arriba. - ¿Cuáles son los rivales a vencer en Sudáfrica? - Arriba está España y Brasil. Después siempre pelean Italia, Francia, Alemania, Inglaterra, que son selecciones importantes. - ¿En estos seis meses se puede encontrar un andamiaje de equipo para vencer a rivales de tanta jerarquía? - Se debe hacer, en lo posible. Si no se pudo es porque algo no anduvo bien. Los jugadores de la Selección son todos importantes y sabemos que tenemos que lograrlo. - Lo positivo es que van a tener más tiempo para corregir los errores... - Sí, ya nos sacamos la “mochila” de la clasificación. Ahora estamos más tranquilos para trabajar. - ¿También se tiene que hablar mucho no? ¿Dijiste que tu charla con Maradona les sirvió a los dos? - En eso Diego (Maradona) es inteligente. Sabe escuchar y eso es lo importante, no sólo de su parte. Las charlas suman ■

Juan Sebastián Verón, capitán del campeón de América, “El León” Estudiantes de La Plata y emblema de la Selección Argentina de fútbol; y León Gieco, uno de los cantautores más importantes de la música argentina y también uno de los emblemas del mítico rock nacional, fueron las atracciones principales de una noche mágica que se vivió en el marco de los Juegos Deportivos Buenos Aires La Provincia 2009 en la plazoleta Almirante Brown. El gobernador Daniel Scioli presidió el acto y dijo que “los jóvenes son el futuro y el deporte es la clave para luchar contra nuestros dos enemigos: la droga y el alcohol”. Mientras que después Verón le agradeció la invitación a la Secretaría de Deportes de la provincia “Y a los chicos que son el motor y el futuro de la Argentina”. “Ojalá nos encontremos en una cancha algún día y podamos abrazarnos todos y sacar el país adelante. Que lo disfruten”, finalizó ■

Un Mundo con alas. León Gieco deleitó a todos en la fiesta popular de anoche de los Juegos Deportivos Buenos Aires. La Provincia. Trajo su Mundo Alas.

Una multitud. Miles de deportistas de los Juegos, además de participantes de Cultura, junto a público marplatense y turistas, disfrutaron del show gratuito de León Gieco y de la presencia de Juan Sebastián Verón.


Mar del Plata, lunes 3 de julio de 2017

LA CAPITAL

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Fútbol Desde los inicios en Cadetes hasta su éxito en la Casa Blanca

La historia de Francisco Feuillassier, el marplatense que deslumbró a Zidane Familiares, un ex entrenador y un compañero de la clase ‘98 cuentan detalles del talentoso mediocampista que realizará la pretemporada con las estrellas de Real Madrid. El camino que le marcó su hermano, el guiño del destino en su llegada a uno de los clubes más prestigiosos del mundo, su partida inesperada y un regreso lleno de gloria. Por Juan Miguel Alvarez

l marplatense Francisco Feuillassier era, hasta hace pocos días, un desconocido en el ambiente del fútbol mundial. Pero desde que apareció en la lista de convocados por Zidane para la pretemporada que Real Madrid realizará en Estados Unidos, su nombre está en todos los medios nacionales e internacionales. El inicio de su historia, de superación y esfuerzo, se remonta mucho tiempo atrás y tiene detalles aún desconocidos. Su padre José, su hermano Santiago -también futbolista-, el ex entrenador Mariano Andreano y un compañero de Cadetes ‘98, Fausto Santini, le contaron a LA CAPITAL cómo fue el largo camino hasta la Casa Blanca. Allí llegó casi por casualidad, se fue por la puerta de atrás y volvió por la entrada principal. Todo comenzó en el patio del domicilio de los Feuillassier en el barrio La Florida, donde ni la oscuridad de la noche fue motivo suficiente para guardar la pelota. Este talentoso jugador, hoy en la elite mundial, empezó su relación con el fútbol con las manos. Porque así lo dispuso su hermano,

E

Foto gentileza Diego Berrutti, revista Talentos.

Estampa de crack. Francisco Feuillassier, en un Cadetes -San Lorenzo de predécimas. Ya marcaba una gran diferencia.

cuatro años mayor, siempre una guía para “Franchu”. Santiago empezó a jugar en la escuela de Círculo Deportivo que dirigió el reconocido Guillermo Trama y necesitaba un arquero para practicar en su casa. Quién mejor que el pequeño Francisco para ese lugar. Abel Santamaría, profesor de educación física del Instituto Juvenilia, donde estudiaron los Feuillassier, primero llevó a Santiago a Cadetes. Y un tiempo después fue Francisco, quien a los 6 años empezó en el salón. Los dos se volvieron apasionados por el fútbol y se destacaron de la media. Heredaron el espíritu deportivo de su padre José, quien jugó muchos años al rugby en Mar del Plata Club y también representó al seleccionado local. “Franchu” integró un gran equipo,

Cadetes ‘98. Allí sobresalían tres jugadores: el actual jugador de Real Madrid, Tomás Bourdal (recientemente quedó libre de Getafe) y Matías Castillo (integra las inferiores de Aldosivi). Pero, en los partidos decisivos, el que aparecía en su máxima expresión era Feuillassier, según cuentan sus propios compañeros y el entrenador Mariano Andreano. Por esos años, la “cantera” de Cadetes contaba con grandes valores. Y el reconocido ex futbolista Juan Esnaider, mentor del proyecto de inferiores del club, tenía contactos en España. Por eso, en 2006, llevó a un grupo de jugadores a probarse al Atlético Madrid, entre ellos Santiago Feuillassier. El club español aprobó la incorporación, pero entonces sus padres pensaban que todavía era muy joven (tenía solo 12 años) y eligieron quedarse en Argentina. Igual

empezaron a gestionar los pasaportes y a meditar la posibilidad de cambiar de país. Dos años más tarde, durante las vacaciones, Esnaider invitó a Santiago a su casa de Madrid para poder hacer una prueba en el otro equipo grande de la capital española, el Real. Al tercer día, le dieron el visto bueno para quedarse. Y esta vez los padres accedieron. ¿Y cómo llegó Francisco? Por uno de esos guiños del destino. Durante el invierno de 2008, el más joven de los Feuillassier -que desplegaba su talento en las predécimas de Cadetes- viajó junto a su madre, Bettina Abalo, para visitar a Santiago a Madrid. Recuperó a su hermano por unos días, pero perdió una compañía esencial: la pelota. Estaba tan aburrido en el deportamento, que Esnaider lo invitó al entrenamiento de Real Madrid. Allí tuvo la oportunidad de volver a tomar contacto con el balón. Y Michel, el mismo que formó la reconocida “Quinta del Buitre” en el “merengue”, quedó encantado con el invitado, a tal punto que pidió su incorporación. Francisco volvió a Argentina para terminar el año en curso en el colegio y en 2009 la familia completa se radicó en Madrid. El salto gigante El siguiente destino lo marcó otra vez Santiago, quien con poca continuidad en Real Madrid partió a Rayo Vallecano. Y más adelante lo siguió Francisco, quien permaneció en la Casa Blanca hasta 2011. Después de unos meses, hizo un click en Vallecas. Recuperó la confianza y el nivel. Fue creciendo año a año, pasó de la categoría Cadetes directamente al Juvenil B (salteó el Juvenil C), dando un año de ventaja en la edad. También llegó más chico al Juvenil A, donde logró algo histórico: el título de Liga y Copa del Rey, en 2015.

De pequeño, un “distinto” Todos los que vieron jugar a Francisco Feuillassier en las predécimas de Cadetes coinciden en algo: ya era un “distinto”. Sobresalía dentro de una muy buena división, la 1998, que se consagró bicampeona de la LMF, en 2007 y 2008. Mariano Andreano, DT de la categoría (antes lo tuvo Cristian Eloiza), destacó su valor como jugador y también como persona. “Era muy humilde y un gran compañero. Si bien marcaba mucha diferencia y le sobraba para jugar acá, nunca discutía con los otros chicos, al contrario, los alentaba si cometían errores”, recordó. “En cancha de nueve jugaba de “5”, pasaba bien la pelota, gambeteaba, le pegaba bárbaro, pero también marcaba mucho. La gran diferencia la hacía desde lo actitudinal”, agregó. Si bien comentó que era una categoría muy buena, Andreano dijo que tenía tres jugadores destacados (los otros eran Tomás Bourdal y Matías Castillo). Claro que “cuando había que meter y jugar ‘Franchu’ sacaba más diferencia”. Fausto Santini integró ese equipo. “‘Franchu’ ganaba los partidos, de hecho fue el gran responsable de esos campeonatos que logramos. Hacía cosas que eran increíbles, que nadie esperaba, y siempre tuvo una pegada tremenda”, detalló el actual jugador de Independiente de San

Cayetano, que compite el Federal B. “Siempre fue buen compañero, se llevaba bien con todos, y era uno de los que no faltaba a los entrenamientos. Tenía mucho carácter, se enojaba cuando las cosas no le salían, pero lo hacía para mejorar. Siempre estaba con la pelota. Cuando fui por primera vez a su casa a dormir estuvimos todo el día jugando al fútbol con sus amigos del barrio”, contó. “Al principio el papá lo cargaba porque a él no le gustaba que le peguen, pero enseguida se acostumbró porque si no le hacían falta no lo podían parar. Después ya ni así lo frenaban”, dijo Santini. Marcelo Zwicker era el entrenador de Primera División de Cadetes, que brilló por su juego en los torneos de ascenso (Argentino C y Argentino B) conformado por jóvenes de la ciudad. El “Gancho” era también coordinador de los juveniles y vio a Francisco en la cancha casi todos los domingos. “Ya desde muy pequeño era crack, técnicamente muy bueno, con una aceleración con pelota al pie muy difícil de ver en chicos de su edad”, contó. “De chiquito ya se lo veía como un ‘distinto’ en una división”, agregó Walter Sabode, por entonces colaborador del club y ahora entrenador. Mariano Andreano recordó una anécdota en un torneo Canata: “El tuvo una dis-

Por segunda vez, el prestigioso Real Madrid puso los ojos sobre el marplatense. Y a mitad de 2016, con 18 años recién cumplidos, le ofreció un contrato. “Franchu” no desaprovechó la oportunidad. Se ganó rápido la titularidad en el Juvenil A del campeón de Europa e incluso fue convocado por Santiago Solari para el Real Castilla (compite en la Segunda B, tercera división de España). La temporada fue redonda. Con el marplatense como una de las figuras, Real Madrid ganó el “triplete”: Liga, Copa del Rey y Copa de Campeones, disputada por los ganadores (y el mejor segundo) de cada una de las siete Regiones en las que se divide el fútbol español en las inferiores. En la “Champions”, el conjunto dirigido por Guti cayó en semifinales ante Benfica de Portugal. Tras hacer un seguimiento exhaustivo de los integrantes del plantel, Zidane citó a cuatro juveniles para la pretemporada que realizará el equipo principal en Estados Unidos: Manu Hernando, Oscar Rodríguez, Dani Gómez y el marplatense Francisco Feuillassier. El pibe que hizo los primeros pasos en Cadetes y brilló en las canchas de esta ciudad, ahora estará del 11 de julio al 3 de agosto con Real Madrid en Estados Unidos, donde competirá en la Internacional Champions Cup. Allí su equipo enfrentará a Manchester United, Manchester City y Barcelona, para cerrar la gira con un amistoso contra un combinado de la MSL. Hay millones de chicos que desean estar en el sitio al que llegó Francisco por condiciones naturales y por el continuo esfuerzo. Para él este quizá sea el inicio de un anhelo todavía más grande. El tiempo dirá hasta dónde llegará. Mientras, “Franchu” disfruta del presente y sigue forjando su historia, como lo hizo en Cadetes, como lo hizo en Real Madrid. Siempre alrededor de la pelota n

Ahora inscribió su nombre

Foto: gentileza Diego Berrutti, Revista Talentos.

Cadetes 1998. Francisco Feuillassier, el segundo de abajo. El resto del equipo: Brian

Aguirre, Fausto Santini, Agustín Nogales, Gastón Caputo, Agustín Miranda, Nicolás Gallinal, Franco Acosta, Tomás Bourdal, Matías Castillo, Tomás Jurio, Facundo Gambina y Joshua Sugamele. DT: Mariano Andreano.

cusión con el árbitro, le hizo un gesto y decidí sacarlo de la cancha. Puso una cara de bronca. Yo tenía 22, 23 años, recién empezaba y me había preocupado. No sabía si había hecho bien en sacarlo. Entonces le expliqué que no podía hacer eso, que tenía que ser ejemplo para lo demás, lo entendió y volvió a entrar. El todavía recuerda esa

situación”. Mariano, uno de sus primeros profesores, se siente orgulloso por la actualidad de “Franchu”. “Formar parte del primer equipo de Real Madrid es un premio para él. El sueño que siempre buscó. En el club estamos muy contentos y esperamos que vengan muchas buenas noticias más”, cerró Andreano n

Cuando Francisco Feuillassier tenía días de vida, en 1998, el fútbol mundial caía rendido a los pies de Zinedine Zidane. El talentoso jugador nacido en Argelia, que recientemente había perdido con Juventus la final de la “Champions” justamente contra Real Madrid, dos meses después levantaba la Copa del Mundo con la Selección de Francia después de anotarle dos goles a Brasil en la final. Cuando “Franchu” empezó a ser un apasionado por el fútbol, “Zizu” ya era estrella de Real Madrid. Por eso no llamó la atención su decisión en 2004, cuando Lionel Messi todavía estaba “oculto” en las inferiores de Barcelona. Los padres de los Feuillassier llevaron a sus dos hijos a una tienda deportiva para comprarle una camiseta a cada uno. La elección fue la misma: la del Real Madrid. Pero esta historia va un poco más allá. Ante la posibilidad de grabar un nombre en la espalda, “Franchu” no lo dudó y prefirió Zidane. Hoy, mucho tiempo después, ese ídolo fue el que inscribió el apellido Feuillassier en la lista para la pretemporada de Real Madrid n

Explotó. Francisco Feuillassier volvió a Real Madrid y fue una de las figuras en la obtención del “triplete” en Juveniles A.

Cadetes de exportación El proyecto Cadetes, encabezado nada menos que por Juan Esnaider, tuvo en esos años una “cantera” de muy buenosjugadores. Los que más lejos llegaron fueron Roberto Pereyra, Martín Mantovani, Diego Rodríguez, Emiliano Buendía y ahora Francisco Feullassier. El “Tucu” Pereyra, que jugó la primera división de la Liga Marplatense con 15 años, partió a las inferiores de River, donde después de un par de años dio el salto al fútbol europeo: se destacó en Udinese, fue bicampeón del Calcio con Juventus y en la última temporada defendió los colores de Watford en la Premier League. Además, disputó seis partidos con la Selección Argentina, dos durante la Copa América de Chile en 2015. Martín Mantovani, que jugó el Argentino C 2006 para Cadetes, hoy es protagonista de la primera de España, tras un increíble camino por el ascenso de ese país: jugó en Atlético Madrid C y B, Cultural y Deportivo Leonesa, Atlético Baleares, Real Oviedo y Leganés, con el que subió de la tercera a la máxima categoría, como capitán. Así, debutó en la Liga BBVA con 32 años. Ya marcó a Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, entre tantas estrellas. Y seguirá en el “Pepinero” tras lograr la permanencia. El caso de Emiliano Buendía es similar al de Feullassier. Quedó en una prueba en Getafe y se destacó mucho en inferiores, a tal punto de ser convocado por la Sub 19 de España. Tras descender, días atrás su equipo volvió a primera. En 2015 disputó el Mundial Sub 20 con la Selección Argentina. Diego “Ruso” Rodríguez es más conocido por estos lares ya que jugó en Independiente. Si bien se inició en Once Unidos, su gran salto lo dio desde Cadetes, en 2004. El “Rojo” de Avellaneda se lo llevó y figuró entre las grandes promesas de un club. Debutó en 2011, pero ganó continuidad en la temporada 201213, el año del descenso. Claro que después fue el “1” titular del equipo que recuperó el lugar en primera. La última temporada la jugó en Central n

La opinión de su hermano Santiago

“Se está convirtiendo en un jugador muy completo” Santiago Feuillassier hizo el mismo camino que su hermano Francisco. Fue su faro. Gozó de las bondades de la Casa Blanca, estuvo en Rayo Vallecano y ahora, ya como profesional, está en el fútbol suizo. Claro que por estos días se encuentra en Mar del Plata para culminar el proceso de rehabilitación tras una operación por una lesión ligamentaria en la rodilla. “Francisco tiene liderazgo y personalidad. Lee muy bien el juego. Toma decisiones en el momento indicado, algo que es muy difícil. Sabe cuando encarar, pasar la pelota, hacer la pausa. Se está convirtiendo en muy jugador muy completo”, describió. “El mayor de los hermanos habló de la experiencia de pasar de Cadetes de Mar del Plata a Real Madrid. “Cuando se pega un salto tan grande es como que estar en una nube. Los vestuarios, las canchas, la ropa, las pelotas. Todo es un cambio enorme. Además hay una enorme competencia, por puesto están los mejores de España”, contó. Para Santiago, su hermano tuvo la personalidad necesaria para poder destacarse en una institución tan prestigiosa. “Su madurez es una de las cosas que más me llaman la atención. Tiene la garra de un jugador argentino, la gambeta que es innata y está mejorando mucho el remate”. Sobre su posición, explicó: “Habitualmente juega de volante por izquierda. Es derecho pero le gusta meterse para adentro. Pero también puede jugar por el otro costado o de enganche. Es un mediocampista ofensivo”. “Se le van dando las cosas de a poco.

Mismo camino. Los hermanos Francisco (izquierda) y Santiago (derecha) Feuillassier vivieron experiencias similares en el fútbol.

Todavía no lo asimiló. Está muy tranquilo, sin ‘pajaritos’ en la cabeza. Es una linda oportunidad, él siempre supo que iba a ser futbolista. Ahora está tan cerca, pero a la vez lejos. Tiene que seguir igual”, deslizó.n


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| Mar del Plata, lunes 8 de julio de 2019

Mar del Plata, lunes 8 de julio de 2019 | LA CAPITAL |

Fútbol

Fútbol “Me seduce el proyecto. No tengo idea qué puede pasar porque no sé si estoy en los planes del técnico. Seguiría por la familia y alegría que hay”

nENTREVISTA// Diego Herner

“Me decían loco cuando vine y ahora el orgullo es diferente” El experimentado zaguero eligió Alvarado por intuición y ahora se ilusiona con quedarse en la B Nacional. Habló de cómo disfrutó el camino al ascenso, dio su opinión sobre la definición con San Jorge y también mostró su faceta fuera del fútbol. Por Juan Miguel Alvarez

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e levanta todos los días a las 6 de la mañana para compartir más tiempo con su mujer Cecilia y llevar a sus hijos Valentino (5 años) y Catalina (6) al jardín/escuela. Va a los entrenamientos en el auto escuchando audiolibros. Lee en su casa con música clásica de fondo. Es trader: compra y vende activos financieros en la bolsa de valores. Diego Herner, futbolista que inscribió su nombre en la historia grande de Alvarado, tiene inquietudes intelectuales superiores a la media. Es una rara avis, no sólo en el fútbol. Se muestra reflexivo, profundo, pero también puede resolver situaciones con simplicidad, como dentro de la cancha. “El mundo entero me decía que estaba loco cuando vine a Alvarado. Pero tomé la decisión siguiendo la intuición, el corazón. Cuando salen bien esas ‘locuras’, queda una sensación de orgullo diferente. Este ascenso tiene algo especial”, dijo en una charla con LA CAPITAL días después de llevar al equipo marplatense a la B Nacional. La mitad de su vida fue un profesional del fútbol. Debutó con 18 años recién cumplidos en Gimnasia y Esgrima La Plata y ahora está próximo a cumplir los 36. Jugó casi 200 partidos en la máxima categoría del fútbol argentino, donde también defendió las camisetas de Banfield, Huracán y San Lorenzo. Fue campeón en Paraguay con Cerro Porteño, tuvo un paso por Las Palmas de España y en la etapa más reciente dejó una huella importante en Independiente Medellín y América de Cali, el grande colombiano al que regresó a Primera. Marcó goles en el Maracaná y el clásico platense, disputó Copa Libertadores y fue jugador de selección en su época juvenil. Todo lo vivió con intensidad. Pero no exhibe el currículum como un trofeo, porque cree que “son apenas resultados deportivos”. Esta forma de pensar, de manejar el ego, se la atribuye en parte a Marcelo Roffé (psicólogo deportivo). “No tengo cosas de fútbol en casa. Muy pocas camisetas, de algunos jugadores que me marcaron, pero las guardo, no están colgadas. Ni siquiera hay fotos mías. En casa soy yo, no un jugador”, explica Herner, quien ama al fútbol por su esencia y no por lo que lo rodea. -¿Que significó a esta altura de tu carrera el ascenso con Alvarado en un Federal A? -Este ascenso tiene algo especial porque fue más trabajado, costó todo

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Herner habló de Alvarado, el ascenso, su carrera y también su vida sin la pelota.

n CORTITAS Y AL PIE - ¿Rival que más te costó marcar? - César “Chelito” Delgado me volvió loco en un partido con Central (Clausura 2003, derrota de Gimnasia 4-0 en La Plata). Me pusieron de “3” y no lo podía agarrar. Después obviamente jugadores como Palermo, Cavenaghi, Tevez, Angel, Falcao... - ¿Mejor jugador con el que compartiste plantel? - Javier Mascherano. Aprendí muchísimo de él cuando teníamos 18 o 19 años, en la Selección Sub 20. Yo estaba en la preselección y compartimos tres días durante seis meses con Hugo Tocalli como DT. - ¿Entrenador que más me marcó? - Griguol. Me puso en Primera y tengo los más gratos recuerdos. No sabía que iba a debutar hasta el momento del partido contra Unión en Santa Fe (19/08/2001). A los 3 minutos ya tenía

“La gente que trabaja en Alvarado no te va a decir te voy a dar lo mejor, te dice te voy a dar todo lo que tengo. Es un club que hace con el corazón”

amarilla, pero era otro fútbol, se jugaba diferente. - ¿Jugador que más te sorprendió en Alvarado? - Rodrigo Depetris, Cristian Canuhé, Roberto Bochi, quien es un crack y de esos futbolistas que no se luce. Me parecen de otro nivel. - ¿Recibiste cargadas por el nombre que llevás y tus características como zaguero? - Me han dicho que soy el único Diego Armando que le pega para arriba. - ¿Qué hacés en tus tiempos libres? - Opero en la bolsa de valores. Miro fútbol; partidos, no programas. Estudio y leo mucho de psicología y economía. Antes no había celulares en los viajes y llevaba libros. Ahora tengo muchos en forma digital y escucho audiolibros, mucho sobre crecimiento personal, educación financiera, cultura n

“Entendí la frustración de San Jorge, no la reacción. El jugador es más sano que eso. Cree que va a ganar cuando va perdiendo 15 a 0”

mucho más. Fue una apuesta mía venir acá, cuando el mundo entero me decía que estaba loco. Fue una decisión siguiendo la intuición, el corazón y obviamente el plan de la gente que me contactó. Cuando salen bien esas ‘locuras’ queda una sensación de orgullo diferente. Y lo que tuvo completamente especial fue que mis hijos lo vivieron como el campeonato de sus vidas. Eso fue emocionante. Nunca los había visto festejar o cantar como hinchas. -¿Qué referencias buscaste antes de venir? -Hablé con Juan Di Bártolo (compañero en inferiores de Gimnasia) y Diego Galeano (compartió plantel en Banfield). No sabía de la actualidad porque no sigo las noticias deportivas. Cuando me contaron el plan y cómo venía el equipo me gustó. Sobre todo las ideas de Mauricio (Giganti) en cuanto a lo táctico. Me interesó aprender algo que yo no había vivido, porque me fui del país jugando siempre en Primera. Los desafíos me encantan. Con mi mujer pensamos que cuando uno se acomoda se estanca, buscamos evolucionar y aprender cosas nuevas continuamente. -¿Y con qué te encontraste en Alvarado? -Un club hermoso que me abrió las puertas como si fuera de toda la vida. Con un grupo excelente de trabajo y gente que puso su corazón por esto. Eso me costó encontrarlo en otros equipos desde que me fui de Argentina. Después con Mauricio (Giganti) tuvimos empatía enseguida por su idea de juego, la versatilidad que le intentaba imponer al equipo, la cantidad de herramientas que brindaba. -¿Qué te pareció la categoría? -Muy dura. Hay que adaptarse a la parte amateur del fútbol. Tuve que utilizar herramientas que usaba cuando era chico. Las mañas, como se dice. Todo se hace más friccionado. Nosotros teníamos un juego evolucionado, pero después de viajar 20 horas en un micro o en determinadas canchas de visitante había que hacerlo simple y buscar los resultados. En algunos escenarios el juego se hace más feo, pierde velocidad. -¿Eso lo sufriste? -No, era el desafío que buscaba. Hoy intento aprender, vivir el fútbol de una manera más honesta con los sentimientos. Cuando uno supera adversidades, va teniendo un sentido de pertenencia con el deporte. Eso lo encontrás en las categorías bajas. A nivel profesional es más difícil porque son otras las responsabilidades. Acá me volví a conectar con lo amateur. -¿Y con Alvarado conectaste

Messi, la mirada del mundo y la argentina Herner jugó ocho años en el exterior. Uno en España, en 2012, en Las Palmas. “Fue cuando todavía era anormal lo que hacía Messi. Ahora lo tomamos con naturalidad”. “El mundo entero lo reconoce como el mejor jugador. Acá lo criticamos porque es parte de nuestra idiosincrasia. Nos gusta tanto el fútbol que creemos que sabemos, que tenemos la solución para todo. Cualquiera le dice a Messi lo que tiene que hacer”, argumenta. Y, como amante de la psicología, lo analiza así: “necesitamos buscar un culpable para no aceptar el dolor de la derrota”. Sobre la mirada externa que hay de la Selección Argentina, subraya: “Acá la vemos peor que en el exterior. Nos siguen teniendo respeto, el tema es que el fútbol se emparejó muchísimo. Hoy se juega y entrena en casi todos lados igual, por el acceso a la información. Nosotros lo sufrimos porque antes estábamos arriba y ahora nos igualaron” n Diego Herner lleva en andas a su hijo Valentino en los festejos por el ascenso en el Minella. “Fue emocionante”, dijo.

Dejarlo todo y rendirse jamás Diego Herner nació en Gualeguaychú y desde muy chico soñó ser futbolista. Fue a probarse a equipos de Buenos Aires durante cinco años seguidos. Fue rechazado una y otra vez; siempre regresó llorando. “Mis papás no tenían plata para darme, viajaba en camiones de mis tíos, a

bien? -Muy bien. Es fácil conectar con clubes así. La gente que trabaja en el club no te va a decir ‘te voy a dar lo mejor’, te dice ‘te voy a dar todo lo que tengo’. De esa manera es fácil. Desde los que trabajan en el club, en la villa deportiva, cómo cuidan la cancha. Hubo días que no teníamos agua. Esas locuras, que después se olvidan con los resultados, son las que hacen que se vuelva una familia. La familia tiene problemas, pero se solucionan entre todos. -¿Por qué se logró el ascenso? -Por el plan y la ilusión loca de todos. No estábamos en los papeles de nadie. Fue importante saber sobrellevar momentos difíciles y que eso no se refleje en los resultados a largo plazo. Supimos sobreponernos a los momen-

veces en la caja con tres grados bajo cero. Hoy no lo veo como una locura porque entonces estaba muy ilusionado”, contó. Con 16 años quedó finalmente en Gimnasia, pero las cosas tampoco resultaron fáciles al comienzo. “El primer mes no tenía botines, me los prestaba un compañero: Agustín Rando. Todo eso hizo que no me rindiera”, aseguró. Y remarcó que para llegar hay que hacer sacrificios a los que que no cualquiera está dispuesto: “Todos quieren ser futbolistas, pero nadie pa-

tos que pudieron romper toda la estructura, como cuando casi no clasificamos al pentagonal o cuando Estudiantes se nos fue a seis puntos. Eso a Sarmiento de Resistencia le pasó factura. -¿Lo lograron por la madurez de los integrantes del plantel? -Sí, el equipo sabía lo que quería. Tuvo la paciencia para aguantar los golpes y entender que la cosa se define cuando termina, no antes. -¿Eso también los favoreció para abstraerse de la presión en el partido más importante del club en 27 años? -Estábamos demasiado tranquilos desde nuestro juego. Con Deportivo Madryn pasó lo mismo, de visitante jugamos como si fuéramos locales. Estábamos blindados de lo que pasa-

gar el precio necesario para serlo. Son muy pocos los jugadores que tienen otra profesión. En un momento hay que dejar todo y jugársela por completo”. “La mayoría de las historias de los futbolistas son muy duras. Se necesita una personalidad muy especial porque hay que dejar el alma para llegar. Y todavía hoy, tengo 35 años, estoy en Mar del Plata, y no sé donde voy a estar mañana. Ya lo disfruto así”, reflexionó. Y cerró: “el fútbol me permitió conocer el mundo, formar mi familia y conocer gente igual de loca que yo” n

ba y comprometidos con lo que había que hacer adentro de la cancha. Jugamos “sin presiones” por conseguir un sueño y se vio la mejor versión en la semifinal y final. -¿Qué análisis hacés de la decisión de San Jorge de sentarse y retirarse de la final? -A nosotros nos tocó que el árbitro se equivoque en contra nuestra en el pentagonal pero no por eso decidimos sentarnos. Entendí su frustración, no la reacción. Sí ahora cuando salió la sanción, porque parece que fue una línea que bajaron los dirigentes. El jugador es más sano que eso, cree que va a ganar cuando va perdiendo 15 a 0. Al futbolista le duele el orgullo. En el juego yo sentí que Alvarado fue superior durante los 50 minutos. -¿Qué tiene Alvarado para estar

en un Nacional B y qué le puede faltar? -Le puede faltar experiencia. Y tiene muchas ganas. Es un club “de corazón” y eso lo hace peligroso para el resto. La ilusión por lo que viene puede solucionar los inconvenientes. Se movilizó la ciudad por el ascenso a la B Nacional y eso no pasa siempre, fue algo hermoso. Todos afrontan las cosas con mucha alegría. -Eso de afrontar las cosas con alegría es más propio del fútbol colombiano que el argentino... -Sí. Acá se toma mucho con estrés, miedo a perder. Pero en Alvarado lo disfrutamos todos. -Eso ocurrió, en parte, porque se consiguió algo nuevo. Pero si el club “se acostumbra” a la B Nacional llegarán otras exigencias... -Sí, el piso será diferente y habrá que ir por otro objetivo. Va a ser así en los años venideros. Ojalá se pueda mantener la categoría y subir la vara. Pero hoy nosotros somos parte de otra realidad. -¿Te interesa seguir viviendo esta realidad en Alvarado? -Sí, claro, me seduce el proyecto. No tengo idea qué puede pasar porque no sé si estoy en los planes del técnico. La decisión de quedarme sería por seguir afrontando las cosas con esta alegría y por “la familia” que hay. Después si se da o no es un cuento aparte, porque también soy profesional y tengo objetivos. Me ilusiona quedarme si cuentan conmigo n


Mar del Plata, viernes 25 de mayo de 2018 30 | Suplemento 113 Aniversario diario LA CAPITAL

El controvertido final del Brasil-Suecia

Un gol que llegó décimas de segundo tarde Clive Thomas finalizó el partido tras un córner, con la pelota en el aire. El brasileño Zico conectó de cabeza a la red y la jugada pasó a la historia. Por Juan Miguel Alvarez

uarenta y cuatro minutos, treinta segundos. Segundo tiempo. Brasil decepciona en su debut en el Mundial 1978. Con una pobre actuación, apenas iguala 1-1 con Suecia. Pero tiene quizá la última oportunidad para conseguir el triunfo con un córner desde la derecha del arco que da a la popular norte del estadio de Mar del Plata. Toninho Cerezo no se decide a lanzarlo. Espera la llegada de Nelinho, el encargado desde su ingreso en el complemento. El lateral de Cruzeiro también pierde tiempo. Reacomoda la pelota y la deja apenas afuera del cuadrante de esquina. Interviene el línea iraní Jafar Namdar para ubicarla en el sector correcto. Pero el número 13 brasileño vuelve a tomar el balón y lo mueve unos centímetros más atrás de la línea de fondo, ahora sí en un lugar reglamentario. El arquero sueco pregunta el tiempo de juego; sabe que el empate es un resultado de oro ante el rival de más prestigio en el Grupo 3. También miran sus relojes los presentes en las tribunas, con los músculos temblando y los rostros rojos por la crudeza del frío invernal. Pero nadie espera el final con más premura que el árbitro galés Clive Thomas... Cuando Nelinho empieza a tomar una carrera de ocho pasos, se cumplen los 45’. Y pasan siete segundos del tiempo reglamentario en el momento que impacta con la fuerza y precisión habitual. Zico, quien sale disparado desde el punto penal, aparece por detrás de Erlandsson y Sjoberg, dentro del área chica, e impulsa de cabeza la pelota a la red, ante una floja resistencia de Hellstrom. El arquero sueco es, sin embargo, el más rápido en reaccionar con el balón dentro del arco. Con más información que los otros 21 protagonistas (el juez le había afirmado en el diálogo previo que se pateaba el córner y lo terminaba), señala la mitad de la cancha como señal que el partido terminó antes. Y está en lo cierto. Clive Thomas hizo sonar el silbato con el balón en el aire. Mediante gestos ampulosos, el juez indica que el partido concluyó antes de que la pelota traspasara la línea de meta. Zico, ya adentro del arco por el envión, no lo puede creer. Rivelino y Batista encabezan una tibia protesta. Al menos le cabe ese calificativo por ser, todavía hoy, una de las jugadas más controvertidas de la historia de los mundiales.

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No se sacaron el frío Brasil-Suecia, disputado el 3 de junio de 1978, tuvo un marco bastante menor al partido inaugural en Mar del Plata entre Francia-Italia, del día anterior. Incluso se dio algo muy llamativo: pagaron su boleto 32.569 personas, pero asistieron menos. Según consignó el diario LA CAPITAL en aquella época, se advirtieron claros en las plateas descubiertas, sector en el que estaban todas las entradas vendidas con antelación. Muchos prefirieron seguir las alternativas por televisión antes que exponerse al frío (a la hora del partido el termómetro marcó los 9 grados) luego de una mañana con lloviznas. Tal es así que varios periodistas

Oportuna secuencia del reportero gráfico de LA CAPITAL. Zico les gana a todos los defensores y cabecea hacia el arco (abajo). Clive Thomas señala el centro del campo, pero no sancionando el gol, sino determinando la finalización del partido (arriba).

brasileños, acostumbrados a un clima más templado, se instalaron en la sala de prensa del propio estadio para seguir las alternativas del encuentro por TV y evitar presenciarlo al aire libre. Si bien la rivalidad futbolística entre Argentina y Brasil data de mucho antes, entonces se estaba lejos del “decime qué se siente” del Mundial 2014. Como se admiraba el fútbol del país vecino, el público asistió con la ilusión de ver brillar al “scratch”. Pero sorprendió el planteo de Suecia, que anuló el juego del entonces tricampeón del mundo y se adelantó en el marcador: el habilidoso Anders Linderoth (contratado por Olympique Marsella para reemplazar al argentino Norberto Alonso) armó una jugada por la izquierda, Bo Larsson con un toque filtró la pelota con la defensa saliendo y Sjoberg conectó con justeza de corta distancia. Pasaron más de 45 minutos -47 segundos- cuando Brasil llegó al empate en la primera mitad. Pero en esa etapa

el árbitro prolongó un poco más el tiempo agregado. Cerezo envió una pelota cruzada para la llegada de Reinaldo, quien ganó la posición y definió dentro del área chica frente a un arquero plantado debajo de los tres palos. El juego fue de baja calidad técnica. Por eso durante el partido, aprovechando su presencia en el palco, el público entonó un “que lo pongan a Pelé, que lo pongan a Pelé”. El astro brasileño declaró después del encuentro: “Brasil me defraudó. No demostró nada de nada. En la última jugada, si Nelinho se apura, no hubiera desencadenado el problema del gol anulado”. Lo cierto es que el equipo dirigido por Coutinho pasó de los aplausos a los silbidos en noventa minutos y unos pocos segundos más. Con su libro a casa Clive Thomas estaba pasando por un buen momento en 1978. Llegó con la ex-

periencia de Alemania Occidental 1974, cuando se convirtió en el primer galés en dirigir en un Mundial. Y ya había ganado fama en la liga inglesa por su estricta interpretación de las reglas del juego. Tal es así que lo apodaron “The book” (“El libro”), por aplicar las normas al pie de la letra. Así lo hizo saber el propio entrenador sueco, Georg Ericson, antes del choque contra Brasil, al que describió como un equipo “sucio”. “Afortunadamente tenemos un árbitro fuerte como Clive Thomas”, declaró el DT. Hasta el último córner de Brasil, no había tenido fallos polémicos. Pero entonces decidió hacer sonar el silbato con la pelota en el aire, determinación que pasó a la historia debido al cabezazo certero de Zico. En defensa de Thomas hay que decir que en aquellos tiempos no era común adicionar cuatro o cinco minutos, como en la actualidad. Pero apenas habían pasado siete segundos del tiempo reglamentario y se habían realizado tres cambios durante el complemento, lo que implica una demora en el juego. Después del final del partido, dos periodistas británicos lo visitaron en el vestuario. “Los brasileños tienen la culpa. No deberían haber perdido tanto tiempo en tomar el lanzamiento de esquina”, les explicó. Según la historia que reveló el diario inglés The Guardian, ese sábado Thomas viajó en avión a Buenos Aires y se fue directamente a la cama. Poco después, Cliff Morgan, jefe de deportes de la BBC, lo pasó a buscar para invitarlo a tomar un trago a un bar junto a otro periodista prestigioso, David Coleman. Regresó al hotel y “durmió lo justo”. Al día siguiente, Friedrich Seipelt, un miembro del Comité de Arbitros de la FIFA, lo despertó con la peor noticia: Brasil-Suecia había significado su debut y despedida en Argentina ‘78. El galés armó las valijas y se retiró del país con mucha bronca. El sueño de dirigir la final se había truncado demasiado pronto y de manera injusta, según su pensamiento. Luego de su retiro, en 1984, Thomas tuvo varias incursiones en TV opinando sobre la famosa jugada. Y siempre mantuvo su postura: “El gol de Zico fue demasiado tarde. Posiblemente décimas de segundo tarde, pero demasiado tarde” ■


Mar del Plata, viernes 2 de marzo de 2018

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LA CAPITAL

Historias de archivo

Fangio, de Mar del Plata al mundo El balcarceño sorprendió con su primer triunfo en Máquinas Especiales, en 1949. Fue la antesala de una época de gloria en la Fórmula 1. Superó a los dominantes italianos en el “Circuito del Torreón” ante 300 mil espectadores, en una carrera también marcada por la tragedia. Por Juan Miguel Alvarez

uan Manuel Fangio, uno de los deJ portistas argentinos más importantes de la historia, logró su primer triunfo de relevancia internacional en Mar del Plata, un 27 de febrero de 1949. A muy pocos kilómetros de su Balcarce natal, venció a los pilotos que dominaban entre las Máquinas Especiales, como se llamaba en esos años a los autos Gran Prix, conocidos desde la década del ‘50 como Fórmula 1. Fue el preludio

de los cinco títulos mundiales conquistados poco tiempo después: en 1951, 1954, 1955, 1956 y 1957. En 1947 Fangio estableció el primer contacto con la elite del automovilismo. Archille Varzi y Luigi Villoresi llegaron al país para competir en distintas pruebas y se fueron maravillados por el talento del argentino, quien al año siguiente dio el salto a Europa. Mar del Plata recibió en 1949 a las Máquinas Especiales. Fue todo un acontecimiento para la ciudad, de hecho las crónicas mencionaron la presencia de 300 mil espectadores. Hay varios motivos que confluyeron en el éxito de su realización: el automovilismo ya era un deporte popular desde el surgimiento del Turismo Carretera a fines de la década del ‘30, el imán de un corredor admirado como Fangio, la ola de turistas que llegó ese fin de semana de Carnaval y la importancia de la carrera con figuras de renombre internacional. “Vinieron 30 mil ‘paisanos’ a verme. En Balcarce únicamente quedaba el cura en la iglesia”, ironizó Fangio sobre el acompañamiento de su gente.

La tragedia, un denominador común No todo fue felicidad en el Gran Premio “Ciudad de Mar del Plata”. Durante los entrenamientos perdió la vida el piloto Adriano “Pocholo” Malusardi (40 años), entusiasta propulsor de actividades automovilísticas y muy conocido en los circuitos mecánicos de la época. En el ascenso por la cuesta frente al Hotel Centenario, el Alfa Romeo P2 perdió una rueda al rozar con un cordón a alta velocidad, lo que provocó un vuelco impresionante. Fue todavía más dramático el desenlace cuando explotó el tanque de combustible y se produjo un incendio total del vehículo con el piloto nacido en Banfield en el interior. Durante la carrera ocurrió otra tragedia. En una curva frente al Hotel Old Boys (Playa de los Ingleses, actual

Varese), el Maserati 1500 del uruguayo Eitel Cantoni entró a gran velocidad, hizo un trompo y se estrelló contra un banco decorativo de hierro y madera, donde había algunos aficionados. Como consecuencia falleció un turista, Alejandro Cherny, y otras once personas resultaron heridas. Si bien la máquina quedó destruida, el piloto salió ileso. Enterados del hecho, numerosos médicos concurrieron al Hospital Mar del Plata (hoy Materno Infantil) ofreciendo sus servicios, incluido el intendente municipal, el doctor Juan José Pereda. Estas desgracias eran algo habituales en aquella época, con medidas de seguridad mínimas a comparación de las actuales. Por eso, subirse a un monoplaza era una aventura muy arriesgada. n

El Gran Premio “Ciudad de Mar del Plata” se disputó en el circuito “El Torreón”, que tenía como eje central el boulevard marítimo Peralta Ramos. La largada se instauró cerca del desaparecido Hotel Centenario, a la altura de la avenida Colón. El recorrido era hacia el sur hasta Cabo Corrientes, para retomar rumbo al norte por el actual paseo Jesús de Galíndez. Después de pasar el Torreón, los autos continuaban en esa dirección hasta la altura de la Pileta Cubierta, donde estaba la otra rotonda para regresar hacia el punto de partida (ver aparte). Si bien su chance no se equiparaba a la de los campeones italianos (Alberto Ascari, Luigi Villoresi o Giuseppe Farina), Fangio rompió con los pronósticos con su Maserati 4CLT 1500 y se impuso de punta a punta completando las 35 vueltas (cada una de 4.045 metros) a un promedio de 110 kilómetros por hora. “Le sobró corazón y habilidad para ganar”, describió el diario LA CAPITAL. La carrera La hazaña se gestó desde la largada. “El Chueco” había clasificado segundo tras Villoresi y sabía de la importancia de tomar la punta en el tramo inicial. Para eso aprovechó una pequeña “ventaja” que reveló poco después: “Conocía muy bien cómo largaba la carrera Don ‘Pancho’ Borgonovo. En aquel tiempo no había luz verde, sino que un largador bajaba la bandera para dar la orden. Cuando estaba por bajar el último dedo me dije ‘largo ya’, para llegar primero a la curva de Cabo Corrientes. Yo sabía que en la zona del mixto no se podía pasar”. En la octava vuelta desertó uno de los favoritos, Farina, quien venía tercero. Pero en ese tramo inicial Ascari fue su principal adversario. “Por ahí llevaba 10 metros, por allí me separaba hasta 100. Tomaba referencias al subir la loma del Torreón. Cuando doblaba para acelerar por la avenida Peralta Ramos, desde ahí arriba observaba cómo venían los otros, allá abajo, por Playa de los Ingleses. A Ascari ya lo tenía dominado cuando apareció Villoresi, que en la lar-

El “Circuito del Torreón”, con los extremos sobre la Pileta Cubierta y Cabo Corrientes y con largada en Colón y la costa. Tenía una extensión de 4.045 metros.

Foto: ¡Coche a la Vista! Fangio es perseguido por Ascari en la primera vuelta, a la altura del actual Paseo Jesús de Galíndez.

gada se había quedado”, contó Fangio. En la vuelta 14 Ascari se detuvo momentáneamente y pasó al segundo lugar Villoresi, quien por momentos puso en apuros a Fangio. Claro que cuando quedó a unos seis segundos de distancia, el italiano fundió su Maserati en la vuelta 21. El camino estaba allanado. Excepto por un problema mecánico que resolvió el propio Fangio con el auto en marcha. “Cuando faltaban unas quince vueltas tuve una preocupación porque se me rompió el caño de escape, que quedó colgando. Para evitar que trabara algo abajo del auto logré desprenderlo con la mano, pese a que quemaba. Eso sí, quedé sordo por un mes, por el ruido del motor sin el caño de escape”, dijo sobre aquella historia que con una mirada retrospectiva parece increíble. Fangio cruzó la meta primero y provocó un desborde total del público. “El triunfo de Fangio suscitó una explosión de fervor e idolatría deportiva como jamás se observó en nuestra ciudad”, se escribió en LA CAPITAL. Tal es así que cuando terminó la carrera una “marea humana” descendió al grito de ¡Fangio!, ¡Fangio! rompiendo los cordones policiales. Las fuerzas usaron bastones y espadas para impedir el paso del público. Segundo arribó el Príncipe Bira (primer y único piloto tailandés en Fórmula 1), a una vuelta, y completó el podio Oscar Gálvez, a dos. Les siguieron Italo Bizio, Andrés Fernández y Ernesto Tornquist. No completaron la prueba Ascari, Villoresi, Farina, Benedicto Campos, Eitel Cantoni, Reg Parnell y Victorino Rosa. Mientras que Adriano Malusardi tuvo un accidente fatal durante la clasificación (ver aparte). “La verdad es que yo no creía que podía ganar”, se sinceró el balcarceño, quien a los 38 años comenzaba a adquirir prestigio en el automovilismo a nivel mundial. El triunfo en Mar del Plata fue un punto de partida n


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Fútbol

LA CAPITAL

Mar del Plata, jueves 6 de agosto de 2015

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Copa Libertadores

Superó a Tigres 3-0 y se adjudicó la Copa Libertadores 2015

River

River campeón de América

Barovero (6); Mayada (7), Jonatan Maidana (6), Ramiro Funes Mori (7) y Vangioni (8); Carlos Sánchez (6), Kranevitter (7), Ponzio (8) y Bertolo (5); Alario (7) y Cavenaghi (5). DT: Marcelo Gallardo.

Por Juan Miguel Alvarez Desde Buenos Aires

e rodillas. Con lágrimas en los ojos. Los D brazos indicando el cielo. Fundidos en un apretón. Corriendo todos juntos bajo la lluvia. Formando una ronda que graficó la unión de este equipo. River es campeón de la Copa Libertadores 2015. Los hinchas se estremecen. Por felicidad propia y la de sus viejos, hijos, abuelos o amigos del alma. Por los que los llevaron a amar esos colores y hoy no están. Por aquellos que vieron al club lleno de gloria y por los que ardieron cuando estuvo en el infierno. Ya pasó. Hoy River es el mejor de América. Fue una noche eterna. Casi 70.000 hinchas protagonizaron la fiesta, colmada de

color y pasión en el Monumental. Y millones lo disfrutaron por la TV y salieron a descargar sus emociones en las calles de todo el país. Dentro de la cancha hubo jugadores dispuestos a poner a River en la cima para cerrar definitivamente la herida de otrora. Con personalidad y fútbol. Como en toda la Copa. Así, el equipo de Marcelo Gallardo se deshizo de Tigres de México, un poderoso rival que con una suculenta billetera llegó hasta la orilla, pero anoche careció de hambre de gloria para dar el último paso.

Se fue con gloria. Fernando Cavenaghi anunció que el de anoche fue su último partido con la camiseta de River. Una despedida a lo grande para el goleador.

Después del 0 a 0 en Monterrey, River salió convencido de sus ideas y decidido a no desaprovechar la oportunidad ante su gente. Goleó 3 a 0 y se coronó campeón de la Libertadores 19 años después de la última vez. Sobró actitud Si alguien pensó que el espectacular recibimiento podía ser contraproducente se equivocó. River salió con más energía que nunca. No se amilanó ante la necesidad de ser protagonista y presionó en todo el campo, sin dejarle tiempo ni espacio al rival para hacerse fuerte. Leonardo Ponzio contagió esa enjundia y los marcadores de punta estuvieron atentos para anticipar e impedir el crecimiento visitante por los costados. Pero más allá del remate cruzado de Cavenaghi a los 55’’ y los envíos aéreos de pelota quieta (Tigres cometió muchas faltas en su campo y recibió cuatro amarillas en 24’), River no llegó a fondo producto de las imprecisiones. Al contrario, Tigres pasó el asedio inicial y no necesitó la tenencia de la pelota ni el dominio territorial para generar situaciones claras. La primera fue por un error de Ramiro Funes Mori, quien recepcionó mal y después dudó en atacaronolapelota,permitiendolapareddelos delanteros visitantes, pero después el mellizo se reivindicó en el cruce frente a Sobis. Más tarde Jürgen Damm pasó a toda velocidad por derecha en una réplica, frenó de golpe para que pase de largo un defensor, pero su toque al centronofueconectadobienporGignac. River apretaba sobre campo rival sin profundizar, hasta que llegó al gol sobre el cierre de la primera mitad. Ponzio abrió a la izquierda para Vangioni, quien aceleró por

afuera para dejar el primer marcador en el camino, enganchó hacia adentro para eludir al segunda y después metió un centro con potencia y “rosca” perfecta; Lucas Alario se anticipó y cabeceó entre el primer palo y el arquero. Golazo y explosión en el Monumental.

El segundo tiempo se jugó bajo una lluvia torrencial. A los jugadores les costó mucho afirmarse en el campo y se apostó más al error rival que a la virtud propia para avanzar. En ese contexto, ahora el que se paró más adelante fue el conjunto mexicano. Pero Tigres tampoco fue como una tromba para adelante. Más allá de un remate de primera elevado de Gignac y algún remate de media distancia, el conjunto de Ferretti llegó con real peligro recién sobre los 23’. Fue tras otra buena maniobra de Damm, quien ahora picó la pelota al segundo palo tras el desborde, aunque Javier Aquino desperdició su cabezazo en soledad. Encima, después el propio volante exterior mexicano se llevó puesto de atrás a Carlos Sánchez y el árbitro sancionó el penal. El uruguayo, como ante Boca, agarró enseguida la pelota y se hizo cargo de la ejecución a los 29’. Esta vez le pegó arriba a la izquierda de un Guzmán que ni siquiera salió en la foto. River no tardó de dar el golpe de nocaut. Porque cuatro minutos más tarde, tras un córner, Funes Mori se elevó y metió un cabezazo impecable que terminó en la red. Por las apariciones claves de Barovero. La prestancia de los centrales. La frescura de Vangioni para jugar la final. Y de Mayada,

platense, alcanzó los 25 millones de pesos, y casi el 50 por ciento de los concurrentes retiró los globos rojos y blancos que se repartieron para la oportunidad.

BUENOS AIRES.- Fernando Cavenaghi no viajará hoy con la delegación riverplatense que recién el sábado arribará a Japón, donde disputará la semana próxima la Copa Suruga Bank frente al campeón local, Gamba Osaka, por haber ganado la edición 2014 de la Sudamericana.

Un operativo de seguridad que constó de 1.400 efectivos policiales y 600 de seguridad privada, junto a tres anillos de cacheo, el primero a 600 metros de la cancha, fue el que se montó para este evento.

Al delantero de O’Brien se le terminó el contrato con River anoche mismo, y a pesar de que desde algunos sectores de la institución pretenden prolongarlo hasta fin de año, desde hoy ya no será jugador del club.

Y la Justicia también actuó, porque el fiscal contravencional Norberto Brotto allanó las oficinas de Mercado Libre en la calle Arias y clausuró todas las publicaciones sobre tickets para la final.

El otro atacante que no viajará a Japón (la delegación partirá hoy a las 17 y hará una primera escala en la ciudad alemana de Francfort, donde pernoctará) será el uruguayo Rodrigo Mora, que también ayer terminó su vínculo y deberá incorporarse al Al Nassr, de Arabia Saudita.

Por lo tanto, “el Muñeco” observó el cotejo decisivo ante los mexicanos desde uno de los palcos del estadio Monumental y en el terreno

El funcionario judicial enmarcó todo en el artículo 91 del Código porteño que multa con 50.000 pesos de multa y hasta 30 días de arresto a quien ofrezca reventa.

Un marco acorde. El Monumental presentó anoche un marco espectacular para presenciar la tercera conquista de América riverplatense.

de juego quien tomó la posta fue su colaborador directo Matías Biscay.

club que revendieron sus entradas, y de avanzar la investigación y comprobarse lo actuado, podrían ser expulsados de la institución.

Hubo algunas corridas antes del partido, cuando un grupo de aficionados pretendió ingresar sin entradas por el playón de la Sívori, pero fue rápidamente controlado por los efectivos de seguridad.

Al final unos 75.000 aficionados desbordaron la capacidad del Monumental y llevaron a los hinchas riverplatenses a pedir que cerraran las puertas.

También fueron denunciados 19 socios del

La recaudación, récord para el estadio river-

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Nahuel Guzmán (5); Israel Jiménez (5), Juninho (5), José Rivas (5) y Jorge Torres Nilo (5); Jürgen Damm (6), Guido Pizarro (5), Egidio Arévalo Ríos (5) y Javier Aquino (5); Rafael Sobis (4) y Andre Gignac (4). DT: Ricardo Ferretti.

Goles: en el primer tiempo, 44’ Alario; en el segundo tiempo, 29’ Carlos Sánchez, de penal, y 33’ Funes Mori. Cambios: en el segundo tiempo, 19 Dueñas por Arévalo Ríos, 23’ Driussi por Alario, 31’ Pisculichi por Cavenaghi y Guerrón por Jiménez y 36’ Luis González por Kranevitter, Cancha:estadio Monumental, de River (muy buena). Arbitro: Darío Ubriaco, de Uruguay (7).

Pura efectividad

La despedida de Cavenaghi, incidentes en la previa y a Japón sin descanso

Marcelo Gallardo dio ayer la charla técnica antes de que los futbolistas de River Plate baj ar an a los vestuar ios, recinto por el que el entrenador se abstuvo de pasar dando cumplimiento así a la sanción que le aplicó la Conmebol por su expulsión en el partido de ida ante Tigres que se realizó hace una semana en Monterrey.

Tigres

El conjunto de Núñez llegó a la cima del certamen continental 19 años después de la última vez. Con la actitud que lo condujo hasta la final se llevó puesto al conjunto mexicano. Alario abrió el partido en el cierre de la primera mitad y Carlos Sánchez, de penal, y Funes Mori, completaron la goleada. Fue una fiesta total en el Monumental.

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Pablo Aimar pasó por los vestuarios riverplatenses para alentar a sus compañeros aunque se quedó afuera de este sueño que había albergado desde el día que llegó de regreso al club para emprender su última aventura profesional. El árbitro del encuentro, el uruguayo Darío Ubriaco, tuvo un “gran premio consuelo” con esta final, ya que venía de una gran frustración en su carrera, porque no pudo dirigir en la reciente Copa América de Chile por no superar el apto físico para hacerlo n

que entró como si fuera titular indiscutido. Por los “huevos” de Sánchez. La inteligencia y claridad de Kranevitter. La entrega y jerarquía de Ponzio. Por Alario, quien se disfrazó de Crespo. Pero también por Cavenaghi, que no hizo el gol soñado pero entendió su rol en el equipo. Por los que formaron parte más allá de no estar ahora. Y por los que llegaron a último momento. Por Gallardo, el refundador. Por la seria y locuaz dirigencia. Por sus hinchas. River es campeón de América n

Soñado. Lucas Alario acaba de meter el cabezazo perfecto que se transformó en el primer gol de River y se abraza con Carlos Sánchez, que luego marcaría el segundo. Un momento soñado para el pueblo “millonario”.

n LA CAMPAÑA FASE DE GRUPOS Rival San José (Bolivia) Tigres (México) Juan Aurich (Perú) Juan Aurich (Perú) Tigres (México) San José (Bolivia)

Condición V L V L V L

Resultado Goles 0-2 1-1 Sánchez 1-1 Balanta 1-1 Mercado 2-2 Mora y Gutiérrez 3-0 Mora (2) y Gutiérrez

OCTAVOS DE FINAL Rival Condición Boca (Argentina) L Boca (Argentina) V

Resultado Goles 1-0 Sánchez (p) 0-0 (*) -

CUARTOS DE FINAL Rival Cruzeiro (Brasil) Cruzeiro (Brasil)

Condición L V

Resultado Goles 0-1 3-0 Maidana, Sánchez y Gutiérrez

SEMIFINAL Rival Condición Guaraní (Paraguay) Guaraní (Paraguay)

Resultado Goles L 2-0 Mora y Mercado V 1-1 Alario

FINAL Rival Tigres (México) Tigres (México)

Condición V L

Resultado Goles 0-0 3-0 Alario, Sánchez (p) y Funes Mori (*) Se le dio el partido por ganado 2-0 debido a la suspensión del partido tras la agresión que sufrieron los jugadores de River.

PRESENCIAS Rodrigo Mora, Carlos Sánchez y Jonathan Maidana (13), Matías Kranevitter, Gonzalo Martínez y Camilo Mayada (12), Marcelo Barovero y Ramiro Funes Mori (11), Leonel Vangioni (10), Gabriel Mercado (9), Teo Gutierrez y Leonardo Ponzio (8), Leonardo Pisculichi (7), Ariel Rojas (6), Fernando Cavenaghi (5), Eder Balanta, Sebastián Driussi y Germán Pezzella (4), Emanuel Mammana, Luis González y Lucas Alario (3), Julio Chiarini y Tabaré Viudez (2), Javier Saviola, Bruno Urribarri, Augusto Solari y Nicolás Bertolo.

Millonario Para la posteridad. Los once que arrancaron el partido de ayer ante Tigre. Los que quedarán en la historia del club.

Gallardo bate marcas en tiempo récord Marcelo Gallardo, flamante campeón de la Copa Libertadores 2015, se transformó anoche en el DT más ganador de la historia de River Plate en el ámbito internacional, al sumar su tercera consagración en apenas un año en el cargo. El máximo título continental sumado ayer le permitió despegarse del “Bambino” Héctor Veira y del riojano Ramón Díaz, a quienes había igualado en febrero de este año, con sólo siete meses de gestión, tras ganar la Recopa Sudamericana en una eliminatoria ida y vuelta con San Lorenzo. El “Muñeco”, que el 26 de julio pasado cumplió un año de su debut como entrenador “millonario”, logró además una recuperación del estilo histórico de River, con un sello de juego ofensivo desde los primeros partidos del Campeonato de Primera División 2014, año que finalizó con la obtención de la Copa Sudamericana y el subcampeonato local. Y anoche, además, se convirtió en el único riverplatense en ganar la Copa Libertadores como jugador (1996) y también como entrenador (2015). Su ciclo exitoso en el plano internacional estuvo marcado por el logro inédito de haber eliminado a Boca Juniors de los dos

torneos semestrales organizados por la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol). En la Sudamericana 2014, River lo sacó de las semifinales tras empatar 0-0 en La Bombonera y vencerlo por 10 en el Monumental con gol de Leonardo Pisculichi, y en la Libertadores lo despidió en octavos, con otro 1-0 de local (Sánchez) y un empate sin goles inconcluso en La Boca. El nivel de efectividad de partidos ganados fue otro de los méritos en la campaña, pues solamente sufrió siete derrotas en los 67 partidos oficiales (107 goles) que disputó River desde la llegada de Gallardo. Su palmarés como DT complementa los siete títulos festejados en el club a lo largo de sus tres etapas como jugador, en las que ganó la Libertadores 1996, la Supercopa 1997, los Aperturas 1993, 1994, 1996 y 1997 más los Clausura 1997 y 2004. Incluso puede incrementar este año su foja exitosa si consigue la Copa Suruga Bank, que River disputará el próximo martes 11 ante el Gamba Osaka de Japón; el Mundial de Clubes FIFA, que disputará en ese mismo país en diciembre o bien el torneo de Primera actual, en el que marcha como escolta a tres unidades de la punta y con un partido postergado n

“Tigres es un equipo difícil, pero hoy se notó quien era millonario y los valores los teníamos nosotros”. Carlos Sánchez, autor del segundo gol de River.

n RANKING DE CAMPEONES Equipo País Títulos Edición Independiente Argentina 7 1964, 1965, 1972, 1973, 1974, 1975 y 1984 Boca Juniors Argentina 6 1977, 1978, 2000, 2001, 2003 y 2007 Peñarol Uruguay 5 1960, 1961, 1966, 1982 y 1987 Estudiantes Argentina 4 1968, 1969, 1970 y 2009 River Plate Argentina 3 1986, 1996 y 2015 Olimpia Paraguay 3 1979, 1990 y 2002 Nacional Uruguay 3 1971, 1980 y 1988 São Paulo Brasil 3 1992, 1993 y 2005 Santos Brasil 3 1962, 1963 y 2011 Cruzeiro Brasil 2 1976 y 1997 Gremio Brasil 2 1983 y 1995 Internacional Brasil 2 2006 y 2010 Palmeiras Brasil 1 1999 Atlético Nacional Colombia 1 1989 Colo Colo Chile 1 1991 Racing Club Argentina 1 1967 Flamengo Brasil 1 1981 Argentinos Jrs Argentina 1 1985 Vélez Sarsfield Argentina 1 1994 Vasco da Gama Brasil 1 1998 Once Caldas Colombia 1 2004 Liga de Quito Ecuador 1 2008 Corinthians Brasil 1 2012 Atlético Mineiro Brasil 1 2013 San Lorenzo Argentina 1 2014


LA CAPITAL

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Fútbol

Mar del Plata, lunes 15 de mayo de 2017

LA CAPITAL

Primera División

Le sacudió la alfombra

Derrotó 3-1 a Boca en La Bombonera y va por el campeonato

River le puso pimienta al campeonato El equipo de Gallardo se aprovechó de un rival que otorgó muchas ventajas defensivas y que tampoco estuvo lúcido en su juego. Hizo la diferencia con un “Pity” Martínez decisivo y dos delanteros de otro nivel.

Boca

Por Vito Amalfitano

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Agustín Rossi (5); Gino Peruzzi (3), Vergini (3), Juan Manuel Insaurralde (4) y Frank Fabra (5); Pablo Pérez (5), Fernando Gago (6) y Rodrigo Bentancur (4); Cristian Pavón (4), Darío Benedetto (5) y R. Centurión (-). DT: Guillermo Barros Schelotto.

River

Por Juan Miguel Alvarez Desde Buenos Aires

River está fuerte y encendido. En un ratito, desplomó a un Boca que por momentos se deshizo solo. Lo pudo golear. Pero perdonó y debió esperar hasta el final para festejar. El equipo de Marcelo Gallardo piso fuerte en La Bombonera, derrotó 3-1 al líder y dejó al torneo de Primera División del fútbol argentino más caliente que nunca. Para aspirar al título, River tenía que ganar en la cancha de su archirrival. Y así lo hizo. Porque en su versión 2017 pretende ser protagonista de todo. Ayer le dio un fuerte bofetón al equipo de Guillermo Barros Schelotto, que llega a la recta final del campeonato de forma vacilante y con otro aspirante que viene a todo vapor. Por el ataque -y contraataque- de uno y por la defensa de otro, la primera mitad pudo haber terminado con una diferencia más abultada. Pero el local encontró un gol casi de casualidad, por una falla de Batalla, y se mantuvo con vida hasta el cierre. Claro que, al final, prevaleció la lógica. El equipo de Gallardo salió a buscar el partido con inteligencia. Presionó en los lugares del campo que tuvo superioridad y, cuando recuperó, apostó a ofensivas velo-

Página 7 La otra mirada

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Augusto Batalla (5); Jorge Moreira (6), Jonatan Maidana (7), Martínez Quarta (7) y Milton Casco (-); Ignacio Fernández (5), Leonardo Ponzio (7), Ariel Rojas (5) y Gonzalo Martínez (9); Driussi (8) y Alario (8). DT: Marcelo Gallardo.

Goles:en el primer tiempo, 14’ Gonzalo Martínez, 24’ Alario y 47’ Fernando Gago; en el segundo tiempo, 45’ Driussi. Cambios: en el primer tiempo, 3’ Camilo Mayada (6) por Milton Casco y 16’ Walter Bou (4) por Ricardo Centurión; en el segundo tiempo, 19’ Ricardo Mora por Gonzalo Martínez, 23’ Wilmer Barrios por Pérez y 28’ Auzqui por Alario. Cancha:de Boca (muy buena). Arbitro: Patricio Loustau (5).

Certeza y festejo. Lucas Alario celebra su gol, el segundo de River, que desnudó todas las falencias de funcionamiento de Boca. ces, con tres jugadores que se entendieron a la perfección. Un día no brillaron Rojas y “Nacho” Fernández en la generación. Pero esta vez no fue necesario. Porque “Pity” Martínez, Driussi y Alario pudieron fácilmente con la defensa “xeneize”, por capacidad técnica y frescura para conectarse. El primero abrió la cuenta con una volea impresionante –tras un gran centro de Driussi que encontró desatento a Peruzzi- y después asistió a Alario para el segundo, luego de un rechazo corto de Vergini.

Se llevó todo de la Bombonera. “Nacho” Fernández se lleva la marca de Pablo Pérez. River se llevó todo de la Bombonera. No sólo el triunfo. También las certezas de ser más equipo.

Boca, confundido, encima se quedó sin su individualidad más desequilibrante, Centurión, quien salió lesionado. Y con los dos goles recibidos en 24 minutos, el nerviosismo empezó a jugarle una mala pasada: Fabra pudo haberse ido expulsado por la patada a Moreira. Sin defensores dúctiles para salir prolijo y sin confianza en los mediocampistas (la prueba más clara fue la de Bentancur), los delanteros tuvieron que ir siempre a buscar las divididas. River estuvo cerca del tercero en un par de oportunidades, pero Boca descontó impensadamente antes del entretiempo. Tiro libre lejano de Gago –con poco, el mejor de su equipo- que buscó el arco, Batalla hizo dos pasos para adelante y cuando quiso volver ya era tarde. El clásico ganó en emotividad. Boca, sin juego, igual se sintió cerca. Y, por esas cosas del fútbol, pudo haber empatado. River decidió esperar unos metros más atrás y apostar definitivamente a las réplicas. Contó con la prestancia de Maidana, un “salvador” Martínez Quarta –sobre todo cuando le ahogó el grito a Benedetto- y un Ponzio con mucha vitalidad para la lucha. Ya sin tanto resto físico y con el arco rival más lejos, le costó llegar con profundidad. Pero los defensores de Boca hicieron lo imposible para que eso sucediera. En el momento más vibrante de la noche, el equipo de Barros Schelotto tuvo dos situaciones inmejorables, pero en una Bene-

Una fiesta única. Un Superclásico en la Bombonera es un espectáculo único en el mundo, corroborado por medios internacionales. Una fiesta, un colorido y una acústica sin parangón.

Marcelo Gallardo, después de la victoria más esperada

“Vamos a intentar pelear el torneo” detto cabeceó por arriba dentro del área chica y, después de un mano a mano fallado por Auzqui, Batalla se redimió de su error con una doble tapada clave. Tras otro grosero error en la salida boquense, Driussi cerró el partido y desató el festejo “millonario” en La Bombonera. River superó a Boca en todos los aspectos. Dominó a partir de la estrategia, porque buscó la espalda de Peruzzi en el ataque y, con su presión en el medio provocó que la pelota estuviera mucho en los pies de Insaurralde y Vergini, con lo que eso implica. También por sus individualidades y la convicción en la idea que lleva a cabo. Boca, en cambio, falló en todo. Los defensores, con reiterados errores impropios de este nivel. Pero también se vio un equipo inconexo, sin identidad y con muchas dudas en su formación. ¿Cómo se entiende que Wilmar Barrios no haya sido titular? ¿Bentancur y Pavón son titulares indiscutidos? Boca todavía es puntero, más por arrastre que por actualidad. Y, encima, ahora se le viene un River muy firme de la cabeza. Ahora sí, el campeonato está que arde ■

Guillermo, en su momento de más cuestionamientos

“Me pude haber equivocado hoy, pero no los 23 partidos restantes”

Se siguió equivocando. “Sabíamos que River nos iba a atacar por los costados y tirar centros y nos ganó de esa manera”, evaluó Guillermo, cuando claramente la diferencia estuvo en otros aspectos, en casi todos los relacionados al juego.

El DT de Boca, Guillermo Barros Schelotto, señaló que pudo haber tomado una decisión errónea en el Superclásico ante River, que finalizó con derrota 3-1 en La Bombonera por la fecha 24, pero no así “en los 23 restantes” del Campeonato de Primera División del fútbol argentino. “Me pude haber equivocado hoy, pero no en los 23 partidos restantes. Sabíamos que jugábamos el partido para la gente y no lo pudimos ganar”, señaló Barros Schelotto, molesto ante una consulta de un periodista, en la conferencia de prensa. “Boca cometió errores defensivos y River lo aprovechó sobre todo en el primer tiempo. En el segundo tiempo, más con ganas que otras cosas, tuvi-

mos opciones de gol, pero rebuscadas”, enfatizó el Mellizo. Barros Schelotto afirmó que se acabaron “los momentos de las excusas” en la lucha por el campeonato y destacó que aun siguen con ventaja. “Depende de nosotros tener que ganar estos seis partidos que quedan”, apuntó el entrenador del líder del certamen. “Sabíamos que River nos iba a atacar por los costados y tirar centros y nos ganó de esa manera”, apuntó el ex goleador de Boca. Por otra parte, el mediocampista Ricardo Centurión, quien fue reemplazado a los 15 minutos del primer tiempo, padece una molestia en el isquiotibial derecho y se someterá a estudios ■

BUENOS AIRES- El entrenador de River, Marcelo Gallardo, celebró ayer su “primera vez” como técnico ganador en La Bombonera, el “partido bárbaro” que hicieron sus dirigidos y aseguró que, tras la victoria por 3-1 sobre Boca como visitante, el equipo de Núñez va “a pelear” el Campeonato de Primera División del fútbol argentino. “Vamos a pelear, por lo menos vamos a in-

150 El entrenador Marcelo Gallardo se retiró victorioso por primera vez de La Bombonera, con el 3 a 1 de River ante Boca por la 24ta. fecha del torneo de Primera División del fútbol argentino, en su partido oficial número 150 y canceló la deuda pendiente. Gallardo llevaba dos partidos por torneo local ante Boca en La Bombonera, pero sin triunfos ni goles. El primero fue con la derrota 2 a 0 del 3 de mayo de 2015, en la semana del choque por Copa Libertadores, y el empate 0 a 0 del 24 de abril de 2016. En tanto, en la faz internacional, River empató sin goles con Boca en la ida de semifinales de la Copa Sudamericana 2014 y se clasificó a los cuartos de final de la Copa Libertadores 2015, el 14 de mayo, en la revancha que fue suspendida en el entretiempo por el ataque a jugadores con gas pimienta. Gallardo, habituado a romper récords desde su asunción en junio del 2014, canceló dos rachas adversas en un solo partido y acrecentó no solo su estilo ganador y pensante como entrenador, sino que también se ganó definitivamente la idolatría entre los hinchas. Gallardo dirigió ayer su partido oficial 150 en River: ganó 75, empató 45 y perdió 30. Con el club de Núñez logró cinco títulos internacionales (Copa Sudamericana 2014, Copa Libertadores 2015, Recopa Sudamericana 2015 y 2016 y Copa Suruga Bank 2015); y una Copa Argentina ■

tentar pelear el torneo. Ganamos, vamos a ver cómo seguimos”, manifestó el conductor apenas finalizado el Superclásico. Para Gallardo, “era fundamental pisar fuerte” en La Bombonera, ya que la victoria dejó a su equipo a cuatro puntos de su clásico adversario, con un partido menos. “Lo único que importaba era la victoria, desde el principio asumimos el rol protagónico”, infló el pecho el conductor del equipo de Núñez y resaltó que sus dirigidos hicieron “un partido bárbaro”. Quedó en claro que celebró también su primer triunfo como DT en La Bombonera pese a que relativizó las “estadísticas”. Además, destacó la forma en la que River se quedó con los tres puntos, y la “gran diferencia” que hubo entre ambos equipos “en el primer tiempo”. “Ellos por lógica tenían que salir un poquito y tratar del buscar el empate, pero hicimos un partido bárbaro”, analizó luego el segundo período. Luego insistió en que “era fundamental ganar”. “No jugamos un partido más, jugamos

un partido que nos daba la posibilidad de meternos de lleno en la lucha por el título. Cuando se reanudó el campeonato estábamos muy lejos, pero en base a un rendimiento y una confianza que fuimos encontrando nos metimos en la doble competencia”, valoró. “El triunfo nos deja en una situación expectante, pero sigue siendo muy difícil para nosotros que veníamos de muy atrás. Nos vamos con un gran estado anímico, pero seguimos teniendo un partido pendiente con Atlético Tucumán que todavía no lo ganamos y además seguimos en la Copa, que es nuestro principal objetivo”, precisó. Y subrayó: “Si podemos seguir así, sumando como hoy, seguiremos peleando por el campeonato local, pero el objetivo principal es el torneo internacional, es la Copa”. También resaltó la actitud del arquero Augusto Batalla: “Cometió el error del gol que lo comete por su juventud en un centro que se le vino encima. Dio un paso adelante y no pudo retroceder. Pero después mostró la personalidad de siempre en esas dos tapadas del final que nos dieron el triunfo” ■

Protagonista en la Bombonera. Marcelo Gallardo celebró con euforia. “Desde el principio asumimos el rol protagónico”, expresó. Y es verdad.

Riverreafirmó en la Bombonera que es el mejor equipo del momento a la vez que sacó a la luz todo lo malo que Boca tenía escondido debajo de la alfombra, aun como puntero del Campeonato de Primera División del fútbol argentino. De principio a fin, más allá de los vaivenes del partido, y que el resultado pudo haber cambiado en alguna circunstancia (o por empate o por goleada), River siempre demostró lo que ya se sabía desde hace un tiempo, que es un equipo que sabe a qué juegay que incluso tiene más jerarquía jugador por jugador que Boca, aun después de dos paseos millonarios de “Tío Rico” de la dupla Angelici-Guillermo a mediados del año pasado, antes y después de la eliminación de la Libertadores. En realidad, Boca se quedó sin jerarquía desde que dejó ir a Riquelmeantes de tiempo y no supo construir la transición con el máximo ídolo como conductor y estandarte. Y se engañó y engañó con la extraña y millonaria contratación de Carlos Tevez, que no reemplazó para nada aquella ausencia, más allá de tres clásicos en los que el delantero se lució y le dio al equipo el envión que todavía lo mantiene en la cima del campeonato. River, en cambio, supo construir su jerarquía. Desde el equipo y hacia los jugadores. Con un entrenador que potenció a sus futbolistas hasta que crecieran a la par del colectivo. Lucas Alario, por ejemplo, no era un estrella cuando llegó, pero Marcelo Gallardo lo eligió y en su camino en el equipo de Núñez fue alimentando su categoría, hasta transformarse en el mejor delantero doméstico. Gallardo, además, con una idea más clásica y diáfana, nunca desdeñó el volumen de juego, ni privilegió el vértigo. Por eso se consolidó “Nacho” Fernández y pasó a ser importante en un par de partidos “el Pity” Martínez a pesar de su irregularidad. Y las certezas defensivas afloraron a la par de la columna vertebral que se formó entre los zagueros, Maidana y la gran revelación, el marplatense Martínez Quarta, y el volante central, un gladiador como Leonardo Ponzio que una vez más mostró más temple y capacidad para adueñarse del medio que un Fernando Gago nuevamente desbordado como cada vez que lo presionan en la salida. Y sobre todo sin el auxilio del colombiano Barrios, que hubiera sido una solución posible para el equilibrio (con el diario del lunes, claro) cuando salió lesionado Centurión. Pero en Boca se confunde ataque con vértigo. Boca es un equipo ofensivo, en la teoría y en la práctica (de hecho es el más goleador del campeonato) pero no siempre ir para arriba significa atacar bien. Sigue sin encontrar el rumbo, no dosifica con juego. Y no disimula, entonces, al menos con tenencia de pelota, sus casi ridículos errores en el retroceso y en la defensa. Boca sigue primero. Pero sin columna vertebral (1, 2, 5, 10) y sin idea de juego. River arremete, con fútbol y con columna (más allá del error del arquero en el gol de Gago) pero no se sabe si le alcanzará porque dio ventaja en la primera parte del campeonato y porque también tiene el objetivo de la Copa ■


Mar del Plata, viernes 23 de febrero de 2018

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LA CAPITAL

Historias de archivo Europa League. Atlético 4 de Madrid, Arsenal y Borussia Dortmund, tres de los aspirantes al título de la Europa League, se clasificaron ayer para los octavos de final, ronda que no alcanzó el Napoli, eliminado por el RB Leipzig. El equipo de Diego Simeone derrotó por 1-0 a Copenhague, cerrando un 5-1 en la serie. El equipo español contó con el delantero Angel Correa (ex San Lorenzo como titular -fue reemplazado a los 14’ del complemento- e ingresó Nicolás Gaitán (ex Boca), quien hacía casi tres meses que no jugaba. Arsenal se llevó un buen susto y, después de ir perdiendo 2-0 en casa (había goleado 3-0 de visitante), finalmente pasó con una derrota 2-1 ante Ostersunds de Suecia. Borussia Dortmund caminó por la cornisa, hasta que a siete minutos del final logró el gol de la igualdad 1-1 con Atalanta (jugó Alejandro “Papu” Gómez), al que superó 4-3 en el global. Otros clasificados fueron Milan, Lazio, Marsella, Zenit de San Pe t e r s b u r g o, S p o r t i n g d e Lisboa, Athletic de Bilbao, el mencionado Leipzig, Lyon, Salzburgo, Niza, Celtic y Partizán. Eliminado quedó el Real Sociedad del al arquero argentino Gerónimo Rulli, quien sufrió una lesión en el muslo derecho. La mancha de la jornada fue la muerte por un infarto de un policía de la Ertzainta (País Vasco), durante disturbios que se desarrollaron antes del duelo entre Athlétic de Bilbao y Spartak Moscú. Los incidentes se iniciaron cuando los fanáticos del equipo ruso, unos 150 según la policía de Bilbao, se enfrentaron con representantes del Herri Norte, uno de los grupos que representa a la franja más extrema de la afición del club vasc. Se registraron además cuatro heridos y hubo cinco detenidos. Barco. El delantero argen4 tino Ezequiel Barco marcó su primer gol para el Atlanta United de la Major League Soccer de los Estados Unidos, que empató 1-1 con Minnesota United en partido amistoso. También jugaron en el equipo de Gerardo Martino los argentinos Héctor “Tito” Villalba y Leandro González Pires. España. Espanyol, con 27 4 unidades y cerca de la zona del descenso, visitará hoy desde las 17 (hora argentina) a Deportivo La Coruña (17), que se encuentra entre los tres equipos que perderán la categoría en la Liga de España, en el partido que abrirá la fecha 25. Francia. Montpellier, sexto 4 en el certamen, visitará hoy desde las 16.45 (hora argentina) a Strasbourg, en el inicio de la 27ma. fecha de la Liga de fútbol de Francia. Alemania. Mainz, con el 4 argentino Pablo De Blasis, recibirá hoy desde las 16.30 (hora argentina) a Wolfsburgo, en el cotejo que marcará el comienzo de la 24ta. fecha de la Liga de fútbol de Alemania.

Maradona quiso dejar el fútbol a los 20 años Abrumado por la popularidad, pensó en el retiro durante una gira con Boca por Africa. Pelé le envió una carta para animarlo. La singular historia que reveló el periodista Guillermo Blanco. Por Juan Miguel Alvarez

or distintas cuestiones, Diego P Armando Maradona tuvo que separarse, al menos físicamente y de forma momentánea o definitiva, de distintos amores: Argentinos Juniors, Boca, Nápoles, la Selección Argentina, amigos de la infancia, su preciada familia. Pero jamás pudo despegarse de la pelota, la que llevó casi como una extensión de su zurda mágica. Claro que el cuero esférico que lo subió al pedestal también desnudó sus debilidades. Y ese Maradona tan supremo sintió muchas veces los temores de su propia figura. Con apenas 20 años ya sufrió una crisis emocional y estuvo a punto de ponerle fin a su carrera profesional. ¡Qué distinta hubiera sido la historia! En 1981, cuando Boca realizó una gira por Africa, Diego ya era noticia en el mundo entero gracias a las teletipos. El plantel del equipo de La Ribera llegó el 5 de octubre a Abidjan, la ciudad más importante de Costa de Marfil, que hoy ostenta casi 5 millones de habitantes pero entonces tenía solo 320 mil. Desde que bajó del avión, fue recibido como un héroe. “En el exterior, fue lo más grande en mi vida. Esos ‘negritos’ esperándome en el aeropuerto me emocionaron en serio. Yo ni me imaginaba que me conocían tanto. ¿No viste que cuando íbamos para almorzar vinieron como veinte y uno me llamó Pelusa?”, expresó Maradona entonces, tal como reprodujo posteriormente la revista Un Caño. Ya el 6 de octubre se disputó el primer partido del cuadrangular. Boca venció 5-2 a Stade Abijdan con un doblete del “10”. “Die-go, Die-go”, se escuchó continuamente en las tribunas. Dos días más tarde, el conjunto argentino se impuso 3-2 a Asec, el otro equipo popular de Costa de Marfil, en una final con mucha pierna fuerte y jugada literalmente en el barro. Todo parecía felicidad en la vida del astro del fútbol mundial. Sin embargo, ese placer por tirar una gambeta, hacer un caño o meter un gol se extinguía en noventa minutos. Y ahí empezaba otra historia. Guillermo Blanco, ex jefe de prensa de Diego y periodista que formó parte de esa gira, reveló en la revista El Gráfico una charla con el joven nacido en Villa Fiorito, ocurrida durante la escala del vuelo de regreso, en el aeropuerto de Lagos, Nigeria. “Quiero dejar el fútbol. Está bien, me dirás que estoy loco. Maduré la decisión durante esta gira. Lo he hablado con papá, con Miguel Brindisi, con Jorge (Cyterszpiler). Sé que me entenderán todos aquellos que me quieren bien”, le dijo Diego al cronista, su confidente. “Estoy cansado, deseo que la gente se olvide de Maradona, que los diarios no hablen más de mí…No pretendo en ver-

Locura por Diego. Jugadores y allegados de Stade Abijdan inmortalizaron mediante una foto su momento con Maradona.

dad abandonar el fútbol, que es parte de mi vida, más bien lo seguiré jugando hasta que me muera. ¿Sabés cuál es mi sueño? Jugar un partido solo con niños, en un estadio colmado de niños, con niños en el control de las entradas. Ni periodistas, ni adultos. Nada, solo niños”, reflexionó entonces Maradona. Y agregó: “También quiero subir a un tren, formar un equipo y salir de gira por los pueblos, jugando por beneficencia. No me importa si debo vender el Mercedes o la BMW, estoy acostumbrado a andar a pie. Te juro que daría todo lo que tengo a cambio de la tranquilidad que pueden gozar los que tienen mi edad”. Diego, que ya entonces se sentía rechazado en Argentina, hizo el “click” durante esos pocos días en el continente africano. “El afecto de los ‘negros’ me llegó al alma. En el exterior me recibieron así y en mi país hay gente que me critica sin conocerme. Antes, cuando no tenía nada, todos me querían. En estas condic i o n e s n o m e g u s t a s e r u n í d o l o. Renuncio a todo, a la gloria, los automóviles, a todo a cambio de mi paz”, deslizó en ese sentido. Maradona se quería retirar del fútbol profesional, cuando todavía no había cumplido 21 años. Entonces, el astro brasileño Pelé intentó persuadirlo para evitar la brusca decisión, tal como contó el propio Guillermo Blanco, autor del libro “Maradona. El hombre, el mito, el campeón”. El 18 de noviembre el “pibe de oro” recibió una carta desde Río de Janeiro. El remitente era E.A.D.N, Rua Atlántica, Copacabana, Brasil. “Querido Maradona, sé que estás viviendo un momento difícil de tu vida, pero es nor-

mal en personas que se transforman en personajes. Eres joven y tendrás otros momentos como éste. Creo, por eso, que ha llegado la hora para tí de decidir con mucha serenidad. También yo, en mi vida, tuve momentos como éste. Sé que es difícil soportar las presiones externas. Defiende tus intereses sin olvidarte jamás del público que te quiere y necesita. No pienses solo en las cosas materiales. Confía en Dios y verás que todo irá bien en tu vida. Me gustaría encontrarte de nuevo, como en ese día que llegaste a Río, aunque mis compromisos actuales y los tuyos tornen este deseo difícilmente realizable, por lo menos por ahora. Mucha tranquilidad, salud y espero verte pronto. Quiero verte en el Mundial de España. Un fuerte abrazo. Edson, Pelé”, decía la correspondencia. A fin de 1981, producto de esa “depresión”, Diego se negó a participar en la concentración de la Selección. Pero más tarde se reincorporó tras una charla con sus compañeros y el entrenador César Luis Menotti. Y, tal como le pidió Pelé, fue al Mundial de España. Allí se despidió de la peor manera, expulsado ante Brasil el día de la eliminación. Después cambió de aires con su partida a Barcelona. Y luego llegó la consagración mundial, como ídolo de Nápoles y figura excluyente de la Selección Argentina que ganó el título en México 1986. Diego no vendió su BMW, ni se subió a un tren. Jamás pudo librarse de los periodistas. Y tampoco cumplió el sueño de jugar en un estadio lleno de niños. Pero, por el camino que eligió transitar -a veces a su pesar-, alegró a millones. n


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