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Segovia
Un paseo sin prisas Érase una ciudad a un acueducto pegada. Indisolubles, sin saber muy bien cuál es el apéndice, si la ciudad o el monumento. Tan alargada es la sombra que mucha de la gente que llega a Segovia apenas pasa de sus arcos, quedándose en la piel de esa postal resultona. Desgranamos los motivos por los que merece la pena quedarse en Segovia. TEXTO y FOTOS: Rafa Pérez
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La plaza del Azoguejo tiene un cierto deje de la época en que la picaresca era un arte. Lejos quedan los tiempos en que Lope de Vega decía que corría más vino por abajo que agua por arriba
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aciendo la habitual recopilación de notas tras la visita a una ciudad, llego a las páginas de Segovia y me encuentro con una interesante judería, pinturas románicas, algunos de los mejores artesonados conservados en España. También hay un concierto de piano en un café, recuerdos de Antonio Machado y una Nariz de Oro emprendedora. Por último un trozo de papel aparte que dice: “Insistir en la calidad de la luz en este rincón de la piel de toro”. Se me olvidaba. Muy al final también aparecen un acueducto, el Alcázar, la Dama de las Catedrales y el cochinillo: tetralogía monumental (incluido el cochinillo) para el recorrido iniciático de las escapadas breves. Del Azoguejo hacia arriba, por la calle Real sin detenerse apenas, si acaso para asomarse a alguno de esos escaparates tradicionales que se dan codazos con las franquicias encargadas de vestir a las lolitas de hoy. Una vuelta por la Catedral y de un salto hasta el Alcázar, que se está haciendo tarde y Cándido ya ha sacado el cochinillo del horno. Una leve impresión de esta elegante ciudad castellana. Si detenemos la película, rebobinamos y bajamos los frames por segundo, empiezan a aparecer los detalles. La plaza del Azoguejo tiene un cierto deje de la época en que la picaresca era un arte. Lejos quedan los tiem-
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pos en que Lope de Vega decía que corría más vino por abajo que agua por arriba. A la plaza entras pasando entre los arcos del acueducto, mirando hacia arriba de reojo y acelerando un poco el paso, como cuando pasas por debajo de una escalera. Sin argamasa, le oigo decir a una guía mientras los más incrédulos se acercan a tocar la piedra y buscar entre las rendijas. No sé qué pensarían hoy los romanos al ver convertida una de sus mejores obras de ingeniería en la leyenda de una muchacha que tentó al diablo. Pero bien es sabido que entran mucho mejor ese tipo de historias bien condimentadas por los guías que el aceite de ricino de pesos, medidas y leyes físicas. Son tres los segmentos que hacen falta para dar enjundia a la calle Real: Cervantes, Juan Bravo e Isabel la Católica. Antes de desembocar en la plaza Mayor, nos topamos de frente con la casa de los Picos, ornamento utilizado para requerir la atención del transeúnte y condenar al ostracismo al judío y al verdugo que habían dado nombre a la propiedad con anterioridad. Los diferentes tramos de la calle Real utilizan las plazas a modo de bisagras. Las plazas siamesas de San Martín y Medina del Campo son buenos ejemplos. Bajo la atenta mirada de Juan Bravo, el comunero que plantó cara al rey dual junto
El barrio judío, lo que queda de él, está reservado para los viajeros más curiosos. La historia de esas callejuelas sigue el esquema de otras juderías
En la página anterior, las plazas de San Martín y Medina del Campo. Sobre estas líneas, Iglesia de San Miguel, donde fue coronada Isabel la Católica. A su derecha, el bello Alcázar de Segovia, sacado de un cuento de hadas.
a Padilla y Maldonado, monta su chiringuito Ángel Román Allas, el último minutero de España. Ahora ya, los años pasan, sólo sale algunos sábados y los domingos, un rato, cuando hace buen tiempo. Hoy en día que cualquier artilugio está cargado con una cámara de fotos, él se empeña en seguir midiendo distancias y encerrándose bajo el paño a revelar como se ha hecho siempre. El barrio judío, lo que queda de él, está reservado para los viajeros más curiosos. La historia de esas callejuelas sigue el esquema de otras juderías: un grupo de judíos quería cometer perjurio con la sagrada forma pero la hostia adquiere a tiempo una extraña habilidad voladora, léase milagro, y escapa por una de las rendijas del templo. Curiosamente, los encargados de consagrar la hostia, por tanto testigos del episodio, fueron los nobles que tenían cuentas pendientes con los comerciantes hebreos. Hasta aquí la primera parte. En la segunda ya intervienen los Reyes Católicos dictando edictos y llenando de flechas y yugos la ciudad. Sirva la reina Isabel I de Castilla para que lleguemos hasta la plaza Mayor. En un rincón aparece la iglesia de San Miguel, donde fue coronada contra el viento y marea de La Beltraneja. Ser hija bastarda no
ayudaba demasiado en aquella época. La plaza Mayor es la de más acento castellano, una plaza que pertenece a los segovianos. En todos sus defectos reside su encanto. Balcones y ventanas desiguales, como desencajadas; dudosa verticalidad de algunos de sus edificios, muchos de ellos apoyados en el vecino como para no caerse; un concierto de piano en Negresco 25 como apetecible contrapunto a los cánticos de un grupo de imberbes que buscan vivir una noche memorable. La plaza también fue de toros, todos tenemos un pasado. Ya por la mañana es de los niños, que corren entre las acacias y juegan a conquistar el templete que a sus ojos es castillo. Si seguimos dando la espalda a la Catedral -una vez nos enfrentemos a ella no veremos otra cosa- encontraremos el edificio del Ayuntamiento, como guinda de todo el pastel de soportales que sostiene a la plaza. Como Dama de la Catedrales conocen al principal templo de la ciudad. Dama por lo coqueta, con los pináculos bien peinados, la piel dorada y el estilismo de los Gil de Hontañón. El interior alberga generosas raciones de luz segoviana convenientemente teñida por las vidrieras policromadas y el que pasa por ser el primer libro impreso en España: el Sinodal de Aguilafuente de 1472. Rutas del Mundo 81
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En la calle de los Desamparados vivió durante Antonio Machado. En su estancia en la ciudad formó parte de la Universidad Popular y su Patronato de Misiones Pedagógicas No convienen las prisas al pasar por el barrio de las Canonjías, ya habrá tiempo de llegar al Alcázar. En la calle de los Desamparados vivió durante una mayoría de edad Antonio Machado. En su estancia en la ciudad formó parte de la Universidad Popular y su Patronato de Misiones Pedagógicas, que iba por los pueblos con reproducciones de cuadros de El Prado, libros y música para educar a la gente. El cuarto que ocupó el poeta era el más frío de la casa, allí dejó la frase “Blanca Hospedería, celda de viajero, con la sombra mía”. En otra de las estancias de la casa encontramos libros que el régimen consideró disolventes, pesimistas, liberalizantes, escépticos, además de anarquistas y antipatrióticos: Baudelaire, Goethe, Kant y Aristóteles fueron algunos de los autores denostados. Al salir de la casa me encuentro con la deliciosa librería de viejo Torreón de Rueda. Escondido entre muchos libros aparece César para enseñarme las curiosidades que hay en las estanterías. La cultura, como el acueducto, siempre ha ido de la mano de Segovia. Cuando prepa82 Rutas del Mundo
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Del Alcázar se dice que es la proa del barco que es Segovia, enfrentado al Clamores y al Eresma. Decía Cela que tiene un aire fantasmagórico, como un decorado de una ópera de Wagner
En la página anterior, una panorámica general de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y San Frutos. Debajo, en el centro, un detalle de la Casa de los Picos. Sobre estas líneas, fachada del Teatro Juan Bravo. A su lado, la iglesia de San Lorenzo. Debajo, a izquierda y derecha, pinturas románicas del ábside de la Iglesia de los Santos Justo y Pastor. En el centro, un detalle de su arco.
raron su candidatura a Capital Cultural Europea sólo hubo que hacer algunos retoques a su programación anual, eventos de lo más diverso que convierten a la ciudad en una gran laboratorio de la cultura, con sus marionetas, juglares, narradores y hasta las antiguas instalaciones de una cárcel que hicieron posible ir a ficharse. La última apuesta ha sido la rehabilitación de la Casa de la Moneda, que abrirá sus puertas en breve. El Real Ingenio fue construido por orden de Felipe II, siendo la fábrica de moneda más avanzada de su época. En los planos metió mano Juan de Herrera. De las catorce ruedas hidráulicas que funcionaron han sido restauradas tres. Como anécdota, contar que Carlos III mandó cambiar el sistema de acuñación porque no se veía favorecido en las monedas, aunque probablemente no era culpa del cuño. Hablando de reyes llegamos al Alcázar, que fue residencia de varios de ellos a lo largo de la historia. Del Alcázar se dice que es la proa del barco que es Segovia, enfrentado al Clamores y al Eresma. Decía Cela que el
Alcázar tiene un aire fantasmagórico, como un decorado de una ópera de Wagner. A poco que se conozcan un poco los tejemanejes que allí se dieron, uno se pone del lado de don Camilo. Nos queda el extrarradio, que en el caso de Segovia no es más obstáculo que diez, si acaso quince minutos andando a paso dominical. El monasterio de San Antonio el Real conserva algunos de los mejores artesonados del país, de mediados del siglo XV. A los artesonados se unen las ajaracas o la colección de misales y cantorales que consiguen emocionar a una turista alemana, organista de una iglesia cercana a Heidelberg. De la iglesia de San Justo nos quedamos con sus pinturas románicas, sublime pantocrátor injustamente arrinconado a escasos metros del acueducto. Si el viajero tiene la suerte de estar en domingo en la ciudad, a las doce en punto llegan los cantos gregorianos desde el monasterio de El Parral. Pocos monjes ya, apenas once. Reconozco a fray Ignacio, que me abrió las puertas una quincena de años atrás. Tiene ya 89, Rutas del Mundo 83
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Guía práctica
segovia CÓMO LLEGAR El AVE comunica Madrid con Segovia en apenas media hora. Para otras combinaciones, horarios y precios consultar www.renfe.com Los trenes llegan a la estación de Segovia Guiomar, a seis kilómetros del centro de la ciudad. Hay buenas combinaciones en bus urbano y taxi. DÓNDE DORMIR Infanta Isabel Plaza Mayor, 11 Tel. 921 461 300. www.hotelinfantaisabel.com En pleno corazón de la zona monumental, en un edificio del siglo XIX. Desde 60 euros la habitación doble. Huerta de San Lorenzo San Vicente El Real, 27 Tel. 921 443 225. www.lahuerta.org En el barrio de San Lorenzo. Acogedor alojamiento rural dentro de la ciudad, en lo que fue una antigua huerta de Segovia. Merece especial mención su cocina ecológica. Desde 58 euros la habitación doble.
Desde la carretera a Zamarramala se tiene una de las mejores vistas de Segovia, especialmente en cuando se puede ver el degradado de azules cayendo hacia el horizonte de la ciudad donde Quevedo le veo cansado, siguiendo la celebración con un débil hilo de voz. Tranquilidad, buenas vistas. Sosiego para el ateo que esto escribe. No me olvido de la luz. María Zambrano decía que no es la luz la que baja a la ciudad sino la ciudad la que sube hacia la luz. Desde la carretera a Zamarramala se tiene una de las mejores vistas de Segovia, especialmente en esos atardeceres tan largos, cuando se puede ver el degradado de azules cayendo hacia el horizonte de la ciudad donde Quevedo dio cuna al Buscón don Pablo y al Domine Cabra.• 84 Rutas del Mundo
Sobre estas líneas, un impresionante atardecer desde la carretera a Zamarramala. A la izquierda, el quiosco de la Plaza Mayor. En la pagina siguiente, en la guía práctica, paseo en bici por el valle del Eresma. Junto a estas líneas, los soportales de la Plaza Mayor
esos atardeceres tan largos, dio cuna al Buscón don Pablo
La Casa Mudejar Isabel la Católica, 8 Tel. 921 466 250 www.lacasamudejar.com Buenas vistas a la Sierra de Guadarrama. En su interior se encuentra el aljibe más grande de la ciudad, importantes restos romanos y una parte del foso Celta que protegía Segovia en tiempos prerromanos. Desde 60 euros la habitación doble. San Antonio el Real San Antonio el Real, s/n Tel. 921 413 455 www.sanantonioelreal.es Ubicado en una parte del monasterio homónimo. Conjunto de edificaciones que ocupaban la antigua Vicaria con su claustro. Desde 95 euros la habitación doble.
DÓNDE COMER Hasta el 31 de diciembre diecisiete restaurantes de la ciudad ofrecen el menú Cómete Segovia. Una buena oportunidad de acercarse a las diferentes propuestas gastronómicas por un precio cerrado de 25 euros. Algunos de los restaurantes participantes:
com Ubicado en la principal plaza de Segovia, con vistas a la Catedral. En el menú Cómete Segovia ofrecen un bacalao muy rico.
Di-Vino Valdeláguila, 7. Tel. 921 461 650 www.restaurantedivino.com Lucio del Campo, Nariz de Oro en el año 2002, ha apostado por una cocina de alta calidad, más allá del cochinillo. Hay que dejarse aconsejar en los maridajes.
El Fogón Sefardí Isabel la Católica, 8 Tel. 921 466 250 www.lacasamudejar.com Trabajan para recuperar la cocina sefardí. Durante las obras de acondicionamiento, descubrieron unos impresionantes artesonados del siglo XV. Es posible comer en una mesa bajo ellos.
El Hidalgo José Canalejas, 5 Tel. 921 463 529 www.el-hidalgo.com En un antiguo palacio del siglo XIII. Precioso patio castellano. La Concepción Plaza Mayor, 15. Tel. 921 460 930 www.restaurantelaconcepcion.
Otro par de buenas opciones, con interesantes propuestas a través de su menú degustación.
Casares Isabel la Católica, 1 Tel. 921 461 751 www.restaurantecasares.com Cocina tradicional segoviana con el toque justo de modernidad. MÁS INFORMACIÓN Turismo de Segovia www.turismodesegovia.com Rutas del Mundo 85