La fascinación humana por la vida y la muerte ha
construido y cimentado muchas tradiciones en los pueblos de todo el mundo a lo largo de la historia. Latinoamérica tiene muchos elementos místicos en su búsqueda de una explicación de la transición de vivos y muertos y es por eso que muchas de las festividades más importantes tienen estos elementos.
El Día de Muertos en México y el Día de Todos los Santos y Difuntos en Guatemala comparten muchos elementos comunes, inspirados en el color, la comida, los bailes, las calaveras, el teatro y festivales.
En México, estas festividades se asemejan a una fiesta nacional, el Zócalo de México se transforma en un verdadero escenario de arte y en Guatemala las familias no pueden dejar de degustar su platillo más famoso: el fiambre, aprovechando un momento familiar para celebrar a sus difuntos.