Ud24_T13_''Glosario'' de Christian Kerez

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UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DE ARQUITECTURA

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federico soriano Textos 2017-2018

13 Glosario

KEREZ, Christian. El Croquis N. 182. Madrid, España, 2016.

Términos y definiciones Los proyectos que siguen a continuación parecen diferentes unos de otros. Son el testimonio de una investigación progresiva sobre maneras distintas e incluso contradictorias de definir el espacio. Cada proyecto reflexiona sobre los principios que gobiernan el diseño del espacio —que fue el tema del número anterior de El Croquis sobre ‘Fundamentos arquitectónicos’, en 2009—. La diferencia entre estos edificios no es resultado de un enfoque contextual o de una adaptación programática a condiciones variables. Pese a las diferencias de programa o de emplazamiento, los proyectos remiten unos a otros según una lógica no lineal. Algunos de los proyectos se relacionan a partir de un interés común, de una búsqueda común para una experiencia específica del espacio arquitectónico. Es posible recurrir a términos específicos para describir estas búsquedas, y por ello esta introducción no será un texto progresivo, sino un compendio de definiciones para clarificar algunos de estos términos y exponer de qué modo se relacionan estos proyectos entre sí. Espacio arquitectónico El término ‘espacio arquitectónico’ parece de entrada estrictamente tautológico, ya que la arquitectura se define en virtud del espacio físico construido. Pero la arquitectura es, generalmente, construida sin ninguna intención particular 1


acerca del espacio, aparte de la conciencia de que el espacio tiene una naturaleza tridimensional. En este sentido, el término ‘espacio arquitectónico’ se convierte en un elemento de resistencia. Incide sobre la integridad de la arquitectura en cuanto que disciplina que puede recibir influencias ajenas pero en ningún caso derivarse de ellas. Defiende la idea de espacio arquitectónico en beneficio de aquéllos que podrían desear usarlo y experimentarlo, frente a cualquier recepción precipitada de una concepción pintoresca o ideológica. La idea de ‘espacio arquitectónico’ insiste en los medios propios de la arquitectura frente a cualquier otra forma de percepción. Ciertos aspectos de la arquitectura como las demandas del cliente o el solar, la sostenibilidad o la carencia, son sólo puntos de partida arbitrarios, meros parámetros para revelar la experiencia del espacio arquitectónico, una experiencia que no es posible tener en ningún otro medio. Esta experiencia ya no es el resultado de otras muchas influencias que llegaron a ser el punto de partida y el punto focal de todas las ideas que se dieron en cada etapa del proceso de diseño. Obsesión Este término describe una actividad que no tiene un propósito claro sino que parece más bien satisfacerse a sí misma. Una obsesión es una actividad que no tiene por objeto llegar a un fin o, sencillamente, agotarse en un determinado momento y lugar. En este sentido, el término ‘obsesión’ podría emplearse para expresar una intención en arquitectura cuyo interés principal no estriba en cambiar o mejorar el mundo, un trabajo que no tiene un propósito pedagógico o propagandístico, que es difícil de entender e imposible de concluir. Una obsesión podría superar por completo su sentido personal y psicológico si esas actividades no sólo siguen ciertas pautas sino que, además, revelan una lógica reconocible. Estructura El término ‘estructura’ puede ser aplicado igualmente a las instalaciones técnicas, a la distribución funcional o a cualquier otro aspecto concreto de un edificio. El término evoca la acumulación de elementos idénticos o semejantes que componen un edificio. La estructura define estos elementos de un edificio en virtud de sus relaciones. De ahí que sólo quepa hablar de una estructura portante si sus elementos de carga están organizados de tal manera que podamos reconocer en ellos una unidad. Entender la arquitectura como una estructura que puede definirse o visualizarse en función de la combinación inequívoca de sus distintos elementos nos permite concebirla de una forma totalmente abierta y desprejuiciada —excluyendo toda arbitrariedad o aleatoriedad y haciendo inviable cualquier ejercicio de rigor formal basado en una simplificación temática—. Este concepto de la estructura nos permite abordar los principios fundamentales de la arquitectura sin incurrir en gesticulaciones arcaicas y fundamentalistas o en la retórica minimalista. La estructura arquitectónica es 2


un sistema de elementos espaciales, funcionales y técnicos muy heterogéneos, susceptibles de derrumbarse en cualquier momento. La estructura ofrece a todos estos elementos distintos la posibilidad de convertirse en una unidad. Sin embargo, el término ‘estructura’ sólo resulta significativo si se vuelve específico, es decir, si se desarrolla en un proyecto específico. Espacio Genérico Los edificios de oficinas suelen ser edificaciones sin una definición concluyente del espacio final. Más bien articulan zonas y opciones que posteriormente serán definidas como espacios reales. Los edificios de oficinas son una definición provisional de arquitectura, una arquitectura aún por terminar, un espacio por llegar. Trabajar con un espacio de este tipo nos brinda la oportunidad de establecer relaciones entre los elementos de la infraestructura —como escaleras, ascensores o núcleos de servicios— y vincularlos, al mismo tiempo, con la estructura portante. Un espacio genérico no es una retícula interminable de elementos idénticos. Tiene unos límites claros, que obligan a preguntarse sobre la relación entre la retícula interior y el exterior, o a cuestionarse la relación entre el núcleo y la envolvente, porque esta tipología arquitectónica se reduce a la esencia misma de la estructura y la tecnología constructivas. Pero solamente a partir de la superposición de los espacios resultantes, en su arbitraria diferenciación con respecto a los elementos invariables del edificio, pueden estos ejercicios con los elementos constructivos tener alguna credibilidad. Una casa como maqueta Richard Lethaby escribió en su libro Architecture, Mysticism and Myth que el hombre no puede comprender el mundo como un todo. Por eso, trata de tomar distancia, para alcanzar a comprenderlo por medio de esa separación. En este sentido, una casa es una maqueta del mundo: representa un orden que no podemos percibir en el mundo, pero que hace perceptible, a la escala de la casa, lo que el mundo contiene. A este respecto, si un edificio quiere ofrecernos una visión del mundo, no deberá excluir las diferencias o contradicciones. Al contrario, podríamos sostener que la casa es un instrumento adecuado para intensificar las diferencias y concentrarlas en un mismo lugar para poder experimentarlas y comprenderlas. Maqueta Conceptual Una maqueta es un objeto que nos permite comprender fenómenos complejos simplificándolos. La maqueta es, al mismo tiempo, abstracta y concreta, una idea y un objeto. Ahí reside el interés de las maquetas conceptuales: reproducen la realidad de manera indirecta. Ofrecen la posibilidad de considerar una idea de forma distinta: en una forma concreta. Una maqueta conceptual no intenta 3


acercarse a la realidad; posee su propia realidad. Es la plasmación concreta de algo abstracto. Nos ayuda a imaginar la idea que el edificio encierra. A menudo es un objeto de deseo antes de convertirse en una herramienta de comprensión. Sinicidad Algunos de los criterios arquitectónicos que se dan en China son parecidos a los que rigen en muchos otros países. Por ejemplo, el deseo ambivalente de una arquitectura que cumpla estándares y expectativas comunes, como el ahorro y la funcionalidad, pero que también sacie nuestro apetito de lo extraordinario y excepcional, de un edificio icónico o de una nueva referencia arquitectónica. En lo que China se singulariza con respecto a otros países es (hasta donde yo sé) en la exigencia general de que cualquier edificio nuevo significativo entronque con el acervo del país. Esta exigencia de sinicidad no evitará que la arquitectura tradicional y sus valores desaparezcan en amplias regiones centrales del país, pero sí parece interponer un obstáculo para la difusión de un ya periclitado estilo internacional, y también puede convertirse en una oportunidad para esquivar arquitecturas definidas por estilos personales y fácilmente identificables, con un aspecto poco más o menos similar en todas partes. La exigencia de que los nuevos edificios remitan a los valores tradicionales chinos suele interpretarse de manera simbólica, como si se esperase la traducción de un concepto genérico a una metáfora popular. La arquitectura se convierte en escultura figurativa. El espacio interior deviene el relleno que insufla la escala adecuada al gesto retórico. A mi modo de ver, la única razón de trabajar en países distintos es imaginar espacios de un modo distinto. Por tanto, la exigencia de sinicidad se convierte en un posible punto de partida para definir ideas abstractas y principios arquitectónicos —prescindiendo de explicaciones meramente funcionales o contextuales— que nos inviten a pensar sobre el aspecto que deberían tener los edificios nuevos que se hagan en China, y en qué deberían distinguirse de los edificios de otros países. Experimentar la arquitectura Un edificio no es como un experimento científico porque la experiencia del espacio arquitectónico, su conclusión, no puede separarse del propio experimento. No podemos adquirir el saber y la experiencia y luego deshacernos del edificio, o hacerle una foto y luego derribarlo. La calidad de la arquitectura sólo puede verificarse con la experiencia del edificio. Un plano no es más que un instrumento para crear espacio arquitectónico. Las maquetas son sólo una aproximación; no pueden reemplazar al espacio arquitectónico. No obstante, me interesa hacer maquetas, croquis y fotografías, y mostrar esto en exposiciones, porque todo ello ayuda a centrar la atención en aspectos concretos del edificio al ceñir la experiencia del espacio. Cada uno de esos medios traduce el espacio en algo que luego puede formar parte de un libro o una exposición, se puede llevar de 4


un lado a otro, o enviar por correo electrónico. Este tránsito, esta experiencia crucial del espacio arquitectónico, puede ayudar a tomar conciencia de ciertos aspectos concretos de la arquitectura. Detalles En la concreción construida de un espacio, todos los aspectos arquitectónicos se juntan para formar y habilitar una unidad indisociable. Pero sólo tendrán significado a condición de que describan los límites del espacio arquitectónico. Sólo en el contexto del espacio arquitectónico adquiere significado cada elemento del edificio. Sólo podemos hablar de detalles si los entendemos como partes de un todo que es el edificio. De ahí mi esperanza de que hasta el más sencillo y banal de los detalles pueda tener sentido —pero no en sí mismo y por sí mismo—. Incertidumbre Yo empiezo un diseño cuestionando las cosas. No puedo arrancar basándome en una afirmación o en una convicción cualquiera. En vez de comenzar cumpliendo las expectativas del programa o del cliente, prefiero empezar planteándome preguntas. Es un punto de partida muy frágil, y hace que la tarea de un arquitecto no sólo sea más difícil sino también más arriesgada. Esta incertidumbre, y este deseo de incertidumbre, que casi llega a la desesperación, es la única posibilidad de que la obra de un arquitecto no acabe siendo una colección sin fin de proyectos parecidos. Para encontrar algo nuevo en arquitectura uno tiene que estar dispuesto a renunciar a todo lo que haya hecho hasta entonces. Reglas Definir la arquitectura por un conjunto de reglas equivale a entender un edificio desde un punto de vista estrictamente conceptual. Las reglas fijan una relación entre las distintas partes, entre los distintos elementos de un edificio sin tener en cuenta sus cualidades estéticas, como la silueta de los volúmenes o las dimensiones y proporciones de los espacios interiores. Las reglas entienden un edificio omo un ente, al margen de cualquier explicación narrativa o anecdótica. Representan el intento de superar cualquier preferencia personal en la toma de decisiones estéticas o cualquier uso metafórico de la arquitectura. Las reglas con las que trabajamos son muy específicas, y cambian de un proyecto a otro. No son dogmas, y tampoco son válidas para todos los proyectos. Son herramientas que nos sirven para distinguir un proyecto de otro. Un cambio de reglas no tiene como principal consecuencia un cambio en el aspecto de un edificio; lo que cambia es el modo en que se piensa el edificio. No pretendemos, en modo alguno, que estas reglas sean creaciones personales. En todo caso, constituyen un intento de depurar y visibilizar principios arquitectónicos que, 5


a menudo, quedan sepultados bajo un bombardeo de medidas inconscientes y contradictorias. La definición de estas reglas está más relacionada con la revelación de principios arquitectónicos que con su invención. Excepciones La estructura de un edificio tiene unas dimensiones finitas, límites y una presencia volumétrica externa. Junto a esta limitación de las dimensiones, un edificio también se caracteriza siempre por sus excepciones. Una escalera, por ejemplo, supone una ruptura fundamental en una secuencia de plantas horizontales, y lo mismo puede decirse de los ascensores y de los conductos de servicios. Las excepciones no son sólo molestos obstáculos que se interponen en la creación de una estructura constructiva limpia, sino el requisito previo para desarrollar una arquitectura compleja de múltiples capas a partir de un simple esquema. Son las brechas obligadas en un sistema arquitectónico las que hacen posible una interpretación más holística o compleja del mismo. Laberinto Un laberinto es una secuencia de espacios que, por su semejanza y porque están conectados de maneras parecidas, son difíciles de distinguir entre sí. Un laberinto es un sistema espacial construido con la voluntad de perder la orientación, de perder la noción de principio y fin. Así, el laberinto se convierte en un espacio ideal en la medida en que crea la impresión de infinitud, aunque esté construido en un terreno con unos límites específicos y nítidamente definidos. Es un ingenio que crea la impresión de un espacio infinito, ilimitado, dentro de una superficie acotada o, tal vez, incluso modesta. Espacio ornamental Podemos concebir un ornamento de manera no figurativa. Por ejemplo, cabe considerar que los escritos de Friedrich Nietzsche son ornamentales porque sus pensamientos no se organizan linealmente. Sus textos son como un amplio campo abierto en el que las ideas, múltiples y variadas, aparecen y desaparecen para enlazar después con otras líneas de pensamiento. Podríamos describir como ornamental esta forma de juntar cosas distintas. El término ‘ornamento’ también puede aplicarse al papel pintado, o a las alfombras, si sus motivos consisten en una repetición de elementos particulares, a veces con pequeñas variaciones, pero siempre desprovistos de un límite reconocible. Un ornamento es un elemento que engendra cuantías incontables e indistinguibles. Un sistema compuesto de elementos regulares y distinguibles deviene conmensurable, adquiere una escala propia. En cambio, un sistema formado por ornamentos en el que los elementos particulares no tienen un contorno claro no ayuda a medir las distancias o a estimar la forma de su perímetro. Si un espacio puede 6


incorporar cualidades ornamentales es precisamente en este sentido. Densidad Nada podría parecer más contradictorio con el palacio de Katsura que el concepto de miniatura. La reducción de escala en una miniatura permite que el niño juegue con un acorazado o un rascacielos, pues lo que tiene entre sus manos es un objeto inofensivo y lúdico. En Katsura, distintas partes de Japón se traen a un área pequeña y restringida en la que se crea una complejidad que no existe en la realidad, porque la experiencia de los distintos paisajes que allí se dan cita estaría separada por grandes distancias. Esta reducción de escala está directamente relacionada con un aumento de la complejidad. Este aumento de la complejidad es comparable al que se da en la cabina de mando de un avión, un espacio complejísimo, donde muchísimos elementos de la aeronave conectados entre sí son fácilmente manejables desde una sola posición, y por tanto se concentran en un espacio muy reducido. Evidencia Más que por la voluntad de desarrollar un vocabulario personal, o un estilo propio, mi arquitectura se guía mucho más por la búsqueda de criterios, por un afán de evidencia arquitectónica, y por el deseo de crear edificios cuya apariencia no pueda ser otra, porque ése es exactamente el aspecto que ha de tener —al margen de toda preferencia estética— por razones estrictamente lógicas que obedezcan a necesidades intelectuales evidentes. Concepto Un concepto puede sonar fascinante cuando alguien te lo explica —e incluso puede parecernos convincente cuando lo vemos plasmado en un croquis rápido—, pero su utilidad sólo adquiere validez cuando nos impresiona experimentarlo dentro del edificio terminado —y no como una declaración vacía que reduciría el edificio a una mera ilustración del concepto—. Si el edificio cobra vida o no es una cuestión empírica. Una idea inicial puede resultar convincente por su pureza y claridad, pero a veces esas cualidades se pierden en el paso del concepto al edificio real. Se requiere un cuestionamiento constante para hacer que una idea sea inmediatamente accesible para la gente que tiene poco o ningún conocimiento previo del edificio. Cualquier maqueta o prueba a escala 1:1 sólo puede dar una experiencia aproximada de esa idea.

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