Agenda Cultural Alma Máter , abril 2015, número 219

Page 1



Editorial Cien años de La metamorfosis de Franz Kafka

José Horacio Martínez Méndez. Dibujos nómadas. Tinta, acrílico, lápiz / lienzo, 165 x 268 cm, 2011 Colección privada. Cortesía Galería El Museo, Bogotá

La Agenda Cultural de abril está dedicada, en

sus artículos, al relato La metamorfosis de Franz Kafka (Praga, 1883-1924), dado que ahora se cumplen cien años de su publicación y porque, qué duda cabe, es uno de los textos (si no el más) emblemáticos del autor checo y uno de los más importantes del siglo : “No hay nada que pueda superar La metamorfosis, una de las obras maestras de este siglo”, dijo Elías Canetti. Casi todo el mundo sabe que “Cuando Gregor Samsa despertó una mañana de un sueño inquieto, se encontró en la cama convertido en un monstruoso insecto”. Una frase potente que desencadena una historia con un trasunto en apariencia lineal: una familia que padece afugias económicas, compuesta por un padre y una madre, Grete, hija menor de edad, y Gregor, quien trabaja denodadamente como vendedor ambulante en un almacén de telas. Pero una historia con un ingrediente fantástico: Gregor amanece un día convertido en insecto.

Quizás lo que hizo Kafka con este relato, como en general hizo con sus cuentos y novelas, fue plasmar en su escritura la gran contradicción que para él significaba vivir. No era un ser optimista ni gregario como tanto han querido siempre los eslóganes de las sociedades y de las instituciones, empezando por la mayor, la del Estado. De hecho, el escritor pensaba lo contrario: “Bien arropado por el rebaño, el hombre actual desfila por las calles de la ciudad en dirección al trabajo, al pesebre, a la diversión [...]. No hay maravillas, sino sólo instrucciones de uso, formularios y normativas. A la libertad y a la responsabilidad se les tiene miedo”, le dijo a Gustav Janouch en 1920, quien lo cita en su libro Conversaciones con Kafka (Barcelona, Destino, 2006. Traducción de Rosa Sala). “Pesebre”, según el Diccionario de la Real Academia Española, es: “Especie de cajón donde comen las bestias”. 2015 | Abril

1


la ventana de su cuarto para desde allí ver el exterior, así mismo queda convertido en una “enorme mancha marrón” cuando se adhiere a un cuadro para impedir que su hermana y su madre retiren dicho cuadro de la habitación, y puede ocultarse debajo del canapé que hay en su cuarto. ¿Alguien puede arriesgarse a decir el tamaño de un insecto, de un bicho así?

2

Janouch le lleva a Kafka un libro con una historia donde una mujer se convierte en zorra y le dice que ese autor ha plagiado su relato, a lo cual José Horacio Martínez Méndez. Sin título. Óleo, tinta, lápiz/lienzo, 500 x 400 cm, 2008 el escritor responde: “¡No, no! [...] El animal nos resulta más próximo que el hombre. Ahí están las No hay unanimidad (no puede haberla) en la rejas. El parentesco con el animal resulta más definición de los lectores de todas las épocas y fácil que con los seres humanos”. Y en textos de todas las especies sobre qué tipo de insecto como “Informe para una academia”, “Josefina fue ese en el cual amaneció convertido Gregor la cantora o el pueblo de los ratones” y en todo Samsa; algunos inclusive no traducen “insecsu bestiario es perfectamente entendible esa to”, sino “bicho”, y no dicen “monstruoso”, opinión del autor checo, traducida en ironía y sino “repugnante”. El autor, creo, estaría feliz humor. Humor un tanto amargo, un tanto tráante semejantes desencuentros, así como ante gico. Acerba crítica, en todo caso, desacomodo el que vemos que se presenta con el título del y arte. El sueño intranquilo de Gregor Samsa es cuento, ya que algunos, como el escritor y prosu inquietud ante la vida que le ha tocado. Y se fesor Jorge Mejía Toro, quien escribe en esta convierte en un ser indeseado. Quizás prefiere Agenda, prefieren la traducción literal; entonesa situación a su vida indeseada. ces, no es La metamorfosis, sino La transformación. Kafka mismo se opuso tajantemente a la idea En lo que sigue, el lector cuenta con varios del primer editor del relato de ilustrarlo en la puntos de vista en torno a una obra fundaportada con un escarabajo o algo parecido. Su mental de la literatura, ninguno de los cuales idea era que tres personas: el padre, la madre pretende suplantar lo que es más importante y la hermana, aparecieran expectantes, de pie, e irremplazable: la lectura de La metamorfosis ante la puerta entreabierta del cuarto de Grey la propia percepción de un relato que no gor, que solo dejara ver oscuridad. También el cede en su relevancia ni en su perfección como tamaño del animal es indeterminado. Es capaz obra de arte, pese al transcurso ya de un siglo. de erguirse para tratar de atajar al encargaComo toda la obra de Franz Kafka, vale decir. do del almacén que había ido a buscarlo a su casa y que ahora huía espantado por la horriLuis Germán Sierra J. ble visión, es capaz de arrastrar una silla hasta Abril | 2015


Con la manzana a cuestas Oscar Roldán-Alzate

3

José Horacio Martínez Méndez. Volcán. Acrílico, tinta/lienzo, 160 x 280 cm, 2014

En la antigüedad, los griegos llamaban poie-

sis a la acción que determina el devenir sustancial que hace de las ideas formas. Con el tiempo, esta palabra dio origen a lo que hoy conocemos como poesía, asunto que no limitó su accionar solo a las letras; por el contrario, la metáfora, presente en todas las formas de arte, ha permitido seguir creando “poiéticamente” los escenarios de la vida misma. Oscar Wilde diría que “la vida copia al arte”, y tal vez tenga razón si partimos del hecho de que lo que entendemos como real no es más que una negociación constante entre varios, lo que al mismo tiempo no es otra cosa que el resultado de transformar, a través de símbolos y signos, nuestro entorno.

En este sentido, las artes en general son necesarias porque tienen el poder de transfigurar lo que entendemos como real, generar metamorfosis en las cosas para permitirnos acceder a otros niveles de conciencia que, de alguna forma, nos permitan encontrar sentido a la existencia: un viaje extremadamente fascinante, y, para algunos, sumamente corto. Para este número de la Agenda Cultural, dedicado a la obra cúspide de Franz Kafka: Die Verwandlung (La metamorfosis o La transformación), en su centenario de publicación, hemos invitado a José Horacio Martínez, Premio Nacional de Arte 1994, a acompañarnos con su obra gráfica y pictórica. En la obra de Martí2015 | Abril


4

José Horacio Martínez Méndez. Volver al campo. Serie Dibujos diarios. Tinta china/papel, 21 x 28 cm, 2014

nez confluyen elementos de orden existencial que permiten, aun conociendo las resistencias a graficar las ideas literarias de Franz Kafka, plantear puentes alegóricos, dispuestos aquí para un diálogo abierto que nos permita actualizar nuestra conciencia sobre la existencia, pero también sobre la muerte. Como la manzana a cuestas que sentenció a Samsa, la misma de Adán y Eva, el arte, para creadores como nuestro invitado, es la entrada definitiva al espacio poiético que permite que lo invisible aparezca frente a nosotros y, a la vez, se convierta en la tabla de salvación frente a un mundo descompuesto donde lobos desgarran nuestra espalda, aún viva. Abril | 2015

En relación con lo anterior, solo falta añadir que, en cada apunte, cada trozo de papel que toca Martínez, se evidencian sucesos concretos de su historia personal que compaginan con el devenir social del país que, a la vez, es el de nuestra Alma Máter. Su obra es una bitácora inteligente, mediada por asuntos que transitan entre la mitología y el conocimiento; se trata de una carta abierta al tiempo donde vuelve a aflorar, con fuerza, la magia inmanente de la metamorfosis. Oscar Roldán-Alzate es jefe del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad de Antioquia.


Kafka, lo kafkiano: el ángel de la historia Víctor Arteaga Villa Al padre, de quien llevo su nombre; al padre, quien siempre ha sido, pero que poco fue; al padre, nacido en el año de la muerte de Kafka.

El más delicado de los gestos de infidelidad de

Max Brod a su amigo Franz Kafka se tornó en la más sutil de las deferencias que a bien tuvo para con el hombre de la contemporaneidad, hijo mal nacido de la Ilustración: engendro monstruoso del sueño de la razón en cuyo vientre habría de arder un horno crematorio; el mismo centenario, de ayer, octubre de 1915, a hoy, abril de 2015, Gregor Samsa, hermano transfigurado Caín, homo sapiens metamorfoseado coleóptero al despertar en la mañana de la profunda y sombría medianoche de la Historia. De Kafka para Brod: Querido Max: Mi última petición. Todo lo que se encuentre de mis escritos cuando yo muera [...], es decir, diarios, manuscritos, cartas —mías y de los demás—, todo lo dibujado, etcétera, incluso todo lo escrito o dibujado que tú poseas, u otros a quienes debes pedírselo en mi nombre, debe ser quemado de forma inmediata, sin ser leído [...].1

Kafka, lo kafkiano: aislamiento y extranjería, una sociedad humana regida por la ley de la necesidad y la correlativa corrupción que implica sostenerla, la irrupción destructiva de la máquina, procesos jurídicos extravagantes, culpa, condena, tortura, espectáculo, injusticia, metamorfosis, esperanza y redención humanas.2 Kafka, lo kafkiano: vocación, misterio, misión, tarea, profecía. La anticipación más lúcida y penetrante, tan dramática como magnífica, de lo que, al tiempo, arroja y rescata, humilla y ensalza, hunde y levanta, expulsa y defiende, conde-

José Horacio Martínez Méndez. El filósofo. Acrílico y tinta/lienzo, 160 x 300 cm, 2012

na y absuelve. Kafka, lo kafkiano: depresión y exaltación, pesimismo y optimismo, tragicidad y comicidad, desesperación y esperanza. Kafka, lo kafkiano: la vigilia sempiterna ante la puerta de la ley, el suceso cotidiano de la insoportable confusión cotidiana, la máquina exquisita del tormento atroz y la agonía impasible. Kafka, lo kafkiano: en el acaecer de la “trilogía de la soledad”, según Max Brod: Karl Rossman, El desaparecido de la seducción del allá en el más allá (¿América?); Josef K., la víctima de la inocencia de El proceso del absurdo; K., el prisionero de la utopía de El castillo inexistente. Kafka, lo kafkiano: la tiranía de la burocracia que asfixia, la dictadura de la disciplina que captura, el totalitarismo del sistema que mata. Kafka, lo kafkiano: el hombre a la intemperie, huérfano, solitario y desnudo contra el poder, lejos del poder, para poder decir el ser del poder: Tres mariposas querían conocer qué era ese fuego que veían brillar. La primera se acercó para verlo mejor, pero sintiendo que se le quemaban los ojos dio la vuelta, diciendo que había renunciado porque no quería quedarse ciega. La segunda se acercó un poco más, pero sintiendo 2015 | Abril

5


José Horacio Martínez Méndez. Choco. Acrílico, lipstick, sellos, lápiz, tinta/lienzo, 160 x 280 cm, 2014

6

que se le quemaban las alas, volvió para atrás, renunciando a conocerlo porque no quería perder las alas. La tercera se acercó tanto que se vio envuelta en llamas, ardiendo con ellas, y durante unos segundos el fuego brilló con más intensidad. Solo esta conoció qué era el fuego; las otras comprendieron que, para conocerlo, hacía falta fundirse con él.3

Kafka, lo kafkiano: la imposible tercera mariposa, porque hay que situarse lejos del paisaje del poder para poder cometer la cartografía del poder. Kafka, lo kafkiano: entre los que ya son: Kierkegaard y la verdad subjetiva, Dostoievski y la exploración en el alma, Nietzsche y la apuesta nihilista, y el que no ha sido: Camus, el del sino fatal de Mersault y la melancolía absurda, la alegría de estar triste, del esfuerzo inútil de Sísifo. Kafka, lo kafkiano: los eventos narrados, los escenarios compuestos, los personajes perfilados, el autor atormentado que anticipan, describen y encarnan la tesis de las Tesis de la filosofía de la historia del kafkiano primero, Benjamin: Abril | 2015

Hay un cuadro de Klee que se llama Angelus Novus. En él se muestra a un ángel que parece a punto de alejarse de algo que le tiene paralizado. Sus ojos miran fijamente, tiene la boca abierta y las alas extendidas; así es como uno se imagina al Ángel de la Historia. Su rostro está vuelto hacia el pasado. Donde nosotros percibimos una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única que amontona ruina sobre ruina y las arroja a sus pies. Bien quisiera él detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado, pero desde el Paraíso sopla un huracán que se enreda en sus alas, y que es tan fuerte que el ángel ya no puede cerrarlas. Este huracán le empuja inconteniblemente hacia el futuro, al cual da la espalda, mientras los escombros se elevan ante él hasta el cielo. Ese huracán es lo que nosotros llamamos progreso.4

Kafka, lo kafkiano: el hombre castigado por robar la chispa de la inteligencia y la industriosidad puestas al servicio de la insania y la brutalidad, de la insensatez y la esclavitud; pero, al unísono, el hombre redimido por encender la llama de la más ardorosa profética y la más calcinante poética que refiere el único rumbo


viable de una escatológica, de una soteriológica fundada en la compasión sin límites, en la ternura sin fronteras, en el sentido sin medidas: “No puedo creer que con una palabra amable, con una mirada benévola o cogiéndome suavemente de la mano, no se pudiera obtener de mí todo lo que se quisiera”.5 Bajo esta sentencia suya se agazapan todos y cada uno de los hombres, porque el Mal es la minimización radical del superlativo absoluto del Bien. Kafka, lo kafkiano: Prometeo encadenado, caída por soberbia, Prometeo liberado, rescate por amor. Todo Kafka, lo kafkiano es Gregor Samsa. Todo Kafka, lo kafkiano está En la colonia penitenciaria y Ante la Ley. Kafka, lo kafkiano: Gregor Samsa. Preocupado por quién sostendrá a su familia -la imagen más tierna-, derrumbado por la fruta en proceso de descomposición clavada en su caparazón -la imagen más triste-, conmovido por la música que escapa del violín de Grete -la imagen más lírica. Gregor Samsa, el hombre arrastrado a la animalidad más abyecta que, aun cediendo la materia de su humanidad, pisoteado, golpeado, vejado, despreciado, jamás entregará la forma de lo humano: la conciencia de su dignidad, la fe en que a la noche hórrida y oscura le sucederá la mañana estupenda y luminosa. Kafka, lo kafkiano: En la colonia penitenciaria. La isla-penal del artificio de tortura pavorosa y muerte ignominiosa: el Apparat. Los condenados, bien puestos boca abajo, desnudos, atados con correas y con un tubo de fieltro entre los dientes. ¿El delito? La rebelión contra la bofetada por quedarse dormido durante la guardia nocturna. Grabado sobre su espalda por las púas de hierro que tatúan su piel con tinta que se hace sangre al compás fatídico y tormentoso de las hileras del engranaje que desgarra la carne, tritura el hueso y atraviesa el cuerpo de lado a lado cobrándose la vida. Un suplicio de seis horas de duración, “hasta que el reo acaba descoyuntado y fallece en

completo silencio, agonizando en medio de la indiferencia de los habitantes del penal”.6 Kafka, lo kafkiano: Ante la Ley. El campesino que no ha entrado en la Ley, pero cuya puerta está reservada y abierta solo para él. El hombre rural de la paradoja que no accede a la Ley para testificar con su vida, gastada, desgastada, malgastada, a fuerza de la espera, una especie de inercia sisífica, que la Verdad de la Ley es, preciso, su inaccesibilidad. El agricultor que de culpable, ignorante e involuntario, deviene testigo y auténtico cancerbero, a pesar de sí mismo, de la Ley; es más, de la Verdad.7 Kafka, lo kafkiano: el hombre de La metamorfosis que se llama Gregor Samsa; el hombre En la colonia penitenciaria que es sacrificado de manera vil ante la insensibilidad mil veces vil del espectador conturbado frente al dispositivo de la muerte; el hombre Ante la Ley para envejecer y morir cumpliendo el turno para ingresar en ella. Kafka, lo kafkiano: el Ángel de la Historia emplazado y aplazado en la tierra, impulsado y disparado hacia el cielo, atraído y empujado al infierno.

Referencias 1 Wagenbach, Klaus. Franz Kafka: una biografía. Madrid. Alianza. 1970, p. 165. 2 De la Rica, Álvaro. Kafka y el Holocausto. Madrid. Trotta. 2009, pp. 25-26. 3 Ibíd., p. 13. 4 Benjamin, Walter. Obras. Vol. 2. Madrid. Abada. 2012, p. 310. 5 Kafka, Franz. Carta al padre. Madrid. Akal. 2009, p. 24. 6 Kafka, Franz. La metamorfosis y otros relatos. Madrid. Cátedra. 2008, p. 202. 7 Magris, Claudio. “¿El campesino, es la ley?”, En: De la Rica, Álvaro. Kafka y el Holocausto. Op. cit., p. 15.

Víctor Arteaga Villa es Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad Pontificia Bolivariana y candidato a Magíster en Ciencia Política de la Universidad de Antioquia, universidad donde se ha desempeñado como profesor (de literatura y en el pregrado de Ciencia Política). Escribió este texto para la Agenda Cultural Alma Máter.

2015 | Abril

7


La transfiguración de Gregorio Samsa o De la monstruosidad interior como insecticida Jorge Mejía Toro

L

a idea de La transformación, que le oprime hasta lo más íntimo, le viene a Kafka en la miseria de la cama. Entonces escribe: “Cuando Gregorio Samsa despertó una mañana de sueños intranquilos se encontró en su cama transformado en un insecto monstruoso”. 1

8

Kafka lamenta no disponer de toda la noche para escribir la historia de un solo tirón, como hiciera con La condena. Escribir hasta el alba sería para él una bella noche. Más tarde dirá que un relato como La transformación resiste a lo sumo una interrupción entre dos noches de diez horas cada una. Las interrupciones afectan ante todo la pureza del relato. Para colmo, los viajes de trabajo dejan huellas fatales en la historia de este viajante confinado en su habitación. La situación en la oficina, la incertidumbre de su noviazgo con Felice Bauer, la interrupción de la novela El desaparecido le provocan un deseo salvaje de proseguir el nuevo relato, al que da el carácter de advertencia. Pensaba que de su “pequeña ocurrencia” iba a salir un cuento breve, más poesía que narrativa, como él mismo dice de La condena, pero asiste a la transformación de la idea en una historia extensa. No se la envía a su novia porque le parece bastante ilegible, aunque no es propiamente “escritura bonita” lo que le ha dado a leer. Marrullero, dice: “Sí, sería bello leerte esta historia y verme obligado a tomar tu mano, pues es un poco aterradora”. Miedo el que intenta hacerle sentir con sus cartas para dilatar al máximo los encuentros. “Pero lástima no poder leértela, lástima, lástima”. Abril | 2015

José Horacio Martínez Méndez. Serie Dibujos diarios. Tinta china/papel, 27 x 21 cm, 2013

La historia de Gregorio Samsa le parece nauseabunda, mas no por ello se siente descontento de ella “en general”. Y vuelve a su maña, le escribe a la novia: “Ya ves, tales cosas vienen del mismo corazón en el que moras, al que toleras como morada”. La tranquiliza con la idea de que escribiendo se purifica y dignifica para ella. Solo que debe faltar mucha suciedad por liberar y, claro, no hay noche que alcance para esa tarea que, por lo demás, le brinda extrema voluptuosidad.


Considera que las erratas en la escritura son indicios de la dificultad de pasar y adaptarse al mundo real que es, para él, la literatura y no lo que suele llamarse realidad: “Cuando uno cierra las puertas y las ventanas a este mundo produce aquí y allá la apariencia y casi el inicio de la realidad de una bella existencia”. Cuando va por la tercera parte del relato arde de entusiasmo. Allí los padres y la hermana están absorbidos por sus respectivos empleos y en un cuarto de la casa viven ahora tres inquilinos (de esos señores que ni siendo tres alcanzan a ser uno). La habitación de Gregorio se ha ido llenando de chécheres y él es uno más entre ellos, a tal punto que alguien, en algún momento, olvida cerrar la puerta y el insecto sale con las mejores intenciones del mundo. Pero la hermana, quien antes ha reivindicado para sí una extraña jurisdicción sobre aquella habitación, ve ahora la necesidad de que el animal se vaya de la casa ―le atribuye la pretensión de apoderarse de ella― y acaba por sentenciar a muerte al insecto que, dice, ya no es Gregorio: en cuanto este retrocede, ella cierra la puerta con llave y exclama: “¡Al fin!”. El insecto, viéndose rodeado de oscuridad, se pregunta: “¿Y ahora?”. Pensando con emoción y amor en su familia, sabe que solo resta morir y lleva a cabo la tarea al rayar el alba, en un estado de meditación vacía y apacible. Su final está emparentado con el de Georg Bendemann en La condena. Por cierto que de nada servirá morir, una vez más, por el género humano. Kafka debe contenerse para impedir que su corazón palpitante lo meta más en la historia, distanciamiento que tal vez no es del todo posible a juzgar por lo que delata esta carta a la novia: “¡Llora, queridísima, llora, ha llegado el momento del llanto! El héroe de mi pequeña historia acaba de morir. Si te sirve de consuelo, te diré que ha muerto en paz y reconciliado con todos”.

Leyendo la historia a sus amigos llega al paroxismo; en casa, le parece mala, ilegible el final e imperfecto casi de raíz. Siente una aversión inmensa hacia el relato. Un año más tarde, Kafka duda enviar la historia a Grete Bloch (amiga de Felice Bauer que jugará un papel equívoco en el tormentoso noviazgo), quien le ha preguntado si puede esperarla con alegría: si El fogonero no le gustó, menos le gustará La transformación. Con su viveza para manejar el género epistolar en sus relaciones con el género femenino (suponiendo que ambos géneros no fueran lo mismo), Kafka añade que el relato sí ansía verla a ella y que la protagonista lleva su mismo nombre y le hace honor al menos en la primera parte, porque después renuncia, vive su vida y abandona a quien la necesita. Al final, estira sus formas juveniles: no tardará en casarse y en arrastrar los pies como su madre. Ante la inminente publicación de La transformación, Kafka aduce su mejor conocimiento del relato para evitar que el ilustrador de la cubierta represente al insecto: “No es posible dibujar el insecto. Ni siquiera mostrarlo de lejos”. Y sugiere temas como: los padres y el apoderado ante la puerta cerrada de la habitación de Gregorio Samsa; o, mejor aún: los padres y la hermana en la sala de estar, fuertemente iluminada, y la puerta entreabierta del cuarto a oscuras del insecto. Una reseña rechaza el relato, pero concede que el arte narrativo de Kafka posee “algo del más puro alemán”, mientras que la reseña del amigo Max Brod incluye sus narraciones “entre los documentos judíos” de nuestro tiempo. Kafka se pregunta si él es uno de esos jinetes de circo que cabalgan sobre dos corceles. Es la pregunta de alguien que está tirado en el suelo. En 1922 Kafka se entera por casualidad de que el escritor húngaro residente en Berlín, Sandor 2015 | Abril

9


Márai, tradujo La transformación (y La condena). Solicita entonces los derechos exclusivos de traducción de su obra a la lengua húngara para su médico y amigo Robert Klopstock. Se cumple, una vez más, aquello de que los escritores no conocen nunca a sus verdaderos lectores. Y aquello de que los soles son invisibles para los soles.

10

Tiempo atrás se había enterado también de que en el libro Trastornos patológicos de la vida de las pulsiones y los afectos (Onanismo y homosexualidad), del doctor Wilhelm Stekel, “o algo así”, hay cinco renglones sobre La transformación y siente curiosidad de saber qué dice ese psicoanalista que, según él, convierte a Freud en menuda. ¿Tal vez se refiere a los sueños inquietos de los que Gregorio Samsa despierta transformado en insecto? ¿Y a los punticos blancos que ve en su vientre? ¿Y también al modo como, avanzado ya su proceso de transformación en insecto, se pega a la foto de la dama que recortó de una revista y puso en un marco hecho por él mismo, que la madre pondera en tan oportuno momento (“ya lo verá usted, señor apoderado, cuando Gregorio abra la puerta”)? Capaz habrá sido el doctor de referirse en apenas cinco líneas aun al momento en que el insecto, ya renqueante, cubierto de polvo y sobras y con una manzana podrida incrustada en su espalda (se la arrojó el padre antes de transformarse de anciano achacoso sostenido por el hijo, a causa de la bancarrota de su negocio, en vigoroso empleado que ni siquiera en casa se quita el uniforme), se acerca a la hermana avanzando a cabezazos, atraído irresistiblemente por la música de su violín, y desea subírsele hasta el hombro y besarle el cuello y renovarle la promesa de enviarla al conservatorio. Una enfermedad penosa, una lenta agonía provocan en el mundo familiar y laboral el mismo efecto monstruoso que provoca Gregorio Samsa (y no por ello debemos creer que Abril | 2015

José Horacio Martínez Méndez. Serie Dibujos diarios. Tinta china/papel, 27 x 21 cm, 2013

La transformación es reescritura de La muerte de Iván Ilich, de Tolstoi). Es más, si el relato de Kafka se llevara al teatro, el papel del insecto podría representarlo un hombre desnudo. El lector de La transformación pasa por un proceso semejante al de la familia de Gregorio Samsa y no sabe qué hacer con el insecto ni dónde ponerlo hasta que, finalmente, lo clasifica como metáfora de esas personas a las que llaman “bichos raros”. ¿A qué se deberá esta necesidad de transformar la transformación? ¿Es porque nadie quiere tener de pariente a un monstruo, es decir, en últimas, porque el mísero ser humano se siente demasiado cercano a él? Cuando Gregorio Samsa despertó una mañana de sueños desapacibles se encontró en su cama transformado en una monstruosa metáfora. ¿Será que su padre es símbolo ―y


simbolito, la manzana―; su madre, alegoría (o algarabía, como la llamaba Quevedo); y su hermana, metonimia? Gregorio Samsa sería una metáfora que al yacer sobre la espalda queda tan impedida como una cucaracha patas arriba, pero que al caer a tierra reconocerá la razón de ser de sus escuálidas patas y no tardará en disfrutar de las paredes y el techo y saborear como suyo el filosófico aire de las alturas. Metáfora, pues, que se va llenando de pelos, pelusas y sobras de comida y cuya espalda hospeda el podrido simbolito que le arrojara el padre. Metáfora, por lo demás, que calma su vientre ardiente en el frío cristal que cubre a la mujer. Y es, sobre todo, metáfora que se siente irresistiblemente atraída por la música de la metonimia y tal vez por eso, cuando habla, uno no sabe si ha oído lo que oyó (como suele ocurrir con la poesía): ¡La dulce voz! Gregorio se aterró al oír la voz de su réplica, que era sin duda y de manera inconfundible su voz de antes, pero en la que, como desde abajo, se mezclaba un pío doloroso y no muy contenido que sólo en el primer momento dejaba formalmente a las palabras en su claridad, para destruirlas con la resonancia, de modo tal que uno no sabía si había oído bien.

Despertar transformado en insecto monstruoso, algo tan cotidiano como el poético deseo de quedarse en cama un día laboral, es pretexto suficiente para que los patronos y aun los seres queridos suelten el monstruo que llevan dentro. El relato de Kafka, cuyo comienzo prefigura el de El proceso, no nos ahorra ningún detalle de la transformación de “los que nos rodean” en monstruos de la sumisión. Como un pequeño ejemplo de análisis de las mezquindades de los mini-poderes, valga este murmullo del insecto Gregorio dirigido a su jefe inmediato en el momento en que este se dispone a huir escaleras abajo:

... el viajante, que está casi todo el año por fuera de la empresa, puede ser fácilmente víctima de habladurías, arbitrariedades y quejas infundadas de las que le es totalmente imposible defenderse, porque las más de las veces no se entera de ellas en absoluto y sólo en casa, al concluir exhausto un viaje, empieza a sentir en carne propia consecuencias funestas cuyas causas no son ya escrutables.

Kafka no ve La transformación como una confesión. Eso de revelar la plaga de la familia es más bien una indiscreción, indecente, si se la mide con los dudosos parámetros de la buena sociedad. Porque él no sitúa la animalidad del ser humano contemporáneo en la desnuda monstruosidad de Gregorio Samsa, sino en “el rebaño que marcha por las calles de las ciudades hacia el trabajo, el comedero y el esparcimiento” y cuyo preciso compás compara al de la burocracia. Y Kafka va del síntoma a la causa: aunque su vida natural es la vida humana, al hombre le es difícil vivir humanamente, le resulta demasiado cargoso y se lo sacude con la fantasía.

Nota 1 Las versiones de las citas de Kafka, literales o parafraseadas, son responsabilidad mía y proceden de los libros Die Verwandlung y Über das Schreiben. Del primero he consultado las versiones castellanas de Jorge Luis Borges (quien consideraba que la traducción de Die Verwandlung por La metamorfosis es un disparate) y Juan José del Solar; del segundo, la versión de Michael Faber-Kaiser, que lleva el título de Escritos sobre sus escritos.

Jorge Mejía Toro se desempeña como profesor en el Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia. Publicó recientemente el libro Homero y Celan. Poetas en tiempo de guerra con la Editorial Universidad de Antioquia. Escribió este texto para la Agenda Cultural Alma Máter.

2015 | Abril

11


Un viejo escarabajo Ricardo Ibarlucía y Valeria Castelló-Joubert

12

José Horacio Martínez Méndez. Matarratón. Acrílico, tinta y lápiz/lienzo, 360 x 340 cm, 2013

E

ntre noviembre y diciembre de 1912, Kafka escribió La metamorfosis, cuyo título original (Die Verwandlung), que significa, literalmente, La transformación, evoca las traducciones alemanas de Las metamorfosis (Die Verwandlungen) de Ovidio y Apuleyo.1 El relato se publicó en octubre de 1915 en la revista Die weißen Blätter; dirigida por René Schikele, y al mes siguiente en la colección “Der jüngste Tag” de la editorial Kurt Wolff, dedicada a difundir la joven literatura expresionista, donde había aparecido ya “El fogonero. Un fragmento”, primer capítulo de El desaparecido.2 Cuando Kafka recibió Abril | 2015

los bosquejos que Ottomar Starske había preparado para ilustrar este pequeño volumen, protestó en una carta a su editor: ¡No, eso no! El insecto no debe estar ilustrado con un dibujo. No debe ser mostrado en absoluto, ni siquiera de lejos. [...] Si se me permitiera sugerir una ilustración, elegiría escenas tales como: los padres y el procurador delante de la puerta cerrada, o mejor aún, los padres y la hermana en el cuarto iluminado mientras la puerta de la habitación contigua, completamente oscura, se halla entreabierta”.3


¿Pero cuál es este insecto que no debe ser representado? Todo lo que sabemos es que es un hombre transformado en un bicho monstruoso. No sin precipitación, suele decirse que se trata de una cucaracha, muy probablemente por la repugnancia que suscita la metamorfosis experimentada por Gregor Samsa. En su detallado análisis del relato, Vladimir Nabokov argumenta que el personaje se ha transformado en un escarabajo y que su mayor infortunio es no descubrir “que tiene alas bajo el caparazón de su espalda”.4 La referencia más explícita que encontramos en el texto es dada por la segunda sirvienta —la única persona que, hacia el final, todavía le dirige la palabra— cuando con tono amistoso lo llama “viejo escarabajo” (alter Mistkäfer). Sin embargo, la transformación no parece ser un mero cambio cualitativo. No estamos ante un escarabajo que ha adquirido el tamaño de un hombre; pese a su animalización y la paulatina alteración de sus percepciones, Gregor sigue teniendo conciencia humana: su irónica certeza es la de ser, como el sujeto de Descartes, “una cosa que piensa”. Hacia fines de 1915, el dramaturgo y narrador alemán Carl Sternheim recibió el Premio Theodor Fontane para el Arte y la Literatura, pero como consideraba que quien debía haberlo ganado era el desconocido autor de La metamorfosis, declinó el galardón y entregó el dinero del premio a Kafka. Con todo, la recepción del libro estuvo signada una vez más por la ambivalencia y el malentendido: mientras el crítico Robert Müller, en las páginas de la influyente revista Die neue Rundschau, afirmaba que el arte de Kafka era “profundamente alemán”, Brod elogiaba el relato de su amigo como uno de los “documentos más judíos de nuestro tiempo”.5 Ninguna de estas adscripciones satisfacía a Kafka, que buscaba desarrollar el programa de una “literatura menor”, como han recordado Gilles Deleuze y Felix Guattari, escrita en el interior de la gran tradición de la literatura alemana desde una posición marginal y en una lengua “desterritorializada”.6

El relato se tradujo al castellano antes que al inglés y al francés. La primera traducción apareció sin firma en 1925 en Madrid, bajo el título y de la La metamorfosis, en los números prestigiosa Revista de Occidente, dirigida por José Ortega y Gasset. En 1945 fue reeditada por la editorial de la revista, en la colección “Novelas Extrañas”, nuevamente en forma anónima. Entre tanto, la misma versión ligeramente modificada, se publicó en Buenos Aires en 1938, en la colección “La Pajarita de Papel” de la editorial Losada, con la firma de Jorge Luis Borges. ¿Fue Borges en verdad el autor de esta traducción de Die Verwandlung? Una filóloga española se aventuró a decir, en un artículo plagado de inconsistencias, que Borges aprovechó “la situación caótica” de la Guerra Civil y plagió sin miramientos la traducción de Revista de Occidente, que, según el hijo de Ortega, podría haber sido realizada por la escritora y política socialista Margarita Nelken, exiliada en México durante el franquismo.7 Atento a las incongruencias entre el estilo peninsular y arcaizante de la traducción de Die Verwandlung publicada por Losada y la prosa de Borges, Fernando Sorrentino, hacia 1970, mantuvo con el autor de Ficciones una conversación que despeja toda duda: F.S.: —Me pareció notar en su versión de La metamorfosis, de Kafka, que usted difiere de su estilo habitual... J.L.B.: —Bueno: ello se debe al hecho de que yo no soy el autor de la traducción de ese texto. Y una prueba de ello —además de mi palabra— es que yo conozco algo de alemán, sé que la obra se titula Die Verwandlung y no Die Metamorphose, y sé que hubiera debido traducirse como La transformación. Pero, como el traductor francés prefirió —acaso saludando desde lejos a Ovidio— La métamorphose, aquí servilmente hicimos lo mismo. Esa traducción ha de ser —me parece por algunos giros— de 2015 | Abril

13


algún traductor español. Lo que yo sí traduje fueron los otros cuentos de Kafka que están en el mismo volumen publicado por la editorial Losada. Pero, para simplificar —quizá por razones meramente tipográficas—, se prefirió atribuirme a mí la traducción de todo el volumen, y se usó una traducción acaso anónima que andaba por ahí.8

Parábolas, fábulas, alegorías

14

Debemos a Borges algunas de las observaciones más penetrantes que se han escrito sobre Kafka. Por ejemplo, en el prólogo de la edición citada de Losada leemos: “Dos ideas —mejor dicho, dos obsesiones— rigen la obra de Franz Kafka. La subordinación es la primera de las dos; el infinito, la segunda. En casi todas sus obras hay jerarquías y esas jerarquías son infinitas”.9 Más adelante agrega: “Hombres no hay más que uno en su obra: el homo domesticus —tan judío y tan alemán—, ganoso de un lugar, siquiera humildísimo en un Orden cualquiera; en el universo, en un ministerio, en un asilo de lunáticos, en la cárcel”.10 Estas “parábolas religiosas de tema contemporáneo y burgués”, como las llama en otra parte,11 no esconden un significado; sobre el castillo y los jueces, Kafka no sabe más que nosotros, advierte Borges: “el castillo y los jueces son símbolos del universo, y no se puede esperar que nadie sepa mucho del universo”.12 Walter Benjamín ha sugerido que las historias de Kafka, que nunca se adaptan por completo a las formas de la prosa occidental, establecen con la teología una relación análoga a la que mantiene, dentro del judaísmo, la hagadah con la halakkah, la leyenda con la Ley divina: “No son símiles, pero tampoco quieren ser tomadas por sí mismas; están hechas de manera que puedan ser citadas, que puedan ser narradas a título de ilustración”.13 La observación de Benjamín toca el núcleo de la narrativa de Kafka: novelas como El proceso y El castillo, del Abril | 2015

mismo modo que “La construcción de la muralla china” y “Ante la ley”, por nombrar sólo dos de sus ficciones más conocidas, exigen leerse como parábolas sin doctrina, como proverbios de una Sabiduría intrínsecamente imposible, de una Escritura sagrada inexistente. La metamorfosis responde más bien al paradigma de la fábula. Kafka reescribe el género en numerosos relatos en los que hablan chacales, ratones, topos y perros. Pero estas historias de animales se hallan tan lejos de Esopo o de La Fontaine como de proponer una moraleja. Lo mismo cabe decir del uso que Kafka hace de las alegorías: el Teatro Natural de Oklahoma, en el que el héroe de El desaparecido acaba empleándose bajo el nombre de Negro, ya no es el theatrum mundi de los dramaturgos barrocos sino un circo —propiamente una feria en “Un artista del hambre”— donde todos los hombres pueden ser contratados para representar el papel de sí mismos. Ésa es toda la trascendencia. De ahí que Maurice Blanchot pueda decir que la muerte de Dios encuentra en la obra de Kafka una revancha feroz, acaso impensable para Friedrich Nietzsche: “su muerte no lo priva ni de su poder, ni de su totalidad infinita, ni tampoco de su infalibilidad: muerto, sólo es más terrible, más invulnerable, en una lucha en que ya no hay posibilidad de vencerlo”.14 En el otoño de 1914 Kafka comenzó a escribir El proceso, la segunda de sus novelas, que dejó inconclusa, al igual que El desaparecido. En una reveladora nota de sus Diarios, compara a los personajes principales de ambas historias: “Rossmann y K, el inocente y el culpable, ambos finalmente ajusticiados, sin distinción; el inocente con menos severidad, más puesto de lado que abatido”.15 Si El desaparecido es la historia de un chico judío de dieciséis años que, a comienzos del siglo , emigra a Estados Unidos con el propósito de evadir la responsabilidad de ser padre, El proceso narra la pesadilla burocrática de un hombre acusado de un delito que ignora y por el cual debe responder


ante un tribunal invisible. De una a otra obra, el modelo narrativo de Kafka se exaspera: el mundo administrado de El proceso, al igual que el de El castillo, se encuentra prefigurado en El desaparecido. Con toda su potencia, el capitalismo ya se manifiesta aquí como “un fenómeno esencialmente religioso”, para retomar una expresión de Benjamin: la hiperbólica arquitectura de América —el puerto de Nueva York, el comercio del tío de Karl, la quinta de Pollunder, el Hotel Occidental, el hipódromo donde la troupe del Teatro Natural de Oklahoma se recluta como a los extras en los grandes estudios de Hollywood— no representa el Infierno, el lugar en el que se castigan los pecados, sino el Paraíso de una nueva religión que rinde culto a una culpa sin nombre y sin posible expiación”.16

Notas 1 Hemos optado por mantener el título La metamorfosis, con el que la obra se ha conocido en las más diversas lenguas. No podemos dejar de mencionar, sin embargo, que la única traducción de Die Verwandllung publicada en vida de Kafka fue al húngaro bajo el título A változás (La transformación): versión de Sandor Marai, en: Szebadság, 182-188 y 190-191. Kosice. 23-29 de julio y 31 de julio-1 de agosto de 1921. 2 “Die Verwandlung”, en: Die weißen Blätter. Eine Monatsschrift. (2), 10, editado por René Schickele. Leipzig. Octubre de 1915, pp. 1177-1230; Die Verwandlung (con tres ilustraciones de Ottomar Starske). Leipzig. Der jüngste Tag. 22-23, Kurt Wolff Verlag, 1915. 3 Carta a Kurt Wolff del 25 de octubre de 1915. Remitimos en este caso a la más completa recopilación de la correspondencia de Kafka: Franz Kafka. Briefe und Tagebücher (3 Juli 1883-3 Juni 1924). Werner Haas (ed.). Universidad de Viena; http://homepage.univie.ac.at/werner.haas/index.html. 4 Vladimir Nabokov, “La metamorfosis”, en: Lecciones de literatura. Buenos Aires. Emecé. 1984, p. 372. 5 Citado en Marthe Robert. Franz Kafka o la soledad. México. Fondo de Cultura Económica. 1982, pp. 42-43. 6 Véase Gilles Deleuze y Félix Guattari. Kafka, pour une littérature mineure. París. Minuit. 1975, pp, 29 y 33. (Edición castellana: Kafka, por una literatura menor. México. Era. 1990). Sobre las características de esta “literatura pequeña” (kleine Literatur), véanse las notas de Kafka sobre la literatura ídish en sus diarios:

Kafka, Tagebücher, especialmente la larga entrada del 25 de diciembre de 1911, pp. 151-156 (Diarios, 1, pp. 140-145). 7 Cristina Pestaña Castro, “¿Quién tradujo por primera vez La metamorfosis de Franz Kafka al castellano?”, Espéculo. Revista de estudios literarios, IV. 11. Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Ciencias de la Información, Departamento de Filología III, marzo-junio de 1999. 8 Fernando Sorrentino, Siete conversaciones con Jorge Luis Borges. Buenos Aires. Casa Pardo, 1974; 4ª ed. (con notas revisadas y actualizadas), Buenos Aires. Losada. 2007. pp. 137 y 138. Véase también el conciso, pero detallado, análisis que Sorrentino hace de la traducción de Losada, en “El kafkiano caso de la Verwandlung que Borges jamás tradujo”, en: Espéculo. Revista de estudios literarios, IV, 10. Noviembre-febrero de 1998-1999. El texto reproduce los argumentos adelantados por Sorrentino en “La metamorfosis que Borges jamás tradujo”, La Nación. Buenos Aires. 9 de marzo de 1977. Cf. asimismo la réplica de Sorrentino al artículo citado de Pestaña Castro: “Borges y Die Verwandlung. Algunas precisiones adicionales”, en: Espéculo, IV, 12, octubre de 1999. 9 Jorge Luis Borges, “Prólogo”, en: Franz Kafka, La metamorfosis, Buenos Aires, Losada, 1989, p. 10. 10 Ibíd., p. 11. 11 J. L. Borges, “Kafka y sus precursores”, en: Otras inquisiciones, Obras completas, t. 2, Buenos Aires, Emecé, 1984, p. 86. 12 Richard Burgin, Conversaciones con Jorge Luis Borges, Madrid, Taurus, 1974, p. 81. 13 Walter Benjamin, “Franz Kafka. Zur zehnten Wiederkehr seines Todestages”, en: Gesammelte Schrifien, II, 2. Francfort del Meno. Suhrkamp, 1977 (reed. 1992), p. 420. (Edición castellana: “Franz Kafka. En el décimo aniversario de su muerte”, en: Angelus novus. Barcelona, Edhasa, 1971, pp. 106-107). 14 Maurice Blanchot, “La lectura de Kafka”, en: De Kafka a Kafka. México. Fondo de Cultura Económica. 1991, p. 89. 15 F. Kafka, Tagebücher, 30 de septiembre de 1915, p. 351 (Diarios, 2, p. 330). 16 W. Benjamín, “Kapitalismus als Religion”, en: Gesammelte Schriften, IV. Francfort del Meno, 1985, pp. 100103. Cf. Susana Kampff-Lages, “Das (im)possibilidades de traduzir Kafka”, en: F. Kafka, O desaparecido ou America. Sao Paulo. Editora 34. 2003, pp. 285-286.

Fragmento tomado, con autorización de los autores, del libro Franz Kafka, Contemplación / La metamorfosis / En la colonia penitenciaria. Estudio preliminar y traducción de Ricardo Ibarlucía y Valeria Castelló-Joubert. Buenos Aires. Editorial Biblos. 2008, pp. 18-24.

2015 | Abril

15


Con el perdón de Kafka Juan Manuel Roca

16

José Horacio Martínez Méndez. Matarratón. Acrílico, tinta, sellos, lápiz/lienzo, 320 x 360 cm, 2014

I

A

l despertar, el monstruoso insecto amaneció convertido en Gregorio Samsa. Tendrá que oír el golpeteo de la lluvia en su alféizar de hojalata para saber que las horas de Praga se cuentan en la clepsidra del invierno. Al fondo del hospedaje para familias sin mañana, el pobre insecto de múltiples patas deberá bañarse, peinarse, apuntalar su corbata de vendedor ambulante, oír algo peor que el paso de los trenes: la voz de la obediencia. El pobre Abril | 2015

insecto membranoso amaneció convertido en hombre y no pudo traducir su oscuro sueño.

II Al despertar, el monstruoso insecto se encuentra convertido en Franz Kafka. Deberá tornar a su trabajo y esquivar la mirada del padre lanzada desde los socavones de la infancia. Sus grandes orejas que lo hacen ver como si llevara el rostro entre los arcos del paréntesis,


tienen más de murciélago que de insecto (de gran murciélago que escucha en la noche la voz de Milena como un hilo para orientar el extravío). Al despertar, el monstruoso insecto que no amanece trajeado de Samsa, aunque el mismo vestido negro a la usanza de un cochero de pompas fúnebres sirva a la talla de Kafka, camina junto al señor Brod, albacea de sus dudas. Le pregunta si no encuentra extraña su extrañeza, si los judíos nacen viejos, mientras merodea y da vueltas a sí mismo. Toca su frente. Y recuerda que no amaneció siendo animal extraño e irredento.

mundo. Hay quien dice que el monstruoso bicho va en un barco hacia América. Allí se hará hombre cuando deje de ser cucaracha, escarabajo o inmigrante. Una mujer gorda caerá sobre él y su aliento lo abatirá como un insecticida.

V Y si no sonara —murmura el padre realista— el reloj despertador. Porque sin él, nada de amanecer. Y sin amanecer, nada de insectos que se llamen Gregorio Samsa o Franz Kafka para que vengan, pestíferos, a desordenar las mañanas de Dios aptas para el trabajo y la familia. Al despertar nace el sueño, la pesadilla.

III Al despertar, el señor K. se sabe insecto a las puertas del Castillo. Entiende que su zumbido es lengua muerta en la Babel que lo juzga sin juzgarlo. Ve pasar la sombra sin cuerpo de su padre. Un insecto que sueña con un enorme zapato, con la sandalia redentora: al despertar el señor K. espera la guillotina del pie que lo triture.

IV Al amanecer no hay mañana: es el anochecer del alma. Repta y se escapa por la fisura del

Buenos Aires, noviembre 22 de 1998. Juan Manuel Roca es poeta, narrador y periodista. Algunos de sus libros publicados: Memoria del agua; Luna de ciegos; Señal de cuervos País secreto; Pavana con el diablo; Prosa reunida; Arenga del que sueña; Las plagas secretas; Cartógrafa memoria; Esa maldita costumbre de morir; Cantar de lejanía; El ángel sitiado y otros poemas; Testamentos; Biblia de pobres; Pasaporte del apátrida y Tres caras de la luna. Juan Manuel Roca es Premio Nacional de Poesía por Concurso y Premio Nacional de Cuento Universidad de Antioquia, en 1979 y en 2000, respectivamente. Publicamos este poema con su generoso consentimiento.

José Horacio Martínez Méndez. Desdoblamiento de 12 segundos. Tinta china/papel, 60 x 500 cm, 2014

2015 | Abril

17


Franz Kafka y el complejo de Caín Juan Diego Parra Valencia

18

José Horacio Martínez Méndez. Viendo la tele feliz!. Tinta china/papel, 15 x 10 cm, 2014

Es curioso que a Kafka siempre se le haya re-

lacionado con Edipo. Una escalada de interpretaciones psicoanalíticas se ha obsesionado con la célebre Carta al padre para edipizar la obra kafkiana hasta convertirla en uno de los clichés más difundidos dentro de ambientes escolares, desde la triada Padre-Hijo-Madre. Precisemos, sin embargo, que la idea edipizante que acusamos aquí es por supuesto la vertiente freudiana, ajustada al ya manido experimento do-

Abril | 2015

méstico de aceptación pequeño-burguesa. Por supuesto que la potencia del relato de Sófocles no se circunscribe a la interpretación freudiana y la constante mítica que vibra en la narración virtual permite siempre la actualización atemporal. Hay, por supuesto, y no tiene sentido polemizar al respecto, elementos claros en la obra de Kafka que remiten a Edipo, más allá de su Carta al Padre, como el crimen, la expiación de la culpa, el destierro y la noción de temporalidad


diferida, que rompen la circularidad restitutiva. Pero es de notar que estos elementos en Kafka son significativamente retorcidos y desde ellos no se puede reconocer la idea general de “destino” griego que, como bien se sabe, también sufrió una clara modificación narrativa a partir de la historia de Edipo, como bien lo analizó en su momento Hölderlin.1 El efecto narrativo edípico, implicado en las vertientes literarias de la tragedia que tanto exaltó Nietzsche, permitió la construcción de un imago mundi e incluso un zeitgeist propicio para que Freud pudiera establecer sus experimentos interpretativos a la luz del relato griego. Y lo que hace Kafka es, justamente, transgredir este modelo. De aquí que sea unánime la convención intelectual de que, luego del autor checo, la literatura giró 180 grados y emprendió un camino (este sí edípico) sin retorno. Después de Kafka, la literatura nunca fue igual y, ciertamente, se “re-mitificó”, curiosamente sin tener que recurrir al éxtasis romántico de las pulsiones y la deificación de la naturaleza. Todo lo contrario, se re-mitificó dándole la espalda, tanto a la naturaleza (por lo menos al concepto de ésta), como a la idea moderna y catastrófica de la muerte de Dios. Sólo después del efecto-Kafka se puede comprender a Sartre, Camus, Beckett, Kundera, Robbe-Grillet, Le-Clezio, Burroughs; esto, por hablar de producción literaria, pero para nadie es un secreto la influencia del checo en Welles, Kubrick, Resnais, Lynch, Haneke, Kaufman y Gondry, en el ámbito cinematográfico. Y es aquí, justo aquí, donde quisiéramos detenernos, pues la revolución kafkiana, a nuestro entender, consistió en la desestructuración radical del modelo narrativo griego implicado en las ideas del tiempo circular y en el carácter amplio de la justicia restitutiva (que por otro lado, aún siguen vigentes en la mayoría de producciones comerciales del cine y la TV). Lo que logra Kafka es reabrir una herida ontológica, que parecía cerrada, desde la recons-

trucción narrativa ínsita a la noción de tiempo “caínico”, en contra de la fórmula edípica. Lo que querría decir que Kafka reinserta el sentido bíblico del tiempo como contrapeso a la hegemonía griega. No debe sorprender esto, por supuesto, dada la obsesión judaica inserta en la relación consigo mismo que siempre definió al escritor checo, desde su condición marginal y de desadaptación frente a una cultura a la que nunca sintió pertenecer (la alemana), y desde la herida ontológica que le producía no reconocer una “lengua materna” (fragmentado entre el alemán, el checo y el hebreo), que lo llevó a conceptualizar el sentido esencialista y político de lo que él denominó la “literatura menor”.2 El modelo narrativo, entonces, como veremos, dejará de ser edípico para volverse caínico y según esta idea es indispensable reconocer la variación sistemática que puede producir la composición del relato que definió sustancialmente la literatura del siglo . Digámoslo abiertamente: si el personaje trágico por excelencia es Edipo, y por tanto a través suyo entendemos la aparición del sentido del tiempo como herida ontológica (como lo hizo evidente Hölderlin), el proyecto de Kafka consistió en desmontar (o deconstruir) el valor regulado de la causalidad para pensar la acción humana en ese “tiempo” ontológico. Es claro que el relato de Edipo avisa una comprensión del tiempo no circular, que rompe el valor de verdad integrado en los giros autorreferenciales (si se quiere tautológicos) de la narración “justa”. En sentido político, las acciones son juzgadas y los actos traen consigo consecuencias equivalentes, como es frecuente y vigente hoy en la fabricación narrativa de los relatos comerciales del cine y la TV. Con el relato edípico se presenta un escenario nuevo en el que ya no hay cabida para la justicia restitutiva. Si bien Edipo carga su culpa, esta coincide con su destino; por tanto, su “futuro” no puede cerrarse con un juicio, sino que se despliega hacia la errancia y el destierro (que para un griego significaba “la locura”, sino baste ver 2015 | Abril

19


la decisión socrática ante la inminencia del destierro). En Edipo no hay restitución alguna, y el tiempo no se cierra. El tiempo edípico es una línea desplegada hacia el futuro inabarcable e infinito. Por lo tanto, es imposible la expiación de la culpa, en la medida en que coincide con el destino de los actos. Es decir, el límite siempre está fijado en los actos, pero estos funcionan como sincronización causal de las consecuencias. Edipo no tiene regreso, para él es imposible volver, cada acto es definitivo, pues la causa está en el efecto, siempre. Es interesante, para comprender esta idea del tiempo, el experimento de Alain Robbe-Grillet con el tiempo edípico en su prodigiosa novela Les Gomes (o titulada en español como La doble muerte del profesor Dupont).3

20

Para Kafka ocurre todo lo contrario a esta idea del tiempo irreversible y por ello va a insistir en una suerte de “metamorfosis” aplicada a la idea edípica del tiempo y para ello encontrará un modelo equivalente en un mito judío: Caín. Como lastimosamente tampoco podemos detenernos en la exploración sistemática de lo caínico, sintetizaremos algunas cosas. En la historia de Caín, como en la de Edipo, encontramos las variantes mencionadas antes: crimen, expiación de la culpa, destierro y la noción de temporalidad diferida que rompe la circularidad restitutiva. Estas variables se ajustan en Caín de acuerdo con las relaciones que tiene con su hermano Abel y con la omnipotencia del padre. Si en Edipo la triada se da entre Padre-Hijo-Madre, en Caín se da entre Hermano-Padre-Hermano. El odio parricida edípico no existe, por supuesto, en Caín, en el que se destaca el fratricidio. Así, la ausencia de madre configura una nueva visión del acto criminal que Kafka sabe aprovechar de manera magistral. Si bien el parricidio edípico ocurre precisamente cuando Edipo trata de huir de su destino (Edipo asesina a su padre huyendo de la posibilidad de dicho asesinato), y es en este sentido “inconsciente”, el fratricidio caínico ocurre en plena consciencia del héroe, Abril | 2015

y como un acto necesario ante la provocación del padre. Por supuesto, el enfrentamiento con el padre no ocurre en Caín, quien a la larga lo que pretende es ser el “único” ante el padre, como sí ocurre con Edipo, quien en clara demostración de su hybris, no se detiene ante ninguna afrenta, desafiando al poder (que encarna Layo). Caín no cuestiona el poder del padre en ningún momento y, de hecho, es por ese poder que busca por todos los medios ser “digno” de él y si reacciona de manera criminal con su hermano se debe más a la necesidad de llevar al extremo su devoción al poder (es decir, La Ley). Caín nunca se enfrenta al poder, como Edipo; de hecho, siempre hace lo contrario: reconocerlo, aceptarlo y amarlo. Como verá el lector, cada vez resuenan más las armonías kafkianas. El crimen edípico, por otro lado, no es heredable, como el de Caín, y eso precisamente convierte a Edipo en héroe trágico. Entre tanto, Caín no sólo hereda su “marca”, sino que será juzgado por uno de los “suyos” cuando, accidentalmente, lo asesina Lamec (en quien se despierta, según el relato, el impulso asesino de la estirpe). Mas este “juicio” es el juicio de Dios, el padre, que ya Caín había aceptado desde que fue conminado al destierro. Así, Caín se dirige hacia su culpa, que crece en la medida que su camino se extiende, y cuya realización es la muerte. Esto no ocurre con Edipo, para quien no hay muerte como tal, sino cumplimiento del designio criminal e incestuoso que activa la conciencia de sí. Caín espera el designio, es decir, la acusación, con paciencia, y la acepta pasivamente, aun cuando considera que su acto criminal es también justo, pues la medida de valor del padre frente a las ofrendas de los hermanos no es equitativa: Abel ofrece a Dios creaciones de Dios (animales), mientras Caín sólo puede ofrecer productos del hombre en su trabajo con la tierra. Notemos entonces, después de este breve inventario, las características caínicas de los relatos de Kafka.


Se ha convenido, desde Borges, que los relatos kafkianos deben leerse según las estructuras parmenídeas, reveladas en las paradojas de Zenón sobre la ilusión del movimiento y, por otro lado de acuerdo con la idea de circularidad ciega del relato de Sísifo, luego de las interpretaciones de Camus. Al tiempo, como decíamos antes, se ha usado el diagnóstico psicoanalítico que revela la edipización kafkiana según su idea de la Ley vinculada con el Padre y que parece adquirir elocuencia en su famosa Carta al Padre. Pero notemos que ambas convenciones hermenéuticas dan un marco griego a Kafka. No obstante, lo que pretendemos considerar es que las derivas narrativas, atadas a la noción de tiempo, del escritor checo, se desprenden, más del imaginario judío que del griego, y por ello, rescatamos la figura de Caín y lo comparamos con Edipo, para entender que el vuelco literario, ocurrido con Kafka, consiste en una reactivación del modelo bíblico del tiempo, según el relato de Caín y Abel. Podríamos explorar con más detalle esta idea, pero el espacio no lo permite, así que lo resumiremos diciendo que en Kafka el sentido del tiempo desplegado obliga, no a una errancia hacia el “ciego” futuro, sino a un diferimiento constante de los actos frente a un sistema causal nunca identificable. Esta idea, totalmente caínica, la vemos en El proceso y en El castillo de manera elocuente, y se combina con la idea constante del destierro y la expulsión, ocurridas, por ejemplo en La condena y en La metamorfosis. También el sentido de La Ley, como seno acogedor que espera siempre sin que el juzgado lo sepa, pero que él, con frenetismo y obsesión busca, de contexto caínico, es palpable tanto en las novelas mencionadas como en el célebre relato inserto en El proceso, denominado “Ante la Ley”. No es casual que Kafka haya escogido como “hermano de sangre” a Dostoievski y que sobre él haya sustentado su producción literaria (al respecto ver los asombrosos análisis del profesor Guillermo Sánchez Trujillo);4 sin em-

José Horacio Martínez Méndez. El pastor. Acrílico/lienzo, 166 x 176 cm, 2013

bargo, el escritor checo da un giro estructural al carácter narrativo del ruso. La idea dostoievskiana del castigo (la justicia), como campo magnético, es pervertida por Kafka bajo la idea de diferimiento constante de los actos que se resisten a unificarse en juicios resolutivos, con lo cual la culpa se expande conforme el pecador se mueve, quedando siempre un mapa o una cartografía de la culpa, más que una psicologización de esta. Esto es evidente en Kafka, y por eso es casi cómica la obsesión por edipizarlo -psicologizarlo- (incluso la Carta al Padre fue entregada por el perverso Franz, a su madre, a sabiendas de que ella no sería capaz de dársela a su padre...). En Kafka no existe complejo de Edipo alguno. En Kafka vemos el nacimiento de un complejo que no habíamos considerado seriamente: el complejo de Caín (existe un valioso –y bastante bizarroanálisis sobre este “complejo” atado a lo que el autor denomina la “psicología del destino”).5 Más allá de hablar de la “sintomatología” del complejo de Caín, vale mencionarlo como un escenario innovador dentro de las dinámicas narrativas que regían la época de Kafka y que 2015 | Abril

21


22 José Horacio Martínez Méndez

sintonizan con el espíritu vanguardista de principios de siglo que pretendían reconocer el futuro sólo en comunión con el pasado. Es cierto que todas las vanguardias son primitivistas, y Kafka no estuvo para nada exento de esta premisa, tratando de activar el modelo bíblico en las experimentaciones literarias de su época (todas atadas al gran sismo lingüístico saussuriano). El modelo cainiano presenta formas distintas de ver el tiempo, el relato y el ser, y sobre ellas trabajó constantemente Kafka. De aquí su fascinación con el crimen, la culpa y el destierro, sostenidos en campos no regidos por la continuidad, sino por la contigüidad, como muy bien lo entendió Welles cuando escenificó El proceso (The Trial, 1962). Este breve excurso es, pues, una invitación a “desedipizar” a Kafka y quizás empezar a cainizarlo (sin necesidad de canonizarlo...). Abril | 2015

Notas 1 Ver: Holderlin, F. “Notas sobre Edipo”, en: Ensayos. Madrid. Hiperión, 1976. 2 Ver el estudio maravilloso de Deleuze, G. y Guattari, F. Kafka, por una literatura menor. México. Era. 1978. 3 Robbe-Grillet, A. La doble muerte del profesor Dupont. Barcelona. Seix Barral. 1956. 4 Sánchez Trujillo, G. El proceso. Edición crítica. Medellín. Universidad Autónoma latinoamericana. 2005 y El crimen de Kafka. Medellín. La Carreta. 2006. 5 Ver: Szondi, L. Caín y el cainismo en la historia universal. Madrid. Biblioteca Nueva. 1975.

Juan Diego Parra Valencia es PhD en Filosofía. Docente-Investigador de la Facultad de Artes y Humanidades del Instituto Tecnológico Metropolitano. Autor del libro Franz Kafka y el arte de desaparecer. Escribió este texto para la Agenda Cultural Alma Máter.


Dibujar la escritura Selnich Vivas Hurtado

[...]

Kafka se sentía un “gran dibujante”, como le

escribe a Felice Bauer en una carta del 11 de febrero de 1913. Pero su talento había sido, según el mismo Kafka, estropeado por una lamentable profesora de pintura. Y aun así, los dibujos satisfacían más al artista que los escritos. Los dibujos son “para que tú tengas algo de qué reír”, le aclara a Felice. Se suele hablar de la obra de Kafka en términos negativos, como si efectivamente se tratara de una obra deprimente, desesperanzadora. Él por el contrario la veía como una obra humorística, llena de referencias cruzadas y guiños a sus amigos y a sus autores favoritos. De un humor, sin duda, inclasificable. Un humor que cae gustosamente en sus propias trampas. Zeichenschrift, escritura dibujada, llamó Kafka a la totalidad de su obra. No escritura alfabética, sino jeroglífico. No una escritura para aquellos que creen en la linealidad y la coherencia de las representaciones, sino una expresión veloz y estática a la vez que se regocija en la simultaneidad, en la multiplicidad de planos y tiempos y en las leyes de las probabilidades y las suposiciones. La escritura visual de Kafka fue un immerwährend, un siempre mientras tanto. Kafka practicó el dibujo y la escritura paralelamente, desde muy joven y hasta sus últimos días. Artes visuales y artes verbales estaban en él completamente fundidas, por una suerte de necesidad cognitiva. El arte es conocimiento y su entendimiento del mundo dependía de los recursos expresivos que ambas artes le suministraban y de las combinaciones inusitadas que ellas le posibilitaban.

2015 | Abril

23


En sus conversaciones entre 1921 y 1922 con Gustav Janouch, el hijo de un colega de trabajo, Kafka explica el tipo de arte que germinaba entre sus manos: “No dibujo a ninguna persona en particular. Yo cuento una historia. Allí están las imágenes, sólo imágenes”. Por eso no buscaba una referencia directa o exacta a un ser concreto fuera de la ficción, sino la creación de seres singulares que alcanzaran la existencia autónoma, como las imágenes que súbitamente se instalan en la conciencia y piensan por nosotros. Una imagen es una historia viviente, una historia es una imagen en movimiento perpetuo. Son seres que irrumpen, alteran el mundo y, luego, migran a otra obra. La flexibilidad artística es grande: un dibujo puede ser el punto de partida y de llegada para una historia. [...]

24

Fragmento reproducido, con autorización, del prólogo que hace el profesor Selnich Vivas Hurtado (Facultad de Comunicaciones, Universidad de Antioquia) al libro Kafka, Franz, Microcuentos y dibujos. Biblioteca Clásica para Jóvenes Lectores. Medellín, Editorial Universidad de Antioquia, pp. Los dibujos se extraen del libro Einmal ein großer Zeichner: Franz Kafka als bildender Künstler, edición de Niels Bokhove y Marijke van Dorst, Utrecht, Vitalis, 2006.

Abril | 2015




Prográmate con el Museo Universitario Visita el Museo Universidad de Antioquia ¡Vive el Museo! Nuestro horario Lunes a jueves: 8:00 a. m. a 5:45 p. m. Viernes: 8:00 a. m. a 3:45 p. m. Sábado: 9:00 a. m. a 12:45 p. m.

Visitas guiadas Recorridos por las salas temporales y permanentes del Muua Duración: dos horas. Cupo máximo: 40 personas por recorrido. Costo: gratuito. Informes: coordinacioneducacionmuseo@udea.edu.co / 2198185

Talleres permanentes Talleres teórico prácticos en los que se abordan contenidos específicos de las colecciones Duración: dos horas Cupo máximo: 25 personas por taller Costo: Instituciones públicas: $3.000 por persona; instituciones privadas: $6.000 por persona Informes: coordinacioneducacionmuseo@udea. edu.co / 2198185

Maletas viajeras Maleta didáctica con contenidos específicos y representativos de las colecciones del Museo Duración de préstamos: entre 15 días y 1 mes Costo: Instituciones públicas: gratuito / Instituciones privadas: $60.000. Informes: coordinacioneducacionmuseo@udea.edu.co / 2198185

Exposiciones • Exposición larga duración Colección de Antropología: Constituida en 1943, la Colección de Antropología conserva alrededor de 35.000 objetos del patrimonio cultural de Colombia, ubicándose en la primera colección con el mayor número de piezas arqueológicas del país.

• Exposición larga duración Colección de Ciencias: Esta Exposición está compuesta por una serie de montajes permanentes, temporales y murales. El énfasis se basa en especies nativas de animales colombianos los cuales están exhibidos en dioramas que representan diferentes hábitats del país, abarcando una variedad de grupos según su clasificación.

• Exposición Colección de Historia: La Colección está conformada por óleos y bronces conmemorativos, documentos y elementos pertenecientes a personalidades regionales que formaron parte de la Universidad, y por elementos usados en la labor académica de la Universidad durante su trayectoria.

• Exposición temporal Realidades en conflicto “La exposición Realidades en conflicto habla desde y sobre la crisis social que ha alimentado la escena artística latinoamericana de las últimas décadas. La muestra invita a reflexionar sobre los conflictos que permean hoy a la sociedad desde la perspectiva vasta del arte contemporáneo”. Francine Birbragher y Oscar Roldán-Alzate, curadores

Conversatorio Con los curadores de la Exposición temporal Realidades en conflicto, Francine Birbragher y Oscar Roldán-Alzate Fecha: 21 de abril Lugar: Auditorio principal Museo de la Universidad de Antioquia Hora: 4:00 p. m. 2015 | Abril

27


Cine Viernes 24 de abril “Mystery Life: Lupin III: Tōhō Kenbunroku” (Another Page), Hajime Kamegaki, Japón, 2012, 100’ Lugar: Museo Universitario Hora: 12:00 p. m. a 1:00 p.m.

Somos artistas, los niños pintan su mundo: Yo pinto mi mundo

Sábado 18 de abril Somos artistas, los niños pintan su mundo: palabreando ando

Cursos básicos de artes y oficios tradicionales

Sábado 25 de abril

Voluntariado Cultural y Helios

Cursos y talleres en el MUUA

Bordado, retazos, malla, croché, modistería, calados, cambas, repujado en aluminio, pesebres bíblicos, arreglos navideños, empaques y moños, foamy, macramé, marroquinería artesanal, punto de cruz, punto noruego, pintura al óleo, porcelanicron, computadores, nivelación en español y matemáticas Información: www.museo.udea.edu.co o llamar al 2198186

28

Sábado 11 de abril

Títeres en escena Sábados a las 10:20 a. m. Presentaciones gratuitas para grupos familiares con niños y niñas entre los 2 y los 8 años. Mayores informes: proyectoseducacionmuseo@udea.edu.co / 2198186

Día del niño: Exposición de niños tallernautas

Inversión por cada curso y taller: $270.000 (no incluye materiales) Intensidad horaria: 32 horas Inicio de clases: 11 de abril de 2015 Inscripciones: hasta 8 de abril de 2015 Días y horas de las clases: sábados 9:00 a. m. a 1:00 p. m. Lugar: Museo Universitario Inscripciones e información: coordinacioneducacionmuseo@udea.edu.co / teléfonos: 2198185 / 2198186

• Fotografía digital Requisitos: disponer de cámara fotográfica digital profesional o semiprofesional y disponibilidad para hacer salidas externas

Los secretos del Quijote Sábado 18 de abril El príncipe de los unicornios

• Iniciación a la conservación y restauración de obras policromas sobre madera y lienzo • Taller integrado de la alfarería ancestral a la experimentación contemporánea • Taller básico de arreglos navideños

Tallernautas

Programa radial

Sábado 11 de abril

Sábados a las 10:20 a. m. Costo: $4.000 por persona

Mes de los juegos callejeros, aprendamos jugando Talleres manuales y divertidos para grupos familiares con niños y niñas entre los 4 y los 14 años. Mayores informes: proyectoseducacionmuseo@udea.edu.co / 2198186

Abril | 2015

Punto de Encuentro Emisora Cultural Universidad de Antioquia Miércoles 1, 8, 15, 22 y 29 de abril Hora: 8:30 a. m. Sintonícelo en: Valle de aburra 1.410 AM Urabá: 102.3 FM Bajo Cauca: 96.3 FM Oriente 101.3 FM Suroeste: 100.9 FM Occidente 93.9 Magdalena medio 94.3


Prográmate CON EL SISTEMA DE BIBLIOTECAS

Ciclo de cine “Ver y leer” Lugar: Auditorio de la planta baja, Biblioteca Central Hora: 4 p. m.

Viernes 10 “Blade Runner”, Ridley Scott, Estados Unidos, 1982, 117’. Basada en la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968) de Philip K. Dick (Estados Unidos)

Viernes 17 “Psicosis”, Alfred Hitchcock, Inglaterra, 1960, 109 min. Basada en la novela homónima de Robert Bloch (Estados Unidos)

Viernes 24 “El coronel no tiene quien le escriba”, Arturo Ripstein, México, 1999, 118’. Basada en la novela homónima de Gabriel García Márquez (Colombia)

Miércoles 15 de abril “Práctica devocional cristiana en los asilos psiquiátricos, e institucionalización del delirio místico-religioso en la primera mitad del siglo en Colombia”, por Jairo Gutiérrez

Miércoles 22 de abril “Laurentino Muñoz Trujillo: vida y obra, y su acercamiento a la degeneración y la eugenesia en Colombia 1920-1950”, por Dora Margarita Vergara Suárez y Nora Beatriz Úsuga Gutiérrez

Miércoles 29 de abril Conferencia final: “Historias de locura, psicopatología y medicina legal”

29

Exposición Fotografías de Isabel Zapata Fechas: 7 al 25 de abril de 2015 Lugar: Sala de Exposiciones de la Biblioteca Central

Ciclo de conferencias Historias de locura, psicopatología y medicina legal A cargo del Grupo de Investigación Historia de la Salud de la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia y de la Red Colombiana de Historia de la Salud Mental. Lugar: Auditorio de la planta baja de la Biblioteca Central Hora: 5 p. m.

Miércoles 8 “Curar el cuerpo social, confundir el vicio. Prácticas de temperancia y discursos antialcohólicos en Antioquia, 1884-1936”, por Jazmín Santa

2015 | Abril


Prográmate CON LA LÉNGUALA • Martes 21 de abril

FACULTAD DE MEDICINA

Semánala de la Lénguala Palabra y país

20 al 24 de abril

Concierto del Grupo de cuerdas de la Facultad de Medicina y del Coro de la Facultad Nacional de Salud Pública. Lugar: Iglesia de Jesús Nazareno. Hora: 2:00 p. m.

• Miércoles 22 de abril Conversando de fútbol con el Decano: “Fútbol, convivencia y medios de comunicación” Periodista John Jaime Osorio. Lugar: Auditorio principal Facultad de Medicina. Hora: 8:00 a. m. Tallernautas: “Nación en extinción”. Taller de construcción de aves de papel: águila arpía Hora: 9:00 a. m. a 12:00 p. m. Lugar: hall principal Facultad de Medicina

• Viernes 24 de abril “Literatura y medicina: un diálogo necesario”. Conversación sobre el libro Lo que no tiene nombre, entre la autora, Piedad Bonnett, y el psiquiatra Carlos Alberto Palacio Acosta Lugar: Auditorio principal Facultad de Medicina. Hora: 7:00 a. m.

30

Consulte la programación completa en:

http://medicina.udea.edu.co Invita: Comité Cultural de la Facultad de Medicina “Ataque de risa”, Aterciopelados. Autorizado

Charla “La retórica de los palabreros”, por Weildler Guerra Curvelo Hora: 11:00 a. m. Lugar: Auditorio principal Facultad de Medicina

Prográmate CON EL CICLO DE CINE MULTILINGUA 2015-1 Lugar: Museo Universitario, sala 15-301. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Programa Multilingüa

Lunes 13 de abril

Miércoles 15 de abril

Idioma: Alemán “Jenseits der Stille” (Más allá del silencio), Caroline Link, Alemania, 2007, 107’

Idioma: Chino (Wǔxiá, Dragón), Kexin Chen, China, 2011, 115’ Lugar: Museo Universitario, sala 15-301

Abril | 2015


Viernes 17 de abril Idioma: Japonés “El regreso de Godzila”, Koji Hashimoto, Japón, 1984, 82’

Lunes 20 de abril Idioma: Portugués “Xingu”, Cao Hamburger, Brasil, 2011, 102’

Miércoles 22 de abril Idioma: Italiano “Il postino” (El cartero), Italia/Francia/Bélgica, Michael Radford, 1994, 108’

Lunes 27 de abril Idioma: Francés “Les Femmes du 6e étage”, Philippe Le Guay, Francia, 2011, 102’

Miércoles 29 de abril Idioma: Turco “Uzun Hikaye” (Larga historia), Osman Sınav, Turquía, 2012, 125’

31

Lunes 4 de mayo Idioma: Inglés “The kids are all right”, Lisa Cholodenko, Estados Unidos, 2010, 106’

Prográmate CON LA RED DE CINECLUBES Martes 7 Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Infancia arrebatada “Léolo”, Jean-Claude Lauzon, Canadá, 1992, 107’ Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Cineclub Voces Ciclo: La educación “Entre maestros”, Pablo Usón, España, 2012, 86’ Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217

Hora: 6:00 p. m. Organiza: Semillero de Sociología del Derecho y Teorías Jurídicas Críticas

Miércoles 8 Cineclub Cineísmo Cine Club Ciclo: Rupturas a la narración clásica “La chica de la fábrica de cerillas”, Aki Kaurismäki, 1990, Finlandia, 69’ Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Cineísmo: Semillero de Investigación Audiovisual 2015 | Abril


Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Una fiesta muy larga “Dallas Buyers Club”, Jean-Marc Vallée, Estados Unidos, 2013, 117’ Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio Hora: 4.00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Jueves 9 Cineclub Cinema Beat Ciclo: Inside África “Memorias de África”, Sydney Pollack, Estados Unidos, 1985, 160’ Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217 Hora: 2:00 p. m. Organiza: Cinema Beat

Cine foro: En construcción

32

Ciclo: Filosofía y ciencia “Ágora”, Alejandro Amenábar, España, 2009, 126’ Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217 Hora: 6:00 p. m. Organiza: Instituto de Filosofía

Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Infancia arrebatada “Spider”, David Cronenberg, Canadá, 2002, 98’ Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Viernes 10 Alucine Cineclub Ciclo: La vida y la muerte “Crónicas de una generación trágica”, capítulo 2, Jorge Alí Triana, Colombia, 1993, 50’ Invitados: Tulio Eli Chunchilla y Derzu Pérez Lugar: Auditorio Horacio Montoya Gil, aula 10-222 Hora: 12:00 p. m. Organiza: Alucine con el Cine

Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Una fiesta muy larga “21 gramos”, Alejandro González Iñárritu, Estados Unidos, 2003, 125’ Abril | 2015

Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio Hora: 2.00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Cineclub CEN Ciclo: Jóvenes “Suburbia”, Richard Linklater, Estados Unidos, 1996, 121’ Lugar: Auditorio 4-212 Hora: 4:00 p. m. Organiza: Cineclub CEN

Cineclub Cine Maestro Ciclo: Desde diversas infancias “El color del paraíso”, Majid Majidi, Irán, 1999, 88’ Lugar: Auditorio 10-206 Hora: 4:00 p. m. Organiza: Centro de Documentación Facultad de Educación CEDED

Cineclub Cinema Pensamiento Ciclo: Pawel Pawlikowski: la búsqueda de la forma “Mi verano de amor (My Summer of Love)”, Pawel Pawlikowski, Reino Unido, 2004, 86’ Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217 Hora: 4:30 p. m. Organiza: Cineclub Cinema Pensamiento

Martes 14 Cineclub Otras miradas Ciclo: Discapacidad y política(s) “Mar adentro”, Alejandro Amenábar, EspañaItalia- Francia, 2004, 125’ Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217 Hora: 4:00 p. m. Organiza: Programa Guía Cultural

Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Infancia arrebatada “El árbol de la vida”, Terrence Malick, Estados Unidos, 2011, 133’ Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio


Miércoles 15 Cineclub Cineísmo Cine Club Ciclo: Rupturas a la narración clásica “Four Rooms”, Allison Anders, Alexandre Rockwell, Robert Rodríguez, QuentinTarantino, Estados Unidos, 1995, 98’ Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Cineísmo: Semillero de Investigación Audiovisual

Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Una fiesta muy larga “Enter the Void”, Gaspar Noé, Francia, 2009, Francia, 161’ Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio Hora: 4.00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Cineclub Cinesperanza Ciclo: Keep Calm and Chose the Lizard “Godzilla”, Ishiro Honda, Japón, 1954, 98’ Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Cinesperanza

Jueves 16 Cineclub Cinema Beat Ciclo: Inside África “Kirikou y la hechicera”, Michel Ocelot, Francia, 1998, 74’ Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 2:00 p. m. Organiza: Cinema Beat

Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Infancia arrebatada “Los diablos”, Cristophe Ruggia, Francia, 2002, 105’ Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Viernes 17 Alucine Cineclub Ciclo: La vida y la muerte “Thurgood”, Michael Stevens, Estados Unidos, 2011, 105’

Lugar: Auditorio Horacio Montoya Gil, aula 10-222 Hora: 12:00 p. m. Organiza: Alucine con el Cine

Cine en El Camilo Ciclo: Cine, música y carnaval “Soy Cuba”, Mikhail Kalatozov, Unión Soviética, 1964, 141’ Lugar: Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo Hora: 12:00 p. m. Organiza: Extensión Cultural

Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Una fiesta muy larga “Boogie Nights”, Paul Thomas Anderson, Reino Unido, 2000, 1997’ Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio Hora: 2:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

33

Cineclub CEN Ciclo: Jóvenes “Trainspotting”, Danny Boyle, Reino Unido, 1996, 94’ Lugar: Auditorio 4-212 Hora: 4:00 p. m. Organiza: Cineclub CEN

Cineclub Cine Maestro Ciclo: Desde diversas infancias “Bekas”, Karzan Kader, Suecia, 2012, 97’ Lugar: Auditorio 10-206 Hora: 4:00 p. m. Organiza: Centro de Documentación Facultad de Educación CEDED

Cineclub Cinema Pensamiento Ciclo: Pawel Pawlikowski: la búsqueda de la forma “La mujer del quinto” (La femme du vème), Pawel Pawlikowski, Francia, 2011, 83’ Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217 Hora: 4:30 p. m. Organiza: Cineclub Cinema Pensamiento 2015 | Abril


Martes 21 Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Infancia arrebatada “La infancia de Iván”, Andrei Tarkovsky, Unión Soviética, 1962, 95’ Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Miércoles 22 Cineclub Cineísmo Cine Club Ciclo: Rupturas a la narración clásica “Rope”, Alfred Hitchcock, 1948, Estados Unidos, 80’ Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Cineísmo: Semillero de Investigación Audiovisual

Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo

34

Ciclo: Una fiesta muy larga “El lobo de Wall Street”, Martin Scorsese, Estados Unidos, 2013, 179’ Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio Hora: 4.00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Cineclub Cinesperanza Ciclo: Keep Calm and Chose the Lizard “King Kong vs Godzilla”, Ishiro Honda, Japón, 1962, 98’ Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Cinesperanza

Jueves 23 Cineclub Cinema Beat

“The Theory of Everything”, James Marsh, Reino Unido, 2014, 123’ Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Instituto de Filosofía

Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Infancia arrebatada “Niños del cielo”, Majid Majidi, Irán, 1997, 90’ Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio Hora: 6.00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Viernes 24 Alucine Cineclub Ciclo: La vida y la muerte “No”, Pablo Larraín, Chile, 2012, 116’ Lugar: Auditorio Horacio Montoya Gil, aula 10-222 Hora: 12:00 p. m. Organiza: Alucine con el Cine

Cine en El Camilo Ciclo: Cine, música y carnaval “No Direction Home: Bob Dylan”, Martin Scorsese, Estados Unidos, 2005, 208’ Lugar: Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo. Hora: 12:00 p. m. Organiza: Extensión Cultural

Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Una fiesta muy larga “Drugstore Cowboy”, Gus Van Sant, Estados Unidos, 1989, 100’ Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio Hora: 2:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Ciclo: Inside África “Hotel Ruanda”, Terry George, Reino Unido, 2004, 110’ Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 2:00 p. m. Organiza: Cinema Beat

Cineclub CEN

Cine foro: En construcción

Cineclub Cine Maestro

Ciclo: Filosofía y ciencia

Abril | 2015

Ciclo: Jóvenes “This is England”, Shane Meadows, Reino Unido, 2006, 101’ Lugar: Auditorio 4-212. Hora: 4:00 p. m. Organiza: Cineclub CEN

Ciclo: Desde diversas infancias


“Boyhood”, Richard Linklater, Estados Unidos, 2014, 166’ Lugar: Auditorio 10-206 Hora: 4:00 p. m. Organiza: Centro de Documentación Facultad de Educación CEDED

Cineclub Cinema Pensamiento Ciclo: Pawel Pawlikowski: la búsqueda de la forma “Ida” (Sister of Mercy)”, Pawel Pawlikowski, Polonia, 2013, 80’ Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Hora: 4:30 p. m. Organiza: Cineclub Cinema Pensamiento

Lunes 27 Cineclub documental Nanook Ciclo: Temas de ciudad “Click, Click. Obtura gallo”, Duvan Londoño, Medellín, 2010, 92’ Lugar: Auditorio Torre de la Memoria – Biblioteca Pública Piloto. Hora: 6:00 p. m. Organiza: Instituto de Estudios Regionales – INER

Martes 28 Cineclub Otras Miradas Ciclo: Discapacidad y “prestigio social” “Mi pie izquierdo”, Jim Sheridan, Irlanda-Reino Unido, 1989, 103’ Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 4:00 p. m. Organiza: Programa Guía Cultural

Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Infancia arrebatada “Machuca”, Andrés Wood, Chile, 2004, 120’ Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio Hora: 6.00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Cineclub Voces Ciclo: Niñez y conflicto armado “Voces inocentes”, Luis Mandoki, México, 2004, 106’ Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 6:00 p. m.

Organiza: Semillero de Sociología del Derecho y Teorías Jurídicas Críticas

Miércoles 29 Cineclub Cineísmo Cine Club Ciclo: Rupturas a la narración clásica “Following”, Christopher Nolan, Reino Unido, 1998, 69’ Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217 Hora: 12:00 p. m. Organiza: Cineísmo: Semillero de Investigación Audiovisual

Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Una fiesta muy larga “Réquiem por un sueño”, Darren Aronofsky, Estados Unidos, 2000, 102’ Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio Hora: 4.00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

Cineclub Cinesperanza Ciclo: Keep Calm and Chose the Lizard “Godzilla. Final Wars”, Ryuhei Kitamura, Japón, 2004, 125’ Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217 Hora: 6:00 p. m. Organiza: Cinesperanza

Jueves 30 Cineclub Cinema Beat Ciclo: Inside África “Moolaadé”, Ousmane Sembene, Senegal, 2004, 119’ Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez, aula 10-217. Hora: 2:00 p. m. Organiza: Cinema Beat

Cineclub Tardes de cine en el Paraninfo Ciclo: Infancia arrebatada “Alicia en las ciudades”, Wim Wenders, Alemania del Oeste, 1974, 110’ Lugar: Sala de cine Edificio de San Ignacio Hora: 6:00 p. m. Organiza: Administración Edificio de San Ignacio

2015 | Abril

35





Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.